EP Tema 6

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Moreno Rosset,carmen

"la evaluación Psicológica"


edit. Sanz y Torres.

M.Teresa
. ..Anguera Argilaga

1.1. Vertiente sustantiva


1.1.1. Carácter perceptible, sea de f m a total o parcial
1.1.2. Integración de la vida cotidiana y del entorno natural del sujeto a
evaluar
1.1.3. Relación interactáva con el entorno
1.2. Vertiente procedirnental o metodológica
1.2.1. Preferencias por el carácter idiogrrifico del estudio
1.2.2. Posibilidad de un ~ i e r t oseguimiento temporal, que va más allá de
una mera ocurrencia casual o esporádica de determinadas conductas
1.2.3. Ausencia de instrumento estándar

2.1. Reactividad
2.2. Expectancia
2.3. Sesgos de carácter técnico

4. RELACIÓNOBSERVADOR-OBSERVADO
4.1. Observación no participante
4.2, Observación participante
4.3. Participación-observación
4.4. Auto-observación
l 1
CIÓN PSICOLÓGICR.Concepto, proceso y aplicación en las áreos del desarrollo y de la inteligencia

5. ¿QUÉOBSERVAR?
5.1. Conducta no verbal
5.2. Conducta espacial o proxémica
, ,
5.3. Conducta vocal o extralingüística
-3&4.Conducta verbal o lingüística

6. DISENOS OBSERVACIONALES
6.1. Cuadrante 1
6.2. Cuadrante Il
6.3. Cuadrante III
6.4. Cuadrante IV

7. DESARROLLO DEL PROCESO


7.1. Fase exploratoria
7.2. Disposición previa
7.2.1. Mantenimiento de la constancia intersesional
7.2.2. Mantenimiento de la constancia intrasesional
7.2.3. Tratamiento de las dismpciones temporales
7.2.4. Temporalización
7.2.5. Identificación de la sesión de observación
7.3. Plan de muestre0 observacional
7.4. Elaboracidn del instrumento
7.4.1, Sistema de categorías
7.4.2. Formatos de campo
7.4.3. Combinación de formatos de campo y sistemas de categoriás
7.4.4. Rating scale (escala de apreciación o escala de estimación)
7.5. Registro y codificación
7.6. Métrica del registro u obtención de parametros
7.7. Control de la calidad del dato
7.8. Análisis de datos
AsimiIar las características configuran su
m
io
.6
p
t!!p
e

J Reducirfeliminar los sesgos.


~lstínguirentre metodología observacional y tkcnicas de observación

limitar en cada caso qué debe ser observado.


Plantear en cada caso el diseño observacional adecuada

conducir el proceso a lo largo de todas sus fases.

,. ~ompetenciapara observar.
INTRODUCCI~N

Eri evaiuaci6~se glmtem innumeribles ~itmcianesy desmollr, de actividades malizaba ea


contmtos divorsos de graa riqueza informativa que conviene apresa-r para su constatación y eskdin ,
/

pmtmior.
I n d d a b l m m t ~es complejo orpuizar adecuadamente el gran mlumm de h o m w i ó n qm sa
genera, Las cmductas altimate d i v ~ ~ ~ded laapemona s evaluada no son friciles de cara~teriizau,
m ~ n w4e registrar, y para rnuctro.~inmstigadores tampoco lo son de analizar con o'bjdvidad rigor.
Podemos dadir que m a o s aiin si nos hterem a1 i 1chr la red de r d a c i m s interactivas que S inicia%
consalidm, diluyen>cmbi-an de polaridad, etc, con otros individuos. Y la dificul&d talzwfa a m a ,
en la mdida m que, ~ o esml6gic0, no9 h k h s e ~ o n t e m d s~q a~o m-0 en los diveqsos conteX:-8
tos mtun:alesJh&b~~e~ en b s cuales se hlh ipmexzo Chgullcra, 2UCii).
EntrrV las difereates.hendirnt8s que permiten la obtención de daos en evaluaciEjn, la obserw-
C?h ofrece indudables posibilidadea de aplicat56n (Fesnándcz-BdHeros, 1992) por su flmibilidad j
rigurosidad, m M & d a s e sus vmtajm y adquiriendo escasa r~:lwmcialos hcomeniont~sque le s
inb~rentes.

1. PERFIL DE LA METODOLOGIA OBSERVACIONAL


La metodología abservacional, que se desarrolla en contextos naturales o habituales, consiste e
un procedimiento científico que pone de manifiesto la ocurrencia de conductas perceptibles, para pr
ceder a su registro organizado y su análisis -tanto cualitativo como cuantitativo- mediante un ins
mento adecuado y parAmetros convenientes, posibilitaado la detección de las relaciones de diverso
den existentes entre ellas y evaluhdolas. Estas conductas, por la espontaneidad o habitualidad con
ocurren, pondrán de manifiesto todos aquellos elementos que se requiere destacar para alcanzar su o
jetivación adecuada.
Son muchas las situaciones en las cuales la metodología observacional es la más adecuada o b
ránica posible, como la evaluación de programas de baja intervención (programas de prosocialidad
una escuela infantil, de mantenimiento de actividad física en tercera edad, de apoyo social en barrios
multiculturales, de educación para la salud en guarderías o en residencias geri$txicas, de asistencia a
familias negligentes en pautas de crianza de sus hijos, programas preventivos del SIDA en adoles-
ccentes, programas de relajación en deportistas, programas de socialización en centros penitenciarios,
de reducción de la hiperactividad, de deshabituación al hábito de fumar, etc.). Pero no solamente resul-
ta interesante en la evaluacion de programas, sino tambikn en la evaluación de interacciones diversas
(entre iguales, entre niños y adultos, entre personas de diferentes rangos jerárquicos en los cuales
aparecen situaciones de mobbing, etc.), en la evaluacidn de la competencia socid (nirios solitarios,
etc,), repertorio conductual, anaisis del movimiento en diversas actividades, pautas de socialización,
&C. L .

La observación de las situaciones, actividades, episodios y contextos requiere ajustarse a unos


pocos requisitos para poderse materializar, y los diferenciaremos en sus dos vertientes: sustantivil y me-
todológica.

3 3 , Vertiente eustantiva
, La primara decisión a adoptar, la de car6cWr sustantivo, coasistira en la delimitación tematiea
,&lcomportamiento perrrsptible del individuo o situaci6n a evaluar, y a los que afectar& tres únicas
msixicciones:

1,l.I. Carácter perceptible, sea de forma total o parcial


Mucho se ha discutido sobre la perceptividad, y se han fijado posicionamientos, en función de es-
melas psicológicas en las que se astablece:un anclaje o referente al d k t b . Nuestra posicidn es clara en
&ltildntido de que abogamos por la conside~aciónde conductas mdestas del(de Las) sujeto(s) ob~er-
vado($)- q u e implica grado total da perceptividad-, y que ofrecen una mayor garmtfa en su acota-
ción. Esta necesaria p a c e w i d a d marca un importante límite a las grandes posibilidadbs de la metodo-
bgia ob~ervacional,dado que toda operación perteneciente a la esfera copitiva de un iadividnio, en sí
misma, no es perceptible (mo se puede observar lo que se esth pensando», par ejemplo), pero si lo son
niveles derespuesta gestual, pcrstma19de desplazamiento, intercambios de mirada, conducta verbal,
wdducta manipulativa, ctc. que. la acompañan.
I

1.1.2. Integración m la vida cotMana y del entorno natural del sujeto a avaluar
No tendría sentido el estudio de aspectos incidentales o m~cdOticos,sino que intemsa esencial-
. ?

mente e1 mtudío de conductas habitaales.


iL
1.1.3. Relación interactiva con el entorno
Cualquier conducta requiere de un referente que tiene en cuenta el entorno en alguna de sus
múltiples acepciones, y que aquí entendemos como el conjunto molar compuesto por las lugares (ho-
gar, aula convencional, despacho de trabajo, sala de fisioterapia, piscina, guardería, cancha de balon-
cesto, etc.) definidos en el espacio en que transcurren diferentes actividades.
metwiohgia ~ b w a e i a a ;

1.2.1. Preferencias por el carácter idiografico del estudio


Las posibilidades de la metodología observacional se incrementan cuando se observa un indivi-
duo, que es la posición clásica, pero también cuando se hace uso de dos nuevas acepciones del concept&
idiográfico: por una parte, un pequeño grupo de individuos que actúan como una unidad (por ejemplo,
interacción diádica terapeuta-paciente, interacción intrafamiliar, etc.), y, por otra, cuando solamente se
observan conductas pertenecientes a un solo nivel de respuesta, tanto si corresponden a un solo sujeto
(conducta de desplazamiento del(de la) niño(a) en un espacio), como al mencionado grupo de individuos
i
que actúan como una unidad [conductas cooperativas m la realización de una actividad).

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DEL SESGO
REDUCCIÓN/ELIMINACI~N
Toda evaluación es un estudio científico, y, como tal, se deben reducir y eliminar los errores, de-
bido a que las situaciones de observación son complejas, existe en ocasiones una movilidad intrinseca,
muchas conductas son fugaces, los estudios son habitualmente prolongados, etc. Es cierto que después
se someterá el registro a un control de calidad del dato, pero previamente debe efectuarse un plantea-
miento tendente a reducir -y, si es posible, eliminx- riesgos de error. 1 I V I

En las últimas decadas, el ímpresianante avance tecnoldgko que se ha producido ha facilitado en


gran medida d rigor y la precisión en el registro. En la actualidad, en la práctica totalidad de las casos
se puede disponer de la grabación de las sesiones de observación, motivo por el cual la operación meto-
dológica de registro se disocia en las de grabación-visionado(s)-registro a partir de la grabación, pu-
dit2ndonos ayudar mediante instrumentos mecánicos o, especialmente, tc;cnológicos (Losada, f 993;
Thompson, Felce y Symns, 2000). Altamente frecuente es la posterior digitalizaci6n de las grabacio-
nes, lo cual permite, una ves se hallan dispuestas en CDs, codificarlas con mucha mayor precisión,
En la metodologia observacional se contempla la denominada ecuación funcional O = P + 1 -t. Cp-S
(O = Observación, P = Percepción, 1= Interpretación, Cp = Conocimiento previo, S = Sesgos), en donde
kfalta de equilibrio entre! P, 1 y Cp genera sesgos de carácter estructural. El uso de la observacidn en
evaluación implica el mantenimiento de un equilibrio entre la percepción (habitualmente sustituida por
un medio técnico con el fin de lograr una mayor precisión), la interpretación (que implica llenar de
contenido las imágenes o sanidos percibidos), y el conocimi~ntoprevio o contextualización (que posibili-
ta interpretar adecuadamente lo percibido en fanción del marco teórico que se sustenta, y de criterios
aontextuales, como fisico, conductual, social y organiaativo o institucional).
Son muy diversos los sesgos y di.fícul1:ades que acechan al obsesvador, pudikndose solventar en
BU práctica totalidad con una planificación adecuada y un
correcto adiestramiento de los observadores
Qkqpera, Blanco, Locada y Sáncbez-Algara, 1999).
Los grandes grupos de sesgos son los siguientes:

2.1. Reactividad
Consiste en la alteración de la naturaleza espontánea de las conductas de los sujetos observados
que se ocasiona precisamente cuando se aperciben de que están siendo observados. Es un sesgo muy
frecuente y para el cual deben hallarse vias para resolverlo. Habitualmente es posible resolverlo me-
diante un acostumbramiento más o menos prolongado a la presencia del observador, hasta que la inte-
gración de éste en el entorno percibido por el sujeto evaluado ya no genera ninguna alteracibn en el
comportamiento, aunque es igualmente cierto que se requiere una buena dosis de paciencia. En los ca-
sos en que no se vulnere principios éticos, y se disponga de la instalación material correspondiente, se
pnede resolver mediante la utilización de espejos unidireccionales.
2.2. Eapectancia
Surge en el observador en foma de previsiones ylo anticipaciones de conductas no contextuall-
zadas, y, e-rr ocasiones, ni siquiera perdbidzts. Es un sesgo grave debido a que el observador no sospe-
cha que está afectado, y en muchas ocasiones se origina debido a que cree tener un completo conoci-
miento de la situación, o bien cuando está fuertemente supeditado a un marco teórico y, como
c~nsecuencia,íaconscientemdnte trata, mediante la éxpectancia, de obtener una evidencia empírica que
apoye su hipótesis al ser contrastada.

2.3. Sestsgos de carliicter tknico


Son muy variados: Ángulo de mira incorrecto, fdlos de funcionamiento de medios tdcnicas, fal-
ta de suicronizaci6n entre los observador~sde un equipo, insuficientecobertura en la grabación, etc.

3. OBSERVACI~NCOMO &TODO Y COMO TECNICA


Biste una habitual confusión acerca de la delimitacidn precisa ente ambas figuras m
cas, y m evaluxldn csbm una especial relevancia su acotaci6n.
En la obsemacicin como método, precisanente porque se trata de una de la
todo ~ientffico,se siguen todas las fases del proceso (ver apartado 71, que son las
metodalogías empiiicas en Ciencias del Comportamiento (metodología observacional, sele
perimentd), y se hallan inspiradas por las característicuas que antes nos han permitido
de la observación. Es decir, que la deii@tación del problema, la recogida de datos
mización, el an$lisis de datos y la interpretación do resultados se llevan a cabo -en contextos h
y cuando se preanden evduar conductas o episodios espantiheos o habituales. Existe, en c
cia, una coherencia en todo el proceso.
En cambio, la obsmacicin como teenica comiste en el uso puntual de a l g h
pio de la metodología observacional (registro, codificación, estimación de una dismpcián temporal,
muestre0 focal, etc.) inserto en el proceso propio de una metodología selectiva (entrevista, encuesta,
pruebas objetivas) o experimental (bsta muy poco utilizada en evaluación), o cuasi-experimental. Por
ejemplo, pudiera interesar aplicar un determinado test manipulaíivo (esto implica, que siempre se pro-
ducid una elicitación de la respuesta, rasga distintivo de la metodología selectiva) a h vez que se pre-
cisa conocer las expresiones faciales de este sujeto mientras es evaluado en la realización de la prueba;
la evaluaoión se lleva a cabo desde la metodología selectiva, pero se inserta puntualmente la observa-
ción como temica con ocasión del registro de Las apxrnianes faciales durante la aplicación del test.
..Mientras m especifiquemos lo conEario, nos referiremos a la rnetodologfa observacional, y, en
conslecuencia, al procedimien~ocientifico que obtiene información objetiva extraida de los comporta-
ones que nos íntiresa maluar, y que, a lo largo det las diversas
y analiza la información r~gistmda.
tr - 1b4111, 1

, RELACIÓN OBSERVADOR-OBSERVADO
En metodología observacional siempre se plantea la necesidad de establecer cuál será la relación
da mediante diversos matices, y que se esmctura a lo largo de

.l. Observación no participante


Que se caracteriza porque la figura del observador es claramente neutra («como si no se hallara
la situación de observación»),sin que se dirija al observado como iniciador de relación interactiva.

.2. Observación participante


En la cual el observador dispone: de iniciativa para dirigirse interactivamente al sujeto observado.
tención de datos mediante un contacto directo con el sujeto observado. Resulta habitual
un proceso que inicialmente se plantea como no participante, con el transcurso del tiempo se vaya

Que resulta del progresiva «acercamiento»entre las figluras de observador y obswado, dado que
exlste algún tipo de relaciión previa entre ellos (terapeuta-paciente, tutor-alma, madr~-hijo,etcd.
l

44. Auto-obsemcidn . a .
..U# I 1 .[;F.

Situación en la cual coincidefi las *as de obsmador y observ&do. La autoabsemaci6n implica


el grado más elevado de participación ea la observacih, donde el observado^ ess,a la vez, su~etoy objeto,
y resulta especialmente inicemsante en la evaluacion de cwnductas privadas (como en conflictos b l l i a -
res), concttictas que resultan opacas a observadores externos (como timidez, agresividad, e:tc.$, conductas
encubiertas (corno toma de kcisiones), o conductas que se supone que están precedidas por reacciones
internas o ostados emocionales (como comportarse sisertivamente, fumar, gte.). Eia la auto-observación
hay que distinguir entre: A) Autoobservación de conductas heteroobservabbs, en la cual es posible el
registra ein paralelo de conductas puf parte Be1 sajeto que es objeto de atudio y tambih por paste de ob-
servadores extfmos Cpor ejemplo, n h e r o de ~igmfílosfumados en un pariodo de tiempo diario por una,
Resulta obvio que lo primero que tenemos que saber con exactitud es que5 queremos observar. La
observación nos permite describir objetivamente la realidad para malbarla, por lo que la delimitación
de los objetivos -conductas, episodios, actividades o sitnaciones a evaluar- no tiene otra funcibn que
acotw a t a parcela de realidad que nos mteraa.
Según la pe~spectivadesde la cual abordemos el estudio, nos puedan interesar, entre otros, ele-
mentos de orden diverso: de aprendizaje, de destrezw, habilidades sociales, de control de1 propio cuer-
po, de carácte~@eractivo, etc. Y puede o e que nuestro objetivo se focalice sólo en algunos de ellos
o en varios simultáneamente.
En el ámbito de la evaluación ha de quedar claro que deberemos registrar aquellos sectores del
c o m p o ~ i e n t oque podamos percibir y nos permitan objetiva (y posteriormente caantificar) su estu-
dio. Indudablemente su alcance se halla únicamente restringido por laperceptibilidad, y, en corisecuen-
cia, por la posibilidad de captar la ocurrencia de conductas mediante nuestros órgarios sensoriales (es-
pecialmente visuales y auditivos), en la forma más primitiva, o mediante grabación y almacenamiento
de la informaci6n.
Todos los niveles c1áSiCos de respuesta caben en el estiadio de los comportamientos susceptibla
de evaluaci6n. Siendo conscientes de sus limitaciones, sugerimos la dasificación de niveles de respues-
ta de Weiek (196&),que corresponden al econtaido~de la conducta a observar, y teniendo en cuenta
que nos puede interesar uno de ellos o varios simultáneamente.

53. Conducta no verbal


Se refiere a las expresiones motoras que pueden originarse en distintas partes de su cuerpo. Se
trata quizá del área más activa de las recientes investigaciones en metodología observacional, mostrán-
dose la relevancia de los movimientos del cuerpo. Además, la conducta no verbal es extremadamente
sutil para el registro, siempre que el observador est6 entrenado y adiestrado (Anguera, Blanco, Losada
y Sdnchez-Algarra, 1999) y sea sensible a sus manifestaciones. La propuesta inicial, efectuada por
Weick (1968), desglosaba la conducta no verbal En expresiones faciales, intercambios de mirada y mo-
vimieatos corpofales.N o obstmte, entendemos que se incurre en dos problemas metodológicos, lo cual
nos ha llevado a introducir una modulación: por una parte, entre, expresiones faciales e intercambios de
mirada no se cumple la mutua exclusividad, dado que la segunda constituiría un subconjunto de la pri-
mera, y los movimientos corporales no hacen posible que sea efectiva la condición de exhaastividad

al y conducta postura1 (Anguera, 2001). Y, como apunte filtimo, entendemos que esta última propues-
es sin perjuicio de que, en un futuro no Lejano, se entienda dicotomizada en conducta gestual y

Cmdud mcaI ?oWi*&fh

.4. Conducta verbal o 1ingüística


Al contrario que la vocal o a~alhgüística,se refiere al contenido del mensaje, y presenta una
interesante aplicacibn en todos aquellos casos en que la conducta verbal es grabada y ban~crita,trans-
fombdose en material documental (por ejemplo, en. una mediacign realizada en un conflicto famlíiar),
así como en aquellas situaciones en que iniclialmente ya se obtiene la infomació~en forma de texto
(por ejemplo, el diario de una adolescenb con anarexia nerviosa, o el testimonio de una tercera persona
en un caso de maltrato). En ambos casos, nos debemos remitir al cuihlisis del texto$para lo cual exista
diversas t6cnicas (análisis de contenido, análisis de grafos, rílgebra de la narrativa).
, \.,.
Nuestro objeto de evaluación es el que nos delimitará que conductas debemos registrar.

6. DISEROS OBSERVACIONALES
El &seño de un estudio es una estrategia que nos aporta la forma de desmoUarlo empíricamente,
esriucturando los datos de acuerdo con los objetivos que se deben cumplir, y conduciéndonos hasta el
desmollo analitico adecuado, Los diseños observacionales se caracterizan por su elevada flexibilidad,
de forma que actúan a modo de pautas útiles para saber qué datos conviene obtener, y cómo se deben
después organizar y analizar.
Se pueden establecer criterios muy diversos para establecer un mapa de los posililes diseños. Desde
hace más de una década se está desarrollando una propuesta inicial en que se a m a n la dicotoda idiogrú-
f i c ~ ( u n ~ a d ) l n o m o t ~ t i c o ( p l uy~laa relativa
li~ a un registra pwtual/.seguimiento, lo cual facilita el des-
linde de las direcciones básicas de análisis de datos observaciondes (Anguera, 1995%Anguerat, 1999i
Anguera, Blanco, Losada y Hernández Mendo, 20001, planteamiento que ha sido optunizado posterior-
mente (Anguera, Blanco y Losada, 2001), incorporando un tercer criterio, relativo a la dicotomia unidi-
memionallmdtidimensional,
Aplicando la propuesta mencionada, se dispone de ocho zonas en cuatro cuadrantes, que cones-
ponderían a los ocho diferentes diseiios.

El diámetro vertical es el relativo a las unidades a evaluar (sujeto evaluado, pequeño grupo de
alumnos que comparten una tarea común -como la elaboración de un póstes-, actividad observa-
da, etc.), el horizontal a la temporalidad de la evaluación (de una sesión a una serie de ellas a lo largo
de un perfodo de tiempo), y los clrculos conc6ntricos a la dimensionalidad.
El polo superior del eje vertical se refiere a un estudio idiogr<j,fico-de unidades-, como, por
ejemplo, un(a) niño(a) hiperactivo(a), o incluso un pequeño grupo contemplado como unidad, como
una faailia, mientrtas que el polo infemior se refiere a un estudio rzomotético - d e colectivos de unida-
des-, como un colectivo de usuarios de un programa de actividad física de tercera edad.
El polo izquierdo del eje horizontal implica registro puntual -una sesión-, camo seda, por
ejemplo, una actividad de m día determinado, y el polo derecho del mismo eje indica seguimiento a 10
lago del tkmpo, como todas las sesiones de que se compone un programa de deshabituacidn d alcohol.
Si sólo nos referimos a seguimn'evat.~(sin añadir nada más), se entiende que se trata de un seglss'miento in-
tersesional, con el fin de distinguirlo del sepimiento intrasesional, posible en cualquier estudio?tanto si
se regjstra en una o en varias sesiones.
El círculo concéntrico menor se refiere a m a evaluación unidimensional, cuando interesa única-
mente un solo tipo de elemento observado, como una acción prosocial, y el mayor a una evaluación
multidimensional, propio de situaciones en que deben contemplarse simultáneamente diversos niveles
de respuesta (gestuales, verbales, de desplazamiento).
En la Figura 6.1 se presenta gráficamente, indicando los diseños que surgen de esta ortogonali-
dad entre ejes:

6.1. Cuadrante 1
Comprende los dos diseños idiogrhfi-
co/seguimiento/unidimensional e idiográfi-
co/seguimiento/multidimensional(diseños
diacrónicos). El seguimiento en un estudio
idiogáfico constituye una situación caracterís-
tica en evaluación, ya que se consigue focalizar
toda la atención en una anidad (por ejemplo un
niño en un Centro de Acogida). A su vez, si es
unidimensional sólo interesaría evaluar un ni-
vel de respuesta, como podría ser su aprendiza-
je motriz, mientras que sería multidimensional
cuando se evalúan varios de ellos (como inter-
cambio comunicativo con el(1a) educador(a).
que implica la evaluación de conductas no ver-
bales, vocales, etc.). A su vez, el seguimiento
pohá ser más prolo~ado~
-
Fipa6.1

Diseñas observacionales. [Adaptado de Anguera, Blanco y Losada,


siempre varias sesiones. 20011.

6.2. Cuadrante 11
1' dimensional,
Comprende los dos diseños idiogriifico/puntual/unidimensional e idiográfico/puntual/multi-
Una recogida de datos puntual (una sola sesión) y a partir de un solo sujeto (o unidad)
observado(a) permite realizar únicamente evaluaciones de carácter surnativo, que pueden referirse a un
solo nivel de respuesta o a varios (por ejemplo, evaluación de hiperactividad realizada mediante regis-
tro observacional, referida sólo a movilidad de partes del cuerpo, o bien a movilidad intracorporal más
desplazamientos]. Son los dos diseños más débiles.

6.3. Cuadrante 111


Comprende los diseños nomotético/puntual/unidimensionaly nomotétieo/puntuallmultidi-
mensional (diseños sincrónicos). Cada vez son más frecuentes las situaciones puntuales (sesiones con-
dL4 G ~ a d m t d Y

t~imula&mn&ml(&M@ e3id~oo-
a 10 laqp &l timpo

7. BiESWDLLO DEL PWOCSB

~ m @ - twnc3-~@~adm.
~

7.1. Fase exploratoria


Antes de iniciar un estudio sistemfitico de observación con fines evaluativos, es muy recamenda-
ble dedicar una serie de sesiones a la fase exploratoria o pasiva, que tiene un carácter asistemático o ca-
sual, pero reviste una gran utilidad.
La finalidad que se persigue es la de contribuir a acotar de forma precisa el objeto de estudio,
disminuir o eliminar la reactividad del sujeto observado, incrementar el nivel de entrenamiento del ob-
servadar, y recopilar un suficiente:bagaje de información que permita adoptar con posterioridad y de
f a m a motivada las decisiones precisas (sobre homogeneidad de sesiones, plan de muestreo, tipo de re-
gistro más adecuado, etc.). Obviamente, durante esta fase, que es de carácter precientífico, se debe lo-
grar un conocimiento detallado y una farniliarización con la situacihn de observación.
7.2, Dipasici6n previa

i 3' i

3.1. anten ni miento de la constancia intersesional


Con el fin de garantizar el máximo de homogeneidad entre las diferentes sesiones de obsema-
ión es imprescindible que se haya elaborado una relación de los requisitos mínimos que permiten ca-
cterizar el perfil de las sesiones de observación que se ajustan al objetivo propuesto. Los criterios
características del en-
de juego grupa1 en el
7 horas, independien-

.2.3. Tratamiento de las disrupciones temporales


Las disrupciones temporales consisten en un evento inesperado o circunstancia sobrevenida en e1
anscurso de una sesión de observación que ocasiona una interrupción de ésta, sin que se rompa el curso
e la acción. La inobservabhdad pasajera que se genera se puede producir esencialmente por dos moti-
vos: por hallarse momentáneamente el sujeto observado fuera del campo de observación (por ejemplo, si
un residente en un centro gefiátrico, durante una sesión en que es observado, necesita un objeto que ha
ido a buscar), y por causas técnicas (parte de1 campo de observación al que no le alcanza la cámara o el
conjunto de ellas, apagón en su caso, mala orientacián de una c h a r a en un momento dado, etc.).
7.2.4. Temporalización

Elaboración de un plan o agenda relativo a la sucesidn de actividades a desarrollar a lo lago del


1
proceso observacionah Fase exploratoria, planteamiento del diseño del estudio, plan de muestxeo ob-
servacional, elaboración del instrumento de observación, registro y obtención de pardmetros, campro-
bacián del control de calidad del dato, anali~isde datos en función del diselio, ínterpretación de resulta-
dos y e l a b o ~ del
n iofom,

7.2.5. Identificación de la sesión de observación


Aparte de datos identificativos de fecha y hora, se incluirá información relativa a los cuatro ni-
veles básicos de todo contexto: a) entorno físico (superficie, iluminación, implementos, etc.); b) activi=
dad realizada (escenificación de una narración, episodios prosociales, aprendizaje de nuevas conduca
tas, etc.); c) nivel social relativo al(a los) sujeto(s) observado(s) (con indicación de sujetos pesentek.
no observados -en el caso de que interese observar sólo a algunos miembros del grupo-, y de su
constancia o variabilidad en las distintas sesiones); y d) información de carácter institucional u organi-
zativo (inicio y duración de actividades en su contexto habitual).

722, B h da muestre8
a&~dotm@m@@
qm Q-l? pm obt~gt$.@el @
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m GS pa~ib14o m d .
6 h rnb&@%m mwhm ts@a@a@g GOS-. h QW@
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GE a p e de -m -$k&%n de:
1
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b. Periodicidad d

c. Número mí
d. Criterio de
e. Criterio de
El nivel de muestreo intrasesional, o segundo nivel de muestreo, se refiere a la información re-
gistrada dentro de cada sesión. Las diferentes posibilidades son:
a. Registro continuo de toda la sesión. En este caso no se da este muestreo intrasesional, sino
que se registra toda la información relevante de la sesión según nuestro objetivo. Por ejemplo,
todos los desplazamientos de un(a] residente en un Centro de Acogida durante una actividad.
b. Muestreo de eventos. Sólo se registran determinados típos de conductas o elementos. Por
ejemplo, si únicamente nos interesan las posturas de equilibrio en sesiones de actividad ffsi~a
para personas de tercera edad.
' c. Muestreo temporal, La selección de la información s e efectúa iinicamente en función del
tiempo real, y existen, a su vez, diversas modalidades: Muestreo instantáneo o de puntos de
tiempo, muestreo de internalos total y muestreo de intervalos parcial. Por ejemplo, si en una
sesién de clase se muestrea cada 30 segundos a un a l m o para saber si se mantiene en posi-
ción correcta.
d. Muestreo focal. Cuando se observan diversos sujetos, se reparte en partes iguales la duración
de la sesión, y el muestre0 se efectúa mediante rondas sucesivas de observación a cada uno de
ellos. Por ejemplo, en la evaluación de un enirenamiento deportivo, cinco minutos de focali-
i zación en cada uno de los participantes
- de forma sucesiva, y al acabar, se inicia de nuevo la
randa,
1

3.4. Elaboración del instrumento


La extraordinaria diversidad de situaciones susceptibles de ser sistemáticamente observadas en
&1ámbito de la evaluación obliga a prescindir de instrumentos estándar y, por el contrario, dedicar el
@emponecesario a prepararlo ad hoc en cada uno de los casos (Anguera y Blanco, en prensa). Existen,
Goma instrumentos básicos de la metodologia observacional, el sistema de categorías y el formato de
campo, y, de forma residual, las rating scales. El sistema de categorías es de mayor rango por su im-
prescindible soporte teórico, mientras que los formatos de campo constituyen un instrumento más fle-
~ i b l especialmente
e adecuado en situaciones empíricas de elevada complejidad.

Se trata de una construcción de1 observador que permite disponer, en sentido figurado, de una es-
pecie de receptkclkas o m o l d ~ s(en sentido figurado) elaborados a partir de la realidad -sujetos, episo-
dios, actividades o contextos evaluados(as)- y de un marco teórico -por ejemplo, constnictívista-, y
a los que se asignarán las conductas registradas. No sólo debe estudiarse la individualidad de cada una
de las categarias, sino que es fundamental además la estmctura de conjunto que forma el sistema.
El proceso es recurrente entre la realidad y el marco teórico. El punto de partida más recomenda-
ble es la elaboración de un repertorio o lista de rasgos de conducta (realidad), que consiste en una mla-
ción de conductas distintas realizadas. Por ejemplo, si se pretende evaluar un programa de incremento
de la prosocialidad en una escuela infantil y se elabora un sistema de categorías, se empieza nominan-
do las diferentes conductas prosociales realizadas. Para la correcta elaboración del instrumento, debe
contarse con una presunción de exhuustividad, para lo cual se requerirán suficientes sesiones de obser-
vación, y se fija alguna medida convencional -prueba de cautela-consistente en el establecimiento
de un número mínimo de sesiones (al menos tres) sucesivas en las cuales no ocurra alguna nueva con-
ducta distinta de las ya listadas; siguiendo el ejemplo antefior, si ya se dispone de una relaci6n de con-
ductas prosociales distintas, se asegurar4 de que en al menos tres nuevas sesiones no ocurre ninguna
distinta de las ya remgidas en el repertorio.
El paso siguiente consiste en proponer, a partir def. marco conceptual, unos criterios que permi-
tan realizar agrupaciones por afinidad entré los rasgos de conducta, y a las que ss da una denominacida
provisional. En este caso, se efectuaría a partir de las conductas manipulativas con o sin petición de
ayuda, y de las conductas verbales de apoyo.
A continuación, volviendo a la realidad de las actividades observadas, se efectúa el visionado dc:
nuevas sesiones, a la vez que se trata de asignar las conductas que nos interesan -conductas prosocia-
les, en nuestro ejemplo- a las agrupaciones provisionales ya realizadas. &te es el momento en que, a
la luz del marco teórico, se analiza y revisa si existe un adecuado grado de homogeneidad entre l a s
conductas registradas, procediadose, según sea el caso, a desglosar alguna de las agrupaciones, o a:
modificar otras, etc, Una vez realizadas estas modificaciones, de nuevo se procede a visionar nuevas
sesiones, asignando las conductas a la nueva propuesta de categorías, y as1 se va repitiendo el procese
de forma iterativa hasta que el conjunto de las categorías contigura un sistema exhaustivo dentro de&
área o situación observada y mutuamente excluyente en cada una de las dimensiones o niveles implim
dos.
Un sistema de categorías debe ser exhaustivo y mutuamente excluyente (representado por la na.
tación ELMEl). La exhaustividad se refiere a que cudquier compofiitamiento del m i t o considerado cm-:
mo objeto de estudio (que habrá sido sdeccionado y muestreado del repertorio conductual del sujeto]
puede asignarse a una de las categorías. Y la mutua exclusividad significa el no solapamiento de las C.*
tegm'as que componen un sistema, por lo que a cada comportamiento se le asignaría una y s6l0 una ca-m
tegoría. En el ejemplo mencionado, ambas car~icterísticasse traducirfan, respectivam~nte,en el hecho
de que la totalidad de las conductas prosociales se pudieran asignar a alguna de las categorías, y de que
las diferentes categorias sobre conductas prosociales no se solaparan entre sí.
El sistema universal de notación de un sistema de categorfas se expresa mediante {A, B, C, D,
E), siendo A, B, C, D y Elos códigos de las respectivas categorías. Por tanto, simboliza que entre las
cinco se cumple la exhaustividad y mutua exclusividad. No miste un límite en cuanto al número mini-
mr,o máximo de cat~gaxfas,aunque conviene tener presente que si hay muy pocas resulta un insáu-
mento escasamente discriminativo, y si hay muchas se puede -
i g c d en e m a de comisión (confu-
@Ónentre cuas).
Las categorías tienen que defhiirse cuidadosamenteDde forma que se contemplen todos sus mati-
ces, y es recomendable que se acompañen de ejemplos y contraejemplos-que pueden adoptar el for-
mato gráfico, o de fotogratfa, o de imiigenes, si se desea- para qm su especificación sea mayor (An-
guera, 1991). Cada categofia consta del nticleo mtego~'ia2,o esencia básica de la categorfa, y del nivel
de phstieidad o apertum, que se refiere al conjunto de las manifestacioms externas de las canductas
asignadas a la misma categorfa Por ejemplo, en la categoria postural 'e~.tarsentado', el aivel de plasti-
cidad estar6 formado por las diversas conductas posibles en que se manifiesta el 'estar sentado'(recos-
Taclo hacia delante, ladeado, estirado hacia el respaldo, etc.).

Cuanda no se produce ocurrencia de conducta, esta carencia deberá registrarse mediante la cate-
$;mía formal 0 (conjunto vado),

I
Dado que la elaboración de un sistema de cakgorías a otro no es úánic ea absoluto, sina que de-
@de en parte de quién lo elabore, los sistemas de categorias relativos a una d e t e h a d a situación o
~omportarnientoss e r h equivalentes (no idénticos) si durante el proceso de categorízación se adoptan
b s mismos criterios, pero se trata de una equivalencia en su conjunto, no categoría por categoría. En
wnsecuencia, tiene sentido la cornparabílidad de das o más sistemas de categorías, 10 cual puede dar
,&a a cuestiones interesantes (distintas versiones de un instrumento).
Finalmente, conviene tener en cuenta la posibilidad de estracturar jerárquicamente ian sistema de
mtegorfas, desde una mayor molaridad a una mayor molecularidad. Por ejemplo, si se evalúa la estrate
gia seguida en una modalidad deportiva -coma d fútbol- y las categorías son {Inicio jugad& Des-
mollo jugada, Fin jugada}, cada una de ellas, a su vez, puede dar lugar a otro sistema de categorías
mds mole~ulrrres;asf, la categoría Inicio jugada puede dar lu>garal sistema de categorias (Saque de
~entm,Saque de meta, Saque de esquina, Saque de banda, Saque neutral, Tiro libre de falta, Saque por-
-1-0, Recuperación j .
C'
7.4.2. Formatos de campo
Su origen se remonta al de una vieja técnica de registro (Weick, 1968) que ha sido recuperada
bace un par de décadas, permitiendo que en la actualidad se la pueda considerar con el rango de instni-
mento de observación, una vez ha sido optimizada (Oliveira, Campanico y Anguera, 2001; Anguera y
Blanco, 2003). A lo largo de los últimos años, su uso se ha incrementado de forma espectacular.
Su elaboración implica los siguientes pasos:
1) Establecimiento de criterios o ejes del instrumento, fijados en función de los objetivos del es-
tudio (por ejemplo, en un piso de enfermas, los posibles criterios serían las zonas, actividad,
--

rG#R. Concepto, procest tplicación en las

modalidad interactiva entre las d e m a s , etc.). Es posible que alguno de los criterios se des-
glos_ejeeárcpicmente en otros.
2) Listado de conductas/situacim~s(lista no cerrada, denominada ecttálogo) correspondientes a
cada uno de los criterios, anotadas a p d de la información que proporcionó la fase explorb
toria del estudio. Por ejemplo, a partir del criterio nzodalid~dintevactivd el listado de conduc-
tas podrla ser: Solitaria, actividad independiente, actividad en paralalo, actividad cooperativa
en p d parcial,
~ etc. (el etc. signieca precisamente que podriími irse dadiendo otras c o n d ~ ~
tas, al ser lista no cerrada).
3) Asignación de un sistema de codificación d~cimala cada una de las conductas/situaciane~
anotadas que deriven de cada tino de los criterios, lo cual permite desplegar cualquiera de
ellos en un sistema jerárquico de ordgn inferior. En función de la complejidad del caso o
rango de molecularidad deseado, se puede tratar de sistemas de doble, triple, etc. cádigo.
Por ejemplo, los .codigos de los critedos serían 1 (zona), 2 (actividad), 3 (modalidad interae
tiva), etc. Y del 3 podrían derivar 3.1 (solitaria), 3.2 (actividad independiente), 3 2 (actividad
en paralelo), 3.4 (actividad cooperativa en grado parcial), etc., pero, a su vez, del 3,2 podrian
derivar 3.2.1,3.2.2,32 . 3 , y así suceslvame~~te.
4) Elaboracidn de la lista de eonf"igmiones. La configuración es la unidad bgsica en el re&:
@ode formatos de campo, y consistco en al encadenado de códigos correspondientes a con-
ductas simultáneas o concurrentes, el cual permitirá un registro exhaustivo del flujo d~
conducta, y una enorme facilitación para los análisis de datos a ef~ctuarposteriormenti*
Por ejemplo:

1.3 - 2.4 -3.2.1 - 4.2 - etc.


1.3 - 2.3 - 3.2.1 - 4.2 - etc.
1.1 - 2.3 3.2.4 - 4.4- etc.
;

Etc.

Las configuraciones se ri@n por los criterios sincrónico y diacr6nico: Sincrónico,porque todos
los ~Bdigosde cada configwación corresponden a conductas -una de cada cri&rio-- siísiulttineas, d~
forma que, al madificarse una o más c.odigos de una configuración, ello da lugar a lia siguiente. El crife-
rio diamónico se apoya, precisamente, en esta sucesión de configuraciones.

Si en alguna ~ o ~ g i x r a c i ógon coiresponde registrar código de a l g h miterir>,m su lugar se ca-


loca !B.

Si cotejamos los dos tipos da instrumentos -sistema de categorfas (SC) y formatos de campo
( F C ) , las prbcipales diferencias entre ellos se reflejan en la Tabla B. 1.
, Tabla 6.1 Comparación entre sistemas de categorías y formatos de campo

74.3. Combinacion de formatos de campo y sistemas de categorías

Con relativa frecuencia es: recomendable anidar uno o más sistemas de categm'as en uno o mas
de los criterios de los formatos de campo, respectivamente, de manera que la relación de conductas/si-
kuaciones que corresponden a este(estos) criterio(s] serían las categorías que conforman el sistema,y,

Con ello se logra mantener la mayor flexibilidad de los formatos de campo, a la vea que, siempre
que el ob3eto estudiado y/o la situación lo recomiendan, se incorporan unas categorias &idas -y e%-

emplo, correspondientes a la eonducta verbal).


Este uso combinado se puede hallar actualmente en trabajos de numerosos bbitos, corno edu-
wivo (Ordúfie~~ 1999) o deportivo (Ardá, 1998; Castellano, 2000).

Este instrumento de observaión, que corresponde a un sistema dimensional de registro, tiene un


carácter residual debido al necesario requisito de ordenación de un atributo o diensi6n, que no &m-
pre es poslible ni fticil.
A pesar de que les acompañe una correcta definición a cada una de las estimaciones, hay que
contar con un importante riesgo de subjetividad en la mayoda de los casos que nos recomienda ser ex-
tremadamente precavidos en el uso de @%te jnsbrum~nto.
FORMATO DE CAMPO (criterios G1, G2, G3, G4, G5 y G6),
de los CRITERIOS han dado lugar a un SISTEMA DE

i) G2A (Afirma) G3A (TV) G4A (Zaguán) G6A (sí)


d G2B (Niega) G3B (Pasea) G4B (Comedor) G6B
e) G2C (Pregunta) G3C (Dominó) G4C (Cocina)
G3D (Revistas) G4D (Habitac. 1)
G4E (Habitac 2)
G4F (Pasillo)
G4G (Balcón)
G4H (Calle)
tran~cripciónde la realidad se realiza inicialmente mediante un registro descriptivo, que se irá descompo-
niendo en unidades de conducta para dar lugar a un registro semi-sistematizado. Este registro se deberá
sistematizar progresivamente, a lo largo de una gradación con muchos eslabones intermedios, los cuales
suelen sucederse entre sí, al menos parcialmente, a medida que avanza el conocimiento del observador
acerca de las conductas estudiadas y se acrecienta su rodaje específico (Anguera y Blanco, 2003).
La sistematización completa se logra mediante un sistema de códigos (icónicos, literales, numé-
ricos, mixtos, cromáticos, etc.) que pueden adoptar una estructura de cadena, modular, en cascada, etc.
Por supuesto, se puede llevar a cabo una codificación biaaria (presencia/ausencia, que se podría codifi-
car, respectivamente, como l/O], 0 de un único tipo de elementos -por ejemplo, conducta interactiva
verbal-, o bien cabe una cod@cación sinzultdnea de varios aspectos concurrentes, por lo que es posi-
ble elaborar una sintaxis completa de cualquier situdcia'n de obsc?rvación,que alcanza un grado máxi-
mo de sistematización, sin requerir de ningún término descriptivo. En este caso conviene elaborar unas
reghs de uso de los códigos, pudiéndose decodificar en virtud de las mismas, con lo que se obtendría el
correspondiente registro descriptivo en su forma inicial no sistematizada.
- Son practicamente incontables las modalidades de registro existentes o que se pueden crear, y en
eu elección será relevante la consideración de los objetivos y de los contextos en que se ubique el estu-
dio (así, registro continuo vs. intermitente, registro de conductas más o menos molarizadas, etc.). En la
actualidad, en la práctica totalidad de los casos se puede disponer de la grabación de las sesiones de ob-
servación, motivo por el cual la operación metodológica de registro se disocia en las de grabación-vi-
ixionado(s)-registro a partir de la grabación.
I
La sistematización h l registro y la constmcción del instrumento son dos fases con orden intercam-
biable entre sí (sepuede primero elaborar el instrumento y luego sistematizar el registro, o a la inversa).
En los últimos años, el avance tecnológico ha posibilitado el desarrollo de mdltiples aplicacio-
nes infomziticas que permiten registrar toda conducta perceptible. En la actualidad existen más de
doscientos programas informáticos destinados al registro observacional, y se deben distinguir los
programas de uso general (Excel, Access, etc.) de los de uso específico (muchos de los cuales se dan
a conocer en la revista Behavior Research Methods, Computers & Instrumeatation). Entre los pro-
gramas de carácter específico citamos los más utilizados en los iíltimos aiios en Espafia: Codex 1
(Hernández-Mendo, Anguera y Berrnndez-Rivera, 2000; Rernández Mendo, Bermtídez Rivera, An-
guera y Losada, 2000), SDIS-GSEQ (Bakeman y Quera, 1996), The Qbserver3 (1993; Moldus,
1998), ObsWin32 (Martin, Oliva y Hall, 20001, Sportcoder4 (PatternVision, 2001; Anguera, 2005;
Anguera y Jonsson, 2002), Match Vision Studio (Perea, Alday y Castellano, S004), etc.

Se puede obtener gratuitamente en ht'tp://ww.efdeporte~.~0m/e~d18/~oda.hdm


Se puede obtener gratuitamenteen Izttp:llwww.ub.eslcomporta/comporta.htnz(a partir de la veírii6n 1.0 instalada, o del fichem
semilla E X 1 . m -incluido en la obra Balcernan y Quera (1996>3.
Se puede campraren http:f/www.moldus.com
Es un programa de wdificacidn que permite e x p o m 108 ficheros de datos al T h h e .
----
Concepto, proceso y apiitación en las 6 esorrollo y de IQinteiigencin

7.6. Métrica del registro u obtención de parametros


Nos hemos referido a diversas posibilidades de registro, pero en todas ellas debemos adoptar la dc

1
sión aeerca de cómo materializamos los datos netos que vamos a extraer del registro. Existen paránetros
primarios y secdarios, y entendemos que para la observación en evaluación son esenciales los primeros,
que presentarnos en forma de escalonado dada su progresiva adquisición de po&nciacomo dato y su orden
progresi~ode inclusibn. Los parheiros primarios bksicos son: Frecuencia u ocurrencia, orden y duraci0n.
Lafrecuencia consiste en un mero recuento de acciones u ocurrencias de conducta. Es induda-
blemente el p a r k t r o más debil, aunque ha sida tradicionalmente d más utilizado.

1
El ~ r d e ncomiste en la explicitación de la secuencia de las distintas ocurrencias de cotlduatk. 6
portador de la información correspondiente a la frecuencia y, aderriks, de un plus de información que
p d t e discriminar entre sesiones distintas que podrfan aparecer como idénticas si sólo contemplára-
mos el parámetrofrecuencia (Anguera y Blanco, 2003). Asl, si tomamos coma ejemplo las siguientes
sesiones (ver Tabla 6.2) registradas mediante el parhmetro orden, a simple vista comprobamos que san
distintas, mientras que las correspondientes tablas de frecuencias (regisíro a partir del parámetrofrc-
cuencia) muBstran identidad entre ambas sesiones, o, lo que es lo mimo, el parámetrofrecuencia no es
capaz de discriminar lo que sí diferencia el padmetro orden,

Tabla 6 3 . Comparaci6n de registros a partir de los parámetros de orden y fiecw~cia


m

-
Sesió 5 3 4
Sesión 2 5

J
Sisciema de categorías: {A, B, 6 ,D}
1
F
1-

4
11

4
La d~~ractQn es el parámetm del registro mas consistente, y el que encierra mayor fiqwza de in-
formación, ya que contiene la del parámetiro orden p además la indicación del n h m o de unidades con-
vencionales de: tiempo (minutos, segundos, ...) comsp~ndiwtesa cada ocurrencia deconducta -por
ejemplo, un didoga-, que equivale a un plus de información que permite discriminar entre sesiones
diferentes que aparewrían como idéntica si sólo se contemplara el parámetro orden. En la Tabla 6.3,
0n la cual mantenemos los datos del anterior ejemplo para la sesi6n 1,podemos comprobar & n o las
sesiones 1 y 2 son diferentes cuando se ha, realizado el registro mediante ~1parámetro dameida, a dife-
rencia de si cotejamos las sesiones 1 y 2 registradas únicamente mediante el parámetro orden.

; Tabla 6.3. G o m p d O n de regisbws a partir de los p a h e t r o s de duración y ordea


D, proctso y clptícación en las áreas del des~rroloy de h inteligencic

Un concepto fuertemente vinculado con el de fiabilidad es el de validez, consistente en conocer


si estamos midiendo aquello que nos proponemos medir. Generalmente se ha supuesto que la concor-
dancia entre observadores independientes refleja el tipo de consistencia necesaria para que un sistema
de observación directa tenga validez, pero no es cierto, dado que los diferentes observadores pueden
concordar en el error. Dado que un instrumento es válido si mide lo que se supone que mide, se ha Ue-
gado a argumentar que los registros de observación directa son obviamente válidos, dado que se des-
cartan otros fuertemente influidos por la interpretaciónzcomo serían los autoinformes del profesional a
quien le corresponde tomar decisiones críticas en el ámbito del acogimiento o adopción.
Un instrumento de observación es fiable si tiene pocos errores de medida, si muestra estabilidad,
consistencia y dependencia en las puntuaciones individuales de las características evaluadas.
Un concepto asociado -a la fiabilidad de los registros es la precisión. Una medida es precisa si re-
presenta totalmente los rasgos de la conducta en cuestión, y la precisión se evalúa a trav6s del grado de
concordan~iaentre un observadar y un estándar determinado.
En los mfiltiples aspectos propios de la evaluación resulta obvio que existen una gran cantidad de
factores que están incidiendo de forma diversa sobre las acciones que se ejecutan, y de aquí que nos
preguntemos si los datos observados son interpretables, o si, por el contrario, son el resultado de flue-
tuaciones aleatorias introducidas por el instrumento de observación utilizado (Blanco, 1989, 1993:
Blanco y Anguera, 2000; Blanco y Anguera, en prensa). De aquí que se hayan desarrollado dos formas
cuantitativas básicas para hallar la fiabilidad de los datos observacionales: a) coeficientes de concor-
dancia entre dos observadores que, registrando de forma independiente, codifican las conductas me-
diante un mismo instrumento de observación; b) coeficientes de acuerdo, resueltos mediaate la correla-
ción, Además, es posible aplicar la te& de la generalizabilidad, cuando interesa integrar diferenta
fuentes de variación (observadores distintos, diversas ocasiones, varios instrumentos, tipos variados de
registro, ocasiones diversas, etc.) en una estructura global (Blanco, 1991,1992, 1993,2001).
Existen numerosos coeficientes que permiten controlar la calidad del dato en una amplia
casuística de situaciones, y se pueden vertebrar en torno a unos prototipos básicos, tal como muestra
la Tabla 6.4.
Además de las formas cuantitativas de control de la calidad del dato, cada vez la concordancia
consensuaáa (vex Tabla 6.4) cuenta con mayor protagonismo. Se trata de lograr el acuerdo entre los oh-
servadores antes del registro (y no después, como corresponde en los diferentes coeficientes a los que
da lugar la forma cuantitativa), lo cual puede conseguirse siempre que se disponga de la grabación de la
sesión, y los observadores discuten entre si a qué categoría o c ó Q o de formato de campo se asigna ca-
da una de las acciones observadas. Presenta ventajas evidentes, y a la obtención de un registro línico
hay que añadirle un importante fortalecimiento del instrumento de observaci6n, ya que quedan mejor
perfiladas sus definiciones y los matices que deban añadirse. No obstante, no podemos olvidar los in-
convenientes que supone el hecho de que un deteminado observador «pase» de asignar una conducta a
una determinada categoría o código de formatos de campo por c o d a r en el prestigio o elevada compe-
1 Tabla 6.4 Prototipos de concordancia entre-observadores e intra- observado^

No control del azar 3 F~M

r e n c [C>
2 obcervadores Control parcial del azar 3 FAP
Control total del azar 3 F Q l a

1 Concordancia 1 2 observadores

Codificacidn bi
3- Concordancia canónica

cuerdo 3 Coeficientes de correlación 1 cuasicorrelación

oncordancia + Acuerdo 3- Concordancia secuencia1

&-m& m pmpamm; o, p $91C


r n i b M m d il3%dM
pm-lasm e"l

kdm&mm

199%2OO;B, 2U041,
Cada uno de los ocho diseños observacionales, en función de sus características delimitadoras,
sugiere determinados an&is de datos, sin que se trate de una imposición restrictiva (Anguera, Blanco
y Losada, 2001) (Tabla 6.5). De nuevo se evidencia el binomio de flexibilidad, por una parte, y preci-
sión, por otra?propio de la metodología observacional.
En la actualidad podemos afirmar que las diversas posibilidades de análisis de datos en metodo-
logía observacional (Losada, 1999) abren territorios fecundos es? el ámbito de la evaluación, y nos ofre-
cen un abanico de alternativas que hay que saber seleccionar adecuadamente y utilizar,
Una vez efectuado el m s i s de datos se obtienen los resultados, los cuales deberán lógicamente
ponerse en relación con los objetivos planteados y con la correspondiente literatura sobre cuestiones
semejantes para su adecuada interpretación.
1

8. FORMACION DE OBSERVADORES
En las últimas décadas existe cansenso en considerar que el observador ese hace, no nace», justo
al contrario de la opinión que imperaba a mitad del siglo pasado (Anguera, Blanco, Losada y Sánchez-
1
Algarra, 1999). La cuidadosa formación del observador es imprescindible, y se recomienda encarecida-
mente a todo profesional de la evaluación que vaya a utilizar la observación, tanto si se trata de estu-
dios básicos como aplicados,
En el proceso de fomacián de los observadores deben distinguirse dos fases distintas: En primer
lugar, el entrenamiento, que consiste en una formación genérica referida a cada una de las etapas a se-
guir durante un estudio observacional (planteamiento del diseño, plan de muestreo, elaboración del ins-
trumento, registro y codificación, control de la calidad del dato, análisis de datos), y el adiestramiento,
relativo a la formación específica en algunas o todas estas etapas aplicadas a un estudio determinado
(por ejemplo, correspondería a adiestramiento la adquisición de competencia especifica- - sobre el uso de
los códigos icónicos de labaaotation en un estudio sobre hiperactividad).
La adquisición de la competencia para observar supone un proceso cognitivo que implica, a su
vez, superar una serie de etapas que se suceden entre sí (Santoyo y Anguera, 2001). Este proceso se ini-
cia con el conocimiento y comprensión de los conceptos básicos en metodología observacional (como
registro, codificación, formato de campo, etc.), así como de los específicos (disrupción temporal, tabla
de microanálisis, retardo, etc.), a lo cual seguirán ensayos empíricos in situ, que deberán estar supervi-
sados, y que deberán plantearse a partir de m grado creciente de complejidad. La correcta ejecución de
tales ensayos permitirá incorporar la estrategia adecuada, así como la adquisición progresiva del grado
de dominio necesario para ampliar, a modo de espiral, la envergadura de las a~tividadesrealizadas. Se
genera con ello un interesantefeed-back, que el supervisor tratará que sea estimulante, y que permitirá
una autonomía creciente en la realización de propuestas nuevas, modificación de las iniciales, tornas de
decisión entre diversas alternativas, realización de análisis coste-eficaciarespecto a diferentes facetas
del estudio (observadores, instrumento de observación, situaciones de observación, etc.).
Coml* ordind

de 1 ."orden
h&i&dcatS&d%Lras&ional
?C.
ARaLEsk de deordenadas p o W

Correlación lineal

Regresión logística
.
Tabla 6.5 Análisis de datos en función del disefío obsefvacional [Adaptado de hguera, Blamo y Lasada
(2001, pp. 154-15S)l

--
Est---h d_---ptiva
Cas-elacibn ordinal
Ji-~uadrado
Cadenus de Mafkov de 1 . &n

Comelaciidnintra-clase
Regmi6n logística
Anáiisis de panel
Análisis de tendencias
Senas t e m p a l e ~
A d b i s cte v&ma
Análisis de variaza de dátm
categOOcnq

Análisis de tendencias
Series temporales múltiples
AnGsis multivariado de la
-

M i s i s w m c i a l inbus~sional
Antil'isis sectmcial intemsional
A d t b i s de coordenadas polsrea
-

C m e L c i h mduttd
8-cua&ado
Cadenas de Markov de 1."arden
Anáhis secuenciai intrmsionaj
Analisis sm~ncialfntersesiomi
Allasi de ~ z r n ~p01aFw
Com1~5Óónintraacl@e
Regresión logi$tica
M s i s de psmel
Análisis de tendencias
Serie8 tempoples
a s

Series tempofaim niJltíp1e.x


Análisis de v&ma

caeg&ic

Regesi6n logística

tiempo utilizado en la formación de un observador es la mejor inversión de cara a su futuro trabajo co-
mo profesional o estudioso de la evaluación.
PQQUPWIA-Rw ETTVíEN DEL r ~ P I T U L ~

PERFIL DE LA METODQLOG~OBSERVACIONAL
DISENOSOBSERVACIONALES Y FASES DEL PROCESO OBSERVACIONAL

Planteamientodel proceso en
función del diseño de cada Disposición previa
estudio.

8 Mantenhiento de constancia intrasesional


4 Tratamiento de disnipciones temporales
4 TemporakaciDn
@ Identificación de la sesión de observación

J Lntersesional
J Intrasesional

Elaboración de instrumento
J Sistema de categorias
J Fonnatos de campo
J Rating scale

1 Registro y codificación

antro1de la calidad del dato


I
Análisis de datos

Beqiein'6nsabre eil análisis de datas


mde cadaado en función del Interpretación de los resultados
- - -
dicsfio plantmda
"#4

* 5
1
286 m PSlCOLÓGiCfi. Concepio, proceso y apkctci6n m Icts 6 ~ e dsl
EW~~LURC~ÓN a desctrroiio y de Ict inteligencia

1. La reactividad: d) Es un instrumento específico para la conducta


espacial
a) Consiste en que el hecho de observar modifica la
conducta habitual del observador
b) Suele darse cuando la observacián tiene lugar in 5. ¿Por qué es importante una fme inicial de &ser-
sdtu pero no se observa conducta espontánea vación exploratoria en metodología observacio-
c) Puede ser reducida mediante sesiones previas de nal?
habituación al observador
d) Sólo puede aparecer cuando ya existe un efecto a) Porque se recogen datos de forma sistemática
b) Porque se delimita lo que es factible de ser ob-
de halo
servado
C) Porque se delimita lo que es factible de ser ob-
IJ. :
2. Cuando se quiebra la constancia intrasesionail: servado y además se recagen informaciones que
serán útiles posteriormente
a) Se mantiene el mrso de dela sesión
d) Porque se puede hallar una fiabilidad consensua-

I b) El hecho de que se aproveche o no la primera


parte de la sesión depende de la duración del
evcnto sobrevenido
c) Se rompe el curso de la sesión
da

6. ¿Cuál de las siguientes decisiones no pertenece al


d) Se aprovecha siempre el registro de la primera muesteo intersesional?
parte de la sesión
a) Período de observación
b) Número de sesiones de observación
C, C"terios de de sesión
3. El grado de heterogeneidad de las distintas for-
mas de cmportamiento incluidas en una catego- d) Intervalos en que se divide la sesión de observa-
ría se llama: ción

a) Núcleo categorial
b) Borrosidad categonal 7. La disrupción temporal implica:
I
C) Nivel de plasticidad a) Interrupción momentánea de la actividad da1 su-
d) Rasgo distintivo jeto observado
b) Finalización de la sesión antes de la hora previs-
ta
4. E1 formato de campo:
C) Finalización de la sesión antes de terminar la ac-

,m
i
a) Equivale a una lista de rasgos
b) Es un instrumento de observación
c) Es un instrumento de registro
tividad
d) Inobservabilidad pasajera de la percepción del
;uieto observado vox el observador
5. Los parámetros primarios básicos son: 10. Un estudio evaluativo realizado a una familia a
lo largo de tres meses, durante los cuales se ob-
a) Frecuencia, orden e intervalos
sewan sesiones de juego del niño y su interacción
b) Frecuencia, orden y duración
diádica con la madre, requiere un diseno:
,intervalo y duración
a) mUitual/idiográfico/unidim~onal
b) Segnimiento/idiográ6cofmultidimemional
c) Seg~imjentolidiogá6co/~imensio~
Y. En la concordancia consensuada: d) Puntual/nomo~~co/unidimensional
a) Se invierte el tempus del proceso
b) Han de participar al menos tres observadores
c) E1 resultado se expresa en porcentajes de acuerdo
d) Se busca si concuerda el registro efectuado por
los distintos observadores lc/ 2c/ 3c/ 4b/ 5c/ 6d/ 7d/ 8b/ 9a/ 10b/
, -
f!odi~caci<Sn,Asignación de símbolos (nusntricos, lite- Progmma de baja inde+~>@ncion. Conjunto de awioaes
mies, icGnicos, mixtos, etcétera) a registros sistema- interventivas organizada6 en un plan de actuación
TiEkdos= q m %e&pkm@&~ efl el camsw habitual de las
1 C~n.yr@nckD o ~ o d~?stsza
o p a e j e ~ u ~algo-
ar uadisos dal program, y que ne tien6 caxa0ter intn
/ @M~o. Paau flnnble que ow>t.a ca uiil succsira m m
de dsiaone8 a 10largo de un promao evaluatlucl,
siva.
Jkgistr~.V o h & d& lb W1&d a un sopom tllissd
I das& la kli-mítación hla@)mndu&a[s) a evaluar nada fpapd, fichero i n f d t i c o , e_tc.J,de ~ u e s d o
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hasta el mZi1iisis d@d&to.sidane0 o m65 a d d o . con unas r@as s q q h al típo &eregi~tra.
F@mnt:e.Cada uno de 109 meas i&nWxcabb ck m Kew, T3ifimad f&xevisSbZo o a02 q u ~dtem , el mqw-
ma de h obs~1r\taai0n ó ~ t i m ao ideal I O = P -t- i +

p n r ~ n t est&dBr.
a IaFmimanto ya elaborado que nimizarse.
prcde ser utilizado be: forma itl&n&aen simacío- Unidad de C O & H & ~ Cada m a de las pams safrrirn~
nes diversas, y qzie puede xíistnhirae wnvencio- m que puede fragmentarse m registro. Para evitar
milmente. Debe ir acomplafiado d%normas de- apli- una molecularizacifin mcesiva, d ~ b ~umplk
e las E-
casidn- quisitos de ser de1UnitaB18rd ~ d a b l yeda-fhib1le.

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