EP Tema 6
EP Tema 6
EP Tema 6
M.Teresa
. ..Anguera Argilaga
2.1. Reactividad
2.2. Expectancia
2.3. Sesgos de carácter técnico
4. RELACIÓNOBSERVADOR-OBSERVADO
4.1. Observación no participante
4.2, Observación participante
4.3. Participación-observación
4.4. Auto-observación
l 1
CIÓN PSICOLÓGICR.Concepto, proceso y aplicación en las áreos del desarrollo y de la inteligencia
5. ¿QUÉOBSERVAR?
5.1. Conducta no verbal
5.2. Conducta espacial o proxémica
, ,
5.3. Conducta vocal o extralingüística
-3&4.Conducta verbal o lingüística
6. DISENOS OBSERVACIONALES
6.1. Cuadrante 1
6.2. Cuadrante Il
6.3. Cuadrante III
6.4. Cuadrante IV
,. ~ompetenciapara observar.
INTRODUCCI~N
pmtmior.
I n d d a b l m m t ~es complejo orpuizar adecuadamente el gran mlumm de h o m w i ó n qm sa
genera, Las cmductas altimate d i v ~ ~ ~ded laapemona s evaluada no son friciles de cara~teriizau,
m ~ n w4e registrar, y para rnuctro.~inmstigadores tampoco lo son de analizar con o'bjdvidad rigor.
Podemos dadir que m a o s aiin si nos hterem a1 i 1chr la red de r d a c i m s interactivas que S inicia%
consalidm, diluyen>cmbi-an de polaridad, etc, con otros individuos. Y la dificul&d talzwfa a m a ,
en la mdida m que, ~ o esml6gic0, no9 h k h s e ~ o n t e m d s~q a~o m-0 en los diveqsos conteX:-8
tos mtun:alesJh&b~~e~ en b s cuales se hlh ipmexzo Chgullcra, 2UCii).
EntrrV las difereates.hendirnt8s que permiten la obtención de daos en evaluaciEjn, la obserw-
C?h ofrece indudables posibilidadea de aplicat56n (Fesnándcz-BdHeros, 1992) por su flmibilidad j
rigurosidad, m M & d a s e sus vmtajm y adquiriendo escasa r~:lwmcialos hcomeniont~sque le s
inb~rentes.
3 3 , Vertiente eustantiva
, La primara decisión a adoptar, la de car6cWr sustantivo, coasistira en la delimitación tematiea
,&lcomportamiento perrrsptible del individuo o situaci6n a evaluar, y a los que afectar& tres únicas
msixicciones:
1.1.2. Integración m la vida cotMana y del entorno natural del sujeto a avaluar
No tendría sentido el estudio de aspectos incidentales o m~cdOticos,sino que intemsa esencial-
. ?
&~ra~m.~&&ad@ma f
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A m t&dm mm~qc,
DEL SESGO
REDUCCIÓN/ELIMINACI~N
Toda evaluación es un estudio científico, y, como tal, se deben reducir y eliminar los errores, de-
bido a que las situaciones de observación son complejas, existe en ocasiones una movilidad intrinseca,
muchas conductas son fugaces, los estudios son habitualmente prolongados, etc. Es cierto que después
se someterá el registro a un control de calidad del dato, pero previamente debe efectuarse un plantea-
miento tendente a reducir -y, si es posible, eliminx- riesgos de error. 1 I V I
2.1. Reactividad
Consiste en la alteración de la naturaleza espontánea de las conductas de los sujetos observados
que se ocasiona precisamente cuando se aperciben de que están siendo observados. Es un sesgo muy
frecuente y para el cual deben hallarse vias para resolverlo. Habitualmente es posible resolverlo me-
diante un acostumbramiento más o menos prolongado a la presencia del observador, hasta que la inte-
gración de éste en el entorno percibido por el sujeto evaluado ya no genera ninguna alteracibn en el
comportamiento, aunque es igualmente cierto que se requiere una buena dosis de paciencia. En los ca-
sos en que no se vulnere principios éticos, y se disponga de la instalación material correspondiente, se
pnede resolver mediante la utilización de espejos unidireccionales.
2.2. Eapectancia
Surge en el observador en foma de previsiones ylo anticipaciones de conductas no contextuall-
zadas, y, e-rr ocasiones, ni siquiera perdbidzts. Es un sesgo grave debido a que el observador no sospe-
cha que está afectado, y en muchas ocasiones se origina debido a que cree tener un completo conoci-
miento de la situación, o bien cuando está fuertemente supeditado a un marco teórico y, como
c~nsecuencia,íaconscientemdnte trata, mediante la éxpectancia, de obtener una evidencia empírica que
apoye su hipótesis al ser contrastada.
, RELACIÓN OBSERVADOR-OBSERVADO
En metodología observacional siempre se plantea la necesidad de establecer cuál será la relación
da mediante diversos matices, y que se esmctura a lo largo de
Que resulta del progresiva «acercamiento»entre las figluras de observador y obswado, dado que
exlste algún tipo de relaciión previa entre ellos (terapeuta-paciente, tutor-alma, madr~-hijo,etcd.
l
44. Auto-obsemcidn . a .
..U# I 1 .[;F.
al y conducta postura1 (Anguera, 2001). Y, como apunte filtimo, entendemos que esta última propues-
es sin perjuicio de que, en un futuro no Lejano, se entienda dicotomizada en conducta gestual y
6. DISEROS OBSERVACIONALES
El &seño de un estudio es una estrategia que nos aporta la forma de desmoUarlo empíricamente,
esriucturando los datos de acuerdo con los objetivos que se deben cumplir, y conduciéndonos hasta el
desmollo analitico adecuado, Los diseños observacionales se caracterizan por su elevada flexibilidad,
de forma que actúan a modo de pautas útiles para saber qué datos conviene obtener, y cómo se deben
después organizar y analizar.
Se pueden establecer criterios muy diversos para establecer un mapa de los posililes diseños. Desde
hace más de una década se está desarrollando una propuesta inicial en que se a m a n la dicotoda idiogrú-
f i c ~ ( u n ~ a d ) l n o m o t ~ t i c o ( p l uy~laa relativa
li~ a un registra pwtual/.seguimiento, lo cual facilita el des-
linde de las direcciones básicas de análisis de datos observaciondes (Anguera, 1995%Anguerat, 1999i
Anguera, Blanco, Losada y Hernández Mendo, 20001, planteamiento que ha sido optunizado posterior-
mente (Anguera, Blanco y Losada, 2001), incorporando un tercer criterio, relativo a la dicotomia unidi-
memionallmdtidimensional,
Aplicando la propuesta mencionada, se dispone de ocho zonas en cuatro cuadrantes, que cones-
ponderían a los ocho diferentes diseiios.
El diámetro vertical es el relativo a las unidades a evaluar (sujeto evaluado, pequeño grupo de
alumnos que comparten una tarea común -como la elaboración de un póstes-, actividad observa-
da, etc.), el horizontal a la temporalidad de la evaluación (de una sesión a una serie de ellas a lo largo
de un perfodo de tiempo), y los clrculos conc6ntricos a la dimensionalidad.
El polo superior del eje vertical se refiere a un estudio idiogr<j,fico-de unidades-, como, por
ejemplo, un(a) niño(a) hiperactivo(a), o incluso un pequeño grupo contemplado como unidad, como
una faailia, mientrtas que el polo infemior se refiere a un estudio rzomotético - d e colectivos de unida-
des-, como un colectivo de usuarios de un programa de actividad física de tercera edad.
El polo izquierdo del eje horizontal implica registro puntual -una sesión-, camo seda, por
ejemplo, una actividad de m día determinado, y el polo derecho del mismo eje indica seguimiento a 10
lago del tkmpo, como todas las sesiones de que se compone un programa de deshabituacidn d alcohol.
Si sólo nos referimos a seguimn'evat.~(sin añadir nada más), se entiende que se trata de un seglss'miento in-
tersesional, con el fin de distinguirlo del sepimiento intrasesional, posible en cualquier estudio?tanto si
se regjstra en una o en varias sesiones.
El círculo concéntrico menor se refiere a m a evaluación unidimensional, cuando interesa única-
mente un solo tipo de elemento observado, como una acción prosocial, y el mayor a una evaluación
multidimensional, propio de situaciones en que deben contemplarse simultáneamente diversos niveles
de respuesta (gestuales, verbales, de desplazamiento).
En la Figura 6.1 se presenta gráficamente, indicando los diseños que surgen de esta ortogonali-
dad entre ejes:
6.1. Cuadrante 1
Comprende los dos diseños idiogrhfi-
co/seguimiento/unidimensional e idiográfi-
co/seguimiento/multidimensional(diseños
diacrónicos). El seguimiento en un estudio
idiogáfico constituye una situación caracterís-
tica en evaluación, ya que se consigue focalizar
toda la atención en una anidad (por ejemplo un
niño en un Centro de Acogida). A su vez, si es
unidimensional sólo interesaría evaluar un ni-
vel de respuesta, como podría ser su aprendiza-
je motriz, mientras que sería multidimensional
cuando se evalúan varios de ellos (como inter-
cambio comunicativo con el(1a) educador(a).
que implica la evaluación de conductas no ver-
bales, vocales, etc.). A su vez, el seguimiento
pohá ser más prolo~ado~
-
Fipa6.1
6.2. Cuadrante 11
1' dimensional,
Comprende los dos diseños idiogriifico/puntual/unidimensional e idiográfico/puntual/multi-
Una recogida de datos puntual (una sola sesión) y a partir de un solo sujeto (o unidad)
observado(a) permite realizar únicamente evaluaciones de carácter surnativo, que pueden referirse a un
solo nivel de respuesta o a varios (por ejemplo, evaluación de hiperactividad realizada mediante regis-
tro observacional, referida sólo a movilidad de partes del cuerpo, o bien a movilidad intracorporal más
desplazamientos]. Son los dos diseños más débiles.
t~imula&mn&ml(&M@ e3id~oo-
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GE a p e de -m -$k&%n de:
1
"U,
b. Periodicidad d
c. Número mí
d. Criterio de
e. Criterio de
El nivel de muestreo intrasesional, o segundo nivel de muestreo, se refiere a la información re-
gistrada dentro de cada sesión. Las diferentes posibilidades son:
a. Registro continuo de toda la sesión. En este caso no se da este muestreo intrasesional, sino
que se registra toda la información relevante de la sesión según nuestro objetivo. Por ejemplo,
todos los desplazamientos de un(a] residente en un Centro de Acogida durante una actividad.
b. Muestreo de eventos. Sólo se registran determinados típos de conductas o elementos. Por
ejemplo, si únicamente nos interesan las posturas de equilibrio en sesiones de actividad ffsi~a
para personas de tercera edad.
' c. Muestreo temporal, La selección de la información s e efectúa iinicamente en función del
tiempo real, y existen, a su vez, diversas modalidades: Muestreo instantáneo o de puntos de
tiempo, muestreo de internalos total y muestreo de intervalos parcial. Por ejemplo, si en una
sesién de clase se muestrea cada 30 segundos a un a l m o para saber si se mantiene en posi-
ción correcta.
d. Muestreo focal. Cuando se observan diversos sujetos, se reparte en partes iguales la duración
de la sesión, y el muestre0 se efectúa mediante rondas sucesivas de observación a cada uno de
ellos. Por ejemplo, en la evaluación de un enirenamiento deportivo, cinco minutos de focali-
i zación en cada uno de los participantes
- de forma sucesiva, y al acabar, se inicia de nuevo la
randa,
1
Se trata de una construcción de1 observador que permite disponer, en sentido figurado, de una es-
pecie de receptkclkas o m o l d ~ s(en sentido figurado) elaborados a partir de la realidad -sujetos, episo-
dios, actividades o contextos evaluados(as)- y de un marco teórico -por ejemplo, constnictívista-, y
a los que se asignarán las conductas registradas. No sólo debe estudiarse la individualidad de cada una
de las categarias, sino que es fundamental además la estmctura de conjunto que forma el sistema.
El proceso es recurrente entre la realidad y el marco teórico. El punto de partida más recomenda-
ble es la elaboración de un repertorio o lista de rasgos de conducta (realidad), que consiste en una mla-
ción de conductas distintas realizadas. Por ejemplo, si se pretende evaluar un programa de incremento
de la prosocialidad en una escuela infantil y se elabora un sistema de categorías, se empieza nominan-
do las diferentes conductas prosociales realizadas. Para la correcta elaboración del instrumento, debe
contarse con una presunción de exhuustividad, para lo cual se requerirán suficientes sesiones de obser-
vación, y se fija alguna medida convencional -prueba de cautela-consistente en el establecimiento
de un número mínimo de sesiones (al menos tres) sucesivas en las cuales no ocurra alguna nueva con-
ducta distinta de las ya listadas; siguiendo el ejemplo antefior, si ya se dispone de una relaci6n de con-
ductas prosociales distintas, se asegurar4 de que en al menos tres nuevas sesiones no ocurre ninguna
distinta de las ya remgidas en el repertorio.
El paso siguiente consiste en proponer, a partir def. marco conceptual, unos criterios que permi-
tan realizar agrupaciones por afinidad entré los rasgos de conducta, y a las que ss da una denominacida
provisional. En este caso, se efectuaría a partir de las conductas manipulativas con o sin petición de
ayuda, y de las conductas verbales de apoyo.
A continuación, volviendo a la realidad de las actividades observadas, se efectúa el visionado dc:
nuevas sesiones, a la vez que se trata de asignar las conductas que nos interesan -conductas prosocia-
les, en nuestro ejemplo- a las agrupaciones provisionales ya realizadas. &te es el momento en que, a
la luz del marco teórico, se analiza y revisa si existe un adecuado grado de homogeneidad entre l a s
conductas registradas, procediadose, según sea el caso, a desglosar alguna de las agrupaciones, o a:
modificar otras, etc, Una vez realizadas estas modificaciones, de nuevo se procede a visionar nuevas
sesiones, asignando las conductas a la nueva propuesta de categorías, y as1 se va repitiendo el procese
de forma iterativa hasta que el conjunto de las categorías contigura un sistema exhaustivo dentro de&
área o situación observada y mutuamente excluyente en cada una de las dimensiones o niveles implim
dos.
Un sistema de categorías debe ser exhaustivo y mutuamente excluyente (representado por la na.
tación ELMEl). La exhaustividad se refiere a que cudquier compofiitamiento del m i t o considerado cm-:
mo objeto de estudio (que habrá sido sdeccionado y muestreado del repertorio conductual del sujeto]
puede asignarse a una de las categorías. Y la mutua exclusividad significa el no solapamiento de las C.*
tegm'as que componen un sistema, por lo que a cada comportamiento se le asignaría una y s6l0 una ca-m
tegoría. En el ejemplo mencionado, ambas car~icterísticasse traducirfan, respectivam~nte,en el hecho
de que la totalidad de las conductas prosociales se pudieran asignar a alguna de las categorías, y de que
las diferentes categorias sobre conductas prosociales no se solaparan entre sí.
El sistema universal de notación de un sistema de categorfas se expresa mediante {A, B, C, D,
E), siendo A, B, C, D y Elos códigos de las respectivas categorías. Por tanto, simboliza que entre las
cinco se cumple la exhaustividad y mutua exclusividad. No miste un límite en cuanto al número mini-
mr,o máximo de cat~gaxfas,aunque conviene tener presente que si hay muy pocas resulta un insáu-
mento escasamente discriminativo, y si hay muchas se puede -
i g c d en e m a de comisión (confu-
@Ónentre cuas).
Las categorías tienen que defhiirse cuidadosamenteDde forma que se contemplen todos sus mati-
ces, y es recomendable que se acompañen de ejemplos y contraejemplos-que pueden adoptar el for-
mato gráfico, o de fotogratfa, o de imiigenes, si se desea- para qm su especificación sea mayor (An-
guera, 1991). Cada categofia consta del nticleo mtego~'ia2,o esencia básica de la categorfa, y del nivel
de phstieidad o apertum, que se refiere al conjunto de las manifestacioms externas de las canductas
asignadas a la misma categorfa Por ejemplo, en la categoria postural 'e~.tarsentado', el aivel de plasti-
cidad estar6 formado por las diversas conductas posibles en que se manifiesta el 'estar sentado'(recos-
Taclo hacia delante, ladeado, estirado hacia el respaldo, etc.).
Cuanda no se produce ocurrencia de conducta, esta carencia deberá registrarse mediante la cate-
$;mía formal 0 (conjunto vado),
I
Dado que la elaboración de un sistema de cakgorías a otro no es úánic ea absoluto, sina que de-
@de en parte de quién lo elabore, los sistemas de categorias relativos a una d e t e h a d a situación o
~omportarnientoss e r h equivalentes (no idénticos) si durante el proceso de categorízación se adoptan
b s mismos criterios, pero se trata de una equivalencia en su conjunto, no categoría por categoría. En
wnsecuencia, tiene sentido la cornparabílidad de das o más sistemas de categorías, 10 cual puede dar
,&a a cuestiones interesantes (distintas versiones de un instrumento).
Finalmente, conviene tener en cuenta la posibilidad de estracturar jerárquicamente ian sistema de
mtegorfas, desde una mayor molaridad a una mayor molecularidad. Por ejemplo, si se evalúa la estrate
gia seguida en una modalidad deportiva -coma d fútbol- y las categorías son {Inicio jugad& Des-
mollo jugada, Fin jugada}, cada una de ellas, a su vez, puede dar lugar a otro sistema de categorías
mds mole~ulrrres;asf, la categoría Inicio jugada puede dar lu>garal sistema de categorias (Saque de
~entm,Saque de meta, Saque de esquina, Saque de banda, Saque neutral, Tiro libre de falta, Saque por-
-1-0, Recuperación j .
C'
7.4.2. Formatos de campo
Su origen se remonta al de una vieja técnica de registro (Weick, 1968) que ha sido recuperada
bace un par de décadas, permitiendo que en la actualidad se la pueda considerar con el rango de instni-
mento de observación, una vez ha sido optimizada (Oliveira, Campanico y Anguera, 2001; Anguera y
Blanco, 2003). A lo largo de los últimos años, su uso se ha incrementado de forma espectacular.
Su elaboración implica los siguientes pasos:
1) Establecimiento de criterios o ejes del instrumento, fijados en función de los objetivos del es-
tudio (por ejemplo, en un piso de enfermas, los posibles criterios serían las zonas, actividad,
--
modalidad interactiva entre las d e m a s , etc.). Es posible que alguno de los criterios se des-
glos_ejeeárcpicmente en otros.
2) Listado de conductas/situacim~s(lista no cerrada, denominada ecttálogo) correspondientes a
cada uno de los criterios, anotadas a p d de la información que proporcionó la fase explorb
toria del estudio. Por ejemplo, a partir del criterio nzodalid~dintevactivd el listado de conduc-
tas podrla ser: Solitaria, actividad independiente, actividad en paralalo, actividad cooperativa
en p d parcial,
~ etc. (el etc. signieca precisamente que podriími irse dadiendo otras c o n d ~ ~
tas, al ser lista no cerrada).
3) Asignación de un sistema de codificación d~cimala cada una de las conductas/situaciane~
anotadas que deriven de cada tino de los criterios, lo cual permite desplegar cualquiera de
ellos en un sistema jerárquico de ordgn inferior. En función de la complejidad del caso o
rango de molecularidad deseado, se puede tratar de sistemas de doble, triple, etc. cádigo.
Por ejemplo, los .codigos de los critedos serían 1 (zona), 2 (actividad), 3 (modalidad interae
tiva), etc. Y del 3 podrían derivar 3.1 (solitaria), 3.2 (actividad independiente), 3 2 (actividad
en paralelo), 3.4 (actividad cooperativa en grado parcial), etc., pero, a su vez, del 3,2 podrian
derivar 3.2.1,3.2.2,32 . 3 , y así suceslvame~~te.
4) Elaboracidn de la lista de eonf"igmiones. La configuración es la unidad bgsica en el re&:
@ode formatos de campo, y consistco en al encadenado de códigos correspondientes a con-
ductas simultáneas o concurrentes, el cual permitirá un registro exhaustivo del flujo d~
conducta, y una enorme facilitación para los análisis de datos a ef~ctuarposteriormenti*
Por ejemplo:
Etc.
Las configuraciones se ri@n por los criterios sincrónico y diacr6nico: Sincrónico,porque todos
los ~Bdigosde cada configwación corresponden a conductas -una de cada cri&rio-- siísiulttineas, d~
forma que, al madificarse una o más c.odigos de una configuración, ello da lugar a lia siguiente. El crife-
rio diamónico se apoya, precisamente, en esta sucesión de configuraciones.
Si cotejamos los dos tipos da instrumentos -sistema de categorfas (SC) y formatos de campo
( F C ) , las prbcipales diferencias entre ellos se reflejan en la Tabla B. 1.
, Tabla 6.1 Comparación entre sistemas de categorías y formatos de campo
Con relativa frecuencia es: recomendable anidar uno o más sistemas de categm'as en uno o mas
de los criterios de los formatos de campo, respectivamente, de manera que la relación de conductas/si-
kuaciones que corresponden a este(estos) criterio(s] serían las categorías que conforman el sistema,y,
Con ello se logra mantener la mayor flexibilidad de los formatos de campo, a la vea que, siempre
que el ob3eto estudiado y/o la situación lo recomiendan, se incorporan unas categorias &idas -y e%-
1
sión aeerca de cómo materializamos los datos netos que vamos a extraer del registro. Existen paránetros
primarios y secdarios, y entendemos que para la observación en evaluación son esenciales los primeros,
que presentarnos en forma de escalonado dada su progresiva adquisición de po&nciacomo dato y su orden
progresi~ode inclusibn. Los parheiros primarios bksicos son: Frecuencia u ocurrencia, orden y duraci0n.
Lafrecuencia consiste en un mero recuento de acciones u ocurrencias de conducta. Es induda-
blemente el p a r k t r o más debil, aunque ha sida tradicionalmente d más utilizado.
1
El ~ r d e ncomiste en la explicitación de la secuencia de las distintas ocurrencias de cotlduatk. 6
portador de la información correspondiente a la frecuencia y, aderriks, de un plus de información que
p d t e discriminar entre sesiones distintas que podrfan aparecer como idénticas si sólo contemplára-
mos el parámetrofrecuencia (Anguera y Blanco, 2003). Asl, si tomamos coma ejemplo las siguientes
sesiones (ver Tabla 6.2) registradas mediante el parhmetro orden, a simple vista comprobamos que san
distintas, mientras que las correspondientes tablas de frecuencias (regisíro a partir del parámetrofrc-
cuencia) muBstran identidad entre ambas sesiones, o, lo que es lo mimo, el parámetrofrecuencia no es
capaz de discriminar lo que sí diferencia el padmetro orden,
-
Sesió 5 3 4
Sesión 2 5
J
Sisciema de categorías: {A, B, 6 ,D}
1
F
1-
4
11
4
La d~~ractQn es el parámetm del registro mas consistente, y el que encierra mayor fiqwza de in-
formación, ya que contiene la del parámetiro orden p además la indicación del n h m o de unidades con-
vencionales de: tiempo (minutos, segundos, ...) comsp~ndiwtesa cada ocurrencia deconducta -por
ejemplo, un didoga-, que equivale a un plus de información que permite discriminar entre sesiones
diferentes que aparewrían como idéntica si sólo se contemplara el parámetro orden. En la Tabla 6.3,
0n la cual mantenemos los datos del anterior ejemplo para la sesi6n 1,podemos comprobar & n o las
sesiones 1 y 2 son diferentes cuando se ha, realizado el registro mediante ~1parámetro dameida, a dife-
rencia de si cotejamos las sesiones 1 y 2 registradas únicamente mediante el parámetro orden.
r e n c [C>
2 obcervadores Control parcial del azar 3 FAP
Control total del azar 3 F Q l a
1 Concordancia 1 2 observadores
Codificacidn bi
3- Concordancia canónica
kdm&mm
199%2OO;B, 2U041,
Cada uno de los ocho diseños observacionales, en función de sus características delimitadoras,
sugiere determinados an&is de datos, sin que se trate de una imposición restrictiva (Anguera, Blanco
y Losada, 2001) (Tabla 6.5). De nuevo se evidencia el binomio de flexibilidad, por una parte, y preci-
sión, por otra?propio de la metodología observacional.
En la actualidad podemos afirmar que las diversas posibilidades de análisis de datos en metodo-
logía observacional (Losada, 1999) abren territorios fecundos es? el ámbito de la evaluación, y nos ofre-
cen un abanico de alternativas que hay que saber seleccionar adecuadamente y utilizar,
Una vez efectuado el m s i s de datos se obtienen los resultados, los cuales deberán lógicamente
ponerse en relación con los objetivos planteados y con la correspondiente literatura sobre cuestiones
semejantes para su adecuada interpretación.
1
8. FORMACION DE OBSERVADORES
En las últimas décadas existe cansenso en considerar que el observador ese hace, no nace», justo
al contrario de la opinión que imperaba a mitad del siglo pasado (Anguera, Blanco, Losada y Sánchez-
1
Algarra, 1999). La cuidadosa formación del observador es imprescindible, y se recomienda encarecida-
mente a todo profesional de la evaluación que vaya a utilizar la observación, tanto si se trata de estu-
dios básicos como aplicados,
En el proceso de fomacián de los observadores deben distinguirse dos fases distintas: En primer
lugar, el entrenamiento, que consiste en una formación genérica referida a cada una de las etapas a se-
guir durante un estudio observacional (planteamiento del diseño, plan de muestreo, elaboración del ins-
trumento, registro y codificación, control de la calidad del dato, análisis de datos), y el adiestramiento,
relativo a la formación específica en algunas o todas estas etapas aplicadas a un estudio determinado
(por ejemplo, correspondería a adiestramiento la adquisición de competencia especifica- - sobre el uso de
los códigos icónicos de labaaotation en un estudio sobre hiperactividad).
La adquisición de la competencia para observar supone un proceso cognitivo que implica, a su
vez, superar una serie de etapas que se suceden entre sí (Santoyo y Anguera, 2001). Este proceso se ini-
cia con el conocimiento y comprensión de los conceptos básicos en metodología observacional (como
registro, codificación, formato de campo, etc.), así como de los específicos (disrupción temporal, tabla
de microanálisis, retardo, etc.), a lo cual seguirán ensayos empíricos in situ, que deberán estar supervi-
sados, y que deberán plantearse a partir de m grado creciente de complejidad. La correcta ejecución de
tales ensayos permitirá incorporar la estrategia adecuada, así como la adquisición progresiva del grado
de dominio necesario para ampliar, a modo de espiral, la envergadura de las a~tividadesrealizadas. Se
genera con ello un interesantefeed-back, que el supervisor tratará que sea estimulante, y que permitirá
una autonomía creciente en la realización de propuestas nuevas, modificación de las iniciales, tornas de
decisión entre diversas alternativas, realización de análisis coste-eficaciarespecto a diferentes facetas
del estudio (observadores, instrumento de observación, situaciones de observación, etc.).
Coml* ordind
de 1 ."orden
h&i&dcatS&d%Lras&ional
?C.
ARaLEsk de deordenadas p o W
Correlación lineal
Regresión logística
.
Tabla 6.5 Análisis de datos en función del disefío obsefvacional [Adaptado de hguera, Blamo y Lasada
(2001, pp. 154-15S)l
--
Est---h d_---ptiva
Cas-elacibn ordinal
Ji-~uadrado
Cadenus de Mafkov de 1 . &n
Comelaciidnintra-clase
Regmi6n logística
Anáiisis de panel
Análisis de tendencias
Senas t e m p a l e ~
A d b i s cte v&ma
Análisis de variaza de dátm
categOOcnq
Análisis de tendencias
Series temporales múltiples
AnGsis multivariado de la
-
M i s i s w m c i a l inbus~sional
Antil'isis sectmcial intemsional
A d t b i s de coordenadas polsrea
-
C m e L c i h mduttd
8-cua&ado
Cadenas de Markov de 1."arden
Anáhis secuenciai intrmsionaj
Analisis sm~ncialfntersesiomi
Allasi de ~ z r n ~p01aFw
Com1~5Óónintraacl@e
Regresión logi$tica
M s i s de psmel
Análisis de tendencias
Serie8 tempoples
a s
caeg&ic
Regesi6n logística
tiempo utilizado en la formación de un observador es la mejor inversión de cara a su futuro trabajo co-
mo profesional o estudioso de la evaluación.
PQQUPWIA-Rw ETTVíEN DEL r ~ P I T U L ~
PERFIL DE LA METODQLOG~OBSERVACIONAL
DISENOSOBSERVACIONALES Y FASES DEL PROCESO OBSERVACIONAL
Planteamientodel proceso en
función del diseño de cada Disposición previa
estudio.
J Lntersesional
J Intrasesional
Elaboración de instrumento
J Sistema de categorias
J Fonnatos de campo
J Rating scale
1 Registro y codificación
* 5
1
286 m PSlCOLÓGiCfi. Concepio, proceso y apkctci6n m Icts 6 ~ e dsl
EW~~LURC~ÓN a desctrroiio y de Ict inteligencia
a) Núcleo categorial
b) Borrosidad categonal 7. La disrupción temporal implica:
I
C) Nivel de plasticidad a) Interrupción momentánea de la actividad da1 su-
d) Rasgo distintivo jeto observado
b) Finalización de la sesión antes de la hora previs-
ta
4. E1 formato de campo:
C) Finalización de la sesión antes de terminar la ac-
,m
i
a) Equivale a una lista de rasgos
b) Es un instrumento de observación
c) Es un instrumento de registro
tividad
d) Inobservabilidad pasajera de la percepción del
;uieto observado vox el observador
5. Los parámetros primarios básicos son: 10. Un estudio evaluativo realizado a una familia a
lo largo de tres meses, durante los cuales se ob-
a) Frecuencia, orden e intervalos
sewan sesiones de juego del niño y su interacción
b) Frecuencia, orden y duración
diádica con la madre, requiere un diseno:
,intervalo y duración
a) mUitual/idiográfico/unidim~onal
b) Segnimiento/idiográ6cofmultidimemional
c) Seg~imjentolidiogá6co/~imensio~
Y. En la concordancia consensuada: d) Puntual/nomo~~co/unidimensional
a) Se invierte el tempus del proceso
b) Han de participar al menos tres observadores
c) E1 resultado se expresa en porcentajes de acuerdo
d) Se busca si concuerda el registro efectuado por
los distintos observadores lc/ 2c/ 3c/ 4b/ 5c/ 6d/ 7d/ 8b/ 9a/ 10b/
, -
f!odi~caci<Sn,Asignación de símbolos (nusntricos, lite- Progmma de baja inde+~>@ncion. Conjunto de awioaes
mies, icGnicos, mixtos, etcétera) a registros sistema- interventivas organizada6 en un plan de actuación
TiEkdos= q m %e&pkm@&~ efl el camsw habitual de las
1 C~n.yr@nckD o ~ o d~?stsza
o p a e j e ~ u ~algo-
ar uadisos dal program, y que ne tien6 caxa0ter intn
/ @M~o. Paau flnnble que ow>t.a ca uiil succsira m m
de dsiaone8 a 10largo de un promao evaluatlucl,
siva.
Jkgistr~.V o h & d& lb W1&d a un sopom tllissd
I das& la kli-mítación hla@)mndu&a[s) a evaluar nada fpapd, fichero i n f d t i c o , e_tc.J,de ~ u e s d o
l
hasta el mZi1iisis d@d&to.sidane0 o m65 a d d o . con unas r@as s q q h al típo &eregi~tra.
F@mnt:e.Cada uno de 109 meas i&nWxcabb ck m Kew, T3ifimad f&xevisSbZo o a02 q u ~dtem , el mqw-
ma de h obs~1r\taai0n ó ~ t i m ao ideal I O = P -t- i +
p n r ~ n t est&dBr.
a IaFmimanto ya elaborado que nimizarse.
prcde ser utilizado be: forma itl&n&aen simacío- Unidad de C O & H & ~ Cada m a de las pams safrrirn~
nes diversas, y qzie puede xíistnhirae wnvencio- m que puede fragmentarse m registro. Para evitar
milmente. Debe ir acomplafiado d%normas de- apli- una molecularizacifin mcesiva, d ~ b ~umplk
e las E-
casidn- quisitos de ser de1UnitaB18rd ~ d a b l yeda-fhib1le.