Ss Los Matasellos de Lastaola - Afinet
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Ss Los Matasellos de Lastaola - Afinet
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A partir de su toma, como consecuencia de la caída de Tolosa a finales de febrero de 1.874, poco a poco se va
asentando como salida natural de los carlistas guipuzcoanos hacia Francia y en ella establecen su estafeta de
intercambio de correspondencia con dicho país. Este intercambio lo llevaban a cabo cruzando la frontera por el vado y
acercando las cartas hasta la localidad francesa más próxima, en donde las depositaban tras haberlas franqueado con los
correspondientes sellos franceses.
Además en Lastaola también se recibía correo procedente de la España Liberal, sobretodo de las cercanas Irún y San
Sebastián, que era acercado sin franquear por medio de “propios” y allí tras añadir los sellos carlistas se echaba al
correo. Si hasta 1.874 Lastaola no había existido para el Correo y no había contado con ningún matasellos propio dentro
de la Administración Postal Carlista recibe un papel de máximo protagonismo convirtiéndose en Administración de
Correos y utilizando hasta tres matasellos propios diferentes.
Estos matasellos al finalizar la guerra no volvieron a utilizarse nunca más ya que este caserío desapareció para siempre
de los “mapas postales” españoles. La Administración del Correo de Guipúzcoa estableció 11 Administraciones y 3
Carterías de las cuales algunas eran de nueva creación y por tanto carecían de todo tipo de matasellos.
Para dotar a estas nuevas Administraciones se crearon unos cuños para que fuesen utilizados a modo de fechador y digo
a modo ya que por premura de tiempo se simplificó al máximo su diseño eliminando la parte más compleja de fabricar que
es precisamente el bloque fechador y colocando en su lugar la palabra CORREOS.
Para entender este punto es necesario tener en cuenta que el Servicio de Correos Carlista en la zona norte surge a raíz
del Convenio Postal de Vergara celebrado el día 15 de noviembre de 1873. En Vergara se decidió que cada Diputación se
encargaría de organizar su propio sistema postal teniendo en común la tarifa, los sellos y las estafetas de cambio entre
ellas. Cada Diputación podía establecer las administraciones y estafetas que considerase oportuno así como crear sus
propios matasellos.
Demasiado poco tiempo como para que nos hayan llegado tantos sellos cancelados
con este matasellos. Reitero que podría ser, pero pienso que lo más razonable es
que Guipúzcoa al simplificar tanto el diseño consiguiera tenerlos listos en poco tiempo.
Sea cuando fuera ese momento de la entrega de los matasellos ovales lo que es evidente es que éste fue el primer
matasellos que recibió la Administración de Lastaola y con él cancelaron los sellos además de estamparlo sobre el frente
de la carta. No se conoce hasta la fecha ningún ejemplar del real azul cancelado con los otros dos matasellos que
estuvieron en uso en Lastaola y esa es la prueba de que el oval fue el primero y que estuvo en solitario un cierto plazo de
tiempo.
Desde estas modestas líneas reclamo el rebautizarlos como Rombo de Puntos y Rodillo de Puntos ambos naturalmente
de Lastaola. Ambos vienen descritos desde muy antiguo en toda la Bibliografía existente sobre filatelia carlista con algún
que otro error y en el caso del rombo sin asignarle localidad.
Más adelante hablaré de la enorme influencia que esos errores tuvieron de cara a las distintas falsificaciones que de estos
matasellos se han hecho. No es tampoco fácil establecer en el tiempo si ambos matasellos entraron en servicio a la vez o
bien primero usaron uno y después se incorporó el otro.
Ambos matasellos se conocen cancelando al sello de 1 real violeta que estuvo en vigor desde el día 1 de agosto de 1.874
hasta el 28 de febrero de 1.875. Ahora bien es muchísimo mas abundante el rombo de puntos que el rodillo y por ello me
inclino a pensar que se empezó a utilizar bastante antes. De todos modos es evidente que ambos matasellos convivieron
en el uso y que no se retiró uno para dar paso al otro.
Mi opinión personal, a falta de material suficiente para hacer un estudio más preciso, es que ambos matasellos debieron
entrar en servicio en la segunda mitad del año 1.874 e incluso podría ser que el rodillo apareciera algo más tarde y
además Mais encore une fois, il ne peut etre refuse ces qualites simples ont traite de dessiner dans une legion de joueurs
et les supporters de casino en ligne francais internet. debió utilizarse como matasellos suplente o en momentos en que
entrase mucho correo y que dos carteros se pusiesen a la vez a cancelar cartas pues es bastante más escaso que el
rombo. La prueba de su enorme rareza es que sólo se conoce una carta con este matasellos y corresponde a un sello de
la emisión del año 75.
Si analizamos el uso de diferentes tintas en estos tres matasellos vemos como tanto el Oval y el Rombo se conocen
en color azul, rojo y negro mientras que el Rodillo sólo se conoce en color rojo. Al analizar este asunto de las tintas en las
cartas conocidas se llega a la conclusión de que en Lastaola utilizaban el mismo tampón para impregnar de tinta los
distintos matasellos y así el dúo matasellos-oval por lo general iba en el mismo color.
Con respecto a las tintas se da la curiosa circunstancia de que en el caso del oval estampado sobre sellos sueltos
predomina el color azul y el más raro es el color negro mientras que en las pocas cartas conocidas esta marca se ve más
en color negro e incluso rojo que en azul.
Respecto al rombo sólo puedo decir que se conoce en los tres colores siendo el negro el más abundante, pero hay que
reconocer que me resulta muy difícil hablar de este matasellos por el alto número de ejemplares falsos que hay y su difícil
detección. Llegados a este punto no queda más remedio que hablar de falsos ya que todos estos matasellos han sido
falsificados y con especial profusión el oval y el rombo.
Este tema de los falsos es sin lugar a dudas el gran lastre que tiene la Filatelia Carlista a la hora de ocupar el lugar que le
corresponde por su rareza, belleza e interés y que le mantiene relegado a un triste segundo plano.
Por ello considero interesante el hacer públicas aquellas pequeñas marcas que pueden ayudar, tanto al coleccionista
como al comerciante, a identificar los matasellos auténticos de los falsos. Evidentemente las marcas descubiertas también
pueden estar sujetas a error o ser incompletas y será al verificar su bondad en un número elevado de sellos cuando
podremos ir arrinconando los falsos en beneficio de los auténticos.
El matasellos que mejor he podido estudiar es el Oval ya que hay un cierto número de piezas que presentan una
excelente estampación y entre todas ellas destaca la carta que con este matasellos muestro para así poder corroborar lo
descubierto al estudiar sellos sueltos.
Los matasellos auténticos presentan muy características las dos erres mayúsculas de la palabra CORREOS sita en la
parte central del matasellos y que suele ser visible, con mayor o menor nitidez, en todos los matasellos pues
generalmente si una parte del matasellos queda fuera del sello es o su parte superior o su parte inferior pero no su parte
central.
En la imagen podemos apreciar como estas dos erres son diferentes entre sí y sobretodo vemos que los trazos inclinados
de las patas derechas son rectos y oblicuos. Los matasellos falsos presentan esas erres muy diferentes y generalmente
sus trazos presentan formas redondeadas.
Hay ejemplares poco nítidos que pueden ofrecer dudas, pero no aquellos con estampaciones buenas y por lo general los
falsos presentan estampaciones muy nítidas. Por ultimo indicar que aunque hay alguna otra marca identificativa por
prudencia sólo explico la más clara y fácil de detectar a simple vista para que todos podamos facilitarnos el trabajo de
identificar las piezas auténticas, pero sin descubrir todas las cartas al falsificador y así evitar que pueda corregir su técnica
al 100%.
Cualquier
matasellos en el
que se observe su
extremo y no
presente ese final
redondeado debe
ser considerado
como falso con
muy escaso margen de error, pero como es un matasellos bastante grande
hay muchos ejemplares que presentan estampada tan solo su parte central
sin que se pueda ver ninguno de los extremos.
Para estos casos he encontrado una marca que nos facilita enormemente
su caracterización y se basa en que los puntos que conforman este
matasellos no son realmente puntos sino que son rectángulos pequeñitos y
además resulta que no todos son iguales.
Hay una línea en sentido vertical, que según desde que lado contemos es la octava o la decimotercera, que resulta
muchísimo más fina que todas las demás y que es una muestra de identidad clarísima y que siempre he visto en todos los
ejemplares auténticos.
Por último toca el turno al rombo de puntos que es de largo el matasellos de Lastaola con el que más dificultades me he
encontrado. Al analizar este matasellos lo primero que debemos observar son los grupos de puntitos y ver como estos
asemejan rombos con un puntito en cada esquina y dejando su parte central libre. Además estos puntitos suelen
apreciarse muy nítidamente ya que al ser un matasellos nuevo tenía muy poco desgaste.
Como este matasello se ha falsificado con profusión hay falsos muy descarados que no ofrecen dudas al respecto ya que
al examinar con detenimiento los grupos de puntos se ven rayas, aspas, cruces o similares y todos esos son
inequívocamente falsos. Pero por desgracia otros son realmente difíciles de detectar y no he logrado todavía encontrar
una marca inequívoca que me permita distinguir los buenos de los malos.
Confío en que este trabajo sirva en primer lugar para animar a otros coleccionistas a centrar su atención sobre estos
preciosos y curiosos matasellos que harán sin lugar a dudas las delicias de cuantos aficionados a la Historia Postal
quieran replantear su colección e incorporar a ellas estos tan injustamente olvidados matasellos carlistas y en segundo
lugar facilitar a todos unas marcas identificativas que ayuden a perder ese ancestral miedo ante estos matasellos y así
poder arrinconar esa idea de que los matasellos carlistas no se coleccionan simplemente porque son peligrosos,
ciertamente es una especialidad difícil pero no mucho más que otras en las cuales también hay numerosos falsos y sin
embargo gozan de muchísimo más aprecio por parte de comerciantes y coleccionistas.