Etica Policial Deontologia

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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENZUELA

MINISTERO DEL PODER POPULAR PARA RELACIONES INTERIORES,


JUSTICIA Y PAZ
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LA SEGURIDAD
PROGRAMA NACIONAL DE FORMACION
CURSO ESPECIAL POLISUR I-2022

ETICA Y REPONSABILIDAD POLICIAL

NOMBRE:
BONIA HANDRY
C.I 19.626.212
PEREZ JAIME
C.I.24.242.805

SAN FRANCISCO, 23 DE MARZO DEL 2022


 Índice
 Introducción
 Desarrollo
 Ética y responsabilidad policial
1. La función policial como elemento fundamental en el desarrollo
humano
2. La confianza como recurso moral y su dimensión ética
3. Transformación del papel social de la policía
4. La responsabilidad como recurso moral, libertad y poder
5. La estructura de la responsabilidad y lo justo
6. El liderazgo basado en principios
7. El fin específico o bien interno por el que la actividad policial cobra su
sentido y adquiere legitimidad social
 Conclusión
Introducción

Es prácticamente imposible el conciliar de una manera efectiva la función de


la policía con los ciudadanos sin que en la mayoría de las ocasiones salten
chispas. La ingrata función que los agentes del orden tienen que llevar a cabo,
en la mayoría de los casos, no son comprendidas por los ciudadanos que solo
ven que son perjudicados por esta función. Rápidamente olvidan cuándo la
policía ayuda y facilita su vida, raro es encontrar que alguien se encuentra
satisfecho. Aunque el balance de su relación con los funcionarios policiales se
decante en un número mayor de intervenciones satisfactorias para el
administrado, siempre, una sola actuación que reprima alguna infracción
cometida por él inclina la balanza en contra.

Por todo ello, la actuación policial debe ser rigurosa y conforme a unos
comportamientos éticos en los que el funcionario debe estar bien adiestrado.
Comportamientos éticos que se pierden, dentro del gremio, en rimbombantes
definiciones y disquisiciones etimológicas, sin llegar al contenido esencial de la
palabra y, sobre todo, sin responder a lo que demanda la sociedad.

La ética policial que debe imperar no debe ser algo encorsetado que no
evolucione con la sociedad. Cuando en la sociedad encontramos un problema,
éste requiere soluciones desde un prisma humano. Un prisma humano que
desde una visión extremadamente rígida de la ley no se puede satisfacer.

Es preciso conseguir que los agentes estén formados en este campo, es


preciso que se muevan con soltura en éste, dado que lo que hay en juego no
es una pieza de un proceso de fabricación sino personas, que dependiendo de
una u otra forma de actuar pueden ver seriamente lesionados sus derechos y
libertades.

Las actuaciones policiales debían estar acotadas por unos compromisos, que
adquirían los funcionarios policiales, con pleno convencimiento, orientados a la
excelencia en la consecución de sus fines.
Desarrollo

1. La función policial como elemento fundamental en el


desarrollo humano

La función policial ocupa un lugar primordial en materia de seguridad


ciudadana. Por ello, la legitimidad y eficacia de las actuaciones de estos
agentes estatales son fundamentales para promover la seguridad, la justica y
los derechos humanos en las sociedades democráticas. La cuestión policial
justifica su trascendencia actual, pues, además de ejercer una función
indispensable de la administración del Estado, es un instrumento de
intervención social que tiene un efecto en las principales formas de relación
entre el Estado y la sociedad.

Desde esta perspectiva, la investigación que se expone analiza el ejercicio y


la normatividad de la función policial, para determinar si dicha función pública
cumple con los estándares mínimos que exigen los criterios en materia de
derechos humanos o, en su defecto, para destacar los desafíos que en la
actualidad se presentan.

2. La confianza como recurso moral y su dimensión ética

En el ámbito policial el agente debe de tener conducta, cuestionándose los


impactos de estos para que genere confianza en el cumplimiento del deber, se
debe adquirir con el modo de actuar el buen hacer. La ética es la gestión
pública sirve de columna para generar la confianza que esta requiere, la
diferencia estiba en la acciones que el funcionario pone sobre el tapete para
evitar activar otra vez el mismo modo.
La formación de la ética policial venezolana, en el marco de una dinámica
socio-cultural en proceso de transformación, exige avanzar hacia la
consolidación de convicciones y compromisos sociales, superando todos los
supuestos de una moral meramente regulada, encaminada sólo por normas y
reglas.

3. Transformación del papel social de la policía

La policía es y debe reconocerse como un servicio público que tiene como


tarea principal la protección y garantía de los derechos fundamentales
reconocidos por nuestra Constitución. Si la policía actúa o interviene debe ser
para defender los derechos de todos los ciudadanos; sólo para ello puede tener
fundamento su intervención coercitiva, pero aun así, dicha intervención debe de
estar de acuerdo con los valores fundamentales y basarse en principios
democráticos.

Pero es preciso preguntarse si la labor policial puede ser realizada de una


manera distinta y si estamos preparados para ello. Se tiende a generalizar o
uniformar los criterios para lograr que todo el mundo actúe igual, sin fisuras, de
forma automática, como si se tuviese miedo a disentir o dudar. Pensamos que
la duda es un modo de inseguridad, pero si lo vemos como un modo de
repensar nuestra acción entonces la cosa cambia.

4. La responsabilidad como recurso moral, libertad y


poder

La gran mayoría de las personas que participan en la labor policial están


dedicadas a la causa de un servicio público honorable y competente y hacen
gala sistemáticamente de altas normas de integridad personal y profesional en
el desempeño de sus funciones, y aún serían más los que se comportan de
este modo si recibiesen la formación y el apoyo institucional adecuados.
Pero en todos los organismos de policía existe un elemento contaminado en
cierto grado por el incumplimiento de estas altas normas de probidad y
profesionalidad que caracterizan en general a la actividad policial.

La forma en que se prestan los servicios policiales depende de toda una serie
de variables que incluyen las doctrinas políticas y culturales prevalecientes, así
como la infraestructura social y las tradiciones locales. Los enfoques de la
función policial varían desde los basados en un alto nivel de control,
caracterizado a veces por el enfrentamiento, hasta los que sostienen que es
preferible la policía por consentimiento.

5. La estructura de la responsabilidad y lo justo

La responsabilidad moral constituye la base de todas las responsabilidades por


cuanto se refiere a los derechos y obligaciones que tenemos como personas
frente a las personas. Estamos ante un concepto relacional en el que el sujeto
es responsable ante otro.

Aplicando los cuatro componentes básicos de la responsabilidad de la


empresa a la responsabilidad moral de la policía de García Marza, vemos
que no encontramos muchas diferencias.

1. De Alguien: individuo o institución. Ante el ciudadano como personalidad


jurídica, ante otra administración pública o privada.

2. De Algo: Contenido de la acción u omisión, expresable en forma de


bienes, intereses, obligaciones, expectativas, etc. Igualmente en la
función policial la acción u omisión acarrea consecuencias a la sociedad,
en cuanto a los intereses, ya que éstos son diferentes, no son solo
económicos sino sociales o profesionales. En cuanto a las obligaciones,
sí que tenemos las legales que son distintas de las que una institución
privada pueda tener.
Y las expectativas también son distintas, para los funcionarios policiales la
expectativa es realizar su trabajo en situaciones de normalidad y para la
empresa expandirse y conseguir mayores cotas de negocio e ingresos.

3. Frente a alguien: interlocutores implicados y/o afectados por la decisión


actuación. Ante el ciudadano como personalidad jurídica, ante otra
administración pública o privada.

4. Con referencia a un criterio: punto de vista desde el que decidimos la


validez o justicia de la actuación. En este punto es donde está el problema en
cuanto a la ponderación de la función. Aplicamos la Ley con carácter general y
dejamos que sean los jueces quienes la interpreten, o ajustamos la función al
caso concreto y ayudamos a los jueces a que la justicia se haga terrenal y
tenga significado.

A través de estos componentes explicados por el autor para establecer la


responsabilidad moral de la empresa intentamos incardinar una concreción de
un tipo de responsabilidad moral policial que no difiere mucho de lo expuesto
por García Marza.

6. El liderazgo basado en principios

El concepto básico de liderazgo policial, se centra en el SUJETO, quien


conocedor de sus responsabilidades utiliza sus fortalezas, se guía por los
principios del liderazgo y aplica correctamente sus acciones y órdenes para
influir y dirigir a sus hombres como un equipo, a objeto de lograr el
cumplimiento de la misión asignada. Para conseguir este propósito, él debe
conocer a sus hombres, y las razones de su comportamiento y actitudes. Es
decir, él debe conocer la conducta humana y también debe saber reconocer y
evaluar los indicadores de una adecuada conducción.
Liderazgo policial: Es el arte de inspirar e influir en la conducta de hombres
y mujeres dirigidos, de tal manera, que se pueda obtener de ellos obediencia
voluntaria, confianza, respeto y leal cooperación a fin de cumplir exitosamente
la misión asignada. Son rasgos de gran valor para el conductor policial, lograr
la voluntaria obediencia, confianza, respeto y leal cooperación de sus hombres
y mujeres.

Indicadores de liderazgo

Moral: El estado mental del individuo y su actitud frente a todo cuanto le puede
afectar, frente a la bondad y a la malicia.

Disciplina: La actitud del individuo o del grupo que asegura una pronta
obediencia a las órdenes y a la iniciación de una acción apropiada en ausencia
de ellas.

Espíritu de cuerpo: La lealtad, el orgullo y entusiasmo que demuestran los


individuos por su unidad.

Eficiencia: La habilidad técnica, táctica y física del individuo y de la unidad.

7. El fin específico o bien interno por el que la actividad


policial cobra su sentido y adquiere legitimidad social

La ética cívica31 es el fundamento de la ética policial y de una moderna


deontología profesional. La función ética y lícita de los policías se sustenta en
el respeto a la dignidad y los derechos humanos, en la defensa de unos
mínimos de justicia que toda persona por el hecho de serlo deberíamos
respetar. Además, la ética policial orienta la dimensión profesional proponiendo
el desarrollo de una ética de las virtudes en la que la legitimidad social sea la
aspiración a la que se debe enfocar la función policial.
La búsqueda de la legitimad social a través de la excelencia profesional,
propiamente dicha, en la que la comunidad tenga la confianza suficiente para
otorgar esa legitimidad, que acepte la autoridad ejercida con convencimiento y
responsabilidad cimentada en unas convicciones plenas de los funcionarios, en
el que se tienda a enfocar su función desde un prisma humanizado que se
orienta por los valores que sustentan los derechos humanos.

En definitiva, con la legitimidad social y la ética profesional pretendemos


humanizar la función policial. Si bien, como hemos comentado en el principio
de este trabajo, es muy difícil conseguir la plena satisfacción de todos,
intentando al menos conseguir los menos perjuicios posibles a la hora de
ejercer de forma lícita la profesión.

La ética cívica es una ética social pretende humanizar la acción de los


integrantes de las instituciones que tienen como función hacer cumplir la ley.
Superar una moral meramente normativa, orientada no solo por normas y
reglas, y avanzar hacía una ética de profundas convicciones y compromisos.

La policía debe trabajar y evolucionar en este espacio ontológico, por lo que


es fundamental la definición de un patrón valórico objetivo capaz de orientar la
conducta de sus funcionarios. Así la ética social y la ética policial se construyen
en un modo de existencia, frente a su labor profesional, en el motor del
desarrollo institucional y en base de su legitimidad social.
Conclusión

La pretensión del desarrollo de este trabajo no es otra que la de demostrar


que la aplicación de la Ética al ejercicio de la función policial es fundamental.
Una función tan vinculada a la vida humana y a la sociedad, no solo debe
orientarse por leyes Europeas o estatales, o por códigos deontológicos, sino
también por un saber ético más abarcador que impregne el carácter de los
profesionales de la Policía.

Pensamos que la presencia de la Ética en la tarea policial es clave para


orientar y garantizar el cumplimiento los derechos de las personas en la
sociedad. A nuestro juicio, sólo si los funcionarios policiales se comprometen
con los valores morales de una ética cívica, aplicada a su tarea policial, pueden
contribuir, auténticamente, al desarrollo de una sociedad más habitable y más
justa.

A lo largo del presente trabajo, hemos defendido que el funcionario policial


tiene un papel primordial para elevar los niveles de justicia, en un sentido ético,
de la sociedad. Para ello consideramos que tiene que formarse
adecuadamente. La formación en el ámbito técnico profesional es básica pero
también es fundamental que tengan una formación ética profesional. Mejorar la
formación de los futuros profesionales de la policía, y de los actuales, en
cuestiones de Ética puede ayudar a que los policías piensen sobre la finalidad
de su profesión, sobre los valores que tienen que potenciar, sobre los principios
éticos y legales que les pueden ayudar a resolver los problemas que se
planteen y, sobre todo, a que se hagan cargo y asuman el compromiso ético-
social máximo de su profesión, que les exige, en último término, contribuir junto
con otros profesionales, a que el desarrollo de los integrantes de la sociedad
sea auténticamente humano.

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