Tema 42
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SERVICIOS EDUCATIVOS
Partiendo del principio de que todas las personas tienen el derecho a participar en la sociedad, la
escuela se convierte en un hito importante en el proceso de integración y de socialización de los niños, de
manera muy significativa en aquellos con problemas en el desarrollo.
La educación infantil reviste una especial trascendencia ya que los primeros años de vida son determinantes
para un desarrollo físico y psicológico armonioso del niño, así como para la formación de las facultades
intelectuales y el desarrollo de la personalidad. La educación a estas edades tiene un marcado carácter
preventivo y compensador, debido a la importancia que tiene la intervención temprana para evitar problemas
en el desarrollo, en la población en general y especialmente en aquellos niños que presentan necesidades educativas
especiales.
El servicio de atención a los niños en la etapa de 0-6 años se ha desarrollado bajo modelos distintos,
con responsabilidades y fines diferentes. Así, en un primer momento y a medida que se producían cambios en
nuestra sociedad y en la familia, especialmente con la incorporación de la mujer a la vida laboral, la sociedad
afronta el problema de atender a estos niños en la etapa previa a la escolaridad obligatoria desde un modelo
meramente asistencial. Este es el momento en el que surgen las guarderías como un servicio de asistencia
social para las familias, sin una clara intencionalidad educativa.
La escuela infantil en nuestro país, como en el resto de Europa, se desarrolla a partir de la evolución
de las guarderías, debido por un lado, a la demanda social y por otro, a su afianzamiento como servicio público
abierto a la comunidad infantil, con un enfoque marcadamente educativo. De esta forma la escuela infantil
se convierte en una entidad que sistematiza programas y que organiza la educación infantil formal.
Actualmente, y según la Ley de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE), la educación
infantil supone el primer nivel del sistema educativo con una duración de seis años, y dividido en dos ciclos,
el primero de 0-3 años y el segundo de 3-6 años. El segundo ciclo está más generalizado que el primero, aunque
es una etapa que todavía tiene carácter voluntario y por lo tanto presenta una realidad distinta según las
comunidades autónomas. No obstante, las administraciones públicas deben garantizar para este primer ciclo
de 0-3 años, una oferta suficiente de plazas para todos los niños que lo soliciten.
A partir de esta Ley la educación infantil establece una serie de objetivos generales con la finalidad de
que los niños desarrollen capacidades como: conocer su propio cuerpo, relacionarse con los demás a través
de distintas formas de expresión y comunicación, adquirir cierta autonomía en las actividades que realizan
habitualmente, y observar y explorar su entorno, familiar y social.
PREVENCIÓN PRIMARIA
Es importante destacar el marcado carácter educativo como mediador y facilitador de posteriores
aprendizajes de este periodo escolar. La educación infantil debe contribuir al desarrollo afectivo, físico, social
y moral del niño. Esto supone una nueva manera de afrontar la actuación con los niños de estas edades alejándose
de la función de guarda que tradicionalmente se venía desempeñando con niños pequeños.
Desde esta nueva perspectiva, las escuelas infantiles se convierten en un lugar privilegiado desde
donde realizar una tarea de prevención de posibles retrasos en el desarrollo, a la vez que de compensación de
carencias relacionadas con el entorno social, cultural o económico.
PREVENCIÓN SECUNDARIA
La detección de las posibles necesidades educativas especiales de los niños durante la etapa infantil
es una de las funciones que deben realizar los profesores de aula, en colaboración con los equipos psicopedagógicos.
Estos equipos van a ser los encargados de hacer una evaluación de las necesidades detectadas
en los niños, con el objetivo de determinar la naturaleza de las mismas, así como cuestiones relativas a su
escolarización, a la elaboración de adaptaciones curriculares, y a las ayudas técnicas que puedan necesitar.
En la evaluación psicopedagógica se debe reunir información del alumno, así como del contexto escolar
y familiar. De las conclusiones de esta evaluación se derivarán las futuras acciones, que dentro del ámbito
educativo, se llevarán a cabo para que el niño pueda seguir, en la medida de sus posibilidades, los objetivos
establecidos para esta etapa educativa.
De esta forma, las propuestas y decisiones sobre la escolarización se basarán en la evaluación psicopedagógica,
teniendo en cuenta los aspectos bio-psico-sociales, así como la opinión de las familias y otros
profesionales implicados en el tratamiento de Atención Temprana. En cualquier caso, estas medidas tienen un
carácter reversible, atendiendo tanto a las circunstancias que pueden afectar a los alumnos como a los resultados
de otras evaluaciones.
Estos equipos psicopedagógicos pueden recibir distinta denominación según la comunidad autónoma,
pero, en general, tienen como labor coordinar, supervisar y facilitar el proceso de integración de los niños
con necesidades educativas especiales en la escuela infantil.
PREVENCIÓN TERCIARIA
Dentro de esta etapa de la educación infantil, se considera que la escolarización de los alumnos con
necesidades educativas especiales debe iniciarse en un contexto lo más normalizado posible con el fin de apoyar
y favorecer el proceso de desarrollo y aprendizaje.
Esto supone, que, en la práctica, la escolarización de estos alumnos se realice de forma preferente en
centros ordinarios. Para ello se adapta el curriculum a las necesidades de cada alumno, dejando la escolarización
en unidades o centros de educación especial para las situaciones en las que el alumno necesite unas adaptaciones
significativas y en grado extremo del currículum ordinario, así como unos medios personales y materiales
poco comunes en los centros ordinarios; el aula se convierte en un espacio estructurado que ha de poner
al niño en contacto con experiencias, materiales y recursos que de otra forma no estarían a su alcance. Por ello,
y de forma excepcional y cuando la propuesta del equipo psicopedagógico así lo aconseje, estos alumnos se
escolarizarán en centros de educación especial durante el segundo ciclo de educación infantil (3-6 años).
Durante esta etapa infantil, los alumnos con necesidades educativas especiales deben tener la posibilidad
de prolongar su escolarización si la evaluación psicopedagógica así lo indica.
Existen centros de educación infantil que integran preferiblemente a alumnos con una discapacidad
determinada. Esto permite, de alguna manera, rentabilizar las ayudas técnicas que requieran estos alumnos a la
vez que se favorece la especialización del profesorado y se facilita la relación social entre los niños y sus familias.
Los equipos establecen en cada caso planes de actuación en relación con las necesidades educativas
de los alumnos y es el profesor tutor, dentro del aula, el responsable de llevar a cabo estos planes así como
de realizar las adaptaciones curriculares que sean necesarias. Estas adaptaciones tienden a que los alumnos
alcancen los objetivos propios de la educación infantil, siempre de acuerdo a sus posibilidades.
En este sentido, y para todo el proceso educativo en la escuela infantil, los equipos psicopedagógicos
son un elemento esencial para la integración, ya que ofrecen una ayuda directa tanto al niño como al profesor
y coordinan las diferentes intervenciones que puedan necesitar los niños con sus profesores o bien facilitan
ayuda directa al niño por parte de profesionales como el logopeda, el psicomotricista o el profesor de apoyo.
Los problemas en el proceso de integración suelen aparecer cuando no hay una intervención temprana,
previa al ingreso en la escuela infantil, y cuando al aumentar la edad y el nivel educativo, las exigencias
escolares son mayores. En general, los alumnos con necesidades educativas especiales que acuden a la
escuela infantil en al edad de 0-3 años, lo hacen por recomendación de los equipos psicopedagógicos, o de
los centros de Desarrollo Infantil y de Atención Temprana, que valoran positivamente las posibilidades que ofrece
la escuela para el desarrollo del niño aunque continúe con los programas de intervención temprana ya iniciados.
En general la integración del niño en la escuela infantil viene a completar el trabajo que se realiza desde
estos servicios.
Hay que tener en cuenta que los centros de educación infantil, por sus objetivos y por la especial atención
que se otorga a los aspectos afectivos y sociales, son lugares idóneos para conseguir que los alumnos
con necesidades educativas especiales desarrollen al máximo sus capacidades.
Por todo lo expuesto se observa la importancia que tiene mantener una estrecha relación entre la
escuela infantil y los centros de Desarrollo Infantil y de Atención Temprana. Esta relación debería tener los
siguientes objetivos:
a. Los profesionales de las escuelas infantiles y de los centros de Desarrollo Infantil y de Atención
Temprana, pueden colaborar en la elaboración de programas de intervención y en la delimitación de
objetivos, materiales y procedimientos más adecuados en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
b. Determinar las necesidades educativas de los niños entre 0 y 6 años, localizando y derivando los
niños que presenten anomalías en su desarrollo, así como contribuir en la elaboración del curriculum
de esta etapa.
c. Procurar una continuidad en la educación de los niños cubriendo todas sus necesidades desde el
momento de su nacimiento y que a su vez sirva como enlace, preparación y refuerzo de su integración
en la escuela infantil.
d. Coordinar y compartir la información sobre la situación del niño en el momento en el que éste
ingresa en el sistema educativo.
e. Intercambiar la información sobre las actividades y comportamiento del niño durante su escolarización.
f. Prestar apoyo técnico a los programas de escolarización de alumnos con necesidades educativas
especiales.
g. Colaborar en la orientación a las famílias, en su conocimiento y apoyo a sus necesidades.
La relación entre los centros de Desarrollo Infantil y de Atención Temprana y la escuela infantil debe ir
encaminada a proporcionar una atención educativa global, sistematizada y adecuada a la población infantil de
0 a 6 años, a contribuir a la reflexión y debate sobre propuestas organizativas y orientaciones en la escuela
infantil, a apoyar, asesorar y formar tanto al maestro de apoyo como al profesor del aula ordinaria y,
fundamentalmente,
a apoyar y facilitar el proceso de integración y el pleno desarrollo de niños con necesidades educativas
especiales.
La importancia de la Familia y de la Escuela
en la transmisión de hábitos y rutinas.
Durante los primeros años de vida, los padres juegan un papel fundamental en
la transmisión a sus hijos de valores, normas, hábitos, rutinas y costumbres,
que les acompañarán a lo largo de toda su vida y deben ser consolidados en el
aula a través de acciones pedagógicas dirigidas por los equipos docentes. Los
padres inculcarán a sus hijos estilos de vida saludables y elevados niveles de
autonomía personal. Por ende, la relación familia- escuela será esencial para
un desarrollo armónico del niño.
EL ORDEN
La jornada escolar lleva consigo un orden de actividades; hacer fila en el patio
del colegio para entrar en clase, colgar los abrigos en el perchero y ponerse la
bata, hacer asamblea, trabajar en la ficha correspondiente, ir al baño y
almorzar, jugar en el patio, volver al aula a trabajar, colgar la bata y ponerse el
abrigo y hacer fila para irse a casa. En la asamblea se trabajan conductas
cívicas que mejoran el orden y el correcto transcurso de la jornada escolar;
saludar, respetar el turno de la palabra, escuchar cuando habla un compañero,
no gritar, solicitar permiso. Asimismo se trabajan normas y pautas de
convivencia y se recuerdan responsabilidades ( ponerse el primero en la fila,
repartir pinturas…)
LA HIGIENE
EL VESTIDO
LA ALIMENTACIÓN
La alimentación influye en los estados de salud y en el bienestar, por esta
razón es importante llevar una alimentación saludable, comer sano y de forma
equilibrada. El procedimiento desarrollado para la gestión de los almuerzos
conlleva una serie de normas: por orden la mesa de cada color irá al baño, el
almuerzo se comerá sentado sin levantarse, viendo y escuchando los videos
que el profesor pone en la pizarra digital, pudiendo hablar en voz baja sin gritar.
EL DESCANSO
Después de acabar una actividad, en el transito entre una y otra actividad, los
niños necesitan unos segundos de distensión. Se hacen desplazamientos en el
aula, se canta y se baila una canción. Pero principalmente, cuando los niños
llegan al aula después del recreo hay que buscar un estado de comodidad para
que puedan trabajar, hay que relajarlos porque normalmente llegan excitados.
LA CONVIVENCIA
Nene León
Propone un conjunto de videos gratuitos dirigidos a niños de corta edad. Con
canal propio en Youtube, la estructura de cada uno de ellos es la narración
musical de la mano de cuatro divertidos personajes. Entre muchos videos que
propone, los hay dedicados a las rutinas propias del día a día: Despertar para ir
al colegio, canciones para dormir, para la hora de la comida, la hora del baño.
Calendario de rutinas
Para ayudar a estructurar los hábitos del día a día, una opción son los
calendarios de rutinas. Se recomienda que el niño colabore en su confección
en compañía del padre o de la madre y además, se indican los materiales que
se necesitan. Se sugieren unas fichas bastante comunes pero se pueden
personalizar.
Tablas de registro
Mediante unas tablas de registro los niños supervisados por el profesor o los
padres, anotarán los resultados mediante pegatinas de colores en dichas tablas
que servirán para ver la evolución final de los niños.
ANÁLISIS FINAL
La formación que se lleva a cabo durante la Educación Infantil gira
entorno a uno de los principales objetivos que se quieren conseguir en
estas etapas: La autonomía personal de los niños y niñas. Para alcanzar
este objetivo principal tiene que contener actividades que originen este tipo de
hábitos en los niños mediante las rutinas que las interiorizarán y desarrollarán
en esta etapa, logrando aprendizajes significativos necesarios y útiles para
desenvolverse en su vida cotidiana.
Hábitos y rutinas en la educación infantil deben trascender ya la mera
seguridad espacial y familiar del niño para proporcionar y ampliar la seguridad
a campos de la temporalidad y de las relaciones sociales externas a la familia,
todo ello encaminado, no lo olvidemos, a la adquisición de unas tasas mayores
de autonomía personal.