Tema 42

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Tema 42. Intervención en el entorno escolar.

Evaluación de las rutinas en


la escuela infantil. Papel del Educador. Estrategias de intervención

SERVICIOS EDUCATIVOS
Partiendo del principio de que todas las personas tienen el derecho a participar en la sociedad, la
escuela se convierte en un hito importante en el proceso de integración y de socialización de los niños, de
manera muy significativa en aquellos con problemas en el desarrollo.
La educación infantil reviste una especial trascendencia ya que los primeros años de vida son determinantes
para un desarrollo físico y psicológico armonioso del niño, así como para la formación de las facultades
intelectuales y el desarrollo de la personalidad. La educación a estas edades tiene un marcado carácter
preventivo y compensador, debido a la importancia que tiene la intervención temprana para evitar problemas
en el desarrollo, en la población en general y especialmente en aquellos niños que presentan necesidades educativas
especiales.
El servicio de atención a los niños en la etapa de 0-6 años se ha desarrollado bajo modelos distintos,
con responsabilidades y fines diferentes. Así, en un primer momento y a medida que se producían cambios en
nuestra sociedad y en la familia, especialmente con la incorporación de la mujer a la vida laboral, la sociedad
afronta el problema de atender a estos niños en la etapa previa a la escolaridad obligatoria desde un modelo
meramente asistencial. Este es el momento en el que surgen las guarderías como un servicio de asistencia
social para las familias, sin una clara intencionalidad educativa.
La escuela infantil en nuestro país, como en el resto de Europa, se desarrolla a partir de la evolución
de las guarderías, debido por un lado, a la demanda social y por otro, a su afianzamiento como servicio público
abierto a la comunidad infantil, con un enfoque marcadamente educativo. De esta forma la escuela infantil
se convierte en una entidad que sistematiza programas y que organiza la educación infantil formal.
Actualmente, y según la Ley de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE), la educación
infantil supone el primer nivel del sistema educativo con una duración de seis años, y dividido en dos ciclos,
el primero de 0-3 años y el segundo de 3-6 años. El segundo ciclo está más generalizado que el primero, aunque
es una etapa que todavía tiene carácter voluntario y por lo tanto presenta una realidad distinta según las
comunidades autónomas. No obstante, las administraciones públicas deben garantizar para este primer ciclo
de 0-3 años, una oferta suficiente de plazas para todos los niños que lo soliciten.
A partir de esta Ley la educación infantil establece una serie de objetivos generales con la finalidad de
que los niños desarrollen capacidades como: conocer su propio cuerpo, relacionarse con los demás a través
de distintas formas de expresión y comunicación, adquirir cierta autonomía en las actividades que realizan
habitualmente, y observar y explorar su entorno, familiar y social.
PREVENCIÓN PRIMARIA
Es importante destacar el marcado carácter educativo como mediador y facilitador de posteriores
aprendizajes de este periodo escolar. La educación infantil debe contribuir al desarrollo afectivo, físico, social
y moral del niño. Esto supone una nueva manera de afrontar la actuación con los niños de estas edades alejándose
de la función de guarda que tradicionalmente se venía desempeñando con niños pequeños.
Desde esta nueva perspectiva, las escuelas infantiles se convierten en un lugar privilegiado desde
donde realizar una tarea de prevención de posibles retrasos en el desarrollo, a la vez que de compensación de
carencias relacionadas con el entorno social, cultural o económico.
PREVENCIÓN SECUNDARIA
La detección de las posibles necesidades educativas especiales de los niños durante la etapa infantil
es una de las funciones que deben realizar los profesores de aula, en colaboración con los equipos psicopedagógicos.
Estos equipos van a ser los encargados de hacer una evaluación de las necesidades detectadas
en los niños, con el objetivo de determinar la naturaleza de las mismas, así como cuestiones relativas a su
escolarización, a la elaboración de adaptaciones curriculares, y a las ayudas técnicas que puedan necesitar.
En la evaluación psicopedagógica se debe reunir información del alumno, así como del contexto escolar
y familiar. De las conclusiones de esta evaluación se derivarán las futuras acciones, que dentro del ámbito
educativo, se llevarán a cabo para que el niño pueda seguir, en la medida de sus posibilidades, los objetivos
establecidos para esta etapa educativa.

De esta forma, las propuestas y decisiones sobre la escolarización se basarán en la evaluación psicopedagógica,
teniendo en cuenta los aspectos bio-psico-sociales, así como la opinión de las familias y otros
profesionales implicados en el tratamiento de Atención Temprana. En cualquier caso, estas medidas tienen un
carácter reversible, atendiendo tanto a las circunstancias que pueden afectar a los alumnos como a los resultados
de otras evaluaciones.
Estos equipos psicopedagógicos pueden recibir distinta denominación según la comunidad autónoma,
pero, en general, tienen como labor coordinar, supervisar y facilitar el proceso de integración de los niños
con necesidades educativas especiales en la escuela infantil.
PREVENCIÓN TERCIARIA
Dentro de esta etapa de la educación infantil, se considera que la escolarización de los alumnos con
necesidades educativas especiales debe iniciarse en un contexto lo más normalizado posible con el fin de apoyar
y favorecer el proceso de desarrollo y aprendizaje.
Esto supone, que, en la práctica, la escolarización de estos alumnos se realice de forma preferente en
centros ordinarios. Para ello se adapta el curriculum a las necesidades de cada alumno, dejando la escolarización
en unidades o centros de educación especial para las situaciones en las que el alumno necesite unas adaptaciones
significativas y en grado extremo del currículum ordinario, así como unos medios personales y materiales
poco comunes en los centros ordinarios; el aula se convierte en un espacio estructurado que ha de poner
al niño en contacto con experiencias, materiales y recursos que de otra forma no estarían a su alcance. Por ello,
y de forma excepcional y cuando la propuesta del equipo psicopedagógico así lo aconseje, estos alumnos se
escolarizarán en centros de educación especial durante el segundo ciclo de educación infantil (3-6 años).
Durante esta etapa infantil, los alumnos con necesidades educativas especiales deben tener la posibilidad
de prolongar su escolarización si la evaluación psicopedagógica así lo indica.
Existen centros de educación infantil que integran preferiblemente a alumnos con una discapacidad
determinada. Esto permite, de alguna manera, rentabilizar las ayudas técnicas que requieran estos alumnos a la
vez que se favorece la especialización del profesorado y se facilita la relación social entre los niños y sus familias.
Los equipos establecen en cada caso planes de actuación en relación con las necesidades educativas
de los alumnos y es el profesor tutor, dentro del aula, el responsable de llevar a cabo estos planes así como
de realizar las adaptaciones curriculares que sean necesarias. Estas adaptaciones tienden a que los alumnos
alcancen los objetivos propios de la educación infantil, siempre de acuerdo a sus posibilidades.
En este sentido, y para todo el proceso educativo en la escuela infantil, los equipos psicopedagógicos
son un elemento esencial para la integración, ya que ofrecen una ayuda directa tanto al niño como al profesor
y coordinan las diferentes intervenciones que puedan necesitar los niños con sus profesores o bien facilitan
ayuda directa al niño por parte de profesionales como el logopeda, el psicomotricista o el profesor de apoyo.
Los problemas en el proceso de integración suelen aparecer cuando no hay una intervención temprana,
previa al ingreso en la escuela infantil, y cuando al aumentar la edad y el nivel educativo, las exigencias
escolares son mayores. En general, los alumnos con necesidades educativas especiales que acuden a la
escuela infantil en al edad de 0-3 años, lo hacen por recomendación de los equipos psicopedagógicos, o de
los centros de Desarrollo Infantil y de Atención Temprana, que valoran positivamente las posibilidades que ofrece
la escuela para el desarrollo del niño aunque continúe con los programas de intervención temprana ya iniciados.
En general la integración del niño en la escuela infantil viene a completar el trabajo que se realiza desde
estos servicios.
Hay que tener en cuenta que los centros de educación infantil, por sus objetivos y por la especial atención
que se otorga a los aspectos afectivos y sociales, son lugares idóneos para conseguir que los alumnos
con necesidades educativas especiales desarrollen al máximo sus capacidades.
Por todo lo expuesto se observa la importancia que tiene mantener una estrecha relación entre la
escuela infantil y los centros de Desarrollo Infantil y de Atención Temprana. Esta relación debería tener los
siguientes objetivos:
a. Los profesionales de las escuelas infantiles y de los centros de Desarrollo Infantil y de Atención
Temprana, pueden colaborar en la elaboración de programas de intervención y en la delimitación de
objetivos, materiales y procedimientos más adecuados en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
b. Determinar las necesidades educativas de los niños entre 0 y 6 años, localizando y derivando los
niños que presenten anomalías en su desarrollo, así como contribuir en la elaboración del curriculum
de esta etapa.
c. Procurar una continuidad en la educación de los niños cubriendo todas sus necesidades desde el
momento de su nacimiento y que a su vez sirva como enlace, preparación y refuerzo de su integración
en la escuela infantil.
d. Coordinar y compartir la información sobre la situación del niño en el momento en el que éste
ingresa en el sistema educativo.
e. Intercambiar la información sobre las actividades y comportamiento del niño durante su escolarización.
f. Prestar apoyo técnico a los programas de escolarización de alumnos con necesidades educativas
especiales.
g. Colaborar en la orientación a las famílias, en su conocimiento y apoyo a sus necesidades.
La relación entre los centros de Desarrollo Infantil y de Atención Temprana y la escuela infantil debe ir
encaminada a proporcionar una atención educativa global, sistematizada y adecuada a la población infantil de
0 a 6 años, a contribuir a la reflexión y debate sobre propuestas organizativas y orientaciones en la escuela
infantil, a apoyar, asesorar y formar tanto al maestro de apoyo como al profesor del aula ordinaria y,
fundamentalmente,
a apoyar y facilitar el proceso de integración y el pleno desarrollo de niños con necesidades educativas
especiales.
La importancia de la Familia y de la Escuela
en la transmisión de hábitos y rutinas.
Durante los primeros años de vida, los padres juegan un papel fundamental en
la transmisión a sus hijos de valores, normas, hábitos, rutinas y costumbres,
que les acompañarán a lo largo de toda su vida y deben ser consolidados en el
aula a través de acciones pedagógicas dirigidas por los equipos docentes. Los
padres inculcarán a sus hijos estilos de vida saludables y elevados niveles de
autonomía personal. Por ende, la relación familia- escuela será esencial para
un desarrollo armónico del niño.                                              

Los hijos son total responsabilidad de los padres y si deseamos que su


integración social sea exitosa, debemos acompañarlos durante todas las fases
del crecimiento con conductas ejemplares. Existe contrastada literatura
científica que avala el que los malos hábitos durante la edad temprana afectan
al adecuado crecimiento del niño y de la niña. Es obvio que los primeros
educadores están en la familia. De forma complementaria, la escuela ofrece
nuevas pautas y refuerza determinados aprendizajes que no se dan en un
contexto familiar.
La etapa de Educación infantil, se
considera la más importante para la adquisición, asimilación y aprendizaje de
los hábitos, mediante rutinas, ya que los niños son verdaderos imitadores de
los adultos que se encuentran a su alrededor y que están en continuo contacto
con ellos. La inculcación de hábitos en la etapa de Educación Infantil
ayuda al desarrollo moral, afectivo y social del niño, así como también les
facilitará el aprendizaje de diversas acciones en la vida diaria, interiorizando
dichos hábitos y finalmente adquiriendo una autonomía cada vez mayor en
sus acciones.
En esta etapa el niño adquiere hábitos de salud, higiene, orden, nutrición,
seguridad y prevención que contribuyen al cuidado del propio cuerpo y de los
espacios en los que transcurre la vida cotidiana, a la progresiva autonomía,
como también se dan avances significativos en el ámbito social.

Es importante que a esta edad pueda actuar con autonomía,


confianza y seguridad en los ambientes sociales más
próximos, que conozca y utilice las reglas que posibilitan una
adecuada convivencia y que sepa valorar las ventajas que aporta
la vida en grupo.
Debido a la importancia en el contexto educativo según el Real Decreto
163/2006 de 29 de diciembre por el que se implantan las enseñanzas
mínimas del 2º ciclo de Ed. Infantil establece como una de las tres áreas
curriculares a trabajar el conocimiento de si mismo y la autonomía
personal.
Siguiendo a Zabalza (2010) las principales funciones que desarrollaríamos
al trabajar rutinas y hábitos en el entorno infantil serian:
 

 Ofrecer un marco de referencia. Una vez que se ha aprendido la


correspondiente rutina, el niño es capaz de concentrarse en lo
que está haciendo sin pensar ni preocuparse en lo que vendrá
después.
 Generar seguridad dado que se trata de una actividad conocida
por quien la realiza.
 Actuar como indicador temporal puesto que aporta una
percepción sensorial de los distintos momentos en los que debe
efectuarse la actividad, permitiendo saber que es lo que hay que
hacer antes y que después.
 Potenciar procesos de captación cognitiva, referida a las distintas
estructuras que presentan las diferentes actividades a realizar.
 Desarrollar virtualidades cognitivas y afectivas a nivel
metodológico con motivo de las posibilidades de aprendizaje
posterior que tendrán los niños respecto a la adquisición de
estrategias de planificación y de organización de los aprendizajes.
La secuencia ideal para el aprendizaje de rutinas y hábitos en
esta etapa educativa, resulta importante la generalización de los
aprendizajes a entornos no estrictamente educativos. De ahí la
importancia de que la familia trabaje estas actividades con los
niños en el entorno familiar y social.
LOS HÁBITOS                                                                            
A través de los hábitos y rutinas introducimos al niño en el mundo de la
seguridad, los límites y el conocimiento de su entorno. Es una manera de
ofrecerles un ambiente de estabilidad tranquila en el que aprender y ser
educado de forma constructiva, formando una personalidad segura y 
consciente.

Mª Antonia Fernández Gutiérrez, en el libro “Educación Infantil”  define los


hábitos como “costumbres, actitudes, formas de conducta y aprendizajes.
El hábito bien adquirido  y usado nos permite hacer frente a los
acontecimientos cotidianos”.
Lograr buenos hábitos conlleva paciencia y constancia; si se crea el mal hábito 
supondrá erradicarlo y resultará fastidioso tanto para los padres, profesor o
como para el propio niño.

El hábito es un mecanismo estable que crea destrezas y que además podemos


usar para distintas situaciones (por ejemplo abrocharse).

A la hora de adquirir hábitos se tendrá en cuenta:


 Es un proceso continuo, gradual y dura toda la vida.
 Necesita un proceso satisfactorio y agradable para el sujeto.
 Debe producir éxito.
 Debe ser reforzado en el momento oportuno.
 La familia debe tener paciencia y ser precisa en las descripciones
de las conductas.
 Los padres deben colaborar y marcar normas claras.
 Supone un ambiente relajado, tranquilo y adaptado.
 El niño debe querer colaborar y para ello hay que motivarle.
Los hábitos son los primeros asentamientos para una buena
base en la adquisición de un determinado conocimiento. Se
deben implantar mediante rutinas, tanto en el aula como en el
entorno familiar.
LAS RUTINAS                                                                             
Entendemos por rutinas, aquellas actividades que realizamos diariamente de
forma regular, periódica y sistemática, con un carácter ineludible. Por ejemplo,
la asamblea a primera hora de la mañana.

Para R. Driekurs (2003)” la rutina


diaria es para los niños lo que las paredes son para una casa, les da
fronteras y dimensión a la vida. La rutina establecida da una sensación de
seguridad, da un sentido de orden del cual nace la libertad”.
En estas edades es básico  respetar los principios del desarrollo cognitivo y
socio-afectivo, manteniendo una organización del tiempo lo mas natural
posible, sin forzar el ritmo de la actividad y manteniendo determinadas
constantes temporales.

Ahora bien, como todo aprendizaje y más tratándose de niños de Educación


Infantil, resulta necesario fijar pautas metodológicas que contribuyan a
organizar y sistematizar estos aprendizajes adecuadamente, siguiendo siempre
el mismo orden en las actividades y mencionando claramente y con cierta
frecuencia por parte del profesor el nombre de la rutina a trabajar. De este
modo los niños se sentirán seguros cuando realicen las rutinas y alcanzaran
grandes cotas de autonomía y equilibrio personal.
A través de la metodología activa y participativa los protagonistas del proceso
de enseñanza y aprendizaje serán los niños. Además podrán realizar las
acciones planteadas sobre hábitos y rutinas básicas de higiene, alimentación y
descanso de forma autónoma, siendo este un aprendizaje significativo, útil a lo
largo de toda su vida. Sin olvidar que durante todo el proceso el profesor
intentará que los niños estén motivados, manteniendo siempre el interés por lo
que están haciendo.
Por ello, debemos considerar las rutinas como puros
aprendizajes que contribuyen a una mejora de nuestra
capacidad cognitiva, por lo que se trata de procesos que los
alumnos deben aprender en el seno del aula y la familia deberá
tenerlo en cuenta para establecer unas rutinas en el hogar que a
buen seguro contribuirán al desarrollo psicológico de sus hijos.
¿COMO TRABAJAR LOS HÁBITOS Y LAS RUTINAS EN EL
AULA DE EDUCACIÓN INFANTIL?
Según María Montessori los niños tienen que tener una referencia de cómo
desarrollar correctamente los hábitos y las rutinas que se les exigen, haciendo
un uso adecuado de los materiales y, al mismo tiempo adquiriendo destrezas
en sus movimientos, en su control y en su voluntad. Los responsables de
mostrar e involucrar a los niños en hábitos sanos y en rutinas positivas son la
familia, los padres o figuras de apego, y  en el contexto educativo, sus
profesores o figuras de referencia.
El desarrollo de la autonomía personal, a través de los hábitos y las rutinas,
hace que se favorezca la autoestima de los niños ya que al ser capaces de
hacer estas acciones de forma autónoma se sienten más motivados,
dispuestos y valiosos. Ellos mismos pueden ver los progresos que van
haciendo.

Pero la disposición de los niños y las


niñas por hacer determinados hábitos y rutinas no es siempre positiva. Por ello
para contribuir a la disposición adecuada pueden utilizarse diferentes
herramientas, como  tablas de los hábitos y rutinas con el objetivo de
premiar aquellas rutinas que conducen a un hábito positivo. Estos “premios” no
tienen por que ser materiales, simplemente podemos reforzar o premiar con
tiempo de juego junto a los padres-amigos, por ejemplo.
Cuando los hábitos y las rutinas se están interiorizando podemos ayudar a los
niños a recordar la temporalización de estas acciones mediante esta tabla. La
tabla de los hábitos y rutinas es un apoyo visual, dibujos o imágenes realistas
de la secuencia de tareas. Es un buen recurso porque puedes involucrar a los
niños a crear esa tabla, evitas tener que decir lo que hay que hacer en cada
momento y desarrolla capacidades como la memoria, la autonomía, la
independencia, la motivación… No más de diez imágenes situadas en una
zona transitoria de la clase o de la casa a la altura visual de los niños

 Tampoco olvidar el mejor método para el recuerdo, la constancia diaria que


permitirá a los niños a clarificar y ordenar de forma natural, el transcurso del día
en su mente.

Para lograr el éxito en el desarrollo de hábitos y rutinas hay que tener en


cuenta tres aspectos:
1. Hay que intentar seguir siempre el mismo orden en las
acciones de los hábitos Por ejemplo: primero vamos al baño a
orinar y a lavarnos las manos, luego almorzamos y recogemos los
restos del almuerzo, tirando los residuos a la basura y limpieza de
la mesa.
2. La constancia es difícil pero fundamental. A veces nuestro
ritmo diario hace que nos saltemos algunos pasos y que seamos
poco constantes en nuestras rutinas diarias, pero se debe
procurar mantener el orden y cumplirlos aunque tengamos que
agilizarlos.
3. Podemos anticiparnos a lo que va a pasar antes de empezar
con un hábito o rutina, conocer lo que va a durar, lo que
vendrá después. De esta forma las transiciones costarán menos,
pues los niños entenderán estos pasos y se sentirán seguros.
También potenciarán su autonomía, ya que si los niños conocen
lo que deben hacer a continuación, podrían hacerlo por su propia
iniciativa.
Por el contrario, para evitar el fracaso  en el desarrollo de hábitos y
rutinas, hay que tener en cuenta lo siguiente:
 Hay que permitir que los niños y las niñas empleen el tiempo
oportuno en su realización. Las prisas no son buenas
 Los castigos y amenazas pueden funcionar a corto plazo pero no
benefician para el desarrollo de los niños. Además amenazar con
castigos y luego no cumplir con la amenaza resta credibilidad y
valor a las palabras.
 Principio de no contradicción: los adultos no pueden mostrar
hábitos diferentes de los que se pretenden inculcar.
LOS HÁBITOS Y RUTINAS QUE SE REALIZAN EN EL AULA
DE EDUCACIÓN INFANTIL

Según la educadora y pedagoga, Maite Vallet, en el libro


“Educar a niños de 0 a 6 años” podemos clasificar diferentes hábitos y
rutinas:
 

 EL ORDEN
La jornada escolar lleva consigo un orden de actividades; hacer fila en el patio
del colegio para entrar en clase, colgar los abrigos en el perchero y ponerse la
bata, hacer asamblea, trabajar en la ficha correspondiente, ir al baño y
almorzar, jugar en el patio, volver al aula a trabajar, colgar la bata y ponerse el
abrigo y hacer fila para irse a casa. En la asamblea se trabajan conductas
cívicas que mejoran el orden y el correcto transcurso de la jornada escolar;
saludar, respetar el turno de la palabra, escuchar cuando habla un compañero,
no gritar, solicitar permiso. Asimismo se trabajan normas y pautas de
convivencia y se recuerdan responsabilidades ( ponerse el primero en la fila,
repartir pinturas…)
 LA HIGIENE

La higiene es un aspecto fundamental de los hábitos saludables. Los niños de


Educación Infantil deben ser capaces de controlar los esfínteres, pedir ir al
baño y limpiarse de forma autónoma. También tirar de la cadena y lavarse las
manos sin mojarse la ropa. Del mismo modo, tendrán autonomía para sonarse
la nariz y limpiarse los mocos cuando lo necesiten. La familia contribuirá a la
higiene personal de sus hijos lavando la bata cuando esté establecido hacerlo.

 EL VESTIDO

El uso de la bata es obligatorio como vestimenta diaria al no llevar uniforme.


Para facilitar el trabajo de los niños a la hora de vestirse de forma autónoma,
después de ir al baño, la familia debe de facilitar el proceso poniéndoles a sus
hijos ropa cómoda, evitar cinturones, tirantes, bodis, broches complicados de
atar etc..

 LA ALIMENTACIÓN
La alimentación influye en los estados de salud y en el bienestar, por esta
razón es importante llevar una alimentación saludable, comer sano y de forma
equilibrada. El procedimiento desarrollado para la gestión de los almuerzos
conlleva una serie de normas: por orden la mesa de cada color irá al baño, el
almuerzo se comerá sentado sin levantarse, viendo y escuchando los videos
que el profesor pone en la pizarra digital, pudiendo hablar en voz baja sin gritar.

 EL DESCANSO

Después de acabar una actividad, en el transito entre una y otra actividad, los
niños necesitan unos segundos de distensión. Se hacen desplazamientos en el
aula, se canta y se baila una canción. Pero principalmente, cuando los niños
llegan al aula después del recreo hay que buscar un estado de comodidad para
que puedan trabajar, hay que relajarlos porque normalmente llegan excitados.

 LA CONVIVENCIA

Toda la jornada escolar conlleva a la acción de convivir: con los profesores,


compañeros del aula y de la escuela, personal no docente… La convivencia
entre iguales se manifiesta sobre todo a través del juego. Fuera del aula la
convivencia puede llevarse a cabo por medio del juego. En este momento,  se
manifiestan hábitos y rutinas vinculadas a la autonomía personal y la conducta
cívica de los niños, relación con los compañeros, no pegándose  y
promoviendo espacio de juego compartido y respeto por el mobiliario y
juguetes. Se promueve el desarrollo de actitudes negociadoras mediante el uso
de la palabra y el dialogo para alcanzar acuerdos y no expresiones violentas
para conseguir finalidades propuestas como “si te pegan, pega tu”. Dentro del
aula, la convivencia puede llevarse a cabo por medio de los rincones. 

Para Tavernier, “es el lugar, permanente o no, en el que se desarrollan


actividades muy determinadas, libres o dirigidas, individuales, en grupos
pequeños o colectivos: cocina, tienda, biblioteca, muñecas, garaje,
grafismo etc.….También inducen a reflexionar sobre lo que están haciendo: se
juega, se explora, se investiga. Todo esto potencia y desarrolla la autonomía
personal y las capacidades de creatividad, manipulación, experimentación y
atención.
                Estos hábitos y rutinas no deben llevarse a cabo únicamente en el
aula, sino que también deben realizarse en el contexto familiar bajo la
supervisión de los padres, siendo las pautas muy similares o iguales.

RECURSOS PARA TRABAJAR LAS RUTINAS DIARIAS DE


LOS ALUMNOS EN EDUCACIÓN INFANTIL

 Nene León
Propone un conjunto de videos gratuitos dirigidos a niños de corta edad. Con
canal propio en Youtube, la estructura de cada uno de ellos es la narración
musical de la mano de cuatro divertidos personajes. Entre muchos videos que
propone, los hay dedicados a las rutinas propias del día a día: Despertar para ir
al colegio, canciones para dormir, para la hora de la comida, la hora del baño.

 Mi librito para colorear rutinas


Disponible en la página web de Orientación Andújar. Este recurso está formado
por varias fichas que unidas forman un pequeño libro de rutinas que los
alumnos tienen que colorear. Cada una de sus paginas se centra en un
aspecto en particular: irse a la cama temprano, disfrutar de un buen desayuno,
asearse, preparar la mochila etc…Finalmente se apuntan cuatro beneficios
relacionados con los hábitos y las rutinas en los niños.

 Rutinas: Recursos para Educación Infantil


La educadora infantil Sonia García es la autora de esta propuesta en la que
sugiere algunas canciones que servirán para que los alumnos adquieran
determinadas rutinas y hábitos en la escuela. Son canciones cortitas pero muy
pegadizas: para hacer la fila, estar en silencio, guardar los juguetes y
materiales que se han utilizado. También tiene canción para dar los buenos
días y otra para pasar lista.

 Calendario de rutinas
Para ayudar a estructurar los hábitos del día a día, una opción son los
calendarios de rutinas. Se recomienda que el niño colabore en su confección
en compañía del padre o de la madre y además, se indican los materiales que
se necesitan. Se sugieren unas fichas bastante comunes pero se pueden
personalizar.

 
 Tablas de registro
Mediante unas tablas de registro los niños supervisados por el profesor o los
padres, anotarán los resultados mediante pegatinas de colores en dichas tablas
que servirán para ver la evolución final de los niños.

 Cuentos que trabajan los hábitos y rutinas.


 Hay muchos cuentos en las librerías pero como referencia: “El país de gracias
o por favor”, “Aprendiendo a ser superhéroes”, “Yo me lavo”, “El orinal de
Lulú”,” “¡Ya os vestimos solos!”, “¿No duermes osito?”,”Cuentos para aprender
a convivir”, etc.…

ANÁLISIS FINAL                                                                         
La formación que se lleva a cabo durante la Educación Infantil gira
entorno a uno de los principales objetivos que se quieren conseguir en
estas etapas: La autonomía personal de los niños y niñas. Para alcanzar
este objetivo principal tiene que contener actividades que originen este tipo de
hábitos en los niños mediante las rutinas que las interiorizarán y desarrollarán
en esta etapa, logrando aprendizajes significativos necesarios y útiles para
desenvolverse en su vida cotidiana.
Hábitos y rutinas en la educación infantil deben trascender ya la mera
seguridad espacial y familiar del niño para proporcionar y ampliar la seguridad
a campos de la temporalidad y de las relaciones sociales externas a la familia,
todo ello encaminado, no lo olvidemos, a la adquisición de unas tasas mayores
de autonomía personal.

Para favorecer el desarrollo personal del niño, equilibrando su estado físico y


mental, los hábitos y las rutinas fijadas tienen que estar estrechamente
relacionadas en el ámbito escolar y el contexto familiar, por lo que los
profesores y padres tienen que tener buena comunicación entre ellos, sabiendo
en todo momento que hábitos y rutinas se están trabajando y participando
conjuntamente de forma constante en ambos ámbitos.

Funciones del educador infantil


El técnico en educación infantil, conocido también por sus siglas
TEI, realiza su trabajo con niños de hasta 6 años de edad.
Es la persona que reuniendo la titulación académica mínima requerida
por la legislación vigente, lleva a cabo sus funciones de elaboración y
ejecución de la programación de su aula y ejerciendo la actividad
educativa en su aula, desarrollando las programaciones curriculares,
incluyendo las actividades relacionadas con la salud, higiene y
alimentación en el centro.
En resumen podemos decir que su función principal es la de llevar a
cabo actividades educativas y juegos con el fin de promover el
desarrollo físico, mental y social. Aquí puedes ver las funciones al
detalle:

 Serás el encargado de realizar la programación, el diseño y la


ejecución de actividades sociales y educativas con los niños y
sus familiares
 En casos de niños/as y familias que necesiten de otros
profesionales o servicios, tendrás que usar recursos y cursar
los trámites para que reciban estos servicios
 Cuando se produzcan contigencias tendrás que transmitir
seguridad y confianza
 Llevarás a cabo la evaluación del proceso de intervención y
analizar los resultados conseguidos, además deberás
transmitir esta información
 Con la ayuda de los recursos deberás mantener actualizados los
conocimientos científicos y técnicos relacionados con la
actividad profesional
 Mantener relaciones fluidas tanto con los niños y niñas como
con sus familiares
 Mantener relaciones con otros profesionales
 Mostrar habilidades sociales
 Capacidad de gestión de la diversidad cultural
 Aportar soluciones a los conflictos que puedan surgir
 Darás de comer a bebés y niños pequeños
 Estimular el desarrollo de los más pequeños
 Leerás cuentos
 Tendrás que vestir a bebés y niños

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