Esquema Mariología Síntesis
Esquema Mariología Síntesis
1. 1. Antiguo Testamento.
Cuestión sobre la presencia de María en el AT.
- Lectura unitaria de la Sagrada Escritura.
- La Tradición viva de la Iglesia.
- La analogía de la fe.
a) Presencia tipológica.
Mujeres del AT: Eva (Gn 3, 15 [protoevangelio]. 20 [Madre de todos los vivientes]);
Sara, Ana (la madre de Samuel), Débora, Rut, Judit y Ester entre otras [paradoja de
la manifestación de la omnipotencia divina]. Lucas descubre esta presencia en
referencia a Sara (Nada hay imposible para Dios; Gn 18, 14 y Lc 1, 37); Judit
(Bendita tú entre las mujeres; Jd 13, 18-19 y Lc 1, 42).
La gebirah (dueña): la madre del rey. Jer 13, 18 (Tu madre dio a luz); Betsabé,
madre de Salomón, ante la cual éste se postra y la entroniza (1 Re 2, 12-20). Dos
evangelistas descubren esta relación: Mt 1, 22-23; 2, 11; Lc 1, 32-33; 1, 43.
Hija de Sión: resto de Israel que probado en el sufrimiento es portador de una nueva
esperanza (Miq 1, 13; 4, 10ss; Sof 3, 13-17; Joel 2, 21-23; Zac 2, 14; 9, 9; Is 12, 6;
44, 23; 49, 13; 52, 1-2). En relación a este tipo se hallan los de Israel como Esposa
de Yahvé, la Madre-Sión y la Virgen Hija de Sión o Virgen Israel. A la luz de esta
prefiguración se descubre la relación de María con Israel y la Iglesia así como su
maternidad divina (Cristo) y espiritual (Iglesia-Calvario).
Tienda del encuentro-Arca de la Alianza: morada de Dios en medio de su pueblo. Lc
1, 39-44 aplica esta relación. Paralelismo con Éx 40 y la traslación del arca.
Jd 15, 9 (acomodaticio): Tú eres la gloria de Jerusalén…
Prov 8 y Eclo 24 (acomodaticio): trono de la Sabiduría; predestinación en vista de la
redención.
Cantar de los Cantares (discutido): gran importancia en liturgia, iconografía y
literatura.
b) Presencia profética.
Desde el valor mesiánico de la profecía se deduce su sentido mariológico.
Gn 3, 15:
- Protoevangelio.
- Elección en Cristo; enemistad con el Maligno; cooperación en la redención.
Is 7, 14:
- Hijo-Mesías-Emmanuel.
- ‘Almâh: joven virgen-doncella
- Signo: milagro de poder: una virgen concebirá sin dejar de serlo.
- Mt 1, 22-23 y Lc 1, 31 interpretan Is 7, 14 como profecía de la concepción
virginal de Jesús.
Miq 5, 2:
- Paralelismo con Lc 2, 4-14; interpretado mesiánicamente por Mt 2, 6 y Jn 7, 42.
- Dará a luz al que apacentará a su pueblo Israel.
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1. 2. Nuevo Testamento.
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- El consentimiento de María al anuncio declara su libre y consciente colaboración a
la obra de la salvación, de la cual se descubre como instrumento (cf. Magnificat)
según la temática de los siervos del Señor.
- El relato de la visitación halla su analogía en el traslado del arca de alianza (2 Sam
6, 1-16), 1 Cr 15, 25ss. Mientras la bendición de Isabel recuerda la de Ozías a
Judit (Jud 13, 18-19), el modo de dirigirse a María como Madre de mi Señor
denota la temática de la gebirah. La felicitación a María por haber creído subraya
la condición de creyente perfecta que ha de ser relacionada con otros pasajes
lucanos en los que Jesús llama bienaventurados a los que escuchan y cumplen la
Palabra (8, 19-21; 11, 27-28).
- El himno del Magnificat revela a la verdadera Hija de Sión que exulta de gozo por
la misericordia de Dios, evocando de nuevo el espíritu del resto de Israel, del
pobre y humilde (sierva) que pone su confianza en Dios como único liberador de
su pueblo.
- En la presentación de Jesús al templo se descubre la actitud oferente y generosa de
la Virgen al ofrecer su Hijo al Padre.
- En la profecía de Simeón, donde el destino de la Madre se profetiza junto al de su
Hijo, la enigmática espada que atravesará su corazón puede adquirir varios
significados: la suerte de la verdadera Hija de Sión, su camino personal de
creyente y su unión en la muerte redentora de su Hijo.
- Por dos veces Lucas nos dice que María conservaba todo lo referido a su Hijo en
el corazón (adoración de los pastores, 2, 19; hallazgo de Jesús en el templo, 2, 35).
En la línea del AT (Dt 7, 17-19; 32, 7) María contempla y profundiza en el sentido
del misterio de Cristo, del cual se constituye en testigo, intérprete y fuente de
información fundamental para la comunidad primitiva.
- La presencia de María en Pentecostés no sólo manifiesta la distinción singular que
la comunidad primitiva daba a María sino sobre todo el hecho de que así como
ella aparece al inicio de la vida de Cristo y este inicio se entiende bajo la acción
del Espíritu Santo, así también aparece en relación al inicio de la Iglesia que,
igualmente, acontece por la acción del Espíritu. El misterio de Cristo y de la
Iglesia se entienden así desde la continuidad que supone la acción del Espíritu
Santo y el munus materno de la Virgen.
Juan
- Presenta a María en dos textos fundamentales para comprender el misterio de la
salvación operado por Cristo (las bodas de Caná y el Calvario).
- La maternidad divina de María se extiende espiritualmente a la Iglesia en el
trasfondo de la cooperación en la obra de la redención.
- La figura de María ha de ser comprendida en relación a la Iglesia en sentido
materno-espiritual y tipológico.
- Supuesta la lectura en singular de Jn 1, 13 en el prólogo del ev. de Jn estaríamos
ante la afirmación de la concepción virginal de Jesús; y si el término sangre se
comprende en plural se confirmaría el nacimiento virginal de Jesús.
- El relato de las bodas de Caná, sin carecer de fundamento histórico, es de gran
calado simbólico. El tercer día, por ej., relaciona el contenido teológico del
milagro con la entrega de la ley en el Sinaí y la resurrección de Jesús.
Epifánicamente se revela la identidad y la misión de Jesús en el trasfondo de las
bodas mesiánicas que se cumplirán en la hora suprema de Jesús (su Pascua) y en
las que se manifiesta como el Esposo de la nueva y eterna alianza establecida con
su Esposa la Iglesia. En este sentido el peso teológico de María no se limita a
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significar su poder intercesor. El título de Mujer aplicado a su Madre, la
intervención de ésta y la respuesta de su hijo significan a María como la
colaboradora de Jesús en la obra mesiánica de la nueva alianza, apuntando a la
mujer de Gén 3, 15 y a la de Jn 19, 25-27 y Ap 12, en clara conexión con el
misterio de la Iglesia en cuanto a la maternidad espiritual y la tipología.
- Jn 19, 25-27 ha de entenderse en el contexto de la culminación de la manifestación
de Jesús iniciada en las bodas de Caná. En la Mujer del Calvario se descubre a la
nueva Eva (Gn 3, 15), verdadera madre de los vivientes (Gn 3, 20); la Hija de
Sión, madre del nuevo pueblo de Dios (Is 26, 17-21; 66, 7-8); la Jerusalén-Madre
de los dispersos hijos de Dios que ahora son reunidos en el templo de la nueva
alianza que es Jesús (Is 60, 4). Todas estas tipologías apuntan a la maternidad
espiritual-eclesial de la Virgen, la cual, sin haber sufrido los dolores del parto por
el nacimiento de Cristo, ahora los experimenta espiritualmente por el nacimiento
de su cuerpo místico, la Iglesia. Ésta, como cada creyente en concreto,
identificándose en el discípulo amado acoge a María como un bien fundamental
para su existencia proveniente del mismo Cristo.
- Tanto en el pasaje de las bodas de Caná como al pie de la cruz, la imagen de la
Virgen no sólo brilla por su cooperación en el misterio de la redención obrado por
su Hijo y su relación materno-espiritual con la Iglesia, sino además por su fe
inmensa e inquebrantable.
Apocalipsis.
- La Mujer del Apocalipsis significa al mismo tiempo a la Iglesia y a María bajo la
perspectiva de la maternidad, la cual arranca de la tipología de la Hija de Sión y de
Gn 3, 1-5.
- Juan interpreta alegóricamente a la Iglesia (sentido primario del texto) con los
rasgos de la Virgen María, la cual brilla para la primera como señal de segura
esperanza en la participación plena de la victoria del Cordero sobre los poderes del
mal.
- El sentido mariológico de la Mujer del Apocalipsis ha de verse igualmente a la luz
del significado de la Mujer al pie de la cruz en cuanto a la participación en los
dolores de Cristo y en la maternidad espiritual respecto a los miembros de la
Iglesia.
2. La fe de la Iglesia en María.
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(engendrado por el Padre) sino en el tiempo según la humanidad (engendrado por
María).
- La definición dogmática de la maternidad divina nos hace comprender cómo
María es clave fundamental para comprender rectamente la fe cristológica.
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Todasanta), verdad germen del dogma patentizada sobradamente por los Santos
Padres.
- Ambos problemas teológicos se fueron superando gracias a la comprensión del
pecado original como ausencia de la justicia originaria (Anselmo de Canterbury) y
de la redención de María de modo preservativo (Duns Scoto).
- La redención preservativa: a) no contradice la redención universal de Cristo sino
que manifiesta el modo más sublime de redención en vista de los méritos de
Cristo; b) es un privilegio en cuanto que María es la única criatura redimida de
este modo, nosotros sin embargo por purificación.
- En clave positiva habría que descubrir la inmaculada concepción como plenitud de
la gracia.
La asunción en cuerpo y alma al cielo.
- Definida dogmáticamente por Pío XII en 1950 (Munificentissimus Deus), esta
verdad de fe no ha tenido tantas dificultades en su desarrollo como el anterior
dogma.
- Entendido como privilegio significa que el final de la vida terrena de la Virgen ha
pasado por la glorificación no sólo del alma sino también del cuerpo, anticipando
la suerte futura de todos los justos. En su condición de asunta íntegramente, María
cumple aquello a lo que aspira ser la Iglesia.
- Para entender correctamente este dogma es necesario entender bien la resurrección
de Cristo (hecho histórico y trascendente) en cuanto que implica la glorificación
de todo su ser, incluyendo el cuerpo.
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- El culto mariano puede manifestarse de tres formas: invocación, lo cual
reconoce su poder intercesor; alabanza, que viene a cantar las maravillas del
Señor realizadas en ella; e imitación, puesto que la Iglesia descubre en ella lo
que aspira a ser imitándola con esperanza en la peregrinación de este mundo.
- La expresión formal más alta del culto mariano se encuentra en la liturgia, lo
cual lo integra en el ciclo litúrgico que celebra el misterio de Cristo. En este
sentido cabría destacar las solemnidades, fiestas y memorias marianas que se
celebran a lo largo del año y que tanto el Misal (en el de la Virgen también)
como en la Liturgia de las Horas alcanzan su máxima expresión. No sólo hemos
de recordar las fiestas establecidas sino también la recomendación del culto
mariano en tiempos litúrgicos fuertes como el adviento, la cuaresma y la pascua.
- La piedad popular mariana brota del mismo espíritu de veneración que
fundamenta el culto litúrgico mariano, aunque éste constituye para la primera su
referente constante, fuente de inspiración y meta última. Aquí cabría destacar la
memoria de Santa María en sábado, meses dedicados a ella y ejercicios piadosos
como triduos, septenarios y novenas. Entre los ejercicios de piedad mariana
recomendados por el Magisterio cabría destacar el Ángelus Domini, el Rosario,
el Regina caeli, las letanías de la Virgen, la consagración mariana, el
escapulario del Carmen y el himno Akathistos.
Recomendación bibliográfica
Fuentes
CONCILIO VATICANO II, Constitución dogmática Lumen gentium (cap. VIII), 1964.
PÍO IX, Carta apostólica Ineffabilis Deus, 1854.
PÍO XII, Constitución apostólica Munificentissimus Deus, 1950.
ID., Carta encíclica Fulgens Corona, 1953.
ID., Carta encíclica Ad colei Reginam, 1954.
PABLO VI, Exhortación apostólica Signum magnum, 1967.
ID., Exhortación apostólica Marialis Cultus, 1974.
JUAN PABLO II, Carta apostólica Mulieris dignitatem, 1988.
ID., Carta encíclica Redemptoris Mater, 1997.
ID., Carta apostólica Rosarium Virginis Mariae, 2002.
ID., Carta encíclica Ecclesia de Eucharistia, 2003.
ID., Catecismo de la Iglesia Católica, 1992.
ID., Catequesis (70), 1995-1997.
CONGREGACIÓN PARA EL CULTO DIVINO, Misas de la Virgen María, 1986.
ID., Directorio sobre la piedad popular y la liturgia. Principios y orientaciones, 2001.
Monografías