Reporte Nacionalidad de Las Personas Morales o Juridicas

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NACIONALIDAD DE LAS PERSONAS

MORALES O JURÍDICAS.
3.1 - GENERALIDADES.

De antemano conviene especificar que algunos países, aunque engloban en el


concepto de personas jurídicas a las sociedades, asociaciones y fundaciones,
someten a éstas a regímenes muy diferentes. Las sociedades, como bien
advierten algunos autores, plantean problemas de orden esencialmente
económicos, en cambio las asociaciones y las fundaciones más bien ponen en
juego planteamientos políticos.

La cuestión de determinar si las personas morales poseen o no una


nacionalidad han estado vinculadas al concepto que se ha establecido de la
institución misma de la nacionalidad.

En ese sentido los autores que niegan atribuir nacionalidad a las personas
morales basan su tesis en un análisis comparativo que tiene como patrón a las
personas físicas, destacando que la nacionalidad como elemento característico
de la población de un Estado como elemento característico de la población de
un Estado únicamente es inherente a los individuos.

En cambio, quienes admiten que a las personas morales les es atribuible la


noción de nacionalidad no se aferran al criterio anteriormente referido, y las
conciben más bien como una manifestación de la actividad de los integrantes
mismos de la población.

La nacionalidad produce una serie de efectos jurídicos, entre los cuales, como
señalamos antes, cuentan lo de conceder a los nacionales determinados
derechos políticos; de facultar para el desempeño de ciertas funciones o cargos
públicos, habilitar para la obtención de la protección diplomática del Estado al
que pertenece; y otras. Debemos reconocer que no todos esos efectos son
aplicables igualmente a los individuos que a las personas morales, más
algunos, como el de la protección diplomática puede ser invocada como la
protección diplomática puede ser invocado como derecho por las personas
jurídicas.

El maestro Sánchez Bustamante, quien admite la idea de ampliar la noción en


nacionalidad a las personas morales dependiendo del concepto que se
establezca de la nacionalidad, destaca la vinculación de éstas con el Estado en
razón de dependencia y expresa que "esas reglas de dependencia entre el
derecho y el hecho, entre la vida y la ley, que existe para las personas jurídicas
y para los individuos, es lo que se llama en ambos nacionalidad. Podrá
cambiarse el nombre respecto de las personas jurídicas, o al menos de alguna
de ellas; pero la situación será prácticamente la misma y el capital extranjero
seguirá buscando y encontrando la manera de solicitar y obtener, frente a
determinadas situaciones económica, la protección diplomática de su país".

Junior Nicolás Gutiérrez Castillo (08-1039)


3.2 - CRITERIOS PARA DETERMINAR LA NACIONALIDAD DE LAS
PERSONAS MORALES.

Una vez admitida la idea de atribuir la noción de la nacionalidad a las personas


morales, cabe determinar los criterios para otorgar la misma.

Vista la nacionalidad como un vinculo jurídico entre la persona física o moral y


el Estado, sería apropiado para determinar la nacionalidad de las personas
morales, al igual que se ha hecho con las personas físicas, partir del principio
de que es el Estado el facultado para determinar soberanamente quienes son
sus nacionales.

La ley nacional, determina pues, unilateralmente cuales con las personas


morales nacionales.

Muchos autores comparten este método. Batiffol, por ejemplo, nos dice que el
artículo 3 de la ley francesa del 24 de julio de 1966 al afirmar que la "sociedad
cuya sede social está situada en territorio francés estará sometida a la ley
francesa" está admitiendo unilateralmente que esas sociedades son francesas;
y agrega para la sociedad considerada ha conferido la personalidad jurídica.

Cada Estado toma en consideración los criterios bajo los cuales otorga la
nacionalidad a las personas jurídicas, que son, como veremos, variados, y
distintos a los aplicados en los casos de los individuos.

a) Criterio de la Constitución o Incorporación

Conforme a este criterio, las personas morales tienen la nacionalidad del


Estado bajo cuyas leyes las formalidades de constitución se han realizado,
incluso si la sede real se encuentra en otro país.

Se sostiene como argumento que una persona moral, al derivar su


personalidad jurídica de la voluntad de un Estado, lo lógico es establecer el
Vínculo de la nacionalidad de ésta con el Estado a cuyo orden jurídico obedece
su nacimiento.

b) Criterio de la Nacionalidad de los Socios

Conforme a este sistema, la nacionalidad de la persona moral estará fijada por


la de los asociados o por la de la mayoría de entre ellos. Es una proyección de
la nacionalidad de los asociados. Se sostiene en defensa e esta tesis que se
pueden superar barreras legales que se establecen para los extranjeros sin que
éstos pierdan su nacionalidad constituyendo una persona moral nacional del
país en que actúan.

En cambio, proliferan las objeciones a este sistema, sobre todo por el carácter
cambiante de los asociados fundadores, administradores y porque el concepto
mismo de mayoría no siempre es definible.

Junior Nicolás Gutiérrez Castillo (08-1039)


c) Criterio de la Autorización

Conforme a este sistema, una persona moral obtiene la personalidad jurídica


gracias a un acto administrativo del Estado, de lo que se desprende que ésta s
otorgue dicha autorización.

Se sostiene, con justa razón que este sistema presenta el inconveniente de ser
infuncional en aquellos países, en los que una persona moral no requiere de la
autorización estatal para disfrutar de personalidad jurídica.
Sería el caso, por ejemplo, de la República Dominicana compañías por
acciones, según el artículo 37 del código de comercio podrían formarse sin la
autorización el gobierno Citaremos las opiniones de Caicedo Castilla y de
Arellano García quienes formulan observaciones a ese sistema.

El primer autor nos dice: "presenta en la practica no en todos los países se


requiere la previa para que una sociedad pueda constituirse. Por otra parte,
también este sistema puede originar fraude cuando se obtenga la autorización
en un Estado, y la actividades de la sociedad se encuentren mas íntimamente
unidas a los intereses de otro".

d) Criterio del Lugar de la Explotación o del Principal Establecimiento.

La nacionalidad de la persona moral, conforme a ese criterio, será la del país


donde tiene lugar la explotación como aquel en que la persona moral
manifiesta exteriormente y efectivamente su actividad.

Algunos autores, como Niboyet, al objetar este sistema destacan que como la
explotación puede extenderse simultáneamente o sucesivamente a varios
países, habrá que admitir, en tal qaso, que la sociedad cambiará de
nacionalidad según el país donde su actividad se ejerza". 20

e) Criterio del Domicilio o Sede Social

La nacionalidad de la persona moral será del país de su domicilio social,


considerando éste como el lugar en el que se ejerce la dirección de la
sociedad; en el que "residen los órganos jurídicos de la sociedad, los
administradores, asambleas generales, y en los que se debaten los contratos y
mercados concernientes ala marcha de la empresa".

Niboyet destaca que la jurisprudencia francesa aceptó este sistema hasta la


Primera Guerra Mundial, y tiene un mérito práctico al ofrecer la ventaja de "no
variar casi nunca, 22. Fue el sistema también utilizado por la Corte Permanente
de Arbitraje Internacional.

Junior Nicolás Gutiérrez Castillo (08-1039)


3.3 - LA NACIONALIDAD DE LAS PERSONAS MORALES EN LOS
TRATADOS INTERNACIONALES.

Según refiere Niboyet, los Tratados de paz celebrados inmediatamente finalizó


la Primera Guerra Mundial, específicamente el Tratado de Versalles, en su art
297, el Tratado de Sain Germain, artículo 249 y el Tratado de Trianón, art 232
se refieren a la nacionalidad de las personas morales -las sociedades- a las
que se aplicó el criterio del control.

En ese sentido, si la sociedad estaba controlada por extranjeros, la sociedad


seria extranjera. La cuestión de la definición de la nacionalidad de las personas
jurídicas de las sociedades -como nos refiere Batiffol-, fue planteada también
en el marco de la Comunidad Económica Europea. Según este autor el criterio
de la sede social ha sido cuestionado por el artículo del Tratado de Roma, en
virtud del cual "las sociedades constituidas de conformidad con la legislación
de un Estado miembro y que tiene su sede estatutaria, su administración
central o su principal establecimiento dentro de la comunidad, son asimiladas
para la aplicación de las disposiciones del presente capítulo (Derecho de
Establecimiento), a las personas físicas súbditos de los Estados miembros".

Mas, para el ejercicio habitual de actos comprendidos en el objeto especial de


su institución se sujetarán a las prescripciones establecidas por el Estado en el
cual intente realizar dichos actos".

"La misma regla se aplicará a las sociedades civiles".


Los tratados de Montevideo de Derecho Civil Internacional tanto el de 1889
como el de 1940, ciertamente no emplean el término nacionalidad; en cambio,
cuando el artículo 3 de Tratado de 1940 habla de las demás personas de
Derecho Público extranjeras" implícitamente se está refiriendo a la nacionalidad
de las mismas.
Por otra parte, según el texto trascrito, la existencia y capacidad de las
personas jurídicas de carácter privado estarán sujetas a las leyes del país de
su domicilio. En cuanto a su actividad, dependerá de las leyes del país donde
la ejerza.
Si bien los Tratados de Montevideo no contienen disposiciones que se
pronuncien directamente sobre el término nacionalidad de las personas
jurídicas, el Código Bustamante, en cambio, legisla con elocuencia sobre el
particular; especialmente en sus artículos 9, 16, 17, 18, 19, 20,21 Y 32.

Veamos.

Art. 9.- Cada Estado contratante aplicará su propio derecho a la


determinación de la nacionalidad de origen de toda persona individual o jurídica
y de su adquisición, pérdida o reintegración posteriores, que se hayan realizado
dentro o fuera de su territorio, cuando una de las nacionalidades sujetas a
controversia sea la de dicho Estado.

En los demás casos, regirán las disposiciones que establecen los artículos
restantes de este capítulo. De este artículo se desprende la admisión de la
noción de nacionalidad de las personas morales o jurídicas.

Junior Nicolás Gutiérrez Castillo (08-1039)


Art. 16 la nacionalidad de origen de las Corporaciones y de las Fundaciones se
determinará por la Ley del Listado que las autorice o apruebe.
Art. 17.- La nacionalidad de origen de las Asociaciones será la del país en que
se constituyan, y en él deben registrarse o inscribirse si exigiere ese requisito la
legislación local.
Art. 18.- Las sociedades civiles, mercantiles o industriales que no sean
anónimas, tendrán la nacionalidad que se establezca el contrato social y, en su
caso, la del lugar donde radicarse habitualmente su gerencia o dirección
personal.
Art. 19.- Para las sociedades anónimas se determinará la nacionalidad por el
contrato social y en su caso por la ley del lugar en que se reúna normalmente
la junta general de accionistas, y, en su defecto, por la del lugar en que se
radique su principal junta o consejo directivo o administrativo. .
Art. 20.- El cambio de nacionalidad de las corporaciones, fundaciones,
asociaciones y sociedades, salvo los casos de variación en la soberanía
territorial, habrá de sujetarse a las condiciones exigidas por su ley antigua y por
la nueva.

"Si cambiare la soberanía territorial, en caso de independencia, se aplicará la


regla establecida en el artículo 13 para las naturalizaciones colectivas."

Art. 21.- Las disposiciones del artículo 9 en cuanto se refieren a personas


jurídicas y las de los artículos 16 y 20, no serán aplicadas en los Estados
contratantes que no atribuyan nacionalidad a dichas personas jurídicas.

Art. 32.- El concepto y reconocimiento de las personas jurídicas se regirán por


la ley territorial".

Como podemos observar los artículos 16 y 20 fijan los diversos criterios para
determinar la nacionalidad de las personas jurídicas en función de su categoría.
En ese sentido, las corporaciones y fundaciones tendrán las del país de su
constitución; las sociedades anónimas tendrán la nacionalidad del contrato
social; las sociedades civiles, mercantiles o industriales, no anónimas también
tendrán la nacionalidad del Contrato Social.
Se puede también observar que los artículos 18 y 19 dejan abierto otros
criterios.

Las disposiciones del artículo 21 son comprensibles si se observa que para


algunos países las personas jurídicas no son ni nacionales ni extranjeras.
En cuanto al artículo 32, podría éste interpretarse en el sentido de insinuar que
las personas jurídicas carecen de nacionalidad, o por lo menos dejan este
concepto al criterio de los Estados.

Junior Nicolás Gutiérrez Castillo (08-1039)


3.4 - NACIONALIDAD DE LAS PERSONAS MORALES A LA LUZ DE LA
LEGISLACIÓN DOMINICANA.

Las disposiciones constitucionales de la República Dominicana no hacen


ninguna mención sobre nacionalidad de personas jurídicas y hacen referencia,
como hemos advertido, únicamente sobre la condición de los extranjeros como
personas físicas. Lo mismo podría decirse sobre las disposiciones del Código
Civil Dominicano.

En cambio, y ya lo advertimos anteriormente, el Código de Comercio


Dominicano, contiene varias disposiciones que se refieren a las personas
morales o jurídicas clasificándolas en nacionales y extranjeras, es decir,
admitiendo implícitamente la atribución de la noción de nacionalidad a las
mismas. Citamos antes al respecto los artículos 2, 5, 8, 11,17, 20 Y otros. de la
Ley sobre compañías de Seguros El artículo 1 de la Ley sobre Compañías o
Entidades que ofrezcan Acciones, obligaciones o títulos para su venta, también
el artículo 285, Libro IV, Título ll, del Código de Trabajo; del Transporte
Marítimo. La Ley de Protección e Incentivo Industrial, en el artículo 12 habla de
"personas/físicas o jurídicas, nacionales o extranjeras”.

La República Dominicana es parte contratante del Código Bustamante, sin


embargo, formuló una reserva que algunos autores han considerado
erróneamente como negativo a atribuirle nacionalidad a las personas jurídicas:
Lo que se desprende del párrafo 2 de la reserva dominicana es que la
República Dominicana no reconoce a las personas otra nacionalidad que la
dominicana, mientras resida en el territorio domini cano". Es una fórmula
destinada a evitar la doble nacionalidad, específicamente de los dominicanos.

3.5- NACIONALIDAD DE LOS BUQUES Y AERONAVES.

La cuestión de admitir la atribución de la noción de nacionalidad a los buques y


aeronaves, suscita al igual que en el caso de las personas morales, una
división de la doctrina al respecto. Es decir una corriente de autores rechaza la
aplicación de la noción de nacionalidad y otra la admite en la referencia a
buques y aeronaves.
Entretanto, tanto la legislación nacional, como la internacional, al igual también
que en el caso de las personas morales, ha admitido que los buques y
aeronaves poseen nacionalidad.

Los criterios para otorgar la nacionalidad a los buques y aeronaves difieren


evidentemente de los aplicados a las personas físicas y jurídicas.
Sin embargo, la nacionalidad, en todos los casos se traduce en vínculo jurídico
y compete al Estado otorgada. Entre los derechos comunes que se desprenden
de ese vínculo cuenta la protección diplomática del Estado de pertenencia.
.
El artículo 91 de la Convención Sobre Derecho del Mar, referente a la
Nacionalidad de los Buques reza así:

Junior Nicolás Gutiérrez Castillo (08-1039)


1. "Cada Estado establecerá los requisitos necesarios para conceder su
nacionalidad a los buques; para su inscripción en un registro en su territorio y
para que tengan el derecho de enarbolar su pabellón. Los buques poseerán la
nacionalidad del Estado cuyo pabellón estén autorizados a enarbolar. Ha de
existir una relación auténtica entre el Estado y el buque.

2. "Cada Estado expedirá los documentos pertinentes a los buques a que haya
concedido el derecho a enarbolar su pabellón".

Vemos que la Convención enuncia una prerrogativa a favor de los Estados


esencial; es decir, la de establecer los requisitos para que un buque pueda ser
considerado como nacional.

3.6 - CONDICIÓN DE LOS EXTRANJEROS.

En un sentido general se entiende por extranjero al individuo que no es


nacional. Autores renombrados han aceptado esa definición simple y de valor
indiscutible. Otras definiciones no se apartan de esa idea general.

Así, se dice que "el extranjero es el individuo que está en el territorio de un


Estado, del que no es nacional y que sí, en cambio, lo es de otro" o bien, "todo
individuo que se encuentra en un país distinto de aquel donde es nacional".
Algunos autores, al igual que muchos instrumentos jurídicos: convenios,
constituciones, códigos, leyes, reglamentos, no se preocupan por definir el
concepto de extranjero, mas implícitamente, al establecer las calidades que
debe poseer un individuo para ser considerado nacional, cataloga de extranjero
al individuo que no reúne esas calidades del nacional.

Cabe especificar que, aunque hoy día es jurídicamente inaceptable, un


individuo puede carecer de nacionalidad, o sea no necesariamente la noción de
extranjero implica ser nacional de un Estado distinto a aquel donde se
encuentra el individuo.

3.7- GENERALIDADES; CONDICIÓN JURÍDICA DE LOS EXTRANJEROS.

Cuando hablamos de condición jurídica de los extranjeros entendemos por ello


el conjunto de derechos y deberes de los que gozan las personas que no
forman el grupo de los nacionales. Niboyet se expresa al respecto en éstos
términos: "La condición de los extranjeros consiste en determinar los derechos
de que los extranjeros gozan en cada país.

Se le ha objetado a esta definición de Niboyet el omitir la mención a los


deberes del extranjero respecto al Estado donde se encuentra. El régimen de
los extranjeros e!)1á determinado en lo fundamental por las normas del
derecho interno de los Estados tomando en cuenta los compromisos
internacionales de éstos últimos. Ciertamente, cada Estado regula el régimen
jurídico de los extranjeros en su territorio conforme a su conveniencia e
intereses.

Junior Nicolás Gutiérrez Castillo (08-1039)


3.8 - RÉGIMEN JURÍDICO DE EXTRANJEROS EN DERECHO
COMPARADO.

En el segundo capítulo de esta obra al abordar el tema de la evolución histórica


del Derecho Internacional privado, nos referimos a la condición de los
extranjeros en los diversos periodos históricos en alusión específica a
determinadas regiones y países. Más adelante analizaremos el contenido de
algunos Convenios que versan sobre esta materia y su vigencia en la
República Dominicana.

Entretanto, éstos mismos convenios no todos son ejecutables por sí mismos,


en el sentido de que es necesario una acción jurídica complementaria de los
Estados para su implementación o su exigibilidad, o bien consagran que
algunas de sus disposiciones se implementan en las condiciones en que
establezcan las leyes nacionales.

Hacemos esta observación para dejar sentado que la legislación interna de los
Estados es determinante para comprender el nivel de derechos que se les
otorga y los deberes que se les impone a los extranjeros. Ese nivel es variable
y depende de razones distintas.

3.9 - RÉGIMEN JURÍDICO DEL EXTRANJERO EN REP. DOM.

Tres Categorías de preceptos regulan el régimen jurídico de los extranjeros en


la República Dominicana:
a) la Constitución;
b) las leyes;
c) los tratados internacionales.

ENTRADA, PERMANENCIA Y EXPULSIÓN DE EXTRANJEROS EN REP.


DOM.

En la República Dominicana, el régimen de entrada, permanencia, salida y


expulsión de extranjeros se rige por la Ley de Inmigración No. 95 del 14 de abril
de 1939 y el Reglamento de Inmigración No. 279 del 12 de mayo de 1939.

En los citados instrumentos legales se hace una clasificación de los extranjeros


en inmigrantes y no inmigrantes. Se consideran no inmigrantes: a) los visitantes
en viajes de negocios, estudio, recreo o curiosidad; b) personas que transitan al
través del territorio de la República en viaje al extranjero; c) personas que estén
sirviendo algún empleo en naves marítima so aéreas; d) jornaleros temporales
y sus familiares.

Todos los demás extranjeros serán considerados inmigrante s, excepto las


personas que tengan investidura diplomática y consular.

Junior Nicolás Gutiérrez Castillo (08-1039)


Según la ley No. 95, los extranjeros admitidos como inmigrantes pueden residir
indefinidamente en la República. A los No Inmigrantes les será concedida
solamente una admisión temporal regulada por el citado Reglamento No. 279.
Los extranjeros que deseen ser admitidos en el territorio dominicano, deberán
presentar pasaporte válido o, a falta de éstos, documentos de viaje que los
identifiquen, debidamente visados por un funcionario diplomático o consular
dominicano.

Tanto la Ley como el Reglamento citados regulan las condiciones de admisión


de inmigrante s- y de No Inmigrantes, a los una vez admitidos se le expide un
Permiso de Residencia; a los no Inmigrantes se les expide un Permiso de
Residencia Temporal.

Un Permiso de Reentrada será exigido al extranjero residente que haya salido


del país, documento que le dará derecho residente que haya salido del país,
documento que le dará derecho a regresar a la República Dominicana sin el
requisito de la Visa Consular.

Este derecho se pierde si el beneficiario no renovase dicho Permiso dentro de


los cinco años a partir de la fecha de su expedición.

Estos requisitos pueden ser reducidos o derogados en cualquier caso por


Convenios Internacionales, sobre la base de la reciprocidad. La Ley, en su
artículo 10, enumera las categorías de extranjeros a quienes está prohibida la
entrada al territorio dominicano; a saber:

Junior Nicolás Gutiérrez Castillo (08-1039)

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