Prueba Lenguaje Sexto
Prueba Lenguaje Sexto
Prueba Lenguaje Sexto
Indicadores de la evaluación:
Relacionan situaciones de la vida cotidiana con personajes o acciones de los textos leídos en clases o independientemente
Instrucciones:
Lee los siguientes textos y contesta lo que se pregunta eligiendo la alternativa correcta.
PROMETEO
Cuando Júpiter se hizo dueño del Olimpo, tuvo que sostener una lucha encarnizada contra los titanes, descendientes
de Titán, en quienes recaía el derecho del cielo, según el convenio que Saturno, padre de Júpiter, había hecho
con su hermano Titán. Uno de esos titanes era Prometeo, el más audaz y el más inteligente de todos. La tierra estaba
solo poblada por seres superiores. No había aparecido aún el hombre, cuando Prometeo lo concibió en su privilegiada
inteligencia: modeló de barro un cuerpo perfecto y, arrebatando un poco de fuego del carro del Sol, se lo comunicó a
esa obra maestra y la dejó animada de vida. Júpiter maravillóse al conocer al hombre; pero quedó muy receloso, al
mismo tiempo, ante la obra de su amigo Prometeo. Ordenó a Vulcano que formase una mujer para dársela como
esposa al artista, y resultó realmente de una habilidad insospechada. La llamaron Pandora, porque era un conjunto de
bienes: poseía una belleza extremada; sabiduría, con la que la galardonó Minerva; elocuencia, que le concedió
Mercurio; y una especial disposición para la música, que fue el regalo de Apolo. Júpiter fue quien le hizo el regalo más
trascendental: una caja cerrada con todos los males que más tarde abatirían la tierra (guerras,
enfermedades, dolor, hambre y desastres de todas clases). Pandora fue llevada ante Prometeo con todos estos
presentes. Su apariencia no podía ser más agradable: bella, joven, lozana y adornada de las mejores cualidades. Pero
Prometeo, inteligente en extremo, receló del regalo de Júpiter y decidió, a pesar de todo, permanecer sin compañera.
Pandora fue entonces presentada a su hermano Epimeteo, quien a pesar de las reiteradas advertencias de Prometeo,
no pudo negarse a recibirla una vez que la vio.
Pandora abrió su caja y entonces se extendieron por el mundo todos los males de que los hombres son hoy víctimas, y
que eran desconocidos hasta entonces, tan solo la esperanza quedó sin salir del cofre. Prometeo se indignó de la
crueldad de Júpiter, y para vengar aquella mala acción le sacrificó dos toros, iguales en apariencia; pero el uno tenía
solamente piel y huesos, mientras que el otro contenía la carne de ambos. Le pidió que eligiese uno, y Júpiter tomó el
toro hueco. Al darse cuenta de la afrenta a que Prometeo le había expuesto, le condenó a permanecer atado en la
cima del Cáucaso, mirando al cielo, mientras un buitre le devoraba las entrañas que, para mayor tortura, se le
renovaban continuamente. Así estuvo Prometeo soportando los más terribles dolores durante treinta mil años. Pero
Hércules, compadecido de las angustias de Prometeo, subió a la cumbre del Cáucaso y, matando al negro buitre
devorador, puso fin a las torturas del célebre titán.
9- .. Prometeo era:
a. un Dios
b. un Titán
c. un Semidiós
d. un hombre común
Escuela Membrillar
Marcela Flores Vidal
FLOR DE LLANTO
Hace muchos años, en una comunidad mapuche, ubicada en los bosques del sur de Chile, vivía una hermosa y ágil
joven llamada Rayen. Ella amaba a Maitú, el guerrero más valiente y audaz de la tribu; ellos habían sido prometidos
en matrimonio por sus padres cuando eran niños. Un día de primavera, Maitú partió con los hombres de su pueblo a
luchar en una batalla, a orillas del río Toltén. Rayen quedó muy triste y decidió treparse a una araucaria que
era el árbol más alto del bosque, como lo hacía cada vez que Maitú se ausentaba. Desde allí podía observar el polvo
que levantaban los guerreros en el combate y salir a su encuentro, al verlos regresar. Sin embargo, esta vez, Rayen no
vio nada. Pasaban las horas y en el silencio del bosque sólo se escuchaban los hondos y largos suspiros de la joven
mapuche. Cuando se hizo de noche, bajó de la alta araucaria se fue a su ruca y con un mal augurio, el sueño la venció.
A la mañana siguiente, el grupo estaba de vuelta, pero Maitú no venía con ellos. Desesperada corrió al bosque a llorar
su pena. Las lágrimas se convirtieron en copihues, hermosas flores de sangre, que colgaban de los árboles altos y
pequeños, robustos y débiles. Luego se tiraron a los pies de la niña y le hablaron así. -Rayen nos diste la vida con tu
pena. Nosotros junto al bosque te damos la alegría......Ven, acuéstate-. Entonces Rayen se tendió en una alfombra
roja, y salió volando por los cielos. Era la enamorada que iba al encuentro con Maitú. Desde esa época florecen
los copihues, recuerdan el dolor de la mapuche y el valor del guerrero que lucha hasta morir.
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MITO LEYENDA
Personaje
Tiempo
Finalidad
Escuela Membrillar
Marcela Flores Vidal