Mesoterapia para Ft. en España
Mesoterapia para Ft. en España
Mesoterapia para Ft. en España
ESPAÑA SOBRE EL
PAPEL QUE JUEGAN LOS
DUE Y
FISIOTERAPEUTAS EN
LA APLICACIÓN DE LA
MESOTERAPIA:
ASPECTOS
MEDICO – LEGALES
Proviene de las voces griegas Physis, que significa Naturaleza y Therapeia, que
quiere decir Tratamiento. Por tanto, desde un punto de vista etimológico, se trata de un
“Tratamiento por la Naturaleza” o también “Tratamiento mediante agentes físicos”.
La OMS la define en 1968 como “El arte y la ciencia del tratamiento por medio
del ejercicio terapéutico, calor, frío, luz, agua, masaje y electricidad. Además la
Fisioterapia incluye la ejecución de pruebas eléctricas y manuales para determinar el
valor de la afectación y fuerza muscular, pruebas para determinar las capacidades
funcionales, la amplitud del movimiento articular y las medidas de capacidad vital, así
como ayudas diagnósticas para el control de la evolución”.
Por otra parte, la Confederación Mundial por la Fisioterapia, en 1967, la define
desde una doble vertiente:
• Desde el aspecto relacional o externa, como uno de los pilares básicos
de la terapéutica, de los que dispone la medicina para curar prevenir y
readaptar a los pacientes.
• Desde el aspecto sustancial o interno, como “Arte y Ciencia del
tratamiento físico”, es decir, el conjunto de técnicas que mediante la
aplicación de agentes físicos, curan, previenen, recuperan y readaptan a
los pacientes susceptibles de recibir tratamiento.
ENFERMERIA:
MESOTERAPIA:
Una vez aclarados los conceptos y conociendo así los campos de actuación de
cada profesión, podremos empezar a valorar los riesgos que supone el ejercicio de
cualquier técnica, ya no solo la mesoterapia, para la que no estemos preparados.
La introducción de cualquier sustancia en un organismo siempre conlleva el
riesgo de reacción de este ante dicha sustancia. Esta respuesta del organismo puede
ser mínima y por lo tanto seremos capaces de responder y actuar correctamente, o
máxima, lo que conllevará consecuencias más graves y por ello nuestra respuesta
deberá ser más rápida y contundente, sabiendo actuar correctamente de acuerdo a
los conocimientos poseídos.
En determinados casos, una reacción del organismo a las sustancias introducidas
puede provocar algún daño, graves consecuencias e incluso la muerte. Si el personal
que esta ejerciendo la técnica mesoterápica no es personal sanitario y debidamente
formado, ya no solo hablaremos de las consecuencias en el paciente, sino que
tendremos que hablar de las responsabilidades que conlleva para el sujeto que la
aplica.
Una vez aclaradas las responsabilidades para con el paciente específicas de cada
profesión podemos pasar a hablar acerca de las responsabilidades que conlleva una mala
praxis de una metodología para la que no se está preparado pese a tener formación
sanitaria y lo que ello conlleva: conocimientos de anatomía, de fármacos y su vía de
administración, acerca de salud y enfermedad, métodos y técnicas para el desempeño de
las funciones propias…
Personalmente no creo que el velo de la duda que se cierne sobre la pregunta de
¿Quién debe aplicar mesoterapia? deba incluir a profesionales sanitarios del tipo de las
enfermeras y los fisioterapeutas, obviamente con matices que desarrollaré más adelante.
Buscando información para este trabajo he podido leer en diversos artículos que
se trata de personas sin ningún tipo de formación sanitaria; cosmetólogos, esteticienes,
peluqueros… son los que causan daño a la imagen de la mesoterapia y a sus beneficios,
creando dudas acerca de sus resultados e introduciendo el miedo en la población, pues
las consecuencias de la aplicación de la mesoterapia por manos ignorantes en este
campo puede causar terribles secuelas tanto físicas como emocionales en los pacientes y
por supuesto, crear “mala fama” en general a esta técnica.
Uno de los artículos que he encontrado afirma que el gran problema de la
mesoterapia en su aplicación al campo estético, que como ya he dicho es en el que más
extendida esta su aplicación por lo inmejorables beneficios que proporciona, es la falta
de formación oficializada.
En él se especifican los motivos por los que la Sociedad Española de Medicina
Estética considera tan necesaria esta oficialización, ya que, como campo de la medicina
suficientemente consolidado, consideran necesaria su consolidación como especialidad,
algo que es realmente importante y necesario, pues sería el primer paso para evitar el
intrusismo profesional y la aplicación de técnicas altamente eficaces por manos
ignorantes de las formas y condiciones adecuadas para obtener resultados positivos.
Hacen referencia a que, como primer paso, es necesaria la Ley de Ordenación de
Profesiones Sanitarias, por la que se podría acreditar la formación continuada en
medicina estética, que además contaría con el reconocimiento de los colegios médicos
de Barcelona, Madrid, Sevilla, Málaga y Valencia.
Ya no sólo este artículo, sino todos los que he consultado, hacen referencia a una
conclusión final muy importante. Al tratarse de algo tan extendido en cualquier
publicación sanitaria no volveré a hacer referencia a ello, pero es algo que considero
fundamental, como ya dejé claro en mi primer trabajo: PEDIR INFORMACIÓN.
Todos los artículos resaltan la importancia de que los pacientes se informen,
antes de realizarse cualquier tratamiento, sobre las técnicas a utilizar, el profesional que
lo va a llevar a cabo y el consentimiento informado.
Otro de los artículos a los que he tenido acceso menciona un caso particular que
se está dando en una ciudad española, en la que hay tan solo nueve profesionales
reconocidos que cumplen con la normativa para poder ejecutar técnicas estéticas,
destacando que más de la mitad de las clínicas son ilegales.
Este dato me lleva a preguntarme qué esta ocurriendo. Si esto es cierto ¿por qué
las autoridades no persiguen y castigan a aquellos que lo hacen? En mi opinión se trata
de un claro delito contra la salud pública y este conlleva un castigo penal.
Ante el silencio de las autoridades, los profesionales se han unido para crear una
asociación que “pretende acabar con el intrusismo profesional y prestigiar la medicina
estética en la provincia”.
La denuncia es clara: la mesoterapia se está llevando a cabo en peluquerías,
centros de estética y gimnasios que no tienen licencia para llevarla a cabo, por
profesionales no cualificados y, en muchos casos, no tienen un médico que supervise
esos tratamientos.
El presidente de dicha asociación, el doctor Gil Muñoz, afirma que la práctica de
la mesoterapia requiere de, al menos, una enfermera y la supervisión de un facultativo.
En respuesta a la pregunta que antes me planteaba acerca de la actuación de las
autoridades ante estos hechos, encuentro la respuesta en el mismo artículo: “La jefa de
Planificación de la Delegación de Sanidad, Rosario Cerdá, reconoció que la
administración no lleva a cabo inspecciones periódicas de los centros para controlar que
no llevan a cabo actividades para las que no están autorizados. Según Cerdá, las
inspecciones sólo se llevan a cabo de manera previa a la apertura de la clínica y cuando
haya denuncias de los clientes”. ¿Entonces está claro que debe producirse el daño para
que intervengan las autoridades? Es este tipo de acciones las que desprestigian esta
actividad.
Si ya he mencionado antes que el primer paso para evitar el intrusismo es el
reconocimiento de la especialidad como tal y su inclusión en la Ley de Ordenación de
las Profesiones Sanitarias, en su momento, he aquí un claro ejemplo del segundo paso a
dar: lograr que las autoridades en materia sanitaria se involucren en la investigación de
centros y de los profesionales que allí trabajan, en la realización de inspecciones
periódicas para comprobar las correctas condiciones de trabajo y en la sanción del tipo
que corresponda a aquellos que incurran en delitos contra la salud.
Ciñéndonos al título del trabajo, debo centrarme únicamente en los aspectos
medico – legales en España, pero he descubierto que este es un problema que va más
allá de nuestras fronteras: querría citar como ejemplo la situación en Panamá.
Allí, cada mes, cientos de panameños se someten a aplicaciones de mesoterapia
para perder peso. Esta técnica se ha hecho tan común, que se ofrece en todo tipo de
locales: salones de belleza, hoteles, gimnasios, hasta casas particulares.
En este artículo habla la doctora y dermatóloga Doria Marchena, que afirma que
“sólo un médico cualificado puede hacer mesoterapia”. “Según la Ley 4 del 23 de enero
de 1956, por la cual se crea una Comisión Técnica que reglamenta los servicios del
cosmetólogo, ellos solo tienen la potestad de mejorar el aspecto físico de la piel con
tratamientos que no sean invasivos, al igual que los fisioterapeutas, que están regulados
bajo la Ley 47 del 22 de noviembre de 1984”.
“Si practican la mesoterapia – dice la Dra. Marchena en referencia a los
fisioterapeutas – deben hacerlo bajo la supervisión o por orden de un médico. La
mesoterapia es un tratamiento estético que, como cualquiera de ellos, tiene sus riesgos y
en caso de complicarse sólo un médico sabe como solucionar”. Entre los riesgos de una
mala mesoterapia, como ya sabemos, se encuentra la inflamación de la piel, la
formación de moretones o la infección de las lesiones, causada en la mayoría de los
casos por mesoterapias aplicadas incorrectamente o por personas no idóneas.
Obviamente, la causa de la mala praxis es la ignorancia, tanto de los pacientes
que no acuden a un verdadero profesional por falta de información, como de las
personas “no idóneas” que realizan estas prácticas. Estas personas sin preparación ni
supervisión médica ignoran los riesgos de este tipo de tratamiento, que no es 100%
seguro, y desconocen como se debe actuar ante una complicación, algo que
sobradamente sabe un médico.
Efectivamente son los médicos los únicos capaces de reaccionar de la manera
adecuada ante una urgencia. Voy a poner en duda esta afirmación y querría matizarla:
Son los médicos con la adecuada formación los únicos capaces de reaccionar de la
manera adecuada ante una urgencia.
Y no afirmo esto sin tener información para ello: me baso en una sentencia
judicial a la que he tenido acceso. Pese a que mis conocimientos en materia jurídica son
más bien escasos comprendo perfectamente el resultado obtenido: una paciente fallecida
por una anestesia local preparada por un auxiliar de clínica sin ningún tipo de
formación, una clínica sin los medios adecuados para reanimar a una paciente en parada
cardiorrespiratoria, en la que no funcionaba la botella de oxigeno, el pulsioxímetro, el
aspirador de secreciones… y un médico sin formación adecuada condenado a sanción
económica, inhabilitación de su profesión y pena carcelaria.
Aplican en este caso la siguiente normativa:
- LO 10/1995 de 23 de noviembre 1995. Código Penal. Art. 117, 142.1, 142.3
- Ley 50/1980 de 8 de octubre de 1980. Art. 15, 20, 76.
- CE de 27 de diciembre de 1978. Constitución Española. Art. 24.2, 117.3.
Si a un médico le ocurre esto y no puede sacar adelante a su paciente, pese a que
en las condiciones en las que se estaba realizando el trabajo es prácticamente imposible,
¿Qué ocurriría si en lugar del médico hubiera una persona sin ningún tipo de formación
sanitaria? El aumento de casos de fallecimientos por intervenciones estéticas sería,
desafortunadamente, increíble.
Otra de las sentencias que he leído tampoco es favorable al médico, aunque con
mejores consecuencias. Se produce un caso de reacción alérgica en una clínica cuyo
titular es licenciado en cirugía, no en medicina estética ni tiene conocimientos. Se le
acusa de no realizar una anamnesis y una exploración a la paciente, con el fin de
conocer posibles alergias que hubiesen evitado el problema, argumentando que no se le
hacía a ningún paciente, si no se considera necesario.
Personalmente creo que el realizar una buena historia así como una exploración
del paciente es algo no necesario, fundamental.
La paciente sobrevivió a la actuación de este profesional médico no estético ni
formado en ello, pero tuvo grandes secuelas físicas y psicológicas.
Con todo lo que he desarrollado hasta ahora quiero dar a entender que, un
médico con su formación como tal a veces se ve en situaciones que no puede resolver,
que un médico con su formación complementaria en cualquier campo de la medicina
estética se puede ver en situaciones que no pueda resolver…. ¿qué ocurrirá con los
pacientes que caigan en manos del personal no sanitario (peluqueros, particulares,
masajistas sin carrera…) que se ofrece a aplicar mesoterapia? Y lo que es más grave: sin
conocimientos de ningún tipo ni materiales adecuados.
Pero este no es el caso que nos ocupa. Deberá ser la Justicia y las autoridades
quienes se encarguen de ellos.
En referencia a DUEs y Fisioterapeutas… yo, como enfermera, me veo formada
y capacitada para realizar mesoterapia: conozco las técnicas de inyección, la anatomía
humana, conocimientos de farmacología… pero no me considero formada para decidir
que producto es el adecuado, las sesiones que se recomiendan, la zona que se debe tratar
primero y principalmente, si en esa patología concreta esta recomendada la aplicación
de mesoterapia. Estas son decisiones que sólo un médico debe tomar y una vez
decidido, podrá encomendarme la realización de la técnica, con plena garantía para el
paciente de que se está realizando de la forma más correcta.