La Quinta y La Sexta Operación Matemática 1
La Quinta y La Sexta Operación Matemática 1
La Quinta y La Sexta Operación Matemática 1
En otro lugar nos ocuparemos de la importancia que tienen para la técnica de fabricación de
las lámparas eléctricas estas proporciones tan singulares.
Es fácil comprender por qué la potenciación tiene dos operaciones inversas, en tanto que la
adición y la multiplicación no tienen más que una.
Los sumandos (el primero y el segundo) pueden alterar su orden entre sí. Otro tanto sucede
con la multiplicación. En cambio, los elementos de la potenciación, es decir, la base y el
exponente no gozan de esa propiedad por lo que no pueden invertirse sus funciones (por
ejemplo 3 5 5 3 ). De ahí que para hallar cada uno de los términos de la adición o la
multiplicación se empleen los mismos procedimientos en tanto que la base de la potencia se
halla por un procedimiento distinto al utilizado para encontrar su exponente.
La sexta operación, la radicación, se expresa con el signo . No todos conocen que este
signo es una variante de la letra latina r, primera de la palabra latina radix, que significa
“raíz”. En otros tiempos (en el siglo XVI), el signo de raíz, no era la r minúscula, sino la
mayúscula, la R, y junto a ella se escribía la primera letra de las palabras latinas quadratus,
la q, o la primera de cubus, la c, señalando con ello la raíz a extraer era cuadrada o cúbica.
Escribían Por ejemplo: R.q. 4352 en lugar de la moderna expresión 4352
Si a esto añadimos que a la sazón no eran empleados en general los signos actuales de más y
menos, y en su lugar se colocaban las letras p. (de plus) y m (de minus) , y que los paréntesis
eran expresados con los signos , comprenderemos el extraño aspecto que las expresiones
algebraicas ofrecerían al lector contemporáneo.
Véase una de ellas tomada, por ejemplo, de un libro del antiguo matemático Bombelly (año
1572)
R.c. R.q. 4352p.16 m. R.c. R.q. 4352m.16
3
4352 16 3 4352 16
1
generalizar gráficamente la idea de que toda raíz no es otra cosa que una potencia con un
exponente fraccionario. Esta segunda variante fue propuesta por Stevin, notable matemático
holandés del siglo XVI.