La Divinidad de Cristo

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LA DIVINIDAD DE CRISTO

Por Carlos Díaz


cediazu@yahoo.com

Colaboración y revisión por MSc. Giovanni Cabrera


giovannicabrer@yahoo.com

Dedicatoria: A mi padre, a mis


amigos los testigos de Jehová, y a todo
aquel que quiera saber Quién es
Jesucristo.

2 de septiembre de 2005

CONTENIDO
Introducción.
1. Hijo de Dios.
2. Juan 1 y la Luz Verdadera.
3. Lo que nos revelan Filipenses, Colosenses y otros textos.
4. Hebreos 1. Evidencia indiscutible.
5. Profecías acerca de Jehová aplicadas a Jesús.
6. El Espíritu Santo, ¿qué o quién es?
Conclusión.
Apéndice: por MSc. Giovanni Cabrera
-2-

INTRODUCCIÓN.-
Jesús de Nazaret. Un hombre que marcó la historia de la humanidad, que
estableció un “antes” y un “después”. Alguien que por sus palabras llenas
de vida y gracia logró conmover el corazón de miles que lo conocieron y
tuvieron oportunidad de compartir con este personaje fuera de serie.

Pero esas mismas palabras que cambiaron la vida de aquellos que lo


conocieron, también han cambiado la vida de millones de personas a
través de todo el curso de la historia humana. Ciertamente debe haber
algo particular en sus palabras para que millones de almas hasta dieran la
vida en su nombre.

¿Quién es este Jesús? ¿Qué dijo para que hoy millones se hagan llamar
cristianos? ¿Cuál es su identidad?

El propósito de este tratado es hacer un bosquejo escritural para


responder estas preguntas. El objetivo principal es, como buenos
detectives, desvelar la identidad de Jesús por medio de las Sagradas
Escrituras.

También es importante recalcar a quien está principalmente dirigido este


escrito. Este trabajo esta especialmente dirigido a nuestros amigos los
testigos de Jehová y a su organización la Watchtower, quienes de manera
sincera llegan a nuestras casas vez tras vez para hablarnos de Dios y de su
Palabra.

Y el principal interés es examinar con cuidado su doctrina acerca de


Jesucristo. Ellos sostienen que Jesús no es Dios sino que es un ser
creado. Afirman que es el primer ser creado por Dios, es decir, una
criatura, y por tanto, tiene un inicio y no puede tener la misma naturaleza
que el Padre.

Nuestro interés estará puesto en examinar sus argumentos a la luz de la


revelación bíblica y en tratar de hallar la verdad con respecto al tema.*

*
Nota: Este trabajo no pretende difamar o desacreditar a los testigos de Jehová como personas individuales.
Por esta razón es que he procurado usar lo menos posible el nombre de testigos de Jehová y en cambio en
todo momento me he dirigido a la organización Watchtower. La intención es mostrarle a los sinceros testigos
de Jehová algo que el sistema de enseñanza y publicaciones de la Watchtower no les ha permitido ver.
-3-

1. Hijo de Dios.-
Quizá uno de los argumentos que más se esgrime para defender que
Jesucristo no es Dios es que él siempre se dio a conocer como Hijo de Dios
y no como realmente Dios como defiende la Watchtower.

En realidad, el Hijo no es el Padre. Esta es la herejía de los unitarios,


fundados por Sabelio. Hijo y Padre son dos personas distintas y
diferenciadas. Lo que se plantea es: ¿cómo el Hijo puede ser Dios, si el
Padre es Dios? ¿Cómo el Hijo de Dios puede ser Dios? En adelante trataré
de mostrar por medio de la Biblia, que Jesús es igualmente Dios así como
el Padre es Dios, pero que no es la persona del Padre. Luego trataré de
explicar cómo se concibe esto en una religión monoteísta como lo es la
religión cristiana.

Examinemos un relato muy importante que reporta el evangelio de Juan


(Jn. 10:22-39). Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la dedicación y Jesús
andaba por el templo. Los judíos se le acercan y lo interrogan para saber si
en verdad él era el Cristo. Entonces, él responde:
25 Os lo he dicho, y no creéis. Las obras que yo hago en nombre de mi

Padre, ellas dan testimonio de mí; 26 pero vosotros no creéis, porque no


sois de mis ovejas, como os he dicho. 27 Mis ovejas oyen mi voz y yo las
conozco, y me siguen; 28 yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, ni
nadie las arrebatará de mi mano. 29 Mi Padre, que me las dio, mayor
que todos es, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. 30 El
Padre y yo uno somos (Jn. 10:25-30, Reina-Valera, 1995).

Entonces los judíos se llenan de cólera y toman piedras para apedrear a


Jesús y él les pregunta que por cuál razón lo apedrean y ellos contestan:
“por la blasfemia, porque tú, siendo hombre, te haces Dios” (vers. 33).
Luego el versículo 36 revela que Jesús en ese momento se dio a conocer
como “Hijo de Dios”. De este relato vemos claramente que las dos
declaraciones “El Padre y yo uno somos” y ‘Soy Hijo de Dios’ tienen
muchas implicaciones. La primera revela una íntima y estrecha relación
con el Padre y la segunda muestra que el título “Hijo de Dios” tenía una
connotación mucho más fuerte y profunda que la tradicional entre un
padre y su hijo biológico.

La respuesta de Jesús a los judíos en los versículos 34 a 38 muestra que


lo que enfureció a los judíos era que Jesús dijera que él era Hijo de Dios
porque con esto se hacía igual a Dios. De aquí vemos que cuando Jesús
decía que era Hijo de Dios y se refería a Dios como “mi Padre” esto tenía
una implicación muy delicada para los judíos. Se hacía Dios. Por eso los
judíos lo acusaron de blasfemia (Lev. 24:16).

Queda claro que esto era lo que molestaba a los judíos cuando leemos en
el mismo evangelio de Juan la siguiente cita: “Jesús les dijo: Mi Padre no
-4-

deja de trabajar, y yo sigo su ejemplo. Después de oír esta respuesta, los


dirigentes judíos todavía persiguieron con más ensañamiento a Jesús.
Querían matarlo, porque no sólo quebrantaba la ley relativa al sábado,
sino que además decía que Dios era su propio Padre, haciéndose de ese
modo igual a Dios” (Jn. 5:17, 18, Castilian, 2003). La cita no debe
entenderse como que Jesús profanaba el sábado ni mucho menos que el
Padre lo hacía (Eze. 20:12). Dios es quien sustenta la creación. Sin su
voluntad no podría existir la vida. Por eso Dios “trabaja” de puesta de sol a
puesta de sol para mantener toda la creación y no solo la humana sino la
universal (Heb. 1:3). Pero los judíos no veían esto. Ellos solo veían el
ritualismo que les exigía su tradición, la cual era una tradición humana y
no bíblica. Pero el sábado en toda la Biblia se mantiene como
mandamiento de Dios (Ex. 20:8-11). Ahora, del texto vemos que cuando
Cristo se refería a Dios como su Padre se hacía Hijo de Dios pero de una
manera especial. Mucho más allá del simple hecho de ser una criatura de
Dios.

Los ángeles son llamados hijos de Dios (Job 1:6), así como también los
humanos redimidos (Jn. 1:12), y no por esto somos blasfemos. Esos títulos
no nos hacen iguales a Dios. Solo expresan nuestra naturaleza de
criaturas. Pero no pasó lo mismo con el título que tomó Cristo como “el
Hijo de Dios”. Las Escrituras revelan por qué Jesús recibió ese título. “El
Espíritu Santo vendrá sobre ti [María] y el poder del Altísimo te cubrirá
con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que va a nacer será
llamado Hijo de Dios” (Lu. 1:35, Reina-Valera, 1960, inserción de
corchetes mía). Lo increíble se revela. Un bebe nacería de una virgen y
como el Espíritu Santo se posaría sobre ella, este ser sería llamado Hijo de
Dios. ¿No les parece emocionante? Por esta razón los judíos querían
apedrear a Jesús. Porque su título lo hacía un ser Santo y Divino; por
cuanto fue concebido por el Espíritu de Dios, es decir, por Dios mismo.

2. Juan 1 y la Luz Verdadera.-


El primer capítulo del evangelio de Juan nos ofrece una buena exposición
sobre quién era Jesús antes de venir al mundo. En este capítulo podremos
ver cómo se exalta a Jesús y tendremos la oportunidad de examinar
distintas traducciones de la Biblia para estudiar versículos y palabras
claves que nos ayuden en nuestro análisis.

Traducir la Santa Palabra del Creador es una labor de gran


responsabilidad y es una tarea que amerita mucha seriedad,
profesionalidad y sobretodo, imparcialidad. Un buen traductor no
interpreta, solo traduce lo mejor posible la idea original de la Biblia a otra
lengua. La Sociedad Watchtower se lanzó en esta campaña de traducción
hace ya más de medio siglo con la Traducción del Nuevo Mundo de las
Santas Escrituras (usaré la abreviatura NM). Según el prólogo de la Nuevo
Mundo, los traductores “sienten la responsabilidad que tienen para con [el
-5-

Autor Divino] de transmitir sus pensamientos y declaraciones con la mayor


exactitud posible” (Prólogo de la NM, 1967).

La NM es muy particular porque es una traducción exclusiva de la


Sociedad Watchtower. Solo ellos la producen y solo ellos la usan. Son la
única organización cristiana que usa esta particular traducción. También
es de interés resaltar que la versión en español de la NM no es una
traducción directa de los idiomas originales de la Biblia como por ejemplo
lo es la famosa y antigua versión Casiodoro de Reina (1569, con
posteriores revisiones). La NM en español es una traducción de la versión
New World Translation en inglés. Esto es de interés ya que esta
particularidad sólo sucede con la NM. Las traducciones siempre se hacen
partiendo directamente de los idiomas originales, y no de otra traducción
en idioma moderno. Recordemos que la lingüística es delicada y que
pequeñas variaciones en las palabras pueden cambiar mucho el sentido de
las ideas. Ahora, hago estas pequeñas referencias y acotaciones para
entrar en el terreno que nos compete. La divinidad de Cristo. Veamos lo
que dice Juan 1:1 en la versión de la NM.
1 En [el]* principio la Palabra era, y la Palabra estaba con Dios, y la

Palabra era un dios. 2 Este estaba en [el] principio con Dios (Jn. 1:1,2,
Nuevo Mundo, 1987).

De este texto identificamos a la Palabra como Jesucristo. El verso 9 reza


como sigue: “De modo que la Palabra vino a ser carne y residió entre
nosotros, y tuvimos una vista de su gloria, gloria como la que pertenece a
un hijo unigénito de parte de un padre; y estaba lleno de bondad
inmerecida y verdad” (NM, 1987). Con esto queda claro que la Palabra
hecha carne es Jesucristo encarnado como hombre. Pero examinemos de
cerca los versículos 1 y 2. El versículo 1 de la NM traduce “y la Palabra era
un dios”. Mientras que otras traducciones vierten como sigue:

 “…y el Verbo era Dios” (Reina-Valera, 1960).


 “Y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios” (Dios Habla
Hoy, 1994)
 “...and the Word was God” (King James Version).
 “…y el Verbo era Dios” (Nueva Versión Internacional, 1984).

Esto es lo que dicen algunas traducciones en español y en inglés pero


nuestro interés debe estar puesto en lo que dice el idioma original, es
decir, el griego.

*
Los corchetes aparecen en la Nuevo Mundo y denotan palabras que se han insertado para completar el
sentido del texto en español. Ver página 1538 de la versión de 1987.
-6-

ἐν ἀρχῇ ἦν ὁ λόγος,
en el principio era la Palabra,

καὶ ὁ λόγος ἦν πρὸς τὸν θεόν,


y la Palabra era con - Dios,

καὶ θεὸς ἦν ὁ λόγος*


y Dios era la Palabra

Según Francisco La Cueva, en su conocida traducción interlineal del


Nuevo Testamento, el final del versículo debe traducirse efectivamente:
“...y la Palabra era Dios”. En griego no existe el artículo indefinido un. Sólo
existe el artículo definido ὁ (ho) que dependiendo del caso puede traducirse
como “el” o “la” y sus equivalentes. Por tanto, en el Nuevo Testamento en
español cuando aparece el artículo “un”, es porque el contexto obliga a
agregarlo. Ahora, ¿el contexto o estructura de Juan 1:1 permite colocar el
artículo “un” para traducir “un dios”?

En griego, la ausencia del artículo definido frente a θεὸς (Theos), por lo


general significa que debe ponerse el artículo indefinido. Pero en este caso,
Juan quiere expresar un sentido absolutamente definido. Traducir “un
dios” en esta situación nos hace entrar en un terreno escabroso y
complicado donde se coloca a Cristo como un dios más dentro de muchos
otros dioses. Lo que plantea la Watchtower es que si la Palabra estaba con
Dios, esta Palabra no podía ser Dios porque ya de antemano sabemos que
alguien que está con otra persona no puede ser la misma persona. Pero el
hecho es que aquí Juan no está diciendo que Jesús sea la misma persona
del Padre. Está diciendo que el Padre, al igual que el Verbo, son desde el
principio y los dos son parte de la Divina Deidad, es decir, son Dios (Col.
2:9). Y es aquí cuando entra la gran pregunta: ¿Cómo pueden ser dos
personas un solo Dios? El Padre y el Hijo son uno así como un hombre y
su mujer son “una sola carne” al casarse pero siguen siendo dos personas
individuales (Gen. 2:24). Ahora, debemos observar que si traducimos en
Juan 1:1 “un dios” estamos cayendo en un grave problema de carácter
teológico. Porque estamos creyendo en Dios (el Padre) y en “un dios” (el
Hijo). Eso es politeísmo. Es creer en un Ser Supremo y en un semidiós al
cual la Biblia llama la luz verdadera (Jn. 1:9). ¿Cómo puede Dios crear a
una criatura y llamarlo la luz verdadera?

Si en Juan 1:1 la palabra ἀρχῇ (arjé, el principio) tuviera artículo definido,


tendería a denotar un momento específico de tiempo o comienzo de algo.
Pero la ausencia del artículo junto con el contexto de los primeros tres
*
Tomado de los Textos Receptus de Stephen (1550).
-7-

versículos denota la eternidad pasada, el infinito. Antes de que la Deidad


decidiera crear.

Otro de los argumentos de la Sociedad Watchtower en relación con Juan


1:1 es que el Theos referido a Jesús no tiene artículo a diferencia del
primer Theon el cual es precedido por el artículo τὸν (ton). Dicen que si
Juan hubiera querido decir que la Palabra era Dios, entonces hubiera
tenido que aparecer el artículo delante de Theos. Y que por esta razón este
Theos no tiene el énfasis del Theon referido al Padre. Pero cuando
examinamos Juan 20:28 y vemos como se refiere Tomás al ver a Jesucristo
resucitado exclama: “¡ho kúriós mou kaí ho theós mou!”, que traducido
significa: “¡Señor mío y Dios mío!”. Esta exclamación es una de las más
excelsas que eleva a Jesús a lo sumo, a la Deidad. Vemos claramente que
el evangelio registra que Tomás usa el artículo para referirse a Jesús como
Dios. No es necesario ser expertos en griego antiguo. Mi conocimiento de
koiné (griego antiguo) es el más rudimentario pero no necesito ser un
experto lingüista para tener nociones de griego y entender ciertas cosas de
su gramática. Aquí vemos que el argumento de la Watchtower queda
invalidado ya que la Biblia con artículo o sin él, se refiere a Cristo como
Dios.*

Un detalle que no podemos dejar de mencionar es el verbo que usa Juan


1:1 cuando dice: “En el principio era [ἦν] la Palabra”. Esta palabra griega,
ἦν, es una forma del verbo eimí, “ser”, que expresa continuidad de
existencia, es decir, expresa una cualidad de existencia sin inicio. Esto
contrasta claramente con el verbo usado en el versículo 3 para las cosas
que “llegaron a existir” (gr. egéneto). El verbo egéneto usado en el versículo
3 es empleado para las cosas que han tenido un inicio, en contraste con la
Deidad, la cual no lo tiene porque simplemente era (Apoc. 1:8). La palabra
egéneto también es usada en el verso 14 cuando se dice que la Palabra
“vino a ser” (egéneto) carne. Vemos que Jesús antes era sin inicio (en) y
luego tuvo un inicio terrenal (egéneto). Vemos que hay una clara distinción
entre lo que siempre ha sido y lo que ha llegado a ser. Por tanto, si Jesús
siempre ha existido, no pudo haber sido creado. Y por haber sido
engendrado como humano, Cristo merece el título de Primogénito (Heb.
1:6).

Cuando Juan dice que “la Palabra estaba con Dios” usa la palabra griega
πρὸς (pros, con), la cual denota una íntima relación con el Padre. Algo
mucho más allá de simplemente estar “al lado de” o en “las proximidades
de”. Si Juan hubiera querido decir sencillamente que Jesús estaba al lado
del Padre hubiera usado la palabra pará, “al lado”, o metá, “con”, las
cuales son usadas en otros casos. Por ejemplo, en la Biblia dice: “…si

*
Para más detalles acerca de este punto ver el Apéndice.
-8-

alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con [pros] el Padre, a


Jesucristo el justo” (1 Jn. 2:1, Reina-Valera, 1960). Aquí observamos que
el plan de salvación y de perdón de nuestros pecados es producto de una
empresa en la que el Padre y el Hijo están íntimamente ligados e
interesados. Jesús no sólo está “al lado” del Padre intercediendo por
nuestros pecados. Él está con el Padre en una intimidad inquebrantable.
Una Unidad eterna. Esta Unidad derramó su amor por el hombre en el
sacrificio expiatorio de Cristo en la cruz del Calvario. Queda claro la
unidad eterna de la Deidad y por qué la Biblia enfatiza que Dios es uno
sólo (Deu. 6:4; Is. 42:8). La unidad entre el Padre y el Hijo es tal, que la
inspiración escrita no puede dar cabida a decir que hay más de un Dios.
Pero esta unidad quedaría destruida si creyéramos que hay más de un
Dios. Por el contrario, Dios dice: “Yo soy el primero y yo soy el último, y
fuera de mí no hay Dios” (Is. 44:6, NM, 1987), con lo que se aclara que no
hay otro Dios aparte de Él. Además, agrega: “antes de mí no fue formado
dios, ni lo será después de mí” (Is. 43:10, Reina-Valera, 1960), con lo que
se niega toda posibilidad de que Dios haya creado a otro Dios fuera de él.
Cuando entendemos que el Hijo, al igual que el Padre, es Dios, vemos con
claridad por qué Cristo recibe el profético nombre de Emmanuel, el cual
significa “Dios con nosotros” (Mat. 1:23).

La evidencia de la divinidad de Cristo es tan abundante que a medida que


pasemos las líneas nos daremos cuenta de quién es Jesús de una manera
irrefutable.

Examinemos el versículo 3 del primer capítulo de Juan. Dice así: “Todas


las cosas vinieron a existir [egéneto] por medio de él, y sin él ni siquiera
una cosa vino a existir [egéneto]” (NM, 1987). El texto declara sin lugar a
dudas que aquel Hijo que ha existido desde siempre con el Padre es quien
le ha dado vida a la creación porque por medio de él todo ha llegado a
existir o ha tenido un inicio. Pero si “ni siquiera una cosa” llegó a existir
sin él, entonces él mismo no pudo haber sido creado, pues de haberlo sido
entonces sí habría una cosa que fue creada sin él.

Los versículos 6 al 11 nos dan una clara muestra de quién es Jesús.


6 Se levantó un hombre que fue enviado como representante de Dios: su
nombre era Juan. 7 Este [hombre] vino para testimonio, a fin de dar
testimonio acerca de la luz, para que gente de toda clase creyera por
medio de él. 8 Él no era aquella luz, sino que había de dar testimonio
acerca de aquella luz. 9 La luz verdadera que da luz a toda clase de
hombre estaba para venir al mundo. 10 Estaba en el mundo, y el
mundo vino a existir por medio de él, pero el mundo no lo conoció. 11
Vino a su propia casa, pero los suyos no lo recibieron (Jn. 1:6-11, NM,
1987, cursivas y negrillas mías).
-9-

Qué amor. Cuánto nos amó aquel Verbo para despojarse de su gloria
Divina y venir a la casa que él mismo hizo con sus manos y ser
despreciado por los suyos (Fil. 2:1-11). En mi pequeña e ínfima cabeza no
cabe que tantos calificativos juntos se le den a un ser creado. ¿Cómo
puede la Biblia llamar la luz verdadera a un ángel o a cualquier criatura?
¿De qué criatura se dice que el mundo haya llegado a existir por ella?
¿Qué ser creado llama a los humanos “los suyos” como si hubieran sido
creados por él?

Examinemos cómo vierte la NM los versículos 14 a 18 del primer capítulo


de Juan:
14 De modo que la Palabra vino a ser carne y residió entre nosotros, y
tuvimos una vista de su gloria, gloria como la que pertenece a un hijo
unigénito de parte de un padre; y estaba lleno de bondad inmerecida
y verdad. 15 (Juan dio testimonio acerca de él, sí, realmente clamó –este
fue el que [lo]* dijo- diciendo: “El que viene detrás de mí se me ha
adelantado, porque existió antes que yo”.) 16 Porque todos nosotros
recibimos de su plenitud**, sí, bondad inmerecida sobre bondad
inmerecida. 17 Porque la Ley fue dada por medio de Moisés, la verdad
inmerecida y la verdad vinieron a ser por medio de Jesucristo. 18 A Dios
ningún hombre lo ha visto jamás; el dios unigénito que está en [la
posición del] seno para con el Padre es el que lo ha explicado (NM,
1987, cursivas y negrillas mías).

Vayamos por partes. Estos versículos merecen un detenido examen porque


dan mucha información importante para nuestra investigación. Ya hemos
visto en el verso 1 que la Palabra era Dios, y esta Palabra “vino a ser carne
y residió entre nosotros, y tuvimos una vista de su gloria” (vers. 14).
Ahora, ¿cuál gloria vieron los apóstoles? ¿La gloria de un ser creado? En el
Nuevo Testamento el vocablo para gloria es δόξαν (dóxa), el cual es el
equivalente de la palabra hebrea kabod usada en el Antiguo Testamento
para la gloria de la sagrada presencia de Jehová (1 Sam. 4:22).

La plenitud de Cristo es la plenitud del Padre. Cristo siempre fue Dios pero
en el momento de su humanización se vacía de su gloria y por eso el Padre
debe devolverle esa gloria que el tenía en los días de la eternidad. El mismo
Jesús dijo: “…Padre, glorifícame al lado de ti mismo con la gloria que tenía
al lado de ti antes que el mundo fuera” (Jn. 17:5, NM, 1987).

Ahora, nos compete examinar la palabra griega monogen's, la cual la NM y


otras traducciones traducen en los versículos 14 y 18 como “unigénito”.
Esta palabra viene de la unión de dos palabras que significan “único” y
“clase”. En su sentido más estricto la palabra monogen's significa “único
en su clase” pero no tiene nada que ver con nacimiento. Una evidencia

*
Los corchetes aparecen en la NM.
**
Cf. Col. 1:19; 2:9; Efe. 3:19; 4:13
- 10 -

clara de esto es que esta palabra se usa en Hebreos 11:17 para referirse a
Isaac. Pero quienes conocemos la historia sabemos que Isaac no era el
unigénito de Abrahán (el único hijo), ni mucho menos era el primogénito
(el primer hijo), ya que Abrahán tuvo antes a Ismael (Gen. 16). Isaac era el
único en su clase (monogen's), ya que era el hijo de la promesa y quien
había heredado la primogenitura (Gen. 25:1-6). Con esto queda
demostrado que la palabra monogen's no tiene nada que ver con
nacimiento sino con importancia. Esta palabra podría perfectamente ser
entendida como ‘precioso’, ‘exclusivo’, ‘excelso’, ‘incomparable’ o ‘singular’.
Ahora, la NM vierte parte del verso 18 como: “el dios unigénito”. La
traducción correcta debería ser: “el único Dios”. Si insistimos en traducir
dios con minúscula cuando la Biblia se refiere a Cristo estamos negando
su naturaleza divina y estamos negando la importante premisa de Juan
1:1.

¿Pero por qué la NM y otras traducciones traducen como unigénito la


palabra monogen's? Este uso de la palabra unigénito tiene su origen en los
padres de la Iglesia Católica y entró en las primeras versiones de la Biblia
en español por influencia de la Vulgata latina. Orígenes de Alejandría (c.
230 d.C.) fue el primero en decir que Jesús llegó a existir por el Padre
antes que toda otra creación. Arrio, un siglo después uso la palabra griega
gegenn'ménon (engendrado), la cual se usa para referirse a Cristo después
de la encarnación (cf. Heb. 1:5, 6). Pero la idea de que Cristo fue
“engendrado” en los días de la eternidad es completamente ajena a la
Escritura (Ver Problems in Bible Translation, pp. 197-204).

Después de este análisis, podemos entender a cabalidad el primer capítulo


de Juan, en donde el autor se encarga de exaltar a Jesús a la Deidad y de
relatar en pocas palabras el misterio de la encarnación de Cristo. Y
sobretodo podemos entender estas trascendentales palabras: “En el
principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios” (Jn.
1:1, Reina-Valera, 1960).

3. Lo que nos revelan Filipenses, Colosenses y otros textos.-


Las cartas de Pablo nos dan una buena información acerca de la persona
del Señor Jesucristo. Muchas veces se han malinterpretado ciertos
términos que usan estas cartas y no se les ha visto en su clara dimensión.

Filipenses.- Veamos cómo vierte la NM el texto de Filipenses 2:5-8:


5 Mantengan en ustedes esta actitud mental que también hubo en

Cristo Jesús, 6 quien, aunque existía en la forma de Dios, no dio


consideración a una usurpación, a saber, que debiera ser igual a Dios. 7
No; antes bien, se despojó así mismo y tomó la forma de un esclavo y
llegó a estar en la semejanza de los hombres. 8 Más que eso, al hallarse
a manera de hombre, se humilló y se hizo obediente hasta la muerte, sí,
muerte en un madero de tormento.
- 11 -

¿Cuál es la idea que nos quiere transmitir Pablo? Pablo quiere enseñarle
algo a los filipenses y por eso recurre a un recurso comparativo. Les dice
que deben ser cómo Jesús quien se humilló y se hizo obediente hasta la
muerte. Pero dice algo de él antes de la encarnación. ¿Qué es lo que dice?
Que “existía en la forma de Dios”. La palabra griega usada aquí para forma
es morphé, la cual denota las características y atributos de una persona o
cosa, en este caso de Dios. La Escritura vuelve a testificar que Cristo antes
de ser hombre tenía naturaleza divina al igual que el Padre. Y continúa
diciendo del Señor Jesús: “…no dio consideración a una usurpación, a
saber, que debiera ser igual a Dios”. Aquí nos quedaremos un poco más.
Esta traducción de Fil. 2:6 es un poco inexacta con el griego original y
hace perder otro poco el sentido del mismo. Veamos el original:

ὃς ἐν µορφῇ θεοῦ ὑπάρχων οὐχ


quien en [la] forma [de] Dios existiendo no
ἁρπαγµὸν ἡγήσατο τὸ εἶναι ἴσα θεῶ
se aferró [a] pensar en ser igual [a] Dios

Que traduciéndolo de una manera fresca y en armonía con el original


debería decir: “Quien siendo en la forma de Dios no pensó en ser igual a
Dios como cosa a que aferrarse” o “Quien siendo en la forma de Dios no
pensó asirse ávidamente a ser igual a Dios”. La palabra griega harpagmós
significa “usurpación”, “aferrarse”, “retener”, “apoderarse”, “arrebatar” o
“asir ávidamente”. ¿Pero cuál de estos vocablos encaja con el texto y
armoniza con todo lo que enseña la Biblia? Si usamos la palabra
“usurpación” estamos diciendo que Cristo tenía la forma de Dios pero por
arrebatamiento o robo. Pero entonces no podríamos decir que tenía la
forma de Dios. Usurpar significa quitar lo que no es de uno. No creo que
Cristo pudiera quitarle a Dios sus atributos y estar en paz con él. Además,
parece poco probable que los atributos de la forma de Dios se le puedan
arrebatar al Creador. Por ende, el sentido más práctico y exacto debería
ser que Cristo no se “aferró” o no “retuvo” en sus manos la gloria divina
que tenía, sino que prefirió despojarse de aquella forma y tomar la forma
de siervo.

Esto nos hace comprender con plenitud por qué el Señor Jesucristo en
varias oportunidades se hace inferior a la Majestad, inferior al Padre.
Nuestro amante Redentor se hizo polvo de la tierra. No se aferró a su forma
de Dios y se vació por completo dejando su trono y su corona para venir a
sufrir la muerte que merecía el pecador. Por eso, mientras Cristo
permaneció en la Tierra, el Padre fue quién dirigió todos los asuntos
porque la condición de Cristo era la de un hombre mortal, inferior a Dios.
- 12 -

Pablo continúa:
9Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre
que es sobre todo nombre, 10 para que en el nombre de Jesús se
doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y
debajo de la tierra; 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor,
para gloria de Dios Padre (Fil. 2:9-11, Reina-Valera, 1960, cursivas y
negrillas mías).

Una vez cierto cristiano me dijo que uno doblará las rodillas ante Jesús
como podría hacerse ante un rey pero no porque sea Dios. Yo no quedé
satisfecho. Produce recelo pensar que los ángeles y los humanos doblarán
sus rodillas ante Cristo, pondrán sus rostros a tierra y dirán: “¡Jesús es
nuestro Señor!” y toda esta adoración se la darán a un ser creado. Eso no
tiene ningún sentido. Este tipo de adoración sólo puede dársele a Dios,
quien siempre ha manifestado ser un Dios celoso. Como bien dice la
Escritura: “Pues no debes postrarte ante otro dios, porque Jehová, cuyo
nombre es Celoso, él es un Dios celoso” (Ex. 34:14, NM, 1987). La Biblia
dice claramente que arrodillarse delante de alguien es un acto de
adoración, y que “Es a Jehová tu Dios a quien tienes que adorar, y es solo
a él a quien tienes que rendir servicio sagrado” (Mat. 4:8-10, NM, 1987).

Colosenses.- Otro texto de suma importancia está en Colosenses 1:15-19.


Transcribo de la NM (1967):
15 El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda la
creación; 16 porque por medio de él todas [las otras]* cosas fueron
creadas en los cielos y sobre la tierra, las cosas visibles y las cosas
invisibles, no importa que sean tronos, o señoríos, o gobiernos, o
autoridades. Todas [las otras] cosas han sido creadas mediante él y
para él. 17 También, él es antes de todas [las otras] cosas y por
medio de él se hizo que todas [las otras] cosas existieran, 18 y él es
la cabeza del cuerpo, la congregación. El es el principio, el primogénito
de entre los muertos, para que llegase a ser el que es primero en todas
las cosas; 19 porque Dios tuvo a bien el que toda la plenitud morara en
él (Cursivas y negrillas mías).

La NM agrega corchetes para insertar palabras, en muchos casos


arbitrarias y que no aparecen en el texto original. En este caso la
Watchtower vio necesario introducir entre corchetes “las otras” para que al
leerse se leyera: “Todas las otras cosas han sido creadas mediante él y
para él”, dando a entender que Cristo fue la primera cosa creada, y que
luego él creó las “otras cosas”. Pero lo que dice el griego es: “Todas las
cosas han sido creadas mediante él y para él”. Por tanto, si mediante él, se
ha creado todo lo existente, Cristo no pudo haber sido creado. Pero si se
agrega “las otras” el texto armoniza con la doctrina de la Watchtower. Si
quitamos las palabras insertadas entre corchetes, el texto toma un sentido
*
Los corchetes aparecen en la NM.
- 13 -

muy distinto al dado por la NM. Ahora, el texto comienza con: “El es la
imagen del Dios invisible”. Es decir, el es la representación fiel de Dios.
Sólo un ser con la misma naturaleza del Padre puede ser la imagen de él.

Llama la atención que en la Emphatic Diaglott (1926) publicada por la


Watchtower no aparecen estos corchetes. Uno de los argumentos más
usados por la Sociedad Watchtower es que cuando el Santo Libro dice que
Cristo es el primogénito de la creación está afirmando que Jesús fue el
primer ser creado por Dios. ¿Será esto cierto? La palabra primogénito (gr.
protótokos) aunque tiene que ver con nacimiento no siempre es usada para
el primero que nace. Veamos algunos ejemplos:
1 Y los hijos de Rubén el primogénito de Israel –porque era el
primogénito; pero porque profanó el canapé de su padre el derecho que
como primogénito [tenía] fue dado a los hijos de José hijo de Israel, de
manera que no había de ser registrado genealógicamente para el
derecho del primogénito (1 Cr. 5:1, NM, 1987).

Este es un ejemplo donde vemos que la primogenitura no tiene nada que


ver con nacimiento sino con importancia y fidelidad.
51 De modo que José llamó al primogénito por nombre Manasés, porque
decía él: “Dios me ha hecho olvidar todas mis desgracias y toda la casa
de mi padre”. 52 Y al segundo lo llamó por nombre Efraín, porque, decía
él: “Dios me ha hecho fructífero en la tierra de mi miseria” (Gen. 41:51,
52, NM, 1987).

9 Porque he llegado a ser para Israel un Padre; y en cuanto a Efraín, él


es mi primogénito (Jer. 31:9, NM, 1987).

En este caso el primero en nacer fue Manasés pero a quien Dios llamó su
primogénito fue a Efraín. Con esta evidencia bíblica entendemos que el
calificativo de primogénito no siempre tiene que ver con su sentido literal y
biológico y por esto, entendemos que cuando se dice de Cristo que es el
primogénito de toda la creación se está queriendo decir que él es el
principal por encima de toda creación. Debe tenerse en cuenta que Jesús
fue engendrado como hombre (Heb. 1:5). Esto permite entender la razón
por la cuál se le llama Primogénito (vers. 6). Se le llama así porque fue el
Ser Santo del cielo “engendrado” en un vientre humano. Y por eso, el es el
primero por encima de todo ser humano nacido de un vientre, y de todo
ángel del cielo, y de cualquier creación de Dios. Y por eso Dios dice de él lo
que dijo del salmista: “Yo también le pondré por primogénito, El más
excelso de los reyes de la tierra” (Sal. 89:27, Reina-Valera, 1960).
Obsérvese que dice “lo pondré como primogénito” y no “lo puse como
primogénito”, lo que quiere decir que Cristo no recibió su primogenitura en
algún momento antes de la creación, sino con su coronación, cosa que no
había tenido lugar todavía en tiempos de David. En realidad Cristo es el
- 14 -

primogénito, no porque haya sido creado primero, sino porque alcanzó la


gloria por su victoria sobre el pecado y sobre la muerte.

Colosenses 1:18 continúa diciendo que Cristo es el primogénito de entre


los muertos. Si la palabra primogénito debe aplicarse literalmente a Jesús
cuando se dice que él es el primogénito de toda la creación como lo hace la
Watchtower, también debería aplicarse en un sentido literal y estricto para
cuando se dice que él es el primogénito de entre los muertos. Es decir, el
primero de los muertos resucitados para vida eterna. Ciertamente Cristo
resucitó y se levantó de la tumba pero no fue el primero. Moisés resucitó
antes de él. La Escritura registra que en la transfiguración estaban Elías y
Moisés* con Jesús (Mat. 17:1-3). Elías no vio la muerte y fue llevado al
cielo en un carro de fuego (2 Re. 2:11), y Moisés murió pero fue resucitado
por el arcángel Miguel en algún momento que no se especifica (Deu. 34:5,
6; Jud. 9). Por tanto, Cristo no es el primogénito de entre los muertos en
un sentido literal como si hubiera sido el primero en resucitar sino que es
el primogénito en el sentido de que es el más importante entre los que han
resucitado y los que resucitarán. Y de nuevo, decir que Cristo es el
primogénito de toda la creación no demuestra que él sea un ser creado
sino que es un título que gana para ser el principal en todo. “Para que
llegase a ser el que es primero en todas las cosas” (vers. 18).

El segundo capítulo de Colosenses también nos aporta evidencia a favor de


la divinidad de Cristo: “…porque en él mora corporalmente toda la plenitud
de la cualidad divina” (Col. 2:9, NM, 1987). Este es el único texto de todo el
Nuevo Testamento que usa el sustantivo femenino theotes para denotar
“deidad”, “divinidad” o “naturaleza divina”. La raíz de esta palabra proviene
de Theos, Dios. El otro sustantivo relacionado con theotes se usa en
Romanos 1:20 y es theiotes. Que también puede significar “naturaleza
divina” o “divinidad”. Romanos dice refiriéndose a Dios: “Porque las
[cualidades] invisibles de él se ven claramente desde la creación del mundo
en adelante, porque se perciben por las cosas hechas, hasta su poder
sempiterno y Divinidad, de modo que ellos son inexcusables” (NM, 1987).

Cuando Pablo le dijo a la iglesia de Colosas que en Cristo moraba


“corporalmente toda la plenitud de la cualidad divina” quiso dejarles en
claro que Cristo en ese momento estaba en el cielo y que de una manera
plena había sido glorificado con la gloria de la que se despojó, la cual es la
gloria de Dios, no de una criatura. Les estaba afirmando que Cristo tenía
el poder de alejarlos del mundo y sus filosofías y que esa era la plenitud
Divina de la que ellos estaban poseídos (vers. 8-10). No la plenitud de un
ángel o de un hombre. No. La plenitud de la Deidad. Es más que claro que
*
Que Elías y Moisés estuvieran con Jesús no es evidencia de que los muertos “viven” después de la muerte.
Estas son excepciones especiales de personas que ya están en el cielo. Todos los demás muertos están
durmiendo esperando la resurrección en el día postrero y no están ni en el cielo ni en el infierno (Ec. 9:5; Jn.
11:24).
- 15 -

Jesús pertenece a la Divina Deidad, es decir, es Dios. Ahora, los


colosenses podían tener la certeza de que podían triunfar porque habían
sido circuncidados espiritualmente y bautizados en el Ser Divino de Cristo
(vers. 11, 12). Sólo pensemos en esta frase: “plenitud de la cualidad
divina” (Énfasis mío). ¿Cuáles son los atributos divinos de Dios? La Biblia
responde. Es Eterno (Is. 40:28), es Todopoderoso (Gen.17:1), es
Omnisapiente (Sal. 139), es Creador (Sal. 115:15); en él hay toda dignidad,
excelencia, sabiduría, misericordia, benevolencia, paciencia, amor y paz.
Todos son frutos de la misma esencia de Dios. Su sabiduría y pensamiento
es multiforme, más allá de lo que la mente humana puede sopesar. Y toda
esta plenitud de la cualidad Divina ‘mora corporalmente en Cristo’. Amén.

Romanos.- En Romanos 9:5 conseguimos un versículo donde Pablo llama


Dios a Jesús. Examinaremos la antigua versión Reina-Valera, La Nuevo
Mundo y a Westcott y Hort.

5[…] de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino
Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos.
Amén (Reina-Valera, 1960).

5 […] a quienes pertenecen los antepasados y de quienes [provino] el


Cristo según la carne: Dios que está sobre todos, [sea] bendito para
siempre. Amén (NM, 1987).

5 Whose [are] the fathers, and of whom as concerning the flesh Christ
[came], who is over all, God blessed for ever. Amen (Westcott y Hort,
1881). Que traducido es: De quienes [son] los padres, y de quienes en
relación a la carne [vino] Cristo, quien es sobre todo, Dios bendito por
siempre. Amén.

Vemos que la NM no coincide con la Westcott y Hort, el texto de donde la


Watchtower afirma que fue traducida la parte de las Escrituras Griegas
Cristianas (Ver prólogo de la NM). En pasajes como estos debemos tener en
cuenta que en el griego bíblico no se usaba puntuación y que esta puede
cambiar mucho el sentido de una oración. Por eso, examinemos el texto
griego:

ὧν οἱ πατέρες, καὶ ἐξ ὧν ὁ χριστὸς τὸ κατὰ


de quienes los padres, y de quienes el Cristo el según
σάρκα· ὁ ὢν ἐπὶ πάντων θεὸς εὐλογητὸς
[la] carne el que sobre todo Dios bendito
εἰς τοὺς αἰῶνας, ἀµήν
en los siglos, amén

Si usamos la puntuación que usa la NM el texto griego pierde su sentido


más natural y sencillo. La NM está en todo su derecho de usar puntuación
así como lo hacen todos los traductores al español, pero lo que es de
- 16 -

extrañar es que la puntuación que usan no corresponda con la idea que


expresa Westcott y Hort. Y como hay contradicción no debería confiarse
mucho en la NM. La traducción más natural y que le haga menos violencia
al texto debe ser la más adecuada. Por eso, podemos traducir sin temer:
“de quienes son los padres y de los cuales según la carne vino Cristo el que
es sobre todas las cosas Dios bendito por los siglos. Amén”.

1 Juan.- Cierta vez hablando con un señor que había sido cristiano activo
acerca de la divinidad de Cristo, él alegó con mucho énfasis que sólo había
un único Dios verdadero. Arguyó que Juan 17:3 era una de las más
fuertes evidencias de que sólo había un “único Dios verdadero” y que éste
era Jehová y que Jesús sólo era su hijo como lo puede ser cualquier ángel.
En ese preciso momento sólo pude decirle que no me causaba problema
un texto así porque Filipenses decía muy bien que Cristo se había
despojado de ser Dios y que eso podía explicar por qué el mismo Jesús
hace ese énfasis. Pero yo mismo no quedé satisfecho y el señor se sentía
victorioso porque había podido demostrar que sólo el Padre es el “Dios
verdadero”. También me dijo que la palabra griega usada en Juan 17:3
para “verdadero” era alethinos y que esta dejaba muy en claro que sólo
podía haber un Dios verdadero y que todos los demás eran dioses falsos y
por tanto ni Cristo ni ninguna otra persona podía ser el Dios verdadero.

Días después mientras leía mi Reina-Valera me tropecé con el siguiente


texto: “Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado
entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el
verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida
eterna” (1 Jn. 5:20). ¡Yo salté de emoción! Inmediatamente busqué mi
Nuevo Testamento interlineal griego-español y busqué si la palabra usada
aquí para “verdadero” era la misma usada en Juan 17:3. ¡Era la misma! Y
lo más impactante para mí fue ver que el texto interlineal parecía decir lo
que mi traducción decía. Luego fui a buscar mi ejemplar de la NM y esto
fue lo que conseguí: “Pero nosotros sabemos que el Hijo de Dios ha venido,
y nos ha dado capacidad intelectual para que adquiramos el conocimiento
del verdadero. Y estamos en unión con el verdadero, por medio de su Hijo
Jesucristo. Este es el Dios verdadero y vida eterna”. ¿Quién es el Dios
verdadero y vida eterna de 1 Juan 5:20?

Cuando leemos 1 Juan 5:20 en la Reina-Valera entendemos que al


principio del versículo se dice que Cristo vino para dar a conocer al
verdadero. Indudablemente se refiere al Padre. Pero luego dice: “…y
estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios,
y la vida eterna”. Se afirma que Cristo es el verdadero [alethinos] y luego se
dice: “Este es el verdadero Dios”. Ya sabemos que tenemos dos premisas.
El Padre es verdadero y el Hijo es verdadero. Luego se afirma que uno de
ellos “es el verdadero Dios”. Pero, ¿a cuál de los dos se refiere? No hay
ningún problema si se refiere al Padre porque la Biblia atestigua que él es
- 17 -

el Dios verdadero (Jn. 17:3). La cuestión es ver si en este caso se está


llamando Dios verdadero a Cristo.

En griego el pronombre houtos usado en 1 Juan 5:20 es equivalente al


pronombre “éste” usado en español pero con la característica de emplearse
sólo cuando se desea hacer referencia a la última persona mencionada. Es
decir, cuando el texto dice: “Este [houtos] es el verdadero Dios” no puede
de ninguna manera referirse al Padre porque la última persona de quien se
ha hecho referencia es del Hijo. Si Pablo hubiera querido referirse al Padre
hubiera tenido que usar una construcción gramatical distinta y hubiera
tenido que emplear el pronombre ekeinos (aquel), usado para el caso en el
cual se quiere referir no a la persona inmediata acabada de mencionar
sino a una anterior, que en este caso sería el Padre. Debió haber escrito
así: “Aquel [ekeinos] es el verdadero Dios” pero no lo hizo. Por tanto Jesús
es el Dios verdadero según 1 Juan 5:20. Cuando la NM traduce: “Y
estamos en unión con el verdadero, por medio de su Hijo Jesucristo”
establece que “por medio” de Jesús conocemos al verdadero pero lo que
dice el griego es:

καὶ ἐσµὲν ἐν τῶ ἀληθινῶ, ἐν τῶ υἱῶ αὐτοῦ ἰησοῦ χριστῶ


y estamos en el verdadero, en el Hijo de él Jesús Cristo

No dice “por medio de” sino “en”, al igual que dice “y estamos en el
verdadero” y no “por medio del verdadero”. Por tanto, el texto está
afirmando que estamos en el Hijo del verdadero, el cual también es
verdadero. Y este último es el verdadero Dios. La versión Dios Habla Hoy
vierte así el texto: “Sabemos también que el Hijo de Dios ha venido y nos
ha dado entendimiento para conocer al Dios verdadero. Vivimos unidos al
que es verdadero, es decir, a su Hijo Jesucristo. Este es el Dios verdadero
y la vida eterna”.

La misma Emphatic Diaglott (1926) dice: “…and we are in the true one, in
the son of him Jesus Anointed. This is the true God, and the life age-
lasting”. Traducido es: “y estamos en el único verdadero, en su hijo Ungido
Jesús. Este es el verdadero Dios y la vida eterna”. La Emphatic Diaglott
traducida por la Watchtower en 1926 se adapta al texto original griego,
muestra de que la actual versión tiene sutiles cambios para no mostrar la
divinidad de Jesús y para acomodar textos que seguramente generaron
problemas en el pasado.

Hechos.- Lo mismo ocurre con otros tres textos claves.


28Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu
Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la
cuál él ganó por su propia sangre (Hec. 20:28, Reina-Valera, 1960).
- 18 -

¡Dios ganó a la iglesia con su propia sangre! Cristo es Dios hecho hombre
por eso es que la sangre que derramó es sangre divina. La NM ha insertado
la palabra Hijo para ajustar el texto: “…que él compró con la sangre del
[Hijo]* suyo”. Pero eso no es lo que dice la Biblia. Los otros textos se los
dejo a ustedes. Son Tito 2:13 y 2 de Pedro 1:1.

4. Hebreos 1. Evidencia indiscutible.-


Quizá una de las mayores evidencias de la naturaleza divina de Cristo se
encuentra en el primer capítulo del libro a los Hebreos. Hebreos más que
una carta (como ha sido llamada tradicionalmente) es un tratado doctrinal
y exhortatorio dirigido por escrito a alguna comunidad cristiana. Lo que
ocurre en este primer capítulo pasa desapercibido por mucha gente al
leerlo. El autor exalta a lo sumo a la persona de Cristo y va mucho más
allá. ¡Lo increíble es que el autor cita textos del Antiguo Testamento que
explícitamente hablan de Jehová Dios y los aplica directamente a Cristo!
Hebreos 1 en realidad es una construcción literaria formada a partir de
unos salmos que hablan de Dios. Esto ocurre de los versículos 5 al 14 pero
en los primeros cuatro versículos también se dicen cosas muy importantes
de Jesucristo. Examinemos por partes el capítulo:
1 Dios, que hace mucho habló en muchas ocasiones y de diversas
maneras a nuestros antepasados por medio de los profetas, 2 al fin de
estos días nos ha hablado a nosotros por medio de un Hijo, a quien
nombró heredero de todas las cosas, y por quien hizo los sistemas
de cosas. 3 Él es el reflejo de [su] gloria y la representación exacta
de su mismo ser, y sostiene todas las cosas por la palabra de su
poder; y después de haber hecho una purificación por nuestros
pecados se sentó a la diestra de la majestad** en lugares encumbrados.
4 De modo que ha llegado a ser mejor que los ángeles, a tal grado que

ha heredado un nombre más admirable que el de ellos (Heb. 1:1-4, NM,


1967).

Por quien hizo los sistemas de cosas.- Esta oración también es vertida
como:

 “…mediante el cual creó los mundos y al cual ha hecho heredero de


todas las cosas” (Dios Habla Hoy, 1994).
 “…a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el
universo” (Reina-Valera, 1960).
 “…whom he hath appointed heir of all things, by whom also he made
the worlds” (King James Version).

El vocablo traducido por la NM como “sistemas de cosas” es la palabra


griega αἰῶνας (pl. de aión, lit. siglos o mundos). Aquí queda claro que no

*
Los corchetes aparecen en la NM.
**
“majestad”, aparece en minúsculas en la NM del 67 pero en la versión del 85 y del 87 aparece en
mayúsculas.
- 19 -

estamos solos en el universo. Dios ha creado otros mundos y nosotros


somos una oveja más del Gran Pastor. Con la gran diferencia que la oveja
perdida del hombre fue redimida por su Amante Padre. Como dice la
parábola: “¿Qué hombre de vosotros, si tiene cien ovejas y se le pierde una
de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que perdió,
hasta encontrarla?” (Luc. 15:4, Reina-Valera, 1995). ¡Dios nos encontró
por medio de Cristo! Jesús es el Buen Pastor que fue en busca del hombre,
aquella oveja perdida que se apartó de su Creador. En esta parábola, el
Pastor es Cristo quién vino a rescatarnos; la oveja perdida es toda la
humanidad ya que no hay alguien que no haya pecado y que no se haya
extraviado. Todos necesitamos ser rescatados por Jesús. Por tanto, las 99
ovejas que el Señor dejó atrás son los otros mundos que Dios creó y que
no cayeron. Y lo fantástico es que todos los mundos fueron creados por
medio de Cristo, pero no siendo este una herramienta sino un colaborador
en la gran obra de la creación. No tiene sentido que Dios creara a un ser
para hacerlo creador junto con él, un obrero maestro, como lo llama la
Watchtower. El Padre y el Hijo, estuvieron en Edén haciendo al hombre del
polvo de la tierra (Gen. 1:26), y sin duda, estuvieron juntos en el momento
de la creación de otros mundos (Heb. 1:2).

El reflejo de su gloria.- El verso 3 dice que el Hijo ‘es el reflejo de la gloria


del Padre y la representación exacta de su mismo ser’. Ningún ser creado
puede ser el reflejo y representación exacta del mismo ser del Creador. La
gloria del Creador es tan esplendida y tan llena de magnificencia que es
inconcebible que una criatura pueda reflejar esa gloria de una manera
auténtica como dice la Escritura. La luna refleja parte de la “gloria” del sol.
¿Pero podemos decir de la luna y el sol lo que se dice del Hijo y del Padre?
¿Es la luna el reflejo de la gloria del sol y la representación exacta de su
sustancia? Claro que no. Ciertamente la luna refleja parte de los rayos que
recibe del sol, pero ella misma no es el reflejo del sol, ni podemos decir que
la luna es la “representación exacta del sol”. La Biblia dice que el sol tiene
una gloria y la luna tiene otra gloria distinta (1 Cor. 15:41). Por tanto, para
que Jesús sea la representación exacta de la sustancia del Padre debe
tener la misma naturaleza que el Padre. Y eso lo dice muy claro la Biblia.
Cristo tiene la misma naturaleza divina que el Padre. Sólo que él se
despojó y no se aferró a esa naturaleza, sino que se hizo siervo para morir
en una cruz (Fil. 2:5-11). Recuérdese, que la palabra “divino” en la Biblia
sólo se usa con relación a la Deidad.

Representación exacta de su mismo ser.- En el texto la palabra ὑποστάσεως


(hipóstasis, sustancia) denota literalmente “lo que está debajo” o “lo que
está en el fondo”. En otras palabras, es un término usado para expresar
“esencia intrínseca”, “realidad” o “meollo”. Este vocablo lo traduce la NM
como “mismo ser”. Por tanto, cuando se dice que Cristo es la
representación exacta de la hipóstasis del Padre, se está diciendo que
Jesús es la imagen exacta, auténtica y genuina del Padre. Y ya que son
- 20 -

uno en naturaleza, uno en pensamiento, uno en eternidad y uno en


propósito Cristo pudo decir: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” y
también decir: “Yo y el Padre uno somos” (Jn. 14:9; 10:30, Reina-Valera,
1960).

Sostiene todas las cosas por la palabra de su poder.- Pero no todo queda
aquí. El verso continua diciendo: “…y sostiene todas las cosas por la
palabra de su poder”. ¿Ven las implicaciones de esta declaración? Cada
respiración de cada ser viviente en esta Tierra sea humano o animal es
sostenida por la palabra del poder de Cristo. También cada planeta puesto
en su órbita alrededor de las estrellas, cada galaxia de las 50 mil millones
del universo, cada supernova. Todo es sostenido por la palabra de su
poder. También cada átomo del universo. Toda la vida es sostenida por
Cristo, por el poder de su palabra, y no sólo este mundo es sostenido por
él sino todos los otros que creó (vers. 2). Ahora, queridos lectores, ¿esos
son atributos de un ángel o de un ser creado? ¿No son estos atributos del
Creador del universo? (Cf. 2 Pe. 3:5).

Versos 4 al 6.- Ahora entramos en la parte más emocionante del capítulo 1


de Hebreos donde el autor hace algo fantástico con ciertos textos del
Antiguo Testamento. Veamos cómo prosigue:
4 De modo que ha llegado a ser mejor que los ángeles, a tal grado que
ha heredado un nombre más admirable que el de ellos. 5 Por ejemplo, ¿a
cuál de los ángeles dijo él alguna vez: “Tú eres mi hijo; yo, hoy, he
llegado a ser tu padre”? Y otra vez: ¿“Yo mismo llegaré a ser su padre, y
él mismo llegará a ser mi hijo”? 6 Pero cuando introduce de nuevo a su
Primogénito en la tierra habitada, dice: “Y que todos los ángeles de
Dios le adoren.” (Heb. 1:4-6, NM, 1967).

Observemos que quien dice estas palabras es el Padre refiriéndose al Hijo.


En el verso 4 se dice que Jesús ha recibido un nombre mucho más
admirable que el de los ángeles. ¿Cuál es este nombre o título? El verso 5
da la respuesta: Hijo de Dios. Con esto podemos entender la trascendencia
del título Hijo de Dios y podemos ver por qué era considerado este nombre
como blasfemo por parte de los fariseos. En los versículos 4 y 5 se hace
una clara distinción entre Cristo y los ángeles. Lo contrario que hace la
Watchtower, cuando pone a Jesús al mismo nivel de los ángeles. Una
publicación de ellos dice: “[...] la Biblia dice claramente que Jesús, en la
existencia que tuvo antes de ser humano, era un ser celestial creado, tal
como los ángeles son seres celestiales creados por Dios. Ni los ángeles ni
Jesús existieron antes de haber sido creados”.1 Mientras la Biblia hace
una muy enfática distinción entre Jesús y los ángeles, la Watchtower lo

1
¿Debería creer usted en la Trinidad? ¿Es igual Jesucristo al Dios Todopoderoso?, Watchtower Bible and
Tract Society, 1989, p. 14
- 21 -

iguala con ellos. Pero veremos que la declaración de esta publicación no


tiene un fundamento sólido.

En el versículo 6 el autor está combinando Deuteronomio 32:43 y Salmo


97:7, según como están traducidos en la Septuaginta. La Septuaginta o
versión de los 70 (LXX), es la traducción al griego del Antiguo Testamento,
el cual fue escrito en hebreo. Es una versión muy importante ya que es
muy antigua y fue traducida por 72 expertos griegos a la lengua muerta
koiné. Esta fue traducida por el año 250 a.C. y existía para la época de los
apóstoles. Sin duda, el autor, bajo la dirección del Espíritu Santo, consultó
esta versión y escribió los versículos citados. ¡Y lean lo que dice el mismo
Padre!: “Y que todos los ángeles de Dios le adoren”. Indudablemente, este
texto deja muy en claro quién es Cristo. Un principio sencillo que se
expresa en toda la Biblia es que sólo a Dios debe adorarse (Apoc. 22:8, 9),
por tanto Cristo debe ser Dios al igual que el Padre.

Negarse ante tal declaración es literalmente cerrar los ojos a la Biblia. No


hay excusa alguna para los que se empeñan en rebajar a Jesús a una
simple criatura. Las criaturas no deben ser adoradas (Rom. 1:25). La
adoración a un ser que no sea Dios es infringir de lleno la santa Ley de
Dios, en específico el primer mandamiento (Ex. 20:3; cf. Mat. 4:10; Deu.
6:13). En este punto no puedo hacer ninguna concesión con respecto a la
enseñanza de la Watchtower. Ellos deliberadamente han cambiado la
traducción de este específico texto que hicieron en 1967 porque se dieron
cuenta del peso doctrinal que tenían estas palabras. Ahora en la
traducción de 1987 han traducido: “Y que todos los ángeles de Dios le
rindan homenaje”. Pregunto, ¿por qué han hecho esto? La respuesta es
sencilla. Quisieron suavizar lo que dice el texto original. Busqué en el
diccionario y hay una diferencia semántica sustancial entre homenaje y
adoración. Aunque están relacionados, en nuestra lengua, rendir
homenaje tiene una implicación mucho más suave que la de adorar. El
Diccionario de la Lengua Española define homenaje como: “m. Juramento
de fidelidad – Sumisión o respeto – Veneración – Acto en honor de
alguien”2. Mientras que define la palabra adorar como: “v. Amar
apasionadamente – Rendir culto a Dios y a cosa o a persona santa –
Idolatrar”3. Sin embargo, la misma Watchtower enseña a sus miembros
que deben negarse a rendir homenaje a personas, o banderas, o a
instituciones, por considerarlos actos de adoración. Luego, para la
Watchtower, rendir homenaje y adorar significan exactamente lo contrario,
aunque digan lo contrario. Pero, ¿manda Dios a los ángeles a rendirle
homenaje de rodillas al Hijo pero sin que se le rinda adoración? Esto no
suena razonable.

2
Diccionario de la Lengua Española, Editorial Panapo de Venezuela, C.A., 2000
3
Ibíd.
- 22 -

La misma Emphatic Diaglott, publicada por la Watchtower en 1926 dice:


“And let worship him all messengers of God”4 que traducido es: “Y adórenle
todos los mensajeros de Dios”. La NM en inglés fue traducida del texto
griego revisado por Westcott y Hort, por lo que es oportuno recurrir a esta
fuente para ver cómo dice este versículo: “And let all the angels of God
worship him”.5 Vemos entonces que tres fuentes de la propia Watchtower
no concuerdan con la traducción de 1987, a saber, la traducción de 1967
de la NM, la Emphatic Diaglott de 1926 y el texto griego de Westcott y Hort
de 1881. ¿A quién creerle? Yo me quedo con las últimas tres fuentes.

¿Pero qué es lo que dice el griego? ¿Puede que esté mal traducir: “Y que
todos los ángeles de Dios le adoren”? No está mal. Está mal para quienes
no quieren reconocer que Cristo es Dios. La palabra usada en Hebreos 1:6
es la palabra griega proskíneo la cual denota formas externas de adoración
tales como “postrarse” o “besar” en forma de adoración. Por tanto, es
correcto traducir esta palabra como “adorar”. En los tiempos de Jesús y en
los del Antiguo Testamento cuando una persona adoraba a Dios, se ponía
de rodillas y con su rostro a tierra le rendía reverencia y adoración (Jos.
5:13-15).

Ahora, la Biblia es tajante cuando dice que sólo se puede adorar


(proskíneo) a Dios (Apoc. 22:8, 9). También aborrece por completo el
proskíneo a ídolos o a imágenes de cualquier tipo (Apoc. 9:20). Deja en
claro que el proskíneo a hombres está prohibido (Hec. 10:25, 26), como
también es enfática en que el proskíneo a cualquier ángel no es agradable
a Dios (Apoc. 19:10; 22:8, 9). Y condena con fuerza el proskíneo de todos
los que en el tiempo del fin adoren a la bestia y a su imagen (Apoc. 14:9-
11). Todos los textos que acabo de citar usan la palabra griega proskíneo la
cual correctamente debe traducirse como “adorar”. Lo interesante es que
en Hebreos 1:6 el Padre usa esa palabra para decir que a Jesús se debe
adorar. Ahora, si la Biblia dice claramente que sólo a Dios debe adorarse y
él mismo nos ordena adorar a una criatura, entonces Dios se estaría
contradiciendo. Y Dios no es un Dios de confusión sino de claridad.

Pero examinemos Mateo 4. Aquí estamos ubicados en el momento en que


Satanás está tentando por tercera vez a Cristo, después de dos intentos
infructuosos. El registro dice que Satanás continuó su tentación así:
9…y le dijo: “Todas estas cosas te daré si caes y me rindes un acto de
adoración”. 10 Entonces Jesús le dijo: “¡Vete, Satanás! Porque está

4
Véase en línea un facsímile digitalizado de la Emphatic Diaglott publicada por la Zion’s Watchtower
en 1926: http://www.heraldmag.org/olb/contents/bibles/Diaglott.pdf.
5
Véase una muestra digitalizada de esta traducción interlineal en la red, en Scripture 4all, Green
Scriptures (NT), Westcott-Hort text from 1881, combined with the NA26/27 variants.
http://www.scripture4all.org/OnlineInterlinear/NTpdf/heb1.pdf.
- 23 -

escrito ‘Es a Jehová tu Dios a quien tienes que adorar, y es solo a él a


quien tienes que rendir servicio sagrado’” (Mat. 4:9, 10, NM, 1987).

Creo que no se necesitan muchas explicaciones a este texto. Lo que me


llama la atención es que aquí la Watchtower sí traduce correctamente la
palabra “adorar” y no usa “rendir homenaje”. En cualquier caso, la palabra
griega usada aquí es proskíneo y se emplea dos veces. Mi pregunta es: Si
Jesús responde tan enérgicamente a esta tentación diciendo que sólo a
Dios debe adorarse, ¿como se le podría ocurrir a la Inspiración decir que
los ángeles deben adorar a Jesús? La adoración que no se dirija a Dios es
condenada en todo el Libro Sagrado. Vemos que Jesús en muchas
ocasiones fue adorado y él no reprendió a quienes lo hicieron. Si eso
hubiera estado mal, la Escritura lo hubiera registrado. Veamos algunas
citas sacadas de la versión Reina-Valera de 1960:
11 Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y

postrándose, lo adoraron [proskíneo]; y abriendo sus tesoros, le


ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra (Mat. 2:11).

32 Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento. 33 Entonces


los que estaban en la barca vinieron y le adoraron [proskíneo], diciendo:
Verdaderamente eres Hijo de Dios (Mat. 14:32, 33, cursivas y
negrillas mías).

8 Entonces ellas, saliendo del sepulcro con temor y gran gozo, fueron

corriendo a dar las nuevas a sus discípulos. Y mientras iban a dar las
nuevas a los discípulos, 9 he aquí, Jesús les salió al encuentro,
diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron
[proskíneo] (Mat. 28:8, 9).

51 Y aconteció que bendiciéndolos, se separó de ellos, y fue llevado

arriba al cielo. 52 Ellos, después de haberle adorado [proskíneo],


volvieron a Jerusalén con gran gozo; 53 y estaban siempre en el templo,
alabando y bendiciendo a Dios (Lu. 24:51-53).

35Oyó Jesús que le habían expulsado; y hallándole le dijo: ¿Crees tú en


el Hijo de Dios? 36 Respondió él y dijo: ¿Quién es, Señor, para que crea
en él? 37 Le dijo Jesús: Pues le has visto, y el que habla contigo, él es. 38
Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró [proskíneo] (Jn. 9:35-38, cursivas y
negrillas mías).

6 Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice:

Adórenle [proskíneo] todos los ángeles de Dios (Heb. 1:6).

Podemos observar que en dos ocasiones en las cuales Jesús fue adorado
se reconoció que él era Hijo de Dios. Esto es otra evidencia de que el título
Hijo de Dios se lo ganó Jesús por haberse despojado de ser Dios y haber
sido engendrado como humano por la mano del Padre que era quien podía
hacer este trabajo por medio del Espíritu Santo y que no es un mero
calificativo de una criatura del Creador. Es un título exclusivo que ni
siquiera los ángeles pueden atribuirse. Por tanto, reconocer que Cristo es
- 24 -

el Hijo de Dios es reconocer que él era divino antes de encarnarse y que


sigue siendo divino después de encarnarse. Es decir, reconocer que él es
Dios.

Verso 7.- El versículo 7 de Hebreos 1 dice: “También, respecto a los ángeles


dice: “Y hace a sus ángeles espíritus, y a sus siervos públicos una llama de
fuego” (NM, 1987). Aquí el Padre está diciendo que los ángeles son
mensajeros o ministros de él. Es decir, son agentes especiales del cielo
para llevar a cabo los designios de Jehová. Nuevamente se hace una
distinción notable entre Jesús y los ángeles.

Versos 8 y 9.- Son extraordinarios estos dos versículos. Lo que dicen es tan
importante para demostrar la divinidad de Cristo que no puedo dejar de
emocionarme al escribir estas líneas. Transcribo de la Reina-Valera de
1960:
8 Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; Cetro de
equidad es el cetro de tu reino. 9 Has amado la justicia, y aborrecido la
maldad, Por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, Con óleo de alegría más
que a tus compañeros.

¡Esto lo dice el Padre del Hijo! ¡Bendito sea por los siglos nuestro Dios!
Estos dos versículos son una de las mayores evidencias en toda la Biblia
de la divinidad del Señor Jesucristo. La magnitud de estas palabras
embeleza y cautiva por sus implicaciones. Estas son palabras del mismo
Padre refiriéndose a su Hijo. ¿Qué hay contra esto? ¿Se puede refutar tal
evidencia? Solo cambiando la Biblia se puede. Y eso es lo que hizo la
Watchtower. Ellos cambian la Escritura y traducen así en la NM (1987):
8Pero respecto al Hijo: “Dios es tu trono para siempre jamás, y [el] cetro
de tu reino es el cetro de rectitud. 9 Amaste la justicia, y odiaste el
desafuero. Por eso Dios, tu Dios, te ungió con [el] aceite de alborozo más
que a tus socios” (Cursivas mías).

No hay nada más vil que tergiversar la Santa Palabra del Dios Altísimo
para adaptarla a una doctrina de hombres. El texto griego original no dice
lo que quiere hacer creer la Watchtower que dice y engañan a sus fieles
miembros con esa traducción. Examinemos el idioma original:

πρὸς δὲ τὸν υἱόν, ὁ θρόνος σου,


pero respecto al Hijo: el trono de ti,

ὁ θεός, εἰς τὸν αἰῶνα τοῦ αἰῶνος*


- Dios, por los siglos [de] los siglos

*
Tomado de los Textos Receptus de Stephen (1550).
- 25 -

No hay escapatoria. Para que la traducción en español pueda decir: “Dios


es tu trono…”, el texto griego debería tener una estructura como la
siguiente: Ho Theos sou thronos estin o Ho Theos thronos sou estin, pero en
cambio dice: Ho thronos sou ho Theos, que bien traducido es “Tu trono,
Dios,…” o “Tu trono, oh Dios,…”. Aquí tenemos una de las más excelsas
declaraciones hechas en la Biblia hacia el Hijo. Aquí el Padre llama a su
Hijo Theos y con el artículo ὁ (ho). Por tanto, le está dando el énfasis que la
Sociedad dice que no tiene el Theos que se refiere a la Palabra en Juan
1:1.*

¿Pero saben lo más asombroso? ¡Los versículos 8 y 9 de Hebreos 1 son


una cita directa de un salmo que habla explícitamente de Dios! Lo cito:
6 Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; Cetro de equidad es el
cetro de tu reino. 7 Has amado la justicia y aborrecido la maldad; Por
tanto, te ungió Dios, el Dios tuyo, Con óleo de alegría más que a tus
compañeros (Sal. 45:6, 7, Reina-Valera, 1960).

El salmo 45 es un salmo mesiánico donde aparecen Cristo y el Padre y los


dos son llamados Dios. En principio el salmo es dirigido a un rey pero
tiene una implicación profética. El autor de Hebreos estaba mucho más
consciente de eso que nosotros porque seguramente, Cristo mismo enseñó
en qué partes de las Escrituras y de los salmos se hablaba de él (Cf. Lu.
24:44). Pero lo determinante es que en este salmo se habla del Mesías
como Dios y luego, unos 520 años después, se registra en Hebreos 1:6 que
el Padre dice del Hijo esas palabras. ¿Ven lo que digo? ¡Cristo era Dios
antes de hacerse hombre y lo sigue siendo hasta hoy! Y por eso merece
toda la alabanza, la honra y la adoración que merece el Creador del
universo. Pero leamos cómo traduce la NM el salmo:
6 Dios es tu trono hasta tiempo indefinido, aún para siempre; el cetro de
tu gobernación real es un cetro de rectitud. 7 Has amado la justicia y
odias la iniquidad. Por eso Dios, tu Dios, te ha ungido con el aceite de
alborozo más que a tus socios (Sal. 45:6, 7, NM, 1987).

Supongo que traducirán así el salmo para ser consistentes con el texto de
Hebreos 1:8. Pero lo que dice en hebreo el salmo es lo siguiente
(Recuérdese que el hebreo se lee de derecha a izquierda):
;‫וָעֶד‬ ‫עֹולָם‬ ,‫אֱלֹהִים‬ ‫ִּכ ְס ֲא ָך‬
y siempre por siempre oh Dios Tu trono
‫ַמלְכּו ֶת ָך‬ ‫ֵׁשבֶט‬ ,‫מִיׁשֹר‬ ‫ֵׁשבֶט‬
de tu reino el cetro [es] rectitud el cetro**

*
Ver Razonamiento a partir de las Escrituras, Watchtower Bible and Tract Society, Brooklyn, 1989, p.
209.
**
Para más detalles del texto interlineal consultar www.blueletterbible.com
- 26 -

El texto interlineal nos está confirmando que la traducción Reina-Valera


no se aleja del sentido original en hebreo. Sin duda, es incorrecto traducir:
“Dios es tu trono hasta tiempo indefinido”. Pero también tenemos la
información de la Septuaginta (LXX) para ver cómo se vertió el salmo 45:6
del hebreo al griego. Veamos:

ὁ θρόνος σου ὁ θεός εἰς τὸν αἰῶνα τοῦ αἰῶνος


el trono de ti, oh Dios, por los siglos [de] los siglos*

La Septuaginta coincide de manera perfecta con el texto griego de Hebreos


1:8. Esto nos confirma nuevamente que la traducción correcta al español
es “Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo”. No hay manera de hacer
armonizar con la Biblia lo que traduce la Watchtower. Esto es un acto
deliberado de querer ocultar la divinidad de Jesús. Hacen un cambio
lingüístico abrupto e ilegal que no tiene fundamento alguno. La Emphatic
Diaglott (1926) publicada por la Watchtower bajo la presidencia de
Rutherford (el segundo presidente de la organización) vierte como sigue:
“...concerning but the son: The throne of thee the god for the age of the
ages; a sceptre of rectitude the sceptre of the kingdom of thee”6 que
traducido dice: “...pero acerca del hijo: el trono de ti el dios por la edad de
las edades”. Nuevamente, vemos una grave contradicción entre la actual
versión NM (1987) y la Emphatic Diaglott (1926). Las dos son publicaciones
de la misma organización pero dicen cosas distintas. Lo que para Russel y
Rutherford era una buena traducción, para la actual Watchtower no lo es.
Y al examinar a Westcott y Hort** nos encontramos con lo siguiente: “But
unto the Son [he saith], Thy throne, O God, [is] for ever and ever: a sceptre
of righteousness [is] the sceptre of thy kingdom”.7 En español: “Pero acerca
del Hijo [el dice], Tu trono, Oh Dios, [es] por siempre y siempre: un cetro de
rectitud [es] el cetro de tu reino”.

Por tanto, queda más que demostrado por toda la evidencia textual que la
traducción “Dios es tu trono para siempre jamás” no tiene ningún sentido,
ni con el texto original griego ni con publicaciones más antiguas de la
Sociedad Watchtower, por lo cual concluimos que la traducción de este
texto fue cambiada en las versiones posteriores en español de 1967, 1985
y 1987 por conveniencia.

*
En la Septuaginta, el texto que corresponde con Sal. 45:6 es el Sal. 44:7. Esto se debe a la división en dos
partes que se hizo de un salmo.
6
Emphatic Diaglott publicada por la Zion’s Watchtower en 1926:
http://www.heraldmag.org/olb/contents/bibles/Diaglott.pdf.
**
Recuérdese que la NM en inglés fue traducida del texto griego de Westcott y Hort.
7
Scripture 4all, Green Scriptures (NT), Westcott-Hort text from 1881, combined with the NA26/27
variants. http://www.scripture4all.org/OnlineInterlinear/NTpdf/heb1.pdf.
- 27 -

Versos 10 al 12.- Pero no todo queda aquí. El Padre continúa hablando del
Hijo y esto es lo que dice:
10 Y: Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra, Y los cielos son
obra de tus manos. 11 Ellos perecerán, mas tú permaneces; Y todos ellos
se envejecerán como una vestidura, 12 Y como un vestido los envolverás,
y serán mudados; Pero tú eres el mismo, Y tus años no acabarán
(Reina-Valera, 1960).

No olvidemos que quien está hablando es el Padre, y que se está refiriendo


al Hijo. Esto derrumba cualquier argumento en contra de la divinidad de
Cristo. Aquí no se necesita recurrir a lenguas muertas y con las cuales
estamos poco familiarizados. No es necesario mucho análisis ni mucha
hermenéutica. Lo único que necesitamos es saber leer. El Padre está
diciendo que Cristo fundó la Tierra y los cielos con sus propias manos.
¡Esta diciendo que Cristo es el Creador del universo! Y nadie puede apelar
a que el Padre fue el único que fundó la tierra y usó a una criatura como
simple ayudante. ¿Saben por qué? ¡Porque los seres creados no crean y
porque estos tres versículos son una cita del salmo 102, el cual es una
oración de un afligido a Jehová! No es una oración al Mesías o al Hijo. No,
no dice eso. Dice:
1 Oh Jehová, de veras oye mi oración y llegue a ti mi propio clamor por
ayuda. 2 No ocultes de mí tu rostro el día en que me halle en grave
aprieto. Inclina a mí tu oído; en el día que llame, apresúrate,
respóndeme. […] 12 En cuanto a ti, oh Jehová, hasta tiempo indefinido
morarás, y la mención conmemorativa de ti será por generación tras
generación. […] 15 Y las naciones temerán el nombre de Jehová, y
todos los reyes de la tierra tu gloria. […] 24 Procedí a decir: “Oh Dios
mío, no me quites en la mitad de mis días; tus años son durante todas
las generaciones. 25 Hace mucho tú colocaste la tierra misma, y los
cielos son la obra de tus manos. 26 Ellos mismos perecerán, pero
tú mismo quedarás en pie; e igual que una prenda de vestir todos
ellos se gastarán. Igual que ropa los reemplazarás, y ellos terminarán su
turno. 27 Pero tu eres el mismo, y tus propios años no se
completarán” (Sal. 102:1, 2, 12, 15, 24-27, NM, 1987, cursivas y
negrillas mías).

Estoy completamente seguro de que nadie va a negar que de quien se


habla en este salmo es de Jehová, el Creador del universo. Cuando la
Watchtower lee este salmo ve allí al Padre, el Dios Todopoderoso. Pero
cuando el autor de Hebreos leía este salmo veía al Hijo, el Dios
Todopoderoso. ¿Ven lo grande de este texto? Esto nos revela muchas
cosas. Nos dice que en el Antiguo Testamento aparece Cristo como Jehová.
Por tanto, se demuestra que Cristo es Jehová Dios, mas no el Padre. Son
dos personas individuales pero una de ellas ha trabajado directamente con
la humanidad desde la caída en Edén. Cuando el hombre cae, el Hijo se
encarga directamente de los asuntos humanos. Fue él quien dirigió a Israel
por el desierto; fue él quien escribió con su dedo los Diez Mandamientos en
- 28 -

dos tablas de piedra (Ex. 31:18); fue él quien contendió con Jacob (Gen.
32:22-32); fue él quien se le apareció a Josué como el Príncipe del ejército
de Jehová (Jos. 5:13-15), y fue él quien derramó su juicio sobre Sodoma y
Gomorra (Gen. 19:24). Esto convierte a Jesús en el protagonista de toda la
Biblia.

Lo maravilloso está en que ese Creador se hizo hombre y tuvo que


aprender a leer como tú y yo; tuvo que aprender a caminar como cualquier
niño y tuvo que recordar quién había sido. ¿Y quién mejor para encargarse
de la tutela de este Santo Ser que el Padre? El Padre se revela de manera
especial en el Nuevo Testamento, cuando Cristo se encarna y se despoja de
su naturaleza divina. Por eso, es que vemos tantas veces cómo Jesús dice
que no puede hacer nada sino es por la voluntad del Padre (Jn. 4:34), y es
por eso que Cristo dice tantas veces que el Padre es mayor que él (Jn.
14:28). En todos esos casos hablaba como hombre. Pero esa superioridad
temporal del Padre sobre el Hijo terminaría cuando Cristo subiera al cielo y
fuera revestido con la gloria que tenía antes de encarnarse (Jn. 17:5; cf. 1
Tim. 3:14-16; Sal. 24). Cristo se hizo siervo y siervo hasta la muerte (Fil.
2:7, 8). Esto aclara todo texto donde Cristo se haga inferior al Padre. En el
Antiguo Testamento también aparece el Padre pero no es hasta la
encarnación de Cristo que él toma el principal lugar de la Deidad. Creer en
esto no nos hace politeístas, porque como ya hemos visto la unidad de la
Deidad es tal, que no puede haber disensión alguna en ella y por tanto la
Biblia revela a un sólo Dios (heb. Elohim).

Recuerdo que hace poco hablaba con mi hermana Carla de 17 años acerca
de estas verdades y le exponía el punto de vista de los que niegan la
divinidad de Jesús y le daba la argumentación que les expongo en este
momento. Le mostré los textos que hablaban expresamente de la divinidad
de Cristo y le mostré el texto de Filipenses donde dice: “[Cristo] siendo en
forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
sino que se despojó así mismo, tomó la forma de siervo y se hizo semejante
a los hombres. Mas aún, hallándose en la condición de hombre, se humilló
así mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Fil.
2:6-8, Reina-Valera, 1995), y luego cuando seguía conversando con ella le
dije: “Es verdad que en la Biblia muchas veces se dice que el Padre es
mayor que el Hijo pero…” y ella me interrumpió y exclamó: “¡Claro! ¡Si se
despojó!”. En ese momento la miré y sonreí. Pensé en lo fácil que entendió
mi hermana esta verdad del cielo y recordé que las verdades de la Biblia
son sencillas. Ya no necesitaba decirle mucho, ella tenía claro el punto. Mi
invitación es que quienes lean este trabajo y aún crean que Cristo no es
Dios, tengan la misma nobleza de corazón que mi hermana y vean al Justo
y oigan la voz de su boca (Hec. 22:14).

Versos 13 y 14.- Este increíble primer capítulo de Hebreos concluye


volviendo a poner a los ángeles muy por debajo de Cristo.
- 29 -

13 Pues, ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Siéntate a mi diestra,


Hasta que ponga a tus enemigos por estrado a tus pies? 14 ¿No son
todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que
serán herederos de la salvación? (Reina-Valera, 1960).

¿Quién puede sentarse en el trono de Dios sino solo Dios? Cristo se sienta
en el trono de Dios porque es Dios, no porque es un usurpador. Se sienta
a la diestra del Padre, y el Padre lo ve con infinita ternura. Lo ve con su
naturaleza humana y al verlo, ve a la raza por la cual derramó el cielo
para rescatar. Cristo se encadenó por las edades eternas al linaje humano
y con esta naturaleza se sienta a la diestra de la Majestad. Ningún ángel o
ser creado podría sentarse en el trono de Dios. Y eso es lo que nos dicen
estos últimos dos versos de Hebreos. Este texto nuevamente es una cita
directa de un salmo donde aparecen el Padre y el Hijo juntos. El salmista
llama al primero Jehová y al segundo lo llama ‘su Señor’. ¿Quién puede ser
Señor del salmista sino solo Dios?
1Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus
enemigos por estrado de tus pies (Sal. 110:1, Reina-Valera, 1960).

5. Profecías acerca de Jehová aplicadas a Jesús.-


Existen muchas profecías bíblicas que muestran sin lugar a dudas la
divinidad de Jesús. En el Antiguo Testamento, los profetas escribieron por
revelación muchas profecías que tuvieron su maravilloso cumplimiento en
Cristo Jesús. Haré lo posible para que la Escritura hable por sí sola y
ustedes juzguen de lo que sigue.*

Profecía:
1 En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono
alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. 2 Por encima de él había
serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con
dos cubrían sus pies, y con dos volaban. 3 Y el uno al otro daba voces,
diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está
llena de su gloria. […] 9 Y [Jehová] dijo: Anda, y di a este pueblo: Oíd
bien, y no entendáis; ved por cierto, mas no comprendáis. 10 Engruesa
el corazón de este pueblo, y agrava sus oídos, y ciega sus ojos, para que
no vea con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni su corazón entienda, ni se
convierta, y haya para él sanidad (Is. 6:1-3, 9, 10, inserción de
corchetes mía).

Cumplimiento:
36Estas cosas habló Jesús, y se fue y se ocultó de ellos. 37 Pero a pesar
de que había hecho tantas señales delante de ellos, no creían en él; 38
para que se cumpliese la palabra del profeta Isaías, que dijo: Señor,
¿quién ha creído a nuestro anuncio? ¿Y a quién se ha revelado el brazo
del Señor? 39 Por esto no podían creer, porque también dijo Isaías: 40

*
Las citas de esta sección fueron tomadas de la versión Reina-Valera 1960.
- 30 -

Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón; Para que no vean con los
ojos, y entiendan con el corazón, Y se conviertan, y yo los sane. 41 Isaías
dijo esto cuando vio su gloria, y habló acerca de él (Jn. 12:36-41,
cursivas y negrillas mías).

No seamos ciegos como los judíos. Hay un dramático cumplimiento


profético en estos textos. La profecía habla explícitamente acerca de
Jehová, es decir, Dios. Y vemos que el escritor del evangelio dice
claramente que esa profecía se cumplió sobre Jesús. Y no estamos
hablando de textos metafóricos o simbólicos. Juan dice claramente:
“Isaías dijo esto cuando vio su gloria, y habló acerca de él”. El sujeto que
antecede a esta declaración es Jesucristo. En otras palabras, Juan esta
diciendo que cuando Isaías vio la gloria de Dios, vio la gloria de Jesús
antes de encarnarse.

Profecía:
1 Consolaos, consolaos, pueblo mío, dice vuestro Dios. 2 Hablad al
corazón de Jerusalén; decidle a voces que su tiempo es ya cumplido,
que su pecado es perdonado; que doble ha recibido de la mano de
Jehová por todos sus pecados. 3 Voz que clama en el desierto: Preparad
camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios (Is.
40:1-3).

Cumplimiento:
1 En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de
Judea, 2 y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha
acercado. 3 Pues éste es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando
dijo:
Voz del que clama en el desierto:
Preparad el camino del Señor,
Enderezad sus sendas (Mat. 3:1-3).

Ahora, ¿quién es la voz que clama en el desierto y quién es el Señor de


quien se preparada el camino mencionados en Mateo? El evangelio de
Juan nos da la respuesta:
23 [Juan el Bautista] dijo: Yo soy la voz de uno que clama en el
desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías. 24
Y los que habían sido enviados eran los fariseos. 25 Y le preguntaron, y
le dijeron: ¿Por qué, pues, bautizas, si tu no eres el Cristo, ni Elías, ni el
profeta? 26 Juan les respondió diciendo: Yo bautizo con agua; mas en
medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis. 27 Este es el
que viene después de mí, el que es antes de mí, del cual yo no soy
digno de desatar la correa del calzado. […] 29 El siguiente día vio Juan a
Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el
pecado del mundo. 30 Este es aquel de quien yo dije: Después de mí
viene un varón, el cual es antes de mí; porque era primero que yo. […]
- 31 -

34Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios (Jn.


1:23-27, 29, 30, 34, inserción de corchetes, cursivas y negrillas mías).

Si no están emocionados, yo si lo estoy. Hemos podido identificar sin duda


alguna quiénes son las dos personas de la profecía del Antiguo
Testamento. La voz que clama en el desierto es Juan el Bautista quien
preparó el camino de Jesucristo. Pero la profecía dice claramente que a
quien se le prepararía el camino es a Jehová. Y vemos que el cumplimiento
recae directamente sobre Jesús. Algunos detractores de la divinidad de
Cristo defienden que Jehová Dios por medio del ministerio de Jesús
cumplió esta profecía. Pero eso no es lo que dice la Biblia. Buscarle un
doble sentido a este claro cumplimiento de la profecía es querer tergiversar
la Palabra de Dios. La Escritura es clara y diáfana. Es sencilla para que
cualquier persona de cualquier clase social pueda entenderla rápidamente.

Profecía:
12 Y les dije: Si os parece bien, dadme mi salario; y si no dejadlo. Y
pesaron por mi salario treinta piezas de plata. 13 Y me dijo Jehová:
Echalo al tesoro; ¡hermoso precio con que me han apreciado! Y tomé las
treinta piezas de plata, y las eché en la casa de Jehová al tesoro (Zac.
11:12, 13).

Cumplimiento:
14 Entonces uno de los doce, que se llamaba Judas Iscariote, fue a los
principales sacerdotes, 15 y les dijo: ¿Qué me queréis dar, y yo os lo
entregaré [a Jesús]? Y ellos le asignaron treinta piezas de plata (Mat.
26:14, 15, inserción de corchetes mía).

9 Así se cumplió lo dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo: Y


tomaron las treinta piezas de plata, precio del apreciado, según precio
puesto por los hijos de Israel; 10 y las dieron para el campo del alfarero
como me ordenó el Señor (Mat. 27:9, 10).

Nuestro Dios Jehová fue apreciado o valorado por treinta piezas de plata
según la profecía. Lo más asombroso es ver cómo el Creador del universo
llama hermoso a ese precio. Aquí vemos el carácter de nuestro Dios, quien
siendo dueño de todo, llama hermoso a una insignificante cantidad de
dinero con el que se le valoró. Pero como todos sabemos esta profecía se
cumplió sin lugar a dudas sobre Jesús, el nazareno. ¿Pero por qué Mateo
dice que quien dijo la profecía fue Jeremías si la cita está en Zacarías? La
cita hecha en Mateo 27:9, 10 parece corresponder a Zacarías con ciertas
modificaciones; el uso del nombre de Jeremías se debe quizás a que se
refirió al alfarero (Jer. 18:1-7), y también a la compra de un campo (Jer.
32:6-15). Pero sin duda, la profecía referente a Jehová se cumplió sobre el
Señor Jesús. Amén.
- 32 -

Texto del AT hablando de Jehová:


9Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo
conocerá? 10 Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el
corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus
obras (Jer. 17:9, 10, cursivas y negrillas mías).

Cumplimiento en el NT sobre Cristo:


23 Y a sus hijos heriré de muerte, y todas las iglesias sabrán que yo
[Jesús] soy el que escudriña la mente y el corazón; y os daré a cada uno
según vuestras obras (Apoc. 2:23, inserción de corchetes mía).

¡Cristo conoce el corazón del hombre! En Jeremías se hace una pregunta


que sólo tiene una respuesta. ¿Quién conocerá el corazón del hombre? ¡La
única respuesta es Jehová! Entonces si Jesús se atribuye esta cualidad y
el único que escudriña el corazón y paga conforme a las obras es Jehová,
entonces Jesús es Jehová. En Apocalipsis 2:18 se ve que quién habla es
Jesucristo el cual le da este mensaje a Juan en visión. Es increíble la
implicación de este texto. Sólo Dios puede conocer la mente del ser
humano y el Señor Jesús tiene esta cualidad divina. En este preciso
momento Jesucristo esta examinando tu corazón y conoce cada
pensamiento que está pasando por tu mente. Y no sólo conoce tus
pensamientos sino los de todos los hombres. Nada se le escapa. Hasta tu
última neurona él la escudriña. Ahora pregunto, ¿acaso este no es un
atributo exclusivo de Dios, aquel que escucha la oración del hombre?
Recuérdese también que esta visión de Juan ocurrió por el año 96 d.C.,
unos 65 años después de que Cristo subiera al cielo y fuera revestido con
la gloria de la que se despojó. Cuando subió al Padre él recobró todos los
atributos de la Deidad, incluyendo la omnisciencia.

Profecía:
23 Por mí mismo hice juramento, de mi boca salió palabra en justicia, y
no será revocada: Que a mí se doblará toda rodilla, y jurará toda
lengua. 24 Y se dirá de mí: Ciertamente en Jehová está la justicia y la
fuerza; a él vendrán, y todos los que contra él se enardecen serán
avergonzados (Is. 46:23, 24).

Cumplimiento:
10 Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. 11
Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda
rodilla, Y toda lengua confesará a Dios. 12 De manera que cada uno de
nosotros dará a Dios cuenta de sí (Rom. 14:10-12, cursivas y negrillas
mías).

9Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre


que es sobre todo nombre, 10 para que en el nombre de Jesús se doble
- 33 -

toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la


tierra; 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria
de Dios Padre (Fil. 2:9-11).

Está muy claro que el fiel juramento que hizo Jehová acerca de él mismo
en la profecía de Isaías tendrá su solemne cumplimiento sobre Cristo,
quien es Jehová hecho hombre cuando él vuelva por segunda vez a esta
tierra.

Estas profecías nos dejan una enseñanza. La mayoría de las veces, el


Jehová que aparece en las profecías, los salmos y en muchas otras partes
del Antiguo Testamento es Cristo Jesús antes de ser hombre. Hay lugares
donde aparece un Jehová dándole bendición al otro. Por ejemplo, en el
salmo 24 aparece el Hijo subiendo en gloria al cielo y los ángeles lo llaman
Jehová de los ejércitos, y Jehová le da su bendición (vers. 5). Este sin duda
es el Padre. La Biblia siempre ha enseñado que hay un sólo Dios y enseña
que el Padre es Dios y que el Hijo es Dios. Por tanto debemos creer los
hechos que muestran la Biblia. Un hecho es que hay un sólo Dios; un
hecho es que el Padre es Dios; y otro hecho es que el Hijo también es parte
de la Deidad. Por eso cada una de estas personas tiene la potestad de
decir: “Oye, Israel: El Señor nuestro Dios es el único Señor” (Deu. 6:4, Dios
Habla Hoy, 1994).

6.- El Espíritu Santo, ¿qué o quién es?


No podía concluir este trabajo sin hacer mención de quien me ayudó a
realizarlo. El Espíritu Santo. Quizá una de las cosas más importantes que
siempre caracterizó a la iglesia primitiva fue la manifestación del Espíritu
Santo repartiendo dones y haciendo que los cristianos hicieran grandes
señales para que la gente creyera en Dios y aceptaran a Cristo como Hijo
de Dios (1 Co. 12:4, 31; Hec. 10:45, 46; 1 Jn. 5:5).

La Watchtower sostiene que el Espíritu Santo es la fuerza activa de Dios y


que no es una persona y se le puede comparar con la electricidad.* Pero
según lo que dice la razón esto no puede ser posible porque al Espíritu
Santo se le enumera junto al Padre y al Hijo, por tanto, se infiere que este
también debe ser una persona. La evidencia más importante se encuentra
en la fórmula bautismal que estableció el Señor Jesús para quienes
quisieran bautizarse en su nombre. El dijo: “Por tanto, id, y haced
discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y
del Hijo, y del Espíritu Santo” (Mat. 28:19, Reina-Valera, 1960). ¿Tiene
sentido que Cristo ordenara a bautizar en el nombre de: “El Padre, una
persona; el Hijo, una persona; y el Espíritu Santo, una fuerza”? ¿Qué haría
una fuerza como la electricidad dentro de la fórmula bautismal? Cuando
Cristo dice: “…en el nombre” está dejando en claro que el Padre, el Hijo y
*
Ver ¿Debería creer usted en la Trinidad? ¿Es igual Jesucristo al Dios Todopoderoso?, Watchtower Bible
and Tract Society, 1989, p. 20
- 34 -

el Espíritu Santo tienen un nombre. ¿Ven? El Espíritu Santo tiene nombre,


y no nombre de fuerza sino nombre de persona.

No sólo en el bautismo se enumera al Espíritu Santo junto con el Padre y


el Hijo. Veamos algunos ejemplos:*
13La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del
Espíritu Santo sean con todos vosotros (2 Co. 13:13).

4Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. 5 Y


hay diversidad de misterios, pero el Señor es el mismo. 6 Y hay
diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos,
es el mismo (1 Co. 12:4-6).

4 [...] un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una


misma esperanza de vuestra vocación; 5 un Señor, una fe, un bautismo,
6 un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en

todos (Ef. 4:4-6).

¿Qué sentido tiene que en bendiciones y declaraciones tan importantes


aparezcan las personas del Padre y del Hijo junto con una fuerza? ¿No es
más razonable que sea otra persona de la Deidad así como lo son el Padre
y el Hijo?

Para la Watchtower lo que ocurre en la fórmula bautismal es lo siguiente:

Padre Hijo Espíritu


Santo

  

Persona Persona Fuerza

¿Tiene sentido esto? ¿Por qué el acto de consagración más importante para
el cristiano debería incluir al divino Padre, al divino Hijo y a una fuerza?
Ya ha quedado demostrado que el Hijo es un ser divino al igual que el
Padre. Ahora, si en la fórmula bautismal aparecen dos personas divinas,
¿por qué el Espíritu Santo debería ser una fuerza y no una persona
divina? Ya hemos visto que en la Biblia hay muchos lugares donde se
enumera al Espíritu con el Padre y el Hijo, y esto es clara evidencia de que
debe ser igualmente personal como ellos.

La Watchtower también arguye que cuando se personifica en la Escritura


al Espíritu Santo esto no prueba que sea una persona ya que en la Biblia
también se personifica a la sabiduría diciendo que tiene hijos (Lu. 7:35), y

*
Las citas de estos ejemplos fueron tomadas de la versión Reina-Valera 1960.
- 35 -

a la muerte y el pecado diciendo que son reyes (Rom. 5:14, 21). Pero
leamos con atención lo que dice la Biblia:
15 Si me amáis, guardad mis mandamientos. 16 Y yo rogaré al Padre, y
os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: 17
el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le
ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y
estará en vosotros. 18 No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros (Jn.
14:15-18, Reina-Valera, 1960).

Detengámonos un momento. La palabra usada aquí para “consolador” es


parákl'tos la cual también puede significar “ayudante”. Cuando Cristo dice
que enviará a otro Consolador está dejando en claro que él es un
Consolador. Cristo es el agua de vida del cristiano. En él los apóstoles
hallaban consuelo, ayuda, fortaleza, refrigerio y paz. Pero el tenía que irse.
Tenía que subir al Padre. Ese amante Maestro tenía que dejarlos. Puedo
imaginar las lágrimas de los discípulos al escuchar que su Señor los
dejaría. ¿Creen ustedes que una fuerza los podría ayudar o consolar así
como lo hacía su Maestro? La acción de consolar sólo la puede realizar
una persona, no una fuerza eléctrica. ¿Cómo puede una fuerza entender el
problema de un cristiano para ayudarlo? Jesús prometió que no los dejaría
huérfanos, es decir, que les daría un Padre Adoptivo, el Espíritu Santo.
Este estaría con ellos hasta el fin del mundo y dándoles la ayuda que sólo
una persona semejante a Cristo podía dar.
26Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi
nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os
he dicho (Jn. 14:26, Reina-Valera, 1960).

Será enviado, enseñara y recordará. Ese Consolador sería enviado del cielo
para enseñarle y recordarles a los cristianos las doctrinas del cielo. Aquí
vemos tres características claramente personales. El Hijo de Dios fue
enviado del cielo para morir en nuestro lugar en una cruz y es una
persona. Ahora, el Consolador también es enviado del cielo, ¿y no es una
persona? Claro que lo es. Ahora, esa persona enviada puede enseñarnos y
recordarnos cosas.
4 …Esto no os lo dije al principio, porque yo estaba con vosotros. 5 Pero

ahora voy al que me envió; y ninguno de vosotros me pregunta: ¿A


dónde vas? 6 Antes, porque os he dicho estas cosas, tristeza ha
llenado vuestro corazón. 7 Pero yo os digo la verdad: Os conviene que
yo me vaya; porque si no me fuese, el Consolador no vendría a
vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré (Jn. 16:4-7, Reina-Valera, 1960,
cursivas y negrillas mías).

Los discípulos estaban invadidos de tristeza. Sus corazones lloraban


porque el gran Maestro se iba. Pero él les estaba haciendo una fiel
promesa. Cuando él se fuera al Padre, a quien lo envió, Jesús le rogaría
- 36 -

para enviar otro Consolador a los hombres. Pregunto: ¿En qué parte de
todas estas citas bíblicas no queda claro que el Consolador tiene que ser
una persona?
8 Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de
juicio. 9 De pecado, por cuanto no creen en mí; 10 de justicia, por cuanto
voy al Padre, y no me veréis más; 11 y de juicio, por cuanto el príncipe
de este mundo ha sido ya juzgado. 12 Aún tengo muchas cosas que
deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. 13 Pero cuando venga el
Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará
por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará
saber las cosas que habrán de venir. 14 Él me glorificará; porque
tomará de lo mío, y os lo hará saber. 15 Todo lo que tiene el Padre es
mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber (vers. 8-15,
cursivas y negrillas mías).

Sinceramente no me imagino a una fuerza convenciendo al hombre de


pecado, de justicia y de juicio; ni hablando y escuchando; ni tampoco
glorificando al Hijo del Hombre (Cf. Jn. 15:26). Además, es de interés
resaltar que el Consolador es llamado Espíritu de verdad. ¡Qué
maravilloso! Esa persona enviada para trabajar al lado del hombre es
llamado verdad por la Palabra del Creador. Por tanto, no es cualquier
persona. Es una persona de verdad y por eso lo que tiene que decirnos es
verdad. ¿Y sabes que verdad tiene hoy el Espíritu para ti? Que Jesucristo
es Dios hecho hombre y por eso es llamado Hijo de Dios e Hijo del Hombre
y que el Espíritu Santo es una persona y no una simple fuerza. Créelo, lo
dice la Biblia.

El Espíritu Santo intercede por el hombre “con gemidos indecibles” (Rom.


8:26), y lo capacita con dones espirituales “como él quiere” (1 Co. 12:8-11).
El Santo Libro también declara: “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios,
con el cual fuisteis sellados para el día de la redención” (Ef. 4:30). Sólo las
personas se contristan. Las fuerzas no sienten ni se entristecen por nada
porque eso sólo le ocurre a los seres que tienen “espíritu” o “aliento de
vida”. Ahora, si ya sabemos que el Espíritu Santo tiene que ser una
persona porque es enumerado juntamente con el Padre y el Hijo en la
fórmula bautismal y en otros lugares, y porque hace cosas que sólo las
personas hacen, entonces la pregunta que surge es: ¿Qué persona es? ¿Es
un ángel, un serafín o es una persona divina como el Padre y el Hijo? Que
la Biblia responda:
1 Pero hubo uno, llamado Ananías, que junto con Safira, su esposa,
vendió un terreno. 2 Este hombre, de común acuerdo con su esposa, se
quedó con una parte del dinero y puso la otra parte a disposición de los
apóstoles. 3 Pedro le dijo: −Ananías, ¿por qué dejaste que Satanás te
dominara y te hiciera mentir al Espíritu Santo quedándote con parte
del dinero que te pagaron por el terreno? 4 ¿Acaso no era tuyo el
terreno? Y puesto que lo vendiste, ¿no era tuyo el dinero? ¿Por qué se te
- 37 -

ocurrió hacer esto? No has mentido a los hombres, sino a Dios (Hec.
5:1-4, Dios Habla Hoy, 1994, cursivas y negrillas mías).

Ananías le mintió a la persona del Espíritu Santo, es decir, a Dios. Eso es


lo que dice el pasaje. Ananías no estaba obligado a vender su terreno para
darles el dinero a los apóstoles. Quienes hacían eso lo hacían por su
propia voluntad (Hec. 4:32-37). El error estuvo en hacer creer que el dinero
que habían presentado era el dinero por el que se vendió el terreno. Por
tanto, estaban mintiéndoles a los apóstoles con quienes estaba el Espíritu
Santo. Vemos que al Espíritu se le puede mentir. Eso sólo puede ocurrir
con las personas. Pero lo más asombroso es que el registro dice que se le
mintió a Dios. El Espíritu Santo no es un ángel o algo parecido. Es Dios.
17Ahora bien, Jehová es el Espíritu; y donde está el espíritu de
Jehová, hay libertad (2 Co. 3:17, NM, 1987).

¡Jehová es el Espíritu! ¡Qué declaración más importante! Ya tenemos


identificado al Espíritu Santo como una persona, pero ahora la hemos
podido identificar como Jehová. De aquí podemos ver que el Santo Espíritu
tiene que ser una persona divina también.

Aunque este trabajo está enfocado en la Divinidad de Cristo no puede


pasarse por alto tema tan importante. No tenemos del Espíritu Santo la
información que tenemos del Padre o del Hijo. No se habla mucho de su
naturaleza, ni de si tiene trono, o de si estaba en el principio con el Padre y
el Verbo, pero algo que queda claro es lo siguiente:
10 A todo aquel que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le

será perdonado; pero al que blasfemare contra el Espíritu Santo, no le


será perdonado (Lu. 12:10, Reina-Valera, 1960).

¿Estás tú dispuesto a blasfemar contra el Espíritu Santo diciendo que es


una fuerza como la electricidad? Mi oración es que tu respuesta sea no.
Decir que Jesús es un ser creado puede ser perdonado pero blasfemar
acerca del Espíritu no puede ser perdonado. ¿Por qué? Eso no lo sé porque
la Biblia no lo revela pero lo que si sé es que el Espíritu Santo es una
persona, y más aún una persona divina porque es llamada Dios en la
Biblia.

La Watchtower afirma que el Espíritu Santo no es una persona porque la


Biblia dice que uno puede ‘llenarse de él’, podemos ser ‘bautizados’ en él y
podemos ser ‘ungidos’ por él y según la Sociedad Watchtower estas no son
‘expresiones apropiadas para una persona’.8 Pero esto no es un argumento
serio porque de Dios se dice que todo lo llena y esto no significa que el
Altísimo no sea una persona.

8
Razonamiento a partir de las Escrituras, Watchtower Bible and Tract Society, Brooklyn, 1989, p. 136.
- 38 -

24“¿O puede cualquier hombre estar ocultado en escondrijos y yo


mismo no verlo?”, es la expresión de Jehová. “¿No lleno realmente yo
mismo los cielos y la tierra?” (Jer. 23:24, NM, 1987, cursivas y negrillas
mías).

21 Y, por otra parte, tan ciertamente como que yo vivo, toda la tierra se
llenará de la gloria de Jehová (Nu. 14:21, NM, 1987, cursivas y
negrillas mías).

10Yo, Jehová, soy Dios tuyo, Aquel que te hizo subir de la tierra de
Egipto. Abre bien la boca, y yo la llenaré (Sal. 81:10, NM, 1987,
cursivas y negrillas mías).

27 Porque todos ustedes los que fueron bautizados en Cristo se han


vestido de Cristo (Gal. 3:27, NM, 1987, cursivas y negrillas mías).

Esta última cita nos demuestra que somos bautizados en Cristo y eso no
significa que él no sea una persona. También somos vestidos o cubiertos
de Cristo y eso no significa que él sea ropa. También se dice que Dios unge
y esto no significa que él sea aceite (Is. 61:1).

Ciertamente, no es hasta los tiempos del Nuevo Testamento que se tiene


un panorama más claro de la personalidad y funciones del Espíritu Santo.
También es cierto que la esencia de su naturaleza no se menciona en la
Escritura y que hay un gran silencio con respecto a este tema. Pero esto no
nos deja en completa oscuridad. Hay muchos textos que nos ayudan para
identificar al Santo Espíritu como una persona. Los primeros son donde se
enumera al Espíritu Santo con el Padre y el Hijo, sobretodo en la fórmula
bautismal. Los otros son aquellos donde se le dan al Espíritu cualidades
de persona.

Ahora, apreciado lector, mi invitación no es que creas en tres dioses. Mi


invitación es que veas los hechos que muestra la Biblia y que creas en esos
hechos. Lo que creemos del Espíritu Santo es trascendental para la vida
del cristiano porque él fue el Delegado o Vicario que dejó el Señor Jesús en
su lugar para que nos ayudara a continuar en esta gran lucha que
tenemos contra las tinieblas. Es igualmente importante tener en cuenta
que no podemos jugar o tomar a la ligera la doctrina del Espíritu Santo. Si
blasfemamos contra él o le mentimos corremos el peligro de nunca hallar
el favor de Dios para con nosotros ni siquiera teniendo a Jesús como
nuestro Abogado. Este es el día en que el Espíritu Santo está
impresionando tu corazón para convencerte de tu pecado y mostrarte que
lo que aquí está escrito no son inventos de hombres sino verdades
latentes.
- 39 -

CONCLUSIÓN.-
Sé que aceptar a Cristo como el Creador del universo es muy difícil de ver
para un testigo de Jehová. Pero no los culpo porque rechacen la divinidad
de Cristo. Más bien culpo a su organización, la Watchtower, porque ella es
quien ha mantenido a sus miembros bajo el yugo de la mentira. La
Traducción del Nuevo Mundo con sus versículos manipulados no le ha
permitido ver a los fieles testigos de Jehová al verdadero Cristo en su total
dimensión. No les ha permitido ver a Dios hecho carne y no les ha
permitido ver la belleza y hermosura del plan de redención. La doctrina
impartida por el “Esclavo fiel y discreto” no es bíblica. Si lo fuera, no
habría necesidad de cambiar versículos de la Biblia para acomodarlos a
una interpretación personal.

La intención no es descalificar a los testigos de Jehová. La intención es


mostrarles una verdad que su organización no les ha permitido ver. Dios
no juzga sino se tiene conocimiento. Por eso yo no culpo a los testigos de
Jehová, en cambio, los invito a cuestionar la Traducción del Nuevo Mundo
que Brooklyn les ha puesto como fidedigna y que cuestionen la doctrina
que siempre les han enseñado por medio de sus publicaciones. Sobretodo,
los invito a que se entreguen a la oración y que le pregunten a Dios si lo
que han leído hoy es verdad o es mentira y que pongan cada palabra dicha
aquí bajo examen.

No huyan a la verdad que han leído. Se que muchos al primer momento


dirán que es anatema decir que Cristo es Dios, pero eso es lo que dice la
Biblia. Así que si quieren serle fiel a su conciencia, a Dios y a su Palabra,
prueben lo que he dicho y estúdienlo con detenimiento. Busquen por lo
menos 5 traducciones distintas, comparen, lean, oren y pidan la dirección
del Espíritu Santo, que estoy seguro que hallaran a Cristo y podrán decir
de él lo que dijo Tomás: “¡Señor mío y Dios mío!”.

También les recomiendo que revisen la doctrina que tienen acerca del
Espíritu Santo, el cual en este momento está gimiendo para que escuches
su voz y veas que lo que has leído no es mentira.

Espero que las bendiciones del cielo lleguen a sus vidas y que ‘la gracia del
Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean
con todos ustedes. Amén’ (2 Co. 13:14).
- 40 -

APÉNDICE: LUCES DE LA SEPTUAGINTA SOBRE JUAN 1:1

Introducción
El evangelio de Juan inicia con una oración que ha sido objeto de polémicas, pues
ofrece una definición de la naturaleza de Cristo que no todos han querido aceptar.
Tres frases componen este versículo, y literalmente se puede traducir así:
ἐν ἀρχῇ ἦν ὁ λόγος,
En el principio era la Palabra
καὶ ὁ λόγος ἦν πρὸς τὸν θεόν,
y la Palabra estaba con -- Dios
καὶ θεὸς ἦν ὁ λόγος.
y Dios era la Palabra

La polémica gira precisamente en torno a la naturaleza divina del Hijo. ¿Era Cristo
en el principio igual a Dios? ¿O por el contrario era inferior? Si se presta atención al
original griego, se observa a simple vista que en la última frase no se incluye el
artículo determinado ὁ (léase ho), y por eso la Traducción del Nuevo Mundo (NM)
prefiere no identificar a la Palabra con Dios. Pero se observa además que en este
versículo tampoco aparece el artículo indeterminado “un”, pues no dice “y un Dios
era la Palabra”, sino “y Dios era la Palabra”. En consecuencia, la NM ha añadido la
palabra “un” sólo para decir que la Palabra era otro dios.
La Septuaginta (o versión de los LXX) fue la primera versión griega del Antiguo
Testamento. Fue encargada por el emperador Ptolomeo Filadelfo (285-246) a
mediados del siglo –III a unos 72 eruditos judíos expertos en la lengua y la
literatura griegas. El objetivo era enriquecer la Biblioteca de Alejandría, donde se
pretendía reunir todos los libros, sagrados como profanos, que se hubieran escrito
en el mundo conocido, y no podía faltar el libro sagrado del judaísmo.
Oficialmente la Sociedad Watchtower ha reconocido la importancia de la
Septuaginta durante la época de los apóstoles, al declarar:

Tanto los judíos de habla griega anteriores a Jesucristo y sus


apóstoles como sus contemporáneos emplearon mucho la
Septuaginta. Gran parte de los judíos y prosélitos que se congregaron
en Jerusalén en el Pentecostés del año 33 E.C. provenían de Egipto,
Libia, Roma, Creta y el distrito de Asia, regiones en las que se
hablaba griego. Seguramente leían esta versión (Hechos 2:9-11).
- 41 -

Podemos decir, pues, que sirvió para difundir las buenas nuevas en
el siglo primero.9

La Watchtower aporta además otros datos históricos que hablan de la importancia


que tuvo esta versión para los primeros cristianos. Por ejemplo, asegura que
Esteban citó textualmente esta versión; que Pablo también la cita en Gálatas 3:8; y
que la gran mayoría de las 890 citas que se hacen de las “Escrituras Hebreas” en las
“Escrituras Griegas Cristianas” provienen de la Septuaginta.
Pero, además de ser útil para aquella época, la Watchtower asegura que “El valor
de la Septuaginta todavía perdura, pues es útil para descubrir errores de los
copistas que se han introducido inadvertidamente en los manuscritos hebreos más
recientes”.10 De hecho, la Sociedad Watchtower recurre mucho a esta versión para
apoyar algunos cambios que ha hecho a las Escrituras, objetando sólo el hecho de
que los LXX suprimieron el Tetragrámaton (nombre de Dios) para sustituirlo por la
palabra Kirios (Señor). Del resto, cada vez que puede, la Watchtower apela a la
Septuaginta en busca de apoyo para su propia versión de las Escrituras, en lo que
tienen todo el derecho.
Siguiendo esta acertada estrategia, podemos aprovechar este invaluable recurso
para comparar no sólo la gramática del griego koiné, sino además, para entender
expresiones hebreas en una lengua más afín a la nuestra.
La Sociedad Watchtower afirma que en Juan 1:1 la ausencia del artículo definido ho
(el) antes de la palabra Theos (Dios) indica que no se trata del único Dios
verdadero, y que por lo tanto el Verbo no era Dios, sino un dios menor. La principal
objeción que podemos poner a tal pretensión es que la NM añade a propósito en
español el artículo indeterminado “un” en la frase “y la Palabra era un dios” donde
en el original dice literalmente “y la Palabra era Dios”. ¿Cómo debe ser traducida
esta frase correctamente de acuerdo con el griego koiné? Sin duda, en esto debería
ayudarnos mucho la Septuaginta, escrita en el mismo griego que se escribió el
evangelio de Juan.

Intentos por interpretar Juan 1:1


La Watchtower cita a Philip B. Harner, quien declara que en cláusulas como la de
Juan 1:1, “con un predicado sin artículo precediendo al verbo, son principalmente
cualitativas en significado. Indican que el logos tiene la naturaleza de theos”.11 Y

9 “La Septuaginta, útil en el pasado y en el presente,” publicado en La Atalaya del 15 de septiembre de


2002. Disponible en Watchtower, Página oficial de los Testigos de Jehová,
http://www.watchtower.org/languages/espanol/library/w/2002/9/15/article_01.htm
10 Idem.

11 Harner, Philip B., Journal of Biblical Literature, 1973, pág. 85. Citado en Razonamiento a partir de las

Escrituras, Watchtower Bible and Tract Society, Brooklyn, 1989, p. 409.


- 42 -

esto es precisamente lo único que puede entenderse de este versículo: que el Verbo
tiene la misma naturaleza de Dios, si recordamos que Dios dice que hay un solo
Dios, “y no hay ningún otro” (Is. 45:22) y que “no hay dioses junto conmigo” (Deut.
32:39), y por lo tanto el Verbo no podría ser un dios adicional. Por eso, está
perfectamente ajustado al original griego decir que “la Palabra era divina” tal
como lo sugiere la Watchtower,12 siempre que se recuerde que Jehová dice: “Yo soy
el Divino, y no hay otro Dios, ni nadie semejante a mí” (Is. 45:22, NM). En
consecuencia, si tanto el Padre como el Hijo son divinos, está claro que sólo puede
tratarse del mismo Dios.
Cuando Harner propone que “la cláusula pudiera traducirse: «El Verbo era de la
misma naturaleza que Dios»”13 está en lo correcto. Es por esto que no debe
entenderse que el Padre y el Hijo sean diferentes, pues si fueran diferentes,
entonces no tendrían la misma naturaleza. Quizás la cita de Harner sea uno de los
peores recursos a que ha recurrido la Watchtower para defender la inferioridad del
Hijo, pues Harner, en lugar de decir que el Verbo es inferior a Dios, en realidad
ratifica que el Verbo tiene la misma naturaleza de Dios, que es lo que Juan nos ha
estado diciendo desde el principio.
Pero, ¿es lingüísticamente correcto traducir “y el Verbo era un dios” debido a que
no aparece el artículo definido? Puesto que ya nadie habla griego koiné,
recurramos a la Septuaginta en busca de pistas que nos permitan dilucidar la
correcta traducción y el verdadero significado que debe dársele a Juan 1:1.

El Dios verdadero en los LXX, sin artículo


Para entender la estructura gramatical de Juan 1:1, comparemos cómo la
Septuaginta emplea oraciones análogas.

En Deut. 4:35 dice que Jehová Dios es Dios. En este versículo, los 70 no añaden el
artículo ὁ a la frase “es Dios”. El texto dice “el Dios tuyo es Dios”, y no “el Dios
tuyo es el Dios”. Observemos la construcción literal de este pasaje:

κύριος ὁ θεός σου οὗτος θεός ἐστιν


El Señor el Dios tuyo, éste Dios es

Artículo Sin artículo

12 Perspicacia para comprender las Escrituras, Watchtower and Tract Society of Pennsylvania, 1991, vol
2, pág. 79.
13 Harner, Philip B., Journal of Biblical Literature, 1973, pág. 87. Citado en Razonamiento a partir de las

Escrituras, Watchtower Bible and Tract Society, Brooklyn, 1989, p. 409


- 43 -

La Versión Reina-Valera (RV) traduce apropiadamente: “Jehová es Dios, y no hay


otro fuera de él”. Más clara aún es la Traducción del Nuevo Mundo cuando vierte
esta pasaje de la siguiente manera: “...Jehová es el Dios [verdadero]; no hay otro
además de él”, donde inserta dos cosas que no aparecen en la versión griega:
primero, el artículo el antes de “Dios”; y luego la palabra verdadero entre corchetes,
después de “Dios”. Con esto demuestra que, aunque en la traducción griega no
aparezca el artículo definido ὁ, el pasaje está claramente refiriéndose al único Dios
verdadero. Lo mismo se repite en Deut. 4:39, y lo mismo vuelve a hacer la NM.
Ahora bien, ¿por qué aquí la NM no traduce “Jehová Dios es un dios”, ya que no
tiene el artículo? Obviamente, porque el resto del versículo lo aclara: “no hay otro
fuera de él”. En otras palabras, daba lo mismo usar o no el artículo, pues al decir
“Jehová es Dios” se está excluyendo a cualquier otro dios dentro de este concepto.

En Deut. 7:9 se declara: “Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel”, que los 70 vierten:

κύριος ὁ θεός σου οὗτος θεός θεὸς πιστός


El Señor el Dios tuyo, éste Dios (es) Dios fiel

Se observa claramente que los 70 no incluyen el artículo ὁ en la frase “es Dios fiel”.
La NM traduce: “Y bien sabes tú que Jehová tu Dios es el Dios [verdadero], el Dios
fiel…”. ¿Por qué la NM no vierte este pasaje “Jehová es un Dios fiel”, ya que esa es
la forma en que ellos exigen para Juan 1:1? La estructura gramatical no quedaría
afectada. Sin embargo, no es que Jehová sea sólo “un Dios fiel” entre varios otros
dioses fieles. Hay sólo un Dios, y es la idea que expresa el pasaje, enfatizada en la
NM con las inserciones que hace.
¿Por qué el griego prescinde del artículo en expresiones como ésta? La experta en
griego del Nuevo Testamento Irene Foulkes explica: “Por regla general, el atributo
no lleva artículo. Así que el sustantivo que lleva el artículo es el sujeto”.14 Puesto
que aquí el atributo del Sujeto es “Dios fiel”, no tiene por qué llevar el artículo, que
en cambio lo lleva “El Señor Dios tuyo”.

Deut 10:17 dice “Jehová vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores” (RV);
“Jehová su Dios es el Dios de dioses y el Señor de señores” (NM). Los LXX
traducen:

ὁ θεὸς ὑμῶν οὗτος θεὸς τῶν θεῶν καὶ κύριος τῶν κυρίων
El Dios nuestro, éste (es) Dios de dioses y Señor de Señores

14Foulkes, Irene, El griego del Nuevo Testamento. Texto programado, tomo 1, Editorial Caribe, Bogotá
(Colombia), 1992, p. 129.
- 44 -

De nuevo, aunque en la traducción griega no dice “el Dios de los dioses”, eso no
significa que los LXX hicieran una traducción errónea. Sencillamente, el griego no
tiene por qué añadir el artículo al Predicado, porque el Sujeto lo lleva. Y el hecho
de que aquí “Dios de dioses” no lleve el artículo, no convierte a Jehová en un Dios
menor. Lejos estaba en la mente de aquellos 72 traductores decir que Jehová era
sólo “un Dios” más entre varios dioses verdaderos.

Josué 2:11: “Jehová vuestro Dios es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra”
(RV); “Jehová su Dios es Dios en los cielos arriba y en la tierra abajo” (NM). En la
Septuaginta dice:

κύριος ὁ θεὸς ὑμῶν θεὸς ἐν οὐρανῷ ἄνω καὶ ἐπὶ τῆς γῆς κάτω
El Señor el Dios vuestro (es) Dios en el cielo arriba y en la tierra abajo

La misma regla se aplica aquí: el Sujeto es “El Señor Dios” (con artículo) y el
Predicado es “es Dios en el cielo arriba y en la tierra abajo”, razón por la cual no
tiene por qué repetirse el artículo en este último.

Josué 22:34 dice “Jehová es Dios” (RV); “Jehová es el Dios [verdadero]” (NM). Los
LXX vierten:
κύριος ὁ θεὸς αὐτῶν ἐστιν
El Señor el Dios él es

En este caso sucede al contrario: el Sujeto de la oración no es “Jehová”, sino “Dios”,


y por lo tanto va acompañado del artículo. Si tradujéramos esta frase como “El
Dios verdadero es Jehová” (donde “El Dios verdadero” sea el Sujeto y “es Jehová”
el Predicado) quedaría en perfecta armonía con lo que los 70 quisieron expresar.

2 Sam. 7:26: “Jehová de los ejércitos es Dios sobre Israel” (RV); “Jehová de los
ejércitos es Dios sobre Israel” (NM). Como se ve, en ambas traducciones españolas
la construcción de la oración es igual. En la Septuaginta reza:
κύριε παντοκράτωρ θεὸς Ισραηλ
El Señor de los ejércitos (es) Dios (de) Israel

¿Sería inapropiado traducir este pasaje “Jehová de los ejércitos es el Dios de


Israel”? Obviamente no, si nos atenemos al hecho de que sólo había un Dios en
Israel. Así lo traduce la versión inglesa King James: The LORD of hosts is the God
over Israel.
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1 Re. 8:60: “Jehová es Dios, y no hay otro” (RV); “Jehová es el Dios [verdadero]. No
hay otro” (NM). En los LXX:
κύριος ὁ θεός αὐτὸς θεὸς καὶ οὐκ ἔστιν ἔτι
El Señor el Dios, él (es) Dios y no hay otro

Aunque no aparece el artículo en el Predicado, es más apropiado traducir aquí


“Jehová es Dios” en lugar de “Jehová es un dios”, pues en esta idea cabría la
oportunidad de existencia de otros dioses, que es lo que el versículo quiere refutar.
1 Crón. 17:24: “Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, es Dios para Israel” (RV);
“Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel, le es Dios a Israel” (NM). Septuaginta:

κύριε κύριε παντοκράτωρ θεὸς Ισραηλ


El Señor, el Señor de los ejércitos (es) Dios de Israel

Se observa aquí el mismo principio lingüístico: el artículo va acompañando al


Sujeto de la oración, en tanto el Predicado aparece sin él. Aún así, la NM no
traduce “Jehová de los ejércitos le es un dios a Israel”.

Sal. 118:27: “Jehová es Dios” (RV); “Jehová es el Divino” (NM). LXX:


θεὸς κύριος
Dios (es el) Señor

Este es construcción muy singular del griego. Aparece estructurado en forma


parecida a la última parte de Juan 1:1, es decir, el Predicado está antes del Sujeto.
Observemos que no aparece el artículo ni en el Sujeto ni en el Predicado. Aunque a
simple vista no podríamos decir cuál es el Sujeto y cuál el Predicado, sabemos que
sería incorrecto traducir “Dios es un Jehová” o “Jehová es un Dios”. La NM no dice
“Jehová es un Divino”, cosa que no estaría del todo fuera de lugar, ya que los
testigos de Jehová consideran que aparte de Dios Padre hay por lo menos otro
divino: el Hijo. Siguiendo el estilo de la NM en este versículo, ¿por qué no traducir
Juan 1:1 “el Verbo era el Divino”? Sencillamente, porque tendríamos que identificar
al Hijo del Nuevo Testamento con el Jehová del Antiguo Testamento. Sin embargo,
¿es ésta una manera seria y objetiva de traducir las Escrituras?

Daniel 2:28: “hay un Dios en el cielo” (RV); “existe un Dios en el cielo” (NM). LXX:

ἔστι θεὸς ἐν οὐρανῷ


Existe Dios en cielo
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Daniel sin duda se está refiriendo al único Dios verdadero, el “Dios de dioses, y
Señor de Señores, el que revela los misterios” (Dan 2:44). Sin embargo, la
Septuaginta no incluye el artículo ὁ, pero no por eso creyeron que se tratase de un
dios diferente del único Dios verdadero.

Oseas 11:9: “Dios soy, y no hombre, el Santo en medio de ti” (RV); “soy Dios y no
hombre, el Santo en medio de ti” (NM). LXX:

θεὸς ἐγώ εἰμι καὶ οὐκ ἄνθρωπος ἐν σοὶ ἅγιος


Dios yo soy y no hombre en ti Santo
En este versículo Dios expresa su condición divina. La Septuaginta no usa el
artículo definido antes de Dios. Con todo, ni la Reina-Valera ni la Nuevo Mundo
traducen “soy un Dios y no un hombre”, aunque esta forma de traducir no sería
incorrecta, ni por ello Dios se estaría identificando como un dios entre varios.
Ahora bien, si la Nuevo Mundo puede traducir “el Dios verdadero” allí donde los
LXX no incluyen el artículo determinado, ¿por qué sería incorrecto hacer lo mismo
en Juan 1:1, siendo que los apóstoles estaban familiarizados con el griego de la
Septuaginta?

“Dios” falso, con artículo


Como prueba adicional de la correcta traducción “El verbo era Dios”, la
Septuaginta demuestra que la fórmula ὁ θεὸς no es exclusiva para identificar al
único Dios verdadero, pues la emplea igualmente para referirse a los dioses falsos.
Veamos:

Jueces 11:24 “Lo que te hiciere poseer Quemos tu dios” (RV); “A cualquiera a quien
Kemós tu dios te hace desposeer” (NM). LXX:

Χαμως ὁ θεός σου


Kamos el Dios tuyo

Obsérvese el artículo determinado ho antes de Theos. ¿Convierte eso a Kemos en el


único Dios verdadero? ¡De ninguna manera!

Jue. 16:24: “Nuestro dios” (RV); “nuestro dios” (NM). LXX:

ὁ θεὸς ἡμῶν
El Dios nuestro
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Como puede notarse fácilmente, el hecho de que aquí Theos vaya acompañado del
artículo, eso no convierte a Dagón en el Dios verdadero.

2 Re. 18:34: “¿Dónde está el dios de Hamat y de Arfad?” (RV); “¿Dónde están los
dioses de Hamat y de Arpad?” (NM). LXX:

ποῦ ἐστιν ὁ θεὸς Αιμαθ καὶ Αρφαδ


¿Dónde está el dios de Hamat y Arpad?

De nuevo, refiriéndose a varios dioses paganos, la construcción gramatical del


griego koiné les coloca el artículo, sin que ello vaya a significar que tales dioses
falsos sean el Dios verdadero de Israel.

Conclusión
Por lo que puede apreciarse, la construcción griega de “Jehová es Dios” no necesita
un artículo antes de “Dios”, pues el artículo va con el sujeto de la oración
(“Jehová”), tal como se expresa en estos ejemplos. Del mismo modo, en la
construcción griega de Juan 1:1 (El Verbo era Dios), el Predicado no tiene por qué
llevar el artículo, ya que lo lleva el Sujeto. Y esta ausencia del artículo en el
Predicado no quiere decir que el Verbo sea un dios menor.
En los ejemplos anteriores, el hecho de que se diga “Jehová es Dios” sin artículo no
significa que pueda traducirse “Jehová es un dios”, pues ya se sabe que no hay
Dios fuera de Él. En consecuencia, cuando Juan habla del Verbo, no hace sino
identificarlo con el único Dios verdadero.
En vista de las evidencias lingüísticas que nos aporta la Versión de los LXX,
podemos estar confiados de que la traducción “y el Verbo era Dios” está ajustada
no sólo a las reglas gramaticales del griego koiné en que se escribió el evangelio de
Juan, sino además conforme al principio bíblico de que en el cielo hay un solo Dios,
y no hay otro, principio que se destruye con la traducción “y el Verbo era un dios”.

G. C.

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