Emociones Artificiales - Por Joey-1

Portada: Vero Bautista
KaiSoo Emociones Artificiales Joey
Autorx: Joey
Género: Drama
Capítulos: 48
OTP: KaiSoo
Prohibida su adaptación o publicación en otras páginas sin previo

consentimiento de Joey
Prologo
Non Alma, la empresa de la familia Oh, líder en tecnología y robótica, especialistas en

crear prótesis médicas que sustituyen partes humanas, ha decidido dar un paso más en la
industria y ha creado los humanoides perfectos. Robots de apariencia humana que son
usados como obreros.
Años después y tras mucho trabajo, la empresa de los Oh está lista para dar el paso que
les posiciona en la vanguardia de la tecnología una vez más y presentan su nuevo
producto, los robots ―Artificial Emotions‖ más conocidos como ―AE‖. Dichos robots
son fabricados para ser aparatos de compañía. Están programados para fingir emociones
humanas. Son capaces de reír, llorar, expresar cariño, miedo, celos, sorpresa… El AE
será tan diestro como su dueño o dueña le suministre información y será tan cariñoso
como sea educado.
Muchas de estas funciones son instaladas en el momento de la fabricación, el resto son

adquiridas y almacenadas, copiadas de las emociones que ellos reconozcan en los
humanos alrededor.
Los AE tienen una enorme capacidad de almacenamiento informativo, además son muy
resistentes al ambiente. Las características típicas de su fabricación los convierten en
modelos perfectos que se funden entre los humanos como si fueran uno más.
Las personas están maravilladas con el producto, pero tienen un precio casi inaccesible.
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A menos que en tu cuenta bancaria reposen varios millones de dólares. Sin embargo hay
quienes sí los poseen.
Muchos millonarios adquieren su producto para utilizarlos con fines sexuales. La

empresa Non Alma fabrica ediciones limitadas de ―Artificial Emotions‖ con roles
pasivos o activos, según las características que desee el comprador. Los AE son
diseñados para la complacencia absoluta. Muchos de sus compradores se vuelven
adictos a sus humanoides porque son considerados perfectos.
Do Kyung Soo
Do Kyung Soo no es un robot, definitivamente no lo es, a pesar de que durante varios

días ha estado fingiendo ser uno. Es lo menos que podía hacer para seguir conservando
la vida.
A pesar de haber vivido siempre ocultando sus más viscerales sensaciones, el ser tan
estático es difícil, porque la persona que se cree su dueño lo envuelve en emociones de
un modo apabullante. Kyung Soo sonríe levemente pero en realidad quiere gritar que
sus emociones no son artificiales. Quiere gritar que esa historia, su historia, no es otra
historia de robots…
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Capítulo 1
Fuente desconocida
Do Kyung Soo
Necesitaba esconderse y el lugar más cercano era esa fábrica ―Non Alma‖, la puerta de
la bodega trasera estaba abierta así que no lo dudó un segundo antes de adentrarse y
correr por cada pasillo. Correr era lo que su cuerpo le exigía si alguien lo perseguía con
un arma.
Se coló en el almacén de vestuario de los humanoides, era tarde por lo que la mayoría
de los trabajadores recién abandonaban sus puestos, aprovechó que no había nadie cerca
y se cambió de ropa a prisa, habían prendas justo a su medida. Necesitaba abandonar
esa camiseta roja que usaba la cual no ayudaba en nada a su camuflaje salvavidas.
Kyung Soo podía escuchar unos pasos acercándose.
¡Mierda!
El tipo que lo quería muerto cada vez estaba más sobre él… No podía morir así, a los 21
años, los estudios de su hermana dependían de él, y tampoco quería dejar a Chanyeol
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libre para que se fuera con ese riquillo, Baekhyun. Puta Chanyeol, mis veces puta, por
su culpa se había metido en ese lío. No. Definitivamente no podía morir así, sin al
menos haber pateado los testículos de su novio.
Se coló a otra habitación, disfrazado de ricachón con esa ropa de marca… la línea del
diseñador Byun, se percató al ver la etiqueta que sobresalía de su manga. ¡Joder! Morir
con la ropa de ese tipo que le llevaba ganas a su novio. ¡Qué día tan mierda! Era el día
más mierda de su vida, y eso que había tenido muchos días mierdosos.
Escuchó personas acercarse desde dos direcciones diferentes y ahora no tenía cómo
escapar hasta que vio la enorme vitrina llenas de humanoides, los robots AE o artifitial
emotions. Se coló en una de esas cajas de vidrio y adoptó la postura de un robot en
exposición.
Kim Jongin
Se había dicho que nunca usaría uno de aquellos aparatos, su amigo Kris había
adquirido un AE y lo utilizaba con fines sexuales, se obsesionó tanto con él que el
último año apenas lo había visto tres veces y en dos de ellas aquel humanoide lo
acompañaba. Un robot bastante bonito de nombre Tao que se suponía debía consentir
todos los gustos de Kris pero desde donde Jongin lo veía, era su amigo el que siempre
estaba muy al pendiente de lo que Tao necesitara.
La única vez que estuvieron solos, Kris no había dejado de hablar de lo fabuloso que era
su Tao, de lo complaciente y conveniente que era tener consigo una compañía que
nunca se quejara, que nunca envejeciera, que siempre estuviera dispuesto al sexo tal y
como él quería, cuando quería, donde quería… Jongin creyó que Kris estaba
volviéndose un poco loco. Pero ya no. No pensaba más eso. Los tipos que trabajaban en
el ambiente en que él lo hacía, a edades tan tempranas, no estaban muy bien de la
cabeza, (se incluía a él mismo en la idea) además no sabían ni en qué gastar todo su
dinero.
Pero él no buscaba un juguete sexual, ya tenía su novio, de carne y hueso. Lo que
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buscaba era una compañía, porque después de los dos robos en su enorme casa se sentía
bastante inseguro. Solo tenía 20 años y Taemin no quería vivir con él oficialmente. El
modelo priorizaba sus giras y su libertad por sobre su relación.
Había visitado la fábrica de humanoides ya tarde, cuando casi no quedaban trabajadores,

de ese modo evitaba las cámaras y los chismes. No quería que se convirtiera una noticia
el hecho de adquirir un AE. El hijo del dueño, Sehun, fue quién lo atendió. Se habían
conocido en un evento dos meses atrás y de inmediato habían congeniado.
Un humanoide acompañaba a Sehun por todo lado, el modelo más hermoso que Jongin
había visto hasta ahora. Mientras el alto le brindaba toda la información sobre precios y
características de cada robot, él no podía prestar atención ni dejar de observar al más
pequeño. No hubiera adivinado que no era un humano si Sehun no lo hubiera advertido
desde el inicio.
– ¿Te gusta?
– ¿Qué? –Preguntó Jongin, saliendo de su ensoñación.
– Mi humanoide, su nombre es Luhan. Fue mi primer diseño.
– Es bueno…
– No es perfecto, mi padre lo iba a desechar, de hecho lo hizo, tiene una cicatriz en el

labio por ello…
Jongin observó la cicatriz con cuidado, no se había percatado de ella antes a pesar de
haberlo visto con tanto interés.
– Lo busqué de vuelta y lo reparé un total de 20 veces… Debes saber, Kai, que una vez
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que te lleves uno de estos, posiblemente te encariñarás de una manera ridícula…

Especialmente los diseñados con fines sexuales.
– ¿Ah, sí? A decir verdad, tengo un amigo que obtuvo uno y… bueno, actualmente se
muestra un poco obsesionado.
Sehun sonrió.
– Los humanoides están diseñados para la complacencia, si quieres un buen sumiso, lo

tendrás. Si quieres un buen dominante, lo tendrás. Si te aseguras de elegir para ti uno
que realmente se adecue a tus gustos físicos, todo será idílico. Además los actuales
modelos son tan precisos imitando las emociones humanas que después de un tiempo
vas a empezar a considerar la posibilidad de que hayas comprado un humano. Eso si
puedes pagarlo, claro.
Jongin no quería ni un sumiso ni un dominante, Jongin quería algo más parecido a una
compañía pero no podía adquirir un perro porque no era una persona así de atenta. Lo
había intentado antes con un par de peces que se murieron de hambre. Aún así, solicitó
observar a los sumisos solo porque… no sabía por qué… -o más bien quería ignorar el
por qué- sin embargo lo hizo.
Capítulo 2
Fuente Steff- Cuy
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Justo esa mañana Kyung Soo había despertado sobre el pecho de su novio. Levantó la
mirada para encontrarse a Chanyeol abriendo los ojos perezosamente y observándolo de
vuelta.
— ¿Irás a ayudar a tu padre en el negocio?
— No. —Contestó Chanyeol, con voz ronca— La panadería estará bien si un día no
estoy ahí… hoy voy a pasar todo el día contigo.
— Lo siento. —Dijo Kyung Soo sentándose en la cama- Esta tarde debo ir a trabajar…
— Pero este sábado es tu día libre en la fábrica ¿Estás trabajando horas extras? Te vas a
enfermar de nuevo…
— No iré a la fábrica. Es la señora Leen, quiere que le ayude a reparar su techo. Será
solo cubrir unas goteras y ganaré algún dinero extra…
— Esa casa es alta… ¿Qué haré si mi pequeño novio resbala y se lastima?
— Serás libre para irte con ese diseñador que compra de tu pan tan fielmente…
— ¿Soo, quieres dejar de lado lo de Baekhyun? Anoche te dije mil veces que no hay
nada entre él y yo ¿Qué crees que vería en mí? El dinero, la fabulosa educación en una
prestigiosa universidad, la popularidad, la belleza, el talento… elije una o varias de
todas esas cosas que yo NO tengo.
— Si aún así él se fijara en ti, me dejarías ¿Cierto?
— Claro que no. —Dijo abrazándolo por la espalda— Eres mi novio, te quiero, estamos
bien… ¿Lo estamos, cierto?
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— Lo estamos pero… tampoco tengo el dinero, educación, popularidad, belleza…
Chanyeol lo arrastró hasta la cama y lo tumbó echándose sobre él y obligándolo a

callarse con un beso.
— Kyung Soo… cuando acabe con mi carrera y pueda conseguir un mejor trabajo, te
sacaré de aquí…
— ¿Para meterme a dónde?
— Donde tú quieras. Renunciarás a esa fábrica y estudiarás a tiempo completo y

viviremos sin lujos pero luego tú también tendrás un título y encontrarás un buen
trabajo y es entonces que empezaremos a vivir como millonarios. Baekhyun tendrá
mucho que envidiarnos.
— Solo que cuando acabes tu carrera y consigas un buen sitio, estaré como de 30 años y
mientras yo acabe mi carrera y consiga un buen empleo, me acercaré a los 40 y mi
madre estará vieja y se me irá el dinero pagándole medicinas y seguiremos viviendo sin
lujos mientras ese Baekhyun se pensiona y vive su vida cómodamente desde una bañera
llena de burbujas y tomando vino caro…
Chanyeol se apartó de él.
— ¿Por qué haces eso? —Preguntó el más alto, molesto.
— ¿Hacer qué?
— Arruinarlo todo ¿No está bien soñar con un futuro mejor, lejos de este barrio?
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— Soy realista, por eso. —Dijo Kyung Soo tocando el brazo de su novio, quien se
apartó en el acto.
Así era Chanyeol, siempre soñando demasiado y luego desilusionándose. Con la única
cosa que Kyung Soo lo había escuchado ser realista era respecto a las razones por las
que no era factible que un famoso y adinerado diseñador como Byun Baekhyun se
interesara en él. Lo cual era sospechoso, tremendamente sospechoso, máxime cuando
dicho diseñador no había dejado de asistir cada viernes a la panadería desde aquel
lluvioso día en que su auto se descompuso frente al negocio de la familia de Chanyeol y
este le había ayudado con su problema mecánico.
No era de sorprenderse, después de todo Chanyeol estudiaba ingeniería mecánica en un

instituto y se le daba muy bien reparar toda clase de aparatos, pero entonces aquel chico
lindo no había dejado de visitar esa parte de la ciudad donde generalmente las personas
de su clase no entraban. Compraba en la panadería del señor Park y aprovechaba para
charlar un poco con su gigante, quien luego se lo contaba todo a él.
Kyung Soo no podía dejar de pensar en qué razones tendría ese niño rico para acercarse
tanto a Chanyeol ¿Necesitaba amigos? ¿Quería saber cómo era ser follado por un pobre
para apuntárselo como una aventura de vida con la que podía joder la hipócrita calma de
sus padres en un mundo de apariencias? Como sea, él no quería convertirse en el novio
traicionado solo por el capricho de un hijo de papá.
Se acomodó a horcajadas sobre su novio y empezó a besarlo melosamente, buscando

una reconciliación. No solía actuar de ese modo, pero el sexo de la noche anterior había
estado bueno así que se sentía de un no tan mal humor.
So Hyun, su hermana menor, abrió la puerta de golpe y les hizo mala cara cuando los
vio acaramelados.
— Alguien busca al idiota. — Dijo con mal humor.
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— ¡Toca antes de entrar, monstruo! ¡Te lo he dicho mil veces! —Le gritó Kyung Soo.
Chanyeol se repitió mentalmente la orden de no asesinar a su cuñada, esa chica de 14

años era desesperante… y no lo quería. Tal vez porque la primera vez que tuvieron sexo
en la casa fue muy escandaloso. Se preguntaba si le habrían causado alguna clase de
trauma.
Fue al sanitario mientras Kyung Soo atendía a la persona que lo buscaba a él. Meó, se
lavó la cara y justo antes de nada más, su novio entró cerrando la puerta del sanitario
tras él y lo empujó contra la pared. En situaciones normales hubiera creído que le exigía
sexo pero no ahora, no mientras el pequeño lo miraba con ojos de asesino.
— ¿Qué mierda has hecho, Park Chanyeol?
— No sé de que hablas…
— Ese tipo de afuera dejó un mensaje para ti. ―Si no llegas al bar a las 5 con todo ese
dinero, te voy a matar‖
Chanyeol empalideció.
— ¿De qué dinero está hablando? Ese tipo no parecía estar bromeando… ¿En qué
mierda estás?
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Capítulo 3
Personaje: Chen
Fuente desconocida
Entraron al bar donde se suponía los estaban esperando. No habían muchas personas a
esa hora, eran en punto las cinco. Chanyeol seguía a Kyung Soo quién ya había
escuchado la explicación del por qué había terminado siendo buscado por algún tipo. El
pequeño se movía con paso seguro, dispuesto a aclarar por él mismo aquel lío. Kyung
Soo era excelente resolviendo problemas por eso en su familia e incluso él mismo,
siempre acudían con el más bajito a llevarle todos sus nudos imposibles para que los
desatara.
Pero Kyung Soo se devolvió asustado y se lanzó a sus brazos.
— ¿Qué rayos te…?
— ¡Nos van matar, Yeol, mira quienes nos están esperando! —Dijo rápido, en una crisis
de angustia— Nos van a cortar las manos y nos van a destripar y van a vender nuestros
órganos en el mercado negro…
Chanyeol observó a las personas al fondo del bar. Chen, el chico lleno de tatuajes,
Xiumin, el bajito de apariencia tierna y Lay… EL Lay. Mierda. Estaban en un gran
problema.
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Era la banda del unicornio. Conocidos con un nombre tan tierno que cualquiera creería
que se dedicaban a ayudar a los viejitos a cruzar la calle, a bajar gatos atrapados en los
árboles y a guiar niños extraviados en los supermercados. Pero no. Eran unos
psicópatas, unos maleantes de lo peor con la apariencia más tierna que la de una
quinceañera. A excepción de Chen quien estaba lleno de tatuajes, los otros dos eran…
Si los ves en la calle casi podrías invitarlos a comer algodones de azúcar.
Claro que en esa comunidad nadie les invitaría a nada a aquellos chicos, es más, nadie
cruzaría la mirada con ellos ni aunque fuera por accidente. Una vez alguien se había
burlado de la relación homosexual que supuestamente existía entre el líder Lay y
Xiumin, y estos se habían encargado de que un perro lo mordiera justo en los
genitales… todo por un comentario…
Chanyeol no quería ni pensar lo que le esperaba. Tragó grueso.
Kyung Soo observó como ese gesto hacía que uno de los ojos de su novio se volviera
más pequeño que el otro durante unos segundos, adivinó que Chanyeol estaba asustado.
Tomó valor y siguió adelante por él.
— ¿Quién es Chanyeol? –Preguntó Lay al verlos llegar.
— Soy yo. —Respondió Kyung Soo.
Chanyeol lo miró con la boca abierta.
— Verás, Chanyeolie… —Empezó con un tono ligero y escalofriante— Ayer mi

pequeño Xiumin dejó olvidada una maleta en el autobús, bueno, en realidad fue más
como que tuvo que abandonarla porque lo estaban persiguiendo…
Kyung Soo observaba cómo Lay no dejaba de acariciar el cabello de Xiumin mientras
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hablaba. Este y Chen lo miraban fijamente como perros bravos esperando la señal de su
amo para atacar.
— La cuestión es que esa maleta es muy importante para mí y alguien me dijo que un
tal Chanyeol la había recogido y que podía encontrar a ese hombre en cierta dirección,
donde te dieron el recado esta mañana ¿Esa es tu casa? Bien, tal vez algún día pase por
ahí y nos tomamos un café, debería agradecerte por haber cuidado de mi maleta… la
que no veo que me estés devolviendo aún…
— Es cierto que encontré una maleta en el autobús, la revisé para ver si dentro había
alguna dirección y solo había algo de dinero…
Chen bufó.
— ¿Algo de dinero? —Preguntó Chen— ¿Había "algo de dinero"? ¿Solo algo?...

¿Quieres morir hoy, Chanyeol?
—... Entonces —Continuó Kyung Soo en su papel de Chanyeol— la llevé a la estación

de policía.
Lay miró a Xiumin y este asintió, se comunicaron sin decir una sola palabra. El pequeño
salió del local y Chen se levantó de su asiento y llevó una mano dentro de su
chaqueta… parecía a punto de sacar un arma.
— ¡No estoy mintiendo! Es verdad que entregué esa maleta a la policía… tenía dinero,
no habían nombres ¿Qué se supone que hiciera? ¡Tu novio no debía perderla en primer
lugar!
— ¿Tu gorda y sucia boca está hablando de Xiumin? Porque si antes estaba enojado
ahora me encuentro muy, muy enojado…
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Chanyeol —el verdadero Chanyeol— sujetó la mano de su novio.
— ¿Crees que ese gigante que has traído va a protegerte? —Preguntó Lay— Solo si
fuera como uno de los robots de la fábrica que hay cinco cuadras hacia arriba porque de
lo contrario las balas de Chen se van a instalar primero en su cabeza y luego en la
tuya… ¡No! Chen, a Chanyeol métele las balas en los ojos… creo que no te será difícil
calcularlos…
Chen sonrió y Chanyeol estuvo a punto de orinarse porque él podía luchar contra
aquellos tipos, los tres al mismo tiempo si era necesario, no sería su primera pelea —
aunque en realidad las odiaba— pero no podía hacer nada contra una bala, era testarudo
pero su cabeza no alcanzaba ese nivel de dureza…
Kyung Soo sintió a Chanyeol empezar a temblar. Sabía que a pesar del tamaño que tenía
aquel gigante, también cargaba con un espíritu de amor y paz más grande que el de
cualquier hippie de los años sesenta. Su novio odiaba la violencia, en todo sentido, sus
discusiones terminaban con Chanyeol dándole la espalda diciéndole ―Tú siempre haces
lo mismo‖, su sexo duro, realmente duro, era Kyung Soo montándolo a una velocidad
rápida, mordidas y palabras sucias, y listo. Si había algo más fuerte que eso, Chanyeol
se rompía. ¡Su hermana de 14 años era más violenta que él! (por eso siempre lo
fastidiaba).
Xiumin al fin volvió con ellos.
—Mi contacto en el departamento de policía ha confirmado la historia —Dijo mientras

guardaba el celular en la bolsa de su pantalón— que un chico llamado Chanyeol entregó
la maleta llena de dinero…
—Parece que estamos frente a un chico honesto aquí —Señaló Lay— Pidan un deseo.
Esto se ve tan seguido como las estrellas fugaces.
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—¡Claro que soy honesto! Ya saben dónde está su dinero, ahora pueden recuperarlo así
que nos vamos.
—No tan rápido, Chanyeol. —Le detuvo Xiumin.
Chanyeol empezaba a sentirse confundido con tantas personas pronunciando su nombre

sin dirigirse a él realmente. O sí, o no.
—No podemos nada más pedirle ese dinero a la policía, nos harían muchas preguntas
que no podemos solo responder…
—Lo siento pero ese no es mi problema, de haber sabido que la maleta era suya, la
hubiera devuelto específicamente a ustedes pero lo ignoraba así que…
—El dinero no estaba completo. Devuélvenos la parte que tomaste. Ese sí es tú

problema.
—No-robé-nada. —Dijo pausadamente, ya harto de la situación.
Chanyeol tironeó de él un poco hasta captar su atención y empezó a susurrarle.
—Yo tal vez tomé algo de ese dinero.
— ¡¿Qué?! ¡¿Estás loco?!
—Era mucho… creí que ni lo notarían… lo tomé como una pequeña recompensa por
haber devuelto el resto.
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— ¿Crees que es el mejor momento para mencionarlo?
—Lamento si estamos estorbando —Dijo Lay— parece que tienen mucho de qué
hablar… ¿Deberíamos dejarlos a solos?
Claro, como si fuera así de fácil. —Pensó Kyung Soo.
—Voy a pagar lo que tomé… lo que era un total de…
—Trescientos dólares. —Terminó Xiumin.
— ¿Tres…? —Kyung Soo miró a su novio.
—Fue para comprarte un regalo de aniversario. Feliz primer año, mi amor. —Le susurró
Chanyeol.
— ¿Tienes trescientos dólares en tu billetera? —Interrogó Lay.
Kyung Soo se dispuso a revisar su billetera ¡Claro que no andaba esa cantidad de dinero
en su bolsa! ¡Ni siquiera tenía esa cantidad de dinero en el banco! Bueno, en honor a la
verdad, ni siquiera tenía cuenta bancaria, sus ahorros que no llegaban a tanto,
descansaban en el cajón de su ropa interior. Una pequeña tarjeta en la que mes a mes
depositaban su ridículo salario que no le rendía más de una semana, no contaba.
En lugar de la billetera, sacó su cuchilla y con un movimiento rápido hizo de Xiumin su

rehén, agradeció para sus adentros que fuera el más pequeño porque de otro modo…
Chen lo apuntó con su arma. Lay le dijo a Chen que la bajara, generalmente tenía sangre
fría pero cuando se trataba de Xiumin enloquecía un poco.
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Kyung Soo empezó a caminar de espaldas arrastrando a su rehén que mantenía una
actitud cool ante su posición (no iba a preocupar de más a su Lay). Chanyeol los seguía
muy de cerca.
Chen detestaba que Lay fuera tan protector con Xiumin, de otro modo él ya estaría
descargando su hermosa, nueva, semiautomática, ligera y deportiva HS 2000 entre los
ojos de ese tal Chanyeol. Quería ver si en verdad podía meter una bala en cada ojo tan
grande.
Una vez que estuvieron fuera del bar, Kyung Soo empujó a su rehén con todas sus
fuerzas obligándolo a golpearse contra Chen y que este soltara el arma que sostenía con
tan despreocupada actitud. No se quedó a ver como Lay corría a auxiliar a Xiumin ni
cómo Chen explotaba en insultos mientras recogía su arma, él y Chanyeol echaron a
correr calle arriba a la máxima velocidad que les permitían sus piernas.
— ¿Trescientos dólares? ¿Qué me compraste? ¿Un anillo de diamantes? ¡Idiota!
—Compré una chaqueta Byun ¡Es perfecta para ti!
Kyung Soo logró detenerse en un instante lo cual era una hazaña considerando la
velocidad que llevaban. Chanyeol lo consiguió como diez metros más adelante y se
volvió para ver a su novio mientras apoyaba las manos sobre sus rodillas intentando
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encontrar aire para el disfrute de sus necesitados pulmones. Kyung Soo tenía las manos
en su cintura, enojado, su pecho subía y bajaba buscando oxígeno. Un mechón de
cabello se había levantado en lo alto de su cabeza, rebelde. El novio tomó nota de ello
para burlarse después.
— ¿Le compraste mi regalo a tu amante?
— ¡No es mi amante! Baekhyun solo me llevó a su tienda y de hecho me ayudó a elegir

la prenda ideal para ti…
Una bala pasó atropellando el mechón rebelde de Kyung Soo y lo hizo desaparecer de
su cabeza. Después del susto ambos chicos echaron a correr en diferentes direcciones. A
Chen solo le importaba asesinar a Chanyeol, por eso fue directamente tras de Kyung
Soo, el chico alto le traía sin cuidado.
Capítulo 4
Se sintió a punto de desmayar cuando tres hombres se detuvieron frente a él y luego uno
de ellos lo señaló. Después de verlos salir planeaba buscar su propia huida pero escuchó
a Chen acercarse del otro lado. Sin pensarlo se metió a una de las cajas de entrega de
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esos robots, tenían la apariencia de un ataúd y Kyung Soo pensó que si las cosas salían
mal, bien podrían enterrarlo ahí mismo.
Aquí mismo, con la maldita chaqueta Byun sobre esta lujosa ropa Byun. Maldita sea.
Un hombre delgado con una cicatriz en el labio también entró a la habitación al mismo
tiempo que Chen pero por puertas diferentes.
— ¿Ya preparaste al humanoide? —Le preguntó a Chen cuando vio a Kyung Soo en la
caja.
Su amo Sehun le había ordenado que preparara al humanoide pero alguien más ya había
cubierto esa petición.
Abortar petición. — Registraron sus circuitos.
— Eeeeeh, sí, eso hice. Me lo llevo.
No, no, no, no. No me lleves.
— El modelo AE ha sido comprado. Hay que cargar y entregar —Respondió Luhan

antes de cerrar la caja con Kyung Soo dentro y llevarla en esa mesa con ruedas hasta el
auto del cliente llamado Kim Jongin.
Chen observaba cómo su víctima se salvaba el culo y él no podía hacer nada si no

quería ir a la cárcel.
Jongin llevaba cinco cuadras recorridas en su camioneta negra de lujo, la cual había
elegido porque de antemano sabía que una caja grande lo acompañaría de vuelta a su
hogar desde los asientos traseros cuando de repente Kyung Soo abrió esa especie de
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ataúd y se sentó dándole un susto de muerte que lo dejó sin el control del volante
durante un par de segundos no trágicos, por suerte.
— ¿Qué demonios? ¡Se supone que estás apagado! —Chilló.
— Me encendieron cuando me estaban guardando. —Respondió Kyung Soo intentando

salvar el pellejo como por quinta vez ese día.
— Eeeemmm bien, acomódate y quédate quieto. Soy tu dueño ahora, debes

obedecerme.
El más bajo salió de la caja y se dispuso a ver el camino en silencio, de ese modo sabría
cómo devolverse luego. Entonces vio a Chanyeol caminando pesadamente por la acera
y se pegó al vidrio hasta ser visto de vuelta.
Chanyeol no entendía por qué su novio iba en el asiento trasero de la camioneta más
brillante que había visto hasta ahora. Se veía enfadado, eso significaba que estaba bien.
No entendía cómo había logrado escapar de Chen pero sintió un profundo alivio.
Kyung Soo supo que cada vez estaba más lejos de su hogar cuando empezó a notar
mejores construcciones y calles más limpias. Estaban adentrándose en el lado alto de la
ciudad y no se trataba solamente de una cuestión geográfica sino socioeconómica. En
aquel lugar vivían importantes políticos, empresarios, gente de la farándula, personas
que solían salir en las portadas de las revistas, personas que él nunca iba a conocer…
Jongin manejó hasta traspasar aquellos altos muros e introducirse hasta estar frente a la
casa más grande que Kyung Soo había visto hasta ahora. Enorme, de dos pisos, con
paredes blancas y grandes ventanas que dejaban entrever un interior bien iluminado. Un
jardín perfectamente podado, tres autos en fila, contando la camioneta en la que venían
junto a un automóvil deportivo negro y otro rojo. A un costado de la casa se adivinaba
el final de una piscina que él pensó que seguramente era enorme.
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— Sígueme. —Le ordenó Jongin después de abrirle la puerta del auto.
Kyung Soo observó un dispositivo en la puerta principal, el hombre que lo había

comprado marcó una serie de números y la puerta se abrió con un ―Beep‖ casi
imperceptible. Él nunca había presenciado nada como eso, desde que vio su primera
puerta hasta el día de ayer todas ellas se abrían con una simple llave de acero o
aluminio.
Se introdujo por un iluminado vestíbulo que lucía un cuadro de Van Gogh. Kyung Soo
sabía de ese pintor, una vez había visto en la televisión que el tipo se había cortado una
mano o la nariz o algo así… Como sea, reconocía que era famoso y no se hubiera
extrañado si le dijeran que la pintura era autentica porque en aquella casa todo parecía
muy valioso. Lo supo desde que vio la puerta por fuera…
Finalmente llegaron a una estancia en la que habían sillones negros llenos con
almohadones blancos, lámparas y alfombras oscuras, todo decorado con gusto
monocromático y una enorme pantalla plana en una de las paredes. Kyung Soo presentía
que observar una película ahí era mucho mejor que los pegajosos asientos del cine que
visitaba con Chanyeol cada vez que querían darse un gusto. Unos parlantes colocados
estratégicamente alrededor de la habitación y conectados con un equipo reproductor
aseguraban un sonido envolvente.
Una de las paredes tenía enormes ventanas tras las que se lucía la vista de la piscina que
Kyung Soo había divisado al llegar. Su imaginación fue acertada, la piscina era enorme
y azul, y mas allá había una gran pendiente que le daba la impresión de quedar flotando
suspendida en el infinito. Después de que el dueño presionara el botón de un control
remoto, la ventana quedó cubierta con una pintura de montañas nevadas que combinaba
con la decoración de la estancia y le impedía la vista al exterior.
— Me llamo Jongin. ¿Tienes nombre?
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— Do Kyung Soo. —Se mordió la lengua exactamente en la última ―O‖ porque ¿Qué
clase de idiota era diciéndole su nombre real? Debió decirle que se llamaba algo así
como el hombre bicentenario, terminator, CJ7…
— Vaya, incluso tienes apellido y un nombre bonito… Va contigo.
Jongin se percató de algo.
— ¡Oh! El manual, Oh Sehun me dijo que vendría un manual en la caja, lo he olvidado.
— Soy un modelo mejorado. Te diré lo que desees saber yo mismo.
— ¿Ah, sí? Oh bien, supongo… entonces… ¿Cómo recargo tus baterías?
— Me dejas unas horas cada cierto tiempo en la oscuridad y mi pila se recarga sola.
— ¿Solo eso?
— Soy un modelo mejorado.
Kyung Soo había captado que aquel tonto aún no descubría que él era un simple mortal
y sabía que en cuanto todo quedara develado él saldría directo a prisión así que decidió
hacer algo de tiempo mientras planeaba cómo escapar.
— ¿Qué clase de cuidados debo tener contigo?
— No… debes… dejarme caer de grandes alturas, acercarme al fuego u olvidarme a la

intemperie porque el frío puede oxidar mis circuitos.
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Obviamente él no tenía idea de cómo hablaba o era un robot. Nunca había tenido uno, ni
siquiera de los baratos a baterías con los que los niños juegan. Esperaba que ese
millonario tampoco lo supiera y que ninguna de las otras personas que vivían en esa
gran casa fuera lo suficientemente perspicaces para notarlo.
Jongin volvió a pedirle que lo siguiera y subieron unas lindas escaleras blancas hasta el
segundo piso mientras el moreno continuaba hablando.
— Han entrado a robar en mi casa durante dos ocasiones, ahora he vuelto a cambiar las
alarmas, hay un par de patrullas monitoreando el residencial pero me he sentido un poco
tenso, así que pensé que un robot… es decir, un AE, como tú, me haría algo de
compañía. Significa que tu función es seguirme por toda la casa y nunca despegarte de
mí ¿Entiendes?
— Y a las otras personas.
— ¿Cuáles personas? —Preguntó Jongin volteando a verlo.
— Los demás habitantes.
— Vivo solo. —Respondió al momento en que abrió una puerta y se adentraron en el

dormitorio principal.
¿Solo? ¿En una casa tan grande? ¿Acaso eres huérfano?
Kyung Soo no había visto (¡Nunca! Ni en televisión) que en una habitación hubiera un
jacuzzi pero en esa lo había, uno redondo y lindo, y también había una cama mullida
como la de un príncipe y lámparas, alfombras, espejos y armarios… había más lujo en
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esa habitación que en toda su casa, es más, Kyung Soo pensaba que solo vendiendo ese
jacuzzi podía equiparar el precio de su casa.
Jongin registró su armario y sacó una piyama de algodón y una bata de seda gris. Luego
miró a su robot.
— No te he comprado nada de ropa así que por esta noche te daré de la mía… no sabía
qué talla iba a tener el AE que me gustara…
Buscó en su armario por un piyama blanco y se sentó en la orilla de su cama.
— Ven acá. —Llamó a Kyung Soo, y este se colocó de frente.
Jongin empezó a desnudarlo con dedos diestros mientras él resistía el impulso de salir
corriendo. Había escuchado que algunos millonarios compraban esos robots para
follárselos, pero él había dicho que solo quería compañía.
Pasar de manos de un asesino a un pervertido y posiblemente mañana caer con la policía

o en el peor de los casos, en un cementerio.
Jongin no pudo evitar sonrojarse cuando descubrió lo real y bien dotado que estaba su
nuevo robot. Era el miembro más grueso que había visto en su vida, sin ser exagerado,
era perfecto, empezó a creer que había valido cada dólar. Era más grande que su propio
pene y que el de su novio… era perfecto.
Extendió la mano para tocarlo pero se detuvo a medio camino y levantó su vista para
encontrarse con los ojos grandes del robot que lo miraban fijamente como si estuviera
asustado y de repente se sintió mal, como si fuera un viejo pervertido a punto de
aprovecharse de un inocente, y se sonrojó mucho más, hasta las orejas.
24
Kyung Soo lo notó, obviamente porque el color de las mejillas de Jongin era bastante
chillón ahora y en lo más profundo de su ser se sintió aliviado, porque no quería
terminar siendo abusado solo así como así, pero supuso que dada aquella inocente
reacción, no tendría nada que temer.
A Jongin casi le temblaban las manos cuando empezó a vestir a Kyung Soo con su
piyama pero finalmente acabó con su labor.
— Iré a darme un baño, tú dormirás conmigo… o bueno, estarás a mi lado mientras yo

duermo así que puedes acomodarte en la cama y esperarme.
En cuanto Jongin se encerró en el cuarto de baño con sus piyamas, Kyung Soo se asomó
por el balcón de la habitación a pensar cómo escaparse pero calculaba que eran al
menos las ocho de la noche, estaba lejos de casa y sospechaba que aún era inseguro para
él vagar por su vecindario, menos sin la luz del sol y sin dinero… Decidió que lo mejor
sería pasar ahí esa noche… durmiendo con un completo extraño y se metió debajo de
las sabanas a esperar por el hombre que había pagado por él.
Capítulo 5
25
Kyung Soo esperaba bajo las sabanas porque en aquella parte de la ciudad hacía frío, la
cama olía bien… a un rico perfume tan caro que él no lo reconoció. Sentía como si
estuviera acostado entre nubes de algodón, y estaba cansado porque esa mañana había
amanecido después de una buena sesión de sexo con Chanyeol, arregló el techo de la
señora Leen y corrió cinco cuadras para evitar que le dispararan… ni siquiera había
cenado y se sentía débil. Sus ojos se volvieron pesados y estaba a punto de caer rendido
cuando Jongin salió del cuarto de baño y se acostó junto a él.
De inmediato su cuerpo se tensó, ahora sí parecía rígido como un robot… uno de

aluminio y sin aceite, porque ese tal Jongin se había recostado de lado y lo observaba
fijamente, luego le tocó la mejilla.
—Es increíble lo natural que eres…
—Estoy fabricado para confundirme con los seres humanos, puedo asimilar reacciones
por eso soy un AE. —Lo había visto en los comerciales.
Jongin suspiró.
—Es una lástima que no seas real... sería genial tener algo de compañía viviente por
aquí… —Dijo antes de darle la espalda.
Kyung Soo soltó el aire que había estado conteniendo y se mantuvo despierto hasta que
escuchó la respiración profunda que indicaba que el hombre a su lado ya se había
dormido.
Cuando despertó lo primero que vio fue el rostro de un anonadado Jongin observándolo
fijamente, sentado muy cerca de él. Estuvo a punto de gritar pero pronto su cerebro le
llevó las escenas del día anterior y se contuvo de cualquier reacción precipitada.
—¿Cómo es posible que un robot ronque tan fuerte?
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—No ronco. Es el sonido de mi batería al cargarse… Me fabricaron de ese modo para

parecer más real.
— ¿También amaneces con voz ronca?
—Es… porque mi circuito de voz se enfría…
Jongin lo miraba cada vez más sorprendido, nunca había prestado mucha atención a la
robótica pero aquello era increíble, luego dijo más para sí mismo.
— ¡Increíble!… ¡Eres imperfectamente perfecto!
Kyung Soo se sintió tontamente alagado, luego lo observó caminar hasta el cuarto de
baño y llevó la mano hasta donde Jongin lo había tocado y después hasta su pecho para
poder vivir su susto y sobresalto de una manera natural. Toda la vida había estado
intentado esconder sus emociones, ser fuerte, y le pareció que solo era un pequeño
entrenamiento para lo que estaba viviendo ahora.
Además notó que aquel hombre era sexy por las mañanas, con los ojos más cerrados
que la noche anterior a causa del sueño enredado en sus pestañas y el cabello alborotado
como si acabara de darse un buen revolcón. Lamentó no haberlo notado la noche
anterior para darse el gusto a la vista observándolo dormir y bueno quién sabe… tal vez
rozarle una nalga… por accidente, claro.
En la pared de enfrente había un reloj que marcaba las 9 de la mañana y aún hacía frío,
no podía creer que había dormido tanto en las circunstancias en las que estaba. Intentó
desperezarse porque ahora es cuando tenía que planear su escape. Caminó sobre la ropa
Byun que Jongin había dejado esparcida en el piso y antes de salir sus ojos fueron
atraídos por un objeto.
27
Una copa de cristal llena de zafiros azules en forma de lágrimas y a su lado la estatuilla
de al menos 30 centímetros de un bailarín que adornaba una de las mesas en aquella
recamara, tenía unas zapatillas de ballet brillantes, estaban hechas de piedras preciosas y
en su base se leía “K. Svenka”, Kyung Soo creyó reconocer ese nombre como el de un
famoso bailarín internacional. Luego se reprendió por perder el tiempo con esos detalles
y salió al pasillo sin hacer ruido.
Caminaba a prisa en esa recta llena de cuadros sin darle mayor importancia pero en
cuanto su mente lo registró tuvo que devolverse a mirarlos. Varias fotografías de su
ahora dueño junto a personas famosas, placas y cuadros de premios y reconocimientos a
nombre de Kai.
¡Kai!
¡Su puta madre!
¡Lo había comprado Kai!
Por eso la estatua con zapatillas tan caras…
¡Hasta él sabía quién rayos era Kai!
¿Cómo mierda no lo había reconocido antes?
Todo mundo sabía quién era Kai, uno de los millonarios más jóvenes del país, hijo de
un bancario y una famosa, muy famosa, bella y adinerada actriz internacional. El chico
era reconocido por ser un excelente diseñador de joyas. Las piedras no eran piedras
preciosas hasta que Kai las tocaba.
28
Pero ¿Cuál nombre le había dicho? ¿Jongin? Si le hubiera dicho Kai lo habría
reconocido de inmediato.
Kyung Soo se apresuró a bajar porque ya podía verse en la cárcel de por vida si ese
chico optaba por pagar lo que suponía era un carísimo abogado para denunciar la estafa
de la que había sido víctima. Luego Non Alma también pagaría sus abogados y la
familia Oh que era dueña de esa empresa tampoco mostraría piedad y él estaba tan
joven para fundirse justo ahora en una celda donde se aprovecharían de su culo para
siempre hasta el fin de los tiempos, amén.
Llegó hasta la cocina casi vomitándose del susto, una cocina en tonos de grises y
blancos con un amplio desayunador y electrodomésticos a la última moda… Kyung Soo
ni siquiera sabía a ciencia cierta usar esas refrigeradoras con miles de compartimentos y
funciones para el hielo, hielo picado, hielo molido, hielo en cuadritos, agua fría…
Salió de ahí a prisa antes de verse tentado a registrar por algo de comida y terminó en
una biblioteca de la cual salió aún más aprisa para ir a dar al cuarto de servicio… Estaba
perdido.
Se había perdido en una casa.
Una casa del tamaño de cinco casas grandes fusionadas.
Decidió no darse por vencido y acabó en el área de la piscina, pero pensó que no estaba
tan mal porque ahora lo único que debería hacer era rodear la casa y encontrar su salida,
hasta que alguien en su espalda lo empujó haciéndolo caer al agua fría.
Ni siquiera pudo hacer un movimiento para intentar sujetarse, o para tomar aire antes de
caer por lo que el agua acabó metiéndose dolorosamente en su nariz y garganta. La
piscina era grande y honda… y Kyung Soo quién no sabía nadar, se hundía en ella sin
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tan siquiera luchar lo suficiente… solo pudo ver una mancha de cabello rubio cuando
miró hacia arriba tratando de adivinar quién lo había empujado…
Entonces así voy a morir —Pensó— No moriré de hambre, ni víctima de una pandilla
violenta… moriré ahogado en la piscina de un diseñador de joyas… ¡Me cago en mi
suerte!
Capítulo 6
No tardó mucho tiempo antes de sentirse arrastrado hasta la superficie y empezar a

escupir agua. Jongin le había gritado a Taemin desde el balcón de la habitación que se
apresurara a rescatar a ese robot que tanto dinero le había costado.
Kyung Soo ahora estaba como un cachorro mojado y observó a Jongin correr a prisa
hasta llegar a su lado.
— ¿Kyung Soo, estás bien? —Preguntó preocupado.
— ¿Es tu robot? —Interrumpió Taemin mientras se sacudía el agua del cabello.
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—Sí, te dije que lo compraría, se llama Do Kyung Soo, me costó 15 millones de dólares
y si tiene un daño tú vas a pagarlo…
— ¡Miserable! Yo solo quería salvarte de otro ladrón. Bien podrías comprar 20 más de
estos aparatos si quisieras…
— ¡Pero no quiero! Este era el más lindo y realista de todos…
Taemin sujetó la cabeza de Kyung Soo para verle bien la cara.
—No es tan lindo, le han puesto unos ojos muy grandes y se ve flaco y enano… Creo
que te estafaron.
—Se ve del asco porque tú lo has descompuesto…
—No estoy descompuesto. —Dijo Kyung Soo intentando contener sus emociones antes
de tomar a aquel par de idiotas y chocarles una cabeza contra la otra.
Él se veía del asco porque había estado a punto de morir. Con todo el dinero que
seguramente aquellos dos tipos se echaban encima él podría ser mister universo.
Sabrá dios cuántas cirugías se han pagado para verse tan bien. —Pensó enfadado.
— ¿Oíste? No está descompuesto…
—Mejor para ti, Taemin…
Mejor para mí. Par de idiotas.
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Jongin se levantó tirando del brazo de su robot y lo dirigió al interior de la casa mientras
le gritaba algo a su novio.
—Será mejor que prepares tu auto, nos vamos de compras.
Taemin subió directamente a la habitación de Jongin a cambiarse su ropa mojada para

luego bajar a buscar su auto. Kyung Soo estaba ensuciando todo el impecable piso de la
cocina.
—Kyung Soo, si sabes limpiar, limpia esto. Iré a comprar ropa para ti. —Le dijo Jongin
cuando empezó a desnudarlo sin mucho cuidado —Luego ve a la cama y quédate bajo
las sabanas hasta que yo llegue, así terminarás de secarte… ¡Ah! Y no salgas, dejaré la
alarma activada y si abres una puerta o ventana, llegará la policía. ¿Entiendes?
Kyung Soo lo vio salir después de dejarlo desnudo y húmedo en la cocina. Ni siquiera
sabía bien cómo llegar a la habitación principal. Pero considerando que no pensaba
forzar ninguna entrada para acabar con la policía arrestándolo mientras él estaba en traje
de bebé, decidió conocer toda la casa…
Quince minutos después y ya estando seco, encontró un teléfono fijo en el estudio

ubicado en el segundo piso. Llamó a la panadería Park.
—Panadería Park. —Contestó su suegro.
—Señor Park, soy Kyung Soo ¿Está Chanyeol?
—Oh, Kyung Soo, hola. Aquí está este tonto, no ha dejado de cometer errores toda la
mañana, cuando le dije que preparara el…
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—Señor Park, lo siento, no tengo mucho tiempo ¿Puede pasarme a su tonto, por favor?
—¡¡Yeoooooool!! —Escuchó al señor Park gritar sin separarse del teléfono y casi
dejando a Kyung Soo sordo. Su novio definitivamente había heredado el timbre de voz
de su papá— ¡Te llama tu novia!
Kyung Soo no sabía hasta qué punto el señor Park era un hombre respetuoso en cuanto
a la orientación sexual de su hijo porque no era nada prejuicioso o porque aún no
terminaba de comprender que él era un hombre. Siempre era como ―Yeol tu novia esto,
tu novia aquello‖ y ya se lo habían dicho mil veces, que Kyung Soo era un chico pero el
panadero no parecía registrarlo.
— ¿Kyung Soo?
—Chanyeol, maldito idiota, cuando te tenga enfrente te voy a estripar tan fuerte entre
mis manos que te voy a sacar toda la mierda…
— ¡Kyung Soo! ¡¡Me alegra tanto que estés bien!!
— ¡No lo estoy tanto! Hace rato casi muero ahogado…
— ¿Ahogado? ¿Te fuiste a la playa?
Kyung Soo quería matarlo. Era su novio, lo quería y todo eso pero a veces Chanyeol lo
desesperaba.
—Escúchame Chanyeol, estoy en un lío, uno grande.
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—Lo estás, la banda del unicornio no deja de buscarte, están peinando toda la zona
desde anoche… No sé dónde andas pero aún no vuelvas…
— ¡Me lleva el demonio!
— ¿Por qué ibas en un auto tan lujoso?
—Me escondí en Non Alma y me vendieron como uno de sus productos…
— ¡¿Creen que eres un maniquí?!
—Un robot… y he estado fingiendo pero la verdad esto se me va de las manos, no sé

cómo es un robot, ahora mi ―dueño‖ me ha dejado solo pero en este palacio cada puerta
está conectada a una alarma y hay dos patrullas dando vueltas en el barrio…
— ¡Debes estar en una casa enorme!
— ¡No tienes ni puta idea! ¿Sabes quién pagó 15 millones de dólares por mí?
—¡¡¿15 millones?!!
—Kai, el diseñador de joyas…
— ¡Oh! ¡Mi novio es tan lindo que un diseñador de joyas famoso se ha gastado una
fortuna en él! Ahora solo quédate ahí, responde ―Mis circuitos están registrando las
órdenes‖ cuando él te pida algo o ―No estoy programado para eso‖ cuando pida algo
que no quieras o sepas hacer… Llámame en un par de días, yo voy a recuperar el dinero
de los unicornios y cuando lo pagué podrás volver…
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— ¿Cómo vas a conseguir tanto dinero?
—Devolveré la chaqueta…
—O sea que vas a verte con ese tipo.
— ¿Debería no hacerlo?
— ¡Hazlo! Dile que odié su ropa… y mientras tanto yo me daré unas vacaciones de dos
días en esta mansión…
—Bien, después de todo lo que has pasado, te lo mereces…
—Chanyeol…
—¿Sí?
—Mañana mi madre tiene esa cita médica, asegúrate de que vaya, y en el cajón de la
ropa interior está el dinero para la semana, tómalo tú y dáselo a mi hermana en cortas
dosis, no dejes que lo gaste todo en un día, es lo único que tengo… y creo que mañana
mismo me van a despedir del trabajo por ausencia injustificada…
—De acuerdo, mientras tanto buscaré otro trabajo para ti, para cuando vuelvas…
—Bien… ¿Ellos no te hicieron nada, cierto?
—No, gracias a ti.
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—… Lamento que el aniversario resultara una carrera contra la muerte…
—Fue mi culpa. Lo siento mucho.
—Bien, ya te golpearé cuando llegue.
—Te quiero.
—También yo a ti ¡No olvides lo de mi mamá! —Dijo antes de colgar.
Kyung Soo logró llegar de nuevo a la cocina. Ya empezaba a familiarizarse con los
pasillos de esa casa. Secó su desorden con las toallas de papel que encontró y luego
abrió la refrigeradora y la despensa en que la que había toda clase de comida
instantánea. Tragó todo lo que pudo y metió las cajas vacías en el fondo del basurero.
Se lavó los dientes con el cepillo de Jongin y luego se puso a curiosear todo. Se probó
varias prendas elegantes que encontró en el armario, algunas tenían joyas en el sitio de
los botones, olió los perfumes finos, sin atreverse a ceder ante el impulso de bañarse en
ellos, ah, pero sí se bañó, con el agua tibia de aquella elegante ducha en la que estuvo
como media hora.
Recorrió con su trasero al aire cada habitación, se revolcó en cada sillón, brincó en cada
cama porque aquella casa tenía cinco habitaciones por completo equipadas, pasó los
dedos por cada adorno y cada libro que se encontró en el lugar, se detuvo varios
minutos ante cada cuadro, pintura o fotografía y los apreció encantado. Luego
simplemente empezó a correr escaleras arriba y abajo, por toda la casa, enloquecido.
Entrando y saliendo de las habitaciones, brincando en todo lado como un niño libre de
la opresión paterna, como un cachorro labrador después de un mes sin dar un paseo.
Hasta que llegó al taller de su dueño.
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Muchas cierras, cortadoras, pulidoras, máscaras de protección y un montón de

elementos más que Kyung Soo realmente no reconocía, llenaban esa habitación en el
rincón más profundo del segundo piso. En una gran caja habían varias piedras feas y
amorfas con diferentes tamaños y en otra situada en otra mesa, un montón de piedras
preciosas brillaban bañadas por la luz del atardecer que se colaba por la ventana y se
rompía en maravillosos rayos de colores impregnando parte de la habitación.
Kyung Soo estaba en el taller de un gran artista y no podía irse de ahí sin echarle un
vistazo a algunos de los diseños dibujados en unas enormes libretas blancas. Reconoció
a varios que ya había visto en el periódico y el de las zapatillas de la estatuilla en la
habitación; pero la mayoría era nuevos para él, algunos collares, anillos y brazaletes,
todos eran hermosos y delicados. Todos parecían costar muchísimo dinero.
El reloj con números hechos de ópalo que colgaba en la pared, marcaba las 4 de la tarde.
Kyung Soo repitió el ritual de llenarse de comida y ocultar la evidencia, volvió a asearse
por completo y se metió desnudo como estaba bajo las sabanas, tal como Jongin
esperaba verlo al regresar. Encendió la increíble pantalla plana que había en la
habitación y se dispuso a pasar los millones de canales sin decidirse qué ver.
Meditaba respecto a todo lo que había visto ese día, con una sola de esas joyas podría
pagar el dinero a la banda que lo buscaba, con otra, varios meses de alquiler, con otra,
los libros del colegio de su hermanita y hasta los de Chanyeol, con otra podría
comprarle ropa nueva a su mamá. Cuatro joyas, solo cuatro joyas del montón que había
en esa caja ¿Se enteraría Jongin si desaparecían cuatro pequeñas piedras?
A las ocho de la noche aún su dueño no llega y esa iba siendo la cárcel más lujosa que
Kyung Soo se hubiera imaginado. Poco a poco se quedó dormido… la cama suave y de
delicioso aroma le estaba dando un buen descanso hasta que sintió un gran peso
aterrizar a su lado y abrió los ojos de golpe.
Jongin estaba bajo Taemin quien a su vez lo veía a él.
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—¡Me asustó!
—Sigue, es solo un robot…
—Pero nos está viendo…
—¿Y qué? Es un robot…
—Dile que no nos mire.
—Kyung Soo, voltéate.
Kyung Soo obedeció de inmediato y en lo más profundo de su corazón imploró para que
no pasara lo que creía que estaba a punto de pasar entre aquellos dos a su lado.
Capítulo 7
Taemin y Jongin
Fuente desconocida
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A pesar de que no los veía podía presentir todo lo que estaban haciendo porque el
colchón se movía al ritmo de aquella pareja… Escuchó cómo Taemin se desnudó y
desvistió a Jongin y luego la sesión de sexo oral.
Supo que era su dueño el que la estaba recibiendo por lo que escuchaba:
“Ah, sí, Tae, sigue así”.
Hasta que el dichoso Tae dejó su labor para responder con voz molesta
—¡Carajo! ¡Que no empujes, Kai!
—Lo siento, lo siento…
Los jadeos de Jongin era muy sexys y Kyung Soo pasó del hastío a ponerse muy
caliente solo de escucharlo, máxime cuando al acercarse al clímax el moreno quiso
sujetarse de las sabanas pero solo alcanzó a aferrarse al cabello de su robot.
La cabeza de Kyung Soo se hizo hacía atrás gracias a la fuerza con la que Jongin tiró de
él y se sentía a punto de darse la vuelta y unirse a la fiesta.
Chanyeolie, te extraño tanto…
Kyung Soo sintió a Taemin acomodarse sobre Jongin. Cuando el diseñador subió las
piernas para abrazar la cintura de su novio, pateó a Kyung Soo. Este no pudo seguir
evitando el voltear. Ambos lo estaban viendo.
—Jongin no puedo follarte si tu juguete nos está viendo.
—¿Entonces te follo yo a ti?
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—¡Hablo en serio! Dile que se vaya de la cama…
—Kyung Soo, siéntate por allá.
Kyung Soo se levantó desnudo como estaba y se sentó en el sillón frente a la cama.
Taemin volvió a besar a Jongin mientras él lo veía todo desde la primera fila. Aquellos
hombres que se toqueteaban y provocaban, eran demasiado sensuales para ser cierto.
Los que parecían unos impecables muñecos en esa habitación eran ellos, tan hermosos,
con sus labios hinchados, rojos, y una línea corporal nada menos que perfecta.
Él estaba bastante duro ahora y trataba de cubrir ese hecho con sus manos y piernas
estratégicamente colocadas. Intentaba calmarse, pensar en otra cosa pero el espectáculo
que había en frente era imposible de ignorar. Justo en ese momento en que Kyung Soo
estaba viendo con tanto antojo el modo en que el rubio se movía, recordó dónde lo había
visto antes. En la habitación de su hermana.
Un gran póster del modelo sensación del momento. Taemin.
Y lo que daría mi hermanita por estar en mi lugar ahora mismo…
Hasta tuvo el impulso de tomar una fotografía y utilizarla a cambio de una libreta de
calificaciones perfecta. Se convenció de que nunca más le diría a su pequeño monstruo
que tenía mal gusto, su hermana sabía bien dónde poner los ojos.
Ahora ese rubio había entrado en Jongin y empezó a gemir de un modo bastante erótico,
pero Kyung Soo notó que algo había cambiado con su dueño. Ya no gemía. Observó la
escena con mucho más interés educativo que sexual.
Taemin tiró de Jongin para sentarlo sobre él mientras seguía penetrándolo y el moreno
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se aferró a su espalda pero una vez que su novio no lo estaba viendo, no hacía más que
morderse el labio inferior y arrugar su frente cada vez que era embestido.
Bueno, bueno, aquí tenemos a un seme siendo vilmente ukeado… —Pensó Kyung Soo
apenas soportando las ganas de echarse a reír— A mi pobre dueño no le gusta que le
den por el trasero.
—Cambiemos hoy.
—¿Qué?
—Quédate abajo hoy, Tae. —Dijo Jongin, arreglándoselas para estirar bien su mano y
meterle un dedo en su ano.
Taemin se apartó de inmediato.
—¡¡¿Qué haces?!!
—Cambiar de roles, te dije.
—¡Ni siquiera esperaste mi respuesta! —Contestó enojado.
—¡Vamos, Tae! Siempre soy tu pasivo.
—¿Y?
—¡Que quiero cambiar ese hecho!
—¡Es tarde cuando ya te estoy penetrando!
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—Bueno, ahora ya no lo estás haciendo…
—¡Ni quiero!
—¡Perfecto porque yo tampoco!
—¡¿Qué diablos significa eso?! —Preguntó levantándose de la cama.
—Te lo he dicho antes y tú nunca me escuchas, no estoy hecho para esto, Taemin.
—¿Ahora decides que no eres gay?
—Sí, lo soy, solo no quiero ser penetrado.
—No quiero estar abajo.
—Ni yo.
—Entonces búscate otro novio… —Dijo empezando a vestirse.
—¡Eres injusto!
—No, Jongin, soy sincero. No soy un pasivo, tú siempre lo has sido y no comprendo
por qué ahora empiezas a insistir con eso.
—Variar una vez no va a matarte, Taemin.
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Cuando Jongin se levantó para ir tras su novio que caminaba por el pasillo hasta la
planta baja, Kyung Soo logró verlo desnudo en su totalidad. Pensó que tenía un pene
pequeño, él estaba acostumbrado a la enorme fisionomía de Chanyeol… los primeros
meses de su noviazgo habían sido todo un reto físico…
Jongin, tan lindo, todo lo que yo podría hacer con ese tamañito…
Cuando estuvo solo, Kyung Soo se percató del montón de bolsas que habían tiradas en
el suelo, toda la ropa que Jongin le había comprado.
Diez minutos y varios gritos después Taemin arrancó su auto y otros diez minutos más
tarde Jongin subió con una botella de vino fino abierta y empezada, la estaba bebiendo
directamente, sin copa. Aún continuaba desnudo tal como él. Se sentó en la orilla del
jacuzzi y lo miró directamente a los ojos por un buen rato.
Kyung Soo pensaba que Jongin iba a romper a llorar en cualquier momento.
—Mi novio se ha ido.
Ya lo sé… lo he visto —Pensó.
—Es como la persona número cien que me deja solo…
No vayas a llorar, no seas bebé.
—Dice que no puede ser pasivo ¿Quién le cree eso? ¿Cree que soy tonto?
Tienes razón, siempre creí que era pasivo...
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—¿Qué clase de robot empático eres? Ven y abrázame.
¿Cómo podría salvarse de aquello? ¿Por qué tomaba todos los riesgos? ¿Cuándo dejaría
de rodar?
Kyung Soo tragó grueso antes de levantarse y, desnudo como estaba, caminar hacia él.
Cuando lo tuvo de frente, Jongin lo abrazó con fuerza enterrando el rostro en su cuello y
rompiendo a llorar.
Kyung Soo lo dudó un poco pero acabó pasándole la mano por el cabello repetidas
veces en un intento por consolarlo, le hubiera palmeado la espalda pero Jongin estaba
desnudo, apretándolo y lo último que quería era tocar más piel —si eso era posible— y
tener otra erección.
Capítulo 8
Era lunes, Kyung Soo despertaba enredado entre los brazos y piernas de Jongin y
sepultado sobre una gruesa colcha. La verdad no se estaba tan mal en ese lugar calentito
y bien oliente. Había aprendido que le gustaba mucho el olor de Jongin. Esa era la
fragancia que le gustaba de aquella cama, olía al diseñador llorón.
Sin moverse demasiado para no despertarlo, levantó su cabeza para observar el rostro de
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su dueño. Su tez ligeramente bronceada, pómulos bien esculpidos, nariz masculina,

cejas pobladas, pestañas ligeramente rizadas y sobre todo, unos labios gruesos y rojos
que provocaban caer sobre ellos en mil lamidas, succiones y mordiscos.
Lo había escuchado gran parte de la noche, quejándose sobre cómo Taemin se había
vuelto más distante y caprichoso desde que había alcanzado la fama, en especial desde
que se juntaba con ese Jonghyun cuya apariencia no era para nada la de un pasivo según
el punto de vista de Jongin quien temía que su ex novio, tan solo estuviera guardando su
pasividad para otro que no fuera él.
Una vez agotado el tema continuó llorando y cada vez más movido por el vino habló
sobre su relación con un padre demasiado exigente y resentido por su homosexualidad y
con una madre ausente y poco afectiva que siempre estaba ocupada en fiestas, estrenos,
farándula, tratamientos de belleza y pequeños reproches aquí y allá sobre cómo él había
casi arruinado su cuerpo con el embarazo y el parto.
Una vez agotado el tema, continuó con sus peces que habían muerto porque él era un
inútil y con la empleada que había renunciado esa semana porque se iba a vivir a otro
lugar y con su amigo Kris que ahora ya no veía nunca por culpa de un robot y con mil y
una persona más que le habían hecho sentir mal a lo largo de su vida tratándolo como si
él fuera un billete con piernas y que se acercaban solo por interés.
La vida de Kyung Soo era realmente tan dura que pocas veces se daba el lujo de sentir
lástima por alguien más que él mismo pero esa noche casi le cedió el campo a Jongin.
Se habían acostado bajo las sabanas después de que el millonario acabara con su botella
de vino de la cosecha de hace 30 años de algún lugar de Italia.
Se abrazaron (o más bien a Kyung Soo no le quedó otra opción que dejarse querer) y
respirando así de cerca todo se sentía bastante intimo. El más pequeño se preguntaba
qué pensaría su novio si le contara aquella situación. Por todo ello, cuando Kyung Soo
al fin despertó y después de contemplar la obvia belleza de aquel llorón, logró zafarse
del abrazo y bajar a la cocina sin perderse.
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Hace cuatro meses la relación del súper modelo Taemin se había hecho pública, aunque
Kyung Soo no puso atención con quién, al llegar a su casa su hermanita estaba hecha un
mar de lágrimas. Ese monstruo era fuerte, casi nunca lloraba, ni siquiera cuando se
había quebrado el dedo en la clase de deportivas de la escuela. Así que pensó que algo
muy malo había ocurrido.
—¡Taemin tiene novioooooo! —Lloró— ¡Es gay! ¡Como tú!
—¡¿Por eso estás llorando?! ¿A ti qué te importa con quién esté? De todos modos gay o
no, nunca va a estar contigo.
No debió haberlo dicho porque ahora el pequeño monstruo se había vuelto realmente
feo.
—¡Idiota! ¡Insensible! ¡Lárgate! ¡Te odio! ¡Vete a hacer pan con tu feo novio y déjame
sola!
Kyung Soo tenía algo de dinero gracias a dos horas extras en el trabajo con las que
pensaba comprar carne para la cena pero en vez de ello compró un enorme galón de
helado de chocolate y se lo dio a su hermana. Tres horas después y sin llanto su
hermana le gritaba.
—¡Oppa, eres el mejor!
Se lo gritaba desde el inodoro. Su estómago no estaba acostumbrado a tremenda dosis

de azúcar y lácteo pero ella lo amaba de nuevo, y más importante aún, ya no estaba
llorando.
Kyung Soo volvió a la grandiosa habitación con el helado de chocolate con fresas que
había encontrado en la nevera, de una de esas marcas obscenamente caras que nunca
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había podido permitirse. Se sentó al lado de Jongin, despertándolo con el movimiento y

le alcanzó el postre.
El moreno se acomodó sin decir una palabra, tomó la cuchara, el helado y empezó a
comerlo en silencio, tres cucharadas después se apoyó en la cabeza de Kyung Soo y así
estuvieron hasta que la caja de helado se vació hasta la mitad, dejando a Jongin
satisfecho.
El millonario se levantó y caminó desnudo hasta la ducha.
—¿Kyung Soo, puedes mojarte? Es decir, si te vuelves a mojar hoy no te hará daño
¿Verdad?
—No me hará daño. De hecho, debería ser aseado con regularidad…
—Entonces ven y permíteme asearte.
Aaaah, Kyung Soo, idiota, debiste haberte callado. —Se reprendió internamente.
Jongin pasaba un jabón con olor a miel y canela por todo su cuerpo, después de haberse
llenado por completo él mismo. Examinó cada rincón de su robot sin dejar de comentar
lo maravillosamente real y perfecto que era.
Ayer te parecía que me veía como la mierda.
Cuando empezó a enjabonar su pene, tocándolo con detalle y moviendo su prepucio

hacía atrás y hacia adelante, Kyung Soo se puso durísimo entre sus manos.
—¿Es… es… estás teniendo una erección?
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—Estoy diseñado para la complacencia, si soy tocado de ese modo, reacciono

automáticamente. —Pensó que era la primera verdad que le decía a Jongin desde que se
hablaron.
Jongin no podía estar más maravillado, ahora no podía culpar a Kris por actuar tan
obsesionado con Tao. Esos AE eran realmente perfectos. Quiso averiguar cuál era el
sabor que tenía ese material, así que rápidamente quitó el jabón y lamió primero el
glande, después pasó la lengua en toda la longitud para finalmente metérselo por
completo en la boca.
—Kyung Soo, tu sabor también es muy real… —Dijo antes de levantarse, terminar de
enjuagarse rápidamente y salir a envolverse en una bata blanca.
Kyung Soo sentía que le faltaba el aire. Las imágenes eróticas de la noche anterior, las
manos de Jongin por todo su cuerpo, su pene dentro de aquella tibia y húmeda boca con
aquellos labios rojos cernidos alrededor de su base… ¡Todo era mucho!
—Kyung Soo, ven acá, quiero probarte lo que compré para ti.
Bien, eso significaba que tenía que acabar con su erección, se dio un pequeño golpe en
los testículos.
Odio mi vida.
Dos horas después Kyung Soo había cambiado toda su excitación por un fastidio
infinito porque Jongin le había comprado miles de prendas del diseñador Byun y se las
había probado todas. De materiales tan colmados de calidad que su piel acostumbrada a
la mezclilla desgasta estaba a punto de llenarse de lujosas erupciones.
Finalmente le dejó un pantalón negro, una camisa blanca, un abrigo ligero de color gris
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y unas converse bajas y negras. Después lo llevó a su taller y Kyung Soo lo observó
trabajar durante horas mientras escuchaban música de Arthur Rubinstein. Un pianista
que nunca antes había oído y sin embargo, le gustaba… mucho, le gustaba tanto que las
horas escuchándolo se fueron rápidamente o tal vez se debía a la atención que le estaba
dando a Jongin.
El moreno se mordía el labio mientras cortaba y pulía la piedra pequeña en la que

trabajaba. Finalmente se la mostró con una sonrisa que no llegaba a sus ojos.
—¡Está lista!
Kyung Soo notó una hermosa pieza de zafiro azul en forma de lágrima que luego Jongin
depositó en una caja pequeña.
—Una lágrima, Kyung Soo… hago una lágrima cada vez que me parten el corazón…
ahora ya está lista y voy a hacer algo para ti también.
Kyung Soo recordó la copa llena de lágrimas que Jongin tenía en su habitación y pensó
que ese chico había sido abandonado muchas veces…
El diseñador volvió a trabajar concentrándose en varias piedras una por una, las que
terminó de dar brillo y empezó a pegar sobre un brazalete… Se mordía su labio, corría
su cabello hacía atrás de tanto en tanto, vestido en bata de baño, la cual se abría a veces
asomándose de ella una larga pierna que le causaba a Kyung Soo erecciones
involuntarias.
—Puedo cocinar. —Anunció Kyung Soo al ver que ya era tarde y su estómago
empezaba a rugir.
Jongin dejó su trabajo para mirarlo.
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—¿Estás programado para eso?
—Puedo preparar platillos básicos, los humanos deben comer cada ciertas horas. Tú
eres humano. Tú no has comido. Si los humanos no comen, se mueren. Puedo cocinar
para mi humano.
Jongin sonrió, una sonrisa grande, enorme.
—¡Claro! ¡Eso es genial! Nunca nadie me cocina y solo como cosas pre-cocidas ¡Ve!
Kyung Soo optó por preparar arroz frito con verduras y carne, refresco de frutas de un
paquetito artificial. Comió primero antes de subir el plato para Jongin. Cuando lo dejó
en su mesa, este se maravilló con el olor.
—¡Vaya! ¡Se ve delicioso!... También tengo algo para ti. ¡He terminado! Ven.
Jongin colocó en la muñeca de Kyung Soo un reloj con un búho hecho de zafiros,
tanzanitas, aguamarinas y circones.
—Es porque tienes lindos ojos de búho. Está piedra azul —Señaló— Se llama
Tanzanita, es muy rara y solo existe en algunos lugares de Tanzania.
Kyung Soo nunca había llevado ni siquiera joyas baratas, aquel gesto era hermoso
porque él lo había visto trabajar todo el día en ese reloj y francamente, había quedado
espectacular. Su muñeca empezó a pesar, no a causa de la joya sino de la culpa. Se
preguntó si Jongin haría una lágrima de cristal cuando su robot desapareciera…
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Capítulo 9
El martes la luz de sol colándose a través de las ventanas de la habitación de Jongin y

besándole los párpados a Kyung Soo lo hizo despertar y ser consciente de que no sabía
dónde empezaban sus extremidades y dónde acababan las de ese ricachón que lo
abrazaba tan íntimamente que parecían hechos un nudo. Nunca había despertado tan
enredado con nadie, ni siquiera con Chanyeol, y eso que con Chanyeol hacía el amor…
¡Chanyeol! ¿Qué estarás haciendo, tonto bonito?
Esperaba que no anduviera por ahí baboseando con ese Baekhyun pero a la vez se
contentaba ya que él mismo estaba siendo consentido por otro millonario. Jongin se
despertó dos horas después, a las diez de la mañana. Enterró su rostro en el cuello de
Kyung Soo y a pesar de que el más pequeño lo hubiera considerado imposible, se pegó
más a él y lo abrazó con más fuerza.
A las 10:30 al fin se levantó, lo que Kyung Soo agradeció profundamente porque estaba
a punto de tener calambres en las piernas debido a esa posición y a soportar el peso de
Jongin sobre él.
Cuando el moreno pasó al lado de la copa llena de zafiros en forma de lágrimas, Kyung
Soo recordó la expresión que este había puesto la noche anterior cuando depositó ahí
dentro la lágrima que había tallado por Taemin. Casi sintió ganas de abrazarlo. Luego
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de perderse un poco en ese recuerdo, observó la joya que ahora llevaba en su muñeca y
se extravió en la belleza de aquel búho.
Una vez más fue llamado a la ducha y en esa ocasión el moreno le pidió que le ayudara
a enjabonarse la espalda, Kyung Soo se concentró profundamente en imágenes
asquerosas pero aún así su cerebro volvía una y otra vez a dispararle oleadas de
testosterona porque aquella espalda era perfecta para ser rasguñada y aquel trasero para
ser mordido pero él era fuerte, fuerte y fiel así que demostrándose a sí mismo una
capacidad de paz espiritual imperturbable como Buda, había controlado el flujo
sanguíneo y no había tenido una erección…
…Hasta que Jongin empezó a masturbarse…
Kyung Soo no lo estaba viendo de frente, pero le estaba llenando la espalda y los
glúteos de jabón… el agua tibia caía sobre la cabeza de Jongin quién ahora gemía y
respiraba con dificultad, su mano derecha sacudía su pene primero lentamente y después
a una velocidad acelerada. Se estaba dando la jalada del mes. Los gemidos resonaban
casi artísticamente en el ligero eco del cuarto de baño.
Cuando Jongin terminó, ensuciando la pared de la ducha, salió sin mirar a Kyung Soo y
se puso su bata de baño. Su falso robot aprovechó el momento en que el moreno se
peinaba y se untaba loción en el rostro y desodorante en las axilas, para darse placer a sí
mismo de un modo tan rápido que estaba seguro que había roto todos los records de
cualquier eyaculador precoz, y había sido a propósito ya que no consideraba que fuera a
tener mucho tiempo para aliviarse.
Jongin lo secó y le colocó ropa nueva. Luego lo llevó al taller de trabajo, colocó un
disco de ―2 Raum Wohnung‖ que nuevamente era desconocido para Kyung Soo pero lo
disfrutó casi en su totalidad hasta que el hambre fue demasiado y bajó a preparar
comida para su dueño (y para sí mismo, a escondidas).
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Antes de subir el plato de fideos, se pasó por el estudio para llamar a Chanyeol.
—¡¡¡Yeol!! ¡Te llama tu novia! —Gritó el señor Park en el teléfono.
Poco rato después escuchó los pasos pesados de Chanyeol corriendo cada vez más
cerca.
—¿Kyung Soo?
—¿Por qué no hablas seriamente con tu padre y le dices que tengo pito?
—Lo único que me falta es mostrarle una fotografía, te lo juro. Como sea, ¿cómo estás?
—Más descansado que nunca, recargando energías para cuando vuelva a trabajar como
un esclavo… si es que aún tengo trabajo cuando vuelva…
—…Verás, respecto a eso. Pasé por la fábrica ayer, me dijeron que si no presentabas un
dictamen médico el día de hoy, estarías despedido…
—Los suponía. —Respondió triste.
—¡Pero no te preocupes! A partir de mañana buscaré algo mejor para ti, ya lo verás.
Chanyeol sin duda era un optimista. Kyung Soo no tenía títulos universitarios, a duras
penas había terminado su secundaria en un colegio de mala reputación, le había sido
difícil encontrar un trabajo estable hasta que fue contratado en esa fábrica de envasado
de frutas, era un trabajo tedioso y cansado pero digno, además le pagaban horas extras,
cada año le daban 15 días de vacaciones y aguinaldo en diciembre. Tenía 25 meses de
laborar ahí. Y ahora lo había perdido.
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—¿Tomaste el dinero del cajón?
—Sí y le di a tu hermana la parte de ayer y hoy, en la noche le daré para mañana.
—¿Devolviste la chaqueta?
—Verás, Kyung Soo… sobre eso… Lo que ocurre es que he visitado la tienda de
Baekhyun ayer y hoy pero parece ser más exclusiva de lo que creí y no me han dejado
pasar ni lo han llamado cuando lo solicité…
—¿Cómo hiciste para entrar la primera vez?
—Estaba con Baekhyun y él me atendió, no necesitamos de ninguna empleada…
—Ah, fue todo tan personalizado, ya veo. —Dijo en un arranque de celos.
—Baekhyun tiende a pasar por aquí los viernes, sopórtalo hasta entonces, ¿Sí, Kyungie?
El viernes conseguiré el dinero…
—No quiero esperar tanto, Chanyeol, si este tipo me descubre, me va a fundir en la

cárcel, estoy seguro… Ve a esa tienda todos los días, si es necesario, grita el nombre de
ese idiota para que te escuche desde adentro… haz lo que sea.
—Lo que pasa es que tengo dos clientes nuevos, unos chicos que me han pagado para
que les enseñe a tocar guitarra, hoy inicio las clases y más la universidad y la panadería,
no tengo tiempo para ir todos los días.
—Chanyeol, gran parte de esto es tu culpa, no me importa si pierdes un alumno

¡Sácame de aquí, ahora!
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—Te importará, el dinero de estas clases es para ti.
—Buscaré mi propio dinero cuando salga de aquí, solo sácame.
—No lo entiendes, Kyung Soo, es por tu madre. Ayer fui a ese hospital con ella, el
doctor dice que necesita exámenes, son muy caros y los necesita urgentemente. El
dinero de las clases es para ella.
—¿Exámenes? ¿Qué clase de exámenes?
—Dice que hay una masa muy extraña en su pulmón, parece un tumor y necesita una
biopsia…
Kyung Soo sintió que el suelo se habría bajo sus píes.
Unos pasos en el pasillo le advirtieron que Jongin estaba bajando a la cocina.
—Tengo que irme. —Susurró antes de colgar, tomar el plato con comida e ir a buscar a
su dueño con su mejor cara de póker cuando lo único que quería hacer era salir
corriendo de ese maravilloso lugar.
Capítulo 10
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Angelus, de Millet
Poco a poco van estableciendo una rutina. Despertar tarde, ducharse juntos y
ayudándose disimulando una erección y otra. Jongin maravillándose de que un robot sea
capaz de copiar las reacciones humanas tan impecablemente. Encerrándose en el estudio
con buena música mientras casi desnudo, diseña, corta, pule bajo la mirada de su
humanoide hasta que Kyung Soo se ausenta por momentos solo para preparar comida o
limpiar algo.
Luego pasan parte de la noche viendo televisión o leyendo en el enorme sofá negro
hasta que los ojos del diseñador se agotan y se van a la habitación. Jongin se pone
piyama, se las pone a su robot y se meten debajo de la sabana. Kyung Soo es abrazado
por completo y se duermen hasta el otro día cuando el más bajo despierta, siempre
primero ya que está acostumbrado a madrugar para ir al trabajo.
El jueves Jongin no quiere trabajar mucho, diseña un poco mientras Kyung Soo come a
hurtadillas en la cocina. Luego escucha a su robot decirle que no hay muchos
ingredientes y se prepara para ir al supermercado. El artista se encarga de vestir a su
AE, como siempre, pero esta vez también dedica un tiempo peinándolo y aplicando un
perfume costoso en su cuello.
Kyung Soo nunca ha entrado a un supermercado tan grande, todas las cosas que venden
son productos caros de distintas marcas de buena calidad, incluso ve unas latas de frutas
en conserva que probablemente él empacó y pesó en su trabajo. Jongin le da la mano
mientras recorren los pasillos empujando un carrito entre los dos y estar así se siente
como andar de compras con una pareja.
La gente los ve con curiosidad. Kyung Soo encuentra la mirada de algunas mujeres
sobre el cuerpo de Jongin y luego descubre a otras mirándolo a él también y a su
hermoso reloj de búho hecho de piedras preciosas y no entiende muy bien por qué la
gente insiste en verlo tanto hasta que se refleja en la cámara de las verduras…
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¿Ese soy yo? —Se pregunta porque francamente se ve guapísimo.
Pocos días de descanso, baños tibios, ropa de diseñador y crema en su cabello han
hecho maravillas y parece tener dos años menos.
Una vez en casa, Kyung Soo prepara lasaña después de que Jongin le explica cómo
utilizar el horno, y el resultado es increíble. Por la tarde corta algo de fruta y lleva el
plato de comida afuera, donde su dueño está nadando. Son las cinco y el sol empieza a
ponerse color naranja mientras parece estar apagándose la tarde y él sube el ruedo de
sus pantalones para meter los pies en el agua que está algo tibia.
—¿No estás programado para nadar?
—No, no lo estoy.
—¿Qué puedo hacer para que aprendas? ¿Debería llevarte a la fábrica para que instalen
ese programa? Me gustaría que nadaras conmigo…
—No es cuestión de un programa. El material del que me fabricaron no flota…
Kyung Soo era de esa gente que se hundía hasta el fondo incluso en un pequeño charco
(su estatura no le ayudaba mucho), nunca había aprendido a nadar, tampoco era como si
hubiera asistido a una escuela con piscina o como si hicieran viajes familiares a la playa
los fines de semana.
Jongin sonrió antes de levantarse en busca de un flotador, cuando volvió casi lo desnudó
y le colocó el objeto alrededor la cintura de Kyung Soo quien no tuvo otra opción que
permitirlo y disimular su miedo cuando el moreno lo empujó con delicadeza dentro de
la piscina.
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Después de unos minutos empezó a disfrutar de aquello. Jongin se sumergía y tiraba de

sus pies, luego lo empujaba de aquí para allá en el flotador y le echaba agua en la
cabeza.
Cuando el diseñador al fin se cansó, se apoyó en el borde azul de la piscina, observando

hacia la pendiente, bajo ella un terreno lleno de árboles con hojas verdes empezaba a
llenarse con las sombras de la noche. El sistema de iluminación automático de la casa se
encendía y con todas las ventanas abiertas le daba el aspecto de un enorme farol. Se
respiraba calma.
—Tienes una hermosa sonrisa, tus labios… parece que forman un corazón, es muy
lindo.
Kyung Soo cambió su expresión a una seria inmediatamente, porque no se había

percatado de estar sonriendo mientras veía hacia la nada.
—¿Por qué dejas de sonreír? No lo hagas…
Se obligó a reír una vez más.
—No, esta vez se ve diferente… la otra era… no sé… parecía real…
—Estoy diseñado para…
—¡Ya lo sé! —Interrumpió Jongin antes de nadar hacia la otra esquina, arrastrándolo
desde el flotador y preparándose para subir. Luego empezó a hablar consigo mismo:
—Kim Jongin, tienes que estar volviéndote loco…
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Jongin secó a Kyung Soo y lo vistió con la línea de ropa de cama del diseñador Byun,
mientras el falso robot bajó a preparar la cena, él se vistió con mucha paciencia,
pensando que realmente su soledad le estaba sentando mal ya que en ocasiones sentía
que su robot era demasiado real, aunque Oh Sehun le había advertido que sería de ese
modo… eso de alguna manera lo volvía a centrar en la realidad. Cuando bajó, Kyung
Soo había preparado su plato de comida y volvió a sentirse bien.
Se sentaron en el enorme sofá negro a ver una película pero estaba en inglés y sin
subtítulos, la educación de Kyung Soo no daba para tanto, en su lugar se distrajo viendo
la pintura que se divisaba desde donde él estaba.
Jongin intentaba ver la película pero se distraía fácilmente viendo cómo los ojos de
Kyung Soo registraban una y otra vez al cuadro de Millet.
—¿Sabes sobre pintura, Kyung Soo?
—No estoy programado para eso… —Respondió.
No sabía de qué forma decir que deseaba mucho aprender sobre pintura, que quería
conocer el nombre de aquel cuadro que le hacía pensar tanto en su papá. Que había sido
un campesino.
—Podría enseñarte.
—Aprenderé si me enseñas.
Jongin palmeó sus rodillas pero Kyung Soo, del otro lado del sillón, no se movió ni un
poco.
—Ven, Kyung Soo, recuesta tu cabeza en mi rodilla, voy a hablarte de esa pintura.
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Jongin empezó a hablar mientras pasaba sus dedos peinando los cabellos de su robot.
—Esa pintura se llama El Ángelus, el hombre que la creó se llama Millet. A él le

gustaba la gente campesina, de zonas rurales… quería enojar a la burguesía con su obra.
Primero había pintado un bebé muerto en esa canasta y a los padres mirándolo sin
consuelo, luego lo cambió por las críticas y su censura. Ahora es solo un par de
campesinos que rezan en ángelus.
Kyung Soo se preguntaba si Jongin admiraría esa pintura del mismo modo si alguna vez
él o sus padres hubieran vivido como campesinos, porque para él aquella imagen era
muy cercana… en cambio ese diseñador la única pobreza que había vivido colgaba de
un cuadro en su estancia… Lo que significaba que su misma pobreza era un lujo.
—En el recibidor es también hay una pintura de Millet. —Señaló Kyung Soo queriendo
aprender más sobre arte.
—No. Esa es de Vang Gogh, la pintura se llama ―El sembrador‖. Estaba enfermo, creo
que era esquizofrénico, se cortó una oreja después de atacar a uno de sus amigos y luego
lo internaron…
De modo que era una oreja…
Esos cuadros eran como la vida de Kyung Soo, llena de trabajos difíciles y dolores, de
sol que da esperanza pero que también quema y arde, de sudores, de gente humilde, de
pobrezas, de dolores que se llevan en el pecho sin ser contados, sin ser adornados con
ropa cara y sin mayores espectadores alrededor.
Su padre había sido campesino hasta que el gobierno había ocupado sus tierras, él tenía
seis años y su madre se había embarazado por segunda vez, tuvieron que trasladarse a la
capital donde un amigo le había prometido empleo a su papá, así terminaron viviendo
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en esa casa que aún alquilaban, ya habían pasado 14 años y su padre había fallecido
hace tres.
Lo que más le dolía no era la muerte de su padre en sí, sino que este falleciera tan pobre
como había nacido sin que él como su primer hijo hubiera tenido tiempo para darle nada
a cambio de todo su sacrificio. Ese pensamiento no lo dejaba en paz nunca. Ahora
también estaba preocupado por la condición de su madre. No podía permitir que su
mamá muriera en esa casa vieja, enterrarla con su ropa rasgada, dejarla fallecer del
cansancio de tanto trabajar. Algo tenía que hacer...
Estaba entrando de nuevo en esa espiral de culpa y nostalgia en la que solía dar vueltas
a veces cuando sintió un beso en la mejilla. Luego Jongin lo apartó con cuidado, apagó
el televisor, lo tomó de la mano y lo condujo hasta la habitación principal.
Capítulo 11
El sembrador VanGogh
Kyung Soo siempre ha sentido cierto rencor por las personas con dinero, porque cree
que la vida es demasiado injusta, que esas personas se aprovechan del trabajo de los
pobres. Odia el modo en que la gente adinerada mira por debajo del hombro a quienes
no usan ropa de marca ni hablan con palabras complejas. Sin embargo cuando despierta
entre los brazos de Jongin no se siente capaz de odiarlo a él. Tal vez por lo que ha
estado pensando desde la noche anterior…
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Él siempre ha sido una persona llena de orgullo, no olvida fácilmente, no pide perdón si
no lo siente en verdad y es celoso de su dignidad porque cree que la dignidad es lo
único que tiene.
La estatuilla del bailarín ―K. Svenka‖ con las zapatillas de piedras preciosas destella por
la mañana cuando entra la luz de sol por la ventana de la habitación. El adorno le hace
recordar aquella vez hace muchos años cuando llegó a casa muy feliz con un robot de
juguete. Su padre le preguntó de dónde lo había sacado y él terminó confesando que lo
había hurtado de la casa del vecino. El señor Do nunca era violento con sus hijos, esa
fue la única vez que lo golpeó, lo obligó a devolver el juguete y a disculparse después
de darle un par de azotes por las pantorrillas.
Su madre lo castigó enviándolo a dormir temprano, no era la clase de familia que

castiga a sus hijos dejándolos sin cena. Ningún niño debería irse a dormir sin cenar.
Ahora, Kyung Soo podía decir que era realmente un hombre muy honesto por eso se
sintió avergonzado cuando ese pensamiento se instaló en su cabeza…
…Jongin tenía mucho dinero, habían demasiadas cosas en esa casa que posiblemente no
echaría en falta nunca, cosas que podrían venderse para pagar las pruebas que
necesitaba su madre… los libros que necesitaba su hermana; después de todo él le había
estado haciendo la comida últimamente y limpiaba partes de la casa, podría hasta ser
considerado un pago. Bueno. Solo cuando podía obviar la suma millonaria que había
desembolsado el diseñador por un robot falso.
Sin embargo cree que solo lo hará en esa ocasión, si lograra hacerle llegar a Chanyeol
alguna cosa de valor extraída de esa casa, su novio podría venderla y sus problemas
disminuirían… además, Jongin no iba a sufrir por algo que a él le sobraba, era una
cuestión de prioridades, un adorno menos para alguien por una mejor calidad de vida
para alguien más. Solo era cuestión de conseguir algo pequeño, que no fuera fácil de
notar.
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Jongin como siempre se despierta tarde, él no tiene que llegar a trabajar temprano a
ninguna fábrica ni enfrentarse con malhumorados jefes. Algo varía esa mañana,
normalmente su dueño abre los ojos, lo abraza más fuerte y se queda así un rato antes de
irse a la ducha; esta vez después del posesivo abrazo, Kyung Soo recibe un beso en el
cuello que le acelera el corazón, se lo acelera mucho porque no lo esperaba pero Jongin
no puede darse cuenta porque ya está entrando al cuarto de baño.
Ese viernes no se meten al taller sino al estudio y Kyung Soo observa a Jongin teclear
en la computadora durante un rato mientras de ella salen las notas de las composiciones
de Yann Tiersen. Le gusta, nunca ha salido del país ni ha subido a un avión pero esos
sonidos le hacen pensar en cómo sería caminar por las calles de Italia, luego baja a
cocinar fideos, porque es lo que mejor le sale y porque después de esa música es lo
único en lo que puede pensar.
Cuando regresa con la comida de Jongin este le pide que se siente en su regazo y él
obedece. Su dueño le ordena de una manera amable y casi avergonzado que le dé de
comer en la boca, Kyung Soo no se lo puede creer, cómo ese tipo puede ser tan
demandante y tierno a la vez, él no alimenta así ni siquiera a su hermanita pero no puede
simplemente negarse y lo hace. Enrolla los fideos en el tenedor de plata y le da bocado
tras bocado mientras lo escucha contarle qué ha estado haciendo en la computadora.
Jongin ha estado planeando una fiesta, está lista para darla la noche del domingo, ha
contratado un servicio de catering y ha invitado a algunas personas. Anunciará el nuevo
diseño en el que va a empezar a trabajar.
—Puedo ayudar a recibir a las personas invitadas. —Dice Kyung Soo aún en el regazo
de Jongin. Está jugándose una carta importante.
—¡Eso sería maravilloso! Todo mundo va a conocer a mi bonito robot de emociones

artificiales… creo que la verdadera razón de esta fiesta es que quiero presumirte un
poco, sobre todo con Kris.
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¿Quién mierda es Kris? —Pero no puede preguntarlo de esa manera.
—Mi base de datos no registra a Kris.
—Es un pintor loco que no puede quitar las manos de su AE.
—Debo registrar en mi base de datos la clave de tu puerta, así podré abrir y cerrar la
casa para los invitados.
Kyung Soo logra su cometido, se aprende muy bien la clave de seguridad, no puede
simplemente apuntarla por ahí, se obliga a sí mismo a no olvidarla nunca. El resto de la
tarde la pasan en la biblioteca, Jongin ha iniciado un nuevo libro y lee en voz alta para
su robot mientras recibe un masaje en los pies, realmente a Kyung Soo no le importa
tocar de ese modo a Jongin, está escuchando las historias de este hombre llamado Oscar
Wilde quien desde la cárcel donde se encuentra por el delito de sodomía, le escribe a su
amante, un tipo llamado Lord Alfred Douglas.
Inicialmente hay tanto dolor en esas letras, reproches y culpas, Kyung Soo se pregunta
si Jongin se ve reflejado en ciertas emociones por su ex-noviazgo con ese Taemin. Pero
también descubre amor y pasión en aquella historia, y sin saberlo está profundamente
introducido en la trama, tanto que odia cuando el moreno deja de leer sin haber llegado
al final.
Por la noche Jongin está de buen humor después de la cena de Kyung Soo. Sube a su
recamará, pone a sonar una música de Frank Sinatra que a Kyung Soo le parece de lo
más anticuada pero pronto está siendo guiado por su dueño, obligándolo a bailar por
toda la habitación. Hace una pausa para desnudarse a sí mismo y a su robot y luego se
introducen en el jacuzzi.
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Jongin se acomoda en medio de las piernas de Kyung Soo y apoya la espalda en su

pecho.
—Acaríciame el cabello. —Ordena sin timidez y Kyung Soo lo obedece de inmediato.
Jongin cierra sus ojos y suspira.
—Es tan bueno tenerte aquí… creo que has sido la mejor inversión de mi vida. Me
escuchas, me acompañas cuando trabajo, nadas conmigo, cocinas, me haces masajes, tú
trajiste un helado para mí… es como si hubieras sabido exactamente cómo actuar para
hacerme feliz. A veces siento que lo de Taemin fue hace muchísimo tiempo…
El moreno toma una de las manos que están resbalándose entre su cabello y la acerca a
sus labios para besarla. Kyung Soo no se pregunta por qué y solo la deja descansar
sobre el pecho del diseñador. Pronto Jongin se queda dormido pero aún así el más bajo
no deja de acariciar sus cabellos, luego se permite acercar su nariz y olerlo, y respirar
también cerca de su cuello.
Kyung Soo se siente muy bien ahí, ama sus responsabilidades de robot, cree que
Taemin es un idiota, él por nada del mundo dejaría a un hombre como ese, máxime si el
motivo de la separación es el sexo anal.
Yo desearía trabajar aunque fuera siendo uno de estos muebles, de ese modo no tendría
que dejarte. Es decir, que dejar tu casa… No a ti, a tu casa… —Pensó.
Y luego sintió una punzada de culpa, cuando recordó lo que iba a hacer mañana.
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Capítulo 12
Kyung Soo y Chanyeol
Fuente desconocida
Sábado por la mañana, Kyung Soo abre los ojos y frente a él está el rostro de Jongin con
una enorme sonrisa.
—Amo tus ronquidos artificiales. —Le dice.
Amo. —Registra Kyung Soo. Chanyeol siempre se quejaba de sus ronquidos. ¿Qué tan
solo debía sentirse alguien para amar unos molestos ronquidos?
Jongin se levanta más temprano, pone a sonar una mezcla de tango y música electrónica
mientras comparten la ducha, parece estar lleno de energía y de ánimo juguetón, hace
peinados ridículos a Kyung Soo ayudándose con la espuma del champú y se ríe. Luego
se apresura a vestirse y se va sin desayunar, le avisa a su robot que estará todo el día
afuera encargándose de unos compromisos pero le pide que cocine pollo para la cena.
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—Quisiera llevarte. —Dice abrazándolo— pero me he burlado mucho de Kris por no

separarse de su AE y no quiero caer tan fácilmente.
En cuanto Kyung Soo queda solo, logra comunicarse con su novio, le da la dirección de
la casa del diseñador y casi dos horas después le está abriendo la puerta. Chanyeol se
encuentra alucinado ante una casa tan enorme. Una vez que Kyung Soo consigue medio
calmarlo, se sientan en el sofá negro.
—Ya conseguí hablar con Baekhyun, me devolvió el dinero porque la chaqueta ni

siquiera salió de su envoltorio, dijo que es política de la tienda no aceptar algo así pero
como somos amigos hizo una excepción.
Sí, claro, amigos. —Kyung Soo no termina con su desconfianza ante aquel diseñador
pero decide no reclamar porque él todas las mañanas se ducha con otro.
—Devolví el dinero a Lay pero parece que todavía no te perdona por haber amenazado
a Xiumin. Yo diría que aún te quedes un poco más… hasta que pase su ira… suele ser
muy rencoroso cuando se trata de su novio…
—¿Qué hay de mi madre?
—Estoy trabajando mucho con mi padre y dando clases de guitarra, hago todo lo que
puedo cuando no estoy en el instituto pero la prueba que necesita es algo costosa y aún
no tengo ni la mitad del dinero. Tu hermana está bien pero lo que había para que vaya al
colegio se acabó ayer.
Kyung Soo toma la mano de Chanyeol y coloca sobre su palma una lágrima de zafiro.
—Vende esto y paga el examen de mi madre. No aceptes poco dinero, es zafiro azul, es
muy apreciado porque casi no hay yacimientos de esta piedra… ¿Entiendes?
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—Kyung Soo… tú…
—Sé que está mal, pero no permitiré que me juzgues. Tú robaste, Chanyeol, por eso
estoy aquí, y robaste para una estúpida chaqueta, yo te estoy dando esto para que cuides
de mi madre mientras salgo de este lío en el que estoy metido.
—No lo sé, Kyung Soo… No quiero que te metas en más problemas.
Kyung Soo sacó unos cuantos billetes que había hurtado del estudio de Jongin.
—Dáselo a mi hermana, es importante que nunca falte al colegio.
Chanyeol asintió, era imposible llevarle la contraria a su novio. Tenía ideas fijas y una
vez que decidía algo era inútil intentar convencerlo de lo contrario. Luego se percató de
la pieza de arte que llevaba en su muñeca.
—¡Es increíble! ¿Por qué no solo huimos con esto?
—Chanyeol me acabas de decir que no puedo volver aún a casa, además no es tan fácil,
me gustaría saber si mi madre no necesita medicinas caras y tener un trabajo antes de
irme de aquí, sigue buscando algo para mí…
—Está bien, lo haré. Haré todo lo que me pidas… es solo que… te extraño demasiado.
Kyung Soo también lo extrañaba, lo extrañaba mucho, muchas veces al día, cada vez
que por causa de Jongin tenía una erección. De repente todas sus frustraciones sexuales
de las últimas fechas, se acumulaban de golpe en su organismo, y ahí estaba frente a su
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gran y lindo novio que sabía bien que él no era un robot y que tantas veces lo había
excitado antes… sin perder ni un momento se lanzó a sus brazos.
Kyung Soo desnudó a su novio en un tiempo récord y empezó a desnudarse él mientras

iba camino a la habitación principal, había visto la botella de lubricante en la mesita a la
par de la cama. Metió una buena cantidad del líquido viscoso en su propio ano y se
lanzó sobre el colchón, boca abajo, esperando que Chanyeol lo embistiera… no tuvo
que aguardar demasiado.
Era la primera vez que tenían sexo en una cama tan suave y lujosa. Kyung Soo había
tenido un gran y fabuloso orgasmo entre los embistes de Chanyeol pero con la nariz
muy metida entre las sabanas sintiendo el olor de su dueño. Recordando la vez que lo
había visto en acción con Taemin, imaginándose siendo él ese rubio y cediendo ante los
deseos del moreno dejándole sodomizarlo a su antojo.
Cuando acabaron lo echó de la casa, lo despidió con un enorme beso en la boca y

obviando la pregunta de Chanyeol de ―Por cierto ¿Esa ropa es de la línea Byun?‖
Lavó las sabanas que habían ensuciado y colocó unas limpias, también aseó el sillón
donde se había sentado Chanyeol, no es como si su novio hubiera estado sucio o algo
así, es que él sentía pavor de ser descubierto por Jongin.
Cuando el diseñador de joyas llegó, la cena estaba servida y caliente, al final tomaron
una ducha juntos y se arroparon bajo las sabanas limpias. Jongin besó la nariz de su
robot.
—Estoy tan feliz de tenerte, Kyung Soo.
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Capítulo 13
El domingo Jongin se ha encargado de que Kyung Soo este vestido de modo elegante,
ha puesto algo de gel en su cabello y lo ha peinado con una raya de lado, le ha rociado
perfume caro y le ha dado un pequeño beso en la frente antes de voltearlo frente al
espejo.
Kyung Soo no puede creer que ese sea él porque sinceramente se ve como un modelo.
Mira el reloj de piedras preciosas que aún lleva en su mano, las zapatillas de la estatua
de Svenka, luego la copa con las lágrimas de zafiro y cree que él mismo es una piedra
que se ha vuelto brillante ante el toque de Jongin.
No sabe si el destello que desprenden sus ojos tiene que ver con el hecho de usar ropa
costosa o con los besos ocasionales que Jongin ha empezado a darle, que siempre llegan
inocentes, rápidos e inesperados a posarse en su mejilla, nariz, cuello u frente.
El diseñador está pegado a su espalda, también va impecablemente vestido y huele

deliciosamente bien. Sus brazos están rodeando la cintura de Kyung Soo y su rostro está
apoyado en el hombro derecho del más pequeño. Una sonrisa cruza su cara.
—Tu temperatura y tu respiración son tan reales… tu aliento cálido, el latido de tu

corazón…
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—Estoy diseñado para…
—Para parecer real. Lo sé. —Dice apartándose de golpe y borrando su sonrisa.
Se acerca a la copa y mete su mano para darle vueltas a las varias lágrimas de zafiros
azules, las siente vivas como si revolcara con ese acto todas sus emociones. Kyung Soo
teme que note que hace falta una de ellas. Tampoco desea enojarlo ni dejar de estar
abrazado, sin pensarlo le abraza él mientras deja su frente descansar en la espalda del
más alto.
Quiere preguntarle por qué siempre parece tan triste a pesar de tenerlo todo y quiere
preguntarle por qué entre todos esos robots tenía que elegirlo a él. A un chico con tan
poca gracia como él.
¿Por qué, Jongin?
—¿Jongin?
—¿Qué cosa?
Se da cuenta que formuló la pregunta en voz alta y se reprende de inmediato en su

mente.
—Siempre diseñas en piedras azules —Dice a cambio.
Jongin mira su copa llena de piedras en silencio durante unos segundos y Kyung Soo
está a punto de empezar a sudar porque cree que es ahora, con ese error que Jongin lo ha
descubierto. Pero luego su dueño suspira y le responde.
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—Se llaman zafiros, no siempre los uso… pero son una de las piedras más relevantes.
Simbolizan la sinceridad, fidelidad y verdad en las relaciones humanas, también son
fuente de paz, sabiduría y alegría, por eso siempre trabajo en una lágrima azul cuando
me siento triste… me da la esperanza de estar mejor.
Sinceridad, fidelidad, verdad, paz, sabiduría, alegría, eran todas las cosas que Kyung
Soo no tenía en ese momento. Mucho menos para con Jongin y en su estómago sintió el
malestar de la culpa.
El diseñador se volvió para abrazarlo de frente.
—Los antiguos persas creían que la tierra estaba colocada sobre un zafiro inmenso y
que el cielo era azul porque reflejaba su color. —Dijo antes de separarse solo lo
necesario para acariciar la mejilla de Kyung Soo— En la antigüedad se pensaba que la
piedra era fuente de protección contra los malos espíritus y que protegía a los viajeros y
buscadores.
En ese caso sí parece que me sirvan. —Pensó Kyung Soo.
—Estás muy apuesto, Kyung Soo. —Susurró Jongin frente a su cara.
—Tú también lo estás. —Respondió con otro susurro.
Sabía que no debía hacerlo, parecía que Jongin se estaba apegando a su robot
inexistente cada vez más y el estúpido robot inexistente tenía novio y tenía humanidad
pero cuando el diseñador olía tan bien y lo miraba justo a la boca de esa manera en la
que se adivinaba nada más que deseo, él y sus circuitos mentales fueran estos de
plástico o de sinapsis puramente biológicas, colapsaban todas por igual.
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El aliento de Jongin era fresco, Kyung Soo anticipaba el sabor mentolado de una lengua
húmeda y ansiosa. Sus labios estaban ahora tan cerca que el más mínimo movimiento
los fundiría. Ambos no acababan de cerrar sus ojos porque no querían perderse ni un
solo movimiento pero sus miradas estaban bajas, puestas en la boca contraria y de ese
modo sus pestañas cubrían como un manto delicado sus bellos ojos.
Parecía que el tiempo se había suspendido y Kyung Soo no podía precisar cuánto rato
llevaban así, físicamente no se habían besado pero mentalmente él se había comido esa
boca en su totalidad, lo hubiera hecho de un modo más tangible si Jongin no se hubiera
apartado de manera abrupta.
**********************************************************************
Los invitados llenaban toda la estancia, algunos camareros caminaban de un lado a otro
ofreciendo bocadillos, Kyung Soo calculó que habrían alrededor de 25 personas.
La bossa-nova sonaba animada no tan alto como para no permitir que las personas
charlaran. Tintineos de copas se escuchaban desde todos los sitios.
Él había ayudado recibiendo a algunos invitados. Cuando en su comunidad alguien

ofrecía una fiesta, las personas llevaban bocadillos o cerveza, estaba entusiasmado por
ver las exquisiteces y las bebidas de lujo que aquel grupo de riquillos iban a traer pero
nadie presentó nada. Al parecer no existía esa costumbre en la clase alta. Se preguntó si
era a causa de la tacañería que lograban hacer tanto dinero.
También notó la enorme diferencia en lo que podría considerarse una fiesta. Un

autentico festejo en su comunidad contaba con ciertos ingredientes tales como música a
todo volumen que puedes bailar pegado a la persona que te gusta o puedes cantar a todo
pulmón abrazado a tus amigos y si alguien llevaba una guitarra (generalmente su novio
Chanyeol) era mejor. Comida en abundancia en platos de plástico o cartón. Licor de
dudosa procedencia pero siempre el suficiente y si al menos la mitad de los invitados no
acababan ebrios, la fiesta había sido un fracaso.
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Habían risas, locuras, a veces fotos vergonzosas, y si quería ser una fiesta realmente
buena, debería haber por lo menos una pelea o que alguien enviara una patrulla
policíaca.
La fiesta high class en la que estaba era compuesta por algunos políticos o gente
famosa, todos tomaban vino o champan, comían bocadillos minúsculos, hablaban
educadamente y aunque un bossa-nova medio aburrido no dejaba de sonar, nadie
parecía prestarle atención.
—Kyung Soo, déjame presentarte a Kris y a su AE, su nombre es Tao.
—¡Hola! —Saludó Tao efusivamente, ofreciéndole la mano con una falsa sonrisa.
Kyung Soo estaba frente a un AE de verdad, ese tipo enorme frente a él debía tener la
etiqueta de Non Alma en algún sitio. Se sintió nervioso como no había estado ni siquiera
cuando conoció a los políticos.
—Tu AE es bastante seco… por no decir inexpresivo, Kai. —Dijo Kris.
—Está aprendiendo, y sus sonrisas tienen forma de corazón…
—¿Es un dominante? ¿Un activo?
—¿Eh? ¡No! Es sumiso…
—No actúa como si fuera complaciente, generalmente son puras sonrisas.
—Él es tímido. —Dijo Jongin, abrazándolo de modo protector.
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Kris lo escudriño con la mirada.
—Tiene ojos grandes… es muy enano.
—¿Estás loco? Él es perfecto.
—No lo sé…
—Kris, yo lo visto cada mañana, si te digo que es perfecto es porque lo es.
Kyung Soo no pudo evitar sonrojarse y a Kris le brillaron los ojos en cuanto lo notó.
—¡Oh, mira! ¡Ahí está! Un rubor artificial. Tenías razón, es del tipo tímido… me
imagino que a solas es un encanto… Ahora entiendo por qué diste esta fiesta, no quieres
más que presumir.
Jongin besó la oreja de Kyung Soo y este sintió como un rayo atravesándolo.
—Hola, par de tontos enamorados de robots. —Saludó alguien tras Kyung Soo.
—¡Byun Baekhyun! —Saludó Jongin al voltearse.
Byun Baekhyun el quita novios.
Kyung Soo había visto el modo en que Baekhyun miraba a Chanyeol un viernes que
pasó a la panadería del señor Park. Su novio no habló mucho con él, en pocas palabras
le había dicho que el chico del fondo era su novio y el diseñador se había ido rápido
pero no lo suficiente como para que Kyung Soo no notara algo raro. Ahora estaba
asustado de que ese millonario de sonrisa cuadrada lo descubriera ante todos, pero en
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realidad Baekhyun no le prestaba atención a la gente barata, solo a Chanyeol porque

Chanyeol era… bueno, tal vez porque era muy alto, del tipo imposible de no notar.
—Baekhyun tú no deberías criticar… sé cosas peores respecto a ti. —Amenaza Kris.
—¿Respecto a mí? Pero yo no me follo a ningún aparato. —Susurró.
—No, tú te follas a un chico piojoso que compra su ropa en tiendas de segunda y tercera
mano.
Baekhyun lo miró alarmado y Kyung Soo agudizó sus sentidos.
—¿De qué está hablando Kris? —Preguntó Jongin.
—El otro día estaba comprando algo de ropa en su boutique cuando entró con un tipo
alto y feo que casi estaba vistiendo una cortina, fue tan ridículo cómo lo veía ¿Le
estabas pagando con ropa a cambio de sexo?
—¡No! Él compró esa ropa, estaba comprando una chaqueta para su novio y no, no me
lo follé.
—No te folló, querrás decir. —Corrigió Jongin.
—Pues mejor para ti Baek, o a esta hora tendrías ladillas. ¿De dónde sacaste ese tipo
con cara de tonto? Se le notaba tan perdido en medio de tanta ropa exclusiva…
—Él… él es… bueno, él me ayudó una vez cuando me quedé varado en un barrio
horrible e impidió que los maleantes me comieran vivo o me raptaran y pidieran un
rescate millonario a mis padres y… Kris no tiene buena vista, estoy seguro de que si Kai
lo viera pensaría igual que yo, Chanyeol es un diamante en bruto, solo es necesario
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bañarlo, ponerle ropa de verdad e impartirle un par de clases de ética para que pase de
ser un sapo de barrial a un príncipe de cuentos.
—O sea que estás a punto de hacerte cargo de un chico de la calle ¿Estás haciendo
caridad Baekhyunie? —Preguntó Jongin desatando la risa de Kris.
Kyung Soo quería vomitarles encima.
—¡No! Él tiene novio…
—Será otro muerto de hambre… —Decide Kris.
—Pues sí, es alguien de ese mismo charco inmundo. —Dijo frustrado— Alguien a
quien no le gustó mi chaqueta y lo obligó a devolverla. Siento que lo odio.
Jongin y Kris rompieron en carcajadas.
—Parece que tus materiales de trabajo no son demasiado buenos ni para la piel sucia de
un obrero. —Se burló Kris— Me aseguraré de devolver la ropa que te compré ese día
para que no me hagan trizas en las revistas de moda, al parecer has quedado out.
—No me hace gracia, Kris.
—Pero Baek, ¿Por qué no solo lo has tomado para ti? —Preguntó Jongin— ¿Qué te lo
impide? Si es un chico de tan baja categoría seguramente se va a poner feliz de que
alguien como tú se digne a verlo, venga, deja de ser tímido y apártalo de ese novio, no
actúes como si en verdad tuvieras competencia…
—Pueden burlarse todo lo que quieran, pero me gusta en verdad ese pobretón, es mi
reto personal, así que cuando lo reclame, lo voy a hacer bien, estoy esperando el
momento adecuado para dar el golpe… Cuando acabe con él se los presentaré y Kai
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dejará de ser el mejor sacando brillo de las cosas, ya verán cómo brillará mi gigante…
—Sonrió maliciosamente.
—Iré a traer champan para ti. —Dijo Kyung Soo a Jongin, caminando directamente a la
cocina antes de que su dueño pudiera detenerlo.
—Supongo que debo explicarle que no debe atenderme si hay camareros presentes. —
Dice Jongin a sus amigos.
Kyung Soo se tomó de un solo trago la primera copa de champan que encontró y luego
se volteó lanzándola hacia una pared de la cocina, el cristal se hizo añicos y salió
disparado en varias direcciones. Nadie resultó herido pero varias personas del servicio
de catering detuvieron su trabajo y lo miraron sorprendido.
—¡¡¡¿Qué?!!! —Les gritó antes de que todos se sobresaltaran y volvieran a sus labores.
Kyung Soo se frotó la cara y luego respiró profundo buscando tranquilizarse. Los
odiaba, odiaba todo de aquellas personas, odiaba al presuntuoso de Kris, al estúpido
robot real Tao, a Baekhyun y que Chanyeol fuera un idiota y se odiaba a sí mismo por
haber pensado que Jongin era diferente.
Tomó tres copas de champan, escupió en cada una de ellas y las llevó hasta Kris,
Baekhyun y Jongin. Todos estaban encantados con el humanoide tímido y servicial que
él era. Se sintió un poco vengado, pero no mucho.
Entonces con su sonrisa forzada, miró a la persona que venía entrando por la puerta y su
asombro no pudo ser contenido. Sus piernas empezaron a temblar y sus ojos adquirieron
un nuevo brillo. Sabía que era posible encontrarse a cualquiera en casa de Jongin, en
especial después de ver a Baekhyun, pero aquel hombre recién llegado era demasiado…
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Capítulo 14
Suho
Él es Suho, él es cantante, él es el amor platónico de Kyung Soo... y en cuanto lo ve

siente que se orina un poquito en los pantalones, se obliga a contener el impulso de
tirarse a sus brazos, sacarse el caro bóxer de diseñador y pedirle un autógrafo en ellos.
Nunca lo ha dicho en voz alta pero en tan fanboy de Suho como su hermana
en fangirl de Taemin.
Después de los saludos al fin Jongin se lo presenta o es más bien como que muestra a
Suho su nueva adquisición y Kyung Soo lo abraza amorosamente. Jongin se avergüenza
un poco cuando el cantante le pregunta qué clase de cosas le ha estado enseñando a su
AE pero el pequeño fan responde que entendió que debía ser más efusivo después de
que Kris criticara su saludo distante.
Jongin mira a Kris con odio y este se va disimuladamente hasta el otro lado del salón
con Tao a buscar otro tipo de pláticas. Una mujer se acerca a charlar con el moreno y
Kyung Soo no deja de sonreírle a Suho.
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—He escuchado tu música. —Le dice— Es buena.
—¿Kai escucha mi música? ¡Vaya!
No, ese idiota no ¡Yo! Soy yo, que te amo.
—Te traeré algo de beber .
—Las personas de servicio se encargaran de hacerlo.
—Estaría encantado de hacerlo yo.
Kyung Soo vuelve casi segundos después con una copa de champan sin escupa y se
sienta al lado de Suho solo para observarlo beber.
—Eres muy apuesto. —Declara.
Suho ríe y Kyung Soo se derrite un poco.
—Bueno, sinceramente también lo eres, es una lástima que seas un AE. —Suho se
inclina para susurrarle de cerca —Si fueras una persona de carne y hueso yo intentaría
conquistarte y llevarte conmigo.
Kyung Soo se ruboriza porque aquello es lo más romántico y erótico que le han dicho
en toda su vida, bueno, no en realidad, pero se lo había dicho Suho y él tenía fantasías
con ese cantante desde que lo vio debutar cuando cumplió 18 años.
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Suho era una persona amable, talentosa y sobre todo era alguien a quien le encantaba ser
admirado, cuando vio a Kyung Soo sonrojarse por él, sintió un flechazo y a la vez una
envidia infinita por Jongin. Después de una hora de plática con el supuesto humanoide,
fue a buscar a su dueño.
—¿Cuánto me cobras por ese AE?
—¿Perdón?
—Te pagaré cinco millones más de lo que diste por él. Me gusta, quiero llevármelo.
Jongin sabía lo envidioso que era Suho pero aún para él aquello era demasiado, los
humanoides de Non Alma eran muy específicos para las necesidades de sus dueños, si él
quería uno, debería ir a hablar con Oh Sehun y pedirle un consejo, no intentar comprarle
a Kyung Soo.
—Lo adquirí para mí, no está a la venta.
—Puedes conseguir otro.
—¡Tú también! Uno que no sea mío. Son muy exclusivos, solo pídelo con las
características que desees y…
—¡Quiero ese! Tiene unos ojos grandes, es como de mi tamaño, es sumiso, es tímido, es
atento y es adulador. Lo quiero.
—¿Adulador? Mi Kyungie no es adulador. Ciertamente a veces de su boca sale un

cumplido pero no lo es tanto…
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—Desde hace una hora está adulándome... lo quiero, en serio, te daré el doble de lo que
pagaste por él. No me importa cuánto pidas, lo quiero.
Kyung Soo estaba en medio de los dos pasando los mejores minutos de toda su maldita
vida porque su idol estaba teniendo una clase de crush con él.
–—No servirá porque Kyung Soo es fiel a mí, pedí un AE en extremo fiel a su dueño, lo
lamento, no funcionaría bien contigo.
Suho miró a Kyung Soo e hizo un mohín.
—Oh, Kyungie quiero llevarte conmigo pero no me vas a amar, eres un robot muy
malo…
—¡Te amo! —Le dijo— ¡Te voy a amar mucho!
Jongin tiró del brazo de Kyung Soo.
—Vete a la habitación ahora mismo.
Kyung Soo lo miró incrédulo.
—¿No entendiste mi orden? ¡Vete a la habitación!
—Orden procesada. —Respondió Kyung Soo antes de dirigirse escaleras arriba.
Maldito, idiota, sin pensarlo dos veces te cambiaría por Suho, es más guapo, más
amable, más talentoso, menos estúpido que tú…
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Cuando al fin la fiesta acabó a la una de la mañana, Jongin dio orden a los empleados de
asear todo antes de irse y subió. Kyung Soo se había quitado los zapatos y estaba viendo
el televisor bajo las sabanas.
—¿Entretenido? —Preguntó Jongin.
—Algunos programas son educativos, adquiero información que puedo utilizar en mis
interacciones.
—¿Ah, sí? ¿Y qué clase de películas ves? ¿Infidelidad, con Richard Gere?
Kyung Soo se sentó en la cama mirando a Jongin.
—Esa película no está registrada en mi base de datos.
—¿Entonces dónde aprendiste a coquetear con alguien que no sea tu dueño?
Jongin se acercó a Kyung Soo y tiró de su brazo obligándolo a levantarse y luego lo

llevó casi a rastras a una de las habitaciones de huéspedes.
—Tú vas a pasar la noche aquí y por la mañana iré a devolverte a Non Alma.
Kyung Soo sintió que caía al vacío.
—No necesito a un robot que diga que ama a otros…
Jongin cerró la puerta al salir, dejándolo en la más completa oscuridad. Kyung Soo
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sentía muchas ganas de llorar. Claramente tenía que escapar de ese lugar antes del
amanecer porque si permitía que lo arrastraran hasta Non Alma, su vida estaría acabada,
la de humano y la de robot.
Salir así implicaba no tener la oportunidad de robar más joyas para pagar cosas para su
familia. Pero no era eso lo único que le entristecía, y lo molestaba comprenderlo.
Kyung Soo estaba triste porque Jongin se había enfadado, lo estaba rechazando, lo
devolvía, se deshacía de él como si fuera basura.
Después de que compartieron baños, lecturas, música, después de haberle preparado

tantos platillos y haber recibido tantos pequeños besos y grandes abrazos, solo se
deshacía de él. Definitivamente Jongin era un idiota, un tipo sin escrúpulos como
cualquier adinerado que no sabe apreciar el valor real de las cosas, la depositación
afectiva… nada.
Ahora estaba llorando ¡Y lo odiaba! Odiaba sentir cómo sus lágrimas se resbalaban al
saber que Jongin no lo quería y lo repondría con cualquier robot. Pero por supuesto, él
era ojón, enano e inútil, como robot no tenía ninguna habilidad especial… y como ser
humano tampoco. Miró su reloj de diamantes en forma de búho y decidió que lo llevaría
consigo, aunque en el fondo una voz le advertía que aún si lo robaba no tendría el valor
de venderlo, no podría deshacerse de él.
La puerta se abrió de repente y la luz del pasillo se hizo camino iluminando el rostro
lloroso de Kyung Soo. Jongin estaba atónito mirándolo a la cara.
—¡Imposible! Eres un robot… ¿Cómo puedes estar llorando?
El corazón de Kyung Soo estaba brincando del estómago hasta la garganta.
—Los AE estamos diseñados de modo que podamos llorar, porque somos

completamente empáticos con las emociones humanas y podemos recrearlas con la
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mayor exactitud. —Se las arregló para decir todo aquello sin sollozar.
—¿Pero por qué estás llorando?
Kyung Soo en una situación normal se hubiera dado la vuelta, hubiera escondido su
rostro junto a sus emociones, luego soltaría algún insulto y se iría, pero no podía rehuir
ni ser evitativo en algún grado, porque los robots no eran capaces de sentir vergüenza
realmente, y no eran capaces de mentir para conservar una dignidad que no tenían. Y él
tuvo que exponer sus emociones por fingir ser un aparato sin emociones lo cual era
tremendamente paradójico.
—Ser rechazado genera emociones displacenteras y las emociones displacenteras se

demuestran con lágrimas. La política de la empresa es: "Llora si te rechazan y menos
humanoides serán devueltos‖ —Ahora era cuando agradecía haberse enamorado del
profesor de psicología de su antiguo colegio porque debido a ello le prestaba atención y
conocía lo que significaba "emoción displacentera".
Jongin sabía que ese era tan solo un robot y hubiera deseado poder cumplir su palabra y
solo devolverlo a Non Alma antes de volverse completamente loco porque en verdad
estaba empezando a sentir cosas por ese humanoide que eran realmente fuertes, cosas
que superan lo que las personas normales sienten por los objetos. Como celos insanos
cuando su robot parecía maravillado por Suho.
Tal vez tenía que ver con que últimamente había sido dejado y después de tanto, ahora
era realmente posesivo y no quería perder nada más, pero había reaccionado enojándose
con un robot y castigándolo en una habitación oscura y vacía como si eso lo fuera a
hacer escarmentar, como si le fuera a causar alguna clase de dolor.
Una vez en su cama lo echó mucho de menos y comprendió que el único castigado
estaba siendo él. Adoraba dormir con su humanoide y sus ronquidos. Con el
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movimiento leve de sus respiraciones y el calor que no sabía cómo rayos, salía de su
cuerpo. ¿Debería darle un premio a la familia Oh por fabricarlo?
Nunca le vendería a Kyung Soo a Suho y nunca lo devolvería tampoco. Fue a buscarlo a
la habitación de huéspedes y al abrir lo encontró llorando. Sabía que esos robots estaban
diseñados para hacer cosas como esas, pero pensaba que solo se utilizaba como una
actuación durante el sexo sadomasoquista, o algo así le había dicho Sehun, ahora
lamentaba haber estado tan distraído observando a Luhan.
Lo cierto es que sintió como si su regaño hubiera sido algo doloroso para Kyung Soo y
experimentó culpa por haberlo sacado abruptamente de la fiesta obligándolo a
encerrarse en la habitación. Alguna parte de sí mismo se sentía todavía más estúpido y
abochornado por estar siendo manipulado por un robot para no generarle pérdida
monetaria a una empresa, pero el lado bueno, estupendamente bueno era que Kyung
Soo nunca jamás lo juzgaría y que con él podía actuar completa y absolutamente sin
inhibiciones.
Considerando eso, decidió darle rienda suelta a sus impulsos y atreverse a decir cosas
que aunque desearía, nunca se animaría a expresarle a otro ser humano. Se acercó a su
robot y lo sujetó del rostro. Los grandes ojos húmedos lo miraban fijamente,
expectantes…
—No puedes abrazar, ni reír, ni ser tan servicial con otras personas, solo conmigo. Solo
puedes darme bebidas a mí, solo puedes halagarme a mí, sentarte a mi lado y de nadie
más ¿Lo entiendes?
—... —El chico no sabía cómo responder ante tal exabrupto.
—¿Entiendes, Kyung Soo? No puedes decir que amas a nadie más, solo a mí. Eres mío,
yo pagué por ti, yo me encargo de ti y no debes obedecer a nadie más ni complacer a
nadie más, solamente a mí. Todo tú, de la cabeza hasta los pies, me pertenece. Eres mío,
mío, mío. —Dijo antes de besarlo.
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Capítulo 15
Kyung Soo
Fuente Vero B
Kyung Soo no respondió del beso inicialmente, era más como si estuviera petrificado
mientras Jongin se lo comía vivo, pero había dejado de llorar. El diseñador no esperaba
una reacción distinta ya que aquel era un robot, uno que no había besado antes, primero
debería enseñarle la manera de hacerlo para que quedara registrado en sus funciones y
pronto mejoraría porque el AE pasivo y sumiso había sido diseñado para eso.
Jongin saboreaba la boca de su robot con todo el atrevimiento que era posible, sus
labios succionaban y mordían, su lengua entró con fuerza chocando contra la de Kyung
Soo, empujándola, pasándose desvergonzada e incómodamente por los dientes.
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Mezclando la saliva real con la saliva falsa que según Sehun no era otra cosa que una
solución de agua y alguna clase de extracto vegetal.
Y el más bajo sabía que aquello estaba mal que él tenía novio pero ahí estaba Jongin
reclamándolo sin darle tregua de nada, sin mayor opción que ser un juguete pero eso no
importaba cuando aquella boca tibia se sentía tan bien sobre la suya. Sabía a licor caro y
él se preguntó si era imposible embriagarse de aquella manera porque ahora mismo
empezaba a sentirse algo mareado. Cuando ese hombre lo mordió con fuerza en su labio
inferior, Kyung Soo sintió que algo en su pecho saltaba con entusiasmo, porque ¡oh por
todos los cielos! Él estaba empezando a entusiasmarse demasiado.
Jongin tenía su cabeza sujetada con bastante fuerza, el contacto estaba siendo eterno y
había dejado de tratarse de un simple beso para ser algo mucho más íntimo, Kyung Soo
sentía que nunca antes alguien se había apoderado de su boca de tal forma. Era como si
fuera más allá de un acercamiento sexual o afectivo y se convertía en una marca, el
diseñador estaba grabando en los circuitos de su robot una sentencia ―Eres mío‖ y él, sin
darse cuenta la aceptó en el momento en que lo abrazó de la cintura.
—Abrázame más fuerte. —Ordenó Jongin mientras apoyaba su frente en la de su robot,

y fue obedecido —Eso fue un beso. ¿Entiendes?
—Ha quedado registrado en mi sistema.
—Volveré a besarte cuando se me dé la gana, porque eres mío, Kyung Soo.
Jongin llevó a su robot a la habitación principal y sin muestras de amabilidad lo

desnudó para ponerle luego su ropa de dormir. Durante todo el rato le daba órdenes
precisas ―Sube el pie‖, ―Baja el pie‖, ―Mete la mano‖, ―Sube a la cama‖. Hasta que por
fin él mismo estuvo acosado y ordenó ―Abrázame‖. Kyung Soo obedeció todo sin
dudarlo ni un segundo. De todos modos no tenía opción.
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Despertó a las diez de la mañana y como de costumbre Jongin aún dormía. Estaban
abrazados frente a frente y aprovechó la inconsciencia del otro para mirarlo fijamente.
La noche anterior el diseñador había sido bastante posesivo con él… y exigente, pero de
algún modo el desenlace de las cosas le gustaba, ahora no tendría que escapar, podría
robar otra vez y lo más importante: No había sido desechado. Todo lo contrario. Había
sido reclamado, besado y poseído, en cierta manera.
Levantó su pierna sobre la cadera de Jongin y se pegó un poco más a él haciendo que
despertara con el leve movimiento.
—Buenos días, amo. —Dijo sin meditarlo.
El rostro de Jongin se iluminó más que los zafiros azules de la copa de cristal que
recibía los rayos de sol colados por la ventana.
Ducharse juntos, ver televisión, preparar comida, cosas cotidianas. Un horario al que se
habían acoplado se desarrollaba calmadamente. La enorme casa estaba en perfecto
orden, las personas de la noche anterior habían hecho su trabajo, he ahí otra diferencia,
cuando había fiesta en casa de Kyung Soo necesitaba varios días para acabar de limpiar
el desorden.
—Elige un libro para mí. —Pidió Jongin en la biblioteca.
Kyung Soo se paseó leyendo cada título hasta que dio con el libro favorito de su padre.
"Las uvas de la ira", por John Steinbeck. Sin pensarlo lo llevó hasta el diseñador.
— ¿Este? Tienes un gusto peculiar… si se le puede llamar gusto a lo que sea el motivo
que te hizo tomar este libro.
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Kyung Soo sonríe intentando no parecer muy emocionado porque no puede ser una
sonrisa autentica, debe ser la clase de sonrisa que pondría un robot intentando ser
humano. Y Jongin está satisfecho e inicia con la lectura.
Cada penuria que pasa la familia protagonista de aquella historia, es un recuerdo de su

infancia, algunos son recuerdos tristes, otros son felices, pero hay una constante,
siempre son recuerdos llenos de carencias económicas.
Jongin se queda dormido al leer y Kyung Soo consigue despistarse un rato y

escabullirse para llamar a Chanyeol, hay buenas noticias, la joya fue vendida, esa
mañana su madre se sometió a la biopsia y ahora estaba descansando en casa, solo hay
que esperar el resultado que saldría dentro de unos días.
Cuando Jongin despierta Kyung Soo está recostado en su regazo, justo como cuando se
había dormido. Se siente alegre y acompañado, está de ánimo para iniciar un nuevo
trabajo y eso es lo que hace.
—Cuando subiste a la habitación yo anuncié a las personas que estaban en la fiesta que
iniciaría un nuevo proyecto, por eso hice la celebración. Esto es lo que haré. —Dice
mientras saca de un cajón que Kyung Soo no había revisado, un nuevo libro de bocetos,
lo abre en las primeras páginas y descubre un dibujo de un antifaz diseñado con piedras
preciosas.
Kyung Soo no sabe nada de arte ni de piedras pero puede reconocer que aquello es
hermoso, caro y perfecto. Aunque ¿quién iba a querer un antifaz de piedras preciosas?
Los millonarios eran unos caprichosos…
Jongin empieza a trabajar en su nuevo proyecto y una vez que se concentra no se

detiene, el reloj avanza mientras él maniobra ágilmente sus materiales y Kyung Soo lo
observa callado desde el sofá de la esquina en su taller.
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Cuando son las dos de la madrugada el falso robot empieza a cabecear porque el
aburrimiento lo hace caer de sueño, además suele estar dormido a esa hora porque
siempre ha tenido que levantarse temprano para ir a trabajar y su cuerpo solo desea una
cama sobre la cual tumbarse y roncar. Su cama.
Su habitación pequeña y fea porque en ella él puede dormir sin miedo a actuar como un
humano, su casa pobre donde puede ir al sanitario sin tener que planear antes una
misión de escape, su comida barata cuando su mamá le prepara la cena y su hermana le
cuenta cosas ridículas. Extraña su hogar. Pero está atrapado en una jaula de oro y
piedras preciosas, junto a un carcelero solitario…
Kyung Soo no ha logrado olvidarse del beso que recibió y se ha mantenido pensando en
qué momento volverá a recibir otro. Su madre enferma, su novio, los asesinos que lo
buscan, el beso, el fingir ser un robot. Quiere cerrar los ojos, dejar de pensar, quiere
dejar de fingir que no tiene emociones y a la vez, con toda su alma desea no tener
emociones.
Se levanta cauteloso y Jongin tan concentrado en su trabajo no se da cuenta de nada

hasta que lo tiene sentado en su regazo.
El robot esconde el rostro en su cuello y lo rodea con un abrazo. Jongin está en shock
durante unos momentos. Es como si hubiera alguien que lo necesitara, es como si una
persona hubiera estado realmente esperando por él en aquel sillón mientras trabajaba.
Como si Kyung Soo le estuviera diciendo ―Llévame a la cama porque no puedo dormir
sin ti‖.
Sabe que no es cierto, que Kyung Soo es falso, que bastaría reprogramarlo para que
Kyung Soo no lo reconociera, sabe que solo es un robot programado para actuar como
un humano cariñoso, como alguien que ayude a las personas como él que no tienen a
nadie más en su vida, a nada más que un juguete caro, pero aún sabiendo todo eso no
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puede evitar emocionarse y que su corazón se acelere, porque es como si de repente él

le importara a alguien.
Kyung Soo solo intentaba mandarle una señal que Jongin interpretara como ―El robot
cuida del humano según los horarios de sueño que ha registrado‖ o algo así, pero no
quería sonar como una mamá robot diciendo ―Hora de dormiiiir‖ se suponía que él
estaba programado para ser un robot sumiso y había visto lo cariñoso que parecía el
robot Tao con Kris en la pasada fiesta.
Creyó que sentarse en los regazos de Jongin sería una señal lo suficientemente clara de
―Vamos a dormir‖, el moreno estaba tan concentrado que de dejarlo iban a amanecer
ahí. Por eso cuando Jongin lo abrazó y empezó a mojarle el rostro con su lágrimas, no
supo qué hacer más que quedarse quieto. Había metido la cara entre el cuello del
diseñador y ahora las lágrimas que botaba se escurrían en él.
Después de unos minutos Jongin se levantó cargándolo como si él fuera una princesa y
a Kyung Soo casi le da un infarto pero como siempre no podía demostrarlo, solo
agradecía haber tenido su rostro escondido porque no hubiera podido disimular su
asombro. Fue cargado hasta la habitación y luego fue arropado.
Jongin está acostado a su lado, ambos están mirándose a los ojos, Kyung Soo no sabe si
apartar la mirada pero supone que un robot no debería sentirse intimidado por una
simple mirada y se fuerza a mantenerla. Jongin tiene una mano en su rostro, lo está
acariciando. Él también acerca una mano al otro para limpiarle una lágrima de la
mejilla.
Eres un llorón –Quiere decirle— Ya no estés triste, por favor.
Pero no puede, porque está lejos muy lejos de Jongin, a pesar de que siente el tibio
aliento sobre su rostro.
92
Entonces el diseñador lo sujeta con fuerza pero sin llegar a hacerle daño y en un
movimiento decisivo se lanza a besarlo. Atrapa su boca como un experto, ambos tienen
labios carnosos y Kyung Soo siente como si lo estuvieran devorando. Los movimientos
de Jongin son amplios, está abriendo y cerrando su boca sobre la suya y moviendo la
cabeza de un lado a otro. Es apasionado y por completo desinhibido. Es húmedo y tibio,
y la lengua es resbalosa y a la vez firme.
Jongin está poniendo todo de sí mismo en ese beso y Kyung Soo siente que es el mejor
que le han dado a lo largo de sus 21 años. No es solamente que disfrute de la técnica, es
algo más… tal vez el sabor a desesperación que hay en la saliva.
El diseñador se ha apegado a su robot y Kyung Soo puede verlo claramente, puede ver
el modo en que Jongin lo mira con anhelo y cómo lucha internamente para no dejarse ir
pero ahora Kyung Soo lo tiene sobre él, y está comiéndoselo vivo, Jongin se ha dejado
ir…
Capítulo 16
93
Jongin
Fuente Vero B
El martes Kyung Soo se las arregla para telefonear a Chanyeol mientras Jongin está
encerrado trabajando. Su novio le indica que logró vender el zafiro azul y conseguir
trescientos cincuenta dólares, el dinero suficiente para pagar por la biopsia de la señora
Do. El día anterior la prueba había tenido lugar en una clínica y ahora descansaba en
casa. Kyung Soo hubiera querido hablar con ella pero no tenían teléfono en su hogar.
Chanyeol se estaba encargando de cuidar a su familia, aparentemente la madre estaba

bien y So Hyun, la pequeña monstruo, no se había metido en ningún problema en su
colegio.
—¿Cuándo vas a salir de ahí, Kyung Soo?
—Cuando estén los resultados médicos de mi madre. Debo saber si necesita medicina.
—Solo toma esas joyas y sal de una vez.
—¿Y si robo en vano?
—Pero Kyung Soo… eso no importa, ese tipo no perderá nada. Sal de esa casa. Ya no
hay peligro aquí, ya tu madre se hizo la prueba, solo vuelve. Tengo miedo de que te
descubran…
—Solo un poco más, solo hasta los resultados porque no voy a robarle a Jongin en vano.
— ¡Bien! ¡Cómo quieras! Pero no estoy de acuerdo con esto… eres demasiado
obstinado…
— ¿Quién fue el que me pidió que me quedara aquí en primer lugar? —Acusó.
— ¡Eso fue antes!
94
— ¡Antes de que necesitara dinero para mi madre!
— ¡No! ¡Antes de que Baekhyun me hablara de ese! —Dijo Chanyeol levantando la

voz.
— ¿De modo que sigues viéndote con él? ¿De quién te habló?
—Sí, es un amigo. Y me ha dicho que Kai está enamorado de su robot sexual.
— ¡Ja! —Se burló — Entonces ahora son amigos. No quiero que lo vuelvas a ver
¿Entiendes? No quiero que le hables, ese tipo es un hijo de puta.
—No cambies el tema y dime la verdad… ¿Ese hombre te ha hecho daño, Kyung Soo?
Desde lo que Baek dijo me he sentido preocupado por ti… —Chanyeol odiaba discutir
y ahora su tono de voz era bajo —Tengo miedo de que te pasen más cosas malas por mi
culpa.
— ¿Crees que soy idiota? Sé defender de mí mismo. ¿No sabes eso?
—Lo sé, pero…
—En cambio tú… ese Baekhyun no es bueno, lo sé, lo he visto muy de cerca, tienes que
creerme, Chanyeol.
—No estoy teniendo ninguna clase de aventura con él, es en serio… No tienes porqué
sentir celos. No voy a lastimarte así.
—No lo digo por mí, tonto. No quiero que él te haga daño a ti. Sé que tiene una linda
apariencia, pero no te fíes de eso…
95
Chanyeol no entendía a qué se refería su novio al intentar cuidarlo de Baekhyun y

Kyung Soo no entendía por qué estaba empezando a preocuparse más de que Baekhyun
lastimara a Chanyeol que de que Chanyeol lo lastimara a él.
Luego fue a buscar a Jongin y lo encontró dormido en el sofá de su taller, se mantuvo de

pie solo observándolo.
Cuando dormía de esa manera, Jongin le parecía vulnerable. Él podría ser un loco que lo
atacara y se robara todo en casa, podría hacerle muchas cosas malas, de hecho, se las
estaba haciendo, engañándolo y robando su trabajo. Y también estaba engañando a
Chanyeol. Se estaba convirtiendo en una persona horrible.
Jongin abrió los ojos y le sonrió al robot que lo miraba fijamente, el robot le obsequió
con una pequeña sonrisa a cambio. Así estaban programados todos, para reflejar lo que
el humano hiciera.
Si el humano reía, el AE reiría en respuesta.
Si el humano besaba, el AE besaba en respuesta.
Si el humano se excitaba, el AE mostraba signos de excitación en respuesta, como las

erecciones.
Jongin no sabía cómo era posible, solo sabía que era así y que las emociones que hasta
ahora le había mostrado Kyung Soo, no eran más que reflejos suyos u órdenes
previamente instaladas. Pero aún sabiéndolo se sentía feliz de tener a alguien cuidando
de él, aunque fuera artificial. Se frotó los ojos y estiró sus manos hacía su robot quien lo
ayudó a levantarse e ir hasta la habitación.
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Jongin se prepara a sí mismo para dormir antes de buscar la piyama de su AE. Luego de
cambiar a Kyung Soo descubre que su sueño se ha ido y le ordena a su acompañante
artificial sentarse en el piso mientras él desde su cama le cepilla el cabello.
Kyung Soo siente los labios de Jongin depositar pequeños besos en su cabeza y nunca
nadie lo ha consentido de esa manera, se emociona y darse cuenta de eso lo entristece
porque todo aquello está mal. Jongin de seguir así, realmente va a lamentarlo cuando él
escape… ¿O no?
Deja caer su cabeza hacia atrás y los labios de Jongin encuentran camino hasta su frente.
—Yo solo quería sentir que había alguien más en casa… por eso te compré.
Kyung Soo no sabe qué responder así que endereza su cabeza y deja de mirarlo.
—Te diré mis órdenes, así que escucha con cuidado, Kyung Soo… Quiero que me
abraces mucho, quiero que me beses, que me acaricies, que actúes como si no pudieras
estar separado de mí…
Kyung Soo cree que aquello es una locura y que nunca antes ha conocido a alguien tan
emocionalmente necesitado… Jongin no debía estar del todo bien, hasta él sabía eso.
Sin embargo aquello sonaba como una orden directa y él debía ingeniárselas para
ignorarla.
— ¿Kyung Soo, has comprendido?
—No comprendo la orden ―como si no pudieras estar separado de mí‖. Debo ver un
ejemplo de esa conducta… Si Jongin llama al humano Taemin y me muestra un ejemplo
yo…
—Taemin no va a volver… Él es… lo quiero demasiado como para pedirle que
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regrese…
Kyung Soo no entendía nada, ¿Si lo quería por qué no solamente arreglaban sus
cosas…?
—He conocido a Taemin desde hace mucho tiempo, ambos éramos los mejores amigos
y una cosa llevó a la otra, creo que finalmente estuvimos juntos porque nos sentíamos
demasiado solos para no aprovechar la oportunidad, pero él ha conocido a alguien más,
una persona con la que no está tan cómodo como conmigo, una persona que lo hace
sentir inquieto porque le gusta… Así somos los humanos, Kyung Soo, si estás con
alguien no quieres sentir tanta confianza con esa persona como para ser solo un
amigo… deseas que su presencia te haga sentir… un universo entero dentro del
estómago.
Los labios de Jongin acariciaron un poco el oído de Kyung Soo con esa última frase y el
falso robot fue capaz de sentir como dentro de él se abría un pequeño agujero negro…
—Tú no lo entiendes, porque eres un robot. —Dijo resentido antes de separarse y

tumbarse en la cama.
Kyung Soo captó el reproche en esas palabras, ahora seguramente Jongin estaba
sintiéndose rechazado por un robot… pero él entendía lo que significaba, él era un
humano que ahora mismo tenía un universo de emociones en su estómago, y su piel
erizada era prueba de ello.
Subió a la cama despacio, sin saber muy bien qué hacer, solo no quería que ese hombre
se sintiera mal porque él ya le causaría dolor más adelante… tal vez debería ahorrárselo
un poco ahora, esa fue la conclusión a la que llegó.
Kyung Soo se metió bajo la sabana en la que se envolvía Jongin, levantó la camiseta de
algodón que el diseñador usaba como piyama y se metió bajo ella.
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—Kyung Soo, ¿qué estás haciendo?
—Estoy actuando como si no pudiera estar separado de ti.
Kyung Soo sintió el modo en que Jongin dejó de respirar unos segundos y se preguntó
si había ido demasiado lejos, pero luego el silencio de la habitación se rompió con las
carcajadas de su dueño. Él también sonrió.
¡Cielos! Había hecho algo verdaderamente estúpido, agradecía ser un robot sin
emociones o ahora estaría bastante avergonzado.
Jongin lo sacó de su escondite y lo abrazo muy fuerte.
—Lo mejor de que seas un robot es que puedo pedirte exactamente lo que quiero sin
sentirme avergonzado por ello… si quiero un abrazo, lo ordeno, si quiero un beso, lo
ordeno. Hubiera deseado que fuera así con mis padres y con los demás… a veces
deseaba una muestra de afecto, pero… no se supone que solo puedas decir ―Necesito
que me abraces‖ si eres hijo de mis padres…
—A mí sí puedes pedírmelo.
Jongin sonrió.
—También puedo decirte que te quiero sin que me rechaces, sin que me pidas dinero o
se lo digas todo a los periodistas de espectáculos…
—También puedes decirme que me quieres.
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—Te adoro. Te quiero. Me gustas, eres increíblemente bonito, el mejor robot de esa
fábrica y eres mío, y te quiero.
Kyung Soo sonrió de vuelta a su amo. Su sonrisa contenida y calculada, aunque en

verdad sentía ganas de darle una enorme sonrisa que mostrara todos sus dientes.
—Bésame. —Ordenó Jongin.
Y Kyung Soo no se hizo esperar. No estaba besando a Jongin porque lo quisiera, solo
intentaba salvar su vida…
Claro que no lo quieres, Kyung Soo, claro que no ha empezado a entrar a través de tus
inexistentes circuitos artificiales, claro que no…
Capítulo 17
El miércoles Kyung Soo despierta con la frente de Jongin apoyada en su mejilla. Se

habían estado besando durante horas hasta que cada beso fue más débil porque el
diseñador se quedaba poco a poco dormido sobre su boca.
Kyung Soo se había debatido entre despertarlo para seguir besándolo o simplemente
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adorar la manera en la que los labios de Jongin dejaban de moverse por unos instantes
hasta que su cerebro volvía a despertarlo un poco y regresaba al punto en el que había
quedado hasta que volvía a dormirse otra vez.
Giró su cabeza con mucho cuidado y sus bocas estuvieron unidas una vez más, apenas
tocándose levemente. La respiración de Jongin era profunda y relajada mientras dormía.
Olía bien, como siempre.
Kyung Soo movió sus labios sobre los otros, solo un poco para obtener la sensación de
la piel y Jongin despertó con el más ligero roce, inmediatamente y sin dar tiempo de
nada más, se lanzó sobre su AE, echándole todo su peso encima y besándolo
apasionadamente.
Tomó ambas manos de su robot y las colocó sobre su cabeza mientras le mordía los
labios, luego dejó un recorrido de besos que bajaba por su mentón hasta el cuello.
Nunca antes había besado tanto el cuello de su robot pero ahora empezó a saborearlo
como si fuera su alimento. Kyung Soo no pudo evitar encogerse un poco y Jongin le
mordió el mentón como respuesta.
Ahora tenía una erección porque su sexo favorito era por las mañanas, sin embargo casi
nunca lo hacía ya que tenía que ir a trabajar, pero a veces, cuando Chanyeol se quedaba
en su casa los fines de semana y no tenía tantas preocupaciones, entonces lo despertaba
temprano para que lo ayudara a aliviar su erección. Su novio amaba dormir, odiaba ser
despertado y él siempre tenía que esforzarse en Chanyeol para ponerlo de ánimo, pero
ese Jongin había pasado de estar absolutamente dormido a estar por completo dispuesto
en cuestión de segundos.
Y la idea pasó por la mente de Kyung Soo sin tener reservas por su novio:
Solo úsame como tu juguete sexual, ¡demonios!, ¡úsame!
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El teléfono de Jongin sonó y él dejó de besarlo para contestar.
—¡Hola, mamá!, ¡Señora Kim! —Se corrigió rápidamente— Estoy algo dormido aún,
lo siento…
Una pausa.
—¿Vendrás? ¡No! ¡Está bien! Claro… estaré aquí… Bye.
Jongin colgó el teléfono y miró a Kyung Soo con una gran sonrisa.
—¡Lo recordó! Mencionó que vendría, entonces sí lo recordó. —Dijo antes de correr a
ducharse.
Era la primera vez que Jongin no se encargaba de Kyung Soo desde que este había
llegado. Se preparó para salir y le dijo que iría a hacer compras, tardaría al menos unas
cuatro horas.
Cuatro horas que Kyung Soo aprovechó para llamar a Chanyeol pero su padre le
respondió que su hijo estaba estudiando en el instituto así que no logró hablar con él.
Aseó la habitación, comió y se fue a la biblioteca a leer mientras llegaba su dueño. Ni
siquiera le molestó estar sin ducharse o en piyamas, estaba disfrutando un poco de todo
aquello.
Jongin volvió con varias bolsas en sus manos, Kyung Soo lo ayudó a colocarlas en la
cocina.
—Le he comprado un abrigo de piel. —Dijo lleno de alegría mientras sacaba la punta de
un abrigo ostentoso de la bolsa más grande y lo pasaba por la mejilla de Kyung Soo —
102
También compré zapatos de diseñador y un bolso de la línea Byun.
Todas eran cosas de mujer.
—Quiero que prepares una cena deliciosa ¡No, espera! Quiero que me ayudes a
prepararla yo. Cocinaré para ella.
Luego marcó un número en su celular mientras Kyung Soo desempacaba los

ingredientes que Jongin había traído para preparar la cena.
—Papá, ella dijo que vendría a casa hoy, he contratado a alguien para que haga la cena,
¿quieres… quieres venir? Estoy trabajando en algo nuevo que me gustaría mostrarles…
Un par de afirmaciones después, colgó. Y al ser las siete de la noche Jongin con ayuda
de Kyung Soo había preparado la mesa.
Velas, vino, comida, flores y la música de un pianista tocando de fondo una dulce
melodía.
Cinco obsequios envueltos esperaban cerca, el abrigo, los zapatos, el bolso y una
pequeña caja con un anillo de diamantes para su madre, y otra caja con un anillo de oro
blanco para su padre.
Kyung Soo no había visto a Jongin tan ansioso desde… nunca. Se vistió casual pero
bastante guapo, se puso perfume y también se encargó de prepararlo muy bien a él.
A las siete y diez minutos al fin llamaron a la puerta y Jongin brincó de su asiento.
— ¡Son ellos! ¡Ya están aquí! ¿Sabes hace cuánto tiempo no los veo en mi cumpleaños?
Kyung Soo no celebraba su cumpleaños con pastel porque no tenía dinero, pero de
103
haber sido Jongin se hubiese comprado la pastelería entera… Al menos ahora

comprendía por qué su dueño estaba tan feliz.
—Hola ¿Cómo estás? —Preguntó Jongin de manera formal y con tono impersonal, pero
Kyung Soo quién lo observaba todo desde lejos, notaba la nota de ansiedad en la voz del
moreno. Era como un niño emocionado.
— ¿Tienes compañía? —Preguntó el hombre en cuanto lo vio.
El padre de Jongin era alto y apuesto, se parecían demasiado, era como la versión vieja
de su dueño, pero más amargado. Mucho más… Ni siquiera había mirado bien a su hijo
desde que entró, ni le había tendido la mano, nada…parecía un robot.
Hey, hola, ¿somos de la misma línea de producción? —Le preguntó Kyung Soo en sus
adentros.
—Es un AE, lo compré hace poco tiempo.
—¿Un qué?
—Un Artificial Emotions, un robot de la empresa Non Alma de la familia Oh.
—Ah, claro… ¿Ya llegó ella?
—Mmm no… la llamaré para saber si está cerca ¿Quieres beber algo?
—No, gracias.
El señor Kim se sentó en el sofá negro… lucía algo incomodo estando a solas con su
hijo y Jongin parecía la cuerda tensa de un arco.
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—Hola, soy Jongin… papá está en casa, me preguntaba si ya estabas cerca de aquí… —
Una pausa— ¿Qué? Pero me llamaste tú esta mañana… … ... —El tono de voz de
Jongin era acusatorio— ¿Lo olvidaste? ¿Cómo puedes solo olvidarlo? —Luego su voz
fue más calmada pero Kyung Soo notó la tristeza en ella— Yo le pedí que viniera…
Está bien. Adiós.
Jongin colgó y miró a su padre, parecía terriblemente avergonzado.
—Ella… ella dijo que tuvo un compromiso… que olvidó informarme que ya no vendría
al país…
— ¿Crees que tengo tiempo para perder? Ya sabes cómo es ella, debiste llamar antes y
asegurarte…
—Lo siento. —Dijo bajando su mirada.
El señor Kim recibe una llamada en ese momento. Y después de un par de palabras
concuerda una cita.
—Debo irme ahora, no vuelvas a llamarme para cosas inútiles, ¿oíste?
—Sí, lo siento.
—Jongin…
El chico levantó la mirada lleno de esperanza… tal vez su padre le diría ―Feliz
cumpleaños‖ antes de marcharse.
—Ya sabes cómo es tu madre… deberías madurar de una vez por todas…
105
Cinco minutos exactos marcaron en el reloj con forma de búho de Kyung Soo y durante
todo ese tiempo Jongin no se había movido ni un poco, solo estaba ahí de pie,
observando la puerta que había cerrado su padre al salir. Luego se giró repentinamente,
como salido de un encantamiento y caminó hasta el comedor. Apagó las velas, apagó la
música. Tiró los obsequios a la basura.
—Limpia todo esto. —Le ordenó a su robot con voz firme antes de subir a su taller.
Kyung Soo limpió y ordenó todo, inclusive tuvo tiempo de sentarse a comer… pero no
comió demasiado. Se estaba sintiendo muy extraño a causa de los hechos acontecidos.
Jongin había preparado todo con tanta alegría, ¿cuánto tiempo había tenido sin ver a sus
padres? Desde que él había llegado a esa casa no lo habían llamado ni visitado una sola
vez… y aún así las llamadas ese día fueron tan puntuales como la comunicación entre
dos secretarios acordando una cita.
Su padre no lo había ni mirado cuando llegó, su madre había olvidado que tenía una cita
con su hijo y ni siquiera lo había llamado para decirle que ya no visitaría al país ¿y esa
mujer dónde diablos estaba metida? Además ninguno de ellos le había enviado un
obsequio mientras Jongin siendo el cumpleañero había preparado todo. ¡Ni siquiera
habían recordado que cumplía años! ¿Qué clase de padres eran aquellos? Ya que había
llegado hasta ahí, el señor Kim debió haberse quedado a cenar… pero no lo hizo… y
tampoco le importó decir cosas odiosas antes de marcharse…
Jongin debía estar sumamente triste ahora, Kyung Soo casi había sentido ganas de llorar
por él mientras recogía la cocina porque habían trabajado mucho en todo aquello…y él
habría querido abrazarlo, decirle que todo estaba bien, que no se preocupara por esos
padres tan torpes, que eran ellos los que se perdían la oportunidad de compartir con
alguien tan agradable como él, pero en cambio solo lo había mirado desde un rincón del
comedor, acongojado, lejano, frío como un robot, como si no estuviera sintiendo ese
universo de sensaciones en su estómago…
106
¿Qué podía hacer un simple robot de emociones artificiales por él?
Era la una de la madrugada y Jongin terminaba de crear su último diseño, apagó las
luces de su taller y dejó la cortina de la ventana abierta para permitir que un poco de la
luz de la luna lo iluminara…
Tenía entre sus manos un antifaz con oro blanco y pequeños cristales incrustados… una
máscara hermosa, había sido un gran trabajo, seguramente se vendería en varios
millones porque era perfecta, no había ningún error ni nada de mal gusto en ella… La
colocó sobre su rostro y no se sintió diferente a como era a diario porque día a día él
salía al mundo usando su propia mascara.
No había pasado mucho tiempo en el sillón cuando su robot entró despacio con el rostro
iluminado por la luz de las velas que tiritaban en el pequeño pastel que traía. Jongin se
deshizo del antifaz solo en caso de que usarlo le estuviera causando visiones…
Kyung Soo se arrodilló frente a él. Detrás la gran ventana se asomaba la luna llena. Su
robot le sonrió levemente. Él observó el pastel. Pequeño, sencillo, apenas decorado con
un poco de chocolate derretido y con dos velas en el centro.
—Cuando los humanos cumplen años lo celebran con un pastel. —Dijo su robot.
Jongin miró el antifaz que tenía en su mano y luego lo colocó cuidadosamente sobre el
rostro de su lindo robot.
—La gente observa la mueca en mi cara e interpreta una risa, mis chillidos se confunden
con carcajadas y luego el mundo se aleja rápido sin necesidad de mirar atrás porque
dejan a una persona feliz. La máscara a veces me engaña a mí mismo también, pero
cuando lo noto, creo que es mejor que las personas no se percaten… que penosos serían
sus intentos de consolarme…
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Kyung Soo responde con voz melódica, entonando a un ritmo lento.
—Cumpleaños feliz, te deseamos a ti. Cumpleaños Jonginie… cumpleaños feliz…
Jongin ni siquiera recuerda cuando fue la última vez que alguien le cantó algo así… ni
siquiera está seguro de que alguien le llamara ―Jonginie‖ alguna vez.
—Pide un deseo. —Dice Kyung Soo, y Jongin ya lo sabe… él sabe exactamente lo que
quiere mientras apaga las velas sin dejar de ver a los ojos de su robot.
Capítulo 18
Jongin pasó un dedo sobre el lustre de chocolate y luego lo frotó en los labios de su
robot.
La luna asomándose en la ventana y haciendo que la piel se Kyung Soo pareciera más
blanca, el ligero olor a humo de las velas recién apagadas, los ojos oscuros mirándolo
fijamente tras aquel antifaz y sobre todo aquellos labios perfectos llenos de dulce.
Jongin se inclinó sobre su robot arrodillado para besarlo con mucho deseo, limpiando el
chocolate de su boca, sujetándolo del cabello como si en cualquier momento Kyung Soo
fuera a salir corriendo, pero no lo haría, él estaba respondiendo a su beso como si
también lo deseara.
108
—Kyung Soo, Kyung Soo —Dijo Jongin sobre su boca —Eres mío ¿Verdad?
El corazón de Kyung Soo se desbocó ante la pregunta.
—Soy tuyo. —Aceptó entre los besos de Jongin.
El diseñador se quejó por el puro placer que le daba esa respuesta. Kyung Soo sentía las
vibraciones de la voz de Jongin sobre su boca porque él no se separaba cuando hablaba.
—Entonces puedo hacer contigo lo que me plazca, porque eres mío… ¿Verdad?
—Puedes… puedes hacer conmigo lo que te plazca.
Jongin al fin dejó de besarlo y con ambas manos le sujetó el rostro a través del antifaz
mientras lo miraba maravillado, era como si acabara de tener una revelación.
—Apresúrate a guardar ese pastel. —Ordenó antes de levantarse y retirarse a su

habitación.
Kyung Soo bajó a la cocina y guardó el pastel en el refrigerador. Sus rodillas temblaban
ligeramente y se odiaba por eso, nunca se había sentido de aquel modo solo por unos
besos, ni siquiera con su novio. Antes de al menos poder tranquilizarse, Jongin, con un
abrigo, bajó corriendo las escaleras, lo tomó de la mano y lo arrastró fuera de la casa.
Prácticamente lo empujó dentro de su deportivo rojo y arrancó a toda velocidad.
Rebasaba un auto, luego otro y Kyung Soo odiaba la idea de ver un policía pero a la vez
estaba deseando que algún oficial de tránsito lo detuviera antes de estrellarse por ahí en
alguna curva, especialmente porque el tonto de Jongin no lo había asegurado con un
cinturón. Se estaba preguntando si sería muy extraño que un robot se amarrara a sí
mismo porque la verdad era que tenía mucho miedo de la manera temeraria en la que
109
Jongin estaba conduciendo. El sonido de la música a todo volumen de la radio tampoco

ayudaba porque era fuerte y acelerada.
De vez en cuando Jongin separaba una mano del volante para acariciarle la cabeza y
Kyung Soo tenía que morderse la lengua para no exigirle que prestara más atención
antes de acabar besando otro auto.
En las ocasiones en las que lo detenía un semáforo, Jongin tiraba bruscamente de la

camisa de Kyung Soo para acercarlo y besarlo de la manera más obscenamente posible.
Por ello el más bajo se dio cuenta de qué tan excitado estaba su dueño, por eso y por el
visible bulto que tenía bajo el pantalón.
Dios, soy yo, Kyung Soo, hace mucho no te rezo… pero ¡por favor! No me dejes morir a
causa de la excitación de este hombre…
Pasaron dos horas antes de que Jongin se detuviera, Kyung Soo imaginó que a una
velocidad razonable habrían tardado al menos tres horas y media en llegar ahí, lo que
significaba que estaban lejos. Pero por supuesto que estaban lejos… habían llegado a la
playa.
El olor al mar golpeó sus sentidos de una manera cálida en cuanto Jongin se lanzó de su
asiento y rodeó el auto para sacarlo a él. La brisa era tibia y pegajosa sobre su piel, el
sonido de las olas rompiéndose era aún mejor que la música.
El diseñador se pegó a su espalda empujándolo mientras caminaban hacia la casa más

hermosa que Kyung Soo había visto, incluso aún más hermosa que la mansión de
Jongin pues esta tenía como jardín el propio mar.
Kyung Soo podía sentir la erección de su dueño dura en su espalda. Jongin le besaba el
cuello, juguetón y excitado mientras caminaban y él estaba un poco asustado porque no
tenía control sobre lo que estaba pasando, no sabía que esperar ni comprendía nada.
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Jongin marcó un código y la puerta se abrió con el mismo ligero ―Beep” que el de su
mansión. Lo empujó dentro sin dejar de abrazarlo ni besarlo en el cuello. Pronto
llegaron a la estancia donde un hombre moreno estaba dormido en el sillón con el
televisor encendido. El sujeto prácticamente brincó del asiento cuando los escuchó
llegar.
—Largo. —Ordenó Jongin.
—Señor Kim. No sabía que vendría hoy y…
—¡¡Largo!! —Exigió más contundente.
—De acuerdo… yo… er… ¿cuánto tiempo va a quedarse? ¿Cuándo debería volver?
Kyung Soo supuso que aquel hombre era el encargado de esa casa de playa.
—Te llamaré, ahora largo…
—Sí, claro… que tenga una linda estancia, señor. —Dijo aún aturdido por el sueño,
antes de abandonar la casa.
Jongin empujó a Kyung Soo hasta la habitación principal y una vez ahí empezó a
arrancarle la ropa a tirones. Lo besaba de modo urgente, salvaje, necesitado y no le
había quitado el antifaz aún. Él falso robot nunca antes se había sentido tan deseado y
necesitado por nadie. Y todo estaba pasando muy rápido y de manera vertiginosa.
—Tú vas a cumplir todas mis fantasías. —Le dijo Jongin con voz ronca antes de
voltearlo y empujarlo a la cama de un modo en absoluto delicado.
Kyung Soo ahora empezaba a entender hasta dónde llegaría, tenía la opción de luchar
111
contra él y salir corriendo si no quería ser abusado, tenía la opción… y luego iría a la
cárcel por ello, y además le rompería el corazón a Jongin… tal vez era mejor que su
robot fuera robado a descubrir que nunca fue un robot.
Y luego estaba Chanyeol… su gigante que ahora mismo se sentía tan lejano, no solo
geográficamente hablando pero cada vez el rostro de Chanyeol era más difuso en su
mente, como si no se hubieran visto en años…
¿Me perdonarás por esto, Yeol? —Se preguntó Kyung Soo, sintiéndose culpable, pero
estaba bien, era para salvar su vida, eso podía perdonárselo a sí mismo.
Aún sin desnudarse del todo, solo con su miembro de fuera, Jongin se acomodó entre
las piernas abiertas de Kyung Soo quien estaba acostado boca abajo, y luego se empujó
dentro de él pero el más pequeño no estaba nada dilatado, podría decirse que en ese
momento tenía más miedo y culpa que ánimos de tener sexo. Aún cuando el deseo de
Jongin era tan grande que casi bastaba para los dos.
El pene chocó contra la pequeña abertura sin que esta llegara expandirse, Kyung Soo
hizo una mueca de dolor que cubrió el antifaz. Jongin se empujó una vez más que
tampoco dio resultado.
—Eres muy estrecho.
No es eso, es que estás siendo un idiota.
El diseñador se separó un poco para buscar el ano de su robot y meter dos dedos en él
sin previa preparación y hasta el fondo, luego los separó intentando estirar el material
rápidamente.
Kyung Soo sintió un pinchazo de dolor y enterró el rostro en la sabana solo para evitar
gritar. Aún no se había acostumbrado a la sensación invasiva de los dedos porque
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francamente no había pasado nada de tiempo cuando Jongin los sustituyó por su
miembro, empujándose con fuerza hasta lo más dentro de él.
El dolor pasó intensamente como un rayo a través de su columna vertebral y por más
que intentaba evitar hacer ruidos desde su garganta salió un quejido.
—Aaargh. —Resonó contra el colchón.
—¿También puedes quejarte, Kyung Soo? ¿Puedes hacer eso? —Preguntó excitado
porque entre sus fantasías siempre estuvo el poseer a alguien que gimiera de placer bajo
su cuerpo —Gime para mí, Kyung Soo.
Y Kuyng Soo lo hizo, mientras se sujetaba con fuerza de las sabanas pero no era
exactamente un gemido de placer lo que le regalaba. El ardor en su ano y la sensación
de ser partido en dos estaban acabando con él. Ni siquiera su primera vez había dolido
tanto, tampoco fueron así de dolorosas con su gigante novio. Aquella sensación lo
estaba sobrepasando.
Sin embargo intentaba mantenerse tranquilo, si se tensaba le dolería mucho más y

podría dañar a Jongin. Sí, inclusive en esas circunstancias se preocupó por no dañar a
Jongin, respiraba profundo contra el colchón para evitar cerrar los músculos de su
esfínter con todas sus fuerzas, aunque con cada estocada parecía más difícil.
Jongin se empezó a mover frenéticamente sobre él, empujando duro una y otra vez, muy
rápido mientras tomaba un puño de su cabello y tiraba hacia atrás de su cabeza, con
mucha fuerza por que realmente ese cabello estaba siendo el punto de apoyo del
diseñador.
¡Ya basta! ¡Detente! Por favor, detente… —Lloriqueaba en su mente.
—Eres tan caliente por dentro. —Dijo Jongin en su oído cuando se inclinó sobre él
logrando que entre los dos no quedara ni un espacio.
113
El pene estaba empujando la próstata sin ninguna delicadeza y a pesar del dolor Kyung
Soo estaba erecto, aunque no lo quisiera, no podía evitar eso, empezaba a sentirse
excitado, adolorido, aún estaba asustado. Eran muchos sentimientos encontrados, eran
todas las emociones atrapadas rasguñándolo desde dentro.
—Eres tan tibio y estrecho, tan perfecto y real. —Volvió a hablar antes de empezar a
empujarse de nuevo a un ritmo frenético.
Pronto las pequeñas quejas de Kyung Soo fueron ahogadas por los gritos de placer de
Jongin quien cada vez que embestía, entonaba más alto. Justo como el nivel de dolor de
su compañero. Hasta que finalmente acabó llenándolo de un viscoso líquido y se lanzó
sobre la cama, rendido.
Inclusive sentirlo salir le generó una sensación dolorosa y ahora Kyung Soo se
encontraba un poco aliviado pero solo un poco, era como un soldado maltrecho después
de la guerra. Su ano palpitaba adolorido y su cabeza también. Su pene había perdido la
erección la cual no había disfrutado. Y emocionalmente se sentía destrozado.
La respiración de Jongin aún no terminaba de normalizarse, había sido el mejor sexo de

su vida, la primera vez que era el activo y además con un robot. Había roto muchos
prejuicios para permitirse follar a su muñeco y ahora estaba más complacido que nunca,
se alegraba no haberse dejado llevar por sus principios moralistas contra los hombres
que usaban ese tipo de juguetes sexuales.
Kyung Soo volteó su rostro con cuidado para observar a Jongin a su lado, con los
pantalones y los bóxers bajos hasta sus muslos y el resto de la ropa puesta, el diseñador
lo miraba con una gran sonrisa en el rostro.
—Traeré algo para limpiarte. —Se obligó a decir Kyung Soo, señalando los restos de
semen que se escurrían en la entrepierna de Jongin.
114
—El sanitario está por allá. —Señaló el moreno con un tono de voz perezoso.
Kyung Soo se levantó y se obligó a caminar hasta el sanitario como si no le doliera nada
aunque lo cierto era que cada paso le formulaba una pequeña tortura. Se encerró en el
sanitario y se apoyó en el lavamanos.
—Él no sabe que eres real, Kyung Soo, por eso lo ha hecho de este modo… es tu culpa.
Todo lo que estás pasando es tu culpa...
Se quitó el antifaz y observó su propio rostro, podía engañar a su familia, a Jongin,

podía ocultarle ese hecho a Chanyeol, podía mentirle a todos menos a sí mismo. Se
llevó una mano a la boca cuando rompió a llorar y miró asustado hacía la puerta
cerrada.
Sentía mucho miedo de que Jongin lo escuchara pero ahora mismo se estaba ahogando
entre sus propios e incontrolables sollozos, las lágrimas salían a borbotones de sus ojos
y su corazón latía con mucha fuerza porque podía sentir el momento en que el diseñador
abriera la puerta y lo encontrara en aquel deplorable estado y él no sería capaz de mentir
una vez más.
Lloró intensamente durante al menos diez minutos y luego se obligó a detenerse, lavó su
rostro y limpió muy bien sus genitales, tenía unas gotas de sangre en su ano y le dolió
cuando se aseó.
Humedeció una toalla con agua tibia, se colocó de nuevo el antifaz antes de volver a la
habitación. Jongin estaba dormido justo en la posición en la que lo había dejado.
Estando boca arriba y con sus genitales expuestos parecía tan vulnerable que a Kyung
Soo le costó entender que ese era el mismo hombre que minutos antes le había roto el
ano.
115
Luego recordó el terrible cumpleaños por el que había pasado, la relación fracasada con
su novio, las interminables horas de trabajo en soledad y el engaño del que estaba
siendo víctima suya y lo perdonó. Se sentó con mucho cuidado y empezó a limpiarlo.
Jongin abrió los ojos ante el contacto, Kyung Soo se detuvo un poco pero cuando lo
observó sonreírle perezosamente de vuelta, reinició su labor.
Jongin volvió a dormirse, confiado ante los cuidados de su robot quien luego le limpió
los dedos también y lo arropó sin que él se diera cuenta de nada… A esa hora ya
empezaba a amanecer.
Capítulo 19
Kyung Soo
Fuente desconocida
Kyung Soo abre los ojos y por un momento se siente perdido hasta que la respiración de
Jongin le acaricia el oído y con ella le vienen los recuerdos de las últimas horas. La
pierna del diseñador está sobre él y le aplasta un poco los genitales, se mueve levemente
para apartarse y su ano se queja de dolor.
Jongin despierta un momento después y se rasca los ojos, se toma un tiempo para
estirarse perezosamente en la cama y luego vuelve a abrazar a su robot. Se mete en su
cuello y sonríe antes de darle varios besos pequeños, como si estuviera despertando al
lado de un novio.
116
El estómago de Kyung Soo ruge de hambre y este se paraliza. Ser descubierto por
Jongin a causa de sus tripas es algo que no había anticipado. Su corazón aún está
suspendido cuando el diseñador toca su propio estómago pensando que el ruido provino
de él.
—Kyung Soo, ve a prepararme desayuno.
Kyung Soo se levanta de inmediato y camina hasta encontrar la cocina donde casi se
arrodilla para agradecerles a los dioses que el diseñador fuera tan tonto.
Después de comer a hurtadillas y alimentar a Jongin, este sale hacia la playa mientras
Kyung Soo limpia y ordena la cocina. Luego lo escucha llamarlo. El más bajo se asoma
y Jongin insiste en que vaya con él, pero está afuera y Kyung Soo sigue desnudo, odia
que su dueño lo exponga de esa manera, sin embargo no puede negarse ni sentir
vergüenza porque él es solo un juguete.
Cuando se acerca al diseñador quién está sentado observando el mar, este lo sienta en
sus rodillas. Luego se percata de su desnudez y se quita su propia camisa para vestir a
su pequeño robot quien acaba luciendo como si llevara una bata.
—Eres el más lindo de los robots. —Le dice. Y Kyung Soo no responde, ni siquiera se
mueve porque es un robot. Pero dentro de él parecen haber cosas que están empujando
deseosas de salir.
Unas horas más tarde están caminando en la playa, el clima está nublado y no hay nadie
cerca, al parecer es un lugar muy exclusivo, ambos están descalzos y a medio vestir, el
viento se cuela bajo la camiseta que Kyung Soo está usando y le enfría el trasero, Jongin
lo lleva de la mano. Luego lo mira con un gesto infantil.
—¡Corre! —Le ordena. Y Kyung Soo sabe perfectamente que Jongin está de buen
117
ánimo y solo quiere jugar, así que antes de darse mucho tiempo en meditarlo hecha a
correr con todas sus fuerzas.
Durante unos segundos se siente absolutamente libre.
La arena tibia bajo sus pies, el viento que corre en su misma dirección como si lo
estuviera empujando y él se siente a punto de alzar el vuelo. Extiende sus brazos y se
deja caer al vacío y entonces está siendo sujetado por Jongin quien lo atrapa desde la
cintura y empieza a darle vueltas, él cierra los ojos y se permite por ese mínimo
momento sentirse feliz y sonreír porque el diseñador no puede verle la cara.
Jongin cae y dan un par de vueltas en la arena, termina sobre su robot y empieza a
besarlo, Kyung Soo levanta sus piernas para rodear la cintura de su dueño y lo abraza.
Sus genitales están al descubierto y el diseñador parece de ánimo para tener sexo pero
mira hacia lo lejos, y lo piensa un instante, parece decidir que no es un lugar tan privado
después de todo y se separa de su robot, de ese modo lo salva de un dolor tan fuerte
como el de la noche anterior, el más bajo está agradecido pero también un poco
desilusionado. Se levanta y se acerca al mar, desea meter sus pies en el agua.
— ¡Alto! —Grita Jongin lleno de pánico. Luego corre hasta él y lo tironea hasta alejarlo
del agua —No puedes acercarte a esa agua, es salada, puede oxidarte o no lo sé… no sé
si puede hacerte daño pero no quiero averiguarlo. Está prohibido acercarse al agua
¿Entiendes?
Kyung Soo puede ver el terror en los ojos del diseñador.
—Orden procesada.
Después de una ducha y la cena, ambos están en el balcón de la casa de playa, Kyung
Soo tiene sus pies colgando a través de las barandas y Jongin esta tras él manteniéndolo
en medio de sus piernas y apoyándose en su espalda.
118
El sonido del mar es agradable, pero el cielo continúa nublado, no hay estrellas, solo
oscuridad. Aún así parece un lugar idílico. Kyung Soo quisiera pasar ahí otra noche, una
noche con el cielo despejado, una noche sin mentiras. Pronto está filosofando al
respecto, como si cada nube fuera una de sus mentiras, desea apartarlas una a una y
poco a poco despejar su vida. Se pregunta si Taemin vivió una noche despejada en esa
casa de playa y no puede evitar sentir envidia. Se pregunta también qué se sentirá hacer
el amor con ese hombre que se apoya en él física y emocionalmente y no solo ser
follado como un muñeco inflable.
Un pequeño ronquido sale de la boca de Jongin quien se ha quedado dormido sobre su

robot. Hace frío y empieza a lloviznar un poco pero Kyung Soo no lo despierta, él se
siente tibio entre los brazos de su dueño y quiere quedarse así un poco más.
Se siente mal por Chanyeol, se siente mal por su madre, extraña demasiado a su familia,
pero está ahí en ese momento en el que todo parece estar bien y sabe que cuando pase,
solo va a tener ese recuerdo, así que decide quedarse y vivirlo. Cierra los ojos y poco a
poco se duerme también de cara al océano.
Jongin despierta a las tres de la mañana porque la espalda en la que está apoyado se fue
de lado, Kyung Soo golpea su cabeza contra el suelo y despabila. El diseñador lo
levanta y lo lleva de la mano hasta la cama, lo empuja como si fuera un muñeco y se
acurruca a su lado, bajo las sabanas. Estornuda una vez en el cuello de su robot antes de
empezar a calentarse y quedarse dormido.
El más bajo quiere limpiarse los restos de saliva y sabrá dios cuántos virus le han
echado encima pero tiene que esperar hasta que su dueño esté dormido, sin embargo él
se duerme segundos antes…
La tarde del viernes Kyung Soo está recogiendo los platos de la cocina, hace dos horas
Jongin había almorzado y luego se habían echado una siesta mientras intentaron ver una
119
película. Ahora él lo estaba observando a través de la ventana. Su dueño se lanzaba

sobre las olas como un pececillo moreno.
Kyung Soo veía a Jongin como un niño abandonado, buscando la aprobación de sus
padres, jugando a construir mascarás y búhos con su colección de piedritas brillantes,
comprándose un muñeco muy caro y jugando con él, llevándolo de un lado a otro
incluso a la cama como su hermanita había hecho con un pulpo de peluche durante 10
años. Por eso el día anterior había querido correr por la playa, por eso le había puesto el
flotador para jugar en la piscina de su casa… Jongin era como un pequeño niño solitario
¿A quién se le ocurría dejar a un niño solo durante tanto tiempo?
De repente Jongin no estaba más. Kyung Soo dejó la toalla con la que secaba los trastes
sobre el mueble y miró con más cuidado por la ventana, a lo lejos una mancha roja
como la pantaloneta que estaba usando su dueño se hundía bajo el golpe de una ola y
luego nada... Sintió como si le fuera a dar un infarto.
Se apresuró a salir y correr hasta la playa, no veía a Jongin por ningún lado y no hallaba
qué hacer, él no sabía nadar y no había nadie cerca de aquella casa, podría volver y
llamar a la ambulancia pero sería demasiado tarde. El pánico se estaba apoderando de él
hasta que metros más adelante al fin lo vio asomarse.
Respiró aliviado y fue consciente del ruido de su corazón palpitando haciendo du-gun
du-gun du-gun en sus oídos. Habían sido unos segundos horribles.
Cuando Jongin salió del agua Kyung Soo se lanzó a sus brazos. Aún estaba usando la
camiseta del día anterior, no se había duchado, porque Jongin no lo había duchado…
El diseñador no lo esperaba pero ya antes le había dicho que tenía que estar cerca de él
todo el tiempo y llevaba bastante rato jugando en el mar así que supuso que su robot
solo seguía órdenes, como fuera, le encantaba sentir como si aquel aparato lo necesitara.
Lo hizo subir a su espalda y lo llevó a casa.
120
Rebotó un poco en la cama cuando Jongin lo lanzó, la camiseta que su dueño le había
puesto ahora estaba mojada y se pegaba a su cuerpo. Jongin se acomodó sobre él para
besarlo. Kyung Soo pensó que el moreno sabía a sal y estaba tibio.
El diseñador empezó a frotarse sobre él causándole una erección. Luego le quitó la

camiseta y la arrolló en sus manos las que amarró al respaldo de la cama. Kyung Soo no
lo vio venir, como muchas de las cosas a las que Jongin lo sometía. Temió que esta
fuera peor que la otra vez porque ahora no tenía una máscara puesta ni podía aferrarse al
colchón estando boca arriba. Sin nada de preparación Jongin se desnudó y acomodó en
medio de sus piernas, abriéndolas bruscamente.
—Lubricante. —Dijo Kyung Soo.
—¿Qué?
—Los humanos deben utilizar lubricante para evitar molestias futuras, también para
cuidar del AE no pueden ser excesivamente rudos ya que podrían dañarse los materiales
de fabricación.
—No tuve molestias la otra noche… aunque sí eres bastante apretado.
Gracias.
Jongin lo soltó con una mueca de desagrado y se apresuró a buscar entre sus cajones una
botellita de lubricante. Embarró su mano y la pasó por su miembro ante los ojos de
Kyung Soo quien intentaba prepararse mentalmente para lo que venía.
Jongin subió cada pierna de su robot en sus hombros y sin preparación alguna más que
besarle un poco su tobillo derecho, se enterró en él. El dolor fue intenso para Kyung
121
Soo cuyo ano aún no sanaba de los embistes de la noche anterior. Sin embargo el
lubricante estaba haciendo lo mejor que podía.
Jongin nuevamente estaba yendo como un caballo desbocado, tomándolo duro y rápido.
Kyung Soo cerró tan fuerte sus puños que las uñas cortaron un poco las palmas de sus
manos. Luego el diseñador puso todo su peso sobre las piernas elevadas de Kyung Soo
haciendo que estas se acercaran hasta que sus rodillas casi estuvieron tocando sus
orejas.
El lubricante hacía un sonido húmedo ante los movimientos de Jongin entrando y

saliendo de él y luego el ritmo fue un poco más lento. El diseñador salía despacio hasta
casi abandonarlo por completo y luego se enterraba en su totalidad hasta torturar el
punto exacto del que Kyung Soo sacaba sus orgasmos.
El chico estaba sometido, con sus manos amarradas sobre su cabeza y el peso de Jongin
sobre él no había nada que pudiera hacer excepto gritar toda la verdad y patalear pero no
era algo que pensara hacer, no ahora, ya había pasado por eso una vez y si tan solo se
concentraba podía sobrevivirlo nuevamente. Así que decidió separar su cuerpo de su
mente al igual que las personas que practicaban meditación y esas cosas.
Se enfocó en respirar y no apretar su trasero para evitar herirse y herir a Jongin. Se

concentró en no hacer caso del dolor y no hacer muecas que lo delataran, volteó su cara
de lado y luego Jongin estaba aplastándolo y él casi estaba rogándole a los dioses un
poco más de flexibilidad porque aquella pose estaba siendo toda una acrobacia. Pero
luego el diseñador cambió la velocidad…
…Y ahí estaba... empezando a disfrutar de todo.
Cerró sus ojos y exhaló cuando el tercer embiste lento le dio en su punto. Y luego otro y
otro y él no podía hacer nada más que sentirlo. Tibio. Duro. Húmedo. Doloroso y
122
placentero. Eso exactamente, Kyung Soo estaba sintiendo placer. Mucho placer. Tanto
como para que su pene se humedeciera.
Quería ser tocado, quería moverse contra Jongin cada vez que este salía, deseaba
empujarse duro contra él… gemir, jadear, pero no podía hacer nada de eso, no estaba
seguro hasta qué punto esos robots sumisos participaban del sexo.
Pero su cuerpo no era de ningún material inerte y en un reflejo antes de que Jongin se
empujara hacia afuera, él atrapó su pene presionando los músculos de su esfínter tanto
que el diseñador eyaculó de inmediato con un gemido de placer que se iba a por las
ventanas a romperse junto a las olas de afuera.
¡No! —Pensó Kyung Soo— ¡Ahora no! Un poco más, solo quédate un poco más.
Pero ya Jongin estaba acomodándose a su lado para echar una siesta. Se acostó sobre su
pecho y se durmió casi de inmediato cansado por nadar en el mar. Y bueno… por todo
su esfuerzo físico.
Kyung Soo estaba sucio, dolorido, excitado e incomodo, sus muñecas empezaban a
quejarse. Pensaba que aquello era solo una parte pequeña del castigo que se merecía por
engañar así a Jongin, a su novio, a su familia y al mundo entero…
Capítulo 20
123
Jongin y Kyung Soo
Fuente desconocida
El sábado por fin Jongin despertó bastante temprano. Kyung Soo abrió los ojos cuando
lo sintió moverse, luego fue desatado. Sus muñecas estaban rojas por lo que las ocultó
rápidamente, el reloj de búho le ayudó a disimularlo, tenía su espalda adormecida, su
ano le dolía, y además tenía hambre pues la noche anterior se acostaron mucho antes de
tiempo y sin cenar. Él era un desastre y se sentía físicamente mal. Muy mal.
Jongin preparó el agua tibia en la bañera y lo llamó cuando estuvo listo y adentro.
Kyung Soo entró despacio mientras internamente agradecía por cada centímetro de su
piel que era tocado por el agua. El diseñador tiró de él hasta dejarlo sentado a
horcajadas en su regazo, con un pequeño tazón amarillo recogió agua y la vació en la
cabeza de su robot.
—Luces tan tierno con tus pestañas mojadas, Kyung Soo.
¿Pestañas mojadas? ¿Quién se fija en eso? Jongin eres raro, raro, raro…
Jongin lo atrae para besarlo y Kyung Soo, adicto al sexo por la mañana, como era, no
puede evitar tener una erección, porque además la noche anterior había quedado a
medio camino y cuando algo así pasaba, andaba el resto del tiempo en modo automático
hasta conseguir satisfacción.
—Kyung Soo, dame sexo oral.
No. No me vas a dejar así otra vez mientras tú quedas satisfecho gracias a mi cuerpo.
—No registro la orden ―sexo oral‖ entre mi gama de funciones.
124
— ¿No sabes dar sexo oral? Pero eres un AE sumiso, se supone que deberías estar
programado para estas cosas…
—Estoy programado para aprender.
—Oh, ya veo… Bueno ponte de pie.
¡Triunfo!
Jongin de una breve explicación respecto a cómo debe darse el sexo oral y luego
introduce el pene de Kyung Soo en su boca. Lo lame y succiona durante un buen rato
hasta que el más bajo está arañando la pared y mordiéndose los labios para no gritar. En
cuanto Jongin se aparta, Kyung Soo cae de rodillas y eyacula con el agua cubriéndolo,
el diseñador no lo nota porque el robot ha empezado a besarlo, luego se sienta en la
orilla de la bañera y Kyung Soo le devuelve el favor.
Jongin lo sujeta del cabello y se mueve en su boca empujándose duro y hasta el fondo,
Kyung Soo debió adivinar que darle sexo oral a ese semental tampoco sería fácil y
pronto siente como si estuviera a punto de ahogarse porque está siendo usado sin
misericordia.
Los gemidos de Jongin hacen eco en todo el cuarto de baño y Kyung Soo cree que no va
a soportarlo mucho tiempo antes de quedarse sin aire o vomitar así que solo traga,
empieza a tragar el pene de Jongin mientras intenta respirar por la nariz. Agradece que
no tenga el tamaño de Chanyeol o ahora estaría muerto. Y cuando el diseñador se siente
devorado sale de la boca de su robot y explota llenándolo en todo el rostro.
Kyung Soo cierra los ojos a tiempo para evitar que el semen entre pero ahora se está
escurriendo por toda su cara aquel liquido caliente. Nunca antes había tenido una
mascarilla de esperma.
125
Gracias, Jongin.
El diseñador vuelve a meterse a la tina y a acomodar a Kyung Soo en su regazo. Luego

de verle a la cara empieza a reír y Kyung Soo siente ganas de darle un golpe. Sabe que
es un robot pero empieza a sentirse humillado.
Jongin pasa los dedos por toda la cara de su robot, embarrando sus restos como si fuera
crema.
—Siempre quise hacer esto. —Confiesa.
Eres el tipo más guarro que conozco.
Jongin sonríe y luego le da un beso en la mejilla. Suelta un leve ―puaj‖ cuando prueba
su semen y luego empieza a lavar bien la cara de su robot. Una vez que termina lo
abraza y ambos se quedan dormitando hasta que el agua enfría y el menor empieza a
estornudar.
Por la noche ambos están acurrucados en el sillón viendo en la televisión una película
llamada ―El rey y el payaso‖ Jongin no ha dejado de estornudar desde hace media hora
y Kyung Soo puede sentir cómo la temperatura corporal de su dueño empieza a
elevarse. Es hora de la cena así que se levanta a preparar un caldo de pollo.
Era lógico que Jongin enfermara después de dormirse en el balcón y pasar tanto rato
bajo el agua, posiblemente ese niño tampoco tendría buenas defensas. Él en cambió
había sobrevivido a fríos peores, a hambres peores…
Kyung Soo regresa a la estancia donde Jongin está casi en el final de la película y le
ofrece la comida. El diseñador lo mira con asombro y luego a la taza con caldo de pollo.
126
—Si el humano llora, dale helado, si el humano cumple años, dale pastel, si el humano
enferma, dale caldo de pollo. Así fui programado.
Jongin lanza la taza al suelo con un rápido movimiento y luego empuja a su robot
haciéndolo caer mientras él se dirige afuera de la casa y se sienta a llorar mientras mira
el mar.
Kyung Soo no entiende a qué se deba esa reacción, por un momento se siente asustado
de que Jongin se vuelva loco y violento pero cuando deja los restos de platos rotos en la
cocina, lo escucha sollozar y sabe que hay algo más ahí, alguna cosa que él no ha
descubierto. Regresa y acaba de limpiar y ordenar todo, luego toma valor y actúa como
el robot que se supone qué es. Un robot no se asusta ante una emoción humana, no
retrocede ante un empujón, no deja de cumplir su orden nunca.
Se sienta al lado de Jongin y se apoya en su hombro mientras con sus dos manos se
enrolla en su brazo. El diseñador ya se ha calmado, toma una de sus manos y empieza a
jugar y a acariciar sus deditos.
—Helado, pastel y caldo de pollo es algo que nunca he recibido de nadie a quien
quiera… Parece ser algo humano tan básico que incluso los robots que no saben dar
sexo oral lo tienen programado, sin embargo yo nunca he recibido nada de eso, y ahora
me lo das tú, algo que ni siquiera tiene vida…
Jongin mira a su robot a los ojos mientras los suyos se llenan de lágrimas nuevamente.
— ¿Soy tan repugnante?
El corazón de Kyung Soo duele, tendría muchas cosas para decirle pero no puede
hacerlo. Tiene que ser un robot, no puede permitirse sentir ese amor que ahora está
naciendo dentro de él. No puede sentirlo, no puede sentirlo… En vez de eso, lo besa.
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— ¿Kyung Soo, por qué no puedes ser real? —Dice Jongin con un sollozo.
Y Kyung Soo está a punto de solamente decirlo todo, de arrodillarse, llorar, pedir
perdón, y decirle que no hay nada de repugnante en él, que sus padres están locos, que
Taemin está loco que él no lo abandonaría, pero aún cuando Jongin lo perdonara como
si fuera más importante el alivio de la compañía real al peso del engaño, estaba su
familia, su novio, su vida que ya por sí misma lo alejaría del diseñador.
Jongin aparta una lágrima que resbala de los ojos de su robot. A Kyung Soo le duele la
garganta por lo que va a decir, pero tiene que decirlo, tiene que…
—Estamos diseñados para ser empáticos, si el humano llora, el AE llora también.
Y Jongin lo suelta, apoya los codos en sus rodillas y la cabeza en su manos mientras
llora, solo llora en voz alta, porque nadie lo está escuchando, porque se ha enamorado
de un robot, un aparato sin vida, porque él es patético tanto que inclusive la lágrima de
su robot logró emocionarlo por un instante. Ha empezado a desear que la magia sea real,
que la brujería exista, él daría lo que fuera por darle vida a su humanoide.
Y Kyung Soo llora también, porque no puede consolar a Jongin, está a su lado, herido,
llorando como un niño y verlo así lo destruye. Pero no puede hacer nada más que llorar
con él. Sentado con la espalda recta como su personaje lo requiere. Sin expresiones, sus
lágrimas solo caen. Abre la boca para gritar y luego vuelve a cerrarla sin hacer ni
siquiera un ruido.
Capítulo 21
128
Lay
Fuente desconocida
Durante los tres días que siguieron al iniciar la semana, Kyung Soo fue el enfermero
oficial de Jongin quién no dejó de revolverse en la cama entre estornudos y fiebre.
Llamó un par de veces a su madre que ahora estaba en Londres y esta le recomendó
visitar un médico sin interesarse demasiado en el tema.
Los días siguientes estuvo mucho mejor y Kyung Soo fue sodomizado de las más rudas
formas en cada espacio de esa casa, inclusive en el balcón donde Jongin lo apoyó una
mañana mientras se empujaba tan duro dentro de él que estuvo a punto de caer al otro
lado.
Pero ahora es diferente a la primera ocasión porque a pesar de los dolores iniciales
Kyung Soo ha empezado a disfrutar y anticipar el ser follado por su dueño. La primera
vez que eyacula ante los ojos de Jongin ya él lo había presentido y sabía exactamente
que decir:
“Solo imito la conducta humana” “Estoy preparado para simular la eyaculación”
Como sea, Jongin lo cree todo una vez más, si llora y tiene saliva por qué no iba a tener
algo similar al semen. De hecho, le gusta más ahora que siente que es capaz de darle
placer, es una fantasía, porque todo respecto a Kyung Soo es una fantasía, y él está feliz
de que sea una tan real.
Revisa el semen, lo huele, lo prueba y definitivamente debe agradecerle a Sehun por su

trabajo.
Los ratos en los que no estaba follándose a su robot no los gastaba en la playa porque
acababa de pasar un fuerte resfriado, a cambio se le van organizando mediante llamadas
telefónicas y correos electrónicos, el evento en el que presentaría y vendería su más
reciente creación.
129
Muchos adinerados estaban invitados, la prensa más exclusiva y gente de la farándula,

coleccionistas, críticos de arte, una gran lista de etcéteras, sus padres también estan
invitados pero no irían, no habían cancelado pero no era necesario, ellos nunca habían
ido a ningún evento en el que Jongin fuera la estrella y tampoco cancelaban. Antes el
chico guardaba las esperanzas de verlos cruzar la puerta hasta el último momento pero
ahora solo extendía la invitación por cortesía, sabía que no iban a llegar de todos modos.
El sábado por la mañana Jongin llamó al encargado de cuidar su inmueble y al fin

abandonaron la idílica casa de playa para volver a la mansión.
Estas fueron mis más extrañas vacaciones. —Piensa Kyung Soo mientras mira por la
ventana cómo el mar queda cada vez más lejos.
—Voy a ausentarme durante la tarde. —Informa Jongin en la estancia de su casa. —

Debo hacer cosas del trabajo y en verdad muero por llevarte conmigo pero ya sabes, me
he burlado tanto de Kris que me da vergüenza… No prepares la cena, comeré fuera.
Eso significa que durante tu ausencia debo comer mucho porque no habrá cena para
mí tampoco.
Jongin cierra la puerta tras él y Kyung Soo está a punto de perder su compostura y
desmoronarse sobre la elegante alfombra cuando la puerta se abre y el diseñador entra
corriendo, sujeta el rostro del robot, lo besa en la boca, luego deja un montón de besitos
por toda su cara, en la mejillas, ojos, nariz, frente…
—Te extrañaré. —Dice antes de salir.
Kyung Soo se asegura de escuchar el motor del auto deportivo salir a la calle antes de
derrumbarse en el sofá, sus manos tiemblan cuando se cubre el rostro con ellas, se
encuentra pensando en la frase que estuvo a punto de decirle a Jongin:
130
Yo también te extrañaré
Y de repente empieza a reírse a carcajadas, y ríe tanto que le duele el estómago pero no
puede parar porque ahora mismo está histérico, y su risa se vuelve estridente y resuena
por gran parte de la mansión, no sabe en qué momento pasa de una emoción a otra pero
de repente está llorando y siente nauseas. Corre al lavamanos de la cocina y vomita
sobre el lujoso mueble plateado. Luego pierde un poco el sentido y se deja caer sobre el
piso.
Cuando Jongin vuelve en la tarde, la casa está intacta, su robot está sentado en el sofá
como si no se hubiera movido de ahí todo el día por estar esperándolo. Se alegra de
sentir que hay algo que aguarda por él.
Sube a su habitación con su AE, se duchan, Jongin se viste de etiqueta y viste también a
su robot. Como siempre, Kyung Soo no tiene idea de lo que va a pasar con él, solo tiene
que dejarse llevar. Una limusina negra los está esperando al salir de casa, cuando están
sentados en el asiento trasero y se ponen en marcha, Jongin saca el antifaz blanco de
piedras preciosas y se lo acomoda a su robot.
—Esta noche tú serás la estrella. —Dice antes de besarlo. Y Kyung Soo tiene un mal
presentimiento, desea que se vare la limusina que haya un accidente o cualquier cosa
que los impida llegar pero eso no ocurre.
Al bajar, muchas luces los apuntan, cámaras de vídeo y de fotografías, todas están
concentradas en ellos dos, Jongin sonríe un poco mientras lo toma del brazo como un
novio caminando hacia el altar y cruza en medio de todos hasta llegar a un lujoso salón
de eventos. Todo mundo rompe en aplausos mientras ellos se dirigen hasta el podio y el
diseñador da un gran discurso sobre su más reciente obra.
Al final el público está encantado y ambos se pasean por el salón saludando mientras
131
Jongin con su más grande sonrisa responde una y otra vez preguntas similares, recibe
ofertas de compra, unas interesantes, otras francamente son una basura.
Kyung Soo solo camina casi tras él, se deja observar, algunas personas lo tocan un poco
pero entonces el diseñador tira de él disimuladamente y lo abraza, enviando un claro
mensaje corporal: ―él es mío y no se toca‖.
Finalmente Jongin toca el hombro de una persona y cuando esta se voltea Kyung Soo
muy a su pesar, lo reconoce: Baekhyun.
Hubiera preferido ver a Suho. —Piensa de modo antipático.
—Kai, ¡el antifaz es hermoso!, te felicito. —Dice el pequeño estrechando su mano —

Mira te presento al amigo que me acompaña hoy— El hombre alto de al lado gira para
encarar a Jongin —Chanyeol este es Kai, Kai, él es Chanyeol.
—Es un placer conocerlo, he quedado encantado con su obra de arte. —Saluda el más
alto.
Kyung Soo casi no lo puede creer pero sí, ese hombre alto de ropa y peinado elegante es
su novio. Jongin estrecha su mano y comparten unas cuantas palabras que él no logra
escuchar porque no ha salido del shock. Chanyeol luce como un hombre de negocios,
está hablando calmado, con su voz gruesa, sonriendo educadamente y no parece en
absoluto el hijo de un humilde panadero.
—¿Channie, quieres traer un poco de champaña para mí, por favor? —Pregunta
Baekhyun colgándose de su brazo.
¡¡¡¿¿¿¿Channie????!!!
Chanyeol le sonríe con ternura.
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—Será un placer. —Dice antes de irse por la bebida.
—Ni se te ocurra mencionar nada de la pobreza —Amenaza Baekhyun a Jongin una vez
que Chanyeol está lejos —Ese es el chico del barrio marginal que estoy puliendo como
mi joya personal ¿No es lindo? ¿Eh? No adivinarías que es un pobretón, ¿cierto?
—Pues no, no lo diría. —Contesta Jongin sinceramente —En verdad es lindo… pero es
tan alto ¡va a matarte! —Le susurra con un tono pícaro.
— ¡No! Yo voy a matarle a él. —Responde divertido aunque un poco sonrojado.
Kyung Soo quiere lanzarse sobre Baekhyun y arrancarle las bolas.
—Será mejor que le adviertas a Kris también que se calle la boca.
—Kris no vendrá, él y Suho tuvieron que cancelar su asistencia.
—Pues mejor así. —Dice justo en el momento en que Chanyeol llega con tres copas de
champaña. Se la entrega y también le da una a Jongin.
—Supongo que los robots no toman champaña. —Dice mientras se lleva la mano
izquierda al bolsillo de su pantalón con aire confiado, con la mano derecha está
acercando la copa a su boca y bebe.
—Me alegro de no haber manejado hasta acá. —Agrega Jongin quien va por su tercera
copa.
Kyung Soo no puede quitar los ojos de encima de su novio y este dirige su mirada hacia
una esquina del salón indicándole voltear, cuando lo hace ve a Lay vestido con
133
esmoquin y hablando con uno de los hombres más adinerados del salón.
¿Qué hace aquí? ¿Cómo logró entrar? ¿Qué haces TÚ aquí? —Interroga Kyung Soo
con la mirada pero Chanyeol mira hacía Baekhyun y sonríe.
El falso robot ahora mismo se está sintiendo muy abrumado, sabía que era mala idea
venir. Da un paso atrás cuando pierde el equilibrio porque se ha descompensado y
Jongin lo sujeta antes de que se vaya al suelo.
—¿Kyung Soo, qué pasa? —Pregunta con firmeza pero Kyung Soo puede notar la gota
de horror en ese tono de voz y sabe que Jongin está asustado.
—Mi batería debe recargarse. —Responde.
Chanyeol se ríe en voz alta ante sus palabras, Jongin y Baekhyun lo miran sin
comprender lo gracioso de la situación, él lo elude tomando un trago de su copa.
Jongin se disculpa y lleva a Kyung Soo a otra habitación. Lo sienta en un sofá rojo y le
dice que puede recargar su batería estando ahí aunque el lugar está iluminado, Kyung
Soo responde que no es nada grave y que en unos minutos estará mejor.
Luego se va de la habitación dejándolo solo porque debe atender a la prensa y demás

pero no está sin compañía durante mucho tiempo porque en cuestión de cinco minutos
Sehun y su propio AE, Luhan, entran.
Ambos lo miran fijamente desde la puerta, luego Sehun pasa lentamente y se sienta en
la mesilla que está frente al sofá. No dicen ni una sola palabra y Kyung Soo no sabe de
qué va aquel tipo hasta que lo ve arrugar la cara.
—Lulu, ¿puedes ver cuál es este modelo?
134
El humanoide rodea a Kyung Soo y levanta un poco el cabello bajo su nuca, es frío al
tacto y Kyung Soo se estremece casi imperceptiblemente.
—No registro ningún número de fabricación. —Responde Luhan con voz aplanada.
Sehun arruga más su cara y extiende su mano para tocar el rostro de Kyung Soo pero
justo en ese momento Lay se asoma por la puerta.
—Disculpe, ¿es usted Sehun? El señor Oh le solicita con urgencia…
— ¿El señor Oh?
—Sí, me ha pedido que llame a su hijo, él está en el sanitario… No sé qué problema le

aqueja pero debería usted de ir a revisar.
—Sí, gracias por avisarme. —Dice Sehun levantándose —Vamos, Luhan.
Lay sostiene la puerta abierta en un gesto de caballerosidad, esperando que Sehun y

Luhan salgan de la habitación pero antes de hacerlo, el joven heredero de Non Alma
mira una última vez a Kyung Soo. Él nunca había visto ese modelo en su fábrica. Él
podía distinguir bien un humano de un AE y aquel definitivamente no parecía un AE,
pero no podría asegurarlo mientras estuviera usando ese antifaz…
Lay cierra la puerta tras los chicos rubios y se acerca a Kyung Soo con ojos brillantes,
se sienta en la mesa donde antes estuvo Sehun y sonríe.
— ¿Eres un robot?
—A… afirmativo. —Consigue responder Kyung Soo quién se está muriendo de los
nervios.
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—Los robots siguen órdenes, así que debes obedecerme. Esta es la orden: Te vas a
quedar quieto hasta que yo me vaya.
Kyung Soo no comprende a Lay hasta que este le arrebata el antifaz en su solo
movimiento, levantándole un poco el cabello.
—¡¡¡¿Chanyeol?!!! —Pregunta Lay, asombrado cuando lo ve a la cara —Ya me parecía

haber visto por ahí, al que te acompañó el otro día, pero dudaba que alguien como él
lograra entrar, entonces estaba en lo correcto… pero espera ¿No se supone que eres un
robot?
Y así es como todo se va a la mierda…
Capítulo 22
Xiumin
—So... soy… soy un robot.
—Los robots no son tartamudos… o estafaron a ese diseñador.
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—Dame ese antifaz. —Kyung Soo intenta arrebatárselo pero Lay es más rápido y se
pone de pie, levantándolo en lo más alto de su mano, y Kyung Soo parece un niño
brincando para alcanzarlo.
— ¿Chanyeol, qué haces aquí?
—Lo mismo te pregunto ¿Cómo un criminal logró pasar la seguridad?
Lay ríe.
—Esto no es una fiesta de gente honesta sino de gente adinerada, y yo tengo dinero y
ahora que me llevaré este antifaz, tendré aún más…
—No voy a dejar que te lo lleves, es de mi dueño, no te pertenece.
—¿De tu dueño? —Lay rompe en carcajadas y se dobla sobre su estómago cuando

empieza a dolerle —De modo que Chen tenía razón, te vendieron como un AE, ¿Has
estado fingiendo todo este tiempo, Chanyeol? Pero mi banda y yo tenemos más cosas de
las que preocuparnos como para guardarte tanto rencor a ti, debiste solo regresar a tu
casa…
Lay empezó a limpiar las lágrimas de sus ojos, porque había reído hasta que algunas se
asomaron.
—Chanyeol, no sé cómo diablos has hecho para que no te descubran, pero esto es
demasiado divertido, casi siento admiración por ti… Te diré una cosa: Yo guardaré tu
secreto y a cambio, tú guardarás el mío, me llevo esta obra de arte. —Dijo besando el
antifaz y metiéndolo bajo su chaleco.
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—¡No! —Respondió Kyung Soo intentando quitárselo nuevamente, pero a cambio

recibió una sonora bofetada.
—No he olvidado que amenazaste la vida de Xiumin, y luego te burlaste de Chen…

agradece que no te disparé en cuanto te reconocí. Si abres la boca voy a decir que todo
fue idea tuya, que no eres un robot… Si no me equivoco te he salvado el culo esta noche
porque el tipo que acaba de salir de esta habitación es Oh Sehun, heredero de Non Alma
y experto en humanoides, él mismo cuando era adolescente diseñó a ese bonito robot
que lo sigue a todo lado… El punto es este, Chanyeol ¿Sabes cuánto tiempo le tomara a
Sehun constatar que eres un simple mortal? Menos de lo que me llevó a mí mentir sobre
su padre en el sanitario para sacarlo de aquí. Prácticamente me estás debiendo un
favor…
Kyung Soo apretó los puños que temblaban a cada lado de su cuerpo.
—Ohh ¿Estás enfadado? Pero Chanyeolie… los robots no se enfadan. —Dijo

palmeando su mejilla más duro de lo necesario para una burla como aquella. Luego
salió caminando tranquilamente.
Kyung Soo no lo vio pero Lay simplemente había traspasado todo el salón con una
calma total, y al salir a la calle montó en el auto en el que Xiumin lo esperaba y se
fueron sin que nadie los notara. Así trabajaba un profesional en el hurto y la extorsión.
Maldita sea, me cago en el demonio —Protestó Kyung Soo, pateando el suelo.
Chanyeol fue el siguiente en entrar a la habitación y cerrar la puerta tras él.
—¿Kyung Soo, quieres explicarme por qué mierdas no me has llamado durante días?
¿Tienes idea de lo preocupado que he estado por ti? ¿Y qué rayos significa esto, por qué
ese tipo te exhibe de esa manera frente a todo mundo?
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—Cállate, Chanyeol, ahora no.
—¿Ahora no, Kyung Soo? ¿Ahora no? ¿Entonces cuándo?
—Tengo cosas importantes en qué pensar ahora. —Dijo intentando pasar de largo para
ir a buscar a Jongin y avisarle que estaban robando su antifaz valorado en varios
millones de dólares con el que habían follado tantas veces.
Chanyeol lo sujetó del brazo y tiró de él con fuerza haciéndolo volver.
—Claro que tienes cosas importantes en qué pensar, por ejemplo volver a casa, tú
vuelves hoy conmigo.
—No, Chanyeol, no entiendes, debo ver a Jongin, él me necesita.
—¿Es que te ha gustado tanto la vida como millonario que ya no piensas regresar? ¿Vas
a ser un robot para siempre, Kyung Soo? ¿O es que ese ricachón ha empezado a follarte
y te ha gustado?
Kyung Soo se sacudió enfadado.
—¡¿Y tú qué?! ¿Qué hay de Baekhyun colgando de tu brazo, presentándote a sus

amigos como su más reciente conquista?
—Lo he tenido que convencer de traerme en cuanto me habló del evento, lo he hecho
solo para verificar que estabas bien, y Baekhyun no me ha presentado como nada más
que un amigo.
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—A veces no sé si en verdad eres un estúpido o solo estás fingiendo, como sea, me

hartas.
—¡Kyung Soo! —Protestó, herido.
—No tengo tiempo para esto ahora, comprende que Lay acaba de robarme.
— ¿Lay qué?
—¡¡El antifaz de Jongin!! ¡Se lo ha robado! ¡Tengo que avisarle! —Dijo mientras corría
hacía la puerta y cuando estuvo a punto de girar la manija, la voz de Chanyeol lo
detuvo.
—Tu madre tiene cáncer.
Kyung Soo sintió como si un luchador de zumo le hubiera caído encima. Se giró
despacio para enfrentar el rostro de su novio.
— ¿Qué has dicho?
—Tu madre tiene cáncer… los exámenes salieron la semana pasada, la semana que no
llamaste y aún no entiendo por qué.
—Chanyeol si me estás diciendo esto solo porque estás enojado deberías saber que…
— ¡Claro que no estoy jugando con esto! ¿En serio me crees capaz de algo así? El
doctor dice que es un tumor maligno expandiéndose en su pulmón y necesita
radioterapia. Kyung Soo, debes volver ahora.
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Kyung Soo tiene los ojos muy abiertos, apoya su espalda en la puerta y empieza a
deslizarse hacia abajo pero Chanyeol camina hacia él y lo sujeta antes de que caiga.
—Levántate. —Le ordena mientras lo conduce hasta el sofá y se sienta en la mesa frente
a él. Kyung Soo ha empezado a odiar esa mesa.
—Chanyeol… yo… él… me llevó a su casa de playa… no pude separarme de él para

llamar, te lo juro, lo intenté, te lo juro…
— ¿Eso fue lo que pasó?
—Sí, acabamos de llegar y me trajo a este evento… y esta tarde… esta tarde yo…
estaba mal… vomité… yo no… yo no podía hablarte así…
— ¿Kyung Soo, estás bien? —Se preocupa Chanyeol porque nunca había visto a su
novio siendo débil y ahora estaba pálido y temblando, ni siquiera podía explicarse sin
titubear, parecía a punto de empezar a llorar o de desmayarse.
— ¿Ella está… está…? ¿Cómo está mamá?
—Cálmate Kyung Soo, tu mamá está bien, dentro de lo que cabe. Tu hermana no lo
sabe aún, la señora Do quiere esperar hasta que regreses para contárselo. Pero tienes que
volver, Kyung Soo, las medicinas y ese tratamiento son muy costosos, yo he estado
trabajando como loco, te lo juro, pero no me alcanza, dejaré el instituto si con ello
puedo apoyarte más, pero tienes que ayudarme a pagar esto, tienes que volver y
empezar a trabajar…
—No puedes dejar el instituto por algo que no es tu responsabilidad.
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—Por mi culpa perdiste tu trabajo en la fábrica y aunque he buscado, no encuentro algo

nuevo para ti, especialmente porque no estás en las entrevistas, pero aún así, es en parte
mi responsabilidad y aunque no lo fuera… no te voy a dejar solo en esto. —Dice
sujetándole la cara.
—Chanyeol tienes que irte de aquí.
—¿Qué?
—Vete antes de que alguien te vea aquí o serás sospechoso por robar el antifaz, volveré
con Jongin y robaré más joyas para pagar el tratamiento de mi madre, no salgas del
instituto y cuida de mi hermana mientras tanto.
— ¡Pero Kyung Soo!
—No importa cuánto trabajemos nunca vamos a superar esto, las facturas del hospital
pueden endeudarnos de por vida y pronto mi hermana también deberá trabajar para
ayudarme a pagarlas…
—Siento que si regresas con él esta noche voy a perderte para siempre. —Dice
entristecido.
—No te preocupes por mí, Yeol, lo tengo controlado, te lo juro, el diseñador ni siquiera
lo sospecha, está comiendo de mi mano.
Chanyeol lo besa en la boca antes de irse a buscar a Baekhyun. Y Kyung Soo apenas
empieza a recobrar la compostura cuando Jongin entra, afortunadamente no se sienta en
la mesilla del frente sino a su lado.
142
—Le he pedido a Sehun que viniera a verte, es un experto ¿Lo ha hecho?
—Afirmativo.
— ¿Qué ha dicho? ¿Estás bien?
—En la casa de playa dormitabas durante el día y yo recargaba más la energía en esas
horas, hoy no lo he hecho… fue una pérdida de energía normal.
Ciertamente habían tenido mucho sexo de noche y madrugada y habían dormido durante
el día por lo que a Jongin le pareció una explicación razonable y se alegró de que su AE
estuviera en buenas condiciones. No sabía qué haría si algo le pasara. Pero entonces
notó una cosa importante.
— ¿Y el antifaz?
—Se lo ha llevado la mujer pelirroja.
—¿Mujer pelirroja? ¿Cuál mujer pelirroja? No hay nadie de cabello rojo en el salón…
—La mujer pelirroja… no tengo más datos registrados sobre ella.
Entonces sucedió una pequeña gran conmoción, fueron alertadas las personas de
seguridad y revisaron a cada uno de los invitados muchos de los cuales se fueron
ofendidos y molestos, la prensa se dio gusto fotografiando el espectáculo y Jongin
hablaba con la policía y con los periodistas por igual, con su mejor cara de póker,
alegando que todo se solucionaría y pidiendo disculpas por el inconveniente.
Cuando todos los invitados se hubieron ido y el salón fue revisado en su totalidad,
Jongin montó en su limusina de vuelta a casa. Kyung Soo lo vio recostarse al asiento y
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masajear su frente, preocupado a más no poder y se sintió culpable pero ahora no podía
retroceder, no con su madre enferma.
Lo siento mucho, Jongin pero de ahora en adelante voy a lastimarte más…
Capítulo 23
El domingo en la mañana son despertados por el sonido del teléfono celular, Jongin
contesta apresurado, esperando noticias de su antifaz robado pero no es la policía sino
su padre.
—Ahora estoy en todos los periódicos de espectáculos gracias a ti: ―El hijo del señor
Kim pierde su antifaz de joyas valoradas en varios millones de dólares‖ ¿Cómo es
posible que seas tan descuidado, Jongin? Es una vergüenza… ¿Quieres lapidar todo tu
dinero? ¿Acaso te ha pasado eso por andar tonteando por ahí con algún tipo…?
Seguramente te has distraído con alguien y por eso perdiste de vista a ese estúpido
robot… Debiste solo exponer la joya en una urna de cristal como lo haría cualquier
persona normal… ¡Eres un irresponsable! La gente creerá que soy igual de descuidado
en mis negocios… si esto me genera pérdidas tendrás que compensarlo de algún
modo… ¡Pero qué estoy diciendo! ¿Cómo podrías compensarlo si no eres más que un
chiquillo inmaduro?
Jongin puso el celular en alta voz y se acostó de nuevo abrazando a Kyung Soo, su
padre le gritoneó al menos diez minutos y luego colgó sin despedirse, sin un ¿Cómo lo
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has tomado tú? ¿Estás bien? ¿Te hicieron daño los ladrones? El robot está un poco
indignado por ello.
A medio día Kyung Soo se levanta a preparar comida pero cuando se la lleva al
diseñador este la rechaza, está pasando los canales de la pantalla frente a su cama con el
control remoto y en la mayoría de ellos están hablando sobre el antifaz robado. Jongin
los mira un rato, luego apaga y se mete debajo de la sabana. Se mantiene así todo el día
y la noche sin probar bocado.
El lunes se va muy temprano a charlar con la policía y Kyung Soo aprovecha para
llamar a Chanyeol, horas después desde el portón de fuera le alcanza tres lágrimas de
zafiros azules y luego entra rápidamente a la mansión como un ratón asustado.
Recorta sus uñas y su cabello solo un poco, no puede permitir que Jongin note ningún
cambio en su apariencia. Cuando su dueño regresa sin novedades sobre el antifaz
robado, vuelve a meterse bajo las sabanas a vivir su depresión de la única manera que
sabe hacerlo: convirtiéndose en una almohada más de su cama.
Kyung Soo se siente realmente mal por verlo así, sabe que es su culpa y desea hacer
algo para que Jongin se anime, pero solo es un robot y como tal se abstiene a ofrecerle
de comer cada cierta hora y a estar acurrucado a su lado todo el tiempo restante. Ni
siquiera puede aburrirse de ver las horas pasar lentamente puesta está muy ocupado
pensando en su consciencia sucia.
El martes el diseñador se encierra en el estudio todo el día, solo sale en la noche para
cenar y luego se acuesta a dormir, al día siguiente repite la rutina sin embargo Kyung
Soo no tiene oportunidad de hacer demasiado porque el diseñador le pide estar sentado
en el sofá del taller la mayor parte del tiempo, solo lo deja apartarse para preparar
comida. Ratos que Kyung Soo apenas aprovecha para hacer sus propias cosas.
Lo ve trabajar incansablemente sin comprender bien de qué se trata esta vez hasta que al
fin Jongin se levanta abruptamente y lo lleva a la ducha donde lo asea, lo prepara con un
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pantalón negro un poco ajustado y una camisa blanca cuyo diseño deja gran parte de su
espalda al descubierto, peina su cabello y rocía perfume detrás de sus orejas, luego se
prepara él con un traje más casual y cubierto, y lo lleva al taller donde le prueba su
nueva creación. Un collar de espalda con unos adornos en el cuello.
Kyung Soo no tiene idea de cómo luce pero siente que esa cosa le estorba, además no le
gusta tener su espalda al descubierto pero Jongin parece un niño que ha recibido un
cachorro en navidad y después de todo ese tiempo triste, ahora se ve completamente
feliz. Lo arrastra hasta afuera y lo sube a un auto deportivo que pone en marcha.
Por milésima vez Kyung Soo no tiene idea de lo que pasa por la cabeza de Jongin y en
sus adentros ruega porque esto no se trate de otra presentación pública, lo que empieza a
descartar cuando ve que se están adentrando en su comunidad.
¡Mi comunidad! —Piensa, despabilándose.
Ahí estaba, la fábrica donde antes trabajaba, casi puede sentir el olor de las frutas en
salmuera, luego el colegio de su hermanita, pero a esa hora ya los estudiantes han salido
y estarán empezando a llegar a sus hogares, así que la esperanza de ver a So Hyun, su
pequeña monstruo solo le hace doler el corazón. Jongin se detiene en la panadería Park
y Kyung Soo no entiende nada pero de repente todo el peso de su ausencia le cae con
una fuerza tremenda y extraña todo.
El diseñador va a comprar algo de pan y lo deja solo en el auto. Él baja la ventana para
sentir el olor característico de aquella zona, no es precisamente el olor de una calle
limpia pero es familiar y tranquilizante. Mueve sus rodillas con ansiedad porque ahora
es el momento ideal para echar a correr, entrar como loco a su casa donde está su mamá,
abrazarla, llenarle el rostro de besos y pedirle perdón por haberla dejado tanto tiempo
sola justo cuando está pasando por algo tan difícil.
Porque por todos los cielos, era su mamá, la amaba y ahora mismo ella debería estar tan
146
asustada y él era un hijo horrible que solo la había dejado con su hermanita sin siquiera
decir nada. ¿Y su pequeña monstruo? ¿Aún tendría problemas con la mejor amiga? La
última vez se habían peleado por cosas que él no había querido escuchar y ahora lo
lamentaba tanto, debió haberla oído y aconsejado, no quería que ella se sintiera sola
como Jongin. No quería que su hermanita So Hyun se preguntara por las noches si él las
había abandonado o que se formulara ideas sobre el por qué su mamá parecía enferma…
tarde o temprano se enteraría de todo y estaría solita, sin su hermano para consolarla.
Y Chanyeol, trabajando como un loco para ayudarlo con sus cuentas, cuidando a su
familia del modo que le correspondía a él mientras tanto él era follado en lujosas casas
de playa, vestido de besos y joyas, y dormía y descansaba sin igual. Chanyeol quien
estaba tan cerca de ser embaucado por Baekhyun y él ni siquiera se lo había advertido
adecuadamente. Tenía que irse de ahí, ahora era el momento, la oportunidad perfecta,
tenía que abrir la puerta y no preocuparse en cerrarla, solo en correr, correr con todas
sus fuerzas hasta llegar a su hogar, a su lugar seguro, hasta ser envuelto en el abrazo
cariñoso de su madre.
Y abrió la puerta...
...Y entonces una mano lo empujó bruscamente al asiento.
—Nos vemos de nuevo, Chanyeol.
Oh Dios Santo ¿Por qué me odias tanto? —Piensa Kyung Soo. Por que la única
explicación que encuentra para su mala suerte es que los dioses en verdad lo detestan.
Chen está amenazante frente a él, con una sonrisa de loco cruzándole la cara.
—Lay me lo ha contado, que ahora eres un robot, que asaltarte es más fácil que quitarle
un dulce a un bebé, ya sabes, ellos lloran y berrean, ¡pero tú ni siquiera puedes hacer
eso! —Se burla.
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Kyung Soo intenta cerrar la puerta del auto pero Chen lo detiene.
—¡Oh pero qué bonito búho andas en la mano! Lo quiero, dámelo.
Nooo, el reloj no. Me gusta esta cosa, en verdad me gusta.
— ¿Qué esperas? ¿Debería hacerlo yo? —Dice tirando bruscamente de la mano de

Kyung Soo quien en un arranque de ira lo golpea en el rostro.
Por supuesto que Chen no se iba solamente a dejar golpear y después de la leve
cachetada de Kyung Soo responde con un fuerte puñetazo en el estómago haciendo que
el chico se doble en el asiento sin poder inhalar aire durante unos segundos. Chen lo
levanta tirando de su cabello y está a punto de arrastrarlo fuera del auto cuando siente a
alguien girarlo y darle un golpe en el rostro tan fuerte que lo obliga a caer.
Kyung Soo reconoce a Jongin cerrar la puerta y rodear el auto a prisa, luego arrancar a
toda velocidad y estacionarse varias cuadras después para preguntarle si está bien.
—Estoy bien. —Responde, pero es la cosa más difícil que ha dicho porque ahora está
frente a su hogar.
Jongin arranca y Kyung Soo apenas alcanza a ver a su hermanita salir de la casa con un
short verde y una gran camiseta gris que usa desde hace unos dos años sin quejarse por
no tener ropa nueva. A esas horas posiblemente está saliendo a hacerle algún recado a
su mamá. Y ella camina confiada saludando a una vecina que se encuentra de camino.
Kyung Soo se percata de que la adolescente está usando unas sandalias demasiado
grandes para ella y reconoce que son sus propias sandalias. Entonces recuerda que la
última vez que hablaron ella le había dicho que sus zapatos de estar en casa se habían
arruinado, al fin después de muchos arreglos ahora estaban irreparables, y él prometió
comprarle unos nuevos esa semana… ¿Cuánto tiempo había transcurrido desde
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entonces?
Su hermanita no tenía zapatos mientras él tenía sus dedos metidos en unos mocasines de
diseño italiano. Mientras él cenaba caviar, lasaña, langosta, pollo, posiblemente su
hermanita no se llevaba más a la boca que una sopa de arroz y habichuelas. Mientras él
dormía entre sabanas de seda y edredones rellenos de plumas su hermanita tenía que
echarse encima dos viejas sabanas para entrar en calor. Mientras él se duchaba con agua
tibia cada día, su hermanita tenía que soportar el agua helada cada mañana antes de ir al
colegio. Mientras él miraba televisión, ella estudiaba…
Se mordió la lengua para no llorar. Repitiéndose a sí mismo que aquello no era tan
grave, que no debía flaquear, la vida era así, él y su familia estaba del lado
desafortunado… nada podía hacerse. Sus necesidades no eran una novedad, su hermana
no extrañaría lo que nunca había tenido. La vida era así.
Jongin gira en la siguiente cuadra y se desvía por un camino que Kyung Soo sabe que
existe sin embargo nunca ha ido por ahí, nunca en todos esos años porque de ese lado
solo hay unos residenciales de gente millonaria con la que jamás se mezcló.
Se detiene frente una enorme mansión y toca un dispositivo al lado del portón el cual
empieza a abrirse despacio. Una vez dentro se estaciona y le ordena a él bajarse.
Kyung Soo ve a Kris en la puerta de la casa, el robot Tao está a su lado y comprende
que aquello es alguna clase de visita social. Se baja del auto un poco tranquilo al saber
que no habrán cámaras en ese lugar. Y pronto escucha una voz a su lado.
— ¿Dodo? ¿Dodo, eres tú?
Al voltear encuentra a Ryeowook, uno de sus vecinos y más grandes amigos. Lo estaba
llamando por el apodo que le habían puesto en la escuela, actualmente era el único que
le decía de esa manera. Estaba usando un uniforme que indicaba ser el guarda de
seguridad de esa mansión.
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¡Claro! Sabía que Ryeowook trabajaba de ese lado desde hace un año.
Kyung Soo miró a Jongin quien se había detenido en su camino hacia Kris para voltear
a verlo.
— ¿Kyung Soo? —Llamó el diseñador.
—¿Dodo, qué haces aquí? —Preguntó su amigo al mismo tiempo.
Y entonces él lo hizo. Responder a Ryeowook en un susurro y con mirada altanera.
—No te conozco.
Luego caminó hasta su dueño, dejando a su amigo admirar la blanca espalda adornada
con ese hermoso collar de joyas valiosas. Y Kyung Soo estrechó la mano de Kris con
una de sus sonrisas en forma de corazón. La sonrisa que deseaba darle a su propio
amigo.
Perdóname Ryeowook.
Minutos después están en el balcón de la última planta, uno de ellos pues aquella casa
de tres pisos tenía balcones en cada una de sus paredes. Kris y Jongin toman té
acompañado de alguna repostería que el diseñador compró en la panadería del señor
Park. Tao está al lado de su dueño sin verlo realmente así que él lo imita y está junto a
Jongin, sin voltear.
—Esto no está del todo mal ¿eh? —Dice Jongin respecto al pan que está comiendo.
Kris se sacude las boronas de los dedos.
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—No lo sé, el pan que hace la gente pobre no es mi estilo.
Jongin sonríe.
— ¡Pero si lo has comido todo!
—Solo porque tú lo trajiste…
—Oh, ahora vas a hacerme creer que tenemos una amistad especial…
—Olvídalo. Mejor dime si viste al orejón que Baekhyun quiere adoptar como proyecto
de calidad.
—No lo vi hoy pero sí en un evento pasado… bueno, debo decir que luce bien, es
apuesto… un poco raro pero se camufla adecuadamente, creo que los demás no notaron
que no tenía clase, Baek lo está haciendo bastante bien…
Kris bufa, incrédulo.
— ¿Crees que ya se lo folló?
—No lo sé, Kris, con Baek nunca se sabe… es calculador, si tiene que asesinar a
alguien lo planeará por diez años si es necesario con tal que sea perfecto…
—Casi compadezco al novio de ese tipo… Baek no deja una presa así como así…
Jongin se apoya en el balcón y suspira ante el paisaje que se extiende delante de él.
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—Tu casa es tan hermosa pero está en una ubicación que deja tanto que desear… salir al
balcón no es muy placentero, Kris.
Abajo se divisan las viviendas más pobres de la comunidad, techos pequeños de latas
agrietadas, una casi encima de la otra y un poco más adelante, la casa de Kyung Soo.
Desde ahí solo puede ver el techo.
—No paso mucho tiempo en el balcón sino pintando en mi estudio, ahí hago todos los
paisajes que deseo…
Jongin voltea con rostro fastidiado.
—Kris… no es como si hicieras mares y montañas… ¿Crees que no he visto tus

trabajos? Haces pintura abstracta… ¿Acaso eres capaz de dibujar algo que no sea un
monigote?
Kris sonríe mientras enciende un cigarrillo negro.
—Puede que sea por esta vista de mierda ¿No lo crees? Posiblemente si me cambio de
residencia empezaré a pintar cielos estrellados y bosques encantados… ¿Qué es lo
mejor que puedo sacar de aquí? Gente pidiéndome dinero en las calles, niños llenos de
piojos, tipos sudados, mujeres curtidas por el sol…
Jongin acepta uno de los cigarrillos que Kris le ofrece.
—Eres un bastardo. —Dice en vez de un simple ―gracias‖.
— ¿Qué quieres que te diga? Hago donaciones, voy a una que otra obra de caridad,
pago mis impuestos… No puedo hacer más por esa gente, que se preocupen por ganar
152
su propio arroz y dejen de vivir del gobierno ¿Quieres que adopte un piojoso como lo
hace Baekhyun?
—Tal vez deberías adoptar al novio del piojoso, así no quedará solo.
—Lo paso muy bien con mi robot sin piojos, gracias. Incluso un AE es mejor para mí
que una de esas personas así que, adóptalo tú.
—Olvídalo. Ni en mil años… ¿Te imaginas que lo deje entrar a casa y robe mis joyas?
Kyung Soo había empezado a enojarse, pero el último comentario de Jongin lo había
calmado en un instante. Aquellos dos tipos tenían razón casi en todo. Casi porque en
realidad la gente de su comunidad sí se preocupaba por ganar su propio arroz, se
preocupaba todo el tiempo…
Él había visto a su padre trabajar hasta que se quedó sin fuerzas y luego su madre
trabajaba el doble, él mismo salía cada mañana y volvía tan tarde y cansado que era un
milagro que su noviazgo hubiera sobrevivido… ahora pensaba en eso ¿cómo era posible
que él y Chanyeol continuaran juntos a pesar de vivir siempre entre el cansancio y la
preocupación? ¿Era acaso la necesidad de un apoyo lo que los había hecho estirar tanto
su tiempo?
Él y su madre hacían todos los sacrificios necesarios porque su hermana acabara sus
estudios, ambos soñaban con poder pagarle una carrera universitaria barata, algo que al
menos le diera un título para conseguir un mejor empleo, de lo contrario se convertiría
en otra de esas chicas que contraían matrimonio con cualquier tipo que les prometiera
algo mejor, cualquier cosa… y finalmente acabarían con bebés que alimentar, un esposo
ausente, el dinero empezaría a escasear, casos el tipo sería un agresor o la abandonaría y
los niños crecerían igualmente condenados a una vida miserable.
De repente hay un apagón en la comunidad, no eran del todo comunes pero a veces
153
ocurrían. La mansión de Kris continúa iluminada con un sistema de apoyo y las casas
pobres son precarios oscuros a lo lejos.
Kyung Soo ruega porque su hermanita a esas horas ya haya regresado a casa. La
imagina haciendo sus tareas iluminándose con una vela en la mesa de la cocina, espera
que no se quede dormida y cause un accidente. También espera que les haya dado
tiempo de preparar algo de cenar o de lo contrario deberán irse a dormir con hambre si
la corriente eléctrica no regresa pronto.
¿Tendrán miedo de estar solas en la oscuridad? Claro que su madre no, ella es una
mujer muy fuerte… pero ahora está enferma, tal vez le duele, tal vez esta vez sí está
asustada… Él lo está… él está asustado de toda la pobreza que ve desde ese balcón.
¿Cuántas horas de trabajo pesado deberán cumplir todos en aquella comunidad para
conseguir una mansión como la de Jongin o Kris? ¿Cuántas casas de mujeres ricas
deberán limpiar las madres para pagarle los estudios a sus hijos? ¿Cuántas noches de
estudio ante la luz de una vela y sin cenar adecuadamente deberán vivir los adolescentes
para poder graduarse e ir a una buena universidad?
¿Hay incluso una posibilidad de que eso pase? Y Kyung Soo quiere odiar a Kris y a
Jongin pero entonces Jongin le hace una pregunta al pintor:
—¿Cómo sigue tu madre?
—El cáncer no la abandona… creo que le quedan unos cuantos meses, algo así dijo el
médico…
—Lo lamento mucho, Kris…
—Y yo. —Responde con un leve susurro antes de darle otra calada a su cigarrillo.
Y eso es todo para Kyung Soo. No importaba cuánto dinero tuviera Kris, si se cortaba,
154
sangraba igual que él, su madre iba a morir y él iba a sufrir por eso. Por el silencio tenso
que quedó rondando en el aire, Kyung Soo supo que ese pintor cambiaría su fortuna por
la salud de su mamá sin dudarlo ni un segundo. No podía odiarlo. Ni a Jongin. Por más
que intentaba formular malos pensamientos sobre el diseñador, no podía hacerlo…
estaba atrapado.
—Por cierto —Agrega Kris— El collar que lleva tu AE es una maravilla.
Una hora después Kyung Soo está en el asiento del auto deportivo de Jongin. Ryeowook
lo mira pasar junto a él y baja su mirada haciéndolo sentir peor que un perro, una
basura. Los hermanos de vida no se niegan así y Ryeowook había sido su buen amigo
en muchas ocasiones. Kyung Soo se maldice a sí mismo mentalmente y repite muchas
veces ―Perdón, perdón, perdón‖, deseando que su hermano lo sienta.
Jongin mira la caja que le regaló Kris acomodada en el asiento trasero de su auto y
sonríe.
—Kyung Soo, espero que seas resistente… esta noche tú y yo vamos a jugar duro.
Fuente Ange
155
Capítulo 24
Fuente desconocida
Kyung Soo no siente miedo cuando sus pies empiezan a ser atados, siente horror, pavor,
está a punto de salir huyendo porque se encuentra desnudo, vulnerable y no tiene idea
de lo que está pasando por la mente de Jongin.
—A partir de ahora tendrás que decirme ―amo‖ cuando te dirijas a mí, ya lo has hecho
antes así que no habrá problema. Quiero que repitas muchas veces las cosas que vas a
oír… —Explicó antes de empezar con su lista de expresiones, las mismas que Kyung
Soo garbó en su mente porque no podía darse el lujo de olvidar ninguna… ni una sola
de aquella frases sucias— ¿Has entendido?
—Sí, amo. Orden procesada.
—Cada vez que te golpee deberás gritar más alto, Kyung Soo… quiero la experiencia
completa.
—Sí, amo.
Eres un pervertido de mierda, amo.
—Voy a ser muy duro contigo, Kyung Soo, pero está bien, después de todo no eres un
ser humano… Ni siquiera sé por qué te lo advierto...
156
—No soy un ser humano, amo. —Respondió solo para intentar creérselo.
Jongin le amarró las manos de frente y luego se deshizo de su bata, estaban arrodillados
uno ante el otro y tomó del cabello de Kyung Soo tirando fuertemente, obligando a que
la cabeza se fuera hacia atrás.
— ¿A quién perteneces, Kyung Soo? —Preguntó con autoridad.
—A ti, amo.
— ¿Perteneces a Suho? —Dijo sin poder olvidar sus pasados celos.
—No, amo.
Jongin se lanzó sobre el labio inferior de Kyung Soo y lo mordió con fuerza.
— ¿Quién es tu dueño?
—Tú, amo.
— ¿Quién?
—Kim Jongin es mi amo y mi único dueño.
El diseñador masajea el pene de su robot hasta que consigue una erección entre sus
manos y luego toma una fusta del regalo de Kris y la estrella contra el cuello de su AE
con fuerza, obligándolo a caer de lado.
157
El ardor en su cuello era doloroso pero Kyung Soo estaba amarrado y no podía pasar la
mano para apaciguar la sensación, tampoco podía levantarse. Si decidía huir tendría que
empezar a arrastrarse como un gusano y no creía poder llegar muy lejos de ese modo.
—No me estás respondiendo. —Dijo Jongin lanzando otro golpe en la cadera de su AE.
Los músculos de Kyung Soo se tensaron y cerró los ojos para que Jongin no viera en
ellos su deseo de matarlo. Sea como fuera, él siempre estaba acostumbrado a mantener
el control de su vida y muchas veces de la vida de los demás. Así era como todo
funcionaba, él siendo el director de la orquesta, trabajando, decidiendo, llevando a cabo.
Él y siempre él. Pero ahora no tenía control ni siquiera de la reacción de sus músculos
las cuales intentaba que no fueran muy notorias.
—Rómpeme, Jongin. —Dice una de las frases que su amo le había indicado.
— ¿Eso quieres, Kyung Soo?
—Es lo único que deseo.
¡No! ¡Claro que no, idiota! Lo único que deseo es que me sueltes para poder asesinarte
y robarme todo de este maldito lugar e irme y no recordarte nunca.
Jongin reincorpora a Kyung Soo y reinicia con una serie de azotes por todo su cuerpo y
junto al sonido de cada latigazo rompiéndose en la piel de Kyung Soo este responde con
las frases que le fueron ordenas ―Sí‖, ―Más‖, ―Rómpeme‖.
Cuando al fin se detiene, el más bajo está jadeando y se siente sorprendido de no haber
perdido la erección. El diseñador coloca unas pinzas en sus tetillas, las gira y aprieta sin
piedad y él cree que está a punto de quedarse sin esa pequeña parte de su anatomía.
Lanza un grito de dolor mientras hace su cabeza hacia atrás y Jongin se ve alentado para
presionar aún más.
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Kyung Soo sabe que no soportará mucho a este ritmo, mira a los ojos del moreno y este
tiene en ellos una mirada de lujuria pura que le pone los vellos de punta. Se deja caer
hacia el frente para besar el cuello de Jongin y con aquello solo quiere convencerlo de
que es mejor intentar hacer el amor y no jugar más al sado masoquismo o a cualquier
mierda que le haya metido Kris en la cabeza, pero su dueño solo lo acerca hacia él y con
toda la fuerza de su mano derecha aprieta uno de sus glúteos.
Durante cuarenta minutos tiene que soportar los golpes de Jongin en todo su cuerpo, a
veces con la fusta o con sus manos, también la presión de aquellas prensas en sus tetillas
que era como tener a un demonio colgado del pecho. Aún así lo estaba soportando bien
hasta que el diseñador decidió vendarle los ojos, entonces se sintió asustado a un nuevo
nivel.
Jongin jugó durante 15 minutos más mordiendo y pellizcando a su robot por todas
partes, incluso es sus testículos, le gustaba el modo en que se quejaba como si le doliera
de verdad y lo mordía más fuerte aún para ver si había un cambio en el tono de los
quejidos, y los habían, no se decepcionó ni una sola vez.
—¿Kyung Soo, a quién perteneces?
— ¡A ti!, ¡Solo a ti, amo! —Se apresuró a decir su AE y cada vez que Jongin escuchaba
algo así su corazón se regocijaba.
Los labios de Kyung Soo bajo la mascarilla negra parecían más rojos e hinchados que
de costumbre, Jongin se puso de pie frente a ellos y pasó su glande de un lado a otro
dándoles brillo con su líquido pre seminal.
Kyung Soo pudo sentir la dureza y el sabor salado de su amo y aunque estaba odiando
todo aquello, el saber que el chico frente a él estaba tan excitado, lo hizo sentir más duro
también.
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Tal vez de tanto fingirlo si estaba convirtiéndose en un Artifitial Emotions, después de

todo. Tal vez ahora empezaría a copiar cada reacción humana, de todos modos, le daban
ganas de llorar cuando Jongin lloraba, ganas de reír cuando Jongin reía, ganas de ser
follado hasta lo último cuando Jongin se endurecía. Se lamió los labios.
— ¿Quieres más, Kyung Soo?
—Quiero más de ti, Jongin. Lo quiero todo de ti. —Respondió sin mentir,
sorprendiéndose a sí mismo.
Y el diseñador entró con fuerza hasta tocar su garganta. Lo tomó de su cabello tan fuerte
que arrancó un buen puño de ellos y empezó a moverse afuera y adentro a un ritmo
acelerado. Luego se detuvo justo en la entrada, los gruesos labios de su AE lo envolvían
tan solo un poco y se introdujo despacio, sintiendo cada pequeño y húmedo espacio
dentro de su robot. Lenta y tortuosamente.
Esa última parte en realidad estaba gustándole a Kyung Soo, hasta que sintió una
bofetada enviarlo al suelo y luego muchos golpes que no podía prever porque no veía
absolutamente nada, cuando empezó a gritar realmente fuerte, Jongin lo silenció
poniéndole una bola extraña como mordaza, no podía verla pero la sentía atada a su
cabeza y apenas le dejaba espacio para respirar. Sabía a plástico, la odiaba.
Sus gritos se convirtieron en gemidos ahogados y el diseñador lo recostó de espaldas. Se

sentó sobre él enterrándose en el pene de su AE y sin balancearse empezó a golpearlo
con sus palmas en el pecho, cuello y rostro.
Kyung Soo se debatía entre el dolor de cada golpe que le propinaban y el placer infinito
del ano de Jongin apretando su miembro duro. Gritaba muy fuerte por un motivo y por
el otro, por ambos, estaba perdiendo su cabeza. No tenía control y solo quería
convulsionarse entre todas aquellas sensaciones. Si le hubieran desatado ahora, se
160
hubiera lanzado a golpear aquel diseñador hasta dejarlo tendido boca abajo en el suelo y
luego se iba a introducir en él a follárselo tanto que rompería el récord de lo que ha
durado un pene dentro de cualquier trasero.
Estaba dispuesto a soportar esos golpes y estaba anuente a soportar más de ellos si
Jongin empezaba a moverse pero no lo hacía, solo estaba ahí, sobre él, empalado
mientras lo golpeaba ¿Por qué lo golpeaba tan fuerte? ¿Era acaso un modo de
desahogarse imaginando que él era Taemin?
¡Bingo!
— ¡¿Pero porqué no vas y golpeas a Taemin, maldito bastardo?! —Se lo gritó con todas
su fuerzas pero gracias a la mordaza no se le entendió nada.
Cuando Kyung Soo lo comprendió, encontró ahí su liberación y empezó a soltarlo todo.
— ¡No soy un robot!, ¡No soy un AE!, ¡He robado tus zafiros azules!, ¡Me follé a mi
novio en tu cama! —Todos los gritos eran incomprensibles.
Finalmente Jongin soltó la prensa de las tetillas haciendo que una sensación placentera
recorriera a Kyung Soo de pies a cabeza, hubiera eyaculado de no ser por la cachetada
que recibió después. El diseñador se separó de él y el más bajo se sorprendió a sí mismo
intentando apoyarse sobre sus pies atados y levantando su cadera, empujándola hacia
adelante en un infructuoso intento por conseguir más de Jongin.
El moreno regresó con más cuerdas y las ató pasando las manos de su robot hacia la
espalda, luego las enrolló de modo que las rodillas de Kyung Soo estuvieran
presionadas contra su pecho y estaba completamente inmóvil.
Desató la venda de sus ojos y Kyung Soo pudo ver que ambos estaban fuera del kilim y
hasta ahora no se había percatado de que se hubieran movido tanto. Jongin lo colocó de
161
modo que su trasero quedara levantado en el aire y el corazón empezó a golpearle

completamente enloquecido, si había sido tan salvaje antes, tenía miedo de cuánto
dolería ahora.
—¡Nooo! No me rompas, Jongin, no me ropas. —Lloriqueó. Pero una vez más no se le

entendió nada.
Sintió cómo algo líquido resbalaba en abundancia por en medio de sus glúteos y en
primera instancia creyó que Jongin había eyaculado antes de penetrarlo lo cual hubiera
deseado. Pero cuando el diseñador empezó a frotarlo bien con ese líquido y a meterlo
con un dedo dentro de su ano, comprendió que no había tenido tanta suerte. Pensó
entonces que debía tratarse de alguna clase de lubricante especial porque empezó a
sentir toda su zona bastante caliente, de un modo no desagradable por cierto.
Y Jongin se introdujo en él, despacio.
Y Kyung Soo sintió un golpe de placer no solamente en sus genitales si no en todo su

cuerpo.
Había estado aguardando por algo realmente doloroso pero en cambio estaba siendo
penetrado del modo más placentero posible. El líquido lubricante hacía que todo
estuviera resbaloso y él no sabía cómo pero estaba completamente dilatado.
Jongin entraba y salía a un ritmo constante empujando dentro de él un punto demasiado

sensible que lo estaba llevando a la locura. Estaba lleno y no podía moverse. Los
gemidos de su dueño abarcaban la habitación.
— ¡Kyung Soo! ¡Eres delicioso! ¡Eres mi perdición!
Y Kyung Soo sintió cómo el orgasmo se vaciaba desde sus órganos internos, recordó
cuando era niño y se lanzaba de un tobogán, era la misma sensación de algo subiendo y
162
bajando por sus entrañas. Sin embargo ahora no se mojaron sus piernas como debía
haber sido, aún así sabía que aquello había sido un orgasmo, uno fuerte pero veloz. Se
sorprendió de tener el primer orgasmo no eyaculatorio de su vida, ni siquiera estaba
seguro de que a los hombres les podía pasar eso.
Y estaba ahí intentando comprender aquella novedad cuando Jongin aceleró su ritmo y
empezó a golpearse con fuerza contra sus muslos y un orgasmo más llegó hasta él, de
nuevo sin semen. Su cabeza estaba apoyada en el suelo y el diseñador hizo equilibrio
sobre sus propias puntillas para lanzar todo su peso sobre el cuerpo de Kyung Soo en el
momento de su última estocada con la que lo llenó por completo de su líquido
eyaculatorio.
Y el semen de Kyung Soo al fin mojó sus propias piernas pero sus orgasmos no se
detenían, aún cuando Jongin había caído a su lado, cansado, casi inconsciente, él seguía
removiéndose en el piso entre un espasmo y otro. Estaba atado y de esa manera solo se
le había permitido sentir… y había sentido demasiado.
Y cansado de tanto placer su mente decidió ir a dar un pequeño paseo, de modo que
durante unos tres minutos, Kyung Soo no tuvo idea de dónde estuvo, de quién era, de
qué hacía… solo existió en medio de un universo de sensaciones cargadas de un
eléctrico e intenso éxtasis.
Capítulo 25
Kyung Soo
163
Kyung Soo despierta casi temblando de frío, no sabe qué hora es y no puede ver nada
porque todo está muy oscuro hasta que sus ojos empiezan a adaptarse y va reconociendo
las sombras de la biblioteca. Al moverse para intentar sentarse todo su cuerpo le duele
como si acabara de caer de un segundo piso. Recuerda a Jongin y lo busca a su lado
pero no hay nadie ahí.
La soledad lo golpea con más fuerza que la paliza que hace unas horas le habían dado.
Se siente usado y tirado como un juguete viejo, no está bien y lo odia. Su cuerpo duele,
su ánimo parece estar mil veces más sensible de lo normal y lo único que desea es que
alguien lo abrace… cualquier persona… alguien.
Consigue ponerse en pie porque en verdad está a punto de congelarse en el piso y

camina hasta el pasillo dispuesto a llegar a la habitación de Jongin, pero entonces lo
encuentra vestido con su ropa de dormir y con una bata en la mano.
— ¡Carajo! —Dice el diseñador, sobresaltado. Se lleva una mano al pecho —Rayos,

Kyung Soo no sabes el susto que me has dado… ¿A dónde ibas?
—A buscar a mi amo.
—Tu amo había ido por algo limpio con qué abrigarte. —Dice antes de acercarse a
vestirlo y amarrar la bata con un nudo flojo —Ven, vamos a la habitación, hace frío.
Habías ido por ropa, no me estabas abandonando…
— ¿Kyung, qué haces? ¿Por qué no me sigues? —Pregunta al ver a su AE estático en el

pasillo.
Kyung Soo no responde porque no quiere decir algo estúpido y siente que si abre la
boca ahora va a arruinarlo todo. Jongin cree que la batería de su robot está agotada así
164
que camina hasta él y le ofrece su espalda, de la cual el más bajo se cuelga como un
pequeño mono hasta que lo depositan en la cama, toma la iniciativa para meterse bajo el
brazo de Jongin, y se pega tanto que está a punto de fundirse con sus costillas pero casi
inmediatamente se queda dormido y el diseñador lo sigue en cuanto nota de que la
batería de su AE se empezó a recargar.
Y lo que resta de esa noche Kyung Soo sueña regresando a casa, a su casa, donde lo
esperan su madre y hermana, felices. Él entra de la mano de Jongin y escucha a
Chanyeol tocando un ritmo alegre con la guitarra desde su habitación. Pero al despertar
no está en su hogar pobre y amoroso sino en una cama lujosa, en una jaula de oro
blanco con cristales incrustados…
Jongin sale apresurado del sanitario, está vestido para salir.
—Él ha insistido en verme así que debo ir, no puedo solo decir ―no‖ así que… quédate
descansando todo el rato, no sé cuánto voy a tardar sí que no cocines… emmm, limpia
lo que ensuciamos en la biblioteca. —Dice calzándose los zapatos antes de salir
apresurado. Sin un beso, sin una mejor explicación, nada…
Kyung Soo se pregunta si Jongin en ese momento se dirige a casa de Kris a platicarle
las cochinadas que hizo con su obsequio pornoso, o tal vez la policía tiene noticias de
Lay… no sabe qué tan bueno sería eso ya que él mismo puede caer en el momento en
que la banda del unicornio lo haga. La opción de que Baekhyun lo llamara para hablarle
sobre Chanyeol también le pasa por la mente pero lejos de sentirse celoso experimenta
una gran sensación de cansancio.
Decide aprovechar la ausencia del diseñador y hacer recuento de los daños frente al
espejo, no hay ninguna herida de gravedad o marca permanente, al parecer aquellos
aparatos estaban diseñados para no causar un daño real, pero aparte de eso, su cuerpo
tiene unos pequeños moretes, no por los instrumentos, sino por los mordiscos de Jongin.
165
¿Cómo explicaré esto? — Se pregunta— ¿Me creerá si le digo que el material de los
robots está diseñado para cambiar de color allí donde se lastime para que el humano
mida la fuerza con la que lo usa y así evite romperlo?
Tardó mucho tiempo bajo la ducha, al salir se aplicó crema sin olor en todo el cuerpo y
se dio masajes para ayudar a su circulación, se vistió con la bata que la noche anterior le
había dado Jongin y fue a limpiar la biblioteca.
Solamente entrar le causó un gran impacto pues toda la pieza olía a sexo. No sabía
cómo era posible pero en el aire estaba flotando aún el aroma de la saliva de Jongin y de
la suya, del semen de ambos, de sus feromonas sueltas… tal vez pegadas en las hojas de
los libros o sobre el kilim.
Cuando empezó a recoger los instrumentos de tortura esparcidos en el piso los

recuerdos llegaron uno tras otro y tuvo reminiscencias de la noche anterior. Su miembro
se inflamó deseando volver al pasado, exigiéndole atención y él no pudo evitar llevar
una mano hasta sus genitales y darse un masaje hasta terminar ensuciando el último
espacio limpio del kilim. El orgasmo o más bien, los orgasmos que había alcanzado con
Jongin parecían cosa de otro mundo, el recuerdo era suficiente para hacerlo retorcerse
en escalofríos.
Kyung Soo pensó que ahora realmente se había convertido en un robot, un aparato que
respondía a los caprichos de Jongin sin ponerlos en duda, y lo hacía de una manera tan
eficaz que incluso lo estaba disfrutando. Pero él nunca había sido la clase persona que
deja que las cosas solo ocurran, nunca había sido un muñeco con la cabeza hueca, sin
embargo el estar libre de todas las responsabilidades le generaba un placer secreto.
Cuando acabó con la limpieza ya era tarde, cenó, volvió a ducharse para lavar el olor a
semen de su cuerpo y se acostó en la cama de Jongin. Lo esperó durante horas pero su
amo no aparecía. El reloj marcaba las doce en punto de la noche y él se volvía loco
porque el diseñador llegara, lo besara, y tal vez, se lo follara una vez más...
166
Su pene reaccionó ante el curso de sus pensamientos y él, un poco adormecido empezó
a darse placer a sí mismo ahora que podía.
No es como si estuviera falta de sexo son que Jongin lo estaba volviendo adicto.
Para excitarse no le hacía falta nada más que recordar su encuentro sadista y casi estaba
a punto de reventar después de un par de movimientos de su muñeca pero se obliga a sí
mismo a soportarlo para poder disfrutarlo más tiempo.
El olor a Jongin que hay pegado en las sabanas le hace sentirlo cerca, lo imagina
tocándolo, frotándose contra él, casi puede escucharlo gemir en su oído, reclamándolo,
y él desea levantar sus piernas y abrirse para el diseñador. Se toca a sí mismo con
mucha fuerza porque así es como suele ser tocado, hasta que acaba ensuciando su
estómago y debe ir a asearse otra vez.
Vuelve a acostarse en la cama y da varias vueltas sin poder dormir, son ahora la 1:30 de
la madrugada y su amo no ha regresado. Kyung Soo revisa toda la casa para verificar
que Jongin no volviera sin que él lo escuchara pero no hay nadie ahí y por primera vez
siente cómo esas paredes contienen una soledad demasiado pesada para sus hombros.
Ahora sería un buen momento para tomar todos esos zafiros azules y largarse pero ¿y si
algo malo le había pasado a Jongin? Claramente no iba a llamar a casa para avisarle a su
robot que se quedaría a dormir con un amigo pero… realmente había la posibilidad de
que algo malo le hubiese ocurrido y si después llegaba a una casa vacía eso sería
terrible.
Kyung Soo se envuelve en una manta y sale al balcón. Se sienta con la copa de zafiros
entre sus manos y empieza a jugar con cada una de las piedras.
Con esta le compraré medicina a mi madre, con esta le compraré zapatos a mi
167
hermana, con esta compraré una guitarra nueva para Chanyeol, con esta le daré un
obsequio a Ryeowook para que me perdone por haberlo ignorado…
Y encuentra un propósito para cada una de las 11 piedras que quedan en esa copa y
mientras las va sacando las coloca en el piso hasta que con la última cierra la figura
perfecta de un corazón.
Hay un corazón hecho de piedras azules en el piso de un balcón lujoso, los zafiros
brillan compitiendo con las estrellas que hay en el cielo, y Kyung Soo siente que hay
algo malo con su figura, pasa un dedo a través de ella y el corazón está partido de un
lado a otro. Ahora Kyung Soo lo encuentra completo. La figura es perfecta.
Jongin llega a casa a las cinco de la mañana y se acuesta a dormir al lado de su robot.
No despierta sino hasta las tres de la tarde y se encierra en su taller a planear algún
nuevo diseño. Cuando Kyung Soo le lleva la cena, el está muriendo de hambre y
encuentra que se ha hecho fan de la comida de su robot, ni siquiera el platillo del
restaurante lujoso de la noche anterior le provoca tanto gusto como la cuchara de su AE.
—Podrás tener emociones artificiales pero tienes habilidades muy reales. —Le dice.
Y eso es lo único que Kyung Soo ha escuchado de su amo ese día porque todo el rato
parece haber estado en otro mundo, es como si su cuerpo hubiera regresado pero su
mente hubiera quedado en el lugar donde estuvo y con quien estuvo, lo cual para él
sigue siendo todo un misterio. Pero está bien, Jongin no está herido, no parece feliz pero
tampoco está especialmente triste solo un poco pensativo y eso es bueno, así ni siquiera
notará los pequeños moretes. Pero a la vez Kyung Soo se pregunta por qué es tan
decepcionante.
No ser abrazado, no ser besado, no escuchar las órdenes de su amo… es

decepcionante…
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Capítulo 26
Fuente desconocida
Es de madrugada y Jongin apenas está acomodándose en su cama después de dejar el

taller en el que estuvo durante horas sin conseguir diseñar nada útil, y se siente
frustrado.
Se frota las sienes, cansado, piensa que la salida de las últimas horas le ha drenado su
energía y se robado su creatividad. Siente a su robot colándose a su lado y luego
acariciándole la mano que tiene cerca de su rostro, voltea y lo encuentra mirándolo con
esos grandes y redondos ojos que parece que tienen vida, lucen tristes… o tal vez es
solo su tristeza reflejada…
—Mi humano está enfermo —Dice su robot —Debo hacer caldo de pollo para el
humano pero al humano no le gusta el caldo de pollo.
—Al humano solo le gusta Kyung Soo —Responde acercándose —Kyung Soo es lo
único que hace al humano feliz.
Kyung Soo lo mira durante un instante en que medita si en verdad debería hacer lo que
está pensando hacer, finalmente cede, y lo besa despacio, levanta su pierna para rodear
169
la cadera del diseñador y continúa obsequiándole pequeños besos por todo el rostro
Se abrazan fuerte y durante media hora solo hay eso, besos dulces y lentos y están
dándose mimos como dos pequeños gatitos. Y en esos momentos Jongin olvida la
sensación de estar solo y ser odiado por sus padres, mientras Kyung Soo olvida la
sensación de culpa y miedo que lo está envenenando.
Kyung Soo tira su cabeza hacia atrás para que Jongin bese su cuello y pase la lengua por
su manzana de Adán, el falso robot se endereza solo para proceder a hacerle lo mismo a
Jongin y este sonríe antes de introducirle la lengua en el oído, segundos después recibe
la misma caricia.
En la habitación apenas iluminada, el diseñador, muerde, acaricia y besa cada área de su

pequeño acompañante y luego se prepara porque sabe que va a recibir el mismo trato.
Es un juego muy agradable, cree que el recibir tanto como das debería ser una regla
humana también.
Jongin sujeta a su robot y lo gira hasta dejarlo sobre él, se pasea por su entrada con un
dedo y luego introduce su miembro. Kyung Soo empieza a moverse despacio,
controlando la velocidad de la penetración, sigue doliendo pero ahora es más placentero
que nada y para cuando se acostumbra a la sensación está cabalgando lentamente como
si fuera su arte.
Jongin le acaricia las piernas mientras se deleita con esa imagen y la placentera presión
en sus genitales, luego se sienta en la cama para alcanzar la boca de su robot y besarlo
en tanto está siendo llevado al cielo. Se abrazan y continúan moviéndose durante un
rato, uniendo sus frentes, viéndose a los ojos, ahogándose en sensaciones que giran
cíclicamente desde la unión de sus genitales hasta sus pechos.
Hay gemidos apenas audibles, menos que las respiraciones profundas que toma cada
uno de ellos, sus alientos son uno mismo. Las caricias que Kyung Soo está dando las
170
siente de inmediato sobre su propia piel como un acto mágico. Y Jongin siente cómo los
latidos del corazón falso de su robot se acoplan al suyo, y es maravilloso.
El balanceo entre los dos es cálido, sensual, dulce, fluido y cada vez a más lento y por
ello más excitante, los segundos pasan lánguidos como si el tiempo fuera una liga
estirándose, y el balance es apenas perceptible y luego un poco menos, un poco
menos… hasta que ambos eyaculan justo antes de detenerse por completo. Abrazados se
dejan cae sobre el colchón.
El diseñador nunca antes había tenido sexo de una manera tan… podría llamarse
tranquila, tierna. Está sexualmente satisfecho y muy ocupado acariciando el cabello de
su robot quien se acurruca sobre su pecho, él baja los dedos por la blanca y desnuda
espalda y luego los sube haciendo círculos sobre la piel hasta que Kyung Soo empieza a
roncar, lo que significa que su batería ha llegado al límite y se está recargando.
Las cortinas de la ventana no han sido cerradas y la luz de la luna entra llenando todo de
sombras y apenas iluminando la piel del AE que él no puede dejar de acariciar.
Es hermoso. Es sensual. Es adictivo.
Estoy encantado contigo, Kyung Soo —Piensa antes de apartarlo de su pecho y

recostarlo sobre la almohada. El robot se gira para acostarse sobre su propia barriga y
luego parece que en verdad tiene sus baterías agotadas porque no se mueve ni un poco.
Y Jongin pierde muchos minutos viéndolo y pensando en su próximo proyecto, porque
no le importa lo que diga su padre, la próxima cosa que diseñe lo hará para su robot;
para su robot con el que hace unas horas tuvo sexo… No… No fue solo sexo… fue tan
lento e intenso… tan intimo… ¿Acaso había hecho el amor? ¿Acaso se podía hacer el
amor con un robot?
Su corazón se agita con sus conclusiones porque se da cuenta de que se ha enamorado

de un aparato. Se siente feliz, tonto, triste, satisfecho, excitado todo a la vez… aquel
podría ser solo un robot pero nadie nunca había provocado tantas cosas en él.
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Kyung Soo despierta cuando siente un dedo enterrarse en su trasero y el peso de Jongin
sobre él besándole la espalda y la nuca, acariciando su cuerpo y a pesar de estar cansado
no puede evitar sentirse físicamente ansioso y en el momento en que Jongin introduce
otro dedo él ya lo estaba anticipando.
Pronto el diseñado está empujándose dentro de él cada vez más y más profundo. No
deben ser más de las cuatro de la madrugada. Se muerde el labio inferior y sujeta tan
fuerte la almohada que sus nudillos están totalmente blancos.
—Gime, Kyung Soo. —Ordena el moreno.
Y Kyung Soo se libera un poco con ello. No es tan doloroso, poco a poco el sexo ha
dejado de ser doloroso pero es incomodo porque Jongin sigue tomándolo sin estar bien
preparado. El robot entierra su cabeza en la almohada y ahoga en ella sus quejidos hasta
que el diseñador acaba eyaculando dentro de él por segunda vez aquella noche y se
derrumba sobre su espalda, llenándole la nuca de besos.
Kyung Soo está muy cansado para pensar, lo único que quiere es ser como uno de esos
rayos de sol que empiezan a entrar tímidos por la ventana… tener las fuerzas para vivir
lejos de Jongin y de vez en cuando entrar a aquella habitación y acostarse en esa cama.
Kyung Soo envidia al sol que toca a Jongin cuando quiere y a la vez toca a Chanyeol e
ilumina la vida de su madre y de su hermana. Kyung Soo envidia el sol…
Jongin lo voltea y él se deja manipular como muñeca de trapo, tiene sus brazos
doblados y hacia arriba, las manos cerca de su rostro como dormía su hermanita cuando
era una bebé y el diseñador se recuesta en su pecho y empieza a deslizar los dedos por
las venas de sus brazos.
Kyung Soo es tan blanco y delgado que sus venas se notan con facilidad, Jongin no solo
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es capaz de verlas con la iluminación del amanecer que se acerca, también puede
sentirlas porque algunas están ligeramente levantadas.
—Es tan real cuando estoy dentro de ti. —Dice en un susurro— ¿De qué material estás
hecho?
Kyung Soo lo piensa bien antes de responder. Y decide tomar el riesgo solo porque cree
estar seguro de la decisión que tomará Jongin.
—Estoy preparado para responder a eso, pero antes debería preguntar ¿Estás dispuesto a
perder la magia con mis explicaciones?
Jongin levanta la cabeza para mirarlo a los ojos, asombrado. El robot le devuelve una
mirada tranquila, fría, a la vez parece como si tuviera sueño. Sí, para Jongin es como si
su robot tuviera sueño, le gusta pensar eso, quiere pensar eso. Y sabe que aún no está
listo para dejar ir su fantasía.
—No. No quiero saber de qué material estás hecho. No me lo digas nunca.
—Orden procesada. —Justo la respuesta que esperaba.
—Hazme una pregunta tú a mí… cualquier cosa, aunque no sea tu naturaleza sentir
curiosidad, pregúntame algo.
Jongin quiere tener una conversación. Sería ideal si su robot también pudiera darle más
que palabras pre-programadas. Pero sabe que posiblemente la pregunta que le formule
va a ser algo técnico como ―¿Cómo debo usar el horno?‖ ―¿Qué preparo en el
desayuno?‖. Por eso se queda frío cuando escucha la voz de su robot decirle.
— ¿Por qué te gusta tocar mis venas?
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Jongin sonríe. Su AE es perfecto.
Tal vez sea el amor que está sintiendo, tal vez sea el sol anaranjado empezando a
derretir las nubes grises, pero se siente de ánimo para responder lleno de metáforas.
— ¿Qué por qué me gusta tanto tocar tus venas, me preguntas? Es porque por las venas
viaja el espíritu de las palabras muertas, las palabras que se esconden, las palabras que
no se dicen. Toco tus venas con la esperanza de sentir el grito de las palabras mudas
porque cuando callan, lo dicen todo...
Kyung Soo abraza la cabeza de Jongin impidiendo que este se separe, luego empieza a
acariciarle hasta que lo escucha quedarse dormido y entonces se permite llorar.
Posiblemente Jongin se refiera a las palabras que un robot no podría pensar, sentir,
decir, a las palabras que él imagina y anhela, esas palabras inexistentes pero en realidad
para Kyung Soo aquello tiene otro sentido y las palabras muertas a las que aquel
hombre invoca con caricias son todas esas emociones que desbocadas corren con fuerza
por sus venas y que están presas y ahogándose. Muchas incluso ya han muerto, pero
entonces él vuelve a mirarlo de algún modo que las hace revivir.
Le está haciendo mucho daño a Jongin pero en verdad es él quien se está quebrando.
Necesita apresurarse a salir de ese lugar antes de que sea demasiado tarde. Antes de que
las palabras empujen con tanta fuerza que rompan sus venas de una manera brutal y
corran libres por cada rincón de la casa… necesita salir de ahí antes de robar el brillo de
Jongin.
Jongin no solamente es alguien necesitado de afecto, él es alguien necesitado de dar

afecto. Kyung Soo puede ver cómo sus mejores años se van en una mansión vacía y la
fuerza de sus emociones estancadas se dirige a un robot porque él es tan cariñoso que si
no lo hace así va a morir de tristeza. Sabe que si Jongin supiera que está con un ser
humano no sería ni la mitad de rudo que ha sido con él, sexualmente hablando, sabe que
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lo trataría con más cuidado que a una de esas valiosas piedras y se alegra de haber
podido experimentarlo hace unas horas cuando le hizo el amor.
—Eres la joya más valiosa de esta casa —Susurra mientras abraza al chico solitario.
Capítulo 27
Taemin y Jongin
Los moretes de su piel ahora se han curado, un par aún persisten pero son apenas
visibles y Kyung Soo consigue distraer a Jongin durante la ducha para que no los note,
son las 11 de la mañana y el diseñador nota sobre una mesa de su habitación, (donde la
había colocado Kyung Soo después de asearla) la caja llena de instrumentos BDSM que
le regaló Kris.
Cuando el más bajo lo mira acercarse y sostenerla, su corazón se detiene un poco

porque sabe que será hora para otra sesión de sexo intenso y doloroso, pero luego
Jongin va hasta el basurero de su sanitario y la deja caer. Kyung Soo se sorprende. Su
amo se acerca a él y lo abraza.
—El sadismo estuvo fenomenal pero lo que hicimos anoche… eso fue insuperable.
Nunca he experimentado nada mejor. —Dice antes de besar la mejilla de su robot—
Además es mejor que me deshaga de esa cosa, si sigo haciendo eso me perderé a mí
mismo.
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Kyung Soo se siente orgulloso de que su diseñador llorón no esté tan loco como para
volverse adicto al juego duro, ya era lo suficientemente pesado para él sin ese estúpido
set de torturas. Además no es solo eso, la noche anterior le había hecho el amor y Jongin
lo había sentido, creía que era lo mejor que había experimentado y de haber podido solo
lo hubiera repetido en ese momento pero su dueño lo arrastraba hasta afuera.
Minutos después el moreno está acostado sobre una gran toalla a la orilla de la piscina,
su robot sobre él.
— ¿Qué debería hacer para mi AE? ¿Un anillo? ¿Un brazalete? ¿Una corona? —
Pregunta entre pequeños besos y caricias en la cabeza de Kyung Soo —Yo haría
cualquier cosa para ti si tuvieras la capacidad de desearla.
Jongin toma la barbilla de su robot y la levanta un poco para verle la cara.
—Kyung Soo, vuélvete humano. —Dice mientras le toca la nariz con el dedo índice
como si fuera alguna especie de hada madrina haciendo su encantamiento. —Vuélvete
humano —Insiste —O no, mejor no… los humanos siempre acaban por decepcionarnos,
en cambio tú, sé que no vas a fallarme nunca…
Y Kyung Soo siente que realmente no puede más con eso, se ha enamorado de Jongin y
odia engañarlo, odia lastimarlo y cree que lo menos que puede hacer es decirle la
verdad, normalmente no es emocional pero ahora mismo no está pensando en su
seguridad ni en la cárcel ni en nada que no sean sus sentimientos, y decirle contarlo
todo.
—Jongin, debo decirte algo.
—Te amo. —Responde el diseñador dejándolo en shock —Dime eso, di ―Te amo‖.
—Te amo. —Responde sinceramente. Y ya no tiene duda alguna, debe decirle la verdad
a Jongin y suplicar por el perdón. Debe.
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Abre la boca pero el diseñador se lanza a besarlo de un modo demasiado íntimo,

demasiado romántico y él acepta callar solo unos segundos más porque aquel puede ser
el último beso y necesita disfrutarlo.
— ¿Kai? —Dice alguien desde la esquina, haciendo que Jongin se sobresalte y aparte a
Kyung Soo bruscamente, rompiendo de mala manera todo el encanto.
— ¿Taemin? ¿Qué haces aquí?
—Te dije que vendría, pero lamento interrumpir. Si tienes visitas, será mejor que me
vaya…
—No, Tae, espera —Dice Jongin levantándose y yendo tras él— No es ninguna visita
¿Ya no lo recuerdas? Es Kyung Soo, mi AE.
— ¿Tu robot? —Pregunta mirándolo con cuidado.
Jongin lo admite, avergonzado.
— ¿Entonces sí lo estás usando como un juguete sexual?
—Bueno… estoy soltero y no quería buscarme otro novio precisamente así que…
Taemin ríe.
— ¡Qué tonto! ¡Me has dado una impresión terrible!
Jongin ríe también y pronto los dos están charlando en la cocina.
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Kyung Soo odia el modo en que Taemin se ve cuando sonríe… y cuando no lo hace
porque es un modelo delgado, guapo. HUMANO. Kyung Soo en verdad lo odia. Y los
está mirando de cerca.
Jongin prepara algo de comer para Taemin mientras le explica cómo hace unos días su
robot le enseñó la forma de disponer la cena y el modelo se ríe de buena gana
escuchando la historia.
—Es por eso que la otra noche te quejaste del restaurante donde estuvimos ¿verdad? Te
has hecho adicto a la comida de ese AE.
Para Kyung Soo uno más uno es dos, y con la misma velocidad que puede realizar esa
suma, comprende que la noche que estuvo esperando al diseñador hasta la madrugada,
este lo había pasado con Taemin. Mientras él se masturbaba en la cama, anticipando su
llegada, Jongin estaba cenando con ese modelo y luego haciendo quién sabe qué
cosas… seguramente por eso había vuelto tan pensativo, y luego él le había hecho el
amor.
Ahora estaba sintiéndose engañado, como si Jongin le hubiera sido infiel, le dolía
mucho y a la vez le hacía sentir muy enojado, estaba experimentando un ataque de celos
como nunca antes. Las sensaciones que le había provocado el pensar que Chanyeol
podría tener una aventura con Baekhyun no eran nada en comparación a lo que ahora
experimentaba.
Era como si ese universo en el estómago del que una vez le habló Jongin, estuviera
haciendo big-bang y se desplomara en enloquecidas bolas de fuego dentro de sí mismo.
Y se sentía tan asesino como un violento psicópata en una armería. El mismo Chen
moriría si le tocara enfrentarse a él en un duelo a muerte ahora mismo.
— ¿Has pensado en las cosas que te dije la otra noche? —Pregunta Taemin.
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—La verdad, no mucho…
—Jongin, no me hagas esperar demasiado, dime por favor que sí volverás conmigo.
—Tae, lo que hiciste, llevarme a ese sitio donde nos hicimos novios y recordarme todo
nuestro pasado, eso fue un golpe muy bajo…
Taemin sonríe.
—Lo sé, pero no deja de ser cierto que juntos hemos vivido muchas cosas…
—Lo hicimos pero… también he pensado que… tú y yo solo somos dos chicos
solitarios, ignorados por sus padres, al final, nuestro noviazgo fue como un acuerdo de
mutua compañía, de apoyo.
—¡Pero mi cariño es sincero! —Protesta el rubio.
—Y el mío también, en verdad te quiero, y me dolió cuando te fuiste pero fue un dolor
al que sobreviví…
—¿Me estás diciendo que no vas a volver conmigo?
—Según lo que escuché la otra noche tú no quieres realmente volver conmigo, solo has
vuelto a aclarar tu corazón, lo único que deseas es saber si te amo más que él.
—Estoy confundido, Kai, solo tú puedes hacerme ver la realidad, me conoces mejor que
nadie y no quiero perderte, no quiero perder a mi mejor amigo.
179
Taemin toma la mano de Jongin y la presiona entre las suyas.
— ¿No te has sentido solo desde que me fui?
—Sí… —Admite el diseñador en un susurro.
—En vez de estar jugando con un muñeco, por qué mejor no me dejas volver,
averigüemos juntos si esto nos llevará a algo… intentémoslo una vez más.
Lo que Kyung Soo lee es que ese Taemin tuvo problemas con el otro chico quien quiera
que este fuera, ahora no sabe si vale la pena estar con aquel o con Jongin. Y el tonto de
su amo está en silencio, empezando a caer en esas palabras, a punto de decir que sí,
aceptando al rubio de vuelta. Y él desea golpearlo en la cara y decirle que aunque esté
muriendo de soledad no debería de perder su dignidad.
Kyung Soo se mete entre los dos y abraza a Jongin, apartando al modelo quien se
muestra desconcertado ante el hecho.
— ¿Kyung, qué haces? —Pregunta Jongin.
Kyung Soo lo besa en la mejilla y entorna sus ojos del modo más tierno y le sale falso
porque en realidad está sintiendo mucho enojo pero Jongin apenas y nota la verdadera
emoción ya que está apenado de que su ex novio observe qué tan afectivamente ha
educado a su robot.
—Vete a la habitación, Kyung Soo.
Y Kyung Soo obedece porque es un robot pero en cuanto está solo se encierra en el
180
sanitario a revolcarse los cabellos, brincar y morder una toalla para que se ahoguen sus
gritos.
Contrólate, Kyung Soo, contrólate, ellos ni siquiera están besándose o algo, solo están
hablando y Jongin dijo que cuando le hiciste el amor fue insuperable. El sexo con
Taemin nunca fue satisfactorio porque Jongin no se mostraba tan cual era, conmigo sí
lo ha hecho, lo ha hecho cada vez y… ¿Por qué estoy actuando así? ¿Por qué estoy
sintiéndome tan extraño? No es como si Jongin fuera mi novio ¡Maldita sea! solo,
contrólate.
Respira, toma agua, se peina, compone su imagen y sale a la habitación pero las horas
pasan y su dueño no regresa. La mayor parte del tiempo él está asomándose por la
puerta hasta que a las seis de la tarde los escucha acercarse a ambos, riendo. Se apresura
a tomar asiento en el sillón frente a la cama donde los vio mantener relaciones sexuales
frustradas la primera vez.
Ambos se acuestan y Jongin enciende el televisor pero Taemin se lanza sobre él, le
arrebata el control y lo apaga.
—Esta vez estoy dispuesto a ser tu pasivo… para demostrarte cuánto te extraño.
—Tae… eres un completo pasivo, solo que hasta ahora no has sido mío… Posiblemente
con el otro sí lo fuiste.
— ¿Cómo sabes eso? —Pregunta sorprendido.
—Porque te conozco demasiado.
Taemin lo mira directamente a los ojos, con una mezcla entre amor y arrepentimiento.
— ¿No quieres intentarlo ahora?
181
Jongin es tentado pero no está del todo seguro. Involucrarse de nuevo con Taemin
podría hacer que volviera a pasar por un dolor horrible, algo dentro de él le decía que lo
mejor era empezar una relación de amistad sin derecho a roce.
Pero el modelo es apuesto, él lo quiere en verdad y es humano, está vivo, se pregunta si

después de tanto mantener relaciones sexuales con un robot, podrá encontrar el sexo
humano de algún modo… diferente, y aún con todas sus dudas acepta el beso que
Taemin empieza a darle.
Y sus cuerpos están bien acoplados uno sobre otro, el modelo está por completo
entregado a la labor y con cada pequeño movimiento fuerza un beso mucho más
profundo, es placentero, pero le falta algo… no sabe por qué, el beso de Tae se siente de
algún modo… incompleto. Voltea su cabeza cuando el rubio empieza a bajar por su
cuello y sus ojos encuentran los de su robot. Kyung Soo lo está mirando fijamente.
Los besos de su robot son falsos pero Jongin nunca ha sentido que falta algo en ellos
cuando los toma. Cierra sus ojos e intenta concentrarse porque su AE lo distrae y lo
último que quiere es decirle a Taemin algo como ―Oh, sí, Kyung Soo‖ y dejar en
evidencia su enamoramiento artificial.
Hasta que el peso sobre su cuerpo se vuelve mucho más familiar, los besos cambian de
ser incompletos a perfectos, el sabor es adictivo, él no recordaba que Taemin lo besara
así nunca y en ese momento tiene su erección.
— ¿Kai, qué estás haciendo? —Pregunta Taemin a su lado.
Cuando abre los ojos es Kyung Soo quien está sentado sobre él.
— ¿Tu robot me empuja para tomar mi lugar y tú no te das cuenta?
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Los ojos de Jongin están abiertos como platos, su mirada va desde Taemin hasta Kyung
Soo y sabe que lo que debería hacer es lanzar a su robot a un lado pero sencillamente no
puede hacerlo.
—¡¡Kim Jongin!! —Lo reta Taemin, quien en absoluto lo llama por su verdadero
nombre.
—Lo siento, Tae. Es mi culpa, lo estuve entrenando para este tipo de cosas y ahora es
automático… Sé que es extraño pero bueno… err… yo... solo quería tener la
experiencia de ser un activo ¿Entiendes? Creí que lo mejor sería probar con un robot.
Taemin los mira de vuelta, el robot no se ha movido. No está tan feo, de hecho, sin estar
mojado como la primera vez que lo vio, le parece bonito.
— ¿Y entonces?... ¿Qué tal es un robot pasivo?
—Bueno… bien… bastante bien en realidad, no creo que quiera volver a ser el pasivo
de nadie.
— ¡Bien! —Responde Taemin con el brillo de una nueva idea en su mirada— Entonces
usémoslo, juguemos los dos con tu robot. ¿No quieres tenernos a ambos?
Bueno, aquello era una oferta que Jongin en verdad no podría rechazar.
Capítulo 28
183
Kyung Soo
¿Así quieres jugar, Taemin? Estoy seguro de poder satisfacer a Jongin mil veces mejor
que tú… —Piensa Kyung Soo antes de lanzarse a desnudar a su amo.
A Jongin le parece extraño, realmente muy extraño que su robot tome la iniciativa de
ese modo tan decidido porque no se supone que entre su gama de conductas
pasivas/sumisas se encuentre esa. Pero no tiene tiempo de preguntar porque Taemin se
lanza a besarlo y pronto cuatro manos están tocándolo por todas partes.
Un sentimiento cálido se expande dentro de él y el curso de sus pensamientos está

totalmente perdido a causa de la excitación. Kyung Soo no pierde tiempo en lanzarse
hasta su pene, introduciéndolo por completo en su boca y succionando fuerte dejándolo
sin aire.
El falso robot está realmente aplicado en aquello y se está comiendo a Jongin a

consciencia, girando su lengua alrededor del miembro y tragando saliva lo que sabe que
al diseñador le va a provocar la sensación de ser succionado placenteramente. Además
con una de sus manos empieza a estimular el perineo y el escroto, tirando de él con
suavidad.
Jongin tiene un golpe de placer tan inmediato que en un impulso se sienta sobre su cama
pero antes de ello, Taemin vuelve a empujarlo al colchón y empieza a lamer su cuello,
sus pezones, a morderlos solo un poco y Jongin cree que son los mejores preliminares
de su vida.
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Pronto el modelo se ha deshecho de su propia ropa ante un jadeante Jongin que no ha

dejado de ser devorado por su robot…
¿Pero que quiere este aparato? —Piensa el modelo— De seguir así va a lograr que
Kai eyacule antes de hacerme nada.
Kyung Soo siente la mano de Taemin empujarlo con fuerza hasta el colchón y luego lo
tiene encima desnudándolo, Jongin logra recuperar un poco el aliento y pronto está
también sacándole la ropa, él tira de su dueño y lo besa lleno de deseo, hasta que al fin
los tres están desnudos sobre aquella enorme cama.
Taemin se acerca para besar el cuello de Jongin y roba su atención, el diseñador lo

recuesta y empieza a llenarlo de besos aún cuando Kyung Soo le está acariciando la
espalda en un intento por conseguir su interés una vez más. Pero es un intento
infructuoso y el diseñador empieza a practicarle una fellatio al rubio.
¡No! ¡No! ¡Nooo! —Grita Kyung Soo en su interior —¡¡No lo toques a él!!
Jongin está llevando sus dedos de la boca de Taemin hasta su ano. Ya ha empezado a
dilatarlo.
Para Kyung Soo hay una urgencia en su pecho, como si su corazón se derritiera con
ácido. Lo odia. La imagen de ellos dos juntos ya no es sexy como la primera vez que los
vio, ahora es repugnante y dolorosa. El desea que se detengan de inmediato y solo
encuentra una manera de hacerlo e introduce uno de sus dedos en el ano de Jongin.
El diseñador da un respingo y se voltea de inmediato, sujeta la mano de su robot

mientras casi le está gritando su nombre. Kyung Soo mira el rostro molesto de su dueño
y se siente aún más lastimado.
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¿Por qué yo no puedo tocarte así pero a él se lo permitiste durante tanto tiempo? —Los
pensamientos no están siendo racionales porque él no es ahora una persona en calma si
no un maldito loco de celos.
Taemin ríe por el atrevimiento del robot, luego se arrodilla frente a ambos y besa a
Jongin, Kyung Soo se mete en medio de ellos apartando al modelo y apoderándose de
los labios del diseñador. El rubio se molesta pero sabe que aquel es un AE entrenado y
que solo debe aprender a manipularlo así que sin ser grosero aunque con firmeza, lo
aparta una vez más y toma su lugar frente a Jongin antes de empezar a masturbarlo.
Jongin se acerca a Taemin y lo abraza, haciendo que el rubio apoye su cabeza entre su
cuello, mientras el moreno lo sostiene ahí, acariciándolo con su mano derecha a la vez
que con la izquierda sujeta el rostro de su robot y lo acerca para besarlo.
Jongin está excitado y dispuesto a tomar todo de ambos. Taemin sabe que ha
conseguido su cometido y aunque el robot no es de su total agrado, piensa que siempre
podrá deshacerse de él más adelante. Lo están llevando bien hasta que ese humanoide
infernal abre la boca.
—Te amo, Jongin.
Y los tres se detienen como suspendidos en el tiempo.
Kyung Soo está jugándose su última carta e intenta manipular a Jongin con sus palabras.
Jongin siente una mezcla de culpa por estar usando a su robot junto a Taemin pero
luego recuerda que no es humano y que lo que debería sentir ahora es mucha vergüenza
con su ex novio pues se ha dado cuenta de que él ha educado a su robot como una
fuente afectiva y eso es patético.
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Taemin piensa que ese maldito aparato definitivamente va a ir a dar al basurero porque
mira, besa y habla con Jongin con mucha más cercanía que él y definitivamente no
puede permitir que su diseñador se sienta mejor junto a una máquina porque entonces
¿dónde quedaría él? Pero al voltear su querido Kai y ese tal Kyung Soo se están
mirando a los ojos como si no hubiera nadie más en el mundo y un golpe de celos lo
golpea.
Es estúpido, no puede estar sintiendo celos de un muñeco, pero ese muñeco parece
satisfacerlo más que él… No podía solo patearlo de la cama porque entonces Jongin no
iba a aceptarlo de vuelta, debía hacer algo para volver a ser el centro de atención, pero
cada vez que intentaba con el moreno el humanoide interrumpía así que solo le quedaba
una opción… intentar con el humanoide mismo.
Taemin tira de Kyung Soo y lo besa en la boca, interrumpiendo el contacto visual de

este con Jongin. El beso parece no ser bien correspondido así que no lo fuerza por
mucho tiempo y decide empezar a recorrer el cuello del muñeco que tiene el sabor de la
saliva del diseñador.
Jongin estaba perdido entre los ojos de su humanoide porque hay algo dentro de sí
mismo que le dice que todo está mal. No sabe con seguridad de qué se trata pero por
primera vez siente que su robot no está bien, desearía descubrir qué es esa alarma que se
ha encendido en su pecho pero de repente Taemin está besándolo y él se petrifica.
Alguien está besando a su AE, luego lo ve bajar sensualmente por el cuello. Taemin
sonríe de un modo seductor antes de dar un pequeño mordisco en el hombro de Kyung
Soo y luego baja la mano y empieza a masturbar a su muñeco.
La imagen es erótica y sucia, y él no puede apartar su mirada.
Kyung Soo lentamente extiende una mano hacia él, como si estuviera pidiendo rescate,
pero luego Jongin lo medita y solamente están teniendo un trío, si Kyung Soo está
llamándolo así, no es para pedir que lo aparte de Taemin sino para hacerlo participar.
187
Un segundo antes de que Jongin sujete la mano de su robot, Taemin lo empuja y lo sitúa
con fuerza, en caso de que el robot tarde en acomodarse solo, lo deja boca abajo y le
aparta las piernas, preparándose para entrar. Mira a Jongin tras él y le sonríe mientras
toma posición para ofrecerle su propio trasero.
El diseñador sacude su cabeza como saliendo de su ensoñación y toma un frasco de

lubricante de una gaveta al lado de su cama. Se coloca tras Taemin para penetrarlo,
introduce un dedo en él nuevamente, con mucho lubricante para asegurarse de que el
chico esté preparado porque por nada del mundo desea causarle dolor.
Taemin no es como Kyung Soo, Taemin es un ser humano que siente en verdad y
cuando va a tener sexo con un ser humano debe ser en extremo cuidadoso como cuando
moldea una de sus joyas. Hasta que siente al rubio un poco menos apretado, introduce
otro dedo y continúa dándole masajes internos.
Kyung Soo escucha al chico rubio jadear de placer y sabe que Jongin lo está preparando
a consciencia, le duele recordar que con él nunca ha sido así de dedicado. En verdad eso
lo lastima, a pesar de que comprende que Jongin lo ha hecho de ese modo porque
siempre ha pensado que para él no estaba siendo doloroso. Kyung Soo siente como si la
realidad le estuviera golpeando a la cara. Una realidad que irónicamente le gritaba que
él era un robot y nada más que eso.
Así que deja de luchar porque no importa qué tanto placer podría brindarle él a Jongin,
en el sexo parte de la satisfacción que se obtiene es el saber que tu pareja lo está
disfrutando también, que ama cada uno de tus besos y caricias, y no importaba cuánto
las ansiara Kyung Soo, Jongin nunca iba a saberlo, eso automáticamente ponía a
Taemin y a su pésimo sexo, en primer lugar.
Ya no está luchando por voltearse y robarse a Jongin pero Taemin continua depositando
todo su peso en las manos que le apoya a él en la espalda, está acomodado en medio de
sus piernas y Kyung Soo solamente está tumbado, deseando que Jongin y Taemin
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acaben pronto. Lo que ocurre es que siente al rubio acercarse más a él, pasar un brazo
bajo su estómago hasta que lo levanta obligándolo a quedar sobre sus manos y rodillas,
listo para ser penetrado.
Un gemido profundo y placentero de Jongin le indica a Kyung Soo que Taemin acaba
de ser penetrado luego siente cómo el rubio se posiciona en su entrada y él está a un
segundo de ser el siguiente penetrado de la noche y no está en lo absoluto dilatado
porque nada en aquella situación está siendo sexy para él, tampoco tiene ni una gota de
lubricante porque ninguno de ellos dos está cuidando del trasero de un simple robot y
Kyung Soo sabe que acabará siendo poseído por un hombre que detesta infinitamente.
Taemin se empuja dentro de él pero antes de darle tiempo de sentir nada más que su
entrada, Kyung Soo se aparta bruscamente, gatea hacia adelante escapándose del rubio y
se reincorpora hasta lanzarle a los brazos de Jongin, obligándolos a separar la
penetración que tenían.
—Solo soy de mi amo, no puedo permitir que nadie más me toque o seré devuelto, le
pertenezco a mi amo Jongin, solo a él y a nadie más.
Kyung Soo está colgando del cuello de Jongin y para Taemin aquello a ha ido
demasiado lejos.
— ¡Pero qué rayos, Kai!
—No es su culpa —Lo defiende Jongin— Lo he programado de ese modo y casi lo

había olvidado.
—¡Deshazte de él y sigamos nosotros! ¡Saca a ese horrible aparato de aquí!
— ¡Taemin! No te enojes con él, solo es un robot…
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— ¡Exacto! Solo es un robot, no lo defiendas tanto, solo bótalo por ahí y luego juegas
más con él, terminemos lo que iniciamos tú y yo…
Jongin suspira y se levanta de la cama, carga a su robot desnudo como si fuera una
princesa y lo lleva hasta la habitación del frente. Lo mete con delicadeza bajo la sabana
y Kyung Soo presiente que está siendo abandonado. Cuando el diseñador lo besa
levemente en los labios, él fuerza un beso más profundo, con tal de excitarlo. Lo que
busca es follárselo ahora, mucho, para que no tenga ganas de volver con Taemin pero el
moreno lo aparta.
—No hagas eso. —Le ordena —Quédate aquí hasta que yo venga por ti.
Y Kyung Soo lo ve salir de la habitación. Y de ese modo él queda rechazado.
La oscuridad y el silencio lo rodean, mas en el resquicio bajo la puerta se cuela un poco

de la luz del pasillo y de la habitación de Jongin, sabe que él está en frente penetrando a
Taemin, siendo delicado con él, amándolo, dándole todos esos bonitos sentimientos que
tiene listos para ser entregados a un humano que pueda apreciarlos y devolver algo a
cambio.
Él es solo un juguete, un robot, un desecho, hacer el amor la noche anterior, ¡bah! había
sido falso, ¡todo falso! ¡todo fingido! Kyung Soo se sentía un estúpido porque solo un
gran estúpido termina creyendo su propia mentira.
Le había dicho a Chanyeol que tenía a Jongin comiendo de su mano, pero era él quién
comía de la mano de Jongin. Sintiéndose amado, necesitado, complacido, cuidado…
sintiendo que de cierto modo, no tenía responsabilidad pero todo era una fantasía
porque en realidad nunca fue amado, nunca fue necesitado por el contrario, era
prescindible, nunca fue complacido solo fue un objeto de complacencia y nunca fue
cuidado, no cuando Jongin abusó de él una y otra vez, nunca lo cuidó como a Taemin,
190
ni siquiera una vez, ¡Nunca! Y por sobre todas las cosas, él siempre tuvo la culpa,
siempre tuvo la responsabilidad.
Kyung Soo tiene muchas ganas de llorar pero traga y traga y pestañea muchas veces, se
muerde su propia lengua y se obliga a soportarlo. Después de una hora los escucha salir
al pasillo, riendo y luego unos pasos que indican que están bajando a la cocina, él se
asoma abriendo la puerta con cuidado y los descubre vestidos para salir, van tomados de
la mano y ambos lucen alegres. Minutos después el motor del coche de Taemin
arrancando y llevándolos fuera.
Significa que han retomado su noviazgo. Significa que Jongin no volverá a decir que lo
ama. Significa que ha sido desechado.
¿Kyung Soo, qué estás haciendo aquí? —Se pregunta a sí mismo.
Es suficiente.
Corre hasta la habitación de Jongin y se viste con un jeans, una camiseta y el abrigo
menos ostentoso que encuentra, busca sus convers porque es más fácil huir con ellas
que con mocasines italianos. Toma un bolso en el que guarda todos los billetes que
encuentra en el cajón del escritorio, todos los zafiros azules, la estatua del bailarín
Svenka, el reloj que cuelga del taller que está hecho con piedras preciosas y está listo
para marcharse. Pero antes de salir siente como si algo faltara… claro. No podía solo
irse así.
Regresa a la habitación de Jongin con un cuchillo de la cocina y rasga las sabanas donde
estuvo follándose a Taemin. No existía en ellas rastros de semen, lo que significaba que
había eyaculado dentro.
Maldito imbécil.
191
Tira todos los adornos, desordena el clóset, tira la ropa más cara en el jacuzzi luego
recuerda que afuera hay una enorme piscina y también le tira ropa desde la ventana.
Cuando sale al pasillo, bota varios de los cuadros y fotos que se encuentra (excepto
aquellas donde sale Suho).
¡Jongin, idiota! ¿Qué vas a hacer ahora sin mí? ¿Quién va a cuidarte ahora que no me
tienes? ¡Me vas a necesitar y solo tendrás a Taemin a tu lado! Pero él te va a abandonar
una vez más, estoy seguro de ello, y te lo mereces ¡Te lo mereces, ricachón de mierda!
¡¡¡Te odio!!! —Gritaba enloquecido.
Rompe con placer varios cuadros de la cocina. Desordena la sala, hace un caos con todo
lo que encuentra a su paso, marca la clave de la puerta para que no suene la alarma
cuando va a salir y corre, corre sin mirar a tras, al fin ha abandonado a Jongin.
Capítulo 29
Kyung Soo
“Y cuando bajé, me di cuenta que el lugar al que me dirigía no tenía estrellas en el

cielo, lo que me pareció tan triste…
De soslayo miré lo que dejaba atrás y me di cuenta de que no había manera de regresar
en el tiempo, ya era tarde, ya había bajado…
192
Entonces no me queda más que continuar, aún con mis pies adoloridos, aún con mi
espalda agotada y fui un paso tras otro, incomodo por el silencio y la oscuridad de la
calle húmeda del rocío nocturno.
No hubo nada que me hiciera feliz, no sé si esperaba que lo hubiera pero aún si
inconscientemente lo hacía, nada de eso ocurrió”.
Después de correr durante mucho tiempo, Kyung Soo se detiene apoyándose en una
pared, intenta con todas sus fuerzas que el aire entre a sus pulmones porque siente que
se está ahogando. Ha sido difícil andar tanto pero el odio que tiene lo empuja como si
en verdad fuera un robot incapaz de sentir cansancio. Cuando recuerda a Jongin
saliendo de la mano de Taemin vuelve a encontrar sus fuerzas y retoma la carrera.
No sabe cuánto ha corrido pero es muy tarde ahora y su ropa está empapada de sudor,
hace rato dejó atrás el lujoso vecindario y ha cruzado las carreteras principales, estuvo a
punto de ser arrollado un par de veces lo que conllevó ser insultado por uno de los
conductores pero él no se inmutó, ni siquiera volteó, no le importaba nada, solo huir.
Corría y corría sin tener en claro a dónde quería llegar realmente o qué iba a hacer
cuando al fin enfrentara su destino, lo único que le importaba era alejarse de Jongin,
cada paso hacia adelante lo alejaba del diseñador y era justamente lo que necesitaba,
pero a pesar de tantas calles y avenidas continuaba sintiéndolo dentro de él.
¡¡¡Maldita sea!!! —Gritó en media calle — ¡Aléjate de mí, Jongin!
Pero ahí estaba el diseñador, pegado a su alma casi transformado en algo físico,
ejerciendo peso de más sobre su cuerpo. Kyung Soo había volado tan alto cerca del sol
estando en casa de Jongin, que había terminado quemándose...
Pasa junto a la fábrica de la cual había sido despedido, el colegio de su hermanita, el

edificio de Non Alma, al fin estaba adentrándose en su comunidad, las calles estaban
mojadas de una pequeña lluvia reciente, Kyung Soo no sabía si la humedad de su ropa
se debía a la lluvia que él no notó o a su sudor, no sabía nada.
193
Aminora un poco su paso sintiéndose seguro al fin, irónicamente en una de las calles
más inseguras de aquel lado del distrito pero aún así era su tierra conocida, estaba
familiarizado con todo aquello y le tenía mucho menos miedo que a Jongin.
Entonces le pareció ver a Xiumin en una esquina, fumando un cigarrillo así que siendo
presa de una idea loca y desesperada se devolvió sobre sus pasos para comprobarlo. Sí,
era él, el chico protegido de la banda del unicornio.
— ¡Ey, tú! ¡Xiumin!
El pequeño lo ve acercarse con paso amenazante, al principio no sabe quién es pero en

cuanto Kyung Soo se acerca lo reconoce. Recuerda todo lo que sabe de ese tipo en
cuestión de segundos y evalúa su situación:
•Chanyeol, les robó dinero
•La primera vez que lo vio, lo amenazó con una cuchilla
•Su novio le robó un valioso antifaz
•Su amigo le disparó (sin atinarle) y luego lo golpeó
•Se estaba acercando con mirada de asesino
•Él no tenía un arma en ese momento
•Chen y Lay están adentro en el bar
•Él estaría en problemas si Chanyeol lo atrapaba
Xiumin hecha a correr y tras él un enloquecido Kyung Soo quien después de todo logra
atraparlo y lanzarlo al suelo, se acomoda sobre él y Xiumin acierta su mejor gancho en
la boca de su atacante, obligándolo a caer y vuelve a escaparse pero Kyung Soo no es un
194
debilucho y en ese momento tiene mucha ira así que se lanza encima una vez más y otra
vez están en el suelo.
El falso robot logra esquivar un segundo golpe pero ya su barbilla está manchada con un
hilillo de sangre, está harto de aquello así que con toda su fuerza golpea a Xiumin en la
cara, devolviéndole el favor del labio roto.
— ¡Lay te va a matar! —Le grita
— ¡Ya lo sé, imbécil! ¡Escúchame! No vengo a hacerte daño, necesito tu ayuda,

escúchame…
Kyung Soo ahora tiene su atención aunque estando de ese modo en el suelo, Xiumin no
se siente confiado en lo absoluto.
—Necesito que me ayudes a vender una mercancía robada, necesito deshacerme de eso
ahora mismo.
—¡¡¡¿Qué?!!! ¿Qué te hace pensar que voy a ayudarte, Chanyeol?
—Te pagaré. —Dice sacando de su bolso robado la estatua del bailarín K.Svenka y
poniéndola sobre el pecho de Xiumin —Y no me llamo Chanyeol, soy Kyung Soo,
idiotas.
Se aparta y Xiumin se levanta sosteniendo el valioso obsequio, se sacude la ropa con

una dignidad absoluta y luego procede a evaluar la pieza que tiene entre sus manos
hasta constatar que es realmente costosa.
— ¿Me pagarás con esto si te ayudo a vender qué?
195
—No, idiota, te pagaré con un zafiro azul si me ayudas a vender esto y otras joyas más.
— ¿Cuál dices que es tu nombre?
—Do Kyung Soo, Park Chanyeol es el tipo que me acompañaba la otra vez, era mi
novio, ¡es! —Se corrige— ya no lo sé, pero tampoco importa. Él fue el que tomó el
dinero de la maleta, yo lo cubrí, pero ya está pagado, déjenlo en paz.
Xiumin poco a poco comprende toda la situación.
—Claro que la deuda está cancelada, el verdadero Chanyeol se ha encargado de eso. Yo

pensaba que estábamos torturando a la persona incorrecta pero ahora veo que lo tenía
bien merecido.
— ¿A qué te refieres?
—Ese idiota volvió una tarde al bar con el dinero que hacía falta… ¿En verdad creía que
Lay solo lo iba a aceptar y darle las gracias? Le ha puesto una paliza y le ha obligado a
pagar el triple. Hace una semana acabó de darnos hasta el último centavo.
— ¡No es cierto! Chanyeol no me ha dicho nada de eso, debes estar mintiendo.
—A mí qué me importa si me crees o no, ya tenemos el dinero, no es nuestro problema

lo que tú y tu estúpido novio hagan…
Kyung Soo se rasca su cabeza, está desesperado, Chanyeol debió decirle que aquellos
tipos no lo habían dejado en paz, pero él también debió suponerlo.
— ¡¿Me vas a ayudar a deshacerme de eso o no?! —Pregunta enojado a Xiumin quien
está limpiando la sangre de su barbilla.
196
El chico lo mira y sonríe atrevidamente.
—Solo si te atreves a entrar en el bar. —Responde señalando el local con un

movimiento de su cabeza.
Segundos después están entrando a buscar a Lay quien juega naipes con Chen y otros
tres tipos enormes y mal encarados. En cuanto el líder ve a Xiumin lastimado, se levanta
de inmediato arruinando el juego que hay sobre la mesa.
— ¿Xiumin, estás bien?
—Estoy bien —Sonríe— alguien ha querido entrar a la madriguera.
Todos los ojos están puestos sobre el chico con el abrigo oscuro, cuando Kyung Soo
deja caer el gorro hacia atrás al fin pueden reconocerlo.
— ¡Chanyeol! —Exclama Lay.
Chen saca su arma de inmediato, quita el gatillo y le apunta justo en medio de los ojos.
—Esta vez no te me escapas. —Dice con un sórdido placer, ese Chanyeol ya le había
visto la cara muchas veces.
Capítulo 30
197
Taemin y Jonghyun
Jongin había dejado a su AE bajo las sabanas y cerró la puerta de la habitación antes de
entrar a la suya donde su ex novio, listo para el sexo reconciliatorio, lo estaba
esperando.
Caminó desnudo y con el pene flácido porque había perdido toda su excitación. Se
estaba sintiendo realmente mal por tener que dejar a Kyung Soo. Sin él en la habitación
el juego no era excitante y carecía de sentido.
No sabía si en verdad había perdido la cabeza enamorándose de su robot pero se sentía

muy cómodo con él, Kyung Soo se había lanzado a sus brazos para evitar que Taemin lo
penetrara, su AE le era fiel en lo absoluto, no era lo mismo que podía decir del rubio
que lo esperaba en la cama.
Taemin estaba ahí para averiguar si se sentía mejor con él o con Jonghyun y en cuanto
cometiera un error sería abandonado de nuevo. No le gustaba. No era solo que no quería
pasar por eso una vez más, es que ni siquiera tenía ganas de intentarlo. ¿Pero por qué?
Amaba a Taemin, de eso estaba seguro. Ya no le guardaba rencor por haberlo dejado la
otra vez, no había pasado tanto tiempo pero sentía que había sido hace años y el dolor se
había lavado.
198
Ciertamente deseaba compañía y afecto humano, calidez pero no de cualquiera, no se

dejaría arrastrar por los primeros brazos que se abrieran ante él (o trasero) nunca más.
No empezaría algo con nadie que no fuera capaz de superar a su robot. Y aquella era
una expectativa muy alta.
No empezaría algo con alguien que no fuera capaz de dormir con él varias noches
seguidas, o de llevarle caldo de pollo, cantarle cumpleaños, definitivamente no estaría
con alguien a quien no pudiera conmover si él mismo lloraba. Nunca más regalaría así
sus emociones, ni siquiera a sus padres. De algún modo su robot de emociones
artificiales le había hecho aprender a valorar sus propias emociones reales.
—Taemin, no voy a regresar contigo nunca más. —Dice al pie de la cama.
El rubio lo mira con los ojos muy abiertos y luego de unos segundos su rostro cambia y
esboza una resignada sonrisa.
—Te amo, Tae, pero no de ese modo… Y sé que tampoco me amas. No nos engañemos.
Después de una hora de platicas llenas de disculpas y comprensión, se visten para ir al

lugar donde se besaron por primera vez, un casino lujoso a las faldas de la provincia,
planean jugar un poco y darse un último beso que sellara la relación de romance
tormentoso que ahora acaba y da inicio a una linda amistad sin derecho a roce.
Jongin se siente extrañamente feliz, Taemin también, sin Jongin en su camino ahora se
ha decidido a buscar a Jonghyun y no dejarlo ir jamás. De repente sus propios
sentimientos están más claros que nunca y sabe a dónde desea pertenecer. Nunca había
sido una persona estable, era Jongin quién siempre le ayudaba a aclararse.
En el casino se divierten como dos niños con la billetera de sus padres, aunque todo el
dinero que están despilfarrando es producto de sus propios trabajos. Cuando la noche
está a punto de gastarse igual que sus fondos para la diversión, se dan el planeado beso
y acaba cuando un tipo aparta a Jongin golpeándolo en la cara.
199
— ¡Déjalo! —Grita Taemin lanzándose sobre Jonghyun que apareció de la nada.
—Cuando me dijeron que estabas con él no podía creerlo, tenía que verlo con mis
propios ojos.
—Solo estábamos jugando, Jonghyun. ¿Y quién fue el chismoso?
—¡¡Eso no es lo que vi!! ¿Y a ti qué te importa quién me lo dijo? ¿Crees que nadie me
conoce?
Jongin está reincorporándose y los hombres de seguridad del casino, se acercan.
—Kai, lo siento mucho —Se disculpa Taemin.
—¡¡Taemin!! —Le grita Jonghyun buscando su atención —Te vas conmigo ahora
mismo.
—Cálmate Jonghyun, no está pasando nada, en serio.
Jonghyun sujeta el cabello de Taemin y lo hala con fuerza hacia atrás antes de lanzarse a
darle un beso salvaje y posesivo, el rubio apenas consigue aferrarse a los brazos del
otro.
Jongin recibe la mirada de Jonghyun, llena de odio.
—Si te acercas a Taemin una vez más, voy a matarte.
El diseñador levanta sus manos en señal de paz y pasa de largo, es hora de irse a casa.
El taxi lo deja frente a su hogar y él lo único que desea es volver y acurrucarse con su
200
robot, Kyung Soo, quien lo espera desnudo bajo la sabana de la habitación frente a la
suya, Kyung Soo, el robot que le ha enseñado cómo es el amor, empezando por el amor
propio. Quien lo trata como él se merece. Su amado Kyung Soo. Solo es capaz de sentir
ganas de él.
Sabe que Taemin ahora mismo debe estar recibiendo un castigo por su indecisión y se
alegra por no haber caído en la trampa de aquel rubio. Esta feliz de haber quedado fuera.
Está feliz de poder ver y abrazar a su amigo Tae en el futuro y por las noches volver a
su casa y hacerle el amor a su robot. Por el momento es lo único que desea de la vida, si
es sano o no, ya lo contemplará más adelante. Lo cierto es que desde hace mucho
tiempo no había tenido sus ideas tan claras.
No ha terminado de entrar a su casa pero ya está ansioso imaginando lo bonito que será
ir a esa habitación, tomar a su AE en brazos y llevarlo a su cama, el lugar de donde
nunca debió de salir, y luego, llenarlo de besos hasta quedarse dormido sobre esos
labios artificiales como ya lo había hecho antes.
Abre su puerta y después de pasar el recibidor se percata del caos. Alguien ha entrado a
su casa. Un robo.
No sabe si los ladrones aún están ahí, solo puede pensar en una cosa.
¿Estará a salvo su AE?
Corre escaleras arriba a través de todo el caos que encuentra de camino sin prestarle
atención realmente, abre la puerta de la habitación y Kyung Soo no está bajo la sabana.
Tal vez lo dejó en otra recamara y ahora está confundido. Revisa cada una de ellas.
Cada sanitario, cada espacio de su casa. Kyung Soo no está. Tampoco sus lágrimas de
zafiros, ni la estatuilla que hizo después de inspirarse al ver una fantástica obra de ballet
con su bailarín favorito, su amor platónico K. Svenka. Tampoco está el dinero en
efectivo. No hay nada.
201
Jongin llama a la policía y les da la dirección de casa, los espera en la habitación en la

que había dejado a su AE, aferrado a la sabana que debería estar cubriéndolo.
No importa el dinero, ni las joyas, lo único que desea es que encuentren a Kyung Soo.
Su robot debe volver a él a salvo. Lamenta tanto haberlo abandonado esa noche.
Lamenta tanto que sus últimos momentos juntos se hubiesen mezclado con las locuras
de Taemin.
Kyung Soo, espera, cariño, donde sea que estés te voy a encontrar. Solo mantente a
salvo, por favor.
Capítulo 31
So Hyun
Son las 6:10 de la mañana, Kyung Soo está sucio de sudor y la sangre gracias al golpe
de Xiumin, se siente cansado por haber corrido durante horas y por haber estado
intentando que Chen no le volara la cabeza mientras les pedía ayuda para vender los
objetos robados.
Había sido una locura acudir a ellos, pero no se arrepentía. La banda del unicornio eran
los más grandes traficantes de la zona, ya conocía lo bien que trabajaban, no era la
primera vez que robaban y revendían las joyas de Jongin (nunca olvidaría el
desagradable día en que Lay había hurtado el antifaz que él estaba usando). Además era
202
una manera de poner alto al acoso que sufrían él y Chanyeol por parte de aquellos tres.
Se lo había jugado todo pero estaba en medio de un golpe de adrenalina gracias a
Taemin y a Jongin, y no iba de ánimos para sensateces ni cobardías.
Era en ese bar donde todo había empezado, y era ahí donde todo debía terminar. Les
había dejado una cantidad considerable del dinero. No fue como si hubieran vendido las
joyas esa misma noche pero Lay le había dado efectivo, mucho efectivo a cambio de
ellas. El bolso en el que él las había cargado ahora estaba lleno de billetes. En ese
momento Kyung Soo se dio una idea más cruda de lo peligrosos que eran aquellos tres,
nadie con el acceso a esa cantidad de billetes de una manera tan rápida, a causa de
negocios espurios era como para ser tomado a la ligera y Chanyeol y él habían pecado
de idiotas.
No fue fácil lograr el trato cuando Chen lo miraba constantemente mientras acariciaba
su arma, pero era algo que él ya imaginaba y pensó que si acababan asesinándolo, sería
mejor hasta cierto punto. Nada de responsabilidades, nada de Jongin, nada de madres
enfermas de hermanas que lo necesitaran, nada de novios resentidos con él, ni de
maleantes, pobreza, cansancio, dolor, nada de nada. Era egoísta, sí, pero en ese
momento al menos se iba a permitir ser egoísta con sus pensamientos suicidas.
De todos modos nada realmente malo ocurrió, Lay tranquilizó a Chen, las joyas
tranquilizaron a Lay y Xiumin incluso le había dado la mano cuando acabaron de cerrar
el negocio, la única joya que conservó fue el reloj de búho por el cual sentía mucho
apego. Ahora la banda del unicornio era más adinerada que antes y al tener tantas joyas
de diseñador también su fama sería más digna del respeto de cualquier traficante. Y él,
él tenía el dinero suficiente para ayudar a su familia…
Tomó una gran bocanada de aire y entró a su casa, lo único que deseaba era abrazar a su
mamá. La encontró a la mesa junto a su hermanita, ambas desayunando algo de pan
recién horneado y café. El olor lo llenó de recuerdos pasados. Al fin estaba en su hogar.
Su estómago rugió y se dio cuenta que desde el día anterior no había comido nada.
203
— ¡Oppa! —Exclamó su hermanita en un suspiro asombrado, haciendo que su madre se

percatara de su presencia y se levantara de la silla para recibirlo.
La mujer lo envolvió entre sus tibios brazos, Kyung Soo la abrazó con fuerza y se sintió
seguro y amado, entre el cálido olor de la persona que más amaba en su vida. Notó que
su mamá había perdido peso.
—Mamá. —La llamó con una sonrisa en sus labios. Sonrisa que se borró un instante
después, cuando la mujer lo apartó y le propinó una fuerte bofetada.
Su mamá nunca había hecho algo así, la mejilla le estaba ardiendo como atizada con
fuego pero más que eso, no entendía por qué lo golpeaba cuando él lo único que
necesitaba era su abrazo. Su hermana So Hyun los miraba boquiabierta desde su silla.
— ¿En qué lío estás metido, Kyung Soo? —Preguntó su madre con voz afectada —
¡¡¿Cómo te atreves a preocuparme así?!! —Gritó.
—Mamá, no estoy metido en ningún lío. —Se apresuró a contestar mientras cubría la
mejilla golpeada con su mano. —Estuve trabajando lejos, ¿Chanyeol no te lo dijo?
— ¿Ustedes dos creen que soy estúpida? ¿Qué clase de trabajo te obliga a desaparecer
un domingo sin decirme nada y no llamar durante tanto tiempo? Vuelves sin previo
aviso a esta hora de la mañana, con ropa fina pero sucia y un labio roto… Dime ¿qué
clase de trabajo has estado haciendo?
Su mamá. Había olvidado lo perspicaz que era, como una diablilla a la que nunca podía
esconderle nada, ni siquiera cuando inició su noviazgo con Chanyeol y quiso
mantenerlo en las sombras durante un tiempo, solo para averiguar si funcionaba, esa
mujer sabía todo incluso antes de que él lo contará. Pero él también había heredado de
su madre ese veloz raciocinio, el mismo que lo había sacado y a la vez metido en
incontables problemas los últimos meses.
204
—Mamá yo… —Recordó a Ryeowook— estuve trabajando como oficial de seguridad

para una persona muy adinerada. No podía llamar porque era un trabajo especial, debía
proteger algo de mucho valor y una de las reglas era no contactarme con nadie por
cuestiones de seguridad.
— ¿Cómo te contactaste con Chanyeol, entonces?
—Solo fueron pocas veces, y fue un requisito que plantee para poder hacerte llegar
dinero a ti… eso es todo, pero ya estoy de vuelta. No volveré a trabajar ahí.
— ¿Qué hay con la herida en tu rostro?
—Anoche alguien… alguien intentó robar lo que yo estaba protegiendo, la presión fue
mucha para mí y renuncié.
—¿Te atacó un ladrón? —Preguntó su hermana.
—Así es, monstruo. Y ven aquí, no te he saludado. —Dijo caminando hasta ella y
abrazándola, buscando desviar la atención de su madre.
—Uff, largo, hueles a sudor. —Se quejó la adolescente.
La madre colocó un plato más en la mesa y una taza con café caliente. En cuanto Kyung
Soo bebió de ella, sintió que parte de su humanidad empezaba a regresar a él. El sabor
de su hogar pobre, de su hogar millonario.
—So Hyun… esta tarde pasaré por ti después del colegio y te llevaré a comprar zapatos.
— ¿En serio? —Pregunta entusiasmada.
205
—Así es. Compraré tres pares de zapatos para ti.
— ¡Idiota! Deja de bromear conmigo.
—No estoy bromeando, me han pagado mucho dinero, así que compraré zapatos para ti,
para que tus pies de monstruo no se deformen más.
So Hyung sonrió, desde ya había empezado a soñar con su salida de clases.
—Puedo comprarte ropa también, te compraré un lindo vestido si quieres, algo de

diseñador para que presumas con tus compañeras.
—¿También puedo pedir algo de diseñador? ¿Tanto te han pagado?
—Y compraremos algo delicioso para cenar, ¿quieres carne o pescado? ¿O prefieres que
pidamos una pizza enorme? ¿Dos botes gigantes de helado?
—¡¡Sí!! Sí, sí, cualquier cosa, no lo sé, no puedo elegir, oppa.
—¡Lo compraremos todo entonces!
—¡¡Ujuuuuuuuuuuu!! —Gritó So Hyun levantando las manos.
—¿Kyung, Soo te has estado prostituyendo? —Pregunta su madre con un tono de voz
contundente, rompiendo la alegría del momento.
So Hyun se calma de inmediato y mira a su hermano con curiosidad. Kyung Soo luce
206
desorientado.
— ¿Qué dijiste, mamá?
— ¿Te has estado vendiendo a cambio de dinero? ¿Es eso? ¿Al igual que Chanyeol?
— ¡Claro que no! ¡Y Chanyeol tampoco! ¿De dónde has sacado esa idea?
—Chanyeol sí —Dice So Hyun— En mi colegio es el chisme de las últimas semanas.

Chanyeol anda para todos lados con un hombre millonario, lo busca en su casa o el
negocio de su padre por las noches y se lo lleva en un auto lujoso.
—No se está prostituyendo, ese hombre debe ser Baekhyun, es la persona que me
presentó a mi antiguo jefe.
— ¿Por qué no te llevaste ropa si ibas a trabajar allá durante tanto tiempo? —Continúa
interrogando su madre.
—¡¡Porque iba a usar un uniforme!! —Responde levantando la voz. Su paciencia ha

empezado a resquebrajarse.
—¿Por qué te pagarían tanto dinero solo por ser un guarda de seguridad? —Insiste la
madre.
—¡¡Porque cuidaba cosas importantes, ¿de acuerdo?!!
—¿Qué cosas?
—¡Cosas, mamá! Solo cosas ¡¿A ti qué más te da?! ¿No puedes solo alegrarte porque
estoy de vuelta con mucho dinero?
207
—No, Kyung Soo. No necesito un dinero que no sé de dónde proviene, pudiste haber
hecho cosas inadecuadas por él, así que no lo quiero. Quédatelo tú, no lo uses en So
Hyun ni en mí.
— ¡No puedo creer que seas tan egoísta! ¿Sabes cuánto trabajé para obtener todo esto?
¿Sabes todo lo que hice por ti? —Pregunta levantándose de la silla. Su madre se levanta
también.
—No, no lo sé, ese es el problema.
—Fue mucho, mamá, mucho. Ni una sola de estas noches he estado en paz pensando en
cómo ayudarte. Extrañaba estar aquí, deseaba volver pero no podía dar el paso, estaba
asustado de no tener dinero para ti, para cuidar de tu salud y ¿qué recibo a cambio? Una
bofetada, así recibes a tu hijo después de tanto tiempo.
— ¡Yo nunca te he pedido que te hagas cargo de mí! ¡Puedo trabajar por mí misma, no
me culpes de tus errores!
— ¡No, mamá, no! No puedes trabajar por ti misma. Chanyeol me lo ha contado todo,
que estás enferma.
—¡Cállate! —Grita su madre, después de echarle una mirada rápida a So Hyun pero
Kyung Soo ahora está explotando y no se siente capaz de detenerse.
—He traído dinero para pagar tu tratamiento, solo así podrás decir que realmente no me
necesitas, entonces me iré de casa si eso es lo que quieres, si te avergüenzas de las cosas
que probablemente hice para pagar tu radioterapia, ¡no me importa! Buscaré dónde
meterme, pero entonces estarás sana y yo lo haría otra vez, una y otra vez si fuera por ti
o por So Hyun, así que ¡júzgame si te da la gana! ¡Golpéame si te da la gana!
208
Sinceramente ya no me importa una mierda, ya está hecho todo, no hay nada que pueda
cambiar las cosas que hice.
La madre de Kyung Soo está alterada, su hijo nunca antes le había levantado la voz,
además de que la ha expuesto ante su pequeña niña, no tiene idea de las cosas que ha
estado haciendo su chiquillo durante tanto tiempo como para que ahora regrese como
una bomba a punto de hacer explosión. Odia sentir que ella es responsable por eso. Odia
no ser una buena madre.
— ¡Kyung Soo, cálmate! —Ordena con voz fuerte.
—¡¡Cálmate tú!! —Responde igual.
— ¡Deja de gritarme! —Le grita.
—¡¡Eres tú quien lo está haciendo!! —Responde con un grito aún más alto. Luego toma
la mochila llena de dinero y la lanza hacia su madre —Toma, es tu dinero, haz lo que
quieras con él, si deseas tirarlo a la basura y morir de cáncer dejando huérfana a tu hija,
no es mi problema.
Fue cruel, fue horriblemente cruel, pero no se da cuenta de ello hasta que escucha a So
Hyun llorar. Cuando la mira cubriéndose el rostro con las manos sin poder acallar su
llanto, siente ganas de ir a buscar a Chen y ofrecerle su cuerpo como bolsa de boxeo,
solo porque cree que es merecedor de mucho dolor. Se ha desquitado con la persona que
más ama, con la persona que daría su vida. Se merece la muerte.
Pasan varios minutos en los que nadie se atreve a moverse ni a decir una palabra, tan
solo el sonido del llanto de la menor se escucha en casa. Kyung Soo está mordiendo su
labio inferior y mirando el piso, terriblemente avergonzado.
209
—So Hyun, deja de llorar —Dice la madre con un tono de voz lleno de resignación.
Pero no hay ni un titubeo, ella es fuerte, más que sus dos hijos juntos.
—Mamá… perdóname —Ruega Kyung Soo con un nudo en la garganta.
Finalmente su madre camina hasta él, tirando el bolso con dinero a un lado, y lo abraza.
Besa la cabeza de su hijo. Su niño que ha cuidado desde que supo que una vida crecía
dentro de ella. No será una madre perfecta pero lo ama con toda su alma y le perdonaría
todos y cada uno de sus errores sin importar qué tan graves estos sean.
—No lo volveré a hacer. —Dice él.
—Está bien, mi amor, está bien. Sea lo que hayas pasado, ya estás aquí de nuevo, lo
único que necesito para estar bien eres tú, tú y So Hyun. Ven aquí, pequeña, deja de
llorar.
La adolescente se levanta de la silla y se une al abrazo.
—¿Mami, en verdad estás tan enferma? …yo lo suponía pero…
—Estaré bien, So Hyun, no voy a morir, no pienso ir a ninguna parte…
Una hora después la pequeña ya ha entrado a clases, su madre está trabajando cuidando
de un par de niños de 3 y 5 años, a veinte minutos de su hogar así que Kyung Soo se
queda solo, para ese momento ha terminado de recoger los platos y mientras acomodaba
la cocina no puede evitar darse cuenta de que hay muchos alimentos que antes no eran
usuales en casa, el refrigerador está lleno de frutas, verduras y varia comida sana,
posiblemente a causa de la nueva dieta de su madre, cosas que antes no podían pagar.
Se pasea por la habitación de su mamá y nota un cielorraso que antes no existía, es
210
barato y de mala calidad pero supone que con eso en el techo menos aire helado va a
colarse. También hay un tanque de oxígeno a la par de la cama. Sabe que todas esas
cosas son cuidados que Chanyeol ha tenido con ella.
Luego va a su habitación y se lanza sobre su propia cama golpeándose el rostro. Había

olvidado que su colchón era duro e incomodo. Se acaricia su nariz para aliviar el dolor y
luego se mete bajo las sabanas. No huelen exactamente a él sino a alguien más…
Chanyeol.
Su novio.
Había olvidado su olor, antes le gustaba demasiado, ahora es solo una fragancia que lo
hace sentir mal. No sabe cómo volverá a ver a Chanyeol después de todo lo que le ha
hecho. Pero debe hacerlo para agradecerle los cuidados que ha tenido con su madre.
Debe volver a tomar el lugar que le corresponde en la vida.
El juego ha terminado, Kyung Soo. Estás de vuelta en casa.
Y sin darse cuenta se queda dormido, agotado completamente por todo el jaleo que ha
tenido durante las últimas horas.
Capítulo 32
Siwon
211
Choi Siwon está harto de su trabajo, la paga no es buena, el jefe es un maldito agresor,
la gente suele gritarle obscenidades, arriesga su vida, los horarios son nocturnos, le da
comezón el uniforme y su compañero Shindong quién pronto tendría a su bebé pues su
esposa ya había cumplido los nueve meses de embarazo, estaba tan ansioso que no
había dejado de comer hamburguesas durante toda la velada. La patrulla olía a aceite y
él estaba harto.
Definitivamente no extrañaría nada de eso. Lo único que desea es dedicarse a la cocina

pero pasar de ser un duro oficial de policía a un barista detallista, no es fácil. Su sueño
siempre había sido ser un experto en café. Y sin miedo de sonar narcisista, sabía que lo
era. Era un artista del café.
Después de llevar todos esos cursos a escondidas de sus compañeros de trabajo se había
animado a entrar en una competencia y había ganado, ahora estaba invitado a participar
a un concurso internacional al que sin duda alguna acudiría, solo le restaba medio mes
para renunciar y medio mes más para salir del país. Era lo único que lo mantenía en pie.
Su sueño al fin se estaba realizando.
La noche estaba especialmente tranquila, no había encontrado ningún carterista cuando

peinó las calles con su patrulla, no habían alarmas de ningún tipo y él podía darse el
tiempo de soñar con la cafetería que instalaría después de volver al país con ese premio
al mejor barista internacional. Tan solo el sonido de Shindong chupeteándose los dedos
lo sacaba de su ilusión.
Hasta que recibió esa llamada. Esa maldita llamada. Un robo en el lado lujoso de la
ciudad. Arrugo la cara con fastidio.
¡Con lo bien que iba la noche!
Le molestaba.
212
Especialmente le molestaba tener que ser parte de cualquier trabajo en esos barrios
porque a veces esos tipos adinerados querían presionar demasiado. Y cuando llegó y
junto a su compañero constataron el desorden que había en aquella casa, que además no
era cualquier casa sino la de Kai, maldijo su propia existencia.
Un asalto en la casa de Kai no era simplemente un asunto de televisores robados sino de

joyas valoradas en mucho millones de dólares, mucho más de lo que él ganaría en toda
su vida como policía… posiblemente la prensa iba a interesarse y su nombre estaría en
la mira de todos por ser él quien llevaba el caso y eso podría dar al traste con su
renuncia… Sí, odiaba su vida.
Mientras tomaba las declaraciones del diseñador, el cual se veía como si estuviera a
punto de tener una crisis, se volteó para darle instrucciones a Shindong pero este se
encontraba en su propia crisis atendiendo su teléfono móvil.
—Mi esposa está ahora mismo en labor de parto. —Le anunció con un susurro en
cuanto colgó la llamada— Oficial Choi, ¿podemos apresurarnos? Quiero estar ahí
cuando nazca mi bebé…
Siwon suspiró, él tampoco quería estar ahí, pero aún no habían realizado todo el
procedimiento a cabalidad.
—¿Quién fue la última persona que entró a la casa?
—Nadie entra a mi casa nunca, es decir, esta tarde estuvo un amigo y salí con él, su
nombre es Taemin, pero solo él me ha visitado.
—Entonces tomaremos las huellas dactilares y de inmediato descartaremos las de

Taemin… —Anunció a Shindong.
213
—Solo estamos tres aquí —Agrega Jongin— Taemin, Kyung Soo y yo.
Y Shindong apunta en su libreta esos dos nombres para descartar sus huellas de las de
cualquier ladrón, luego de tomar fotografías y reunir algunas posibles pruebas, salen
disparados al hospital y nadie está pensando en ese robo. Siwon solo desea que las
semanas pasen rápido, Shindong solo desea llegar a tiempo para ver salir a su bebé… y
Jongin… Jongin solo desea tener a Kyung Soo de vuelta, así que pone toda su confianza
en los dos oficiales que acaban de entrevistarlo.
Poco tiempo después el análisis está listo, hay huellas de tres personas encontradas por
toda la casa, la primera es el dueño Kim Jongin, más conocido como Kai el diseñador
de joyas, la segunda Lee Taemin, el modelo sensación del momento, la tercera un tal
Kyung Soo que no tienen idea de quién es pero cuando buscan en su registro no tiene
antecedentes penales, además, Shindong constata antes de tomar vacaciones por
paternidad, que esos nombres habrían de ser descartados de la lista de sospechosos,
según el relato de Jongin.
No habían cámaras de seguridad en esa casa, no habían puertas forzadas ni uso de

armas, no habían testigos… y de ese modo Siwon queda con una investigación que no
tiene salida.
Le da vueltas y vueltas a sus apuntes y las fotografías de la casa de Jongin durante

horas, luego toma un poco de café y le sabe mal. Odia el sabor del café de esas
máquinas automáticas, no hay nada en la vida tan delicioso como su propio café… se
distrae nuevamente pensando en un fabuloso cappuccino y cuando cae dormido entre
los papeles sueña con la inauguración de su propia cafetería ―ELF‖.
Mientras tanto Jongin está en casa sin poder dormir, pensando en dónde estará su robot.
214
Capítulo 33 (BaekYeol 1)
Fuente Vero B
Su vida no era especialmente difícil, siempre había tenido todo lo que necesitaba, la
palabra carencia solo tomaba significado para él cuando leía libros sobre historias de
gente lejana, en países que no tenía ganas de visitar. No podía quejarse realmente, pero
lo hacía de todos modos y es que, él también tenía sus problemas como por ejemplo
cuando las personas que lo abastecían no traían las telas a tiempo. Cuando sus
empleados no hacían bien su trabajo o cuando los críticos de moda la tomaban contra
alguno de sus diseños. Odiaba eso.
Ese día en específico, Baekhyun no estaba inspirado, tenía mucho tiempo con ese estado
de ánimo y le urgía diseñar para su nueva colección, así que tomó el auto nuevo de su
madre y se fue a dar vueltas por ahí en busca de una musa.
215
No es como si él no tuviera sus propios autos, es que el color amarillo de aquel

deportivo hacía juego con su look del día, él tenía los colores clásicos, negro, blanco y
rojo, un atrevido verde pero amarillo no, así que lo tomó sin permiso y se fue antes de
que su mamá lo detuviera.
Después de una hora de vagar por calles y avenidas se sentía aún sin ninguna idea, una
mariposa azul pasó volando a su lado, eran sus favoritas, alguna vez cuando era niño
había escuchado que aquellas daban buena suerte y le gustaba creer en eso, así que al no
tener nada mejor que hacer decidió seguirla, la persiguió durante 20 minutos entrando
por diferentes calles y Baekhyun había olvidado su propósito inicial de buscar
inspiración para su diseño, estaba más bien disfrutando de su extraño juego hasta que se
percató de estar manejando en uno de los barrios pobres de la ciudad. Lo reconocía
porque alguna vez había ido a visitar a su amigo Kris quien vivía en uno de los
residenciales que como por arte de magia habían construido en medio de ese horrible
lugar dando la apariencia de un oasis en medio del desierto.
Entonces un rayo bajó del cielo y a Baekhyun le pareció ver que había caído sobre la
mariposa, fulminándola. El ruido había sido enorme, había sido lo suficientemente cerca
como para que él estuviera a punto de mearse en sus pantalones. Una lluvia torrencial
empezó a caer con toda la furia de los dioses.
Baekhyun ahora estaba bastante inspirado, sabía que la próxima colección debía ser
igual de impactante y era hora de irse a casa pero el auto hizo un ruido realmente
extraño y dejó de andar. La noche lo había atrapado en ese horrible vecindario, en
medio del peor aguacero que alguna vez hubiese visto. Cuando intentó llamar a casa por
auxilio, encontró a su celular sin batería y no sabía qué más hacer.
Baekhyun podía ser realmente consentido. Y ahora quería llorar porque estando en ese
barrio podrían matarlo por ese estúpido auto de horrible color –ahora lo odiaba- podían
raptarlo y pedirle rescate a su madre, podrían incluso violar su lindo y apretado trasero.
216
Se percató que cincuenta metros hacia el frente había un negocio y no le quedó más que
correr hasta él por ayuda, bajo la lluvia que lo empapó en tan solo ese corto trayecto.
Solo esperaba que ahí adentro no hubiera un ladrón, que no hubiera un secuestrador que
no hubiera un violador. Y estaba seguro de que no tendría tan buena suerte y que iba a
acabar dentro de una bolsa en el océano pero lo peor fue que en cuanto entró a ese local
se miró sus botas arruinadas por el agua y el barro. Sus botas. Sus amadas botas de
diseño, las que tenían un diminuto diamante en la hebilla, los que había cortado su
amigo Kai para su cumpleaños.
— ¡Noooooooo! —Chilló.
— ¿Estás bien? —Le preguntó alguien de frente, haciéndolo paralizarse ante una voz
tan gruesa.
Ok, ahora estaba con el violador. Sabía que no debió bajarse del auto en primer lugar.
Levantó la cabeza para mirar al malhechor y suplicar por su vida pero en lugar de un
fornido mal encarado hombre con un parche en el ojo y tatuajes en el brazo encontró a
un chico de ojos picaros y sonrisa torcida, alto como un pino y guapo. No. Guapo no.
Lindo, hermoso, extraño.
De inmediato miles de imágenes de abrigos, pantalones, camisas, sombreros y bufandas

nuevas inundaban su mente y su creatividad estaba en el máximo punto. Rodeó el
mostrador hasta estar frente a aquel hombre maravilloso, y confirmó que su altura era
como de otro mundo.
—¿Puedo ayudarte en algo? —Preguntó asustado. Esa voz que antes le había causado
un susto tremendo ahora le acariciaba los oídos. Baekhyun era de pensamiento veloz y
se preguntaba cómo se escucharía salir de esa garganta un gemido.
Sonrió.
217
— ¿Me salvas la vida?
El hombre abrió la boca en señal de sorpresa, la mueca lo hacía ver un poco tonto.
Baekhyun pensó que era encantador y que se estaba enamorando. Si Chanyeol hubiera
sido un objeto en venta, lo hubiera comprado en ese momento.
Luego de explicarle sus desgracias se presentaron mutuamente y Baekhyun se aseguró

de no olvidarse nunca de ese nombre. Se había secado con una toalla que olía a
detergente barato y ese tipo grande le había alcanzado una gabacha de panadero para
que se cambiara su camisa mojada, fue lo que más le costó hacer. Nunca antes en su
vida había tenido sobre su piel una tela de tan mal corte y calidad, casi se desmaya y a la
vez tenía un golpe de adrenalina máximo porque había sido tan consentido y obediente
toda su vida que aquello era similar a sobrevivir en la más ruda jungla para él.
Chanyeol le obsequió chocolate caliente con galletas que al principio él dudó en aceptar
porque no sabía qué tanta calidad tenían en aquel sitio pero su estómago rugía ante el
olor del pan y acabó por comérselo todo y pedir más porque había estado delicioso.
Cuando terminó su tercera taza de chocolate se limpió con el dorso de la mano porque
ahí nadie le había ofrecido una servilleta y un pequeño eructo se escapó de su cuerpo.
Rápidamente cubrió toda su boca mientras sus ojos se abrieron grandes de la sorpresa y
su piel se tornaba colorada a causa de la vergüenza.
—Lo siento. —Se disculpó.
¡Oh no! Media hora en este lugar y ya me he convertido en un salvaje. No habrá vuelta
atrás. Tantos años de tutores y clases de ética se han ido a la mierda. ¡Oh no! Pensé en
la palabra “mierda”. Baekhyun estás perdido, te has transformado en un asocial y
anárquico muchacho.
Las carcajadas de Chanyeol lo hicieron salir del curso de sus pensamientos.
218
—¿Te estás burlando de mí, Chanyeol? —Preguntó algo ofendido.
—Baekhyun, no creo que alguien que se asuste por pensar en la palabra ―mierda‖ se
haya convertido en un salvaje, creo que los tutores sí hicieron bien su trabajo, no te
preocupes.
¿Qué? ¿Había dicho todo eso en voz alta?
¡¡¿Dios por qué no me quitas la voz?!! —Imploró al cielo, pero se aseguró de no

decirlo en voz alta.
—Este es mi padre, el dueño de la panadería, dile solo por su apellido, Park. —Presentó
Chanyeol al hombre que recién entraba al negocio, era aún más alto que su hijo y se
estaba cubriendo la lluvia con una sombrilla demasiado pequeña para él, lo que daba
como resultado que no hubiera ni un espacio seco en su cuerpo y Baekhyun tuvo que
soportar las ganas de echarse a reír al verlo.
—Papá este es Baekhyun, tuvo un accidente con su auto, estaba esperando que
regresarás a cuidar del negocio para ir a revisar si puedo ayudarlo.
—¡Oh pero qué linda eres! —Dice el señor Park en cuanto mira a Baekhyun a la cara.
Chanyeol se rasca la cabeza, avergonzado, su padre tenía esa extrañísima costumbre de

cambiarle el género a los chicos bonitos.
— ¿Linda? Señor Park tiene usted buen ojo, pero claramente mi belleza está por encima
de la de cualquier dama… —Respondió acomodándose el cabello húmedo con aires de
grandeza.
219
—Tienes razón. —Responde el señor Park lleno de convencimiento. Luego los tres se
echan a reír.
Finalmente Chanyeol consigue arreglar el desperfecto en el auto de la madre de

Baekhyun y se despiden cuando la lluvia ha empezado a aminorar.
Antes de dormir, Chanyeol piensa en esa especie de duendecillo que se coló a la

panadería empapado y asustado. Era claramente un niño rico y mimado pero también
agradable y sí… más lindo que cualquier dama, su papá y él tenían razón. Había sido
lindo ayudar a alguien así aunque luego volara lejos. Era como aquella vez que rescató
un pájaro herido, curó su ala, lo alimentó y se encariñó y luego el pajarillo echó a volar
sin decir gracias y no volvió jamás.
Estaba bien, los pajarillos estaban hechos para la libertad… él ayudaría a otros veinte de
ser necesario, en especial si eran tan lindo como Baekhyun.
Pero no sospechaba que ese pajarillo en específico, el llamado Baekhyun, regresaría una
y otra vez a buscar galletas cada viernes. Y cada viernes aprovecharía para cruzar unas
cuantas palabras con él y de ese modo empezó a conocerlo. Fueron develados los ojos
maquillados con arte, las sonrisas rectangulares de su boca, la mirada traviesa… Cada
vez que Baekhyun lo visitaba lucía un poco más lindo, y él se maravillaba de que
alguien así le dirigiera la palabra, solo eso.
Baekhyun no podía dejar de verlo porque cada vez que visitaba la panadería Park,
llegaba a casa con un fantástico diseño en su mente y se dedicaba a dibujar, moldear,
cortar el resto de la semana hasta que el viernes volvía a llegar y él necesitaba otra dosis
de positivismo que iba a recoger al lugar más deprimente de todo. A un barrio pobre.
Pero es que Chanyeol era como una perla en medio de un océano oscuro.
Cuando sonreía uno de sus ojos se cerraba más que el otro, si algo le daba mucha risa
podía llegar a ser realmente escandaloso, cuando le hablaba seriamente su voz era
220
absolutamente sensual y él se había encontrado preguntándose cuánto tendría que

estirarse para poder darle un beso en la boca. Hasta que en una de esas visitas su gigante
señaló a un hombre al fondo del local y lo indicó como ―mi novio‖.
¡Oh! Es gay, justo lo que necesito… pero ¡oh! Tiene novio… esta noche me embriagaré
con vino Romanée-Conti.
Mejor se marchó sin prestarle siquiera atención al dicho novio, de todos modos no
importaba cómo fuera, nadie era mejor ni más apuesto que él… y Chanyeol estaba
ciego.
Pero una vez más se encontró regresando a la panadería, esta ocasión vestido como un
autentico modelo y con perfume francés porque necesitaba que Chanyeol viera por
última vez lo que se iba a perder por tener novio. Y esa tarde el gigante le pidió ayuda
para comprarle un regalo a su pareja y de ese modo acabaron en su exclusiva tienda
eligiendo una linda prenda, como todo lo que él diseñaba, perfecto.
Chanyeol pagó sin saber que él le había hecho un gran descuento y se fue feliz. Aunque
claro, cualquiera que comprara una de sus piezas debía verse así de feliz. Pero esa vez
era distinto. Chanyeol se veía en verdad muy, muy, muy feliz. Más feliz de lo que él
había visto a nadie nunca. Y sintió mucha envidia por aquel novio, no solo porque iba a
recibir un obsequio de tan buen gusto, sino porque era amado de esa manera.
Por eso cuando días después Chanyeol llegó muy apenado a devolver la pieza y pedir el
reembolso, él sintió como el odio más profundo brotaba desde el fondo de su delicado
corazón. Nadie despreciaba uno de sus diseños. Y nadie debería despreciar el gesto de
un hombre tan agradable como Park Chanyeol. Aquella era la guerra.
Parte de su estrategia empezaría con una primera cita, se visitó más guapo que de
costumbre (no entendía cómo siempre lograba superarse a sí mismo en aquello), y fue a
la panadería por su gigante.
221
—Acompáñame a un lugar, me lo debes porque es política de mi tienda no aceptar

reembolsos y aún así acepté el tuyo.
—Ve, Chanyeol. —Insta el señor Park tras su hijo —Una chica tan linda no debería
andar sola por ahí, se la van a robar…
—Señor Park, su visión del mundo concuerda perfectamente con la mía. —Anuncia
Baekhyun.
Chanyeol pone un poco sus ojos al revés porque no es capaz de comprender como el
pobre cincuentón de su padre es capaz de llevarse tan bien con un chiquillo adinerado
como Baekhyun, pero acaba sentado en un elegante restaurante italiano a una hora y
media de su casa.
—La gente me mira raro porque no estoy vestido adecuadamente, Baekhyun.
—Shhh yo pienso en todo antes que tú, toma esto. —Dice sacando de su bolso un
abrigo fino —Necesito elegir un restaurante para traer a mi madre el día de su
cumpleaños pero ella es muy exigente con la comida, así que tú me ayudarás a decidir si
esta tiene buen sabor.
Chanyeol acepta la ropa y la comida. Platicar con ese chiquillo le agrada porque por un
momento puede distraerse de sus preocupaciones, él tiene una deuda con la banda del
unicornio y hasta no cancelarla su novio está atrapado en una mansión fingiendo ser un
robot. Está a salvo pero está lejos y eso no es bueno.
Y aunque la comida le parece deliciosa, Baekhyun es mucho más quisquilloso y los chef
del lugar no pasan la prueba, así que dos días más tarde están repitiendo la experiencia
en un restaurante árabe que tampoco sale victorioso y pronto Chanyeol ha probado lo
mejor de la comida mexicana y china y él cree que todo es delicioso pero su
222
acompañante a pesar de comerse todo de buena gana, concluye que no.
— ¿Qué pasa Chanyeol? —Pregunta Baekhyun estacionando el auto frente a su casa,

después de comer comida peruana.
—No pasa nada, ha estado delicioso.
—No me refiero al restaurante sino a ti… cada vez que salimos pareces un poco más
triste…
—Lo siento… es solo que… estoy teniendo algunos problemas ahora mismo…
— ¿Qué clase de problemas? Dímelo, somos amigos…
—No lo entenderías, Baek…
— ¿Me estás diciendo tonto? Porque me ofendes…
— ¡No! No, no es eso, tengo problemas económicos… necesito dinero y aunque he

estado trabajando como loco no logro reunir lo que necesito…
—Pues te daré lo que necesites… ¡Listo! He solucionado tus problemas. Ámame.
— ¡¿Qué?! ¡No! No, claro que no.
—A mí me sobra el dinero, no te preocupes.
Chanyeol baja del auto y cierra la puerta, se asoma por la ventana abierta solo para darle
unas últimas palabras a Baekhyun antes de entrar en su casa.
223
—No te lo conté para que me dieras tu dinero, te lo agradezco pero no hace falta, puedo
conseguirlo por mí mismo, no vuelvas más, búscate a otra persona que te ayude a elegir
dónde llevar a tu madre, yo estaré ocupado trabajando, adiós Baekhyun y gracias por la
cena de hoy.
Baekhyun da vueltas en su cama pensando cómo fue que las cosas salieron mal, sus
amigos creen que Chanyeol debería estar feliz de que alguien como él lo tome en cuenta
pero ese gigante parece no tener idea… Después de todas esas citas no ha hablado
mucho de su novio y él no sabe qué es lo que tendrá ese tipo de genial y sin esa
información no sabe cómo superarlo y es tonto porque el hecho de ser ÉL ya significa
haberlo superado, pero volviendo a lo mismo, Chanyeol es algo tonto. Y ahora el tonto
está enojado.
Al siguiente día le relata todo a su abuela y ella le habla sobre orgullo y la dignidad de
un modo casi poético, Baekhyun lo desecha todo excepto la idea de que los pobres son
muy orgullosos como para recibir dinero fácilmente. ¡Qué tontería!
Le da vueltas a la idea toda la tarde y por la noche la necesidad de ver a Chanyeol es

demasiado intensa así que toma su auto y conduce hasta su casa pero lo encuentra de
camino en una calle solitaria, andando con dificultad. No le es muy difícil reconocer el
suéter rojo que ha usado todas las veces que han salido y además esa gran estatura y
esas grandes orejas son cosas que no todo mundo tiene.
Baja la velocidad y la ventanilla y lo llama, y en cuanto el más alto lo ve, se desploma.
Baekhyun nunca ha entrado a los cuartos de emergencias de un hospital público pero es

justamente ahí donde está con Chanyeol esperando que las enfermeras acaben con las
curaciones. Costillas vendadas, dos puntadas en la cabeza, su labio roto ha recibido
pomadas y él una pastilla contra el dolor.
Chanyeol dice que lo han asaltado pero Baekhyun no cree eso por varias cosas, la
primera es que ya conoce lo suficiente a ese gigante como para notar que su mirada
224
pegada en el piso es una señal de falacia, las segunda es que él no tiene nada que valga
la pena ser robado, hasta un ladrón podrá ver eso ¿Cierto? ¿O en ese vecindario
asaltaban a cualquiera?
De camino pasan por una tiendita de conveniencia y Baekhyun compra un par de

refrescos que luego están bebiendo en el parque. Es tarde pero para impedir mayores
riesgos no salen del auto.
—¿En verdad no vamos a bajar del auto?
—¿Quieres que te asalten dos veces una misma noche, Chanyeol? Solo tomemos aquí.
Chanyeol vuelve sus ojos al revés y luego bebe. A Baekhyun le gusta que ese sea un
gigante obediente pero desea que lo sea más para poder robárselo a su novio.
—La verdad iba a buscarte para disculparme por la otra noche…
—No hay nada de qué disculparse, Baekhyun, no te preocupes…
—Sí lo hay, he estado abusando de tu tiempo con el asunto de los restaurantes y tienes
razón, eres una persona muy ocupada, pero yo también, y ese es realmente un asunto
importante porque en verdad necesito saber dónde llevar a mi madre, debe ser perfecto,
así que te propongo un trato…
—Baek yo en verdad no te estoy ayudando mucho, creo que todos esos restaurantes
están bien y…
—El trato es este —Tenía que interrumpir a Chanyeol antes de ser rechazado —Te
pagaré para que me acompañes, no me gusta estar cenando solo, así tú me ayudarás y yo
te ayudaré.
225
Así te daré dinero mientras me das tiempo para enamorarte y tu orgullo saldrá intacto.
— ¿Pagarme? ¿Por invitarme a cenar?
—No… Por hacerme compañía y tú sabes… mis amigos no tienen tiempo para mí… en
verdad necesito tu ayuda.
No, aquello es un claro NO en la mente de Chanyeol. Definitivamente no iba a aceptar

dinero por eso ¿Qué era él? ¿Una dama de compañía a medio tiempo?
—Está bien, Baekhyun, acepto.
Pero por otro lado, si aceptaba podría pagar la enorme suma que la banda del unicornio
le estaba cobrando. No quería que le dieran otra paliza como la de esa noche y no quería
contárselo a Kyung Soo para que no se metiera en líos con ese diseñador de joyas donde
estaba viviendo.
¡Ah! Byun Baekhyun eres un genio. —Pensó el diseñador, entusiasmado.
—¿Chanyeol qué te quitaron los ladrones?
— ¿Eh?
—Dijiste que te habían asaltado…
—Ah sí, eso… yo pues… eh… —Duda rascándose la cabeza.
¿Por qué él no podía ser como Kyung Soo y sacarse las mentiras de debajo de la
manga?
226
¡Maldición!
— ¡Lo sabía! —Dice Baekhyun apartando la mirada de él y golpeando el volante —No

te asaltaron ¿Verdad? Me estás mintiendo… ¡y ahora que trabajas para mí…!
—Lo siento, Baek, no quise engañarte es solo que…
—Dime por qué te golpearon ¿Te dejaste con tu novio y él te pegó?
— ¿Qué? ¡No!
Lástima
—Hay unos chicos, se hacen llamar la banda del unicornio, les debo algo de dinero y a
ellos… no les gusta esperar.
Cuando Chanyeol le dijo la cantidad exacta de dinero que debía a Baekhyun le pareció
un insulto escolar. Su perro tenía un collar más caro que eso. En serio ¿qué le pasa a esa
gente? ¿Cómo osaban golpear a así a su musa por unos cuantos billetes?
Después de cuatro cenas Chanyeol pudo pagarle a esos tipos. Baekhyun se aseguró de
que así fuera porque ahora su nueva colección estaba a mitad de camino de completarse
y seguía necesitando de ese gigante para inspirar sus creaciones.
—Me sigues desesperando, Yeol.
Chanyeol baja los palillos sin llevarse el trozo de sushi a su boca. Esa noche estaban
sentados en el piso frente a una mesa pequeña de un restaurante japonés.
—¿Cómo es que te desespero si no he dicho ni una palabra?
227
— ¡Pues es eso exactamente! A pesar de que ya le pagaste a esa banda de caballos

salvajes.
—Unicornios —Corrige.
— Caballos salvajes —Afirma— Ningún unicornio ha sido tan malo nunca. A pesar de
que ya no están tras de ti, cada vez luces más silente…
— ¿Más qué?
—Silente, no seas ignorante. Me refiero a que hables, di algo tonto, me gusta cuando
hablas.
Baekhyun malvado —Piensa Chanyeol antes de dejar sus palillos de lado con un
suspiro.
—Bueno, bueno, está bien, no quise ser malo, solo quiero que me hables, Yeolie.
— ¿Cómo me llamaste?
—Yeolie…
Chanyeol sonríe, ama a la gente cariñosa.
—Yeolieeeee, dímelo, dímelo todo, el gran Baekhyun lo solucionará para ti…

¿Necesitas dinero otra vez? Prometo no decir que te lo regalo como la última vez.
—No es un problema de dinero exactamente, es solo que… bueno, estoy teniendo

problemas con mi novio… como… problemas de comunicación… ¡Dios mío, Baek!
Eso me está matando. —Dice con un lamento que hace que el corazón del diseñador se
228
entristezca.
—Entonces ve y háblale, los problemas de comunicación deberían solucionarse

hablando ¿No?
¿Pero qué estoy haciendo? No debo aconsejarlo, debo robármelo ¡Mío! ¡Mío!
Baekhyun, idiota.
—Es que él no está cerca ahora mismo… y lo extraño.
Ayyy por toda la porcelana fina de mi casa, si me muestras esa carita triste no puedo
nada—Refunfuña Baekhyun en su mente.
Es ese momento el que debería aprovechar para soltar veneno sobre aquel horrible
novio que no se preocupa cuando Chanyeol sale con otro casi todas las noches pero ese
gigante tiene su mirada llena de tristeza y él teme que si dice algo feo lo hará llorar y lo
último que quiere es que su tonto se sienta más triste. Si fuera Kai, Kris o Suho les
regalaría una chaqueta y se olvidaría de ellos luego pero las tristezas de su tonto son
diferentes, son de algún modo más reales… al menos para él.
Baekhyun era su bocanada de aire fresco, piensa Chanyeol mientras da vueltas en su

cama. Es como un hermoso duendecillo que soluciona sus problemas. Le gusta
escucharlo hablar sobre sus molestias durante horas, que si un color no combina con
otro, que si su abuela no comprende sobre sus necesidades, si su madre quiere decorar la
estancia con motivos que no son la tendencia o que su padre se rehusó a usar la camisa
que había diseñado para él por parecer muy ―gay‖.
El diseñador se quejaba de las pequeñas cosas como si cada una de ellas tuviera el poder
de generar la tercera guerra mundial pero al final de todo él siempre encontraba la
combinación perfecta, conseguía los mimos de su abuela, decoraba la casa a su antojo y
229
convencía a su padre de usar sus diseños. Baekhyun siempre se salía con la suya. Y él
reía complacido.
Oír las terribles desavenencias de ese chico le encantaba porque parecía que en algún
lugar del mundo había una parte mejor, un lugar donde el mayor problema de la gente
era elegir un restaurante especial. Y cuando lo escuchaba solamente le daban ganas de
reí porque Baekhyun podía ser tan intenso y desesperado por las pequeñeces que era
divertido solo de ver. En cambio cuando escuchaba los problemas de Kyung Soo sentía
que su energía física y emocional se dispersaba poco a poco dejándolo en cero.
Deprimido, en un mundo oscuro.
Porque Baekhyun y Kyung Soo era muy diferentes. Ambos chicos inteligentes y
luchadores, ambos hermosos y de buen corazón, ambos amaban a su familia y confiaban
en él pero a la vez eran totalmente diferentes. Mientras Kyung Soo era frío e incluso
tímido con sus emociones, Baekhyun era cálido y descarado. Pero en el punto donde su
novio se volvía agresivo, el diseñador se volcaba en atenciones.
Esta vez están almorzando, puede escuchar a Baekhyun hablarle sobre esa empleada
que insiste en llegar a su exclusiva tienda con un feo peinado que arruina el ambiente de
buen gusto que él tanto se ha esforzado en crear pero solamente puede concentrarse en
el modo en que los ojos delineados del diseñador se abren o entrecierran según la
emoción que esté narrando.
Están en un restaurante árabe comiendo con las manos y Baekhyun se lame sus dedos
llenos de la pasta de humus haciendo que sus labios sobresalgan un poco, lame una
esquina de ellos con su lengua pequeña y rosada y Chanyeol se encuentra sonriendo al
pensar que aquella parte de su cuerpo parecía pequeña y veloz como el mismo
Baekhyun, de aspecto travieso siempre.
Baekhyun está usando lentes de contacto que hacen que sus ojos sean de un color más
claro, Chanyeol se maravilla al ver como ese chico luce distinto cada vez que sale con
230
él, siempre más hermoso, es como un pájaro que cambia de plumas a diario. Es
magnífico, como una cosa demasiado bella para estar viva y no encerrada tras cristales
en un museo.
De repente Chanyeol se da cuenta que ya Baekhyun no está hablando sino mirándolo

fijamente y una sonrisa se extiende lentamente por su rostro. Sacude un poco la cabeza
para obligarse a dejar de mirarlo y concentrarse en la comida pero sin entender por qué,
se siente un poco abrumado.
— ¿Tienes algo que decirme? —Pregunta el más bajo.
¡Maldición! ¿Qué era lo que le estaba diciendo Baekhyun? ¿Que el peinado de su

empleada qué?
—No, Baek, sigue contándome…
—Termine de contártelo hace ratos y después me viste por dos minutos a los ojos sin
moverte ni un poco…
—¿Qué? ¿Dos minutos? ¡Exagerado! —Dice con una sonrisa intentando restarle
importancia con un movimiento de manos.
Baekhyun extiende el brazo en el que luce un estupendo reloj de oro y lo muestra a

Chanyeol.
—Fueron dos minutos exactos, los conté.
Chanyeol siente que los colores le suben a la cara por lo que insta por disculparse e ir al
sanitario y Baekhyun al fin tiene una muestra clara del avance de su estrategia de guerra
231
pero cuando su compañero regresa está demasiado serio, tanto que el diseñador teme un
inminente retroceso, tal vez eran de esos hombres que se culpaban mucho con los
pensamientos de infidelidad y terminaban huyendo y él no podía permitir eso ahora.
Odiaba los silencios de Chanyeol. El gigante era una persona hecha para las sonrisas,
para la plática, por eso tenía una voz tan sexy, solo debería estar en silencio cuando él
hablaba. Pero después de intentar un par de veces y recibir respuestas monosilábicas,
optó por no platicarle quejas sino algo más animado y le relató que esa noche acudiría a
la presentación de la última joya diseñada por Kai.
El rostro de Chanyeol se iluminó y una vez más lo miró directo a los ojos.
— ¿Conoces a Kai?
— ¡Claro! Somos amigos ¿No te dije que la otra vez fui a una de sus fiestas?
—Ah sí, sí… lo olvidaba… y entonces… ¿lo verás esta noche?
—Sí, en su fiesta. Bueno, es una de esas reuniones donde buscará que muchas personas
vean su trabajo y recibirá ofertas de compra. Si le gustan, venderá y si no se quedará su
diseño.
— ¿Y darán comida?
— ¿Comida?... sí, por supuesto, bueno, no es una cena pero habrán bocadillos.
— ¿Quieres que te ayude a decidir si son buenos bocadillos? Porque ningún restaurante
te satisface he pensado que lo mejor sería contratar cocineros privados como un servicio
de catering o algo así…
232
— ¿Un catering para el cumpleaños de mamá? Chanyeol tú no tienes idea de lo que es

el glamour ¿No es así?
—Vamos, Baek, dejame ir y conocer personalmente a esas personas de las que tanto me
hablas… ¿hm?
—No lo sé, bueno, será un poco aburrido…
—Te prometo que no voy a avergonzarte, he estado en presentaciones importantes antes

con eventos de mi instituto, en verdad puedo disimular que soy un pobretón cuando me
lo propongo, es solo que… la mayoría de veces no me interesa hacerlo.
—Chanyeol, no es eso… es solo que… bueno…
—Está bien, no te preocupes. —Dice desilusionado. Asistir a ese evento le habría dado
la oportunidad de ver a Kai y tal vez conseguir novedades de Kyung Soo porque hace
días no sabía nada de él y tenía pésimas noticias sobre la salud de su madre.
Él estaba haciendo todo lo posible cuidando de la señora Do y de So Hyun pero aquellas

mujeres solamente preguntaban una y otra vez por Kyung Soo y ya no sabía qué otra
mentira decirles porque en verdad a él se le daba pésimo eso de las confabulaciones.
— ¡Aaaaah! Está bien, está bien, te llevaré pero no pongas esa cara de cachorro triste
¿de acuerdo? Entonces tendrás que venir conmigo ahora mismo.
Lo iba a llevar ¿Había escuchado bien? Chanyeol hubiera gritado de alegría si no fuera
contra la ética gritar en un restaurante.
—Pero Chanyeol, no te asustes si vez al lado de mis amigos a unos tipos sin mucha
expresión facial, hay dos de esos tontos que se han comprado un robot de la
233
empresa Non Alma y los han convertido en sus esposas, viven enamorados y
haciéndoles cosas carnales. –Ríe.
— ¿De qué estás hablando, Baekhyun?
—De sus robots sexuales.
Tres horas más tarde el joven Park se encontraba en el probador de la tienda de

Baekhyun quitándose los pantalones, el pequeño había insistido en darle una pequeña
ayuda con su imagen que se había convertido en visita al salón de belleza, rasurado,
corte de cabello y manicura incluida, ahora estaba hablándole desde afuera sobre cortes
de tela y porte elegante y quién sabe qué cosas más porque a Chanyeol lo único que le
importaba es que Kyung Soo estuviera bien, lo que le había dicho Baekhyun lo había
preocupado de más, como si ya no tuviera suficiente con la señora Do gravemente
enferma.
Cuando entró a aquella elegante fiesta consiguió mezclarse bien con todas aquellas
personas porque lo único que necesitaba era un lenguaje educado y un par de bromas
ligeras para sobrevivir, generalmente era buen conversador y tendía a agradar a la gente,
todo estaba saliendo bien hasta que observó a su novio ser exhibido por ahí.
Ese tal Kai lo paseaba por todo el salón, la mayor parte del tiempo abrazándolo de la
cintura, Kyung Soo usaba un antifaz y era la estrella de la noche, todas las personas
querían verlo más de cerca, tocarlo pero el diseñador que se proclamaba su dueño se
aseguraba muy bien de marcar los límites y él podía ver cómo su novio era celosamente
reclamado ante todos.
Ahora se sentía realmente enojado. ¿Por qué Kyung Soo no lo había llamado en toda la
semana? ¿Por qué no solo regresaba a casa? ¿Por qué estaban en ese salón separados
entre ellos pero junto a otras personas? Lo odiaba. Quería a su novio de regreso ahora
mismo.
234
Por eso no pudo evitar fastidiarlo un poco, ignorando sus miradas llenas de
interrogantes y actuando lindo con Baekhyun para que Kyung Soo sintiera un poco lo
que él estaba sintiendo por verlo al lado de Kai. Luego vio a Lay ahí entre esa gente, ese
maldito unicornio se colaba en todos los sitios a donde no pertenecía, al igual que él. Y
cuando se lo señaló a su novio, estuvo a punto de desmayarse ahí mismo; él hubiera
querido cargarlo hasta casa pero ese Kai lo llevó inmediatamente a otra habitación y
cuando él al fin logró despistar a Baekhyun para hablar, la charla había sido terrible.
Acabó saliendo a prisa para que no lo culparan del robo realizado por Lay, ese maldito
que no dejaba de hacer problemas. Pero él mismo se sentía como una mierda, le había
gritado cosas horribles a Kyung Soo, después de haber ensayado mil veces el modo de
decirle que su mamá estaba enferma con el mayor tacto posible, solo se lo había gritado
para hacerlo sentirse culpable. Y aún así, su novio no volvía con él.
Tal vez Kyung Soo siempre había tenido razón. Tal vez él era demasiado optimista. No
veía cómo podían salir bien de todo aquello. Estaba cansado de todo. Y lo peor es que
cuando había besado a su pequeño novio, no pudo sentir lo mismo que antes. ¿Estaba
perdiendo a Kyung Soo?
Si tan solo tuviera un poco de dinero podía recuperar a su novio, ponerlo en un lugar
seguro aunque ya no siguieran juntos, podría ayudar a la señora Do, hacer que So Hyun
acabara el colegio. Si tan solo tuviera un poco más, o si tan solo no fuera tan confiado,
tan tonto, si fuera la persona que Kyung Soo se merece…
El repentino frenazo que le dio Baekhyun al auto lo empujó hacia adelante pero como
tenía el cinturón de seguridad se fue rápido hacia atrás impactando contra el asiento.
— ¿Por qué estás llorando? —Pregunta Baekhyun con una mirada de pavor en su rostro
— ¿Alguien ahí te hizo sentir mal? ¿Te han dicho algo malo? ¿Fue Kai? ¡Dímelo!
¡Dímelo ahora mismo, Chanyeol! Te prometo que lo asesinaré.
235
—No es nada de eso. —Responde secándose las lágrimas y apartando la cara para evitar
la mirada del diseñador.
—Si no me dices quién fue, mañana mismo voy a insultar a Kai sin que me importe que
esté preocupado por su diseño robado, lo culparé y lo golpearé…
—¿Por qué harías eso por mí? No soy más que un idiota ¡Todo mundo lo sabe!
—No es cierto, no eres un idiota, eres genial.
—Dices eso porque no me conoces lo suficiente…
—Estás hablando incoherencias…
—Mi novio me ha dicho que soy un estúpido y lo tengo harto y es horrible porque sé
que es cierto, lo he metido en problemas horribles y por más que intento, no sé cómo
ayudarlo a salir de ellos, no sé cómo solucionarlos porque es verdad, soy un estúpido y
ahora parece que soy útil para ti, pero acabarás hartándote, tarde o temprano vas a
aburrirte de mí y no vas a necesitarme más.
—Tú te mereces a alguien que nunca se canse de escucharte, que quiera estar contigo
siempre y te cuide todo el tiempo… es lo que haría yo como un novio como tú. Nunca
me cansaría de ti. —Dice tocando su mano.
Es la primera vez que Chanyeol siente que Baekhyun se está insinuando y los reclamos
de Kyung Soo resuenan en su cabeza pero ¿cómo es posible que un diseñador como
Baek se interese realmente en él? No puede entenderlo. De todos modos se siente
incómodo y aparta su mano. Intenta cambiar de tema pero el resto del camino hay un
ambiente tenso.
236
Chanyeol empieza a creer que debería dejar de ver a ese chico porque cada vez es más
difícil pensar en Kyung Soo sin sentirse como una basura. Su novio está atrapado
fingiendo ser un robot mientras él solamente come en restaurantes caros con una amena
compañía, sin contar que es precisamente el único chico por el que Kyung Soo el frío ha
demostrado tener algo de celos. Piensa en ello durante todo el camino a casa y cuando
se estacionan frente a su hogar solo tiene una pregunta en su mente.
— ¿Baekhyun, cuándo cumple años tu madre?
Si acaban con eso de los restaurantes él podrá dejar de verlo, tendrá menos dinero pero
ya encontrará otro modo de ganarlo, aunque lo cierto es que Baekhyun le pagaba
obscenamente bien por su compañía, incluso había arreglado el cielorraso de la
habitación de la señora Do con ese dinero.
Baekhyun suelta su cinturón antes de contestarle, lo mira directamente a los ojos y

responde.
—A mitad del año próximo.
Luego se abalanza sobre él y lo besa.
237
Fuente Vero B
—Baekhyun esto está mal. —Dice apartándolo antes de marcharse —Tengo novio. No
me busques más, por favor.
Baekhyun solamente tiene el olor de la miel en sus labios, pero no había tenido tiempo
de saborearla. Chanyeol había huido como un adolescente al que le roban el primer
beso, lo había asustado.
¡Tan bien que iba!
Cuando dos días después lo busca en la panadería, el señor Park le dice que no está, no
238
importa a qué hora llegue, siempre es la misma respuesta ―Chanyeol no está‖, lo busca
en su casa y la señora Park también le dice lo mismo. Baekhyun sabe que mienten pero
no puede hacer nada al respecto.
Su inspiración está en la basura, Chanyeol se la llevó con él. Y va de un lado a otro

intentando sacarse a ese gigante de la mente pero no puede, sus pensamientos giran una
y otra vez sobre él, aún cuando duerme sueña con él, sueña con sus conversaciones
pasadas y con el beso interrumpido e incluso llega soñar que nadie los interrumpe y que
ese gigante le hace el amor.
No tiene hambre ni deseo de nada, podría solo diseñar un hermoso ataúd y morir, su
madre lo interroga, su padre lo interroga, su abuela les declara que Baekhyun se ha
enamorado.
Una noche no puede soportarlo más, Chanyeol debería dejar de ser un idiota de tal
magnitud y solo dejarse amar, aunque no lo ame de vuelta, él solo necesita probar esa
boca, hacerlo suyo. No irá con Kai y Kris a decirles que el novio pobretón le ha ganado
la guerra, definitivamente no, él debe tener a Chanyeol aunque sea una sola vez. Toma
su auto y se instala frente a la casa del panadero a las ocho de la noche. La señora Park
sale a notificarle que su hijo no está y él responde que ya lo sabe, que solo va a esperar a
su regreso.
Dos horas después Chanyeol no ha regresado y nadie lo ha invitado a entrar a la casa,

Baekhyun sabe que es porque el gigante está ahí realmente, lo ha visto asomarse a la
ventana un par de veces, él reconocería la silueta de esas orejas aún entre otras mil
orejas.
A las once empieza a llover a cantaros como el día en que se conocieron. Baekhyun está
un poco asustado pero piensa que está bien, aquello debe ser una señal del destino y
debe soportarlo un poco más. Chanyeol sabe que él es un chico delicado y no va a
hacerlo esperar demasiado.
239
A la una de la mañana Baekhyun decide arrancar su auto, irse a casa y llorar, está
demasiado asustado y enojado, y le duele el corazón, como si se lo hubieran roto. No es
amor, no, es que no está acostumbrado a que lo rechacen, menos un pobre. Pero justo
antes de girar la llave, Chanyeol sale de la casa corriendo hasta él y sube en el auto.
— ¿Qué estás haciendo aún aquí? ¡Te dije que no me buscaras!
— ¿Por qué huyes de mí?
—Tengo novio y lo sabes…
— ¿Dónde está?
— ¿Qué?
— ¿Dónde está él?
—No es tu problema…
—Tu novio no te ama, no puede amarte y tratarte de ese modo, siempre estás triste,
estresado y solo.
—No es por él, son mis malditos problemas ¿entiendes? Es mi maldita ineficacia.
—Tus problemas son solo dos, te falta dinero y te falta amor, y yo puedo solucionarlos
ambos.
—Tú solo tienes un capricho conmigo, mi novio tiene razón.
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— ¿Él te dijo eso? —Maldito infeliz— Está bien, eso es, tómalo así, tengo un capricho
contigo, ¿Y qué? No eres la gran cosa, Chanyeol, solo quiero follar con alguien pobre y
qué ¿No puedo?
— ¿Por qué yo?
—Porque… eres alto… —Responde solo por salir del paso. Decir ―Estoy enamorado de
ti‖ No aplicaba.
— ¿Qué?
—Soy excéntrico ¿está bien? —Grita.
— ¡No voy a acostarme contigo!
—Bien, pero vas a besarme y te va a gustar.
— ¿Qué? —Está a punto de preguntar algo más pero Baekhyun es tan rápido como un
gato y ha abandonado su asiento para sentarse en su regazo y ha empezado a besarlo,
sujetándolo de la cabeza.
Chanyeol lo empuja un par de ocasiones pero el diseñador vuelve cada vez sobre su
boca y lo está atacando con deseo. La lluvia no ha aminorado nada, no puede verse a
través de las ventanas de ese deportivo y Chanyeol pronto se deja llevar. No sabe en qué
momento su lucha por apartar a Baekhyun se volvió en apretarlo fuerte con un abrazo a
su cintura y pegarlo más a él mientras es besado.
Baekhyun es tan pequeño en comparación suya que no es nada incomodo tenerlo
241
encima estando dentro del auto. Y besa bien, muy bien, la lengua del diseñador es tan
traviesa como él la había imaginado. No. Es mucho mejor que eso. Huele a perfume
fino, se siente suave. Chanyeol sube su mano por la espalda y le entierra los dedos en el
cabello, luego se hace hacia adelante, recostando al diseñador sobre el tablero del auto y
lo sigue besando con desesperación. Baekhyun gime en su boca y ¡oh dios! desea solo
tomarlo ahí mismo porque hace tanto no tiene sexo con Kyung Soo.
¡Kyung Soo!
— ¡Alto! —Dice separándose de Baekhyun —Detente, por favor, no puedo hacer esto.
— ¡Ya está hecho!
—No lo entiendes. Estoy enamorado de mi novio, solo porque tengamos problemas no

significa que no podamos arreglarlo, lo que pasa es que necesito dinero, el maldito
dinero es lo que nos mantiene separados, una vez que estemos juntos todo volverá a ser
igual.
Baekhyun no va a dejarlo solo así. En ese momento incluso respirar le es difícil porque
la manera en la que ese hombre lo había apretado contra él y había correspondido de su
beso todavía lo tenía en las nubes. Pero aún después de que el beso entre los dos no
había sido nada menos que la cosa más sensual y perfecta del mundo, aquel idiota
seguía hablando sobre un novio que no le había ocasionado más que sufrimiento. Era el
más grande de los imbéciles, se merecía castigo y dolor por hacerle eso, se merecía la
muerte, pero antes debía tenerlo una vez más, aunque fuera solo una vez más. Sin
importar lo que tuviera que hacer para eso.
—Entonces te daré dinero para que vuelvas con tu novio ¿Eso es lo que deseas? Te
haría feliz estar con alguien que te trata como si fueras un estúpido, ¡Bien Chanyeol! Te
lo mereces porque sí eres un estúpido.
—Es lo que soy, así que no entiendo por qué quieres besarme.
242
Aaargh desesperante gigante, idiota, te amo.
—Eres mi aventura tercermundista ¿Feliz?
—Tu aventura tercermundista se acabó antes de iniciar. —Grita haciendo ademán de

bajar del auto.
—¡¡Te ayudaré a estar con él!! —Grita Baekhyun para detenerlo, y lo logra —Dije que
te daría dinero. Necesitas dinero para estar con él y yo te lo voy a dar.
— ¿Por qué harías eso?
—Trabajarás para mí.
—No pienso seguir cenando contigo, tu madre ni siquiera va a cumplir años pronto,
todo era una mentira…
—Lo era y fuiste muy tonto para no notarlo antes, pero esta vez pondré las cartas sobre
la mesa. Tómalo o déjalo pero esto puede ser lo que salve tu noviazgo.
— ¿Qué quieres de mí?
—Te pagaré una fuerte cantidad de dinero a cambio de tus besos. No sexo. No cenas.
Solo besos. Te recogeré cada noche y nos estacionaremos en cualquier parqueo privado
y durante dos horas me dejarás besarte.
Te voy a hacer implorar por mí, Chanyeol. Cuando te des cuenta vas a amarme tanto
que te será imposible pensar en otra persona y el día que al fin llegues a mí por tu
propia voluntad, te desecharé y me olvidaré de ti y tú nunca vas a olvidarme.
243
Chanyeol está regresando a casa, después de salir de su instituto se había encontrado

con Baekhyun, dijo que por la noche tendría una reunión importante así que adelantaba
su cita, lo había llevado a un parqueo privado y se habían estado besando durante dos
horas, justo como hacía casi todas las noches.
Durante la sesión de besos Baekhyun era realmente encantador, antes de empezar

siempre estaba un poco sonrojado, como si sintiera vergüenza pero aún así no
trastabillaba, lo acariciaba e incluso tenía el descaro para decirle cosas bonitas sobre sus
ojos, sobre su boca. Le hablaba como si fuera su amante, le había dicho cosas que él no
había escuchado nunca.
Él se había sorprendido a sí mismo deseando más, las dos horas siempre parecían
demasiado cortas, y él acababa en su casa masturbándose compulsivamente, porque
nunca se había atrevido a tocar a Baekhyun, le daba miedo no poder parar, le daba
miedo seguir hasta el final y descubrir que Kyung Soo ya no estaba en su corazón. Pero
es que ese chico era realmente adorable. Sin embargo acababa sintiéndose mal al final
de cada encuentro, cuando Baek sacaba un rollo de billetes y se lo ofrecía con una
sonrisa en los labios, y él lo aceptaba cada vez.
Con ese dinero había hecho cosas por la familia de su novio, cuando Kyung Soo
regresara debía encontrarlas en perfecta condición. Las hacía porque en verdad amaba a
la señora Do y a su cuñada desesperante pero sin engañarse a sí mismo, sabía que
también lo hacía para sentirse un poco menos culpable.
Chanyeol no solamente se sentía culpable. Si no una basura. Engañar a su novio era

algo que no perdonaría jamás. Podría decirse que eran solo besos pero no lo eran, cada
beso con Baekhyun empezaba a significar algo más, y aún cuando en el futuro terminara
su relación con Kyung Soo, el diseñador nunca podría estar con él, no después de que
descubriera todo el engaño que le habían hecho a su amigo Kai, el robo de sus joyas,
todo…
244
Era una suerte que Baekhyun solo lo estuviera usando, era una suerte que el único
confundido fuera él porque Baekhyun no merecía enamorarse de un mentiroso. Pero no
quería rendirse aún con Kyung Soo, lo quería y haría todo lo posible porque las cosas
funcionaran una vez estuviera de regreso. Ese era el curso de sus pensamientos cuando
observó a su novio caminar al lado de su cuñada. Frente a él. Lejos del diseñador de
joyas.
Al fin Kyung Soo había vuelto.
Capítulo 35
Taemin
Kyung Soo a dormido gran parte del día y despierta dos horas antes de que su hermana
salga del colegio, come algo de fruta y se ducha, pronto está listo para salir. Parte de él
está satisfecho porque al fin va a poder comprar cosas lindas para So Hyun, la alegría de
adquirir para ella los zapatos que le había prometido hace tanto y algo de ropa bonita le
pone una sonrisa en la cara.
Hay algo que estorba dentro de su oreja, la sensación de que un duende pequeñísimo se
ha colado dentro y le está susurrando el nombre de Jongin, pero él se sacude y lo ignora.
Está en casa, está bien, el diseñador no morirá a falta de esas joyas. Se asustará por el
robo, se comprará otro robot, repondrá las cosas robadas con facilidad y luego lo
olvidará todo con la ayuda de Taemin.
245
Desde que llegó a casa ha empezado a sentirse bien, estaría perfecto de no ser por ese
maldito duende que tiene en el oído.
Antes de salir se pregunta si su hermana tiene un suéter o debería comprarle uno

también, entra a la habitación de la pequeña monstruo para husmear qué cosas necesita
y lo primero que ve es un enorme póster de Taemin, el modelo del momento.
El duende se desplaza desde su oído hasta lo más adentro de su cabeza, baja por su
cuello, se instala en su corazón y empieza a patearlo. Y le duele, le duele tanto que
intenta detenerlo atrapándolo apretando fuerte ese lado de su pecho pero su caja torácica
lo tiene bien protegido y por más que él se clava las uñas no consigue detenerlo. Se
recuesta tras la puerta y se resbala hasta el suelo. Incluso respirar es difícil. Tal vez no
estaba sintiéndose realmente bien desde que llegó a casa...
Había intentado ignorarlo pero ahí estaba Taemin, a tamaño real, recostado sobre unas
plantas, usando pantalón y chaqueta negra, el cabello rubio alborotado sobre su rostro y
la piel de su pecho expuesta. Verlo de ese modo le hace recordar lo que se sentía ser
besado por él, ser tocado y también llegan a su mente los sonidos que hacía ante las
provocaciones sexuales de Jongin… Jongin, la persona que le había dicho ―te amo‖, la
persona que después de eso se fue con otro.
Los besos entre Jongin y Taemin, verlos sonreír, verlos caminar tomados de la mano. El
duende ahora realmente está agrediendo su corazón con mucha furia, y él se está
quedando sin aire. Necesita salir de esa habitación pero no cree tener suficientes
fuerzas. Se arrastra hasta afuera y una vez que el póster está lejos de su vista corre hasta
la cocina y tiene arcadas.
Estás comportándote como un histérico, Kyung Soo —Se dice a sí mismo —Contrólate,
estás teniendo una crisis… ha sido muy estresante todo últimamente. Pero ahora todo
está bien, al fin las cosas han acabado, contrólate.
246
Consigue no vomitar y cuando la crisis pasa, se lava la cara y se va a encontrar con su

hermana frente al colegio. La lleva de compras por distintas tiendas del centro comercial
y obtiene obsequios para ella y para su mamá. Piensa que debería conseguir algo para
Chanyeol pero sencillamente no es capaz de invertir el dinero de las cosas que le robó a
Jongin en adquirir obsequios para su novio, así que ignora la idea de ese duende que
desde la tarde ha estado fastidiándolo y también ignora cuando su hermana le pregunta
si va a comprar algo para el panadero orejón.
Se dirigen de vuelta a casa justo cuando Chanyeol hace lo mismo y es inevitable

encontrarse frente a frente.
—¡¡Kyung Soo!! —Dice Chanyeol sorprendido, como si hubiera visto un fantasma. De

su espalda cuelga un bolso, el más pequeño adivina que él estaba regresando del
instituto en el que estudia sin sospechar que venía de verse con Baekhyun.
—So Hyun, vete a casa con las bolsas, yo me quedaré con Chanyeol.
La joven toma todos los obsequios y antes de desaparecer por ahí le saca la lengua a su
cuñado solo por el placer de hacerle la guerra cada vez que lo ve.
— ¿Kyung Soo, qué haces aquí?
—Será mejor que hablemos en otro lugar. —Responde, a lo que Chanyeol accede —
¿Vamos a tu casa?
El más alto asiente pero antes de iniciar el camino lo abraza, y Kyung Soo puede
sentirse pequeño entre los brazos de Chanyeol, antes solía caber ahí de una manera
perfecta, pero ahora es incomodo, así que ambos se apartan rápidamente, sin mirarse a
la cara como si cada uno ocultara su propia culpa y luego caminan el resto del trayecto
en silencio.
247
Una vez en casa y después de un saludo y un cruce cordial de palabras con su suegra,
Kyung Soo se sienta en la cama de Chanyeol mientras este cierra la puerta de su
habitación. El más bajo puede ver cómo ahí dentro no ha cambiado nada, la guitarra
sigue durmiendo en una esquina de la recamara, las sabanas siguen siendo azules, la
cama sigue siendo del mismo tamaño, todo es lo mismo, excepto él.
— ¿Por qué no… me dijiste que vendrías? —Cuestiona Chanyeol como si se tratara de
algo muy difícil de decir.
—Solo vi la oportunidad de escapar esta madrugada y así lo hice, llegué a casa a las seis
de la mañana…
— ¿Y no pensabas buscarme? —Pregunta con un gesto dolorido.
— ¡Claro que sí, Chanyeol!, es solo que extrañaba mucho a mi familia, estaba
comprando cosas para ellas, entiendes eso, ¿verdad?
Chanyeol asiente sin poder disimular su decepción.
—¿Entonces al fin se ha acabado todo? —Pregunta con timidez y Kyung Soo por un
momento cree que Chanyeol está hablando de su noviazgo, no sabe que responder hasta
que el más alto agrega —¿Al fin estás libre de ser un AE, ya no volverás ahí?
—Ah, claro, sí, completamente libre… todo se acabó para siempre. Y también los
problemas con la banda del unicornio, han acabado sacándome una cantidad de dinero
anoche cuando les pedí que me ayudaran a vender las joyas que robé…
Chanyeol abre sus ojos con sorpresa.
—¿Le pediste ayuda a ellos en lugar de esperar a que yo vendiera esas joyas?
248
—No quería seguir pidiéndote favores.
—¿Qué? ¿Acaso no somos pareja? Tus problemas son los míos, especialmente estos.
—Tú también me escondiste cosas. Xiumin me ha contado lo que hiciste, debiste

decírmelo antes, Chanyeol.
—Es diferente porque tú no podías hacer nada por mí, en cambio yo…
—Tú ya has hecho lo suficiente. —Responde con un fuerte tono de voz, lo que causa
que Chanyeol se estremezca con tristeza —No, Chanyeol, no me malentiendas, no me
refiero a que hicieras nada mal, he visto los cuidados que has tomado con mi familia, sé
que el dinero que te di no era suficiente para cubrir todo eso, apuesto a que has estado
trabajando como loco, no quiero tener que presionarte más… es solo eso, estoy muy
agradecido contigo por cuidar de mi madre y hermana cuando yo no estuve con ellas.
Chanyeol prefiere no seguir escuchando así que levanta su mirada y lo encara.
— ¿Qué va a pasar ahora?
No lo sé —Piensa Kyung Soo, pero no siente que pueda responder eso porque una vez
más se está refiriendo a ambos y no a la situación con su familia.
—He vendido todo así que tengo suficiente dinero para el tratamiento de mi madre,
conseguiré un trabajo y retomaré mi vida, eso es lo que va a pasar. Nos olvidaremos de
esta locura, tú no volverás a tomar nada que encuentres tirado en la calle y yo no
volveré a ser tú nunca más.
Chanyeol al fin sonríe, una de esas grandes sonrisas que hace a sus ojos casi desaparecer
y Kyung Soo le sonríe de vuelta pero siente que es falso, le da la sensación de seguir
siendo un AE porque no importa que lo que diga sea verdad, él siente que es todo una
249
mentira. Siente que toda su vida, como robot y como humano no es más que una
secuencia de falacias.
Estar frente a Chanyeol es diferente a lo que habría esperado, pensaba que verlo le haría
sentir nervioso como la vez que lo encontró en la fiesta donde Lay le robó el antifaz, o
por lo menos entusiasmado… pero no había nada ahí. Ni siquiera cuando su novio lo
abrazó y empezó a besarlo. Kyung Soo no sentía nada.
Recuerda a Jongin diciéndole “Así somos los humanos, Kyung Soo, si estás con alguien
no quieres sentir tanta confianza con esa persona como para ser solo un amigo…
deseas que su presencia te haga sentir… un universo entero dentro del estómago”. Y
ahora comprende esas palabras con exactitud, pero si Jongin había regresado con
Taemin a pesar de eso, él podía retomar su vida con Chanyeol. Solo era cuestión de
poner sus emociones en orden y poco a poco dejaría de ser un AE.
Esa noche se despide con la excusa de querer pasar más tiempo con su familia y le
promete que se verán mañana. Chanyeol lo besa en la puerta de su casa y él camina
despacio hasta su hogar.
Las calles son sucias en comparación con el residencial donde está ubicada la mansión
de Jongin. Las personas que encuentra en el camino no tienen clase ni elegancia como
los invitados a las fiestas del diseñador. Todo en ese lugar es diferente y Kyung Soo se
sorprende al notar lo mucho que calza en ese agujero. Porque él después de todo ha
vuelto a ser una piedra sin brillo.
¿Significaba eso que su brillo era Jongin realmente? Nunca se había tratado de él…
Kyung Soo era como la luna que no brillaba con luz propia…
Cuando vuelve a casa toma una deliciosa y nada lujosa cena preparada por su madre, le
da el dinero suficiente para que asista a la clínica el día siguiente y ella lo acepta en
silencio. Su hermana está muy entusiasmada con las compras así que no sale de su
habitación porque se las prueba una y otra vez. Y Kyung Soo aprovecha para ir a dormir
250
temprano.
Se viste con su bóxer viejo y una camiseta que antes había sido de Chanyeol y está llena
de huecos la cual era su piyama desde hace mucho y cuando se tira en la cama le da
comezón. Hace un buen tiempo no se ponía las piyamas por sí mismo, ni usaba telas
que no estuvieran sedosas, ahora todo le estorbaba.
Por lo que durmió durante el día no consigue conciliar el sueño a pesar de que ya ha
pasado la media noche. O tal vez solo necesita estar envuelto en un abrazo pero evita el
pensamiento cada vez que aparece. Reflexiona que en la habitación contigua esta
Taemin observando a su hermana dormir… y posiblemente en ese momento también
Taemin esté observando dormir a Jongin en una habitación más lejana… tal vez Taemin
es quién está recibiendo un abrazo y con esa idea el duende dentro de su cuerpo vuelve
a patearle el corazón.
Se obliga a pensar en el día de mañana, en su búsqueda de trabajo, en el bienestar

familiar, en los planes que hará de ahora en adelante con Chanyeol, en buscar a
Ryeowook para disculparse por el incidente en casa de Kris… en todo, piensa en todo
para no concentrarse en lo único que realmente le interesa en ese momento, porque cada
vez que mira de soslayo la sola idea del nombre ―Jongin‖ ese duende odioso tortura sus
órganos internos.
No sabe a qué hora se queda dormido pero sueña que Chen le está apuntando justo en la
cara, sonríe y luego:
¡¡Boooom!!
Dispara.
Kyung Soo despierta jadeando y empapado de sudor pero se obliga a mantenerse quieto
y no moverse ni un milímetro para no despertar a Jongin. Cuando se calma piensa que
desea un abrazo después de todo, porque eso le ayudaría a dormirse de nuevo así que se
251
desliza con cuidado hacia el rincón, buscando el calor del cuerpo de su amo pero choca
contra la pared… y contra su realidad.
Jongin no está. No hay abrazo. Él no está en casa de Jongin. El juego se ha acabado.
De repente hace mucho frío, se coloca en posición fetal, abrazando sus rodillas y se
cubre por completo con la sabana. Es un robot sin amo. Un robot sin dueño solo es
chatarra inservible. Luego recuerda al reloj de búho que está escondido en su ropero y
va por él para volver a meterse abrazándolo, bajo las sabanas.
El reloj es lo único que tiene de Jongin, el primer regalo, la primera cosa realmente cara
que usó y especialmente, los primeros sentimientos que el diseñador le obsequió. Un
nudo se forma en su garganta y el duende en su corazón se derrite y quema como acido
dentro de él, se revuelca entre sus venas con cada bombeo du-gun, du-gun, du-gun,
luego sube mucho más alto, se cuela por sus ojos en forma de lágrimas y su dolor está
siendo drenado.
Jongin, Jongin… he intercambiado mi humanidad a cambio de unas joyas… he robado

tus zafiros azules pero a cambio he dejado mi corazón en esa copa.
Despertar en medio de la noche esperando un abrazo para luego recordar que está solo,
es el peor de los tormentos. Pero nadie debe saberlo. Él debe seguir siendo un robot sin
emociones, no es momento de preocupar a su familia, no es momento de hacerle daño a
Chanyeol, no es momento para estar enamorado.
¿Será un robot de emociones artificiales para siempre?
252
Capítulo 36
Kyung Soo ha salido de casa en cuanto Chanyeol va a buscarlo para llevarlo al negocio
de su padre, una vez ahí escucha como el señor Park le ofrece una oportunidad laboral y
le explica por qué de pronto ha quedado con un puesto libre. Su novio está
escuchándolos de cerca con una gran sonrisa, feliz de poder ayudar a su fugitivo.
—…Y cuando descubrí que estaba robándome el dinero de la caja registradora le

despedí, Chanyeol no puede pasar todo el día aquí por su instituto y las clases de
guitarra así que le he pedido que busque a alguien de confianza, ¿quién mejor que tú
para ayudarme con el negocio, eh Kyung Soo? Lo último que necesito es confiar mis
cosas otra vez a un ladrón…
Kyung Soo siente como si una espada se clavara en su pecho. El señor Park
posiblemente no le daría ese trabajo si supiera el gran robo que él había hecho hace casi
nada…. De todos modos acepta porque es una suerte el tener empleo, y su suegro es una
buena persona, sabe que aunque la paga no será mucha, ésta llegará sin falta. Acuerdan
iniciar al día siguiente.
Por la tarde Kyung Soo acompaña a su madre al hospital, inician sus sesiones de
radioterapia, una vez que regresan ella apenas come un poco y se acuesta a descansar.
Él la ve dormir durante un rato…
253
Su madre deberá acudir todos los días al hospital por una de esas sesiones que
prácticamente no tardan nada de tiempo, después de cinco días reposará dos semanas y
luego las repetirá una vez más. Les han advertido sobre los efectos secundarios, uno de
ellos será el cansancio, definitivamente ella no podrá trabajar durante ese tiempo así que
los ingresos económicos en casa serán menos, pero Kyung Soo no se preocupa por ello
ya que tiene el dinero de las joyas y ahora el de su nuevo empleo, así que todo estará
bien. Se pregunta cómo estará la madre de Kris y luego se reprende a sí mismo por estar
preocupándose sobre cosas que no le incumben.
Evita asomarse de nuevo a la habitación de So Hyun para no ver a Taemin y se va a

encontrarla en la salida del colegio. Ella se alegra al pensar que irán de compras otra vez
pero no es eso lo que va a pasar. Kyung Soo solo quiere caminar con su hermana de
vuelta a casa con un brazo sobre sus hombros, cuidando de la nena mientras aún puede
hacerlo. Sin embargo no logra hacer la mitad del trayecto antes de ser convencido para
comprar helados, así que llegan a la casa con los dedos llenos de miel a causa de las
paletas de chocolate que comieron de camino.
Cuando entran su madre está recostada en el sillón viendo la vieja televisión. So Hyun
la besa después de tirar sus zapatos y bolso a un lado y se sienta con ella para
interrogarla respecto a su tratamiento médico a pesar de que su hermano mayor se lo
dijo todo durante el camino.
Kyung Soo las mira interactuar y se sorprende de cuánto se parecen, cree que si su
padre estuviera vivo se alegraría mucho de ver lo vivaz que ha crecido su pequeña. De
pronto una noticia en el televisor roba su atención:
“La investigación sobre el robo millonario del que fue víctima Kai, el diseñador de
joyas más aclamado del país, sigue en pie, el oficial Choi, encargado del caso no ha
brindado mayores declaraciones al respecto pero se sabe que se está realizando un
análisis de las huellas dactilares encontradas en la vivienda…”
254
Kyung Soo palidece, no había pensado en la posibilidad de que sus huellas fueran
analizadas, no debió dejarse llevar por la ira y desordenar todo de esa manera, un
delincuente organizado habría limpiado de la casa todo rastro de su existencia y de ese
modo nunca lo hubieran encontrado, así actuaba Lay. Y él en cambio, era un idiota.
Se apresuró a su habitación por el bolso lleno de dinero y luego avisó que estaría en
casa de su novio, corrió hasta llegar al hogar de Chanyeol y con rápidas palabras le
explicó lo que estaba temiendo.
—Guarda esto —Dice empujando el bolso en el pecho del más alto— En la televisión
dicen que están analizando las huellas en casa de Jongin, podrían venir por mí a
cualquier hora y tú tienes que encargarte de que mi madre acabe su tratamiento. Debes
hacerlo, Chanyeol, es lo último que te pido, te lo prometo.
—¡Calma!, ¡calma, Kyung Soo! Primero que todo, respira.
Kyung Soo llena sus pulmones de aire y luego lo suelta en un corto suspiro.
—Guardaré el dinero y me encargaré de todo si vienen por ti, pero no te preocupes por
eso, ya veremos cómo lo solucionamos si pasa, posiblemente nunca den contigo.
—Eres tan positivo que me deprimes…
Chanyeol lo abraza y Kyung Soo está vez responde de buena gana. Cenan la comida de
la señora Park y más tarde el pequeño está usando una camiseta de su novio como ropa
de dormir. Ambos recostados sobre la cama, conversando de un modo más tranquilo.
Chanyeol está de lado para observar a Kyung Soo mientras le acaricia el cabello, hay
una sensación de familiaridad en aquel momento, de confianza, cosas que hace mucho
el más bajo no era capaz de sentir. Cierra sus ojos.
255
Sabe que ese es un buen momento para hablarle a Chanyeol sobre Baekhyun, siente que
es necesario exigirle a su novio que deje de ver a ese tipo y además hay una ligera
curiosidad por saber si en verdad durante todo ese tiempo lejos, ellos no se involucraron
pero a cambio se muerde la lengua porque si Chanyeol empieza a hablar posiblemente
él también tenga que confesarlo todo, que tuvo sexo con Jongin miles de veces… y no
está listo ni siquiera para pronunciar su nombre. No está listo para enfrentarse a eso.
— ¿Qué se siente estar de vuelta? —Pregunta Chanyeol.
Se siente como si en verdad no hubiera regresado… se siente como que dejé pérdida
una parte de mí… se siente como si ya no tuviera cabida aquí…
— ¿Sabes qué es lo mejor de estar en casa? No tener que escaparme cada vez que deseo
ir al sanitario —Sonríe. Nunca le dirá a Chanyeol la verdadera respuesta a esa pregunta.
— ¡Eres increíble! —Exclama su novio en voz baja —Aún no puedo creer que hayas
fingido ser un AE durante tanto tiempo sin ser descubierto. Eres como un estafador
profesional, ¿Lay no te ofreció ser parte de su banda?
—Lo hizo, cuando cerramos el negocio de las joyas robadas. Me miraban con algún tipo
de respeto, creo que fue por eso que finalmente Chen no me voló la cabeza… y por el
montón de dinero que ellos ganaron, claro está… Si la policía me busca, iré con ellos
nuevamente y les pediré que me ayuden a esconderme. —Responde aún con sus ojos
cerrados.
Chanyeol se sobresalta.
— ¡No! No me parece adecuado confiar en personas que nos han perseguido con un
arma y nos han golpeado…
—Solo lo haré si estoy en una situación extrema, no te preocupes.
256
—De nuevo estás volviendo a ser el mismo, tomando control sobre todas las cosas,
pensando solamente en tus propias decisiones…
Kyung Soo sonríe, no es cierto. No se siente como él mismo una vez más pero puede
empezar por ahí, tomando el control de las cosas, como solía hacerlo. Cuando abre los
ojos se encuentra con la mirada de su gigante sobre él… parece preocupado.
Kyung Soo nota que él tampoco le ha preguntado nada sobre Jongin, absolutamente
nada sobre él y teme el motivo de ese silencio.
¿Es porque sabe que si escucha su nombre él va a desmoronarse? ¿Es porque tiene
miedo de la respuesta? ¿Es porque él no quiere hablar de Baekhyun y sabe que las
conversaciones están de la mano? Hay una mar de posibilidades pero él no puede
adivinarlas, antes solía reconocer lo que Chanyeol pensaba solo con mirarlo a la cara…
ahora ya no tenía idea….
Son como dos desconocidos tremendamente cercanos.
Chanyeol se acerca despacio para depositar un beso sobre sus labios y Kyung Soo siente
el impulso de apartarlo como lo hizo una vez con Taemin. Si Jongin supiera que alguien
más lo está besando, que alguien más está empezando a meter la mano bajo su camisa,
se enojaría con él. Montaría una escena diciendo que lo iba a devolver y luego le ataría
las manos antes de follárselo como si eso fuera un castigo. Finalmente le haría repetir
una y otra vez ―Solo soy de Jongin, solo de mi amo‖… o cualquier cosa similar.
Chanyeol baja por su cuello, dejando un rastro de besos y Kyung Soo aprieta sus ojos y
sus puños luchando con esa voz interna que le grita que él le pertenece a alguien más,
que Jongin no necesita un robot infiel, que acabará quedándose solo y desechado si le
hace esto al diseñador que es su dueño, que puede hacer lo que sea con él. Y ahora él lo
ha abandonado. No tiene dueño. Está perdido. Los besos de su novio lo están quemando
y duele.
257
—¿Kyung Soo, estás bien? ¿Por qué estás llorando? —Pregunta Chanyeol, preocupado.
Kyung Soo toca su rostro húmedo, no había notado que sus lágrimas estaban
traicionando la intimidad de sus pensamientos.
—Es solo que… te extrañé demasiado, Yeol…
Chanyeol sonríe porque desde que Kyung Soo volvió es la primera vez que le dice
―Yeol‖ y en verdad extrañaba mucho eso. Lo abraza y se acurrucan para dormir, el sexo
podría venir después, no importaba.
Kyung Soo se obliga a controlarse y es más fácil cuando no se está viendo presionado
por las caricias de Chanyeol a quien pronto escucha quedarse dormido. Se siente mal
por engañar a Jongin, se siente mal por engañar a Chanyeol, se siente mal y eso es
todo… y es de esa manera por la idea que tiene grabada en su cabeza:
Chanyeol es mi novio pero Jongin es mi dueño.
Capítulo 37
Fuente desconocida
258
No sabe en qué momento se queda dormido pero despierta en medio de la noche cuando
su novio lo sacude un poco y con voz medio dormida se queja.
—Deja de roncar, Kyung Soo…
Y por lo que resta hasta el amanecer, no consigue pegar un ojo. Jongin amaba sus
ronquidos. Jongin lo hubiera abrazado, pero Jongin está con otro.
Jongin, Jongin, Jongin…
A las cinco de la mañana sale de aquella casa como si fuera un ladrón, en completo
silencio para que nadie se dé cuenta y de la misma forma entra a su hogar. Piensa que
escabullirse se ha convertido en uno de sus talentos.
Saca el reloj de búho y se lo coloca en la muñeca antes de acostarse en su propia cama.

Lo mira y lo mira mientras imagina qué va a pasar si la policía llega a atraparlo.
Entonces tendrá que ver a Jongin a la cara, seguramente le pedirá explicaciones y él
rompería a llorar abogando por el perdón, hablándole de su madre enferma, de su vida
llena de carencias como en los cuadros de Millet y VanGogh o el libro de John
Steinbeck que habían leído…
Odia a Jongin. Lo ama.
Se queda dormido.
Su hermana lo despierta salpicándole el rostro con agua helada y él la escucha correr

riendo hasta la cocina.
Maldito monstruo.
259
Está cansado, apenas son las 6:30 de la mañana y no ha dormido casi nada pero debe ir
a ducharse. Guarda su reloj y se mete a la ducha, el agua está helada y sale de ella
temblando y con dolor de cabeza. Su ropa no se ajusta en los lugares que debe, no hay
crema para su cabello, el cepillo de dientes está viejo y debe cambiarlo, sus zapatos le
molestan en el dedo pequeño.
Su madre no ha hecho el desayuno porque sigue descansando. Kyung Soo acuerda que
So Hyun no asista a sus clases de la tarde para que acompañe a su madre por la segunda
sesión de radioterapia, intenta comer algo de pan pero está duro y el café que preparó su
hermana parece agua teñida nada más, además está frío y no hay microondas en esa
casa.
— ¿Te peleaste con el panadero? —Pregunta So Hyun mientras se pone sus zapatos.
— ¿Qué? No, nada de eso… ¿Por qué lo preguntas?
—Anoche pensamos que ibas a dormir en su casa pero amaneciste aquí y desde que te
levantaste has estado quejándote de todo… ¿Te acostumbraste a las comodidades del
lugar en el que trabajabas? Seguramente era muy bonito…
Kyung Soo se obliga a sonreír pero la adolescente no tiene ni idea de lo duro que le han
calado esas palabras.
Cuando camina hasta su nuevo trabajo piensa en lo terrible que está llevando aquello de
acostumbrarse a su antigua rutina. El agua tibia, las tinas, la comida cara, la ropa de
diseñador (aunque fuera de Baekhyun), los electrodomésticos que casi lo hacen todo por
uno mismo. Cosas que él nunca había tenido ahora las sentía casi indispensables ¿Cómo
había vivido siempre sin batas de baño? ¡Por dios! ¡Eran tan necesarias!
Y sabe que no es cierto, está seguro de que no va a morir si nunca más en su vida tiene
su culo dentro de un jacuzzi pero ¡Por todos los cielos! Lo desea, desea volver a tener
260
un montón de comodidades que ya no puede. Sería hipócrita si incluso en su interior no

puede aceptarlo. Dejando a Jongin de lado, tiene que admitir que dormir en aquella
enorme cama era una delicia.
El trabajo en la panadería es realmente aburrido para él. Se ha mantenido toda la

mañana lavando miles de bandejas y moldes, tantas que sus manos se mantienen
arrugadas y él teme que su piel no vuelva a ser la misma. Está revisándolas exactamente
en el momento en que el señor Park se asoma detrás. Con su gran altura le hace la
misma sombra que le haría un enorme roble.
—¿Están tan mal las manos de mi nuera? ¡Debiste haberte puesto guantes antes de lavar
todas esas bandejas!
Kyung Soo empieza a enjabonar los nuevos moldes que le ha alcanzado el señor Park
mientras lo ve con desconfianza. No está muy seguro de cómo decirlo pero cree que
debe hacerlo.
—Señor Park… usted sí sabe que yo no soy una chica… ¿cierto?
El señor Park deja de lado la lata de levadura que estaba examinando y lo mira con
curiosidad. Los otros dos trabajadores de la panadería que están al fondo hablando sobre
la película de la noche anterior, guardan silencio para escuchar la respuesta.
— ¿No eres una chica, Kyung Soo?
—Noooo, claro que no. No lo soy.
—Ya veo… —Dice antes de volver a su lata de levadura. Kyung Soo solo no puede
dejar las cosas así.
261
—Es decir, señor Park, está bien si me pone a hacer cosas más pesadas…
El señor Park sonríe.
— ¡Tienes razón! No eres una quinceañera que deba estar cuidando a causa de mi hijo,
¿cierto?
— ¡Por dios! No. —Responde excitado.
Minutos después estaba maldiciéndose interiormente. El camión de entrega de

suministros había llegado con muchos sacos de harina ¿Y a quién le habían encargado
pasar cada uno de ellos hasta la bodega? Claro, al masculino y fuerte novio de
Chanyeol.
Al ser las seis de la tarde acaba su pesada jornada y él está molido. Chanyeol llega a
buscarlo y se burla cuando le ve la cara llena de harina, luego lo sacude con cariño y
espera por él para caminar juntos hasta la casa.
Cenan los fideos más horribles que So Hyun haya preparado en toda su vida, Kyung
Soo apenas los baja por su garanta porque el trabajo del día lo ha dejado hambriento y
cuando mira a Chanyeol repetir se pregunta si en verdad aquel gigante tiene papilas
gustativas.
Por la noche ambos están tirados en la cama, Chanyeol está haciendo un masaje en sus
hombros adoloridos.
—Le dije que no fuera duro contigo y te pone a levantar todos esos sacos de harina…
—Se queja.
—Creo que está probando mi hombría…
262
—No es así, Kyung Soo, eso solo es parte del trabajo diario en la panadería…
— ¿Tú haces eso?
—Pues claro, lo he hecho miles de veces….
—Ustedes son gigantes genéticamente preparados para eso…
—¿Por qué te estás quejando del trabajo duro? Antes no te hubieras pronunciado por
nada así… incluso subías a arreglar el techo de la señora Leen, ¿ya no lo recuerdas?
Kyung Soo lo recordó. Antes estaba acostumbrado a hacer labores realmente pesadas
pero ahora estaba fuera de forma… Seguro pasaría un par de semanas antes de recobrar
su voluntad física… mientras tanto no volvería a contradecir al señor Park en nada.
Las grandes manos de Chanyeol apretando sus hombros se sienten realmente bien. Su
espalda dolorida le hacen pensar en las practicas sadistas de Jongin y recuerda lo adicto
al sexo que estaba volviéndose incluso masturbándose varias veces cuando el diseñador
no estaba. De pronto siente que lo necesita. Necesita a Jongin, su sexo, su furia. Lo odia
pero es apabullante la sensación de vacío que exige ser llenada.
—Chanyeol… folláme.
Los ojos de Chanyeol lo miran de un modo tan directo que le hace sentir incómodo así
que cierra sus ojos y se acerca a besarlo. Cubre la boca de su novio con la suya y
empieza a moverse. Necesita sexo. Necesita sentirse vivo porque desde que escapó de
aquella mansión es más robot que nunca.
Mete la lengua dentro de la boca de su pareja y exige más y más, está siendo
apasionado.
263
—Kyung Soo —Dice Chanyeol apartándose— ¿No estás cansado después de tanto
trabajo?
—No. —Dice lanzándose una vez más, pero después de un breve beso Chanyeol lo
vuelve a apartar.
—¿Cómo es que ayer estabas cansado pero hoy que trabajaste más no es así?
Kyung Soo está frustrado y se enoja. ¿Acaso Chanyeol está evitándolo?
—Bien, no hagamos nada, será como quieras…
De todos modos no es contigo con quién deseo hacer esto —Piensa cruelmente.
— ¡No! No es eso Kyung Soo, es solo que…
— ¿Quieres sexo sí o no?
Se miran durante unos instantes en los que el más alto decide lanzarse sobre el otro,
empujándolo en la cama. Kyung Soo lo besa mientras de una rápida manera empieza a
desnudarlo.
La piel de Chanyeol es blanca, sus brazos son demasiado largos, sus labios son
demasiado delgados… no es lo mismo. No es Jongin. No es igual. Lo odia, detesta no
poder excitarse tan fácilmente con Chanyeol como el diseñador con Taemin. Aborrece
que para él el cambio sea tan duro.
Por un momento Kyung Soo siente que después de todo no va a ser capaz de llevar a
cabo aquello pero ya tiene su pene erecto y no quiere decirle a su novio que después de
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todo ya no quiere, no luego de que lo presionó. Se levanta para apagar la luz y se

desnuda a sí mismo antes de acercarse a Chanyeol.
La habitación no está oscura del todo, aún entre las sombras pueden reconocerse
fácilmente pero de ese modo es más fácil para Kyung Soo cerrar sus ojos e imaginar….
Se sienta a horcajadas sobre Chanyeol y lo besa en la oreja, en su mente, es la perfecta

oreja de Jongin… Su novio baja las manos con atrevidas caricias desde la espalda hasta
sus glúteos y cuando besa su cuello, Kyung Soo ladea su cabeza y arquea su espalda en
medio de un escalofrío placentero.
Bésame, amo. —Piensa.
—Kyung Soo —Lo llama el más alto con su voz excitada— Hace tanto tiempo no te
tengo de esta manera...
—Ahora me tienes —Le responde el más bajo sujetándolo de la cara y susurrándole —

Me tienes aquí así que reclámame, por todo este tiempo, haz que valga la pena, házmelo
duro… hazme pedazos…
―Hazme pedazos‖ era una frase que Chanyeol nunca hubiera creído escuchar de Kyung
Soo, ni tampoco era algo que pensaría llevar a cabo por sí mismo porque él no era de las
personas que disfrutaba destruyendo nada, Chanyeol amaba construir por lo que lo
hubiera excitado más si su novio le hubiera dicho ―Repárame‖ ―Sana las cosas que están
heridas en mí‖ Porque él podía adivinar que Kyung Soo no era el mismo, pero también
sabía que no podría obligarse a entrar en esa cabecita testaruda si no era invitado.
Como sea que fuera, Chanyeol creía que lo amaba mucho, lo había extrañado cada día a
pesar de todo… a pesar de sus confusiones… a pesar de Baekhyun… Y ahí estaba con
Kyung Soo en sus brazos y hacerle el amor tal vez podría ayudarle a sí mismo a
reconstruirse… Tal vez así conseguiría marcar realmente el final de aquella pesadilla.
265
Empezar de nuevo en el punto donde se habían quedado, aunque ya no pudiera

reconocer dicho punto. Sin contar que físicamente él necesitaba aquello, desde hace
mucho tiempo Baekhyun lo traía frustrado...
Lo volcó sobre la cama y lo llenó de besos y caricias mientras Kyung Soo las recibía
con una necesidad palpable… posiblemente han sido muchos días sin sexo, eso lo que
piensa Chanyeol y tiene esa idea instalada en su cabeza que dicta que es probable que su
novio realmente lo ame y lo haya necesitado.
Kyung Soo siente los besos húmedos en su cuello y luego por su pecho, una lengua que
lo acaricia sin dudar pero sin prisa… y desea más, desea que todo sea muy vertiginoso
como solía ser antes porque Jongin no tiende a tomarse tanto tiempo para hacer las
cosas… eso le hace más difícil concentrarse en su fantasía pero si cierra sus ojos casi
puede sentir el olor…
Y pronto es Jongin quien está comiéndose sus genitales. No le importa nada más que el
hecho de que el diseñador está en medio de sus piernas abiertas y él le está follando la
boca, y se siente tan bien… especialmente porque creyó que aquello nunca iba a volver
a pasar.
Jongin sigue tomándose su tiempo para acariciar su perineo y pasar el dedo provocador
alrededor de su ano pero Kyung Soo ya no puede soportarlo más porque tiene miedo de
que la fantasía desaparezca con los minutos que pasan, asimismo entre más amoroso es
Chanyeol, más deja de ser Jongin y Kyung Soo no está listo para acabar aún su sueño
así que se estira su mano para alcanzar el pequeño envase con lubricante barato y lo
lanza hacia su pareja antes de darse vuelta y apoyarse sobre sus palmas y rodillas.
—Hazlo ya. —Indica resuelto.
Chanyeol se desconcierta un poco porque cada vez que tenía sexo con Kyung Soo este
insistía en que se tomara mucho tiempo para los preliminares o de lo contrario no estaría
266
bien excitado y su gran tamaño lo lastimaría, pero ahora estaban ahí, apenas empezando
a besarse y ya le pedía ser penetrado.
Tomó el lubricante y siguiendo los pasos adecuados empezó con un dedo en el ano de
Kyung Soo, introduciéndolo poco a poco, suavemente después de besarle la espala pero
el pequeño se empujó hacia atrás logrando enterrarse del todo, sin siquiera un quejido,
un suspiro, nada.
—Mete otro dedo.
—Está bien, amor, tenemos tiempo.
— ¡No!, apresúrate… mete otro dedo ya…
Y así lo hizo pero pronto Kyung Soo estuvo pidiéndole más.
—Follame ya
—Aún no estás preparado, Kyung Soo.
—Sí, lo estoy.
—No, no estás dilatado, apenas voy a meter un tercer dedo…
Kyung Soo se desliza hacia adelante haciendo que los dedos de Chanyeol queden fuera.
—Deja tus dedos y mete tu pene, ahora.
267
— ¿Qué? ¡Pero Kyung!
— ¡Es mi cuerpo, yo sé cuándo estoy listo o no!
—¡No quiero lastimarte!
Kyung Soo se lanza a besar a su novio, con desenfreno, está desesperado.
Jongin, no quiero que seas suave conmigo como lo fuiste con Taemin.
—Hace mucho tiempo no me tocas… ¿No quieres hacer esto? ¿Acaso estás con alguien
más?
— ¡Nooo! ¡Claro que no! No he estado… no… no es eso… —Pero no puede hablar
muy bien porque Kyung Soo está comiéndose su boca con desesperación.
—Por favor, por favor, follame ya y hazlo duro. Te necesito…. —Ruega casi al borde
del llanto.
— ¡Diablos! Está bien, está bien, date la vuelta.
No hubiera querido que la primera vez después de tanto tiempo fuera de esa manera…
deseaba hacer el amor románticamente. Pero ahí estaba, justo en la entrada de Kyung
Soo vigilando por introducirse con el mayor cuidado posible hasta que el más bajo
empujó su cadera hacía atrás empalándose al máximo de un solo golpe.
Chanyeol jadeó sin ruido porque el golpe de sensaciones había sido intenso, Kyung Soo
estaba muy, muy apretado alrededor de él y ahora le estaba costando respirar pero aún
así lo había escuchado gritar y lo veía aferrarse a las sabanas. Le estaba doliendo.
268
Chanyeol tenía el impulso de moverse, era lo que su cuerpo buscaba naturalmente al

estar en una situación así pero estaba conteniéndose porque lo último que deseaba era
herir más a su novio pero Kyung Soo empezó a deslizarse hacia atrás y adelante
lastimándose a sí mismo cada vez.
—Kyu…Kyung Soo ¡Ah! ¡Espera!
—¡¡Muévete!! —Exigió con algo parecido a un ladrido malhumorado.
—Te dolerá.
Y el más bajo empujó tan fuerte que Chanyeol estuvo seguro de que se había causado
un desagarre a sí mismo con aquel movimiento. El gemido de dolor de Kyung Soo lo
confirmó, el más alto estaba seguro que de estar despierta So Hyng, lo había escuchado.
Chanyeol se colocó sobre él para cubrirle la boca y eso pareció excitar más a su novio
quien se movía cada vez más rápido hasta que no le dejó remedio que empujarse duro
dentro de él una y otra vez, sin caricias, ni besos ni abrazos ni palabras románticas, solo
estaba entrando y saliendo con tanta rapidez y tanta fuerza como nunca lo había hecho y
a Chanyeol le llevó su tiempo eyacular porque aquella no era precisamente una de sus
fantasías sexuales pero en cuanto lo hizo, sintió como Kyung Soo eyaculaba también,
desplomándose sobre la cama y quedándose inconsciente.
Esa noche Chanyeol no logró dormir casi nada… el rostro humedecido de lágrimas de
Kyung Soo le robaba el sueño, su mirada sobre el techo de la habitación y su mente en
algún lugar de un laberinto intentando ordenar lo que dictaba su corazón…
269
Capítulo 38
Kyung Soo y Baekhyun
Kyung Soo despierta con el tiempo suficiente para prepararse antes del trabajo, camina
con dificultad hasta la ducha y sin importar lo helada que está el agua a esa hora de la
mañana, la deja correr durante un buen rato por su cuerpo.
Está llorando porque en ese lugar puede dejar de ser un robot durante unos momentos.
Se siente dolorido, la noche anterior había obligado a Chanyeol a lastimarlo, lo había
presionado sin motivo alguno para tener un encuentro sexual desmedido, busca sentir
por él las mismas pasiones arrolladoras que tuvo con Jongin pero en cambio se siente
deshecho. Más que ayer. Había olvidado el enorme tamaño de su novio y se había
lastimado más de lo que alguna vez lo hizo con Jongin, todo por su propia culpa, como
siempre.
Cada día es peor que el anterior, en lugar de sanar sus heridas hay un vacío dentro de sí
que empieza a ser demasiado grande y parece que lo devora desde adentro hacia afuera.
La persona con cáncer en ese hogar es él. Pero es un cáncer diferente, uno que no puede
tratarse con medicinas.
270
Kyung Soo sabe que extraña a Jongin y que estar con Chanyeol está implicando un
esfuerzo enorme. Pero no puede volver con el diseñador. No importa cuánto lo eche de
menos o lo preocupado que esté por él. Volver es imposible. Es estúpido sufrir por un
final que se anunciaba antes del principio. Pero se repite a sí mismo que el amor que el
diseñador le profesaba nunca fue real, no como el amor de Chanyeol porque Jongin
siempre pensó que él era una máquina.
Y si un día se hubieran conocido, si sus caminos se hubieran cruzado una tarde

cualquiera y coincidieran en un mismo local, en una misma calle… Jongin tampoco se
habría fijado en él, era obvio, lo había escuchado hablar con sus amigos sobre la gente
sin dinero...
Kyung Soo no puede dejar de llorar y empieza a limpiar su piel con desesperación.
Quiere borrar las huellas de Jongin porque aún están pegadas en él, lastimándolo, y
también quiere borrar las huellas de Chanyeol porque no se siente como si debieran
estar ahí. Está cansado de ser un objeto de uso. Está cansado de fingir no tener
emociones. Ahora en su hogar debe seguir fingiendo… su amor por Jongin es un tabú.
Cuando sale del sanitario va a su habitación a terminar de prepararse y encuentra a su

novio sentado en la orilla de la cama con su mirada baja. Ni siquiera se atreve a decirle
buenos días y Chanyeol no levanta su rostro hasta que Kyung Soo está listo, es entonces
cuando tienen que verse a la cara.
Kyung Soo sabe que de algún modo anoche había roto algo en Chanyeol. Chanyeol sabe
que Kyung Soo está herido. Ambos están mal, son unos mentirosos con miedo a dañarse
y a la vez se están dañando sin parar, aún sus silencios mutuos los lastiman, todo lo que
no sea su pasado, duele.
El más bajo toma la iniciativa y se sienta al lado de Chanyeol, luego le sujeta una mano.
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—Te dije que no estabas listo. —Susurra Chanyeol. Kyung Soo se muerde el labio —
Lo siento tanto, no quise lastimarte...
—Estoy bien.
Chanyeol lo encara con su mirada.
—Estoy bien, Chanyeol.
—Estás lastimado.
—Claro que no. —Refuta.
—Te vi levantarte, caminaste hacia afuera con dificultad.
—… Pensé que dormías…
—Lo fingí —Acepta.
Kyung Soo se levanta para salir de la habitación y su novio lo detiene abrazándolo por
la espalda.
—Kyung Soo, te quiero. —Dice casi temblando de miedo.
—Y yo te amo.
—Te extrañé cada día…
272
—Lo sé… yo no me olvidé de ti ni un instante. —Responde acariciándole las manos.
—Lo sé, mi amor, lo sé.
Luego Kyung Soo se despide de su familia y camina hasta su trabajo mientras su novio
queda en su propia casa preparándose para ir a su instituto. No era como si se mintieran
al propio descaradamente, ambos estaban poniendo tanto de su parte por hacer que al
otro no le doliera, por hacer que todo funcionara. Ambos se estaban cuidando tanto
entre sí, que dirían ―Te amo‖ una y mil veces más; y repitieron rituales similares durante
los siguientes cuatro días pero cada vez que Kyung Soo decía esas palabras, Chanyeol
sentía que estaba a punto de morir porque ansiaba escucharlas salir de otra boca, porque
lo ataban y lo hacían sentir culpable.
Cada vez que Chanyeol decía que lo había extrañado, Kyung Soo se sentía caminar al
borde de la locura, y se odiaba por no haberlo extrañado igual, se odiaba por no estar
con su novio ni siquiera la noche en que habían mantenido relaciones sexuales. Incluso
si era Chanyeol quien lo había penetrado, él le había sido infiel. Incluso si fue su novio
quién lo había besado, fueron otros labios a los que él respondió. Ambos lo sentían y
desde ese momento se habían evitado físicamente. Kyung Soo se preguntaba si
Chanyeol podía notar que su cuerpo ya no le pertenecía a él.
Su amor mutuo dolía. Sus cuidados dolían. Ninguno podía dar el primer paso porque no
podían permitirse lastimar al otro después de haber pasado por tanto, hubieran estado
juntos toda la vida si ello hacía a la otra persona feliz. Pero Kyung Soo no era más que
un robot y Chanyeol no era más que un lobo domesticado por Baekhyun.
Kyung Soo está trabajando en la panadería, puede notar el modo en que el señor Park lo
mira como si lo evaluara constantemente, primero piensa que se trata sobre su
desempeño laboral pero entonces, cada vez que lo ve a la cara, su suegro se da media
vuelta y él quién siempre ha sido bueno en atar cabos, adivina que aquello no tiene que
ver con su desempeño sino con su relación de noviazgo. El señor Park sabe algo,
273
sospecha algo, o posiblemente ha se preguntarse quién es ese Baekhyun en medio de él

y su hijo Chanyeol. Él también se lo pregunta pero tiene mucho miedo de mencionarlo.
Luego su mente esta recordando cada cosa vivida con Jongin, a pesar de que él intenta
cambiar la línea de su memoria, llegan imágenes de los primeros acercamientos tímidos,
el primer beso, los siguientes y luego las marcas que el diseñador puso en su cuerpo,
cada una de esas veces él casi se burlaba internamente y sentía lástima porque pensaba
que el moreno estaba cayendo por una máquina que no era más que un tipo estafador,
pero ahora se da cuenta de que era él mismo quién estaba cayendo por el diseñador.
Kyung Soo había caído de una manera tan dulce que tardó demasiado en darse cuenta
de ello porque estaba sostenido en un lecho de plumas pero ahora había vuelto a su
cama de clavos. Todo había sido una ilusión.
— ¿Estás bien? —Le pregunta uno de los trabajadores y eso lo hace percatarse de que
está llorando.
Se limpia la cara y continúa con su trabajo, sabe que el señor Park lo está mirando desde
una esquina. Odia que sus emociones a las que antes solía controlar con tanta eficacia,
ahora estén escapándose de su cuerpo con tal descaro.
No debe flaquear, no puede, pero no se da cuenta del momento en que sus lágrimas
solamente empiezan a resbalarse. Siente que debe echarse a una cama a llorar, pero no
tiene tiempo para eso. Siente que debe ver a Jongin una vez más, solo una vez más, pero
no puede de ningún modo acercarse a una persona tan valiosa.
Kyung Soo no ha dejado de cometer errores porque está sumamente distraído y todos en
el lugar han empezado a pensar que está muy enfermo o que su madre está realmente
mal porque ese pequeño chico luce visiblemente deprimido y su mirada se pierde en el
vacío cada cierto tiempo hasta que se empaña de lágrimas que intenta sacudir
valientemente antes de retomar sus labores. Piensa que Jongin le ha contagiado esa
odiosa manía de llorar por todo como si las lágrimas fueran la solución de cada
problema.
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Por la tarde Chanyeol llega a ayudar a atender los clientes.
—Ve y pídele a Chanyeol que te enseñe a manejar la caja registradora —Ordena el

señor Park en un intento porque su hijo y la novia oficial pasen más tiempo juntos y
decidan si Chanyeol se queda con la persona de los ojos grandes o la persona de los ojos
delineados porque sospecha que es eso lo que ha tenido a su unigénito preocupado
durante los últimos días y a su empleado llorando por cada esquina de su panadería.
Él realmente apreciaba a Kyung Soo pero si tenía que elegir, se quedaría con el chico de
los ojos delineados porque Baekhyun miraba a Chanyeol como si su tonto hijo fuera un
lingote de oro, en cambio Kyung Soo no lo miraba, no realmente…
—Tengo mucho dinero ahorrado, Kyung Soo. ¿Por qué no lo tomas y dejas de trabajar
hasta que tu madre acabe su tratamiento? de ese modo So Hyun no tendrá que dejar el
colegio para acompañar a la señora Do al hospital porque tú podrás hacerlo, además
luces cansado…
No es como si necesitara dinero con urgencia, aún tenía el suficiente y todo en ese
aspecto estaba saliendo bien. Cuando Chanyeol aceptó el pago de Baekhyun no contaba
con el enorme robo que cometería Kyung Soo pero ahora le parece que está agotado, tal
vez le haría bueno pasar más tiempo cuidando de su madre.
— ¿Cómo es posible que tengas tal cantidad de dinero ahorrado con todo lo que has
invertido en mi casa? —Pregunta de modo perspicaz.
—…Las piedras que me diste… las vendí a buen precio… —Miente porque no se
atreve a decirle que eso ya se ha gastado y que le está ofreciendo el dinero de Baekhyun.
Kyung Soo sabe que le están mintiendo pero no se atreve a preguntar. Lo hará de todos
modos. Esa noche está seguro de volver a su hogar y acostarse en su cama a
275
recriminarse el estar comportándose como un cobarde con Chanyeol y casi puede verse
corriendo hasta su casa para exigir la verdad de una vez por todas.
Chanyeol no soporta la mirada en los ojos de su novio. Esos grandes ojos negros brillan
con lágrimas contenidas y están gritándole que reconocen su mentira. Kyung Soo
siempre había podido ver a través de él y no podía ocultarle tanto tiempo sus errores,
pero no era solamente que no quería hablar sobre Baekhyun, es que no estaba listo para
oír cualquier cosa implicada con Jongin.
¿Qué haría él si su pequeño novio le decía que el diseñador lo había lastimado? ¿Qué
podría hacer él por Kyung Soo?
En ese momento solo pudo darse la vuelta y despistarse limpiando la partes bajas del
mostrador de repostería. Su novio no le ha quitado la vista de encima y él lo mira de
vuelta.
— ¿Kyung Soo… puedes amarme después de todo lo que ha pasado? —Pregunta en un

impulso. Y su novio parece afectado por sus palabras, está congelado mirándolo,
probablemente decidiendo cómo decirle que lo odia por haberlo expuesto a Jongin tanto
tiempo mientras el jugueteaba con un diseñador de modas.
Chanyeol escucha adentrarse el familiar sonido de unas botas que se detienen ante la
caja registradora que está atendiendo Kyung Soo.
— ¿Está Chanyeol?
Reconoce esa voz.
Kyung Soo también reconoce esa voz pero es demasiado tarde y cuando voltea se
encuentra mirando a Baekhyun cara a cara.
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Al diseñador le lleva tan solo unos segundos reconocer en él al AE por el que su amigo
Kai ha estado llorando los últimos días. Arruga su rostro reflejando su perplejidad.
Chanyeol se asoma intentando hacer algo pero no hay nada que pueda decir.
— ¿Chanyeol?... ¿Quieres explicarme qué hace el robot de mi amigo en tu panadería?
Kyung Soo tira a propósito unas monedas al suelo y él y su novio se inclinan para
recogerlas.
—Dile que me encontraste en la calle o pensará que me robaste…
Luego se levantan al mismo tiempo.
—¿Baekhyun qué haces aquí? —Pregunta Chanyeol para ganar tiempo.
—He venido a hablar contigo pero… este es Kyung Soo, ¿Eres Kyung Soo, verdad?
¿Cómo llegaste hasta aquí?
—Lo encontré en la calle. —Responde Chanyeol mientras tras el mostrador sujeta la

mano de Kyung Soo.
— ¡Es magnífico! —Exclama casi gritando —Chanyeol este es el AE que han robado
de la casa de Jongin, mi amigo ha estado buscándolo, el que tú se lo devuelvas es
sensacional.
— ¿Qué? No, lo he recogido para que nos ayude en el negocio…
—Después de la recompensa que te va a dar ese tonto, podrás montar otro negocio. Me
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llevaré a este robot conmigo, conseguiré una buena cantidad de dinero para ti, así podrás
tener a tu novio contigo más rápido.
Kyung Soo presiona tan fuerte la mano de Chanyeol que lo está lastimando. Baekhyun
tiene un ataque de euforia y sin cruzar más palabras rodea el mostrador y lo jala de la
mano libre hasta arrastrarlo hasta su auto y arrancar hasta la casa de su amigo, porque al
fin iba a conseguir que Kai dejara de estar triste.
Chanyeol está fuera de la panadería viendo a Kyung Soo mirarlo por la ventana. El
deportivo de Baekhyun arranca y una vez más su novio se escapa frente a él sin que
pueda ayudarlo en nada. Miedo, frustración, ira. Todas las emociones le están
explotando la cabeza que se sujeta con ambas manos antes de gritar una maldición.
Kyung Soo se ha ido.
Capítulo 39
Kyung Soo tiene la garganta seca, siente su corazón bombear enloquecido mientras
espera tras la puerta que Baekhyun termine de anunciarle a Jongin la sorpresa.
Él no había dejado de pensar en el diseñador desde el momento en que escapó y había

ansiado verlo cada segundo pero ahora que estaba ahí era demasiado y sentía miedo de
no poder contener sus ganas y correr a abrazarlo, a decirle cuánto lo odiaba y cuan
enamorado estaba.
278
Quería ver a Jongin y a la vez estaba enloquecido por aquella pesadilla, haber vuelto a
la jaula de oro era algo de lo que no creía sobrevivir. Sentía su muerte cerca. Su corazón
se detendría en cualquier momento porque solo un robot en el más estricto sentido de la
palabra podría sobrevivir a algo así. El universo en su estómago, sus miedos nocturnos,
su llanto incontenible, el nudo en su cabeza… las palabras muertas cobrando vida en
cada una de sus venas.
Baekhyun tira de él haciéndolo quedar frente a Jongin quien lo mira como si acabara de
aparecer en frente el mismo dios y después de unos segundos en los que a Kyung Soo le
pareció que se detenía el tiempo, Jongin cortó el espacio antinatural que separaba sus
cuerpos y lo envolvió entre sus brazos.
—Lo encontró y lo ha cuidado bien, debes darle su recompensa a Chanyeol.
—Le daré lo que me pida. —Responde Jongin sin soltar a su robot.
—Dale diez millones, él necesita el dinero.
—Le daré quince si te vas ahora mismo, Baek. —Dijo antes de que su amigo corriera
hasta su auto y saliera de la mansión presionando una y otra vez la bocina en señal de
alegría.
Jongin corrió arrastrando a su robot hasta su taller de trabajo, lo sentó sobre el sofá
donde se habían besado la noche del cumpleaños cuando Kyung Soo utilizaba un
antifaz.
—Déjame verte —Dijo examinado su rostro — ¿Estás bien? ¿Te hicieron daño?
—Estoy bien. —Se obliga a responder mientras intenta que su cuerpo no se deshaga en
temblores porque está tan emocionado de volver a estar ahí.
279
—¿Me reconoces, Kyung Soo? No te habrán configurado… —La preocupación

histérica era casi tangible sobre Jongin— ¿Sabes quién soy yo? ¿Registras mis
recuerdos?
—Eres mi amo —Responde Kyung Soo intentando no sonar afectado— El novio de

Taemin.
— ¿Taemin? ¡No! No soy su novio, él es novio de alguien más. —Dijo antes de

levantarse y caminar hasta una de sus mesas de trabajo.
¿Novio de alguien más? —Registra Kyung Soo quien en ese momento ya no es capaz
de entender nada.
—La última noche que estuvo aquí ni siquiera tuvimos relaciones sexuales, le he dicho
que somos solo amigos —Explica mientras toma de su mesa un collar de cristales y oro
blanco enmarcando miles de zafiros. Había tantas lágrimas azules colgando y brillando
tan hermosamente que Kyung Soo no era capaz de contarlas mientras Jongin caminaba
de vuelta hasta él y se colocaba de rodillas para colgar el collar en su cuello mientras
hablaba —Kyung Soo me perteneces y yo soy solamente suyo.
Cuando Jongin lo abraza, Kyung Soo recuerda las sabanas limpias de la habitación
después de la visita de Taemin y llega a comprender que ellos nunca estuvieron juntos.
Jongin había elegido a su AE. A pesar de ser solo un robot, Jongin lo había preferido a
él, aún si nunca iba a tener el amor de vuelta.
—Tenía tanto miedo de no volver a verte, Kyung Soo —Dice antes de empezar a
llorar— He pulido todas mis lágrimas por ti.
El collar hace click cuando Jongin lo cierra alrededor de su cuello. No es una lágrima
como cuando perdía a una persona, el diseñador ha trabajado todas sus joyas y ahora le
280
adornaba el cuello con su tristeza. Él y su costumbre de convertir sus tristezas en arte.
Kyung Soo Está completamente impactado y no puede ver más luz que la de Jongin
cuyo rostro está húmedo y pronto él mismo está llorando y quiere gritarle que lo
lamenta tanto y que sería capaz de vivir el resto de la vida como su esclavo, que sería
capaz de ser un robot para siempre y siente a la vez que su cordura se desliza por el
suelo hasta ahogarse en la piscina de abajo.
— ¡No! —Se preocupa el diseñador, limpiando el rostro de su AE— No llores, Kyung

Soo.
—Es solo un reflejo de tus lágrimas.
—Lo sé, igualmente, no llores. Aunque sean lágrimas artificiales me destroza ver tu
rostro así —Dice llorando aún más—No quiero verte llorar porque tus lágrimas me
lastiman del modo en que no pueden dolerte a ti…
Con esas palabras Kyung Soo se da cuenta de que no era más un robot, al fin no lo era,
Estando de ese modo con Jongin se sentía más vivo que nunca.
Sabe que no puede tomar la iniciativa pero está muriendo por besarlo y de este modo
ladea su cabeza un poco y se acerca lentamente como si un movimiento en falso pudiera
hacer explotar una bomba. Siente que se está ahogando porque Jongin no se mueve ni
un poco y es él quien puede darle oxigeno, es él el único que puede salvar su vida en ese
momento, Kyung Soo siente que realmente lo necesita tanto…
—Amo. Mi amo. —Dice frente a su boca antes de que Jongin decida al fin atrapar la
suya y torturarla con un deseo inhumano.
Kyung Soo está donde pertenece, se excita con la exigencia de su dueño, lo provoca
restregándose sobre él, le urge que Jongin lo posea porque no necesita más preparación
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que esa. Se deja desnudar y le ofrece su cuerpo con el mayor descaro. Los dedos de
Jongin están tocándolo en todas partes enviando ondas de placer cada vez. Kyung Soo
nunca antes se ha sentido tan excitado. Casi está en su climax solo frotándose
desesperado contra ese moreno que maniobra con propiedad sobre su cuerpo.
Jongin se ha despojado de su camiseta y ha abierto la bragueta de su pantalón, deja de

estar sobre su robot para arrodillarse de nuevo frente el sillón e introducirse el pene del
AE en su boca. Kyung Soo grita con descaro porque no hay modo en que pueda
disimular el enorme placer que siente por volver a estar con su amo y este deja de
comerse su miembro para bajar con su lengua por su perineo y llegar hasta el ano donde
se detiene inmediatamente. Estupefacto.
De inmediato Kyung Soo sabe que algo está mal. ¿Se ha delatado frente a Jongin a
causa de su excitación? ¿Cuál ha sido su error? Se pregunta ante un inminente ataque de
pánico.
El diseñador lo mira seriamente a la cara y con un solo movimiento lo obliga a

mostrarle la espalda y de ese modo le revisa bien el ano. Kyung Soo no es capaz de
moverse ni de protestar porque el miedo lo ha paralizado. Ha pasado de una fuerte
emoción a otra en cuestión de segundos y la sensación de estar cayendo en un vacío sin
fin, esta matándolo.
—Alguien te hizo daño. —Dice al fin el diseñador— Alguien te ha utilizado.
Kyung Soo recuerda las muestras de los desgarres que él mismo se había propiciado la
última vez que estuvo con Chanyeol. En medio de un impulso cubre su boca, asustado.
Jongin ahora se ha vuelto loco y ha empezado a destrozar su taller, lanzando a las

paredes todo lo que se encuentra a su paso. Está tan furioso que Kyung Soo siente
horror de verlo así, no teme que le haga daño a él sino que se dañe a sí mismo.
— ¿Quién fue, Kyung Soo? ¿Quién te ha usado así? —Pregunta levantándolo del brazo.
282
Por primera vez él está demasiado asustado como para pensar en una ingeniosa
respuesta, solo el ver los ojos enloquecidos del diseñador en su mayor arranque de celos
y posesividad le ha cortado su funcionamiento cerebral, dejándolo sin habla.
—¡¡¡¿Quién fue?!!! —Le grita a la cara con todas sus fuerzas.
—No… no lo sé. —Titubea.
—¡¡¡Dime quién demonios te ha tocado!!! —Sigue gritando, lo que provoca que él

rompa a llorar desconsoladamente.
Está tan aterrado.
Jongin lo arrastra hasta su habitación y lo obliga a entrar bajo la ducha y empaparse bajo
el agua caliente. Quiere borrar cualquier marca en su robot que no sea suya.
—No, Jongin, por favor, no me devuelvas. No me devuelvas a Non Alma. —Empieza a

implorar. Recuerda la primera vez que lo vio celoso cuando los había visitado Suho y el
diseñador había amenazado con deshacerse de él —Por favor, por favor, no me
devuelvas.
Jongin siente que es capaz de matar a la persona que ha lastimado a su AE, está cegado
por la ira porque al fin sus emociones de los últimos días explotaron. Los policías
idiotas que no avanzaban en el caso del robo, sus padres a los que no les había
importado una mierda su estado de ánimo, el funeral de la madre de su amigo quien
había acabado deshecho. Él habría cambiado la vida de su propia madre por salvar a la
de Kris, aquella sí que había sido una buena mujer. Baekhyun llegando a su hogar
llorando por el tal Chanyeol cuando él mismo no podía con su vida volviéndose loco
pensando dónde putas estaba su robot, la única cosa que amaba realmente en su vida.
Kyung Soo le había demostrado ser fiel, más que cualquier humano traicionero y
alguien se había aprovechado de él como la vez que le robaron su antifaz. Alguien había
283
tocado la piel que solo él había tocado, había besado los labios que eran suyos, había
herido partes de la anatomía de ese humanoide que solo le competían a él, y eso lo hizo
perder los estribos. Hasta que sintió a su lloroso robot colgarse en su cuello, ambos bajo
la ducha tibia.
—Fui, soy y seré siempre tuyo. —Declaró Kyung Soo intentando calmarlo.
Así sería, él se iba a encargar de no perderlo una vez más. No importa quién había
osado tocarlo, luego lo llevaría a revisar con Sehun pero por ahora haría que ese robot
registrara una vez más a la única persona de la que podría dejarse poseer y le llenó el
cuerpo de besos y caricias tan colmadas de amor como cualquier vulgar ladrón nunca
sería capaz de hacerlo.
Sabía que ese robot podría notar la diferencia entre un hombre que solo mantenía coito
con él y alguien que le hacía el amor. Lo sabía porque él mismo había sido un hombre
que alguna vez solo buscó coito con un robot y con el paso del tiempo había aprendido
el modo de hacerle el amor.
Capítulo 40
Kyung Soo
Aún es de noche, Kyung Soo está preso del abrazo de Jongin, convertidos en uno solo
después de hacer el amor bajo las sabanas de aquella cómoda cama, como en los días
pasados y aún mejor. Sabe que todo está mal pero no importa. Ha olvidado cuál fue la
última vez que se sintió feliz y en ese momento a pesar de todo, es absolutamente feliz.
284
Jongin está jugueteando con los zafiros de su collar y él solo lo mira como un tonto
enamorado. Puede anticipar lo hermoso que se verá el diseñador cuando el sol se cole
por la mañana a través de la ventana iluminando su rostro dormido. Ya lo había visto
antes y saber que lo haría nuevamente era una experiencia digna de realizar una oración.
—Te amo, Kyung Soo. —Susurra Jongin en su mejilla antes de darle un pequeño beso
—Baekhyun no me entiende cuando se lo digo pero estos días sin ti han sido un
completo calvario, he pensado mucho sobre los fuertes sentimientos que tengo… he
pensado sobre el amor correspondido. ¿Sabes qué es eso, Kyung Soo?
El robot sonríe antes de responder, ama cuando Jongin se siente poeta.
—Mis circuitos no registran esa definición.
—Te amo porque estar contigo me hace mejor persona, porque a través de ti aprendí a
amarme, porque eres lindo, cuidadoso, fiel… perfecto. Baekhyun me ha preguntado
cómo podría vivir siempre contigo sin recibir amor, pero lo que espero de alguien que
me ame es que cuide de mí, que me sea fiel, que me bese, que me espere y que me
acompañe y tú, Kyung Soo, haces todo eso por mí. Cada una de las cosas que yo te doy,
vuelve a mí de la misma manera. Mimos, caricias, sonrisas y llanto. Entre más te amo,
más me siento amado. Puedo amarte por toda la vida y tener la certeza de que me
amarás siempre. No necesito a nadie más que a ti. —Dice ahora haciendo el típico
recorrido por las venas falsas de su robot que tanto adoraba tocar.
Jongin mira los ojos de Kyung Soo sobre él con un brillo especial en la mirada.
—Las palabras muertas que corren por tus venas, creo que puedo sentirlas… Las siento
decirme que me aman… ¿Es una fantasía? ¿He perdido la cabeza? —Ríe— ¿Si me
vuelvo loco mi AE, te volverás loco conmigo?
Oh, dios mío, Jongin, deja de ser tan adorable. No puedo amarte más de lo que lo hago
285
y me sigues llevando al límite de mis emociones. —Piensa Kyung Soo antes de decidirse
a regalarle también sus propias poesías.
—Porque dejas de respirar y me ahogo…/Tu intención es tocar mi piel cuando siento

que palpas mis huesos. /Porque antes de que recibas la mala noticia yo ya estoy triste.
/Y siento frio antes de que Caiga la noche sobre ti. /Cada vez que sueño…Es porque
duermes. /Y me miro en el espejo que te refleja. /Tan unidos estamos. Tan uno
somos…que cuando tome tu cuello para arrancarte de mí yo ya no existía./ Porque no
somos tú y yo, somos uno. /No puedo decir yo porque estás tú. Y no diré tú por temor a
perderme. /Somos uno y mi tristeza es tu lágrima. /Por tus venas corre mi sangre.
/Somos uno y mi alma lo que sientes cada vez que me abrazas.
Jongin lo ha escuchado en silencio, mirándolo lleno de cariño y cuando Kyung Soo

termina, el diseñador se posiciona sobre él, besándolo despacio y luego haciéndole el
amor una vez más, sin prisa alguna, tomándose su tiempo para disfrutar de cada
sensación y para el más bajo todo es tan suave y placentero que olvida si en algún
momento en realidad Jongin le causó dolor.
Kyung Soo no ha dormido bien las últimas noches pero estando al lado de su dueño, sus
ojos se vuelven pesados, se siente relajado como si no tuviera que preocuparse por no
dejar entrever su humanidad y aunque está intentando no dormirse, el cansancio le va
ganando la batalla.
Escucha al diseñador hablar por teléfono con un tal oficial Choi y le parece reconocer al
policía del que escuchó en la televisión. Se fuerza a no quedarse dormido hasta que la
llamada acabe porque sabe que debe enterarse de aquello pero pierde extractos de la
conversación porque su cerebro insiste en apagarse poco a poco.
— ¿Han avanzado con la investigación? —Pregunta Jongin.
—Parece ser que alguien ha visto una estatua de bailarín cuyas zapatillas está
incrustadas con piedras preciosas así que le estamos dando seguimiento.
286
—Le he llamado para comunicarle que voy a prescindir de sus servicios. Quiero que sus
patrullas dejen de merodear por mi casa, mañana contrataré seguridad privada.
—Pero… ¿por qué esa decisión tan repentina a esta hora de la noche?
—¿Repentina? Escuche: usted y su pareja de trabajo me prestaron la más mínima

atención la noche que notifiqué el robo, en ese momento yo estaba muy alterado como
para mencionarlo pero ahora que estoy más tranquilo no puedo dejar de notar que
ustedes no han hecho nada significativo por mí. No pueden seguirle la pista a unas
cuantas joyas, y además la posesión más valiosa me la han devuelto hoy. Alguien la ha
encontrado en un callejón.
— ¿De qué habla?
— ¿Lo ve oficial? Ni siquiera me prestó atención cuando le dije qué era lo más
importante de encontrar. Estoy muy seguro de querer prescindir de sus mediocres
servicios y en cambio contratar la seguridad privada, así que buenas noches. —Dijo
antes de colgar y acostarse a dormir abrazando a su hermoso AE cuyas baterías se
estaban recargando con un sonido relajante como el ronquido de una persona cansada.
Al oficial Choi Siwon le molestó que Jongin le colgara de ese modo, en especial porque
había notado a alguien sospechoso merodear por el residencial y estaba trabajando en
eso, pero luego meditó que su labor había terminado al fin. No volvería a tomar ningún
otro caso, ahora tendría tiempo para preparar su viaje al extranjero y ganar ese concurso
como el mejor barista internacional. Echó el expediente a un lado y quiso descansar
pero en su corazón había un mal presentimiento.
A las tres de la madrugada Jongin y Kyung Soo abren sus ojos con el sonido de un
vidrio quebrarse en la planta baja.
287
—¡No puede ser! —Dice Jongin preocupado— El ladrón ha vuelto por ti.
Kyung Soo sabe que eso es imposible porque en primer lugar él era el ladrón, nunca
nadie se lo había robado realmente y eso significaba que nadie estaba ―volviendo‖ por
él. Pero un ruido más les indicó que efectivamente había movimiento en la planta baja.
Jongin se vistió rápidamente y vistió a su AE con nada más que una bata antes de
asomarse por el pasillo.
—Este ladrón me tiene harto. No voy a permitir que te aparte una vez más.
—Jongin, es peligroso, llama a la policía.
—Tienes razón. —Dice sacando su teléfono móvil del bolsillo de su pantalón pero los
pasos de alguien subiendo las gradas los alertaron y se apresuraron a esconderse en una
recamara de huéspedes.
—Kyung Soo —Le susurró Jongin—No puedo hablar con la policía así, asómate con
cuidado, dime si está cerca…
Kyung Soo se asoma por la orilla de la puerta y mira a un hombre con el rostro cubierto
entrar a la habitación principal, vigila hasta que Jongin logra avisar a la policía y esta se
pone de camino. Ahora recuerda que el diseñador había hablado de algunos robos
cuando recién lo había comprado. Siente miedo de estar ahí, odia que Jongin hubiera
tenido que pasar por eso tantas veces anteriormente.
De repente el hombre con capucha sale directo a la recamara en la que están y Kyung
Soo se sitúa al lado de Jongin en cuanto ve un arma. Recuerda a Chen, no quería ser
apuntado una vez más, en verdad odia las armas.
288
Pero si hay alguien que las odie más que él, ese es Jongin. El solo hecho de ver a ese
hombre con capucha entrar así a la recamara donde se encuentran, desata su cuerpo en
temblores. Está escondido con Kyung Soo detrás de una larga cortina que ambos acaban
pisando, causando que se derrumbe en el suelo con un ruido sordo que espanta al ladrón
quien en un acto reflejo se gira hacia ellos y dispara.
Jongin lo ve todo como en cámara lenta, lo único que puede hacer para salvaguardar su
vida es sacrificar una pieza de su AE interponiéndolo en medio, no medita demasiado
en ello porque sabe que Kyung Soo es un robot y las piezas que se dañen serán
sustituidas, de todos modos ya antes había decidido llevarlo a revisar con Sehun. En ese
momento lo que debe conseguir es sobrevivir, así que en un rápido movimiento cruza a
Kyung Soo frente a él, utilizándolo como escudo y el ladrón baja corriendo después de
disparar.
Kyung Soo es un robot cuya anatomía es completamente de plástico, acero y demás

piezas artificiales, por eso Jongin no comprende cómo el robot es capaz de poner ese
gesto de dolor en cuanto la bala le impacta en la espalda, por eso Jongin no comprende
cómo el robot es capaz de desplomarse en sus brazos como un animal herido.
Cuando levanta la mano de la espalda de Kyung Soo para revisar qué se siente tan
húmedo hay algo muy parecido a la sangre brotando a borbotones de él. Su robot lo está
mirando directamente a los ojos, abre la boca como si intentara preguntarle ―¿Por qué
me hiciste esto?‖ Jongin ya no resiste su peso y se van los dos al suelo.
Kyung Soo se estremece mientras la bala que perforó el pulmón está ahogándolo en su
propia sangre y luego se desmaya. La mano de Jongin está temblando como si
estuvieran bajo la nieve, se acerca a su mejilla y palpa el cuerpo de su pequeño AE
perdiendo su calor rápidamente. La realidad lo impacta.
Las palabras muertas que corren por las venas de Kyung Soo han empujado tan fuerte
que ahora las han rasgado, logrado escaparse. Están manchando el piso de la mansión y
las manos del diseñador… las palabras han gritado alto para hacerle saber a Jongin que
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su robot en realidad es un humano. Lo que más había deseado. Kyung Soo había sido
una persona viva.
¿Había?
Baekhyun y Chanyeol
Baekhyun ha intentado comunicarse con Chanyeol cada día desde la última vez
llamándolo a la panadería pero el señor Park siempre le dice que no está. Es molesto
tener que perseguirlo de ese modo. El gigante ha empezado a escabullirse de su
compromiso de besos y él ha empezado a tener mucho trabajo preparando su próximo
lanzamiento como para dedicarse a acosarlo yendo a ese horrible vecindario a cada
instante.
Medita que lo mejor es obsequiarle un celular así que un buen día que consigue obtener
algo de tiempo va a comprarlo y activa una línea a nombre de Park Chanyeol.
Está tenso porque se pregunta si todo el dinero que le ha entregado a Chanyeol hasta
ahora ha servido para acabar con sus problemas respecto al horrible novio que tiene, si
eso pasa significa que el tipo volvería a estar cerca del gigante y él sería desechado.
Pero aún no es momento para que eso pase. Aún no se ha cansado de los besos del
panadero, en realidad cada vez que se encuentran las horas pasan volando y él desea
más y más, lo seduce con descaro buscando provocar reacciones en el otro pero
290
Chanyeol parece un roble inamovible. Es la cosa más fiel sobre la faz de la tierra y
nunca, ni una sola vez ha intentado ir más allá.
Baekhyun sabe que solo lo está besando porque necesita el dinero que él le da, a pesar
de que lo besa como lo haría un dios, al final de cada sesión, Chanyeol pone ese gesto
triste en sus ojos, porque probablemente el dinero con que él le paga le recuerda lo
asquerosa que es su necesidad.
Baekhyun por primera vez en su vida siente que él no es lo suficientemente bello, lo

suficientemente bueno para alguien. Otra persona está instalada en el corazón de
Chanyeol y todo su dinero y estatus no va a cambiar eso.
Nunca antes se habría apenado por algo así. Él es del tipo de persona hedonista e
inescrupulosa. Durante su vida ha cumplido sus metas y caprichos a cualquier precio
porque él siempre podía pagarlo todo, si necesitaba cosas las compraba, si necesitaba
amigos, también los compraba. Había conocido a Kai y a Kris adquiriendo sus obras, a
Suho, asistiendo a sus conciertos. Su ex novio había estado dos años con él porque
amaba los regalos que recibía y Baekhyun era muy consciente de ello, pero realmente
no le importaba porque él sabía que la vida no era otra cosa que un entretejido de
intercambios… pero ahora…
Ahora Chanyeol era algo que no podía descifrar, seguía siéndole tan fiel a un novio que
lo trataba mal y del cual no obtenía absolutamente ningún beneficio, seguía trabajando
duro para otras personas, seguía incluso, cayendo por él pero de algún modo no lo
suficiente. Chanyeol aceptaba sus juegos y jugaba pero no se divertía, Baekhyun
deseaba pagar por esas emociones pero no sabía cómo.
Él estaba implicándose tanto ahí. Intentando averiguar cómo Chanyeol podía ser una
persona con tan buena energía… él quería robarle eso. O al menos ser capaz de
presenciarlo para siempre. Aunque tuviera que pagarle cada vez. Aunque Chanyeol
acabara odiándolo porque él se aprovechaba de sus carencias.
291
Esa tarde fue a entregarle el celular nuevo a la panadería y a cambio encontró al AE de

su amigo Kai. La noche anterior había acudido con su amigo por un consejo y lo había
descubierto en muy mal estado debido al robo del que había sido víctima hace unas
noches. Nunca había visto a Jongin tan deprimido y pensó que lo mejor era no hablarle
demasiado porque ese moreno parecía ya tener suficiente. Pero Baekhyun era egoísta así
que cuando descubrió al AE en la panadería solo pudo pensar en su propio beneficio.
Si devolvía el AE a su hogar, su amigo no estaría más triste y él podía ocupar su tiempo

obligándolo a escuchar sus lamentos respecto a Chanyeol, además lo haría pagar una
recompensa y de ese modo su gigante también estaría agradecido con él y en deuda.
Todos en deuda con él.
Había salido muy feliz de esa casa porque Kai le prometió darle mucho dinero a
Chanyeol y había manejado como loco para poder decírselo pero antes de llegar a la
panadería de la familia Park, lo encontró caminando por la calle. Una vez que lo
reconoció, se estacionó a su lado y bajó del auto con entusiasmo a anunciarle la buena
noticia.
— ¡No quiero sus quince millones! —Grita Chanyeol —Nunca te pedí que consiguieras
ese dinero para mí. Ahora déjame en paz, eres la última persona que deseo ver en este
momento, Baekhyun.
—¡Espera! Me debes una sesión y…
Chanyeol saca un fajo de billetes de la bolsa de su pantalón y se los tira a la cara.
—No quiero tu dinero, no quiero nada que venga de ti.
— ¡¿Por qué estás actuando así?! ¿Acaso tu novio a vuelto?
— ¡Sí! Volvió, y tú lo apartas de mí.
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—Chanyeol, espera, hagámoslo una última vez —súplica— mañana tendrás todo ese
dinero y a tu novio y yo habré desaparecido para siempre, solo esta noche, una vez
más…
—No me toques. —Responde empujándolo cuando Baekhyun se acerca para abrazarlo

—No tienes idea de lo mucho que te detesto…
— ¡¿Por qué?! ¡¿Qué tiene ese hijo de puta que no tengo yo?! —Grita en la calle con
todas sus fuerzas.
—Él no es mejor que tú pero es mío, nunca se avergonzará de llevarme a su casa o

presentarme a sus amigos, nunca querrá comprarme cosas solo para que me vea mejor a
su lado y no arruine su apariencia, nunca compraría mis besos porque sabe que ya le
pertenecen. Él me ama y daría la vida por mí y nunca deja de demostrármelo.
— ¿En verdad nunca has sentido nada por mí después de todo este tiempo? —Pregunta,
herido.
—No. —Miente a pesar de que ver el rostro triste de Baekhyun empieza a causarle
dolor— No llores, solo vete. —Dice cuando ve que el pequeño empieza a sorber su
nariz para contener las lágrimas.
—Me iré pero… Chanyeol, escúchame. Las cosas que dices eran verdad antes pero
ahora todo ha cambiado para mí. A pesar de que siempre he sido un caprichoso, me
importa tener que pagarte para obtener tus besos, me molesta porque yo anhelo que en
verdad desees dármelos a mí y que no estés pensando en él cuando cierras los ojos pero
no hay modo de que eso pase porque nunca me has querido ni un poco. Sé que se
supone que la persona con clase y dinero soy yo pero por ti he dejado mi dignidad de
lado. Cuando estoy contigo soy una peor persona, lo sé, pero al mismo tiempo siempre
estoy deseando ser mejor.
293
— ¿Qué estás diciendo, Baekhyun?
—Que estoy enamorado de ti… por favor, Yeol, mírame —Dice sujetando sus brazos
—Te amo y yo puedo ser todo lo que necesites, yo podría poner el mundo entero a tus
pies si tú me eliges, por favor, elígeme, o al menos dame una oportunidad. Una real, sin
estar pensando todo el tiempo en él cuando estás conmigo. Tú tan solo necesitarías
ordenar lo que deseas y yo haría que suceda para ti, mi musa, el mejor hombre que he
conocido, mi gigante, te amo y te necesito. No me dejes ahora…
Chanyeol no puede resistirse a ello porque sabe que Baekhyun realmente no es culpable
de las cosas que han estado pasándole a él y a Kyung Soo, además está diciendo que lo
ama y su corazón se agita de un modo tan violento que en ese preciso instante no le
queda ni una duda, él está loca y completamente enamorado de ese pequeño diseñador.
Desearía tomarlo en brazos, meterlo en ese auto y explorar con calma cada milímetro de
su cuerpo pero ahora mismo Kyung Soo lo necesita así que corta el beso que en ese
momento está recibiendo y se limpia la boca abogando por un poco de autocontrol.
— ¡Yeeeol! Por favor… —Suplica Baekhyun —Soy mucho más que un consentido con
mucho dinero, déjame demostrarte que puedo ser una persona buena y que te
merezco…
—Lo lamento mucho, Baekhyun, pero no…
El diseñador ahora está llorando sin reparo alguno.
— ¿Por qué no soy suficiente para ti?
Sí, lo es, es más que suficiente, es como haber ganado tres veces la lotería pero a pesar
de que puede ser lo más grande de su vida, sencillamente no debe hacerle esa mierda a
Kyung Soo, primero tiene que arreglar las cosas con su novio, asegurarse de que todo
294
está bien, dejar pasar un tiempo prudente y entonces tal vez retomar la amistad con
Baekhyun, averiguar si aún podrían estar juntos, sin presiones ni culpas, solo ellos dos,
como nunca ha sido.
Chanyeol niega con su cabeza y mira a Baekhyun recoger sus últimas gotas de dignidad
cuando gira sobre sus pasos para subir a su auto y marcharse. Arranca como alma que
lleva el diablo y él se asusta de que algo malo le ocurra porque ese enano puede ser tan
imprudente… Se da cuenta de que ha perdido al amor de su vida… y también a Kyung
Soo y se apoya en la pared a llorar.
No cena esa noche, lo único que desea es ir a su habitación, se sienta observando por la
ventana y toca su guitarra, notas tristes se desprenden de ella. Se pregunta dónde y
cómo estarán los dos chicos de su corazón. No tiene idea de cómo ayudar a Kyung
Soo…
En la mañana alguien llama a la puerta de su casa frenéticamente, su padre se ha

levantado muy temprano para hornear el pan y está en la panadería, su madre debe estar
dormida así que él atiende. Cuando ve a Baekhyun con los ojos enrojecidos piensa que
de seguro ha estado llorando toda la noche por él, posiblemente por ello ha regresado.
Ha regresado a pesar de todo. Y él no es así de fuerte, no puede más, necesita de su
pequeño diseñador, así que sin darle tiempo de decir nada porque ya antes escuchó lo
suficiente, lo abraza y atrapa su boca con un beso.
Baekhyun inicialmente está muy sorprendido para responder pero después de un

segundo lo está rodeando con sus brazos. Chanyeol lo levanta del piso y el pequeño
enrolla los pies en su cintura dejándose llevar de ese modo a la habitación.
Los brazos de Chanyeol lo sujetan con firmeza y le está dando besos apasionados pero a
la vez tiernos, el gigante lo está acariciando sobre esa cama que aún está tibia y huele a
él. Resbala las manos por su espalda, sus glúteos y él se presiona contra ese hombre
para hacerle saber que le gusta lo que está pasando y que puede acceder a más,
295
Baekhyun quiere que Chanyeol tome todo de él, y así lo entiende el otro cuando le
acaricia la abultada entrepierna.
—Yeol, espera… —Dice jadeando— Podemos seguir con esto pero antes debo darte un
mensaje de Kai.
Chanyeol se detiene en cuanto escucha ese nombre.
—Me ha dicho que le dispararon a su AE, que no es un robot o algo así, está en el
hospital, creo que quiere que le ayudes a probar que se hacía pasar por un robot para
demandar a Non Alma o no lo sé… Como sea, es una locura. Eso es todo, ahora
bésame…
— ¿Qué acabas de decir? —Pregunta empalideciendo de inmediato.
—Eso, que el robot es humano y le han disparado…
—¡¡¡¿Qué a Kyung Soo qué?!!!
Capítulo 42
Jongin no es capaz de responder a las preguntas de Siwon frente a él, solamente está
sosteniendo el cuerpo de Kyung Soo en su regazo intentando asimilar el por qué su AE
se desangra. Lo está viendo luchar por conseguir un poco de aire, se retuerce en su
296
agarre, lleno de dolor mientras él por su parte no puede dar crédito a lo que presencia.
No sabe cómo pero en un abrir y cerrar de ojos está en una ambulancia siendo atendido
por un paramédico, está sentado y a su lado Kyung Soo va acostado en una camilla
siendo tratado por un paramédico más. Puede escuchar el sonido de la sirena de policía
seguirlos de cerca. Poco a poco sale del shock y cuando su robot entra a sala de
operaciones es capaz de hablar con el oficial.
— ¿Me estás diciendo que ese no es el ladrón sino Do Kyung Soo, la persona de la que
encontramos las huellas dactilares en tu casa?
—Sí… espera ¿Qué? ¿Huellas dactilares?
—Sí, encontramos huellas de él y del modelo, Taemin.
—¡¿Por qué nunca me dijo eso?! —Pregunta Jongin a sabiendas de que un AE no tiene
huellas dactilares.
—Pues… usted dijo que habían tres personas en su casa la noche del robo, así que
descartamos esos nombres, ¿me está diciendo que él no estuvo ahí esa noche?
Jongin toma asiento en una de las bancas del salón de espera y se sujeta la cabeza. Está
completamente manchado de sangre pero no le importa. Siwon le está diciendo que
habían huellas de Kyung Soo en su casa, o sea que lo que está en esa sala de
operaciones ni siquiera es un doble de su Artificial Emotions, él nunca tuvo un AE.
Todo el tiempo ese hombre estuvo fingiendo ser uno pero… ¿por qué?
Las imágenes de los distintos momentos con Kyung Soo empiezan a llegar a su mente
como una lluvia torrencial. La vez que Taemin lo empujó a la piscina y estuvo a punto
de ahogarse, las veces que él lo utilizó para sus fines sexuales sin reparar en nada más
297
que su satisfacción, comportándose como un verdadero animal. Todo había sido tan
peligroso ¿Acaso ese hombre tenía problemas mentales?
Y luego recordó también las muchas cosas que él había sentido por su robot, las
emociones que había desnudado frente a Kyung Soo en su espacio seguro, las cosas que
había visto de él y su familia. Su claves, sus cuentas, su dinero. ¡Todo! Kyung Soo lo
sabía todo, pero ¿cómo aquello había ocurrido? La vez que lo compró en Non Alma,
estaba seguro que se había llevado el robot del aparador ¿Qué hacía un hombre en un
aparador? Y ante todo ¿cómo era posible que después de tanto tiempo él no se haya
dado cuenta de que estaba con un humano? Habían sido tantos días ¡rayos!
Y ahora qué iba a pasar ¿Debería demandarlo? ¿Demandar a Non Alma? ¿Enviarlo a la
cárcel? ¡No! Primeramente debía pensar en sí aquel hombre misterioso iba a sobrevivir.
Él lo había utilizado para detener una bala. Si Kyung Soo moría, se iba a sentir culpable
toda la vida… Si Kyung Soo moría, nunca podría preguntarle por qué… Si Kyung Soo
moría, nunca más volvería a ver esos ojos… si Kyung Soo moría, él estaría solo de
vuelta y para siempre…
— ¡Ey! ¿Estás bien? Ey, Kai, ¿puedes oírme? ¿Estás bien? —Escuchaba a Siwon, cada
vez de un modo más lejano, y cuando intentó mirar al policía a la cara todo se puso de
color negro y no supo nada más.
Cuatro horas después despierta en una camilla con una enfermera revisando su presión
sanguínea, le explica que antes se desmayó pero que ahora parece estar todo en orden.
Pregunta por Kyung Soo y le informan que ya ha salido de la operación. La bala perforó
uno de los pulmones y perdió demasiada sangre pero los doctores han hecho un buen
trabajo y creen que va a recuperarse.
La enfermera le informa que se han puesto en contacto con sus padres y que estos no
han logrado presentarse en el hospital, pero a él no le importa. Sinceramente desde que
creyó que su AE había sido robado, dejó de preocuparse respecto a lo poco afectivos
que eran sus padres. En ese momento lo único que viene a su mente es comunicarse con
298
Baekhyun pero cuando lo llama su amigo contesta hecho un mar de lágrimas.
— ¿Baekhyun, estás bien?
— ¡No! No estoy bien, Kai, he discutido con Chanyeol y ya sé que es un tipo sin clase
ni dinero ni nada… pero Kai, nada de eso me importa ¿Lo entiendes?
—Baekhyun necesito que te calmes, escucha, ahora mismo estoy en el hospital
— ¿En el hospital? —Pregunta su amigo con un tono de voz más calmado — ¿Estás
enfermo?
—Un ladrón entró a casa y le disparó a mi AE quién resultó ser un humano… Necesito
que le digas a ese tal Chanyeol que se comunique conmigo, deseo saber si él notó algo
extraño antes de hablar con alguien más… Deseo que me diga exactamente dónde lo
encontró, cómo y por qué lo llevó a su negocio.
Baekhyun no da crédito a lo que su amigo le está diciendo pero de inmediato va a

buscar a Chanyeol para darle el recado y al ser las ocho de la mañana llegan al hospital
donde Kai los está esperando aún con su ropa sucia.
Cuando Chanyeol lo ve lleno de sangre tiene que detenerse porque se siente muy
mareado, Baekhyun lo sujeta y le pregunta si se encuentra bien antes de que él se
desprenda de su agarre y se dirija con ira hacia el diseñador de joyas.
—¡¡¿Qué le hiciste a Kyung Soo?!!
—Detuve una bala con su cuerpo cuando…
Ni siquiera tiene tiempo de acabar su oración porque Chanyeol le da un golpe tan fuerte
que por poco le rompe su quijada. Baekhyun nuca antes había visto a ese gigante
299
comportándose de un modo tan salvaje pero últimamente estaba conociendo todas sus
etapas.
— ¡Cálmate, Chanyeol! Mi amigo pensaba que era un robot ese tal Kyung Soo…
— ¿O sea que tú lo sabías? —Pregunta Jongin a Chanyeol, desde el suelo,

sosteniéndose la quijada.
— ¿Cómo está él? ¡¿Dónde está?!
—Está en cuidados intensivos… —Dice el moreno mientras se levanta y lo encara una

vez más — ¿Quién eres tú?
—Soy el novio de Kyung Soo.
— ¿Puedes explicarme qué diablos hacía tu novio fingiendo ser mi robot?
Chanyeol no puede culpar a Kyung Soo, no después de todo lo que ha ocurrido, después
de que su novio pasó por eso por fingir ser él…
—Le dije que lo hiciera porque yo necesitaba dinero…
— ¿Tú y él fueron los responsables de la desaparición de mis joyas?
—Yo asumiré toda la responsabilidad.
— ¡Eso no es cierto! —Exclama Baekhyun— ¡¿Chanyeol qué estás haciendo?! No seas

idiota y dile la verdad…
300
— ¡Cállate, Baekhyun! Este no es tu problema. —Exclama Chanyeol.
—Kai, eso no es cierto, conozco a este idiota y lo sabes, no sé exactamente lo que está
pasando pero te aseguro que Chanyeol solo está cubriendo a ese robot… es decir… a
ese chico farsante.
—Tú no me conoces, Baekhyun, no sabes nada de mí.
—Sí que lo sé, eres una buena persona, sé que hay un motivo oscuro detrás de todo esto,
seguramente ese tipo te ha amenazado ¿Verdad? Dímelo Yeol, yo te ayudaré pero dime
la verdad.
—La verdad es que fui yo quien le dijo que se quedara en esa casa un tiempo más, fui
yo quien vendió los zafiros que Kyung Soo me daba mientras aún estaba ahí, incluso lo
visité y follamos en su cama, puedo decirte exactamente cómo es esa casa en la que se
supone que nunca debí haber estado… Esa es la verdad. Tú no tienes idea de quién soy
yo, Baekhyun.
—Tu amigo está en la habitación siete de cuidados intensivos. —Anuncia Jongin con
voz cansada antes de darse la media vuelta y caminar hasta su casa. No puede creer
cómo después de todo, el darse cuenta que Kyung Soo tuvo sexo con alguien más, lo
lastima de un modo tan profundo.
Una vez en su mansión, se ducha y mira cómo las manchas de sangre que aún hay en su
cuerpo, se van por el desagüe. Siente que su vida se ha convertido en una película de
horror. Se obliga a tomar un café y mientras tanto recibe la llamada de Siwon
indicándole que enviará un par de oficiales a montar guardia permanente en su casa y
que ha seguido adelante con la investigación. Él acepta todo. No le dice nada respecto a
Kyung Soo, no le aclara que ha sido estafado porque siente mucha vergüenza de sí
mismo.
301
Jongin sabe que ha sido el más imbécil del mundo. Su soledad lo ha cegado tanto que ha
dejado entrar a dos estafadores en su casa, incluso se enamoró de uno de ellos. Se
plantea demandar a Non Alma pero no sabe cuál es el papel de la fábrica en todo
aquello, cree que debe ir a hablar con Sehun pero una vez más la vergüenza lo obliga a
enterrar su cabeza bajo tierra.
Espera calmarse un poco antes de tomar una decisión porque sabe que en esa guerra está
solo, incluso su amigo Baekhyun está defendiendo a Chanyeol. No se atrevería a acudir
a Kris porque en ese momento él está pasando por sus propios lutos. Tal vez podría
llamar a Suho más tarde, pero incluso eso se plantea… debe dejar de necesitar de las
personas. No hay nadie en quién confiar.
Revisa su casa por completo y se da cuenta que el ladrón ha huido con su cuadro de
Millet y un poco de dinero de su estudio. No cree que haga falta nada más. Lo notifica a
los policías cuando llegan a montar guarda y luego sube a la habitación de huéspedes
donde Kyung Soo fue herido. Lleva una gran toalla y un balde con agua porque va a
limpiar él mismo y es lo que se dispone a hacer.
Mientras trabaja intentando borrar la sangre de ese chico piensa que a pesar de que ha
sido estafado no puede con la idea de que Kyung Soo estuviera a punto de morir.
Cuando medita lo cerca que ha estado de que eso ocurra, su cuerpo empieza a temblar
descontroladamente.
Había deseado tantas veces que Kyung Soo fuera humano, había llorado tanto por él
cuando pensaba que lo habían robado y que algo malo le había ocurrido, se había
enojado tanto la noche anterior cuando miró su cuerpo usado y herido. Le había
dedicado tantos de sus trabajos, tanto de sí mismo. Sentía que Kyung Soo le había
enseñado de amor propio, incluso le había diseñado un collar con muchos zafiros y él
sabía exactamente lo que significaban.
No entendía cómo aquel hermoso chico de ojos grandes había sido capaz de ver esas
302
partes de él y no sentir remordimiento. Kyung Soo debía ser un verdadero robot sin
emociones para haber podido llevar a cabo un plan tan cruel. Muchas veces había sido
engañado y utilizado por las personas que tan solo querían su dinero pero aquello era
demasiado.
¿Por qué había sido tan malo? ¿Por qué Kyung Soo? ¿Por qué le había hecho eso a él?
¿Por qué no se detuvo cuando veía que él se estaba enamorando?
Ahora está solo en su casa, pero no puede actuar, no sabe a dónde ir ni qué hacer si no
obtiene las respuestas que necesita, a pesar de toda su confusión y dolor tiene una cosa
clara. Está enamorado de Kyung Soo… está feliz de que no sea un robot pero a la vez se
siente tan herido, enojado, avergonzado… hay tantas emociones dentro que forman una
sensación descompensante que nunca antes había conocido. Cuando respira siente que
el dolor quema. No hay nombre que pueda explicar esas sensaciones.
La sangre seca es difícil de quitar así que tiene que ir por un cepillo para ayudarse a
hacerlo, frota con todas sus fuerzas porque no es capaz de seguir viendo esas manchas.
Quieres desaparécelas, así como quiere que se desvanezca la imagen de dolor en el
rostro de Kyung Soo cuando recibió la bala.
Perdóname, Kyung Soo, perdóname. En verdad lo lamento tanto. —Dice entre sollozos
y lágrimas. Sabía que él había sido el estafado pero no entendía, de algún modo estaba
terriblemente apenado por las cosas malas por las que pasó Kyung Soo debido a él.
Capítulo 43
Kyung Soo
303
Fuente desconocida
Un mes ha transcurrido desde que Kyung Soo fue herido, él continua en estado de coma
en el hospital. Los doctores insisten en que todo está bien con su cuerpo y con los
procedimientos médicos que le realizaron ha superado en gran medida el trauma
pulmonar, pero es como si el chico no quisiera despertar por sí mismo de ese sueño.
Hasta esa tarde…
Cuando abre los ojos todo está borroso pero luego reconoce el rostro de la chica más
hermosa del mundo, junto a él. So Hyun lo está mirando y ha empezado a llorar
mientras lo llama por su nombre, él intenta calmarla pero lo único que sale de su
garganta es un leve gemido. La ve correr a llamar a algunos médicos y luego sus
parpados se vuelven muy pesados y cae dormido.
La segunda vez que despierta encuentra su madre al lado, nota el modo en que una
pañoleta le envuelve la cabeza intentando ocultar el hecho de que no tiene cabello. Los
efectos de la radioterapia y los demás tratamientos que ha estado recibiendo. Kyung Soo
se pregunta cuánto tiempo ha pasado.
—Mamá… perdóname. —Es lo primero que consigue decir después de tanto tiempo, y
su madre rompe a llorar mientras le besa las manos.
—Está bien, mi niño, no te preocupes por nada, todo se solucionará. Lo importante es

que te recuperes, bebé…
Sus momentos de consciencia son más frecuentes cada vez hasta que llegan a ser casi
por completo estables. Se siente muy bien cuando abre los ojos y Chanyeol está a su
lado acariciándole la cabeza.
—Chanyeol…
304
—No hables, Kyung Soo, debes guardar tu energía…
— ¿Qué pasó? Dime por favor qué pasó… no me dejes volver a dormir sin saberlo…
—Te han disparado, Kyung Soo… —Dice casi en un susurro, acercándose más a la
camilla, afuera de la habitación está la señora Do y no quiere que los vea hablar a pesar
de que ya lo sabe todo.
—Lo recuerdo pero… ¿Qué hay de Jongin? ¿Está bien? ¿Le hicieron daño?
—Está bien, ha hablado con Sehun de Non Alma y todo se hizo un lío pero no ha
demandado, nadie ha hecho nada, ni siquiera ha notificado a la policía sobre el fraude.
No hay encontrado a la persona que te hizo daño pero siguen buscando.
— ¡Dios santo! Chanyeol… Él debe estar muy confundido…
—No te preocupes, lo he visto y está bien. Todos están bien.
— ¿Cuántos días han pasado?
—Desde entonces hace poco más del mes…
—Mi familia…
—Les dije todo, lo saben… tenía que hacerlo…
—Soy un hijo horrible…
305
—No digas eso, mi amor, además tu madre está bien, esa es la buena noticia, durante
este tiempo ha continuado su tratamiento. Ayer la han dado de alta, todo funcionó a la
perfección. Tú mamá está sana, gracias al dinero que lograste conseguir. Lo lograste,
Kyung Soo.
Y con esta alegría vuelve a caer dormido.
Los doctores han considerado que ya no necesita las sondas para recoger su orina ni
heces, también le han quitado el cable de oxígeno y solo cuidarán un poco más de su
evolución antes de darle el alta. Suele hablar un poco con su familia y con Chanyeol
cada vez que despierta, incluso una tarde, la persona que está a su lado cuando abre los
ojos es Ryeowook, su querido amigo, con quien al fin tiene la oportunidad de
disculparse.
Debido a toda la sangre que perdió aún se siente débil, es como si su cuerpo hubiera
estado tan cansado de todo que se rehusaba a responder, o tal vez solo sabía lo difícil
que sería volver y enfrentar la realidad, pero ahora había vuelto, y estaba enfrentándola,
incluso aquella tarde en la que abrió sus ojos y la persona a su lado era Chen.
—Así que al fin te alcanzó una bala… y no una mía… —Dijo acariciando la cintura de
su pantalón, dándole a entender a Kyung Soo que tras él guardaba su arma— No puedo
negar que casi me hace sentir triste… antes tenía muchas ganas de dispararte…
Kyung Soo ni siquiera se atrevía a moverse.
—El otro día llegó un tipo al bar apostando un cuadro muy valioso, perdió y quiso huir
con él. Lay estaba realmente furioso, luego nos enteramos que era el hombre que te
había disparado… sino hubiera sido por él probablemente aún seguirías tu farsa y
nosotros tendríamos más joyas ¿Verdad?
Kyung Soo asintió moviendo su cabeza, tenía la garganta seca.
306
—Eso fue lo que los chicos y yo pensamos, entonces nos enojamos más y tuve que… tú
sabes… ¡bang! —Dijo haciendo ademán de disparar con sus dedos a la cabeza de
Kyung Soo quien se estremeció visiblemente. Oficialmente le había adquirido fobia a
las armas.
Chen rió animado.
—Tranquilo, Kyung Soo… —Dijo palmeándole una mejilla— ¿Kyung Soo, cierto? Lo
que he venido a decirte es que no debes preocuparte por ese tipo… Haber vendido tus
joyas robadas nos ha traído grandes ventajas, no te lo imaginarás… Ah bueno, eso es
todo… es una lástima que fueras descubierto, pero ya sabes, si algún día quieres formar
parte de la banda, vamos a recibirte…
Sí, aquella había sido la visita más extraña de Kyung Soo pero después de eso logró
incluso empezar a caminar y a comer sólidos. Esa tarde el doctor le había anunciado que
esa misma semana sería dado de alta y se sintió aliviado por ello. Cuando abrió los ojos
en la mañana siguiente, quien lo estaba observando era Jongin. La persona que más
anhelaba ver, aunque no se atreviera a decirlo.
Kyung Soo se sienta con dificultad para poder encararlo.
—Ellos dicen que no tienes problemas mentales —Inicia el diseñador— por eso no
puedo entender por qué lo hiciste…
—Solo estaba ocultándome de alguien en esa fábrica, no creí que fueran a elegirme…
— ¿Solo escondiéndote?
—Para salvar mi vida…
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— ¿Y por eso me robaste?
—Te pagaré…
— ¿Cómo? Tu novio no parece tener mucho dinero tampoco…
— ¿Has hablado con Chanyeol?
—Me ha dejado muy claro que sacaron provecho de mí e incluso de mi cama… ¿Te
divertías, Kyung Soo? ¿Hablabas de mí con él? ¿Se reían cuando le contabas lo estúpido
y solo que yo estaba?
— ¿Qué? ¡No!
—Te diré algo más, aunque trabajes durante toda tu miserable vida y logres pagar todo
lo que me robaste, eso no va a cambiar el hecho de que eres un ladrón y nunca, nunca
vas a poder pagar por el modo en que me has humillado.
— ¡Tampoco fue fácil para mí!
—Oh, discúlpame, señor Do, debí darte más joyas y más ropa de diseñador, ¡tal vez no
me aseguré de lavar bien tu trasero cada mañana…! —Grita.
—Pudiste no haber abusado de mí, para empezar, sádico enfermo. —Responde enojado.
— ¡No sabía que eras humano!
— ¿Y qué? ¡Eso no te hace menos repugnante!
308
Jongin lleva sus manos hasta su cabeza y se frota el cabello, denotando su

desesperación.
—Debiste decírmelo pero no lo hiciste ¡No me detuviste, Kyung Soo!
— ¿Y me utilizaste como escudo? ¿Qué fue toda esa mierda? Te levantaste tan valiente
y luego solo fuiste un bebé asustado.
—¡¡Sííí!! ¡Me asusté! Me asusté ¿De acuerdo? No soy un salvaje acostumbrado a tratar
con tipos con armas, no creí que iba a entrar a la habitación donde estábamos y además,
eras un robot ¡Maldita sea! No se supone que te ocurriría nada…
—Estuviste a punto de matarme…
—Y tú a mí pero del susto, debería demandarte y hacerte vivir toda la vida en prisión, la
sociedad no tendría que estar vulnerable ante locos como tú.
—¡Demándame! Prueba que no sabías que yo era un humano ¿Qué clase de idiota no
iba a notar que yo no era un AE? Además, salvé tu vida, maldito miserable.
—No voy a demandarte porque no gano nada con que te pudras en prisión, lo único que
haría es exponer mi torpeza, pero espero que el resto de tu vida sigas siendo un muerto
de hambre… de algún modo vas a pagar todo lo que me hiciste, no por nada estás en esa
cama. —Dijo antes de salir dando un portazo.
Kyung Soo debe colocarse la mascarilla de oxígeno que hay al lado de su camilla, su
pulso está acelerado y no puede respirar. No eran esas cosas las que tenía que decirle a
Jongin. No era eso lo que en verdad pensaba pero al parecer ni haber vuelto de la muerte
había acabado con su estupidez.
309
—¿Oppa? —Pregunta su hermanita haciéndole saber que recién entraba a la habitación.
—So Hyun…
— ¿Estás bien?
—Sí, solo quise un poco más de oxígeno, eso es todo… —Dice intentando estar
calmado.
—Vi a ese chico salir de aquí… Chanyeol dice que él fue la persona a la que… tú
sabes… engañaste… ¿Él te hizo algo malo?
—Él solo vino a decir que no demandaría…
—También vinieron a verte otras personas antes, pero estabas dormido…
— ¿Quiénes?
—Un hombre alto acompañado de un robot muy bonito…
—Sehun…
—Chanyeol y yo los vimos salir de aquí pero cuando entramos tú dormías… Él me dijo
que no debía decirte nada pero…
—Está bien, debes decírmelo todo porque ahora ya estoy mucho mejor…
— ¿Qué tan mejor estás? —Pregunta preocupada.
310
—Muy bien, el doctor dice que pronto me dejará ir a casa…
— ¿Eso significa que puedes oír cualquier cosa y no morir o algo?
—Significa eso exactamente…
—Bien… —Dice mirando a su alrededor.
—So Hyun…
— ¿Sí?
— ¿No me lo vas a decir?
— ¿Qué cosa?
—Vamos, tonta, se nota que hay algo que quieres decirme, solo hazlo…
La pequeña se rasca la cabeza y frunce los labios.
—Oppa, tal vez deba esperar hasta que estés en casa… no es algo muy bonito.
—Dímelo o no te dejaré tener novio hasta que cumplas 25.
—Es Chanyeol…— Suelta de inmediato.
— ¿Qué sobre Chanyeol?
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—Escucha, Kyung Soo. Yo sé que siempre he peleado con ese gigante y le he dicho
apodos e insultos y todo eso, pero en verdad no es como si lo odiara, solo lo hago
porque es divertido porque, ya sabes, es tan grande y no sabe defenderse, es como…
¡Pero él me agrada! El tiempo que no estuviste en casa e incluso ahora, él ha sido muy
bueno con mamá y conmigo, nos ha cuidado y nos ha dado dinero… cosas así…
—Yo sé que te agrada, yo sé esas cosas…
—Pero ya no me agrada más.
—¿Ahora por qué?
—Hace tres días… lo vi besándose con un hombre en la cafetería del hospital… Era ese
chico con el que dicen que se prostituye…
Kyung Soo mira con mucho cuidado el rostro preocupado de su hermana antes de darle
una sonrisa.
—Ese es Baekhyun…
—Él ha estado rondando mucho el hospital, creí que era un amigo tuyo o un jefe,
algo… pero…
—No te preocupes So Hyun, ya yo lo sabía…
— ¿En serio? ¿Pero entonces por qué sigues con él?
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—Es complicado, pero escúchame, debes ser buena con Chanyeol, él no ha hecho nada
malo y te quiere mucho.
— ¡Pero está con otro!
—Aún así… además, yo también estuve con otro.
—Okay, ahora yo no entiendo nada… Si un novio mío estuviera con otro yo lo mataría
y yo no le sería infiel tampoco.
—Te lo contaré todo un día cuando ya no seas tan inocente…
— ¿Acaso el tipo ese, Kai, es el hombre con el que estuviste?
— ¡Vete, So Hyun! Debo descansar…
—Aish, bueno, me iré. Solo cumplía en avisarte para que no te engañaran, pero al
parecer la engañada he sido yo. —Dice antes de darle un golpe en la frente a su
hermano e irse.
Kyung Soo lo último que desea es dormir, las últimas visitas del día han sido
devastadoras, se pone sus zapatillas y sale a recorrer los pasillos del hospital, saluda un
par de enfermeras y le acomoda la almohada a una anciana antes de sentirse cansado y
optar por regresar.
Cuando gira el pasillo para dirigirse a su habitación, los ve, Baekhyun y Chanyeol
besándose.
313
¿Es que se habían estado besando en cada esquina de ese hospital?
No debe enojarse ni sentirse celoso, ni siquiera tiene el derecho de entristecerse, no

después de todo lo que ha engañado a Chanyeol, pero no puede evitar preguntarse desde
hace cuánto tiempo él y Baekhyun se han entendido de ese modo. ¿Tal vez desde que se
conocieron justo cuando él los empezó a celar?
¿Y qué podría hacer él ahora? No era como si fuera a armar un escándalo porque
Chanyeol ya no lo amaba… No era como si quisiera conservar a su gigante pero es
que… le dolía perderlo.
De repente todo se puso negro y Kyung Soo se fue al suelo llevándose consigo una
mesita llena de vasos plásticos al lado de un bebedor. El ruido ocasionó que Chanyeol y
Baekhyun voltearán y se asombrarán de ver en el suelo a la persona que menos podría
haber presenciado su beso. El más alto empujó al diseñador con un gesto severo en el
rostro y corrió hacia su novio.
—Kyung Soo… ¿Estás bien? —Dijo estando casi sobre él.
—Chanyeol… estoy bien, solo, me he mareado, creo que he caminado mucho por
hoy…
— ¿Quieres que llame a un doctor?
—No. Solo llévame a la cama, por favor. —Dice con un hilo de voz.
Chanyeol lo toma en brazos como si fuera una princesa y se asombra de lo liviano que
se siente.
314
— ¡Dios mío, Kyung! ¿Acaso pesas 30 kilos?
—No es eso —Responde Kyung Soo abrazándolo y enterrando su rostro en el cuello de

Chanyeol —Es que siempre has sabido cargar conmigo, tienes brazos fuertes, Yeol.
Baekhyun está viéndolo todo sin saber muy bien qué hacer. Ese tipo, Kyung Soo
haciendo el papel de la damisela en apuros y el idiota de su gigante corriendo a
rescatarlo, una vez más. Cuando pasan a su lado, Chanyeol ni siquiera voltea a verlo
pero el enano que va cargando sí lo hace y sus miradas se encuentran durante unos
instantes antes de que ingresen a la habitación, pero ¡Oh, no! No sería Byun Baekhyun
si solo lo deja pasar, así que él entra también, por primera vez.
Chanyeol acomoda a su novio en la camilla. Está muy seguro de que Kyung Soo ha
visto cuando ese impulsivo de Baekhyun se había lanzado a besarlo en medio pasillo, ya
había hecho eso antes en la cafetería y ese mismo día él lo había separado pero el niño
rico era demasiado insistente. Ahora él se sentía horrible con su novio herido, se sentía
como una basura.
—Kyung Soo, lo lamento mucho, perdóname por favor.
— ¿Por qué te estás disculpando? —Pregunta Kyung Soo fingiendo que no ha visto
nada. Aún no está listo para dejarlo ir. Es egoísta pero ahora mismo tiene tanto miedo
de lo que va a pasar que necesita a Chanyeol a su lado solo un poco más porque ambos
solían protegerse mutuamente y en ese momento él solo es débil. Entonces sus ojos
encuentran a los de Baekhyun, de pie frente a su cama y el chico alto se percata de ello
— ¿Baekhyun qué estás haciendo? ¡Vete de aquí! —Dice Chanyeol.
—Solo quiero observar al robot de cerca —Responde Baekhyun sin dejar de ver a
Kyung Soo a los ojos.
315
—Déjalo, Chanyeol… es normal que sienta curiosidad.
Baekhyun rodea la cama despacio hasta llegar a lado de su rival.
—Claro que siento curiosidad, Chanyeol, me intriga ver de cerca a la persona que te ha
puesto en situaciones tan incomodas y además ha engañado a mi amigo…
— ¡Baekhyun, ya basta! —Protesta Chanyeol pero Kyung Soo lo interrumpe.
—Yo también sentía ganas de decirte que soy como el escudo de Chanyeol, y que no se
me olvida que tú y yo nos conocimos antes…
Baekhyun se muerde la lengua y se obliga a tragar los comentarios mordaces que tenía
preparados porque recuerda el modo en que él se expresó de Chanyeol frente Kyung
Soo cuando pensaba que era un robot. Se siente aún más enojado si eso es posible,
porque había dicho esas cosas horribles, es cierto, pero él no las sentía en verdad. No le
importaba si Chanyeol no tenía clase ni dinero, solo lo quería y lo quería para siempre.
Era su amor, su capricho de por vida, eso era lo que se le daba la gana pero no podía
sentarse a explicarlo a ese usurpador de robots sin clase, así que con un exasperado
suspiro, dio media vuelta y salió estrellando la puerta de la habitación.
Capitulo 44
Kyung Soo
316
Una bala se ha impactado en su espalda, siente cómo si sus mentiras se convirtieran en

sombras que se esparcen dentro de él y le impiden respirar. Ha sido empujado
abruptamente a los brazos de Jongin, con quien un rato después está en el piso de la
habitación. Cada bocanada de aire es dolorosa como miles de agujas enterrándose en él
y a la vez no es suficiente el oxígeno que recibe a cambio.
Puede ver el rostro de Jongin completamente confuso, sabe que eso ha sido todo para él.
El diseñador ha descubierto que no es un robot pero ahora no importa, lo único que va a
ver antes de morir es su cara asustada y eso duele más que la bala que lo impactó.
Intenta decir ―perdón‖ antes de morir, solo esa palabra, es lo único que le pide al cielo.
No morir sin que Jongin lo escuche decir ―perdón‖ pero la sangre ha empezado a
ahogarlo y las palabras no salen, ahora esa disculpa será parte de una de las palabras
muertas de las que el diseñador de joyas tanto hablaba.
Su pecho duele, arde, se oprime ¿Es por la herida física o por la herida emocional?
Kyung Soo se sienta en su cama haciendo ruidos extraños mientras intenta llevar
oxígeno a sus pulmones, sus manos aprietan su pecho y él jadea una y otra vez.
—Kyung Soo, tranquilo, tranquilo… fue una pesadilla, respira… —Escucha a Chanyeol
a su lado. Su novio lo abraza y los recuerdos empiezan a regresar.
Hace dos semanas volvió a su hogar, Chanyeol se ha quedado a dormir con él algunas
noches, lo ayuda con sus pesadillas. Una y otra vez el mismo maldito sueño que lo hace
despertar en medio de una crisis de angustia.
Cuando al fin su respiración se reestablece él está bañado en sudor y se siente débil,

como si el disparo hubiera sido ayer. Chanyeol lo arropa de vuelta y él cierra los ojos
sin sentirse mejor porque la culpa lo está atormentando. No puede quedarse más con
Chanyeol, no puede… pero no sabe cómo dejarlo ir.
317
Aún no está listo para volver a trabajar pero sabe que dentro de cinco días lo hará, el
señor Park ha sido muy amable en darle otra oportunidad a pesar de que ya hay alguien
más trabajando para él. Será algo de medio tiempo mientras Kyung Soo consiga una
oferta mejor. Su madre cada día está más fuerte y su hermana les ha anunciado que ha
ganado el curso escolar y ya salió de vacaciones.
Chanyeol por su parte también ha conseguido avanzar en sus cursos del instituto y ha
recibido una oferta de trabajo en una buena empresa, donde inició hace unos tres días y
todos están muy felices por ello, excepto el mismo Chanyeol. Kyung Soo no lo ha visto
poner caras largas ni quejarse pero sabe que su gigante está triste. Las dos últimas
semanas no se ha despegado de él, lo que significa que no ha visto a Baekhyun… debe
extrañarlo. Ninguno se atreve a mencionarlo.
Cuando su madre va a hacer compras con su hermana, gastando el dinero que aún
restaba de todo lo que robó del diseñador, él se encierra en la habitación de So Hyun y
encara el póster de Taemin. Esa foto es lo más cerca que tiene de Jongin, eso y el reloj
de búho junto al collar de zafiros que le dio la última vez y que le devolvieron cuando le
dieron de alta en el hospital. Se aferra a ello.
No puede engañarse y extraña a Jongin como si fuera su sol. Su dios. Su energía vital.
Cada minuto que transcurre se estira para él como una liga que se tensa más y más y
constantemente siente que está a punto de reventarse haciéndole mucho daño.
Jongin está más lejano ahora de lo que estaba antes de que se conocieran, no sabía cómo
aquello era posible, pero podía sentirlo. Chanyeol también estaba lejos. Aun llamándolo
novio y durmiendo con él, incluso sin quejarse de sus ronquidos pero su gigante está a
miles de kilómetros… o tal vez es él quien se ha aislado en un túnel tan oscuro que ahí
dentro nadie podría encontrarlo, como sea, está lejos…
Intenta identificar cada una de sus distancias con el resto del mundo, y las clasifica, para
él hay lejanías que acaban con monedas, lejanías que se acaban con horas. Hay lejanías
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que se acaban con miles de kilómetros y hay lejanías que ni la cercanía acaba. Hay
lejanías que ni siquiera las letras pueden solventar, hay lejanías repentinas y existen
aquellas que la muerte ha sellado para siempre.
Para Kyung Soo, Jongin es el faro de sus tumbas mentales, la voz de sus silencios, la
pluma que roza sus durezas etéreas. Y esa noche odia todas sus lejanías, en especial la
de su diseñador. Quiere oírle llegar y decir que todo está bien y que no importa. Como
antes cuando nada estaba bien e importaba, como antes cuando sobrevivían...
—¡¡¿Kyung Soo?!! —Pregunta Chanyeol en un grito mientras lo sacude de los

hombros.
Kyung Soo nota que está lloviendo realmente fuerte, está empapado y ahora ha
empezado a temblar de frío. Está en una calle cerca del colegio de su hermana pero son
al menos las 2 de la madrugada, todo está oscuro y no hay nadie por ahí. Su novio lo
está mirando muy asustado.
—¿Q… qué estamos haciendo aquí, Chanyeol?
—Es lo que me gustaría saber, he estado buscándote durante horas… ¿dónde estabas?
—No… no lo sé… yo estaba en casa…
—So Hyun te escuchó salir a las diez de la noche y como no volvías fue a buscarme a
casa, están preocupadas por ti, ¿dónde estabas, Kyung Soo?
Kyung Soo está confundido, ni siquiera recuerda haber salido de casa.
— ¿Sabes qué? Olvídalo. Solo vamos a casa, está lloviendo mucho. —Dice Chanyeol,
tomándolo de la mano y casi arrastrándolo de vuelta a su hogar.
El día en que su mamá lo despierta temprano para que vaya a trabajar no puede creer
que el tiempo haya pasado tan rápido pero mientras desayuna los minutos transcurren
319
agónicos. No tiene idea de lo que está ocurriendo con el ritmo del tiempo que fluctúa y
desafía las leyes de la física. Últimamente el día parece noche y la noche parece el
infierno.
Tan solo en la mañana tres clientes le gritan en la panadería porque se ha equivocado

con el cambio así que el señor Park lo envía a lavar moldes y bandejas, Kyung Soo se
da cuenta de lo terrible que lo está haciendo cuando el agua se desborda mojándole los
pantalones. Se apresura a disculparse y luego comente el mismo error una vez más,
cuando acaba se va sin cerrar la llave y otro de los empleados le llama la atención. Él lo
mira mover la boca pero de algún modo las palabras que salen de ella no son audibles.
Cuando llega a casa se lanza en su cama, finge estar dormido cuando su madre lo llama
para cenar, no tiene ganas de sentarse en esa mesa a fingir que está bien cuando en
verdad desea haber muerto. O tal vez si lo hizo. Tal vez él ya está muerto. Antes no
había diferencia entre él y un robot. Ahora no hay diferencia entre él y un cadáver.
Intenta con todas sus fuerzas obligarse a sonreír pero cuando su boca se tuerce de sus
ojos salen lágrimas así que mejor se mete bajo las sabanas, abraza su reloj y duerme. Si
tiene suerte no soñará nada… si tiene suerte esas horas de sueño serán como minutos
muertos de su vida, sin dolor, sin culpa, sin amor. Serán como su descanso.
Pero esa noche no tiene suerte, y despierta ahogándose otra vez. No está Chanyeol para
recordarle que es un sueño así que hiperventila hasta casi desmayarse pero luego el
dolor físico empieza a volverse tenue, el aire vuelve a él en la medida necesaria y
vuelve a estar consciente de sí mismo como para limpiarse las lágrimas y el sudor de la
cara.
Kyung Soo siente tantas ganas de amar a la persona que lo odia…
—Kyung Soo, Kyung Soo —Dice Chanyeol visiblemente agotado — ¿Qué estás
haciendo aquí?
320
Y cuando él se percata está frente a la fábrica Non Alma, no sabe qué hora es pero está
oscuro y hace frío.
—Yo… solo… yo quise salir a caminar —Responde para no preocupar a Chanyeol —

No debiste venir a buscarme, no soy un niño.
—Has salido a caminar a las tres de la madrugada y descalzo. —Dice señalándole sus
pies —Creo que sí debí venir por ti.
Kyung Soo se mira sus pies, no recuerda por qué salió ni dónde estuvo. Se hubiera
sonrojado de tener la capacidad de sentir otra emoción que no fuera tristeza.
—Está bien, sonámbulo, vamos a casa. —Dice Chanyeol ofreciéndole su espalda para
que suba.
Kyung Soo no entiende por qué ese hombre que trabaja en la panadería Park continua
gritándole, parece estar muy alterado intentando decirle algo hasta que su suegro sale de
la nada y detiene lo que él está haciendo sujetándole las manos. Cuando se mira se da
cuenta de que hay sangre, ha estado fregando el filo de un cuchillo sin darse cuenta de
ello. El trabajador al fin deja de gritarle y corre por una venda y algo de alcohol.
Hay mucha sangre en la pileta pero es curioso porque no le duele, no siente nada… o
más bien sí le duele, y mucho pero el dolor en su pecho lo distrae de cualquier otra
sensación. Se ha sentido tan mal que cree que cualquier cosa es producto de lo mismo,
porque cada vez que piensa en Jongin duele de un modo físico.
—Así que es aquí donde vienes… —Dice Chanyeol haciéndolo despertar de su extraño
trance y cuando se da cuenta dónde está, la mansión de Jongin se asoma 50 metros
adelante.
—Chanyeol… ¿qué estoy haciendo aquí?
321
—Te iba a preguntar lo mismo… ¿por qué deambulas por las noches a la casa de ese
diseñador?
Kyung Soo presiona sus puños y Chanyeol lo obliga a detenerse levantando frente a su
cara la mano vendada por el accidente durante el día de trabajo, pero él no puede
recordar hace cuánto fue que se cortó la palma de esa manera.
— ¿Kyung Soo, qué día es hoy?
Intenta recordarlo pero está confundido, ni siquiera sabe hace cuánto volvió del hospital
o cuánto tiempo tiene de trabajar en la panadería. Antes sus días estaban tan calculados,
sabía siempre exactamente la fecha que era y cuánto hacía falta para escapar de Jongin,
antes lo sabía…
— ¿Kyung Soo cuántos años tiene tu hermana?
No hay respuesta más que el chico mordiéndose el labio.
— ¿Kyung Soo qué fue la última cosa que comiste? ¿Cuál ropa estaba usando tu madre
hoy? ¿Sabes si durante el día hizo sol o lluvia?
—Chanyeol…
— ¿Sí?
—Ayúdame, por favor… —Súplica.
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Capítulo 45
Chanyeol y Kyung Soo
— ¿Sabes dónde estamos? —Le pregunta Chanyeol después de acomodarle su abrigo

sobre los hombros a Kyung Soo.
—En el parque de la comunidad…
— ¿Recuerdas por qué no gusta este lugar?
—Aquí nos conocimos…
—Recuerdo que te estaba observando leer ese periódico desde hace un rato y empecé a
tocar la guitarra muy fuerte para llamar tu atención…
—Y lo hiciste… tocabas tan bien que deje de leer para escucharte…
—Lo noté… y me entusiasme tanto que empecé a payasear y se reventó una cuerda
contra mi cara.
— ¡Pensé que te sacarías un ojo!

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— ¡Oh! ¡Estaba muy avergonzado! Pero entonces te acercaste a ver si estaba bien… y
me enamoré de ti… —Declara con una gran sonrisa.
—El amor a primera vista no existe.
—No era la primera vez que te veía sino la primera vez que escuchaba tu voz.
—Chanyeol…
—Eran lindos tiempos, ¿no crees?
—No, estaba muy preocupado buscando trabajo.
—Y me encontraste a mí.
—Y desde entonces siempre estuvimos juntos… Eres mejor que un empleo.
Chanyeol sonríe y Kyung Soo quiere hacerlo pero a cambio solo asiente nerviosamente.
—Yeol… temo que me estoy volviendo loco.
—No estás loco, estás deprimido. He leído al respecto.
—No quiero ser una carga para ti, debes concentrarte en tu nuevo empleo…
—No eres mi carga, eres mi escudo y yo soy el tuyo. —Dice dándole la mano y
entrecruzando los dedos.
Ambos miran el parque en silencio durante unos minutos.
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—De noche parece un lugar muy solitario y triste ¿Verdad? —Pregunta Chanyeol.
—Es tan diferente a su aspecto diurno, lleno de luz, juegos y risas…
—Cambia mucho…
—Igual que nosotros… —Dice Kyung Soo, al fin abriendo la brecha para una difícil
conversación.
—Igual que nosotros… —Repite el más alto— ¿Qué tanto hemos cambiado? ¿Nos
hemos quedado sin luz como este parque?
—Yo sí pero cuando te miro, tú brillas. Solo que diferente…
—Es porque estoy enamorado. —Acepta tranquilo como si expresarlo no le causara un

horrible dolor.
—Brillas como un hombre enamorado. —Susurra con la mirada baja.
—Perdóname.
—Te perdono. —Vuelve a susurrar, lo suficientemente fuerte para que Chanyeol lo

escuche.
—Besé a Baekhyun… muchas veces, incluso acepté dinero por ello… y como un idiota,
me enamoré, después de negarlo tantas veces. —Dice antes de romper a llorar— Le dije
que lo amaba pero que no te dejaría porque estabas herido y él se volvió loco, no quiso
aceptarlo y me acosó en el hospital hasta que le grité que se fuera… y lo hizo.
—¿Hace cuánto?
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—Tiempo después de que te escondiste en casa de Jongin. Lamento haber cedido,

lamento haber traicionado lo nuestro… —Dice limpiándose las lágrimas.
—No lo hagas. Porque yo… Jongin…
—Sé que lo amas. No estoy ciego, sé que estas mal por él…
Kyung Soo al fin encara la mirada de Chanyeol y cuando abre la boca para intentar
explicarse, rompe a llorar y entre gemidos le suplica.
—Nunca te disculpes conmigo porque besaste a Baekhyun después de todo ese tiempo.
No llores frente a mí por algo así ¿Sabes en qué me convierte eso? Yo… yo hice cosas
horribles. Nunca te disculpes por un beso, Chanyeol, no tú… Jongin y yo… — dice
antes de que Chanyeol le cubra la boca.
—Ya lo sé, ya lo sé, Kyung Soo… no tienes que decírmelo. Está bien. Está bien.
Y Kyung Soo está llorando tan fuerte como un niño con las rodillas rotas.
—Hace mucho tiempo que tú y yo no somos suficientes el uno para el otro, mi amor, y
esto es horrible porque lo hemos intentado tanto. —Llora Chanyeol— yo pondría mi
vida en tus manos, Kyung Soo.
—Y yo, yo daría mi vida por ti.
—Ya lo has intentado antes. Yo lo sé.
—¿Qué va a pasar ahora?
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—No lo sé…
—Yeol… tengo mucho miedo…
—No voy a ir a ninguna parte.
—Debes hacerlo…
—No sé cómo seguir sin ti…
—Baekhyun te mostrará…
—¡No! —Se queja antes de que Kyung Soo se lance a abrazarlo.
Una hora más tarde están frente a la casa de Kyung Soo y está será la última vez que se
abrazarán como novios así que cuando lo hacen procuran entregar todo de ellos mismos,
en honor a todo lo que alguna vez sintieron.
—Siempre estaré aquí pata ti, Kyung Soo y lo sabes.
Kyung Soo tira de él para darle un beso profundo pero suave y lento, como sabe que
Chanyeol los disfruta, no con arrebatada pasión ni sus prisas salvajes, sino con la
sensibilidad que él se merece.
—Adiós, mi amor. —Dice antes de entrar a su casa.
Y Chanyeol camina hasta la suya. Pensando que no es cierto que ya no se amen, pero
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considerando que su tiempo ya pasó y que ahora es el momento para continuar, pero
avanzará mañana, con la luz de un nuevo día porque ahora mismo, es tiempo para sentir
su corazón dolorido.
La hermosa pareja que él y Kyung Soo fueron alguna vez, llenos de sueños, planes y
promesas ¿dónde había quedado?
Despedirse tal vez hubiera sido más fácil si hubieran podido darse insultos y reproches,
pero jamás le harían eso a una persona por la que aún podían sentir tantas cosas…
aunque fuera en el recuerdo de un amor que ya no está más, que se había ido como un
papel arrastrado por el viento… Era un lástima porque… él en verdad hubiera deseado
tanto conservarlo pero habían llegado a un punto en el que incluso cuidar del otro se
volvía algo demasiado doloroso.
Porque se amaron, se aman y seguirían amándose, lo mejor era decir adiós y dejar que el
otro creciera. Era horrible que la decisión adecuada tuviera que doler de esa manera.
Capítulo 46
Jongin y Kyung Soo
Un mes más tarde Kyung Soo está trabajando con un grupo de albañiles que construyen
una casa. Es navidad y regresa a su hogar por la noche agotado, sucio y deprimido, justo
como lo ha estado dese hace tanto que ya no lo recuerda.
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Cuando abre la puerta Chanyeol está sentado en su sala, les ha traído obsequios a su
madre y a su hermana y está bebiendo un poco de ponche casero de la señora Do. Es
una escena feliz. Kyung Soo está sorprendido porque le parece que la última vez que vio
a su ex novio fue hace mil años.
Chanyeol se pone de pie para abrazarlo pero Kyung Soo lo aparta porque su ex tiene la
ropa limpia y él huele mal, sin embargo el más alto fuerza su agarre no dándole opción
más que la de dejarse querer.
Después de ducharse y conseguir comer un poco de la cena navideña, hablando sobre la

mejoría de la salud de la madre de Kyung Soo y lo bien que ha resultado el trabajo para
Chanyeol, los saludos del señor Park y demás, se sientan solos en la acera frente a la
casa.
—Entonces… ¿Cómo está Baekhyun?
Chanyeol inclina su cabeza un poco avergonzado pero luego asiente y responde.
—Está bien…
—¿Solo bien? —Dice dándole un codazo.
—Baekhyun está… es decir… es estupendo. —Se sonroja y logra hacer a Kyung Soo
reír aunque la sonrisa no llegue a sus ojos.
—Eso es genial, Chanyeol, felicidades…
—¿Tú cómo estás?
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—El dedo que me martillé hace unos días en el trabajo está sanando así que eso un diez
para mí. —Intenta sonar animado.
—Hablo en serio, Kyung…
—Yo también —Dice mostrándole su meñique vendado. Luego se pone serio y suspira.
—Sé de alguien que tampoco lo está pasando bien… Baek me ha contado que, tú sabes,
ese tipo, Jongin, no ha podido diseñar nada desde entonces.
—¡Dios mío! —Exclama escondiendo la cabeza entre sus rodillas —También le he

robado su inspiración… ¡Se va a quedar pobre por mi culpa!
—¿Por qué no intentas devolvérsela? Jongin no me demandó porque Baekhyun lo

convenció de no hacerlo y no te demandó a ti porque se sentía asustado, confuso,
culpable por tu herida y no lo sé, tal vez hasta enamorado de ti… Él convenció a Sehun
de que Non Alma tampoco iniciara procesos legales en tu contra por haberte colado
así…
—¿Cómo sabes eso?
—Baekhyun puede llegar a ser muy comunicativo…
—Entonces también deberías saber que Jongin amaba a su AE por encima de las
relaciones humanas, me lo dijo, amaba a su AE porque lo robots no traicionaban como
los seres humanos… vaya si tenía razón.
—Pero tú no eres un robot y a cambio de eso puedes disculparte… los humanos

podemos arrepentirnos y pedir perdón. Reflexionamos de nuestros errores, tenemos
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misericordia… está bien no ser un robot. Está bien emocionarse y perdonar. Jongin
tampoco es un robot…
—También he pensado que me gustaría decir ―lo siento‖ pero él ni siquiera me dejaría
entrar, además tampoco soy capaz. La otra noche fui decidido a hacerlo y me encontré
saliendo de su casa a ese oficial, Siwon, nunca supo que yo era su AE extraviado así que
solo me saludó efusivamente al verme tan recuperado, empezó a decirme que la
seguridad estaría a cargo de un Shindong y que él iría a montar una cafetería no sé
dónde… Ya estaba ahí, Chanyeol y no me atreví. Le di el reloj de búho y el collar de
lágrimas para que se los devolviera a Jongin y me fui corriendo… ¿Sabes qué es lo más
patético de mí? Cuando conocí a Jongin me enojaba mucho que él llorara por todo, no
importa qué pasara, siempre iba a botar lágrimas como un bebé pero ahora… ¡ahora soy
yo quién no puede parar de llorar!
—He creído que por mí mismo no voy a convencerte de ir a hablar con Jongin, por eso
le he pedido ayuda a alguien que hace poco conocí… —Dice antes de sacar un teléfono
móvil de su bolsillo y hacer una llamada, en menos de diez segundos, un auto
estacionado en la esquina, acelera y se aparca frente a ellos. Baekhyun al volante se
asoma por la ventanilla y le grita a su novio.
—¡¿Por qué tardaste tanto, grandísimo idiota?! ¡Estaba a punto de entrar a esa casa y
echar todo a patadas!
—Discúlpalo, Soo… suele ser un poco celoso.
Kyung Soo no entiende nada y está aún más sorprendido cuando Suho sale de la puerta
de atrás.
—Hola, Kyung Soo… ha sido mucho tiempo. —Dice dándole la mano con una gran
sonrisa.
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Kyung Soo le acepta, anonadado.
—Al parecer mi amigo ha perdido un poco la cordura gracias a ti, estamos aquí para
acompañarte a devolvérsela.
Pronto Chanyeol los estuvo empujando al asiento de atrás y él tomo su lugar en frente,
junto a Baekhyun.
Las lucecitas navideñas que adornan todas las casas que van dejando atrás en el camino
le indican a Kyung Soo que lo mejor será tener un poco de esperanza. El ánimo de Suho
y Chanyeol es tan bueno que él mismo empieza a ser contagiado y Baekhyun… al
menos no está diciéndole nada.
Logran entrar al jardín de Jongin y Suho hace una llamada.
—¿Kris, sigues ahí?... Bien, acabamos de llegar así que lo mejor será que salgas y te
vengas con nosotros.
—Kyung Soo, bájate de mi auto. —Ordena Baekhyun.
—¿Qu..qué?
—Vete a suplicar el perdón.
—Pero… pensé que ustedes…
—¿Quieres que Kai me arranque la cabeza? Suficiente hice con traerte, así que largo.
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—¡Baekhyun! —Lo reta Chanyeol —Kyung Soo, tan solo ve ahí, dile que lo sientes y
luego márchate. Tú puedes hacer eso ¿Cierto?
No. No podía, pero Suho lo empuja afuera antes de tener tiempo de responder. Y en la
puerta de la casa se encuentra de frente con Kris y su AE, Tao.
—Así que eras humano… siempre supe que había algo diferente en ti —Dice
mirándolo, divertido— Si no hubiera estado tan preocupado por mi madre en ese
entonces, lo habría notado enseguida…Bueno, pequeño mortal, buena suerte. —Dice
guiñándole un ojo y subiendo al auto de Baekhyun con su AE real acomodado en su
regazo.
Kyung Soo no sabe si alguna vez ha estado tan nervioso como para que le tiemblen las
rodillas justo como le está pasando ahora… toma aire y solo siente que nacen más
mariposas en su barriga, la explosión, el big bang, miles de duendes dentro de él. Pero
ya ha llegado hasta ahí, y Chanyeol y los demás se han ido, así que no tiene otra opción.
Camina despacio hasta llegar a la cocina porque antes no ha encontrado señal de Jongin,
entonces lo ve intentando sacar algo del horno después de apagarlo.
—¿Qué crees, Kris? Esta vez el pavo se ve comestible ¿No te pare….
Su frase queda suspendida en el aire cuando se gira y en lugar de su amigo Kris

encuentra a Kyung Soo. Deja la comida sobre la mesa y aún no es capaz de cerrar su
boca.
—Kris se ha ido… me lo encontré saliendo…
—¿Él te dejó entrar? ¡Maldito traidor! Verdaderamente no puedo confiar en las

personas. —Dice sacándose el guante de cocina y arrojándolo al estante.
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—Lo siento, yo solo, he venido a decir algo y luego me iré…
—¿Y crees que estás en el derecho de entrar a mi casa como si fuera tuya?
—No… no, no lo creo, es solo que… pensé que no me dejarías entrar.
—Pensaste bien.
—Por favor, Jongin, solo escúchame un poco.
—¿Qué vienes a hacer?
—A pedirte perdón.
—¿En navidad? ¡Qué oportuno! Deberías saber que en realidad soy ateo, solo hacía la
cena para Kris porque su madre está muerta…
—Lamento oír eso… y no importa si eres ateo o no, no estoy aquí porque sea navidad
sino porque en verdad debo pedirte disculpas.
—De acuerdo —Dice apoyándose en la mesa y mirándolo a los ojos— Discúlpate.
—Jongin, yo en verdad, lo lamento mucho, todo lo que pasó… lo siento. Perdóname.
—No.
—¿Qué?
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—No te perdono, Kyung Soo. Ya has pedido tus disculpas, yo dije que no, ahora vete.
—¡Pero, Jongin!
—¿Debo disculparte solo porque me lo pides?
—¡¡No!!
—¡¡¡Entonces vete!!! —Grita.
—Pero ni siquiera he logrado decirte el porqué.
—Te estabas escondiendo porque te hiciste pasar por el estúpido de tu ex novio y un

tipo te iba a asesinar, Baekhyun me ha contado lo suficiente, créeme.
—Eso es cierto.
—Aún así, no te perdono.
—Tenía miedo de que si te decía la verdad, me enviarías a la cárcel y luego mi madre

enfermó, de lo contrario nunca hubiera tomado tu dinero ¡Te lo juro!
—También sé eso. Y por ello no abrí mi boca, no hice un escándalo de esto, te dejé ir en
paz después de toda esa mierda, y esa es la última consideración que voy a tener
contigo, así que ahora vete…
Jongin camina enfadado hasta donde está Kyung Soo, lo toma del brazo y empieza a
empujarlo hasta la salida.
—Espera, Jongin, hay algo que aún no te he dicho. —Implora una vez que está en la
335
puerta —Me enamoré de ti, mucho, con toda mi alma. Y es lo más real que he sentido
en toda mi vida. Me haces tanta falta y si me dieras la oportunidad de redimirme yo te
juro que me convertiría en tu esclavo. No permitiría que nunca más te sientas solo,
Jongin. Déjame responder con amor a tu amor esta vez, déjame demostrarte lo que es en
verdad sentirse amado y cuidado, yo haría todo eso por ti, si me dejas estar de nuevo en
tu vida.
Jongin camina hasta una mesilla de cuya gaveta extrae el reloj de búho y el collar de
zafiros azules que Siwon le había entregado antes de irse del país. Regresa con Kyung
Soo y se los lanza a la cara.
—Si necesitas dinero, confórmate con esto que ya era tuyo y nunca te pedí de vuelta.
Ahora vete porque no importa cuántas mentiras seas capaz de decirme, nunca más
volveré a creerte. Kyung Soo, para mí eras más real cuando pensaba que eras falso. —
Dice antes de azotarle la puerta en la nariz.
Literalmente, le azotó la puerta en la nariz, así que un minuto después Kyung Soo está
caminando calle abajo con una mano presionándose para detener la hemorragia. No
había juntado las joyas, hubiera sido como aceptar que había vuelto solo para conseguir
algo más de dinero, aunque sabe que le hubiera encantado tenerlas de vuelta, no porque
sean joyas valiosas, sino porque solían ser los objetos que consolaban sus pesadillas
cuando los abrazaba por las noches.
Se mete al primer bar que encuentra de camino y empieza su viaje a la destrucción con
el primer trago, y no se detiene hasta caer desmayado en una acera mientras en sus
adentros se lamenta haber conseguido que Jongin cerrara de ese modo su corazón.
Jongin quien en determinado momento había sido un chico con tanto amor para dar que
incluso se enamoró de un robot, ahora era una persona capaz de decir cosas horribles sin
titubear ni derramar una sola lágrima. Y todo era su culpa. Había arruinado a un ser
humano perfecto.
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Capítulo 47
—¿Qué hiciste qué? —Pregunta Suho.
—¡Eres un estúpido! —Acusa Baekhyun.
— ¿Eres masoquista? —Cuestiona Suho.
—No quiero un ladrón en mi casa otra vez… —Responde Jongin en la estancia de su

casa.
—¡¡Ay, por favooor!! —Se burla Kris.
—Entonces solo no lo dejes entrar a tu casa, visítalo tú. Yo visito a Chanyeol y nos va
muy bien, no porque crea que me va a robar —se apresura a aclarar— es que me gustan
sus padres, cocinan rico. Los dos.
—¿Quieres dejar de mencionar a ese tipo, Baekhyun? Se me revuelve el estómago solo

de oír el nombre.
—Chanyeol es…
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—¡Que te calles! —Le grita— ¡Cállense todos! ¿Qué les pasa? ¿De repente me quieren
ver feliz de la mano de ese idiota como si no hubiera pasado nada?
—No nos importaría si no estuvieras más triste que nunca, nadie aquí quiere que te
suicides, Kai. —Dice Suho.
—¡¿Quién se va a suicidar?! ¡¿Quién está peor que nunca?! ¡Están locos! ¡Yo estoy
bien! ¡BIEN!
—Pero es que… —Inicia Kris.
—¡¡Es que nada!! —Grita, silenciándolo— Ustedes tres pueden irse a la mierda junto
con Kyung Soo…
Sus tres amigos se hartan de los gritos de Jongin y se levantan al mismo tiempo
caminando hasta la salida mientras comentan lo loco que está y lo grosero que se ha
vuelto, a Baekhyun no le gusta la palabra ―Mierda‖ y se va quejando de eso, sin
embargo en la puerta se encuentran a Sehun, seguido de su AE, Luhan.
—¡Tao! —Exclama Sehun lleno de alegría en cuanto mira al AE de Kris. Se va hasta él,
lo abraza y le acaricia los cabellos —¡Pero qué bonito estás, Tao! ¿Cómo has estado, mi
vida?
Kris lo odia. Tao es su juguete, solo él puede tocarlo, así que tira de él hasta ponerlo a
su lado.
—¿Por qué lo tocas tanto si no es tuyo?
—Lo lamento, es una de mis creaciones y le guardo mucho cariño.
338
—¿Eres Sehun? —Lo reconoce Suho— Qué bueno verte, cualquier día iré a tu fabrica
para conseguir algo para mí… un AE artificial… no real… ya sabes, por los últimos
acontecimientos.
Escuchan a Jongin toser detrás, Baekhyun le da un codazo a Suho por indiscreto y todos
se devuelven porque mueren de la curiosidad por conocer qué hace ahí el heredero de
Non Alma.
—Serán cotillas. —Los acusa Jongin con desprecio. Luego se va a estrechar la mano de
Sehun y también lo invita a pasar.
—No será una visita larga, solo quiero darte esto. —Dice el chico entregándole una
carpeta llena de papeles.
—¿Qué es?
—Después de que llegaste a mi oficina con aquella historia me preocupé, si el escándalo

se sabe podría traernos perdidas a la empresa, por suerte no has querido sacarlo a la luz,
pero aunque no quisiste demandar, no podía dejar las cosas solo así. Ya había
sospechado algo sobre ese AE antes, en la fiesta del antifaz de joyas que te robaron pero
no logré verificar nada ese día por un idiota que me mintió diciendo… bueno, no
importa, ahora me dediqué a averiguar quién es exactamente Do Kyung Soo y ahí está
todo.
—¿Para qué me das esto?
—Tú sabrás qué hacer con ello Jongin, puedes botarlo si deseas, pero hay cosas
interesantes por ahí, creo que no demandar fue una buena decisión, ese chico es más
inofensivo de lo que creemos… Y una vez dicho esto, me voy. —Dice levantándose.
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—¿Vas a la fábrica? —Pregunta Suho —Porque de ser así te garantizo una compra
hoy…
—Claro, actualmente estoy trabajando en un nuevo diseño, tienes que verlo…
Minutos después Jongin está solo en su taller de trabajo. Aunque no ha podido diseñar
nada desde hace meses, le gusta estar ahí… El reloj de búho y el collar de zafiros que le
había lanzado a Kyung Soo y este no se había llevado, lo miraban desde la mesilla de
enfrente. Le da miles de vueltas a la carpeta antes de decidirse a abrirla.
Do Kyung Soo aparece, su fotografía tamaño pasaporte, sus datos de nacimiento, su

expediente médico, había sido un chico bastante sano al parecer, a excepción de esa bala
en su pulmón nunca antes había estado internado. Luego su expediente escolar, un niño
bastante promedio pero en el colegio sus notas eran mediocres, solo psicología y
educación musical valían la pena, pero todo mundo pasaba esas materias sin problemas
así que Jongin no se impresionó.
Se preguntaba cómo había estado engañado tanto tiempo por alguien tan tonto.
Luego venían sus datos familiares.
Su madre, sus datos médicos, los recibos del hospital y sus tratamientos… Ese Sehun
era de miedo ¿Cómo podía obtener todos esos datos? Y luego, la enfermedad de esa
señora sí que parecía grave, en el expediente constaba que la atención oportuna pudo ser
lo que le salvó la vida.
Ah, ya estaba bien. Gracias a su dinero.
De nada, Do Kyung Soo —Dice sarcásticamente.
Luego la hermana menor, So Hyung… Bueno, ella sí que era inteligente, las notas eran
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sobresalientes… hasta ese último año donde había sido tan mediocre como su
hermano… tal vez en esa familia a cierta edad perdían la inteligencia.
Pero luego encontró una nota de sus profesores, señalaban que el descenso en las
calificaciones se debía a una leve depresión por motivos de su madre y hermano
enfermos, al parecer la adolescente estaba soportando mucha presión familiar y a veces
lloraba en clases, pero finalmente había aprobado todos los cursos.
Bueno, en ese momento Jongin se sintió mal por esa niña. Venía una fotografía de su
anuario escolar. Era guapa. Se parecía a Kyung Soo.
Finalmente los datos del señor Do. Su vida de trabajo estaba resumida en un párrafo, no
habían fotografías pero explicaban su fecha de muerte. Jongin sacó cuentas y
comprendió que Kyung Soo estaba realmente joven para ese entonces… su padre había
sido un campesino.
Recordó lo que le gustaba a su AE que le hablara sobre cuadros y libros donde los
protagonistas eran campesinos pobres y creyó ver como una parte del Kyung Soo real se
asomaba entre sus recuerdos. En ese entonces no lo había notado pero ahora, cuando
rememoraba esas escenas, casi podía ver las lágrimas asomándose en los ojos de su ex
robot.
Continuando con los datos de Kyung Soo, encontró una enorme lista de experiencia
laboral, incluso fue salonero durante dos meses y lo despidieron cuando dicho hotel
decidió que solo contrataría mujeres para esa labor porque se veían más hermosas con el
uniforme.
Arreglando techos, envasando frutas, pintando casas, atendiendo un supermercado,

vendiendo plantas en un vivero, ayudando en una panadería (la de su ex novio, notó), y
el último trabajo, construyendo casas. Jongin no se explica cómo un chico tan joven ha
tenido tiempo de dedicarse a tanto mientras cuida de su familia, termina el colegio, tiene
novio y estafa gente.
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En su expediente judicial no hay cargo alguno, nada, ni siquiera por insultar policías,
está limpio. De hecho, encuentra por ahí un par de todas donde se especifica que ha sido
ayudante lavando el asilo de ancianos de su comunidad cada fin de año durante los
últimos cuatro, a excepción del que pasó porque venía saliendo del hospital…
Sus cuentas bancarias están vacías. De hecho solo hay una y los movimientos son una
vergüenza. Un salario base durante los últimos meses que trabajó en la fábrica de
conservas, una cantidad de dinero que apenas serviría para pagar al jardinero de la
mansión de Jongin.
Y una dirección. La dirección de su casa.
Jongin tira el expediente ese al basurero y antes de salir de esa habitación lo patea.
Sigue sin explicarse cómo Sehun es capaz de recolectar tanta información y se deja
envolver en un escalofrío porque esa familia Oh en verdad son de armas tomar en
cuanto al espionaje. Supone que hicieron algo así con él cuando lo estudiaron para ver si
era apto para adquirir un AE.
Se lanza a su cama y da un par de vueltas con la televisión encendida pero no ha podido

dormir muy bien ahí porque de algún modo siente el olor de su AE pegado al colchón.
La cocina es otro sitio tabú porque ahí es donde Kyung Soo más solía estar y donde
discutieron la última vez. La sala de estar es su zona medianamente segura.
Pero una vez en ella no se siente bien.
¿Y si Kyung Soo realmente se estaba muriendo de hambre y tenía miedo y por eso
callo?
¿Y si Kyung Soo realmente estuviera arrepentido?
342
¿Y si Kyung Soo en verdad se enamoró de él?
No. Imposible.
Imposible.
Ya Jongin no era el tonto de antes, no era el niño emocional que antaño se moría por
entregar su cariño y por ser una persona especial para alguien. Jongin ahora era una
persona fría, de pensamiento total y absolutamente racional que para nada extrañaba a
un robot falso que le había dado el peor susto de su vida, y además lo había sentir más
ridículo y herido que nunca nadie.
Jongin ahora ni siquiera lloraba. Recordaba lo mucho que lo había hecho en el pasado y
era capaz de sentir vergüenza de sí mismo.
Sin embargo tomó las llaves de su auto y se encaminó a ese maldito vecindario. Esa
dirección, él estaba seguro de haber pasado antes por ahí, solo iría a echar un pequeño
vistazo, sería bueno si veía al maldito de Do Kyung Soo de lejos, si lo escuchaba
burlarse de él y entonces podría en verdad terminar de odiarlo y hacer de esa emoción la
gasolina con la que viviría el resto de su vida.
Podría hasta dejar de diseñar porque ya no creía tener la sensibilidad para tratar con una
joya, sus recientes cortes había quedado francamente asquerosos porque lo último que
quería era moldear las cosas hermosamente, no cuando lo que deseaba era prenderle
fuego a Non Alma, y luego encontrar a Kyung Soo y partirle el cuello como si fuera un
pollo flaco.
Se adentró en ese lugar, pasando despacio por la panadería Park donde vio a Chanyeol
sonreír mientras abrazaba a Baekhyun y su amigo encontró su mirada. Jongin lo saludó
con un movimiento de mano y el pequeño abrió grande su boca, con asombro.
343
Luego fue directo hacia esa casa. Eran las dos de la tarde y no parecía haber nadie. Se
detuvo en frente solo a observarla. Era un lugar bastante lamentable. Parecía que se
estaba cayendo a pedazos, él ni siquiera lo usaría como cochera para sus autos.
—¿Puedo ayudarle en algo? —Pregunta una mujer por la ventanilla, dándole un gran
susto.
Una señora con el cabello muy corto. Por esos labios gruesos puede adivinar que es la
madre de Kyung Soo. También le pareció verla una vez en el hospital.
—¡Pero si es usted, Jongin!
—¿Me conoce por mi nombre, señora?
—Claro que sí, por favor, pase a la casa, me gustaría mucho hablar con usted.
Él sabe que no debería hacerlo pero la curiosidad lo mata, además es casi una anciana
enferma, no cree que sea capaz de matarlo o algo así, por lo que asegura su auto y la
sigue dentro.
Casa no es precisamente la mejor palabra para describir aquello. Jongin diría más que es
como una habitación con separaciones delgadas y cosas viejas por todo lado. Pero al
menos está limpia de polvo… casi.
Se sienta en un sillón que traquea cuando apoya todo su peso en él y tiene el impulso de
levantarse de inmediato pero se fuerza a soportarlo. Una fotografía familiar al lado de la
televisión más antigua que él haya visto capta su atención.
El señor Do abraza muy fuerte a su pequeño y delgado hijo que sonríe tanto que no se le
notan mucho los ojos. A su lado una hermosa mujer sostiene a una bebé de meses.
344
Sale de su concentración cuando la señora Do pone un pequeñísimo rollo de billetes en

sus manos y luego se arrodilla frente a él.
—Perdóneme, por favor.
—¿Qué está haciendo?
—Sé todo lo que lo ha hecho pasar mi hijo, es mi culpa porque no lo eduqué bien, él
robó para pagar cosas para mí y para su hermana, sé que este dinero no es mucho,
posiblemente no sea nada para usted, pero después de mi enfermedad y la herida de
Kyung Soo es todo con lo que cuento. Por favor, perdóneme y yo le pagaré poco a poco,
aunque se me vaya la vida en ello. Se lo juro.
Jongin está anonadado y se pega un buen brinco cuando So Hyun sale de la habitación
preguntándole a su madre qué estaba haciendo en el piso.
—Arrodíllate, So Hyun. —Le ordena su madre —Este hombre me ha salvado la vida.
¿Yo? —Piensa Jongin —¿Cuándo?
La jovencita lo reconoce en la primera mirada y se arrodilla al lado de su madre.
—Gracias por no enviar a mi hermano a la cárcel —ella empieza a hablar de manera

firme, pero pronto su voz se quiebra y empieza a llorar —Mi hermano es todo lo que
tengo, gracias por perdonarlo, por favor. Acepte nuestro dinero, yo también voy a
trabajar mucho para pagarle a usted.
—Oh no, por favor, levántense… en realidad no vine para eso.
345
—¿Entonces a qué vino? —Pregunta la chiquilla.
—Yo… bueno, no lo sé… —Acepta.
—So Hyun, ve y trae algo de tomar para él. —Dice la señora Do antes de que So Hyun
corra a la cocina.
—No necesito el dinero —Dice Jongin devolviéndoselo— Solo he venido para

averiguar la verdad, es lo único que tiene valor para mí.
—¿La verdad?
—Sobre Kyung Soo.
La señora Do se sienta en el sillón a su lado y So Hyun le alcanza un vaso con una

bebida naranja que Jongin opta por no beber y lo deja en el piso disimuladamente.
—Pues la verdad es que mi hijo no es un robot ni nada de eso… si lo sabré yo que lo he

criado y he visto cada una de sus enfermedades, incluso esta última.
—¿Qué enfermedades? A mí me… parecía… muy sano. —Dice recordando el

expediente médico intachable.
—Bueno, no muchas cosas graves, algunos virus de ocasión pero él siempre ha sido
muy fuerte, se rehúsa ir al hospital porque no tiene seguro médico… y actualmente…
—Dice bajando la vista.
—¿No se ha recuperado de su herida?
346
—De su herida sí pero… Kyung Soo está muy deprimido, la verdad es que estoy
preocupada por él. Creo que se siente muy culpable por lo que le hizo.
—No es culpa, mamá… es que a Kyungie le gusta este señor.
—So Hyun, cállate. —La reprende su madre.
—Pero es cierto. Lo he visto dormir, lo llama en sueños.
—So Hyun, es hora de internarte en tu habitación.
La chica se le levanta con una mueca. ―Es cierto‖ Le susurra a Jongin cuando su madre
no puede verla y este la sigue con la mirada hasta la habitación. No es difícil porque en
esa casa es posible ver todo desde un mismo lugar, es toda tan pequeña.
Cuando So Hyun abre la puerta de su recamara, Jongin descubre el enorme póster de su

ex novio en la pared.
—Espera ¿qué es eso? —Pregunta levantándose y caminando hasta ella.
—Es mi novio. —Dice sonriente.
—¿Tu novio?
—Bueno, en la vida real es gay y tiene un novio, cuando me di cuenta lloré mucho y
oppa me compró un enorme helado.
—¿Tu hermano te compró un helado?
347
—Sí, porque Taemin me partió el corazón. Cada vez que alguien está triste en esta casa
lo solucionamos con comida… aunque a él últimamente ni siquiera eso lo consuele.
Jongin siente cómo todas las piezas empiezan a encajar en su cabeza, ve que cada uno
de los actos de Kyung Soo no han sido fortuitos y de repente tiene ganas de conocerlo
todo. Cada uno de los gestos de su robot eran los vestigios de un corazón humano,
cálido, lleno de amor familiar.
—Kyung Soo es un buen muchacho —Dice su madre tras él— pero se ha equivocado
contigo, y él lo sabe, es por ello que últimamente no puede ni consigo mismo. Se está
destruyendo solo porque tú lo has dejado en paz…
—¿Qué es esto? —Pregunta Jongin al ver un libro en la mesa.
—Últimamente solo quiere estar encerrado leyendo eso… —Responde su madre—

¿Sabes qué es?
Jongin lee la portada: De Profundis, por Oscar Wilde.
—Me pidió que lo sacara de la biblioteca —Explica So Hyun.
Y Jongin no se está sintiendo bien en esa casa. Empieza a tener un retroceso a la

persona que era antes porque hace tiempos no siente tantas ganas de llorar. Empieza a
experimentar ganas de verlo…
—¿Dónde está él?
—Trabaja siete cuadras hacía arriba, está construyendo una casa. —Dice la adolecente
antes de que él salga sin despedirse y acelere en su auto.
348
Se parquea frente a dicha construcción y observa a los albañiles durante un rato hasta
que descubre a Kyung Soo trepado en un andamio no muy alto, pasando cemento en la
parte alta de unas columnas. Está muy delgado.
Parece muy concentrado, o más bien desconcentrado porque poco a poco se va

corriendo de lado hasta que el andamio se acaba y él cae de bruces. Jongin piensa que
ahora sí llegó a tiempo para verlo morir y está a punto de correr a levantarlo y llevarlo al
hospital pero ya varios trabajadores están rodeándolo.
Kyung Soo se levanta rápido, sin heridas graves aparentes y se disculpa con todos
diciendo que está bien. Un hombre alto lo lleva enfadado hasta la acera. Está tan cerca
de Jongin que este no puede creer que Kyung Soo no note su hermoso auto pero es que
ese tonto solo está viendo para el suelo… luego descubre su codo lleno de sangre.
—Es en serio, Kyung Soo, voy a despedirte.
—¡No! No por favor, deme otra oportunidad, sé que puedo hacerlo mejor.
—¿Mejor? No vas a descansar hasta que no te mates, o peor, mates a alguien más.
—Le prometo que pondré más atención, se lo prometo, no volveré a distraerme.
—Aunque te concentres sigues siendo un idiota —Dice golpeándole la cabeza —¿Cómo

vas a solucionar eso?
—Trabajaré el doble, señor… si me permite.
—¿Con ese cuerpo flaco? Estás muriéndote Kyung Soo… ¿Quieres obligarme a pagar
tu ataúd?
—No, señor, no voy a morir, se lo prometo. Solo trabajaré mucho.
349
—Es el tercer accidente del día, muchacho imbécil.
—Estoy bien, en serio.
—Te diré una cosa. Es la última vez, si cometes otro error, estás fuera. No me importa
si tu madre o tu hermanita se mueren de hambre ¿Entiendes?
—Sí, señor. Muchas gracias, señor. No lo defraudaré.
—Y olvídate que te pagaré una clínica para que veas ese codo herido, que te lo cure tu
mamá cuando regreses a tu casa…
—Sí, señor, no se preocupe, no es nada.
El hombre niega con la cabeza antes de retirarse a continuar con sus labores y Kyung
Soo vuelve a subir al andamio a terminar con las suyas. Va dejando un rastro de gotas
de sangre a su paso.
Y Jongin arranca su auto solo para estacionarse una vez que está fuera de aquella
comunidad porque el camino está borroso. Se apoya en el volante de su auto y llora.
Nunca antes había visto tal necesidad. Recuerda todo lo que ha dicho sobre las personas
pobres frente a Kyung Soo. Todo lo que ese chico tuvo que soportar sin decir una
palabra por su causa, las veces que se tragó su orgullo y se dejó lastimar de tantas
maneras porque necesitaba dinero para su mamá. Una mujer que hace unos minutos se
le había arrodillado a pedirle perdón y le había ofrecido todo su dinero. Y una hermana
que a pesar de estar preocupada, no duda en sonreír cuando menciona a Taemin.
350
¿Y él? ¿Cuáles son sus propias necesidades? ¿Qué tendría que pasarle para poder
soportar algo así?
No. Jongin cree que él nunca podría soportar que un hombre lo golpee y le hable de esa
manera, especialmente si necesita atención medica, pero claro, él no tiene a una madre
recuperándose de cáncer, su hermana menor no está planeando dejar el colegio para
ayudar con las deudas de su casa y sobre todo, él puede estar durante meses sin trabajar
sin que eso implique una alarma en su bienestar personal.
Anteriormente Jongin habría pensado que tenía muchas necesidades, especialmente

después de que se enterara de que Kyung Soo era un AE falso, de repente era
imprescindible un cocinero, un secretario, un par de oficiales de seguridad, cámaras, un
arma, una persona para la limpieza… muchas cosas, y muchos electrodomésticos,
sabanas nuevas, todo. Él pensaba que lo necesitaba todo de una manera urgente pero
ahora entendía que no eran nada más que necesidades creadas… él no moriría por esas
cosas. Aún en su ausencia, estaría bien.
Sin embargo esas personas, ellas en verdad necesitaban. Necesitaban un trabajo, una
casa, un colegio, un doctor, necesitaban alimento, salud, bienestar en el más amplio
sentido de la palabra. So Hyun no estaba llorando en el colegio por que el televisor de
su casa era una basura sino porque su hermano estaba gravemente enfermo.
Si Kyung Soo hubiera muerto el golpe para Jongin pudo ser terrible pero ahora se
preguntaba ¿qué sería de esa pequeña familia sin su Kyung Soo? ¿Qué sería de esas
mujeres sin ese chico distraído que era capaz de meterse en los peores líos por cuidar de
las personas que amaba? Su madre, su hermana, su novio.
Lo quería de vuelta. Al real. Al hombre capaz de amar de esa manera. Quería conocerlo
en verdad… a su Kyung Soo. Y lo quería sano y tan perspicaz como era cuando
estuvieron juntos, no a la sombra herida en la que se había vuelto.
Definitivamente no quería una sombra herida.
351
Definitivamente no quería un robot.
Quería al amante, al hermano, al hijo, al amigo.
Quería al verdadero Kyung Soo.
Capítulo 48
Chanyeol no deja de ver de reojo a Jongin, va al lado de Baekhyun quien maneja hasta
la casa de Ryeowook. Esa noche el diseñador había acabado llegando después de tres
días de ausencia a solicitar ayuda para encontrarse con Kyung Soo una vez más y el
diseñador de moda había llamado a su novio a pedir ayuda, de ese modo los tres
acabaron pasando un momento tenso en el auto.
—¿Así que estabas en una fiesta con ese tal Kyung Soo? —Pregunta Baekhyun
mientras maneja.
—Sí, la misma a la que estamos llevando a tu amigo del que está enamorado para que se
reconcilien.
—No me cambies el tema, Park Chanyeol.
Chanyeol ríe.
—Pero Baek, ese es el tema.
352
—¿Pueden tener sus peleas de pareja un día que yo no esté en el asiento trasero? —
Pregunta Jongin antes de llegar a la fiesta.
—La última vez que lo vi estaba en el sillón de la sala intentando convertirse en

almohadón —Dice Chanyeol.
—¡Chanyeol, ni pienses que va a entrar ahí! —Ordena Baekhyun.
—¿Por qué no?
—Una fiesta con un montón de salvajes que no conozco y tu ex entre ellos. No lo

creo…
—Esos salvajes son mis amigos, además voy a ayudarle a Jongin a encontrar a Kyung
Soo.
—Eres un igualado, dile Kai, como todos los demás.
—Lo siento, es una costumbre que me pegó Kyung Soo.
—Si te vas conmigo te daré una fiesta privada —Dice levantándole una ceja,
seductoramente.
Chanyeol tiene un pie fuera del auto pero se detiene de inmediato, el sexo con
Baekhyun es lo mejor que le pasó en la vida, sería capaz de negar hasta al propio dios
solo por un revolcón con ese enano.
¿Qué hacer? ¿Qué hacer?
353
Jongin escucha el auto arrancar tras él y dejarlo solo en aquel horrible lugar.
—¡¡Par de idiotas!! ¿Qué hago si Kyung Soo ya se fue? ¡Eso me pasa por seguir
confiando en la gente equivocada! —Protesta antes de entrar.
Nunca había entrado a una fiesta tan salvaje, música movida y ruidosa, gritos, bebidas,
olor a carne asada por todo lado, las personas bailando unas contra otras en otra
apretada orgía con ropa de la cual él no sale inmune porque al menos tres veces le tocan
sus genitales cuando pasa por medio de aquel frenesí. Y cuando se libera de esa nube de
gente, su ropa huele a humo de cigarrillos y a feromonas ajenas.
Está oscuro y no consigue ver a Kyung Soo por ningún lado. Recorre hasta el
asquerosamente sucio sanitario y nada, por último llega a la cocina donde lo encuentra
con un vaso de licor en la mano.
Kyung Soo ha sucumbido ante los ruegos de Ryeowook y ha asistido a su fiesta de

cumpleaños el sábado por la noche. Hay un escándalo de proporciones épicas en aquella
casa y él siente que desea ser tragado por todo el frenesí y dejar de existir. De algún
modo ser triste en medio de gente feliz, lo hace sentir más… miserable.
Ha optado por embriagarse solo en la cocina y es la única manera que encuentra para
sobrevivir esa fiesta. Ryeowook y Chanyeol se han perdido por ahí y a él no le interesa
hablar con nadie más, ni comer, ni bailar, ni aceptar ningún coqueteo. Cuando ve entrar
a Jongin cree que ya bebió demasiado pero es imposible porque apenas lleva a la mitad
su primer trago.
—Kyung Soo, al fin te encuentro. —Dice el diseñador.
A Kyung Soo no le importa si aquello es real o solo en producto de su inminente locura,

en todo caso teme así que suelta el vaso y sale corriendo disparado por la puerta de
atrás. Cuando gira la cabeza, Jongin está corriendo tras él gritándole que se detenga.
354
Nunca. Ni loco. Si ese es el diseñador real, solamente puede estar ahí para pegarle un
tiro, y si no lo es, también le va a pegar un tiro, o una bofetada, justo como en sus
últimas pesadillas y aunque sean sueños o alucinaciones, ver a Jongin tratándolo mal
duele terriblemente, así que no, no piensa detenerse. Pero tropieza y cae. Tal vez su
debilidad, tal vez el trago, tal vez ir distraído viendo para atrás a cada instante, o tal vez
todo lo anterior.
Su pequeña caída le da ventaja a Jongin quien después de que Kyung Soo se levante y
corra unos pasos más, logra atraparlo.
Kyung Soo se retuerce en su abrazo mientras llora desconsoladamente. En verdad no

cree soportar más palabras duras de Jongin, ya su corazón está completamente roto y su
dignidad, orgullo, todo, ya no quedaba nada de él…
—Cálmate, no voy a lastimarte. No quiero hacerte daño, Kyung Soo, por favor, cálmate.
—Implora Jongin, logrando que al fin el chico en sus brazos deje de removerse.
Lo está escuchando llorar y puede sentir a Kyung Soo temblando desconsoladamente.
—¿Podemos hablar un momento? Tranquilamente, solo eso…
El pequeño asiente.
—¿Si te suelto vas a salir corriendo?
Kyung Soo niega con un movimiento de cabeza mientras sorbe los mocos. En cuanto
Jongin lo suelta, se da la vuelta y se cuelga de él implorándole.
—Jongin perdóname, te juro que no quise lastimarte, ni robarte, te voy a pagar hasta el
355
último billete, por favor, discúlpame, estoy tan avergonzado, ni siquiera merezco la
vida, lo sé, lo sé…
—Cálmate. No he venido a eso, Cálmate.
Debe hablar fuerte para que Kyung Soo logre ponerle atención, antes de continuar.
—He venido a… no lo sé, quiero darte la oportunidad de contármelo todo y estuve

pensando en la vez que me dijiste tu nombre, Kyung Soo ¿Cierto? Es tu verdadero
nombre, no me hubieras dado tu verdaderos datos si hubieras pensado llegar tan lejos,
significa que no eres un profesional de la estafa y que estabas nervioso en ese entonces,
¿No es así?
—Sí, yo… eh… estaba asustado… yo no quería quedarme ahí esa noche pero tu casa
tenía todas las puertas cerradas y yo…
—No te aceleres. Está bien. Cuéntamelo todo, con calma…
—Bien. —Dice limpiándose las lágrimas— Pero no aquí, esta zona del vecindario es
peligrosa. Vamos.
Kyung Soo toma a Jongin de la mano y camina apresurado delante de él, arrastrándolo
hasta su casa. El diseñador puede sentir cómo a través de los dedos de aquel chico, su
piel recibe impulsos eléctricos placenteros y no hace nada por separarlo.
Una vez que entran a casa, la señora Do y So Hyun están mirando la televisión y se
quedan boquiabiertas de verlos ahí.
—Mamá, So Hyun, él es Jongin…
Antes de que la adolescente pueda abrir la boca, la señora Do responde.
356
—Es un placer conocerte, Jongin. ¿Les ofrezco algo de beber?
—No mamá —Dice Kyung Soo— No ha venido para eso, él y yo tenemos algo de que
hablar.
Kyung Soo se encierra en su habitación con su invitado mientras la señora Do sube el

volumen de su televisor y le sonríe a su hija.
Los hombres están sentados en la cama, uno frente a otro.
—¿Qué te pasó en el codo? —Pregunta Jongin al ver la venda, ya sabe la respuesta pero
quiere saber qué le dirán.
—¿Yo? Emm, no es nada, estoy bien.
—No te pregunte cómo estás sino qué te pasó.
—No fue nada.
—Está bien, Kyung Soo, si no quieres hablar, mejor me iré. —Dice levantándose pero
el chico se cuelga de su mano, obligándolo a sentarse de nuevo.
—¡No! No es eso. Me caí, lo que pasó fue que me caí en mi trabajo, eso es todo…
—¿En tu trabajo?
—Sí, estoy trabajando construyendo una casa y yo… bueno, soy torpe, me he caído de
un andamio.
357
—Tu jefe debió asustarse.
—Él… bueno, no le agrado demasiado, porque últimamente estoy un poco… no lo sé…

distraído— Dice bajando la voz hasta el punto en el que es casi imposible comprender
su última palabra. Pero está bien, Jongin puede ver que está siendo sincero.
—Deberías trabajar para mí. He pagado como quince millones para tenerte y ese dinero
no me fue devuelto. Deberías ir a mi casa y ser mi cocinero… o algo así.
Kyung Soo levanta su mirada para encarar a Jongin.
—¿Qué? No. No, de ninguna manera volveré como tu empleado.
—Es para que puedas pagarme.
—No. Trabajaré para pagarte pero si me voy contigo primero debería dejar a mi familia
una vez más y luego estaría obligado a cumplir con cada uno de tus caprichos porque te
debo demasiado dinero, y tendría que cumplirlos aún si no me los pidieras porque me
siento muy culpable.
Y entonces Kyung Soo se da cuenta de que eso puede ser exactamente lo que Jongin
quiere, y ¡claro! No debería estar siendo tan idiota.
—…Oh… ¿acaso tú?... ¿y estás aquí por eso?... oh… bueno, en ese caso yo… —
Tartamudea sin poder decir nada coherente a Jongin.
—¿Qué harías si vengo a pedirte que seas mi esclavo?
Jongin puede ver el modo en que el agua sube como la marea dentro de los ojos de
358
Kyung Soo, pensaba que solo los dibujos animados lloraban así pero lo está viendo
frente a él ahora. En el momento en que los ojos de Kyung Soo se llenan de una pantalla
liquida, semi transparente, una gota gorda cae de su ojo izquierdo y luego del derecho, y
el chico asiente a modo de repuesta.
—¿Sí? — Sondea Jongin.
—Sí, yo… yo iré… yo… haré lo que quieras. —Responde con sus mejillas cada vez
más húmedas.
—No, Kyung Soo, no es eso lo que vengo a pedirte. —Dice sujetándole la cara y
limpiándole las mejillas —Estoy aquí porque te extraño.
Kyung Soo lo mira mientras parpadea varias veces y con cada batir de sus pestañas más
lágrimas caen.
—Quiero averiguar quién es la persona de la que me enamoré, Kyung Soo. Tú sabes

todo de mí pero ¿yo de ti? También quiero conocerte…
—Yo… no soy muy distinto… de un AE.
—¿Me dejarías descubrirlo?
El chico apenas puede asentir antes de aceptar el beso de Jongin, y reacciona para
abrazarlo mientras siente a su corazón bombear enloquecido, cree que podría solo sufrir
un paro cardiaco y morir en ese beso, pero estaría bien morir así, por lo que se entrega.
Jongin se separa para poder abrazarlo con mucha fuerza.
359
—Te amo, Jongin, en serio te amo. Con muchas emociones reales y puras. Con todas
mis fuerzas, te amo… y lamento tanto haberte lastimado.
—También lamento haberte dañado, nunca quise hacer nada que pudiera lastimarte, me
siento mal cuando lo recuerdo, y la bala, por dios, Kyung Soo, deseo morir cuando
pienso en ello. Ahora lo único que quiero es que te quedes a mi lado ¿Puedes quedarte a
mi lado, por favor?
—Sí, sí. No quiero tus joyas ni tu dinero, solo a ti, solo te quiero a ti y eres mucho más
valioso para mí que todo lo demás… te lo demostraré cada día, te lo juro.
Jongin está llorando un poco también. Apenas están empezando y Kyung Soo ha
iniciado diciendo lo más hermoso que alguien le pudo decir. Definitivamente no lo
dejará escapar otra vez.
La vida no es fácil, mucho menos cuando tu novio es tan diferente de ti. Jongin insiste
en querer darle dinero a la familia de Kyung Soo como si todos fueran su
responsabilidad y se enoja cada vez porque su novio siempre rechaza la ayuda.
Kyung Soo no quiere trabajar con él en absolutamente nada. Se ha negado e incluso ha

hecho berrinche porque no quiere ser el chico que cocina un par de cosas al día y luego
cobra un sueldo millonario, está seguro de que el trabajo que le ofrece Jongin es solo
una fachada para darle dinero y a la vez buscando tenerlo cerca día y noche como al
360
viejo AE. No volverá a vivir con ese tipo hasta que no le pida algo similar al
matrimonio. Eso es lo que ha concluido.
Jongin sabe que Kyung Soo nunca va a aceptar su dinero, ha descubierto lo terco que es.
Lo desesperante que es. La personalidad tan fuerte que tiene. Pero está decidido a que
vivan juntos algún día. En secreto está planeando comprar una casa más pequeña para
poder vivir ahí juntos como una especie de matrimonio o algo, pero no se lo va a decir
aún porque no quiere asustarlo.
Por último le pide ayuda a Suho. Lo odia pero es su última carta. Cuando le avisa a
Kyung Soo que el gran Suho necesita de un secretario, este no puede aceptar más rápido
el puesto.
Jongin está celoso. Sabe que su novio ama a Suho. Sabe que Suho mira mucho a su
novio. No está seguro de si hace bien pero Kyung Soo lo besa una y otra vez y continua
diciéndole ―Soy solo tuyo, mi amor, mi amo, eres el único dueño de este corazón
humano‖ y él es capaz de olvidarlo todo.
En realidad Kyung Soo está muy bien trabajando con Suho, está tomando unos cursos
de computación ahora, algunos días a la semana, se le da bastante natural así que parece
feliz. Le entretiene darse cuenta de los planes de su idol, recibir a la gente importante
que le ofrece contratos para que modele tal o cual marca y concertar citas tras un
teléfono. Kyung Soo parece alegre. Y Suho siempre ha sido un idiota amable, y curioso.
Jongin sabe que Suho contrató a Kyung Soo por pura curiosidad… y porque lo
encuentra bonito. Tiene en claro que gran parte de las horas laborales son Suho
interrumpiendo a su novio para preguntarle cosas… cosas sobre Jongin y sobre su época
como AE. Y Kyung Soo probablemente lo cuente todo porque adora tener la atención
de Suho. Jongin odia eso, pero luego va a recoger a su novio al final de la jornada y este
sube tan feliz a su auto. Sin heridas laborales, sin jefes que lo traten mal, con un buen
361
salario, en un ambiente seguro… Él está muy feliz de que Kyung Soo trabajé con Suho,
aunque nunca va a aceptarlo.
Luego estaba la señora Do y So Hyun, a Jongin se le estrujaba el corazón solo de pensar

en esa casa, pero sacarlas de ahí fue la parte más fácil, porque ni siquiera tuvo que
hablar con Kyung Soo antes, negoció directamente con su suegra, y no tuvo que
mentirle, solo tuvo que pedirle ayuda.
En realidad, ya estaba teniendo problemas con la persona que cuidaba su casa de playa,
la última vez la policía le notificó que había habido una fiesta demasiado salvaje en ella
así que aprovechó la ocasión para prescindir de sus servicios y en cambio le dio ese
trabajo a su suegra. Lo único que tenía que hacer era vivir en esa casa y cuidar de ella
para que cuando él llegara todo estuviera en orden.
Con las calificaciones de So Hyun y una semana de molestar a su padre, consiguió que
este le becara en un buen instituto cerca de esa casa de playa, así que ahora las dos
estaban en un buen lugar, y la pequeña tendría un mejor futuro que Kyung Soo, con esa
cabecilla brillante que poseía. Él le pasaba una modesta cantidad de dinero a la señora
Do como pago por los cuidados de su casa de playa. Ella pensaba que era más dinero de
lo que necesitaba pero había terminado aceptando.
Kyung Soo lo miraba de reojo, un poco resentido por alejar así a su familia, pero sin
atreverse a reclamar porque sabía que a su madre el aire del mar le haría bien y a su
hermanita ese instituto.
Jongin estaba feliz por ver la hermosa familia que lo había adoptado como uno más,
podrían no tener mucho dinero -o nada- pero les sobrara afecto y entre ellos él nunca
más había vuelto a sentirse solo.
Kyung Soo ahora vivía solo en ese horrible vecindario, pero varias noches a la semana
amanecía en la cama de Jongin. Cuando no lo hacía, el diseñador no conseguía dormir
362
bien. Se había hecho adicto a despertar enredado de su humano. No permitiría que

anduviera en otra cama por mucho tiempo más. Pronto compraría esa casa pequeña.
Pronto. Por el momento está diseñando un anillo de compromiso, con un hermoso zafiro
azul.
Sinceridad, fidelidad, verdad en las relaciones humanas, son fuente de paz, sabiduría y
alegría… Jongin no se está refiriendo a ningún zafiro azul aquí, sino a su joya, a la que
va a pulir con el mayor cuidado. A quien lo ha moldeado a sí mismo. A su humano. El
de las emociones autenticas.
Fin
6/01/2015
4:49am
363

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Portada: Vero Bautista

KaiSoo Emociones Artificiales Joey

Prohibida su adaptación o publicación en otras páginas sin previo

Non Alma, la empresa de la familia Oh, líder en tecnología y robótica, especialistas en

Muchas de estas funciones son instaladas en el momento de la fabricación, el resto son

Muchos millonarios adquieren su producto para utilizarlos con fines sexuales. La

Do Kyung Soo no es un robot, definitivamente no lo es, a pesar de que durante varios

Kyung Soo podía escuchar unos pasos acercándose.

Pero él no buscaba un juguete sexual, ya tenía su novio, de carne y hueso. Lo que

Había visitado la fábrica de humanoides ya tarde, cuando casi no quedaban trabajadores,

– ¿Qué? –Preguntó Jongin, saliendo de su ensoñación.

– Mi humanoide, su nombre es Luhan. Fue mi primer diseño.

– No es perfecto, mi padre lo iba a desechar, de hecho lo hizo, tiene una cicatriz en el

que te lleves uno de estos, posiblemente te encariñarás de una manera ridícula…

– Los humanoides están diseñados para la complacencia, si quieres un buen sumiso, lo

Fuente Steff- Cuy

— ¿Irás a ayudar a tu padre en el negocio?

— Esa casa es alta… ¿Qué haré si mi pequeño novio resbala y se lastima?

— Si aún así él se fijara en ti, me dejarías ¿Cierto?

— Lo estamos pero… tampoco tengo el dinero, educación, popularidad, belleza…

Chanyeol lo arrastró hasta la cama y lo tumbó echándose sobre él y obligándolo a

— ¿Para meterme a dónde?

— Donde tú quieras. Renunciarás a esa fábrica y estudiarás a tiempo completo y

Chanyeol se apartó de él.

— ¿Por qué haces eso? —Preguntó el más alto, molesto.

No era de sorprenderse, después de todo Chanyeol estudiaba ingeniería mecánica en un

Se acomodó a horcajadas sobre su novio y empezó a besarlo melosamente, buscando

— Alguien busca al idiota. — Dijo con mal humor.

Chanyeol se repitió mentalmente la orden de no asesinar a su cuñada, esa chica de 14

— ¿Qué mierda has hecho, Park Chanyeol?

Pero Kyung Soo se devolvió asustado y se lanzó a sus brazos.

— ¿Qué rayos te…?

Chanyeol no quería ni pensar lo que le esperaba. Tragó grueso.

— ¿Quién es Chanyeol? –Preguntó Lay al verlos llegar.

— Soy yo. —Respondió Kyung Soo.

Chanyeol lo miró con la boca abierta.

— Verás, Chanyeolie… —Empezó con un tono ligero y escalofriante— Ayer mi

— ¿Algo de dinero? —Preguntó Chen— ¿Había "algo de dinero"? ¿Solo algo?...

—... Entonces —Continuó Kyung Soo en su papel de Chanyeol— la llevé a la estación

Chanyeol —el verdadero Chanyeol— sujetó la mano de su novio.

Xiumin al fin volvió con ellos.

—Mi contacto en el departamento de policía ha confirmado la historia —Dijo mientras

—No tan rápido, Chanyeol. —Le detuvo Xiumin.

Chanyeol empezaba a sentirse confundido con tantas personas pronunciando su nombre

—El dinero no estaba completo. Devuélvenos la parte que tomaste. Ese sí es tú

—No-robé-nada. —Dijo pausadamente, ya harto de la situación.

Chanyeol tironeó de él un poco hasta captar su atención y empezó a susurrarle.

—Yo tal vez tomé algo de ese dinero.

— ¡¿Qué?! ¡¿Estás loco?!

— ¿Crees que es el mejor momento para mencionarlo?

Claro, como si fuera así de fácil. —Pensó Kyung Soo.

—Voy a pagar lo que tomé… lo que era un total de…

—Trescientos dólares. —Terminó Xiumin.

— ¿Tres…? —Kyung Soo miró a su novio.

— ¿Tienes trescientos dólares en tu billetera? —Interrogó Lay.

En lugar de la billetera, sacó su cuchilla y con un movimiento rápido hizo de Xiumin su

— ¿Trescientos dólares? ¿Qué me compraste? ¿Un anillo de diamantes? ¡Idiota!

—Compré una chaqueta Byun ¡Es perfecta para ti!