Violencia de Genero
Violencia de Genero
Violencia de Genero
La legislación Argentina resulta insuficiente para proteger a las personas de la violencia de género digital.
La investigación se basa en la discriminación que sufren las mujeres y la comunidad LGTBI+ son las principales
afectadas; y si el ciberacoso, la difusión no consentida de material íntimo y los discursos de odio pueden constituirse
en formas especiales de violencia de género.
Para saber si la hipótesis planteada es cierta o no debemos investigar y buscar el origen de dicha violencia.
Definamos primeramente ¿qué es violencia de género? Según Poggi cita: …” la expresión violencia conlleva implícita
una connotación emocional negativa al transmitir un juicio de valor sobre algo que califica como violento” …
utilizando dichas manifestaciones como señal de poder y dominación ¿afecta dicha violencia físicamente?… según la
OMS el uso intencional de la fuerza física o el poder real o como amenaza contra uno mismo, una persona, grupo o
comunidad pudiendo tener como resultado la probabilidad de un daño psicológico, lesiones, privación, mal
desarrollo e incluso la muerte.
La violencia y las TIC generaron de manera silenciosa, efectiva y multiplicadora actos violentos por medio de las
redes sociales, dañando así la imagen, el honor y la intimidad de las personas.
¿De qué hablamos cuando decimos violencia de GÉNERO? Diferencia entre sexo y género…
Sexo se refiere a las características físicas y biológicas universales que tienen los seres humanos desde que nacen:
hombre y mujer.
Género, en cambio son las características que la sociedad le asigna a hombres y mujeres, es decir, no es algo con lo
que se nace, sino que se construye a partir de la enseñanza de cómo la persona debe ser, pensar y actuar.
Para comprender mejor el género se construye social, cultural y políticamente. A raíz de ello se toma el concepto de
que las mujeres son delicadas y frágiles, en cambio los hombres son fuertes y valientes. Según la construcción que
generaron las ideologías implementadas. Esto coloca al hombre como superior a la mujer. Allí surge la discriminación
y la desigualdad. Por ende, aparece la violencia. Este fenómeno social y cultural se ve afectando severamente a
mujeres y personas con diversidades y disidencias sexo-genéricas, como, por ejemplo: LGBTI+. Esta tan instalado
esto en la construcción sociocultural donde se define masculino, hombre y femenino, mujer que cabe preguntar
dónde queda los que no se sienten identificado con esas definiciones de género. Allí se ve afectado el grupo LGTBTI…
Y la violencia en ellos cobra más fuerzas.
Según cita Báez: “las personas LGTBI+ integran un grupo vulnerable que cuentan con altos índices de padecimiento
de violencia y con importantes barreras en el acceso a los derechos humanos en base a pretextos en su orientación
sexual, identidad de género y/o expresión de género. La forma que adquiere la violencia sobre estas personas es
múltiple, aunque lamentablemente muchas veces se encuentre invisibilidad y naturalizada” … Y Los principios de
Yogyakarta han sido un hito al definir la identidad de género como el sentimiento interno e individual de cada
persona que puede o no corresponderse con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo el sentido
personal del cuerpo y otras expresiones en las que se puede incluir, por ejemplo, la vestimenta y el modo de hablar.
Es preocupante su creciente incidencia y mortalidad.
Las TIC generan notables influencias en las personas, sobre todo en la forma de ser, pensar y actuar. Esto ha dado
surgimiento a la llamada violencia de género digital.
La violencia digital cobro mucha fuerza en estos últimos tiempos ya que está a la mano a través de teléfonos móviles,
Internet, redes sociales, correo electrónico, entre otros. Provocando daños graves psicológicos y físicos. Las
modalidades más frecuentes de la violencia de género digital son: el acoso digital, la difusión no consentida de
material íntimo y los discursos de odio.
La Declaración Universal de Derechos Humanos establece en sus artículos 1° y 2° que todos los seres humanos nacen
libres e iguales en dignidad y derechos y que todas personas tienen los derechos y libertades proclamados en dicha
declaración. El derecho internacional no contempla estos artículos al grupo de mujeres y LGTBI+. Quedando en
disidía no reconocen explícitamente el derecho a la igualdad sobre la base de la orientación sexual y/o identidad de
género.
¿Pero hay algo que ampare? Veamos lo que la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada
Transnacional y sus protocolos facultativos, ratificada por nuestro país mediante Ley, se constituye en el primer
instrumento jurídico internacional creado con el objeto de abordar la trata de personas donde las mujeres, niños,
niñas y, personas LGBTI+ son las principales afectadas.
Por otra parte, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales cita: Los Estados parte deben cerciorarse de
que las preferencias sexuales de una persona no constituyan un obstáculo para hacer realidad los derechos que
reconoce el Pacto […] La identidad de género también se reconoce como motivo prohibido de discriminación. Por
ejemplo, los transgénero, los transexuales o los intersexo son víctimas frecuentes de graves violaciones de los
derechos humanos…
También el Consejo de Derechos Humanos como Organismo intergubernamental dentro del sistema de las Naciones
Unidas hace referencia a la preocupación que por los actos de violencia y discriminación que se comenten a nivel
mundial por la violencia de género.
En el 2016 se aprueba los principios de Yogyakarta ¿de qué se trata? “Principios sobre la aplicación de la legislación
internacional de derechos humanos con relación a la orientación sexual y la identidad de género”.
Vinculando la prevención y la erradicación la violencia, abuso y discriminación que sufre la persona LGTBI+.
También cabe argumentar que en el año 1994 la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la
Violencia contra la Mujer es el primer argumento contra la violencia de género. y en el año 2014 entró en
funcionamiento la Relatoría sobre los Derechos de las personas Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex -LGBTI-
de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos con el objeto de ocuparse de temas de orientación sexual,
identidad y expresión de género y diversidad corporal, con la finalidad de dar un enfoque temático regional y relevar
la información pertinente.
El 12 de noviembre de 2015 fue aprobado el informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, donde
se resalta: …la violencia contra las personas LGBT […] debe ser comprendida como un fenómeno complejo y
multifacético, y no sólo como un acto individual. En ese sentido, la CIDH entiende que los actos de violencia contra
las personas LGBT, comúnmente conocidos como “crímenes de odio”, actos homofóbicos o transfóbicos, se
comprenden mejor bajo el concepto de violencia por prejuicio contra las orientaciones sexuales y las identidades de
género no normativas…
En Argentina forma parte del Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos por medio de los
acuerdos firmados en la ratificación internacional. Donde promueve el cambio sociocultural sobre la discriminación y
el sentirse superior en el género.
la Ley de “actos discriminatorios”, adoptó medidas para quienes arbitrariamente impidieran el pleno ejercicio de los
derechos y garantías fundamentales reconocidos en la CN. De esta manera indica que:
Quien arbitrariamente impida, obstruya, restrinja o de algún modo menoscabe el pleno ejercicio sobre bases
igualitarias de los derechos y garantías fundamentales reconocidos en la Constitución Nacional, será obligado, a
pedido del damnificado, a dejar sin efecto el acto discriminatorio o cesar en su realización y a reparar el daño moral
y material ocasionados.
Nos debemos parar en los tipos de violencia que existen PSICOLOGICA Y SIMBOLICA. La violencia psicológica data al
daño emocional y de autoestima. La violencia simbólica es la que se lleva a cabo a través de patrones
estereotipados, mensajes, valores, íconos o signos que transmiten y reproducen dominación, desigualdad y
discriminación en las relaciones sociales, naturalizando la subordinación de la mujer en la sociedad.
La que hoy nos interesa es la violencia mediática, ya que consiste en la difusión de mensajes e imágenes a través de
cualquier medio masivo de comunicación que promueve la desigualdad y subordinación de las mujeres legitimando
la violencia.
“Ley Micaela”, estableció la capacitación obligatoria en las temáticas de género y violencias por motivos de género
para todas las personas que se desempeñen en la función pública en todos sus niveles y jerarquías en los poderes
Ejecutivo, Legislativo y Judicial de la Nación.
Redes sociales
Según Yepes, Jimenez y Agüera cita: Las plataformas de redes sociales y de mensajería instantánea incorporadas en
la vida cotidiana por millones de personas alrededor del mundo ocupan el podio de los espacios de interacción
permanente. La capacidad de Internet como nuevo medio de multidifusión sumado a los continuos avances de las
nuevas tecnologías han afectado de forma muy especial el proceso de producción y difusión de contenidos
audiovisuales
. Hoy redes sociales como Facebook, Instagram, Tiktok y plataformas de mensajería instantánea como WhatsApp con
un nuevo lenguaje integrado por “likes”, “emojis”, “stikers” y “memes”. Introdujeron un nuevo lenguaje y a los
llamados influencer.
Los influencer al tener alcance a grandes grupos de personas lo pueden utilizar como algo positivo y otras veces
generando discriminación y escraches o linchamientos virtuales siendo las más afectadas las mujeres y personas
LGTBI+.
El INADI público un informe “Discriminación por Identidad de género durante la cuarentena” ha dado cuenta de los
constantes ataques llevados a cabo mediante redes sociales hacia mujeres y, sobre todo, hacia el colectivo LGTBI+,
registrándose un aumento de prácticas discriminatorias especialmente a través de comentarios y la difusión de
“memes” estigmatizantes. También puso de manifiesto que la identidad de género ocupa los primeros lugares como
tipo de discriminación.
Ciberacoso: es utilizado para llevar adelante la agresión se vale del uso consciente de la tecnología.
1. cyberbullying se ejerce a través de redes sociales, blogs, y sitios web.
2. networmobbing haciéndose referencia al acoso que se padece en el ámbito laboral con el objetivo de dañar la
imagen y el desarrollo profesional de la persona acosada.
3. el grooming el que padecen los menores por parte de adultos con la intención de satisfacer un deseo sexual o la
incitación a la prostitución a través del control emocional.
cyberstalking son:
Vigilancia electrónica La vigilancia electrónica podría ser explicada como aquellas acciones que tienden a monitorear
todo aquello que realiza la víctima valiéndose de aparatos electrónicos, plataformas y aplicaciones digitales. Con
estas acciones se tiende a mantener el poder, control y sometimiento, desmoronando al mismo tiempo la intimidad,
el honor e imagen de la persona afectada.
Monitoreo por GPS El GPS se refiere al Sistema de Posicionamiento Global y consiste en una red de satélites que
proporcionan información sobre la ubicación a muchos aparatos comunes como los smartphones y computadoras
portátiles. Con la información brindada por dichos satélites, es posible localizar en un mapa donde se encuentra
exactamente la persona.
Doxing consiste en una práctica tendiente a investigar, recopilar y difundir información privada sobre una persona
sin su consentimiento con el fin de desprestigiarla, hostigarla y menoscabarla.
La difusión no consentida de imágenes de una persona, en especial, las eróticas y sexualmente explícitas, se
constituye en uno de los mayores flagelos vinculados en los últimos tiempos dentro del entorno de Internet y las TIC.
La difusión, revelación o transferencia de esas imágenes o grabaciones audiovisuales a terceros implica una grave
afectación a los derechos personalísimos, sobre todo en la intimidad, honor e imagen de la persona. El mismo puede
consumarse de diferentes maneras, pero las más comunes son a través de las redes sociales, los foros de Internet,
los smartphones, mail, Snapchat, WhatsApp, Instagram, Facebook, Twitter y similares, con la característica común de
que son divulgados en contra de la voluntad de la víctima.
Discurso de odio. La Organización de las Naciones Unidas para el Educación, la Ciencia y la Cultura -en adelante
UNESCO- estudió las diferentes definiciones brindadas y llegó a la conclusión de que, con frecuencia, el concepto se
refiere a expresiones a favor de la incitación a hacer daño fundado en discriminación, hostilidad o violencia, dirigido
a personas que pertenecen a determinados grupos sociales o demográficos y no abarcan a los insultos, expresiones
injuriosas o provocadoras respecto de una persona.
Internet no ha quedado exenta de la propagación de los discursos de odio lo que motivó que en el año 2016 se
llevara adelante un acuerdo entre la Comisión Europea y Facebook, Microsoft, Twitter y Youtube denominado
Código de conducta para contrarrestar el discurso de odio ilegal en línea, cuyo principal propósito es ayudar y
mejorar el uso de las plataformas digitales permitiendo a los usuarios notificar el hallazgo de contenidos que
encuadren como un discurso de odio.
A lo largo de este trabajo hemos podido constatar la hipótesis planteada, al dejar al descubierto que, si bien en
Argentina existen leyes, las mismas resultan insuficientes para proteger a las personas de la violencia de género
digital. Los fundamentos, entre otros son:
La ley que define a la violencia de género lo hace específicamente en relación con la mujer, quedado excluidas
personas que forman parte de grupos vulnerables, tales como LGTBI+.
Existe un vacío normativo en torno a las prácticas enunciadas y desarrolladas, a saber: el ciberacoso, la difusión no
consentida de material íntimo y los discursos de odio.
Hemos podido constatar que dichas prácticas se constituyen en formas especiales de violencia de género. Si bien
existen algunos proyectos de ley tendientes a regular dichas prácticas, estimamos que debería preverse además de
una sanción en la faz penal una reparación integral a la víctima dentro del ámbito civil. Además, debería legislarse la
incorporación de una medida judicial que permita actuar con premura ante la viralización de este tipo de contenidos
donde la misma deba ser resulta en un plazo máximo de 72 horas en virtud de la potencia de expansión que
presenta el medio Internet.
También hemos constatado la existencia de una violencia de género digital, reconocida por la jurisprudencia y muy
elaborada por la doctrina. En otro orden, hemos constatado que las mujeres y las personas que forman parte del
colectivo LGTBI+ resultan ser las principales afectadas de la violencia de género digital, sobre todo teniendo en
cuenta el aislamiento social en virtud de la pandemia COVID-19. Para ello, ha sido de vital importancia los informes
elaborados por el INADI.
Finalmente, creemos que es de vital importancia que el Estado Nacional postule como una política pública educativa
generar concientización en los niños y niñas en edad escolar en torno a los usos, abusos y alcances de las TIC en
general y de los medios sociales en particular.