El Manatí
El Manatí
El Manatí
INFORMACIÓN Y CARACTERÍSTICAS
Los triquéquidos (Trichechidae) pertenecen a la familia de mamíferos placentarios del orden Sirenia. También son conocidos
como manatíes o «vacas marinas». Actualmente sobrevive un solo género, llamado Trichechus, representado por cuatro
especies.
SALVEMOS AL MANATÍ
La Amazonía peruana representa el 60.32% del territorio nacional, en ella se encuentra una gran riqueza biológica que es
utilizada para la generación de ingresos económicos para los pobladores de la Amazonía, así como fuente de alimentos. La selva
amazónica del Perú es una de las zonas con mayor biodiversidad biológica del planeta. Es tan grande la variedad de especies que
se estima que la mayor parte de ello sigue sin ser descubiertas y menos estudiadas adecuadamente.
El futuro del manatí
No sabemos cuántos manatíes hay en el Amazonas, pero los pescadores dicen que son muchos menos de los que había cuando
ellos eran jóvenes. Por la reducción en la población, por la lenta
reproducción y porque los siguen cazando en algunas partes, los
manatíes son considerados vulnerables a la extinción. Esto quiere
decir que pueden desaparecer para siempre.
Los manatíes están protegidos por las leyes de Colombia
(Dec.1608-78, Ley 599-2000), Brasil (Ley 5.197-67, 9.605-98) y Perú
(Res.Min. 147-2001-PE). En estos tres países y también en los
demás países de la cuenca amazónica, es prohibido cazarlos,
comercializar la carne o las crías.
También está prohibido colocar cerco o parí con trampa en los
caños y lagos. En los años 90 se estaban matando más de diez
animales por año en la zona; esta cifra ha bajado a menos de la
mitad.
La caza es la principal amenaza para los manatíes, pero no es el
único problema. Ellos necesitan espacio, comida y sitios protegidos donde no sean molestados. Cuando los pescadores ocupan
las orillas, la vaca marina no se acerca: “Donde hay bulla ella deja de comer.
De la caza a la conservación
En el río, la canoa y el arpón son las dos herramientas del vacamarinero.
El arpón está conformado por una punta metálica amarrada firmemente
a un palo de cumaceba y una soga larga atada a un pedazo de madera
flotante. Esta herramienta se utiliza para picar la vaca marina, paiche y
charapa.
El arpón puede ser utilizado a pulso desde la canoa o con la ayuda de un
andamio. En un canal se atraviesa con cañas, se deja sólo una entrada,
por allí entra el animal y al impulsarse acciona un mecanismo y el arpón
cae directo al centro del lomo.
Desde 1970, con el objetivo de proteger la especie, en los tres países
amazónicos (Perú, Colombia y Brasil) se decretaron las leyes que
prohíben la caza y comercialización de los manatíes. Las leyes
terminaron con el comercio de exportación; sin embargo, se continuó
manteniendo un comercio local y una cacería por subsistencia. Ya no
existen los vacamarineros, pero los pescadores de paiche armados con su arpón, por suerte o por miedo, son todavía una
amenaza para los manatíes.
En lugares tan apartados como son los pueblos amazónicos, sólo el compromiso de la gente puede garantizar la supervivencia de
la especie. Aclarar que la vaca marina o manatí no es un pez sino un mamífero y únicamente puede tener una cría cada tres
años, es un dato muy importante para generar conciencia sobre la urgencia de parar la caza. Después de muchas conversaciones
y reuniones en los países amazónicos, se ha podido llegar a un compromiso de los cazadores para no perseguir más a este
animal. Cuando este compromiso es violado por algún poblador, existe una presión fuerte por parte del resto de la comunidad
para sancionar este acto.
Cada vez hay una mayor conciencia sobre la importancia de respetar esta veda, para que algún día los manatíes inunden
nuevamente el río.
La cacería en el pasado Hubo un tiempo en que las vacas marinas o manatíes abundaban tanto en el río que era difícil andar sin
toparse con ellas. En ese tiempo la vaca
marina o manatí era considerada como un
pescado importante en la dieta de los
moradores de la ribera de los ríos Amazonas,
Putumayo, Napo, Marañón, etc.
La vaca marina o manatí es el mejor pescado
para los antiguos, así como la taricaya y
charapa. El antiguo poblador no le comía ni al
sábalo, ni al paiche, sólo comía manatí.
El manatí amazónico ha sido muy perseguido
por el ser humano, por ser un animal que tiene
mucha carne y grasa. De un adulto se pueden
obtener más de 80 kilogramos de carne y
hasta dos latas de aceite. A los habitantes antiguos les gustaba mucho, no sólo por la cantidad de carne que tenía sino por su
calidad y sabor. Es conocido como el animal de las tres carnes; según la parte que se coma sabe a res, a cerdo o a pescado. Otros
aseguran que incluso hay partes que saben a charapa y a gallina.
La comida del manatí
Los manatíes dedican mucho tiempo para
alimentarse: un adulto puede comer entre 5% y
10% de su peso en el día. Son completamente
herbívoros y tienen un sistema digestivo parecido
al de los caballos y los elefantes. Sus intestinos
miden cerca de 40 metros de largo y la comida
demora hasta 10 días para pasar por el cuerpo.
La vaca marina o manatí defeca muy seguido,
devolviéndole al agua un abono rico que ayuda a
fertilizar el ecosistema acuático. Con ayuda de los
pescadores se han identificado más de 35 plantas que sirven de alimento a los manatíes.
Lo que más comen es gramalote espinoso, que abunda en las orillas del río Amazonas y en algunos lagos y cochas.
ACTIVIDAD.
1. ¿Por qué los manatíes no constituyen una amenaza para otros animales?
2. El manatí pasa la mayor parte del tiempo alimentándose bajo el agua. ¿Se podría afirmar que su respiración es
branquial? ¿Por qué?
3. ¿Qué cuidados deben recibir las crías de los manatíes que quedan en total abandono?
4. ¿De qué valdría rescatar manatíes, si los van a volver a cazar?
5. ¿Por qué el manatí está en peligro de extinción?