Eutanasia Informe Sección 03
Eutanasia Informe Sección 03
Eutanasia Informe Sección 03
NÚCLEO ANZOÁTEGUI
ESCUELA DE MEDICINA
DEONTOLOGIA MÉDICA
EUTANASIA
Profesora: Integrantes:
Suniaga, Ana Ariza, Nilo C.I.: 25.654.723
Rodriguez, Samuel C.I.: 26.467.454
Rondón, Adrian C.I.: 26.548.196
Sección 03
2. CLASIFICACIÓN DE LA EUTANASIA
4. TERMINOLOGIA
4.1 Suicidio asistido: en este caso, es el paciente mismo el que pone fin a su
vida de manera voluntaria y activa pero lo hace con los medios o información
sobre los procedimientos que alguien más le ha proporcionado intencionalmente.
4.3 Ortotanasia: es un método que se aplica a una persona que posee una
enfermedad terminal y con ella se busca suprimir el sufrimiento y el dolor
provocado por el padecimiento de dicha enfermedad, esto se produce a través de
sedantes; también se entiende como el derecho que tiene el paciente de decidir
morir dignamente y no ser sometido a tratamientos o procedimientos para que siga
viviendo cuando se sabe que realmente este no tiene esperanzas para vivir o
tener calidad de vida. La ortotanasia es otro término para referirse a la medicina
paliativa.
Este juramento todavía está vigente en nuestros días, siendo entonces que la
práctica de la eutanasia se considerara contradictoria con los principios de la ética
médica. La deontología médica impone, los deberes de aliviar el sufrimiento físico
y moral del moribundo, de mantener en lo posible la calidad de la vida que declina,
de ser guardián del respeto a la dignidad de todo ser humano.
Hay varias razones por las cuales la eutanasia no puede ser aceptada: Primero
porque se minaría la confianza entre el paciente y el médico, si el profesional de la
medicina que se ocupa de su salud pueden decidir si su caso es digno de curación
o susceptible de eutanasia, y segundo, el diagnóstico, tratamiento y el llamado
pronóstico hecho por los médicos nos ofrece garantías, así es como el médico
Chorcot decía: "jamás debe pronunciarse un pronóstico con pesimismo absoluto,
porque lo imprevisto es siempre posible". Sin embargo hay que tener en claro que
a veces resulta completamente inútil la administración de un tratamiento el cual se
conoce que no lograra ningún cambio positivo en el paciente, sino más bien un
alargamiento del sufrimiento y agonía que terminará en la muerte del mismo, ya
cuando se conoce que no hay mas nada humanamente posible por hacer. En
efecto, en estos casos hay diferentes cuestiones por analizar:
Existe una obligación del médico de buscar el bien del paciente. Sin embargo es
importante marcar a qué se alude con “bien del paciente”. El deber del médico es
acompañar a su paciente hasta las últimas consecuencias, independientemente
de que sus objetivos, en un primer momento, se dirijan a curar o mantener la vida
y, luego, una vez reconocida la futilidad de los tratamientos, a maximizar el confort
en el propio enfermo e incluso en sus allegados. Aquí el médico juega un rol de
acompañante y hasta puede cumplir, muchas veces, la función de una suerte de
“placebo”, dado que su sola presencia ayudará al enfermo en su tránsito a la
muerte, quien se sentirá apoyado y acompañado. Su función como se ha dicho
muchas veces es curar algunas veces, aliviar con frecuencia y confortar siempre.
Se ha dicho que “no todo lo que se puede hacer en medicina se debe hacer” Así,
su responsabilidad no atañe sólo al vivir sino también al morir. La lucha del médico
contra la muerte debe reconocer un límite. No es necesario que se llene de
soberbia y se empecine en prolongar algo que, virtualmente, ha terminado. La
medicina no puede aspirar a hacer inmortal al hombre, quien tiene derecho a morir
dignamente y de la mejor manera posible.
Por otra parte, desde el punto de vista religioso la eutanasia es un acto repulsivo e
intolerable ante los ojos de Dios, ya que Él es el único creador de la vida humana,
y desde la perspectiva de la Iglesia, solo Él puede dar y quitar la vida a los seres
humanos; es decir, la vida tiene un valor de carácter inviolable impuesto por Dios.
Asimismo, “la eutanasia y el suicidio asistido, ya sea aceptado por el paciente o
no, son crímenes abominables contra la humanidad” y “lo que un paciente que se
quiere suicidar necesita, no es que le faciliten el suicidio, sino que le brinden amor,
solidaridad y una verdadera ayuda médica”.
Si una persona sea cual sea su condición, opta por suicidarse de algún modo,
será condenada al sufrimiento eterno puesto que “ningún hombre posee el
derecho de quitar la vida, excepto cuando Dios a delegado esa autoridad” e iría en
contra de la Ley Santa de Dios, la cual indica que si un ser humano se suicida,
será condenado eternamente.
Logra una devaluación de las vida de las personas que podrían verse
presionadas a que ejerzan el suicidio asistido
Argentina, donde el Senado aprobó en 2012 una ley que autoriza a rechazar
tratamientos que prolongan artificialmente la vida de pacientes con síntomas
terminales o irreversibles.
En Uruguay cuentan con una la ley conocida como de "voluntad anticipada" o "del
buen morir", que regula también la libertad de un paciente para rechazar un
tratamiento, incluidos los cuidados paliativos.
En Perú, aunque las leyes prohíben la eutanasia, una corte recientemente falló a
favor de una solicitud de Ana Estrada, una mujer que padece una enfermedad
degenerativa desde hace 30 años y que reclamaba su derecho a una muerte
digna.
8. ARTÍCULOS DEL CÓDIGO DE DEONTOLOGÍA MEDICA DONDE SE
RESALTAN LOS CRITERIOS DE EUTANASIA
Artículo 72°
El paciente con una enfermedad fatal tiene derecho a ser informado de la verdad
de su padecimiento, si es que realmente desea conocerla. El médico debe
efectuar la evaluación previa de estos enfermos para decidir el momento oportuno
en que habrá de suministrar la información requerida y poder así auxiliarle ante
reacciones impredecibles.
Artículo 73°
Artículo 75°
Artículo 77°
Artículo 80°
Artículo 81°
No hay razón para aceptar una forma de existencia limitada, en la que son
sacrificados familiares, amigos y hasta la propia persona.
Una vida que no se puede vivir no es un privilegio, es un castigo.
El hombre tiene derecho a ser tratado como una persona hasta el último
momento.