Fledni Tdha

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TRASTORNO POR DÉFICIT DE

ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD

El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es un


trastorno de origen neurobiológico que se inicia en la edad infantil y que
afecta entre un 3-10 % de niños en edad escolar.

Los síntomas principales son la hiperactividad, la impulsividad y el déficit


de atención. Estos síntomas se presentan con mayor intensidad y
frecuencia de lo esperado en los niños de su misma edad.

Hiperactividad Se manifiesta por un exceso de movimiento en


situaciones en que resulta inadecuado hacerlo y en diferentes ámbitos
(casa y escuela). Tienen grandes dificultades para permanecer quietos
cuando las situaciones lo requieren (se levantan del asiento, lo tocan
todo, no paran quietos, parecen “movidos por un motor”). Son ruidosos
y hablan en exceso durante actividades que requieren tranquilidad.

Inatención ISe caracteriza por dificultades para mantener la atención en


tareas que suponen un esfuerzo mental sostenido. A menudo parecen no
escuchar, les cuesta seguir órdenes e instrucciones y tienen dificultades
para organizar tareas y actividades con tendencia a los olvidos y a perder
objetos. Suelen distraerse con facilidad ante estímulos irrelevantes. Las
dificultades de atención suelen aparecer más frecuentemente durante la
etapa escolar cuando aumenta la exigencia académica.

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Impulsividad Se manifiesta por impaciencia, dificultad para aplazar
respuestas o esperar el turno. A menudo interrumpen y dan respuestas
precipitadas antes de que las preguntas hayan sido completadas. En
general, se caracterizan por actuar sin pensar, no evaluando las
consecuencias de la conducta. Los niños y adolescentes con TDAH tienen
problemas para controlar su comportamiento y ajustarse a las normas,
presentando así dificultades de adaptación familiar, escolar y/o social.

Historia
Los primeros antecedentes históricos sobre el Trastorno por Déficit de
Atención con Hiperactividad se datan del año 1902. Fue el médico ingles
G. Still quién realizo la primera conferencia en torno al tema en la Royal
College of Physicians de Londres, bajo el título “Goulstonian lectures”.
En ellas describe la hiperactividad infantil al comienzo de la etapa escolar,
bajo el nombre de síndrome de lesión cerebral. “Este síndrome estaría
presente en niños con lesiones cerebrales, como en niños con lesiones
cerebrales no detectables clínicamente e incluso sin etiología precisa.
También este autor conceptualiza el TDAH como “defectos en el control
moral”. (Still, 1902) Podemos notar como este síndrome hace su debut
como “una lesión”; lesión que nunca pudo detectarse ni localizarse.
Lesión invisible, entonces, sin etiología precisa luego. Nada está acabado
en este síndrome que luego de descubierto tuvo un aumento vertiginoso.
Vemos que este tipo de definiciones vagas sobre el síndrome hacen de él
algo más bien de carácter heterogéneo, que se presenta con distintas
formas de manifestación.

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DIAGNÓSTICO
En la literatura científica el Manual Diagnóstico y Estadístico sobre los
Trastornos Mentales (DSM) nos define a modo de ítems la forma de
diagnosticar TDAH. Estos son sus criterios diagnósticos. Veamos

Nota: Los síntomas no son sólo una manifestación del comportamiento de


oposición, desafío, hostilidad o fracaso para comprender las tareas o
INSTRUCCIONES. Para adolescentes mayores y adultos (a partir de 17 años
de edad), se requiere un mínimo de 5 síntomas.

A. Patrón persistente de inatención y/o hiperactividad-impulsividad que


interfiere con el funcionamiento o desarrollo que se caracteriza por (1)
y/o (2):

1. Inatención Seis (o más) de los siguientes síntomas se han mantenido


durante al menos 6 meses en un grado que no concuerda con el nivel de
desarrollo y que afecta directamente las ACTIVIDADES sociales y
académicas/laborales:

a. Con frecuencia falla en PRESTAR la debida atención a los detalles o por


descuido se cometen errores en las tareas escolares, en el trabajo o
durante otras actividades (por ejemplo, se pasan por alto o se pierden
detalles, el trabajo no se lleva a cabo con precisión).

b. Con frecuencia tiene dificultades para mantener la atención en tareas


o actividades recreativas (por ejemplo, tiene dificultad para mantener la
atención en clases, conversaciones o lectura prolongada).

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c. Con frecuencia parece no escuchar cuando se le habla directamente
(por ejemplo, parece tener la mente en otras cosas, incluso en ausencia
de cualquier distracción aparente).

d. Con frecuencia no sigue las INSTRUCCIONES y no termina las tareas


escolares, los quehaceres o los deberes laborales (por ejemplo, inicia
tareas pero se distrae rápidamente y se evade con facilidad).

e. Con frecuencia tiene dificultad para organizar tareas y actividades (por


ejemplo, dificultad para gestionar tareas secuenciales; dificultad para
poner los materiales y pertenencias en orden; descuido y
desorganización en el trabajo; mala gestión del tiempo; no cumple los
plazos).

f. Con frecuencia evita, le disgusta o se muestra poco entusiasta en


INICIAR tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido (por ejemplo
tareas escolares o quehaceres domésticos; en adolescentes mayores y
adultos, preparación de informes, completar formularios, revisar
artículos largos).

g. Con frecuencia pierde cosas necesarias para tareas o actividades (por


ejemplo, materiales escolares, lápices, libros, instrumentos, billetero,
llaves, papeles de trabajo, gafas, móvil).

h. Con frecuencia se distrae con facilidad por estímulos externos (para


adolescentes mayores y adultos, puede incluir pensamientos no
relacionados).

i. Con frecuencia olvida las actividades cotidianas (por ejemplo, hacer las
tareas, hacer las diligencias; en adolescentes mayores y adultos, devolver
las llamadas, pagar las facturas, acudir a las citas).

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2. Hiperactividad Seis (o más) de los siguientes síntomas se han
mantenido durante al menos 6 meses en un grado que no concuerda con
el nivel de desarrollo y que afecta directamente las actividades sociales y
académicas/laborales:

a. Con frecuencia juguetea o golpea con las manos o los pies o se retuerce
en el asiento.

b. Con frecuencia se levanta en situaciones en que se espera que


permanezca sentado (por ejemplo, se levanta en clase, en la oficina o en
otro lugar de TRABAJO, en situaciones que requieren mantenerse en su
lugar.

c. Con frecuencia corretea o trepa en situaciones en las que no resulta


apropiado. (Nota: En adolescentes o adultos, PUEDE limitarse a estar
inquieto.).

d. Con frecuencia es incapaz de jugar o de ocuparse tranquilamente en


ACTIVIDADES recreativas

e. Con frecuencia está `ocupado`, actuando como si `lo impulsara un


motor` (por ejemplo, es incapaz de estar o se siente incómodo estando
quieto DURANTE un tiempo prolongado, como en restaurantes,
reuniones; los otros pueden pensar que está intranquilo o que le resulta
difícil seguirlos).

f. Con frecuencia habla excesivamente. Impulsividad

g. Con frecuencia responde inesperadamente o antes de que se haya


concluido una pregunta (por ejemplo, termina las frases de otros; no
respeta el turno de conversación)

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h. Con frecuencia le es difícil esperar su turno (por ejemplo, mientras
espera una cola).

i. Con frecuencia interrumpe o se inmiscuye con otros (por ejemplo, se


mete en las conversaciones, juegos o actividades; puede empezar a
utilizar las cosas de otras personas sin esperar o recibir permiso; en
adolescentes y adultos, puede inmiscuirse o adelantarse a lo que hacen
los otros).

B. Algunos síntomas de inatención o hiperactivo-impulsivos estaban


presentes antes de los 12 años.

C. Varios síntomas de inatención o hiperactivo-impulsivos están


presentes en dos o más contextos (por ejemplo, en casa, en el COLEGIO
o el trabajo; con los amigos o familiares; en otras actividades).

D. Existen pruebas claras de que los síntomas interfieren con el


funcionamiento social, académico o laboral, o reducen la calidad de los
mismos.

E. Los síntomas no se producen exclusivamente durante el curso de la


esquizofrenia o de otro trastorno psicótico y no se explican mejor por
otro © todos los derechos reservados trastorno mental (por ejemplo,
TRASTORNO DEL ESTADO DE ÁNIMO, trastorno de ansiedad, trastorno
disociativo, trastorno de la personalidad, intoxicación o abstinencia de
sustancias).

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En función de los resultados se podrán clasificar las siguientes
presentaciones:

Especificar si:

o En remisión parcial: cuando previamente se cumplían todos los


criterios, no todos los criterios se han cumplido durante los últimos 6
meses, y los síntomas siguen deteriorando el funcionamiento social,
académico o laboral.

Especificar la gravedad actual:

o Leve

o Moderado

o Severo

La CIE 10 (Clasificación internacional de enfermedades), resalta más la


dimensión de hiperactividad-impulsividad, ubicándolo dentro de los

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trastornos del comportamiento perturbador y no hay subtipos. La
literatura europea actual lo incluye dentro de los trastornos
psicomotores, junto con los trastornos del movimiento intencional y de
la coordinación motora, trastornos del tono muscular, los movimientos
psicomotores anormales (tics y estereotipias motoras) e incapacidades
para el aprendizaje no verbal. Los define como “alteraciones del
neurodesarrollo que afectan la adaptación del individuo a la dimensión
perceptivo motora... las etiologías son © todos los derechos reservados
multifactoriales y transaccionales, y asocian factores genéticos,
neurobiológicos y psicosociales que actúan en distintos niveles de
complementariedad y de expresión”, Albaret 2002.

SINTOMAS
La inatención, la hiperactividad y la impulsividad son los
comportamientos clave del tdah. Es normal que los niños a veces no
presten atención o sean hiperactivos o impulsivos, pero en los niños con
el tdah, estas conductas son más severas y ocurren con más frecuencia.
Para recibir un diagnóstico de este trastorno, un niño debe tener
síntomas durante seis meses o más y en un grado mayor del que
presentan otros niños de la misma edad.

Los niños que tienen síntomas de inatención pueden:

• Distraerse fácilmente, no percibir detalles, olvidarse de las cosas y con


frecuencia cambiar de una actividad a otra

• tener dificultad para concentrarse en una sola cosa

• aburrirse con una tarea después de tan solo unos minutos, excepto que
estén realizando una actividad placentera

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• tener dificultad para concentrarse en organizar y completar una tarea
o en aprender algo nuevo

• tener problemas para completar o entregar tareas; con frecuencia,


pierden las cosas (p. ej., lápices, juguetes, asignaciones) que se necesitan
para completar las tareas o actividades

• parecen no escuchar cuando se les habla

• Sueñan despiertos, se confunden fácilmente y se mueven lentamente


• tienen dificultad para procesar información de forma rápida y precisa
como los demás

• tienen dificultad para seguir instrucciones

Los niños que tienen síntomas de hiperactividad pueden:

• estar inquietos y movedizos en sus asientos

• Hablar sin parar

• ir de un lado a otro, tocando o jugando con todo lo que está a la vista


• tener problemas para sentarse y estar quietos durante las comidas, la
escuela y cuando se les lee cuentos

• estar en constante movimiento

• tener dificultad para realizar tareas o actividades que requieran


tranquilidad

Los niños que tienen síntomas de impulsividad pueden:

• Ser muy impacientes

• Hacer comentarios inapropiados, mostrar sus emociones sin reparos y


actuar sin tener en cuenta las consecuencias

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• tienen dificultad para esperar por cosas que quieren o para esperar su
turno en los juegos

• interrumpen con frecuencia conversaciones o las actividades de los


demás

COMORBILIDADES
Muy frecuentes (más del 50%)

Trastornos de la conducta. Conductas inadaptadas que violan


normas, reglas y los derechos de los demás. Mayor riesgo de
desajuste y rechazo social
Trastorno negativista desafiante. Desobediencia y hostilidad a
figuras de la autoridad. A veces, es la consecuencia de
frustraciones

Frecuentes (hasta el 50%)

Trastornos específicos del aprendizaje: problemas de lectura


(dislexia), en la escritura (disgrafía), alteraciones del cálculo
matemático (discalculia), del lenguaje con pocas habilidades
narrativas …
Trastorno por ansiedad: por separación, por estrés psicosocial,
fobias
Trastorno en la coordinación del desarrollo: hipotonía
generalizada, torpeza en la psicomotricidad fina por impulsividad,
inhabilidad para el deporte.

Menos frecuentes (del 20%)

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Trastorno de tics (algunos autores estiman que el 60% de los tics
tienen TDAH)
Trastorno depresivo y trastornos afectivos: se manifiesta con baja
autoestima, irritabilidad, falta de energía, somatizaciones y
problemas del sueño

Infrecuentes

Trastornos del espectro autista


Retraso mental

Tratamiento
El tratamiento debe ser individualizado en cada paciente en función de la
frecuencia e intensidad de los síntomas, la repercusión de éstos en la vida
familiar, social y escolar del niño, la presencia de otro tipo de cuadros que
con frecuencia se asocian al TDAH (depresión, ansiedad, trastorno de
conducta, fracaso escolar, etc). El tratamiento estará indicado y
controlado por un facultativo (psiquiatra, psicólogo, neuropediatra,
pediatra) con experiencia en el TDAH.

El tratamiento del TDAH de niños y adolescentes tiene por objetivo


mejorar los síntomas nucleares de la enfermedad (hiperactividad,
impulsividad y déficit de atención) y reducir la aparición de otros
síntomas frecuentemente asociados al TDAH.

Existen diversos tipos de tratamientos indicados en el TDAH de niños y


adolescentes, sin embargo el que presenta mayores niveles de eficacia
es el tratamiento combinado o multimodal, que incluye el tratamiento

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psicológico, el farmacológico y la intervención psicopedagógica.
Tratamiento psicológico para el TDAH de niños y adolescentes

Las intervenciones psicológicas que han mostrado evidencia científica


sobre su eficacia para el tratamiento del TDAH en niños y adolescentes
se basan en los principios de la Terapia Cognitivo Conductual (TCC).

Tratamiento psicopedagógico para el TDAH de niños y adolescentes

La intervención psicopedagógica tiene como objetivo mejorar el


rendimiento académico del niño o adolescente (mediante la reeducación
psicopedagógica) y realizar aquellas acciones dirigidas a la mejora de su
adaptación escolar (mediante un programa de intervención en la escuela
y la formación a los docentes). La reeducación psicopedagógica es un
refuerzo escolar individualizado que se lleva a cabo después del horario
escolar y que tiene como objetivo intervenir sobre los efectos negativos
del TDAH en relación a su aprendizaje y competencia académica.
Concretamente se trabaja sobre la repercusión negativa del déficit de
atención, la impulsividad y la hiperactividad en el proceso del aprendizaje
escolar.

La reeducación psicopedagógica debe incluir acciones encaminadas a:

 Mejorar el rendimiento académico de las diferentes áreas.

 Trabajar los hábitos que fomentan conductas apropiadas para el


aprendizaje (como el manejo del horario y el control de la agenda
escolar) y las técnicas de estudio (prelectura, lectura atenta, subrayado,
resúmenes y esquemas).

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 Elaborar y enseñar estrategias para la preparación y elaboración de
exámenes.

 Mejorar la autoestima en cuanto a la competencia académica,


identificando habilidades positivas y aumentando la motivación por el
logro.

 Enseñar y reforzar conductas apropiadas y facilitadoras de un buen


estudio y cumplimiento de tareas.

 Reducir o eliminar comportamientos inadecuados como conductas


desafiantes o malos hábitos de organización.

 Mantener actuaciones de coordinación con el especialista que trate al


niño/ adolescente y con la escuela para establecer objetivos comunes y
ofrecer al docente estrategias para el manejo del niño o adolescente con
TDAH en el aula.

 Intervenir con los padres para enseñarles a poner en práctica,


monitorizar y reforzar el uso continuado de las tareas de gestión y
organización del estudio en el hogar.

Tratamiento farmacológico para el TDAH de niños y adolescentes:

Los fármacos para el tratamiento del TDAH están entre los más
estudiados y seguros de todos los que se utilizan en niños y adolescentes,
siendo muy eficaces para el tratamiento de los síntomas del TDAH. Entre
el 70 y el 80% de los pacientes responden de forma adecuada al primer
tratamiento utilizado. Por tanto, por su seguridad, alta eficacia y escasos
efectos secundarios se recomienda el tratamiento farmacológico para el
tratamiento de estos pacientes. Con los fármacos disminuyen los
síntomas del TDAH, mejorando el rendimiento escolar y el

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comportamiento del niño y las relaciones tanto en casa como en la
escuela. Al mismo tiempo, facilitan el efecto de las intervenciones
psicológicas y psicopedagógicas.

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