Mesc Estatutos 2018
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CAPÍTULO I.
SER Y QUEHACER DE LOS
MINISTROS EXTRAORDINARIOS DE LA SAGRADA COMUNIÓN
CAPÍTULO II.
CRITERIOS PASTORALES PARA SU ELECCIÓN
CAPÍTULO III.
LA INSTITUCIÓN Y RENOVACIÓN DE LOS
MINISTROS EXTRAORDINARIOS DE LA COMUNIÓN
CAPÍTULO IV.
LA FORMACIÓN INTEGRAL Y PERMANENTE
DE LOS MINISTROS EXTRAORDINARIOS DE LA SAGRADA COMUNIÓN
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1. La formación básica es responsabilidad principal del párroco, así como su
formación integral y permanente.
2. Se implementarán programas y material formativo en las áreas humana,
espiritual, intelectual y pastoral.
3. Aspectos importantes de la formación serán:
a. El Misterio Pascual y los Sacramentos, especialmente de la Reconciliación,
Eucaristía y Unción de los Enfermos.
b. Conocimientos básicos de la Sagrada Escritura y la Liturgia.
c. Nociones sobre el Magisterio de la Iglesia, Catecismo de la Iglesia Católica y
otros documentos sobre este ministerio.
d. Manejo del manual para el cuidado pastoral de los enfermos (Ritos de la
Unción y del Viático).
e. Conocimiento y aplicación de estos estatutos.
4. En el Archivo Parroquial se llevará un registro pormenorizado de los Ministros
Extraordinarios de la Sagrada Comunión.
CAPÍTULO V.
CRITERIOS PARA LA ACCIÓN PASTORAL
La Sagrada Escritura será, junto con la Sagrada Eucaristía, el alma del ministerio.
Por ello el Ministro Extraordinario de la Sagrada Comunión pondrá especial empeño
en:
1. Usar la Sagrada Biblia en la visita a los enfermos.
2. Celebrar con sus familiares la jornada de la Sagrada Biblia
Por la excelsa dignidad del Sacramento que toca con sus manos, el ministro deberá
presentarse siempre limpio –sobre todo de sus manos-, a tiempo y con la debida
reverencia a los actos litúrgicos y para llevar la Sagrada Comunión a los enfermos.
1. Si el ministro se encuentra enfermo, no distribuirá la Sagrada Comunión.
Tendrá cuidado el ministro de invitar a los familiares del enfermo a disponer el lugar
para dar la comunión: mesa, mantel, vela, crucifijo, vaso con agua, y participar
cantando, proclamando las lecturas y orando por su familiar enfermo.
Cada ministro debe tener su relicario personal, usarlo siempre que lleve la Sagrada
Comunión, purificarlo cuidadosamente cada vez que lo utilice y guardarlo en lugar
adecuado.
La Sagrada Hostia para los enfermos se lleva desde la propia parroquia y no desde
otra, a menos que haya un acuerdo entre los párrocos para una ocasión concreta.
1. A nadie se le permite llevar consigo el Santísimo Sacramento en viajes fuera de su
parroquia.
2. Si por alguna causa no se dio la Sagrada Comunión al enfermo, la Sagrada Hostia
deberá ser devuelta cuanto antes al Sagrario parroquial.
Chilpancingo de La Asunción, Gro., a los diecinueve días del mes de marzo, del año
dos mil dieciocho, Año de la Juventud y la Adolescencia.
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