Bonilla

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Agradecimiento

Al meditar Dios mío en las cosas que me has dado,


mi corazón se inflama turbado de emoción
Pues no encuentro palabras como expresar mi Cristo,
el agradecimiento de mi alma para ti.
Cambiaste tú mi vida, me diste esperanza,
y desde aquel instante mi alma recibió
un gozo tan sublime que al pasar de los años,
ha sido cual la fuente de mi felicidad.

CORO
Agradecimiento hay en mi corazón,
canto de alegría elevo con mi voz
Muchas son las cosas que mi Dios me ha dado,
// Y en agradecimiento // le sirvo a mi Señor.

A veces que la prueba que has puesto en mí camino,


en vez de ser derrota han sido bendición
Que ni por un momento tú me has dejado sólo,
y así tu santa mano ha sido mi sostén.
Permíteme que mi alma ponga por servirte,
y muy dentro de mi mente presente siempre estén
Los múltiples favores y tu misericordia,
que ya sin merecerlo tuviste para mí.
Años felices con Dios

Si yo pudiera demostrarte
lo que yo siento por ti
lo que en mi corazón existe
nomas por verte feliz
gocemos juntos este día
en la presencia de Dios
que sea él que te de
su bendición.

Si Dios quisiera revelarte


lo que tú vales en él, sería más feliz tu día
y más hermosos también.
Con gozo eterno de los cielos
puedas tus años pasar,
eso traerá
en un raudal felicidad.

Si yo pudiera demostrarte lo que yo siento por ti


lo que en mi corazón existe
nomas por verte feliz
gocemos juntos este día
en la presencia de Dios
que sea él que te de
su bendición.
Como mi Dios no hay dios

Al contemplar los cielos y la tierra,


cuando miro el paisaje de la mar;
por las noches observo las estrellas
por las mañanas de las aves oigo el trinar
cuando el sol que asoma por las colinas
me admiro de lo que mi Dios creó
// Y es que tengo que decir con toda el alma:
como mi Dios, no hay dios, como mi Dios.//

Muchos le sirven a dioses de madera


dioses de yeso y hasta de metal
pero no ven, no oyen y no hablan
como no andan los tienen que cargar
Pero mi Dios tiene su trono allá en los cielos
Y es un Dios vivo y escucha mi oración
// Y a la Presencia de mi Dios tiembla la tierra.
Como mi Dios, no hay dios, Como mi Dios! //
Como un relámpago

Como un relámpago,
como un relámpago,
que sale del oriente así vendrás,
como una estrella, como una estrella,
refulgente brillarás,
como una rosa, como una rosa,
tu fragancia en este mundo dejarás,
cuando tú vengas por tu iglesia muy pronto a levantar.
CORO
No me dejes Señor no me dejes,
que contigo yo quiero ir,
a las mansiones que tú has preparado,
para todos los que te sean fiel.

Como una novia, como una novia,


que espera a su amado así será,
los redimidos, los redimidos,
que en el cielo gozarán,
vestidos blancos,
vestidos blancos,
en las bodas del cordero lucirán,
cuando tú vengas por tu iglesia muy pronto a levantar.
Qué lindo es mi Cristo

Qué lindo es mi Cristo cuán grande es su amor,


yo andaba perdido El vino y me halló
con sus tiernas manos El me acarició,
// tomó me en sus brazos y ahí me arrulló. //

Que dulces caricias las del Salvador,


caricias que llenan mi alma de amor
su voz me asegura, conmigo El está,
// estar para siempre por la eternidad. //

Que dulce es mi Cristo cuán grande es su amor,


que diste tu vida por mi pecador
dejaste tu gloria por venir aquí,
// buscando perdidos me encontraste a mí. //

Que dulces caricias las del Salvador,


caricias que llenan mi alma de amor
su voz me asegura, conmigo El está,
// estar para siempre por la eternidad. //
Toma tiempo para orar

Al amanecer de una hermosa mañana, cuando las aves


trinos cantan al Señor, puedo una voz que me dice: ¡Toma
tiempo para orar!
En Cristo ahora pongo mis cargas,
Él es más que vida en mí
El cambia mis desalientos, cada día me acompaña aquí
¿Que no oyes la invitación al jardín de la oración?
toma tiempo para orar!

Si me buscas yo enjugare tu llanto, cuando muchos no te


quieran ayudar. Borrare tu tristeza y tu quebranto, si das
tiempo para orar.

En Cristo ahora pongo mis cargas,


Él es más que vida en mí
El cambia mis desalientos, cada día me acompaña aquí
¿Que no oyes la invitación al jardín de la oración?
toma tiempo para orar!
Una tarde en la mar

Una tarde en la mar se encontraba


los discípulos con el maestro
mientras ellos bogando se hallaban
e Señor descansaba su cuerpo.

Más la nave luego fue azotada


por una tempestad y los vientos
el abismo les amenazaba, más
recuerdan que duerme el Señor

¡Maestro! ¡Maestro! Despierta tu sueño


//reprende los vientos que perece
nuestra embarcación

El Señor les mira tierna mente y les dice


con voz dulce y suave, sí creyeras en
mí solamente, aunque duerma
seguro estarías, a la mar reprendió en un
momento y a los vientos les manda que
callen, caye el mar y enmudezcan los
Vientos porque ha hablado el divino Señor.

Caye el mar y enmudezcan los


vientos porque ha hablado el divino Señor.
La vida es una flor

Como las Flores tienen su tiempo


Que ahora salen y mañana ya no están
Así es el hombre en esta vida
Porque sus días contados son,
Pero el que tiene su vida en Cristo
Su vida nunca dejara de ser
Porque aunque muerta este su carne
Siempre su alma vivirá en el
CORO:
La vida es una flor, muy delicada
Y el hombre al cual la dio con precaución
Porque si se marchita nunca revive
No quiere flores muertas
En su jardín mi Dios

Dios hizo al mundo jardín hermoso


Obra perfecta fue su creación
Y formo al hombre del mismo polvo
Y con un soplo vida le dio
Más no queriendo que se perdiera,
Un mandamiento él le dejo
Que le sirviera, que le adorara
Para ganarse la salvación.
CORO.
Mis oraciones

Has oído Señor mis oraciones desde el cielo has oído mi


clamor, pues derramas tus ricas bendiciones
Dame fe y alegría oh Señor

No pretendo riquezas con polillas o a los bienes terrenos


que se van // Quiero sí que me des sabiduría
así como le distes a San Juan. //

No pretendo Señor cosas terrenas, no pretendo mi Dios


más que tu amor. Que me enseñes las cosas que son
buenas que edifican, dan vida y dan valor.

Más allá del sol

Aunque en esta vida no tengo riquezas, sé que allá en la


gloria tengo mi mansión. Cual alma perdida entre la
pobreza, de mí, Jesucristo tuvo compasión.

Mas allá del sol, más allá del sol yo tengo un hogar, hogar,
bello hogar, más allá del sol.

A todas las razas de linaje humano, Cristo quiere darles


una plena salvación. También una casa, no hecha de
manos, fue a prepararnos a la Santa Sion.

Mas allá del sol, más allá del sol yo tengo un hogar, hogar,
bello hogar, más allá del sol.
Divino compañero

Divino compañero del camino, tu presencia siento yo al


transitar. Ella ha disipado toda sombra, ya tengo luz, la luz
bendita de tu amor.

Quédate Señor, ya se hace tarde; te ofrezco el corazón


para posar. Hazlo tu morada permanente, acéptalo,
acéptalo, mi Salvador.

La sombra de la noche se aproxima, y en ella el tentador


acechará. No me dejes solo en el camino, ayúdame,
ayúdame hasta llegar.

Quédate Señor, ya se hace tarde; te ofrezco el corazón


para posar. Hazlo tu morada permanente, acéptalo,
acéptalo, mi Salvador.

Dame un nuevo corazón

Dame un nuevo corazón que te alabe noche y día, dame un


nuevo corazón, oh Jesús, tú eres mi guía. Dame un nuevo
corazón y que sea morada tuya; dame un nuevo corazón,
dame un nuevo corazón cada día.

Quiero amarte mi Señor porque estoy agradecido. Tu me


diste el perdón, que es un don inmerecido; me cambiaste el
corazón y me diste nueva vida. Dame un nuevo corazón,
dame un nuevo corazón, cada día.
Un grano de arena

Un grano de arena en ancho desierto, así es el hombre en


la presencia del Señor. De un grano de arena se ha
formado un templo, donde habita el Santo Espíritu de Dios.

Un grano de arena yo fui en el desierto, un grano de arena


antes era yo. Mas ya soy llamado un hermoso templo
donde habita el Santo Espíritu de Dios.

Hoy que somos templo del Espíritu Santo, columnas fieles


y apoyo de la verdad. Siempre en nuestra boca se halla un
dulce canto, con el cual podemos a Cristo alabar.

Un grano de arena yo fui en el desierto, un grano de arena


antes era yo. Mas ya soy llamado un hermoso templo
donde habita el Santo Espíritu de Dios.
Súplica

Vengo a suplicarte, mi Señor, que me dejes reposar en tu


amante pecho, mi Señor, como el apóstol Juan.

Me has dado tantas cosas, mi precioso Jesús. Me has dado


fe, me has dado paz, me has dado amor. Me has dado
gozo eternal en plenitud. Me has dado tantas cosas, mi
precioso Jesús, que yo sería un ingrato si negara tu amor.

Cuando estoy, Señor, ante tu altar, me conmueve el


corazón, al verte clavado en una cruz, por mis culpas y mi
error.

Me has dado tantas cosas, mi precioso Jesús. Me has dado


fe, me has dado paz, me has dado amor. Me has dado
gozo eternal en plenitud. Me has dado tantas cosas, mi
precioso Jesús, que yo sería un ingrato si negara tu amor.
Eran cien ovejas

Eran cien ovejas que había en el rebaño, eran cien ovejas


que amante cuidó. Pero en una tarde, al contarlas todas, le
faltaba una, le faltaba una y triste lloro.

Las noventa y nueve dejó en el aprisco, y por las montañas


a buscarla fue. La encontró gimiendo, temblando de frio;
ungió sus heridas, la tomó en sus brazos y al redil volvió.

Esta misma historia vuelve a repetirse; todavía hay ovejas


que rabundas van. Con el alma rota van por los collados,
temblando de frio, vagando en el mundo, sin Dios y sin fe.

Las noventa y nueve dejó en el aprisco, y por las montañas


a buscarla fue. La encontró gimiendo, temblando de frio;
ungió sus heridas, la tomó en sus brazos y al redil volvió.
Omnipotente Dios

Señor, cuando tú pasas, muy veloz en la tormenta, se


queda estremecido mi pobre corazón. Mas cuando has
pasado, mi vida ya se aquieta y surge una esperanza y
nace un nuevo amor.

Tu estas en todas partes, sentimos tu presencia, te mueves


en las olas de embravecido mar. Eres la vida misma, de mi
existir, la esencia, tu aliento es suave brisa que yo he de
respirar.

No tengo qué ofrecerte, pues soy tan pequeñito, y nada


puedo darte, que sea de valor. Por eso, solo vengo ante tus
pies rendido, dejando ante tus plantas, mi humilde corazón.

Tu estas en todas partes, sentimos tu presencia, te mueves


en las olas de embravecido mar. Eres la vida misma, de mi
existir, la esencia, tu aliento es suave brisa que yo he de
respirar.
Todo es posible

Si en pruebas y en dolor te encuentras desmayar, habrá en


tu pobre ser mil dudas y pesar. Solo Dios podrá cambiar tu
ser, si tan solo tienes fe, fe en Él.

Todo es posible si puedes creer, todo es posible si puedes


creer. Fe mueve la mano de Dios, fe en su palabra viva.
Todo es posible si puedes creer.

Cristo, el Señor Jesús, te invita a gozar de plena gracia y


luz, de todo bienestar. Solo Dios podrá cambiar tu ser, si
tan solo tienes fe, fe en Él.

Todo es posible si puedes creer, todo es posible si puedes


creer. Fe mueve la mano de Dios, fe en su palabra viva.
Todo es posible si puedes creer.
La isla

Hay una isla llena de encanto do iré a morar, bella y


fragante donde el Maestro baja a soñar. Allá en mi isla es
que cantan trinos de amor, y reclinado por los jardines se
ve al Señor.

La isla de mis ensueños, de oro, la isla donde está el


Señor. La isla do mi alma adora a mi Rey, a mi Salvador.

Dicen que el cielo sus calles de oro prepara ya, y que sus
pórticos engalanados listos están. Dicen que un ángel, muy
presuroso, con mucho afán, prepara el libro donde el
Maestro ha de llamar.

La isla de mis ensueños, de oro, la isla donde está el


Señor. La isla do mi alma adora a mi Rey, a mi Salvador.
Confío en Dios

Confío en Dios, muy cerca siempre esta. En tierra o mar su


protección me da. Tan solo se do quiera este, mi Padre
amante, cuidará de mí.

Confío en Dios, quien es mi amparo fiel, en lucha cruel mi


defensor es Él. Si apaga el sol a su arredor, mi Padre
amante cuidará de mí.

Confío en Dios en horas de aflicción, me hará triunfar en


ruda tentación. Y en mi dolor, con tierno amor, mi Padre
amante cuidará de mí.

Confío en Dios, quien es mi amparo fiel, en lucha cruel mi


defensor es Él. Si apaga el sol a su arredor, mi Padre
amante cuidará de mí.
En el valle

En el valle florece la rosa, la mas bella del valle Sarón. Oh,


la vida en Jesús es hermosa si se acepta con el corazón.

Yo estaré con Jesús en el cielo, do por siempre su rostro


vere. Con los santos en sus alabanzas, con mi canto
también me uniré.

Es Jesús la promesa divina, es la rosa más bella que el sol,


es la rosa de toda la iglesia que le sirve con el corazón.

Yo estaré con Jesús en el cielo, do por siempre su rostro


vere. Con los santos en sus alabanzas, con mi canto
también me uniré.

Junto a ti

Aunque débil soy, Señor, tu poder me da valor. Satisfecho


yo estaré junto a ti, Señor, junto a ti.

Quiero andar cerca de ti, junto a ti quiero vivir, diario andar


cerca de ti, junto a ti, Señor, junto a ti.

Cuando ya frágil ser deje aquí de padecer, guárdame mi


Buen Señor, junto a ti, Señor, junto a ti.

Quiero andar cerca de ti, junto a ti quiero vivir, diario andar


cerca de ti, junto a ti, Señor, junto a ti.
Cuando en ocaso

Cuando en ocaso mi sol se ponga, gloriosa aurora veré


lucir; mañana eterna, que ansioso, con mi Maestro sin fin
vivir.

Cuando en ocaso mi sol se ponga, a los que yo amo voy a


mirar. Los que primero de aquí se fueron, y que con Cristo
voy a encontrar.

El que habita

El que habita al abrigo de Dios, morará bajo sombras de


amor, sobre él no vendrá ningún mal, y en sus alas feliz
vivirá.

Hoy yo quiero habitar al abrigo de Dios, solo allí encontraré


paz y profundo amor. Mi delicia con él comunión disfrutar, y
por siempre su nombre alabar.

El que habita al abrigo de Dios para siempre seguro estará,


caen mil y diez mil por doquier mas a él no vendrá
mortandad.

Hoy yo quiero habitar al abrigo de Dios, solo allí encontraré


paz y profundo amor. Mi delicia con él comunión disfrutar, y
por siempre su nombre alabar.
Que privilegio

Vagando yo en el negro pecado, sin esperanza y amor,


miré hacia el cielo y hallé que Cristo, el Salvador, por mí
murió.

Que privilegio, oh aleluya, en el calvario, por mi murió. Y


con su sangre me impartió vida, me impartió vida, mi
Salvador.

El dejo al Padre y sus riquezas, con dulce calma el Señor,


bajó del cielo, vertió su sangre para salvar al pecador.

Que privilegio, oh aleluya, en el calvario, por mi murió. Y


con su sangre me impartió vida, me impartió vida, mi
Salvador.
Pon tu mano

Cuando en pruebas se encuentra mi alma y tu luz casi no


puedo ver, surge un grito de mi alma que clama, pon tu
mano Señor, sobre mí.

Pon tu mano Señor, sobre mí, pon en mi alma ese mismo


sentir. Dame gracia para obedecer, dame fuerzas para
vencer.

Lucha mi alma y mi carne también por sentir tu llamado en


mí, no es posible seguirte ocultando, no es posible tu voz
resistir.

Pon tu mano Señor, sobre mí, pon en mi alma ese mismo


sentir. Dame gracia para obedecer, dame fuerzas para
vencer.
Pide con fe

Quiere el Señor, que confíes en él, pues quiere darte su


consolación, confía en él y veras su poder, confía en él y
tendrás salvación. Quiere el Señor, que tu pidas con fe,
pues solo así tendrás consolación.

//Pide con fe y sentirás su poder, y a tu alma traerá


bendición. //

Todas tus penas él quiere calmar, si tú confías en su gran


poder; no te detengas, pide al Creador, él sanará toda
angustia y dolor. Todas tus cargas él quiere quitar, pero te
exige que pidas con fe.

//Pide con fe y sentirás su poder, y a tu alma traerá


bendición. //
Siento que mi alma

Siento que mi alma necesita mas de ti, Señor, por eso


vengo a ti. Mi alma sedienta, cual ciervo brama, por agua
viva, de gozo y salud.

No sé cómo podré vivir sin ti, Señor, si eres piloto y capitán.


//Toda mi vida entrego a ti, Señor, llena mi vida de poder. //

Y cuando a solas estoy contigo en oración, Señor, que


grande bendición; siento que en mi alma se derrama en
lluvias, lluvias de gracia, que vienen de ti.

No sé cómo podré vivir sin ti, Señor, si eres piloto y capitán.


//Toda mi vida entrego a ti, Señor, llena mi vida de poder. //

El amor de Dios

No hay amor cómo el de Dios, que me llena el corazón, que


penetra en mí, que me inspira a amar, el amor de mi Señor.

El amor de mi Señor me renueva el corazón, dulce amor de


Dios, tierno y puro es, el amor de mi Señor.

Borrará mi rebelión el amor de mi Señor, la bondad de él es


consuelo en mí, pone paz en mi aflicción.

El amor de mi Señor me renueva el corazón, dulce amor de


Dios, tierno y puro es, el amor de mi Señor.

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