El documento habla sobre la evaluación inicial y el manejo de las urgencias hipertensivas. La evaluación inicial incluye confirmar la elevación de la presión arterial y descartar lesiones en órganos, diferenciando las urgencias de las emergencias. En las emergencias se deben realizar exploraciones adicionales como ecocardiogramas o tomografías. El objetivo del manejo de las urgencias es reducir gradualmente la presión arterial en horas o días sin causar isquemia, iniciando o ajustando el tratamiento antihipertensivo y considerando el ingreso hospital
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El documento habla sobre la evaluación inicial y el manejo de las urgencias hipertensivas. La evaluación inicial incluye confirmar la elevación de la presión arterial y descartar lesiones en órganos, diferenciando las urgencias de las emergencias. En las emergencias se deben realizar exploraciones adicionales como ecocardiogramas o tomografías. El objetivo del manejo de las urgencias es reducir gradualmente la presión arterial en horas o días sin causar isquemia, iniciando o ajustando el tratamiento antihipertensivo y considerando el ingreso hospital
El documento habla sobre la evaluación inicial y el manejo de las urgencias hipertensivas. La evaluación inicial incluye confirmar la elevación de la presión arterial y descartar lesiones en órganos, diferenciando las urgencias de las emergencias. En las emergencias se deben realizar exploraciones adicionales como ecocardiogramas o tomografías. El objetivo del manejo de las urgencias es reducir gradualmente la presión arterial en horas o días sin causar isquemia, iniciando o ajustando el tratamiento antihipertensivo y considerando el ingreso hospital
El documento habla sobre la evaluación inicial y el manejo de las urgencias hipertensivas. La evaluación inicial incluye confirmar la elevación de la presión arterial y descartar lesiones en órganos, diferenciando las urgencias de las emergencias. En las emergencias se deben realizar exploraciones adicionales como ecocardiogramas o tomografías. El objetivo del manejo de las urgencias es reducir gradualmente la presión arterial en horas o días sin causar isquemia, iniciando o ajustando el tratamiento antihipertensivo y considerando el ingreso hospital
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EVALUACIÓN INICIAL
La evaluación inicial del paciente con crisis hipertensiva está encaminada a
confirmar la elevación de la PA y a descartar la existencia de lesión en órgano diana, para poder diferenciar las urgencias de las emergencias hipertensivas. En la tabla 1 se resumen las circunstancias consideradas como emergencias hipertensivas. Tras la historia clínica inicial (tabla 2), se debe realizar una adecuada exploración física buscando signos de lesión en órganos diana (fondo de ojo, exploración neurológica, soplos, asimetría de pulsos, auscultación cardiopulmonar). En la mayoría de las urgencias hipertensivas no será necesario realizar exploraciones complementarias. Sin embargo, en caso de sospecha de lesión de órgano diana o causa no ligada a hipertensión arterial esencial de la crisis, las exploraciones complementarias básicas que deben solicitarse incluirán: hemograma, bioquímica sanguínea (urea, creatinina y electrolitos), sedimento urinario, electrocardiograma y radiografía de tórax. En caso de tratarse de una emergencia hipertensiva, y de acuerdo con la presentación clínica, se deberán solicitar otras exploraciones complementarias, como ecocardiograma, tomografía axial computarizada (TAC) o resonancia magnética nuclear (RMN) cerebral, ecografía abdominal o TAC o RMN tóraco-abdominal.
MANEJO DE LAS URGENCIAS HIPERTENSIVAS
En la mayoría de los pacientes con HTA grave no se observa habitualmente lesión aguda de órgano diana. En estos casos, el objetivo será reducir gradualmente la PA por debajo de 160/100 mmHg, en un intervalo de horas a días 7,8. En ocasiones, el reposo y el control de los factores desencadenantes permiten que la PA vuelva a los valores habituales. En pacientes hipertensos previamente tratados, se puede incrementar la dosis de la medicación antihipertensiva que ya estuviese tomando o añadir otro fármaco; en pacientes con mal cumplimiento terapéutico, se debe reintroducir la medicación, y en pacientes con ingesta de sal excesiva, hay que añadir un diurético e insistir en la restricción salina. En individuos sin antecedentes de hipertensión, debe iniciarse el tratamiento antihipertensivo oral siguiendo las guías para el manejo de la HTA si persiste la elevación de la PA. En la tabla 3 se incluyen algunos fármacos habitualmente empleados para el tratamiento del episodio agudo, siendo necesario un adecuado seguimiento en los días posteriores para ajustar el tratamiento. En algunos casos, dependiendo de la respuesta inicial al tratamiento y de la comorbilidad, puede ser necesario el ingreso hospitalario del paciente. Sin embargo, no se ha demostrado que la reducción rápida de la PA suponga un beneficio para el paciente, e incluso en algunos casos podría precipitar la aparición de isquemia miocárdica o cerebral. La administración de nifedipino sublingual no se aconseja para el tratamiento de las crisis hipertensivas, debido a que la respuesta no es previsible ni se puede controlar, y en ocasiones da lugar a bruscos descensos de la PA que pueden acompañarse de sintomatología isquémica9.