Libro Felipe Villavicencio
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DERECHO
ENAL
PARTEGENERAL
GRIJLEY
UU A est ti. e
(11 WoLrFFen Karser, 1983, p. 83. El control social es una condición básica de la
vida social, pues, con él se aseguran las expectativas de conducta y las normas que
rigen la convivencia. El control social precisa los límites de la libertad humana en la
sociedad, y es también un instrumento de enculturación y socialización de sus miem-
bros. Debe agregarse que la violencia es una característica de todos esos mecanismos
creados para la defensa o protección de determinados intereses de la sociedad. “La
violencia es, por tanto, consustancial a todo sistema de control social” (Muñoz ConDE
- Garcia ARÁN, 2002, p. 30). El objetode estudio del control social es doble: la conducta,
que es valorada negativamente dentro de un orden social determinado (comporta-
miento desvalorado); y la respuesta social, de la sociedad frente a la conducta cometi-
da (Bustos, 2004, I, p. 489).
“> El control social formal es el sistema penal. “Las sanciones del control social for-
mal, a diferencia de las que imponen las agencias informales, nunca son neutras, sino
7
CAPÍTULO 1: PODER PENAL Y DERECHO PENAL
(132 Cornejo (1936), BRAMONT ARIAS (1950, 1978), BeEnfrez (1958), PEÑA CABRERA
(1964, 1997), Roy FREYRE(1974), Hurrapo Pozo (1978, 1987, 2005), ViLLASreln (1998).
01 “El cambio terminológico producido a comienzos del siglo XIX, del Dere-
cho Criminal al Derecho Penal, no fue una mera casualidad, desde el punto de
vista histórico-jurídico. La palabra Derecho penal atañe a la ley, por medio de su
solo mandato una conducta desvalorativa es sometida al poder estatal, penalizada,
edificada como delito, por sobre el derecho consuetudinario, el poder limitado
del juez y la arbitrariedad de un gabinete. En este cambio lingúístico del derecho
criminal al derecho penal subyace el principio que dominó todo el derecho penal
del siglo XIX: el principio *nulla poena sine lege"” (MAuracn/Zirr, 1994, p. 5). ROXIN,
basándose en las consecuencias jurídicas, considera mejor hablar de “Derecho
penal y medidas” que de “Derecho penal” (1999, p. 42, num. 4).
CAPÍTULO 1: PODER PENAL Y DERECHO PENAL
Existe diferencia entre el Derecho Penal de hecho (de acto), que entien-
de que lo principal es la lesión al orden jurídico o al orden social y otorga
menor importancia a las características personales del autor, las mismas
que son consideradas por sí solas insuficientes para aplicar una pena; y el
penalde
Derecho Penal de autor, que le da mayor importancia a las características
hechoy de
autor personales del autor. Nuestro derecho vigente es decididamente un De-
recho Penal de hecho, a partir que nuestra Constitución sólo ordena san-
ción por actos u omisiones (artículo 22, numeral 24, inciso d) por ende,
el Derecho Penal de autor resulta inconstitucional. |
(06 Pérez PINZÓN, 1991, p. 226; ZAFFARONI/ALAGIA/SLOKAR, 2000, p. 6. Cfr. Inem, 2005,
pp. 11-12, numas.6-7.
(1) ZAFFARONI, 1984, p. 7; HasseMER, 1984, p. 391.
a. Criminalización primaria
b. Criminalización secundaria
EX Ibidem, p. 41.
(2%VILLAVICENCIO
TERREROS,2000, pp. 165y ss.
al A
11
CapfTULO 1: PODER PENAL Y DERECHO PENAL
b.1.Lapolicía
Es uno de los organismos institucionalizados del control penal, está en.
cargada de garantizar, mantener y restablecer el orden interno (salvo en
los estadosde emergencia—artículo 137, numeral 1, Constitución política-,
17. durante los cuales el control interno lo asume las fuerzas armadas); pres-
Concepto ta protección y ayuda a las personas y a la comunidad; garantiza el cum-
y función
de la
plimiento de las leyes y la seguridad del patrimonio público y del privado;
Policía previene, investiga y combate la delincuencia; vigila y controla las fronte-
ras (artículo 166, Constitución política); entre otras tareas. En el Perú, la
policía fue creada el 31 de diciembre de 1873, por el Presidente Manuel
Pardo, y se denominaba en sus inicios Guardia Civil. Actualmente, existe
la Policía Nacional (Ley 24949 del 25 de noviembre de 1988).
18.
Concentra-
La policía constituye el órgano inmediato de aplicación del control penal y
cióndel uno de los más importantes del control en general 2”, Es el organismo que
Poder
Penal
concentra y ejerce el mayor espacio del poder del control penal.
Pero también hay que señalar que la policía es un instrumento del Poder
19. Ejecutivo y por lo tanto, no dispone de ninguna autonomía de funciona-
Instrumen- miento (2, Esta posibilidad de influencia depende del desarrollo en que
to del
Poder se encuentre su marco legal y su sistema de controles interno y externo
Ejecutivo policiales, es decir, cuanto más estén desarrollados su normatividad y con-
trol, mayor será la influencia del Poder Ejecutivo (2,
“La policía es, en efecto, una actividad administrativa formalmente orga-
nizada como dependiente del poder ejecutivo. Pero, al contrario que otras
ramas de la administración pública, actúa en contacto directo con las
20.
Policía y libertades fundamentales; y de ahí tiene que actuar no sólo como fun-
kbertades ción auxiliar de la jurisdicción, sino también en ejercicio de competen-
fundamen-
tales cias propias y autónomas, como son las preventivas y cautelares frente a
sujetos peligrosos y sospechosos. Por ello, su *fuerza* se manifiesta como
“violencia” y de ahí proviene su latente ilegitimidad con respecto al para-
digma del Estado de derecho” 40),
al mismo tiempo, quiénes han de ser las víctimas potenciales de las que selectiva
«2 Busros, 1986, p. 165. Este autor considera que, para poder precisar las “rela-
ciones entre la función policial y el sistema constitucional, habría que distinguir los
siguientes aspectos: 1) papel de la policía dentro de la intervención penal del Estado;
2) papel de la policía dentro de la intervención general sancionatoria del Estado, y 3)
las relaciones entre estos cometidos y la libertad y seguridad de los ciudadanos” (Bus- '
TOS,2004,II, pp.463-464).
(11 ZAFFARONI/
ALAGIA/SLOKAR, 2000, p. 7. Busros considera que la policía debe in-
corporarse a la vida colectiva en forma activa, transformando sus órganos y funciones, con
el objeto de eliminar en lo posible los procesos de criminalización (los policías señalan
quien es un criminal) que atentan contra el principio de igualdad (1983, II, p. 65).
13
CAPÍTULO 1: PODER PENAL Y DERECHO PENAL
como promedio el 4% del total de recursos humanos del sistema penal al subsistema
judicial, el 19% a las cárceles y el 77% a la policía, en los denominados “países en vías
de desarrollo” solo el 1% es destinado al subsistema judicial, el 5% a las cárceles y el
94% a la policía.
14
$2. Poder penal: criminalización primaria y secundaria
b.2.Losfiscales
El artículo 158 de la Constitución Política declara al Ministerio Público
como un organismo autónomo. Este sector del sistema penal está encar-
gado de la defensa de la legalidad y los intereses públicos tutelados por el
derecho, vela por la independencia de los órganos jurisdiccionales y por
la recta administración de justicia; representa a la sociedad en los proce- 26.
sos judiciales; conduce desde su inicio la investigación del delito (con tal
de lunción
propósito, la Policía Nacional está obligada a cumplir los mandatos del fscal
Ministerio Publico en el ámbito de sus funciones); ejercita la acción pe-
nal de oficio o a petición de parte; emite dictámenes previos a las resolu-
ciones judiciales y ejerce iniciativa en la formación de las leyes (artículo
159, Constitución política).
64 Para el caso de los países que han iniciado cese proceso de cambio, BINDFR
afirma que “nos encontramos con el hecho de que los fiscales deben comenzar a
actuar dentro de un contexto del sistema inquisitivo, dentro del cual no tienen verda-
dera cabida y se corre cl gran peligro de que absorban la cultura inquisitiva -nucho
más aún sabiendo el tiempo de varios años que insume una reforma procesal penal- de
tal modo que luego se convierten en adversarios del modelo acusatorio en lugar de ser
pilares de la transformación” (en Paz et al 1994, p. 87; vid. también ibidem, pp. 65 y ss.).
(19 El Código Procesal Penal del 2004 señala entre las funciones del Ministerio
Público (artículo 60) que la institución es la titular del ejercicio de la acción penal y
15
CAPÍTULO 1: PODER PENAL Y DERECHO PENAL
16
$2. Poder penal: criminalización primariay secundaria
17
CAPfTULO 1: PODER PENAL Y DERECHO PENAL
b.4. La defensa
(55)COMISIÓN
ÁNDINADE
JURISTAS, 1999a, p. 100.
67 “Se trata de una tendencia regional que busca construir sistemas judiciales
más eficientes que posibiliten políticas sostenidas en el campo de la inversión y cl
comportamiento de los agentes en el mercado económico, pero también que garan-
ticen los derechos ciudadanos” (CoMIsióN ÁNDINA DE JURISTAS, 1999a, p. 102).
6) Para una apreciación del estado de las reformas judiciales en América Latina,
vid. BINDER/OBANDO, 2004.
18
$2. Poder penal: criminalización primaria y secundaria
(Y Aprobado por el Octavo Congreso sobre el delito celebrado en La Habana del. ——-——
27 de agosto al 7 de setiembre de 1990. Vid. NAciONES UNIDAS, 1991, pp. 120-124.
19
CaPfTULO 1: PODER PENALY DERECHO PENAL
do, en los países andinos, que cuentan con diferentes sistemas de defensa
publica, se vienen formulando recomendaciones para adoptar un mode.
lo de defensa pública más adecuado a las exigencias de cada país de la
región %. Sin embargo,un programade modernizaciónde la abogacíaes
ineludiblepara la reformajudicial y es también una tarca pendiente(%),
b.5. La prisión
Esta parte del control social formal somete al infractor al peso de los
sistemas carcelarios, con fines resocializadores para el delincuente. En el
Perú, el subsistema carcelario está a cargo del Instituto Nacional Penitencia-
rio (INPE). El régimen penitenciario tiene por objeto la reeducación,
PenitenciaTehabilitación y reincorporación del penado a la sociedad (artículo 139,
inciso 22, Constitución política). A estos se debe agregar el derecho de '
los reclusos y sentenciados de ocupar establecimientos adecuados (artí-
culo 139, inciso 21, Constitución política).
ción (7%el interno adopta en mayor o menor intensidad los usos, costum- ción
(722:Hasta mayo del año 2005 el total de la población penitenciaria asciende a 33,
236 internos. Los procesados son 23, 480 (70,6%) y los sentenciados suman 9, 756
(29,45%). Fuente: Diario El Comercio, Lima 3 de julio de 2005, p. A-19.
(712 BARBERO SANTOS, 1980, p. 124. Entre nosotros: SoLís EsPINoza, 1986, p. 214.
21
CAPfTULO 1: PODER PENAL Y DERECHO PENAL
mente como medida disciplinaria). En suma, “si bien en los últimos añoz
se ha restituido el principio de autoridad en los penales y se ha mejorado la
infraestructura penitenciaria como consecuencia de la política de cons.
trucción de nuevos penales, la crisis en la prestación de los servicios básicos
se ha acentuado. Al crecimiento sistemático de la población penal, no se
acompañó la correspondiente ampliación de los servicios penitenciarios,
que en la actualidadse encuentrandesbordados”(“?.
Se mencionan experiencias de privatización de las cárceles que no han
sido adoptadas en nuestro país. Por privatización de las cárceles se en-
tiende “la participación del sector privado en el tratamiento, la custodia
cióndelas
o el castigo de personas detenidas o presas y en la administración de
cárceles cualquier forma de trato o castigo que sea distinta de la reclusión, im-
puesta en virtud de una orden o sentencia de una corte o tribunal esta-
blecido por la ley” “8, |
(7) DEFENSORÍA DEL PuEBLO, 2000, p. 176 (último informe a nivel nacional).
(78) NACIONES UNIDAS, 1993, p. 15 núm. 26. Sobre los argumentos a favor y en con-
A
22
.— > ———T
$3. Sistema penal y seguridad ciudadana
cesal y penitenciaria). Sólo así será posible hablar de una noción de segu-
ridad ciudadana de límites democráticos que sea acorde a las exigencias
impuestas por las normas protectoras de los derechos humanos.
(8% Estos Decretos Legislativos sobre Seguridad Nacional fucron los siguientes:
895 Delito de terrorismo agravado; 896 Delitos agravados (homicidio calificado —artí-
culo 108, Código penal-, secuestro —artículo 152, violación sexual de menores de
catorce años —artículo 173-, violación sexual de menores de catorce años seguida de
23
CAPÍTULO 1: PODER PENAL Y DERECHO PENAL
muerte o lesión grave —artículo 173 A—, robo —artículo 188—, robo agravado —artículo
189— y, extorsión —artículo 200—); 898 Posesión de armas de guerra; 899 Ley contra el
pandillaje pernicioso.
(5 Ley 27472 de 5 junio de 2001 que modifica los Decretos Legislativos 896 (Ley
contra los delitos agravados) y 897 (se refiere a los procedimientos especiales para la
invesuUgación y el juzgamiento de los delitos agravados del Decreto Legislativo 896).
Esta ley ha sido modificada por la Ley 27507 (restablece el texto de los artículos 173 y
173-A del Código Penal, modificó el artículo 46 del Código de Ejecución Penal y el
artículo 1 de la Ley 26689, y prohibió el indulto en los casos de violación sexual).
24
$4. Dogmática jurídico-penal, política criminal y criminología
a. Dogmática jurídico-penal
“El verdadero objeto de la dogmática penal —como las dogmáticas jurídi- eos
cas en general- son las cuestiones jurídicas del derecho penal y no en gogmárca
penal
(:7) Hay algunos autores que, para identificar la relación del Derecho Penal con
estas disciplinas, utilizan el modelo de la estructura tridimensional del derecho: nor-
ma, hecho y valor. Así se establece que la Dogmática Jurídico-Penalse ocupa del derecho
penal como norma, la Criminología como hecho y la Política Criminal como valor (Mir
Purc, 2004, p. 60, num. 32). “Pero aclarando que cada una de las tres dimensiones del
derecho indicado constituye el centro de interés respectivo de las tres disciplinas que
estudian al derecho penal” (ibídem).
09 Lor. cit.
(2 Roxin, 1999, p. 192, num. 1. Cfr. FERNÁNDEZ CARRASQUILLA, 1989, p. 18; BRAMONT-
Artas Torres, L. M., 2000, pp. 32-33.
1) LJasseMER,1984, p. 250.
25
|Y
at
CartruLo 1: PODER PENALY DERECHOPENAL
primer término las normas” *%. Por lo tanto, la misión primordial de esq
disciplina es averiguar y determinar el contenido del Derecho Penal, q
través de su estudio normativo (*),
(*%)FERNÁNDEZCARRASQUILLA,1998, I, p. 19.
e Zrrr, 1979, p. 6.
0% Luzón Peña, 1999, p. 93. Vid. Huxrano Pozo, 2005, p. 67, num. 156.
$4. Dogmática jurídico-penal, política criminal y criminología
empírico que forma parte de la política jurídica del Estado, que a su vez
integra su política general. Se le puede entender como una institución
de naturaleza práctica y teórica.
der “Como puede verse, existen grandes diferencias de contenidos entre una y
otra definición. Mientras la primera establece que son respuestas del Estado, la segun-
da considera que lo son de la Sociedad. Mientras la primera tiene como ámbito la
justicia criminal, la segunda considera el fenómeno criminal no sólo desde el aspecto
jurídico. En definitiva, mientras Zipf plantea que la Política Criminal es el conjunto
de respuestas penales del Estado, DeLmas-MAarTYconsidera que se trata del conjunto
de respuestas de la Sociedad frente a un fenómeno que es social, la criminalidad.
indudablemente, la forma de entender la Política Criminal en ambos autores es total-
mente distinta, ya que mientras Zir+ parte de una concepción jurídico-penal del deli-
to, Demas MaktY parte de una concepción social del fenómeno criminal. Esto condi-
cionara, necesariamente las respuestas, los métodos o herramientas de la Política Cri-
minal” (Zúnica Robricutz, 2001, p. 23).
(191%
Sn va Sáncitez, 2000, pp. 189-190. "Conjunto de actividades del Estado encami-
nado a reducir -ya que no a climinar— la criminalidad” (De Sota Dueñas, 1983, p. 247).
007%Mir Purc, 2004, p. 60, num. 31. Cfr. Huxrano Pozo, 2005, p. 59, num. 131.
27
CAPÍTULO 1: PODER PENAL Y DERECHO PENAL
Penal- (10%) que cuenta por objeto de estudio la política criminal que
sigue el Derecho Penal o que éste debería expresar (19%,
Existe cierta confusión en la determinación de la Política Criminal como
una disciplina científica. Algunos autores consideran que se trata de una
¿Política
ciencia que tendría por objeto la crítica y propuestas de reformas del
criminal Derecho Penal vigente (1%, Para otros, la Política Criminal no es una
ciencia, sino más bien son lineamientos políticos generales 1%). Por últi-
cientifica? mo, algunos criminólogos pretenden que la Política Criminal sea una
partede la Criminología (107,
La Política Criminal se ocupa, en primer término, de efectuar el estudio
crítico y prospectivo de las normas penales y de las institucionales que se
encargan de la oportuna y eficaz aplicación preventiva y represiva. Para
ello, promueve las reformas legislativas adecuadas a las nuevas situacio-
nes sociales, es decir, examina si corresponde o no tales mecanismos a las
exigencias de la sociedad y propone las reformas correspondientes. “Así
surge un derecho penal dinámico, que va remozándose de acuerdo con
los avances de la ciencia” (1%, También otorga a los poderes públicos las
programaciones científicas concretas, que elabora en la lucha contra la
delincuencia, más adecuadas para el eficaz control del delito (09,
(10%Mir Puic, 2004, p. 60, num. 31. “Aparece constituida por un conjunto de
principios teóricos que habrían de dotar de una base racional a la referida praxis de
lucha contra el delito; en donde la clave radica precisamente en determinar qué sig-
nifica “racional” y cuáles pueden ser los criterios de racionalidad” (SiLvA SáncHEz, 2000,
p. 190).
(105) Cerezo Mir, 2003, I, p. 77. Cfr. Luzón Peña, 1999, p. 98.
(07 “La política criminal no puede ser una parte de la Criminología porque la
crítica y las propuestas de reforma del Derecho positivo no se pueden realizar sin un
conocimiento previo, profundo, del mismo y este conocimiento es ajeno al objeto de
la Criminología” (Cerezo Mir, 2003, 1, p. 78).
(19% Garcfa-PABLOS DE MOLINA, 2000, p. 88; Mauracu/Zirr, 1994, p. 51. Cfr. Hurra-
po Pozo, 2005, p. 62, num. 139. “La política criminal se ocupa de cómo deba confor-
marse el derecho penal para cumplir mejor su misión de proteger a la sociedad. La
política criminal conecta con las causas del delito, se ocupa de cómo hayan de reco-
gerse correctamente los clementos de los tipos penales para responder a la realidad
de aquel, intenta determinar los efectos de las sanciones empleadas cn el derecho
penal, considera hasta qué límite puede extender el legislador el Derecho Penal para
no restringir la esfera de la libertad del ciudadano más allá de lo absolutamente indis-
28
$4. Dogmática jurídico-penal, política criminal y criminología
A ..
29
CAPÍTULO 1: PODER PENAL Y DERECHO PENAL
(116) BARATTA, véase sus cuatro indicaciones estratégicas para una política criminal
de las clases subalternas (1986, p. 213).
(118) HuLsMAN/BERNAT DE CeLis, 1984, pp. 70, 81, 84, 85, 90, 119, 122. Sobre “la
necesidad de politizar la perspectiva abolicionista”, véase: García MÉNDEZ, 1986, pp-
178 y ss. Sobre el carácter utópico de la propuesta abolicionista, vid. SiLvA SÁNCHEZ,
1992, p. 23.
$4. Dogmática jurídico-penal, política criminal y criminología
más importante representante es Claus ROXIN, quien revisó el sistema del criminal en
Claus
delito, introduciendo dinamismo a sus diferentes elementos, con criterios Roxin
(1202PEREZPINZÓN,1996, p. 143.
31
CAPÍTULO 1: PODER PENAL Y DERECHO PENAL
am Loc. cit.
(531)Garcia Cavero, 2003, pp. 105-106. “En este momento, el derecho penal, tanto
en la teoría como en la praxis, está pasando de la formalización y la vinculación a los
principios valorativos a una tecnología social, ypaulatinamente se va convirtiendo en
un instrumento político, sobre todo en ámbitos como el económico y financiero,
medio ambiente, salud pública y seguridad del Estado” (Hassemer, 1999, p. 9). La
reforma del Derecho Penal material se caracteriza porque muestra un interés pof
combatir los problemas más ampliamente difundidos por los medios de comunica-
ción (criminalidad económica y financiera, delito ecológico, delincuencia informát-
ca, terrorismo, drogas, pornografía, exportación de mercancías peligrosas), la protec:
ción de bienes jurídicos universales (salud pública, medio ambiente) en lugar de los
tradicionales bienes jurídicos individuales; el creciente empleo de delitos de peligro
abstracto que prescinden del resultado de la causalidad e imponen una pena si €)
sujeto realiza una determina acción peligrosa; la eliminación de diversos grados de
imputación penal, como por ejemplo los de tentativa y consumación o los de compli-
$4. Dogmática jurídico-penal, política criminal y criminología
33
PA rn PS
CAPÍTULO1: PODER PENALY DERECHO PENAL
(14 Vid, Caro Corta, 2004, pp. 142-143, relativo a la incorporación del artículo IV
del Título Preliminar en el Anteproyecto de Parte Gencral del Código Penal del 2004.
de contraponer dos esferas aisladas del Derecho Penal, sino de descri- y del
enemigo
bir dos polos de un solo mundo o de mostrar dos tendencias opuestas en
un solo contexto jurídico-penal. Tal descripción revela que es perfecta-
mente posible que estas tendencias se superpongan, es decir, que se
solapen aquellas conducentes a tratar al autor como persona y aquellas
(14%?
Cancio MeLiÁenJakoss/Cancio MELIÁ,2003, pp. 82-83.
(14 Siuva SáncHEz, 2001, pp. 163-164; Cancio MeLtá enJakoBs/CANciO MELIA, 2003,
Pp. 82-83. Vid. García PABLOSDE MOLIXA, 2000, pp. 106y ss.
(1% Para Cancio MELIA, el Derecho Penal del enemigo surge de la unión del De-
recho Penal simbólico y el punitivismo (en JakoBs/Cancio MeLIá, 2003, p. 78).
35
CAPÍTULO l: PODER PENAL Y DERECHO PENAL
(153)Dvidem,p. 33.
(150.Ibidem,pp. 25-26.
055 Ibidem, p. 32.
(155) Ibidem, p. 47.
36
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$4. Dogmática jurídico-penal, política criminal y criminología
comportamiento personal; por ello, no puede ser tratado como ciudada- «enemigo»
no, sino debe ser combatido como enemigo. Esta guerra tiene lugar con
un legítimo derecho de los ciudadanos, en su derecho a la seguridad;
pero a diferencia de la pena, no es Derecho también respecto del que es
penado; por el contrario, el enemigo es excluido” (159,
Una regulación propia de los delitos por parte del Derecho Penal del
enemigo no es el daño en la vigencia de la norma, sino en hechos futu-
ros. La ubicación del daño actual a la vigencia de la norma es reemplaza-
81.
da por el peligro de daños futuros (16%.“Por un lado, el trato con el ciuda- «Combate
dano, en el que se espera hasta que éste exterioriza su hecho para reac- al
enemigo»
cionar, con el fin de conformar la estructura normativa de la sociedad, y
por otro, el trato con el enemigo, que es interceptado muy pronto en el
estadio previo y al que se le combate por su peligrosidad” (181(162),
5% Ibidem,
p. 47.
(159 Ibidem, pp. 55-56. CANcIO MELIA describe que “la esencia de este concepto
de Derecho penal del enemigo está, entonces, en que constituye una relación de
combate del ordenamiento jurídico contra individuos especialmente peligrosos,
que nada significa, ya que de modo paralelo a las medidas de seguridad supone
tan sólo un procesamiento desapasionado, instrumental, de determinadas fuen-
tes de peligro especialmente significativas. Con este instrumento, el Estado no
habla con sus ciudadanos, sino amenaza a sus enemigos” (en JakoBS/CANCIO MELIÁ,
2003, p. 86).
(160) JAKOBS en JAKOBS/ Cancio MeLIá, 2003, pp- 49-50.
050 Jbidem,
pp.42-43.
(02: Para Jaxobs, la punición internacional (Tribunal para la antigua Yugoslavia
en La Haya, el Estatuto de Roma y el Código Penal Internacional) o nacional de
vulneraciones de los derechos humanos después de un cambio político muestra ras-
gos propios del Derecho Penal del enemigo sin ser sólo por ello ilegítima (JAkOBs, en
Jakoss/Cancio MELIA, 2003, pp. 51 y 56). Por nuestra parte, creemos que la lucha
contra la impunidad de las graves violaciones a los derechos humanos, ha sido amplia-
mente desarrollada y justificada a través del Derecho Internacional de los Derecho
Humanos y el Derecho Internacional Humanitario, por lo que la Comunidad Inter-
nacional viene aceptando al nuevo Derecho Internacional Penal y adecuándolo a las
legislaciones internas (sobre la impunidad y el surgimiento de los Tribunales de Dere-
chos Humanos, vid. en detalles: VILLÁN Durán, 2002, pp. 511 y ss.). Este también es el
caso del Perú, donde se han registrado innumerables violaciones a los derechos hu-
manos. (Por ejemplo, vid. sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Huma-
nos, “Caso Barrios Altos”). Vid. también Pastor, 2005, p. 789.
37
CAPÍTULO 1: PODER PENAL Y DERECHO PENAL
Las críticas formuladas al Derecho Penal del enemigo son diversas: Prime.
ra, implica un apartamiento de los fines ordinarios del Derecho Penal, es
decir, de la reafirmación del ordenamiento de la norma infringida —si-
guiendo la línea de la prevención general positiva- (1%).Segunda,la iden-
tificación de la condición de enemigos del sistema social, presupone la
privación y negación de la condición de personas a tales individuos y la
consideración de los mismos como no-personas1%. En este sentido, “un
Derecho penal del enemigo podría encontrar un espacio legítimo única-
mente en el caso de que el Derecho penal “ordinario” tuviera como des-
tinataria a la persona o, si se prefiere, al ciudadano, pues un despojo de
estas condiciones deja al descubierto al individuo humano, y dicho des-
82. pojo aún dejaría un espacio de legitimidad para una regulación jurídica
Críticas
al que, aun siendo diferente y excepcional, no entrara en conflicto con la
dignidad del ser humano” (185).Tercera,al identificar al enemigo en base a
Penaldel
su perversidad, se inclina el Derecho Penal del enemigo a un Derecho
Penal de autor y no de hecho “%), Cuarta, a las regulaciones del Derecho
Penal del enemigo no se les puede reconocer ya el carácter de Derecho.“A
esta conclusión tiene que conducir ya inmediatamente, y por sí mismo, el
propio paradigma sobre el que pretende construirse semejante ordena-
miento, esto es, la negación a sus destinatarios de la condición de perso-
- nas. De acuerdo con un general convencimiento del presente, únicamente
cabe conceder el carácter de Derecho a una regulación si ésta parte del
reconocimiento del hombre como persona responsable” “87. Quinta, el
Derecho Penal del enemigo es incompatible con un Derecho Penal de-
mocrático o del Estado de Derecho, pues no es lícito un ordenamiento
que niegue objetivamente la dignidad del ser humano (16),
Cc.Criminología
060.Ibidem,
p. 22.
0) Ibidem, pp. 41-42.
(168)
Jbidem,
p. 42.
(169%VILLAVICENCIOTERREROS, 2000, p. 3. Es posible estudiar ctiológicamente las
situaciones o hechos sociales de naturaleza problemática, siempre que las mismas no