Penhos Frente Perfil
Penhos Frente Perfil
Penhos Frente Perfil
Marta Penhos
Universidad de Buenos Aires El presente artículo es producto del proyecto
(Buenos Aires, Argentina) de investigación “Libros de viaje: visualidad,
martapenhos@yahoo.com.ar conocimiento y dominio de América”, finan-
ciado por la Facultad de Filosofía y Letras de
la Universidad de Buenos Aires, Argentina.
SICI: 0122-5197(201307)17:35<17:IFPVYM>2.0.TX;2-L
Buenos Aires a fines del siglo xix (Buenos Aires: fce, 2000). Centenario (Buenos Aires: C.A.I.A./FFyL-uba, 1992).
el peligro de los malones, “el cuadro presentaba Para explorar posibles respuestas a estos interrogan-
una configuración de sentido inequívoca y con- tes tendremos en cuenta tanto las propiedades de
movedora, en cuanto a la justificación simbólica atestiguamiento y designación que pueden atri-
de aquella guerra de exterminio”3. buirse a las fotografías4, como su poder evoca-
La pertenencia de esta obra a la historia del arte en dor, vinculado con la construcción de memorias
Argentina no se discute, mientras que otras imá- individuales y colectivas5.
genes quedan fuera de este canon, llevándonos a Volvamos entonces a observar la figura 1. Ubica-
pensar en las relaciones entre historia del arte y dos en un paisaje árido, un grupo de hombres
estudios visuales, y en la especificidad de la pri- con uniforme apunta sus armas a algo que se ha-
mera en cuanto a sus objetos y enfoques. lla fuera de escena. Solamente uno de ellos per-
El segundo cuestionamiento que provoca la foto- manece de pie casi en el centro de la imagen con
grafía con la que inicié este recorrido es de otro su fusil en descanso. Se trata de Julius Popper,
orden. Al observarla surgen con insistencia las un empresario y aventurero rumano que en 1887
preguntas: ¿qué es lo que lleva a un ser humano obtuvo una habilitación para explotar yacimien-
a ejercer este tipo de violencia en otro? ¿Cómo es tos auríferos en la isla de Río Grande en Tierra
posible que eso suceda? ¿Qué discursos sostienen del Fuego. Llegó a comandar un pequeño ejérci-
y legitiman estas acciones? El problema adquie- to y a acuñar moneda. Su responsabilidad en la
re una formulación precisa si atendemos al papel matanza de indígenas fueguinos es un dato que
de la imagen en la construcción de alteridades
funcionales en sistemas de poder asimétricos y
4 Philippe Dubois menciona tres principios vinculados con ciertas
jerárquicos: ¿es la imagen el mero registro de la funciones de la fotografía: singularidad, atestiguamiento y de-
violencia de los blancos (sean europeos o miem- signación, que se derivan de su condición de índex o huella del
referente: El acto fotográfico. De la representación a la recepción
bros de las élites gobernantes de Argentina) con-
(Barcelona: Paidós, 1986), 65-72. Michel Frizot, pese a cuestionar
tra los indígenas? ¿O la fotografía, una imagen fuertemente el punto de partida semiótico de Dubois, coincide
específica como técnica y como medio, habilita con él cuando reconoce “el poder testimonial de la fotografía”:
“lo que se atestigua es la presencia de un objeto, una persona,
un análisis sobre el estatuto de verdad de lo que o una conjunción de presencias en el espacio” y en el tiempo. El
la imagen exhibe? imaginario fotográfico (México: Serieve, 2009), 72-73.
5 Si su capacidad para seleccionar un campo de referencia y dar-
le visibilidad como acontecimiento liga la fotografía a la historia,
su facultad de fijar algo y coleccionarlo, ponerlo en relación con
otros fragmentos, armar archivos, la habilita como instrumento de
3 Malosetti Costa, Los primeros modernos, 268. la memoria (Frizot, El imaginario fotográfico, 73-74).
15 Ver Alfred Gell, Art and agency (Oxford: Clarendon Press, 1997). cional/Teseo, 2009); y Marta Penhos, “Frente y perfil. Fotografía y
16 Esta doble historia es señalada por Odone y Palma, “La muerte prácticas antropológicas y criminológicas en Argentina a fines del
indígena”, 427-428. siglo xix y principios del xx”, en Arte y Antropología en la Argentina,
17 Roger Chartier, El mundo como representación. Historia cultural: Marta Penhos et al. (Buenos Aires: Fundación Espigas/Fundación
entre práctica y representación (Barcelona: Gedisa, 1996). Telefónica/fiaar, 2005).
18 Georges Didi-Huberman, Ante el tiempo. Historia del arte y ana- 20 Narrative of the Surveying Voyages of his Majestic’s ships Adven-
cronismo (Buenos Aires: Adriana Hidalgo, 2006), apertura. ture and Beagle... in three volumes (London: Henry Colburn, 1839).
of the Man Who Sailed Charles Darwin (en castellano Darwin contra
21 Narrative, tomo II, 1-2. Fitz-Roy. El dramático enfrentamiento de dos mundos a bordo del
22 Entre otros: Benjamín Subercaseaux, Jemmy Button, 1950; Nick Beagle, Temas de Hoy, 2004); Eduardo Belgrano Rawson, Fuegia,
Hazelwood, Savage, The life and times of Jemmy Button, 2000 (tie- 1991; Sylvia Iparraguirre, La tierra del fuego, 1998.
ne edición en castellano en Edhasa); Harry Thompson, This Thing of 23 Narrative, tomo II, 4-7.
Darkness, 2005; Peter Nichols, Evolution’s Captain. The Dark Fate 24 Narrative, tomo II, 133.
Este tipo de imagen reconoce una larga tradición en al ser adoptada en los ámbitos de la criminolo-
la que confluye la búsqueda de los artistas desde gía y la antropología25. No es casual su uso en es-
el renacimiento de una plasmación fiel de la rea- tos grabados de Narrative…, dado el auge que la
lidad, y la confianza en la eficacia de las imáge- fisiognomía y la frenología habían adquirido en
nes para colaborar en el avance del conocimiento la época, y el interés del propio Fitz-Roy en estas
científico. Las imágenes de cuerpos y rostros hu- teorías. Entre otros testimonios contamos con el
manos de frente y de perfil se constituyeron en relato de Darwin sobre su primera entrevista con
modelos que se difundieron en los siguientes si- el comandante del Beagle, cuando estuvo a pun-
glos en los manuales para uso de artistas e ilus- to de ser rechazado para formar parte del viaje, a
tradores. El canon de proporciones y belleza causa de sus facciones26.
permitía elaborar también pautas para la repre- Según parece, en Inglaterra Fitz-Roy llegó a ha-
sentación de sus desviaciones. Por ello formaban cer examinar a los fueguinos por un frenólogo,
parte del repertorio cuerpos y rostros viejos, en-
fermos, locos. De este modo, la tipología de frente
y de perfil se establece como la más apta para ser
utilizada en el ámbito de las bellas artes por su 25 Ver Elizabeth Edwards, “Introduction”, en Anthropology and Pho-
capacidad didáctica, mientras que a partir del si- tography 1860-1920, ed. Elizabeth Edwards (New Haven and Lon-
don: Yale University Press/Royal Anthropology Institute, 1992).
glo xviii, y en un proceso que siguió hasta las 26 Charles Darwin, Autobiography, 76. http://darwin-online.org.uk/
primeras décadas del xx, demostró su plasticidad (consultado el 2 de abril de 2010).
young girl, with a rather pleasing but sometimes entre la cabeza y los hombros, levantar las cejas,
sullen expresion […]”31. abrir los ojos y ordenar los cabellos.
Si volvemos a observar las dos láminas con rostros
sobre un fondo neutro, notamos que existe una Frente y perfil: el objeto de estudio
estrecha relación entre ellas y aquellas que pre-
sentan figuras escenificadas. Fitz-Roy tomó de Vimos en las imágenes dibujadas por Martens y
Martens por lo menos una de las cabezas, la del grabadas para la edición del viaje del Beagle una
“Yapoo” ubicado en el centro a la derecha, que representación de los indígenas como individuos
deriva directamente del “Fuegian (Yapoo Tekee- que, aunque estén ubicados en una geografía ex-
nica)” del frontispicio del tomo (Fig. 2). Además, trema, pueden ser redimidos de una condición
utilizó los mismos recursos que el avezado ar- “abyecta” por medio de su educación en la civi-
tista para dar cuenta del “atraso” e “ignorancia” lización cristiana. Otras inflexiones de la mirada
de los habitantes de Tierra del Fuego: miradas blanca sobre los indígenas se producen a lo largo
extraviadas, torsos encorvados, cabellos hirsutos, del siglo xix. De acuerdo con ellas, son represen-
mientras que para mostrar los cambios operados tados como protagonistas de grandes pinturas al
sobre ellos le bastó con agregar algo de cuello óleo con escenas dramáticas de malones y cauti-
vas, cuyo ejemplo paradigmático es La vuelta del
31 Charles Robert Darwin, Journal of researches into the natural
malón, y como figuras pintorescas en los álbumes
history and geology of the countries visited during the voyage de usos y costumbres. A este repertorio se agrega
of H.M.S. Beagle round the world, under the Command of Capt. la versión de los indígenas como objetos que ha-
Fitz-Roy, R.N. (London: John Murray, 1845), 220. El tercer tomo
de Narrative, llamado originalmente Journals and Remarks, cono- bilitan un examen científico, evidente en el nue-
ció varias ediciones, también con el título de Voyage of the Bea- vo impulso que toma la tipología de los cuerpos y
gle. Entre las ediciones en castellano, puede consultarse Darwin,
Charles, Viaje de un naturalista alrededor del mundo (Buenos Ai-
los rostros de frente y de perfil en la segunda mi-
res: El Ateneo, 1945). tad del siglo, cuando es adoptada por diferentes
Fig. 10.
Tribu de Inakayal, Foyel y Sayweke, 1884. Archivo Gene- 39 Ver John Tagg, El peso de la representación (Barcelona: Gustavo
ral de la Nación, Argentina. Gili, 2005), especialmente el capítulo 3.
de su demonización o desaparición en la histo- Póster de Tierra adentro, documental de Ulises de la Orden (103 min, 2011).
retrocede y aparece el arquetipo, pero en el sen- refuerzan la idea de que “toda foto es un memento
tido de la mentada “portación de aspecto” que, mori”43. ¿Tiene esta tipología otra posibilidad de
como una herencia del positivismo decimonó- ser que la de testimonio póstumo?
nico, se aplica a ciertas personas para atribuirles El caso de los desaparecidos durante la dictadura
una potencial criminalidad42. militar en Argentina suscita, como han expresa-
Pero el uso de la tipología de frente y de perfil para do con contundencia Burucúa y Kwaitkowsky,
la identificación de las personas hace tiempo que una “interminable perplejidad” entre los historia-
se ha extendido de los delincuentes al conjunto dores e historiadores del arte, dedicados “a tejer
de la población. La foto de frente o de tres cuar- el relato de las representaciones de los traumas
tos de perfil es un elemento ineludible en los do- históricos en el mundo moderno”44. Enfrentarse
cumentos de identidad de todo el mundo. Esta con imágenes vinculadas con la represión de Es-
función es la que permite llevar nuestro recorri- tado en la década de los setentas e inicios de los
do a otro caso del presente y plantear un giro res- ochentas en Argentina significa asumir esa per-
pecto a lo visto hasta ahora. plejidad y tomarla como punto de partida para
En efecto, parece que, de acuerdo con lo que hemos intentar una lectura de sus significados. Entre
revisado, algunas imágenes estuviesen condena- esas imágenes, nos interesan las fotografías de los
das a ser representación de la perversidad huma- documentos de identidad. Probablemente utili-
na, el “ícono indicial” de lo que algunas personas zadas por los represores para identificar y detener
han sido capaces de hacer con sus semejantes.
Si a esto unimos la asociación entre fotografía
43 Roland Barthes, La cámara lúcida. Nota sobre la fotografía (Bar-
y muerte que Barthes mostró con tanta agudeza, celona: Paidós, 1992), 38-9; Sontag, Sobre la fotografía, 32.
las fotos de frente y de perfil “sugieren que lo real 44 José E. Burucúa y Nicolás Kwaitkowsky, “Elpénor, el Peregrino
de Emaús y el Desaparecido: la pintura y el problema histórico de
está muerto y, a la vez anuncian que va a morir”, y
la configuración de la vida”, Boletín de Estética, no. 20 (2012):
18. Di con este artículo cuando las principales ideas del presente
texto estaban delineadas, encontrando una coincidencia que no
42 Ver Marcelo Grosnan, “Guilty!”. http://www.fostercatena.com/mues- es del todo sorprendente, ya que reconozco en Burucúa a uno de
tras/2010/guilty/ (consultado el 29 de noviembre de 2012). mis maestros.
a quienes se consideraba “fuera de la norma”, han recurso más utilizado para la representación de
pasado a formar parte de una cultura visual que los desaparecidos46, actúa como reparación de la
las reivindica como bandera, integrándose acti- carencia de ritos funerarios que se han hecho im-
vamente a las Marchas de la Resistencia que se posibles a causa de la sustracción de los cuerpos,
sucedieron desde 1980, cuando en plena dictadu- contribuyendo así a completar la configuración
ra las madres y abuelas de la Plaza de Mayo co- social de unas vidas inacabadas47.
menzaron a reclamar la aparición con vida de sus Los desaparecidos vuelven una y otra vez a la me-
hijos (Fig. 14). Los rostros congelados en una ju- moria viva de los argentinos en los avisos publi-
ventud eterna, indican, es cierto, que “esto ha cados en el diario Página/ 12 (Fig. 15). También
sido”, pero también le dan corporeidad y nom- son evocados en “Geometría de la conciencia”,
bre a la ausencia y el anonimato de los desapare- una obra del chileno Alfredo Jaar para el Parque
cidos45. Esta falta de cuerpo y de nombre, como de la Memoria en Buenos Aires: utilizando la si-
se sabe, fue una de las operaciones más sistemáti- lueta vacía de rostros de desaparecidos en una
cas llevadas a cabo por los militares para obturar instalación envolvente, Jaar involucra al especta-
el necesario duelo y la elaboración del tremen- dor y lo alerta sobre los alcances de lo sucedido
do trauma social vivido por los argentinos. Buru-
cúa y Kwaitkowsky proponen que la silueta, el
46 El “siluetazo” fue una acción artística colectiva que se llevó a cabo
durante la Marcha de la Resistencia de 1983, cuando un grupo
de artistas, estudiantes y personas del común produjeron siluetas
45 Algo diferente, ya que fue tomada durante su cautiverio, es el para reclamar por los detenidos por causas políticas y pedir la
caso de la fotografía de frente de Fernando Brodsky, de la que condena de los represores. La intervención urbana ocupó gran
su hermano ha hecho una conmovedora descripción; ver Marcelo parte de la ciudad y se repitió con variantes en marchas poste-
Brodsky, “La camiseta”, Página/ 12 [Buenos Aires], 1 de noviem- riores, ver Ana Longoni y Gustavo Bruzzone, El Siluetazo (Buenos
bre, 2011. Brodsky es un fotógrafo con varias obras centradas en Aires: Adriana Hidalgo, 2008).
los desaparecidos, por ejemplo, “Buena Memoria. Los Compañe- 47 Burucúa y Kwaitowsky, “Elpénor”, 22. Anteriormente, Roberto Ami-
ros” (1996), una instalación en la entrada del Colegio Nacional de go planteó que las siluetas hicieron presente la ausencia de los
Buenos Aires en la que se mostraba la fotografía ampliada de su cuerpos en una suerte de puesta en escena del terror estatal, “La
curso y el señalamiento de los perseguidos por la dictadura; ver resistencia estética: acciones estéticas en las Marchas de la Resis-
http://www.marcelobrodsky.com/intro.html (consultado el 24 de tencia, 1984-1985”, Arte y Poder, V Jornadas de Teoría e Historia de
mayo de 2011). las Artes (Buenos Aires: caia/FFyL-uba, 1993).