Conocemos A Jesús
Conocemos A Jesús
Conocemos A Jesús
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Diario de mis encuentros con Jesús
1. CONOCEMOS
Para compartir en familia
CONOCEMOS
A JESÚS
A JESÚS
Animadores de grupos de niños
CONOCEMOS A JESÚS
quecida con bibliografía actualizada y abundante.
Su autora, y la comunidad a la que pertenece, animaron y acompañaron gozosa-
mente el crecimiento en la fe de padres y de niños a lo largo de muchos años, y
hoy ponen al servicio de otras comunidades los frutos de tanta vida compartida.
Como Padre y Pastor puedo testimoniar la capacidad y el empeño que subyacen
en estas páginas y dar cuenta del valor de sus contenidos.
Ruego a Dios, nuestro Padre, que bendiga estos libros y que su difusión contribu-
ya a la evangelización de muchas familias, especialmente las más necesitadas
de su presencia.
147453
Lupi de Vicentini, María Josefa Dedicado a mi esposo Alberto, sin cuyo paciente,
Conocemos a Jesús 1 : animadores de grupos laborioso y silencioso acompañamiento,
de padres . - 1a ed. - Ciudad Autónoma de este material no hubiera sido posible.
Buenos Aires : PPC Cono Sur, 2013.
A él le debo el diseño y el tipiado de cada página,
112 p. ; 27,5x19,5 cm. - (En familia crecemos
escrita y reescrita tantas veces
en la fe; 4)
como se lo he requerido.
ISBN 978-987-1931-42-2 A mis seis hijos y siete nietos
por quienes hablo a Dios cada día.
1. Catequesis Familiar. I. Título Que su Bondad me permita seguir hablándoles
CDD 268.4 de Él por medio de estas páginas.
ISBN: 978-987-1931-42-2
Puede imprimirse
Decreto 19/11
Mons. F. Maletti
Obispo de San Carlos de Bariloche, Río Negro, República Argentina
No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de nin-
guna forma o por cualquier otro medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin
el permiso previo y por escrito de los titulares del copyright.
Tengo la alegría de presentar esta primera edición de los libros de catequesis familiar En
familia crecemos en la fe, correspondiente al Primero y Segundo año.
Puedo testimoniar que, mientras fui Padre y Pastor de esta Iglesia particular de San
Carlos de Bariloche durante doce años, pude constatar que este trabajo que ahora tienen
en sus manos es el resultado de muchos años de experiencia, abonada por abundante y
actualizada bibliografía, en particular del Catecismo de la Iglesia Católica y otros docu-
mentos magisteriales.
Animado por mi sucesor en la Sede Barilochense es que redacto esta presentación. Por
razones técnicas y de corrección se concretan estas publicaciones un año después de
haberse aprobado la edición.
Esta forma de catequesis, necesaria aunque no la única, que ha dado y sigue dando muchos
frutos en la Iglesia, siempre se está enriqueciendo con el aporte de quienes recibieron la
vocación de ser catequistas. Muchos de ellos desarrollan este ministerio animando, en sus
respectivas iglesias particulares, grupos de padres y de niños que solicitan ser acompa-
ñados en el crecimiento de su fe. Otros, además, plasman por escrito esas experiencias,
nutridos por tanta vida compartida en sus encuentros y por las generosas sugerencias
de hermanos y pastores de sus comunidades. Tal es el caso de la autora de este material.
Ruego a Dios, nuestra Padre, que bendiga estos libros que ven la luz en la cuidada y atrac-
tiva edición de la prestigiosa editorial PPC. Que su difusión contribuya a la evangelización
de muchas familias, con hambre de Palabra, para que se conviertan en servidoras de la
misma, con profundo espíritu misionero; para que pueda, a través de pequeños gestos
cotidianos, ser testigos de la Misericordia del Padre; par que sean sembradores de su
amor y Esperanza entre sus hermanos, especialmente entre los más necesitados de su
Presencia y de su Ternura.
Y que la Virgen, nuestra Madre, la primera catequista, acompañe este trabajo y lo haga
fecundo en el corazón de cada familia de esta Diócesis y de todas aquellas a las que
pueda llegar.
Con particular afecto, les doy mi bendición de padre y pastor.
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Carta a los catequistas
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Introducción
Algunos interrogantes compartidos
Con bastante frecuencia, en jornadas de reflexión, en reuniones de equipos diocesanos y parroquiales,
los catequistas hemos compartido inquietudes y no pocos problemas que nos plantea la catequesis hoy.
Resumiré algunos:
uando una familia solicita a la Iglesia alguno de los sacramentos de Iniciación Cristiana como el Bautismo
C
o la Eucaristía, ¿qué es lo que pide? ¿Un sacramento como lo ofrece la Iglesia o un” rito de paso” de tipo
social?
Si se constatara esto último, ¿qué intervención pastoral sería adecuada para que se produjera la” recon-
versión” de esa motivación?
¿Es la Catequesis familiar una solución a ese problema?
i lo fuera y por consiguiente se adoptara esa metodología, ¿participan activa y comprometidamente
S
los principales destinatarios de esa forma de catequesis que son los padres y madres? ¿O, en el mejor
de los casos, asiste solo uno de ellos que es casi siempre la madre?
En estos casos, ¿no se convierte en “catequesis maternal” en lugar de Catequesis familiar?
aun aceptando esto último como un imperativo de los tiempos que corren (falta de tiempo, padres y
Y
madres separados, etc.), ¿están los padres dispuestos a asumir el rol de “primeros educadores en la fe”
de sus hijos, buscando espacios para prolongar en el hogar las experiencias de los encuentros con sus
pares y animadores en el ámbito de la parroquia? Es decir, ¿están dispuestos a ejercer con convicción
y perseverancia la misión de catequizar a sus hijos?
nosotros, los catequistas, ¿cuánto conocemos sobre quiénes tenemos la responsabilidad que catequi-
Y
zar? Algunas preguntas dignas de formularse:
—¿Qué tipo de fe viven?
—¿En qué Dios creen? ¿Será un dios prefabricado, una caricatura, o el Dios que nos reveló Jesús?
—¿Viven como si Dios no contara en su vida, una especie de “ateísmo práctico” o de acuerdo con el
Proyecto del Dios de la vida y su Reino que predicó Jesús?
—¿Viven como familia la fe que dicen profesar en coherencia con la vida o por lo menos intentan hacerlo?
—¿Viven una fe particular, individualista, ritualista, o son participantes activos en la vida de su comu-
nidad de pertenencia? ¿Han tenido un encuentro con Jesucristo, han hecho una opción por él y por
su Evangelio, o solo han oído hablar de él?
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Nos olvidamos de que las cosas de Dios hay que saborearlas, experimentarlas y sentirlas, tienen que
calar hondo, llegar al corazón, y eso lleva tiempo. Pero nuestro Dios es un Dios sin tiempo. Y hay que
conocerlo, sí, pero también hay que encontrarse con Él. Y hay que celebrar la alegría de esos encuentros.
Démosle ese tiempo sin apresuramientos.
engamos en cuenta cuál es la finalidad de la catequesis: no es “dar un conocimiento” como si se tratara
T
de cualquier tipo de saber. Es una sabiduría dada por Dios (1 Cor 1,21), un misterio para quien tiene el
corazón abierto a ella. Al llamado de Dios, el hombre responde y toda su existencia ha de transformarse
y conformarse según el sentir de Dios. Y ese es el largo proceso que el catequista habrá de acompañar
desde su propia experiencia de fe.
tra cuestión: tenemos que empezar a reemplazar una catequesis cuya meta es recibir un sacramento
O
por una catequesis de Iniciación en la fe, que se prolongue en un camino de formación permanente.
En ella, el sacramento recibido es una etapa de este proceso y no el punto final. Recibir la “primera
comunión” no deberá ser recibir la “única” comunión.
Por último, si confiamos en la Catequesis familiar, si experimentamos sus frutos, tenemos que repensarla,
adaptarla, desempolvarla, sacarla de la rutina que aplasta y desvirtúa sus objetivos.
Si hemos experimentado el dolor de magros resultados…
—Escaso número de niños que permanecen dentro del proceso continuo de la catequesis (“toman la
comunión y desaparecen”).
—Familias que comienzan el proceso como un requisito que cumplir durante dos años para “que el
nene pueda tomar la comunión”.
—Padres que al poco tiempo dejan de participar, “total el nene ya está en el grupo”.
—Padres que participan del grupo, pero no asumen el compromiso de catequizar a sus hijos.
Y el dolor de tantos otros resultados indeseables, recordemos que es el propio Dios el que obra en el
…
corazón de cada uno, que nosotros somos apenas frágiles instrumentos.
Pero estamos decididos a buscar soluciones, siempre con renovado ardor, con entrega humilde y confiada,
en oración constante, sembrando y esperando, sabiendo que solo al Padre le toca recoger la cosecha.
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a través del desarrollo de todos los encuentros, esa persona, que es Jesús, se nos irá mostrando como
Y
Palabra viva. Él, con sus hechos y palabras hablará a nuestra vida, llamándonos a vivir en su amistad,
transformándonos para transformar nuestra realidad, interpelándonos para que nos comprometamos
con la necesidad de los otros.
ello apunta el plan. No es un listado de contenidos que habrán de ser aprendidos como se aprenden
A
otras disciplinas. Son encuentros vivos con Jesús, que es anunciado a una comunidad reunida en su
nombre y a quienes promete su presencia (Mt 18,20).
Esa comunidad que ha recibido el anuncio y ha dado una respuesta de fe, también se dispone a celebrar
esa fe. Celebrar significa alabar, dar gracias, pedir perdón. En cada encuentro se propone un progresivo
y gradual acercamiento a la liturgia. ¿Cómo? A través de la práctica del canto, los signos, las oraciones
como apertura y cierre de cada segmento. Pero, además, invitando a participar activamente en la gran
celebración eucarística.
S
egundo año: Caminamos en la Iglesia
En este tiempo nos dedicaremos a descubrir el misterio de la Iglesia.
J esucristo, muerto y resucitado, sigue manifestándose en su Cuerpo que somos todos los bautizados.
Ha querido quedarse para garantizar la continuidad de su proyecto en la Iglesia.
Por ello, después de celebrar la Pascua, asistiremos al nacimiento de la Iglesia en Pentecostés. A partir
de allí nos incorporaremos a su vida con el Bautismo y los otros sacramentos, que acompañarán cada
momento clave en la existencia del cristiano. Es en este año donde se profundizará una catequesis
de la liturgia eucarística.
Material
El material destinado a los animadores de grupos de padres y de grupos de niños se presenta en dos
libros diferentes para favorecer que cada animador disponga de todos los recursos que va a necesitar
emplear en cada encuentro.
Animadores de grupos de padres y Animadores de grupos de niños son dos guías que se compo-
nen de 20 encuentros con un esquema común y algunas diferencias que señalamos a continuación.
Nota
Resulta muy importante que los animadores de grupos de padres
y de grupos de niños preparen sus respectivos encuentros en
equipo, para favorecer la coherencia del mensaje transmitido
a los grupos e ir formando una comunidad de catequistas que
comparta la vida, la oración y el crecimiento de su fe.
Esta práctica les facilitará, asimismo, intercambiar experiencias
y conocimientos relativos a los temas de los encuentros y buscar
creativamente estrategias que permitan adaptar el material
ofrecido a sus correspondientes realidades. Los catequistas,
serán así un testimonio vivo y operante de experiencia fraterna,
propia de la Buena Noticia de Jesús que se desea compartir con
las familias.
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Estructura
En cada encuentro se incluyen los siguientes elementos:
Encabezamiento
El número correspondiente al encuentro y un título que hay que leer con atención ya que señala el
eje temático del encuentro.
Objetivos
Indican lo que se pretende lograr y orientan la evaluación de los resultados del encuentro.
Materiales
Si el encuentro requiere de algún material adicional, se describe brevemente para que los animadores
lo puedan preparar.
La sección “Nuestra vida”
Bienvenida Rezamos
Nos saludamos y tenemos un breve diálogo Comenzamos rezando con alguna canción.
para hacer memoria y evaluar el eco del
encuentro anterior.
El animador procura crear el clima adecuado para que, quienes lo deseen, compartan con los otros,
algún acontecimiento, idea, preocupación que sirva para fomentar el diálogo, el conocimiento mu-
tuo y hasta acudir a solucionar problemas o necesidades que se presenten en algunos de los miem-
bros o en el grupo.
El animador desarrolla la habilidad de conducir este momento, ayudado por las sugerencias que
figuran en él.
Es el momento de vincular el tema del diálogo con el eje temático del encuentro.
Así, luego, esa realidad presentada, dialogada y reflexionada desde la perspectiva que cada uno
aporte, deberá ser iluminada por la Palabra de Dios y de la Iglesia.
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Además de la imprescindible aportación de la Palabra de Dios, en diversos encuentros se ofrecen
desarrollos doctrinales de la fe en aquellos aspectos que se van abordando, junto con sugerencias
de reflexiones y actividades para asimilar todos estos contenidos de manera más personalizada.
La sección “Respondemos con fe”
La oración en comunidad se hará súplica, pedido, acción de gracias, alabanza para que Dios
realice su obra en cada uno.
Es el momento de asumir cómo llevar a la práctica aquello que la Palabra nos invitó y movió
a hacer. Puede ser un cambio de actitud, una búsqueda de reconciliación…
Es importante que el compromiso sea concreto y evaluable en el próximo encuentro. Podrá ser
personal y también comunitario, según las circunstancias.
Sugerencias adicionales
Es muy importante que los animadores realicen la experiencia anticipada de la lectura orante del texto
bíblico propuesto para el encuentro, a fin de que trasmitan a sus grupos una auténtica vivencia de
oración con la Palabra de Dios.
Es conveniente que el animador de padres y el animador de niños compartan sus respectivos conte-
nidos en la sesión de preparación, para contar con un material más abundante y sólido desde el que
reflexionar y crecer en su propia fe.
Luego, cada animador adaptará esos contenidos al esquema de su encuentro, bien con padres, bien
con niños.
os animadores de grupos de padres no participan de manera activa en el “Encuentro en familia” que
L
los padres y los hijos realizan durante la semana, y que es una profundización en familia del encuentro
que, de manera separada, han tenido.
No obstante, conviene que motiven adecuadamente a los padres para que lean las consignas que se le
aportan en su libro por anticipado, de modo que si tienen alguna duda de lo que tienen que hacer en
dicho encuentro con sus hijos, tengan la oportunidad de consultarla con los animadores.
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Estructura
El libro tiene dos partes diferenciadas: una destinada al Encuentro de los padres con su animador y la
otra, al Encuentro en la familia.
En la primera parte se sigue la estructura que se ha comentado en el libro del Animador de grupos de
padres (“Nuestra vida”, “Escuchamos a Dios que nos habla” y “Respondemos con fe”) y se incluyen las
indicaciones, los textos, los contenidos, las actividades, las oraciones y las canciones que se proponen
en cada encuentro, de modo que cada padre los pueda tener a su disposición durante el desarrollo del
encuentro y en otros momentos posteriores.
La segunda parte, el Encuentro en familia, tiene dos secciones que comentamos a continuación.
Para catequizar a nuestros hijos
Esta sección es una especie de guía para que los padres puedan acompañar a su hijo o hija en el
Encuentro en familia.
Incluye sugerencias y propuestas para que los padres conversen, lean, descubran y resuelvan con sus
hijos, durante la semana, lo que tanto unos como otros reflexionaron en sus respectivos encuentros.
De este modo se contribuye a fijar dichos contenidos.
Estas propuestas siguen el orden de exposición del Diario personal del niño o niña, que es donde se
deben plasmar algunas de las actividades propuestas.
Para rezar en familia
Se proponen oraciones hechas o espontáneas, así como canciones, para terminar de modo orante el
Encuentro en familia.
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structura
El libro tiene dos partes diferenciadas: una destinada al Encuentro de los niños con su animador y la
otra, al Encuentro en la familia a través del “Diario personal”.
En la primera parte se sigue la estructura que se ha comentado en el libro del Animador de grupos de
niños (“Nuestra vida”, “Escuchamos a Dios que nos habla” y “Respondemos con fe”) y se incluyen, en
una doble hoja, las indicaciones, los textos, los contenidos, las actividades, las oraciones y las canciones
que se proponen en cada encuentro, de modo que cada niño o niña los pueda tener a su disposición
durante el desarrollo del encuentro y en otros momentos posteriores.
La segunda parte, el Encuentro en familia, incluye en una doble hoja el “Diario personal”, con estas
características:
La finalidad es que el niño o niña tenga la posibilidad de expresar y sintetizar todo lo que:
—vivió en el encuentro con sus pares,
—trabajó con su animador,
—trabajó en familia.
Se redactó al modo de un diario personal, esto es, simulando que el propio niño lo escribió como
recuerdo de lo vivido en su encuentro con los otros niños y niñas.
Se solicita al niño que, junto con sus padres, escriba oraciones personales, dibuje, conteste preguntas
relacionadas con los contenidos y realice actividades lúdicas, que contribuyan a fijar los contenidos
del encuentro.
El último ítem es el resumen de aquello que debe memorizar para tratar de vivirlo. El animador de
niños lo tendrá particularmente en cuenta para poder realizar su revisión en el encuentro siguiente.
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Plan general del primer año
Objetivos generales
Celebración de bienvenida
4 Dios nos llama a vivir en su amistad. I Perdón, Señor, por descuidar tu Creación
5 Dios nos llama a vivir en su amistad. II Gracias, Señor, por los dones que recibimos
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ENCUEN- TEMARIO DE ENCUENTROS TEMARIO DE ENCUENTROS
TROS DE PADRES DE NIÑOS
Jesús revela el misterio del Reino Jesús revela el misterio del Reino de Dios:
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de Dios: las parábolas las parábolas
Jesús proclama el misterio del Reino Jesús proclama el misterio del Reino de Dios:
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de Dios: las bienaventuranzas las bienaventuranzas
16 Jesús nos revela a Dios como papá Jesús nos revela a Dios como papá
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Celebración de bienvenida
Objetivos Materiales
Recibir con alegría a las nuevas familias. arjetas con la “Oración de los
T
Presentarlas a la comunidad parroquial. padres catequistas” para cada uno
de los participantes.
Reconocerse entre sí y orar juntos.
Consensuar pautas de participación en los encuentros.
Oración común
Rezamos juntos con esta oración:
Querido Jesús:
Creemos que estás aquí, verdaderamente presente entre nosotros.
Te adoramos; te damos gracias por todo lo que nos das.
Te pedimos perdón por olvidarnos tan frecuentemente de ti.
También queremos pedirte que nos ayudes a comprender la importancia,
para nuestra familia y para nuestra vida, de esta etapa que iniciamos hoy.
Ayúdanos para que, en familia, aprendamos a conocerte,
nos animemos a hablar de Ti, pero sobre todo encontremos
el gusto de hablar contigo.
Que cada uno de nuestros gestos y acciones cotidianos estén llenos
de tu presencia y que tu alegría inunde nuestros hogares,
aún en medio de las luchas y dolores de cada día.
Ayúdanos a elegirte, a optar por ti cada día, con la certeza de que Tú
nos has elegido desde siempre.
Queremos crecer en tu amistad y en unidad con todas estas familias,
con quienes compartiremos estos encuentros. Amén.
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Leemos el Evangelio de Marcos: Mc 12, 28-34.
Jesús nos enseña cuál es el más importante de los mandamientos.
Reflexionamos la Palabra de Dios y nos comprometemos con ella.
Bendición Final
Se imparte la bendición final.
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1 Un alto en el camino de la vida
Objetivos Materiales
Comenzar a conocerse. Imagen de Jesús glorificado.
Comenzar a crear un espacio de confianza Tira de papel o tela verde para simbolizar
recíproca. un camino.
Aprender a respetar los tiempos del otro. Velas.
Descubrir el valor de la escucha paciente Cartelitos de 20x10 cm para cada grupo.
y respetuosa.
Nuestra vida
Bienvenida
En este primer encuentro, conviene dar un espacio de tiempo suficiente para que los padres se saluden
entre sí y puedan recibir la bienvenida del animador.
Es bueno hacer agradable estos primeros momentos de estar juntos para predisponer a todos los padres
y madres de manera positiva a participar y compartir la vida en este encuentro y en los demás.
Oración
Al inicio de cada encuentro, el animador propone a los padres rezar con la Oración de los padres catequistas
(ver en p. 8 del libro de los padres). En esta primera ocasión, les comenta el contenido de esta oración que
harán habitualmente.
Puede hacerse, además, alguna otra oración espontánea o escrita, así como cantar juntos. En la guía se
irán haciendo sugerencias y el animador verá la oportunidad de seguirlas o de llevar a cabo otras.
Compartimos la vida
El animador o alguno de los padres lee el siguiente relato y se medita en silencio durante unos instantes.
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Juntos emprendieron esa especie de regreso a sus orígenes. Así andando charlaron de
muchas cosas. Compartieron comunes fracasos y éxitos; desazones, tristezas y alegrías;
trabajos y frustraciones; decisiones y vacíos; algunos excesos; equivocaciones y algunas
certezas; pero… lo que más los unía era la insatisfacción, el desánimo.
Algo les faltaba. Y se sinceraron. Fueron profundizando la conversación cada vez más.
Compartieron la bronca y la oscuridad. Disintieron mucho. Y la discusión los condujo
a la desesperación.
Ya no estaban desanimados. Estaban desesperados. El desesperado carece de esperanza
pero la necesita urgentemente. Por eso la desesperación es combativa, inquieta, busca
apasionadamente. Discute. De la desesperación nace la esperanza más auténtica.
Los dos amigos habían recorrido ese camino. El atardecer los encontró en crisis. Y se
hizo la noche. Todavía no veían ninguna salida. Habían llegado al fondo de su negrura.
Pero no sabían que en esa oscuridad alguien los escuchaba. Era el mismo que los había
dejado a oscuras, porque la oscuridad dilata las pupilas para poder aprender a caminar
en la fe rescatando la luz que hay en cada noche.
Mientras caminaban y discutían en las tinieblas del camino, ese alguien se les acercó.
Y caminó con ellos. Pero sus ojos no podían verlo. Ese alguien se hizo el ingenuo y
preguntó: “¿De qué discuten?”.
Tan solo para animarlos al diálogo. Para poder darles las respuestas que solos no
encontrarían. Ese alguien los obligó a que abrieran su corazón y le mostraran su
amargura, su decepción y su incertidumbre. En el diálogo descubrieron que no tenían
seguridad sobre nada.
Pero ese alguien no quiso darles ninguna respuesta consoladora, aunque la tenía. Esperó
que ellos descubrieran la verdad que les daría el coraje de seguir el camino.
Les reprochó, encima, su torpeza para entender lo que habían vivido por no haber sabido
encontrar un sentido a sus vidas. Y, pacientemente, comenzó a explicarles toda la vida,
desde un principio. Los amigos sintieron que su corazón empezaba a arder. Sus ojos
vieron en la oscuridad a ese alguien, que era Dios en su camino.
Mamerto Menapace,
Adaptación de Los discípulos de Emaús
El animador reúne a los participantes en pequeños grupos, asignando un color a cada uno.
— En cada grupo, los padres se sientan en círculo y se presentan brevemente.
— Cada uno piensa en un “alto” en el camino de su vida, que impensadamente se ha visto obligado a tomar,
y lo pone por escrito.
— Luego, sobre la línea del tiempo que tiene en su libro, cada padre o madre construye un gráfico del
camino que recorrió hasta ahora en su vida e indica con una palabra clave los acontecimientos más
notables que recuerda (logros, momentos de felicidad, de angustia, momentos que lo acercaron a Dios,
descubrimientos, fracasos…).
— El animador invita a los padres a compartir sus gráficos con los demás y a escucharse unos a otros con
atención.
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Para reflexionar sobre la vida
El animador reparte un cartel a cada grupo para que escriban en él ese momento de sus vidas en el que
han coincidido más.
Forman de nuevo un único grupo y ponen en común el resultado de sus reflexiones.
El animador puede comentar, a modo de síntesis:
Dios habla a la vida y desde la vida. Es en la vida donde Dios se manifiesta, aunque a veces no lo vemos
y nos cuesta descubrir su paso.
Jesús nos invita hoy a nosotros a recorrer ese sendero de Emaús, pero sin quedarnos allí,
llenos de decepción y fracaso, sino volviendo con fe esperanzada, después de haber descubierto
su paso por nuestra vida.
Jesús nos invita a vivir la auténtica Vida, la que él nos da para que la nuestra tenga un sentido.
Así salimos de nuestra soledad, aislamiento, egoísmo, ceguera, para entrar en la vida plena de Dios
que se realiza con los hermanos en comunidad.
Respondemos con fe
Oración final
l animador prepara el espacio para la oración con estos elementos: una imagen de Jesús glorificado, una
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cinta ancha verde a modo de camino, colocada en el piso, y velas a los costados.
Pide al representante de cada grupo que pase con el cartel en el que escribieron su conclusión y que lo
coloque en el camino. A su lado, encenderá una vela que significa la presencia de Dios en ese aconteci-
miento de sus vidas.
Se procurará que estos carteles de los distintos grupos lleguen a la imagen colocada en el frente.
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Mientras se puede cantar el Himno del Congreso Eucarístico Nacional:
Compromiso
l animador propone a los padres que mediten la Oración de los padres catequistas con sus hijos y que les
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comuniquen su compromiso: ser sus catequistas y educarlos en la fe.
es pide que acompañen a su hijo o hija en la lectura del Diario personal, con la ayuda de las sugerencias
L
de la sección “Encuentro en familia” (ver p. 9 del libro de padres), enfatizando que Dios los acompaña en
su vida y que lo van a ir conociendo juntos.
Notas
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2 El “hilo primordial”
en nuestras vidas
Objetivos Materiales
Profundizar en su conocimiento mutuo. Un dibujo grande de una
Fortalecer la confianza recíproca. tela de araña en papel
afiche.
Aprender a valorar los tiempos del otro.
Ovillo de lana.
Escuchar paciente y respetuosamente.
Reflexionar sobre cuáles son los “hilos” que tensan la vida de cada
uno y cuál es el lugar que Dios ocupa en ella.
Nuestra vida
Bienvenida y oración
El animador da la bienvenida a los padres y se saludan unos a otros.
Se inicia con la Oración de los padres catequistas (ver en p. 8 del libro de los padres).
Compartimos la vida
El animador invita a los participantes a sentarse en círculo y a presentarse con la dinámica del “ovillo de lana”.
— El primer participante, con el ovillo en la mano, cuenta quién es, luego lo arroja a otro elegido al azar,
sin soltar el cabo de la lana.
— Quien recibe el ovillo hace lo mismo y así hasta acabar.
El animador explica que la trama que resulta de estas acciones representa la unidad del grupo pese a la
diversidad de experiencias compartidas.
— Y luego él, que también participó, suelta el extremo que sostuvo. Consecuentemente se aflojará la
tensión de la trama.
— Este gesto simboliza el valor que cada miembro tiene en el grupo, a tal punto que la cohesión del mismo
depende del compromiso de participación de cada uno.
El hilo primordial
Agosto estaba terminando tibio. Había llovido en la última semana y, con el llanto de las
nubes, el cielo se había despejado. Cuando se acerca septiembre, suele suceder que el
viento de tierra adentro sopla suavemente y a la vez que va entibiando su aliento, logra
devolver al cielo todo su azul y su luminosidad.
Y aquella tarde, pasaje entre agosto y septiembre, el cielo azul se vio poblado por las finas
telitas voladoras que los niños llaman Babas del Diablo. ¿De dónde venían? ¿Para adónde
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iban? Pienso que venían del territorio de los cuentos, y avanzaban hacia la tierra de los
hombres.
En una de esas telitas, finas y misteriosas como todo nacimiento, venía navegando una
arañita. Pequeña: puro futuro e instinto.
Volando tan alto, la arañita veía allí muy abajo los campos verdes recién sembrados
y dispuestos en praderas. Todo parecía casi ilusión o ensueño para imaginar. Nada era
preciso. Todo permitía adivinar más que conocer.
Pero poco a poco la nave del animalito fue descendiendo hacia la tierra de los hombres.
Se fueron haciendo más claras las cosas y más chico el horizonte. Las casas eran ya casi
casas, y los árboles frutales podían distinguirse por lo floridos, de los otros que eran
frondosos.
Cuando la tela flotante llegó en su descenso a rozar la altura de los árboles grandes,
nuestro animalito se sobresaltó. Porque la enorme mole de los eucaliptos comenzó a pesar
misteriosa y amenazadoramente a su lado como grises témpanos de un mar desconocido.
Y de repente: ¡Trás! Un sacudón conmovió el vuelo y lo detuvo. ¿Qué había pasado?
Simplemente que la nave había encallado en la rama de un árbol y el oleaje del viento
la hacía flamear fija en el mismo sitio.
Pasado el primer susto, la arañita, no sé si por instinto o por una orden misteriosa
y ancestral, comenzó a correr por la tela hasta pararse finalmente en el tronco en el que
había encallado su nave. Y desde allí se largó en vertical buscando la tierra. Su aterrizaje
no fue una caída, fue un descenso. Porque un hilo fino, pero muy resistente, la acompañó
en el trayecto y la mantuvo unida a su punto de partida. Y por ese hilo volvió luego a subir
hasta su punto de desembarco.
Ya era de noche. Y como era pequeña y la tierra le daba miedo, se quedó a dormir en la
altura. Recién por la mañana volvió a repetir su descenso, que esta vez fue para ponerse
a construir una pequeña tela que le sirviera en su deseo de atrapar bichitos. Porque
la arañita sintió hambre. Hambre y sed.
Su primera emoción fue grande al sentir que un insecto más pequeño que ella había
quedado prendido en su tela-trampa. Lo envolvió y lo succionó. Luego, como ya era tarde,
volvió a trepar por el hilito primordial, a fin de pasar la noche reencontrándose consigo
misma allí en su punto de desembarco.
Y esto se repitió cada mañana y cada noche. Aunque cada día la tela era más grande,
más sólida y más capaz de atrapar bichos mayores. Y siempre que añadía un nuevo círculo
a su tela, se veía obligada a utilizar aquel fino hilo primordial a fin de mantenerla tensa,
agarrando de él los hilos cuyas otras puntas eran fijados en ramas, troncos o yuyos que
tironeaban para abajo. El hilo ese era el único que tironeaba para arriba. Y por ello lograba
mantener tensa toda la estructura de la tela.
Por supuesto, la arañita no filosofaba demasiado sobre estructuras, tironeos o tensiones.
Simplemente obraba con inteligencia y obedecía a la lógica de la vida de su estirpe
tejedora. Y cada noche trepaba por el hilo inicial a fin de reencontrarse con su punto
de partida.
Pero un día atrapó un bicho de marca mayor. Fue un banquetazo. Luego de succionarlo
(que es algo así como: vaciar para apropiarse) se sintió contenta y agotada. Esa noche
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se dijo que no subiría por el hilo. O no se lo dijo. Simplemente no subió. Y a la mañana
siguiente vio con sorpresa que por no haber subido, tampoco se veía obligada a
descender. Y esto le hizo decidir no tomarse el trabajo del crepúsculo y del amanecer,
a fin de dedicar sus fuerzas a la caza y succión de presas que cada día preveía mayores.
Y así, poco a poco fue olvidándose de su origen, y dejando de recorrer aquel hilito fino
y primordial que la unía a su infancia viajera y soñadora. Solo se preocupaba por los
hilos útiles que había que reparar o tejer cada día, debido a que la caza mayor tenía
exigencias agotadoras.
Así amaneció el día fatal. Era una mañana de verano pleno. Se despertó con el sol
naciente. La luz rasante irizaba de perlas el rocío cristalizado en gotas en su tela. Y en el
centro de su tela radiante, la araña adulta se sintió el centro del mundo. Y comenzó
a filosofar. Satisfecha de sí misma, quiso darse a sí misma la razón de todo lo que existía
a su alrededor. Ella no sabía que de tanto mirar lo cercano, se había vuelto miope.
De tanto preocuparse solo por lo inmediato y urgente, terminó por olvidar que más allá
de ella y del radio de su tela, aún quedaba mucho mundo con existencia y realidad.
Podría al menos haberlo intuido del hecho de que todas sus presas venían del más allá.
Pero también había perdido la capacidad de intuición. Diría que a ella no le interesaba el
mundo del más allá; solo le interesaba lo que del más allá llegaba hasta ella. En el fondo
solo se interesaba por ella y nada más, salvo quizá por su tela cazadora.
Y mirando su tela, comenzó a encontrarle la finalidad a cada hilo. Sabía de dónde
partían y hacia dónde se dirigían. Dónde se enganchaban y para qué servían.
Hasta que se topó con ese bendito hilo primordial. Intrigada trató de recordar cuándo
lo había tejido. Y ya no logró recordarlo. Porque a esa altura de la vida los recuerdos,
para poder durarle, tenían que estar ligados a alguna presa conquistada. Su memoria
era eminentemente utilitarista. Y ese hilo no había apresado nada en todos aquellos
meses. Se preguntó entonces a dónde conduciría. Y tampoco logró darse una respuesta
apropiada. Esto le dio rabia.
iCaramba! Ella era una araña práctica, científica y técnica. Que no le vinieran ya con
poemas infantiles de vuelos en atardeceres tibios de primavera. O ese hilo servía para
algo, o había que eliminarlo. ¡Faltaba más que hubiera que ocuparse de cosas inútiles
a una altura de la vida en que eran tan exigentes las tareas de crecimiento y subsistencia!
Y le dio tanta rabia el no verle sentido al hilo primordial que, tomándolo entre las pinzas
de sus mandíbulas, lo seccionó de un solo golpe.
¡Nunca lo hubiera hecho! Al perder su punto de tensión hacia arriba, la tela se cerró
como una trampa fatal sobre la araña. Cada cosa recuperó su fuerza disgregadora, y el
golpe que azotó a la araña contra el duro suelo, fue terrible. Tan tremendo, que la pobre
perdió el conocimiento y quedó desmayada sobre la tierra, que esta vez la recibiera
mortíferamente.
Cuando empezó a recuperar su conciencia, el sol ya se acercaba a su cénit. La tela
pringosa, al resecarse sobre su cuerpo magullado, lo iba estrangulando sin compasión
y las osamentas de sus presas le trituraban el pecho en un abrazo angustioso y asesino.
Pronto entró en las tinieblas, sin comprender siquiera que se había suicidado al cortar
aquel hilo primordial por el que había tenido su primer contacto con la tierra madre, que
ahora sería su tumba.
Mamerto Menapace
22
El animador pregunta al grupo:
¿Cuáles son los grandes hilos que tensan nuestras vidas: familia, trabajo, éxito, amigos, dinero,
prestigio, barrio...?
uego pide a cada participante que seleccione aquellos hilos que son vitales para él y que los dibuje en la
L
tela de araña del papel afiche.
Continúa preguntando al grupo:
¿Cuál es el “hilo primordial” que sostiene la vida del hombre?
l animador pide nuevamente que escriban sobre la tela de araña el resultado de su reflexión, y continúan
E
dialogando:
¿Por qué vamos olvidando la existencia de este hilo y abandonamos nuestra relación con él?
¿Cuál es el ser y el quehacer del padre y madre cristianos? ¿Qué otros hilos ayudan a tejer esa misión?
La dinámica anterior también se puede hacer del siguiente modo: primero dialogar con la ayuda de las
preguntas y, después, poner en común lo elaborado en el grupo escribiéndolo en la “tela de araña”.
En cualquiera de las dos opciones, conviene dejar la tela de araña expuesta en una pared o en el piso.
El animador comentará, a modo de síntesis:
El grupo tuvo...
Un tiempo para compartir experiencias personales, iniciando así el camino del conocimiento mutuo.
n tiempo para reflexionar sobre la propia vida y el lugar que Dios ocupa en ella y la soledad que
U
experimenta el que vive sin Él.
23
Respondemos con fe
Oración final
Se invita a los padres a hacer una petición al Señor, de acuerdo con lo vivido en el encuentro.
Tras cada petición, respondemos:
“Anímanos, Señor, en este camino.”
Compromiso
l animador propone a los padres que revisen, en familia, el lugar que ocupa Dios en su vida personal
E
y familiar.
Canto de despedida
Se termina el encuentro cantando la antífona del Salmo 23 (22):
“El Señor es mi pastor.”
Notas
24
3 Tratando de encontrar la huella
Objetivos Materiales
Descubrir cómo es nuestra relación con Dios. El camino empleado en el primer encuentro.
escubrir a qué ídolos tenemos que renunciar
D Contornos de pies, manos y corazones.
para vivir esa relación.
Nuestra vida
Bienvenida y oración
El animador da la bienvenida a los padres y se saludan unos a otros.
Se inicia con la Oración de los padres catequistas (ver en p. 8 del libro de los padres).
Compartimos la vida
Se forman grupos de tres a cuatro participantes.
l animador entrega a cada grupo el dibujo del contorno de una mano, de un pie y de un corazón, en hojas
E
separadas, y les explica:
uego invita a los participantes a realizar unos minutos de reflexión personal orientados por las siguientes
L
preguntas:
¿Cuáles fueron los momentos más significativos en nuestras historias de padre o madre?
¿Qué es lo que consideramos más importante y lo que más nos cuesta realizar en la tarea de padre o
madre?
¿Qué es lo que más nos hace felices, nos hace sentir plenos, nos preocupa, nos enoja e inquieta en la
misión de padre o madre?
Cada participante comparte con el grupo su reflexión y escriben las conclusiones: las de la pregunta 1 en
el “pie”, las de la pregunta 2 en la “mano” y las de la pregunta 3 en el “corazón”. Y cada uno las escribe
también en su libro (tiempo de duración, 15 minutos).
l animador coloca la cinta verde (“camino”) en el piso e invita a un representante de cada grupo a exponer
E
las conclusiones. Seguidamente, pegan los pies en el camino y, a los costados, las manos y los corazones.
Luego, hace una breve síntesis de lo trabajado por los grupos, señalando lo que todos los aportes tienen
en común.
25
Para reflexionar sobre la vida
Leen este cuento.
El rodao
Una vuelta, hará ya cosa de siete años, tuve que llevar hasta su casa a un paisano amigo,
indio de la tribu de Coliqueo. Mi amigo es descendiente directo de Don Ignacio Coliqueo,
cacique que trajo la tribu hasta el paraje de Los Toldos, Tapera de Díaz por aquellos años.
Mi amigo, como todo hombre de su raza, no era de gastar muchas palabras para
expresarse. Iba con él rumbo a su casa por unos callejones que yo nunca había transitado.
Ir era fácil. Bastaba seguir las breves indicaciones que me daba. Los caminos de la tribu,
y más por esa zona, están llenos de curvas, bocacalles y cruces. Cuanto más adelantaba,
más me preocupaba la idea de acertar en mi regreso con el buen camino, ya que soy fácil
para desorientarme, y en la tribu eso es peligroso porque terminás enredándote en un
laberinto de callejones.
Fue así que empecé a centrar toda mi atención en los alambrados, en los árboles y en
las demás diferencias que bordeaban el campo para tener puntos de referencia que, a la
vuelta, me indicaran por dónde había venido. Eso hizo que los dos nos calláramos, ya
que amigo no era de alimentar conversación por llenar tiempo.
Un poco por romper el silencio, y otro poco porque realmente me preocupaba la idea
del regreso, hice una alusión a la dificultad de volver sin sus indicaciones. Y me
sorprendió su respuesta. Llegó clara y tranquila: “No haga cuidao: el rodao lo va
a llevar”.
Me iluminó la simplicidad de la solución que a mí ni siquiera se me había ocurrido.
Y era tan sencillo. La última parte del camino, que era la que me ofrecía dificultad,
era un callejón poco transitado, y además de tierra arenosa de médano. Las huellas del
auto quedaban bastante claramente marcadas como para poder ser seguidas sin peligro
de equivocarse.
Yo me había complicado la cosa al tratar de retener un sinnúmero de detalles exteriores
al camino, y que estaban a su borde. La cosa era mucho más simple. Bastaba ser fiel,
con la mirada sobre la huella, prestando atención al rodao. Había que saber reconocer
la propia huella.
Y de hecho fue así nomás. A la vuelta me agarré con la mirada al rodao, que era mi
propia marca dejada en la tierra del médano. Y no la solté hasta que volví a internarme
en el paisaje amigo del camino conocido. Y eso, además de ayudarme a no perder el
rumbo, me facilitó el esquivar una cantidad de barquinazos que tenía ese callejón poco
transitado. Estoy seguro de que si me hubiera fiado de mis indicaciones exteriores
al camino, en lugar de haber estado obligado a seguir con atención mi propio rodao,
habría agarrado más de uno de esos barquinazos.
Con ello tal vez tuve que sacrificar imágenes y privar a mis ojos de paisajes novedosos.
Pero a veces en la vida no hay más remedio que elegir. Y elegir es renunciar. Cuando lo
que está en juego es el propio rumbo, cuando lo que se decide es el llegar o el enredarse,
no hay más remedio que sacrificar paisajes y seguir el propio rodao.
Hay circunstancias en nuestra vida en las que no podemos ser turistas. Este fue al menos
el consejo de mi amigo indio, descendiente de un gran cacique que condujo a su pueblo
por llanuras sin caminos y que llegó a la meta.
Mamerto Menapace
26
os participantes comentan brevemente el cuento y dialogan con la ayuda de estas preguntas (tiempo de
L
duración, 25 minutos):
¿En el “camino de mi vida” cuáles son las causas más frecuentes que me hacen perder el rumbo?
Según la enseñanza del cuento, ¿qué es lo que nos impediría perderlo?
¿A qué cosas tendría que renunciar para lograrlo?
En el camino de nuestra vida, muchas veces anduvimos como turistas, sin rumbo fijo, perdiendo tiempo
en detalles intrascendentes, equivocando el rumbo, cayendo a la cuneta, mordiendo la banquina,
a los tumbos a causa de los badenes y pozos inadvertidos. Nos ha sucedido tanto en nuestra historia
personal como en nuestra historia de padres y madres.
Pero si uno es fiel a su propia meta, a su esencia, no perderá el rumbo y llegará a la meta.
Nuestra meta es entrar en relación con Dios Padre. Y vale la pena esa elección, aunque haya que
renunciar a algunas cosas. Vamos a reflexionar sobre nuestra propia relación con Dios y a compararla
con la que expresa el salmo.
El animador pide a los padres que lo mediten en silencio con la ayuda de estas preguntas:
¿Cómo es la relación con Dios que se expresa en el salmo?
¿Cómo es mi relación con Dios?
¿Me relaciono con Él como si fuera un juez severo que castiga; como un ser lejano e indiferente que no
me tiene en cuenta; como “algo” a que recurro en las dificultades o en los casos extremos; como un
viejito bonachón que podemos manejar a nuestro antojo?
Para concluir, el animador les puede ofrecer esta reflexión:
El Salmo nos invita a relacionarnos con Dios como “un niño que acaba de mamar” (en la cultura
oriental, el niño es destetado al cumplir los 3 años). Por lo tanto, es un niño que camina, habla, establece
relaciones con el mundo y con los demás y en particular con su madre, la reconoce, la comprende
conscientemente como persona en la cual puede depositar confianza. A veces siente temor ante
las personas o cosas desconocidas, entonces se refugia en los brazos de su madre y allí encuentra
serenidad y paz. Es un niño que en los primeros momentos que afronta la vida sabe que tiene un punto
seguro de referencia adonde encontrar refugio y del cual volverá a partir para enfrentar la vida nueva.
Es un niño que sabe que no está abandonado a sí mismo.
Dios es nuestro refugio. Con confianza de niños, busquemos resguardo en sus brazos para afrontar
la vida con serenidad y paz. Pero ello no significa, como indicaría una lectura superficial,
que tengamos que resignar aspiraciones y deseos e instalarnos en una mansa mediocridad,
sino que nos invita a renunciar a falsos ídolos, a idolatrar nuestras obras, nuestro éxito, nuestro poder
o fuerza, para reconocer que la única grandeza es Dios. Para el salmista, “Solo Dios es grande”.
Y ante esa grandeza se siente pobre, se siente nada, y eso lo conduce a la autenticidad, a la serenidad.
Reconocemos que Dios es todo, que solo Dios es grande, que se puede confiar en Dios
incondicionalmente y que, por lo tanto, todo se puede experimentar en Dios. Porque aunque nos parezca
pequeño lo que hacemos, todo tiene valor en ese Dios al que nos entregamos totalmente.
27
Respondemos con fe
Oración final
El animador pide a un padre y a una madre que lean estas intenciones y todos responden:
“Te lo pedimos, Padre bueno.”
— Padre bueno, danos la sencillez de los niños y de las personas buenas para recibirte en nuestro corazón.
Oremos...
— Padre bueno, ayúdanos a liberarnos de nuestra propia seguridad, la seguridad eterna del orgullo, la
seguridad difícil de quien se cree el centro del universo. Oremos...
— Padre bueno, enséñanos a liberarnos de las cosas que nos atan para poner nuestra confianza solo en
ti. Oremos...
— Padre bueno, ayúdanos a liberarnos de los miedos, tristezas, desalientos, angustias, para vivir la alegría
de sabernos tus hijos muy amados. Oremos...
Compromiso
El animador les propone que mediten esta frase durante la semana:
“Dios es nuestro Padre Bueno que nos ama. Vivamos con alegría
nuestras responsabilidades, confiando en Él como verdaderos hijos.”
Canto de despedida
Se termina el encuentro cantando:
Sencillamente Dios
Sencillamente Dios, El que en todas partes está.
el que todo lo puede hacer, El que pasa en la brisa,
el que desde el Cielo o en una sonrisa,
contempla este suelo me dice aquí estoy.
con inmenso amor. Sencillamente Dios,
Sencillamente Dios, un Dios capaz de amar,
el que sufre al contemplar el que yo necesito
las andanzas del hombre porque de infinito
que su Santo Nombre es mi corazón.
se atreve a ignorar.
Tú que estás en el cielo
y en la tierra también.
Tú que escuchas mi canto,
cuando te doy gracias,
porque Tú eres sencillamente Dios.
28
4 Dios nos llama a vivir
en su amistad (1)
Objetivos Materiales
Descubrir cómo Dios se revela a los hombres Línea de tiempo de la Historia de la salvación (de
y los llama a vivir en su amistad. 15 cm de ancho y 1,5 m de largo).
Aprender a reconocer en nuestras historias Mapa planisferio.
personales el llamado a vivir en su amistad. Anexo:
Iniciarse en la lectura de la Biblia como alimento — Figuras de etapas de la Historia de la
de la fe. salvación.
Reconocer en Abraham el primer modelo de — Mapa del mundo del Antiguo Testamento.
respuesta obediente en la fe.
Nuestra vida
Bienvenida y oración
El animador da la bienvenida a los padres y se saludan unos a otros.
Se inicia con la Oración de los padres catequistas (ver en p. 8 del libro de los padres).
Compartimos la vida
El animador usa alguna dinámica para que los padres formen grupos de cuatro personas.
Cada grupo lee este relato anónimo.
Huellas
Una noche, un hombre soñó que se paseaba por la playa con nuestro Señor. En el cielo
aparecieron escenas de su vida con dos series de huellas en la arena: una de él y la otra del
Señor. Al aparecer la última escena delante de él, tornó su mirada hacia atrás y notó que
muchas veces en el camino de su vida solo había una serie de huellas en sus momentos
más tristes y deprimidos. Esto le molestaba tanto que preguntó:
—Señor, me dijiste que una vez que decidiera seguirte caminarías conmigo toda la
distancia, pero he notado que en los momentos más difíciles de mi vida solo hay una serie
de huellas. No comprendo por qué cuando más te necesitaba tú me dejabas solo.
El Señor le contestó:
—Hijo mío, te amo y nunca te he abandonado. En tus momentos de prueba y sufrimiento,
cuando tú solo ves una serie de huellas, era entonces que yo te llevaba en mis brazos.
29
Para reflexionar sobre la vida
En los encuentros anteriores, hemos tratado de descubrir que nuestra vida tiene un sentido si está
ligada a Dios que es su origen.
En este encuentro trataremos de experimentar sus huellas en nuestras historias personales así como
nos enseñó a hacerlo el Pueblo de Dios.
El animador invita a los participantes, reunidos en grupos, a pensar durante unos 5 minutos en su “árbol
genealógico”, es decir en la historia de sus respectivas familias.
¿De dónde son originarios mis antepasados?
¿Cuándo dejaron su tierra (país, provincia, etc.)?
¿Cuándo se instalaron en la nueva tierra?
¿Qué sucesos marcaron su vida?
Luego pueden organizar los acontecimientos familiares que han recordado, situándolos en la línea del
tiempo. Por ejemplo:
1914 1930 1965 1980
Llegada Casamiento
de los abuelos de sus padres
También la historia del Pueblo de Dios, el pueblo de Israel, se fue construyendo de la misma manera:
El pueblo vivió unos hechos y acontecimientos en un tiempo y en un espacio determinado.
El pueblo recuerda esos acontecimientos y ve en ellos la acción de Dios que lo conduce y salva.
Escriben los libros del Antiguo Testamento, donde se manifiesta la Revelación de Dios al Pueblo
de Israel (al decir esto, se muestra la Biblia).
Eso fue una etapa de preparación para el Nuevo Testamento, donde está escrito lo que se refiere
la vida de Jesús.
El animador mostrará unas Biblias y solicitará que busquen el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento.
30
Escuchamos a Dios que nos habla
El animador o alguien del grupo lee la vocación de Abraham en Génesis 12,1-9:
El Señor dijo a Abrán:
—Deja tu tierra, tus parientes y la casa de tu padre,
y vete a la tierra que yo te indicaré.
ambién se puede leer en La Biblia. Historias de Dios (página 31), o en la versión que tienen los padres en
T
las pp. 27-28 de su libro (esta última será la que lean los padres en su encuentro familiar).
Comentan el pasaje:
¿Qué le pide Dios a Abraham? ¿Y qué le promete?
¿Cómo actuó Abraham?
Dios llama y promete vida, un pueblo y una tierra y bendice a los Patriarcas. Esto se cuenta
en el libro del Génesis. Abraham responde con fe obediente al llamado de Dios.
l animador expondrá, en una ancha cinta de papel (15 cm x 150 cm de largo), una línea de tiempo que
E
represente los períodos de la Historia de salvación. En ella irá colocando “fotos” de cada etapa, que puede
tomar del Anexo (ver pp. 33-40), de La Biblia. Historias de Dios o de internet. Comienza por los patriarcas
de Israel. Esta actividad se irá completando en los encuentros siguientes. Puede hacerlo de un modo
como este:
1850-1650 a. C.
Los patriarcas
Abraham
Isaac
Jacob
Estos acontecimientos permanecieron vivos en la memoria del Pueblo de Dios y los iban trasmitiendo
a sus descendientes. Ellos aprendieron a leer su historia como una Historia de salvación. Como pueblo
creyente iba descubriendo la intervención de Dios en los hechos de su vida.
Se recomienda a los animadores la lectura de la versión popular de la Constitución dogmática sobre la
Divina Revelación Dei Verbum del Concilio Vaticano II.
Finalmente, puede compartir esta aplicación del texto a nuestra vida:
Dios no es un ser anónimo que nos deja “librados a nuestra suerte”. Es Alguien que se va revelando
en cada acontecimiento de nuestra vida, que sale a nuestro encuentro, nos llama y nos ofrece
su amistad y su compañía. Como a Abraham, solo nos pide una respuesta: la fe.
31
Respondemos con fe
Oración final
Rezamos juntos:
Buen Dios y Padre nuestro, por amor te hiciste presente
en la historia de los hombres, y aunque ellos no supieron responder
a tu amor y pecaron, Tú no los abandonaste en la soledad y en la muerte.
Por el contrario, saliste al encuentro de todos
para expresarle tu amistad y ofrecerles tu compañía.
Para ello, elegiste a un pueblo y llamaste a Abraham
que, con su respuesta de fe a tu llamado, dio comienzo
a una Historia de Salvación que se consumará en Cristo Jesús.
Gracias por tu Nueva Alianza definitiva que sellaste con nosotros,
tu nuevo Pueblo, con la sangre de tu Hijo Jesucristo,
en quien cumpliste definitivamente tu promesa de salvación. Amén.
Compromiso
Los padres meditarán en familia el relato del Génesis 12,1-5.
Pedirán a Dios, nuestro Padre, con un corazón sincero, que como Abraham puedan crecer en la fe.
Canto de despedida
Se termina el encuentro cantando:
El Pueblo de Dios
El Pueblo de Dios lento caminaba
y, por el desierto, su Dios lo guiaba.
El Pueblo de Dios era rico de nada,
tenía esperanza y así caminaba.
Hoy somos tu pueblo, Señor,
y estamos en marcha;
solamente tu gracia
nos basta y alcanza.
El Pueblo de Dios también vacilaba;
a veces costaba creer en su amor.
El Pueblo de Dios llorando rezaba,
pedía perdón y recomenzaba.
El Pueblo de Dios a lo lejos miraba
la tierra querida que su amor preparó.
El Pueblo de Dios sonreía y cantaba
y en sus trabajos su amor proclamaba.
32
Anexo:
Ilustraciones
33
Los hebreos esclavos en Egipto
34
35
Moisés y el Mar Rojo
El rey David
36
37
El exilio en Babilonia
La reconstrucción del Templo de Jerusalén
39
La dominación romana
Mar Negro
ANATOLIA
Amida
HITITAS R. T
Carquemis igri
Jarán s
Alepo Nínive
Ebla MESOPOTAMIA
R.
Ugarit
Éuf
rat Asur
es
Mari Echatana
Biblos
Mar Mediterráneo Damasco
Tiro Babilonia
Jafa CALDEOS Ur
Jerusalén
Delta Oriente antiguo
del Nilo Monte Ruta de Abrahán
Sinaí Ela Rutas comerciales
EGIPTO Rutas marítimas
R. Nilo
5 Dios nos llama a vivir
en su amistad (2)
Objetivos Materiales
escubrir la presencia liberadora de Dios en la
D ínea de tiempo de la Historia de la salvación (de
L
historia humana. 15 cm de ancho y 1,5 m de largo).
prender a reconocer en nuestra historia
A Mapa del mundo del AT.
personal la presencia liberadora de Dios. Mapa planisferio.
I niciarse en la lectura de la Biblia, como Palabra I lustraciones de las etapas de la Historia de la
de Dios que nos transforma. salvación: Abraham, los hebreos esclavos en
istinguir las partes de la Biblia: Antiguo
D Egipto, Moisés y el Mar Rojo, el rey David, el
Testamento (AT) y Nuevo Testamento (NT). exilio en Babilonia, la reconstrucción del Templo
de Jerusalén y la dominación romana. Se pueden
tomar de La Biblia: Historias de Dios.
Nuestra vida
Bienvenida
ara enlazar de manera inicial con el encuentro anterior, el animador puede hacer estas preguntas u otras
P
parecidas:
¿Qué recordamos de lo comentado en el encuentro anterior?
¿Cuál fue la aportación que más nos llamó la atención?
n este primer momento, la intención no es profundizar en lo aprendido en el encuentro anterior, sino
E
hacerlo presente para ponernos en situación.
Oración
Rezamos juntos con la Oración de los padres catequistas.
El animador los invita a terminar la oración diciendo juntos:
Padre nuestro, nos ponemos en tus manos
y te pedimos que nos ayudes
a sacar provecho de este nuevo encuentro.
Compartimos la vida
l animador solicita a los participantes que se agrupen tal como estaban en el encuentro anterior y los
E
invita a narrar otra de las historias familiares que eligieron como más interesante.
Al finalizar, motivará una reflexión e intercambio de vivencias sobre el paso de Dios en cada uno de los
acontecimientos felices o desdichados de esas “historias”. Para ello, les pregunta:
¿Dónde descubrimos el paso de Dios en cada una de esas historias que hemos recordado?
41
Para reflexionar sobre la vida
El animador ayuda a los padres a reflexionar sobre el trabajo realizado.
¿Qué hicimos?
— Recordamos hechos, sucesos y personajes de nuestro pasado familiar.
¿Para qué lo hicimos?
— Intentamos comprender mejor cómo es nuestra familia actual, a la luz de lo vivido por nuestras
generaciones anteriores.
— Buscamos referentes familiares pasados (ante la crisis de valores en la familia de hoy) que nos
orienten en el caminar presente de nuestra familia para no perder el rumbo.
¿Cómo lo hicimos?
— Hicimos memoria de situaciones, personajes, acontecimientos de nuestras historias familiares que
nos fueron transmitidos de boca en boca y de generación en generación.
— Luego pusimos por escrito algún fragmento o aspecto de la historia.
En conclusión:
— Ambas formas, la tradición oral y el texto escrito, seguirán siendo las fuentes que, junto con otros
aportes (cartas, fotos, videos...), nutrirán la vida de familia.
42
Recordamos la etapa de los patriarcas
l animador coloca la línea del tiempo, presentada en el encuentro anterior, donde ya se empezó a hablar
E
de los patriarcas.
1800 0
Patriarcas Jesús
Fig. 1
omo vimos en el encuentro anterior, algunos de los pastores del grupo de los patriarcas,
C
que comenzaron a llamarse “hebreos”, no pudieron quedarse en la tierra de Canaán. Se aventuraron
a seguir adelante y llegaron a Egipto.
lrededor del año 1250 a. C., los hebreos estaban en plena esclavitud en Egipto. Yavé, el Dios de
A
Abraham, oyó el clamor de ese pueblo y envió a Moisés para liderar la lucha por la liberación.
edimos a los padres que busquen en la Biblia el texto de Éxodo 14,5-30 y que lo lean personalmente
P
durante unos minutos.
La huida de Egipto
Moisés extendió su mano sobre el mar, y el Señor,
por medio de un fuerte viento del este que sopló toda la noche,
hizo retroceder el mar y lo dividió en dos dejándolo seco.
Luego dialogamos sobre el texto para comprenderlo mejor:
¿Qué dice el texto?
¿Qué acontecimiento narra?
Para personalizar el texto bíblico en nuestras vidas, preguntamos a los padres:
¿Qué nos dice el texto para nuestra historia?
¿Cuándo experimentamos la acción de Dios en nuestras vidas?
El animador ofrece esta síntesis:
El Pueblo de Dios recordará y celebrará cada año esta experiencia de liberación, este “paso” de la
esclavitud a la libertad, su Pascua.
Nosotros también experimentamos muchas veces el “paso” de Dios en nuestras vidas, que nos va
liberando de nuestras esclavitudes.
43
La etapa del éxodo por el desierto
El animador añade a la línea del tiempo la figura 3.
1800 1400 1200 1000 0
A los dos meses de salir de Egipto, los israelitas llegaron al desierto de Sinaí.
Leemos Éxodo 19,1-9.
La Alianza de Dios
Si me obedecen fielmente y guardan mi alianza,
ustedes serán el pueblo de mi propiedad entre todos los pueblos,
porque toda la tierra es mía.
Dialogamos sobre el texto para comprenderlo mejor:
¿Qué dice el texto?
¿Qué acontecimiento narra?
El animador ofrece esta síntesis:
Yavé llama a Moisés para entregarle la Ley. La voluntad de Dios es que el pueblo organice su nueva
vida, no en la opresión y desigualdad como en Egipto, sino de acuerdo a su voluntad, esto es, sin
violencia ni esclavitud.
Yavé asume su historia y hace una Alianza con el pueblo: Dios se compromete a estar siempre presente
en medio del pueblo y este se compromete a caminar de acuerdo con la voluntad de Dios.
Dios proclamó la Ley y, por tanto, esta era sagrada. Entre las varias leyes del AT hay un pequeño grupo
que se destaca: los Mandamientos, resumen de la Ley de Dios y señal de su eterna Alianza.
El pueblo se asienta en la Tierra Prometida: Canaán. Elige una forma de gobierno: la Monarquía.
— Comienza con Saúl y llega a su apogeo con David. Él inicia la estirpe de la que nacerá el Salvador,
Jesucristo.
44
— A la muerte de David, le sucede Salomón, que lleva el Reino a un gran esplendor y construye el
magnífico Templo de Jerusalén.
— A su muerte, el Reino se divide y empieza su decadencia.
l pueblo de Israel sufre el exilio en Babilonia. Es una etapa de gran dolor y de grandes aprendizajes.
E
Cuando son liberados, regresan a Jerusalén y tienen que comenzar de nuevo. Todo lo que habían
destruido los invasores tuvieron que reconstruirlo: la ciudad, el Templo, su identidad como nación...
ero otras dominaciones extranjeras marcarán muchos años de la historia del pueblo de Israel: Los
P
persas, griegos y romanos ocuparán esas tierras.
pueblo espera al Mesías Salvador. Los profetas lo anuncian y preparan el camino para su venida.
El
Piden a Israel que se mantenga fiel a Yavé y cambien su vida. Jesús nace en plena situación de
dominación romana.
Respondemos con fe
Oración final
El animador invita a rezar juntos el salmo 122:
La paz contigo
Me alegré cuando me dijeron: Oren por la paz de Jerusalén:
“Vamos a la casa del Señor”. ¡Que prosperen los que te aman!
Ya están pisando nuestros pies ¡Haya paz dentro de tus muros,
tus umbrales, oh Jerusalén. sosiego dentro de tus ciudadelas!
Jerusalén está edificada Por amor de mis hermanos y mis compañeros,
como ciudad bien unida entre sí. digo de corazón: “La paz contigo”.
Allá suben las tribus, las tribus del Señor, Por amor de la casa del Señor nuestro Dios,
la asamblea de Israel, buscaré hacerte el bien.
para alabar el Nombre del Señor;
porque allá están los tronos del juicio,
los tronos de la casa de David.
Compromiso
El animador propone a los padres que relean los pasajes bíblicos que hemos trabajado en el Encuentro.
Les pide que acompañen a su hijo o hija en la lectura del Diario personal, con la ayuda de las sugerencias
de la sección “Encuentro en familia” (ver p. 5 del libro de padres), enfatizando que Dios nos da a todos unos
dones para ponerlos al servicio de los demás.
Canto de despedida
Se termina el encuentro cantando o rezando juntos:
Consolad a mi pueblo
Consolad a mi pueblo dice el Señor Consolad a mi pueblo, dice el Señor,
hablad al corazón del hombre. sacad de la ceguera a mi pueblo.
Gritad que mi amor ha vencido Yo he sellado contigo alianza perpetua:
preparad el camino que viene tu Redentor. yo soy el único Dios.
Yo te he elegido para amar Consolad a mi pueblo, dice el Señor,
Te doy mi fuerza y luz para guiar. mostradles el camino de libertad.
Yo soy consuelo en tu mirar. Yo os daré fuertes alas
Gloria a Dios. transformaré tus pisadas
en sendas de eternidad.
45
6 Dios nos habla, escuchémoslo
Objetivos Materiales
escubrir que la escucha de la Palabra de Dios y su práctica
D artes de la casa, recortadas en
P
constituyen los cimientos de nuestra fe. cartulina.
Despertar el gusto por la lectura asidua de la Biblia.
Aprender a interpretar una cita bíblica y a ubicar el texto.
Nuestra vida
Bienvenida y oración
El animador da la bienvenida a los padres y se saludan unos a otros.
Se inicia con la Oración de los padres catequistas (ver en p. 8 del libro de los padres).
Compartimos la vida
El animador usa alguna dinámica para que los padres formen grupos de cuatro personas.
Les da la siguiente consigna:
Cada uno dibuja la parte exterior de su propia casa.
Luego anota qué partes de la misma considera más seguras y qué partes menos.
Cuando finalizan su trabajo, lo comparten con los otros miembros del grupo. Buscan entre todos los aspectos
de mayor seguridad y de mayor fragilidad que tengan en común sus casas y tratan de explicar el por qué.
Luego se hace la puesta en común.
El animador puede ofrecer esta síntesis:
Por lo visto, cada uno de nosotros ha encontrado en sus respectivas casas partes mejor construidas,
más seguras y otras que requieren alguna modificación.
Pero, seguramente, nadie construyó su casa (ni la compró ni la alquiló) sin tener en cuenta algo
fundamental: sus cimientos. ¿Qué es lo que esa estructura garantiza? ¿Qué sucedería de no tenerla
o si fuera inadecuada para la zona y tipo de suelo?
46
5
1
6
3
4
47
Después de unos minutos de reflexión se hará la puesta en común. Una familia, como representante de cada
grupo, pasa a exponer lo reflexionado y pega en la pared o pizarrón la parte (o partes) que le correspondió,
de tal forma que se vaya armando la “casa”.
Al finalizar la actividad, el animador puede exponer esta conclusión, conciliando todo lo expresado por los
grupos:
Los cimientos de la vida de una familia son todos los valores que los padres transmiten a sus hijos.
Sobre esos valores (la verdad, la bondad, la fe, el amor, la amistad...) se edifican las sólidas paredes
de la protección, el diálogo entre los esposos, los acuerdos para educar a los hijos, el respeto mutuo
y la obediencia de los hijos frente a las decisiones de los padres.
Se mantendrá la puerta bien cerrada a todo lo que los padres no aprueben o consideren inadecuado
o riesgoso para el bien de sus hijos: amistades, revistas, programas de televisión...
Los hijos deben aceptar sus decisiones con la seguridad de que provienen de dos seres que los aman
profundamente y solo buscan su bien. Pero, en cambio, abrirán de par en par las ventanas para que
pase la luz de la verdad y la alegría, el aire fresco del amor que renueva el corazón y la voz de todos
los que están afuera, con su dolores, angustias y necesidades, de modo que aprendan a escucharlas
y atenderlas con generosidad.
Y colocarán, finalmente, el techo protector del amor de Dios Padre que nos cuida y nos entrega su Vida
y su Palabra.
Por la chimenea saldrá el humo de nuestros egoísmos y de todo aquello que nos aparta de su camino,
después de haberlos quemado en el fuego de su Amor.
Una cita o referencia bíblica contiene la información necesaria para que se ubique un determi-
nado texto. En la cita arriba mencionada tenemos:
Mt 7,24-27
Abreviatura de Mateo. Indica que el texto pertenece al evangelio
de Mateo.
Indica el número del capítulo.
Indica los versículos que deben leerse. En este caso, desde el 24
al 27.
48
Respondemos con fe
Oración final
Rezamos juntos:
Señor Jesús, te damos gracias por habernos regalado la familia que tenemos,
gracias por los hijos que nos confiaste. Consérvalos sanos y buenos.
Gracias porque por ellos vamos a aprender a amarte y a confiar en tu amor.
Te pedimos que nos des fuerzas y paciencia en la hermosa tarea
que tenemos: hacer de nuestro hogar un lugar de paz y alegría,
donde tu Palabra sea escuchada y vaya transformando nuestros corazones,
haciéndolos cada vez más parecidos al tuyo.
Te lo pedimos por tu mamá, la Virgen María, que también es nuestra mamá,
porque sabemos que a ella le concedes todo lo que te pide. Amén.
Compromiso
Los padres se proponen leer la Palabra de Dios a diario.
Canto de despedida
Se termina el encuentro cantando:
49
7 En familia, compartimos la Palabra
de Dios que nos enseña a amar
Objetivos Materiales
Confrontar con la Palabra de Dios nuestra vida, otocopia de la dramatización
F
nuestros comportamientos. para los cinco personajes.
Aprender y aplicar el método de lectura orante
de la Biblia.
Nuestra vida
Bienvenida y oración
n este encuentro se reúne toda la familia, esto es, los padres y los hijos. Por ello, los catequistas les dan
E
una especial bienvenida y se saludan unos a otros.
e inicia con la Oración de los padres catequistas (ver en p. 8 del libro de los padres). En esta ocasión,
S
también la rezan los hijos.
Cantamos juntos:
La canción de la Alianza
El que no ama a Dios no ha conocido,
porque a Dios en el amor se lo conoce.
Tenemos un Dios, qué grande es mi Dios.
Tenemos un Dios y Dios es amor.
El amor del Padre, entregado al mundo,
se mostró en Jesús para que creyendo,
para que creyendo por él vivamos, por él vivamos.
Nosotros sabemos que hemos pasado
de la muerte a la vida porque nos amamos,
porque nos amamos y nos aliamos a los hermanos.
El amor de Dios se derramó en nosotros
por el Espíritu Santo, que a nuestros corazones,
que a nuestros corazones ha sido enviado, ha sido enviado.
Compartimos la vida
e elige a un padre, una madre, dos hijos y una hija para que preparen la dramatización de una situación
S
familiar titulada “Mi familia, tu familia, nuestra familia” (ver al final de este encuentro).
l resto de los participantes forman pequeños grupos donde se integran los padres con sus hijos y leen
E
también el texto.
Después de un tiempo de trabajo, el grupo elegido para dramatizar hará su presentación.
omentan en qué medida se sienten identificados, tanto los padres como los hijos, con alguna de las con-
C
ductas de los personajes.
50
Para reflexionar sobre la vida
A continuación, cada pequeño grupo selecciona algunas conductas inadecuadas de los personajes de la
obra y busca plantear cuál sería la conducta superadora.
No es necesario que se agote la discusión en el encuentro. El objetivo principal es que se animen a revisar
actitudes que no favorecen la relación entre padres e hijos y que, al mismo tiempo, puedan abrir un espacio
de diálogo entre ellos.
Una cita o referencia bíblica contiene la información necesaria para que se ubique un determi-
nado texto. En la cita arriba mencionada tenemos:
1 Cor 13,4-7
Primera carta ( hay dos)
a los corintios
es el número del capítulo
indican los versículos que deben leerse
Los padres tratan de explicar a sus hijos las características del amor cristiano, tal como las presenta el
apóstol Pablo, según lo que cada uno alcance a interpretar.
Comparten lo trabajado en cada familia con las otras familias del equipo, durante unos 10 minutos. Luego
cada grupo expone brevemente lo que elaboró.
El animador completa el sentido de las palabras de san Pablo y hace las aclaraciones correspondientes.
Luego los invita a responder:
Nosotros, como papás, ¿qué debemos cambiar si nos hemos identificado con Carlos?
Y nosotras, como mamás, ¿qué debemos cambiar si nos hemos identificado con Susana?
Y nosotros, los hijos, ¿qué debemos cambiar si nos hemos identificado con Mariana, Pedrito o Juanci?
51
Respondemos con fe
Oración final
Rezamos juntos:
Compromiso
e proponen el desafío de preparar la dramatización, con la colaboración de todos los miembros del grupo,
S
e invitar a su comunidad a presenciarla y debatir su contenido.
Leen en familia el texto de 1 Corintios 13,4-7 y dialogan:
¿Cómo aplican estas enseñanzas a su vida de familia?
Canto de despedida
Cantan nuevamente La canción de la Alianza (primera estrofa y estribillo).
52
Notas
53
Anexo: Mi familia, tu familia,
Dramatización nuestra familia
Escena 1
(En la oficina, Susana hablando por teléfono).
Susana. (Voz ronca, agotada y preocupada). ¡Hola! ¿Carlos? ¿Qué tal, mi amor? ¿Todo bien? (Pausa). Sí...
todavía en la oficina. ¿Por qué? ¿Me preguntas por qué? Bué... (Con ironía). Si tenés un par de horas, te
cuento. (Pausa). No, fuera de broma, voy a llegar tarde porque tuve un día fatal. Se desconectó el sistema
de computadoras; el técnico llegó tarde y además tardó varias horas en arreglarlo. (Pausa). ¿Qué? ¿Qué
tenía que ver yo? Pero... no sé si te acordás que soy gerente responsable del área… Tuve que quedarme
hasta que el problema se solucionó. (Pausa). ¿Los niños? Y bueno… le hablé a mamá para que fuera a bus-
carlos a la escuela. (Pausa). Claro… cómo no me vas a notar la voz rara… Creo que me estoy engripando…
Me duele la cabeza, tengo chuchos de frío... Me siento espantosamente mal. ¿Podés vos pasar a buscar
a los niños por lo de mamá? (Pausa). ¡Ah! ¿no? ¿Y hasta cuándo va a durar esa reunión? (Pausa). Bueno,
bueno. Yo me arreglo. Paso yo. Chau, chau.
Escena 2
(En la casa. Entran Susana y los dos hijos varones. Susana deja las cosas sobre un sillón. Se cambia de ropa.
Los niños corren a encender el televisor. Uno de ellos atropella y hace caer al otro. Este llora, lastimado).
Susana. (Enojadísima). ¡Pedrito! ¿Qué hiciste? Pero mirá cómo está tu hermano. Lo hiciste a propósito,
¿no? ¡Vos siempre el mismo! ¿No te da vergüenza?
Pedrito. (Confundido). Pero, mamá… yo… No me di cuenta, fue sin querer.
Susana. ¡Caminá a tu cuarto! (Amenazante). Ya vas a ver cuando llegue tu padre…
54
Escena 3
(Llega el padre. Entra).
Carlos. (Distraído en sus cosas). ¡Buenas!... ¿Cómo anda la familia? (Cayendo en la cuenta). ¡Uy, qué
clima!, ¿se murió alguien?
Susana. (Con rabia). Car… los que el hor… no no es… tá pa… ra bo… llos..
Carlos. Y yo que vengo frito. Quiero un poco de paz. Quiero sentarme tranquilo y ver mi programa favorito.
(Sacándole el control remoto a Juanci, que ya se calmó).
Juanci. (Apoyándose una bolsa con hielo sobre la boca). No, papá… yo estaba viendo los dibujitos.
Carlos. Dejáte de pavadas. Quiero ver, mhh... (Accionando el control). Nada… nada (Sigue haciendo zapping).
Juanci. (Rezonga). Papi, sé bueno… dejame ver…
Carlos. (Se enfrasca en un programa de fútbol). ¿Y Marianita? (Distraído). ¿Ya llegó?
Susana. (Desde la cocina). Sí, ya estaba aquí cuando llegamos. Se está bañando. Cuando termine, cenamos.
Carlos. (Molesto). ¡Listo! Entonces cenaremos dentro de 3 o 4 horas.
Susana. No seas así. Si querés, ya sirvo. Tengo todo listo. ¡Ay! (Dolorida). Creo que tengo fiebre. ¿Cómo
te fue a vos?
Carlos. (Totalmente abstraído en lo suyo).
Susana. (Gritando). Te pregunté cómo te fue a vos. ¿Estás sordo?
Carlos. (Molesto). Che, che… ¿Qué te pasa? Me fue bien. ¿Cuándo comemos?
Susana. ¡Ya! (Irritada).
Carlos. ¿Y no era que había que esperar a Marianita?
Juanci. ¿Pongo la mesa? (Malhumorado).
Susana. Dale.
Juanci. (Llevando dos botellas y cuatro copas. Se le cae una botella y se desparrama el líquido. Susana y
Carlos lo reprenden).
Susana. (Fastidiada). Pero, ¿será posible? ¡Qué inútil! Cada vez que hacés algo metés la pata.
Carlos. (Enojado, pero sin moverse del sillón). No servís para nada. Siempre lo mismo. (Al ver la cara de
Juanci, cambia el tono). Bué… ya está. Vamos a limpiar esto.
Susana. (Furiosa). Pero, qué... ya está. Mirá el desastre. Hay que limpiar bien, si no queda todo pegoteado.
(Llama a Mariana). ¡Mariana!, ¡apuráte que me tenés que ayudar! ¡Pedrito!, ¿qué hacés en tu cuarto? Vení
para acá a dar una mano.
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Escena 4
(Entra Pedrito).
Pedrito. (Con sorna). Pero acordate que me pusiste en penitencia.
Susana. Sí, es cierto. (Cayendo en la cuenta, cambia. A Carlos). Que te cuente qué hizo, a ver si se merece
o no la penitencia.
Pedrito. (Al padre). Nada, lo empujé a Juanci sin querer. Se cayó y se lastimó. Pero este (Señalando a su
hermano) es más exagerado. Apenas si se golpeó la boca, se partió el labio y le salió un poco de sangre.
No era para tanto.
Carlos. (Tratando de apaciguar los ánimos). Ay, ay, ay... Me parece que hoy están todos muy nerviosos.
Vamos a tratar de calmarnos. ¿Cómo les fue en la escuela?
Pedrito. (Con miedo). Maso… Tengo el boletín.
Susana. No me dijiste nada…
Carlos. ¿Hay notas bajas? (Con tono cómplice).
Pedrito. Y, sí... Porque... eh. En Matemáticas... la profe. Bueno… no le entiendo nada.
Carlos. ¿Lo dejamos para mañana? Esta noche, tu madre y yo estamos muy cansados.
Pedrito. Sí, pero el mes pasado me dijeron lo mismo.
Carlos. (Distraído otra vez con el programa de TV). Tenés razón. Vamos a arreglar eso. Pero, mirá, mirá
qué golazo. (Sigue enfrascado en la tele).
Susana. (Empieza a poner la mesa). Al final, siempre termino haciendo todo yo.
Marianita. (Saliendo del baño. En su mundo). ¡Hooola! ¡Uy! ¡Qué caras! ¿Qué pasa?
Susana. Nada, nena. Dame una manito, ¿querés?
Marianita. Sí, ahora. Pero espera que me seque el pelo.
Carlos. Mariana, ¿oís lo que tu madre te pide? Todos hacen “la cómoda”, están en la suya y a los demás
que los parta un rayo. (Sigue mirando el programa de TV. Mariana desaparece).
Juanci. ¿Quieren que ayude?
Pedrito. Bueno, yo también. (Traen juntos alguna cosa más que faltaba en la mesa. Al hermano). ¿Te
duele el golpe?
Carlos. ¡Campeones! (Grito entusiasta). ¡Así me gusta! (Mirando la tele, contento).
Juanci. (Sorprendido). ¿A nosotros nos decís “campeones” porque ayudamos?
Carlos. (Sorprendido). ¿Eh? Sí, sí. (Exagerando el tono). ¡Cómo ayudan! ¡Qué bien!
Mariana. (Volviendo y sentándose a la mesa). Mami, hoy yo lavo los platos. Vos acostate que no se te ve
bien. Suerte que hoy es viernes, así vas a poder descansar.
Susana. (Agotada). Gracias. ¡Ah! No nos olvidemos que mañana es el cumple de la abuela. Vamos a hacerle
un lindo festejo. ¿Qué les parece?
Fin
56
8 La Palabra se hizo carne
y habitó entre nosotros
Objetivos Materiales
escubrir que Jesús nació, creció y se desarrolló en una familia
D Mapa de Palestina.
como la nuestra. Fotos o fragmentos
ivir con agradecimiento que Dios se hizo uno de nosotros para
V de películas que muestren
salvarnos. la tierra de Jesús.
Nuestra vida
Bienvenida y oración
n este encuentro se reúnen por segunda vez los padres y los hijos. Por ello, los animadores les dan una
E
especial bienvenida y se saludan unos a otros.
e inicia con la Oración de los padres catequistas (ver en p. 8 del libro de los padres). En esta ocasión,
S
también la rezan los hijos.
Cantamos juntos:
El ángelus
El ángel vino de los cielos “Yo soy la esclava del Señor, mi Dios”,
y a María le anunció la Virgen dijo al contestar,
el gran misterio de Dios hombre “Que se haga en mí según has dicho,
que a los cielos admiró. se cumpla en mí tu voluntad”.
Virgen madre, Señora nuestra, Y el Verbo para redimirnos
recordando la encarnación tomó su carne virginal,
te cantamos tus hijos todos vivió hecho hombre entre nosotros
como estrella de salvación. librándonos de eterno mal.
Compartimos la vida
Los animadores invitan a formar grupos de hasta tres familias y les da esta consigna:
Cada familia va a contar al resto anécdotas sobre el nacimiento de sus hijos y el tiempo de espera.
57
Todas estas experiencias vividas han permitido que la vida de nuestra familia madurase
y se fortaleciese.
Cada nuevo hijo, cada nuevo hermano que se sumó a la familia logró que esta se renovara,
que se profundizaran sus vínculos; cada miembro fue descubriendo cuán generoso podía llegar
a ser, cuánto más podía llegar a dar de sí mismo para el bien de los otros.
La familia fue aprendiendo a afrontar desafíos, a resolver conflictos, a reconocer debilidades
y a intentar superarlas.
Ahora es importante descubrir cómo Dios está presente en esos acontecimientos felices
de la vida de nuestra familia y cómo acompaña también los momentos de conflicto, de dolor,
de desencuentros… Porque Él también los experimentó eligiendo una familia para nacer y vivir
entre nosotros.
Gracias al “sí” de María, Dios se hizo uno de nosotros. Por eso, nació, creció y se desarrolló
en el seno de una familia como la nuestra.
Gracias al “sí” de María, a quien Dios llamó para ser su madre, pudimos conocer a Jesús.
Él nos trajo la Buena Noticia: Dios ha llegado hasta nosotros para compartir nuestra vida.
Cuando miramos a Jesús, cuando escuchamos sus Palabras y cuando contemplamos su vida,
conocemos el proyecto de amor y salvación que Dios tiene para todos nosotros.
58
Respondemos con fe
Oración final
Rezamos juntos:
Padre bueno:
Queremos dar gracias por crearnos Gracias por darnos a tu Hijo Jesús
a tu imagen y semejanza, que nos enseña a ser buenos hijos.
por darnos tu vida, tu inteligencia, Gracias por darnos tu Espíritu de amor
tu amor. que hace sagrado nuestro amor humano.
Gracias porque desde siempre Gracias por dejarnos experimentar
nos has deseado y querido. en nuestra familia un anticipo del amor
Gracias por la familia que nos diste. que nos tienes prometido junto a Ti,
Gracias por mostrarnos tu amor de Padre en la vida eterna. Amén.
que nos enseña a ser padres.
Compromiso
Se comprometen a rezar en familia la oración que acabamos de hacer.
os niños se proponen invitar a las personas elegidas en el Encuentro 6, para compartir nuestro próximo
L
encuentro. Si no fuera posible conseguir la participación, las entrevistarán durante la semana.
Canto de despedida
Se termina el encuentro cantando:
Noche anunciada
Noche anunciada, noche de amor, Ángeles cantan en el portal,
Dios ha nacido, pétalo y flor. Dios ha nacido, es Navidad.
Hoy silencio y serenidad, Esta es la noche que prometió
paz a los hombres, es Navidad. Dios a los hombres y ya llegó.
En el pesebre, mi Redentor, Es Nochebuena, no hay que dormir,
es mensajero de paz y amor. Dios ha nacido, Dios está aquí.
Cuando sonríe se hace la luz,
y en sus bracitos se hace una cruz.
59
9 María, modelo para nuestra vida
Objetivos Materiales
Descubrir en María el modelo de virtudes evangélicas. ideo o fragmento de películas sobre
V
Sentirse invitados a vivir de acuerdo con ellas. la vida de María.
Fomentar la devoción a María.
Nuestra vida
Bienvenida y oración
En este encuentro se reúnen nuevamente los padres y los hijos. Por ello, los animadores les dan una especial
bienvenida y se saludan unos a otros.
e inicia con la Oración de los padres catequistas (ver en p. 8 del libro de los padres). La rezan juntos
S
padres e hijos.
Cantamos juntos:
Magníficat
Mi alma canta, Derribó del trono a los poderosos,
canta la grandeza del Señor y elevó a los humildes,
y mi espíritu colmó de bienes a los hambrientos
se estremece de gozo en Dios, y despidió a los ricos
mi Salvador. con las manos vacias.
Porque miró con bondad Mi alma canta
la pequeñez de su servidora, la grandeza del Señor
en adelante todas las gentes y mi espiritu
me llamarán feliz, se estremece de gozo
me llamarán feliz, en Dios, mi Salvador.
me llamarán feliz.
Compartimos la vida
Los animadores solicitan a los participantes que presenten al invitado o invitados que eligieron para entre-
vistar en este encuentro y que expliquen el motivo de la elección.
Luego, por un espacio de 10 minutos, cada uno podrá formularles las preguntas que desee para conocer
más profundamente a esas personas.
Este primer momento se podrá concluir con algunas reflexiones donde todos participen. Pueden ayudar
estas preguntas:
¿Qué nos resultó digno de admirar en las personas entrevistadas? ¿Por qué?
¿Qué otras personas conocimos que nos provocaron admiración?
¿En qué medida se convirtieron en modelos que dejaron una huella en nuestras vidas?
60
Los animadores pueden ofrecer esta síntesis:
En cada una de nuestras vidas existió alguien que nos sirvió de modelo,
que nos marcó con su ejemplo, con sus palabras, con su acompañamiento,
que nos señaló caminos. Son personas valiosas a quienes debemos
estar agradecidos.
61
El animador les ayuda a reflexionar:
Respondemos con fe
Oración final
Rezamos tres avemarías.
Compromiso
Los padres van a procurar estar, como María, al servicio de la gente que nos rodea: en la familia, en el barrio,
en el trabajo o escuela...
Canto de despedida
Cantan nuevamente el Magníficat.
62
10 Jesús, la buena noticia de Dios
Objetivos Materiales
econocer que Jesucristo se encarnó en nuestra historia para
R n papel afiche claro y otro
U
restablecer la unidad entre Dios y nosotros. oscuro.
ecidir encarnar su estilo de vida, sus opciones y su acción
D ecortes de titulares de periódicos
R
liberadora en nuestras realidades. con buenas y malas noticias.
Nuestra vida
Bienvenida y oración
El animador da la bienvenida a los padres y se saludan unos a otros.
Se inicia con la Oración de los padres catequistas (ver en p. 8 del libro de los padres).
Compartimos la vida
Los participantes se reúnen en grupos de 3 o 4 miembros. Cada uno recuerda cuál fue la mejor noticia que
recibió o que dio en algún momento de su vida y la comparte con el grupo (duración: 15 minutos).
os participantes van a colocar en cada uno de ellos los titulares de las noticias correspondientes a cada
L
realidad y fundamentan su elección.
Concluida la actividad, el animador motiva la reflexión:
¿Qué nos sucede cuando rompemos nuestras relaciones con Dios, con los otros y con la naturaleza?
Después de que todos participaron, el animador puede ofrecer esta síntesis:
uando nos alejamos de Dios perdemos la felicidad, la armonía con nosotros mismos, con los demás,
C
con la naturaleza; esto es, perdemos la paz. Nos vemos envueltos en la oscuridad, el desorden, las
divisiones, el rencor, el odio; en fin, en todos los sentimientos que destruyen al hombre, que lo hacen
menos humano.
63
Se crean situaciones sociales de desigualdad, de inequidad, de discriminación, de fanatismos, de
opresión de los poderosos contra los débiles, de padecimientos físicos y morales que tienen origen en el
mal uso de la libertad: hambre, guerras, terrorismo, explotación y abandono de los débiles...
Todas esas situaciones de oscuridad, de enfermedad constituyen lo que se llama
PECADO
Pero Dios nos creó para que fuéramos felices. Y no nos abandonó a nuestra suerte sino que nos renovó
su amistad: “Aceptó la condición humana y se hizo en todo igual a nosotros menos en el pecado”, para
iluminar nuestra oscuridad y liberarnos para siempre de la esclavitud del pecado.
Jesús con sus signos de curación dio a entender a sus contemporáneos que traía al mundo
la salvación de todo mal, la reconciliación con Dios y no su castigo.
Y quien se siente liberado y renovado es, a su vez, agente de renovación y transformación de todas
las estructuras de muerte, de opresión y de inequidad que sufre nuestro mundo de hoy.
Se convierte en portador de la Buena Noticia de Jesús entre sus hermanos, haciendo como él
una clara opción por los pobres.
Luego se lee esta síntesis sobre la Sagrada Escritura para ayudar a los padres a comprender mejor el trabajo
bíblico que están haciendo con sus hijos.
64
Primera etapa de la Revelación
Dios escogió un pueblo, Israel, entre otros pueblos para celebrar con él un compromiso de amor:
la Alianza. Abraham fue llamado para formar un pueblo. Moisés fue enviado para liberar a ese pueblo
de la esclavitud en Egipto.
Los profetas, luego, hablaron en nombre de Dios para denunciar el pecado del pueblo, su olvido de Dios
y recordarle la fidelidad y el amor de Dios. También le anunciaban tiempos mejores.
Dios fue preparando con amor a ese pueblo y le enseñó a conversar con Él. El pueblo aprendió a adorar
a su Dios como único y verdadero. De esta forma se estaban preparado para recibir a Jesucristo.
En el Antiguo Testamento está escrita esa Revelación de Dios al pueblo de Israel. El AT es una etapa
de la preparación para el Nuevo Testamento. Allí descubrimos a un Dios cercano, que hablaba como
amigo a la gente, un amigo bueno y justo que ya pensaba en nosotros. Estos son los libros del AT:
65
Segunda etapa de la Revelación
En el pueblo que Dios había elegido y preparado con amor, nació Jesús.
Jesús vivió con nosotros. Se hizo conocer por su pueblo. A través de él sus paisanos conocieron mejor
a Dios Padre.
Jesús cumplió con su misión en todo lo que hacía, en todo lo que decía, en todo su comportamiento,
cuando murió y resucitó y cuando envió al Espíritu Santo.
En el Nuevo Testamento está escrito lo que se refiere a la vida de Jesús, lo que dijeron de él los apóstoles
y la vida y las enseñanzas de sus seguidores.
Jesús predicó poco tiempo: 3 años. Murió joven sin haber escrito nada. Los doce apóstoles elegidos
por Jesús anduvieron con él aprendiendo lo que enseñaba.
Esas enseñanzas y los recuerdos que los apóstoles guardaban y transmitían constituyen la tradición
apostólica.
Los evangelios que vienen de la tradición apostólica son: Marcos, Mateo, Lucas y Juan.
La Iglesia considera a la Biblia o Sagrada Escritura, junto con la TRADICIÓN, como las fuentes de la
Revelación y la suprema regla de su fe.
Estos son los libros del NT:
66
Respondemos con fe
Oración final
A cada oración respondemos:
Te lo pedimos, Señor.
Señor Jesús, te pedimos que nuestro corazón esté bien dispuesto a recibirte cuando llegues a nuestra
vida. Oremos...
Señor Jesús, te pedimos que nos ayudes a iniciar este camino de conversión que nos lleva a unir
nuestra vida con la tuya. Oremos...
Señor Jesús, te pedimos que nos ayudes a recibirte en medio de nosotros como familia. Oremos...
Señor Jesús, te pedimos que nos ayudes a conocerte, leyendo tu Palabra y siendo fieles a ti y a todo lo
que nos enseñaste. Oremos...
Compromiso
Los padres se comprometen a pensar cómo llevar la Buena Noticia de Dios a los hermanos.
Canto de despedida
Se termina el encuentro cantando:
Jesús, te seguiré
Escuchando tus palabras Hoy he visto cómo se aman
algo nuevo nació en mí, los que viven junto a ti;
es que nadie nos había venido hace tiempo que sediento
a hablar así. habia querido amar así.
Ahora veo claro, Ahora siento que tu amor
la verdad esta en ti. viene hacia mí.
Jesús, te seguiré, Hoy he visto a los leprosos sanos
donde me lleves iré. y a los ciegos ver,
Muestrame ese lugar donde vivís, hasta el pan multiplicarse
quiero quedarme contigo allí. para darnos a comer.
¡Oh maestro mío,
todo lo haces bien!
67
11 Jesús, hombre verdadero
Objetivos Materiales
Descubrir que Jesús de Nazaret fue plenamente hombre. Un papel afiche.
avorecer el encuentro con la persona de Jesús, siguiendo el camino
F Marcadores.
de los primeros discípulos y de las primeras comunidades. squema de los rasgos
E
Descubrir, en el estilo de vida de Jesús, el camino a seguir. de Jesús tratados en los
encuentros.
Nuestra vida
Bienvenida y oración
El animador da la bienvenida a los padres y se saludan unos a otros.
Se inicia con la Oración de los padres catequistas (ver en p. 8 del libro de los padres).
Compartimos la vida
os participantes se reúnen en grupos de 3 o 4 integrantes. Comparten los resultados de la investigación
L
que cada familia debía realizar en la semana sobre qué piensa la gente de Jesús.
Para usted, ¿quién es Jesucristo?
¿Qué sabe sobre él?
¿Cuándo lo recuerda?
De entre todas las respuestas, seleccionan las más repetidas y las reúnen en un solo trabajo por grupo.
Luego se hace la puesta en común.
68
Los rasgos de Jesús que desarrollamos en nuestros encuentros
Jesús, Buena Noticia de Dios: Un Jesús Salvador que libera de toda opresión. (Encuentro 10)
Jesús cercano, bien divino y bien humano a la vez. (Encuentros 11 y 12)
Jesús nos muestra el camino de la felicidad: Un Jesús que predica el Reino de Dios
e, inseparablemente, el Dios del Reino que es Abbá, un Dios misericordioso y gratuito.
(Encuentros 13 a 16)
Jesús que vive en estrecha relación con el Padre: La oración de Jesús como afirmación
de esa relación. (Encuentro 17)
María, ¿qué te dijo el ángel Gabriel cuando te visitó? ¿Dónde vivías cuando ocurrió
Lc 1,30-35
aquello?
Mt 1,18-25 ¿Con quién estabas comprometida? ¿Cómo era tu esposo y cómo vivió la situación?
Lc 2,6-7 ¿Dónde nació Jesús? ¿Por qué estaban allí? ¿Cómo fue su nacimiento? ¿Dónde se crió
Mt 2,19 Jesús?
Lc 2,41-51 ¿Qué anécdota recuerdas de cuando Jesús cumplió los doce años?
Lc 4, 38-41
Vos que lo conociste tanto, ¿qué hacía él frente al sufrimiento de las personas?
Lc 5,12-14
Mc 14,32-72
¿Qué situaciones dolorosas tuvo que atravesar? ¿Cómo las enfrentó?
Lc 15,1-47
69
Grupo 2: Reportaje a Juan bautista, su pariente,
el que preparó su camino...
Lc 1,5-17
¿Cómo se llaman tus padres? ¿Qué parentesco tienen con la madre de Jesús?
Lc 1,39-43
Mt 3,13-15 ¿De dónde venía Jesús cuando te encontró allí? ¿Qué te pidió?
¿Dónde te encontró Jesús por primera vez? ¿Con quién estabas? ¿Qué les pidió y qué
Mt 4,18-19
le respondieron?
Mt 9,35-38
Mc 2,15-17 ¿Qué es lo que más te atrajo de la personalidad de Jesús?
Mt 11,28-30
Mt 11,25.28
Lc 6,12 ¿Qué actitud de Jesús te impresionó siempre?
Lc 21,37
Jn 1,42
¿Qué gesto de Jesús no olvidarás nunca?
Lc 22,61-62
Grupo 4: R
eportaje a Juan, otro de los Doce
Jn 13,1 ¿Cuál fue para vos la experiencia más profunda que compartiste con Jesús?
Lc 10,21
Jn 4,5
¿Cómo expresaba Jesús sus sentimientos?
Mc 11,15-17
Mc 9,16-19
70
Jn 11,1-5
Jn 13,23 ¿Jesús tenía amigos?
Jn 15,11-15
Lc 8,1-3 ¿Por qué te integraste al grupo de los Doce? ¿Qué lugar te dio Jesús en su Proyecto?
Lc 5,12-13
Mc 7,31-35 Seguramente, como mujer, observaste detalles de la personalidad de Jesús.
Lc 24,36-39 ¿Qué aspectos te llamaron más la atención?
Mc 10,13-16
Lc 22,61-62
Mt 9,36 Y sus ojos, ¿qué te transmitían?
Jn 11,41
“Los discípulos y las primeras comunidades cristianas partieron del encuentro humano
con Jesús, de la constatación de que Jesús había tenido una humanidad maravillosa,
desbordante, seductora y originalísima. Y, a partir de esa constatación, habían llegado
por obra y gracia del Espíritu Santo al gran descubrimiento de Pascua: ¡Pero, si Jesús era
el Hijo de Dios! ¡Dios estaba en Jesús, en el hombre Jesús de Nazaret! ¿Cómo no nos dimos
cuenta antes?”
P. Néstor Gastaldi
Respondemos con fe
Oración final
Oramos juntos:
71
El animador lee esta oración:
Compromiso
os padres se comprometen a profundizar en el conocimiento de la personalidad de Jesús, en sus rasgos
L
plenamente humanos para poder encarnarlos en su realidad cotidiana y así hacer posible en ella la realidad
del Reino de Dios que él inauguró.
Canto de despedida
Se termina el encuentro cantando:
Con nosotros está
Con vosotros está y no le conocéis, Su nombre es el Señor y enfermo vive,
con vosotros está, su nombre es el Señor. su agonía es la del enfermo,
Su nombre es el Señor y pasa hambre, y muchos que lo saben no hacen caso,
y clama por la boca del hambriento, tal vez no frecuentaba mucho el templo.
y muchos que lo ven pasan de largo, Con vosotros está...
acaso por llegar temprano al templo. Su nombre es el Señor y está en la cárcel,
Su nombre es el Señor y sed soporta, está en la soledad de cada preso,
y está en quien de justicia va sediento, y nadie lo visita y hasta dicen:
y muchos que lo ven pasan de largo, “Tal vez ese no era de los nuestros”.
a veces ocupados en sus rezos. Su nombre es el Señor, el que sed tiene.
Con vosotros está... Él pide por la boca del hambriento,
Su nombre es el Señor y está desnudo, está preso, está enfermo, está desnudo,
la ausencia del amor hiela sus huesos, pero él nos va a juzgar por todo eso.
y muchos que lo ven pasan de largo,
seguros y al calor de su dinero.
72
12 Jesús es el Hijo de Dios
Objetivos
Descubrir en el hombre Jesús de Nazaret al Hijo de Dios.
Promover el encuentro con Jesús, el Cristo, el Mesías, el Salvador.
Nuestra vida
Bienvenida y oración
El animador da la bienvenida a los padres y se saludan unos a otros.
Se inicia con la Oración de los padres catequistas (ver en p. 8 del libro de los padres).
Compartimos la vida
l animador dice a los padres que, después de haber recorrido en diferentes pasajes de los evangelios los
E
rasgos bien humanos de Jesús, pueden preguntarse:
¿Qué impresión les quedó?
¿Qué reflexión les inspiró?
¿Qué sentimientos les produjo?
Comparten sus experiencias con el grupo.
73
Después de un tiempo de lectura y reflexión en grupo, el animador puede ofrecer estas síntesis:
Los apóstoles también fueron haciendo un lento camino de descubrimientode Jesús.
Él fue, sucesivamente, el “hijo del carpintero”, luego el Profeta, el Liberador, el Hijo del Hombre,
el Hijo de David, el Señor, el Hijo de Dios y finalmente, el Resucitado.
Pero, para que sus ojos se abrieran a este descubrimiento tuvieron que ser iluminados
por dos grandes acontecimientos: la Pascua y Pentecostés.
La respuesta de fe que da Pedro no proviene de él sino de la obra de Dios en él.
El animador propone la lectura y el comentario de este texto:
Y ustedes, ¿qué respuesta dan ahora? ¿En qué tramo del recorrido están?
El animador da un tiempo para la reflexión y oración personal.
74
Respondemos con fe
Oración final
Oramos juntos:
Jesús, permite que te conozcamos,
que nos maravillemos con tu manera de ser,
con tu bondad, tu paciencia, tu misericordia,
tu amor por todos, especialmente los pobres y desvalidos.
Que, deslumbrados por tu coherencia,
todo lo que decías, primero lo vivías,
podamos descubrirte, amarte y seguirte
como nuestro Señor y Salvador.
Compromiso
os padres se comprometen a meditar profunda y sinceramente sobre esta pregunta que Jesús les for-
L
mula: “¿Quién soy yo para ustedes?, y sobre los cambios que se producen en sus vidas a medida que van
creciendo en la fe en Cristo Jesús.
Canto de despedida
Se termina el encuentro cantando:
75
13 Jesús anuncia el Reino de Dios:
los milagros
Objetivos Materiales
Descubrir en Jesús su perfecta coherencia entre su vida y su mensaje. fiche con los
A
Reconocer los milagros de Jesús como signos del Reino que anuncia. refranes propuestos.
sumir como comunidad de bautizados la propuesta del Reino: continuar
A
el plan salvador de Dios.
Nuestra vida
Bienvenida y oración
El animador da la bienvenida a los padres y se saludan unos a otros.
Se inicia con la Oración de los padres catequistas (ver en p. 8 del libro de los padres).
Compartimos la vida
El animador presenta refranes como los siguientes, escritos en papel afiche:
“Fulano es puro blablá.”
“Mengano borra con el codo lo que escribe con la mano.”
“En la cancha se ven los pingos.”
Todo el grupo dialoga a partir de ellos:
¿Qué otras frases o refranes conocen que expresen las mismas ideas?
¿A quién o quiénes se los aplica?
76
Una vez concluida la actividad, ponen en común sus trabajos.
El animador puede ofrecer esta síntesis:
Jesús nos muestra con su actuación en qué consiste el Reino de Dios que él anuncia.
Jesús anuncia que ya está presente, que se acerca el Reino de Dios en su persona. No lo hace solo
con promesas, como los profetas del AT, sino que con su presencia va destruyendo el poder del
dolor y de la muerte: cura toda enfermedad y toda dolencia.
Los milagros que realiza no tienen por finalidad demostrar su poder, ni demostrar que es el
Mesías, el Hijo de Dios. Son manifestaciones de su compasión, ese impulso que surge de las
mismas entrañas de Jesús, hacia los pobres y oprimidos, a quienes les quiere significar
la presencia del Reino de Dios. De un Reino que los incluye, los libera, los sana, les trae por fin
la felicidad de sentirse partícipes, dignos, amados, transformados.
Como dice A. Nolan, refiriéndose a Jesús: “Su único deseo era el de liberar a la gente de su
sufrimiento y de su resignación a dicho sufrimiento... Lo que deseaba por encima de todo era
despertar esa misma compasión y esa misma fe (su propia fe) en las personas que lo rodeaban.
Solo esto haría posible que el poder de Dios resultara operativo y eficaz en medio de ellos”
(A. NOLAN, ¿Quién es este hombre?).
Jesús va hacia la gente, toma la iniciativa, no se instala en un lugar. Esto es así porque siente
la urgencia de una predicación que debe llegar a todo Israel para anunciarle el Reino. El Reino
llega para todos, todos estamos llamados a tomar parte en ese Reino. Pero espera una respuesta
a ese llamado.
La misión de los discípulos es preparar el camino para la llegada del Reino de Dios. La invitación a
formar parte del Reino no es solo para que nos beneficiemos con él, sino para que nos convirtamos
en agentes de evangelización para todos los demás (como se señala en Mateo 9,37-38).
Respondemos con fe
Oración final
A cada intención, respondemos: Padre, que venga tu Reino.
Para que vivamos en el Amor. R/
Para que nos animemos a trabajar por la justicia y la paz. R/
Para que nos comprometamos cada día más con los que sufren: los pobres, los marginados,
los enfermos, los presos y los que padecen todo tipo de opresión y violencia. R/
Para que nuestra vida sea un signo creíble de la presencia de Dios entre los hombres. R/
Para que como Iglesia no olvidemos nuestra misión de ser animadores y constructores del Reino. R/
77
Compromiso
os padres se comprometen a reflexionar qué hechos liberadores (sanadores, salvadores) del Reino pueden
L
realizar en sus ambientes familiares, laborales y sociales.
Canto de despedida
Se termina el encuentro cantando:
78
14 Jesús revela el misterio del Reino
de Dios: las parábolas
Objetivos
Descubrir el significado de las parábolas del Reino.
omprometerse a encarnar en las distintas realidades humanas las características del Reino que Jesús
C
anuncia.
E xperimentar la salvación o liberación que trae para todos los hombres y para todo el hombre.
Nuestra vida
Bienvenida y oración
El animador da la bienvenida a los padres y se saludan unos a otros.
Se inicia con la Oración de los padres catequistas (ver en p. 8 del libro de los padres).
Compartimos la vida
El animador formula al grupo unas preguntas para evaluar el encuentro anterior y poder enlazar con el
encuentro actual.
¿Cuál es la Buena Noticia que anuncia Jesús?
¿Cómo les muestra que el Reino es salvación?
¿De qué ceguera, mudez, sordera, parálisis fueron sanados cada uno de ustedes?
¿De qué manera hicieron presente el Reino de Dios en su realidad cotidiana?
Da unos minutos a los padres para que reflexionen sobre estas preguntas y oren personalmente desde
sus respuestas.
79
El animador invita a formar 3 grupos. En cada uno de ellos se leen y se comentan las citas siguientes:
80
Primera parábola: Lucas 15,1-7
Ya se adelantó su significado en el ejemplo anterior.
La misericordia de Dios se expresa en la acogida de Jesús. Y por esta razón era cuestionado su
proceder. Si se atribuía condiciones de Hijo de Dios o profeta, “¿cómo puede comer con pecadores?”,
era la pregunta de los “santos” y de los “puros”, los cuales, en verdad, no habían comprendido que
Dios es Amor y lo que eso significa.
Dios es más que doctrina y normas, leyes, disciplina: ¡Dios es Amor! Se trata de concebir la ley
o la norma como medio y no como fin. Jesús no venía a destruir las leyes del pueblo, sino a llevarlas
a la plenitud, y esa plenitud es el amor del Dios del Reino.
Por ese motivo las parábolas del perdón emanan dulzura, ternura, cariño (“pone sobre los hombros”);
nos alegramos de haber sido encontrados como la oveja perdida a la cual el pastor vino a buscar.
El perdón recibido y compartido genera una situación de agradecimiento y alegría. Se trata de
un nuevo tiempo marcado por la gracia y el perdón.
Véase J. L. D’Amico, Este es el hombre
81
Tercera parábola: Mateo 18,23-35
Con esta parábola, Jesús nos insta a reflexionar en la dimensión infinita de las ofensas que le hacemos
a Dios. Sin embargo, Él nos otorga su perdón sin hacer valer sus derechos; es más, olvidándose
de ellos, porque Dios es Padre. En cambio, nosotros hacemos valer nuestros derechos ante nuestros
hermanos y nos cuesta perdonar lo que nos hacen, porque olvidamos cuán misericordioso es Dios
con nosotros.
El Reino de Dios es un Reino de perdón y misericordia que viviremos cuando comprendamos
la infinita misericordia del Dios del Reino.
Al fin de los tiempos, Dios tampoco reclamará sus derechos sino que nos juzgará por todos
los pequeños a quienes despojamos, por los que no perdonamos aunque se arrepintieron.
Respondemos con fe
Oración final
Rezamos juntos:
Señor, te doy gracias
porque estaba perdido y me buscaste,
porque con ternura me pusiste sobre tus hombros
y me diste el abrazo del perdón.
Señor, te doy gracias
porque me mostraste tu misericordia
y me enseñaste a ser misericordioso y perdonar.
82
Señor, te doy gracias
porque me invitaste a participar como constructor
de tu Reino de gracia, de justicia,
de amor, de bondad, de misericordia.
Dame coherencia entre lo que digo y hago
para hacer creíble la misión que me encomendaste.
Dame confianza en la fuerza liberadora de tu Reino,
fuerza y compromiso para anunciar con mi vida
que tu Reino está presente entre nosotros.
Compromiso
Los padres se comprometen a reflexionar qué les exige el Reino de Dios.
Canto de despedida
Se termina el encuentro cantando:
83
15 Jesús proclama el misterio del Reino
de Dios: las bienaventuranzas
Objetivos
Tomar conciencia de la jerarquía de los valores que orientan la vida de cada uno.
Discernir cuáles son los valores que hacen la verdadera felicidad a la luz de las bienaventuranzas.
Nuestra vida
Bienvenida y oración
El animador da la bienvenida a los padres y se saludan unos a otros.
Se inicia con la Oración de los padres catequistas (ver en p. 8 del libro de los padres).
Compartimos la vida
El animador pide a los participantes que, en forma individual, reflexionen unos minutos sobre esta pregunta:
¿Quiénes son considerados hoy felices o dichosos?
os padres escriben un número para cada afirmación, en los casilleros que acompañan, según el orden de
L
importancia que les atribuyan.
orman varios grupos y comparten sus respuestas. Luego reordenan su puntuación según lo expresado
F
por la mayoría.
84
Escuchamos a Dios que nos habla
El animador puede hacer esta introducción sobre las bienaventuranzas.
85
l animador invita a meditar la primera bienaventuranza. Y luego formula algunas preguntas que motiven
E
la reflexión:
¿Cómo es el corazón del Dios del Reino?
Es pobre y manso, porque “Él siendo de condición divina, no reivindicó en los hechos,
la igualdad con Dios, sino que se despojó, tomando la condición de servidor, y llegó a ser
semejante a los hombres… se humilló y se hizo obediente hasta la muerte, muerte en
una cruz” (Flp 2,6-8).
Así, desde la pobreza y no desde la majestad, el dominio, ni la subordinación a su poder,
viene a anunciar que...
El Reino de Dios es de los pobres
Jesús lo manifiesta con actos sencillos de liberación de las gentes corrientes, agobiadas por
los problemas cotidianos.
El anuncio del Reino no es para el futuro. Está presente ya; es un hoy, una realización
cumplida ahora:
El Reino de Dios es de los pobres
Jesús invita a todos a participar del Reino. Pero hay que optar por ser pobre como él.
obre es quien no cuenta con sus propias fuerzas y que se reconoce en todo
P
Mt 10,31
dependiente de Dios.
obre es aquel que sabe que lo que posee es don de Dios, el que
P
Mt 25,34-40 ha descubierto cuán generoso es Dios con él y, por ello, busca compartir
sus dones con los demás.
Mc 12,43-44 Pobre es aquel que comparte lo poco que tiene y no el que da lo que le sobra.
obre es aquel que reconoce que el otro, toda persona, vale tanto como uno
P
mismo; que el otro, incluso si es su enemigo, un malhechor, un irresponsable,
merece ser amado.
obre es aquel que relativiza cuanto tiene a su disposición: dinero, salud,
P
saber, poder, responsabilidad... Nada de esto lo considera de uso personal.
Mt 5,43-45 Por el contrario, lo pone al servicio de todos sin pretender aureola alguna,
trabaja por el bien común, por la promoción del hombre y contribuye
a desterrar la pobreza. Pero lo hace acompañando y asumiendo el destino
de los pobres.
obre es aquel que se deja evangelizar por los pobres. Jesús llama a todos
P
los que tienen el corazón de pobre.
86
El animador puede ampliar la información sobre las bienaventuranzas, con la ayuda de estos datos.
Limpio de corazón. Los puros son los que piensan y actúan rectamente,
con sinceridad, con transparencia; tienen buenas intenciones, no piensan
mal de otro. Quien piensa bien, obra bien. “Del corazón vienen las
6ª bienaventuranza
intenciones malas, asesinatos, adulterios, fornicaciones, robos, falsos
testimonios, injurias” (Mt 15,10-30). El que se ha despojado de sí permite
que Dios se aloje en su corazón, y donde está Dios, hay luz.
87
Respondemos con fe
Oración final
Rezamos juntos:
Aquí nos ponemos, Padre Dios, con las manos vacías pero abiertas a tu Amor.
No tenemos nada, todo lo necesitamos de Ti.
Ni sabemos orar como pobres de palabras, de inteligencia, de sentimientos.
Jesús, tu Hijo, siendo rico, se hizo pobre entre los necesitados, para enseñarnos
a rezar y a vivir como pobres.
Aquí estamos como María, la mujer pobre que aceptó ser mirada por Dios
y confió todo a Él. Confiamos solo en Ti.
Señor, hay tantos en el mundo que no están abiertos a tu Amor misericordioso.
Acompáñanos a pedirte por y con ellos.
No te pedimos no ser pobres, te pedimos saber ser pobres,
construyendo tu Reino de Amor. Así sea.
Compromiso
Los padres se comprometen a leer y meditar lo que se nos propone sobre las bienaventuranzas.
Canto de despedida
Se termina el encuentro cantando:
88
16 Jesús nos revela a Dios como papá
Objetivos
Descubrir qué imagen de Dios nos hemos hecho cada uno.
Adecuar dicha imagen a la que Jesús nos revela.
Convertir nuestro corazón, viviendo a Dios como “ABBA”.
Nuestra vida
Bienvenida y oración
El animador da la bienvenida a los padres y se saludan unos a otros.
Se inicia con la Oración de los padres catequistas (ver en p. 8 del libro de los padres).
Compartimos la vida
El animador invita a formar grupos para comentar las tiras de Mafalda del humorista Quino.
89
Para reflexionar sobre la vida
Cada grupo profundiza el tema a partir de las siguientes cuestiones:
¿Cuáles son las mayores alegrías que les proporciona ser padre y madre?
¿Cuáles son las mayores dificultades que enfrentan en este tiempo?
En este contexto, ¿cuál es el ideal de padre o madre que cada uno desearía alcanzar?
Concluido el trabajo grupal, se hace la puesta en común y la síntesis.
Jesús comprometió su vida entera en revelarnos un Dios que es Padre. Pero la gran novedad de Jesús
es considerar a Dios como “su” Padre y mostrarnos el carácter de personal confianza de esa relación
que le hace llamar a su Padre “Abbá”, es decir, “papito” (Mc 4,36).
Por mostrarnos este rostro de Dios Padre-Abbá, Jesús fue acusado de blasfemo. La cercanía,
la familiaridad de Dios con los seres humanos era inconcebible para la religión judía.
Si nuestra imagen de Dios responde a alguna de estas formulaciones, este no es el Dios que nos reveló
Jesús. El Dios de Jesús es Abbá.
90
Parábola del padre misericordioso
Dice la parábola en el versículo 20: “cuando todavía (el hijo menor) estaba lejos, su padre lo vio...”
“Es una mirada que lo comprende todo, que comprende a toda la humanidad, que
comprende a todos los hombres y mujeres de todos los tiempos y lugares, que conoce
con inmensa compasión el sufrimiento de aquellos que han elegido marcharse de casa,
que han llorado mares de lágrimas al verse atrapados por la angustia y la agonía” (el texto
entrecomillado en esta síntesis es una cita de H. Nowen, El regreso del hijo pródigo).
“Es un padre que hubiera querido impedir que se fuera el hijo de casa, que hubiera
querido convencerlo de los peligros que encontraría afuera y de lo bien que viviría
junto a él, que hubiera querido ejercer su autoridad para convencerlo”.
Pero nada de eso podía hacer un Dios Padre que es Amor. Porque el amor no obliga,
no coacciona, no empuja al amado. Le da libertad para rechazar ese amor o responder a él.
Porque Dios eligió ser Padre, quiere que sus hijos sean libres para amarlo.
Continúa el versículo 20: “sintió compasión” (“padecer con”).
Sentir compasión es unirse a la vida y al destino del otro. Eso es lo que siente el padre
por el hijo que regresa. Eso es lo que siente el corazón de Dios Padre por nosotros.
Por eso se unió a nuestro destino, eligió depender de sus criaturas, a quienes dio el don
de la libertad.
Esa elección hace que sienta dolor cuando se marchan y hace que sienta una alegría
inmensa cuando regresan.
Concluye el versículo 20: “corrió a echarse a su cuello y lo abrazó”.
Sí, por raro que suene, Dios desea encontrarnos tanto –si no más– como nosotros
deseamos encontrarlo a Él. Dios nos necesita tanto como nosotros a Él.
“Descubrimos, entonces, que no fuimos nosotros quienes elegimos a Dios, sino que fue Él
quien nos eligió a nosotros. Este es el gran misterio de nuestra fe. Dios nos ama primero.
Nos amó antes que ninguna otra persona pueda demostrarnos que nos ama. Quiere
que seamos sus hijos amados y nos dice que seamos tan cariñosos como lo es Él”.
En el versículo 22 vemos cómo el padre no solo perdona a su hijo sin pedirle explicación alguna,
sino que no puede esperar para darle una nueva vida de abundancia.
“Es tan fuerte el deseo de Dios de darle vida al hijo recién llegado que parece estar
impaciente. Hay que darle lo mejor: el mejor vestido, reservado para el invitado
distinguido; el anillo y las sandalias para darle los honores y devolverle su condición
de heredero y no de esclavo.
El ‘rápido’, que dice el padre, expresa aún más que impaciencia; revela el ansia divina por
inaugurar el nuevo Reino que ha estado preparando desde el principio de los tiempos”.
En el versículo 23 “el padre da un banquete. El banquete al que Dios invita siempre es
una invitación a intimar con Dios”.
Esto se ve especialmente en la Eucaristía. La celebración es parte del Reino de Dios…
“Dios nos ofrece no solo perdón, reconciliación, curación, sino que quiere hacer todos
estos regalos como muestra de su alegría para todos los que están presentes. Siempre que
Dios encuentra al que se perdió hay alegría”.
91
En el versículo 24, el padre se alegra.
Dios se alegra, no porque se hayan solucionado los problemas del mundo, no porque
se hayan acabado las tristezas y el sufrimiento humano, no porque miles de personas
se hayan convertido y estén ahora dándole gracias por su bondad. No. Dios se alegra
porque uno solo de sus hijos, que se había perdido, ha sido encontrado. A lo que nosotros
estamos llamados es a compartir esa alegría.
“Pero no estamos acostumbrados a alegrarnos de las cosas pequeñas, las que están
escondidas y de las que la gente que está alrededor no se da cuenta. Nos hemos
acostumbrado a vivir en la tristeza. Perdimos la sensibilidad para la alegría. Sin embargo,
tenemos que aprender de la alegría de Dios Padre. Tenemos que ‘robar’ toda la alegría
que haya disponible y hacérsela ver a los demás”.
Ya sabemos que no se ha acabado el dolor en el mundo, pero hay gente que regresa a casa
y otra que vuelve a regresar; oímos voces que rezan; observamos momentos de perdón
y somos testigos de muchos signos de esperanza. No tenemos que esperar que todo vaya
bien. Sino que tenemos que celebrar cada pequeño indicio que me dice que el Reino
de Dios ya está presente, aunque todavía no en plenitud.
En el versículo 25 constatamos que el padre salió al encuentro del hijo menor, pero también salió
al encuentro del hijo mayor. Le da la bienvenida al menor: caprichoso, torpe, desagradecido.
Pero también le da la bienvenida al hijo mayor.
Se dice en el versículo 28: “entonces el padre salió a rogarle”.
El hijo mayor es un muchacho cumplidor de su deber, trabajador y fiel a su padre. Pero su
corazón está dividido por los celos y la amargura. No puede ver la calidad del amor y cree
que, a él, el padre lo ama menos.
Pero el corazón del padre no está dividido. Está alegre por el regreso del menor, pero
eso no implica que lo compare con su hijo mayor. Al contrario, desea que participe
de su alegría. Todos los hijos son predilectos para Dios.
El hijo mayor es incapaz de compartir la alegría del padre. No se deja abrazar por él.
Prefiere hacer recriminaciones, “pasar facturas”. No se deja amar por el padre. Solo desea
que se valoren sus méritos. No comprendió la gratuidad del amor del padre (versículo 31).
Si un hijo no puede aceptar la gratuidad del Amor del Padre, que el Padre los siente
a todos como predilectos, no puede sentirse hermano del otro. Prevalecerán las
rivalidades, las envidias, los rencores y todo lo que daña el corazón del hombre.
92
Respondemos con fe
Oración final
A cada intención respondemos:
R/: ¡Te damos gracias, Señor!
—Gracias, Dios Padre nuestro, por que nos amas tanto, con un amor único a cada uno de nosotros,
tus hijos. R/
—Gracias, Dios Padre nuestro, porque nos amas como somos, gratuitamente, sin prestar atención
a nuestros méritos o debilidades. R/
—Gracias por todos los que cada día te descubren como Abbá y viven la alegría de ser tus hijos. R/
—Gracias por enseñarnos a vivir como hermanos y hermanas. R/
Compromiso
Los padres se comprometen a revisar la misión de padre/madre que Dios les encomendó, a la luz de su
paternidad.
Canto de despedida
Se termina el encuentro cantando:
El viñador
Por los caminos sedientos de luz, Él te protege con un valladar,
levantándose antes que el sol, levantado en tu derredor,
hacia los campos que lejos están, quita del alma las piedras del mal
muy temprano se va el viñador. y ha elegido la cepa mejor.
No se detiene en su caminar, Limpia los surcos con todo su afán
no le asusta la sed ni el calor, y los riega con sangre y sudor,
hay una viña que quiere cuidar, dime si puede hacer algo más
una viña que es todo su amor. por su viña el viñador.
Dios es tu amigo, Por los caminos sedientos de luz
el viñador, levantándose antes que el sol,
el que te cuida hacia los campos que lejos están,
de sol a sol. muy temprano se va el viñador.
Dios es tu amigo, Solo racimos de amargo sabor
el viñador, ha encontrado en tu corazón,
el que te pide dime si puede esperar algo más
frutos de amor. de su viña el viñador.
93
17 Jesús nos enseña a orar
Objetivos
Descubrir cómo se relaciona Jesús con su Padre.
Aprender a orar según el modelo que nos revela Jesús.
Nuestra vida
Bienvenida y oración
El animador da la bienvenida a los padres y se saludan unos a otros.
Se inicia con la Oración de los padres catequistas (ver en p. 8 del libro de los padres).
Compartimos la vida
El animador narra esta situación:
94
EQUIPO 1
Leen Lucas 11,1-2:
Uno de sus discípulos le dijo:
—Señor, enséñanos a orar…
I II
Comentan:
¿Por qué creen que los discípulos le piden a Jesús Mateo 21,23 Lucas 9,18
que les enseñe a orar?
Marcos 1,21 Lucas 6,12
Comparen los textos de la columna I con los de la
columna II y comenten cómo ora Jesús. Lucas 4,44 Lucas 22,39
EQUIPO 2
Leen Mateo 6,5-9:
Tú, cuando ores, entra en tu habitación,
cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto…
Comentan:
Caractericen la manera de orar que enseña Jesús a I II
sus discípulos.
Mateo 24,1 Juan 14,13-14
Comparen los textos de la columna I con los de la
columna II y comenten cómo ora Jesús. Lucas 4,16 Mateo 18,19-20
La oración de Jesús
Jesús, hombre de oración
Es un hecho incuestionable que Jesús era un hombre de oración. Los evangelios lo demuestran
insistentemente. También en eso aparece Jesús semejante a nosotros, menos en el pecado.
Jesús, el Hijo de María, en su infancia y crecimiento humano aprende a orar de:
— su Madre, que meditaba en su corazón “las grandes cosas hechas por el Señor”;
— José, que recitaba los salmos como hombre piadoso y como todo el pueblo.
Pero Jesús, desde su profunda humanidad, va experimentando a Dios como Padre en la práctica
de la oración. Y cuando los discípulos lo observan en la profundidad de su oración, en su especial
relación con Dios, le piden que les enseñe a rezar, desean tener esa misma experiencia. No porque
ellos no supieran rezar, sino por lo que Jesús les transmite de su experiencia inédita.
95
¿Cómo reza Jesús?
Jesús rompe con los esquemas de la oración que los hombres religiosos de su tiempo practicaban.
Ellos rezaban:
— En público, en las calles, para ser vistos y considerados piadosos.
— En el templo o en las sinagogas, donde creían que solo allí estaba Dios.
— En los tres momentos del día fijados por el culto: al nacer el sol, por la tarde durante el sacrificio
del Templo y por la noche al ir a dormir.
— Con fórmulas rituales.
Jesús, en cambio, no solo reza como todos sus contemporáneos (confrontar con los textos preparados
por cada grupo de la columna I), sino que hace de la oración una práctica personal e íntima con su
Dios (confrontar con los textos preparados por cada grupo de la columna II).
Jesús no se limita a oraciones prefijadas, sino que aparece como un orante espontáneo y libre.
Jesús enseña a los discípulos ese tipo de oración: libre y espontánea “que supera el espacio del
Templo como único espacio sagrado y se dirige a Dios desde un trato hogareño. La casa como lugar
de oración y la familiaridad con Dios, el Padre, están manifestando ya un cambio radical en la
consideración del nuevo Pueblo de Dios” (José Luis D’Amico, Este es el hombre, Editorial Docencia,
1995, 16 y 55).
Jesús nos enseña que tenemos que rezar de esta forma:
— Orar con sencillez y sinceridad (Mateo 6,5).
— Rezar con pocas palabras (Mateo 6,7).
— Hacer la voluntad de Dios es la mejor oración (Mateo 7,21).
— Orar con un corazón misericordioso (Marcos 11,25).
— Rezar con insistencia (Lucas 11,5-13).
— Orar siempre con paciencia y con fe (Lucas 18,1-8).
— Rezar con humildad (Lucas 18,9-14).
— Unidos a Jesús, el Padre nos envía su Espíritu, que hace que nuestra oración pueda hacerse eficaz
(Lucas 10,21).
96
“Esta oración demuestra que aún allí, cuando Jesús se encuentra con su mayor impotencia
y debilidad porque no podrá controlar más su vida y su destino, reconoce a Dios como su Padre.
Nada ha podido apartar a Jesús de su relación filial con su Dios. Abierto a la trascendencia de
este Dios, entrega su vida en sus manos como hijo ante su padre” (José Luis D’Amico, o. c.).
Respondemos con fe
Oración final
Rezamos juntos el padrenuestro.
Compromiso
Los padres se comprometen a meditar la oración que Jesús nos enseñó.
Canto de despedida
Se termina el encuentro cantando alguna versión del padrenuestro que conozcamos todos.
97
18 Jesús nos enseña a orar
como familia
Objetivos Materiales
Que los padres y los niños logren: Mantel, vela, flores, Biblia, crucifijo e imagen
Descubrir el valor de la oración en comunidad. de la Virgen para armar un altarcito.
Vivir la oración como un diálogo personal Cancionero.
y comprometido con Dios Padre. Papel afiche.
Encontrar en Jesús al Hijo que nos acerca Tiras de cartulina de 65 cm x 5 cm con las frases
al Padre, enseñándonos a orar. del padrenuestro.
Cinta adhesiva o pegamento.
Nuestra vida
Bienvenida y oración
El animador da la bienvenida a los padres y se saludan unos a otros.
Se inicia con la Oración de los padres catequistas (ver en p. 8 del libro de los padres).
Compartimos la vida
El animador lee este cuento:
Un mercado especial
Una vez, una señora que acostumbraba rezar pidiéndole a Dios por la paz del mundo,
por la justicia entre los hombres y por la igualdad de la personas, tuvo un sueño muy realista.
Ella a menudo se quejaba porque decía que se la pasaba pidiendo buenas cosas, pero que
Dios nunca se las concedía.
En el sueño se encontró caminando por una especie de mercado en el que, al final del pasillo
central, se veía un mostrador enorme, con unas pequeñas bolsitas sobre él. Se acercó para
ver de qué se trataba, y el mismísimo Dios la esperaba detrás del mostrador.
La señora tuvo oportunidad de decirle todo lo que reclamaba desde hacía tiempo y de
manifestar su inquietud por no conseguir lo que deseaba. La respuesta de Dios no se hizo
esperar:
—Hija mía, lo que tú pides es muy bueno, pero yo, muy pocas veces entrego frutos, lo que
siempre doy son semillas. Lo que tú pides es el fruto de una semilla que tenés que plantar
en tu propio corazón y en el de los demás hombres.
María Inés Casalá y Juan Carlos Pisano,
Cuentos rápidos para leer despacio
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Para reflexionar sobre la vida
El animador invita a los padres a dialogar a partir de este cuento:
¿Qué es lo que Dios enseña a la mujer?
¿Qué le da en lugar de lo que ella le pide?
¿Qué nos enseña el cuento?
Tras unos minutos de diálogo, el animador hace una síntesis.
J esús trabajaba mucho pero al llegar la noche, cuando sus amigos dormían, se iba a un lugar solitario;
y, en silencio, pasaba mucho tiempo hablando con Dios Padre.
os amigos se dieron cuenta de esto y le pidieron a Jesús que les enseñara a hablar con Dios de
L
la misma forma que él lo hacía.
l padrenuestro es una oración maravillosa pues nos la enseñó el mismo Jesús. Él, que conoce al Padre,
E
nos enseña cómo debemos dirigirnos a Dios, lo que debemos decirle y qué debemos pedirle.
a mayoría de las veces, lo repetimos sin pensar, como una fórmula memorizada simplemente, y Jesús
L
no nos la dejó para eso. Conviene que hagamos un alto y analicemos sus partes, para conocer cómo
debemos comunicarnos con Dios.
Desarrollo de la celebración
Preparan el altarcito entre todos. Colocan cerca, y sobre la pared, el papel afiche. Se enciende la vela.
El animador elige a ocho participantes y entrega a cada uno una frase del padrenuestro.
medida que los Guías van leyendo y comentando cada parte, quien posee el cartel correspondiente, lo
A
coloca sobre el papel afiche.
99
Guía 1: QUE ESTÁS EN LOS CIELOS
Guía 2: Las tres primeras son deseos de un hijo que ama a su Padre
sobre todas las cosas.
Guía 2: Con esta frase queremos expresar nuestro deseo de que el nombre de Dios
sea siempre dicho con mucho respeto, de una manera santa, para bendecirlo.
Siempre que nombremos a Dios, debemos hacerlo para alabarlo, agradecerle
o hablar con Él de nuestras cosas, no para jurar o como una simple expresión.
Guía 2: Dios es el Rey de todo lo creado. Cuando Jesús vivía entre los hombres
nos dejó el camino marcado para que entre todos podamos vivir en el amor,
la bondad, la ternura, la paz, la misericordia que provienen de Dios.
A eso llamamos Reino de Dios, a un mundo sin odios ni violencias,
pleno de amor, solidaridad y respeto entre los hombres. Por eso, le pedimos
que venga su reino, para que aquí en la tierra podamos empezarlo a gozar.
También llamamos Reino de Dios al cielo donde Él nos espera
y lo gozaremos definitivamente.
Guía 2: Dios quiere que seamos felices, que vivamos en paz. Muchas veces le pedimos cosas
que no son buenas para nosotros o para nuestros hermanos. Por eso queremos
que se haga su voluntad, para que podamos ser cada día mejores y vivir como Él quiere.
Pedimos que se haga su voluntad aunque muchas veces no coincida con la nuestra.
Cantamos un padrenuestro o algún canto relacionado con la voluntad de Dios.
Guía 2: Le pedimos a Dios que nos perdone de la misma manera que nosotros
perdonamos a los demás. Sería bueno pensar que muchas veces
no queremos perdonar o tardamos en hacerlo, Dios nos perdonará
de la misma forma.
Guía 2: No queremos caer en la tentación de vivir alejados de Dios que nos ama,
de vivir como el mundo nos marca, de olvidar las enseñanzas de Jesús.
10 0
Guía 1: LÍBRANOS DEL MAL
Guía 2: De todos los males, de los que afectan nuestro cuerpo
pero también de los que empobrecen nuestra vida.
Respondemos con fe
Oración final
Cantamos el padrenuestro.
Compromiso
Los padres se comprometen a rezar cotidianamente esta oración.
Canto de despedida
Se termina el encuentro con alguna canción de acción de gracias a Dios Padre por su amor.
Notas
10 1
19 Jesús nos enseña
a amar
Objetivos
Descubrir la dimensión evangélica del amor.
Ponerla en práctica en la vida cotidiana.
Valorar a todas las personas que se entregan al servicio de sus hermanos.
Nuestra vida
Bienvenida y oración
El animador da la bienvenida a los padres y se saludan unos a otros.
Se inicia con la Oración de los padres catequistas (ver en p. 8 del libro de los padres).
Compartimos la vida
El animador divide al grupo en dos equipos y le entrega a cada uno de ellos dos relatos de vida.
El padre M. Kolbe
Corría el año 1941. El régimen nazi, impuesto El jefe militar le preguntó:
por Hitler en Alemania, había desatado
—Y tú, ¿quién eres?
la persecución y el genocidio más atroz
que conoce la historia. Los prisioneros, —Soy sacerdote católico.
especialmente judíos y todo aquel que no E inmediatamente se dirigió a tomar el lugar del
perteneciera a la raza germana, eran llevados prisionero que tanto sufría por abandonar a los
a distintos campos de concentración. Allí eran suyos.
sometidos a condiciones de vida inhumana
y generalmente enviados a una muerte brutal. Junto con todo el grupo fue conducido a la
siniestra celda de “la muerte de hambre”.
En el campo de Auschwitz, a fines del mes de julio Quien entregaba su vida por un compañero de
de ese año, un jefe nazi señaló a diez prisioneros infortunio era el padre Maximiliano Kolbe. Él
para ser ejecutados como escarmiento por la convirtió esa celda, lugar de desesperación, en
fuga de otro. Uno de los condenados lloraba una capilla.
desgarradoramente porque dejaba en la miseria
y desamparo a su esposa y numerosos hijos. Después de largos días de terribles
sufrimientos, los condenados fueron muriendo,
De repente, de entre las filas de los que se uno a uno, pero cantando y rezando, con
habían salvado de la horrible muerte que les esperanza y en paz.
esperaba, salió el prisionero que llevaba el
número 16.670. El P. Kolbe fue el último en morir. Una gran
admiración corrió por todo el campo de
Miró fijamente al verdugo y con gran serenidad concentración. A la ceremonia de beatificación
le dijo: asistió el hombre y su familia a quienes había
—Quiero morir en lugar de uno de los salvado.
sentenciados.
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Apóstol de los leprosos
Molokai es una isla del archipiélago de Hawai. sin distinción de religión, raza o ideas. Obtuvo
Una zona volcánica en la que fueron confinados ayudas internacionales, construyó casas, amplió
los leprosos en el año 1865. A esta isla llegó el hospital, creó huertos caseros, mejoró el
por propia decisión, a los 33 años de edad, un muelle y abrió un almacén gratuito.
heroico sacerdote que a los 10 años de trabajar
Con una fe viva, un amor ilimitado, música
con los leprosos, se contagió de la misma
y deporte, creó un clima de alegría y esperanza
enfermedad.
en medio del dolor.
300 biografias se han escrito sobre la obra
Durante años fue el único médico y enfermero,
humanitaria y heroica del padre Damián de
y con un corazón universal se ganó el cariño de
Veuster, apóstol de los leprosos.
librepensadores y personas de otras religiones.
Su vida es un testimonio del más puro amor. Murió leproso en 1889 con una sonrisa en sus
Este dinámico sacerdote evitó que Molokai labios y esa paz que alcanzan los seres llenos de
fuera un campo de concentración para miles de bondad. Ojalá su ejemplo nos mueva a amar sin
enfermos desterrados. Todos eran sus amigos límites y a llevar nuestra cruz con esperanza.
10 3
¿Cómo actúan? Detallar las acciones del samaritano.
Según Jesús, ¿quién se portó como prójimo del herido? ¿Por qué?
Después de un tiempo de trabajo, se hace la puesta en común.
El animador hace las aclaraciones que crea necesarias.
Los judíos consideraban “impuros” a los samaritanos porque tenían un origen muy dispar y se habían
separado del judaísmo oficial. Tenían otro templo aparte del de Jerusalén.
Los samaritanos eran odiados y despreciados. ¿Cómo podía amar Dios a esas personas? ¿Cómo podía
hacerles el bien? Jesús quiso poner de manifiesto que el Abbá no reconocía a nadie por su adhesión
o pertenencia a una religión o cultura concretas.
El sacerdote y el levita, hombres religiosos y cumplidores de la Ley, no podían entender esto. Ellos
“ven” al herido. El samaritano también lo ve. Pero a diferencia de los primeros, tuvo compasión de él.
El sacerdote y el levita prefirieron “salvarse”, no “contaminarse”, “cumplir con la Ley”. Pero se
olvidaron de la “persona” del otro.
A Dios Abbá le interesa, en cambio, que seamos como Él (como fue el samaritano), que sintamos
compasión por el otro. Para esto hay que ser una persona capaz de conmoverse por el otro, de dejarse
interpelar por la situación del otro, de no permanecer indiferente ante el dolor ajeno.
Cuando el Maestro de la Ley pregunta: “¿Quién es mi prójimo”, en realidad, la traducción correcta es:
“¿Quiénes son los compañeros con los que debo compartir mi pan?”. Entonces Jesús le responde a este
especialista de la Ley con otra pregunta: “¿Qué opinas tú? ¿Cuál de los tres el levita, el sacerdote,
el samaritano fue el compañero de este hombre que había caído en manos de los ladrones?”.
El Maestro de la Ley responderá: “Aquel que tuvo compasión”. Ese fue el que se hizo prójimo del otro.
El prójimo es en verdad el que es capaz de compadecerse del otro, al que se le conmueven las entrañas
por el otro.
Ese samaritano no pasó por allí “buscando hacer el bien”. No pasó pensando cuándo iba a tener
la oportunidad de “cumplir con el mandamiento del amor”. Simplemente pasó. Ese era su camino
habitual. Pero en esa oportunidad tuvo los “reflejos” para actuar frente al necesitado. E hizo por
ese hombre todo lo que hubiese deseado que hicieran otros por él mismo si se encontrara en
circunstancias similares.
Y hace todo lo que debe hacerse, no para cumplir con los mandatos de su fe, sino porque ese hombre
herido necesitaba que:
— Él se acercara,
— lo atendiera ahí mismo,
— lo llevara a un lugar seguro para completar su cura,
— pagara sus gastos
— y estuviera pendiente de él hasta que se recuperara del todo.
El animador puede añadir estas conclusiones.
Nuestro Padre Dios quiere que seamos samaritanos en nuestros caminos habituales, que nos
dejemos interpelar constantemente por las necesidades de los que están a nuestro alrededor y que
reaccionemos inmediatamente ante las necesidades de los otros.
Para reaccionar bien ante un encuentro imprevisto será necesario situarse en una postura de acogida,
que no podrá ser suficientemente rápida e inmediata si se lleva una mochila cargada de “uno mismo”,
de un sin número de actividades, muchas veces para autojustificarnos como “buenos cristianos”.
Hay que viajar sin equipaje para ayudar a los heridos que se encuentren en el camino. Y esos equipajes
a veces son armas ofensivas para juzgar al otro, para fichar al otro; o bien son armas defensivas,
que se utilizan para poner barreras entre el otro y yo.
Texto adaptado de Las bienaventuranzas, hoy, de Jean-Francois Six
10 4
Respondemos con fe
Oración final
Rezamos esta oración.
Señor, danos la gracia como Tú lo hiciste,
de donarnos, dando incesantemente tu Vida
de saber escuchar, hasta tu Muerte.
de acercarnos a los otros Danos la gracia de ver
para curarlos de sus heridas, cómo te sigues entregando,
de su soledad; día a día en la Eucaristía,
para sacarlos de su pobreza, y a través de tantos hombres y mujeres
de su ignorancia, de su abandono. que nos invitan con su testimonio
Que lo podamos expresar a seguir tus pasos. Amén.
con hechos concretos,
Compromiso
Los padres se comprometen a revisar su forma de amar a la luz del Evangelio.
Canto de despedida
Se termina el encuentro cantando:
10 5
20 Nuestra familia, una Iglesia
doméstica donde aprendemos
a hacernos prójimos
Objetivos
Transformar las relaciones domésticas para que la familia sea una escuela de amor.
Convertir las propias familias en comunidades, especie de Iglesia doméstica.
Como familia evangelizada, cumplir la misión de evangelizar a otras familias, siguiendo lo que Jesús
le encomendó a la Iglesia.
Tender a la formación de pequeñas comunidades eclesiales a medida humana.
Nuestra vida
Bienvenida y oración
El animador da la bienvenida a los padres y se saludan unos a otros.
Se inicia con la Oración de los padres catequistas (ver en p. 8 del libro de los padres).
Compartimos la vida
El animador divide el grupo en pequeños equipos de 2 o 3 personas.
es pide que realicen un intercambio de las experiencias cotidianas de la vida en familia. Por ejemplo: “Por
L
la mañana, se despiertan, se saludan, se preparan el desayuno…”. Así, hasta completar la jornada.
Les explica que no deben omitir nada por insignificante que parezca o por común que sea el acontecimiento.
Si entre los miembros de una familia: se demuestran sensible y habitualmente los afectos;
se resuelven conflictos; se da y se recibe el perdón; se comunican entre sí; se comparten bienes
materiales y espirituales; están disponibles todos para cada uno, tanto física como emocionalmente;
se sostienen mutuamente…
Podemos decir que constituye una verdadera comunidad de Amor donde se hace visible y encarnado el
principal mandamiento.
10 6
Escuchamos a Dios que nos habla
El animador reflexiona con los padres sobre estas cuestiones.
10 7
2. En la Iglesia celebramos la fe
La Iglesia, cada Iglesia particular, se reúne con regularidad para alabar y dar gracias a Dios,
para recordar y actualizar sus obras maravillosas, para orar en comunidad, para realizar y celebrar
el reino de paz y justicia. A esa acción de la asamblea cristiana la llamamos “liturgia”.
Los bautizados ejercemos así nuestra misión sacerdotal. ¿Dónde comenzamos a experimentar
esa misión? En el seno de cada familia.
Cuando rezamos como familia, somos familia sacerdotal. Y en esta pequeña iglesia doméstica,
la liturgia se vive de una manera diferente a la que estamos acostumbrados (se puede leer
el capítulo XXV “Iglesia doméstica” del libro Amor apasionado y compasivo. Una visión cristiana
del matrimonio, de J. Dominan, Paulinas-Criterio):
— el templo es la casa;
— el altar, la mesa familiar, donde se bendice y se reparte el pan;
— el matrimonio, auténticos ministros que se ofrecen y ofrecen su vida y su trabajo
(“su disponibilidad social, emocional, sexual, intelectual y espiritual es la base del
reconocimiento de Cristo en el otro”);
— al dar gracias por la presencia del otro, están dando gracias por la presencia de Dios
en medio de ellos;
— y con cada gesto, por trivial que sea, esta comunidad de personas se comunica y renueva
la gracia otorgada en el sacramento; se transforma y crece cada día como una comunidad
de amor que se irradia fuera de los límites de la familia y se integra a esa comunidad de
familia que es la Parroquia.
10 8
Respondemos con fe
Oración final
Rezamos esta oración.
Santo Dios y Padre Bueno,
te bendecimos por reunirnos
en familia para fortalecer
el amor de nuestro hogar.
Te damos gracias
porque Tú nos amas como Padre,
por la cercanía de Jesús, Hijo tuyo y hermano nuestro,
y por la fuerza del Espíritu que anima nuestra unión.
Trinidad Santa, Familia divina,
haz que nuestra casa sea un templo,
y nuestra mesa un altar,
que nuestro pan sea una ofrenda
y nuestro trabajo una bendición.
Eduardo Cáceres
Compromiso
Los padres se comprometen a pensar en familia “acciones samaritanas” para este tiempo.
Canto de despedida
Se termina el encuentro cantando:
10 9
Notas
Índice
Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
Carta a los catequistas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
Plan general de los encuentros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6
Presentación del material . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
Plan general del primer año . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12
Celebración de bienvenida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
1. Un alto en el camino de la vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
2. El “hilo primordial” en nuestras vidas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
3. Tratando de encontrar la huella . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
4. Dios nos llama a vivir en su amistad (1) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
Anexo: Ilustraciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
5. Dios nos llama a vivir en su amistad (2) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
6. Dios nos habla, escuchémoslo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46
7. En familia, compartimos la Palabra de Dios que nos enseña a amar . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
Anexo: Dramatización “Mi familia, tu familia, nuestra familia” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54
8. La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
9. María, modelo para nuestra vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60
10. Jesús, la buena noticia de Dios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
11. Jesús, hombre verdadero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68
12. Jesús es el Hijo de Dios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
13. Jesús anuncia el Reino de Dios: los milagros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76
14. Jesús revela el misterio del Reino de Dios: las parábolas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79
15. Jesús proclama el misterio del Reino del Dios: las bienaventuranzas . . . . . . . . . . . . . . . . . 84
16. Jesús nos revela a Dios como papá . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
17. Jesús nos enseña a orar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94
18. Jesús nos enseña a orar como familia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98
19. Jesús nos enseña a amar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102
20. N
uestra familia, una Iglesia doméstica donde aprendemos
a hacernos prójimos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106