Enemigos Alimentacion

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LOS NUEVOS ENEMIGOS DE LA ALIMENTACIÓN

La bulimia y la anorexia ahora tienen variantes tan dañinas como esos trastornos, pero no se detectan
con facilidad: la vigorexia, la ortorexia, la diabulimia y la sadorexia. Aunque no se tratan de términos
tan comunes como la anorexia y la bulimia, si guardan una relación estrecha con estos últimos
clasificados como trastornos de conducta alimentaria (TCA).
En los TCA, que afectan entre 1 y el 3,5 por ciento de la población (especialmente a mujeres jóvenes),
hay un común denominador, y es la distorsión de la imagen corporal y la concepción equivocada de la
estética; los afectados tienen una percepción sobrevalorada del tamaño o la forma de ciertas partes
del cuerpo y una preocupación exagerada por la obesidad.
Esto va de la mano con la obsesión por ser delgados y por tener cuerpos perfectos, características que
se asocian con el éxito social. En el logro de ese objetivo hacen cualquier cosa por evitar ganar peso,
desde hacer estrictos conteos de calorías y ejercicio excesivo para perderlas, hasta vomitar después
de comer o privarse al máximo de la ingesta de alimentos.

Manifestaciones del mismo mal

Poco a poco la gente ha ido aprendiendo a identificar las señales de alarma y los factores de riesgo
que predisponen a desarrollar estos trastornos que ahora, de acuerdo con expertos, vienen con
variantes.
Los ortorexicos, por ejemplo, no dejan de comer, pero no consumen nada que en su criterio
represente riesgos para su organismo. Su obsesión por comer sano los lleva a renunciar a todo
aquello que tenga conservantes, colorantes y aditivos. Ese rigor podría hacerlos ver peligros donde no
los hay y privarlos de nutrientes que son esenciales para conservar la salud.
Se considera que alguien (por lo general los hombres) ha desarrollado vigorexia cuando muestra una
evidente obsesión por la masa muscular. No sólo restringe grasa y come hidratos de carbono y
proteínas en exceso, sino que ingiere esteroides, otros estimulantes y hace ejercicio sin descanso y sin
medirse. Esta práctica suele causar problemas hepáticos renales, cardiacos y metabólicos.
Algunas personas con diabetes también desarrollan bulimia, lo que ha dado lugar a la llamada
diabulimia. Estas personas limitan los carbohidratos y reducen, peligrosamente, el uso de insulina
para no engordar. Puede causar la muerte, incluso al comienzo de la patología.
Estas nuevas alteraciones presentan síntomas más difusos y ya no deterioran el aspecto físico de los
pacientes de manera rápida y visible. Por el contrario, evolucionan durante años de manera
silenciosa, lo que dificulta su diagnóstico y tratamiento.
Tomado de: El Tiempo, Colombia, Casa editorial El Tiempo, domingo 8 de marzo de 2009.

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