CHAQUETAS
CHAQUETAS
CHAQUETAS
AMERICANA
Durante el s. XIX, los emigrantes ingleses se trasladaron a Estados Unidos, portando su sastrería más
preciada. Allí las copiaron y modificaron, aportándoles sus notas diferenciadoras. De ahí el nombre
de chaqueta americana. Así pues, el modelo de chaqueta inglesa fue desarrollado en América con dos
botones de los cuales solo se abrochaba el primero y sustituyendo la única abertura trasera por dos.
TIP: Siempre que nos sentemos debemos desabrocharnos la americana y cuando nos levantemos abrocharla
pero sólo el botón de arriba. En ambos casos, hombre o mujer.
BLAZER o BLASIER
La chaqueta blazer tiene su origen en Inglaterra. En el año 1837 y con motivo de una visita de la Reina
Victoria a una fragata H.M.S. Blazer, su capitán, se encargó una prenda especial, que resultaba novedosa
para la época y con la que posteriormente vestiría a toda su tripulación. Se popularizó muy rápidamente y
siempre ha estado muy vinculada al mundo náutico.
La blazer tiene un corte casual e incluye algunos accesorios diferenciales como botones metálicos o bolsillos
de parche. También puede llevar alguna insignia en el bolsillo del pecho. Además, puede ser lineal o cruzada.
Si antiguamente, era siempre de color azul marino o ‘navy blue’, cruzada y de seis botones dorados, en la
actualidad, es frecuente ver muchas variantes de esta chaqueta.
AVIADOR O BOMBER
Hecha en su interior de lana de oveja y por fuera forrada de piel, esta chaqueta tenía amplias solapas con
cierres herméticos. Se la llamó ‘bomber’, porque eran los pilotos de los bombarderos quienes la usaban
frecuentemente. Pero como no todos los aviadores requerían el mismo abrigo, en los años 30, se creó una
chaqueta más ligera, la A-2. Se pasó al forro de algodón y al exterior de piel de caballo, y se acortó y ajustó
para que también fuera cómoda en las pequeñas cabinas. Asimismo, se ciñeron cintura y puños para que no
entrara el aire.
Y en los cuarenta, se pensó en algo más práctico para los pilotos y se confeccionó una chaqueta más cálida,
con ligeros tejidos sintéticos e impermeables, la B15, que es la que hoy llamamos ‘bomber’. De cuero o nailon,
se caracteriza por el cierre de cremallera, y por puños y cintura elásticos y más ajustados. Se puso de moda
entre los hombre en los 50, gracias a James Dean en ‘Rebelde sin causa’, aunque tan sólo una década
después, en los sesenta, también las mujeres se atrevieron a ponérsela, incluso, con minifalda.
BIKER O PERFECTO
Es la típica chaqueta de cuero de estilo motero. En los ochenta, se popularizó entre los movimientos punk y
‘heavy metal’, al añadirla remaches metálicos, y hoy en día, es una prenda versátil que siempre está a la
moda y que combina con casi todo.
La primera chaqueta de cuero considerada propiamente ‘biker’ y, probablemente, la más famosa fue diseñada
por los Schott Brothers en 1928 en Estados Unidos y la bautizaron ‘perfecto’. Su fama se disparó cuando, en
1953, Marlon Brando vistió una en la película ‘Salvaje’, interpretando al líder de una banda de moteros.
Esta chaqueta es un básico en nuestro armario, y lejos de pasar de moda, la podemos encontrar en diferentes
estilos y colores, en piel brillante, en ante, en paño, combinada con aplicaciones de piel o pelo, etc. Si
escogemos un modelo tradicional en cuero negro será una prenda que nos servirá para siempre.
VAQUERA O «DENIM»
Es una chaqueta perfecta para usar en entretiempo. Basada en el atuendo de trabajo de los vaqueros y
pioneros americanos, en los años 60 fue usada por obreros y granjeros por su gran comodidad, resistencia y
versatilidad y, en los setenta, se convirtió en el símbolo del movimiento hippy.
La chaqueta ‘denim’ está en constante reciclaje y revivió en los años 90, al subirse a las pasarelas y ser
considerada una de las piezas más ‘luxe’ en nuestros fondos de armario. Poco apropiada para el frío, si la
superponemos a un suéter abrigado, problema resuelto. Y si queremos lucir algo despreocupadas, juveniles y
rebeldes, ésta es nuestra prenda clave.
BEISBOLERA
Es la típica chaqueta que usan los jugadores de los equipos de béisbol americanos. Tiene el cuello redondo y
elástico, y la cintura y los puños también son elásticos. Los botones son de corchete y tiene letras bordadas,
normalmente en la parte delantera.
Entre sus grandes ventajas está la comodidad, pues esta chaqueta es de estilo ‘oversize’ y permite una gran
movilidad. La encontramos de muchos y diferentes modelos. Uno de los más populares es el de mangas de
colores distintos al resto de la prenda y con letras impresas. Si queremos provocar un estilo ‘casual’ pero
‘cool’, ésta es la chaqueta ideal. Podemos usarla con faldas y tacones, logrando un look bastante chic.
CHANEL
La ‘little black jacket’ es uno de los grande aportes de Coco Chanel al mundo de la moda. Elaborada con
tweed, de corte recto y forma masculina, la chaqueta chanel se convirtió en un símbolo de libertad al permitir
un movimiento fluido y acoplarse perfectamente al cuerpo de la mujer.
Esta chaqueta tiene una historia muy interesante. Coco la diseñó a finales de los años 20, cuando tenía un
romance semiclandestino con el duque de Westminster. La diseñadora ideó una chaqueta inspirada en los
trajes de cacería de su amante y en la ropa algo masculina de su amiga Vera Wate. Pensó en una prenda que
pudiera usarse para casi cualquier ocasión o momento del día o la noche. Y unos años después, hizo algunas
modificaciones que la volvieron un poco más femenina y no tan encuadrada, y fue entonces cuando terminó
de ganar popularidad entre las mujeres europeas.
Se trata de una chaqueta simple, entallada, su largo por encima de la cadera y con botones muy simples, que
sin duda, se ha convertido en todo un clásico para nosotras. Es un corte recto, cerrado y sin pinzas, que
permite fácilmente movernos, pero que al mismo tiempo transmite femineidad. En algún momento tuvo
hombreras, pero Chanel las eliminó para quitarle rigidez.
SAFARI O SAHARIANA
Esta chaqueta, hecha de algodón o lino, va ceñida a la cintura y tiene cuatro bolsillos, dos de fuelle y otros
dos de parche. Originariamente, se trataba de una prenda militar utilizada por la armada inglesa en la India a
comienzos del s. XIX. Por su color beis o caqui -que en hindi significa ‘polvoriento’, ‘del color de la tierra’-,
inspirado en las camisas de pijama, era ideal para que los militares pasaran desapercibidos.
Ernest Hemingway la popularizó en un safari que realizó por el este de África en 1933 y durante el que
escribió ‘Las nieves del Kilimanjaro’. Desde entonces, esta prenda también se conoce como chaqueta safari.
Además, el cine la confirió esos aires de nobleza que la caracterizan. En los años 50 y 60, Clark Gable o
Charlton Heston, entre otros, la sacaron del ámbito militar para convertirla en la chaqueta sahariana de Peter
O‘Toole en ‘Lawrence de Arabia’.
En 1966, fue Yves Saint Laurent quien hizo de esta chaqueta masculina una prenda femenina. A lo largo de
tres años, el modisto presentó la sahariana en sus colecciones. En 1968, incluso, le inspiró una colección
entera, ‘África’. A día de hoy, la chaqueta sahariana admite infinidad de posibilidades y se erige como una de
las prendas de abrigo imprescindibles del entretiempo.
PÉPLUM
La chaqueta péplum se distingue por el volante que se adapta a la cintura, realza las formas femeninas,
dotando a la mujer que la lleva de un estilo único y especial. Las caderas se enfatizan, creando curvas más
voluptuosas.
Curiosamente, si buscamos el origen del ‘péplum’, nos tenemos que remontar a la Antigua Grecia, donde
encontramos el ‘peplo’ o indumentaria femenina de entonces. Consistía en una túnica rectangular, sujeta
sobre los hombros mediante hebillas o broches, y ceñida a la cintura con un cinturón, formando varios
pliegues y dando lugar a una sobrefalda a la altura de las caderas.