Si Le Has Fallado A Dios
Si Le Has Fallado A Dios
Si Le Has Fallado A Dios
No pecar, debe ser el objetivo de todo hijo de Dios; y aunque claro está que no
llegaremos a ser perfectos sino hasta el día que Dios lo ha señalado, esto es
bueno para nosotros, ya que nos da motivos para avanzar sin pensar nunca que
ya lo hemos alcanzado.
No debemos pensar acerca del pecado como algo inevitable, ya que, para evitarlo,
tenemos claras y suficientes instrucciones en la Palabra de Dios.
Dios no quiere que pequemos, sino que disfrutemos de plena comunión con Él y
que siempre mantengamos el gozo que ello trae consigo, ya que el pecado
siempre echa perderlo todo.
Debemos ser precavidos con el pecado, ya que continuamente está buscando ser
quien reine en nuestro corazón.
Una cosa son actos sueltos y esporádicos de pecados, y otra muy diferente es una
práctica continua y un estado de pecado que mancha de corrupción todo el
comportamiento de alguien.
La Biblia también habla de un hijo de Dios como alguien que no ama al pecado,
por el contrario, lo ve con horror, no juega con él, y lo mira como una serpiente
venenosa la cual debe evitarse a toda costa.
Un verdadero hijo de Dios, ve el pecado como aquel veneno que una vez le causó
la muerte, de la cual el mismo Dios le libró.
Dios no quiere que le fallamos, pero a la vez, el mismo, sabiendo que muchas
veces somos y seremos atraídos por nuestra naturaleza humana, por los engaños
del pecado y por la corriente de este mundo, pecaremos. Él mismo, a su vez, nos
ha puesto lo necesario para que no temamos acercarnos a Él
El texto dice, que, si alguno peca por haberse descuidado, por haberse dejado
engañar, por ceder, porque nos dejamos atraer y seducir, debemos saber que
Dios no nos deja sin solución en caso de que le fallamos o pequemos.
Dios te dice: hijo, no quiero que me falles, pero si me fallas, no quiero que
desconfíes porque abogado tienes para que defienda tu causa.
En el resto del texto dice, que abogado tenemos para con el Padre a Jesucristo el
justo por si alguno peca bajo cualquier ocasión y bajo cualquier situación.
Cristo nuestro abogado, toma nuestras faltas y nos defiende para librarnos de
cualquier culpa y condenación.
Dios mismo fue quien nos puso delante de Él el abogado que tenemos y se
percató de que fuera el mejor y el necesario. No fue una iniciativa tuya, fue de
Dios y por esta razón nuestro abogado es confiable.
Nuestro abogado para con el Padre es plenamente capaz de defender a cada uno;
Él es Jesús El Salvador, el Cristo, el Mesías, el Ungido de Dios.
Cuando Cristo se presenta ante el Padre como nuestro abogado, no es para decir
algo bueno acerca de nosotros, sino para decir y presentarse Él mismo a favor
nuestro. Él no tratará de justificar lo malo que hiciste, ya que no se trata de que
nos justifiquemos en nuestro error, sino de que seamos perdonados para seguir
adelante.
La falta y el pecado que has cometido, no hace que Cristo pierda el interés en tu
caso; Él siempre está allí para decirte, que, si te duele haber pecado, te entristece
haberle fallado, Él está aquí para nuestra defensa y perdón, para que así no
desmayes y quedes postrado en el camino, si no para que sigas y avances.
Jesucristo es nuestro abogado escogido por Dios; por lo tanto, está autorizado,
está calificado, las palabras que usa son las adecuadas y certeras, su método es
infalible y sus resultados siempre aprobados.
Ahora bien, las verdades que hemos escuchado no nos dan licencia para pecar; si
no, por el contrario, nos invitan a no pecar en lo absoluto; y si has pecado y le has
fallado a Dios, confiésalo y apártate de ello y confía en tu abogado Jesucristo el
justo, quien no fracasará en defender tu causa.
Dios y Padre, te damos gracias en esta hora porque nos permite es acercarnos a
ti.
No hay causa que Él no pueda defender, no hay caso que Él pueda perder, todos
los gana y conmigo no será la excepción.