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El Padre Nuestro.. Modelo de Toda Oración Xtiana

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LA ORACIÓN, RESPUESTA
AL PADRE EN JESÚS

Vicaría de Pastoral
y Vicaría para los Laicos
de la Arquidiócesis Primada de México
Í NDICE T EMÁTICO

Introducción ...................................................................................................................... 05

Tema 1. La oración, necesidad e importancia en la vida cristiana ............................. 07


Tema 2. La oración en el Antiguo Testamento.............................................................. 13
Tema 3. Jesús de Nazaret, el orante por excelencia, en diálogo constante
con su Padre ...................................................................................................... 19
Tema 4. El Espíritu Santo, maestro interior de la oración ........................................... 25
Tema 5. Las grandes enseñanzas de Jesús acerca de la oración................................ 31
Tema 6. El padrenuestro, modelo de toda oración cristiana....................................... 37
Tema 7. Taller: La oración en el huerto. Orar nos fortalece para cumplir
la voluntad de Dios ........................................................................................... 43
Tema 8. Algunas oraciones dirigidas a Jesús: el ciego de Jericó y el publicano........ 49
Tema 9. Taller: “Que todos sean uno”. La oración sacerdotal de Jesús .................... 55
Tema 10. La oración de Jesús en la cruz ......................................................................... 61
Tema 11. La oración en nombre de Jesús, oración de la comunidad apostólica........ 67
Tema 12. Los salmos, oración de Jesús y oración de la Iglesia .................................... 73
Tema 13. Taller: Orar con los salmos............................................................................... 79
Tema 14. Dimensión contemplativa y activa de la vida cristiana ................................. 85
Tema 15. El combate de la oración .................................................................................. 91
Tema 16. Los grandes maestros de la oración cristiana................................................ 97
Tema 17. Taller: La oración eucarística ............................................................................ 103
Tema 18. Orar con la Palabra de Dios, la lectio divina................................................... 109
Tema 19. Taller: Orar con María de Guadalupe.............................................................. 115
Tema 20. Oración, alimento y fuerza del misionero ...................................................... 121
I NTRODUCCIÓN

La oración cristiana, diálogo íntimo con Dios


La oración acompaña toda la historia de la salvación, es llamada recíproca entre Dios y el
hombre. Con la certeza de que Jesús fundamenta su vida, hechos y doctrina en la oración,
nosotros, como los discípulos, pedimos: «Señor, enséñanos a orar» (Lc 11,1).
Esta petición es el corazón de los temas del Manual.

La Trinidad, fuente de nuestra oración


En la Trinidad encontramos la fuente de la que brota toda nuestra oración cristiana.
Dios Padre ofrece en la oración la gracia para cumplir su voluntad, nos anima a
aprender, a escuchar lo que dice a nuestra vida y a responderle.
Jesús es nuestro modelo, maestro y contenido, e intercesor ante el Padre.
Dios Espíritu Santo es Maestro interior en la oración; ora en nosotros y por nosotros.
El manual que presentamos retoma la importancia que nuestra Arquidiócesis otorga a la
oración, expresada en la Instrucción pastoral sobre la oración cristiana (IPOC) que, con mo-
tivo de la misión 2000 (1 de octubre de 1999), publicó el Cardenal Norberto Rivera Carrera.
El itinerario del discípulo misionero tiene un carácter personal, con dirección única: en-
contrarse con Jesús para seguirlo. Quien opte por hacerlo, asume el compromiso de for-
marse, orar, madurar, crecer y estar dispuesto al servicio.
La meta del discípulo misionero es configurarse con Cristo:
«Esa relación íntima y gozosa solo se consigue por la oración y la vida sacramental, en
las cuales fortalecemos la fe, el amor y la esperanza» (cf. IPOC Introducción).

Reflexión para vivir


Los temas en general orientan el camino en el que descubrimos las características, las for-
mas y las actitudes de la oración para hacerlas vida en lo cotidiano y en el apostolado.
Las actividades y la evaluación son medios prácticos para llevar las experiencias de la re-
flexión de los temas, fortalecidas en los cuatro talleres, a la realidad del usuario del Manual.

Objetivo general
La reflexión sobre la oración cristiana como diálogo íntimo con Dios nos permitirá:
Descubrir las características de la auténtica oración cristiana, las formas y las ac-
titudes que promueve.
Comprender que la oración de Jesús es el medio por excelencia de diálogo filial
con Dios, de crecimiento espiritual e inspiración de toda oración personal
y comunitaria.
Reconocer la riqueza de la oración de la Iglesia misionera fundada por Jesús y
conocer cómo se ha vivido hasta hoy.

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Tema 6
El padrenuestro, modelo de toda
oración cristiana

El padrenuestro es oración y programa de vida,


síntesis del Evangelio

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Enlace Objetivo

Una vez que hemos considerado la im- Reconocer en el padrenuestro el mode-


portancia de la oración y cómo Jesús lo de la oración cristiana.
nos enseña a orar, nos adentraremos
Descubrir que el padrenuestro es ora-
en la oración que él mismo nos ense-
ción e invitación a vivir los valores del
ñó, el padrenuestro, que para los cris-
Evangelio.
tianos es la oración por excelencia.
El padrenuestro refleja los valores del Reflexionar cada una de las peticiones
Evangelio; es la oración por excelencia, del padrenuestro.
pero también un camino que sintetiza
los valores del Reino.

En síntesis
Nos lo enseña Jesús
El padrenuestro Modelo de oración cristiana
Síntesis del Evangelio
Estructura

Padre nuestro Somos hermanos


Invocación
y reconocimiento Que estas Estamos llamados a la vida eterna
en el cielo

Santificado sea tu nombre Glorificamos a Dios

Tres peticiones Venga a nosotros tu Reino Compromiso con el Reino

Hágase tu voluntad Buscar su voluntad

Necesitamos de Dios
Petición sobre el Danos el pan
alimento (para vivir) de cada día
Llamados a la solidaridad

Perdona... como nosotros Compromiso de reconciliarnos

Tres peticiones No nos dejes caer Fortaleza para ser coherentes


en la tentación

Que el amor sea


Líbranos del mal el centro de la vida

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Desarrollo del tema

La palabra
Ustedes oren así:
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre;
venga tu Reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo;
danos hoy el pan que necesitamos;
perdónanos nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación
y líbranos del mal.
Evangelio de Mateo 6,9-13

Otros textos: Mt 5,44-45; Lc 11,1-4; Ef 3,12.

1. El padrenuestro, síntesis del Evangelio


Cuando los discípulos le preguntan a Jesús cómo orar, él les enseña el padrenuestro:
«Ustedes oren así. Padre nuestro…» (Mt 6,9).
El padrenuestro es una oración bellísima, de una profundidad incomparable, modelo de
toda oración cristiana y síntesis del Evangelio (cf. CEC 2761). Esta oración:
Se sitúa en el centro del anuncio del Reino que hace Jesús (cf. Mt 5-7). Nos enseña
cómo hemos de hacer presente el Reino con nuestra vida y con nuestra oración.
Condensa las actitudes del cristiano y muestra de modo eminente cómo se aplican las
características de la oración.
El padrenuestro es una hermosa oración digna de ser reflexionada y siempre al alcance de
todos, para ser pronunciada de forma pausada, interiorizando cada petición.

2. La estructura del padrenuestro


San Mateo nos presenta la siguiente estructura del padrenuestro:
Una invocación:
«Padre nuestro que estás en el cielo» (6,9).
Tres peticiones:
«Santificado sea tu nombre, venga tu Reino, hágase tu voluntad» (6,9-10).
En el centro, una petición sobre el pan de cada día:
«Danos el pan que necesitamos» (9,11).

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Al final, otras tres peticiones:
«Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación; y líbranos del mal» (9,12-13).
Santo Tomás de Aquino afirmaba respecto de la estructura:
«En esta oración, no solo pedimos todo lo que podemos desear con rectitud, sino ade-
más según el orden con que conviene desearlo (cf. CEC 2763).
A pesar de ser la oración más conocida y recitada de los cristianos, muchos de nosotros
la hacemos de manera mecánica. Detenernos a profundizar en el sentido de cada una de
las frases, ayuda a descubrir su riqueza.

3. Padre nuestro
Jesús nos mostró que Dios es su Padre y nuestro Padre. Él nos anima a que, movidos por
esa convicción, nos dirijamos a Dios como Padre. Así, cada vez que rezamos el padre-
nuestro recordamos que somos hijos de Dios y hermanos de Jesús (cf. Gál 4,7).
Decir «Padre» a Dios es confiarnos a su amor y a su misericordia, sabiendo que Él es un
Padre bueno y providente (cf. Mt 6,25-34).
Decir «nuestro» es recordar que todos, sin distinción, somos hermanos, porque Dios
hace salir el sol sobre buenos y malos (cf. Mt 5,45). Cuando Jesús nos enseña esta ora-
ción no dice «Padre mío», sino «Padre nuestro».
Quien se dirige a Dios como Padre, también lo hace pensando en sus hermanos y se
compromete con ellos.

4. Que estás en el cielo


Dios se manifestó al pueblo de Israel como un Dios cercano y poderoso. El pueblo judío
se dirigió a Él sin olvidar que está por encima de todo y teniendo presente su condición
de haber sido creado por Dios:
«Los cielos son del Señor, la tierra se la dio a los hombres» (Sal 115,16).
Decir «cielo» es reconocer la grandeza de Dios. Cielo es sinónimo de eternidad, allí está
Dios que es eterno, es decir, no tiene límites de tiempo ni de espacio, todo es suyo.
Afirmar que Dios está en el cielo es recordar que estamos llamados a la vida eterna, vi-
viendo con responsabilidad aquí en la tierra:
«¿A quién tengo yo en los cielos? Si estoy contigo ya nada me agrada en la tierra. Aun-
que todo mi ser se consuma, Dios es mi herencia y mi roca para siempre» (Sal 73,25-26).

5. Santificado sea tu nombre


En el Antiguo Testamento, Dios es nombrado como el Santo de Israel (cf. Os 11,9; Is 43,3)
y por eso su nombre debe ser santificado.
Santificar su nombre es reconocer el poder de Dios: solo Él es grande y hace maravillas,
solo Él es Dios (cf. Sal 86,10).
Santificarlo es glorificarlo con nuestros actos, concretamente a favor de los hermanos.

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El Catecismo de la Iglesia menciona que nuestro Padre nos llama a la santidad (cf. 1 Tes
4,7) a lo largo de nuestra vida, y que:
«Es cuestión de su Gloria y de nuestra vida el que su nombre sea santificado en
nosotros y por nosotros» (CEC 2813).
Santificar a Dios es vivir como hermanos, hijos de un mismo Padre.

6. Venga a nosotros tu Reino


Pedir a Dios que venga su Reino es anhelar que la justicia, la paz, la fraternidad y el perdón
estén presentes entre los hombres; es trabajar y comprometerse para que esto ocurra.
En el Manual 3 tratamos la venida del Reino y lo que significa. Toda la predicación de Je-
sús está referida a la venida del Reino (paz, justicia, amor…); aunque este se ha hecho
presente con Jesús (cf. Lc 17,21) no se ha manifestado en su totalidad, por eso pedimos
su venida.

7. Hágase tu voluntad
La oración de Jesús se caracteriza por la búsqueda de la voluntad de Dios.
Pedir al Padre que se haga su voluntad es dejar que Dios actúe en nuestras vidas; es
estar dispuestos a buscar su Reino como prioridad.
Esta petición nos dispone a estar atentos a lo que Dios nos pide, a estar abiertos aun
cuando parezca que su voluntad no favorece nuestros planes.
En algunos momentos de nuestra vida experimentamos dudas: ¿Será esto lo que Dios
me pide? La oración del padrenuestro nos anima a confiar y a abandonarnos en Dios,
sabiendo que Él busca nuestro bien.
El salmo 85 lo expresa así:
«Enséñame tu camino, Señor, para que te sea fiel; guía mi corazón para que respete tu
nombre...» (Sal 86,11).

8. Danos hoy el pan que necesitamos


Esta petición expresa el reconocimiento de que nuestra existencia depende de Dios. Por
eso, el pan (la comida) es un don, aunque sea a la vez fruto de nuestro trabajo.
Con esta petición también resaltamos la dimensión comunitaria. Cuando decimos «da-
nos», pedimos la comida para todos en un gesto de solidaridad.
Pedimos con sobriedad el pan para hoy, es decir, el pan suficiente: que a quienes les so-
bra no lo tiren y a quienes carecen de él les sea dado.
Pedir el pan para nosotros es estar dispuestos a:
«Compartir bienes materiales y espirituales no por la fuerza sino por amor, para que la
abundancia de unos remedie las necesidades de los otros (cf. 2 Cor 8,1-15)» (CEC 2833).

9. Perdona nuestras ofensas


Jesús nos hace sensibles a perdonar a quienes nos ofenden. Nos invita a ser como nuestro
Padre, un Dios misericordioso, siempre dispuesto a perdonar:

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«Porque si ustedes perdonan a los demás, también a ustedes los perdonará su Padre ce-
lestial» (Mt 6,14).
La reconciliación* con los hermanos es una actitud que ha de acompañar la verdadera
oración:
«Deja allí tu ofrenda ante el altar y ve primero a
reconciliarte con tu hermano» (cf. Mt 5,23-24). Reconciliación
Es el restablecimiento de una
El Catecismo de la Iglesia Católica expresa así:
relación rota, de una amistad.
«El perdón es la cumbre de la oración cristia- Para el cristianismo, es la obra
na; el don de la oración no puede recibirse más salvadora de Jesucristo.
que en un corazón acorde con la compasión di-
vina» (CEC 2844).

10. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal


Que Dios sea nuestro Padre no quiere decir que estemos exentos de problemas. A través
de la oración no le pedimos que nos quite las dificultades de la vida, sino que nos conceda
la fuerza para no caer en la tentación de buscar soluciones que vayan contra Él y su Reino.
En esta última petición pedimos a Dios que nos libre del mal, es decir, de todo aquello
que nos aleja de Él y nos destruye como personas destinadas a amar.

Actividades individuales Actividades grupales

Identifica en el padrenuestro los valo- Realicen una lectio divina de la cita de


res evangélicos. Mt 6,9-13.
Comenten qué frase del padrenuestro
toca más fuerte a cada persona del gru-
po. ¿Por qué?
¿A qué nos invita el padrenuestro?

Evaluación

¿Qué significa el padrenuestro para ti después de haber estudiado el tema?


¿Cómo vas a rezar el padrenuestro de aquí en adelante?

Para seguir descubriendo


A. M. SOSA, Para orar el Padre nuestro. Librería Parroquial de Clavería, México 1995.
Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 2759-2854.
J. A. PAGOLA, Padre Nuestro, orar con el espíritu de Jesús, PPC, Madrid 2002.

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