El Padre Nuestro.. Modelo de Toda Oración Xtiana
El Padre Nuestro.. Modelo de Toda Oración Xtiana
El Padre Nuestro.. Modelo de Toda Oración Xtiana
LA ORACIÓN, RESPUESTA
AL PADRE EN JESÚS
Vicaría de Pastoral
y Vicaría para los Laicos
de la Arquidiócesis Primada de México
Í NDICE T EMÁTICO
Introducción ...................................................................................................................... 05
Objetivo general
La reflexión sobre la oración cristiana como diálogo íntimo con Dios nos permitirá:
Descubrir las características de la auténtica oración cristiana, las formas y las ac-
titudes que promueve.
Comprender que la oración de Jesús es el medio por excelencia de diálogo filial
con Dios, de crecimiento espiritual e inspiración de toda oración personal
y comunitaria.
Reconocer la riqueza de la oración de la Iglesia misionera fundada por Jesús y
conocer cómo se ha vivido hasta hoy.
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Tema 6
El padrenuestro, modelo de toda
oración cristiana
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Enlace Objetivo
En síntesis
Nos lo enseña Jesús
El padrenuestro Modelo de oración cristiana
Síntesis del Evangelio
Estructura
Necesitamos de Dios
Petición sobre el Danos el pan
alimento (para vivir) de cada día
Llamados a la solidaridad
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Desarrollo del tema
La palabra
Ustedes oren así:
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre;
venga tu Reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo;
danos hoy el pan que necesitamos;
perdónanos nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación
y líbranos del mal.
Evangelio de Mateo 6,9-13
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Al final, otras tres peticiones:
«Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación; y líbranos del mal» (9,12-13).
Santo Tomás de Aquino afirmaba respecto de la estructura:
«En esta oración, no solo pedimos todo lo que podemos desear con rectitud, sino ade-
más según el orden con que conviene desearlo (cf. CEC 2763).
A pesar de ser la oración más conocida y recitada de los cristianos, muchos de nosotros
la hacemos de manera mecánica. Detenernos a profundizar en el sentido de cada una de
las frases, ayuda a descubrir su riqueza.
3. Padre nuestro
Jesús nos mostró que Dios es su Padre y nuestro Padre. Él nos anima a que, movidos por
esa convicción, nos dirijamos a Dios como Padre. Así, cada vez que rezamos el padre-
nuestro recordamos que somos hijos de Dios y hermanos de Jesús (cf. Gál 4,7).
Decir «Padre» a Dios es confiarnos a su amor y a su misericordia, sabiendo que Él es un
Padre bueno y providente (cf. Mt 6,25-34).
Decir «nuestro» es recordar que todos, sin distinción, somos hermanos, porque Dios
hace salir el sol sobre buenos y malos (cf. Mt 5,45). Cuando Jesús nos enseña esta ora-
ción no dice «Padre mío», sino «Padre nuestro».
Quien se dirige a Dios como Padre, también lo hace pensando en sus hermanos y se
compromete con ellos.
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El Catecismo de la Iglesia menciona que nuestro Padre nos llama a la santidad (cf. 1 Tes
4,7) a lo largo de nuestra vida, y que:
«Es cuestión de su Gloria y de nuestra vida el que su nombre sea santificado en
nosotros y por nosotros» (CEC 2813).
Santificar a Dios es vivir como hermanos, hijos de un mismo Padre.
7. Hágase tu voluntad
La oración de Jesús se caracteriza por la búsqueda de la voluntad de Dios.
Pedir al Padre que se haga su voluntad es dejar que Dios actúe en nuestras vidas; es
estar dispuestos a buscar su Reino como prioridad.
Esta petición nos dispone a estar atentos a lo que Dios nos pide, a estar abiertos aun
cuando parezca que su voluntad no favorece nuestros planes.
En algunos momentos de nuestra vida experimentamos dudas: ¿Será esto lo que Dios
me pide? La oración del padrenuestro nos anima a confiar y a abandonarnos en Dios,
sabiendo que Él busca nuestro bien.
El salmo 85 lo expresa así:
«Enséñame tu camino, Señor, para que te sea fiel; guía mi corazón para que respete tu
nombre...» (Sal 86,11).
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«Porque si ustedes perdonan a los demás, también a ustedes los perdonará su Padre ce-
lestial» (Mt 6,14).
La reconciliación* con los hermanos es una actitud que ha de acompañar la verdadera
oración:
«Deja allí tu ofrenda ante el altar y ve primero a
reconciliarte con tu hermano» (cf. Mt 5,23-24). Reconciliación
Es el restablecimiento de una
El Catecismo de la Iglesia Católica expresa así:
relación rota, de una amistad.
«El perdón es la cumbre de la oración cristia- Para el cristianismo, es la obra
na; el don de la oración no puede recibirse más salvadora de Jesucristo.
que en un corazón acorde con la compasión di-
vina» (CEC 2844).
Evaluación
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