Exorcistica - Padre Jose Antonio Fortea
Exorcistica - Padre Jose Antonio Fortea
Exorcistica - Padre Jose Antonio Fortea
Exorcística
Cuestiones relativas al demonio, la posesión y el exorcismo
Prólogo
I. Consideraciones pastorales
II. El exorcismo en las diferentes religiones
La dimicatio
Pasajes oscuros de la Biblia
Antimagia
I Parte
Los poderes de la mente
La visión del futuro
II Parte
Los magos
III Parte Los adoradores del demonio
Tabula rerum
Psiquiatría y vida espiritual
Fenomenología demoniaca Pulsión y represión
Fenomenología demoniaca Aspectos espirituales de la enfermedad
Fenomenología demoniaca Psicosis y Misticismo
Fenomenología demoniaca Cuadro descriptivo de la posesión
diabólica
Interrelación entre posesión y enfermedad mental
Cuestiones
El psicoexorcismo
Oración para discernir si alguien está poseso
Epílogo
EXORCISTICA
Autor: Padre José Antonio Fortea
Colección: http://www.ebookscatolicos.com
ISBN: 5468700298168
Generado con: QualityEbook v0.70
Exorcística
Cuestiones relativas al demonio, la posesión y el exorcismo
SUPPLEMENTUM
…………………………………………………,
J.A Fortea
Ofrezco este libro sobre el demonio a la mayor gloria de Dios, mi Creador antes
de que yo naciera y mi Juez el día que yo parta de este mundo.
Creo en la Santa Iglesia Católica y me precio, como mi mayor honor, en ser hijo
obediente de ella.
Índice
………………………………………………………………………….…,
Índice general
Prólogo
Capítulos
V. Antimagia
Cuestiones
Casos
Epílogo
Índice de cuestiones
…………………………………………………….…,
-El psicoexorcismo
…………………………………,
Es cierto que este libro trata del demonio y no de Dios. Pero tampoco es eso
así del todo. Hoy paseando delante de mi parroquia leía una carta recibida del
sur de España. La carta era de una persona que había leído mi libro Obra Férrea,
en la carta me topaba con la siguiente pregunta: ¿Cómo se puede demostrar la
verdad de la Iglesia? ¿No es el Diablo en sí mismo la demostración? Qué
pregunta tan inteligente. Sí, su presencia, tétrica y desagradable, supone una
sobrada demostración de todas las verdades de la fe. ¿No es la existencia del
demonio una predicación en sí misma? ¿No es su existencia y su eterno clamor
un sermón demoníaco acerca de las realidades divinas? Sí, que resuene un
antisermón ha sido permitido por el Bien Infinito.
Le doy muchas gracias a Dios de haberme concedido una vida tan llena de
hechos apasionantes, por haberme otorgado una existencia que es una diaria
constatación de la confrontación entre el Poder de Dios y las Puertas del
Infierno. El Poder del brazo de Dios… el poder invencible de sus ángeles… y
por otro lado esas puertas del Hades que extienden su poder sobre los hombres,
porque también las Tinieblas ostentan un poder. El Mesías mientras estuvo sobre
la tierra concedió un poder y unaautoridad para contrarrestar ese otro poder,
verdadero y terrible. El poder de Dios frente al poder de Satanás, el poder de la
Luz frente al poder de la Oscuridad. Sí, este universo alberga en su seno un Lado
Oscuro al que únicamente le puede hacer frente la Fuerza de Yahveh Sebaoth.
Sí, Morgoth y Sauron existen y estamos en guerra, no se trata de una ficción. Sin
la lucha espiritual de muchas personas que contienen esas Puertas del Infierno el
mal invadiría este mundo.
En fin, acabo deseando que nadie comience a leer este libro sin haber leído
antes este prólogo. Porque al principiar la lectura hay que tener en cuenta que
esta obra es el suplemento de Summa Daemoniaca. En ese otro libro se explica
todo lo esencial relativo a la demonología. Este suplemento da por supuesto que
se han leído las cuestiones previas y por eso esta obra va directamente al detalle,
a los asuntos menores y más accidentales. En ese sentido, este libro, es un gran
desván de cuestiones, un almacén donde he ido acumulando todo aquello que me
vino a la mente tras escribir el tratado sobre lo esencial, Summa Daemoniaca.
Mas vio Dios que era bueno permitir que existieran cosas malas.
Vio Dios que era bueno que existiera todo lo que Él ha permitido que exista.
Y todo lo que vio que no era bueno permitir que existiera, no lo permitió.
y criaturas de la noche.
I. Consideraciones pastorales
…………………………………..…,
Los siguientes puntos han sido redactados de forma breve y condensada para ser
llevados a la oración de todo aquel que se dedique a este ministerio. De su
meditación no sólo se aprovechará el exorcista, sino también el equipo de laicos
que ayuden al exorcista, e incluso los mismos posesos si tienen suficiente
capacidad intelectual para ello.
1 El libro de Job debería ser meditado línea a línea por cada poseso en su tiempo
de oración personal. El libro de Job fue escrito por Dios para dar consuelo a
todas las personas oprimidas por la tribulación, es un libro de una gran
complejidad en algunas de sus partes, pero el poseso deberá leer el libro como
un libro escrito para él mismo como destinatario. La historia de un hombre
llamado Job atacado por el demonio. El antes, durante y después de esa
tribulación demoníaca, personal y familiar supone una gran enseñanza para todo
aquel que vaya a la Palabra de Dios buscando consuelo para su opresión
diabólica.
Todo en ese libro sagrado es importante, el antes del ataque, el por qué se
permite el ataque, el final del tiempo de prueba, la conversación con los amigos,
con la esposa. El sacerdote debe insistir al poseso en que saque enseñanzas para
él mismo en cada una de sus líneas.
2 ¿De dónde vienes?, le preguntará Yahveh a Satán. De dar vueltas por la tierra
y pasearme por ella, responderá. Tristemente, muchos hombres hacen lo mismo.
Lo único que hacen en toda su vida es dar vueltas por la tierra, sin otras
pretensiones que vayan más allá de esta tierra.
3 Después los sabeos caerán sobre los siervos de Job para saquear y matar.
Irrumpen ellos, pero por instigación del demonio. En estos casos hay que
recomendar la oración de Job 1, 21-22: Desnudo salí del vientre de mi madre…
Después de la primera visita al exorcista, hay que recomendarles que lean este
primer capítulo, para empezar la vida espiritual.
4 “Piel por piel” le dirá el Maligno, y al decir eso dirá la verdad, pues así suelen
actuar los hombres. Pero el Padre dará la vida de su Hijo por la de los pecadores.
Eso hay que recordárselo al atribulado poseso: el Padre ha dado la vida de su
Hijo por ti. También los posesos con sus sufrimientos, una vez que se han
confesado y empezado una nueva vida, llevan sobre su cuerpo parte de la pasión
de Cristo. Y sus sufrimientos, los del poseso, ganarán muchas gracias para otros,
liberándolos de las garras del mal. Y si el poseso es un gran pecador, sus propios
sufrimientos le arrancarán de los lazos de la iniquidad haciendo de él un hombre
nuevo.
5 El que sufre, desesperanzado por la tardanza de su liberación, puede
insistir en que por qué no basta su conversión y ya está, que no debería ser
necesario que Dios permita que se prolongue su tiempo de prueba. Pero no debe
olvidarse que el cuerpo es la llave del alma. A través del sufrimiento del cuerpo
y de la mente se purificará el poseso. El poseso siempre cree estar ya
suficientemente purificado.
6 En los ataques que recibirá Job existe esta sucesión: sabeos-Satán-caldeos. Los
sabeos simbolizan los extranjeros, los caldeos simbolizan los cercanos (Abraham
era Caldeo), a veces la familia. La persona recibe ataques y heridas de los de
fuera de su entorno, del demonio y de los más cercanos a él. Tiene que aceptar
que esto es así y resignarse a este triple ataque. Muchos se quejan de que su
mujer, o sus padres o alguien cercano en vez de ayudarle, todavía le haga sufrir
más. Pero también ese familiar cumple una función, también él es parte de la
prueba que hay que superar con amor.
7 El torbellino (Job 1, 19) representa el uso de las causas naturales para destruir.
El cristiano no debe olvidar que terremotos, huracanes, incendios, enfermedades
no pueden ir más allá de lo que él permita. El demonio no tiene permiso sobre
estos elementos si Dios no se lo permite. Y siempre lo permite para lograr un
bien mayor que la destrucción que provocan.
Es interesante observar que también se puede leer el libro de Job con una
lectura eclesial. Los siervos que mueren representarían los miembros de la
Iglesia perseguida por instigación del demonio. Los hijos e hijas estarían en un
banquete que es la eucaristía. Los elementos del comienzo del libro no necesitan
explicación si se quiere hacer esta lectura simbólica: las ovejas, los pastores, los
hijos y finalmente Job. Job sería un símbolo de Cristo doliente, sufriendo en su
prójimo, en su cuerpo y en su alma.
9 Ahí lo tienes, pero perdona su vida (Job 1, 6). Se pueden usar esas palabras en
casos muy serios para que Satán no los mate. Es muy útil usar las palabras de
Dios. Incluso cuando oramos a Dios, usar sus mismas palabras, las de la Palabra
de Dios, hace que nuestra oración sea más perfecta, pues pedimos con las
mismas palabras divinas. Y no hay mejores palabras que las del Altísimo. Cada
versículo de la Biblia es obra de Dios. En sus líneas sagradas encontraremos un
tesoro para pedir, para alabar, agradecer, etc. Por eso es tan útil usar la Palabra
de Dios en los exorcismos, aunque sean pocos versículos o uno solo. En todo
exorcismo u oración de liberación se debería hacer uso de la santidad y el poder
de la Palabra del Altísimo.
10 Dios hace uso de las cosas físicas para producir efectos espirituales. Eso era
válido tanto en el Antiguo Testamento, como en el Nuevo, y por supuesto
también para el exorcismo. Algunos desearían que el exorcismo fuera más
“puro”, más basado sólo en la fe sin necesidad de otra cosa, sin intervención de
nada “extraño”. Pero frente a esta opinión es como si Dios dijera: quiero obrar
del modo que elijo; y no me gusta que me pongan límites.
13 Los demonios entran porque ellos quieren, y Dios lo quiere para que sean
santos.
14 Dios quiere algo más que la liberación.
16 Después del exorcismo hay que hablar con los posesos. Hablar antes del
exorcismo y después es muy importante. No se puede acabar el rito y decirle al
poseso vuelva el día tal a tal hora. El exorcista debe sentirse padre de ese alma.
Tiene que excitar amor y compasión por ese poseso en su corazón de pastor.
Pues cuanto más le ame, más poderosa será su oración por él.
20 Las leyes de Dios nos llevan y mantienen en la libertad para la que nos liberó
Cristo.
21 A la gente desgraciada que nos llega, que nos llega pidiendo, suplicando, su
liberación. Es necesario que el exorcista les haga entender del modo más íntimo
que las leyes de Cristo dan esa libertad, así como ciertas otras acciones
encadenan al alma. El demonio poseyendo el cuerpo es sólo la apariencia visible
de un encadenamiento peor que es el del alma. La liberación del exorcismo se
circunscribe y subordina a una liberación mayor, integral y eterna.
23 Pero los de Cristo Jesús crucificaron la carne con las pasiones y deseos (Gal
5, 24). Sin ninguna duda al demonio no le gusta estar en un cuerpo crucificado
con Cristo. Al demonio le gusta estar en un cuerpo entregado a todos los
placeres y pasiones, pero no le gusta estar en un cuerpo que cada vez se está
convirtiendo en una imagen del Crucificado, que cada vez más le recuerda a
Cristo. Si tiene horror a una imagen del Crucificado, cada vez irá teniendo más
horror a un cuerpo que se va crucificando más y más en la negación de toda baja
pasión.
El exorcista tiene que hacer comprender al poseso que con oración y actos de
virtud, ese cuerpo se tiene que ir convirtiendo en una morada cada vez más
desagradable para él, hasta llegar a ser una tortura para el demonio el estar en esa
cuerpo.
26 El cuerpo esclavo del pecado acaba siendo esclavo del sembrador del pecado.
El que siembra la semilla justamente contraria, la virtud, acabará entregando ese
cuerpo completamente a un nuevo Señor. Y entonces será ese nuevo señor el que
luchará por el cuerpo que le ha sido entregado.
30 Es muy conveniente que las personas del equipo del exorcista se consagren a
María.
33 El cuerpo es la llave para el alma. Satán usa el cuerpo para lograr el alma;
éste es uno de los mensajes implícitos del libro de Job.
36 Para oírle y ser curados (Lc 5, 15). Él no quiere que vayamos sólo para ser
curados, sino también para oírle. La sanación viene de la escucha.
37 Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el Diablo (Mt
4, 1). Fijémonos en que el texto nos presenta la preposición “para”. Fue allí para
eso. Se dirige para ser tentado, ése es el fin, porque de la tentación resistida, del
sufrimiento, nacen frutos para el alma. Sin ese sufrimiento no hay esos frutos. El
poseso no necesita ir al desierto para ser tentado, tiene al demonio dentro. Pero
los frutos serán los mismos si sostiene ese combate espiritual.
38 No sólo de pan vive el hombre (Mt 4, 4). La Palabra de Dios, el mero hecho
de leerla, da vida.
40 Tenemos que reconocer que somos tan poca cosa, tan débiles, que lo único
que podemos hacer en esta lucha espiritual es ocultarnos bajo el manto de María,
incluso en su santísimo vientre como un niño que está en su seno, tranquilo y
dejándose llevar.
45 Tres cosas hay que cuidar en cada exorcismo y acerca de ellas hay que
meditar mes tras mes:
-Adorarle
46 Mirad, Yo os envío como ovejas en medio de lobos (Mt 10, 16). Los lobos
son los demonios y nosotros las ovejas. Exorcista, cada vez que batalles contra
ellos, recuerda que tú eres oveja y ellos lobos.
47 Guardaos de los hombres porque os entregarán a los tribunales (Mt 10, 17).
Eso es lo que debe esperar el exorcista de los hombres, ni fama ni parabienes.
Pero la defensa hay que dejársela al mejor abogado del mundo, tendremos la
mejor firma a cargo de nuestro caso: el Paráclito. Es tan buena esta defensa que
puede presentar las pruebas que desee, cuando desee. ¿Qué acusado, como
nosotros, posee un abogado que tiene pleno poder sobre el juez?
48 Pero que no tenga vanas esperanzas el exorcista pues Jesús profetizó seréis
odiados de todos por mi nombre (Mt 10, 22).
51 Recuerde el exorcista que es muy fácil ejercer esta labor mal o desviarse o
realizarla con un exquisito cuidado de no meterse en problemas. A veces para
contentar a Dios hay que meterse en problemas. Benditos problemas que
provienen de haber servido bien al Señor.
52 En todos los ministerios eclesiales hay varios modos de servir a Dios: mal,
regular, bien, muy bien, heroicamente. Y cada sacerdote va eligiendo su camino.
56 El equipo de exorcismo tiene que ser una familia amorosa. Esto siempre
tendrá mucho más efecto que un cualificado equipo de técnicos formados en
universidades prestigiosas. El amor es superior a la ciencia. El amor puede suplir
todo en un exorcismo. Pero la ciencia sin amor puede chocar con un muro y el
exorcismo prolongarse de un modo intolerable para el exorcista. Al final el
sacerdote tras muchas sesiones, dictamina que la persona no está posesa, sino
enferma. Pero ese dictamen muy a menudo esconde el no querer reconocer que
se ha chocado con un obstáculo ante el que no se sabe qué hacer.
58 A los posesos hay que enseñarles a orar. Después hay que rodearlos de amor
para que reciban el Espíritu Santo.
59 Hay que enseñarles el amor de Jesús y sus mandamientos. Ambas cosas son
lo mismo. Y hay que predicarles el Evangelio del Reino. Es decir, hay que
buscar y revisar en los Evangelios aquellas palabras que Jesús usaba para
predicar de modo sintético todo su Reino.
60 La forma más fuerte del amor es el amor del matrimonio. Ese amor puede
expulsar al demonio. Ese amor es una imagen del cielo, pues los esposos se
disfrutan como el alma disfrutará de Dios. Es muy conveniente, por tanto, que el
marido esté en el exorcismo, pues su oración estará llena de amor. También
existe un amor especial entre hermanos y otros grados de parentesco o amistad.
71 María es la madre que necesita todo enfermo mental que sufra una influencia
demoníaca y todo poseso que venga al exorcista en busca de curación o
liberación.
74 Por eso las sectas satánicas usan para sus fines sacrílegos ante todo la
Eucaristía o sino el cuerpo humano, pues el hombre es la imagen de Dios.
76 Tenemos que cuidar a la gente que venga a nosotros porque ellos son imagen
de Dios. Ellos son imagen de Dios en mayor medida que una cruz o el agua
bendita.
También nosotros cuidamos del ser humano en otro aspecto que tiene que ver
con la corporalidad.
78 La Eucaristía es Dios.
79 La Eucaristía es el Dios viviente, el Dios vivo, el Dios vivificador. Ninguna
medicina mejor para la posesión que ésta.
81 Siempre aconsejo a los posesos que recen en las iglesias. Les digo que
pueden rezar en sus casas, pero no se reza igual delante del sagrario que en el
salón de casa. En una iglesia silenciosa, bella, sin mucha luz, sin mucha gente, la
oración surge espontánea. Son lugares donde la presencia de Dios se palpa. Son
lugares sagrados donde con menos esfuerzo en la oración mental se logra más.
83 La Virgen María es tan dulce, tan suave, que el demonio no sabe qué hacer
con ella. Ella viene siempre a los exorcismos si se lo pedimos.
84 Los pecados hacen más poderosos a los demonios. En realidad no porque los
demonios aumenten el poder inherente a su naturaleza, sino porque los hombres,
a veces las sociedades enteras, se hacen más débiles ante su tentación personal o
colectiva. En ese sentido me acordaré siempre de lo que un alma de Dios me
dijo: la sangre de los niños abortados alimenta a demonios que con esa sangre se
hacen más poderosos con los hombres.
85 A través del cuerpo se comunica la bondad. Bien sea ayudando al enfermo, al
poseso, en el amor de los esposos, al alimentar una madre a su hijo, etc, etc. El
amor es algo espiritual, pero se comunica a través del cuerpo. Sin el cuerpo
quedaría oculto en el alma, a través del cuerpo se ejerce, se fortalece esa caridad.
El cuerpo transmite el amor del alma, aunque únicamente sea con el sincero
gesto de la cara.
86 Por eso, por esa repercusión de la corporalidad sobre el alma, tiene tanta
importancia la sexualidad. Si el poseso no está dispuesto a seguir sumisamente
las enseñanzas de la Iglesia sobre sexualidad, entonces no se dará una liberación
plena.
87 No se pueden echar demonios como Jesús, sino se cuidan a las ovejas como
Él.
88 Lo mismo que el párroco pierde mucho tiempo con sus ovejas, así también el
exorcista tiene que dedicar tiempo a los infelices posesos que acuden a él. No
puede decirles que no tiene tiempo. Si no tiene tiempo, no puede tomar sobre sí
ese ministerio. Si uno no tiene tiempo hay obligación en conciencia de pedir
ayuda al obispo.
89 Uno de los mayores problemas que se encuentra el exorcista es que tiene que
liberar del demonio a personas que viven en uniones ilícitas o que tienen graves
vicios sexuales. El pastor debe actuar como padre, anunciándoles el Reino de los
Cielos de modo suave, agradable y, sobre todo, progresivo. La persona que va a
ser exorcizado va a pasar de una etapa previa al Antiguo Testamento, al Nuevo.
90 Pero por muy paternalmente que se actúe, con los meses hay que ir dejándole
claro tras el descubrimiento de Dios, que el matrimonio es una vocación y que
debe ser vivido con toda la seriedad que esa vocación requiere. Si a un sacerdote
no le pedimos que viva mal su sacerdocio, a un casado no se le puede permitir
sin darle importancia que viva mal su matrimonio, su vocación en el tiempo
antes de la eternidad. Por tanto si un divorciado debe vivir en castidad, entonces
el laico DEBE vivir en castidad sea lo condescendiente que sea el cura. Y eso
sea cual sea el estado de esa persona: soltero, casado, separado…
91 Así como hay armas poderosas para el exorcismo (la esperanza, el uso de
cánticos religiosos, la lectura de versículos de la Biblia, etc) así también hay
cosas que detienen un exorcismo, como la falta de perdón, la desobediencia o la
desesperanza. En algunos casos, Dios tiene misericordia y aun habiendo
obstáculos de este tipo puede conceder la liberación.
92 El equipo de oración tiene que orar en una atmósfera de amor para que el
amor penetre en la persona.
93 En el exorcismo no todo se logra con oración. También hay que hablar. A
veces la palabra puede lograr en cinco minutos lo que no lograría la oración en
horas.
94 Hay que dedicar unos minutos a hablar con el poseso y su familia, antes y
después del exorcismo.
100 Si en un exorcismo hay dos exorcistas, no deben decirle cosas a la vez. Que
el demonio se centre en lo que uno le dice, le atormenta más.
101 Cualquier laico, sean los que sean los dones que tenga, sea lo santo que sea,
estará bajo obediencia del sacerdote durante el exorcismo.
106 El exorcista debe escuchar a Dios que le dice: pídeme amor para que tus
frutos sean grandes y no pequeños.
108 El Reino de Dios tiene que entrar en el alma de esa persona. Porque donde
Dios reina es el cielo. Y el demonio no puede entrar en el cielo.
109 Ya he dicho que una persona muy religiosa puede quedar posesa como
prueba de Dios, como una cruz especial. Pero incluso para esa persona todas
estas máximas son ciertas. Aunque ya fuera santa la persona que quedó posesa,
la posesión se permitió para que el Reino de los Cielos entrara todavía más en su
alma.
110 Jesús les respondió: De verdad os aseguro: todo el que hace el pecado es
esclavo del pecado. Jn 8, 34
118 Cuando Cristo liberaba a una persona (como cuando le curaba) primero le
predicaba el Reino de Dios. Hay excepciones a esto, por ejemplo el caso del
Geraseno pues no fue posible actuar de otro modo. Pero el kerigma vino
después.
120 El exorcista debe predicar a cada poseso este evangelio: que cada persona
puede tener dentro de sí el cielo, el purgatorio o el infierno. Y todos pueden
llegar a tener el cielo dentro de su alma aquí en la tierra. El cielo en la tierra.
121 Cuando uno ama, se desea estar con la persona a la que ama. El Reino de los
Cielos que damos a los que vienen a nosotros debe estar centrado en el amor, no
en evitar el pecado. Eso es el Antiguo Testamento con sus listas de pecados.
122 Durante el exorcismo, el alma del poseso debe estar separada del espíritu del
demonio. El demonio intenta que la persona participe de sus sentimientos: odio,
tristeza, furia, etc. El poseso si durante el exorcismo puede hacer oración debe
hacerla, si sólo puede orar con la boca sin sentir nada, que ore con la boca. Si
puede luchar contra el demonio con actos contrarios de voluntad, debe luchar. Si
pierde completa y perfectamente la consciencia, debe orar hasta que la pierda.
En cualquier caso, antes de comenzar el exorcismo, el poseso debería abstraerse
de todos los que le rodean y ponerse en el estado más profundo de oración que
pudiera. Eso es válido para todos los presentes, pues en un exorcismo es difícil
pues son muchas las cosas que nos despistan de la adoración de Dios. El mismo
demonio habla y grita a veces sólo con ese fin, crear dispersión, convertirse en el
centro de ese acto litúrgico.
123 Algunos posesos durante todo el día sólo pueden orar con la boca, sin sentir
nada en su mente. En esos casos órese sólo vocalmente.
126 El equipo de exorcismo puede usar la música sacra como una forma
excelente de oración.
128 Lo primero que tiene que lograr el exorcista durante el rito es concentrarse
durante todas las fórmulas, después debe esforzarse por sentir a Dios presente.
Lo tercero que debería lograr es el amor por la persona. El amor por una persona
que viene a verle se mide por la capacidad de sacrificarse, sino son sólo palabras.
134 La posesión se permite para que esa persona por el sufrimiento vuelva a
Dios.
135 El mal que nace de dentro debe salir hacia fuera desde dentro.
136 El exorcista debe exorcizar con amor y por amor, desde el amor, a través del
amor y para el amor.
137 No debe sentirse orgulloso de su don sacerdotal y llegar allí como el
formidable guerrero que va a luchar con un enano. Sino que debe dedicar unos
momentos a meditar por qué ama a esa persona, el bien que le va a hacer. Debe
centrarse en la persona a la que va a ayudar, es un acto de caridad. Exorcizar con
odio o furia a los demonios sería inútil, aunque con demonios poco fuertes hasta
eso funciona y a veces el exorcista se llena de soberbia al ver que le ha liberado.
Pero incluso a los demonios no hay que odiarles, ni dirigirse a ellos con
desprecio, en todo caso con pena y compasión. Firmeza sí, pero sabiendo
tristemente que ellos sufren, aunque ya no podamos ayudarles. Ni el Puro e
Inmaculado entre los santos odia estas criaturas alejadas para siempre.
Exorcizar a través del amor se logra cuando el exorcista ama de forma tan
pura que se transforma en un mero instrumento del Espíritu Santo en esa batalla.
El exorcista pasa de considerarse el protagonista, por muy inconscientemente
que eso sea, ha considerarse un palo, una caña, en manos del Exorcista por
antonomasia que es el Mesías. Hay que exorcizar con amor, pues el amor y el
cariño es el arma más poderosa. Por amor, pues el exorcista debe rectificar una y
otra vez su intención. Para el amor, pues el exorcismo es una obra para la
eternidad, la eternidad de ese alma.
Hay dos pasajes de los Evangelios que nos dan la explicación de Jesús de por
qué un demonio logra entrar en un cuerpo.
“Ahora bien, nadie que entre en la casa del fuerte puede saquear su ajuar si no
ata primero al fuerte, entonces sí que podrá saquearle la casa.” (Mc 3, 27)
“Cuando el fuerte bien armado, defiende el atrio de su casa, seguros están sus
bienes. Pero cuando uno más fuerte que él llega y lo vence, le quita sus armas en
las que confiaba y reparte sus despojos.” (Lc 11, 20-22).
Estas palabras de Jesús se dijeron para explicar por qué logra entrar el demonio
en un cuerpo, pero esos versículos también son válidos para explicar, por tanto,
como logrará el exorcista sacar al demonio de ese cuerpo. En definitiva es el
mismo modo, pero a la inversa. Me fijaré en las palabras que aparecen marcadas
en negrita en esos versículos. Para exorcizar por tanto hay que tener en cuenta
estos elementos:
Primero hay que atarle, el sacerdote ha recibido el poder de atar y desatar. Por
otro lado, las buenas obras del poseso atan al demonio dentro de la casa. Está
dentro, pero atado.
Después de atarle es entonces cuando uno puede saquear los bienes que tiene
dentro del poseso, es decir, los vicios, los malos hábitos, son saqueados poco a
poco. Finalmente, el demonio atado y sin bienes en esa casa es expulsado.
Pero recuerde el exorcista que el demonio está bien armado y que por tanto la
lucha es larga y con tantas armas el demonio puede engañar al poseso (para
desistir) o al exorcista (para no ver la posesión).
El más fuerte que le vence es Cristo. Él mismo también envía a más fuertes que
el demonio que son los ángeles.
El demonio es fuerte y persistente con su presa por el odio. Los ángeles son
fuertes en el amor.
El tiempo
Los exorcistas han de estar dotados de una gran paciencia de la que a veces
tenemos que echar mano. Pues con gran falta de tiempo por nuestra parte,
muchas veces las personas que vienen consideran que si no hablan con nosotros
media hora no nos vamos a hacer idea de un caso tan importante como el suyo.
Son innumerables los casos que vienen a consultar al exorcista y que
cuando les preguntamos qué es lo que les pasa responden que la hija ha
cambiado, que ya no les habla, que ya no les quiere. Que las cosas les salen mal,
que se han arruinado.
No hay que dejar que cuenten una historia. El exorcista debe insistir:
cuénteme primero los síntomas que padece. La persona no se quedará conforme
sino cuenta una historia, muchas veces la historia de su vida, pero el exorcista
debe mantenerse firme
y decir: primero dígame qué le pasa de extraordinario y después me contará la
historia.
Después de los síntomas debe preguntar el exorcista si ha hecho algo
relacionado con el ocultismo.
Tras esos dos elementos (síntomas y ocultismo) es cuando uno puede
escuchar brevemente la historia que tenga que contar y cortar en dos o tres
minutos. Mantenerse firme en este sistema ahorrará muchas horas al exorcista,
pues cada persona suele contar una historia que como mínimo durará media
hora. Sin embargo las dos preguntas primeras, suelen ser sintetizadas en menos
de dos minutos. Y con lo que diga en esas dos preguntas ya el exorcista tiene una
idea de si vale la pena escucharla mucho o poco tiempo. En general, con
experiencia, basta con escuchar diez minutos a la persona para hacerse una idea
muy clara de por qué viene esa persona. He visto a exorcistas novatos que
necesitan media mañana para discernir cada caso y exorcistas veteranos que en
una hora discernían seis o siete casos.
Las anotaciones
También es importante que el exorcista si ve a cientos de personas al año, apunte
lo esencial de las conclusiones que ha sacado tras ver a cada persona. Pues
muchas personas, meses después, quieren hacer alguna consulta telefónica y si el
exorcista ha anotado unas breves líneas el exorcista puede saber exactamente
con quien está hablando y qué tiene. De lo contrario, al cabo de un mes los
detalles se desdibujan y hay que volver a preguntar todo lo esencial para
aconsejar a esa persona.
Yo, el sistema que uso, es apuntar de cada persona cinco puntos:
1. Los síntomas
2. Si ha habido contacto con el ocultismo
3. Algún elemento de la historia que sea interesante. Tras los síntomas
siempre la gente quiere contar una interminable historia. Hay que hacer que la
gente resuma.
4. Esbozo brevemente la impresión de equilibrio psicológico que me ha
dado la persona.
5. Qué resultado ha dado la oración. Es decir si ha habido o no
manifestaciones.
Cada uno de estos cinco puntos los resumo en cada caso en dos líneas o tres. De
forma que ante una llamada en breves segundos me puedo hacer idea de los
consejos telefónicos que puedo darle.
No tiene ningún interés escribir la historia entera, se trata de una completa
pérdida de tiempo. Los cinco puntos dan una idea perfecta de la situación de ese
caso sin que se necesite más.
En mis apuntes nunca escribo el nombre y apellidos de la persona por si
algún día esos apuntes son sustraídos o se pierden. Y para dejar claro a la
persona que su anonimato se salvaguarda sólo apunto el nombre de pila y la
localidad en la que vive. Si de varias personas coinciden los nombres en una
localidad, apunto alguna característica física que me recuerde a la persona. Pero,
desde luego, da una impresión muy beneficiosa para la persona el ver que no se
le pregunte su apellido ni nada que permita localizarle.
Consejos
Si la persona no cree que esté posesa, hay que tratar de convencerla de que sí
que lo está. Normalmente es buen método intentar convencerle a través del
testimonio de familiares o amigos que hayan estado presentes en la sesión en que
vino para que se discerniera su caso. Algunos acceden a venir a la iglesia la
primera vez para que sus familiares les dejen en paz. Pero no están dispuestos a
ir una segunda vez.
Si el poseso se niega a ser exorcizado hay que decirles que la Iglesia les ofrece
una solución si la quieren, pero que no les impone nada.
Cuando para el sacerdote especialista en esta materia hay certeza de que existe
un demonio en ese cuerpo, el que además haya o no enfermedades mentales o
problemas psicológicos es algo independiente del exorcismo. Lo psicológico y lo
demoníaco son campos distintos. Si lo psicológico está o no provocado por el
demonio en muchos casos sólo se verá cuando sea expulsado el demonio.
No hay que proceder al exorcismo hasta que la persona esté dispuesta a dar
firmes y continuados pasos hacia una vida verdaderamente cristiana. No hay
problema en que esos pasos sean lentos y débiles, con tal de que se vea firmeza
en proseguir por ese camino. Tiene que ser firme en su búsqueda de Dios, pues
tras la liberación tendrá menos razones para exigirse esos pasos. Si el sacerdote
no tiene muy claro si la persona está sinceramente esforzándose en buscar a
Cristo (es decir si no está seguro de si va a misa, o si lee el Evangelio, o si ora
algo, o si lee libros que le ayuden) demorará las fechas de las sesiones de
exorcismo. Y además en vez de estar una hora, o media hora, podrá reducir el
tiempo dedicado a la persona.
Hay casos en los que no rompo la caña cascada ni apago el pabilo vacilante,
pero tengo la continua sensación de que la persona se esfuerza muy poco y que
por más que le digo no cambia. En casos así, no hay necesidad de emplear una
hora cada vez que me vienen a ver. Ya que si yo orara por él una hora, sería esa
oración empleada por Dios en enviarle gracias para su conversión y no en
expulsar un demonio que tendría en él muchos asideros donde agarrarse. Pero
cinco minutos fervientes de oración de esa persona que siempre reza desganada
y mal, obtendrían mayores frutos que una hora mía orando por ella.
En casos de personas con problemas psiquiátricos muy graves, hay que insistir
en la conveniencia de que el exorcismo se efectúe en presencia de los padres o
familiares del poseso. Y explicándoles día tras día cuales son los criterios de
actuación. Para que todo se haga con la conformidad de ellos y no con su
oposición.
Colocamos ahora seguidos unos pocos puntos que pueden ser dados en
fotocopias a las personas que padecen algún tipo de influencia
demoníaca y que vienen a consultar al exorcista.
141 Cuando se ora por una persona que tiene una influencia la reacción es
distinta a la de la posesión. La persona siente un malestar general que acaba
concretándose en un lugar concreto del cuerpo. O bien la persona acaba no
pudiendo controlar la tensión que le provoca la oración, y hace movimientos
extraños con los miembros, pero sin perder la consciencia.
143 Para los casos de influencia la persona tiene que recibir oración de
liberación. Bien sea hecha por el sacerdote para que le libere de esa influencia,
bien sea hecha por un grupo de laicos que oren por él. Siempre es preferible la
oración comunitaria a la de una sola persona, pues el poder de la oración se
suma.
145 Lo primero de todo que debe entender el que padece una influencia es que el
remedio más importante para su problema es que el Reino de los Cielos penetre
en su corazón.
146 Para que el Reino de los Cielos es necesario conocer más el mensaje y
anuncio de Nuestro Redentor Jesús de Nazaret. Para lo cual nada mejor que leer
cada día una parte del Evangelio.
147 Es necesario pedir perdón de los pecados. Para lo cual hay que examinar la
conciencia durante varios días pidiendo a Dios que nos haga ver cuáles son
nuestras faltas y pecados.
148 Si es usted de los que piensa que no tiene pecado alguno porque no roba ni
mata, lea el Evangelio y pronto el Señor le iluminará para ver qué oscuridad es la
que hay en su corazón.
151 Sin petición de perdón de los pecados, no hay liberación de una influencia
demoníaca.
152 Es necesario que se convenza de que sin cambio de vida, abandonando todo
aquello que vaya contra los Diez Mandamientos, no es posible la liberación de
una influencia demoníaca.
Después de limpiar el alma con el perdón, hay que llevar una vida cristiana
y hacer oración.
155 Si usted pide oraciones al sacerdote para ser liberado, debe ser el primero de
todos en orar cada día. No pida al sacerdote, lo que usted mismo no hace en su
propio favor.
156 Una persona que quiera ser liberada de una influencia demoníaca debe hacer
cada día un plan concreto de oración con un horario y un tiempo fijado.
157 Como mínimo sugerimos este plan para cada día:
158 Comulgar sin haber confesado los pecados graves no sirve de nada, al
revés es contraproducente.
159 Si usted cree que no puede rezar porque el demonio se lo impide, rece al
menos con los labios aunque su mente se despiste.
160 Si usted dice que no puede estar en misa porque se siente muy mal, resista.
Destruir una influencia demoníaca es como una lucha. Hay que luchar, hay que
resistir, hay que esforzarse.
161 No le pida al exorcista que se esfuerce por usted si usted mismo no se
esfuerza.
162 En la medida en que usted más se esfuerce en la oración y en llevar una vida
acorde a los Diez Mandamientos, en esa medida la oración del sacerdote hará
más efecto en usted.
167 Oramos para conocer más a Dios. Conocemos más a Dios para amarle más.
La oración es sólo un medio, el fin es el amor a Dios y al prójimo.
168 Hay que perdonar de corazón todos los males que hayamos recibido del
prójimo.
169 Si usted cree que alguien le ha provocado con brujería esa influencia
demoníaca, es necesario que le perdone.
170 Que sepa que no hay forma humana de saber quién le ha hecho un maleficio
(vulgarmente mal de ojo) contra usted. Por muy seguro que usted esté de
saberlo, no hay forma de saberlo. Dios no quiere que admita dudas contra nadie.
Él juzgará a todos. Pero si usted quiere ser perdonado, deber perdonar. Y lo
primero es no dudar de nadie. Máxime, no habiendo forma humana de saberlo.
171 Sin perdón al prójimo, no hay liberación. Hay que perdonar si queremos ser
perdonados.
174 Sólo hay que dirigirse a sacerdotes que el obispo de la diócesis haya
delegado para esta misión. No se fie porque alguien le diga que es exorcista. Una
llamada telefónica al obispado le sacará de dudas si se ha dirigido a la persona
adecuada.
175 Hay casos de influencia que acaban en minutos y otros por los que hay que
orar durante años.
178 Nunca desespere por lo largo que sea su caso, la vida del hombre sobre esta
tierra es un tiempo de prueba. En el cielo serán bienaventurados los que aquí en
la tierra lloran, porque ellos serán consolados.
181 Si al sacerdote que ora por usted la oración de liberación lo ve una vez cada
mucho tiempo, busque un buen sacerdote que sea su confesor y director
espiritual. Un sacerdote que le guie hasta la virtud.
182 Dios permite las cruces en este mundo para el bien de nuestra alma.
185 Arroje de su casa cualquier tipo de amuleto que tenga. Tire a la basura
cualquier libro de magia, horóscopo, adivinación o esoterismo que tenga. Posters
o discos de grupos de rock satánicos.
186 Si usted realiza prácticas que tienen que ver con energías, New Age,
péndulo, reiki, feng shui o similares, no expulsará de sí nunca la influencia.
Cualquier cosa que de lejos sospeche que tiene que ver con el ocultismo
consúltela con el sacerdote que ora por su liberación.
188 Hay que poner en orden la sexualidad para eliminar una influencia
demoníaca. Si usted está conviviendo íntimamente con alguien que no es su
marido o su esposa no superará la influencia. Si hay hijos pequeños, pueden
convivir juntos pero como hermano y hermana.
189 Si eres un joven y sigues practicando el amor libre, el demonio tendrá donde
agarrarse y tampoco se logrará expulsar es influencia. El demonio odia la
castidad y la pureza.
190 Creer en Dios supone creer en su Único Hijo, Jesucristo. Creer en Jesús
supone creer en la única religión verdadera: la Santa Iglesia Católica.
191 Si usted no cree en la Iglesia Católica con todo su corazón, tiene primero
que orar y leer la Biblia hasta que el Señor le de esa fe.
192 El que viene a la Santa Iglesia Católica a buscar la liberación como el que va
al médico y una vez que le han recetado las pastillas se marcha, no logrará la
liberación. La liberación es un proceso en el que para desarraigar al demonio de
su cuerpo o de su mente usted tendrá que ponerse en paz con Dios, tener fe y
obedecer los Mandamientos de Dios.
193 Cristo es la luz de los pueblos. La luz de Cristo resplandece sobre el rostro
de la Iglesia, la cual anuncia el Evangelio a todas las criaturas.
196 El agua bendita, las cruces y otros objetos bendecidos son útiles, pero
recuerde que ellos no pueden suplir la su fe. La fe sí que puede suplir a los
objetos bendecidos, pero al revés no.
197 Entre a una iglesia cuando la vea abierta para saludar al Señor. Trate de
pasar tiempo delante del sagrario, allí está Jesús.
200 Usted es cuerpo y alma. Las medicinas del médico actuarán sobre el cuerpo,
las del sacerdote sobre el alma. Por eso no abandone sus citas con el psiquiatra o
el psicólogo sin comunicárselo al sacerdote.
201 Orar sin gusto no quita mérito a la oración. Al revés, como cuesta más,
también es más valiosa ante los ojos de Dios.
202 La labor de una madre o un esposo ayudando a la persona que sufre una
influencia es insustituible. El familiar da ánimos, recuerda los buenos propósitos
y acompaña en la oración al atribulado. Muchas veces una madre o un esposo
son como un ángel que Dios pone al lado del que sufre la influencia.
203 Cada vez que piense que el sacerdote debería rezar más veces y más rato por
usted, piense que es usted el que tiene que rezar más. Entonces, la oración del
sacerdote aunque sea menos rato, hará más efecto. 204 Recuerde que Dios es su
Padre y que le ama como si usted fuera su único hijo sobre este mundo.
207 Hay que recordar que no hay oraciones más poderosas que otras. Toda
oración va dirigida a Dios. Usted no necesita oraciones especiales como si el
poder residiera en la fórmula y no en su propia fe y amor al que es su Padre.
208 Aclarado lo cual se propone esta oración para que cada día la pueda hacer la
persona la persona que sufre la influencia.
Padre, en el nombre de Cristo te pido que rompas toda cadena que los demonios
tengan sobre mí.
209 Es muy bueno orar a Dios a través de los salmos, leyéndolos y meditándolos
con frecuencia.
211 La Biblia es para usted una medicina. Con la Biblia no necesita leer más
libros dudosos, ni buscar consejos aquí y allá. Todo lo que usted necesita y más
lo encontrará en ese libro sagrado escrito por la mano de Dios.
212 Recuerde: Evangelio, comunión y rosario cada día. Eso destruye toda
influencia del demonio por poderosa que sea.
……………………………………,
En la Iglesia Católica
Fenomenología demoniaca
Los ortodoxos exorcizan con el mismo poder apostólico que los católicos. El
sacramento del orden es igual en las iglesias ortodoxas que en la Iglesia Católica.
Esto es válido para cualquier iglesia cismática que mantenga la validez del
sacramento. Hoy día el ámbito de las iglesias ortodoxas muchos exorcismos son
llevados a cabo en monasterios por parte de monjes que muchas veces se reúnen
para exorcizar a varios posesos simultáneamente. Usan formulas oracionales que
se remontan a los Santos Padres, hacen uso también de cánticos, asperjen con
agua bendita, etc. En definitiva su exorcismo es sustancialmente idéntico al
realizado en la Iglesia Católica, variando sólo lo relativo a los ritos.
Ellos no tienen el sacramento del orden, con lo cual cuentan sólo con el poder de
la fe y la oración. Aunque decir que sólo cuentan con eso no es poco, puesto que
el exorcismo es ante todo fe y oración. Entre los protestantes, cuanta más fe,
mayor será
el poder de su oración al Padre. Ellos dan órdenes al demonio de salir de ese
cuerpo en el nombre de Jesús. Y eso tiene efecto porque lo hacen con verdadera
fe. Pero no usan ni reliquias, ni ungen con óleos sagrados. Por lo tanto tienen
menos armas, es decir, menos instrumentos para debilitar al demonio en ese
cuerpo, pero la fe puede suplir todos esos medios menores.
Hay que decir que el judaísmo actual (especialmente el más liberal) no presta
casi ninguna atención al tema de la posesión, y por otro lado los judíos en
Occidente viven inmersos en una sociedad cristiana. De ahí que la mayor parte
de las nociones que los judíos poseen referentes a este campo proceden de la
perspectiva de la Iglesia Católica.
Se tiene claro que la primera es la única lícita pues la ayuda sólo puede
venir de Alá. El que es liberado tiene que ser creyente. El que libera no puede
hacer comercio con ello, debe hacerlo sólo para ayudar a los demás.
Los musulmanes creen que cada uno tiene un demonio que le tienta. Los
demonios pueden tomar figuras de seres humanos o de animales, tal como la de
un perro.
Creen que hay genios musulmanes, judíos, cristianos, y de otras religiones,
en eso son como nosotros. Hay genios buenos y malos. Pero los genios no son
humanos, son "otra creación". En los ángeles como en los genios hay jerarquías,
los hay más fuertes y más débiles. Los exorcistas musulmanes coinciden con los
exorcistas cristianos en que las entidades más difíciles de expulsar son las que
provienen de la magia negra.
Hay tres causas para entrar en el cuerpo de un ser humano. La primera causa de
que entre es cuando alguien se quita sus ropas sin mencionar el nombre de Alá,
pues el genio de una mujer puede entrar en el hombre simplemente porque le
gusta, y el genio de un hombre en el de una mujer. Esto sucede por casualidad, si
hay un genio allí en ese momento. Hay mucha gente que tiene estos genios y no
lo saben.
El tercer modo por el que entran es la magia. Todas magias son malas. El
Corán admite que la magia tiene efecto.
Las suras que se utilizan en el exorcismo hablan de los genios, del poder de
Dios, del milagro de Moisés contra las serpientes. Se recita el Corán
aproximándose al oído del enfermo. Se usa también aceite de oliva para hacer un
masaje con él, antes se recita el Corán sobre el vaso del aceite y después se sopla
sobre él, después se hace el masaje. También se usa la miel habiendo recitado el
Corán sobre ella como con el aceite. La brujería tiene que ser vomitada en el
transcurso del exorcismo. Al exorcismo se le denomina con el término genérico
de "plegaria". Hay que hablar con el genio con amabilidad, y decirle que es una
injusticia y que le deje con paz. Pero los genios son muy inteligentes y quieren
perder el tiempo para charlar y así evitar que les expulsen del cuerpo del poseso.
Los métodos con los que se logra la liberación en el Islam son: la recitación
coránica, beber un agua de algún modo bendecida, bañarse con esa agua,
golpear, entrar en comunicación con el jinn, mandarle que se marche, masajear
con ese aceite bendecido, soplar sobre el poseso. Como se ve, la práctica
exorcística islámica es muy similar en muchos aspectos a la cristiana en sus
signos externos, aunque cambie el contenido de lo sagrado. También en el Islam
son más las mujeres que quedan posesas, que los hombres.
Una figura interesantísima que existe en todo el mundo musulman son los
"rifai". Los “rifai” son una categoría distinta de los “shijs” (los exorcistas
normales). Son los “rifai” personas ambulantes que quitan serpientes de los
terrenos y demonios de los posesos. Estas personas que no pertenecen al clero, ni
visten de un modo peculiar y que en todo parecen personas normales, van solos
de poblado en poblado dedicados a estas dos tareas. Su poder sobre las
serpientes es admirable. A su voz las serpientes acuden a ellos, las meten en
sacos y se las llevan del lugar. Sus exorcismos no tienen una técnica que
pudiéramos decir litúrgica. Se basan más bien en dones personales a través de
los cuales expulsan a los demonios.
en el budismo
Fenomenología demoniaca
Fenomenología demoniaca
-los charlatanes esto es aquellos que no creen en lo que hacen pero que han
hecho de ello un modo de vida
Estas tres divisiones valen para todas las épocas, culturas y regiones de la tierra.
Los brujos al trabajar con fuerzas demoníacas nunca realizan un bien duradero,
ni por supuesto expulsan al demonio, aunque pueden atenuar sus síntomas por
un tiempo. A veces la brujería está tan extendida en algunas regiones del mundo
que Dios en su misericordia ha concedido, incluso en los pueblos más
primitivos, que haya personas con dones que puedan aliviar a su pueblo. Por eso,
cuando la gente vulgar refiriéndose a África habla de brujos debería distinguir
entre los auténticos brujos y los curanderos. Entre estos últimos los hay que no
sólo curan el cuerpo, sino que también tienen dones dados por Dios para ayudar
a sus semejantes en este campo de los espíritus malignos. Este tipo de personas
con dones están en todas las culturas, también en nuestra tecnológica Europa.
Fenomenología demoniaca
Esos tres tipos de personas (charlatanes, brujos y curanderos) han existido desde
el comienzo de la humanidad. Analizar el exorcismo en la primitiva religión
asiria, en Egipto o en la América precolombina sería analizar una serie de ritos
vacíos que sólo son fruto de la imaginación humana y cuya efectividad es nula.
Esos ritos carecen de efectividad. La única efectividad de cualquier rito depende
sólo de la fe en un único Dios verdadero, que es Padre, Creador y Juez de los
hombres. Si se tiene esa fe, los sacerdotes de todas las culturas siempre han
exorcizado orando, alabando al Creador, ordenando a ese espíritu malo que se
vaya y manifestando con actos gestuales ese poder de Dios y esa orden dada al
demonio. La concreción de esos actos gestuales será lo de menos, bien sea
moviendo las manos sobre el poseso, bien sea dándole a beber cualquier objeto
bendecido, bien sea colocándole sobre el cuerpo cualquier elemento material que
simbolice el poder de Dios actuando sobre ese cuerpo poseído. En el acto
religioso del exorcismo el gesto es símbolo de ese poder de Dios que se invoca.
…………………………………..…,
La lucha espiritual
La dimicatio que se haga por una región entera no significa que esa región
no vaya a sufrir ninguna tentación nunca más de parte del demonio, pero
ciertamente sufrirá menos. O por poner otro ejemplo: en un convento que está
muy dividido, unas religiosas contra otras, si se realiza la dimicatio, la división
continuará, pero se puede evitar que el demonio siga azuzando la división y la
solución de ese problema humano será más fácil. U otro ejemplo: si un párroco
sufre el ataque de parte de sus feligreses en cuestión de murmuración, puede orar
a Dios para que aleje esas tentaciones. El demonio podrá seguir tentando a sus
fieles en otras materias, pero se encontrará atado en ese campo concreto. Si la
oración que se ha hecho es insuficiente, el demonio podrá seguir tentando, pero
aun así encontrará más atado, más impedido, su poder de tentación.
anexo I
Fenomenología demoniaca
Por dos veces en cuatro días, dos posesos distintos que no se conocían entre sí,
me dieron este mensaje justo después que saliera el último demonio, cuando ya
estaban felices y dando gracias a Dios por la liberación, y fue entonces cuando el
primer caso dijo volviendo a entrar en trance: "Soy Zacarías. Protege a la iglesia.
Satán odia con todo su corazón esta iglesia y quiere destruirla."
Desde que recibí el segundo mensaje no dejé de orar todos lo días a Dios para
que alejara a Satán de mis parroquianos. Y desde el primer día sentí la
convicción interna de que cada día que oraba el demonio no podría atacarla ese
día. Cuando digo “atacarla” me refiero a la tentación. El demonio podía suscitar
murmuraciones y divisiones.
anexo II
Fenomenología demoniaca
No han sido muchas las personas con dones místicos que han recibido por
ciencia infusa el modo de practicar la dimicatio. Pero curiosamente el
conocimiento de este poder de la oración sobre el mundo invisible ha sido
concedido a cristianos no sólo católicos, sino también protestantes de distintas
confesiones.
Ha habido laicos católicos a los que Dios les ha pedido personalmente y a cada
uno por separado que se encargaran de orar por esta intención: la de alejar al
demonio de grupos de personas o lugares. Algunas de estas personas han sentido
que el Señor les concedía una especie de espada espiritual para esta lucha. Este
tipo de personas con carismas extraordinarios se han encontrado no sólo orando
en lenguas desconocidas las distintas partes arriba mencionadas de la dimicatio,
sino también haciendo gestos con ambos brazos de estar apartando algo durante
un minuto más o menos, o sosteniendo verticalmente una espada cuya
empuñadura era como si la sintieran en su mano y con la cual, finalmente, daban
mandobles en el aire, aunque ellos no vieran contra qué. Cuando uno recibe este
tipo de dones para realizar la dimicatio es el Espíritu Santo mismo el que mueve
a la persona a hacer en cada momento lo que debe hacer o decir. Es Él el que
obra en la persona en un momento dado a alabar a Dios y en otro momento a
conjurar al demonio. En un momento dado a pedir perdón de los propios
pecados, en otro momento a atar un poder del demonio, o a cortar un lazo de él
sobre un lugar o persona.
anexo III
Fenomenología demoniaca
anexo IV
Fenomenología demoniaca
Para los que puedan pensar que basta orar a Dios en general por nuestras
necesidades y que es innecesaria una petición específica para que Dios aleje al
demonio, Jesús al enseñarnos a orar en el padrenuestro nos dice en el texto
original griego: "y no nos metas en tentación, antes bien, líbranos del Maligno"
Mt 6, 13. Dado que Dios no tienta, sino que el Tentador es otro, las dos
peticiones son dos partes de una misma petición cuyo mensaje esencial es que
aleje de nosotros al demonio para que no nos tiente. Luego es el mismo Señor el
que nos enseña a que le pidamos que aparte de nuestras vidas la influencia
tentadora del demonio, no otra cosa es la dimicatio.
Allí es donde entra la dimicatio, pues en cierto modo es como hacer esa
labor angélica por parte de los hombres. Los hombres también podemos realizar
ya aquí en la tierra todas las labores angélicas: profundizar en la teología,
enseñar esa ciencia de Dios a otros semejantes, glorificar al Creador, ayudar a
otros, dar consejos, consolar, etc, etc. También los hombres podemos realizar
esta otra labor de luchar espiritualmente contra los demonios.
La dimicatio sería una lucha con armas espirituales sobre las jerarquías
superiores. Ya que si se les ata, muchos ataques demoníacos quedarían abortados
ya que faltaría la coordinación de las jerarquías superiores. Cuando hablo de
ataques me refiero a la tentación. La fuerza de la tentación puede parecer una
fuerza no muy importante pero que es poderosísima dada la debilidad de los
seres humanos.
Pasajes oscuros de la Biblia
…………………………………………..…,
Pues bien, esa inmaculada fuente de conocimiento no sólo nos deja claro
que existe el demonio, la posesión y el exorcismo, sino que también nos dice de
paso, como sin intención de incidir mucho en ello, que los brujos pueden tener
poder. Es decir que aquellos que tienen trato con los poderes de las tinieblas
pueden gozar de ciertos poderes. Como se verá más adelante con el pasaje de los
magos del Faraón y los profetas de Baal. También nos habla la Biblia de los
dones misteriosos que algunos hombres pueden tener y que no provienen del
Maligno, como analizaré en el caso de Balam y de Simón el Mago. Y por último
también dejo constancia en este capítulo de lo complicada que puede ser la
angelología de la Biblia, mencionando el caso del ángel que lucha con Jacob y
de las visiones de Ezequiel.
Recuerdo hace años una conversación con un judío ortodoxo en la que
hablábamos de lo que los judíos creían acerca del demonio y la posesión3. El
judío me explicó que había unos pocos rabinos especializados en el “lado oscuro
de la Torah”. La expresión me pareció fascinante: el lado oscuro de la Torah.
Todas y cada una de las palabras del texto sagrado son luminosas, encierran
luz. No obstante, esas líneas sagradas también mencionaban la oscuridad que se
halla en la Creación. También la Biblia tenía sus criptas, sus subterráneos. Y eso
hacía al Libro de Dios aun más fascinante. Dios, que es Luz, enseñándonos
acerca de la oscuridad.
El primer pasaje del que quisiera hacer mención es el de Gen 32, 25-31 que
transcribimos aquí:
Él le preguntó:
-¿Cuál es tu nombre?
-Jacob.
Dijo él:
-Ya no se dirá tu nombre Jacob, sino Israel, por cuanto has luchado con
Dios y con hombres y has vencido. .
Respondió:
Me gustaría poder dar una explicación a este pasaje, pero no la tengo, ni plena,
ni parcial. Me siento satisfecho de poder mostrar mi análisis a base de preguntas,
que no de respuestas.
¿Por qué el texto sagrado elogia de Jacob el hecho haber luchado con Dios?
¿Por qué dice al ver al ángel que ha visto a Dios? Como se ve, todo son
preguntas. A todo este hecho se le pueden buscar muchos simbolismos
espirituales, muy bellos algunos de ellos, pero la cuestión que continúa vigente
es qué paso realmente. ¿Cuál fue el hecho histórico que sucedió y que se nos
relata de modo somero con un lenguaje tan arcaico?
En su versión más literal este extraño texto de Ex 4, 24-26 dice así: “Acaeció
que, en el camino, en una posada, hízosele Yahveh el encontradizo [a Moisés], e
hizo ademán de matarle. Entonces Séfora, cogió un sílex, cortó el prepucio de su
hijo y tocó [con él] sus pies, exclamando: “¿Realmente eres para mí un esposo
de sangre!” [Yahveh] le dejó al tiempo que ella dijo: “esposo de sangre”,
aludiendo a la circuncisión.”
Sin más contexto, sin más explicaciones, ¿qué podemos decir de unas líneas
arcaicas y misteriosas que se nos presentan con esta brevedad? Pues la verdad es
que poco. Pero entre las pocas cosas que podemos saber con seguridad es que se
trata de un texto muy similar, casi paralelo, al de Génesis 32, 25-31. Cuando dice
que hízosele Yahveh el encontradizo es evidente que se está refiriendo a un
ángel. Pues en Gen 32, después de la lucha con el ángel, Jacob dirá he visto a
Dios [Elohim] cara a cara. Es decir, el mensajero como representante del que
envía. En este caso también hay una lucha, o un intentar huir (en la tienda o en el
campo), o al menos un tiempo en el que el ángel se acerca con el ademán de
matarlo, porque a la esposa le da tiempo a circuncidar al hijo de Moisés. En
ambos textos la acción del ángel no es inmediata. En ambos casos no parece que
sea un ángel caído el que se aparece, porque se les denomina como enviados por
Dios dado que se les llama
Elohim y Yahveh, en rezón del que los envía. Lo cual nos da una
interpretación del por qué de la lucha y del ademán de matarle: la desobediencia
a los mandatos de Dios. No sabemos qué hizo Jacob para que le enviara Dios un
ángel a que luchara con él, pero en este caso fue la desobediencia al mandato de
circuncidar a su hijo.
Espiritualmente podríamos interpretar estos dos textos como que Dios les
advirtió una y otra vez a ambos de que hicieran algo. Y que como no obedecían,
finalmente, tuvo que enviarles una especie de castigo visible para que
entendieran que a Dios no se le debe desobedecer. En el caso de Gen 32, es
posible que durante la lucha Jacob orara a Dios, pidiera perdón, y que la lucha
no sólo fuera física sino también espiritual. De forma que por eso el ángel no
pudo vencerle, por la oración a Dios. De otra forma, Jacob sí que hubiera
perecido en la lucha. Aunque no esté contenido en la materialidad de las
palabras, el mensaje profundo que entiendo del primer texto es que sólo la lucha
espiritual evitó que Jacob cayera muerto en la lucha material. Y en el segundo
texto, que sólo la obediencia evitó que el castigo cayera sobre Moisés. En este
segundo caso, Moisés estaba dispuesto a obedecer a Dios, por eso iba camino de
Egipto a dar el mensaje al faraón. Pero su obediencia era sustancial, no total.
Dios en esto le va a enseñar que hay que obedecerle completamente, no más o
menos. En el texto de Gen 32, Dios no hubiera enviado a un ángel a luchar, si no
hubiera existido algún tipo de desobediencia de la que el texto sagrado no ha
dejado constancia. Si no hubiera existido esa lucha espiritual, Jacob no hubiera
podido resistir al ángel de Dios.
“Entonces Faraón llamó también a los sabios y magos, y también ellos, los
adivinos de Egipto, hicieron lo mimo con sus sortilegios. Cada uno arrojó su
cayado y se tornaron serpientes; pero el cayado de Aarón tragó los cayados de
ellos.”
Los magos también harán subir ranas (Ex 8, 3). Sin embargo, a diferencia
de Moisés no lograron convertir el polvo en mosquitos (Ex 3,14), Dios lo
impidió para que la verdad quedara cada vez más clara. Es entonces cuando los
adivinos le dirán al Faraón: “Es el dedo de Dios”, pero el Faraón no les escuchó
(Ex 8, 15). Y cada vez quedó más clara la verdad pues ya no podrán imitar el
resto de
plagas. Y así Moisés podrá producir erupciones en los magos, pero ellos no
podrán dañar a Moisés (Ex 9 11). Aquí se ve claro que en la confrontación entre
el poder que viene de Dios y el que viene de abajo, prevalece el poder de los
servidores del Altísimo.
Todo este texto del Éxodo creo que tiene un gran valor simbólico acerca del
poder de los magos sobre este mundo, simbolizado en las serpientes, la sangre y
las ranas. Es decir, si se me permite una interpretación muy personal, pienso que
esos elementos representan el poder demoníaco sobre el alma, el cuerpo y la
mente. Pudiendo producir la posesión (las serpientes son símbolo de los
demonios), la enfermedad (simbolizada en la sangre) y la locura, simbolizada en
las ranas que con su croar perturban la mente de aquel en cuyo pensamiento
entran.
Balaam
Los hechos referentes a este personaje que aparece en esos capítulos son los
siguientes:
No era del pueblo elegido, pero tenía un don. Se deja claro que era un don
verdadero y no fingido. Y que era un don de Dios, no del Maligno.
¿En qué consistía su don? Se explica en Num 24, 3-4: “Oráculo de Balaam,
hijo de Beor, oráculo del varón de cerrada vista, oráculo de quien oye las
palabras de Dios, de quien ve las visiones del Todopoderoso, que cae y se le
abren los ojos”.
El don es verdadero no podrá maldecir a ese pueblo pues Dios se lo
prohíbe. Sin embargo, vemos que aquel que tiene un don de Dios y lo usa contra
los designios de Dios, finalmente recibe el castigo de Él, y así el Altísimo envío
al ángel con la espada desenvainada para matarle. Dios no envía el ángel contra
Balaam donde está, sino que lo espera en un lugar del camino. Aunque esto pasó
en la realidad, aquí también se simboliza que el que tiene un don de Dios es
castigado si llega a cierto punto del camino errado de su vida, pero que antes
Dios le da posibilidades de entender el mal camino que lleva, en este caso a
través de una mula.
Sea dicho de paso, Jonás también escuchaba a Dios (le escucha antes de
llevar a cabo su misión y después) y, no obstante, no era buena persona pues
primero desea que sean castigados los ninivitas, y segundo desobedece a Dios.
Incluso al final del libro se duele del perdón de Yahveh. Y sin embargo, tenía el
don de recibir mensajes de Dios. Jonás era profeta, ejerció el profetismo y, sin
embargo, no deja la impresión de ser un hombre santo, pero eso no impide que
tenga un don de Dios. Dios podía haber escogido a un hombre santo para ser el
depositario del don y, sin embargo, la elección de Dios recae sobre un hombre
bastante normal que no destaca por sus
cualidades morales.
En I Reyes 18 aparece un hecho histórico que no voy a repetir por ser largo. Sólo
quiero que el lector repare en que esos servidores del mal estaban convencidos
de que sus sortilegios iban a provocar que el fuego del altar de Baal se
encendiese porque:
-Que esto es así, que esperaban una intervención del falso dios, se ve en que
se pasaron el día practicando sus danzas rituales, gritaron a su dios y se hicieron
incisiones hasta chorrear sangre. Nada de todo esto lo hubieran hecho si no
hubieran estado seguros de la intervención de Baal. Los sacerdotes de Baal como
los del Faraón estaban ciertos de sus artes. Detrás de ambos no había dios
alguno, sino los espíritus malignos haciendo iniciados e inculcando en los hijos
de Dios artes mágicas detrás de las cuales toda efectividad residía no en la magia
en sí misma sino en la voluntad del demonio. Aunque esa voluntad demoníaca
estuviera interesada en convencer a los hombres de la efectividad de la magia.
-estas ruedas tenían llantas que infundían terror, eran de gran altura y
estaban llenas de ojos alrededor
Simón el Mago
…………………………………………..…,
I Parte
Los poderes de la mente
………………………………………………………,
Cuestión 184
Si somos cuerpo y espíritu, ¿por qué debía oponerme a tal posibilidad? Aun
así, durante mucho tiempo seguí albergando el temor de que en realidad todos
los supuestos dones extraordinarios procedentes de la mente, no pudieran tener
como causa la
intervención oculta de los demonios. El contacto con personas cristianas, de gran
vida espiritual, y que tenían esos dones, fue enseñándome que no. Algunas de
esas personas habían practicado asiduamente las prácticas de la Nueva Era, y
después de su conversión al cristianismo habían abandonado esa espiritualidad.
Sin embargo, los dones continuaron.
Cuestión 185
¿Cuáles son todos los campos de donde pueden proceder los dones
extraordinarios?
Hay que dejar claro que sólo hay tres campos de donde pueden proceder los
dones extraordinarios, sin que exista posibilidad de que los dones procedan de
otro origen: Dios, la naturaleza humana y el demonio.
Los dones celestiales: Los dones de Dios (o de la luz) son aquellos que proceden
de Dios directamente o a través de la intervención de un ángel o de un santo.
También se incluyen aquí los dones místicos dados directamente por Dios al
alma. Por ejemplo, el don de lenguas, o el don de sanar con la oración, o el don
de expulsar demonios, por citar algunos.
Los dones psíquicos: Se les llama así por proceder de las psique. La psique es la
palabra griega que designa el espíritu humano. Estos son los dones naturales
extraordinarios, de los cuales se dice que son naturales en cuanto que por su
origen proceden del espíritu humano, y se dice que son extraordinarios para
distinguirlos de los dones naturales ordinarios. Estos dones naturales son
aquellos que admiten un desarrollo natural con independencia del estado del
alma. No pocas veces, incluso, se heredan, sobre todo de madres a hijas.
Recibiendo algunas hijas unos dones y otras no, a veces saltando una generación
esos dones.
Los dones de abajo: Estos dones de abajo o dones las tinieblas son
aquellos que se reciben por intervención de los espíritus malignos. A veces los
satanistas pueden hacer signos extraordinarios, como los magos de Egipto o
personas con consultas que pueden realizar algunos fenómenos extraordinarios
para encandilar a las víctimas a las que quieren sacarles el dinero, poseerlas
sexualmente o simplemente dominarlas. Se les llama “dones de abajo” y no
“dones demoníacos” porque no todos estos dones proceden de los demonios, ya
que los seres humanos condenados al infierno pueden influir en estas personas
que invocan a las tinieblas.
Cuestión 186
Los dones que proceden de abajo, es decir de los demonios y espíritus impuros,
son dones que se adquieren por practicar la magia, el conjuro de los malos
espíritus o el satanismo.
Los dones que proceden de la propia naturaleza, son dones que se adquieren
por el conocimiento de que existen y su ejercicio y práctica. Muchas veces por
herencia, como se ha dicho.
Los dones concedidos directamente por Dios se adquieren normalmente por
el ejercicio de la vida espiritual. Por eso los santos han sido lo más grandes
místicos y por eso mismo los que más dones han tenido. Los dones que poseen
los místicos son los mejores dones, los dones más puros (es decir menos
mezclados con elementos humanos) y los dones más poderosos. Ningún don
puede compararse al don de Dios. Aunque de forma ordinaria los dones
celestiales se conceden por la vida espiritual, sin embargo, hay personas que han
recibido los dones celestiales por pura gracia. Y así, en un momento dado de su
vida, notaron que
Dios les concedía un don.
He dicho que conozco a este señor de primera mano, porque mi padre, que
en paz descanse, fue a verle hace años. Y en cuanto le miró los ojos, le dijo:
tiene cáncer. Así era. Nada en el aspecto de mi padre delataba la existencia de un
cáncer de páncreas. Sin embargo, este antiguo pastor le dijo a mi tío: tiene
cáncer de páncreas, no hay nada que hacer, se ha extendido a otros muchos
órganos del cuerpo. Los análisis hospitalarios tras muchas pruebas confirmaron
palabra por palabra lo que este señor nos dijo. El caso de este pastor que
diagnosticaba mirando el iris de los ojos, es un caso de cómo Dios puede
conceder repentinamente un don a quien quiere.
Quede definitivamente claro por un lado que todo lo que tiene que ver con la
magia, la brujería y la adivinación son campos que en los que intervienen los
espíritus malignos. Y por otro lado quede claro que el don dado directamente por
Dios a través de la oración y el ascetismo es un don que se recibe, no se aprende,
no se adquiere a voluntad, no se desarrolla a base de técnicas.
Los dones psíquicos que proceden del espíritu humano los puede poseer alguien
nada religioso, que ni siquiera cree en Dios, y son dones que en sí son bastante
neutros. Es decir, un santo que tiene el don de ver lo oculto
en un alma, lo usará para que se convierta ese pecador. Un satanista que tiene
poder para influir en una voluntad con la tentación, lo usará para llevar al
pecado. Mientras que los dones psíquicos son bastante neutros en el sentido de
que hacer un viaje astral o tener una comunicación telepática o encontrar un
manantial no es algo que de por sí cambie a nadie para bien o para mal.
Cuestión 187
Lo ideal sería desarrollar esos dones guiados por alguien cristiano dotado de una
gran vida espiritual que al mismo tiempo poseyera que con gran conocimiento
acerca estos temas, estuviera dotado asimismo de una gran vida espiritual. Es
decir, alguien que nos llevara ante todo al Dios de los dones, más que a los dones
de Dios. Desgraciadamente esta posibilidad suele estar fuera del alcance de casi
todo el mundo, pues estas personas no abundan, son excepcionales.
Respecto a los dones que son dados por Dios directamente, pretender atender a
las clases de un curso y pensar que se va a salir de allí con poderes celestiales es
una pretensión inútil. Abundan lugares donde se afirma que con clases uno
puede hacer milagros. El don divino, como la misma palabra indica, es un don,
es decir, un regalo de Dios que o se tiene o no se tiene. Si no se tiene, no hay
nada que desarrollar. Los dones psíquicos son más limitados en número y mucho
más limitados en sus capacidades.
Cuestión 188
Hay quienes dicen que hay que conocerlo todo (en el fondo tienen el deseo
de probarlo todo), estos después sufrirán las consecuencias de haber probado
frutos de un árbol maligno o, al menos, impuro.
Como normal general, todo cristiano debe alejarse de este tipo de cursos en
los que se cultiva lo extraordinario. El cristiano debe cultivar la vida ordinaria, la
vida inserta en la Cruz de Cristo. El hambre de lo extraordinario es una ambición
como cualquier otra, como la codicia del dinero, de la fama o de cualquier otra
cosa.
Cuestión 189
Es cierto, que todos los dones, los celestiales y los psíquicos, cuanto más se
usan, más se desarrollan. Esto puede parecer extraño en los dones celestiales,
pero es así. Alguien, por ejemplo, dotado del don de lenguas, más lo desarrollará
cuanto más lo use. Alguien que tiene el don celestial de curar, si dedica más y
más tiempo a ello, más desarrollará ese don.
Cuestión 190
Hay personas que en sus manos tienen un poder sanador. Sujetos cuyas manos
desprenden energías que pueden ser sentidas por la persona que recibe
esa imposición de manos. Esa misteriosa energía puede actuar sobre el cuerpo,
pero también sobre la mente. De forma que el que tiene ese don, a veces, puede
serenar a alguien, quitarle miedos, quitar la tristeza por algún tiempo al que llegó
deprimido, etc. Normalmente, la sanación física que se produce por personas que
imponen las manos con un don psíquico se reduce a que disminuya el dolor, a
que la persona se sienta mejor, a que mejore una enfermedad. Esa energía que se
puede desarrollar con un poder psíquico es limitada. Actúa de un modo real,
pero es limitada. Las sanaciones totales, perfectas, instantáneas de enfermedades
muy graves son un don celestial y no fruto de un don psíquico.
El don psíquico puede hacer que alguien se vaya curando poco a poco de
una enfermedad de la piel en una zona del cuerpo, pero sólo Dios puede curar de
golpe una úlcera de estómago. El don psíquico puede tener una influencia
positiva sobre esa úlcera, puede ayudar a su curación lentamente sesión tras
sesión, pero todo entra dentro de lo natural. Como entra dentro de lo natural, por
ejemplo, la acción de las hierbas medicinales.
Cuestión 191
La visión del futuro
POCAS cosas anhelan tanto los seres humanos como conocer el futuro.
Evidentemente el futuro no está escrito ningún lado para que podamos leerlo. El
futuro está en manos del libre albedrío4 y sólo Dios lo conoce. Dios lo conoce
pero no lo ha dejado escrito en ningún
lado, está en la mente de Dios.
4 El futuro, así como la Historia, está en manos del libre albedrío de los
hombres, aunque Dios se reserva el derecho a intervenir cuantas veces lo
considere conveniente.
Cuestión 192
No pocos de los que tienen un don otorgado por Dios, suelen ocultarlo y nadie
sabe que lo tienen. Otras, como ya hemos dicho, tratando de desarrollar ese don
lo impurifican con técnicas que cada vez tienen más de mágico. Pocas personas
con dones, tienen la suerte de dar con un grupo de oración, un sacerdote o un
entorno parroquial adecuado para poder usar ese don en bien de los demás.
Las personas que tienen un don, por supuesto, no piden dinero por ayudar al
prójimo. La ambición de dinero, el deseo de fama y el afán desmedido de
desarrollar el don suponen primero la impurificación del don, y finalmente su
extinción. A menudo, en ese don divino se va infiltrando el demonio con su
soberbia. Y en algunas ocasiones, antes de que el don se extinga, ha ido siendo
sustituido por dones que vienen de abajo y no de arriba.
Los mejores dones, por supuesto, son los de los místicos. El don
acompañado de santidad tiene todas las garantías de su bondad. Pero es
necesario recordar una vez más que hay personas no santas con verdaderos
dones dados por Dios.
Cuestión 193
Los espíritus impuros sí que ven cuando uno, está hambriento de poderes
extraordinarios. Por eso es muy importante tener rectitud de intención, no
mezclar nada esotérico y nunca caer en nada ni lejanamente parecido al
espiritismo.
La gente que se metió en este campo de las energías nunca quiso tener contacto
con espíritus. Pero los espíritus sí que detectaron que esa persona estaba
metiendo su mano en el campo de lo desconocido. Ella no llamó a los espíritus,
pero los espíritus fueron a ella. Por eso, aunque en honor a la verdad tengo que
afirmar que existen los poderes psíquicos, no animo a que la gente comience a
desarrollar esos poderes de cualquier manera. Vida espiritual, una recta guía,
rectitud de intención, humildad y no hacer nada esotérico es necesario para
evitar males en un campo en el que después no se
puede ir al médico.
………………………………..…,
Cuestión 194
¿Qué es la magia?
La magia es tratar de conseguir algo más allá de las leyes naturales, a través de
ciertas palabras o acciones esotéricas. Es decir, se trata de conseguir algo a
través de unos medios que no guardan ninguna relación razonable entre la causa
que se pone y
el efecto que se obtiene.
Si alguien me dice que para curar una enfermedad tengo que caminar por la
hierba cubierta del rocío matutino, en ello pueden actuar energías naturales
desconocidas que pueden ser beneficiosas, y en usar este tipo de cosas
aprendidas por la experiencia no habría nada de malo. Pero si me dicen que tome
una infusión en la que además de varias raíces tengo que introducir unos pocos
pétalos de una flor que haya estado en una iglesia, eso ya es magia.
Cuestión 195
Cuestión 196
Hay quienes al tocar una imagen con las manos o besarla, lo hacen con
cariño y fe, y los hay que lo hacen como un mero medio material, físico, en
orden a obtener lo que desean. En el hombre de fe, prima la petición. En el
hombre supersticioso, prima la realización de una determinada acción. No pocas
veces la petición y la superstición se mezclan, habiendo algo de lo uno y algo de
lo otro. Siempre es necesario purificar.
Cuestión 197
Hemos dicho que las fórmulas mágicas son inútiles, pero alguien se preguntará
si no hay excepciones. Pues no, no las hay, ni siquiera una sola. Lo mismo que
no hay fórmulas para hacer milagros, tampoco hay fórmulas efectivas en la
magia. Si con una fórmula mágica se produce algún efecto, hay que achacárselo
a los demonios. La fórmula mágica hace que vengan, aunque no se les mencione.
Ellos, los demonios, ven que alguien está practicando magia y tienen interés en
que los hijos de Dios creamos que la magia es efectiva, por eso a veces esas
fórmulas producen efectos.
Cuestión 198
La diferencia entre religión y magia es nítida y precisa, son dos cosas totalmente
distintas. Después, en culturas concretas ambas realidades abstractas pueden
mezclarse más o
menos. Los rasgos esenciales de estas realidades son los siguientes:
-en la magia se ven los efectos de ese dominio sobre esas fuerzas
En la religión, la Deidad es el Santo entre los santos, un único Ser Supremo que
sólo puede ser bueno, y más que bueno: santo. Somos indignos de acercarnos a
Él, sin embargo, la religión es el modo de comenzar una relación con ese Ser
personal. En la magia, las fuerzas pueden ser impersonales y si son personales
sólo se las utiliza.
Cuestión 199
La espectral estudia las manifestaciones de los fantasmas, que son almas del
purgatorio
Hay gente que cree que todo se puede explicar con las leyes de la ciencia
física. Hay otros que piensan que todo lo que no se puede explicar con la ciencia
física se puede explicar con la mística. Pero si investigaran con más
detenimiento todos los fenómenos extraordinarios verían que hay algunos de
estos hechos que se salen fuera del campo de la mística o la teología. Eso que no
se explica ni por la ciencia ni la teología constituye el campo propio de la
parapsicología.
Como he dicho, aunque sean pocos los que se han dedicado a aplicar la
observación y catalogación de esos hechos de un modo objetivo y metódico, la
parapsicología es una ciencia. Aplica el método científico a este tipo de
fenómenos y sus resultados son tan precisos como los de cualquier
otra rama de la ciencia.
Voy a poner un ejemplo, si una santa recibe una revelación de Dios, eso es
campo para la mística. No se puede estudiar científicamente. Dios dará sus dones
cuando quiera y como quiera, sin someterse a condiciones de laboratorio.
Pero si alguien dice tener poderes telepáticos o poderes telekinéticos, eso sí
que es comprobable en un laboratorio. Se pueden hacer experimentos con
resultados evaluables, se pueden hacer pruebas dotadas de la máxima objetividad
y dejar constancia de los resultados.
Así que hay que dejar claro que la parapsicología es la rama de la ciencia
que estudia estos fenómenos extraordinarios, pero no todo aquello que tiene que
ver con los milagros de Dios, ni con los fenómenos que rodean a los santos, ni
con todo aquello que es campo propio de la ciencia teológica.
III Parte Los adoradores del demonio
…………………………………..…,
Cuestión 200
Y digo “un poco de bien ahora” porque es muy poco lo que el demonio da.
Ya aquí en la tierra, los servidores del Maligno sufren las consecuencias del
pecado: ira, tristeza, rabia, melancolía, odio, intranquilidad, continua ambición
no satisfecha, continua hambre de más placeres. Y el demonio les concede poco,
casi nada. Con ellos no es generoso ni en la tierra. Podría darles más, pero no
quiere que gocen ni sus súbditos. Está dotado de sentimientos sádicos y no es
bueno ni para con los suyos. Lo que sí que les suele inculcar en sus mentes es
que les ha concedido lo que le han pedido. Pero es una idea irreal que él les mete
en sus cabezas.
En fin, las personas entregadas al demonio deben saber que Dios creo todo
y tiene pleno poder, incluso para reducir a la nada a todas las fuerzas del
infierno.
Cuestión 201
Cuestión 202
¿Qué puede hacer un familiar para sacar a alguien de una secta satánica?
Cuestión 203
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Sumario sobre cuestiones mágicas, supersticiosas, parapsicológicas y de
otros campos
Lo primero de todo hay que dejar claro que en este campo tenemos muchas
dudas y pocas certezas. Tenemos muy claro (gracias a la Teología) qué es un
demonio y también muy claro (gracias a la práctica) que los exorcismos
expulsan a los demonios, pero en el campo de lo parapsicológico no hacemos pie
pues allí la Revelación cristiana nada nos ha revelado. Sin embargo, el contacto
de años con este mundo de lo oculto y la experiencia sí que nos permite decir
unas pocas cosas con cierta seguridad. Quizá no con plena seguridad, pero sí con
mucha más seguridad que la que puedan ofrecer adivinos, videntes y gente por el
estilo.
Las piedras mágicas: No puedo afirmar con absoluta seguridad que algún
tipo de mineral no pueda tener algún efecto magnético o de otro tipo que ahora
no podemos ni sospechar. Efecto que sería comprobable científicamente y que se
explicaría por las leyes de la naturaleza. Pero sí que puedo decir que todo el
mercado que existe para la utilización de piedras para relajarse y sanar no tiene
ningún efecto. Al menos, como no se invoca a ningún espíritu, no producen
ningún tipo de influencia negativa. Pero su resultado es sólo el de la sugestión.
El poder de las velas: Las velas no tienen poder alguno. Hay gente que las usa de
todos los colores posibles para sanar, quitar malas energías o atraer la suerte. La
vela en la Iglesia Católica sólo se usa para hacer bonito y como símbolo. Pero
fuera de su valor estético y simbólico no tienen efectividad alguna.
Se debe combatir la idea, por ejemplo, de que una vela bendecida trae
buena suerte. O que una vela de un color tiene un poder específico. O que el
número de velas sobre el altar tenga algún poder especial. Dígase lo mismo
respecto al número y tamaño de las velas del altar.
Pero así como se debe combatir la superstición con velas y otros objetos
bendecidos, no se puede prohibir desde la religión el supuesto uso medicinal de
piedras, homeopatía o flores de Bach. Estas cosas al no ser usadas de un modo
mágico no entran dentro de las cosas que nuestra fe prohíbe. Si se desacreditan
hay que hacerlo desde la razón, pero no desde la prohibición en razón de nuestra
fe. Dicho de otro modo, la superstición se debe combatir desde la fe. Pero las
teorías estrambóticas (mientras no haya magia de por medio) no van contra la
religión. Un sacerdote puede prohibir a un cristiano que tire una herradura hacia
atrás para que le de suerte. Pero no puede prohibirle que se alimente de pétalos
de rosas porque así cree que se curará de todas sus enfermedades. El feng shui es
una superstición porque nada cambia la suerte de las personas, pero no así el que
cree que tumbándose en la cima de las montañas, la energía de las montañas
puede curarle sus migrañas. Por eso se puede decir que un cristiano no puede
practicar ni creer en el feng shui, pero no se puede obligar desde la religión a no
creer en el poder sanador de las cimas de las montañas.
El sentido de los sueños: Hay muchos libros para interpretarlos. No sirven para
nada. Los sueños son mera mezcla de recuerdos y fantasía. Aunque lo normal es
que cada persona a lo largo de su vida tenga algunos sueños que sean un aviso de
Dios respecto a algo. Pero las contadas veces que eso sucede en la vida, la
persona sabe que Dios le ha avisado de algo, tiene esa certeza o, cuando menos,
una duda muy intensa. Además entiende desde ese mismo día que ese sueño fue
especial.
¿Hay personas que dan buena o mala energía?: Hay quien no quiere estar
trabajando con una persona, porque dice que le transmite mala energía. O que
quiere que un conocido deje un grupo de amigos, por lo mismo: me transmite
mala energía. Nadie da buena o mala energía a nadie. Hay personas que nos
contagian por su palabra, gestos o imagen su optimismo, su alegría u otras cosas
buenas. Y hay personas que no pueden evitar el mostrar la agresividad, tristeza o
pesimismo que reina en su interior. El alma manifiesta su interior cada vez que
hablamos, nos movemos y entramos en contacto con otros. Pero no transmitimos
nada energético, ni positivo, ni negativo.
¿Hay personas que atraen la mala suerte?: No hay nadie que atraiga o transmita
mala suerte, ni buena suerte. Ni siquiera los objetos religiosos nos atraen buena
suerte. Todo está en manos de Dios, nada material cambia esos planes amorosos
de nuestro Padre que está en los cielos. No existen personas gafes. Si la
existencia no estuviera en manos de una Providencia amorosa, si todo fuera un
mero bombo de azar, a veces sí que la bola negra puede salir repetida muchas
veces
seguidas. Pero hemos de entender que si las cosas salen mal una y otra vez, o
Dios está probando nuestra virtud o eso se debe a que nosotros somos el
problema. Hay gente que se queja de que todo le sale mal, y no se da cuenta de
que ellos mismos son el problema. Esas personas deben cambiar, entregar su
vida a Jesús y que Él les transforme enteramente.
Son muchos los que, teniendo una consulta de terapias de reiki mezcladas
con magia, creen conocer a la perfección este mundo desconocido y después
descubren con sorpresa que parte de sus supuestos dones provenían del mundo
espiritual maligno.
Pero el que esta práctica normalmente esté contaminada con cosas impuras,
no significa que no exista una energía que proceda de nuestro espíritu. Energía
natural que constituye una capacidad desarrollable.
Explicado lo anterior, hay que decir que, por ejemplo, cuando un esposo da
un masaje con cariño a su esposa, en ese acto hay algo más que contacto físico.
Además, siempre que alguien tenga un dolor en una parte del cuerpo, aconsejo al
cónyuge a que le de un masaje lento, con amor, orando a Dios. Si esto se hace de
forma relajada, sin prisa, los esposos descubrirán que son algo más que cuerpo.
Las personas que, por ejemplo, quieren obtener el amor de alguien a través
de estos medios deben entender que lo que mal comienza, mal acaba. Por
ejemplo, si un chico se siente atraído por la chica empujada por la tentación de
los espíritus (gracias al hechizo), antes o después esa tentación acaba y el chico
se arrepiente de lo hecho.
Las pulseras de energía: La mayor parte de los que recomiendan este tipo
de pulseras, son personas metidas en la Nueva Era que han decidido abandonar
los claros y racionales campos de la medicina, para recomendar a todos la acción
de este tipo de pulseras que no resistirían el más ligero estudio estadístico para
comprobar su eficacia. Los sacerdotes debemos desaconsejar completamente
este tipo de nueva superstición. Aunque dado que no hay invocación de ningún
espíritu, ni el uso de ninguna fórmula mágica, no se puede prohibir.
Sin embargo, dado el modo concreto en el que los mantras se han extendido
en Occidente, son prácticas no del todo aconsejables por tres razones. La primera
es que no podemos estar seguros de que algunos de esos mantras no sean
nombres de demonios. La segunda razón es que se piensa que esas sílabas tienen
un poder en sí mismo, y ello ya está entrando en el campo de la magia, dejando
de ser mero vehículo de relajación, concentración o contacto con la Divinidad.
La tercera razón es que no acabo de ver por qué un cristiano debería abandonar
los sencillos y seguros medios de la oración cristiana, para sustituirlos por estos
medios muchas veces mezclados de esoterismo.
Bien es verdad que algunos números son símbolo de otras cosas. Por
ejemplo, el tres es símbolo de la Santísima Trinidad, el 666 es símbolo del
Anticristo. Pero ni el número 3 da buena suerte, ni hay que rehuir el 666 o el 13
o cualquier otro número. Yo dormiría sin ningún problema en la habitación 66
del 6º piso, pues es un número tan bueno como cualquier otro.
Los ovnis: Sobre este punto la Sagrada Escritura no nos dice nada. Cada
uno está en plena libertad de creer que existe o no vida en otros planetas. No sé
si los habitantes de otros sistemas solares visitan nuestro planeta. Pero de los que
sí que estoy seguro que están cerca de nosotros son los demonios. Por ello, tengo
la gran sospecha de que los demonios sí que tienen interés en manifestarse a
nosotros bajo esa forma para así dar supuestos mensajes, primero sobre temas
“galácticos” para luego descender a temas morales y religiosos. Desde luego sé
de muchos casos en que ha sido así. Los demonios están deseando entrar en
contacto con los hijos de Dios sea bajo la apariencia que sea. Seguro que en
siglos pasados tomaron formas de hadas o de otro tipo. En cada época buscan
tomar contacto del modo que ven más adecuado a la mentalidad de esa cultura.
Mediumnidad: El médium (que suele ser casi siempre una mujer) es, como
la misma palabra dice, medio e instrumento para que un espíritu se manifieste a
través del cuerpo de esa persona. Practicar la mediumnidad supone el peligro de
quedar poseído por ese espíritu. Una vez que invocamos a los espíritus nada
previene de ese peligro. Aunque sea sólo dicho de paso, la mediumnidad tiene
rasgos muy semejantes sea que un demonio hable a través de un espiritista, o un
ángel o la Virgen a través de una santa que está en éxtasis. La diferencia es que
el espiritista ha invocado a espíritus para que vengan, mientras que el santo no
hace nada para que se produzca ese estado.
Juegos de rol: Aunque los juegos de rol no tienen nada que ver con la
magia, sí que en ellos aparecen muy a menudo los magos y los demonios. Pero
se han convertido en un medio para familiarizar a los jóvenes con la magia y
para considerar a los demonios como personajes que pueden ser dominados con
ciertas técnicas. Por supuesto que en el juego todo se mantiene en el plano de la
ficción, pero al cabo de años de juego e independientemente de la intención con
la que se comenzara, éste es el efecto. A los demonios les atrae ver a hijos de
Dios jugando horas y horas con figurillas de demonios. De ahí que el juego atrae
presencias que tientan a jugar de un modo obsesivo.
Sea cual sea la temática del juego de rol (aunque no sea ni mágica, ni
demoníaca), se trata de un juego que debe ser desaconsejado, pues sus
participantes tienden a obsesionarse con algo que al fin y al cabo no es más que
un juego de azar. Un juego de azar rodeado de muchas figurillas y de un gran
tablero, pero azar. Los juegos de rol suponen un empobrecimiento para aquellos
que lo practican, que podrían dedicarse a actividades mucho más enriquecedoras.
Hay que favorecer juegos que supongan ejercicio físico o juegos que supongan
un desarrollo mental, pero los juegos de rol son una burbuja donde se aíslan los
participantes sumergiéndose más y más en un mundo sin ningún sentido.
Rock duro: Al que le guste el rock, puede escucharlo sin tener aprensiones
de estar pecando. Cargar a las almas de los jóvenes con la prohibición de
escuchar música rock sería injusto, pues al fin y al cabo se trata de música.
Prohibir no, pero desaconsejar sí. Pero siendo realistas, hay que reconocer que el
rock duro es una música que excita las peores pasiones de los jóvenes: la ira, la
rebeldía, la lujuria, la vida desordenada. Es algo que tanto en su letra como en su
música, no relaja, no lleva a la contemplación de la belleza, no mejora a la
persona. Los mismos integrantes de estas bandas musicales son verdaderos
ejemplos de vida en pecado, y ellos sufren en sí mismos los frutos de esa vida
que es todo lo contrario de lo que tratan de dar a entender a aquellos que les
siguen. Por eso los demonios, viendo lo mucho que pueden ganar, se concentran
en los lugares donde van a tener lugar conciertos tratando de fomentar el
descontrol, el frenesí, la idolatría respecto a los cantantes. Esa histeria que
vemos en tantas chicas respecto a sus ídolos, está fomentada por los demonios.
Ellos saben muy bien qué es lo que deben fomentar. Y saben que hacer ídolos de
esos pobres seres humanos, es algo bueno para sus planes. Y más si esos seres
humanos les ofrecen canciones que son predicaciones a favor
de todos los vicios.
Cosa distinta es escuchar una y otra vez machaconamente una letra que
incita al odio, a la lujuria y a todo tipo de perversiones. Eso, oído durante horas,
sí que penetra no sólo a nivel consciente, sino también subconsciente.
El efecto moral del rock satánico es devastador. Los jóvenes son incitados
por esas letras a hacer el mal, a alejarse de Dios. Se acostumbra a esos jóvenes a
ver como normal cosas aberrantes. Si invocan a demonios o los alaban, en esas
canciones, los demonios vienen y les provocan influencias demoníacas: mal
carácter, depresión, riñas, tendencias suicidas. Si esos jóvenes después oraran
con fe, esas influencias al ser leves desaparecerían sin dificultad. Pero como no
oran, permanecen y las tienen que sufrir a veces de por vida.
Así como a los ángeles les agrada estar en casas donde hay imágenes de
ángeles o religiosas en general, a los demonios les gusta estar en habitaciones
donde hay infinidad de figurillas de demonios, carteles de grupos satánicos, y
objetos de temática infernal. Se sienten a gusto en esos ambientes y les atraen. El
mal se siente atraído por la representación del mal, así como los ángeles buenos
se sienten atraídos por imágenes celestiales ya que se sienten acogidos, queridos
y bienvenidos. Por eso hay casas donde hay ángeles habitualmente, y hay casas
donde hay más demonios que en otras aunque no obren nada extraordinario.
Telepatía: No tiene nada de malo. Más que de una facultad estamos hablando de
un hecho extraordinario que sucede improvisadamente. No se puede desarrollar
esta facultad, porque acaece muy pocas veces en la vida de una persona, sobre
todo entre gemelos y mellizos. Dado que somos espíritu, además de cuerpo, no
tiene que extrañarnos que alguna vez se de esta posibilidad.
Hay gente que llama a un determinado ángel con un nombre que ha leído en
un libro (normalmente de la Nueva Era) y después resulta que ese nombre es
nombre de un demonio. No hay que arriesgarse. Mucho peor es cuando se pide
la protección de esos ángeles añadiendo prácticas mágicas.
Incluso entre cristianos que nada tienen que ver con la Nueva Era pululan
muchos escritos acerca de supuestas revelaciones. Eso es sumamente peligroso.
La veneración a los ángeles y la petición de ayuda a ellos debe practicarse del
modo sobrio que se ha hecho tradicionalmente en la Iglesia, sin añadir elementos
dudosos.
Los adivinos: La inmensa mayoría son unos estafadores que nada tienen
que ver con el demonio. Unos pocos conocen algunas cosas del futuro, muy
contadas, porque el demonio que hay en ellos poseyéndoles les revela esas cosas.
Después hay un número muy exiguo de personas que sí que tienen un don de
Dios por el que alguna cosa del futuro les es dado conocer. No me refiero sólo a
los santos místicos, sino también a personas que tienen un don desde que
nacieron aun sin ser especialmente religiosas. En la Biblia, el profeta Balaam
(Libro de Números, capítulo 22 y siguientes) tenía ese don a pesar de no ser nada
santo.
Yo era de los que creían que esto no podía suceder, que sólo los místicos
podían alguna vez conocer algo del futuro. Pero he comprobado personalmente
que existen personas que sin practicar nunca nada que tenga que ver con el
ocultismo y sin estar posesas, notan que tienen un don desde la infancia.
Personas con dones: Los místicos tienen dones de Dios, eso está claro, Pero
también hay personas no muy religiosas que poseen el don de curar, de ver el
pasado o el futuro o de sentir la presencia de espíritus. Pero el problema es que
para la gente normal no hay manera de saber quien es el embaucador y quien el
que tiene un don de Dios. Así que no hay que ir a este tipo de personas por más
que tengan imágenes de santos y vírgenes en sus casas. El que vaya a ellos, por
más buenos que parezcan, se arriesga a sufrir una influencia maligna
preternatural.
Nueva Era: La Nueva Era es una mera variante de la magia como tantas otras
que han aparecido y desaparecido a lo largo de la historia. Si se invocan
espíritus, éstos vienen. Y son espíritus malignos aunque uno llame al espíritu de
la tierra o del bosque o cosas similares. Estos espíritus que vienen, aunque no
lleguen a poseer a la persona, provocan influencias negativas en la persona o al
menos a su alrededor.
Hay mucha gente que cree canalizar energías con sus manos, con cristales,
minerales y cosas por el estilo, para curar enfermedades. La gente que hace tales
cosas, lo hace con la buena voluntad de ayudar a los demás y sin ninguna
intención de perjudicar a nadie. Pero lo cierto es que no pocas personas de éstas
acaban padeciendo influencias de espíritus impuros.
Yoga: Si uno usa el yoga como mera forma de relajación y método para
aprender a concentrar la mente, no hay nada que objetar. Pero no pocas veces el
yoga se combina con esoterismo o Nueva Era.
Lo dicho no debe inducir a pensar que la masonería puede ser abrazada por
un cristiano. El mensaje de Cristo en los Evangelios y la doctrina masónica son
incompatibles. Uno o es cristiano o es masón. La masonería nació para sustituir
a la Iglesia, para sustituir la revelación cristiana por un conjunto de doctrinas
filosóficas que en ese momento parecían las más “científicas”. La masonería
nació en el siglo XVII con el propósito de sustituir las oscuras doctrinas
cristianas por un culto racional adecuado a una época ilustrada que deseaba
reformar toda la sociedad desde sus cimientos. Todo este propósito y las
doctrinas en las que se concretó, son incompatibles con el mensaje de la Biblia.
El demonio, sin duda, tienta a favor de deformar y afear el cuerpo por estos
medios. Todo lo que sea nublar la belleza de la obra de Dios, es algo que el
maligno promueve. La misma conciencia humana siente rechazo de forma
natural y no aprendida, hacia estas desviaciones. Por eso entre la gente muy
cristiana apenas si se dan tatuajes, pues la conciencia avisa. Y por el contrario
entre los grupos moralmente más deformados, esta práctica se cultiva, dando por
normal lo que no lo es, apareciendo como bello lo que constituye una verdadera
perversión del cuerpo. La cosmovisión cristiana incluye la concepción de la
belleza como algo objetivo, y no como algo absolutamente relativo.
Psiquiatría y vida espiritual
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…,
A estas alturas del siglo XXI, las teorías, conjeturas y suposiciones de Freud ya
están lo suficientemente desprestigiadas como para que nadie con ánimo
verdaderamente científico afirme que es un seguidor de él. Sin embargo, uno de
los más erróneos legados que sí que continúan impregnando la mentalidad de la
mayor parte de los psiquiatras de todo el mundo, es la idea de que la represión
genera enfermedad. Y así, por poner un ejemplo, siguen siendo muchos los
especialistas médicos que como medida “higiénica” aconsejan a sus pacientes
“desinhibirse” y practicar una “vida sexual sana”, entendida ésta como una vida
sexual carente de regulación por parte de la religión. En todos estos pacientes, el
psiquiatra lo primero que trata de quitar del paciente es la idea de que la castidad
sea algo bueno.
Los confesores no deben olvidar al tratar este tipo de pecadores que durante
toda una vida no logran vencer poderosas tendencias negativas, que el éxito de
su trabajo como confesor y de la lucha del penitente no se debe centrar sólo en el
hecho de no haber vencido de forma perfecta un vicio, sino también en el hecho
de haber impedido que ese vicio hubiera quedado sin una barrera de contención.
El mero hecho de tener que confesar los pecados es ya de por sí una fuente de
higiene mental. El tener que confesar lo que más averguenza, los secretos más
oscuros de la mente, supone un proceso de autoeducación desde la infancia en
orden a desnudar nuestra psique para someterla al juicio ajeno.
Ya sé que la confesión es ante todo y sobre todo una gracia. Pero Dios
podía haber otorgado esa gracia sin necesidad de confesar los pecados, como
sucede en el bautismo. Mas el Redentor, conocedor perfecto de la mente humana
y sus mecanismos, dispuso esta sanísima norma de salud psíquica: la confesión
oral de los pecados con su número y especie. Cuanto más le cuesta a alguien
desvelar esas intimidades, más necesitado está de su valor terapéutico.
A pesar de lo que afirma una buena parte de los psiquiatras, la represión de las
pasiones no es fuente de desequilibrio sino el medio por el que se fortalece la
voluntad. La voluntad, como un músculo, debe ser robustecida y consolidada a
través de repetición de actos. Las pasiones, cualquiera de ellas y muy
especialmente la pasión sexual, sin control, se trasforman en fuente creciente de
insatisfacción. La insatisfacción no nace de la represión, sino de la pasión no
controlada.
Uno podría pensar que cuanto más satisfagamos una pulsión más aquietado
quedará ese apetito. Pues no.
Enfermedad psiquiátrica:
-biopatologías -psicopatologías
-pnemopatologías Fenomenología demoniaca
Son las que tienen su origen en una pasión desordenada. Es decir, su origen está
en algo que nada tiene de patológico, sino que su carácter morboso reside en
haberse impuesto lentamente sobre la voluntad de un modo tiránico. Se trata de
de una enfermedad cuya etiología no tiene ningún misterio desde el punto de
vista de la psiquiatría y que es un mero y simple acto éticamente desordenado,
pero repetido en un grado tan alto y sin una voluntad que oponga resistencia, que
llega a mostrar carácter patológico. Un ejemplo de esto es el ludópata o el
obseso sexual.
Restaurar ese orden tiene que ver más con la perseverante y artesanal labor
de un confesor (aunque esa labor la haga un psiquiatra en su faceta no
sacramental), que con la fría labor de un médico-técnico que aplica un fármaco o
que pone en práctica una terapia experimental recién traída de una universidad
sueca.
1) Que en estos casos las ramas patológicas, una vez formadas, tienen vida
propia aunque cortemos el tronco raíz de la enfermedad.
2) Que nunca queda muy claro dónde acaba una rama y dónde empieza un
tronco. Por el contrario todo parecen ramas interconectadas sin tronco alguno.
COMO ya se ha dicho hasta los más ateos de los psiquiatras, hasta aquellos que
niegan de un modo más rotundo la objetividad de las normas morales, deberían
reconocer que la claridad y sencillez del esquema de las enseñanzas cristianas
poseen un carácter curativo, simplificador, tranquilizador y afianzador en medio
de todas las complicaciones que oprimen y asfixian a aquellos que padecen un
desorden mental.
En este punto hay que mencionar que no pocos sacerdotes deben cambiar
de mentalidad: el enfermo mental puede llegar a la santidad. Es más, la
enfermedad mental muchas veces supone una terrible pasión. Sin embargo,
algunos pastores de almas desdeñan la labor de la dirección espiritual con estas
personas porque dicen despreciativamente: están enfermos. Como si al decir eso
dijeran: no vale la pena perder tiempo con él. Con estas personas locuaces y
nunca tranquilas, efectivamente, no hay que perder mucho tiempo, hay que
cortarles sus ansias de explicar, e imponer un tiempo máximo a la confesión,
pero aun así hay que perder algo de tiempo. No perder mucho tiempo no
significa no perder nada. Tampoco tiene sentido prolongar las charlas con ellos,
pues con una docena de enfermos sería suficiente para colapsar la agenda de
cualquier párroco.
2.-En estos casos más extremos, el horror lleva a accesos de furia, acompañados
normalmente de blasfemias o insultos dirigidos hacia el objeto religioso que se
ha situado en la proximidad.
7.-En algunos casos sí exponen relatos que parecen iguales a los de las
alucinaciones sensoriales (concretamente exponen que, esporádicamente, ven
sombras, sienten una difusa sensación extraña en alguna parte concreta del
cuerpo u oyen crujidos). Por el contrario no suelen oír voces internas, ni que algo
les corre bajo la piel, sino que lo normal es que tengan los sentimientos que ese
ser les transmite: ira, rabia, tristeza y otros.
8 DSM IV, pg 273. En este libro las citas de esa obra (Diagnostical and Statiscal
Manual of Mental Disorders de la American Psychiatric Association) se harán
siguiendo la edición norteamericana de 1994.
Podríamos decir que la posesión tiene algún ligero aspecto en común con la
esquizofrenia paranoide. Dado que la característica esencial de una esquizofrenia
de tipo paranoide es la presencia de notables ilusiones o alucinaciones en el
contexto de una relativa preservación de la función cognitiva y afectiva9. El
punto 7 (expuesto anteriormente) daría la impresión de que este tipo de pacientes
entrarían en la clasificación para este tipo de enfermedad. Aunque hay que hacer
insistir una vez más en que ese tipo de alucinaciones en estos casos mantendrán
una temática constante. Aunque transcurran varios años, las alucinaciones no
cambiarán de temática, ni tampoco variarán esencialmente en su frecuencia.
Frecuencia tan irrelevante que no llevarán a catalogar al que las padece de
persona esquizoide. En este tipo de enfermos esta patología alucinatoria en
ningún caso deriva hacia el delirio.
9DSM, pg 287.
El horror que sienten los posesos hacia todo lo sagrado, no supone ninguna
fobia específica. Ya que incluso si apareciera como síntoma aislado
completamente desligado a todo el cuadro de síntomas que acompañan a este
síndrome aparecería claro que ese rechazo no es que provoque una ansiedad
creciente por la exposición al objeto temido, sino que lo que se provoca es una
reacción automática de ira. Y no sólo eso, sino que la exposición es causa de
emergencia de la segunda personalidad. Al no existir fobia tampoco ese rechazo
provoca ningún desorden obsesivo-compulsivo, ni tampoco ese rechazo da lugar
a ningún tipo de ritual de evitación (usada
aquí la palabra ritual en su sentido psiquiátrico; dado el tema que tratamos la
aclaración no es ociosa). Resumiendo porqué no estamos ante una reacción
fóbica:
10DSM, pg 849.
Pero mucho más importante que ese término, que había que reseñar ya que esa
obra hace mención, el DSM en el apartado 300.15 dedicado a los desórdenes no
especificados de otra manera (pg 490) habla de la posesión, mencionándola
expresamente, como de un tipo de desorden que no sigue las pautas dadas
anteriormente en el DSM para las disociaciones. Ese apartado trata este tema de
modo sumario esta cuestión, y ya advierte que hay casos en que la característica
predominante es un síntoma disociativo (…) y que [sin embargo] no concuerdan
con los criterios de ningún desorden específico.
FENOMENOLOGÍA demoniaca
Algunas veces el poseso que llega al exorcista para que examine su caso sufre
también una enfermedad mental. Es difícil, a veces, saber qué es lo provocado
por el demonio y qué es lo provocado por el desequilibrio propio de la persona.
Por eso hay ocasiones en que para la atención de este tipo de posesos conviene
que haya preparado todo un equipo de personas. Un equipo en el que además del
exorcista que le exorcice cada semana o cada dos semanas, haya alguien que
haga las labores de catequista que le vaya enseñando lo esencial de la fe y le
escuche y le conozca, alguien que haga una labor de acompañamiento de forma
que pueda darle consejos como los que le daría un psicólogo.
Hay que mencionar que muy a menudo, la labor de una madre o una esposa
que anime al poseso y le fuerce amorosamente a proseguir el camino y no cejar
en el esfuerzo es tan indispensable como todas las personas que he mencionado.
Pues el esfuerzo de orar, cambiar de vida y seguir una terapia por más que se
suavice y adapte muy a menudo está al borde de las fuerzas de este tipo de
personas.
Pensar que las cosas son o blancas o negras, que o se necesita exorcismo o
que se necesita psiquiatra, sin términos medios, es no conocer la realidad. Hay
casos en que la perfecta curación del enfermo sin un exorcista será imposible
pues hay dentro un demonio que insiste una y otra vez en unos determinados
pensamientos. El exorcista tiene que romper todas las influencias del Maligno
sobre esa persona y el psiquiatra simultáneamente tiene que ir restaurando el
orden en la mente de la persona. Insisto una vez más en que la labor de un
familiar que cada día anime en casa al poseso y no le deje tirar la toalla, es en la
práctica tan imprescindible como la de los otros dos.
Hay enfermos en los que hay muy poco de influencia demoníaca y casi todo
proviene de uno mismo. En otros es al revés. En algunos casos es imposible
saber cuál es la medida de esa acción invisible y cuál es la medida de la
enfermedad puramente natural.
Esto, aunque dicho para los posesos, es válido también para los psicóticos,
ellos no son una excepción a la regla expuesta. Pues por muy grave que sea la
psicosis, el entendimiento siempre tiene un determinado nivel de funcionamiento
correcto. De ahí que hasta en los casos más extremos hay que trabajar en el
entendimiento y en la voluntad en la medida de lo posible. Aunque hay pacientes
en los que esa medida es muy pequeña, y por lo tanto hay que perseverar con
esfuerzos de tiempo notables para lograr que muy poco sea lo que penetre en su
entendimiento. Esta labor es tan pesada, requiere tanto tiempo, requiere de tanta
experiencia, que de ordinario sólo la podrá hacer un psiquiatra. De lo contrario,
pocos casos absorberían todo el tiempo de un sacerdote.
Cuando el poseso con una enfermedad mental acepta que tiene que cambiar
aquello que en su vida está desordenado y pone manos a la obra, es entonces
cuando los frutos de las oraciones que el exorcista le hace se harán más
evidentes y animarán más a seguir con el proceso de liberación. Pero es
necesario que los familiares o el equipo recen rosarios diariamente (u otras
oraciones) por esa persona, para que la gracia como una semilla comience a
hacer su labor en el corazón de esa persona. Desde el principio del proceso se
puede exorcizar al demonio que tiene encadenado a ese enfermo, pero los frutos
de las oraciones sólo serán visibles cuando el corazón de la persona comience a
abrirse a la gracia, al reconocimiento de la necesidad de cambiar y haga algo en
ese sentido por poco que sea todavía.
Orar por los enfermos es el mejor modo de romper esas ataduras que a
veces tiene el demonio sobre la mente de los enfermos mentales con influencias.
A veces hay que orar mucho para que algo demoníaco se manifieste en el
paciente y se vea si hay necesidad o no de exorcizar. Pues si nada se manifiesta,
si no se ve ningún signo claro y razonable, no hay que exorcizar sino bendecir y
orar. Pero son tantos los enfermos que para evitar que el sacerdote quede
aplastado de trabajo es preferible decir a los familiares que oren diariamente por
el paciente y ofrezcan sacrificios por él, y que cuando esté en disposiciones
favorables de ver a un sacerdote e ir a una parroquia que lo traigan. De todas
maneras ante un caso muy claro de un enfermo con influencias ingresado en un
centro hospitalario, el sacerdote puede exorcizar a distancia desde su parroquia
exactamente como si lo tuviera delante.
Un caso muy interesante que tuve fue el de una persona con quizá alguna
influencia demoníaca, el problema era que evidentemente por carencias afectivas
quería llamar la atención de su entorno (exorcista incluido). De ahí que cuando
se hicieron las pruebas para ver si estaba posesa, nunca se supo dónde acababa
su histrionismo y dónde empezaba la acción del demonio. Por más que se
estudió el caso, nunca se pudo determinar esa raya. Pues no sabíamos cuando era
ella y cuando era el demonio el que hablaba a través de ella si es que había tal
demonio. Así que se optó por la siguiente terapia, la única que parecía razonable:
-que trabajara para que su mente tuviera menos tiempo para pensar
-que viniera a mí una vez al mes para que "rezáramos" por ella.
No se le dijo que se la exorcizaría, sino que se oraría por ella. En un caso así ni
había que rechazarla (necesitaba de oraciones), ni tampoco favorecer su voluntad
de actuar histriónicamente (ofreciéndole el entorno de un exorcismo). Así que se
le dejó claro que yo oraría por ella con brevedad y a solas en una capilla. Si ella
de verdad quería cambiar se sometería a las cuatro condiciones antes citadas
(todas ellas comprobables por mí) y en la medida en que se sometiera se podría
ver su obediencia al sacerdote y la evolución de su enfermedad.
Este es un caso extremo en el que había que dejar pasar mucho tiempo para
ir discerniendo qué había de actuación patológica subconsciente y qué había de
influencia demoníaca.
Fenomenología demoniaca
En fin, he querido dejar claro esto porque todo el mundo da por sentado que en
la Edad Media se confundía epilepsia con posesión. Afirmar eso demuestra un
perfecto desconocimiento del tema del que se está hablando ya que la epilepsia
está perfectamente descrita en sus síntomas desde la época Clásica. Y en la Edad
Media se siguió distinguiendo perfectamente entre epilepsia y posesión, no sólo
porque se conocían sus síntomas, sino porque también se sabía que era
hereditaria. La idea de que los medievales eran pobres tontos que veían al
demonio por todas partes es una idea de tan pocas luces que desprestigia a
aquellos que la sostienen.
Cuestiones
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Cuestión 204
Los Apóstoles, al igual que Jesús, no tenían que estar largas horas
exorcizando a los posesos, daban una orden y los demonios salían. Ellos no
usaron ningún ritual (tampoco existía todavía), este tipo de exorcismo era
inmediato y no requería de técnica alguna. Lo más seguro es que los inmediatos
sucesores de los Apóstoles usaran este tipo de exorcismo aunque cada
generación que pasaba verían como los exorcismos se prolongaban más. Poco a
poco irían dándose cuenta de la utilidad de ir usando la ayuda de oraciones ya
hechas y de objetos bendecidos.
Cuestión 205
Tanto cuando los laicos como los clérigos hablan de “exorcista” se refieren a
realidades muy diversas bajo la misma palabra, y eso aun cuando se refieran a
sacerdotes con permiso de su obispo para realizar ese ministerio. Bajo ese
sustantivo la gente quiere referir las siguientes realidades que vamos a tratar de
describir aquí.
11 Como norma general, los demonios abditi sólo son descubiertos por
exorcistas ministeriales. Será excepcional que un exorcista que sólo haya
realizado unos pocos exorcismos en su vida detecte la presencia de estos
espíritus.
Son no pocas las diócesis en las que ante los numerosos casos que reciben al año
pidiendo ser atendidos en este ministerio, deciden nombrar a un sacerdote
racionalista, que no cree en los exorcismos, para que les escuche y les de los
consejos psicológicos pertinentes, pero nunca practicando el exorcismo. Son
siempre sacerdotes que han hecho la carrera de psicología y que están infatuados
de su ciencia, siendo impermeables a la aceptación de la influencia de los
espíritus en las personas. Algunos de estos exorcistas ni siquiera creen en la
existencia del demonio. Escuché a un psicoexorcista de una gran archidiócesis,
la más grande de su país, que recibía al año 1500 casos, pero que en doce años
de “ejercer” este ministerio nunca había tenido que hacer ningún exorcismo.
Pseudoexorcista: es la persona que sin ser sacerdote, dice que es exorcista para
vivir de ello, usualmente tras la consulta se pide sólo la voluntad. Normalmente
es gente que proviene del mundo del esoterismo. Estos son falsos exorcistas,
todo lo que hacen es completamente inútil. Muchos acaban ellos mismos
sufriendo posesión diabólica y tienen que dejar este “trabajo” forzosamente.
Nunca nadie que ejerza este ministerio por dinero tendrá la ayuda de Dios. Y sin
Dios este ministerio no sólo está destinado al fracaso, sino que además la
persona carecerá de la protección del Altísimo contra estas “serpientes y
escorpiones”. De hecho, para ejercer este ministerio se necesita el encargo de la
Iglesia o el encargo directo de Dios. No es algo que uno pueda tomar sobre sí sin
esa precisa
voluntad de Dios. Nadie debe meterse en un foso de leones si Dios no se lo
ordena. Si uno se mete por su cuenta, lo hará bajo su propio riesgo.
Anexo a la cuestión
No hay que confundir una persona con un don carismático con alguien
perteneciente a la renovación carismática”. Una persona puede recibir cualquier
tipo de carisma y no pertenecer para nada a ese movimiento y espiritualidad. Por
ejemplo, Santa Catalina de Siena era una persona que tuvo este don carismático
del exorcismo. Ha habido más casos en la historia de la Iglesia, aunque para
evitar el escándalo de los fieles y la extrañeza de los teólogos, se ha ocultado
bajo un velo esta faceta de algunos santos no sacerdotes.
Las personas que tienen dones los tienen normalmente de dos tipos: o
viendo cosas (sintiéndolas en su interior, o viéndolas) o teniendo que poner sus
manos sobre el poseso (a veces tocan de un modo especial al poseso, pasándoles
la mano o como masajeándoles).
UNA vez oí a un obispo de sus propios labios decir que había nombrado a un
sacerdote como su delegado de vocaciones para el diaconado permanente y que
sólo le había dado una instrucción para el desempeño de esa función: no quiero
que haya ni un solo diácono permanente más en mi diócesis.
Pues esto es lo que sucede con los psicoexorcistas. Lo mismo que a ese
obispo no le importaba lo que hubiera dicho el magisterio de la Iglesia, ni que
una vocación no fuera un capricho humano sino un don concedido directamente
por Dios, así sucede con este ministerio en algunos lugares. El psicoexorcista es
nombrado para hacer entender a todos los que vengan a él que sus problemas son
psicológicos y no demoníacos.
Este tipo de falso exorcista es nombrado con todo cálculo para presentar
externamente la apariencia de estar cumpliendo la ley canónica, es decir, para
evitar “incomodidades” eclesiales. Así si alguien de la jerarquía eclesiástica les
acusa de no estar cumpliendo las normas del derecho eclesiástico, ellos
contestarán: ¡tengo un exorcista! Pero ellos saben muy bien a quien han
nombrado. Podrán engañar a los hombres pero no a Dios.
Obrando así saben que nadie les podrá acusar de no atender un caso
concreto, porque ellos siempre se podrán excusar alegando: es que mi exorcista,
después de examinar el caso, no encontró nada. Lo curioso es que no encuentran
nada nunca. Y a algunos de estos psicoexorcistas les han llegado a veces casos
de manual, casos que era imposible que coincidieran más con las páginas del
Evangelio.
¿Por qué esta situación? Debemos entender que, a veces, nos topamos con
pastores de la Iglesia, también obispos, arzobispos y cardenales, que son
racionalistas. Que creen más a un profesor de una facultad de psiquiatría que a
las páginas del Evangelio. Uno puede ser arzobispo de una archidiócesis clave
en una gran nación y, sin embargo, considerar que las páginas del Evangelio han
de ser interpretadas según el psiquiatra, y no al revés. A todos los cristianos
racionalistas hay que recordarles que el Evangelio no hay que entenderlo según
el mundo, sino el mundo según las palabras de Nuestro Señor. Y el Evangelio
hay que leerlo según sus palabras, es decir según sus precisas, concretas y
perfectas palabras. Palabras que fueron un día dichas no para sesudos profesores
de teología, sino para gente sencilla.
Cuestión 207
¿Tiene más poder el demonio por la noche? ¿O en alguna época del año?
Pero hechas estas aclaraciones hay que dejar claro que la hora del día, la
fecha o el lugar son indiferentes. Constituyen sólo el entorno de la tentación, sin
que estos influyan para nada.
Aunque es cierto que por la noche se peca más por estar uno más cansado y
por no tener la mente ocupada en el trabajo. Además el disponer de tiempo libre,
nos da la capacidad de poder hacer más bien o más mal, de poder dedicarnos a la
oración, a las buenas obras de caridad, etc. O de poder dedicarnos a la lujuria, a
las riñas familiares, al juego, a la bebida, etc. Este esquema puede parecer
simplista, pero la experiencia nos muestra que a veces los esquemas simplistas
funcionan.
Cuestión 208
1º. Que debe estar contento de ser despreciado por hacer la labor de Cristo.
Ser despreciado a causa de Él es motivo de alegría.
2º Que por sus propios pecados merecería mucho más desprecio. Y que por
tanto debe tomar los desprecios injustos como precio, barato, de los que
realmente merecería que son muchos más y peores.
Al exorcista le duele que sean sus hermanos sacerdotes los que a veces más
le critiquen, pero debe pensar que incluso en la época de Jesús había
racionalismo. Los saduceos creían en Dios, pero no en la resurrección.
Cuestión 209
Esto, una vez entendido, es válido pero a la inversa para el mal, habiendo
lugares sobre los que el demonio tiene un especial poder por los terribles
pecados que se cometieron. Si una persona al confesarse, tiene que ir
purificándose y rompiendo los lazos que le ligaban al mal. Así también hay
lugares que requieren ser purificados por la vida santa de sus moradores una vez
que se conviertan. Por poner otro ejemplo concreto, en un país donde se hayan
cometido decenas de miles de abortos durante años, habrá demonios que tendrán
un especial poder sobre ese lugar durante mucho tiempo.
Cuestión 210
El mismo Dios que detuvo el sol en tiempos de Josué puede hacer una
excepción cada vez que lo crea conveniente. Del mismo modo también hace
excepción a la ley que Él mismo decretó acerca de la presencia sacramental.
Cuestión 211
Cuestión 212
Cuestión 213
-canaliculus
-motio
-visio
-charisma linguarum
-charisma cordis.
Todos ellos actúan y sirven tanto si la persona sufre posesión, como si sufre
influencia, tanto si se ora por una persona como por una infestación o incluso en
la dimicatio.
No hace falta tocar al poseso para que esa carga salga. Lo curioso es que
este don comienza a funcionar aunque uno no esté orando por la persona, a veces
basta con estar en presencia del poseso para que los bostezos comiencen a darse.
En ocasiones la serie de bostezos acaba con que la persona que tiene el don
vomita algo invisible que es el demonio que había dentro. El demonio no es
visible para los demás, pero la persona con el don lo siente en su garganta y
boca. Y aunque no sale nada visible de su boca, la sensación es tan desagradable
como si estuviera vomitando realmente.
-Visio Hay personas que han recibido el don de ver en los posesos los demonios
que hay en ellos. Unos sólo ven que hay una carga demoníaca en ellos. Otros
llegan a ver qué demonios concretamente hay en ese cuerpo y donde. A veces
los ven de forma que no pueden describir, a veces los ven con formas de
serpientes o monstruos.
-Motio: Algunos exorcistas reciben un don en las manos. Un don con el que
pueden actuar directamente sobre las ataduras del demonio sobre el poseso, o
sobre el mismo demonio que oprime al poseso. Esos movimientos de las manos
indican que están apartando, rompiendo, cortando, golpeando a los espíritus o
actuando sobre sus ataduras. Unas veces el don de la motio actúa a un metro o
más del poseso, otras actúa directamente sobre la zona del cuerpo donde está ese
mal espíritu. A veces el sentido y significado de lo que hace con las manos el
que tiene este don está claro (por ejemplo, apartar), pero otras el significado es
indescifrable y misterioso. En ocasiones, la mano simplemente se agita o hace
extraños movimientos con los dedos.
Lo mismo que San Pablo habla del don de lenguas y del don de interpretar
las lenguas, así también el don de la motio puede ser interpretado a veces. Y así
he sido testigo, por ejemplo, de cómo dos personas sin comunicárselo entre sí,
supieron que unos determinados movimientos de los brazos del exorcista
creaban espiritualmente como un poderosísimo torbellino de aire que arrastraba
a los demonios. Y eso a pesar de que los movimientos apenas indicaban qué
significado podían tener.
-Charisma cordis: la persona que tiene el don nota algo en su pecho que actúa
directamente sobre el poseso, es como si su amor actuara sin palabras, sin gestos,
sobre el demonio o sobre la persona posesa (concediéndole gracias). En cierto
modo es el Sagrado Corazón de Jesús actuando a través del que tiene el don. El
amor de Dios actuando a través del amor de la persona que tiene el don. El que
tiene el don sólo tiene que callar, seguir sentado y sin abrir los ojos, dejando que
el don actúe. El grupo debería guardar completo silencio para no despistar a la
persona que tiene este don del charisma cordis. Se puede convenir un gesto para
cuando la persona sienta que el don actúa, todos guarden el mayor de los
silencios para no despistar (con rezos o cánticos) a la persona que está
concentrada.
Anexo a la cuestión
Phenomenus manifestationis
Los tres casos que he conocido con este fenómeno han sido exactamente
iguales en todos sus detalles, aunque no se conocían. Las tres personas en el
pasado habían estado posesas aunque ya habían quedado liberadas. Sólo supimos
de este fenómeno porque tiempo después de quedar liberadas quisieron colaborar
con el equipo de exorcismo. En estos casos (e insisto en que nunca se
conocieron) el fenómeno hizo su aparición del mismo modo: controlada y
conscientemente, no como algo que se les fuera de las manos, sino como si fuera
una ayuda para el exorcismo, para descubrir a los demonios.
Sin embargo, más que un don lo incluyo aquí como fenómeno, pues resulta
muy desagradable para la persona y aparece no a voluntad. Es decir, la persona
que es canal de esta manifestación sufre este fenómeno, pero no es algo que se
produzca porque quiera. Es como si la persona fuera un canal, un canal de
manifestación. Puede controlarlo en el sentido de que cuando comienza a sentir
los primeros síntomas puede salir fuera de la capilla.
Cuestión 214
Cuestión 215
dones exorcísticos?
Contentarse con lo que uno tiene, ese es el lema que debe regir el tema de los
dones. Si uno tiene un don, que no pida más, ni siquiera los desee. Que uno no
tiene ningún don extraordinario, pues que agradezca los dones ordinarios que
posee. La ambición de dones, o incluso de un solo don, es como cualquier otra
ambición. La gente no ambiciona la cruz, ni la vida ascética, ni los sufrimientos,
se ambiciona lo visible, lo que causa admiración. La gente no suele ambicionar
estar con Jesús en el Calvario, ni en el desierto, sino en el Tabor, en los grandes
milagros. San Pablo dice que ambicionemos los carismas mejores, es decir, el
amor, la esperanza, la fe.
Sobre este asunto de los dones jamás me olvidaré de lo que oí hace años por
boca de una posesa. Yo llevaba orando todo el día a Dios para que me ayudara a
comprender, pues había hablado con una mujer de mi equipo que tiene dones
pero que me había dicho una cosa que no cuadraba para nada con la doctrina de
la Iglesia. Y esa noche, en un exorcismo, una posesa que no sabía nada de mi
conversación de la mañana, comenzó en un momento dado a reírse. Era el
demonio que se reía de cómo influía en personas de mi equipo. Y después de
reírse, dijo con burla, con un soniquete musical que nunca olvidaré:
Cuestión 216
En otros casos los dones son de nacimiento y pueden coexistir con una total
falta de práctica religiosa. Es decir, una persona puede tener premoniciones o
conocer cosas ocultas y, sin embargo, no acabar de comprender por qué tiene
que ir a misa todos los domingos alegando que ella adora a Dios a su manera. Si
esto puede sonar chocante, recuerden los escépticos leyendo el libro del Génesis
que Balaam era un hombre que pecó gravemente (Dios le iba a castigar con la
muerte) y, sin embargo, era hombre de verdaderos dones.
Esta señora era muy obediente y humilde pero si en ella hubiera habido
soberbia, entonces la mezcla de lo bueno y lo malo hubiera sido mucho mayor, y
además hubiera sido mucho más difícil ver donde acababa lo de arriba y donde
empezaba lo de abajo.
Desde luego en una persona que tenga vicios, los dones acaban por
esfumarse. Pero no desaparecen de inmediato, sino que Dios da un tiempo antes
de retirar definitivamente sus preciosos tesoros. Hay personas que tuvieron
dones, se ensoberbecieron primero, cayeron en vicios después, y los dones de
Dios desaparecieron lentamente siendo sustituidos poco a poco por dones del
Maligno. Pues también los demonios pueden dar conocimientos de algunos
sucesos del futuro, de hechos ocultos, incluso sanar algunas enfermedades, etc.
Es cierto que cuando nos llega un caso de supuestos dones para ser
discernido, lo mejor es examinar la vida de la persona. Si es una persona de un
gran amor a Dios y una fuerte vida espiritual, lo razonable es pensar que
cualquier don que haya, sea de Dios. Pero no siempre las cosas están tan claras
ni siquiera a ese nivel. Una persona puede ser muy ascética y de mucha oración,
pero ser poco obediente o perder completamente la paz por asuntos de su
comunidad religiosa. Es decir, no siempre resulta fácil determinar el grado de
vida espiritual de un alma. Y si esto resulta difícil, mucho más determinar la
relación que pueda haber entre la existencia o no de la santidad con la existencia
o no de dones extraordinarios. Y muchos más complejo es el tema si los dones
pueden venir de arriba o de abajo, o ser de Dios pero impurificados. Siempre es
mucho más fácil determinar si alguien está poseso que no lo relativo con la
mística.
Todo esto lo que nos lleva es a reconocer nuestra visión parcial de las cosas
de este mundo, y nuestro limitado conocimiento de las cosas invisibles, con lo
que nos vemos obligados a discernir con cautela, sin prisas y siempre dispuestos
a abandonar todo prejuicio y a desandar un juicio previo que ya hubiéramos
manifestado.
Para acabar de mostrar lo complicado que es discernir los dones místicos téngase
en cuenta que un místico puede dar una respuesta y otro místico puede dar otra a
la misma pregunta. ¿Puede contradecirse un místico con otro místico? Pues
aparentemente sí, porque a lo mejor la respuesta de uno ha sido revelar la más
perfecta voluntad de Dios y la respuesta del otro ha sido teniendo en cuenta las
limitaciones de la persona que preguntaba.
En otros casos el místico tiene una visión y después tiene que traducirla a
imágenes, con lo cual en la conversión a palabras puede introducirse algún
elemento humano.
Anexo a la cuestión
Siempre se suele repetir que en este tema de los dones y de las apariciones hay
que ser prudentes. Cosa muy cierta. Pero no olvidemos que la gama de prudencia
es muy amplia: se puede ser poco prudente, prudente a secas, prudente en
extremo y prudente hasta la necedad. Hay una prudencia llevada hasta el
extremo que no conduce a nada. Se trata de una prudencia tan exigente, tan
extrema, que es un modo simple de negar toda posibilidad de lo sobrenatural
antes de comenzar ni siquiera a investigar los hechos.
Cuestión 217
Cuestión 218
serafines
querubines
tronos
dominaciones
virtudes
potestades
principados
arcángeles
ángeles
Durante años me he preguntado si esta enumeración era enumeración realizada
según la gracia o según la naturaleza. Pues una fue la jerarquía en la que fueron
creados y otra es la jerarquía de la caridad, entrega y fe que mostraron en la
prueba antes de entrar a la visión de Dios. Es decir, una es la jerarquía de la
naturaleza y otra la jerarquía de la santidad.
ángeles
arcángeles
Es decir, en esta primera división lo que se nos dice es que hay ángeles que por
su naturaleza están por encima de otros ángeles y que, por tanto, no todos son
iguales. Después vendría una enumeración de grados según la naturaleza:
tronos
dominaciones
virtudes
potestades
principados
serafines
querubines
Estas dos últimas jerarquías con sus nombres en hebreo nos indicarían que se
trata de un grupo aparte de los dos grupos precedentes que aparecían en griego
en el original bíblico. De este modo, la lista de la jerarquía de los ángeles no
pretendería ser una jerarquía exhaustiva, sino una enumeración misteriosa
mezcla de otras listas mucho más complejas, conocidas sólo por Dios, y que aquí
sólo atisbaríamos. Querubim etimológicamente signicaría "los próximos".
Serafim provendría etimológicamente de una raíz que significa "consumir con
fuego". En las enumeraciones de ángeles se coloca tradicionalmente a los
serafines por encima de los querubines.
Cuestión 219
¿Puede un servidor del mal liberar a un endemoniado de su posesión?
Hay que hacer notar que un exorcista que es pecador sí que puede expulsar
demonios de un poseso, porque es un servidor de Dios, aunque sea un servidor
débil.
Cuestión 220
Sería preferible un hombre bueno que no hiciera oración, a otro que hiciera
mucha oración y no fuera una buena persona. De ahí que si la oración no nos
cambia la vida eso significa que debemos replantearnos si estamos haciendo bien
la oración.
Cuestión 221
Cuestión 222
Sí, se puede exorcizar a distancia pues las oraciones referidas a Dios, Él las
recibe y puede aplicarlas en cualquier sitio. Y por otro lado el poder de atar y
desatar se aplica al demonio esté donde esté ya que se trata de una operación
espiritual.
Eso sin contar con que si el poseso está presente el exorcista al ver la
reacción ante sus oraciones y acciones puede insistir en aquello que ve que más
le atormenta.
Hoy día se sabe que Pío XII exorcizó a distancia a Adolf Hitler desde su capilla
en el Vaticano. ¿Fueron útiles esos exorcismos? Sí. Por ese acto de potestad
sagrada, los demonios tenían que alejarse de aquel dictador y quedaba una puerta
abierta para que la gracia penetrara en él sin el obstáculo de la tentación
demoníaca.
Cuestión 223
Incluso aquí en la tierra vemos que los humanos malos siguen manteniendo
relación con otros hombres malvados porque, aunque la falta de virtud sea fuente
de roces y peleas, el hecho de comunicarse supone una satisfacción. Y dado que
observamos que aquí en la tierra incluso los malos no cortan esa relación de
comunicación, salvo en pocas ocasiones, vemos que el placer de lo uno
compensa los sinsabores de lo otro. Comunicarse supone una satisfacción
aunque sea con una persona poco virtuosa.
Anexo a la cuestión
Esto ayuda a comprender por qué Dios mantiene en el ser a los condenados. Por
un lado sufren, pero por otro la existencia, aun sufriendo, es preferible al no ser.
Lo mismo que la compañía de dos hombres egoístas y carentes de virtud que se
gastan jugarretas, ironías hirientes e insultos supone una compañía plagada de
sinsabores. Así también la existencia de un condenado está plagada de
sufrimientos, pero no exenta de algunos goces naturales. Hay en ellos
sufrimientos que son constantes (el malo sufre por el modo que es él mismo, el
único modo de abandonar ese sufrimiento sería abandonar su propio ser), pero
otros sufrimientos van y vienen según los actos que ejerza la voluntad. En
cualquier caso, ese sufrimiento constante no implica (como vemos en la tierra
hasta con los hombres más perversos) que no haya algunos placeres no
sobrenaturales.
Cuestión 224
De todas maneras no se piense nadie que es esta sociedad como una ciudad
animada y alegre. Muy por el contrario las relaciones se reducen al mínimo, pues
cada uno vive sumido en la furia y la tristeza, y el trato con los otros no es
exquisito, sino por el contrario lleno de continuos sinsabores. Pero aun así esa
sociedad existe, sólo que con las relaciones reducidas al mínimo. Es como una
sociedad en hibernación. Como un cementerio en el que los muertos en el
espíritu no tienen mucho interés en comunicarse entre sí. Pero por poco que lo
hagan, la eternidad es muy prolongada y estas relaciones existen.
Podemos afirmar que hasta los abismos del infierno entran dentro del
señorío del Señor, no suponen un vacío en el dominio del Señor, hasta esos
abismos son contenidos por la mano misericordiosa de Dios13.
Sea dicho de paso, y sin que tenga relación con la cuestión, el día anterior un
capuchino (que no me conocía) frente al edificio de la Congregación de Obispos
me dijo: tres cosas se necesitan para ser obispo: ser de sexo masculino, tener el
doctorado o la licenciatura, y un “diabolo” que te lleve. Así como lo oí, así lo
trascribo, tal como lo escuché, así lo refiero. Él que no sabía con quien estaba
hablando me preguntó con sorna si yo tenía algún diabolo. Le respondí con toda
seguridad que sí, que tenía muchos.
Cuestión 226
Como mera cuestión teológica uno puede imaginar un infierno peor, es decir, un
infierno en el que los condenados no puedan comunicarse entre sí, un infierno en
el que se suspendan ciertos dones naturales y no pueda existir una sociedad
infernal, etc. Pero, sin ninguna duda, no tengo la menor duda de que Dios
mantuvo todos los dones naturales de los condenados y redujo el sufrimiento de
cada uno al mínimo sin añadir nada más de lo estrictamente necesario por el ser
de las cosas.
Es decir, en el infierno cada uno sufre según es, según los vicios y pecados
que configuran su propia psicología, pero doy por seguro que Dios no ha
añadido ningún sufrimiento más. Es decir, hablando de la arquitectura del
infierno, el infierno contiene todos aquellos sufrimientos que es imposible quitar
de su seno, pero ninguno ha sido añadido por la mano de Dios. Esto concuerda
muy bien con la bondad infinita de Dios. La Trinidad es buena hasta con los
condenados.
Hay cosas que Dios puede cambiar a voluntad y otras no. Existe una
arquitectura esencial del infierno que es así porque tiene que ser así, pero hay
otras reglas y leyes de que rigen el infierno que dependen de la voluntad del
Omnipotente. Por ejemplo, es imposible estar condenado y no estar triste, es
imposible estar lleno de pecados durante toda la eternidad y no sufrir por ello.
Pero Dios sí que determinó el que los condenados pudieran comunicarse entre sí,
o que no perdieran todos los dones de su naturaleza. Como se ve hay cosas que
dependen del ser de las cosas y están regidas por la lógica, otras dependen de la
voluntad del Creador. Así, por ejemplo, Dios creó las leyes de la física, pero no
las de las matemáticas. Las leyes de la física son como la voluntad de Dios
quiso, pero Dios simplemente conoció desde toda la eternidad las leyes de las
matemáticas. Porque las leyes de las matemáticas dependen de la lógica y ni
Dios puede cambiar la lógica. Ni el mismo Dios que creó todo el cosmos puede
cambiar el hecho de que 1 + 1 = 2. Ese resultado es así porque es verdad, no por
decisión alguna de nadie14. La lógica no es creación de 14 Eso es válido incluso
en el caso de que después de complicadas operaciones matemáticas el resultado
verdadero sean dos números (uno negativo y otro positivo, como sucede a
veces), en ese caso la solución verdadera son esos dos números.
Dios, y eso es válido tanto para las matemáticas como para algunos de los pilares
esenciales e inconmovibles por los cuales el infierno se sostiene.
Así Dios concedió a los demonios que aunque le hayan perdido a Él, al
menos puedan distraerse con el conocimiento de la ciencia que pueden adquirir,
y les impide que puedan torturarse unos a otros más allá de cierto límite, les
concede el placer de la conversación, de las relaciones sociales y de enseñarse
unos a otros partes de esa ciencia conocida con su naturaleza angélica. Puede
parecer poco placer éste, el del conocimiento, pero incluso aquí en la tierra
algunos hombres en las universidades dedican una vida entera con fruición a
estudiar la historia del Imperio Romano o las matemáticas.
Cuestión 227
Sí, es algo ciertamente curioso el paralelismo tan grande que hallamos entre los
fenómenos descritos en los libros de los místicos y los fenómenos
preternaturales que produce el demonio en sus posesos.
Tener una visión puede provenir tanto de Dios como del demonio, ambos
pueden producir tal fenómeno. Dios puede producir estigmas, el demonio
produce a veces rasguños en el cuerpo del poseso (y alguna vez hasta estigmas).
El Espíritu Santo da a algunos el don de lenguas y el don de interpretar lenguas.
También el demonio hace hablar lenguas desconocidas, asimismo el poseso
entiende cualquier lengua. El don de profecía es un don del Espíritu Santo, pero
también los pseudoprofetas pueden profetizar de parte del demonio. El santo
puede recibir el don de curar, algunos brujos pueden recibir también poder de
curar pequeñas enfermedades. La mirada del santo es especial, como especial es
la mirada del hombre endemoniado, ambos a veces pueden penetrar las cosas
ocultas de aquel a quien miran.
Cuestión 228
Cuando me formulaban antes esa pregunta, respondía que cuando uno hace
espiritismo siempre vienen los demonios. Ahora, después de años en esta
materia del exorcismo, me doy cuenta de que no siempre es así. Cuando uno
invoca el mundo de los espíritus podría venir cualquier entidad espiritual:
ángeles, almas en general, demonios. Es pecado hacer espiritismo porque cuando
uno llama a un alma en una sesión espiritista, en realidad, puede venir un
demonio. Un demonio que puede poseer al que lo invoca o que puede engañarle
al hablar con el que hace espiritismo. Y los engaños que contra la fe que puede
sembrar un espíritu acerca de temas concernientes al más allá pueden ser un mal
muy grande. Aunque estos engaños son poca cosa en relación a la posibilidad de
sufrir la posesión.
Por lo tanto la razón por la que hacer espiritismo es pecado es ese riesgo en
el que una persona se pone voluntariamente y sin razón alguna. Pero no lo es
porque siempre venga el mal. El mal del espiritismo es la peligrosa vía que uno
abre cuando invoca la manifestación de esa dimensión de las entidades
espirituales. Por lo tanto no es lícito hacer espiritismo porque el que lo hace se
pone voluntariamente en un grave peligro, no porque se trate de un acto
intrínsecamente malo el querer conocer que hay en el más allá. Y que el canal en
sí mismo considerado no es algo intrínsecamente malo se ve en que el profeta
Samuel se manifestó en una sesión espiritista tal como dice la Biblia en el pasaje
de la pitonisa de Éndor (I Samuel 28). El espiritismo es un canal que se abre, si
el canal hubiera sido algo intrínsecamente malo el profeta no hubiera accedido a
hablar a través de ese canal. Pero aunque el canal en sí mismo no sea malo, sí
que es malo que un humano abra esa puerta que no le es lícito por el peligro que
conlleva. Si la puerta no fuera peligrosa, Dios no nos prohibiría abrirla.
Los mediums son canales para los espíritus. El problema es que a veces se
quedan dentro y no salen. Un poseso es un canal permanente para el demonio.
La persona posesa ya no puede dejar de ser canal para la manifestación de ese
espíritu maligno.
Anexo a la cuestión
En el texto bíblico del libro de Samuel en ningún versículo se dice que el profeta
se apareciera visiblemente al rey Saúl La pitonisa entró en trance y fue ella la
que le vio, el profeta habló a través de la pitonisa en trance. Además ella vio el
alma del profeta como las ven las personas que ven almas: con figura humana y
vestidas. Por eso la nigromante cuando es preguntada con qué figura lo ve,
responderá: “es un anciano que sube y está cubierto con un manto” (I Sam 28,
14).
Cuestión 229
Bien entendido el tema del “canal”, se entiende mejor por qué Dios permitió el
uso de los urim y los tunim en el Antiguo Testamento. Parecería que estos
instrumentos son una contradicción con la doctrina general expuesta respecto a
la prohibición del uso de instrumentos y métodos para comunicarse
materialmente con el mundo espiritual.
Pues los turim y los tumim eran como el libelo de repudio, una concesión a
la debilidad humana. Esa necesidad humana por conocer las respuestas divinas
de un modo visible, llega a producir angustia si no se satisface. Y en medio de la
angustia era mejor que aquel pueblo primitivo y no muy avanzado en los
caminos espirituales tuviera un escape legítimo y permitido a que se fueran a
buscar las respuestas por medios ilegítimos.
Lo dicho acerca de los canales da luz acerca de los sueños proféticos de los
cuales aparecen no pocos en la Biblia. El problema de los sueños aparentemente
proféticos es que en sí mismos no llevan un sello que nos digan si vienen de
Dios o de la inspiración del demonio. En sí mismos considerados son un canal
ambivalente, un medio que podría ser utilizado por entidades buenas o malas.
Son los resultados los que mostrarán su procedencia.
Cuestión 230
Lo mismo que la corporalidad de los humanos puede ser usada como canal para
la manifestación de los espíritus malos, igualmente esa corporalidad podría ser
usada como canal para manifestación de los espíritus buenos. Sin embargo, el
fenómeno no sucede de forma idéntica en uno y otro caso. El demonio está
deseando quitar la libertad, los ángeles no quitan la libertad.
Hay que hacer notar, de paso, que la mayor parte de las personas que han
sido usadas para entregar mensajes de Dios o de ángeles, son perfectamente
conscientes del mensaje que están dando. Pero ha habido otros casos en que se
han dado en estado extático. Y en esos momentos el cuerpo, la voz, son usadas
como instrumento de seres angélicos, son en definitiva canales para entregar un
mensaje.
Cuando se entiende este asunto de los canales usados por el mundo espiritual,
uno comprende que las personas que usan las cartas del tarot, la bola de cristal,
el reiki, el péndulo, están usando objetos que pueden ser instrumentos para la
acción de los seres malignos. El péndulo, por ejemplo, no tiene en sí nada de
diabólico, pero puede ser usado como instrumento de los demonios, pues ellos
pueden interferir en su uso.
Incluso en las personas que utilizan con la mejor de las voluntades ciertos
objetos para canalizar energías, los demonios pueden interferir. Por eso en tantas
personas que trabajan con energías he encontrado influencias demoníacas
cuando han venido a mi parroquia. Aun suponiendo que existan esas energías,
los demonios encuentran por esos métodos medios para intervenir.
Aunque no todos los adivinos invocan a estas entidades, hay que tener en
cuenta que el mero hecho de practicar la adivinación basta para que vengan. Los
demonios se acercan allí donde se practica cualquier forma de adivinación, bien
sea adivinación del futuro o de lo oculto.
Cuestión 231
Nosotros no podemos llamar a las almas de los difuntos para que nos
hablen. Pero si ellas mismas espontáneamente lo hacen, no debemos
preocuparnos. Si nos fijamos en que sólo haya estas dos manifestaciones de
difuntos en la Biblia tiene un gran carácter simbólico: una manifestación a través
de lo esotérico, otra a través de un canal lícito permitido por Dios. Como si la
Biblia quisiera enseñarnos que las intervenciones de los difuntos en nuestro
mundo pueden venir por una o por otra vía.
Cuestión 232
Les llama así para compararlos con esos animales que son sigilosos, silenciosos,
se esconden (bajo una piedra pueden aguardar taimados el tiempo que haga
falta), viven pegados a la tierra (símbolo de los apegos a las cosas mundanas) y
sobre todo albergan un veneno en su interior, un veneno que producen ellos
mismos y que están siempre dispuestos a inocularlo en los demás. Son
depredadores de sangre fría, no muestran ningún tipo de cariño (como todos los
reptiles), no es posible domesticarlos.
La mangosta sabe que no acabará con todas las cobras, pero las mantiene
alejadas de su territorio, por eso una mangosta en un jardín asegura la
tranquilidad de sus habitantes.
Siguiendo los símiles que la naturaleza visible nos ofrece, se podría decir
que si la mangosta es símbolo del exorcista, el águila sería símbolo de San
Miguel que alado desde el cielo se abate desde las alturas y con sus garras
aprisiona al reptil. No hay antítesis mejor que estos dos mundos de estos dos
animales, uno el mundo de las alturas límpidas, de los cielos luminosos, el otro
la tierra y los escondrijos bajo las piedras. Los sapos, culebras no venenosas y
demás animales repugnantes serían símbolo de los seres espirituales deformes
por sus pecados pero que no llegan a tener el veneno demoníaco en su ser, serían
esos seres símbolo de aquellos que todavía no han llegado al extremo de fabricar
veneno para dañar con él a otras criaturas.
Cuestión 233
Pero recuerde el sacerdote antes de cada sesión a todos los asistentes que el
exorcismo es un acto de oración. Que está allí para pedir a Dios, para glorificarle
viendo, una vez más, el poder de su brazo.
Cuestión 234
Más de una vez me he encontrado con casos de posesión en que para que se
produjera la liberación había que hacer algo en concreto. Y si no se hacía
justamente esa cosa, la posesión no llegaba a su fin. Eso sigue una lógica ya que
si la posesión ya de por sí es una enseñanza divina, a veces en la liberación Dios
quiere dar otra enseñanza, y en ocasiones muy concreta.
Pues bien, una vez me sucedió descubrir que la liberación de una persona
estaba ligada a la liberación de otra. Pues uno de los posesos dijo motu proprio
que podía ayudar a la liberación de una mujer que estaba allí si asistía al
exorcismo de ella y oraba por esa mujer durante el exorcismo. Se lo permití y
ambos quedaron liberados en la misma sesión con diferencia de pocos minutos.
En otro exorcismo también quedó claro que debíamos rezar por dos casos
concretos a la vez, o para ser más exactos, que cada uno de los posesos debía
rezar por el otro. El primero rezaba por el segundo, y cuando exorcizábamos al
segundo, el primero oraba por el segundo.
Decimos que estos dos casos estaban entrelazados por su liberación, ya que
en su origen no tenían nada en común, ni tampoco después habían tenido una
relación ni de parentesco, ni de amistad, ni nada.
Cuestión 235
Pero desde luego una vez que uno está seguro de que alguien está poseso,
no se debe cejar en el empeño por más que el demonios se oculte. Antes o
después el demonio se manifestará y será un signo del debilitamiento del poder
que tiene sobre el poseso. Si es posible, en esos casos, conviene que ore otro
exorcista con experiencia, a veces un demonio puede resistir la fuerza espiritual
de un exorcista y no poder resistir la de otro.
A veces Dios permite que haya una manifestación o varias muy claras, muy
concluyentes, en las primeras sesiones para que el exorcista no se deje engañar
por la calma total que se pueda producir en las siguientes sesiones. La
perseverancia es el único consejo que se puede dar. Perseverar y pedir luces al
Señor.
Cuestión 236
La Palabra de Dios nos enseña como hay acciones que atraen la bendición
de Dios y acciones que atraen la maldición de Dios. Mucha gente se pregunta si
determinadas desgracias que suceden a los muy pecadores son un castigo de
Dios o no. Nosotros no podemos juzgar pues nuestro juicio es muy limitado.
Pero debemos creer a la Biblia cuando nos repite una y otra vez esta doble
lección de la bendición y la maldición. Esto es válido tanto a nivel personal,
familiar o colectivo. Y se debe meditar cuando vemos enfermedades, accidentes,
desastres naturales o guerras. No podemos juzgar, pero sí que debemos
reflexionar acerca de esos hechos a la luz de lo que se nos muestra en la Biblia.
Pues la interconexión entre bien, mal, frutos positivos, frutos negativos, voluntad
de los hombres y voluntad de Dios es constante. Por lo tanto, no debemos nunca
juzgar, pero sí que es bueno que reflexionemos acerca de la infinidad de
conexiones que tiene todo lo que hay en este mundo. Y la Biblia es clara: el bien
atrae la bendición divina, el pecado es causa de todo tipo de males.
Cuestión 237
Esto también es válido para el exorcista y para todos los que le ayudan.
Cada exorcismo supone una gracia invisible para el alma del que está allí por
amor a Dios y al prójimo. Mientras se esté allí con rectitud de intención,
mientras se preste este servicio sólo por esa razón y no por otras menos puras, el
exorcismo supondrá un indudable beneficio para todos y cada uno de los
integrantes del equipo de exorcismo. El exorcismo supondrá una enseñanza, un
acto de caridad, un sagrado.
Otra cosa que les digo es: yo tengo el deber de exorcizar, de dirigirme al
demonio, de conjurarle, pero vosotros sólo tenéis que concentraros en la oración.
Entendido así el exorcismo no cansa, no fatiga, no tiene efectos negativos, sólo
positivos.
Cuestión 238
Cuestión 239
Una de las preguntas que muchos sacerdotes se hacen es si existe algún tipo de
rito o algún tipo de oración escrita para hacer que un demonio se manifieste en
un poseso, y no se oculte. La respuesta es que el ritual no ofrece ninguna
oración, ni rito, con este fin. De manera que cada exorcista puede usar las
oraciones que la experiencia le haya enseñado que le han dado buen resultado.
De todas maneras, se ofrece a continuación una serie de oraciones para forzar al
demonio a salir de su ocultamiento, un rito un poco largo pero que no pocas
veces es necesario pues los malos espíritus pueden ocultarse muy bien. Este rito
incluye tres series de tres elementos: actio, Verbum, coniuratio. La Palabra de
Dios tiene una fuerza especial, en este caso suplicamos a Dios con su Palabra.
Antes de la súplica aplicamos un gesto cuyo simbolismo y poder desagrada en
extremo al demonio. Y por último conjuramos al demonio a que salga de esa
persona.
Oración para discernir si alguien está poseso
…………………………………………………….…,
y mi copa rebosa.
Hacer cruces sobre la cabeza, lentamente, con devoción, bien con la mano,
bien con una cruz.
Mi aliento desfallece,
No me escondas tu rostro,
III
a la voz de mi súplica.
espera en su palabra;
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel
Defender su ministerio ante un juez resultará muy penoso. Sin duda alguna,
en un país completamente secularizado los enemigos de la religión lo primero
que atacarán será el exorcismo, alegando que se trata de una actividad que atenta
contra la salud pública, contra la salud mental. Por eso el exorcista debe actuar
en su ministerio con prudencia pero sin ningún miedo. Debe realizar su
ministerio mientras le sea posible. Como dijo Nuestro Señor: debe caminar
mientras haya luz.
Caminemos sin miedo mientras nos lo permitan, a sabiendas que los enemigos
de la fe lo primero que arrancarán de la Iglesia será el ministerio del exorcismo
bajo la excusa de defender la salud pública. Estoy convencido de que en la
Europa actual cada vez más rabiosamente contraria a toda religión, el exorcismo
tiene sus días contados. Por eso en un continente en el que el poder del demonio
aumenta de día en día, una de sus más acariciadas victorias será lograr suprimir
el exorcismo.
Cuestión 241
Cuestión 242
En fin, el sacerdote ante todo debe obedecer al obispo, así como debe
obedecer a la ley canónica. Pero por otro lado su conciencia sufre porque ve el
padecimiento enorme de ese poseso. A veces hay casos en que dejar a la persona
sin exorcismo durante una semana puede suponer la diferencia entre la vida y la
muerte.
¿Qué contestación debo dar ante la cuestión que acabo de plantear? ¿Es que
acaso podría yo sugerir la desobediencia? ¿Debo, por el contrario, aconsejar que
siga sufriendo un ser humano para que el ordenamiento canónico no sufra
menoscabo?
Cuestión 243
Cuestión 244
Cuestión 245
Si la oración es breve, por ejemplo unos pocos minutos, tampoco importa mucho
saber si alguien precisa o no de liberación. Se ora a Dios, y si esa persona
necesita algo del Altísimo (tenga o no que ver con el demonio), Él sabrá lo que
tiene que concederle.
Cuestión 246
¿Los grupos pueden orar de forma ordinaria por los casos de influencia
demoníaca?
Dejando clara esta distinción, sí, los grupos de oración, pueden orar por los
casos de influencia demoníaca para expulsar de ellos los demonios siempre y
cuando que haya alguien autorizado por el obispo para que dirija la oración. Los
fieles cristianos tienen perfecto derecho a orar a Dios para que libere a sus
hermanos de toda atadura del mal, pero dada la complejidad del tema y lo
delicado que es para la fama de la Iglesia, se pide que haya una persona
autorizada.
Cuestión 247
Hay ocasiones, en que algunos pastores se han asustado ante la afluencia masiva
de personas con influencias demoníacas a grupos o personas que han alcanzado
gran fama. Algunos pastores, ante el hecho de la notoriedad, se sienten en la
necesidad de hacer algo, y ese algo suele ser impedir. Lo importante no es ni la
cantidad de gente que va, ni la fama que han alcanzado, sino si los demonios son
expulsados y la gente ayudada.
Una vez más repito que el obispo tiene derecho a intervenir, a prohibir, a
imponer normas, pero si las cosas funcionan, no hay que ceder a las tentaciones
y murmuraciones que el mismo demonio trata de esparcir entre el clero para que
se detenga una labor que tanto daño le hace.
Cuando veo los efectos de la oración y de la fe, ¿cómo puedo yo hacer que
alguien se sienta culpable por el hecho de que Dios lo esté usando como su
instrumento de liberación? Si Dios no quisiera respaldar las obras de esa
persona, no actuaría a través de ella. Porque el que libera es Dios a través de ese
ser humano. Aun así, a todos los que hasta ahora han actuado de buena fe sin
autorización realizando oraciones de liberación, hay que decirles que pidan ese
permiso al obispo.
Lo mismo vale para la sanación. Si un hombre, sea quien sea, cura a los
enfermos, eso es signo de que Dios está con él. No significa que sea santo el
instrumento humano, pero el hecho de que cure o libere implica que Dios quiere
usarlo como instrumento. Ya que es Dios quien usa a quien quiere. Y en el
momento en que quiera dejar de usarlo, no habrá más curaciones. Aun así hay
una diferencia radical entre la oración de liberación y las de sanación, y es que
no se requiere autorización previa para orar para que alguien se sane.
Por lo tanto, obediencia total, y dentro de esa sumisión a los pastores pedid
la autorización para hacer oración de liberación. Mi mensaje es claro y nada
ambiguo: ¡liberad a los hijos de Dios de las ataduras del maligno!
Con esto no estoy diciendo que no se deba obedecer, con esto no estoy
diciendo que a veces no haya razón suficiente para prohibírselo a alguien. Al
recordar aquí este texto evangélico sólo estoy afirmando lo que el texto dice, sin
necesidad de añadir ni una palabra más, pues es su enseñanza es tan clara que no
requiere glosa alguna.
Cuestión 248
Aun así, los que dirijan un grupo de oración hagan lo posible para que todo
discurra con dignidad, sin dar la menor impresión a los presentes de que eso se
ha convertido en un espectáculo terreno, en una oración que busca el aplauso de
este mundo. La oración de liberación es un misterio en el que todo debe ser
dispuesto con prudencia buscando que quede clara la honorabilidad de esa
oración. De lo contrario se convertiría en fuente de confusión y de burla por
parte de los no creyentes. Pero cuando en alguno de mis viajes, en celebraciones
multitudinarias, he hecho una breve oración de liberación sobre la multitud -una
breve oración deprecativa a Dios- y los posesos han comenzado a aullar (a veces
más de catorce a la vez), aquello me ha sonado a música celestial. ¿Es que no
resulta algo maravilloso escuchar como se retuercen los demonios al no poder
resistir la fe de una multitud que ora? Para mí, para los millares de personas
presentes, siempre que ha pasado eso, ha supuesto una maravillosa lección el ver
a los demonios tener que manifestarse, tener que salir de sus escondrijos, y
encima tener que pedirnos una y otra vez que cesásemos de orar. El que sucedan
escenas como ésa es un signo de que el Reino de Dios ha llegado.
Cuestión 249
Un demonio no está en todas partes. Sólo Dios es ubicuo. Pero sí que un espíritu
puede actuar en dos lugares simultáneamente. Un sacerdote puede exorcizar a
alguien poseso por Satán en un país, y otro sacerdote exactamente en el mismo
momento puede estar exorcizando en otra parte del mundo a otro poseído por
Satán. Y Satanás podría hablar por la boca de ambos posesos y proferir cosas
distintas. ¿Cómo es esto posible? Voy a poner un ejemplo y después daré la
razón teológica que dejará claro el mecanismo para que esto pueda suceder.
Imaginemos que con mi mano izquierda hago una y otra vez un círculo en la
arena y al mismo tiempo con la derecha, a un metro de distancia, trazo líneas en
zigzag sobre un papel. Si una hormiga situada a un centímetro de mi mano
escribiendo sobre la arena pudiera comunicarse por teléfono con otra hormiga
situada cerca de mi mano derecha, dirían que es imposible que yo esté actuando
en dos lugares a la vez. Y sin embargo es posible. Ellas difícilmente podrían
entenderlo dado su campo visual.
Cuestión 250
¿Cuáles son los tres peligros mayores del exorcista? Aunque existen
peligros menores, los peligros mayores del exorcista son tres:
El afecto no recto de las posesas: Para una mujer que ha estado viviendo un
tormento tan grande en su mente y en su cuerpo, pasar a encontrar un ángel de
Dios que le trate con amor, es como pasar del infierno al cielo. De ahí que
alguna mujer sin darse cuenta puede pasar del mero agradecimiento a un afecto
no recto al sacerdote que le ayudó. No voy a decir que haya que nombrar
exorcistas feos, pero desde luego el que sean jóvenes es muy peligroso. Y si son
guapos, entonces que aparezcan los problemas es una mera cuestión de
tiempo.16
Cuestión 251
No casa muy bien la idea de un Padre Bondadoso con la imagen de un Dios que
persigue al culpable por toda una eternidad. Y aunque los predicadores siempre
han tratado de convencer de la trascendencia de un pecado grave, resulta
bastante difícil de entender un castigo eterno para ofensas limitadas de una
criatura frágil. Un Ser bondadoso cuyo comportamiento con los débiles es de
añadir desgracia a la desgracia ofrecería una imagen de ser implacable. Estos
conceptos predicados por algunos predicadores con buen fin se han solidificado
en una realidad monstruosa que poco casa con el amor del que nos hablan los
que han tenido la vivencia de atravesar el túnel de luz en estados de muerte
corporal.
Para tratar de comprender este nudo gordiano de un Dios bondadoso y de un
Dios que resultaba implacable vengador (según algunos predicadores) poco
servían los razonamientos tales como el de Santo Tomás de Aquino cuando nos
decía que "Dios no se complace con las penas de los condenados por ellas
mismas, sino que se complace en el orden de su justicia, que exige esto"
(S.Theol, q87, a4, ad 3).
Esta visión del infierno es muy esclarecedora para la vida espiritual, pues
algunos dejan de hacer el mal únicamente por miedo al castigo, pero en eso
mismo se delata que no sabe lo que es la salvación. La salvación es algo mucho
mayor, mucho más noble, mucho más maravilloso que un mero no ser encerrado
en una caverna de llamas. La salvación no es un mero no condenarse, el estado
beatífico sí que suponer recibir una acción directa divina sobre el alma.
Cuestión 252
La mejor predicación que se haya dado nunca del Reino de los Cielos es la
de Nuestro Señor Jesucristo en los tres años que estuvo sobre la tierra. Y
ciertamente Él predico también acerca del infierno y lo hizo con las imágenes
más terribles. Lo ideal es que la gente deje de pecar por amor a Dios, pero es
mejor que dejen de pecar por temor al infierno que no que se alejen del Padre
Eterno más y más sin ningún temor de Dios. Es mejor escapar del infierno por
temor, que ir al infierno sin temor.
Cuestión 253
¿Cuál es el paralelismo entre la oración y el maleficio?
Nada hay mejor para comprender como opera la influencia del maleficio que
entender en profundidad lo que es la oración. Ambas acciones (orar a Dios por el
bien de otra persona o invocar al demonio para perjudicarla) supone ejercer una
influencia sobre la persona (una divina, otra demoníaca), ninguna de las dos es
determinante, ninguna de ellas destruye la libertad.
El maleficio hace que vayan demonios a esa persona para tentarle a hacer el
mal, la oración logra la gracia para incitar a esa otra persona a hacer el bien. Pero
hay diferencias esenciales: la primera diferencia es que sólo Dios puede actuar
en el centro del alma, y la segunda diferencia es que nada se puede hacer contra
lo que decida Dios. Es decir, sólo la oración puede actuar en el entramado de
causas que llevará a efectos muy distintos, además una oración puede dejar sin
eficacia cualquier maleficio, simplemente por un acto de voluntad de Dios. Pues
no son dos fuerzas iguales que luchan, Dios tiene la última palabra y pone
límites y dice "ya basta".
Cuestión 254
Por otro lado, una sociedad humana (en este mundo) sin virtud no podría
sobrevivir, se colapsaría. Mucho antes de que el mal llegara a ser perfecto, el
funcionamiento de esa sociedad se tornaría imposible. El límite más allá del cual
una sociedad se derrumba necesariamente está muy por debajo de su perversión
perfecta. La historia del Imperio Romano es un buen ejemplo de esta afirmación.
Ahora bien, dejando bien claros estos dos puntos anteriores (la
imposibilidad de una corrupción total, la imposibilidad del funcionamiento de
una sociedad así) hay que decir que sí que podemos hablar de comunidades
humanas corrompidas, de sociedades enteras que han caído de forma más o
menos generalizada en la perversión de las virtudes.
Cuestión 255
Rebasados ciertos límites de iniquidad, bien sea social o personal, Dios que es
Padre está obligado a intervenir, si hace falta directa y extraordinariamente, para
detener el mal de sus hijos. Pero la raya de ese límite es completamente personal,
es decir se decide persona a persona, pues sólo Él sabe a partir de qué límite
cada ser humano entra en un camino de no retorno. Cuantas más esperanzas
quepan de que ese hijo de Dios (o la sociedad) pueda volver atrás más tiempo da
el Señor. Por eso unos pueden llegar más lejos y otros menos.
Cuestión 256
Los inmaculados oídos del Santo de los Santos han escuchado, escuchan y
escucharán todos sus odios, todas sus blasfemias, todas sus iras. Pero nada altera
su perfecta beatitud. Incluso el hecho de que el Omnisciente conozca hasta esto,
aunque parezca paradójico, es parte de su gloria. Nada escapa a sus ojos
omnisciente.
Él conoce cada uno de los pensamientos de los condenados que existen, así
como los pensamientos de todos los condenados que podrían haber existido y
que ya no existirán.
Cuestión 257
La respuesta es sí. Hubiera podido acaecer que todas y cada una de las
almas, todos y cada uno de los ángeles se hubieran podido convertir en almas
réprobas y ángeles rebeldes. Porque ¿cuál es el nivel razonable de condenación?
Esto no es como un millón de dados que lanzamos al suelo y que después
recogemos en la eterna bolsa fatídica a los que hayan salido con el número
aciago. No es una cuestión de estadística, sino de libre albedrío. La misma razón
que hay para pensar que no había ninguna razón para que se condenaran ni tres,
ni dos, ni uno, vale para lo contrario. La misma razón que vale para lo uno, vale
para lo otro.
Una decisión libre fue la única razón para que cada uno escogiera su
destino oscuro. Eso pudo suceder en un centenar, en un millar, en un millón, en
todos. No había un límite. Cada uno era libre. Todos pudieron haber escogido el
bien. Todos pudieron haber escogido el mal.
Nos sentimos impulsados a pensar que Dios hubiera hecho algo si, por
ejemplo, tres cuartas partes se hubieran corrompido. Pero no nos damos cuenta
de que Dios hubiera hecho todo lo posible por salvar a uno sólo de sus ángeles.
De hecho, lo hizo. Es un asunto de libertad, no de estadística. Fue una tragedia
inconmensurable la condenación eterna de un solo espíritu. De uno solo. Dios
hizo todo lo que pudo. Pero al final, la libertad. Estas son las reglas. Y las
mismas reglas podían haber hecho que no uno si no todos hubieran optado
equivocadamente. Pero las reglas no se cambian por el número.
Cuestión 258
Conoce tipos y subtipos de demonios que de ser conocidos por los mismos
ángeles no podrían menos de admirarse. Nada no puede ser conocido de Dios,
por horrible que sea.
Cuestión 259
Mapa de la fenomenología extraordinaria
Sólo Dios puede obrar más allá de las leyes de cualquier naturaleza.
Mientras que los hechos preternaturales se rigen por leyes que no son las
nuestras, pero se rigen por las leyes de ese mundo espiritual.
Al dar los siguientes esquemas, soy consciente de que algunos creerán que
hay fenómenos que escapan a esta clasificación. Pero se trata de unos esquemas
realizados a partir de la experiencia, no a través de una teoría. Todo cabe en él.
Muchos de los fenómenos que se atribuyen al campo de la parapsicología, en
realidad son demoníacos, angélicos o místicos. Siendo el campo de los
parapsicológico, el campo que queda delimitado tras excluir lo angélico, lo
demoníaco, lo espectral y lo místico. Si bien en el campo titulado dones
extraordinarios es un campo muy amplio.
Es muy útil recordar que los ángeles no sólo nos inspiran cosas santas, sino
que también nos pueden ayudar en la vida ordinaria: recordándonos
compromisos que se nos habían olvidado, trayéndonos a la mente dónde estaba
algo que habíamos perdido. También pueden inspirar a un artista.
El campo de los dones es misterioso. Pero hay seres humanos cuyo don es
tener contacto con su ángel. De forma que el ángel le inspira qué es lo que le
pasa a esa persona, o le informa de un suceso oculto, o de algo que va a suceder
en el futuro. Respecto a los milagros hay que decir que unos milagros los hace
Dios directamente (por ejemplo, resucitar a un muerto o hacer aparecer un riñón
a alguien que no lo tenía), y otros milagros los puede
hacer un ángel si Dios se lo permite (por ejemplo, hacer que una persona que cae
en el fuego no se queme o que el veneno de una serpiente no haga su efecto).
Sólo Dios puede hacer aparecer un riñón de la nada en el cuerpo de una persona,
o hacer que en las cuencas vacías de unos ojos, aparezcan dos ojos sanos. Pero
un espíritu angélico (malo o bueno) sí que puede neutralizar un veneno o elevar
a alguien en el aire.
Casos
……………………………………………………….…,
……………………………………..…,
Caso 8
Nada más llamarme por teléfono para pedir cita, esta mujer fue clara:
necesito un exorcismo. Recibí a esta mujer de unos treinta y cinco años. Le
escuché y saqué la clara conclusión de que sufría un problema mental y no uno
cualquiera, sino esquizofrenia. Mis estudios haciendo la tesina me permitían
determinar con seguridad que se trataba de un trastorno esquizoide. Aun así, y
por cumplir con todos los requisitos, oré por ella. Lo hice con la total seguridad
de que no tenía nada y que aquello no tenía otro sentido que el cumplir con todas
las medidas aprendidas para discernir los casos. Al orar por ella, ante mi
sorpresa, entró en trance.
Comencé a rezar por ella una vez a la semana. Durante las sesiones ella se
volvía violenta, había que sujetarla, pues de lo contrario quería agarrarme del
cuello o golpearse la cabeza contra el banco sobre el que estábamos sentados.
Aquel primer caso, no ofreció ningún aspecto sobresaliente.
Era lo típico que había leído cuando todavía estaba en la universidad: gritos,
aversión a lo sagrado, reacción automática de dolor en cuanto se colocaba sobre
su cuerpo una cruz o se le rociaba con agua bendita. En esos momentos, estaba
muy lejos de saber hasta qué punto este caso me iba a acompañar en los nueve
años siguientes. Aquel primer caso supuso para mí una fuente de aprendizaje:
experimentaba, comprobaba una y otra vez las distintas reacciones al agua
bendita, a la unción con el santo crisma, a la colocación de una cruz sobre su
cuerpo, a la señal de la cruz realizada sobre distintas partes de su cuerpo (cabeza,
espalda, manos), qué le producía más tormento, qué oraciones provocaban una
mayor reacción, etc, etc. Un largo etcétera conseguido a través de horas de todo
tipo de tentativas y ensayos. Todo ello sin perder la atmósfera de oración, pero
sin por ello desistir a seguir conociendo más aquel fenómeno. Al final, en
esencia, aquello era un despliegue de gritos y de movimientos violentos. Sin
embargo, tras varias sesiones, era evidente que el caso no avanzaba. No acababa
de apreciar que el espíritu que tenía dentro se debilitase.
Pronto observé que esta mujer no me hacía caso en lo referente a orar cada
día. Desde el principio le había explicado la importancia de que ella comenzara a
llevar una vida espiritual más intensa. Pero por más que le decía que debía rezar
cada día, ella no hacía nada. Para acabar de enredar más las cosas, me percaté de
que se estaba aficionando cada vez más a mí. Rezar no lo hacía, pero llamarme
por teléfono para charlar se había convertido en una de sus aficiones. Además se
mostraba sospechosamente agradable y risueña cuando se entrevistaba conmigo.
Se lo dije claramente, tan pronto como me apercibí de ello. Su reacción fue de
indignación y, además, me dejó bien claro que pensaba seguir llamándome
siempre que lo desease, cosa que hizo. Detuve las sesiones en tanto en cuanto no
comenzara a obedecer. Pero ella no se sometió a ninguna de mis indicaciones, y
las sesiones de oración nunca se reanudaron a partir de la tercera.
Desafortunadamente, desde entonces, tuve que acostumbrarme a recibir cada día
llamadas suyas, mensajes de teléfono y a sufrir un acoso tal que tuve que
negarme a confesarle o a simplemente hablar con ella. Gracias a Dios, no sentía
ninguna atracción por ella, ni la más mínima. Esta falta de atracción fue algo
muy positivo, pues su insistencia se prolongó durante nueve años. En un
momento dado, me vi obligado a ponerle ante el juzgado una denuncia por
acoso. Sólo para comprobar lo mal que funciona la Justicia y decidir no volver a
embarcarme en un juicio nunca más, pasara lo que pasara.
Caso 9
En una sola sesión de tres horas fue liberado. No hay mucho que explicar
de esa sesión, fuera de que los gritos fueron impresionantes y que ejercía una
fuerza sorprendente para tratar de liberarse. Estaba boca arriba sobre un colchón
de gimnasia, inmovilizado por varias personas a las que les costó trabajo
mantenerlo en esa posición. En un momento dado, miró a un chico que le
sujetaba un brazo y le dijo que moriría antes de un mes en un coche blanco, cosa
que no sucedió. También aparentó revelar los pecados de cada uno de los que
allí estábamos presentes, pero los que dijo de mí, muy concretos, no eran ciertos.
Tuve que estar casi diez minutos para que el espíritu que había dentro se
manifestara. Ahora que había vuelto a entrar, era mucho más poderoso, había
costado mucho más el que se manifestara. Como aquella entrevista no tenía otro
fin que discernir si había algo en él, detuve las oraciones. Le dije que el demonio
había vuelto a entrar, pero él no quiso saber nada de nuevas oraciones. No volvió
a llamar. Unos meses después le telefoneé para interesarme por él. Pero su
número de teléfono móvil ya no recibía llamadas. Volví a llamarlo un mes
después, para comprobar con tristeza que aquel número había quedado anulado.
Sabía que le esperaba una vida de continuas visitas a los psiquiatras, que sería
considerado un caso crónico de esquizofrenia. Le aguardaba, siendo tan joven,
una vida entera de medicación, de ingresos clínicos, de fracaso laboral
y probablemente afectivo. No volví a saber nada más de él.
Caso 10
Este caso fue el de una señora que en exorcismo comenzó a cantar con una
potencia y una belleza impresionantes. Y eso a pesar de estar tumbada boca
arriba, sujetada por varios hombres en una postura muy inadecuada para poder
cantar con fuerza. Cantaba canciones de iglesia, pero totalmente desconocidas
para mí. Por el estilo de ellas me imagino que se trataba de letras y músicas de
principios del siglo XX. No reconocía ni una sola de ellas, pero aquel chorro de
voz llenaba la iglesia entera de un modo verdaderamente admirable. Antes de
comenzar a cantar, de su boca salieron todo tipo de vulgaridades y obscenidades.
Se tornó violenta y hubo que sujetarla. Tras dos horas, decidimos seguir otro día.
Un problema eclesial, impidió la segunda sesión. Yo la exorcizaba en una
diócesis distinta a la mía, pero el obispo que había dado el permiso, lo retiró sin
dar explicación alguna. Cuando se lo dije a la señora, reaccionó de un modo muy
agresivo. Le pedí que esperara un poco, a que se solucionara lo que fuera, pues
yo todavía no sabía cuál había sido la razón para que el mismo día que íbamos a
tener la sesión, unas pocas horas antes, se me comunicara esa decisión. Pero la
señora, completamente ofuscada, me dijo que no quería volver a saber nada de la
Iglesia.
Caso 11
Una chica joven hizo espiritismo y justo desde ese día la chica comienza a
vomitar tras las comidas. La chica no quiere perder peso, el tema de la figura y el
peso es algo que nunca le había preocupado demasiado. Pero los vómitos se
suceden y comienza a perder kilos. En el hospital no acaban de explicarse el
origen de una patología tan curiosa: una chica que no quiere perder peso, pero
que no puede evitar el no vomitar. Al principio creyeron que se trataba de algún
tipo de anorexia no admitida de forma consciente. Pero la decisión de la chica de
no perder peso era firme y, por tanto, no acababan de comprender qué era lo que
estaba pasando. El internamiento había resultado poco fructífero. La chica
cuando se metía una cucharada de comida en la boca, llegaba al extremo de
taparse ella misma la boca con la mano para no vomitarla, pero la comida
llegaba a ser expulsada por la nariz a causa de un violento espasmo estomacal.
Los médicos estaban perplejos y durante bastante tiempo barajaron la posibilidad
de un problema orgánico en el tubo digestivo, en vez de un problema
psiquiátrico. Fue tras un tiempo de espera más que razonable y ante el imparable
deterioro físico de la chica, cuando los padres optan por probar con un sacerdote.
Cuando llegó a mi iglesia, la chica era un esqueleto andante. Su figura recordaba
en todo a los presos de los campos de concentración, hasta para andar tenía ya
que ser ayudada por su padre y hermano.
Nada más orar por ella, mostró todos los signos de sufrir una influencia
demoníaca, entrando en trance y poniendo los ojos en blanco tal como se le veía
si se le levantaban los párpados. Lo interesante, hay que insistir en ello, era que
todo el problema de los vómitos había comenzado desde el día en que ella había
hecho la ouija. Aunque los padres quisieron arreglar todo aquello por la vía
médica, la relación causa efecto aparecía demasiado clara a la familia como para
poder obviarla. Y una vez en mi iglesia, la reacción a mi oración no dejaba lugar
a las dudas, existía la acción de un espíritu en ella. Como en tantas ocasiones, los
padres sólo recurrieron al sacerdote cuando se dio por razonablemente agotada la
vía médica.
Dado que eran de otra provincia, les aconsejé que un sacerdote que viviera
cerca se encargara de rezar por ella diariamente un rato para que se restableciera.
Mientras siguiera en el hospital podía rezar por ella en la habitación del hospital
como si fuera una visita más, sin hacer oraciones que llamaran la atención,
orando a media voz. A nadie le iba a llamar la atención, puesto que ella durante
las oraciones caía en la inconsciencia, pero no decía nada, ni se movía. El
demonio estaba en su cuerpo, pero no lo poseía. Es decir, no lo podía mover a
voluntad, ni podía hablar a través de ella. Como no era un caso de posesión, ni se
requería el ritual de exorcismo, di instrucciones a un sacerdote amigo de la
familia para que orara por ella: rezando a su lado rosarios, bendiciéndola,
pidiendo la protección de Dios sobre ella, suplicando a Dios que la restableciera
y que rompiera toda atadura que el demonio tuviera sobre la enferma. Ya que su
vida corría peligro, dada su delgadez extrema, el sacerdote cada día debía rezar
un rato, aunque fuera breve, al menos diez minutos. Después, cuando su salud ya
no estuviera en peligro, las oraciones podían ser semanales. La mejoría sería
gradual, sin salidas aparatosas del demonio, puesto que se trataba de una
influencia sobre ese cuerpo, no de una posesión. Tuve que insistir en que la
ingresaran ese mismo día, puesto que la familia había perdido toda fe en la
medicina.
Una semana después me enteré por ese sacerdote, que la familia, nada
religiosa, abandonó las oraciones para buscar la solución únicamente por la vía
médica. Una vez más, uno de esos virajes radicales que a veces los familiares
dan. En ese punto perdí el rastro del caso. La resignación era necesaria en un
trabajo como el mío. Yo les daba los mejores consejos que podía, pero después
cada uno era libre de tomar el camino que quisiera. Aunque era curiosa esa
decisión de alejarse del camino de la oración, cuando el sacerdote de ningún
modo les aconsejaba no seguir yendo a los médicos. Pero esa desesperanza, la vi
repetida muchas veces. La gente venía a mí para lograr una solución inmediata.
Pero si esa solución no se producía en el momento, no estaban dispuestos a rezar
todos los días durante varias semanas y mucho menos a dar pasos de
acercamiento a Dios, buscando una conversión de vida.
Caso 12
Alguien que lea este caso puede preguntarse qué efecto tiene liberar del
demonio a alguien que no notaba ninguna presencia demoníaca en su vida. Sin
embargo, la persona que tiene un espíritu maligno dentro del cuerpo sufre
muchas más tentaciones que una persona normal, muchas más y más intensas. A
veces son continuas tentaciones de tristeza, o de odio, crisis de ansiedad, etc. En
muchas ocasiones a eso se une innatural incapacidad de concentración en
momentos críticos, dolores en determinadas partes del cuerpo, cansancio
continuo y muy acusado, etc. Ésa es la razón de que las personas que tienen un
espíritu inmundo dentro aunque no sufran ningún fenómeno verdaderamente
extraño e inexplicable, quieran desembarazarse de él para tornar a una vida
normal. En este caso, la aparición del trance en las oraciones del sacerdote fue el
único signo que tuvimos de que realmente las tentaciones y sentimientos
horribles que padecía iban no sólo más allá de lo normal sino que incluso tenía
algo dentro, o mejor dicho alguien.
Cuando examiné el caso por primera vez, para discernir si sufría algo por
parte del demonio, oré por él bendiciéndole durante tres o cuatro minutos. En las
bendiciones intercalé en latín conjuraciones al demonio, pero no observé ningún
tipo de reacción extraña. Mientras le bendecía le pregunté si sentía algo, contestó
que nada. Él estaba ligeramente nervioso, pero lo extraño hubiera sido hallarse
en esa situación y no estar algo nervioso. Como no vi ni el más leve signo de
manifestación, le dije que no tenía nada. El sacerdote que me había traído el caso
estaba un poco sorprendido, más bien decepcionado porque había sido testigo
del trance que me había descrito, así que como último recurso me pidió si podía
intentarlo él. Le dije que por supuesto. Empezó a conjurar en latín al demonio
diciéndole: en el nombre de Jesús, si moras en él te ordeno que te manifiestes. Al
cabo de un par de minutos más, entró en ese trance silencioso del que he hablado
antes.
¿Por qué no se había manifestado la primera vez? Pues porque ese espíritu
había resistido, pero finalmente no pudo más. A veces un demonio está a punto
ya de ceder, pero si se interrumpe la oración no se ve manifestación alguna y el
exorcista piensa que se trata de algo psicológico.
Caso 13
Me vino a ver una chica de veintidós años que no tenía ninguna práctica
religiosa, aunque sí fe, que padecía bulimia amén de otros trastornos
psicológicos. Habría que decir que la chica más que venir a verme, más bien fue
traída hasta mí por una amiga suya. La amiga, por alguna cosa extraña que ha
visto, dice que está posesa, la supuesta posesa dice que todo son tonterías.
Desgraciadamente, debo decir que los casos que vienen movidos por una
amistad, pero no creen estar posesos, y el trance es sólo visto por familiares o
amigos, tienen un índice muy alto de fracaso. Pues ellos, al no experimentar
nada, piensan que lo que han visto los familiares tiene una explicación lógica
que por supuesto no es la religiosa. No hace falta decir que el exorcismo nunca
puede ser practicado contra la voluntad del poseso. Es decir, si ellos en su estado
normal no desean ser exorcizados, entonces lo que único que se puede aconsejar
a los familiares es que recen para que Dios entre en sus corazones.
Caso 14
Una viuda de casi sesenta años me comenta que, desde hace diez años,
comenzaron a sucederle cosas muy extrañas. Todo dio principio en su casa con
luces que se encendían y se apagaban solas, también con grifos que se abrían sin
que nadie los tocase. Después, la señora me contó que un buen día se retorció
por los suelos de la casa durante dos días echando espuma por la boca. Aunque
tal cosa con los años ya no siguió sucediendo, me dijo que en alguna ocasión se
le hinchaba la cara. Lo que sí que sucedía con más frecuencia era que arrojaba
gran cantidad de saliva por la boca. Una saliva menos transparente que la
normal, viscosa y blanquecina. Y sobre todo notaba que algo le tiraba dentro de
sus carnes, produciéndole un terrible dolor. Era algo que sentía como atado a su
columna vertebral, y que se movía dentro de su cuerpo. Sus hijas, que no vivían
con ella, creían sencillamente que se había vuelto loca.
Estuve rezando por ella tres horas. En seguida quedó claro que posesa no
estaba, es decir, el demonio no poseía su cuerpo moviéndolo a voluntad. Pero sí
que había signos claros de influencia. Movía la cara con extraños movimientos,
como si quisiera desatarse de algo interno. Hacía muecas con la boca, pero en
ningún momento perdía la conciencia. Lo único que movía era la cara. Si
durante la oración y mientras ella hacía esas muecas, yo le preguntaba algo,
respondía; oraba si se lo pedía. En ningún momento gritó, se retorció o el
demonio habló por su boca por más que en latín le ordené que se manifestara lo
que hubiera dentro. Cada vez que le preguntaba a la mujer qué era lo que sentía
cuando oraba por ella, me decía que notaba a ese espíritu que estaba como atado,
y que sentía que la oración era como una fuerza que estaba arrancando a ese
demonio. Y que percibía que estaba a punto de salir. Pero el tiempo seguía
pasando y no se apreciaba evolución alguna.
Durante esas tres horas de oración (a base de rosarios, bendiciones y
mandatos por mi parte a ese espíritu), los síntomas externos e internos no
variaron. El mismo movimiento de la cabeza, inclinándola, torciendo el cuello,
con la mujer arrodillada devotamente o pacientemente sentada delante del altar.
Mientras yo oraba ella hacía un movimiento extremadamente lento con la
mandíbula hasta que sonaba el sonido propio que hace una articulación al
dislocarse. Ese crujido tan especial, sonó más de cuarenta veces. Creí que se le
iba a romper ese hueso, pero no pasó nada. Al final, al poner yo punto final a la
oración, me comentó que a lo largo de las oraciones percibió que varios
demonios habían salido y que se sentía mucho mejor.
Le dije que debía recibir oración de liberación. Como donde ella residía no
había grupos que se dedicasen a ese tipo de oraciones y vivía a ocho horas
de viaje de Madrid, donde estaba yo, le dije que llevara vida normal sin
preocuparse del demonio pero que cada día orara a Dios y a la Virgen para que
le liberaran de sus males. Se fue consolada y sintiéndose corporalmente mucho
mejor, según me comentó.
Hablé con ella alguna vez más por teléfono meses después. Como tantas
otras personas también ella, dada la lejanía de su provincia, tuvo que sobrellevar
el problema con resignación y recurriendo a la oración personal solamente.
Caso 15
Los psiquiatras insistían en que ese tipo de convulsiones tenían que ver algo
con algún tipo de epilepsia. Pero los neurólogos por más que le hicieron todo
tipo de pruebas, fueron tajantes a la hora de afirmar que no padecía ningún
desarreglo neuronal. Después que la vieron tres psiquiatras y dos neurólogos,
durante un año, la chica seguía exactamente igual de mal, las crisis continuaban.
Además, tenía que estar siempre vigilada porque si estaba sola se tiraba por
las escaleras, o iba a la cocina en busca de algo punzante con lo que matarse. En
este caso, como en algunos otros posesos, su apetito a la hora de comer era
insaciable. El asunto comenzaba a ser ya insostenible con una media de tres
crisis por día desde hacía meses. Cada crisis solía durar entre cinco y diez
minutos, durante las cuales se convulsionaba sin control sobre el
suelo, llegando a echar espuma por la boca. Después de diez días sin dormir, los
padres decidieron que era hora de buscar algún otro camino que el que la ciencia
médica les ofrecía. Ya que empezaron a sospechar al ver que su hija no podía
entrar de ninguna manera en una iglesia.
Cuando llegué a mi parroquia, ellos ya estaban esperándome dentro de su
coche. Dada la calle por la que me acerqué a la iglesia, ellos no me vieron venir,
ni aparcar. Cuando, viniendo por detrás, toqué el cristal de su ventanilla para
saludarles. Los padres salieron y exclamaron: ah, por eso ha entrado en trance
ella ahora.
Son pocos los casos como éste en que es imposible hablar con la posesa por
estar en trance desde el mismo momento en que el sacerdote hace acto de
presencia. En estos casos, sí que se puede proceder a las oraciones del exorcismo
sin necesidad de hablar con la persona. Después de la liberación (o al finalizar
esa sesión) será el momento de predicarle la conversión y ver qué es lo que hay
que cambiar en su vida.
Caso 16
Oramos por ella durante un año a razón de veinte minutos por semana.
Alguna vez que otra vez, una hora seguida. Nunca perdió la consciencia, nunca
mostró más que esos ligeros síntomas que habían aparecido el primer día que
vino a que se discerniera su
caso: ojos en blanco, dolores en partes del cuerpo que podía localizar de forma
concreta señalándolos con su índice, ligeros espasmos, crispación en la cara a
causa de esos dolores provocados por mi oración.
En una sesión, notó esa salida como si fuera una serpiente que se deslizaba
fuera de su boca, hacia fuera. Esto me lo explicó cuando ya acabó la sesión. Lo
más curioso es que, durante la sesión, cuando ella con gestos me indicaba que
ese espíritu estaba saliendo por su boca yo tuve una sensación similar a la de una
gruesa serpiente que lentamente se introdujera por mi boca hacia el interior de
mi garganta. Afortunadamente no debió quedarse dentro pues no advertí en mi
nada extraño tras esa sensación. Después en la soledad de mi casa, por la noche,
conjuré a algún demonio si estaba dentro de mí a que saliera. Tampoco entonces
noté nada.
El caso de esta mujer no parecía avanzar, pero ella físicamente era una
persona totalmente distinta frente al cadáver ambulante que vino la primera vez.
Además ahora tenía ganas de vivir, alegría y se había acercado muchísimo a
Dios. Así que yo le insistía en que no perdiera la esperanza, durara su liberación
los meses que durara. No te fijes en lo que de malo continúa en ti, sino en cómo
estarías si no te hubieras esforzado como lo has hecho, le repetía.
Tras ceder ella a estas tentaciones con plena voluntad, cada vez le
aparecíamos con tintes más negros, cada vez se enredaba en pensar cosas peores
de nosotros. Y lo peor es que no nos hizo partícipes de lo que pasaba por su
mente y su corazón hasta que fue tarde. Pues perfectamente engañada por el
demonio, dejó de seguir con las oraciones de liberación. Después de un año
entero de oraciones se dijo a sí misma que ya era fuerte para seguir ella sola.
En este como en otros casos que habían abandonado, era consciente que
una llamada cariñosa mía para saber cómo se encontraban, podía ser entendida
como un intento de indagar si mis lazos invisibles para forzarles a que siguieran
viniendo a mi parroquia, habían dado resultado.
Caso 17
Por más que le pregunté, ella no veía cuál pudiera ser la causa para haber
sufrido estos cambios. Ella achacaba esto al demonio, y eso a pesar de no tener
ningún tipo de práctica religiosa.
A las diez de la noche, acabé por fin de atender a la última persona que
tenia apuntada en la agenda. Ella me suplicó que le exorcizara. Yo estaba
verdaderamente agotado, había sido un día de muchísimo trabajo. En un
momento dado de la misa el demonio que había en ella se había manifestado con
rugidos y ojos llenos de furia, se trataba de un caso de demonio que se
manifiesta abiertamente. Por eso cuando llegó el momento de hablar con ella no
tenía ninguna duda de su posesión, la manifestación que había visto durante la
misa era clara.
Pero le expliqué que dada la hora y mi cansancio no creía que era la mejor
idea empezar ningún exorcismo. El exorcismo podía durar no sólo horas, sino
incluso días. Por si fuera poco, hablando con ella me di cuenta de que había que
comenzar con una buena catequesis y un cambio en muchos aspectos morales de
su vida. Con una buena catequesis y una prudente dirección espiritual, además
de los exorcismos propiamente dichos, pensé que con unos cuantos meses de
evolución personal el caso acabaría. Se presentaba por delante un largo proceso,
pero ella quería ser exorcizada ya. La chica lloró, suplicó, desesperada me pidió
que ese mismo día y en ese momento se diese comienzo al proceso, que no podía
esperar ya ni un día más, que no podía seguir viviendo de esa
manera.
Las súplicas fueron tales que al final opté por rezar por ella diez minutos al
menos. Cerramos la puerta de la iglesia. A esa hora, fuera estaba ya todo oscuro
y sólo las velas de los seis candelabros del altar encendidos iluminaban el
interior del templo. Únicamente una feligresa nos acompañaba. No quise
encender más luces para que nadie de fuera, viendo luz por alguna ventana, pero
estando la puerta cerrada, se preguntara qué estaba pasando dentro del templo.
En medio de ese ambiente de semioscuridad, comenzaron mis oraciones y la
posesa comenzó a rugir y a gritar de un modo como pocas veces lo había visto.
La fiereza de esos rugidos me impresionaron incluso a mí mismo, ya bastante
acostumbrado a manifestaciones del demonio. Y aunque eran rugidos humanos,
parecía como si un león no hubiera podido rugir con más fuerza. Por su boca
habló el demonio con todo su odio. No iba a salir, nos dijo.
Durante los veinte minutos que duró la oración, lo vio en dos lugares
distintos de la iglesia. Después ya no lo volvió a ver. Aquella sesión de
exorcismo había tenido dos partes. En la primera, el demonio había hablado y
rugido a través de ella, pero había salido al cabo de unos diez o quince minutos
de oración. Mientras que la segunda parte del exorcismo era como si el demonio
siguiera rondando a su alrededor, mientras ella lo veía y lo increpaba.
Dios había permitido en sus planes misericordiosos que ella pasara por todo
este trecho de sufrimiento y opresión diabólica, como preparación para la
eternidad. En el resto de los casos, aunque vivieran más años, en el fondo el
exorcismo no tenía otra finalidad que ésa: preparar el alma para la eternidad,
hacerle conocer al poseso cuál es el sentido de la vida.
Caso 18
El caso de esta mujer de cuarenta y tantos años me llegó enviado por otro
exorcista. El exorcista era un hombre bueno y santo, sin embargo el caso se
estaba alargando ya durante más de cuatro sesiones de varias horas cada una y el
exorcista no veía ningún avance. El exorcista estaba empezando en este campo.
Y en esa época, cuatro sesiones sin avance era para él una eternidad. Además,
cuando no se ve ningún avance los exorcistas que están comenzando, se
preguntan si en ese caso no será todo psicológico. La envió de nuevo al
psiquiatra, un psiquiatra católico, de confianza en los círculos de la
archidiócesis, el cual me la remitió a mí para que hiciera un diagnóstico.
Tras la liberación, esta mujer se sintió tan bien, tan agradecida, que me
preguntó si podía venir a orar por otras personas cuando teníamos los
exorcismos. Le dije que sí, sin entusiasmo. Aunque le hice esperar un mes o dos,
hasta que comprobé la fortaleza de la vida espiritual que había comenzado. Esta
mujer durante dos años estuvo ayudando muchísimo con su oración los días que
teníamos exorcismo. Ocurría en ella un extraño fenómeno por el que el demonio
que había dentro de una persona se podía manifestar a través hablando de ella.
Por lo menos eso era lo que decía. Aunque comprobar la veracidad de esto, sea
muy difícil, y quizá imposible, lo cierto es que este mismo fenómeno lo he visto
en dos personas más en estos años.
Caso 19
Cuando llegó a mi parroquia este caso, oré por ella sin observar
manifestación alguna. La chica no se movió, no dijo nada. Pero aunque no
observé ningún signo de posesión lo que me llamó la atención fue la historia
corroborada por dos testigos (padre y hermana) de que todo comenzó con una
sesión de espiritismo y que ambos habían sido testigos de los fenómenos que he
referido arriba. A eso hay que añadir que la chica olía muy mal, como a algo
podrido. Cuando pregunté acerca de eso, me dijeron que por más que la lavaban
no había forma de quitar ese olor.
Dado que existía una clara relación causa-efecto con el ocultismo, comencé
a orar por ella ya no para discernir el caso, sino simplemente para que fuera
liberada de la opresión demoníaca que la tenía encadenada. Y aunque durante las
dos sesiones que oré no se produjo manifestación alguna, sino que continuaba en
ese perfecto estado de insensibilidad y desconexión del mundo exterior, sin
embargo comenzó a mejorar. Después de seis años en ese estado, el padre vio
con alivio que ya tras la primera vez que se oró por ella, después, en el coche, de
vuelta a su casa, comenzó a hablar con sus familiares.
Por todo lo dicho y por la mejoría inmediata que experimentó con las
oraciones, ahora admito que el poseso puede ser furioso, pero también puede
quedar completamente atado por un espíritu que lo reduzca a quedarse quieto en
un rincón y no moverse. En esos casos, más que poseer el cuerpo, lo que hace el
espíritu es atar la mente de una forma tan perfecta que la vida queda
interrumpida. ¿Cuántos casos como el de ella habría internados en hospitales o
arrinconados en sus casas, atendidos por unos padres hartos de alimentar a una
especie de vegetal? No lo sé. Lo cierto es que sólo en aquellos casos en los que
la relación causa-efecto (es decir, práctica del ocultismo-aparición de la
enfermedad), fuera evidente podíamos estar seguros de la
existencia de algo más que una enfermedad.
Caso 20
Una mujer de unos cuarenta años me vino a ver con un síntoma que era tan
poco indicativo que me admiró que hubiera hecho tantos kilómetros sólo para
eso. El síntoma era la ira, es decir, a veces sufría ataques de ira tan intensos que
ella misma al calmarse decía que no se reconocía, que aquello se salía fuera de
los parámetros de lo normal. El marido también decía que parecía que no fuera
ella. Al orar yo por su mujer, ella comenzó a tener grandes sentimientos de ira y
un fuerte impulso a agarrar mi mano, la cual la tenía puesta sobre su cabeza. Si
bien se contuvo y no mostró nada de ese impulso.
Como no me habían referido ningún signo preternatural, ni se había
practicado ocultismo, quedamos en que practicarían los consejos que suelo dar a
todos para iniciar una vida de oración y que al cabo de dos semanas me
llamarían para ver si esos ataques de ira con la oración iban remitiendo.
Ciertamente no había observado ningún signo de presencia demoníaca, ni al
orar, ni en lo que me contaron. Aunque sí que es cierto que las personas con
influencias a veces cuando se ora por ellas sienten un incomprensible enfado y
deseos de agarrar o golpear a la persona que ora por ellos.
Caso 21
Me llamó un vicario episcopal para decirme que a una señora que conocía
desde hacía muchos años y sobre la que no tenía duda alguna acerca de su
perfecta salud mental, le había telefoneado para decirle que le estaban pasando
cosas muy extrañas en la casa, fenómenos preternaturales. Me dijo que ella me
llamaría y que, por favor, la atendiera.
Me vino a ver una chica de diecinueve años que por el deseo de hablar con
su abuelo muerto del que no se había podido despedir, había comenzado a hacer
espiritismo. Durante cuatro años lo va a practicar una media de tres veces por
semana, ella sola. Los casos que practican el espiritismo solos, y no en grupo,
son peores pues implica una notable costumbre de practicarlo. Además la chica
comenzó a practicar tímidamente hechizos y maleficios. A esta cada vez mayor
afición por la magia y la brujería se unió una sensación de tristeza, de cansancio
y de no querer salir de casa, reduciendo su vida social al mínimo, aunque
conservando su empleo y amigas.
Con todos estos antecedentes yo daba por supuesto que esta chica iba a
estar posesa. Cuando empecé a rezar ella sintió que se mareaba. Cada vez se
mareaba más, aunque seguía en silencio y sentada. Después comenzó a sentir
escalofríos, aunque siguió sin entrar en trance. Finalmente sintió como si alguien
le propinara una patada en el costado. Quedó dolorida durante mucho rato, pero
cada vez se fue sintiendo mejor, hasta que dejó de sentir todos estos síntomas.
La gran duda que me quedaba después de su liberación era por qué esta
chica no había quedado posesa con ese historial. Finalmente pensé que las
oraciones de su hermano, que era muy buen cristiano, le habían preservado, así
como el hecho de haber empezado todo por amor a su abuelo, por el ardiente
dolor que le producía el hecho de no haberse podido despedir de él.
El exorcismo tuvo lugar a pesar del hecho de que ella había dejado bien
claro que yo creo en Dios, pero no en la Iglesia, ni en los curas. Estoy seguro de
que Dios permitió que el exorcismo tuviera éxito tan pronto para que ella se
acercara a la Iglesia y sus sacramentos. Ella era débil y había venido más bien
animada por su hermano, si el camino para su liberación hubiera sido más arduo,
no hubiera continuado y no se hubiera logrado nada. En otros casos, no obstante,
Dios exige fe en la Iglesia y un cambio de vida que preceda a la liberación. Pero
como se ve, Dios decide caso por caso el nivel que exige a cada uno para obtener
la liberación.
Caso 23
El chico no sólo no creía en Dios, sino que además era muy contrario a todo
lo religioso. Se trataba de un joven lleno de orgullo y con un gran desprecio por
los sacerdotes. Sólo había ido por contentar a su madre después de mucha
insistencia. Oré largamente, durante casi un cuarto de hora, por el chico que no
mostró ningún síntoma de presencia maligna. Ante mis preguntas de si sentía
algo mientras oraba por él imponiéndole las manos, respondía que nada.
Con lo cual les dije a ambos que no veía ningún signo en él que me hiciera
pensar que sufría algo demoníaco. Aun así, dada su nula colaboración (el chico
había rehusado hacer la más pequeña petición a Dios diciendo que todo eran
tonterías) le dije a la madre que si algún día su hijo se convertía, creía y
empezaba a orar, que podían volver y oraría de nuevo. Aunque las posibilidades
de encontrar algo que tuviera que ver con el demonio eran mínimas, dado que
los síntomas que me había explicado no hacían sospechar la presencia de nada
maligno. Pero dado que no había colaborado nada no se podía excluir al 100%.
Pues si la persona no quiere colaborar, si no ora, si no tiene fe y desprecia la
ayuda que se le brinda, entonces el espíritu tiene muchas posibilidades de poder
esconderse y no ofrecer manifestación alguna. Es como si estuvieran fuertes
dentro de la persona.
Pero cuál fue mi sorpresa al empezar a orar por ella ante el sagrario, cuando
oí que decía que sentía ganas de vomitar. Mi oración por ella duró hora y media.
Durante ese tiempo la señora emitía un tipo de eructo muy especial que suelen
tener las personas a las que se les ha hecho un maleficio, cuando se ora por ellas.
Es un eructo muy prolongado, no breve como el normal, sino es como si
recorriera hacia arriba todo el esófago y la faringe hasta salir por la boca. Así
estuvo durante hora y media. A pesar de que había comido dos horas antes, no
vomitó nada. Pero continuamente escupía saliva. Como ya he dicho, estuve
orando por ella durante hora y media, en la que intercale varias horas canónicas
de mi breviario que ese día llevaba retrasado. Al cabo de ese tiempo ya se sintió
bien, perfectamente bien.
Caso 24
Los años pasaron sin nada especial que contar salvo que siempre sufrió una
cierta tendencia a la depresión e incluso al suicidio. Tenía un gran rechazo a la
Iglesia y los sacerdotes. Comenzó a practicar esoterismo, concretamente
espiritismo, con frecuencia. Hasta entonces se le habían aparecido espíritus
humanos de difuntos. Pero varios meses después, por primera vez, se le apareció
el demonio. Se le apareció con una especie de máscara que le recordaba a las de
tipo veneciano. No le vio la cara, pero el gesto y la mirada eran de burla. No
recuerda nada especial del cuerpo, lo único que veía de forma clara era que su
cara estaba cubierta de esa máscara.
Fuera de este episodio, la vida siguió normal. Aunque, según me decía él,
no notaba que se iba llenando de soberbia, pensando que llegaría a ser un gran
mago. Había avanzado en el camino del ocultismo, y ya hacía conjuros e
invocaba a los espíritus para pedirles cosas.
Entre uno y dos años estuvo muy metido en el tema de videntes, astrología, tarot
y espiritismo. Pasaron dos años más hasta que vino a verme. Vino a verme por
los siguientes síntomas: Se despertaba de repente y notaba una presencia a su
lado, o escuchaba un parloteo que no entendía. Sentía en la cara como si
recibiera repentinamente una gran luz. Cuando pasaba eso ya no se podía dormir,
a pesar que no le daba ningún temor el
haber tenido esa sensación. Veía luces a veces, pero tenía que cerrar los ojos
porque le escocían mucho. Una vez resistió (a pesar del escozor de los ojos) y
enfocó su vista hacia esas luces que le parecieron como muy lejanas. Esas luces
se le iban acercando. La exacta sensación que tuvo al mirarlas fue muy precisa,
entendió (así me lo dijo) que eran viejos sabios con sentido del humor. Le daban
paz e incluso risa. Y uno se materializó con forma de ojo. Sentía que le sonreían,
aunque a no les veía con cuerpo físico alguno.
A raíz de una amistad con cierta persona, fue acercándose a Jesús. Ese
acercamiento provocó un cambio de vida cada vez mayor, un cambio a mejor,
hacia Dios. Después de una tregua que duró un mes sin sentir nada extraño, vio
un día tres caras de demonios como si estuvieran apoyadas sobre el borde
superior de la puerta entreabierta. Él se asustó, oró y se marcharon, pero aunque
se habían marchado comenzó a tener cada vez más miedo de esas presencias que
aparecían en su vida. También volvieron las depresiones que le habían dado un
respiro durante un tiempo.
En la primera cita, por una urgencia que tuve no pude ir, así que telefoneé a
un sacerdote que colaboraba conmigo en este ministerio. El cual le atendió y
consideró que sí, que era un caso auténtico, y le exorcizó durante una hora. Una
hora en la que aunque estaba consciente, gritó, se convulsionó y se manifestaron
tres demonios, que salieron. Durante la sesión el poseso estaba consciente y
cuando hablaba lo hacía con su propia voz. A veces le profería blasfemias,
gritos, y tenía un comportamiento que (aun estando consciente) sentía
claramente que no procedía de él.
Durante una mañana de esos tres días, se sintió muy mal. Hay que explicar
que años antes siguiendo el consejo de un libro de magia, había ingerido una
sustancia para tener siempre junto a sí a la mujer a la que entonces amaba. Esto
había ocurrido años antes, pues bien, en el segundo día de ayuno, por la mañana,
se sintió cada vez peor. Finalmente vomitó una sustancia entre verde y amarilla,
aunque no tenía nada en el estómago pues aquel día había sido de ayuno.
Además al vomitar sintió como si echara fuera de sí una bocanada de fuego. Era
consciente de que aquel vómito no era un vómito normal, sino que estaba
echando fuera de sí algo maligno.
Esa tarde tuvo lugar la tercera sesión de exorcismo en la que sólo sintió un
gran amor de Dios. Lloró, se puso de rodillas y nos dimos cuenta de que ya
estaba liberado. Recé por él al día siguiente, pero sólo para confirmar una vez
más que nuestras oraciones y sus tres días de ayuno le habían liberado
completamente. Se marchó contento y renovado en su cuerpo y en su espíritu.
Caso 25
En este caso, como ya he visto en otros, el que ella fuera a misa, rezara
mucho y con gran fe, unido al hecho de que practicara el espiritismo de total
buena fe (pensaba que hablaba con Dios) hizo que fuera protegida por el Señor y
cuando oré no tuvo ni la más pequeña influencia.
Caso 26
Lo primero que hice tras conocer lo que ella refería, fue orar por ella. Todo
lo que había dicho parecía indicar que era un caso de infestación y no que ella
sufriera algún tipo de influencia interna maligna. Pero aun así, siempre hay que
asegurarse y orar por la persona. Sea cual sea la teoría que uno tenga sobre lo
que padece alguien, siempre hay que rezar por ella y ver si se produce algún tipo
de manifestación.
Nada más empezar a bendecirla y orar por ella, me di cuenta de que ponía
caras raras, caras de que estaba sintiendo algo dentro de su cuerpo. Al
preguntarle si notaba algo, me respondió que algo le quemaba fuertemente en la
laringe. Esa sensación se mantuvo durante cinco minutos, durante los cuales su
rostro mostraba claramente la gran molestia que le estaba produciendo mi
oración. También sintió como si algo se moviese entre el pecho y el cuello.
Además, el corazón le latía muy fuertemente, y no por el nerviosismo de que yo
orara por ella, ya que mientras contó su historia y al comenzar mis bendiciones
se mostraba relajada y tranquila. En este caso en cinco minutos, los síntomas que
sentía fueron remitiendo. Finalmente cuando le pregunté contestó que ya no
sentía nada si no paz.
Le expliqué que la influencia que había sobre ella había salido. Pero que
podía intentar volver a entrar y que por tanto debía orar de forma especialmente
frecuente durante un mes. Le aconsejé las tres prácticas diarias que siempre
aconsejo a todos los que son liberados de una influencia: rosario, misa y lectura
del evangelio.
Le dije que dado que en su habitación había una infestación, que en ese
lugar cada día echara agua bendita y que rezara allí el rosario, mejor con su
madre y más miembros de la familia. Con eso, lo que hubiera iría
desapareciendo.
Caso 27
Todo esto fue suficiente para que el sacerdote me pidiera que le echara una
hojeada a este joven. Hablé con él, el chico me relató la misma historia de la que
había sido testigo el sacerdote. Le pregunté si en algún momento había hecho
magia o algo parecido, me dijo que no.
Comencé a orar por él. Tras un minuto dijo que sentía la mitad derecha de
su cuerpo distinta de la mitad izquierda. Comenzó a sudar abundantemente.
Seguí orando, el chico me dijo que sentía mucho miedo. Era el miedo que le
transmitía el demonio. Es un sentimiento que muy a menudo el demonio
transmite a alguien por el que se reza. A veces, en cambio, trasmite hilaridad,
para que el exorcista se ofenda y deje de rezar. En otros casos, transmite
sentimientos de agresividad contra el sacerdote. En este caso, era sólo miedo.
Entonces sentí que todos mis pelos se erizaban. Signo claro de una presencia
demoníaca. Quizá había venido otro demonio en ayuda del mal espíritu que
estaba en ese cuerpo. Ese mal espíritu que estaba en ese cuerpo no lo poseía,
sólo ejercía sobre él una influencia. Continué con mi oración, sentí cómo mis
pelos dejaban de estar erizados: el demonio se había marchado al no poder
resistir la fuerza de la oración. Tras ese momento en que mis pelos dejaron de
estar erizados, noté que el chico respiraba más fuertemente, con más intensidad.
Después sintió, dijo, como si le salieran raíces de los pies. Por ahí estaba
saliendo ese mal espíritu de su cuerpo. Finalmente ya no sintió nada, estaba bien,
relajado. Había quedado liberado.
Aunque yo continué cinco minutos más de oración, se sintió muy bien, feliz
y tranquilo por más que yo continuaba con mis oraciones. Dentro de él ya no
había ningún mal espíritu. Toda la oración había durado unos diez minutos, más
unos cinco para estar seguro de que no quedaba nada. Dado que no poseía a ese
chico el mal espíritu, ¿qué hubiera pasado si no hubiera sido liberado? Si no
hubiera rezado yo por él, el demonio con esa influencia le hubiera provocado
problemas de índole interna (tentaciones, tristeza, desánimo, etc) e incluso
actuando de forma extraordinaria como ya lo había hecho. Pero si él hubiera
perseverado en la conversión que se había producido el día de su confesión, es
decir, si hubiera perseverado en la práctica de la oración y los sacramentos, las
ataduras del demonio hubieran ido desapareciendo por sí solas en unos cuantos
meses.
Apartado B
………………………………………,
Caso B-1
El caso de esta mujer rondando los treinta y cinco años es muy interesante.
Cuando vino a mí, trajo consigo toda una carpeta de informes psiquiátricos. Lo
cual me facilitó algo conocer qué había estado sucediendo durante esos años.
Los informes no son de una grandísima utilidad, contrariamente a lo que pudiera
parecer. Ya que hablar con la persona durante quince minutos, siempre ofrece
más información que leer un cierto número de páginas repletas de frías
conclusiones. Pero aun así, pude seguir la trayectoria de esta persona a través de
esos papeles de la Seguridad Social. Si seguimos su historia de forma
cronológica, el primer informe decía así literalmente:
La primera vez que fue ingresada dirá que aunque había tenido relaciones
con personas involucradas en el tema del esoterismo, ya había tenido a los veinte
años las primeras alteraciones sensoperceptivas: visuales y cenestésicas,
principalmente. A partir de ese momento todo su mundo gira alrededor de
conseguir que se le realice un exorcismo. Los trabajos realizados son temporales
y no exentos de conflictividad con sus compañeros con un pensamiento
prejuicioso que puntualmente llega a ser paranoide.”
Esta mujer, cuando llegó a mi parroquia, hizo como todas: contarme una
larga historia. Una larga crónica de sus sufrimientos a manos del demonio,
crónica repleta de elementos nada relevantes. Siempre que hablo con las
personas que vienen a mí en busca de ayuda, tengo que luchar denodadamente
para saber cuáles son los síntomas que dicen sufrir en su día a día. Y digo que
lograr esta información es una labor ardua, porque estas personas siempre caen
en la narratividad inacabable. Es decir, comienzan una narración que parece no
tener fin y que supone una sucesión de historias acerca de su familia, de lo
mucho que sufren y de mil detalles que no aportan nada. Finalmente, tras insistir
en mis preguntas hacia ella, y tras cortar la historia una y otra vez (a través de las
preguntas, las historias resurgían como una hidra), logré sintetizar la siguiente
descripción de los síntomas:
A todo esto había que añadir que había tratado, por todos los medios, de ser
exorcizada en su diócesis. Tanto persiguió ser exorcizada, que un sacerdote sin
ningún tipo de permiso episcopal la exorcizó por su cuenta. Creándole después
todo tipo de problemas con su obispo, ya que ella no guardó el secreto que él le
había pedido. Con lo cual la dejó de exorcizar y no quiso saber más de ella.
En días posteriores hablé mucho con ella y oré sobre ella en varias
ocasiones. Nunca llegué a exorcizarla. Sólo la bendije e hice las oraciones
propias para discernir si un caso es de posesión o no. Desde el primer día, le dije
que necesitaba estudiar su caso durante unos días. Viendo todas aquellas
aparentes manifestaciones demoníacas de furia, no tenía claro dónde acababa la
actuación del subconsciente de la persona y dónde empezaba la influencia del
demonio si es que ésta se hallaba presente. Tras unos tres días de bendiciones, le
dije claramente que mi opinión era que su caso no entraba dentro de mi
especialidad, sino que necesitaba asistencia psiquiátrica.
No nos podíamos fiar de que lo que dijera o hiciera mientras orábamos por
ella, fuera una crisis demoníaca, entre otras cosas, porque en varias ocasiones
había grabado en audio sus mismas crisis (justo antes de caer en ellas) para así
tener pruebas de su posesión. Es decir, antes de entrar en crisis, presionaba al
botón de su grabadora, para que quedara registrado lo que decía y gritaba en el
estado de furia. Éste, por si fueran pocos los elementos anteriores, era otro
elemento que hacía razonablemente pensar en la gran necesidad de llamar la
atención de esta mujer, quizá a causa de carencias afectivas. Mientras duraban
esas crisis, ella se sentía el centro de atención. Quizá ella sentía que si estaba
posesa, psiquiatras y sacerdotes se paraban a hablar con ella, la atendían y le
prestaban todo el interés del mundo. Los elementos voluntarios de la persona
emborronaban completamente el cuadro de influencia demoníaca si es que es
ésta realmente existía.
Dado que eran varios los sacerdotes de su diócesis a los que había
contactado desesperadamente pidiendo ayuda, y que ellos después me habían
llamado por teléfono, dado que me había llamado también incluso un obispo,
ante el que había pedido audiencia para exponer su caso, dado que había tratado
de involucrar en su caso a otro obispo más y nos amenazaba con pasear su
demanda de ayuda por todas las televisiones del país, me vi obligado a emitir un
juicio fundamentado y definitivo. Finalmente y tras innumerables charlas, tras
tanta observación, tras mucho reflexionar sobre el caso (sólo y en común con
más personas del equipo que me asistía), les dije que se trataba de un caso de
desequilibrio mental.
Dados los elementos del pasado de esta persona que conocíamos (informes
psiquiátricos e indudables fingimientos de posesión) y los elementos del análisis
en su estancia en la parroquia habíamos llegamos a la conclusión de que aunque
sufría una enfermedad psíquica. Si bien se añadió una pequeña nota en la que se
advertía que hoy por hoy no era posible saber dónde acaba el histrionismo por un
deseo subconsciente de convertirse en el centro de atención, y dónde empezaba
la acción del demonio (influencia) si la había. En esta persona la existencia de
una patología psiquiátrica sí que era segura, la existencia de un factor demoníaco
no.
-que siga los consejos de un confesor fijo, que conozca bien su caso y las
conclusiones de este
informe final
-que se ponga a trabajar para distraerse y no tener tanto tiempo para pensar
Por teléfono hablé con el confesor que aceptó ser su consejero en adelante en
cuanto regresara a su diócesis. Y a esta mujer le ordené que a partir de entonces
fuera ya él el que recibiera todas sus consultas y preguntas. Al confesor le dije
que cada dos semanas hiciera una breve oración de liberación de cinco minutos
sobre ella, por si había algún tipo de influencia demoníaca. Pues aunque el caso
estuviera muy emborronado por elementos espurios voluntarios, vistos por ella
en películas y leídos en libros, tampoco podíamos descartar algún pequeño grado
de influencia demoníaca en su enfermedad. Además, ella decía que todos sus
problemas comenzaron al hacer magia muchos años antes para conseguir a un
chico, desde entonces todo se me torció. Tiempo después fue a una vidente que
le hizo ciertos ritos. ¿Tuvo en estos hechos su origen la enfermedad mental? ¿O
fue su enfermedad la que creo ese episodio de su vida? Nunca lo sabremos.
Lo que sí que es cierto, es que un exorcista sólo cuenta con unos ciertos
signos externos para saber si alguien está poseso. Cómo saber dónde empiezan
los signos verdaderos y dónde la enfermedad si la obsesión consiste
precisamente en imitar esos signos de un modo admirablemente bueno. Es decir,
qué hacer ante una persona que ha visto treinta veces la película El Exorcista, se
ha leído todos los libros serios sobre el tema y ha visitado a todos los exorcistas
de la nación adquiriendo una experiencia de muchos años, que le lleva a una
imitación que, aunque inconsciente, es admirable. Diariamente el exorcista debe
pedir a Dios que le ilumine en los casos complejos.
Atender a esta mujer en los meses siguientes, supuso una carga muy pesada
para su confesor, pidiendo hablar con él de forma casi diaria y haciendo
espectáculos en la iglesia. La obediencia no era precisamente una de las
características de esta pseudoposesa, por ello la evolución que pronosticamos a
su caso en los años siguientes fue muy negativa, a menos de que fuera ingresada
a la fuerza; lo cual estaba fuera de mis posibilidades. Aun así cada vez que me
llamaba por teléfono la remití siempre a su confesor, para que no se creara una
dependencia psicológica conmigo. Pues ese tipo de dependencias son
perjudiciales. Además, siendo ella una mujer, es muy fácil que pase del amor
intenso al odio intenso no sólo en cuestión de días, sino incluso de horas.
Hoy día vive con su familia, pero su enfermedad es crónica aunque llegue a
ser tratada por un psiquiatra. De forma que, con mejorías o recaídas, será una
paciente que rondará alrededor de mí para siempre. Acepto esta situación como
parte de mi trabajo.
Caso B-2
Así que finalmente tras mucho hablar llegué a un pacto con el padre: yo
rezaría sobre el hijo una vez a la semana, cinco o diez minutos, no haría el ritual
de exorcismo, sino que mi oración sería de bendiciones y plegarias dirigidas a
Dios pidiéndole que se sanara, pero a cambio él tenía que ir a un psiquiatra a que
le tratara.
Caso B-3
Voy a narrar este caso porque en este ministerio del exorcismo si el mal se
manifiesta a veces de un modo extraordinario, también en ocasiones el bien se
manifiesta de un modo igualmente extraordinario. Un libanés de cerca de
cincuenta años llegó con su mujer a mi parroquia, había venido desde Bélgica.
Aunque era libanés, llevaba afincado muchos años en esa parte de los Países
Bajos. El hecho de que fuera musulmán no supuso ningún impedimento en mí
para yo le examinara. Dios es padre y ama a todos. Nunca impongo la
conversión al cristianismo ni para examinar un caso, ni para exorcizarlo. Aunque
para ser exorcizado sí que es necesario acercarse a Dios, orar y poner en orden la
propia
vida de acuerdo a los Mandamientos de Dios.
Bastante escéptico me puse a orar por él, pero hubo una total ausencia de
signos, no se produjo ni la más leve manifestación. Le pregunté si sentía algo
cuando oraba por él imponiéndole las manos. Me dijo que sentía en ese
momento que algo se movía en su cabeza. Pero por más que insistí en conjurar al
demonio si estaba allí, no hubo ninguna manifestación, sus ojos estaban
perfectos, no mostraban signo alguno de influencia, él se hallaba sentado
tranquilo en el banco orando fervorosamente.
Después de orar diez minutos y ver que allí no se manifestaba nada de nada,
decidí que se orara diez minutos más en lenguas. Una persona del equipo tiene
ese don del que habla San Pablo en la Carta a los Corintios, y cuando se siente
movida por el Espíritu Santo profiere cosas en lenguas desconocidas que,
efectivamente, provocan un gran desagrado en los demonios, como hemos visto
infinidad de ocasiones. Lo cierto es que esta persona del equipo oró en lenguas,
y allí comenzaron las sorpresas en un caso que hasta entonces había parecido
bastante anodino. El libanés y su mujer (también libanesa) dijeron que entendían
algunas palabras de esa oración en lenguas.
Yo estaba muy sorprendido de que el caso hubiera dado ese giro inesperado.
Pero aunque soy muy incrédulo, era evidente que dos personas (el libanés y su
esposa) habían entendido perfectamente en árabe las palabras que he escribo
arriba. Dada la situación, les dije que consideraba que esto se interpretaba de la
siguiente manera:
Que hacía cinco años que se había hecho el maleficio por parte del familiar
cuyo nombre había mencionado (y del que el libanés sospechaba ya antes de
venir a verme, aunque no me había dicho su nombre). Y que ese familiar, un
sobrino, había encargado el maleficio, a una mujer, la cual lo había realizado a
través de una muñeca (una muñeca de vudú). Pero que Dios era grande y que
para destruir el maleficio tenía que ir a ese monte que yo había mencionado, y
donde casualmente hay una iglesia cristiana en la cima. El monte, situado en el
Líbano, se llamaba en árabe Casa de María. Además de mencionar el nombre del
monte, situado a pocos kilómetros de donde él era originario, el Espíritu Santo le
había dicho ponte cerca de María. Las últimas palabras del mensaje eran
confirmarle que sí, que había una serpiente (símbolo del demonio, es decir que
era verdad que se le había hecho un
maleficio), y las palabras ella hace algo que no desea que lo vean y oscuridad se
referían a cuando ella había hecho el maleficio.
Caso B-4
Esta señora estaba muy preocupada porque su madre había ido a personas
que echaban cartas, pero hay que decir que no todo el mundo que va a este tipo
de videntes recibe una influencia demoníaca. El mero hecho de ir a una persona
así que echa cartas, no necesariamente produce un perjuicio demoníaco. Es más,
las más de las veces no lo produce, si no hace ningún rito de invocación de
espíritus sobre la persona que ha ido a consultarle. Consultar el futuro no supone
invocar al demonio. Las influencias extraordinarias sobre una persona, como
regla general, se producen cuando alguien invoca demonios, entidades o
espíritus desconocidos.
Cuando oré por ella, quedó claro que no tenía nada de nada. Allí no había
manifestación alguna. Así que le di los consejos pertinentes: que se olvidara de
todo lo demoníaco, que estaba limpia de toda influencia y que centrara su vida
más en Cristo y no en ver en todas partes al Maligno. A este tipo de personas hay
que dejarles muy claro que no tienen que preocuparse de nada. También es
nuestra labor, la de los sacerdotes que nos dedicamos a esto, dar tranquilidad al
que nos viene con una consulta. Lo que pasa es que discernir cada caso supone
normalmente una media hora. Pues hay que hablar antes de orar sobre ella, hay
que orar y después hay que darle las conclusiones y los consejos. Pero aunque
sea media hora por caso, es nuestro trabajo. Si bien, cuando el caso se ve muy
claro, es decir, que el desequilibrio es muy evidente, o que lo que refiere son
meros miedos, entonces un caso puede ser discernido en diez o quince minutos.
Caso B-5
Claro que también hay casos en los que todavía se puede ser más rápido, si
todo indica que no tiene sentido emplear más tiempo. Por ejemplo, una mujer de
unos 45 años vino a verme. Todo lo que me dijo era que sentía un cierto rechazo
hacia su propia familia, hacia sí misma, hacia la situación política. No pude sacar
de la breve conversación ningún elemento que me hiciera sospechar nada
demoníaco, absolutamente nada. Al revés, todo lo que me decía me indicaba que
había venido porque sufría una especie de hipocondría en relación a lo
demoníaco. Recé por ella con intensidad y concentración durante algo más de
medio minuto y le dije que no tenía nada y que diera gracias a Dios por ello.
Entre la conversación y la oración, no creo que empleara con ella más allá
de dos minutos y medio. Puede parecer que el examen de los casos por la vía
rápida supone falta de interés, pero en realidad hay casos que son tan claros que
no tiene sentido utilizar diez minutos en ellos. Es preferible usar ese tiempo en
los casos que de verdad lo requieren.
Caso B-6
Una chica cercana a los treinta años vino a ver si necesitaba ser exorcizada.
Cuando íbamos a entrar en la capilla para ver si era verdad que necesitaba un
exorcismo, me preguntó: ¿es que va a haber más gente? Sí, le respondí, éste es el
grupo de personas que me ayuda a rezar en los casos de posesión. La chica se
negó en redondo, me dijo que ella quería ser exorcizada solos: ella y yo. Con una
persona más como máximo. Le dije que era muy conveniente orar en grupo, pero
ella se negó.
Después, algunos me dijeron que era el demonio el que hablaba por ella y
que en realidad no era ella. No, contesté, ella estaba en estado consciente y es
ella la que es soberbia. Sin humildad, el exorcismo no tendrá ningún resultado,
no lo dudéis, les dije a los miembros del equipo que estaban allí. Hoy
hubiéramos perdido el tiempo exorcizándola. Primero debe rendirse a Dios,
después debe ser exorcizada. Si uno invierte el orden, el exorcismo no
tiene efecto.
Caso B-7
Fueron a ver a un exorcista de otra diócesis el cual les exorcizó dos veces.
Exorcizó a los tres hermanos, el demonio se manifestó en los tres, pues también
había una chica mayor que ellos que había tenido algún síntoma. Las pupilas de
la niña se le agrandaban a pesar de acercarse a la luz, un párpado aparecía más
levantado que el otro. El color de los ojos de todos sus hijos se les volvieron más
marrones.
Hasta aquí llegan los hechos tal como me los refirió la madre en mi despacho
antes de que yo examinara a sus hijos. El mayor de los cuales tenía trece años, y
el menor uno menos. Una vez que la madre me había contado toda esta historia,
yo estaba bastante cierto de que me iba a encontrar con un caso de posesión o
quizá con dos casos. Pero mi sorpresa fue que oré largamente por los tres
hermanos y ninguno dio signo alguno de posesión por mínimo que
fuera. Y eso que entre los dos hermanos y la hermana estuve orando media hora.
Indagué si vivía en casa o estaba las más de las veces ausente. Me contestó
que estaba casi siempre en casa, pero que cuando su mujer le había llamado para
ver alguna de esas manifestaciones, él no había visto nada, ni la más pequeña
cosa extraordinaria. Comenzó a extrañarme que tantos fenómenos y tan
evidentes siempre, sin excepción hubieran sido presenciados únicamente por la
madre. Así que sospeché que tal vez el exorcista que los había exorcizado dos
veces no hubiera visto las manifestaciones de las que ella me había hablado.
Decidí llamar al exorcista a ver si era verdad que había realizado dos
exorcismos18 y le dije
Hace dos siglos, el cazador que cazaba de vez en cuando liebres o ciervos,
no podía ni imaginar lo que era la captura de la ballena con arpón en medio del
océano desde una barca. El cazador que les hubiera acompañado a alta mar y lo
hubiera presenciado hubiera exclamado excitado: ¡esto es apasionante! El
marino viejo podría haber cogido su pipa en la mano y haber repuesto: se trata
de nuestro trabajo cotidiano.
Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
Table of Contents
Exorcística
Cuestiones relativas al demonio, la posesión y el exorcismo
Prólogo
I. Consideraciones pastorales
II. El exorcismo en las diferentes religiones
La dimicatio
Pasajes oscuros de la Biblia
Antimagia
I Parte
Los poderes de la mente
La visión del futuro
II Parte
Los magos
III Parte Los adoradores del demonio
Tabula rerum
Psiquiatría y vida espiritual
Fenomenología demoniaca Pulsión y represión
Fenomenología demoniaca Aspectos espirituales de la enfermedad
Fenomenología demoniaca Psicosis y Misticismo
Fenomenología demoniaca Cuadro descriptivo de la posesión diabólica
Interrelación entre posesión y enfermedad mental
Cuestiones
El psicoexorcismo
Oración para discernir si alguien está poseso
Epílogo