Casa
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Casa
Considerada una de las casas más famosas del mundo, la Casa de la Cascada es una
residencia situada a 50 millas al sureste de Pittsburgh, sobre una cascada del río Bear
Run, en un paraje llamado Mill Run, municipio de Stewart, en el condado de Fayette
del estado de Pensilvania (Estados Unidos).
Finalmente, retoma los principios del arte japonés Shibui, es decir, el uso de formas y
texturas suaves, de colores y de contrastes atenuados. En esta idea se suavizó y
redondeó los ángulos de los balcones de Fallingwater, que inicialmente estaban en
ángulo recto. También sabemos, anécdota divertida, que quería dorar los balcones de
la casa con pan de oro para obtener la misma representación que en el Pabellón
Dorado de Kioto (foto de arriba).
Wright eligió poner la casa sobre la cascada, lo que sorprendió a sus propietarios. Si
hubiera estado a los pies del río habría estado mal orientada (al norte). Además,
Wright quería que los Kaufmann vivieran en armonía con el ruido del agua: quiero que
viváis con la cascada, no que os limitéis a mirarla, sino que ésta sea parte integral de
vuestra vida.
La chimenea se extiende todo el camino hasta la parte superior por encima del tercer
piso, por lo que es el punto más alto en el exterior de la casa. El exterior de la casa
Fallingwater cuenta con un fuerte diseño de ladrillo horizontal junto a las terrazas.
MODERNISMO AMBIENTAL
En primer lugar, Wright fue influido naturalmente por las ideas de su época: utiliza
nuevos materiales como el hormigón armado y el acero. También se interesa por los
elementos prefabricados. Sin embargo, Wright se opone a sus contemporáneos
propugnando el uso de materiales naturales que deja crudos, a diferencia de sus
colegas de la escuela de Chicago que los untan o los pintan para responder a los
gustos de los usuarios.
TRABAJOS ANTERIORES
Las ideas puestas en práctica aquí no difieren en modo alguno de las de mis logros
anteriores. Los materiales y métodos de construcción se derivan de ellos. Los efectos
que se ven en esta casa no son superficiales y son perfectamente lógicos con las
casas de la pradera de 1901-1910» In on architecture
Desde la casa robie (1909) encontramos, por ejemplo, la línea horizontal y los
balcones.
La idea era, pues, introducir la naturaleza en la casa y transformar las limitaciones del
sitio en ventajas de encanto.
LA CASA
La casa se organiza alrededor de una «torre central» de piedra natural que alberga las
tuberías y los conductos de chimenea: las habitaciones de la casa irradian en voladizo
respecto a este eje central. Existe una clara oposición entre la verticalidad del cuerpo
central y la horizontalidad de los tres pisos y las terrazas.
Se accede a la casa por un puente que atraviesa el río.
Cada planta está marcada por amplios voladizos que se proyectan asimétricamente en
varias direcciones. De hecho, las terrazas están delimitadas por losas de hormigón
lisas. Para adoptar esta solución, Wright se inspiró en la arquitectura japonesa. El
exterior de la casa tiene una relación íntima con la naturaleza. El arquitecto intentó
utilizar materiales naturales (madera, roca), lo que permitió una mayor integración entre
el edificio y el bosque que lo rodea.
PLANTA BAJA
Después de atravesar el vestíbulo, entramos en la cocina, bastante moderna para la
época. Está equipada con armarios de metal y una estufa. La mesa de Formica fue
diseñada por Wright.
El comedor y el salón constituyen la sala principal. Las paredes de piedra son limitadas
y dejan lugar a grandes bahías horizontales. El suelo es de piedra, encerado con un
producto de la empresa Johnson Wax. Es un paralelismo con las rocas húmedas de la
cascada. Una escalera suspendida de hormigón, rodeada de vidrio, baja hacia la
cascada.
Sala de estar y comedor.
El elemento más importante del piso es la chimenea, que conserva las rocas naturales
de la cascada que salen del suelo. Refuerza la sensación de estar en una cueva
natural.
CASA DE HUÉSPEDES
Una escalera de hormigón conecta la casa de invitados con la casa principal. Es un
logro técnico porque es semicircular. Las columnas lo soportan en uno de los lados. Es
la estructura curva de la escalera lo que lo hace estable.
EL MOBILIARIO
Los muebles de la casa de la cascada fueron diseñados por Wright: puertas, marcos
de cama, sillas, lámparas… cada elemento se adapta a la arquitectura. Los muebles
son generalmente de madera de nogal para responder al carácter natural de la casa.
Para protegerlos, los cristales han sido sustituidos por filtros ultravioletas durante una
restauración. Por último, el mobiliario del salón es inamovible. Los pufs son de espuma
de látex y madera.
En efecto, cuando Wright destruye la caja arquitectónica, no sólo borra su forma, sino
también y sobre todo su valor. Hasta ahora, las construcciones definían un interior y un
exterior, a pesar de toda la voluntad de crear un diálogo con el paisaje. Fallingwater
simboliza la abolición de todas las fronteras entre el edificio y el medio ambiente.
El edificio se desarrolla desde dentro. Por eso los planos de la casa sobre la cascada
se proyectan en el vacío de esta manera; procedentes del centro de vida (que
corresponde a la sala principal abierta sobre todo lo demás), siguen una especie de
instinto que los empuja hacia el exterior. Se comprende entonces que la tercera
dimensión no se aborda de manera tradicional aquí.
La noción de profundidad implica que el espacio debe ser vivido para que la
arquitectura desempeñe todas sus funciones. Y por muy obvio que parezca, es un
concepto revolucionario.
La casa Fallingwater se erige como una de las mejores obras del arquitecto Frank
Lloyd Wright. El diseño de la casa Fallingwater refleja claramente el afecto de Wright
hacia la arquitectura japonesa. Incluso el arquitecto Tadao Ando declaró que siente
que el espacio de la casa es un reflejo de la arquitectura japonesa, con un sonido
adicional de agua cayendo. El sonido de la cascada se puede escuchar
constantemente en cualquier parte de la casa.
La restauración de la casa de la cascada comenzó en 1988. Como la casa había
sufrido algunos daños graves, y al ser un Monumento Histórico Nacional tuvo que ser
preservada. La casa fue restaurada temporalmente con la ayuda de vigas, que se
colocaron debajo de los voladizos para soportar su peso. Sin embargo, la estructura
fue completamente restaurada en 2002 utilizando la técnica de postensado.
LA CASA DE LA CASCADA (1935) – FRANK LLOYD WRIGHT
Hoy hacemos un homenaje a la vivienda ganadora del Campeonato de Viviendas
Unifamiliares que hemos organizado en COSAS de ARQUITECTOS, la Casa de la
Cascada. Para ello utilizaremos un texto de Gema Alfaro Simón, arquitecta de GAS
estudio y compañera nuestra del curso de doctorado “Crítica de la Arquitectura” en la
ETSAM que nos ofrece una visión diferente de esta vivienda. Muchas gracias por tu
colaboración.
La Casa de la Cascada, la Casa Mito, la obra residencial por excelencia del siglo XX, es el
efectismo máximo en obra de arquitectura, de gran belleza, que aparentemente y debido
al impacto buscado por Wright nos deslumbra pero que precisamente por eso, y debido a
su interés, debemos de tratar de analizar con perspectiva no artística, sino desde la
integridad de la buena arquitectura y su eficacia.
Partiendo de una gran admiración tanto por el arquitecto como por la belleza de la obra, es
por lo que la emplazamos como Obra de Arte y por lo que le hace daño a la Historia de la
Arquitectura si se la analiza como Obra Arquitectónica, entendiendo que esta solo puede
ser aquella que es poética, suma indisoluble de Verdad (constructiva), Bondad (funcional)
y Belleza (razón geométrica).
La Casa de la Cascada, la residencia privada más famosa del siglo XX, pretende
armonizarse con su entorno natural proponiendo una sucesión de volúmenes que dan la
impresión de levitar sobre el agua. Como dijera Franklin Toker (2) en su Fallingwater
Rising, «Visitar la Casa de la cascada tiene poco que ver con arquitectura o ingeniería: la
calidad que percibimos aquí es esencialmente espiritual «.
Lo que nos interesa de cada edificio y nuestro punto de reflexión es saber a que nivel son
auténtica arquitectura, como identidad entre estructura, forma e imagen, y es lo que
buscamos en el análisis de la obra de Wright aparte del “espectáculo” de belleza gratuito
del cual obviamente está colmada. Nos preguntamos si la forma es apropiada a la función,
si la escala es apropiada a la forma y la función, si el orden constructivo es el adecuado y
los materiales responden al lugar.
Obra muy conocida, mítica y por eso mismo objeto y necesidad de una crítica justificada
en la labor social de esta crítica cuando es verdadera, para poner en cuestión el mito
asociado inevitablemente a la falta de espíritu crítico.
¿Y qué mayor mito que la residencia más famosa del mundo?
Se trata de una gran obra, pero con evidencias de falsedad concluyente que son las que la
hacen objeto interesante de un análisis pormenorizado.
La gran obra plástica de Wright, es una escultura más que arquitectura en si misma
gracias entre otras cosas a sus voladizos, que maravillan en el lugar y en las fotografías
pero que son más efectistas que estructurales.
Al igual que en los primeros bocetos de Villa Mairea (3), las inspiraciones de Wright se
relacionan con la búsqueda de formas de la naturaleza, persiguiendo una visión
humanizada de los espacios y desligándose de la abstracción total aunque sigue
guardando cierta relación con lo racional; evidenciándose estos “lugares comunes” en
ambas en las plantas discordantes y el propagandismo estético exagerado de su belleza
como objeto, aunque siendo claramente la obra de Aalto “perdedora” de la comparativa.
Era la imagen, la forma, de la arquitectura la que podía ser manipulada para confirmar la
modernidad de las relaciones entre arquitectura y máquina, entre arte e industria. Un
lenguaje nuevo que, sin embargo, había nacido de presupuestos antagónicos con los de
los movimientos europeos. Porque Wright incorpora esos temas para someterlos a la
arquitectura, no para buscar un acuerdo, un entendimiento. Utiliza la máquina y la técnica
para hacer verosímil su coloquio con la naturaleza, tratando de integrar el progreso técnico
en el mito del retorno a la tierra, buscando un equilibrio anti urbano que permitiese
aprovechar las ventajas del desarrollo tecnológico en el campo, en la naturaleza.
Kaufmann quería ver el agua del torrente desde su casa, pero, el agua es lo único que no
se ve desde los ventanales y las audaces terrazas. El agua se escucha, retumba bajo el
suelo y aunque estando tan presente no se puede ver el ruido continuo es tan
ensordecedor que puede acabar siendo una tortura y haciendo que la vida en el interior de
la casa se vuelva imposible.
No puede ser por tanto un buen proyecto a pesar de su belleza y efectismo estético si ya
de inicio la principal función de una residencia, habitar, no puede ser realizada con
comodidad. Si el buen proyecto es autónomo, La Casa de la Cascada no se debe ni
obedece a su principal función.
Desde hace muchos años, La Casa de la Cascada no es una vivienda, sino un lugar de
culto para los turistas fervorosos de la arquitectura.
Nueve meses transcurrieron desde la primera vez que Wright viera el terreno hasta que
plasmara el proyecto en un plano. Durante ese tiempo, se han documentado por lo menos
tres visitas de Wright a Bear Run, en las que concebiría el edificio en su cabeza. Luego
fue dibujada en tan sólo 140 minutos.
Durante ese tiempo, muchos elementos hubieron de confluir en la mente de Wright para
producir un resultado tan peculiar: desde sus trabajos previos en la Casa Robie, la Casa
Gale o el Taliesin (4) hasta la propia influencia de los arquitectos europeos. Desde las
formas suavizadas y terrosas de San Ildefonso Pueblo que le fascinaban, hasta los dibujos
japoneses de cascadas que coleccionaba producto de su viaje a Japón.
2. INFLUENCIAS.
El edificio busca inicialmente pone en práctica los principios defendidos por el arquitecto
de destrucción de la caja arquitectónica, simplicidad formal, integración entre arquitectura
y naturaleza, volúmenes descompuestos en planos y articulados asimétricamente.
3. EMPLAZAMIENTO.
El terreno en el que se ubica la casa tiene abundancia de rocas a nivel del suelo, las
cuales sirven de cimentación del edificio. La zona tiene un relieve ligeramente
accidentado, un bosque de árboles caducifolios que se mantiene prácticamente virgen ya
que solo un camino peatonal conduce a la casa, y el arroyo, en el cual está la cascada de
la casa. Del terreno del lugar se extrajeron rocas que conforman mamposterías de la parte
baja de las fachadas del edificio, colocadas en ese lugar para crear una progresión desde
la roca natural del suelo hasta el hormigón de las partes altas.
4. ECONOMÍA.
La vivienda por el tipo de cliente que tenía y los alardes del propio arquitecto hace un
importante salto adelante en el poder económico. La economía de medios inherente a una
buena estrategia de proyecto no está contemplada, es más se evita en beneficio de una
ostentación del poder de decisión del arquitecto y económico y de mecenas del arte del
cliente.
5. NEOPLÁSTICO.
Existen tres niveles, con los usos dispuestos en plantas racionales. Cada uno tiene
terrazas en voladizos sobre la cascada y el arroyo y una escalera exterior que los conecta,
así como otra escalera, entre dos muros de piedra que permite el acceso al estanque
natural bajo la casa.
Wright emplazó la casa en la misma dirección que los salientes, dinamizando el espacio
mediante galerías y escalonamientos. Los muros de piedra remiten a esos salientes y a la
naturaleza del lugar de la cual “nace” la casa y crean una atmósfera protegida y
cavernosa. Y justo encima de la cascada, frente a la vegetación y la cañada, el plano abre
la casa mediante terrazas y ventanales en los pronunciados voladizos.
6. ESPACIO INFLUENCIADO.
A pesar de este influjo que vemos en Wright de la arquitectura neoplásica europea y del
primer racionalismo alemán, J.J.P. Oud (6) llegaría a afirmar, en 1926, que “la influencia
de este genio dominó las vanguardias”.
Pero hay una diferencia fundamental entre Wright y la vanguardia europea según afirmó el
propio Oud: «No obstante lo que en Wright era exuberancia plástica, sensual abundancia,
ha pasado a ser en el cubismo abstinencia espiritual y ascetismo puritano; la suntuosidad
que convenía a la high-life americana se vio reprimida en Europa en favor de una
abstracción surgida de otros ideales».
En la cara norte de la casa, la opuesta a la que “vuela” sobre el arroyo, hay una serie de
pérgolas a modo de toldo que transcurren desde la pared exterior hasta un talud de piedra
que se eleva sobre el camino que conduce a la entrada. A este sitio se le conoce como el
“bosque de la casa”. Dos pérgolas describen un arco que esquiva el tronco de dos
árboles.
Este recurso, otro golpe de efecto más, lo usó Wright para dejar claro el respeto a la
naturaleza con el que está diseñada la casa. Las sombras que proyectan las pérgolas se
asemejan a las de los troncos, efecto que hace que la sombra de la casa se difumine en
las de los árboles. En el suelo de la terraza del despacho se dejaron dos huecos para que
fueran traspasados por dos árboles. Éstos se murieron durante la construcción de la
vivienda y no se llevaron a cabo dichas aberturas.
7. ESTRUCTURA.
Las previsiones de Wright para la estructura, como la lógica fuera de alardes adelantaban,
no fueron acertadas; los grandes vuelos con parte de las tensiones transmitidas a muros,
algunos sobre otros voladizos, han provocado a lo largo del tiempo excesivas
deformaciones y fisuras. En 1995 la Junta de Conservación de Pennsylvania encargó a
Robert Silman un análisis sobre su estructura, este ingeniero llegó a comentar la gravedad
de las flechas en las vigas de la casa y el peligro de desplome que suponía, por lo que se
apuntaló. Años más tarde se iniciaron las costosas obras de restauración, que aun hoy en
día son insuficientes ante el continuo deterioro de la construcción.
Esto nos lleva a un nuevo punto de atención en la crítica del edificio junto a la
habitabilidad. La buena arquitectura, la poética, debe de tener razón funcional y
constructiva, si es una vivienda deber de tener buena habitabilidad y por su puesto
cualquier arquitectura debe de tener durabilidad estructural.
La identidad de verdad, bondad y belleza nos hace dudar o más bien directamente nos
cuestionamos sobre el valor de una arquitectura visualmente admirable que, sin embargo,
resulta ser muy frágil y que además nunca fue muy práctica para la vida de quienes
debían habitarla.
8. UTILIDAD.
Le Corbusier, dijo, con claridad terminante, hasta con cierta crudeza, que “Una casa es
una máquina de habitar”. “Bella como una máquina de guerra” que es una frase poética de
Gil de Biedma. La belleza auténtica está en lo que resulta práctico y permanece útil.
La Poética implica una forma, nunca se refiere a la forma por la forma pura. Por el
contrario, trata de una forma determinada por materias, estructuras, tejidos, textos y
contextos. El caso de la poesía es ejemplar: el significado nace de la estructura, la palabra
significa en función de la estructura en que se encuentra y a la que constituye para darle
otro sentido.
Nivel de verdad o autenticidad donde no son los efectistas elementos ni siquiera las
falseadas estructuras lo principal, sino el hecho de la determinación interna de la obra,
capaz de sintetizar en la poética un óptimo conjunto geométrico entre elementos,
estructuras y sistemas.
9. ORDEN CONSTRUCTIVO.
Estos muros, que quedan como separadores, son elementos evidentes de falseo en un
análisis de las terrazas de los voladizos, apoyándose en estos, con la contracción
estructural que supone. Si este voladizo tiene que soportar un peso extra que altera su
condición esencial y que obliga a un refuerzo de la estructura que altera su sustancia
estructural es obvio que no había que hacer una llamada de atención sobre este, poniendo
de manifiesto de nuevo el exagerado ego del arquitecto. No solo no tiene sentido hacerlo,
no responde a ninguna verdad, pero mucho menos publicitarlo, hacer de la falsedad
conocida elemento de propaganda de una “virtud”; desvirtúa la intención y la calidad del
buscado “efecto” final.
“Estructura es razón poética” que decía María Zambrano. La estructura es una primera
objetividad de la forma, es lo que nos permite conocer las cosas.
10. ESCALA.
Se aprecia claramente en las fotografías cuando tienen personas dando escala gráfica y
aún más en la realidad; como la escala del edificio, es infinitamente menos a lo esperado,
dada la grandilocuencia con la que el arquitecto implanta la obra en el entorno natural y la
acomete. Es más relevante en los antepechos de los voladizos, ridículamente bajos para
lo esperado.
11. CONTRADICCIONES.
La Casa de la Cascada tiene valor como símbolo poético orgánico pero alejada del
racionalismo y de las formulaciones del estilo internacional. Manipula y exagera su
imagen expresiva con los volúmenes y planos volados de tal forma que al final más que
diluirse en la naturaleza parece someter la arquitectura a esta.
CONCLUSIÓN
Como críticos debemos de exigir calidad, que un proyecto sea poético, que sea la suma
de verdad, razón y belleza. Wright fue un gran arquitecto que en algunos de sus edificios
intentó alcanzar la razón constructiva, funcional y geométrica y para aprovechar al máximo
su excelencia hay que desenmascarar, es nuestra obligación, el mito en su gran obra de
arte residencial, diferenciando entre lo accesorio y lo esencial.
1. Mito del genio tanto de creación intuitiva como de alarde ingenieril cuando los voladizos
después se han combado de forma peligrosa necesitando refuerzos para no derrumbarse.
Pero como humildes críticos debemos reconocer que en todos estos mitos que crean
el Gran Mito de La Casa de la Cascada hay parte de verdad.
La mayor falsedad está en su gusto por presentar su obra como el resultado inevitable de
principios fundamentales, por querer hacer predominar sobre sus elementos iniciales el
efectismo del objeto artístico creando eso si una obra de arte de gran belleza dentro de la
historia popular de la arquitectura de masas.
Anotaciones:
Frank Lloyd Wright Frank Lloyd Wright (1867-1959) está reconocido a nivel mundial como
uno de los máximos exponentes de la arquitectura del siglo XX. Su obra, en la que utilizó
innovaciones de diseño e ingeniería que fueron posibles gracias al desarrollo de nuevas
tecnologías y materiales, sirvió como anuncio de un nuevo concepto de arquitectura.
Ningún otro arquitecto americano ha conseguido que su obra haya perdurado o mantenido
su atractivo tanto como la de Frank Lloyd Wright. Su exclusivo estilo, al que denominó
“arquitectura orgánica”, encuentra sus raíces en la naturaleza y destaca la relación
armoniosa entre los edificios y su entorno. Con todo, cambió nuestra visión de los
edificios, las ciudades y la tierra que nos rodea.
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ELEVACIÓN