Comunidad de Valores
Comunidad de Valores
Comunidad de Valores
A) Oración inicial
Todas nuestras reuniones darán inicio con una oración de invocación al Espíritu Santo, para que nos guíe e
ilumine.
PROMOTOR:
EQUIPO:
PROMOTOR:
EQUIPO:
“Ustedes no me eligieron a mi; he sido yo quien los eligió a ustedes y los preparé para que vayan y den fruto
y ese fruto permanezca”. Juan 15,16
C) ¿Que es el MFC?
La familia es una realidad humana de inmensa riqueza. Para nosotros, que compartimos un mismo Señor,
una sola fe, un solo bautismo, un Dios y Padre de todos (Ef 4,5), la familia es una realidad humano-cristiana
plena, un camino para crecer como personas y como hijos de Dios. Para nosotros lo humano y lo cristiano
no son dos cosas separadas: somos personas cristianas, somos familias formadas por hijos de Dios que
quieren hacer de su hogar una iglesia doméstica y de su vida familiar un camino de maduración y
santificación.
Éstos son los ideales que nos son comunes y que nos reúnen en el Movimiento Familiar Cristiano.
Más adelante reflexionaremos en el objetivo, los medios y los instrumentos de que se sirve el MFC para
operar. Pero nuestra base fundamental es ésta que acabamos de exponer.
De aquí se derivan muchas cosas: por ser movimiento, por ser familiar y por ser cristiano, el MFC es un lugar
donde encontramos una experiencia de fraternidad: sabemos que somos hermanos y nos tratamos como
tales, con cariño, con paciencia, con admiración por las cualidades del otro. Aquí hallamos también una
experiencia de Dios que se manifiesta entre nosotros, llenándonos de su Espíritu, congregándonos en Cristo.
Y, al ser experiencia de Dios y de Iglesia, es un lugar de conversión, pues en el MFC sentimos el deseo y la
fuerza para convertimos, descubriendo y viviendo los valores personales, conyugales y familiares en su
dimensión humano-cristiana.
Al final de este proceso, se encuentran los temas de preinscripción, en donde se ofrece mayor información
sobre los objetivos, medios, requisitos, oportunidades, instrumentos y en general, todo lo necesario para
proceder a formar parte de la gran familia que integra al MFC.
Las células fundamentales del MFC son los Equipos Básicos, a los que consideramos escuelas de comunión,
en donde se vive la unidad, la amistad, el espíritu de servicio, la apertura, la espiritualidad y el testimonio
El Equipo Básico está integrado por un grupo de 6 a 8 matrimonios. Uno de ellos tiene la función de
promover al grupo para alcanzar los objetivos de cada tema. Este modelo se estará siguiendo desde la
presente etapa de preparación.
Éstas son las premisas básicas que deberán regir nuestra conducta y actitud en las reuniones de equipo:
1. Regalar nuestra confianza al grupo y aceptar la 6. La verdad se construye entre todos. Nadie impone
confianza de los demás, creando un clima de su criterio, ni siquiera el matrimonio Promotor. El diálogo
afecto, respeto, libertad y tolerancia. debe ser abierto y crítico.
2. Lo mas importante es la participación de todos, 7. Pensar diferente o tener un punto de vista
es decir, que cada uno diga su opinión sobre el distinto, no debe romper el afecto ni la unidad. Se
tema en un lenguaje llano y sencillo. vale disentir, pero amando.
4. Para eso necesitamos que las intervenciones 9. Todos debemos guardar absoluta discreción
sean breves y directas, (como suele decirse: “al de lo que se hable en el equipo.
grano”).
10. Si hubiera algún conflicto (chisme,
5. El Matrimonio Promotor debe vigilar que no ofensa o actitud negativa), todos debemos frenarlo
haya desviaciones del tema, ni monólogos, ni de inmediato y practicar el perdón cristiano.
discusiones repetitivas.
G) Programación de Reuniones
Algo que caracteriza al MFC, es la hospitalidad. Por ello, las reuniones de equipo se efectúan en las casas
de sus integrantes.
Tolerancia y
Respeto
Prudencia
Fortaleza
Responsabilidad
Justicia
Humildad
Voluntad
Trabajo y Estudio
Solidaridad
A) Objetivo
Entender y ejercer la tolerancia como respeto al ser humano, sin que ello implique aceptar lo equivocado o
dar como bueno aquello que no lo es. El ser tolerante ayuda a convivir en un mundo cada día más diverso.
B) Dinámica
Hablando se conoce a la gente. Cada quien presenta a su pareja, señalando los años que tienen de casados,
número de hijos, edades de los hijos, etc.
PRESENTACIÓN
SUBJETIVA
• Proverbios 14, 29
• Eclesiástico 1, 23
D) Concepto
E) Una Experiencia
Luis y Tere son un matrimonio con dos hijos que han entrado en la adolescencia y se encuentran ahora con que
éstos tienen planteamientos y actitudes que no les gustan sobre salidas de casa, relaciones interpersonales, etc.
En el fondo, les preocupa ese pensamiento porque, echando la vista atrás, se dan cuenta de que no les habían
dado ningún criterio; actuaban siempre de una forma “tolerante”, todo podía admitirse en cierta manera.
Reflexiona si eso ha perjudicado a sus hijos.
Tolerar es mucho más que dejar hacer para que no nos molesten. Es el respeto activo que
posibilita la convivencia y el descubrimiento de nuevos horizontes.
ACCIÓN SUGERIDA
A) Objetivo
Que por la práctica de la prudencia, podamos en cualquier ambiente o circunstancia razonar claramente,
para identificar y poner en práctica las acciones o actitudes que nos permitan tener un comportamiento
adecuado al fin que pretendemos.
B) Lectura
En la antigua Grecia Sócrates fue famoso por su sabiduría y por el gran respeto que profesaba a todos.
Un día, un conocido se encontró con el gran filósofo, y le dijo:
Correcto, continuó Sócrates. Antes de que me hables sobre mi amigo, puede ser una buena idea filtrar tres
veces lo que vas a decir. Es por eso que lo llamo el “Examen del triple filtro”
El primer filtro es la VERDAD; ¿Estas absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto?
No por el contrario …
Entonces, deseas decirme algo malo de él, pero no estás seguro de que sea cierto.
Pero aún podría querer escucharlo porque queda un filtro, el filtro de la UTILIDAD.
¿Me servirá de algo saber lo que vas a decir de mi amigo?
Si lo que deseas decirme no es cierto, ni bueno e incluso no me es útil… ¿Para que querría yo saberlo?
Usa este filtro cada vez que quieras decir algo de alguien.
• Eclesiástico 4, 23-26
• Eclesiástico 18, 27
• Eclesiástico 5, 10-13
• Gálatas 6, 1
• Colosenses 4, 5-6
D) Concepto
La prudencia es la virtud por excelencia ya que orienta a la persona en cuándo y cómo actuar en el aquí y
en el ahora. Es la principal de las virtudes cardinales ya que facilita a la inteligencia el encontrar y elegir los
medios más adecuados para ir logrando la perfección. La prudencia coordina y regula a todas las demás
virtudes, una persona prudente siempre practica: la justicia, la fortaleza y la templanza, es por tanto, una
persona virtuosa.
La persona prudente actúa bien con mayor autonomía, con personalidad madura, con autenticidad y con
metas muy humanas.
Los padres de familia debemos reconocer la importancia de formar en la prudencia, pues ésta nos ubica en
la realidad, nos dicta qué hacer en cada caso particular y nos señala el justo medio en que coinciden todas
las demás virtudes. Una persona la práctica, cuando en un momento determinado o en ciertas circunstancias
realiza un razonamiento congruente entre lo que sabe y lo que hace; debido a esto, no es posible pretender
la práctica de la prudencia en nuestros hijos en edades tempranas, pero tampoco debemos esperar a que
crezcan para empezar a educarlos en ella.
En nuestro diario actuar y al relacionarnos con los demás, la prudencia nos induce primeramente a obtener
la información suficiente para poder hacer juicios con criterios rectos y verdaderos y así ponderar las
consecuencias favorables y desfavorables para uno mismo o para los demás, la prudencia no nos permite
tomar una decisión hasta encontrar la mejor de las opciones y después, nos induce a actuar prontamente y a
ser coherentes con lo decidido hasta su terminación.
"Hacer el bien y evitar el mal", es un principio que marca la conducta moral en todos los hombres; la
prudencia se encarga de hacer que ese juicio universal tome un sentido correcto en los casos y
circunstancias específicas y particulares de la vida. Una persona prudente tiene la habilidad de distinguir lo
que conviene a su persona o al medio en cada momento, para encaminarse a la perfección.
Para actuar con prudencia debemos practicar las tres fases que la integran:
E) Una Experiencia
La familia Reyes está compuesta por Pedro y Lola, papás de Miguel de 17 y Andrés de 11años. Pedro estaba
por cerrar un muy buen negocio que mejoraría el nivel económico de la familia, con esa ilusión consideró
que ya era tiempo de cambiar el coche, a la hora de comprarlo, como no tuvo suficientes garantías, le
pidieron en la agencia que firmara un contrato con letra muy pequeña al que no le prestó importancia y
finalmente, le entregaron el auto...
Ya en casa, Andrés se comprometió a lavar el auto todos los sábados y Miguel sin tantas ganas de lavar,
empezó a soñar con poder ir con sus amigos a dar vueltas por la colonia. Su espera duró poco, a las tres
semanas Miguel tenía una fiesta y le pidió a su papá que le prestara el coche. Pedro pensó, "hay que
disfrutar la vida y ya que yo no tuve la oportunidad, al menos que Miguel se dé el gusto", Lola no estuvo de
acuerdo, pues Miguel es arrebatado y presumido con los amigos y no tiene suficiente pericia para manejar.
Con la corbata de papá, un dinerito extra y casi medio frasco de loción, Miguel salió puntualmente por sus
amigos. Unas cervecitas para bendecir el coche antes de la fiesta, otras cubitas durante la fiesta fueron
suficientes para sentir la fiesta aburrida, por lo que Miguel y sus amigos se salieron a dar vueltas en el
coche, al poco rato, un semáforo medio oculto por un árbol, el alcohol ingerido y los ojos de Mayra su
acompañante, fueron suficientes para un aparatoso accidente, dos muertos, un lesionado de la columna
para toda la vida, huesos rotos, rasguños y pérdida total de tres automóviles.
Ahora Pedro con gran dolor se reprocha lo ocurrido exclamando ¡Si hubiera sido prudente!
- De la historia narrada de la Familia Reyes, realiza una lista de las acciones que demuestran
prudencia en los personajes
- Elaborar una lista de las acciones que demuestran imprudencia de los personajes.
- Comentar en familia ambas listas.
ACCIÓN SUGERIDA
A) Objetivo
Que cada miembro de la familia eduque su voluntad para poder enfrentar lo que es difícil de hacer, de esa
forma será capaz de vencer los obstáculos y desempeñar bien sus deberes.
B) Lectura
El apóstol Pablo estaba íntimamente familiarizado en resistir grandes dificultades y ser probado hasta el límite
de su fortaleza. En la segunda epístola del apóstol San Pablo a los Corintios, él recuerda a sus hermanos
creyentes del dolor y sufrimiento que tuvo que soportar. “Porque hermanos, no queremos que ignoréis acerca
de nuestra tribulación… pues fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que
aun perdimos la esperanza de conservar la vida. Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para
que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos” (2 Cor. 1:8-9).
Como Pablo tan sabiamente apunta, cada uno de nosotros enfrentaremos pruebas en la vida que requieren
una fortaleza más allá de nuestra capacidad humana. Cuando estas situaciones lleguen, tenemos que elegir
entre: encerrarnos y dirigir nuestra frustración hacia Dios, o acercarnos a Él y pedirle ayuda. La forma como
respondemos ante las situaciones de prueba determina la medida de nuestra fe y madurez en Cristo Jesús.
Sin embargo, al mirar su situación, usted puede estar pensando, “Pero es que ya no lo soporto más.” Tal vez
otra persona le ha hecho daño una y otra vez. Puede ser que esté en una situación llena de tentaciones en
el trabajo, o es víctima de la crítica constante. Su prueba personal puede involucrar aún algo más grande, tal
y como lo es una enfermedad o la pérdida de un ser querido.
¿Debemos simplemente salir y escapar porque no tenemos la fortaleza para soportar estas cosas? La
respuesta mi amigo es, no. Después de todo, el apóstol Pablo pudo haber dicho, “Dios, a dondequiera que
voy hay conflicto. Estoy en peligro constante. Si quieres que predique el evangelio, o arreglas esta situación
o me doy por vencido.”
Hay un principio básico para caminar a través de las dificultades de la vida. Aunque encontremos valles y
momentos de desánimo, debemos renunciar a “nuestra manera” y someternos a la manera de Dios, la cual
es la única manera de sobrevivir y sobrellevar sin perder nuestra paz y gozo.
• Éxodo 15, 2
• Hebreos 10, 32-39
• 1 Corintios 1, 4-8
D) Concepto
La fortaleza es una virtud que se manifiesta en la capacidad que tiene una persona para vencer las
dificultades que se le presentan emprendiendo las acciones necesarias para salir adelante. La fortaleza
ayuda a la voluntad a realizar acciones o a tratar de conseguir aquellas cosas que siendo buenas
requieren esfuerzo extra.
Quizá el valor en que más deberíamos empeñarnos de desarrollar en nuestros hijos, es la virtud de la
fortaleza que equivale a la firmeza con que tenemos que asumir los diversos contratiempos de la vida, que
nos ayuda a dominar los sentimientos de miedo que pueden hacernos retroceder ante los sacrificios que a
veces hacer el bien nos exige. Tenemos que empezar a educar a nuestros hijos en la Fortaleza desde que son
muy pequeños, ya que acostumbrarse a realizar los esfuerzos que sean necesarios para cumplir con el deber,
venciendo sus egoísmos y limitaciones, es algo que debe iniciarse en la edad de los hijos en la que los papás
aún tenemos una fuerte influencia sobre ellos.
La Fortaleza tiene el papel de ayudarnos a sobreponernos frente al dolor; aun practicándola, los sufrimientos
nos siguen doliendo y las dificultades siguen existiendo, pero conseguimos tener la serenidad para no
retroceder ni hundirnos ante ellos. Nos ayuda a vencer el temor, a mantener el temple de ánimo en los
momentos difíciles.
La fortaleza es una virtud que desarrollamos al ejercitar otros valores como: lealtad, perseverancia, orden,
entusiasmo, responsabilidad, valentía, paciencia, laboriosidad, disciplina, etc., si la persona inicia la práctica
de los valores que desarrollan esta virtud desde corta edad, en la madurez se realizará mejor el proceso de
interiorización de la misma.
b) Tener también capacidad para Emprender aquellas acciones que nos lleven a conquistar algún objetivo
valioso para nuestro camino de perfeccionamiento, en la vida es importante emprender, tanto cosas pequeñas
como cosas grandes; en ambos casos se trata de ir persiguiendo metas, que cuando las vencemos nos van
transformando en mejores personas.
Para poder emprender algo, necesitamos vencer las fuerzas naturales que nos invitan a permanecer
indiferentes, inmóviles, despreocupados, ignorantes. También necesitamos tener altos ideales, es decir, desear
ser una gran y excelente persona, buscar ser capaz, bueno y productivo y aprender a querer nuestros
proyectos con todas las ganas (entusiasmo).
E) Una Experiencia
Hoy hace un año que un carro atropelló a Elena, la esposa de Guillermo. Como consecuencia del accidente
Elena tuvo que estar dos meses internada en el hospital pues tenía rotas las dos piernas, cinco costillas y una
vértebra. Guillermo cuenta que cuando regresó a su casa, reunió a la familia y muy sonriente les dijo:
"Esta es una oportunidad que Dios nos da a toda la familia para ser mejores, así que todos vamos a hacer
un pacto, proponiéndonos hacer algo concreto que nos cueste trabajo pero que es necesario que lo
hagamos para mejorar"
Guillermo se comprometió a ser paciente y no desesperarse con los hijos cuando no cumplen bien sus
deberes.
Alma, la hija mayor eligió ayudar todos los días a su hermanito a hacer su cama y su tarea, además de no
bajar su rendimiento escolar.
Elenita, la hija de en medio, dijo que iba a ser más estudiosa y menos floja en sus deberes en la casa.
El chiquillo, Memo, de apenas 5 años, se comprometió a bañarse sin que tengan que volvérselo a decir y
dormirse a las 9 de la noche todos los días.
Elena hizo el compromiso de no quejarse y mantener el buen humor todo el tiempo que durara su convale-
cencia.
La verdad es que todos fallaron un poco, pero Elena les recordaba sus compromisos. Carlos dice que está
muy sorprendido de los avances que tuvieron en este año. Elena regresó a trabajar en silla de ruedas, luego
en muletas y ahora camina solita, todavía mal pero sigue mejorando cada día.
ACCIÓN SUGERIDA
A) Objetivo
Entender que no existen distintos grados de responsabilidad, sino responsabilidades diferentes según la
edad.
Reflexionar acerca de las responsabilidades que tienen cada uno de los miembros de la familia y su
contribución al bien común.
B) Lectura
En la parábola de los talentos, dichos talentos consistían en una unidad de medida monetaria. Pero no sólo
representan las pertenencias materiales. Los talentos son también las cualidades que Dios nos ha dado a
cada uno.
Cada uno debe producir al máximo según lo que ha recibido de su señor. Por eso, en la parábola de los
talentos se felicita al que ha ganado dos talentos, porque ha obtenido unos frutos en proporción a lo que
tenía. Su señor no le exige como al primero, ya que esperaba de él otro rendimiento.
Igualmente se aplica a nosotros, según las posibilidades reales de cada individuo. Hay personas que tienen
gran influencia sobre los demás, otras son muy serviciales, otras, en cambio, son capaces de entregarse con
heroísmo al cuidado de personas enfermas, los hay con una profesión, con un trabajo, con unos estudios,
con una responsabilidad concreta en la sociedad
Los que dan frutos con sus talentos muestran la alegría por el bien realizado. Pero el siervo de pocos talentos
y perezoso, que no hace nada porque no tiene amor, en lugar de confesar su pecado critica a su Señor por
lo poco que ha recibido, por eso es arrojado a las tinieblas exteriores del llanto y rechinar de dientes.
Analiza tu jornada:
• Mateo 25:14-30
• Sirácides 30, 1-3
• Sirácides 31, 25-26
• Lucas 6: 46-49
D) Concepto
Una persona responsable toma decisiones conscientemente y acepta las consecuencias de sus actos,
dispuesto a rendir cuenta de ellos. La responsabilidad es la virtud o disposición habitual de asumir las
consecuencias de las propias decisiones, respondiendo de ellas ante alguien. Responsabilidad es la
capacidad de dar respuesta de los propios actos.
Toda educación debe tener por objetivo formar personas honestas, con convicciones profundas,
fundamentadas en valores. La responsabilidad personal es muy importante para todos, pequeños y grandes.
Una característica de esta responsabilidad es asumir los actos que uno hace sin culpar a otros, si se equivoca.
Es tarea de los padres tratar de conseguir de los hijos y de las hijas, el que sepan qué tienen que hacer y cómo
lo tienen que hacer, en cada momento de su vida en casa, en la escuela, con los amigos, sin buscar excusas
y enfrentándose a las consecuencias de sus actos. Citando a Abigail Van Buren: “Si usted quiere que sus hijos
tengan los pies sobre la tierra, colóqueles alguna responsabilidad sobre los hombros”.
Para que pueda darse alguna responsabilidad son necesarios dos requisitos:
Libertad.- Las acciones han de ser realizadas libremente. En este sentido ni personas sin control de su
voluntad, ni los niños pequeños son responsables de sus actos pues carecen de uso de razón (y el uso de
razón es imprescindible para la libertad).
Normas.- Debe existir una norma desde la que se puedan juzgar los hechos realizados. La responsabilidad
implica rendir cuenta de los propios actos ante alguien que ha regulado un comportamiento.
El hombre responde de sus actos ante quien es capaz de dictarle normas, y esto sólo pueden hacerlo Dios
(responsabilidad moral), uno mismo (juicio de conciencia) y otros hombres. A su vez, la responsabilidad ante
los demás puede ser de varios tipos: responsabilidad jurídica (ante las leyes civiles), familiar, laboral, etc.
La palabra responsabilidad trae malos recuerdos a la imaginación por varios motivos:
• Normalmente sólo se relaciona con errores o castigos, pues cuando la consecuencia de una acción es
un premio no suele hablarse de responsabilidad sino de mérito. (En realidad el mérito exige una
responsabilidad previa).
• Responder ante otros parece ir contra la propia libertad. (Pero ambas cosas van unidas: sin libertad
no hay responsabilidad, sólo quien es dueño de sus actos puede responder de ellos).
• Responder ante uno mismo es contrario a los propios gustos o comodidades. (Pero ser esclavo de los
gustos conduce al egoísmo).
• La responsabilidad se ve como opuesta a la diversión. (En realidad sólo se opone al tipo de diversión
desenfrenada o sin medida; pues una persona responsable sabe divertirse en los momentos y modos
razonables).
El camino más rápido para mejorar en responsabilidad es apreciar claramente que de nuestro
comportamiento dependen cosas grandes. Los hombres con ideales y metas elevadas se responsabilizan
enseguida de sus decisiones.
Hay varias virtudes que se relacionan mutuamente con la responsabilidad. Mencionemos tres:
1. Valentía.- Para dar cuenta de los propios actos hace falta un valor capaz de superar el temor al castigo.
(Responsabilidad ante los demás).
2. Humildad.- El orgullo dificulta pedir perdón; mientras que la persona humilde reconoce sus fallos.
(Responsabilidad ante uno mismo).
3. Piedad basada en la filiación divina.- Quien aprecia el gran don de ser hijo de Dios procura que su
comportamiento agrade a su Padre. (Responsabilidad ante Dios).
La responsabilidad debe ser algo estable. Todos podemos tolerar la irresponsabilidad de alguien ocasional-
mente. Todos podemos caer fácilmente alguna vez en la irresponsabilidad. Empero, no todos toleraremos la
irresponsabilidad de alguien durante mucho tiempo. La confianza en una persona en cualquier tipo de
relación (laboral, familiar o amistosa) es fundamental, pues es una correspondencia de deberes. Es decir, yo
cumplo porque la otra persona cumple.
• El primer paso es percatarnos de que todo cuanto hagamos, todo compromiso, tiene una consecuencia que
depende de nosotros mismos. Nosotros somos quienes decidimos.
• El segundo paso es lograr de manera estable, habitual, que nuestros actos correspondan a nuestras prome-
sas. Si prometemos "hacer lo correcto" y no lo hacemos, entonces no hay responsabilidad.
• El tercer paso es educar a quienes están a nuestro alrededor para que sean responsables. La actitud más
sencilla es dejar pasar las cosas: olvidarse del carpintero y conseguir otro, despedir al empleado, romper la
relación afectiva. Pero este camino fácil tiene su propio nivel de responsabilidad, porque entonces nosotros
mismos estamos siendo irresponsables al tomar el camino más ligero. ¿Qué bien le hemos hecho al carpintero
al despedirlo? ¿Realmente romper con la relación era la mejor solución? Incluso podría parecer que es "lo
justo" y que estamos haciendo "lo correcto". Sin embargo, hacer eso es caer en la irresponsabilidad de no
cumplir nuestro deber y ser iguales al carpintero, al gobernante que hizo mal las cosas o al marido infiel. ¿Y
cuál es ese deber? La responsabilidad de corregir.
E) Una Experiencia
La semana pasada, Alicia detectó que tenía una fuga en la tarja en que lava sus trastes. Juan, su esposo, le
dio el teléfono de un plomero que es compadre de un compañero de trabajo. Según le indicó su compañero,
con su recomendación, le cobraría barato el servicio.
Alicia llamó al plomero y quedaron de acuerdo en que el miércoles temprano pasaría a revisar el
desperfecto. Alicia quería salir de compras ese día, pero se quedó en casa a esperar al plomero. A las dos
de la tarde, el plomero se comunicó con Alicia para informarle que había tenido un contratiempo y no pudo
cumplir, pero sin falta al día siguiente le visitaría por la mañana. Al siguiente día, el plomero llegó a las 4
de la tarde y procedió a realizar la reparación. Dos horas despué s se despidió diciendo que había
concluido. Alicia le pagó lo convenido.
Dos días después, se volvió a presentar la fuga en la tarja y Alicia está dudando qué hacer: ¿Llamar de
nuevo al plomero? ¿Buscar otro plomero? ¿Resolver el caso por su cuenta o comentarlo con su esposo?
ACCIÓN SUGERIDA
A) Objetivo
Que se entienda y lleve a la práctica el sentido de la justicia, que es: no considerar iguales a todos, sino a
cada uno por sí mismo, según sus características.
B) Lectura
Un día al término de un concierto en Nueva York se me acerco un periodista y me dijo – Yo estoy de acuerdo
con casi todo lo que usted dijo esta noche, menos con que Dios es justo –Le pregunté el por qué me decía
aquello – A lo que respondió: usted es un ejemplo de que Dios no es justo -Yo le contesté, Dime ¿Por qué?-Si
Dios fuera justo usted tendría la misma difusión, fama y dinero que Julio Iglesias.-Le dije… ¿Usted cree que
Dios sabe todo? Y él me contestó -¡Claro si no lo sabe Él, quién!
¡Cuidado! Dios sabe que Julio necesita más dinero y más fama que yo para vivir, y por eso le dio más dinero
y más difusión que a mí; pero Dios sabe que yo necesito más libertad que Julio, por eso me dio libertad
para vivir. ¡SI SEÑOR!”
• Mateo
Rom 2,25:14-30
6-8
• Sirácides
Is 1, 17 30, 1-3
• Sirácides 31, 25-26
He 10, 34-35
• 1 Jn 2,6:29
Lucas 46-49
D) Concepto
La justicia consiste en dar a cada quien aquello que le corresponde de acuerdo con sus derechos y
obligaciones, La justicia es el principio fundamental de la existencia y coexistencia de los hombres, así como
también de las comunidades humanas, de las sociedades y los pueblos.
Es necesaria la justicia para que la convivencia sea buena, pero es difícil de entender su sentido exacto y
llevarlo a cabo.
La justicia es uno de los primeros conceptos morales que los niños, alrededor de los 5 años, introducen en
su lenguaje cotidiano, y en esta primera etapa la idea que los niños tienen sobre lo que es justo, consiste en
el concepto de la justicia punitiva, la cual se puede resumir en la ley del Talión "ojo por ojo y diente por
diente".
Los niños de esa edad entienden que lo justo es tratar a todos igual, que todos tengan lo mismo, por eso si
el niño recibe un golpe piensa que lo justo es devolverlo. ¡Cuántas veces, incluso los adultos, confundimos la
justicia con la venganza! , muchos papás se ven orillados a comprar juguetes, dulces o ropas idénticas para
sus hijos a fin de evitar sus reclamos y piensan que con eso resuelven el problema y la verdad es que el
pretender darles gusto a los niños y no contrariarlos, no es educar en el valor.
Cuando se cree equivocadamente que la justicia es tratar a todos igual, se genera al paso del tiempo, una
gran injusticia. La justicia nos invita a que hagamos el esfuerzo para que todos los seres humanos aportemos
según nuestras capacidades y recibamos según nuestras necesidades.
Entre los 7 y los 8 años, cuando los papás apoyan y acompañan al niño en su crecimiento y formación, éste
puede avanzar en su idea de la justicia y pasa a lo que se llama la etapa de la justicia retributiva, en la cual
es capaz de reconocer las diferencias entre las personas por su actividad, edad o condición y entonces
considera que lo justo es que quien comete una falta repare el daño o que quien tiene una necesidad particu-
lar sea atendido.
Entre los 9 y los 12 años nos encontramos con niños que se convierten en fervientes defensores de los más
pequeños o de los más tímidos, considerando que lo justo es que alguien hable por ellos y cuide que sus
derechos sean respetados, Para el niño en este momento el mundo se divide en buenos y malos, todavía es
incapaz de apreciar los matices del comportamiento humano.
A los 12 años, el niño ya es capaz de comprender el concepto de justicia equitativa, es decir la justicia como
la virtud que nos permite reconocer que todas las personas son dignas de respeto independientemente de
su color de piel, religión o costumbres.
Para actuar justamente es preciso conocer muy bien a los hijos, a cada uno por sí mismo, como seres únicos,
lo primero que hay que tener en cuenta es que cada hijo es diferente y tiene derecho a desarrollar su propia
personalidad; nunca debemos entender a los hijos como una proyección de nuestras propias aspiraciones,
porque los hijos no nos pertenecen.
La justicia nos exige a los padres mantener la actitud adecuada en cada momento: de afecto, de exigencia,
etcétera, sin dejarnos llevar por el sentimentalismo y sin dejar pasar las cosas que hay que corregir por la
comodidad de no metemos en problemas. Este valor se deja sentir por su aplicación práctica en el tema de
los castigos y las recompensas con los hijos, los gastos, los encargos de tareas.
Se necesita que los hijos reconozcan justos nuestros actos, para luego ser justos consigo mismos y con los
demás.
E) Una Experiencia
Carlos y Luisa son padres de tres hijos: Mario, Rebeca y Paty. Esta última es la más pequeña tiene 7 años;
sus hermanos tienen dos años más cada uno.
Paty es una niña bastante dedicada en sus estudios, su maestro reconoce que tiene interés, pero necesita
que alguien la ayude a resolver algunas de las tareas que se lleva a casa cada día. Sin embargo, Mario y
Rebeca siempre han podido por sí mismos hacer sus tareas.
Paty se siente mal cada vez que sus hermanos le dicen: "eres una niña mimada, se nota que eres la
pequeña...", Ellos no entienden por qué su padre o su madre se sientan cada día para apoyar a su hermana
en sus tareas.
Los padres tienen entonces que explicar a Mario y a Rebeca que cada uno tiene capacidades diferentes y
que hay que actuar en función de ellas. Si a ellos les dedicaran el tiempo que le dedican a su hermana para
ayudarla con las tareas, probablemente lo único que conseguirán es hacerlos unos vagos; puesto que ellos
pueden hacer sus tareas por sí mismos, pero Paty por el momento, necesita de su ayuda porque sola no
superará el curso.
ACCIÓN SUGERIDA
A) Objetivo
Que se reconozca la necesidad de ser humildes para llenar nuestra vida de Dios.
B) Dos Anécdotas
I. A fines del siglo XIX en Francia, viajaba en el tren un señor de cierta edad que en su asiento aprovechaba
de rezar el Santo Rosario, sosteniéndolo entre las manos. Al lado, un joven leía concentradamente un libro
voluminoso, pero sin dejar fijar la vista cada tanto en el Rosario que llevaba este señor. Hasta que, tal vez
de no aguantarse más, el joven le dirigió la palabra comenzándole a hablar acerca de las maravillas de los
avances científicos de la época, los grandes descubrimientos de la ciencia, que ya permitían explicar la
creación y los misterios de la vida sin necesidad de creencias religiosas o míticas; de cómo en lugar de estar
perdiendo el tiempo rezando y creyendo en supercherías, podría instruirse por ejemplo, a través de libros
cómo los que él iba leyendo, que explicaban todas estas cosas. El señor le hizo ver interés en lo que le decía,
pero no quería dejar sin terminar su Rosario. Entonces acordaron que el joven le prestaría uno de sus libros,
dejándole su dirección para que se lo devolviera.
Un tiempo después, el joven recibió un paquete, que además libro que había prestado, traía una nota de
agradecimiento que decía: – Le agradezco mucho el haberme prestado este libro, que me ha servido
mucho, para aprender, y lo he encontrado muy interesante. Sin embargo, por nada del mundo dejaría de
rezar mi Rosario todos los días. Firmado: LUIS PastEUR. InsTITUTo de Investigaciones Científicas de París.
II. Caminaba con mi padre cuando él se detuvo en una curva y después de un pequeño silencio me preguntó:
Además del cantar de los pájaros, ¿escuchas alguna cosa más? Agudicé mis oídos y algunos segundos
después le respondí: Estoy escuchando el ruido de una carreta. Eso es -dijo mi padre-. Es una carreta vacía.
Pregunté a mi padre: ¿Cómo sabes que es una carreta vacía, si aún no la vemos? Entonces mi padre
respondió: Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, por el ruido. Cuanto más vacía la carreta, mayor
es el ruido que hace.
Me convertí en adulto, y ahora, cuando veo a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la
conversación de todos, siendo inoportuna o violenta, presumiendo de lo que tiene, sintiéndose prepotente y
haciendo de menos a la gente, tengo la impresión de oír la voz de mi padre diciendo: "Cuanto más vacía la
carreta, mayor es el ruido que hace". La humildad consiste en callar nuestras virtudes y permitirle a los
demás descubrirlas. Nadie está más vacío que aquel que está lleno de sí mismo.
• Sirácides 3:17-20
• Lucas 14,7-11
• Juan 13: 13-16
• Juan 14: 6-7
• 1 Corintios 15, 9-10
D) Concepto
Puede definirse a la virtud de la humildad como: "Una cualidad por la que una persona, considerando sus
defectos, tiene una modesta opinión de sí misma y se somete voluntariamente a Dios y a los demás por Dios."
San Bernardo la define como: "Una virtud por la que un hombre, conociéndose a sí mismo como realmente
es, se rebaja". Estas definiciones coinciden con la de Santo Tomás: "La virtud de la humildad", dice, "consiste
en mantenerse dentro de los propios límites sometiéndose a la autoridad superior sin intentar alcanzar
aquello que está por encima de uno."
Las cuatro virtudes cardinales son prudencia, justicia, fortaleza y templanza, y todas las demás virtudes
están incluidas en ellas como partes intrínsecas, potenciales o subjetivas. La humildad está incluida en la
virtud de la templanza como parte potencial, porque la templanza abarca aquellas virtudes que refrenan
los movimientos desordenados de nuestros deseos o apetitos. La humildad es una virtud moderadora que se
opone a la soberbia y la vanagloria o a ese impulso que nos lleva a querer cosas que están más allá de
nuestras fuerzas o capacidad, y por lo tanto está incluida en la templanza de la misma forma que la
mansedumbre, que reprime la ira, es parte de la misma virtud. La humildad elimina la soberbia y hace que
el hombre pueda ser objeto de la gracia y un receptor apto de la misma conforme a las palabras de
Santiago: "Dios resiste al soberbio y da su gracia al humilde"
Ser humilde es reconocer los defectos que tengo, y reconocer también mis cualidades.
Ser humilde es reconocer la verdad: que no soy más que criatura de Dios, imperfecta, necesitada, que cae
una y otra vez en el pecado. Pero a la vez reconocer que soy criatura amada infinitamente por Dios, redimida
por Él y llamada a dar frutos en mi vida.
Ser humilde es vivir sin buscar el aprecio de los demás, la fama y el poder. Es vivir sin que me importe lo que
piensen los otros sobre mí, importándome solo lo que piensa Dios.
Para ser humilde es necesario, mirarme a mí mismo, de cara a Dios y no de cara a los hombres. Aceptar que
soy pequeño ante la grandeza de Dios. Reconocer que yo valgo no por mí mismo, sino porque soy hijo de
Dios, porque vengo de Él.
La falsa humildad
Habemos personas que por fuera aparentamos y fingimos ser humildes, inclinamos la cabeza, buscamos el
último lugar, hablamos de nuestros defectos... pero por dentro nos creemos mucho: no cedemos nunca,
queremos hacer siempre nuestra voluntad, no aceptamos la crítica de un amigo, ni una corrección de un
superior. Aparentamos ser sencillos, pero en nuestro interior siempre andamos sintiéndonos más que los
demás. Esta humildad es una humildad fingida. - Habemos otras personas que nos sentimos de verdad tan
poca cosa, que nos da pena si alguien reconoce las cualidades que tenemos, que nos enfocamos
exclusivamente en nuestros defectos.
Incluso a veces nos creemos tan humildes que nos sentimos desilusionados, abatidos, desalentados.
Esto es humildad mal entendida.
Fíjate bien, ser humilde no es rechazar las cualidades que tienes, ¡Claro que las tienes! Pero las tienes
gracias a Dios y no por mérito propio. En tus manos está el incrementarlas y usarlas para bien.
Es importante reflexionar que ser humilde tampoco significa conformarse con lo que uno es y decir: "
como tengo defectos y los reconozco, así me quedaré".
• CONTEMPLAR A CRISTO humilde. Él, siendo nada más y nada menos que "el Hijo de Dios",
siempre fue humilde y sencillo, desde su nacimiento hasta su muerte en la cruz, nunca hizo alarde
de todas sus cualidades y poder. Leyendo el Evangelio verás que Jesús siempre fue sencillo y
humilde. Él mismo nos dijo: "Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón".
• Pedir su ayuda a Dios en la ORACIÓN. Pedirle que me ayude a ser humilde. Recordaré que,
solo nada puedo, con Él todo lo puedo.
• Empezar a SERVIR a los demás sin esperar ninguna recompensa o ser alabado por ello.
• Siempre que haga algo bueno, tratar de PASAR DESAPERCIBIDO.
• Aprender a RECIBIR AYUDA de los demás, aunque me cueste trabajo y procurar dar las
gracias siempre.
• Hacer un esfuerzo por observar, descubrir y APRECIAR LAS CUALIDADES DE LOS QUE ME
RODEAN (padres, hermanos, familiares, compañeros de trabajo, amigos y enemigos).
• Enseñarme a PEDIR PERDÓN cuando haya ofendido a otra persona y a reconocer mis faltas
frente a los demás cuando me equivoque. Esto no me hace menos, al contrario, me hace más
valioso.
E) Oración
Desde el polvo me sube y me domina esta sed de que todos me estimen, de que todos me quieran.
Mi corazón es soberbio. Dame la gracia de la humildad, mi Señor manso y humilde de corazón.
No puedo perdonar, el rencor me quema, las críticas me lastiman, los fracasos me hunden, las rivalidades
me asustan.
No sé de donde me vienen estos locos deseos de imponer mi voluntad, no ceder, sentirme más que los otros..
Hago lo que no quiero. Ten piedad, Señor, y dame la gracia de la humildad.
Dame la gracia de perdonar de corazón. La gracia de aceptar la crítica y aceptar cuando me corrijan.
Dame la gracia poder, con tranquilidad, criticarme a mí mismo. La gracia de mantenerme sereno en los
desprecios, olvidos e indiferencias de otros.
Dame la gracia de sentirme verdaderamente feliz, cuando no figuro, no resalto ante los demás, con lo que
digo, con lo que hago.
Ayúdame Señor, a pensar menos en mí y a abrir espacios en mi corazón para que los puedas ocupar Tú y
mis hermanos.
En fin, mi Señor Jesucristo, dame la gracia de ir adquiriendo poco a poco un corazón manso, humilde,
paciente y bueno.
Así sea.
ACCIÓN SUGERIDA
A) Objetivo
Que cada uno de nosotros entendamos y utilicemos la facultad humana de la Voluntad, actuando de tal modo
que hagamos lo mejor y lo más conveniente en cada momento, superando las dificultades cotidianas con una
actitud de esfuerzo ilusionado.
B) Lectura
En las escrituras podemos ver de muchas maneras sencillas, exactamente lo que el Padre espera de nosotros.
Todas estas son manifestaciones directas de la Voluntad de Dios en nuestra vida cotidiana.
Nuestro problema radica en que miramos a los mandamientos de manera negativa. En nuestras mentes son
meras prohibiciones, pero no lo son. No encontramos fallas o errores cuando un inventor nos explica cómo
manejar su invento. ¿Quién mejor para saber cómo funciona una máquina que el propio inventor? Para la
mayoría de nosotros lo lógico es que sea él y aceptamos las indicaciones y la garantía, siempre y cuando las
indicaciones sean seguidas adecuadamente.
Esto es exactamente lo que Dios ha hecho al darnos los mandamientos. No son imposiciones, que le hacen
hincapié a Su criatura de su posición subordinada. Los mandamientos, dados por el Padre en el Antiguo
Testamento y por Jesús en el Nuevo, son solamente indicaciones del Creador que nos dice que los seres
humanos, creados por Él, son más felices, saludables y están más contentos cuando siguen las directrices de su
Creador.
Las Escrituras están llenas de revelaciones que nos dicen como el Padre quiere que pensemos y actuemos en
toda circunstancia. Nuestro problema está en que, conocer la voluntad de Dios está en las decisiones que
tomamos en nuestra vida cotidiana. Primero, debemos decir que los mandamientos son parte de la voluntad
de Dios. No hay duda aquí sobre lo que quiere de nosotros. Las pruebas de la vida diaria, el mal, el sufrimiento,
etc., son parte de lo que Dios permite como Su voluntad.
Al tomar decisiones relativas a nuestro estado de vida, los amigos, el trabajo, los planes futuros, negocios, etc.;
debemos utilizar las facultades mentales que Dios nos ha dado y debemos rezar para pedir una guía. No
podemos esperar que descienda como una especie de visión de éxtasis que nos diga exactamente qué hacer.
El fracaso también es usado por Dios para acercarnos más a Él. Nunca nos ordenó tomar siempre las
decisiones correctas –sólo ser santos– y eso genera la confianza que como niños, debemos tener en Él; quien
hará que nuestros pasos sean firmes y que nuestras maneras torcidas se enderecen.
Muchos se hacen la pregunta: ¿Cómo sé cuál es la Voluntad de Dios para mí? La respuesta es simple: “Si
sucede, es voluntad de Dios. No es relevante si Lo ordena o si Lo permite, nada nos sucede si Él no lo ha visto
de antemano, teniendo en cuenta el bien que se obtendrá de ello y esperando Su sello de aprobación.
La Voluntad de Dios para nosotros está en los deberes y experiencias del presente. Sólo tenemos que
aceptarlos y tratar de ser como Jesús en ellos. Cuando Jesús no le respondió a Pilatos, Pilatos le dijo "No me
hablas, seguramente debes saber que tengo el poder de crucificarte” (Jn. 19,10) San
Pablo nos asegura que todo el sufrimiento en el mundo es nada comparado con la gloria que está por venir
(Rom. 8,18)
El secreto, entonces, para encontrar la Voluntad de Dios está en verlo en el presente y responder a Su
presencia de la manera más amorosa que podamos. Hace falta un poco de esfuerzo para ver a Dios en todo,
como Jesús, que lo hizo y con su obediencia nos ganó la salvación.
Dios no es el tirano. Está satisfecho con el esfuerzo sincero de sus hijos para conocer y cumplir Su Voluntad,
que será coronado con el éxito aunque todo parezca perdido.
• Colosenses 1, 9-10
• Mateo 26, 39-42
• Juan 5, 30-31
• Romanos 12, 2
• Efesios 5, 15-17
D) Concepto
La voluntad es la facultad del hombre para querer algo, lo cual implica admitir o rechazar. Consiste ante todo,
en un acto intencional, de inclinarse o dirigirse hacia algo, y en él interviene un factor importante:
la decisión.
La voluntad busca el bien, o sea, todo aquello que nos ayuda a lograr nuestros fines y la felicidad. Es parte
del bien todo lo que es bueno para la naturaleza humana, como: hacer ejercicio, alimentase sanamente,
quitarse un vicio, etc. Por lo tanto, la Voluntad no es un valor, es una facultad del ser humano, pero es
necesario educarla para ejercitar los valores y las virtudes.
El ser humano es una unidad en la que intervienen la inteligencia, la afectividad y la voluntad. Nosotros por
medio de la inteligencia conocemos lo que es mejor o bueno, lo que debe hacerse; por medio de la
afectividad buscamos sentirnos a gusto haciendo lo que la inteligencia descubrió como bueno y, por fin, la
voluntad es la encargada de llevarlo a cabo, es la que elige y nos induce a hacer aquello que la inteligencia
reconoció como bueno.
Hay personas que se dejan llevar sólo por sus sentimientos y dependen de sus estados de ánimo.
Esto ocurre porque muchas veces no alcanzamos a ver o no queremos ver la realidad en su totalidad,
ocultamos con un velo la parte que no es grata y nos quedamos con la parte de la realidad que más nos
gusta, tendemos comúnmente a auto engañarnos.
La voluntad se fortalece haciendo todos los días, pequeños o grandes esfuerzos o vencimientos.
Podemos desarrollar la voluntad en las cosas normales de cada día: levantándonos a la hora, cumpliendo el
horario, teniendo paciencia con los demás, etc.
La voluntad es algo así como el pilar que permite el desarrollo de los valores que cada uno quisiera tener.
Sin una voluntad fuerte todo queda en el "quisiera", en potencia, en algo imposible de ser conseguido.
E) Una Experiencia
La familia Martínez tiene cuatro miembros: Carlos y Mariana, los papás; Jaime, el hijo mayor que tiene 12
años y Diana de10 años.
Cuando nació Diana, todos se alegraron porque se trataba de una niña y aún con el paso del tiempo, sigue
siendo la "nena" de la casa. Por eso todos, incluyendo a su hermano, la protegen y le evitan encargos o
responsabilidades.
Diana se muestra ahora "flojita" y cuando se le pide que ayude, protesta y se queja. En el colegio su
rendimiento es bajo y le cuesta ponerse a hacer sus deberes, le gusta estar delante de la televisión durante
horas y casi no tiene otras aficiones.
Los padres que han volcado su cariño hacia ella siempre, ahora se cuestionan si ellos han tenido mucha
culpa en la actitud y el comportamiento de Diana, porque nunca le han exigido lo suficiente. Ante esta
situación, han decidido cambiar su forma de actuar con ella, dándole más responsabilidades en la vida
familiar y siendo estrictos en vigilar que cumpla con todos sus deberes.
Diana no está aceptando muy bien este cambio de sus padres y les reprocha que ya no la quieran como
antes.
ACCIÓN SUGERIDA
A) Objetivo
Entender el trabajo como un servicio hacia los demás, y el estudio como una preparación personal para
desarrollar ese servicio en un futuro, ambas tareas son una forma de crecimiento y madurez de la persona.
B) Lectura
Aquel día, me desperté con mucha flojera y renegando. Con trabajo pude deshacerme de las cobijas. Me
dirigí al baño arrastrando los pies mientras maldecía el tener que levantarme de la cama sin poder
quedarme en ella todo el día.
Desayuné con los ojos tan cerrados como mi mente. Tal pereza me dominaba, que por no meter el pan al
tostador, preferí comerlo frío y beber la leche directamente de la botella. ¿Por qué tener que trabajar? ¡Esa
si era una verdadera maldición!
Salí de mi casa en dirección de la oficina en mi vehículo con asientos de piel y aire acondicionado,
observando en el camino el pavimento humedecido por la lluvia y seguía maldiciendo el tener que ir a
trabajar. El semáforo marco el alto y, de pronto, como un rayo, se colocó frente a todos los automóviles algo
que parecía un bulto.
Por curiosidad abrí más mis ojos somnolientos y pude descubrir que lo que parecía un bulto, era el cuerpo de
un joven montado en un pequeño carro de madera.
Aquel hombre no tenía piernas y le faltaba un brazo. Sin embargo, con su mano izquierda lograba conducir
el pequeño vehículo y manejar con maestría un conjunto de pelotas con las que hacía malabares. La
ventanilla de los automóviles se abrían para darle una moneda al malabarista que llevaba un pequeño letrero
sobre el pecho. Cuando se acercó a mi auto pude leerlo, “Gracias por ayudarme a sostener a mi hermano
paralítico”. Con su mano izquierda señalo hacia la banqueta y ahí pude ver a su hermano: sentado en una
silla de ruedas, colocada frente a un atril que sostenía un lienzo, movía magistralmente con su boca un pincel
que daba forma a un hermoso paisaje.
El malabarista mientras recibía ayuda, vio el asombro de mi cara y me dijo: ¿Verdad que mi hermano es un
artista? Por eso escribió esa frase sobre el respaldo de su silla. Entonces leí la frase que decía:
“GRACIAS SEÑOR POR LOS DONES QUE NOS DAS. CONTIGO NO NOS FALTA NADA”.
Recibí un fuerte golpe en mi interior mientras el hombre bulto se retiraba y el semáforo cambia del color rojo
al verde. Mi semáforo interior cambió desde aquel día. Nunca más se me volvió a encender la señal de alto,
que me paralizaba por la pereza.
Siempre he tratado de mantener la luz verde y realizar mis trabajos y actividades sin detenerme. Aquel día
descubrí que ante aquellos jóvenes yo era el paralítico. Desde aquel mismo día, nunca he dejado de
agradecer.
Ahora no tengo todo lo que quiero; pero le doy gracias a Dios por lo que tengo. El salario apenas me
alcanza para pagar las cuentas, pero gracias a Dios que por lo menos tengo un trabajo para ganar el
sustento.
Los problemas se me han venido multiplicando como si fueran mágicos; pero gracias a Dios tengo paciencia
y fortaleza para sobrellevarlos.
A veces creo que no podré seguir adelante con tanto conflicto; pero le doy gracias a Dios porque cada
mañana siento dentro de mi corazón que si puedo.
Los años han ido pasando rápidamente, mi piel está un poco arrugada, y mis cabellos se están poniendo
blancos; pero le doy gracias a Dios por la alegría que siento de vivir.
Cada día le doy gracias a Dios por los conflictos que pude resolver, por los problemas que pude superar,
por la enfermedad que pude soportar, por el odio que se transformó en amor, por la soledad que pude
sobrellevar. Cada día lo bendigo por haberme enseñado a decir:
“GRACIAS SEÑOR POR LOS DONES QUE NOS DAS. CONTIGO NO NOS FALTA NADA”.
• Levítico 19, 13
• Proverbios 14, 23
• Eclesiástico 7, 15
• 2 Tesalonicenses 3, 7-12
• Hechos 20, 34 y 35
D) Concepto
La fortaleza es una virtud que se manifiesta en la capacidad que tiene una persona para vencer las
dificultades que se le presentan emprendiendo las acciones necesarias para salir adelante.
La fortaleza ayuda a la voluntad a realizar acciones o a tratar de conseguir aquellas cosas que siendo
buenas requieren esfuerzo extra.
El valor trabajo, lo entendemos como sentirse realizado como ser humano por las actividades cotidianas.
El trabajo se convierte en algo agradable y trascendente cuando lo enfocamos como afán de servicio. Por lo
tanto, a excepción del descanso, casi toda la actividad humana la podemos considerar trabajo, el valor trabajo
no se debe reducir sólo al aspecto laboral, pues un niño o joven al estudiar está realizando un trabajo. El valor
trabajo implica un desgaste de energía, independientemente del esfuerzo que se tenga que hacer para
realizarlo.
El trabajo exige tener unos motivos lo suficientemente importantes como para superar las dificultades que
puedan surgir al realizarlo. El principal motivo debe ser el amor; porque el trabajo hecho por y con amor
será esmerado al ir dirigido y proyectado como un servicio hacia otras personas y gratifica a quien lo
realiza. Cuando entendemos este valor como servicio a los demás, nos ayuda a la madurez personal, ya
que así aunque el estudio o cualquier otra actividad impliquen esfuerzo y responsabilidad, se hacen con
alegría. El trabajo o estudio bien hecho da satisfacciones, esto a su vez sube la autoestima de la persona
que lo realiza y la hace sentirse bien cuando los demás reconocen su labor.
Para realizar bien una tarea tanto a los niños pequeños como a los mayores hay que especificarles qué es
lo que se espera de ellos y que es lo que hace falta, o sea:
En el trabajo es necesario poner toda nuestra creatividad, lo debemos considerar como un aprendizaje y
crecimiento personal, como una manera de desarrollar la propia personalidad.
Entendiendo que cualquier actividad que ofrecemos a otros debe ser algo bien acabado y que el trabajo
ocupa gran parte de nuestro tiempo, es muy importante educar a los hijos desde pequeños en este valor, para
así estar satisfechos con lo que hagamos.
Todas las tareas se miden por el grado de cuidado y atención con que se realizan y serán importantes en la
medida en que sirven a otras personas, visto desde esa óptica, el cansancio merece la pena y es gratificante.
E) Una Experiencia
Gloria y Alfredo tienen tres hijos; Raúl es el segundo y tiene diez años. Es un niño inteligente que va
superando los cursos, pero sus calificaciones son bajas y su interés por el colegio es mínimo.
Sus padres han ido a hablar con la maestra quien coincide plenamente con ellos, pero ni ella ni los papás
logran motivarlo a estudiar, hasta que, analizando la situación más a detalle, Gloria y Alfredo llegan a la
conclusión de que para su hijo las clases son sólo una obligación un tanto pesada. Entonces los dos ven claro
que tienen que conseguir que Raúl tenga otra visión de los estudios y del colegio. Su objetivo ahora es que
el niño vea en sus tareas y en el estudio una forma de superarse, de hacerse más persona y de irse
preparando para ser un buen profesional en el futuro. Además, le hacen saber a Raúl que su esfuerzo es un
motivo de alegría para ellos, es una manera que él tiene para hacerlos más felices.
• ¿Cómo podrán explicarle a Raúl lo que significa el trabajo en la vida de una persona?
• ¿Deben los padres elevar la autoestima de su hijo? ¿Cómo?
• ¿Deben seguir de cerca sus progresos y alegrarse en familia con ellos?
ACCIÓN SUGERIDA
A) Objetivo
Entender y ejercer la solidaridad como un valor que nos ayuda a constituir una mejor sociedad y que no
solamente debe vivirse en casos de desastre o emergencia.
B) Lectura
En septiembre de 1960, yo desperté una mañana con 6 bebes hambrientos y sólo 75 centavos en mi bolsa,
su papá se había ido. Los niños tenían de 3 meses a 7 años. Su papá nunca había sido más que una
presencia que ellos temían.
Cuando ellos oían rechinar las llantas en la grava suelta del camino a casa, corrían a esconderse debajo de
sus camas. Lo que si hacía era dejarme 15 dólares por semana para comprar el mandado. Ahora que había
decidido marcharse, ya no habría golpizas pero, comida tampoco.
Si había algún sistema de bienestar social por parte del gobierno en el sur de Indiana, yo nunca supe nada
al respecto.
Yo bañé a mis hijos, tallándolos hasta que parecían nuevos, les puse la mejor ropa hecha en casa que tenían
y los subí al viejo y oxidado Chevy año 51 y me fui en busca de trabajo.
Mis 6 hijos y yo fuimos a todas las fábricas, tiendas y restaurantes que había en nuestro pequeño pueblo.
No tuvimos suerte.
Los niños se mantenían todos encimados en el carro e intentaban mantenerse callados mientras que yo
intentaba convencer a quien fuera que me pusiera atención que yo estaba dispuesta a aprender o hacer lo
que fuera.
Yo debía tener un empleo. Aun así, no hubo suerte. El último lugar al que fuimos, a unas cuantas millas del
pueblo, fue un restaurante llamado “La gran rueda”.
Una señora grande llamada Granny era la dueña y se asomó por la ventana y vio a todos esos niños en el
carro. Ella necesitaba que alguien trabajara de noche, de las 11 de la noche a las 7 de la mañana. Ella
pagaba 65 centavos la hora y yo podría empezar esa noche.
Me fui apresuradamente a casa y llamé a la niñera convenciéndola de ir a dormir a mi casa por un dólar la
noche.
Ella podría llegar a mi casa en pijama y dormir en el sofá. Eso le pareció un buen trato y aceptó.
Esa noche cuando los pequeños y yo nos arrodillamos para orar, todos le dimos gracias a Dios por haberle
conseguido trabajo a mami, y así empezó mi trabajo en “La gran rueda”. Cuando regresé a casa en la
mañana, desperté a la niñera y la envié a casa con su dólar que era la mitad de mis propinas de toda la
noche. Al pasar de las semanas, las cuentas de calefacción aumentaban el pesar de los gastos que con tan
poco ingreso teníamos que soportar.
Las llantas del viejo Chevy, cada vez más mostraban el trabajo del tiempo tomado la apariencia de ser
globos mal inflados. Yo debía llenar de aire las llantas antes de ir al trabajo y al regresar a casa. Una triste
mañana, al arrastrarme cansada hacia mi carro en el estacionamiento, encontré en mi carro cuatro llantas
nuevas esperándome ahí. ¿Habían venido los ángeles del Cielo a vivir a Indiana? Tuve que hacer un trato
con el mecánico del pueblo para que le pusiera las llantas a mi viejo carro.
Recuerdo que tardé más en limpiar sus sucias oficinas que lo que él tardó en ponerle las llantas al viejo Chevy.
Estaba ya trabajando 6 noches por semana en lugar de 5 y aun así no era suficiente. Se acercaba la Navidad
y yo sabía que no habría dinero para comprar juguetes para los niños. Encontré un bote de pintura roja y
empecé a pintar algunos viejos juguetes y los escondí en el sótano para que hubiera juguetes en la mañana
de navidad. La ropa de los niños también estaba muy acabada. Los pantalones de los niños tenían parches
encima de los parches y ya pronto no servirían para nada. La noche antes de navidad entraron los clientes de
siempre al restaurante a tomar su café.
Ellos eran camioneros, traileros y policías de caminos. Había algunos músicos que habían tocado más
temprano. Los de siempre estaban ahí sentados platicando hasta la madrugada. Cuando se llegó la hora de
ir a casa a las 7 de la mañana yo corrí al carro para tratar de llegar antes de que se despertaran los niños y
ponerles los juguetes que había arreglado debajo de un árbol que habíamos improvisado.
Aún estaba oscuro y no se veía mucho, pero noté que había una sombra en la parte de atrás del carro. Algo
era seguro, había algo ahí. Cuando llegue al carro me asomé por la ventana lateral.
Mi boca se abrió con gran asombro. Mi viejo Chevy estaba lleno de cajas hasta arriba. Rápidamente abrí la
puerta y abrí una de las cajas. Adentro había pantalones de la talla 2 a la talla 10. En la otra había camisas
para los pantalones. También había dulces, fruta y mucho mandado en bolsas. Había 5 camionetitas y una
hermosa muñeca.
Mientras manejaba por las calles vacías hacia mi casa, vi salir el sol del día de Navidad más inolvidable e
increíble de mi vida. Lloraba de incredulidad y gratitud. Nunca olvidaré las caritas de alegría de mis pequeños
en esa mañana.
• 2 Corintios 1, 5-7
• Colosenses 3, 12-16
D) Concepto
En principio, la solidaridad consiste en que la comunidad se constituya como un cuerpo sólido que, al estar
todo cohesionado, pueda sobrevivir y defenderse para salir adelante, entonces, al practicar el valor de la
solidaridad, adquirimos cada vez más la conciencia de que siendo todos miembros de la misma familia
humana estamos mutua e indisolublemente vinculados en el destino del mundo, compartiendo nuestras
responsabilidades.
El valor de la solidaridad dispone el ánimo para actuar siempre con sentido de comunidad. La per sona
solidaria sabe muy bien que su paso por el mundo constituye una experiencia comunitaria, y que por tanto,
no puede jamás ser ajeno a las necesidades, dificultades y sufrimientos de los demás.
La persona solidaria sabe que su propia satisfacción no puede construirse a espaldas del bienestar de los
demás, vence su individualismo y sale en búsqueda del bien común en vez de su bien personal. Mira en cada
hombre a un hermano y en cada hermano la posibilidad de crecer en el servicio y realizar su encuentro
personal con los otros, como la única manera de perfeccionar su propia dimensión personal.
La persona solidaria da a cada uno de sus actos la dimensión social que le corresponde por naturaleza, y
jamás olvida que cualquier trasgresión particular o privada siempre afecta de alguna manera a los demás.
El ejercicio de la solidaridad se entiende como la voluntad de:
Como la solidaridad es un valor que fundamentalmente tiene que ver con "el otro", se relaciona con valores
como la comprensión del otro (respeto), con el sentir del otro (empatía), con el sufrir del otro (compasión), con
el responsabilizarse del otro (compromiso), con el desear que el otro mejore la situación en la que vive.
El ejercicio de la solidaridad nos lleva al desarrollo de la interdependencia, pues nos damos cuenta que
todos necesitamos de los demás, que los primeros beneficiados cuando somos solidarios somos nosotros,
además nos lleva a reconocer nuestra vulnerabilidad y nuestra necesidad del otro o de los otros, y a concluir
que los seres humanos debemos convivir, interactuar, desarrollarnos y crecer juntos.
Como cristianos es fácil entender la solidaridad a partir de la parábola de los talentos, o sea sabiendo
explotar nuestros propios talentos, no exclusivamente en beneficio propio, sino en beneficio del bien común,
o bien, a partir de lo que es un carisma ya que es un don otorgado por el Espíritu Santo para el bien común.
La solidaridad más profunda es la que se da en el amor, mediante la cual se da y se recibe amor, se expresa
en el amor del cristiano que busca el bien de los otros, especialmente de los más necesitados.
E) Una Experiencia
Sarita es hija de Sofía, y le platicó a su mamá que en la escuela se había organizado una cruzada de ayuda
para los damnificados del huracán "Paulina" y que a los alumnos de sexto año les había tocado separar los
donativos que iban a llevar los niños de los otros grados.
Sofía le dijo que era una magnífica idea y que ellos iban a donar muchas cosas que no usaban.
Entonces Sarita sacó de su mochila una circular en la que el director invitaba a los padres de familia de los
alumnos de sexto grado a unirse en el trabajo de clasificación. Sofía después de leerla, le comentó a Sarita
muy molesta que eso ya era un abuso y que ella no podía perder su tiempo en esas actividades.
ACCIÓN SUGERIDA