Homo Sapiens Ii
Homo Sapiens Ii
Homo Sapiens Ii
Homo Sapiens, maginifica criatura que parece que todo lo puede. Si no tiene algo a su
alcanze tu inteligencia y su fuerza. Pare ser en verdad la criatura más poderosa de la
humanidad.
El Homo Sapiens desciende del Homo Erectus. Este último fue el que salió de África. Antes
de continuar es preciso hablar de la incógnita que causo algunas trabas a los estudiosos y
es como es que salieron de África. Hasta hace poco se pensaba que el hombre debía ser
muy avanzado para salir de este continente, pero la verdad es que no lo era realmente, lo
hicieron más que nada siguiendo a sus presas hasta llegar hasta Asia donde termino de
trasformares en el Sapiens. En Europa se trasformó en el neandertal. Pasarían miles de años
para que estas dos especies se encontrasen.
Los primeros fósiles de neandertal se encontraron en Europa en el siglo XIX,
descubrimientos que nos han revelado muchas cosas respecto a su ambiente, sus modos
de vida y al encuentro que tuvieron estas dos especies. El neandertal está mucho mejor
adaptado al frio y era un excelente cazador, de hecho gran parte de su evolución es que al
alimentarse principalmente de carne y su vida girar en torno a conseguirla es que pudo
desarrollar armas, trampas y técnicas al tal grado que ni las bestias más grandes y peligrosas
como el mamut, podían hacerles frente. No se tiene la certeza de que hubiera división
sexual, es decir, que las mujeres no participaran en la casa. Esta organización es de la que
después nacerían los trabajos y su división con sus respectivas responsabilidades Pero al ser
una especie tan especializada a su medio no podía rivalizar con sus visitantes. El Homo
Sapiens era claramente más avanzado, no solo en su tecnología. El Sapiens ya contaba con
una cultura, con rituales, con cierta conciencia sobre sí mismo y lo que lo rodeaba. Quizá el
primer encuentro no fue tan malo, pues se sabe que estas dos especies cohabitaron Europa
durante milenios. Es más, se tiene conocimiento de zonas en donde se han encontrado
restos de ambas especies, que demuestra que hubo alianzas muy profundas durante algún
tiempo. Pero esto seguro que cambio con el tiempo, con los cambios climáticos que
alteraron el ecosistema volviendo las presas más escasas y de las enfermedades que
llegaron con los Sapiens a las que los Neandertales no tenían defensa alguna. De por si
nunca fueron muchos y con todo esto, no tardaron mucho en extinguirse.
En la otra punta del continente Euroasiático, debido a la glaciación se esparcieron más que
nada hacia el sur, haciendo asentamientos en China e incluso Japón. Es aquí donde
tenemos que hacer una pausa y reconocer que los seres humanos somos una misma especie
que desciende de un solo grupo que nació de aquellos que salieron de África ¿Pero porque
somos tan distintos? Es cierto que hay regiones en que ciertos rasgos son característicos de
cierta zona, como los ojos rasgados de Asia o el pelo rizado en áfrica. Una hipótesis es que
los rasgos dependen de la adaptación y la condición del entorno en que los humanos se
asentaban. No era posible lugar para las dos especies y solo una ganaría la lucha por la
supervivencia.
Tras varias generaciones, el Sapiens descubre algo maravilloso, la navegación. Esta
comienza con los ríos, corrientes de agua que les ofrecen sustento y empiezan a considerar
estos cuerpos, sagrado. No se sabe en qué momento, pero en algún momento descubrieron
el Mar Pacifico. En algún momento se sintieron listos para cruzar el océano. Debió de ser
enorme su sorpresa navegar por horas, días o meses y no ver una orilla, nunca. Muchos
debieron morir en medio de una inmensa tumba de agua. Hasta que finalmente, gracias a
las corrientes llegan a una nueva tierra, Australia.
Mientras tanto, más al norte, los glaciares unen a Asia y a América, un camino llamado
estrecho de Bering. La prueba que confirma esta teoría es que las herramientas que se
encontraron tanto en estos dos continentes y en las poblaciones que se extendieron de
norte a sus en este nuevo territorio son casi idénticas en cuanto a la técnica.