Comprension Lectora 3ero. 2022. 1
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Comprension Lectora 3ero. 2022. 1
ÁREA: Comunicación.
DOCENTE: Carlos MORALES ALBA FECHA: 18 – 07 – 2022.
ESTUDIANTE:………………………………………………………………………….GRADO: ……………………………
EL CABALLO PERDIDO
Hace muchos años, en una pobre aldea china, vivía un labrador con su hijo. Su único bien
material, aparte de la tierra y de la pequeña casa de paja, era un caballo que había heredado de
su padre.
Un buen día el caballo se escapó, dejando al hombre sin animal para labrar la tierra. Sus
vecinos, que lo respetaban mucho por su honestidad y diligencia, acudieron a su casa para decirle
lo mucho que lamentaban lo ocurrido. Él les agradeció la visita, pero preguntó:
—¿Cómo podéis saber que lo que ocurrió ha sido una desgracia en mi vida?
Alguien comentó en voz baja con un amigo: “Él no quiere aceptar la realidad, dejemos que piense
lo que quiera, con tal de que no se entristezca por lo ocurrido”.
Y los vecinos se marcharon, fingiendo estar de acuerdo con lo que habían escuchado. Una semana
después, el caballo retornó al establo, pero no venía solo: traía una hermosa
yegua como compañía. Al saber eso, los habitantes de la aldea, alborozados porque
solo ahora entendían la respuesta que el hombre les había dado, retornaron a casa del labrador
para felicitarlo por su suerte.
Desconcertados, y pensando que el hombre se estaba volviendo loco, los vecinos se marcharon,
comentando por el camino: “¿Será posible que este hombre no entienda que Dios le ha enviado
un regalo?”.
Pasado un mes, el hijo del labrador decidió domesticar a la yegua. Pero el animal saltó de una
manera inesperada, y el muchacho tuvo una mala caída, rompiéndose una pierna.
Los vecinos retornaron a la casa del labrador, llevando obsequios para el joven herido. El alcalde
de la aldea, solemnemente, presentó sus condolencias al padre, diciendo que todos estaban muy
tristes por lo que había sucedido.
Esta frase dejó a todos estupefactos, pues nadie puede tener la menor duda de que el
accidente de un hijo es una verdadera tragedia. Al salir de la casa del labrador, comentaban
entre sí: “Realmente se ha vuelto loco, su único hijo se puede quedar cojo para siempre y aún
duda de que lo ocurrido es una desgracia”.
Transcurrieron algunos meses y Japón le declaró la guerra a China. Los emisarios del emperador
recorrieron todo el país en busca de jóvenes saludables para ser enviados al frente de batalla. Al
llegar a la aldea, reclutaron a todos los jóvenes, excepto al hijo del labrador, quien tenía la pierna
rota.
Ninguno de los muchachos regresó vivo. El hijo se recuperó, los dos animales dieron crías que
fueron vendidas y rindieron un buen dinero. El labrador pasó a visitar a sus vecinos para
consolarlos y ayudarlos, ya que se habían mostrado solidarios con él en todos los momentos.
Siempre que alguno de ellos se quejaba, el labrador decía: “¿Cómo sabes si esto es una
desgracia?”. Si alguien se alegraba mucho, él preguntaba: “¿Cómo sabes si eso es una bendición?”.
Y los hombres de aquella aldea entendieron que, más allá de las apariencias, la vida tiene otros
significados.
El labrador pasó a visitar a sus vecinos para consolarlos y ayudarlos, ya que se habían mostrado
solidarios con él en todos los momentos. Siempre que alguno de ellos se quejaba, el labrador
decía: “¿Cómo sabes si esto es una desgracia?”. Si alguien se alegraba mucho, él preguntaba:
“¿Cómo sabes si eso es una bendición?”. Y los hombres de aquella aldea entendieron que, más
allá de las apariencias, la vida tiene otros significados.
¿Por qué el autor menciona que la vida tiene otros significados?
c. Porque en la vida se presentan desgracias que para otros pueden ser motivo de felicidad.
d. Porque la gente quiere saber cómo conducir sus vidas en cada circunstancia.
a. El labrador sabía que la vida está llena de cambios y que debemos aprovecharlos.
c. El hombre viejo sabía que sin la ayuda solidaria de los vecinos no viviría para contarlo.
b. Para comprender la actitud de las personas que son amables con nosotros.
Imagínese usted un pueblo muy pequeño donde hay una señora vieja que tiene dos hijos, uno
de 17 y una hija de 14. Está sirviéndoles el desayuno y tiene una expresión de preocupación. Los
hijos le preguntan qué le pasa y ella les responde:
—No sé, pero he amanecido con el presentimiento de que algo muy grave va a sucederle a este
pueblo.
Ellos se ríen de la madre. Dicen que esos son presentimientos de vieja, cosas que pasan. El
hijo se va a jugar al billar, y en el momento en que va a tirar una carambola sencillísima, el otro
jugador le dice:
Todos se ríen. Él se ríe. Tira la carambola y no la hace. Paga su peso y todos le preguntan qué pasó,
si era una carambola sencilla. Contesta:
—Es cierto, pero me ha quedado la preocupación de una cosa que me dijo mi madre esta mañana
sobre algo grave que va a suceder a este pueblo.
Todos se ríen de él, y el que se ha ganado su peso regresa a su casa, donde está con su mamá o
una nieta o, en fin, cualquier pariente. Feliz con su peso, dice:
—Le gané este peso a Dámaso en la forma más sencilla porque es un tonto.
—Véndame una libra de carne —y en el momento que se la están cortando, agrega—: mejor
véndame dos, porque andan diciendo que algo grave va a pasar y lo mejor es estar preparado.
El carnicero despacha su carne y cuando llega otra señora a comprar una libra de carne, le dice:
—Lleve dos porque hasta aquí llega la gente diciendo que algo muy grave va a pasar, y se están
preparando y comprando cosas.
Se lleva las cuatro libras; y para no hacer largo el cuento, diré que el carnicero en media hora
agota la carne, mata otra vaca, se vende toda y se va esparciendo el rumor. Llega el momento en
que todo el mundo, en el pueblo, está esperando que pase algo. Se paralizan las actividades y de
pronto, a las dos de la tarde, hace calor como siempre. Alguien dice:
(Tanto calor que es pueblo donde los músicos tenían instrumentos remendados con brea y
tocaban siempre a la sombra porque si tocaban al sol se les caían a pedazos.)
—Sin embargo —dice uno—, a esta hora nunca ha hecho tanto calor.
Agarra sus muebles, sus hijos, sus animales, los mete en una carreta y atraviesa la calle central
donde está el pobre pueblo viéndolo. Hasta el momento en que dicen:
Y empiezan a desmantelar literalmente el pueblo. Se llevan las cosas, los animales, todo. Y uno de
los últimos que abandona el pueblo, dice:
—Que no venga la desgracia a caer sobre lo que queda de nuestra casa —y entonces la incendia y
otros incendian también sus casas.
Huyen en un tremendo y verdadero pánico, como en un éxodo de guerra, y en medio de ellos va
la señora que tuvo el presagio, clamando:
—Yo dije que algo muy grave iba a pasar, y me dijeron que estaba loca.
Los habitantes del pueblo empezaron a quemar sus casas para que no les pasara nada
malo.
El hijo se pone a jugar billar, pierde un peso porque no puede hacer una carambola.
Uno de los pobladores se armó de valor y no dudó en coger sus cosas y marcharse del
pueblo.
El carnicero vende carne a casi todos los habitantes del pueblo porque estos se
encontraban asustados.
Una mujer tuvo un presentimiento y les contó a sus dos hijos, quienes pensaron que era
broma.
a. 1 - 2 - 3 - 4 - 5 b. 5 - 2 - 4 - 3 - 1 c. 2 - 5 - 3 - 4 - 1
d. 5 - 2 - 3 - 4 - 1
a. A - II b. C - IV c. D - III d. B – I
3 ¿Cuáles son los dos sucesos extraordinarios que interpretan los pobladores como mal
augurio? Explica.