Problemas Fisica1
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Problemas de Física
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All content following this page was uploaded by Jaime Carrascosa Alís on 11 June 2016.
FÍSICA
didacticafisicaquimica.es
ÍNDICE
Presentación ----------------------------------------------------------- 1
Aprender a resolver problemas ------------------------------------- 5
1. Cinemática del punto --------------------------------------------- 15
2. Dinámica del punto ----------------------------------------------- 57
3. Trabajo y Energía -------------------------------------------------- 115
4. Sistemas de partículas -------------------------------------------- 149
5. Sólido rígido -------------------------------------------------------- 189
6. Campo gravitatorio ------------------------------------------------ 261
7. Campo eléctrico ---------------------------------------------------- 293
8. Movimiento ondulatorio ------------------------------------------ 325
9. Naturaleza de la luz ----------------------------------------------- 363
10. Física nuclear ----------------------------------------------------- 389
Anexo: Vectores ------------------------------------------------------ 415
PRESENTACIÓN
¿Qué es este libro? ¿Uno más de problemas?
Éste es un libro de cuestiones, ejercicios y problemas de Física, elaborado por profesores con
una larga experiencia docente. Nuestro interés en este tema tiene su origen en las graves difi-
cultades que muchos estudiantes tienen para resolver problemas de Física. Una reflexión críti-
ca de nuestro propio trabajo en el aula nos ha llevado a cuestionar no pocas de nuestras ideas
y comportamientos iniciales respecto a las diversas causas de dichas dificultades así como a la
búsqueda de nuevas orientaciones que nos permitan, a profesores y alumnos, hacer frente de
una forma más eficaz al “problema de los problemas”.
Los contenidos que se incluyen en este libro corresponden a los siguientes temas:
El libro cuenta con una introducción (“Aprender a resolver problemas: una asignatura pen-
diente”) del profesor Daniel Gil, en la que se exponen de forma breve y concreta las orienta-
ciones que hemos intentado dar a muchos de los problemas que en él se incluyen y cuya lectu-
ra, o mejor aún, realización de las actividades que en él se proponen, recomendamos vivamen-
te antes de comenzar a trabajar en los restantes temas.
El orden en que se presentan los distintos capítulos así como la secuenciación de los propios
contenidos de cada uno de ellos, obedece a una lógica interna que permite ir avanzando en la
construcción de un cuerpo coherente de conocimientos de Física. Ello hace aconsejable que
los capítulos se vayan trabajando siguiendo el orden en que se presentan en el índice. No obs-
tante, dado que el cálculo vectorial constituye un prerrequisito para gran parte de los temas
Aprender a resolver problemas 4
tratados, es necesario asegurarse primero de que se domina este tema, por lo que conviene,
que después de la introducción, se resuelvan los ejercicios sobre vectores que se incluyen en el
anexo al final del libro.
¿A quienes va dirigido?
El contenido se ajusta bastante al programa oficial para las asignaturas de Física y Ampliación
de Física de segundo de Bachillerato, pero el libro puede ser utilizado también con provecho
por estudiantes de un primer curso de Física en la Universidad.
Los problemas, ejercicios y cuestiones están resueltos en su mayoría y el resto viene con las
soluciones. En los problemas, la resolución se ajusta esencialmente a las orientaciones básicas
que se detallan en la introducción. En general se ha tratado de incluir, siempre que ha sido
posible, un planteamiento cualitativo inicial, considerando diversas estrategias de resolución y
analizando los resultados obtenidos, huyendo de la simple aplicación de fórmulas y de los
cálculos numéricos precipitados.
Con el propósito explícito de contribuir a que el estudiante no sea un simple consumidor pasi-
vo, se hacen frecuentes preguntas (en letra cursiva) en las que se invita a interrumpir la lectu-
ra y pensar sobre ellas tratando de contestarlas. Después hay que comparar el trabajo personal
con lo que se presenta en el texto. Este procedimiento suele producir bastante satisfacción
cada vez que se da una concordancia, pero, aunque en ocasiones no sea así, vale la pena reali-
zarlo ya que los aprendizajes que se producen después de haber intentado seriamente resolver
una cuestión, son siempre mucho más fructíferos. El libro será pues especialmente útil a aque-
llos que estén dispuestos a realizar el esfuerzo que conlleva un aprendizaje que vaya más allá
de la simple memorización.
Coherentemente con las orientaciones anteriores, hemos optado por no incluir en los distintos
capítulos ningún “formulario” y recomendar que el libro se complemente con un buen texto
teórico y/o unos buenos apuntes del trabajo realizado en el aula. No obstante, es preciso tener
en cuenta que en cada capítulo los problemas no se presentan aleatoriamente sino que siguen
una secuencia bastante precisa, cubriendo una serie de conocimientos teóricos de manera pro-
gresiva. Ello hace muy conveniente ir trabajando los ejercicios de cada capítulo de forma or-
denada.
Los autores queremos expresar nuestro agradecimiento a todos los compañeros que, con sus
críticas y discusiones han contribuido a la elaboración de este libro, a nuestros alumnos del
Aprender a resolver problemas 5
Instituto de Bachillerato “Cid Campeador” de Valencia que nos han permitido darnos cuenta
de muchos errores de todo tipo y especialmente al profesor Daniel Gil por su colaboración y
sus acertadas sugerencias.
Casi todo el mundo sabe que aprender bien algo exige un cierto esfuerzo. Los autores de
este libro no queremos engañar a nadie diciendo que con este texto se aprende Física sin
esfuerzo. Por el contrario, quienes lo utilicen y quieran aprovecharlo, han de estar dispues-
tos a realizar un trabajo serio. Por nuestra parte hemos intentado orientar los contenidos
del libro para que se ese trabajo se pueda hacer bien y esperamos que al finalizarlo no solo
hayáis aprendido algunas cosas sobre Física y resolución de problemas, sino que además
haya aumentado vuestro interés por esta materia y penséis que el esfuerzo realizado ha
valido la pena. Si eso se cumple, este libro habrá sido algo más que “un libro más de pro-
blemas”.
Por su coherencia con los contenidos y metodología empleados en este libro, recomenda-
mos como obras de consulta y profundización los textos siguientes:
Los problemas "de lápiz y papel" constituyen, como es bien sabido, la causa principal del fra-
caso de muchos estudiantes en el aprendizaje de materias como la Física. A menudo se pre-
tende explicar dicho fracaso con argumentos que se refieren a las insuficiencias de capacidad
y de esfuerzo de los estudiantes ("no dominan la teoría") o a los "fallos de atención" cuando
leen un enunciado.
Pero, ¿hasta qué punto ese fracaso generalizado puede atribuirse únicamente a los estudian-
tes? De hecho, muchos de los que no logran resolver un problema muestran un conocimiento
correcto de "la teoría", están interesados en aprender y resuelven sin dificultad muchos ejerci-
cios estándar. Las explicaciones habituales sobre el fracaso en la resolución de problemas
parecen, pues, insuficientes.
Ello ha dado lugar a una abundante investigación didáctica con objeto de profundizar en las
razones de esta preocupante situación y buscar vías de solución. Los resultados de estas inves-
tigaciones permiten afirmar que el fracaso en la resolución de problemas de Física, o de otras
materias como las Matemáticas o la Química, tiene otras causas y, lo que es más importante,
que es posible proporcionar a los estudiantes unas estrategias de resolución más efectivas
que les permitan enfrentarse con éxito a problemas que inicialmente puedan parecerles in-
abordables.
Este capítulo está destinado a que los estudiantes se apropien de esas nuevas estrategias, que
podrán poner en juego reiteradamente en el resto de los capítulos del libro hasta familiarizarse
plenamente con ellas, comprobando cómo su capacidad para resolver problemas aumenta
notablemente y que es posible hacer mucho más que reconocer y repetir problemas ya
hechos...o abandonar.
El resultado que obtienen muchas personas es, o bien 100 m o bien 75 m. Eso es lo que ocurre
en general cuando ese "sencillo ejercicio" se propone a estudiantes, tanto de secundaria como
universitarios, en más del 90 % de las respuestas. Si este ha sido también tu caso, sin entrar en
la discusión de esta discrepancia, te proponemos:
Los resultados obtenidos ahora son, normalmente, 85 m (quienes antes obtuvieron 100 m) o
60 m (quienes obtuvieron 75 m). Algo, pues, va mal: ¡El móvil no puede haber recorrido en
más tiempo menos distancia! La resolución de este aparente enigma es, por supuesto, sencilla
y te proponemos que tú mismo intentes descifrarlo:
Discute con otros compañeros el ejercicio propuesto y las posibles razones de los resultados
obtenidos replanteando su resolución para superar las incoherencias aparecidas.
Una pequeña reflexión permite comprender que la ecuación dada (e = 25 + 40t - 5t2) corres-
ponde al movimiento de un objeto cuya posición inicial está a 25 m del origen y que avanza
con rapidez decreciente (v0 = 40 m/s y aceleración tangencial negativa a = -10 m/s2 ) hasta
pararse y comenzar a retroceder. Es lo que ocurre, por ejemplo, cuando lanzamos un objeto
hacia arriba: el objeto va perdiendo velocidad, se para y cae....
Se obtienen así los resultados correctos, que son 85 m a los 5 s (80 m hacia delante y 5 m
hacia atrás) y 100 m a los 6 s (80 m hacia delante y 20 m hacia atrás). Pero lo que nos interesa
aquí, es reflexionar sobre el hecho de que un problema tan sencillo conduzca a resultados
erróneos de forma tan mayoritaria.
¿A qué cabe atribuir unos resultados erróneos tan generalizados en un problema como el
anterior? ¿De qué pueden ser índice? ¿Qué sugieren?
Los resultados del ejercicio que acabamos de comentar ponen en cuestión la orientación dada
habitualmente a la resolución de problemas, caracterizada, entre otros, por los siguientes as-
pectos:
- La falta de reflexión cualitativa previa, o, dicho de otro modo, el operativismo mecánico con
que se abordan habitualmente los problemas, incluso, a veces, por los mismos profesores.
Conviene recordar a este respecto las palabras de Einstein:
"Ningún científico piensa con fórmulas. Antes que el físico comience a calcular debe tener en su cerebro el curso de
los razonamientos. Estos últimos, en la mayoría de los casos, pueden ser expuestos con palabras sencillas. Los
cálculos y las fórmulas constituyen el paso siguiente".
da coincide también. De este modo, los problemas así planteados, en vez de ayudar a romper
con visiones confusas, favorecen su afianzamiento.
Una discusión como la anterior permite que, tanto estudiantes como profesores, tomemos
conciencia de las deficiencias de la orientación habitual de la resolución de problemas y com-
prendamos la necesidad de un replanteamiento en profundidad de la misma.
Las mayores dificultades que a menudo ha encontrado el desarrollo de una ciencia han deri-
vado de supuestos implícitos, aceptados sin cuestionamiento alguno, que escapan así a la
crítica. En tales casos se impone -como la historia de las ciencias ha mostrado reiteradamente-
un replanteamiento en profundidad que analice críticamente hasta lo que parece más evidente.
Por lo que se refiere a la orientación de la resolución de problemas, ello supone descender
hasta la clarificación misma de la idea de problema. Esta será, pues, la siguiente actividad:
Existe un acuerdo general en entender como problemas aquellas situaciones que plantean
dificultades para las que no se poseen soluciones hechas. Así Polya, un conocido investigador
en el campo de la resolución de problemas, señala que:
"Resolver un problema consiste en encontrar un camino allí donde previamente no se conocía tal, encontrar una
salida para una situación difícil, para vencer un obstáculo, para alcanzar un objetivo deseado que no puede ser
inmediatamente alcanzado por medios adecuados".
Conviene ahora que nos planteemos la relación entre dichas ideas sobre lo que son los pro-
blemas y lo que se hace en clase:
¿En qué medida la forma en que suele abordarse la resolución de problemas está de acuerdo
con su naturaleza de tarea desconocida para la cual, de entrada, no se posee la solución?
Esperamos que la discusión propiciada por esta actividad os habrá permitido poner en cues-
tión la práctica habitual de resolución de problemas. En efecto, los problemas suelen ser abor-
dados como algo que se debe saber hacer, algo cuya solución ha de conocerse (si se sabe la
teoría correspondiente y se tiene la base matemática necesaria) y no generar dudas ni exigir
tentativas. De hecho, cuando un profesor resuelve un problema (bien sea en la pizarra o en las
páginas de un texto), conoce la situación (para él no es un problema) y la explica "con toda
claridad", sin dudas de ningún tipo; consecuentemente, alumnos y alumnas pueden aprender
dicha solución y repetirla ante situaciones idénticas o casi idénticas, pero difícilmente apren-
den a abordar un verdadero problema y cualquier pequeño cambio puede suponer dificultades
insuperables provocando el abandono. Podemos dar un paso más y plantearnos:
Si un problema es una situación para la que no se tiene respuesta elaborada, ¿cómo habrá
que enfocar su resolución?
Si se acepta la idea de que todo problema es una situación ante la cual se está inicialmente
perdido, una posible orientación consistiría en preguntarse ¿qué hacen los científicos en este
Aprender a resolver problemas 9
caso? Con ello planteamos concretamente qué es lo que hacen los científicos delante de lo
que para ellos constituye un verdadero problema. La respuesta es "simplemente" que... se
comportan como investigadores, enfrentándose a situaciones, que les resultan desconocidas,
de una forma tentativa, construyendo hipótesis con ayuda de los conocimientos que poseen (y
también de su inventiva), poniéndolas cuidadosamente a prueba, rectificándolas o aban-
donándolas a la luz de sus resultados y de los de otros investigadores, etc.
No hay, pues, ningún método preciso con reglas rígidas, no hay un camino que podamos
aprender y seguir mecánicamente para resolver problemas en general... ni para cada problema
en particular. Intentar aprender el camino, “la receta”, para resolver cada problema, está abo-
cado al fracaso, pues cada pequeña variación desconcierta y hace que nos sintamos perdidos.
Se trata, por el contrario, de aceptar que estamos enfrentándonos a una situación nueva, más o
menos familiar pero no completamente conocida... y aprender a trabajar tentativamente como
hacen los científicos, imaginando (a la luz de los conocimientos teóricos existentes) posibles
soluciones y probándolas, analizando los resultados, etc.
Ésta nueva orientación ha sido ensayada reiteradamente con resultados muy satisfactorios,
transformando la actividad de los estudiantes en una actividad más creativa, interesante y efi-
caz. Proponemos, pues, analizar esa orientación investigativa (que presentamos detalladamen-
te en el próximo apartado) y ponerla en práctica cada vez que os encontréis delante de lo que
para vosotros constituya un verdadero problema.
Digamos ante todo que las orientaciones que vamos a exponer con cierto detalle a continua-
ción no constituyen una receta que pretenda guiar paso a paso vuestra actividad. Al contrario,
se trata de indicaciones genéricas destinadas a llamar la atención contra ciertos "vicios" muy
frecuentes que nos alejan de un comportamiento científico, como, p.e., la tendencia a caer en
un manejo ciego de datos y ecuaciones (poniéndonos a calcular precipitadamente) o pensar en
términos de certeza, lo que se traduce en no buscar caminos alternativos de resolución, en no
poner en duda y analizar cuidadosamente los resultados, etc.
Conviene advertir que no se trata de que intentéis aprender "en abstracto" las orientaciones
que siguen: es mucho más eficaz verlas "en acto" y, sobre todo, comenzar a utilizarlas contan-
do con la ayuda de vuestro profesor. Hemos incluido, a título de ejemplo, el tratamiento deta-
llado de un problema, que permitirá comprender mejor el sentido de las propuestas realizadas:
El cálculo de la distancia que recorre un móvil hasta pararse tiene un indudable interés, por
ejemplo, en el aterrizaje de aviones o en el tráfico de vehículos en general (por carretera y
ciudad), en donde interesa asegurar una distancia mínima de frenada para evitar accidentes, lo
que lleva a limitar la velocidad máxima, guardar una cierta distancia entre vehículos, perfec-
cionar los sistemas de frenado, etc.
En este problema un móvil lleva una cierta velocidad inicial y frena hasta que se para, pidién-
donos la distancia que recorre durante este proceso. Las fuerzas que actúan sobre el móvil son
tres: el peso P , la fuerza normal R ejercida por la carretera y la fuerza F de frenado. Las dos
primeras son perpendiculares a la trayectoria y se anulan entre ellas, mientras que F es tangen-
te. Para simplificar el problema, supondremos que la fuerza de frenado es constante, de modo
que el movimiento será rectilíneo y uniformemente acelerado. Como la fuerza de frenado
tiene sentido contrario al movimiento, la rapidez inicial del móvil irá disminuyendo lineal-
mente desde v0 hasta 0. En términos de trabajo y energía se podría describir diciendo que el
trabajo realizado por la fuerza de frenado tiene como efecto disminuir la energía cinética hasta
hacerla igual a 0.
La figura anterior representa un esquema de la situación, en donde podemos ver el punto que
se toma como origen de espacios, las fuerzas que se ejercen sobre el móvil y cómo la veloci-
dad del mismo se va haciendo cada vez más pequeña hasta que finalmente el móvil se para.
En el problema se nos pide la distancia D que recorre el móvil desde que comienza a frenar
hasta que se para, lo cual, si tomamos como origen de espacios el punto O de la figura y como
sentido positivo el del movimiento, equivale a determinar el valor de “e” en el instante en que
la rapidez valga 0. En términos de trabajo y energía dicha distancia coincidirá con el módulo
del desplazamiento experimentado por el móvil desde que comienza a frenar hasta que se
para.
*Emitir hipótesis fundadas sobre los factores de los que puede depender la magnitud buscada
y sobre la forma de esta dependencia, imaginando, en particular, casos límite de fácil inter-
pretación física.
En el ejemplo que nos ocupa, podemos pensar que la distancia D, va a depender de la rapidez
a la que vaya el móvil en el momento que empiece a frenar, de modo que (a igualdad de los
restantes factores) cuanto mayor sea ésta, más grande será la distancia que recorrerá hasta
pararse. Otro factor que ha de influir es la fuerza resultante de frenado que actúe sobre el
vehículo. Parece evidente, que cuanto mayor sea dicha fuerza menor distancia precisará para
Aprender a resolver problemas 11
pararse (siempre a igualdad del resto de los factores). También podemos pensar en la influen-
cia de la masa. Algunas personas creen que si tiene una masa muy grande se parará antes, pero
si reflexionamos un poco nos daremos cuenta que sería al contrario, ya que, por ejemplo,
cuesta más parar un camión que vaya a 100 km/h que una motocicleta a la misma velocidad,
por tanto, cuanto mayor masa tenga, más distancia precisará para parar. (En ocasiones se se-
ñala también el tiempo que dure la frenada, sin embargo este factor está implícito ya en los
factores enunciados). Así pues, la distancia recorrida hasta pararse podrá expresarse en fun-
ción de las magnitudes citadas:
D = D (v0, m, F)
Las magnitudes anteriores (v0, m, F) constituyen, de hecho, los datos que se suministran en el
enunciado del problema. Además de aventurar la forma en que cabe esperar que influyan en
D, podemos considerar alguna condición límite, como por ejemplo, que si la fuerza resultante
de frenado fuese nula no se pararía, es decir, D sería infinita o que si v0 = 0, D tendrá que va-
ler 0 (ya estaría parado).
Una posible estrategia de resolución es utilizar las ecuaciones cinemáticas y dinámicas co-
rrespondientes al movimiento del vehículo:
Al ser la trayectoria fija y conocida podemos realizar un tratamiento escalar para resolver el
problema. Si escogemos como origen de espacios el punto donde comienza a frenar, origen de
tiempos el instante en que lo hace y sentido positivo el del movimiento, tendremos:
a t2
Posición del móvil en cualquier instante t del movimiento: e e0 v0t (3)
2
Otra posibilidad es utilizar la ecuación que nos relaciona el trabajo realizado por la fuerza
resultante a lo largo del desplazamiento que abarca el frenado, con la variación de energía
cinética (teniendo en cuenta que la energía cinética final será 0) y despejar el módulo del des-
plazamiento, que en este caso coincide con la distancia recorrida D.
La ecuación que relaciona el trabajo realizado por la fuerza resultante con la variación de
energía cinética es:
1 1
Wres A Ec BA Ec B Ec A = mv 2B mv 2A
B
2 2
En nuestro caso, la fuerza resultante es la de frenado F (tangente a la trayectoria), que siempre
tiene sentido contrario al movimiento, la energía cinética en la situación B es 0 (se para) y el
módulo del desplazamiento coincide con la distancia recorrida D. Introduciendo estas condi-
ciones en la ecuación anterior:
1 mv 2A
F D mv 2A y despejando D obtenemos: D
2 2F
1000 900
Ahora, basta sustituir los datos numéricos y operar para obtener D = = 60 m
15000
.
Si analizamos el resultado del problema que estamos resolviendo, podemos darnos cuenta en
primer lugar que el valor numérico obtenido (60 m) parece normal (está de acuerdo con nues-
tras experiencias cuando frena un automóvil). Si hubiese sido, por ejemplo, 0’6 m o 6000 m
habría que dudar y revisar el problema.
mv 2A
Si nos detenemos en el resultado literal: D
2F
Además, dicho resultado nos permite aprender que, en contra de lo que piensan algunas per-
sonas, si la rapidez inicial con que se mueve un vehículo se duplica, la distancia que recorre
hasta pararse no se hace también el doble sino 4 veces mayor, ya que la rapidez inicial está
elevada al cuadrado, es decir, es la variable que más influye.
Aprender a resolver problemas 13
Al igual que ocurre en una verdadera investigación, los resultados pueden ser origen de nue-
vos problemas. Sería conveniente que los estudiantes (y los profesores) llegasen a considerar
este aspecto como una de las derivaciones más interesantes de la resolución de problemas,
poniendo en juego de nuevo su creatividad.
En el caso que estamos considerando, podemos plantearnos, a la luz del resultado obtenido,
nuevos problemas de interés práctico, como por ejemplo:
¿Qué fuerza se ejerce sobre un coche en un choque frontal contra un obstáculo fijo?
La fuerza que se pide será la que ejerce el obstáculo y para determinarla, siguiendo con nues-
tro ejemplo, basta con despejar F en la ecuación anterior, teniendo en cuenta que si el obstácu-
lo es fijo y grande (por ejemplo un muro) la distancia recorrida se reduce a lo que da de sí la
carrocería del vehículo. Así si suponemos D = 2 m, la fuerza sería:
mv 2A 1000 900
F = 225000 N
2D 4
Como se puede ver fácilmente, en la situación descrita el valor de la fuerza que el obstáculo
ejerce sobre el coche, resulta ser igual que el peso de un objeto de casi 23 toneladas de masa,
lo que permite comprender las consecuencias fatales de un choque frontal a esa velocidad. El
problema se agrava cuando en lugar de ser contra un muro es contra otro vehículo que va en
sentido contrario (en cuyo caso vA sería la suma de los módulos de ambas velocidades).
¿Qué es lo que ocurre cuando un vehículo frena tan intensamente que bloquea las ruedas
impidiendo el giro de éstas?
mv 2A mv A2 v2
D = A
2F 2F 2F
Aprender a resolver problemas 14
Este último resultado nos muestra que ningún vehículo puede frenar y parar en el acto, sino
que siempre recorrerá una cierta distancia, tanto más grande cuanto menor sea el coeficiente
de rozamiento con el suelo y mayor sea la velocidad a la que vaya (de ahí el peligro que repre-
senta conducir a gran velocidad sobre un pavimento mojado o con placas de hielo). Por otra
parte, nos remite a la necesidad de que entre los vehículos se respete una distancia mínima de
seguridad (que hay que calcular en función de la rapidez máxima permitida, el coeficiente de
rozamiento y el tiempo que tarda un conductor en reaccionar ante la vista de un obstáculo).
Además es necesario tener en cuenta que lo que es verdaderamente limitante no es la fuerza
con que se pueda frenar sino la velocidad a la que se circula, ya que si ésta es muy grande, el
hecho de parar en muy poca distancia podría matar al conductor por la enorme aceleración a
la que se vería sometido.
Como podéis comprobar, las orientaciones para aprender a resolver problemas que hemos
tratado de fundamentar en este capítulo, son bastante coherentes con algunas de las caracterís-
ticas del trabajo científico y particularmente con los aspectos más importantes comunes a la
investigación científica, como son la invención de hipótesis, la elaboración de diferentes dise-
ños para contrastarlas, el análisis de los resultados, el planteamiento de nuevas interrogantes,
etc. Se trata pues de una propuesta “investigativa” que conviene aplicar siempre en la medida
de lo posible para resolver problemas. No obstante, ello, no invalida el importante papel que
pueden representar en el aprendizaje de la Física otro tipo de actividades como pueden ser los
ejercicios de aplicación o las cuestiones destinadas a la clarificación de conceptos, que tam-
bién se han incluido abundantemente en este libro.
1. CINEMÁTICA DEL PUNTO
1. El vector de posición de un móvil viene dado por: r 2t 2i (2t 1) j 2k m (si t en
s). Determinad:
2. Representad la función e(t) del móvil de la figura adjunta (cada división es 1 m).
Como sabemos, la función e(t) determina la posición que ocupa, en cada instante, un
móvil que se desplaza sobre cierta trayectoria conocida. Esta función, como todas, admite
una doble representación: analítica y gráfica y en la práctica se puede pasar, con los cono-
cimientos matemáticos adecuados, de una a otra forma.
En un caso como el que nos ocupa, vemos que con la información que se nos da resulta
imposible obtener directamente la expresión analítica, pero, en cambio, sí que podemos
obtener la representación gráfica (esto sucederá siempre que partamos de datos experi-
mentales).
A partir de la figura del enunciado, podemos construir una tabla con los valores que están
presentes en ella como datos:
Cinemática 16
t (s) 0 1 2 3
e (m) -3 -1 1 3
Conviene tener en cuenta que la forma de la gráfica e (t) no tiene nada que ver con la tra-
yectoria que sigue el móvil ya que lo único que nos indica es su posición en el transcurso
del tiempo. En este ejercicio, por ejemplo, en el enunciado se muestra claramente que la
trayectoria seguida es curva, mientras que la forma de la gráfica e (t) es una línea recta.
Cinemática 17
3. Una partícula se mueve sobre la trayectoria de la figura adjunta pasando por los
puntos A y B en los instantes que marcan los relojes. Se pide:
Z
(+)
O
Y
X
sol: A diferencia del ejercicio 2, aquí la trayectoria es recta mientras que la forma de la
gráfica e(t) es una curva (parábola).
Cinemática 18
5. Utilizando los datos del ejercicio 3, se pide: a) Rapidez media, vector velocidad
media y su módulo. Todo ello en el intervalo (1, 5) s; b) Razonad por qué el valor (ab-
soluto) de la rapidez media y el módulo de la velocidad media no son iguales.
sol: a) vm = 1 m/s; v m (3/ 4, 1/2) m/s; v m 0'9 m /s
b) Porque únicamente coinciden si se trata de valores instantáneos. Los valores
medios solo coinciden si la trayectoria es rectilínea, y en este caso no lo es.
sol: v = 5m/s
8. Determinad el vector velocidad
v de un móvil sabiendo que su vector de posición
viene dado por: r 2t i t 2 j 5 k m (si t en s).
sol: v 2 i 2t j
10. Dado el vector de posición r 2t i 5 j (t 1) 2 k m (si t en s), determinad los
vectores velocidad v y aceleración a .
sol: v 2 i 2(t 1) k ; a 2k m/s2
11. Dado el vector de posición r 2 i t 3 j 2t 2 k m (si t en s), determinad los vecto-
res velocidad v y aceleración a .
sol: v 3t 2 j 4t k ; a 6t j 4 k
Cinemática 19
12. Un cuerpo se mueve a lo largo del eje OX según la ecuación: x = 2t 3 + 5t2 +5 (m, si
t en s). Determinad las expresiones del vector de posición r , el vector velocidad v , el
vector aceleración a , la aceleración tangencial at y la aceleración normal an en cual-
quier instante t.
¿Qué implicaciones tiene el hecho de que el cuerpo se mueva a lo largo del eje X?
Es evidente que las componentes Y y Z del vector de posición serán nulas. Lo mismo ocu-
rrirá con el vector velocidad, ya que éste siempre es tangente a la trayectoria. Por otra par-
te, al tratarse de una trayectoria rectilínea, el vector velocidad no cambia de dirección y
por tanto no puede haber aceleración normal, luego, si existe aceleración, solo podrá ser
tangencial.
Del análisis de los vectores anteriores concluimos que el cuerpo se mueve siguiendo una tra-
yectoria recta según OX, de manera que se va alejando del origen de coordenadas en sentido
positivo y los módulos de su velocidad y aceleración van aumentando con el tiempo.
13. El vector de posición de un móvil es: r 2t i t 2 j 3 k (m, si t en s). Se pide:
Este problema difiere del anterior en que ahora la trayectoria descrita no es rectilínea y,
por tanto, al ir cambiando la dirección del vector velocidad existirá aceleración normal.
No obstante, el procedimiento de resolución es el mismo:
Comenzaremos en primer lugar por calcular la expresión de la velocidad y aceleración en
cualquier instante:
dr dv
v = d (2t, t , -3)/dt = (2, 2t, 0) y derivando de nuevo: a
2
= (0, 2, 0) m/s.
dt dt
Para calcular at, aplicaremos la expresión at = dv/dt determinando primero la expresión del
módulo del vector velocidad en cualquier instante:
dv 8t 2t
v v x2 v y2 4 4t 2 m/s at
dt 2 4 4t 2
1 t2
A pesar de que el vector aceleración es constante, al ser a t variable con el tiempo se tratará
de un movimiento variado y no uniformemente acelerado (el módulo de v cambia pero no
lo hace regularmente, de forma lineal).
Dado que el módulo de un vector es independiente del sistema de coordenadas que utili-
cemos para representar dicho vector, podemos sustituir su valor en a a t2 a n2 y despe-
jar la aceleración normal, con lo que:
4t 2 2
a n a 2 a t2 = 22 2
1 t 1 t2
4 4t 2
R = v2/an y sustituyendo nos queda que: R 2 (1+t2)3/2
2
1 t2
2t 2 2 3
sol: a t ; an ; R 2 ( t 2 2 t 2) 2
t 2t 2
2
t 2t 2
2
15. Dado el vector velocidad v =(3, 2t, 0) m/s (t en s), obtened el vector de posición r y
el vector aceleración a sabiendo que en el instante 0, la posición es r0 = (0, 0, 2) m.
sol: r = (3t, t2, 2); a = (0, 2, 0) m/s2
16. Dado el vector velocidad v = 3i 2(t 1) j 3t 2 k (m, si t en s), determinad el vec-
tor de posición r y elvector aceleración a , sabiendo que en el instante 2 s el vector de
posición es r0 = j 2k m.
sol: r (3t 6) i (t 1) 2 10 j t 3 10 k ; a 2 j 6t k
17. La aceleración de un móvil viene dada por a = (2, 4, 6) m/s2. Obtened la expresión
del vector de posición en cualquier instante, sabiendo que en el instante inicial el
móvil se encontraba en reposo en el origen de coordenadas.
sol: r = (t2, 2t2, 3t2 )
18. La aceleración de un móvil viene dada por a = (2, 4, 0) m/s2. Obtened la expresión
del vector de posición en cualquier instante, sabiendo que en el instante 1 s, la veloci-
dad es (0, 2, 1) m/s y el vector de posición (1, 0, 0) m.
Cinemática 22
En este ejercicio conocemos el valor de a y se nos pide que calculemos el de r . Para re-
solverlo necesitamos buscar la forma de relacionar ambas magnitudes.
¿Qué relación existe entre a y r ?
En principio, a y r no están directamente relacionados ya que, como sabemos, r está
dr
relacionado con la velocidad v mediante la expresión: v . Esto significa que podría-
dt
mos conocer r integrando el vector v . Para ello es necesario conocer v , pero lo que co-
nocemos es a . No obstante,
dado que los vectores velocidad y aceleración están relacio-
dv
nados mediante a , podemos obtener v sin más que integrar a .
dt
Así pues, la forma de proceder será integrar primero a para obtener v e integrar des-
pués v para obtener r .
Se trata pues de resolver la integral v (2,4,0) dt que podemos abordar directamente o
bien descomponerla en tres integrales escalares:
v x 2 dt 2t C1
v y 4 dt 4t C2
vz 0 dt 0 C3
y volviendo a la expresión vectorial escribir v = (2t + C1 , 4t + C2 , C3), que como vemos
se trata de una expresión indeterminada a causa de las constantes de integración. Para
conocer v será pues necesario calcular primero el valor de dichas constantes. Ello solo
puede hacerse si conocemos el valor de v en un instante dado. En este caso, se nos dice
que el móvil, en el instante 1 s se movía con una velocidad de (0, 2, 1) m/s, por tanto:
v1 (2t0 +C1 , 4t0 +C2 , C3) = (2 +C1 , 4 +C2 , C3) = (0, 2, 1), de donde identificando las
componentes nos queda:
dv a dt
v t
=
v0 t0
dv x a x dt vx 2 dt 2t 2
vx t t
0 1 1
dv y a y dt v y 2 4dt 4t 2
vy t t
2 1 1
dvz az dt vz 1 0 1
vz t
1 1
Obtenemos así directamente el mismo resultado anterior: v = (2t-2, 4t-2, 1)
Para obtener el vector
de posición r , seguiremos un procedimiento similar: A partir de la
dr
expresión v , sabemos que dr v dt . Considerando las componentes escalares de
dt
ésta última expresión e integrando, teniendo en cuenta que en el instante 1 s la posición
del móvil viene dada por r1 = (1, 0, 0) m, nos queda que:
drz vz dt 0 drz 1 vz dt rz dt t 1
z t
Por tanto: r = (t2-2t+2, 2t2-2t, t-1)
20. La aceleración sobre la trayectoria de un móvil viene dada por a t = 2t +1 m/s2 (si t
en s). Determinad la ecuación del movimiento e(t) sabiendo que en el instante t = 0 su
rapidez es de -2 m/s y la posición 4 m.
sol: e = t3/3 + t2/2 -2t + 4
21. La aceleración sobre la trayectoria de un móvil viene dada por a t = 3t-2 m/s2 (si t
en s). Determinad su posición en los instantes 0 y 5 s sabiendo que a los 2 s su rapidez
es de 4 m/s y su espacio es de -1 m.
Cinemática 24
Para conocer la posición del móvil en un instante dado, hemos de obtener primero la
ecuación que de la posición en cualquier instante t, llamada ecuación del movimiento.
¿Cómo podemos obtener dicha ecuación?
Como la aceleración sobre la trayectoria (a t) no es constante (movimiento variado), no
existen unas ecuaciones ya conocidas para v y e (como sucede con los movimientos uni-
forme y uniformemente acelerado), siendo necesario integrar la a t para obtener v = v (t) y
después integrar v para obtener e = e (t).
dv
Para resolver la primera integral partiremos de la expresión at , de modo que:
dt
3t 2
dv = at·dt dv a t dt v (3t 2) dt 2 t C1
2
Para determinar C1 hay que tener en cuenta que en el instante t 0 =2 s, la rapidez vale v0 =
4m/s. Introduciendo estos datos en la ecuación anterior nos queda que:
Para determinar C2 hay que tener en cuenta que en el instante t0 =2 s, la posición vale e0 = -
1m. Introduciendo estos datos en la ecuación anterior nos queda que:
v t v t 3t 2 3t 2
dv a t dt dv a t dt dv (3t 2) dt v 4 2t 2 v 2t 2
v0 t0 4 2 2 2
Integrando ahora en de = v·dt, nos queda que:
3t 2 t3
de dv de (
e v e t
2t 2)dt e 1 t 2 2t 4
e0 v0 1 2 2 2
La ecuación de e obtenida, nos permite calcular la posición del móvil en cualquier instan-
te mediante la simple sustitución del valor de t. Así pues:
22. Un móvil se desplaza con una at = -5 m/s2. Sabiendo que en el instante 0 s se encon-
traba en la posición e = 40 m y con una rapidez de 25 m/s.
a) Describid el tipo de movimiento de que se trata.
b) Obtened las ecuaciones de “v” y de “e” en función del tiempo.
c) Hallad el instante que la rapidez es nula y su posición en dicho instante.
25. Un móvil se desplaza por una trayectoria circular, de 60 cm de radio, con una
aceleración angular = 2/3 rad/s2. Sabiendo que cuando el cronómetro indica 1 s su
posición viene dada por un ángulo es de 600 y su rapidez es nula, determinad su rapi-
dez angular y su ángulo en función del tiempo.
Cinemática 26
w t w t 2 2
dw dt dw dt dw dt w ( t 1)
w0 t0 0 1 3 3
60 • 2
En el instante t0 = 1 s el ángulo vale 0 = 60º = radianes
360 3
2
d w dt d w dt d
t t
(t 1) dt (t 2 2t 1)
0 t0 1 3 3 3
3
Despejando en la ecuación anterior nos queda: = ( t 2 2t 2)
3
Otra forma, más cómoda, de resolver este problema, consiste en considerar que las inte-
graciones de y , en el caso de ser constante, tienen siempre la misma forma. Bastará
pues con utilizar directamente esas expresiones, conocidas como las ecuaciones del mo-
vimiento circular uniformemente acelerado y sustituir en ellas los datos.
w = w0 + (t -t0 )
1
0 w0 (t t 0 ) (t t 0) 2
2
2
Sustituyendo en la primera ecuación se tiene: w (t 1) s-1
3
1 2
Sustituyendo en la segunda: ( t 1) 2 ( t 2 2 t 2)
3 2 3 3
26. Un móvil describe una trayectoria circular, de radio R=3 m, según la ecuación
=3t3 +2 radianes (si t en s). Determinad la rapidez angular w, la aceleración angular
, la rapidez lineal v y la aceleración tangencial a t.
27. Un disco de radio 2 m gira en torno a un eje perpendicular por su centro, con ra-
pidez constante. Sabiendo que invierte 4 s en dar un giro completo, se pide:
a) La rapidez angular w y lineal v de dos puntos, uno situado a 1 m de su centro (A) y
otro en la periferia (B).
b) Frecuencia del movimiento.
c) Ángulo girado en un tiempo de 6 s.
d) Distancia recorrida por los puntos A y B en 6 s.
a) Se trata de un cuerpo extenso que gira en torno a un eje con rapidez angular constante.
En este caso todos los puntos del sólido describen trayectorias circulares centradas en el
eje y todos giran también el mismo ángulo (suponemos que el sólido es indeformable) en
el mismo tiempo, es decir, poseen la misma rapidez angular.
Si observamos los puntos A y B de la figura anterior, podemos darnos cuenta de que am-
bos describen ángulos iguales en tiempos iguales, pero el arco recorrido por B es siempre
mayor, de manera que aunque ambos giran con la misma rapidez angular, la rapidez lineal
de B será mayor que la de A. En efecto, la rapidez lineal de un punto cualquiera del disco
viene determinada por la expresión v = w · R donde w es la rapidez angular (la misma
para todos los puntos del disco) y R el radio de la circunferencia que describe dicho punto
en particular, con lo que cuanto más grande sea R mayor será el valor de la rapidez v.
Como se trata de un movimiento circular uniforme, podemos aplicar las ecuaciones co-
rrespondientes:
α=0
w = constante
= 0 + w (t-t0 )
Para conocer w bastará con despejar de la última ecuación, con lo que nos queda:
Cinemática 28
0 2
w rad/s
t t0 4 2
Para el punto A: vA = w · RA = 1 m/s. Para el B: vB = w · RB = 2 m/s
2 2 2
Como vemos la rapidez lineal es justo el doble para el punto B, situado en la periferia que
para el punto A cuyo radio de giro es la mitad. Esto quiere decir que aunque ambos dan el
mismo número de vueltas cada segundo, la distancia recorrida por el B será siempre el
doble que la recorrida por el A.
b) Como el disco gira con movimiento circular uniforme, se trata de un movimiento pe-
riódico en el que a intervalos regulares de tiempo (periodo) cada punto vuelve a estar en la
misma posición y con el mismo estado de movimiento.
¿Cuál es el valor del periodo T para el movimiento de giro de cualquier punto del disco?
Es evidente que será precisamente el tiempo que tarde en realizar una vuelta completa (un
ciclo), que en este caso es de 4 s.
La frecuencia , mide el número de vueltas completas (ciclos) que se realizan cada segun-
do. Se trata, por tanto, de una magnitud inversa del periodo, es decir: = 1/T. Su unidad
internacional es el hertzio (Hz), de forma que un valor de 1 Hz significa que se realiza un
ciclo completo cada segundo.
La piedra comienza a subir con una rapidez de 10 m/s. Dicha rapidez, debido a la grave-
dad terrestre, irá disminuyendo hasta que alcanzada la máxima altura, la piedra se parará
momentáneamente para comenzar a descender. Mientras baja, debido a la gravedad, se
moverá cada vez más aprisa, hasta que impacte contra el fondo del pozo con la rapidez
que lleve justo en ese instante. Para resolver el problema, vamos a despreciar el rozamien-
to del aire con la piedra, de esta forma el movimiento será uniformemente acelerado (des-
de que se lanza hasta el instante en que choca contra el fondo del pozo).
Como la trayectoria es conocida, podemos aplicar un tratamiento escalar. Para ello es im-
prescindible seleccionar (si no está preestablecido en el enunciado) un origen de espacios
(O), el sentido que se toma como positivo y un origen de tiempos, indicándolos expresa-
mente en un esquema lo más claro posible. Dicha selección es arbitraria, pero conviene
procurar que resulte siempre lo más cómoda posible. Así, en este caso, podríamos hacer lo
siguiente:
Cinemática 30
e1 ¿?
t1 ¿?
Altura máxima v1 0
a v
(+) e0 = 0 m
v0
t0 = 0 s
Boca del pozo O
v0 = 10 m/s
(-)
e2 20 m
Fondo del pozo t2 ¿?
v2 ¿?
Como se puede ver en el esquema, se han seleccionado tres instantes del movimiento: el
"t0" o inicial (cuando se lanza desde la boca del pozo), el instante "t 1" (cuando alcanza su
altura máxima) y el instante "t2" o final (en el momento en que llega al fondo del pozo).
La aceleración tangencial se puede considerar durante todo el proceso como constante,
vertical y dirigida hacia abajo y por tanto (de acuerdo con el criterio de signos escogido)
su valor es el mismo y negativo, tanto en la subida como en la bajada . La designaremos
como at = -g (aceleración de la gravedad). Se trata, pues, de un movimiento uniformemen-
te acelerado.
Las ecuaciones correspondientes a un movimiento uniformemente acelerado son:
v = v0 + at (t-t0) e = e0 + v0 (t-t0) + 1/2 at (t-t0)2
Si sustituimos en ellas los datos de este problema nos queda:
g 2
1ª) v v 0 g t 2ª) e v0 t t
2
que serán las ecuaciones que representan el movimiento que lleva a cabo la piedra.
Otra forma (más general) de resolver el problema, sin tener que recordar las ecuaciones
del movimiento uniformemente acelerado, consiste en obtener las ecuaciones v = v(t) y e
= e(t) a partir de la aceleración tangencial, integrando convenientemente:
Una vez obtenidas las ecuaciones anteriores, se procedería siguiendo los mismos pasos
que hemos realizado anteriormente.
Como hemos elegido (arbitrariamente), espacios crecientes hacia arriba, la rapidez (que
mide lo aprisa que cambia e y se expresa como de/dt) será positiva siempre que el cuerpo
suba (porque entonces la e va aumentando y toma valores cada vez mayores, con lo que al
ser el valor posterior más alto que el anterior, el cambio o variación de e resultará positi-
vo) y negativa cuando el cuerpo baje (porque entonces la e va disminuyendo tomando
cada vez valores más pequeños, con lo que al ser el valor posterior menor que el anterior,
el cambio o variación de e resultará negativo).
Como en el momento de chocar con el fondo del pozo, la piedra se está moviendo hacia
espacios decrecientes (de acuerdo con el criterio de signos escogido), la rapidez será nega-
tiva. Conviene no confundirse y pensar, erróneamente, que es negativa por encontrarse en
la parte negativa de la trayectoria, ya que si, manteniendo igual todo lo demás, hubiése-
mos lanzado la piedra desde el fondo del pozo, la rapidez mientras sube sería positiva, a
pesar de encontrarse en espacios negativos, porque la posición "e" iría aumentando. Otra
cuestión a tener en cuenta es que el signo negativo de un dato solo hay que ponerlo una
vez, ya que es bastante común el error de ponerlo en un símbolo y luego volver a ponerlo
en el valor numérico.
Para terminar el problema, comprobad que la altura máxima alcanzada por la piedra es
de 5 m sobre la boca del pozo.
29. Suponiendo que la Tierra gire en torno a su eje con movimiento de rotación cons-
tante, se pide:
a) Rapidez lineal, rapidez angular y aceleración de un punto de latitud L.
b) Calcular los valores de las magnitudes anteriores en los polos y en el ecuador.
Como la Tierra da una vuelta completa cada 24 h, podemos aplicar la ecuación del movi-
miento circular uniforme expresada en la forma = w · t, despejar w y sustituir (po-
niendo previamente la vuelta en radianes y las 24 h en segundos):
2
= w · t w rad/s
t 86400
Así pues cualquier punto de la superficie terrestre gira con la rapidez angular anterior. Sin
embargo, como sabemos, no podemos decir lo mismo respecto a la rapidez lineal.
¿Cómo podríamos hallar la rapidez lineal del punto P situado en un paralelo de latitud L,
como el que se indica en la figura?
P
P
Se trata de relacionar el radio R con la latitud L. Analizando la figura podemos ver que cos L
= R/RT, de manera que R = RT · cos L. Sustituyendo esta última expresión en la de la rapidez
2
lineal nos queda: v = w·RT·cos L = 6350 10 3 ·cos L v = 461’79 · cos L
86400
2
2
Como es lógico, al coincidir los polos con puntos del eje, tanto su rapidez angular como la
lineal deberán de ser nulas y lo mismo ocurrirá con la aceleración normal.
En cuanto al ecuador, cabe pensar que la rapidez lineal tome su valor máximo (en el mis-
mo intervalo de tiempo se describe un arco mayor), y la aceleración normal alcance tam-
bién su valor máximo (ya que allí el vector velocidad cambia más rápidamente de direc-
ción).
Si los razonamientos cualitativos anteriores son correctos, los resultados que se obtengan
al imponer la condición de que P esté situado en el polo o en el ecuador, a las expresiones
generales que hemos deducido, tendrán que ser coherentes con los mismos:
v = 461’79 · cos L, como en el polo L = 90º queda que vP = 461’79 · cos 90º = 0
an = 0’03 · cos L, como en el polo L = 90º queda que anp = 0’03 · cos 90º = 0
En el ecuador:
Según el resultado anterior, todos los puntos del ecuador giran a algo más de 1600 km/h
alrededor del eje terrestre.
2
w rad/s (constante, excepto en los mismos polos donde es nula).
t 86400
30. Un coche de policía pretende alcanzar a otro vehículo que circula con rapidez de
108 km/h. El vehículo policial arranca desde el reposo con aceleración de 2 m/s 2 hasta
que su rapidez es de 180 km/h y luego prosigue con movimiento uniforme hasta dar
alcance al otro vehículo. Calculad:
a) Dónde lo alcanza si se puso en marcha 2 s después de ser rebasado.
b) Representad en un mismo diagrama e-t ambos movimientos.
Cinemática 34
Para el móvil A
vA = at · (t-t0) = 2 (t-2)
eA = 1/2 at (t-t0)2 = (t-2)2
Para el móvil B
vB = 30m/s = constante
eB = vB · t = 30 t
Dado que el móvil A acelera hasta alcanzar una rapidez de 50 m/s y luego la mantiene
constante, es seguro que alcanzará al móvil B, que se desplaza con una rapidez constante
de 30 m/s. Lo que conviene saber, en primer lugar, es si dicho alcance se producirá antes
o después de que A cambie de movimiento.
Resolviendo la ecuación anterior se obtienen dos valores de t. De ellos solo uno tiene sen-
tido físico según las condiciones del problema y vale 33’88 s, pero en ese instante la rapi-
dez que llevaría A sería: vA = 2 (t-2) = 2 (33’88 - 2) = 63’76 m/s, que supera los 50 m/s,
por lo que hemos de concluir que el alcance se producirá después de que el coche de po-
licía A haya cambiado su movimiento de uniformemente acelerado a uniforme. ¿En qué
instante y dónde ocurre esto?
De acuerdo con lo anterior, las características del segundo tramo (movimiento uniforme)
para el coche A, son: at = 0; e0 = 625 m; t0 = 27 s; v = 50 m/s, y su ecuación de movimien-
to vendrá dada por e = 625 + 50 (t - 27).
Para hallar la posición en que B será alcanzado, necesitamos hallar primero en qué ins-
tante se produce dicho alcance. Para ello, como sabemos, basta igualar las posiciones:
Ahora basta sustituir el valor obtenido en una de las ecuaciones que dan la posición, para
obtener a qué distancia del origen de espacios A da alcance a B:
eB = 30 t = 30 · 36’25 = 1087’5 m
Podemos ahora, construir la tabla de valores de "e" frente a "t", para cada uno de los
móviles y representar en una misma gráfica.
31. La rapidez angular de una rueda disminuye uniformemente desde 1000 r.p.m.
hasta 500 r.p.m. en 10 s. Determinad:
a) Número de vueltas efectuadas en esos 10 s.
b) Distancia recorrida en los 10 s por un punto "A", situado a 50 cm del eje de giro.
c) Tiempo necesario para detenerse.
α = constante
w = w0 + (t-t0)
1
0 w(t t 0 ) (t t 0 ) 2
2
Cinemática 36
Introduciendo estos datos en las ecuaciones generales anteriores nos queda que:
(+) 1
= w0 t + t2
2
A O w = w0 + t
v0
¿Cómo podemos calcular el número de vueltas N1 que da la rueda durante los 10 prime-
ros segundos desde que comienza a frenar?
1
Mediante la ecuación = w0 t + t 2 podemos hallar el ángulo descrito (en radianes)
2
por cualquier punto de la rueda en esos 10 segundos (1 ). Luego, como cada vuelta equi-
vale a 2 radianes, bastará que dividamos por 2 para tener el número de vueltas que nos
piden.
1
w0 t1 t12
N1 = 1 / 2 = 2
2
w1 w0
w1 = w0 + t1 = = (104’7 - 52’35)/10 = -5’24 rad/s2
t1
El signo negativo de la aceleración se debe a que, de acuerdo con el criterio de signos es-
cogido, como la rueda frena, la rapidez angular (positiva) va decreciendo. Sustituyendo
ahora este dato en la expresión anterior, podemos calcular N 1:
1
w 0 t1 t12
2 104'7 10 2'62 100 785
N1 = 1 / 2 = = 124'9 vueltas.
2 2 2
Cinemática 37
Para calcular la distancia recorrida en ese mismo tiempo por un punto A situado a 50 cm
del eje, hemos de tener en cuenta la relación e = · R. De manera que:
¿Qué podemos hacer finalmente, para calcular el tiempo total que la rueda tarda en de-
tenerse desde que comenzó a frenar?
v = v0 + a (t -t0) v = 6 + 2 (t - 4)
1
e e0 v 0 (t t 0 ) a (t t 0 ) 2 e = 150 + 6 (t - 4) + (t - 4)2
2
Con estas ecuaciones podemos responder a cada una de las preguntas planteadas:
v = 6 + 2 (t - 4) = 6 + 2 (0 - 4) = - 2 m/s
e = 150 + 6 (t - 4) + (t - 4)2 = 150 + 6 (0 - 4) + (0 - 4)2 = 142 m
obtener a en componentes intrínsecas como: a at an n en donde es un vector
unitario tangente a la trayectoria y cuyo sentido coincide siempre con el tomado como
positivo (espacios crecientes), mientras que n es un vector unitario perpendicular a la
trayectoria y dirigido en todo momento hacia el centro de curvatura. En la expresión ante-
rior at se obtiene derivando la rapidez v respecto del tiempo y a n como v2/R. (R es el radio
de curvatura en cada instante). Así pues, podemos tratar de expresar el vector a en fun-
ción de at y an :
En este caso, at es constante y vale 2 m/s2 mientras que an no lo es, pero podemos calcular
su valor en cada instante mediante a n = v2 / R.
Como nos piden el vector a en el instante t = 3 s, tenemos que hallar el valor de la rapi-
dez v en dicho instante. Para ello utilizamos de nuevo la expresión v = 6 + 2 (t - 4) susti-
tuyendo t por 3, con lo que obtenemos v = 6 + 2 (3 - 4) = 4 m/s. Sustituyendo ahora este
valor en la expresión de an nos queda que en el instante 3 s, an = v2 / R = 16 / 50 = 0’32
m/s2. Introduciendo los resultados anteriores en a at an n obtenemos que el vec-
tor aceleración en el instante t = 3 s vendrá dado por: a 2 0'32 n m/s2.
33. Un móvil A describe una trayectoria circular de radio 50 metros con rapidez an-
gular de 0’3 rad/s. A los 5 s de partir A, sale en su persecución otro móvil B, desde el
reposo y con aceleración de 0’1 rad/s2. Determinad:
sol: a) 4’26 rad y 14'24 s; b) 0’92 rad/s; 46 m/s; c) 5 m/s2; 42’3 m/s2; 42’6 m/s2
a
-A x A X+
O
x = A sen wt = sen t
v = Aw cos wt = cos t
a = -Aw2 sen wt = -2 sen t
Ahora, simplemente manejando estas últimas ecuaciones es posible contestar a todas las
preguntas que se hacen en el enunciado del problema:
a) La ecuación del movimiento, es la ecuación que nos da la posición del móvil en cual-
quier instante x = sen t m (si t en s).
De los resultados anteriores es fácil comprobar que, como cabe esperar, cada periodo de
tiempo T, la posición de la partícula se repite. En el siguiente apartado lo veremos me-
diante una gráfica y analizaremos también que les ocurre al resto de las magnitudes.
Para construir dichas gráficas hemos de elaborar primero las tablas correspondientes me-
diante las ecuaciones x = x (t), v = v (t), a = a (t) y luego representar:
t (s) 0 0’5 1 1’5 2
v (m/s ) 0 - 0
-
2
t (s) 0 0’5 1 1’5 2
a (m/s2) 0 -2 0 2 0
-2
35. Determinad el periodo de una partícula vibrante que posee una aceleración de
-2m/s2 cuando se encuentra a 50 cm de su posición de equilibrio.
sol: T = s
36. Un móvil de 4 kg de masa que realiza un movimiento armónico simple, lleva una
rapidez de 80 m/s en el punto medio de su trayectoria y de 50 m/s cuando su elonga-
ción x es de 2m. Calculad la ecuación de su movimiento x = x (t).
Si tenemos en cuenta que sen2 + cos2 = 1, podemos establecer las siguientes ecuacio-
nes:
02 + (80/Aw)2 = 1
(2/A)2 + (50/Aw)2 = 1
Dado que la trayectoria es, en principio, desconocida, será necesario un tratamiento vecto-
rial para resolver el problema, utilizando los vectores a , v y r .
De igual manera que en los problemas que admitían un tratamiento escalar, tendremos
que establecer ahora un sistema referencial en el que queden definidas las distintas magni-
tudes. En este caso, podemos tomar unos ejes de coordenadas cartesianas cuyo origen co-
incida con la base de la mesa y el suelo con el eje OX, tal y como se aprecia en el esque-
ma siguiente, en donde hemos dibujado mediante una línea de puntos la trayectoria que
“intuimos” seguirá la pelota una vez que abandone la mesa. El origen de tiempos lo situa-
remos en el instante en que la pelota deja de tener contacto con la mesa y se ve sometida a
la aceleración de la gravedad.
Como datos tenemos pues: a (0,g ) , t0 = 0; v 0 (v 0 , 0) ; r0 (0, h); y r1 ( A, 0) , sien-
do h la altura de la mesa y A el alcance horizontal, en donde ya hemos tenido en cuenta
los signos correspondientes de cada uno de dichos datos.
Cinemática 42
Y (m)
0s
v0
a v
r
r0 a
a
O
X A
(m)
¿Cómo podemos hallar la velocidad inicial con que salió la pelota?
Para conseguirlo, podemos comenzar por determinar las ecuaciones v = v (t) y
r = r (t). Después podemos tratar de introducir en dichas ecuaciones los datos que conoce-
mos para obtener así la velocidad inicial.
dv v t t
A partir de a
dt
obtenemos que dv a dt v v
v0 0
0 (0, g ) dt
0
y resolviendo la integral nos queda que v (v0 , 0) (0, gt ) (v0 , gt )
dr r t t
A partir de v , obtenemos que
dt dr v dt r r ( v
r0 0
0
0
0 , gt ) dt
1 1
y resolviendo la integral nos queda que r (0, h) ( v0 t , gt 2 ) ( v0 t , h gt 2 )
2 2
Analizando la expresión obtenida para r = r(t), nos damos cuenta que las coordenadas de
cualquier punto de la trayectoria seguida por la pelota, según el sistema de referencia que
hemos escogido, vienen dadas en cualquier instante del movimiento por:
x v0 t
1 2
y h gt
2
Podemos ahora particularizar x e y para el instante t 1 en que la pelota choca contra el sue-
lo y despejar v0 . En efecto:
A
v0
2h
g
En primer lugar, es posible darse cuenta de que lo que hay a la izquierda del signo igual,
tiene las mismas dimensiones que lo que hay a la derecha (L/T en ambos casos). Ello no
es una garantía de que el resultado sea correcto pero si la ecuación no resultara dimensio-
nalmente homogénea, sí que podríamos tener la seguridad de haber cometido algún error y
deberíamos de revisar el problema.
Por otra parte, cuanto mayor sea el alcance conseguido (manteniendo constantes los valo-
res de las restantes magnitudes) mayor habrá sido la velocidad inicial con que se lanzó.
Cuanto mayor sea la altura h desde la que se hace el lanzamiento para conseguir un cierto
alcance, con menor velocidad inicial habrá que hacer el lanzamiento, etc.
Ahora podemos sustituir los datos de que disponemos y calcular el valor de v0 según:
A 18
'
v0 = = = 3’27 m/s
2h 2 15
'
g 10
El resultado, podemos expresarlo también en forma vectorial como v 0 (3' 27, 0) m/s. Es
preciso tener en cuenta que al sustituir el valor de g, hemos puesto 10 y no -10 porque el
signo negativo que le correspondía a esta componente escalar del vector aceleración
(según el sistema de referencia escogido) ya lo hemos tenido en cuenta al principio po-
niendo -g en la expresión de dicho vector aceleración a (0, g ) m/s2.
38. Un jugador de rugby patea el balón y éste sale con rapidez de 18 m/s formando
un ángulo de 30 ° con la horizontal. Otro jugador que se encuentra a 40 m de distan-
cia en la dirección del balón, corre en ese mismo instante a por él. ¿Cuál debe ser su
rapidez, supuesta constante, para cogerlo justo antes de que llegue al suelo?
Se trata de un problema que plantea una situación relacionada también con otros deportes
en los que se utiliza un balón o una pelota a la que se le puede lanzar oblicuamente, como,
por ejemplo ocurre en el fútbol, golf, etc. Otro interés es el lanzamiento de proyectiles (en
cuyo caso no es deporte, desgraciadamente, lo que se practica). El estudio (por unas u
otras razones), del tiro oblicuo y del horizontal tuvo un papel histórico importante en el
desarrollo de la mecánica.
En el caso concreto que se nos plantea, el móvil A, describe una trayectoria que, en prin-
cipio es desconocida (aunque nuestras experiencias cotidianas nos hagan pensar que
tendrá una forma parabólica, no sabemos cuál será concretamente). Durante su movimien-
to se ve sometido a la aceleración de la gravedad. B tiene un movimiento rectilíneo y uni-
forme sobre el eje x, con el fin de coger el balón en el momento que llegue al suelo.
Tomaremos como sistema de referencia espacial unos ejes de coordenadas cartesianas cuyo
origen coincida con el punto desde donde se lanza el balón, tal y como se indica en el esque-
ma siguiente y como origen de tiempos el instante en que sale el balón. Haremos la aproxima-
ción de considerar a A y B como masas puntuales y la fricción con el aire nula.
α
Cinemática 45
Cabe esperar que, en las condiciones que se han considerado, la rapidez v B dependa de
alguna manera de la rapidez inicial vOA con que se lanza el balón, del ángulo con que se
lance, de la distancia inicial x OB existente entre ambos jugadores, y la aceleración de la
gravedad g. Es decir: vB = vB (vOA, , xOB, g).
Dado que se mueve con movimiento uniforme sobre el eje X tendremos que:
Cinemática 46
v B (v B , 0) m/s y el vector de posición: rB ( x0B v B t , 0) m
¿Qué podemos hacer ahora para calcular con qué rapidez v B se debería de mover B para
coger el balón justo cuando llegue al suelo?
Como en el instante en que el balón toca el suelo, su ordenada "y" vale 0, podemos igualar
a 0 la expresión general de dicha ordenada y despejar t 1, con lo que:
1 2 2v 0A sen
v 0A sen t1 -gt1 0 de donde obtenemos que t1 y sustituyendo este
2 g
valor en la expresión de vB anterior nos queda finalmente:
x0B g
v B v 0A cos
2v0A sen
La expresión obtenida nos sirve para calcular, en las condiciones que se dan en el enun-
ciado del problema, qué velocidad constante deberá llevar el jugador del equipo contrario
para recoger la pelota cuando llegue al suelo.
En segundo lugar, como el resultado es una resta de dos términos. Si nos sale un número
negativo implica que la única componente escalar del vector v B es negativa y por tanto el
jugador se mueve hacia la izquierda porque el alcance del balón será inferior a la distancia
inicial que separa a los dos jugadores. Si la resta es 0, quiere decir que el jugador no se
mueve y que, por tanto el balón va a caer justo donde él se encuentra y finalmente, si la
resta es positiva, quiere decir que el jugador se dirige hacia la derecha, porque el alcance
Cinemática 47
del balón es superior a la distancia que le separa del punto de lanzamiento. Sustituyendo
los datos numéricos, podremos saber en cuál de los tres casos nos encontramos:
x 0B g 40 10
vB = v 0A cos = 18 cos 30º = - 6’61 m/s
2 v0A sen 2 18 sen 30º
Por tanto, el balón no sobrepasará al jugador contrario y éste ha de correr hacia la izquier-
da con v B ( 6'61, 0) m/s para darle alcance en el momento justo en que llegue al suelo.
39. Desde el suelo se dispara un proyectil A con rapidez de 100 m/s y ángulo de 37º.
Un segundo más tarde y desde 320 m más allá, se lanza verticalmente y hacia arriba
otro proyectil B con rapidez v. Determinar el valor de v para que choque con el pri-
mer proyectil.
40. Una bola de nieve se desliza por el tejado de un edificio con rapidez de 10 m/s en
el momento que lo abandona. Teniendo en cuenta las características geométricas de la
figura adjunta y el sistema referencial indicado, determinad la ecuación de la trayec-
toria y el punto de impacto.
30º
v0
2'3 m
Este problema es similar al tiro horizontal ya estudiado aunque la velocidad inicial v 0 no
es horizontal como allí sucedía. El proceso pues será el mismo, con la diferencia que v 0
tiene ahora dos componentes. Tomaremos como sistema de referencia los ejes de coorde-
nadas cartesianas que se incluyen en el dibujo y como origen de tiempos el instante en que
la bola de nieve abandona el tejado. De acuerdo con ello los datos del problema serían los
siguientes:
a (0,g ) ; t0 = 0; v 0 (v 0 cos , v0 cos ) ; r0 (0, 2'3) m
siendo y los ángulos directores (ved anexo sobre vectores) del vector v 0
v v 0 (0, g ) dt v (v 0 cos , v 0 cos ) (0, gt ) v (v 0 cos , v 0 cos gt )
t
dr r t
Integrando a partir de v dr v dt dr v dt
dt r0 t0
Para hallar el alcance, sabemos que en el punto en que impacte la bola sobre el suelo se
cumplirá que x = v0 t1 cos, siendo t1 lo que marque el reloj en ese instante. Como además
la coordenada “y” será 0 (la bola llega al suelo), podemos hallar t 1 mediante:
1 2
0 h v 0 t1 cos gt1 5t12 5t1 cos120º 2'3 0 5t12 5t1 2'3 0
2
Con lo que nos queda la ecuación 5t12 5t1 2'3 0 , que resolviéndola nos da: t1 = 0’34 s
El problema nos pide a qué punto de la otra orilla llegará la barca. Se trata de un problema
que tiene un indudable interés en aquellas situaciones en las que hay que cruzar una ex-
tensión grande de agua y se desea conocer el rumbo para llegar a un punto determinado.
Dicho punto puede determinarse mediante la distancia “d” existente entre los puntos (1) y
(3). Para ello, simplificaremos el problema despreciando lo que ocurre en el instante ini-
cial (salida de la barca) y final (llegada a la otra orilla) en los que habrá una cierta acele-
ración y consideraremos el movimiento como uniforme a lo largo de todo el trayecto.
Podemos suponer que dicha distancia dependerá de la anchura A del río, del ángulo , de
la velocidad v B de la barca y de la velocidad v C de la corriente, de manera que si, mante-
niendo constantes los restantes factores, aumentase, por ejemplo, la velocidad de la co-
rriente, d también aumentaría y lo mismo ocurriría si aumentase la anchura del río o disminu-
yese el ángulo .
(v B cos v C )A
Sustituyendo ahora t en la expresión (1) tendremos rx = d y d
v B sen
Como la corriente del río desvía a la barca deberemos de tener en cuenta su efecto y tomar
un ángulo mayor de 90º. En efecto, si llega justo enfrente se deberá de cumplir que la dis-
tancia d valga 0, luego haciendo d = 0 en el resultado del problema, podemos despejar y
obtener el ángulo pedido:
(v B cos v C ) A vC vC
d 0 v B cos v C cos arccos 109'47º
v B sen vB vB
42. Un vehículo que se desplaza sobre un colchón de aire detiene su propulsión, que-
dando sometido exclusivamente a la fuerza de fricción con el aire que le provoca una
aceleración proporcional a la rapidez del vehículo. Determinad la variación temporal
de la rapidez.
a v0
+
O
¿Que podemos hacer para calcular la expresión de la rapidez v en función del tiempo?
dv
at dv at dt dv kv dt
dt
En este caso, sin embargo, la segunda integral no puede resolverse ya que la rapidez que
figura en ella no es una constante (precisamente es su variación temporal lo que se de-
manda). Para poder solucionar este inconveniente, hemos de proceder a separar las varia-
bles de forma adecuada antes de integrar:
v dv t v v
v0 v
k dt ln v ln v0 k t ln k t
0 v0 v0
e -kt v v0 e kt
v (m/s)
v0
t
(s)
¿Cómo podríamos obtener la ecuación del movimiento e = e (t)?
de
Para ello tenemos que integrar de nuevo a partir de v v 0 e -kt
dt
e t v0
de
0 0
v0 e -kt dt e
k
(1 e -kt )
e (m)
v0 /k
t (s)
PROBLEMAS COMPLEMENTARIOS
Al lanzar el cuerpo hacia arriba desde el suelo éste sale con una rapidez inicial v0 pero
debido a la gravedad sube cada vez más lentamente hasta que llega un momento en que se
detiene y comienza a descender cada vez más aprisa. Tanto en la subida como en la bajada
el objeto se halla sometido únicamente a la fuerza peso y se mueve con la aceleración de
la gravedad (que suponemos constante y dirigida siempre verticalmente hacia abajo).
Podemos incluso, tratar de profundizar un poco más haciendo alguna hipótesis respecto a
cómo van a influir cada una de esas variables en la altura máxima alcanzada (siempre
suponiendo que las demás permanecen constantes). Así, por ejemplo, cabe pensar que:
-Cuando v0 aumente (se lance hacia arriba con mayor rapidez) más alto llegará.
-Cuando la gravedad disminuya la aceleración del objeto también será menor y su rapidez
irá disminuyendo más lentamente, por lo que la altura máxima aumentará (esto ocurriría,
por ejemplo, si el lanzamiento se realizará en la Luna en lugar de hacerlo sobre la superfi-
cie terrestre).
Es posible que además de las variables anteriores se consideren otras, como el tiempo que
esté subiendo y la masa del objeto. En cuanto a la primera, es fácil darse cuenta de que se
encuentra ya implícita en las dos variables consideradas (no es posible, por ejemplo, va-
riar la v0 con que se lanza un objeto en un lugar dado y mantener constante el tiempo que
dura la subida). Respecto a la posible influencia de la masa, no hay ningún inconveniente
en mantenerla como una hipótesis más de trabajo pero sin olvidar analizarla a la luz del
resultado obtenido.
Dado que la trayectoria es conocida (línea recta perpendicular al suelo), podemos aplicar
un tratamiento escalar para resolver el problema. Para ello escogeremos arbitrariamente
un punto de la trayectoria como origen de espacios (por ejemplo el punto del suelo desde
donde se lanza) y un sentido como positivo (por ejemplo hacia arriba), tal y como se indi-
ca en la figura adjunta.
Cinemática 54
2
v g v
Sustituyendo ahora en la ecuación (2) queda que: e v0 0 0 y simplificando:
g 2 g
v02
Obtenemos finalmente la expresión de la altura máxima e
2g
Mediante la segunda estrategia, bastaría con tomar como nivel 0 de energía potencial gra-
vitatoria el suelo y tener en cuenta que al alcanzar la altura máxima h, el objeto se para
momentáneamente con lo que la energía cinética en ese punto será nula. Así pues:
2
1 2 v0
Ep0 + Ec0 = Ep + Ec mv mghmax h max
2 0 2g
Como vemos mediante las dos estrategias propuestas hemos llegado al mismo resultado
literal, lo que refuerza su validez. Por otra parte, esta forma de proceder nos permite ana-
lizar dicho resultado y darnos cuenta si se cumplen o no las hipótesis de partida y los po-
sibles casos límite considerados. En primer lugar, la ecuación es dimensionalmente
homogénea (L en ambos lados). Además cuanto mayor es la rapidez con que se lanza el
objeto mayor altura máxima alcanzará, pero ahora, es posible darse cuenta de una forma
más precisa cómo influye esa variable que al estar elevada al cuadrado hace que a doble
rapidez inicial no se obtenga doble altura máxima sino cuádruple.
C-2. ¿Dónde se cruzarán dos vehículos R y A que circulan por la misma carretera y
al encuentro?
¿Qué pasa ahí? ¿Cómo me imagino la situación?
Se trata de dos movimientos uniformes en los que los móviles se desplazan por una tra-
yectoria fija y conocida, en sentidos opuestos, de modo que llegará un momento en el que
se cruzarán y queremos saber en qué punto ocurre eso. Es un problema que puede tener su
interés en el control del tráfico de vehículos (trenes, autobuses, etc.).
Para resolver el problema es preciso en primer lugar elegir un sistema de referencia ade-
cuado, así como un criterio de signos. Escogeremos como origen de espacios la posición
inicial del móvil rojo y valores de la posición positivos hacia la derecha de ese punto.
Como origen de tiempos (t0 = 0) escogeremos también el instante inicial, cuando ambos
están separados por la distancia D. Dado que cuando se cruzan ambas posiciones son igua-
les, el problema se puede operativizar como: ¿A qué distancia "d" del origen de espacios
O, se cumple que eR = eA?
¿De qué factores dependerá d? Proponed posibles hipótesis argumentando cómo cabe espe-
rar que influya cada uno de ellos en el valor de d, considerando también algún caso límite.
Cinemática 56
En principio, podemos pensar que d dependerá de la rapidez con que se mueva cada uno y
de la distancia inicial D que los separe:
d = f (vR, vA, D) donde vR = rapidez del móvil rojo y vA = rapidez del móvil amarillo
Es más, cabe esperar que si a igualdad de los restantes factores:
vR aumenta → d aumentará
vA aumenta → d disminuirá
D aumenta → d aumentará
También podemos pensar en algunos casos límite evidentes como, por ejemplo:
Si vR = 0 → d = 0; si vA = 0 → d = D; si vR = vA → d = D/2
Proponed una posible estrategia de resolución
Se trata de dos movimientos uniformes, podemos saber dónde estarán los móviles rojo y
amarillo en cualquier instante. Hallar d equivale a calcular e R (o eA) en el preciso instante
"t" en que ambas posiciones coinciden. Por tanto, una posible estrategia será:
Escribir las ecuaciones eR = f(t) y eA = f(t) y hallar el instante "t" en que eR = eA y de ahí
finalmente d.
Proceded a la resolución propiamente dicha
La ecuación general de la posición de un movimiento uniforme es: e = e 0 + v·(t - t0)
Para el móvil rojo, tenemos t0 = 0, e0 = 0, v = vR , e = eR , con lo que la ecuación será:
eR = vR·t
Para el móvil amarillo, tenemos t0 = 0, e0 = D, v = -vA , e = eA , con lo que la ecuación será:
eA = -vA·t + D
Obsérvese que al desplazarse sentido negativo, la rapidez de A es negativa. En el instante
en que eR = eA, se tendrá que cumplir que:
D
vR·t = -vA·t + D de donde: t
(v R v A )
Ahora basta sustituir este valor de "t" en la ecuación de la posición de cualquiera de los
dos móviles, para tener la distancia "d" buscada. Si lo hacemos así, obtenemos:
vR 1
d D o lo que es equivalente: d D
(v R v A ) v
1 A
vR
Algunas personas piensan que al lanzar un cuerpo hacia arriba se le comunica una fuerza
mayor que su peso y que dicha fuerza, de alguna manera, queda impresa en él y le impulsa
hacia arriba de forma que, poco a poco, se va "gastando" (disminuye) conforme el cuerpo
va subiendo.
En primer lugar, es cierto que al lanzar un cuerpo hacia arriba ejercemos durante el lan-
zamiento una fuerza en sentido opuesto al peso y mayor que esta. En consecuencia, el
cuerpo saldrá de la mano con una cierta velocidad vertical hacia arriba. Sin embargo es
preciso tener en cuenta que dicha fuerza no queda impresa en el cuerpo. Por el contrario,
las fuerzas son debidas a interacciones y cuando el cuerpo se halla en el aire ya no inter-
acciona con quien le lanzó sino tan solo con la Tierra (interacción de naturaleza gravitato-
ria). Así pues, desde el preciso instante en que el cuerpo abandona la mano que lo lanza
hasta que choca contra el suelo, la única fuerza que actúa sobre el mismo (si se desprecia
el rozamiento con el aire) es la fuerza peso, de manera que asciende cada vez más lenta-
mente porque la fuerza peso “tira de él” hacia abajo. Si no fuese por el peso, se movería
indefinidamente con la misma rapidez con que se lanzó y en la misma dirección y sentido
(en ausencia de otras interacciones). Por tanto, la respuesta correcta a la cuestión es la c).
En conclusión: cuando tengamos que representar las fuerzas que están actuando sobre
cualquier objeto, lo que hemos de hacer es preguntarnos con qué está interaccionando, no
con qué interaccionó, y tener presente que las fuerzas hay que relacionarlas con la acele-
ración (cambios de velocidad) y no con la velocidad.
Dinámica 58
2. Dibujad todas las fuerzas y la fuerza resultante que en cada una de las situaciones
representadas actúan sobre la bola. (La flecha indica el sentido del movimiento en el
instante representado y el rozamiento se considera nulo).
sol: En el péndulo simple solo actúan el peso y la tensión del hilo. En el plano horizontal,
el peso y la fuerza normal que ejerce el plano hacia arriba. En el tiro oblicuo, el peso. En
el primero la fuerza resultante en ese instante es vertical y hacia arriba (será la fuerza
normal necesaria para que v cambie en dirección) en el segundo es nula y en el tercero
coincide con el peso de la bola.
Para dibujar las fuerzas que actúan sobre la bolita del péndulo y su resultante, hemos de
analizar con qué está interaccionando dicha bola y hacia dónde va la aceleración con la
que se mueve ya que, como sabemos, la fuerza resultante que actúa sobre una masa y la
aceleración (no la velocidad) siempre tienen la misma dirección y sentido.
En los tres casos representados, la bolita del péndulo interacciona con el hilo (enganchado
al techo)
y con la Tierra. Como consecuencia de dichas interacciones el hilo ejerce una
fuerza T (tensión) sobre labola y la Tierra una fuerza P (peso). La suma de las dos fuerzas
será la fuerza resultante Fres T P que siempre deberá de tener la misma dirección y
sentido
que el vector aceleración ya que según la ecuación fundamental de la dinámica:
Fres m a . Por lo tanto, para resolver la cuestión, nos convendrá analizar previamente
cuál será la dirección y sentido del vector aceleración en cada caso.
a) En este caso no hay aceleración y por tanto T + P = 0
por lo que ambas fuerzas se anulan y como el peso tiene
la dirección vertical, también la deberá tener la tensión
T (la bolita se ha colgado estando el vehículo con mo-
vimiento rectilíneo y uniforme y, por tanto, no oscila).
En la resolución de este problema hemos tenido en cuenta que la dirección y sentido del
vector aceleración no vienen determinados por el vector velocidad sino por el vector d v .
Dinámica 60
Como con la información de que disponemos no podemos prever la trayectoria del móvil,
será necesario trabajar con magnitudes vectoriales, lo que significa que la posición del
móvil vendrá dada por el vector de posición r . Dicho vector se puede obtener, como ya
dr
sabemos, integrando en v . Para ello necesitamos conocer previamente la función
dt
dv
v v (t ), que, a su vez, se puede determinar integrando a .
dt
F1 (20, 0, 0) N
F2 (0, 40, 0) N
F3 (0, 0, 10) N
Fres (20, 40, 10) N
Fres (20, 40, 10) m
a ( 1, 2, 0'5 ) 2
m 20 s
dv
Utilizaremos ahora este resultado para calcular v v (t ) integrando en a , teniendo
dt
en cuenta que para t0 = 0, v0 = (0, 2, 0) m/s:
dv a dt v v
v t t
0 (1, 2, 0'5) dt (t , 2t , 0'5t ) v (0, 2, 0) (t , 2t , 0'5t )
v0 0 0
de donde obtenemos finalmente que v = (t, 2t+2, 0’5 t).
Dinámica 61
dr
Podemos ahora calcular la expresión r r (t ) , integrando en v teniendo en cuenta
dt
que en el instante t0 = 0, el vector de posición era r0 = (0, 1, 0) m:
t t2 2 t2
r0dr 0v dt r r0 0(t , 2t 2, 0'5t ) dt ( 2 , t 2t , 4 )
r t
t2 t2 t2 t2
de donde r (0, 1, 0) ( , t 2 2t , ) ( , t 2 2t 1, )
2 4 2 4
5. Sobre una masa puntual de 5 kg actúan las fuerzas representadas en la figura ad-
junta (se considerará que el peso ya está incluido en estas fuerzas). Determinad su
posición a los dos segundos de comenzar a actuar las fuerzas, sabiendo que el cuerpo
se encontraba inicialmente en reposo, en la situación de la figura:
Y
F2 =10 N
F1 =15 N
X
0
60
F3 =20 N
sol: r = (-0’92 , 0, 0) m
6. Sobre una masa de 50 kg que se desplaza a 40 m/s por un plano horizontal sin ro-
zamiento, con movimiento rectilíneo y uniforme, comienza a actuar una fuerza de 500
N, en sentido contrario a su movimiento. Hallad la distancia recorrida a los 8 s de
comenzar a actuar dicha fuerza.
La masa se mueve inicialmente con un movimiento rectilíneo y uniforme sobre una super-
ficie horizontal. Podemos suponer, pues, que únicamente interacciona con la superficie
del plano y con la Tierra de manera que la fuerza
normal R que ejerce el plano sobre di-
cha masa, ha de anularse con la fuerza peso P o fuerza con
que la Tierra
la atrae.
Si ahora
comienza a actuar otra fuerza F , podemos escribir que Fres R P F F de manera
que, a partir de este momento, al actuar una fuerza resultante en sentido contrario al vec-
tor velocidad, únicamente se modificará su módulo y la trayectoria seguirá siendo rectilí-
nea.
Fres m a Fres t Fres n n mat man n
El movimiento de la masa m queda descrito como el de un móvil que se desplaza con tra-
yectoria rectilínea de forma que en el instante inicial t 0 = 0 se encuentra en la posición e0
= 0 (tomamos origen de espacios en dicha posición) moviéndose con una rapidez v 0 = 40
m/s en el sentido que hemos tomado como positivo y sometido a una aceleración sobre la
trayectoria de -10 m/s2 que hará que su rapidez vaya decreciendo regularmente en 10 m/s
cada segundo, de modo que llegará un instante en que v valdrá 0 y a partir de él la rapidez
seguirá disminuyendo, es decir, tomando valores negativos cada vez más altos, por lo que
la masa retrocederá cada vez más aprisa.
Las ecuaciones que describen éste movimiento, por ser uniformemente acelerado, son:
Lo primero que tendremos que saber es si en el instante t = 8 s el cuerpo está todavía mo-
viéndose en el sentido inicial o por el contrario ya se detuvo y está regresando. Si en la
ecuación: v = 40 -10t, hacemos v = 0, podemos saber en qué instante se detiene y sustitu-
yendo ese valor de t en la ecuación e = 40t - 5t2, la posición que ocupa en dicho instante:
0 = 40 - 10t t = 4 s
e4 = 40 · 4 - 5 ·16 = 80 m
R v
n
F
O P (+)
e8 = 40 · 8 - 5 · 64 = 0 m.
v8 = 40 - 10 · 8 = - 40 m/s
8s IDA
0s 4s
(+)
O v= 0
e = 80 m
VUELTA
7. Desde el suelo se lanza, hacia arriba, un cuerpo de 2 kg de masa con una rapidez de
20 m/s. Al mismo tiempo sopla un viento lateral que le origina una fuerza constante
horizontal de 8 N. Determinad la ecuación de la trayectoria que describe el cuerpo
hasta llegar al suelo.
8. Un proyectil de 2 g de masa sale de la boca de un arma con una rapidez de 300 m/s.
Sabiendo que la fuerza resultante que actuó sobre él a lo largo del cañón del arma
4 105 t
fue: F 400 (F en N para t en s). Calculad:
3
a) Tiempo para que el proyectil recorra el cañón.
b) Longitud del cañón.
sol: a) t = 0’003 s. b) L = 0’6 m
La fuerza resultante que actuará sobre la persona vendrá dada pues por la suma vectorial
Fres R P , como R = - N en todo momento, para obtener N lo único que tendremos
que hacer será despejar - R de la anterior ecuación, con lo que nos quedará que:
N P Fres en todos los casos.
En la figura no hemos incluido la fuerza P ’ que estaría localizada
en el centro de la Tierra y,
para poder diferenciarla de las demás, hemos desplazado N de su línea de acción (hacia la
izquierda). Calculemos N en las distintas situaciones que se demandan en el enunciado (en
todas ellas, para simplificar, supondremos un valor absoluto para g de 10 m/s 2):
En este caso, la persona ejerce sobre el suelo una fuerza mayor que su peso. Todos hemos
podido notar este efecto cuando un ascensor inicia la subida (acelera hacia arriba). En
esos momentos notamos como presionamos sobre el suelo con más intensidad de la habi-
tual (como consecuencia de que estamos ejerciendo mayor fuerza).
Ahora, la persona ejerce sobre el suelo una fuerza menor de lo que pesa. Todos hemos
podido notar este efecto cuando un ascensor inicia el descenso (acelera hacia abajo). En
esos momentos notamos como presionamos sobre el suelo con menos intensidad de la
habitual
N=0
Dinámica 66
10. En la figura adjunta se muestran dos cuerpos que se encuentran sobre una super-
ficie plana sin rozamiento. Ambos se hallan inicialmente en reposo el uno junto al
otro. Se ejerce entonces una fuerza F sobre el objeto A tal y como se muestra en la
figura. Explicad a continuación cuál de las siguientes propuestas es correcta:
F A B
Una respuesta precipitada podría llevarnos a señalar la propuesta b) como correcta, pen-
sando que si el bloque A es bastante rígido, lo único que hará será transmitir la fuerza que
se haga sobre él al bloque B que está justo a su lado. Sin embargo, si reflexionamos un
poco nos daremos cuenta de lo incorrecto de esta apreciación.
Pensad que ocurriría con la aceleración con que se movería cada bloque si la fuerza que
actuase sobre B tuviese el mismo valor que la que actúa sobre A.
En efecto, si la misma fuerza que actúa sobre el A actuase también sobre el B, como las
masas de ambos son distintas, también lo serían las aceleraciones, lo que haría que éstos
se separasen y dejasen de estar en contacto, en cuyo caso A ya no podría “transmitir” la
fuerza F a B.
De acuerdo con el razonamiento anterior, conviene que analicemos lo que ocurre con más
detalle:
Consideremos, en primer lugar, el efecto que tendría F sobre A en el supuesto de que no
existiese B.
En ese caso, las fuerzas actuantes sobre el cuerpo A serían la fuerza F , el peso PA , y la
fuerza normal R que le ejerce la superficie, de modo que la resultante sería la suma de
esas tres fuerzas:
RA
F
Fres = F + PA + R A = F (ya que PA y R A se anulan entre si)
PA
Dinámica 67
es decir, a todos los efectos sería como si sobre A solo actuase la fuerza F . Como conse-
cuencia este experimentaría una aceleración: a F/m , que le produciría una velocidad v
en la misma dirección y sentido que F y cuyo módulo iría aumentando.
Veamos ahora lo que sucederá si, tal y como se especifica en el enunciado, al lado de A y
en contacto con él existe otro bloque B.
La acción de F se ejerce únicamente sobre A, pero en cuanto A comience a desplazarse se
encontrará con B y le ejercerá una fuerza que llamaremos FBA (fuerza que sobre B hace
A). De acuerdo con el principio de acción-reacción, al mismo tiempo B hará otra fuerza
de igual módulo pero sentido contrario sobre A, que llamaremos FAB , y por tanto en la
interacción entre ambos bloques se cumplirá que FAB = - FBA . El efecto total, será que los
dos cuerpos se desplazan hacia la derecha manteniéndose en todo instante juntos (con la
misma aceleración). En este caso, las fuerzas que actúan sobre cada uno son:
RA RB
FAB F FBA
PA PB
Sobre A: Fres A F FAB PA R A F FAB
Sobre B: Fres B FBA PB R B FBA
F FAB FBA
por lo que la aceleración vendrá dada por: a A y aB
mA mB
y, como sabemos, estas dos aceleraciones han de ser iguales, ya que ambos bloques se
moverán conjuntamente hacia la derecha (no existe rozamiento).
Analizad los resultados obtenidos hasta aquí y extraer conclusiones respecto a las propo-
siciones que se plantean en el enunciado.
1ª) El cuerpo A se desplaza con una aceleración menor de lo que lo haría si no estuviese
B. Dinámicamente
la existencia de B se manifiesta en A por la existencia de una nueva
fuerza FAB opuesta a F , que hace que la aceleración de A sea menor.
Dinámica 68
2ª) El cuerpo B se desplaza con la misma aceleración que A, por la actuación sobre él , no
de la fuerza F (que solo actúa sobre A), sino de la fuerza FBA , que aunque sea consecuen-
cia de haber actuado F sobre A, no es la misma fuerza (sus agentes son distintos y ni si-
quiera tienen el mismo valor). De hecho, si FBA fuese igual a F , implicaría que:
Fres A F FAB = F FBA = 0
3ª) La fuerza que actúa sobre B es menor que la fuerza aplicada a A, como podemos ver si
igualamos las aceleraciones y operamos:
F FAB FBA F FBA FBA mB
mB F mA FBA mB FBA FBA F
mA mB mA mB mB mA
11. Sobre un cuerpo de 2 kg de masa, inicialmente en reposo, actúa una fuerza resul-
tante (incluyendo el peso) variable con el tiempo: F=10-2t, según el eje OX (+). Calcu-
lad su cantidad de movimiento.
Sabemos que la fuerza resultante está relacionada con la cantidad de movimiento median-
te la expresión:
dp
Fres
dt
Para resolver este ejercicio bastará con utilizar dicha expresión teniendo en cuenta los
datos presentes en el enunciado.
dp
t
dp t Fres dt
p
Fres → dp Fres dt →
p0
dt 0
En este problema tenemos un cuerpo, que está inicialmente en reposo y se le somete a la ac-
ción de diversas fuerzas constantes, por lo que irá aumentando su velocidad en la dirección y
sentido de la fuerza resultante, según una trayectoria rectilínea.
En aquellos casos en los que, como éste, la trayectoria sea conocida de antemano (sea o no
rectilínea) es más cómodo trabajar utilizando las componentes intrínsecas de las fuerzas que
actúan sobre el cuerpo. Para ello conviene seguir los siguientes pasos:
1º) Realizar un esquema detallando la trayectoria y todas las fuerzas que actúan sobre el cuerpo.
2º) Tomar un origen “O” en un punto cualquiera de la trayectoria y escoger (arbitrariamente)
un sentido como positivo.
3º) Dibujar los vectores unitarios tangencial y normal n . Recordemos que dichos vectores
están centrados en el cuerpo (aunque los dibujemos desplazados por claridad visual) y que
siempre ha de ser tangente a la trayectoria y en sentido positivo, mientras que n siempre ha
de ser perpendicular a la trayectoria y sentido hacia el centro de la curva (si es recta da igual el
sentido en que se dibuje).
4º) Descomponer la ecuación fundamental de la dinámica Fres m a en dos ecuaciones
escalares según las componentes intrínsecas, es decir: Fres t = m·at y Fres n = m·an y trabajar
después con dichas ecuaciones.
En el problema que nos ocupa un posible esquema podría ser el siguiente:
R F1 n
F2
30º
+
O N P
Dado que todas las fuerzas que actúan a lo largo de la trayectoria son constantes, el tipo de
movimiento del cuerpo será uniformemente acelerado (si la componente tangencial de la
fuerza resultante es constante, la aceleración tangencial también lo será). Por tanto, para cal-
cular el desplazamiento que nos piden, bastará hallar primero la aceleración tangencial y a
continuación aplicar las ecuaciones del movimiento uniformemente acelerado. En cuanto a la
aceleración normal, al tratarse de una trayectoria rectilínea, vale 0.
F1 cos F2
a) Despejando at de la primera ecuación obtenemos que: a t = 4’6 m/s2
m
1
Sustituyendo en e at t 2 obtenemos finalmente e = 57’5 m
2
b) En cuanto al valor de la fuerza normal N que ejercerá el bloque sobre el suelo, según el
principio de acción y reacción, el módulo de dicha fuerza deberá coincidir con el de la fuerza
normal R que el suelo hace sobre él, por tanto, de (2):
13. Se quiere determinar el coeficiente de rozamiento entre una caja y un tablón, ele-
vando poco a poco el tablón y observando cuándo comienza a deslizar la caja. Al rea-
lizar la experiencia, se observa que la caja empieza a deslizar cuando la inclinación
del tablón es de 28°. ¿Qué valor presenta el coeficiente de fricción?
Veamos, en primer lugar, las fuerzas que actúan sobre la caja. Ésta interacciona con el
plano y con la Tierra, por lo que
sobre ella se ejercen las siguientes fuerzas:
fuerza de
rozamiento Froz , fuerza peso P , y la fuerza normal que ejerce el plano R . Sumando las
tres, obtendremos la fuerza resultante sobre la caja:
Fres Froz P R
Expresad todas las fuerzas que actúan sobre la caja tomando como sistema de referencia
el que se indica en la figura
Dinámica 71
P = P cos (90º- ) + P cos (180º - ) n = P sen · - P cos · n
R = R cos 90º · + R cos 0º· n = R · n
Froz = Froz cos 180º · + Froz cos 90º · n = - Froz ·
Una consecuencia directa de esto es que la fuerza de rozamiento máxima cuyo valor es N, se
podrá expresar como: Fr max = mgcos, ya que R y N tienen el mismo valor absoluto.
b) Si analizamos la expresión (1) P sen - Froz = m·at nos damos cuenta que:
Si el ángulo es muy pequeño, puede ocurrir que P sen sea menor que Fr max . En este
caso el valor de Froz será inferior al valor máximo ·N y valdrá lo mismo que P sen , de
forma que el cuerpo permanecerá en reposo.
Si vamos aumentando el ángulo , llegará un momento en que tomará un valor C tal que para
dicho valor se cumplirá que P sen C = Fr max = ·N. En este caso, Fres t seguirá siendo nula y la
caja permanecerá en reposo, pero bastaría un ligero impulso hacia abajo para que se deslizara
con movimiento uniforme. Del enunciado del problema podemos considerar que C es preci-
samente 28º, con lo que sustituyendo en la expresión anterior podremos hallar fácilmente el
coeficiente de fricción: P sen C = ·N = · P cos C = tg C = tg 28º = 0’53.
Si el ángulo se hace mayor que C ( C ) tendremos que P sen ·N, es decir, existirá
una fuerza resultante tangencial en sentido descendente, que hará que la caja se mueva
hacia abajo deslizando por la superficie del plano con movimiento rectilíneo uniforme-
mente acelerado. La aceleración se podría calcular con la expresión (1):
y como Fr max = ·N y la fuerza normal N = P cos = mg cos , nos quedaría que:
at = g (sen - cos ), expresión que solo podremos aplicar cuando C.
Dinámica 72
Se tendría que la caja no ejercería ninguna fuerza sobre la superficie y caería libremente
con la aceleración de la gravedad (at = g).
a) Cuando dejamos el cuerpo sobre el plano y desciende (el ángulo es superior al crítico).
En este caso, como ya hemos razonado en el ejercicio anterior, el cuerpo descenderá con
movimiento uniformemente acelerado de aceleración: a t = g (sen - cos ). Vemos que
el valor de la aceleración depende del valor del coeficiente de fricción. Si, como sucede
en este caso, nos piden el valor de dicho coeficiente, bastará conocer el valor at y sustituir-
lo en:
at
tg
g cos
¿Cómo podríamos calcular at?
v = at·t
e = at·t2/2
v2
De la primera ecuación obtenemos: t = v/a t y sustituyendo ahora en la segunda: a t
2e
Imponiendo ahora la condición de que en cierto instante t, el móvil tiene una rapidez de 8
m/s y ocupa una posición tal que su espacio es de 10 m, nos queda:
v2 64 m
at = 32
' 2 como valor de la aceleración tangencial con la que desciende.
2e 2 10 s
Dinámica 73
3'2
tg30º = 0’21
10 cos 30º
b) Cuando dejamos el cuerpo sobre el plano pero presionamos sobre él con una fuerza F
perpendicular al plano y desciende pero llegando a la base con una rapidez menor que
anteriormente.
¿Cuál puede ser el efecto de esta fuerza? ¿Por qué hace que el cuerpo llegue abajo con
menos rapidez que antes?
En primer lugar, hemos de tener en cuenta que esta fuerza no altera el valor del coeficien-
te de fricción (que seguirá siendo, por tanto, 0’21, ya que éste solo depende de la naturale-
za de las superficies puestas en contacto). Por otra parte, la fuerza se ejerce en dirección
normal al plano, por lo que al actuar según n no podrá influir directamente en el valor de
la aceleración tangencial, pero, sin embargo, sí que aumentará el valor máximo de la fuer-
za de rozamiento por deslizamiento que actúa sobre el cuerpo (porque hará que aumente
la fuerza normal N que el cuerpo ejerce sobre la superficie del plano) y, como consecuen-
cia, este efecto hará que disminuya la aceleración tangencial con que desciende el cuerpo.
De hecho, si el coeficiente de fricción pudiera ser nulo, la fuerza que estamos consideran-
do no tendría ningún efecto sobre la aceleración tangencial (ya que por grande que fuese
N, no habría fuerza de rozamiento).
La ecuación (3) nos da la aceleración a’t y sustituyendo en ella el valor de R’ dado por (4)
y despejando a’t :
Dinámica 74
Determinando a’t de forma análoga a como obtuvimos a t, obtenemos que a’t = 0’2 m/s2
(que, como vemos es menor que el valor anterior) y sustituyendo en la ecuación anterior,
podemos calcular fácilmente el valor de F que se nos pide, resultando ser F = 56’8 N.
Si nos detenemos en analizar la última expresión obtenida, nos podemos dar cuenta de
que además de ser dimensionalmente homogénea, el valor de a’ t es constante y depende
de la fuerza F que se ejerza, de modo que cuanto mayor sea F con menor aceleración des-
cenderá el cuerpo. Además contempla algunos casos evidentes, como que si F valiese 0, se
obtendría a’t = at, y también, que si F fuera 0 y = 90º (caída libre) a’t = g, etc.
15. Un cuerpo de 2 kg de masa se lanza con una rapidez de 6 m/s desde la base de un
plano inclinado de 5 m de longitud y 3 m de altura. Sabiendo que el coeficiente de
fricción es 0’6, se pide:
Supongamos que un observador en reposo situado fuera del camión, pudiera observar lo
que le ocurre a una de las cajas.
¿Qué es lo que diría respecto a las fuerzas que actúan sobre la caja mientras el camión (y
la caja) se alejan de él con velocidad constante?
Dinámica 75
Si la caja se aleja del observador con velocidad constante (la misma que la del
camión),
es
porque sobre ella la fuerza resultante es nula y como sobre la caja actúan P , R y, quizás,
la Froz , deberá cumplirse: Fres = P + R + Froz = 0. Como Froz es perpendicular a P y R , la
única posibilidad es que P y R se anulen y Froz = 0. En esta situación, si el coeficiente de
fricción entre la caja y la superficie sobre la que se encuentra fuese nulo, y el camión fre-
nase, el observador externo vería que dicha caja continuaría con la misma velocidad que
llevaba, solo que como el camión iría cada vez más despacio, la caja deslizaría por la su-
perficie hasta chocar finalmente con la cabina. No importará “lo suave” de la frenada,
porque la velocidad de la caja no disminuiría nada.
Razonad que le ocurriría a la caja si la aceleración con que “frenase” el camión (en va-
lor absoluto) fuese: a) mayor que g; b) menor que g; c) igual a g
Dinámica 76
b) Si el camión frena con una aceleración a t g , la caja para a la vez que el camión y
no deslizará. La fuerza de rozamiento toma un valor inferior al máximo N .
c) Si el camión frena con una aceleración a t = g, la caja tampoco desliza pero se encuen-
tra en una situación límite ya que se trata de la máxima aceleración que puede llevar. Si el
camión aumenta más su aceleración de frenado, la de la caja seguirá valiendo g y, en
consecuencia deslizará adelantándose (caso a).
¿Cómo podemos calcular la menor distancia posible que precisará el camión para parar-
se sin que deslicen las cajas en su interior?
Cuanto mayor sea (en valor absoluto) la aceleración con que frena el camión, menos dis-
tancia recorrerá hasta pararse, luego la mínima distancia que necesitará para asegurarse de
que las cajas no deslizan, vendrá determinada por la distancia correspondiente a una ace-
leración de frenado at = g. Podemos saber cuánto vale dicha distancia si consideramos
que se trata de un movimiento uniformemente acelerado (a t es constante) y manejamos las
ecuaciones correspondientes. Para ello podemos considerar como origen de espacios y
tiempos el lugar e instante en que comienza a frenar y sentido positivo (como ya hemos
dicho) el del movimiento, con lo que:
v = v0 + a · (t-t0 ) v = v0 - g · t
e = e0 + v0 (t - t0 ) + 1/2 a (t - t0 )2 e = v0 · t - 1/2 g · t2
v0 1 v02 v02
e = v0 g → e → e = 202 / 2·0’3·10 = 400/6 = 66’7 m.
g 2 ( g ) 2
2 g
Dinámica 77
17. Apoyamos, sobre la pizarra, un borrador de 200 g y con un dedo aplicamos una
fuerza horizontal (en sentido de la pizarra). Determinad el mínimo valor de la fuerza
que permitiría que el borrador no cayera. ¿Qué sucedería si aplicásemos una fuerza
doble de la evaluada? (Coeficiente de fricción pizarra-borrador = 1’2 ).
De acuerdo
con el principio de acción y reacción, la fuerza que sobre el borrador hace el
dedo Fbd tendrá el mismo módulo y sentido contrario que la fuerza Fdb que sobre el dedo
hace el borrador Fbd = - Fdb . Lo mismo ocurrirá con la fuerza normal N que el borrador
ejerce sobre la pizarra y la fuerza normal R que la pizarra hace sobre el borrador.
Las
fuerzas actuantes sobre el borrador serán, en principio, Fbd , R y la fuerza peso P . Como
el único movimiento posible para el borrador es que deslice hacia abajo, no podrá existir
aceleración horizontal, deberá cumplirse que la resultante según la horizontal sea nula: Fbd
+ R = 0, y por tanto que: Fbd = R, o, lo que es lo mismo: Fbd = N. En estas condiciones, si
no existiera ningún “rozamiento” entre borrador y pizarra (es decir, si valiese 0), sería
imposible evitar que éste cayese debido a la fuerza peso. Sin embargo, sabemos que al
apretar el borrador contra la pizarra existirá un cierto “rozamiento” entre ambos objetos,
que puede ser suficiente para evitar que el borrador caiga.
La única explicación es que sobre el borrador actúe una fuerza vertical y ascendente que
equilibre a la fuerza peso. Dicha fuerza no puede ser otra que la fuerza de rozamiento. Si
P es mayor que el valor máximo de la fuerza de rozamiento (Fr max), el borrador cae, pero
si no supera dicho valor entonces el borrador no cae y la fuerza de rozamiento toma jus-
tamente el valor de P (Froz = P).
¿Cuál es el valor máximo de la fuerza de rozamiento?
En el caso de rozamiento por deslizamiento, sabemos que el valor máximo de la fuerza de
rozamiento viene dado por la expresión Fr max = ·N = ·R. Como en este caso, según
hemos visto, R = Fbd se concluye que Fr max = · Fbd . Por tanto, cuanto mayor sea la fuer-
za que sobre el borrador hace el dedo, mayor será el valor límite de la fuerza de rozamien-
to y podremos aguantar un borrador más pesado.
¿Cómo podremos hallar el valor mínimo de Fbd que permitirá que el borrador no caiga?
Cuando el borrador se mueve (cae) es porque P supera el valor máximo de la fuerza de
rozamiento. Como dicho valor viene expresado por: Fr max = · Fbd , igualando esta expre-
sión a la fuerza peso, obtendremos el valor que, como mínimo, debe tener la fuerza que
hemos de realizar sobre el borrador con el dedo, para que no caiga:
El valor máximo de la fuerza de rozamiento sería ahora Fr max = 2 · Fbd · . Conforme fue-
se aumentando el peso del borrador, la fuerza de rozamiento requerida iría también au-
mentando (recordemos que la fuerza de rozamiento no tiene un solo valor sino que puede
tomar infinitos valores entre 0 y un valor máximo). En cuanto el peso superase el valor
máximo que puede tomar dicha fuerza de rozamiento (2· Fbd · ) el borrador comenzaría a
caer. Cuando esto ocurra se cumplirá que:
Dinámica 79
19. Sobre un bloque A de 10 kg de masa actúa una fuerza F tal y como se aprecia en
la figura. Si le adosamos un cuerpo B de 2 kg de masa, con el que presenta
un coefi-
ciente de fricción de 0’4, determinad el mínimo valor que puede tomar F para que B
no caiga (el coeficiente de fricción entre A y el suelo vale 0’2 ).
B
F
A
Las interacciones que nos interesa considerar (ved esquema siguiente) son:
Entre los bloques y la Tierra. La Tierra atrae a los bloques con fuerzas PA y PB y es
atraída por los bloques con otras fuerzas iguales y de sentido contrario con origen en su
centro (que no dibujaremos).
Entre el bloque A y la superficie. El bloque A ejerce una fuerza sobre la superficie y esta
a su vez otra fuerza igual y de sentido contrario sobre el bloque. Esta interacción se suele
descomponer en dos según la tangente y la normal a la superficie. Hablamos así por una
parte, de la fuerza normal N SA que el bloque A hace sobre la superficie y su pareja RAS o
fuerza normal que la superficie hace sobre el bloque A, y, por otra parte, de la fuerza
de
rozamiento FrAS que la superficie ejerce sobre A y su correspondiente pareja FrSA del
mismo módulo pero sentido contrario que actúa sobre la superficie.
Además de las fuerzas anteriormente descritas, está la fuerza F que desde el exterior al
sistema se ejerce sobre el bloque A. Podemos representar la situación mediante el si-
guiente esquema:
Para que el bloque B no caiga, debe haber una fuerza que compense su peso. Esa fuerza
no puede ser otra que la fuerza de rozamiento que sobre B hace A. El valor límite o
máximo que puede tomar dicha fuerza es, como sabemos, Fr BA = AB · NAB = AB · RBA , de
modo que si PB es mayor que este valor máximo el bloque B caerá, y si P B es inferior a ese
valor máximo, entonces la fuerza de rozamiento sobre B vale justamente lo mismo que el
peso, y el bloque no cae.
En el problema se nos pide cuánto ha de valer F como mínimo para que el bloque B no
caiga. Ello sugiere buscar una relación entre F y Fr BA, partiendo de la hipótesis de que al
aumentar F también aumentaría la fuerza normal N AB que el bloque B ejerce sobre el A y,
en consecuencia, la fuerza de rozamiento FrBA sobre el bloque B.
Podemos aplicar la ecuación fundamental de la dinámica a cada uno de los bloques, te-
niendo en cuenta que ambos se moverán con la misma aceleración tangencial. Para ello
expresaremos las fuerzas que intervienen en función de sus componentes intrínsecas, to-
mando tal y como se indica en la figura, como sentido positivo el del movimiento. En es-
tas condiciones:
El bloque A, que se mueve sobre la superficie y en línea recta, no posee aceleración nor-
mal y el bloque B, si no cae y permanece siempre a la misma altura, tampoco.
B deslizará cuando su peso supere el valor máximo que pueda tomar la fuerza de roza-
miento (FrBA = AB · NAB ). Introduciendo esta condición en la ecuación (4) obtenemos
que: AB · NAB = PB NAB = PB / AB . Este será el mínimo valor que puede tener N AB ( o
RBA) para que B no caiga. Si conseguimos, pues, poner F en función de N AB, tendremos
resuelto el problema.
Como RBA = NAB (principio de acción y reacción) podemos escribir (3) como: a t = NAB/mB,
sustituir en la ecuación (1) y despejar F:
Para calcular FrAS , dado que el bloque A se desliza, aplicamos: FrAS = AS · NSA.
Al ser NSA = RAS (principio de acción y reacción), podemos utilizar la ecuación (2) y obte-
ner haciendo anA = 0 que NSA = RAS = PA + FrAB . Como FrAB vale lo mismo que su pareja
FrBA = AB · NAB , tenemos que: NSA = PA + AB · NAB y finalmente que:
FrAS = AS·(PA + AB·NAB).
Sustituyendo esta última expresión en la que nos proporciona F, obtenemos:
F = (mA · NAB/ mB ) + NAB + FrAS = (mA · NAB/ mB ) + NAB + AS · (PA + AB · NAB).
Introduciendo ahora en esta última ecuación la expresión del valor mínimo que puede
tomar NAB para que B no caiga (PB /AB), obtendremos el valor mínimo de F que se nos
pide en el enunciado:
mA m B g m B g m g
Fmin = AS m A g AS AB B y simplificando nos queda:
AB m B AB AB
1
Fmin (m A m B ) g ( AS ) → Fmin = (10 + 2)·10 · (1/0’4 + 0’2) = 324 N
AB
20. A una cierta altura sobre la base del plano se abandonan simultáneamente dos
bloques en contacto. Sabiendo que mB = 2 mA y que los coeficientes de fricción son
1
respectivamente µA = y µB = A/2, se pide:
4 3
F
B A
22. Resolved el ejercicio anterior suponiendo que la cuerda tiene una masa de 5 kg.
El sistema formado por las dos masas y la cuerda es un sistema que se mueve solidaria-
mente con la misma aceleración. El siguiente esquema representa las fuerzas que actúan
sobre las masas A y B. Dichas fuerzas se deben a la interacción de cada una de las masas
con la cuerda y con la Tierra.
Dinámica 83
Como podemos observar, el peso PA tira de la masa A en el sentido que, arbitrariamente,
hemos escogido como positivo, mientras que el peso PB lo hace en el contrario.
De acuerdo con el tercer principio de la dinámica, si la cuerda tira del cuerpo A hacia
arriba con una fuerza TA , este ejercerá sobre la cuerda otra fuerza igual y de sentido con-
trario T ' A . Análogamente podemos razonar para el cuerpo B el cual tirará de la cuerda con
una fuerza T' B TB . (En la figura izquierda se han representado las fuerzas que actúan
sobre los cuerpos y en la figura derecha las que actúan sobre la cuerda).
Dado que conocemos la trayectoria de cada cuerpo podemos trabajar escalarmente, expre-
sando la fuerza resultante en componentes intrínsecas, y como además, en este caso, todas
las fuerzas tienen la dirección de la trayectoria, solo habrá componente tangencial.
En primer lugar, hemos de tener en cuenta que si aplicamos la ecuación fundamental de la
dinámica a la masa de la cuerda m C , tenemos que: T’A - T’B = mC · at = 0 ya que según se
ha dicho, la masa de la cuerda se considera despreciable. Por tanto T’A = T’B = T y (de
acuerdo con el principio de acción y reacción) T A = TB = T. (En adelante, cuando se repita
esta situación, obviaremos todo este razonamiento).
Podemos ahora aplicar la ecuación fundamental de la dinámica a los cuerpos A y B con el
fin de obtener la aceleración con que se moverá el sistema. Como la aceleración tangen-
cial con que se mueve cualquiera de las masas es la misma y no hay aceleración normal
para ninguna de ellas, podemos escribir que: a tA = atB = a.
31
Finalmente si sustituimos los datos numéricos nos sale: a = 10 5 m/s2. Es decir,
31
que la rapidez con que se mueve A o B aumentará regularmente en 5m/s cada segundo.
Dinámica 84
El resultado también contempla algunos casos límite evidentes, así por ejemplo ¿cuánto
debería de valer la aceleración si la masa de B fuese 0?; está claro que en ese caso, “A”
caería libremente con la aceleración de la gravedad y eso es precisamente lo que obtene-
mos si en el resultado hacemos m B = 0. Otro caso límite evidente es lo que ocurriría si no
hubiese gravedad; en ese supuesto, la aceleración sería nula aunque las masas fuesen dife-
rentes (tal y como se obtiene haciendo g = 0). El resultado también nos muestra que cuan-
to mayor sea la diferencia mA - mB mayor será el valor de la aceleración a con que se mo-
verán las masas, etc.
Para ello basta con que consideremos cualquiera de las ecuaciones (1) o (2) y despejemos
T. Así, por ejemplo de la expresión (2) obtenemos que T = PB + mB·a = mB (g+a) y susti-
tuyendo los datos numéricos nos queda T = 1 (10+5) = 15 N.
Otra cuestión que se plantea en el enunciado del problema es qué pasaría si en lugar de
colgar un peso de 30 N de uno de los extremos de la cuerda, tiramos de él con la mano
haciendo una fuerza de 30 N. ¿Obtendríamos el mismo resultado para la aceleración?
La respuesta es que no, ya que ahora dicha fuerza únicamente aceleraría a la masa m B de 1
kg, mientras que anteriormente lo hacía con una masa de 4 kg.
F PB F m B • g
En efecto, la aceleración valdría ahora: a = 20/1 = 20 m/s2
mB mB
26. Un péndulo de 200 g de masa cuelga suspendido del techo de un vehículo. Sabien-
do que forma un ángulo de 20° con la vertical, determinad la aceleración del vehículo
y la tensión del hilo.
Si se supone que no hay rozamiento, las fuerzas que actuarán sobre las masas y la superfi-
cie de la figura serán:
PA = fuerza con que la Tierra atrae a mA
PB = fuerza con que la Tierra atrae a mB
R = fuerza normal que el plano hace sobre B.
N = fuerza normal que B hace al plano
TA = fuerza con que la cuerda tira de A.
TB = fuerza con que la cuerda tira de B
PA mA 2
PA-T+T= (mA + mB) · at at = g = 10 2'5 m/s2
(m A m B ) (m A m B ) 2+6
Al no existir fuerza de rozamiento, el resultado obtenido nos muestra que por pequeña que
fuese la masa de A frente a la de B, el sistema tendría que acelerar (ya que a t no sería 0),
cuestionando así la idea equivocada que tienen algunas personas de que para que B se
moviese partiendo del reposo haría falta colgar de la cuerda una masa mayor que m B.
Bastaría utilizar cualquiera de las ecuaciones en las que figura T. Así, por ejemplo, en la
ecuación T= mB · at si sustituimos los datos numéricos obtenemos T = 6 · 2’5 = 15 N. Al
mismo resultado habríamos llegado con la otra ecuación : P A - T = mA · at despejando T
con lo que T = PA - mA · at = mA (g - at) = 2 (10-2’5) = 15 N.
¿Qué ocurriría con la fuerza con que la cuerda tira de B si se duplicase el peso de A?
Una respuesta precipitada a esta cuestión llevaría a afirmar que el valor de dicha fuerza
también se duplicaría, pero si reflexionamos un poco, nos daremos cuenta de que no es
así, ya que, si
bien es cierto que el peso de A se haría el doble, hay que tener en cuenta
que, no es PA sino TB la fuerza que tira de mB . Como TB = T = mB · at concluimos que,
de acuerdo con esta expresión, solo si a t se hiciese doble, la fuerza que se ejercería sobre
B se haría también el doble. Ahora bien: ¿que le ocurre a la aceleración cuando P A se du-
plica?
PA 2PA
Sabemos que at = = 2’5 m/s2 . Si PA se hace el doble a’t = = 4 m/s2
(m A m B ) 2m A m B
Dinámica 87
Como vemos a’t no es el doble de at y, por tanto, TB no se duplicaría, sino que valdría:
T’B = mB · a’t = 6 · 4 = 24 N
Sabemos que el valor máximo que puede tomar la fuerza de rozamiento viene dado por: Fr
max = ·N, como N = R (principio de acción y reacción) y que R = P B = mB g (ya que an =
0), por lo que: Fr max = · mg y sustituyendo Fr max = 0’2 · 6 · 10 = 12 N. Como el peso de
A es de 20 N y la tensión de la cuerda es la misma en todos sus puntos, nos queda que la
fuerza tangencial resultante sobre el sistema tendría sentido positivo y valdría: P A -TA + TB
- Fr = PA - Fr = 20 - 12 = 8 N, con lo que concluimos que el sistema comenzaría a moverse
hacia la derecha.
Para hallar la aceleración sobre la trayectoria, podemos partir de la expresión que nos da
la fuerza tangencial resultante que actúa sobre el sistema:
PA Fr
Frest = (mA + mB)·at PA +T-T- Fr = (mA + mB) · at at = .
(m A m B )
(m A m B )g
Que podemos expresar como: at
mA mB
Si analizamos el resultado obtenido, nos podemos dar cuenta de que, como es lógico, el
valor de la aceleración sale menor que cuando no había rozamiento y de que la expresión
literal obtenida se transforma en la anterior cuando introducimos en ella la condición de
que no exista rozamiento ( = 0). El hecho de que la aceleración tangencial nos salga po-
sitiva, quiere decir que el vector aceleración ( a ) tiene el sentido que hemos tomado como
positivo.
Dinámica 88
Otro problema que podemos plantearnos es averiguar el valor mínimo necesario que de-
bería de tener mA para que el sistema comenzase a moverse, ya que como hemos visto, si
hay rozamiento, las condiciones cambian y ya no se puede afirmar que m B se moverá por
pequeña que sea la masa de A.
a) No existe rozamiento
b) El coeficiente de rozamiento de A y
el plano es 0’2 y el de B con A es 0’5.
31. En el sistema de la figura las dos poleas se suponen sin masa y sin rozamiento.
Desde una situación inicial de reposo, se abandonan simultáneamente las masas mA y
mB, observándose que ambas descienden. En el instante después de abandonarlas se
pide:
Datos: mA = 1 kg; mB = 2 kg; mC = 0’5 kg; mD = 1 kg; CD = 1/3; DS = 2/9
¿Cómo podríamos calcular la tensión del hilo del que pende el bloque A?
Dado que las trayectorias son conocidas, podemos utilizar un tratamiento escalar y aplicar
la ecuación fundamental de la dinámica al bloque A y al C para tratar de obtener T1:
Como sobre el bloque A no actúan fuerzas normales a la trayectoria, la única ecuación
será: Fres t = mA · at1 PA - T1 = mA · at1 (1)
Para calcular la tensión del hilo del que pende m A podemos utilizar tanto la ecuación (1)
como la (2), pero necesitamos saber primero cuál es la aceleración sobre la trayectoria.
Para ello bastará sumar las ecuaciones (1) y (2) y despejar a t1:
PA - T1 = mA · at1
T’1 - FrCD = mC · at1
PA FrCD
Sumando: PA - FrCD = (mA + mC) · at1 , y despejando: a t 1
mA mC
Para poder hallar at1 necesitamos determinar la fuerza de rozamiento que sobre C hace D.
Como los bloques se están deslizando, el valor de esa fuerza coincidirá con el valor
máximo, es decir: FrCD = CD · NDC = CD · RCD
Para calcular RCD hemos de aplicar la ecuación (3) y tener en cuenta que al no cambiar la
dirección de su velocidad la aceleración normal es 0. Por tanto:
PA FrCD P CD PC
Así pues a t 1 = A
mA mC mA mC
Observemos que según esta expresión, el valor de at1 podría ser negativo, para ello bastar-
ía que PA fuese menor que la fuerza de rozamiento entre C y D (es decir, CD · PC). ¿Que
querría decir esto? Que la masa A subiría en lugar de bajar, aunque no es este el caso, ya
que en el enunciado se nos informa que tanto A como B descienden.
PA - CD PC
T1 = PA - mA · at1 → T1 = PA - m A = 4’4 N
mA + mC
Si la masa de A valiera 0, la tensión del hilo del que pende tendría que ser nula ¿Contem-
pla este hecho el resultado que acabamos de obtener? ¿Puedes realizar algún otro razo-
namiento que permita analizar la validez de dicho resultado?
Podemos referirnos, por ejemplo, a que si la masa de C fuese nula tampoco debería haber
tensión en el hilo, como efectivamente se contempla en la expresión obtenida ya que en
ese caso nos quedaría: T1 = PA - mA · g = 0. También a la igualdad en cuanto a las dimen-
siones, a lo que pasaría si el rozamiento fuese nulo, si el peso de C aumentase, etc.
En principio, podemos seguir la misma estrategia que utilizamos para calcular at1 , es de-
cir, aplicar la ecuación fundamental de la dinámica a los bloques B y D y sumar para eli-
minar las tensiones.
Dinámica 92
Sumando las ecuaciones (4) y (5), nos queda : PB - FrDS - FrDC = (mB + mD) · at2
PB FrDS - FrDC
y despejando: a t 2
mB mD
Para poder hallar at2 necesitamos determinar la fuerza de rozamiento que sobre D hace el
suelo y la que hace C. Como los bloques se están deslizando, los valores de esas fuerzas
coincidirán con los valores máximos: FrDC = CD · RCD y FrDS = DS · NSD. El primero de
ellos ya vimos anteriormente que viene dado por: Fr DC = CD · PC ; en cuanto al segundo,
para calcularlo, necesitamos saber NSD .
Podemos calcular NSD si tenemos en cuenta que de acuerdo con el principio de acción y
reacción, NSD = RDS y la ecuación (6) en la que la aceleración normal es nula. Nos queda
así: RDS - PD - NDC = mD · anD = 0, con lo que: RDS = PD +NDC. Como ya hemos visto: NDC =
PC, por tanto podemos escribir finalmente que: RDS = PD + PC y también que:
FrDS = DS · (PD + PC).
Introduciendo estas expresiones de las fuerzas de rozamiento en la ecuación que nos da a t2:
Podemos ahora analizar el resultado obtenido, comprobando en primer lugar que la ecua-
ción es dimensionalmente homogénea y que contempla algunos casos evidentes, como
que si la masa de D y la de C fuesen nulas, B caería con la aceleración de la gravedad o
cómo si eliminamos el bloque C, el resultado se transforma en otro ya conocido (ved pro-
blema 27).
Para terminar, calcularemos el valor de la fuerza total que el bloque C ejerce sobre el D.
C
FrDC D FrDC
FDC FrDC N DC FDC (FrDC ) 2 N 2DC = 5’3 N
Dinámica 93
32. Un bloque de hierro ha sido lanzado hacia la derecha por una superficie horizon-
tal contra un muelle elástico tal y como se representa en la figura adjunta:
El hecho de que muchas personas escojan como correcta la tercera propuesta suele deber-
se a que relacionan la fuerza con la velocidad en lugar de con la aceleración y eso les lleva
a pensar que como el bloque va cada vez más lento ha de hacer cada vez menos fuerza. No
tienen en cuenta que aunque el bloque vaya cada vez más despacio el módulo de la acele-
ración va aumentando (cada vez se para más deprisa) y que alcanzará su valor máximo
justo en el momento en que el bloque se pare (máxima compresión del muelle) cuando la
fuerza tome también su valor máximo, a pesar de que en ese preciso instante la rapidez
sea nula. Finalmente, pensemos, que si en lugar del bloque fuese nuestra mano la que
comprime el resorte, no dudaríamos en afirmar que para seguir comprimiéndolo tendría-
mos que hacer cada vez más fuerza.
Sabemos que la fuerza elástica ejercida por el muelle ha de ser directamente proporcional
a la elongación (ley de Hooke) según la expresión: Fe = K·l, donde K es la constante
elástica del muelle e l la deformación sufrida por el mismo (en valor absoluto). Para cal-
cular la deformación, podemos hallar el valor de la fuerza elástica en primer lugar y susti-
tuir en la expresión anterior.
Para determinar el valor de la fuerza elástica ejercida por el muelle sobre el cuerpo, apli-
caremos la ecuación anterior, expresando las fuerzas en un sistema de referencia carte-
siano (ya que se trata de un equilibrio), como el que se indica en el esquema adjunto:
P = P cos (90º + ) i + P cos (180º - ) j = -P sen · i - P cos · j
R = R cos 90º · i + R cos 0º · j = R· j
Fe = Fe cos 0º · i + Fe cos 90º · j = Fe· i
Con lo que: Fres = P + R + Fe → Fres = (Fe -P sen ) i + (R- P cos ) j = 0
(1) Fe - P sen = 0
(2) R- P cos = 0
Dinámica 95
Conviene tener en cuenta que P·sen y Fe no son una pareja de acción y reacción (corres-
ponden a dos interacciones distintas) y que solo coinciden (en valor absoluto) justo en el
punto de equilibrio, ya que P sen , vale siempre lo mismo mientras que Fe va cambiando
según lo comprimido o alargado que esté el resorte (Fe = K·l).
¿Qué le ocurriría al cuerpo si, en las condiciones explicitadas en el enunciado, se aban-
donase sobre el plano, sujeto al extremo libre del muelle?
El objeto descendería porque inicialmente la fuerza elástica del muelle sería menor que la
componente tangencial del peso P sen pero como Fe iría aumentando llegaría un mo-
mento (posición de equilibrio) que se igualarían ambas fuerzas. En ese punto el objeto
estaría descendiendo con su máxima velocidad (siendo nula la fuerza resultante sobre el
mismo), por lo que no se pararía inmediatamente sino que continuaría descendiendo. A
partir de que se sobrepasa la posición de equilibrio, la fuerza elástica superaría cada vez
más a la componente tangencial del peso y el cuerpo iría frenando hasta que en un instante
dado se pararía (rapidez cero y Fe máxima) para comenzar a ascender empujado por el
muelle hasta la situación inicial. El ciclo se repetiría indefinidamente (rozamiento nulo) y
se puede demostrar que correspondería a un movimiento armónico simple.
35. Demostrad que dos resortes unidos de constantes K1 y K2 equivalen a uno solo de
constante K1 ·K2 / (K1 + K2 ).
En la posición de equilibrio queda claro que : Fe1 P 0 , y por tanto que: Fe1 = P, es
decir: K · l1 = mg, de donde podemos obtener el valor de la constante elástica del muelle
haciendo K = mg/l1 = 400 N/m
En la segunda situación (autobús acelerando), el cuerpo que pende del resorte, para un
observador externo no se encuentra en equilibrio sino que se está moviendo con la misma
aceleración que el autobús. ¿A qué fuerzas cabe atribuir dicha aceleración?
Las
fuerzas que actúan sobre el cuerpo serán el peso
P y la fuerza elástica del muelle Fe 2 (distinta de la
correspondiente a la situación anterior), de manera
que la resultante de ambas tendrá la misma dirección
y sentido que la aceleración con que se mueve el
cuerpo:
n
Fres = P + Fe 2 = m· a
Expresando las fuerzas en componentes intrínsecas, según los vectores y n de la figura
y sustituyendo, nos queda:
A continuación mediante las dos ecuaciones anteriores podemos obtener el valor del
ángulo y el de la fuerza elástica Fe2
m at
sen Fe2 a a 4
tg t arctg t arctg 21'8º
cos P g g 10
Fe2
¿Cómo podemos obtener ahora la ecuación que nos da la rapidez en cualquier instante?
Sabemos que la rapidez está relacionada con la aceleración sobre la trayectoria mediante
la ecuación at = dv/dt. Integrando a partir de esta ecuación, podemos hallar v = v (t). Lue-
go, bastará sustituir t por el valor correspondiente para calcular v en cualquier instante.
v t v t 2 2 2t
v0
dv a t dt dv
t0 0 0 (1 t) 2
dt v
(1 t)
2v
(t 1)
¿Cómo podríamos calcular la expresión de la fuerza total que actúa sobre el cuerpo en
cualquier instante?
De acuerdo con la expresión Fres Ft Fn Ft Fn n tendremos que obtener en
primer lugar Ft y Fn .
4 2 2
Con lo que Fres v n
(1 t ) 2 5
En el instante t = 3 s, nos queda: Fres 0'25 0'9 n N
Dinámica 98
38. Sobre una plataforma plana, capaz de girar en torno a un eje perpendicular, se
deposita un cuerpo que presenta con la misma un coeficiente de rozamiento de 0’8.
Encontrad la máxima distancia a que puede encontrarse el cuerpo del eje de giro, sin
ser lanzado hacia el exterior, si hacemos girar la plataforma a razón de una vuelta
por segundo.
Si resolviéramos de forma experimental este ejercicio, veríamos que existe una distancia
máxima al eje tal que para valores superiores a la misma, el cuerpo deslizaría por la super-
ficie desplazándose hacia el exterior, mientras que para valores inferiores, el cuerpo per-
manece en el lugar en que se le sitúe, describiendo, al igual que cualquier punto del disco,
un movimiento circular uniforme. Para que esto último suceda, será necesario que el
cuerpo se encuentre sometido a la acción de una fuerza resultante según la dirección del
radio y dirigida hacia el centro de la plataforma, es decir, en el mismo sentido que el vec-
tor unitario n . ¿A qué se debe esa fuerza?
v
n
R
Froz
n
Expresando
en componentes intrínsecas la ecuación fundamental
de la dinámica:
Fres m a 0 + m a n n , y sustituyendo nos queda: Fres P R Froz = m a n n .
Si analizamos la última ecuación, nos daremos cuenta de que la única posibilidad de que
la fuerza resultante la mismadirección y sentido que n , es que P + R = 0, con lo
tenga
que tendremos: Fres = Froz = m a n n .
Todo sucede, pues, como si la única fuerza actuante fuera la de rozamiento que, además,
está dirigida hacia el centro de la circunferencia descrita, de forma que si trabajamos esca-
larmente con la componente normal:
La expresión obtenida nos dice que cuanto mayor sea r (a igualdad de los restantes facto-
res) mayor será la fuerza de rozamiento necesaria para que el objeto siga girando sobre la
plataforma alrededor del eje con movimiento circular y uniforme.
Fr max = ·N = ·R = ·P = · mg. Sustituyendo en Froz = m · w2 · r podemos escribir que:
g
· mg = m · w2 · rmax y despejando: rmax → rmax = 0’2 m
w2
39. El cuerpo del ejercicio anterior tiene una masa de 5 kg y se encuentra sujeto por
una cuerda de 0’5 m desde el centro de giro. Determinad a qué rapidez angular se
romperá la cuerda si soporta como máximo una tensión de 60 N.
Dinámica 100
En este caso la fuerza resultante que se requiere para que el cuerpo gire con movimiento
circular uniforme será la suma de la fuerza de rozamiento y de la fuerza que realice la
cuerda sobre el cuerpo (que como máximo puede valer 60 N). Dicha fuerza tendrá la di-
rección de la normal y estará dirigida hacia el centro de la circunferencia descrita.
Si el cuerpo gira con una rapidez angular w tal que la fuerza de rozamiento Froz es suficien-
te para suministrarle la fuerza normal requerida, la cuerda no hará ninguna fuerza (la ten-
sión de la cuerda será nula). Pero si la w es tan elevada que el valor máximo de la fuerza
de rozamiento Fr max es inferior al de dicha fuerza normal, la diferencia será aportada por
la cuerda al ponerse en tensión (aunque como máximo solo pueda suministrar 60 N).
El planteamiento del ejercicio será similar al anterior (ved allí figura correspondiente),
trabajando con las componentes intrínsecas de las fuerzas presentes.
Fres P R Frmax T
Dado que P y R se anulan, podemos plantear directamente que: Fres Frmax T
y como se trata de un movimiento de trayectoria conocida nos convendrá expresar todas
las fuerzas en componentes intrínsecas:
Fr max T
Despejando nos queda: w
m r
La mayor rapidez angular con que la masa m podrá girar con movimiento circular unifor-
me alrededor del eje y a una distancia r del mismo, la podemos obtener a partir de la ex-
presión anterior, simplemente sustituyendo la tensión por su valor máximo y teniendo en
cuenta que Fr max = ·N = ·R = ·P = · mg :
mg Tmax
w max = 6’3 rad/s
m r
Para comenzar conviene que nos preguntemos por las fuerzas que están actuando sobre la
masa que pende del hilo. Dichas fuerzas son la que ejerce el hilo
T y
el peso P (para sim-
plificar, suponemos que no hay rozamiento), de manera que Fres = T + P .
El problema presenta la particularidad de que ninguna de las fuerzas que actúan sobre el
cuerpo, se encuentra en el plano que contiene a la trayectoria. Por otra parte, dichas fuer-
zas no se anulan entre sí ya que en ese caso el movimiento no podría ser circular, como de
hecho es, sino rectilíneo y uniforme.
En primer lugar, veamos una forma sencilla de obtener la fuerza resultante si considera-
mos que el vector aceleración ha de estar contenido en el plano que contiene a la circunfe-
rencia
descrita por el móvil, la fuerza resultante también deberá estar en ese mismo plano
( Fres = m · a) . Para comprender mejor la situación, podemos descomponer (ver figura
siguiente) la tensión del hilo en dos fuerzas; una, en el plano de la trayectoria (dirigida
hacia el centro O), y otra, perpendicular a ella (dirigida hacia arriba). Con ello tendremos
tres fuerzas, que al sumarlas tienen que dar una fuerza resultante situada en el plano de la
trayectoria y para que esto ocurra, la única posibilidad es que la componente vertical de la
tensión y el peso se anulen, es decir, que T cos = P.
De acuerdo con lo anterior, la fuerza resultante sobre la bolita coincidirá con la compo-
nente horizontal de la tensión (dirigida siempre hacia el centro de la circunferencia descri-
ta) y valdrá T sen . Si expresamos pues la ecuación fundamental de la dinámica en com-
ponentes intrínsecas, tendremos:
(1) Fres t = m · at = 0
(2) Fres n = m · an T sen = m · an
r T sen
v
m
r T sen r mg sen
v = v rg tg = 1’7 m/s
m m cos
Otra forma, más rigurosa, de resolver este tipo de problemas en los que actúan fuerzas
que no están contenidas en el plano definido por y n, es mediante la utilización de los
vectores unitarios tangencial , normal n y binormal b , tal y como se indican en el es-
quema adjunto:
Fres t = m at
Fres n = m an
Fres b = 0
ya que como sabemos, tanto el vector aceleración como la fuerza resultante tienen que
estar siempre contenidos en el plano formado por los vectores unitarios y n (recorde-
mos que la aceleración puede tener solo dos componentes intrínsecas de modo que
a a t a n ) y que esto obliga a que la componente binormal se anule.
0 = m at
T sen = m an
T cos - P = 0
sol: l =1/9 m
Para comenzar, conviene hacer un análisis cualitativo previo de la situación: la bolita lleva
en cada instante una cierta velocidad y se encuentra con que la curvatura de la trayectoria
la obliga a cambiar constantemente la dirección de dicha velocidad. Dicho de otro modo,
la bolita está “chocando” con la superficie y como consecuencia de esa interacción se
ejercerán fuerzas iguales y contrarias entre sí (principio de acción y reacción). La fuerza
que sobre la bolita haga la superficie sumada con el peso, nos proporcionará en todo mo-
mento la fuerza resultante que actúa sobre la misma. (Nótese que en el momento en que la
bolita cae, no existe interacción entre ella y la superficie).
Dinámica 104
Otra consideración de interés es que a lo largo de la primera cuarta parte del recorrido, la
bolita no puede caer (se lo impide la superficie), sino solo retroceder (en caso de que no se
lanzase con la suficiente rapidez inicial). En principio, podemos pensar que el punto más
“crítico” será el más alto, donde "intuimos" que la interacción entre la bolita y la superfi-
cie será menor.
En el trayecto horizontal actúan el peso P y la fuerza normal R que hace el plano. Puesto
que la bolita, en ese tramo, lleva movimiento rectilíneo y uniforme, la resultante de ambas
fuerzas es nula. No ocurre así en el trayecto circular, puesto que en él, la velocidad cambia
tanto en módulo (disminuye conforme va subiendo la bolita) como de dirección. De
acuerdo con el principio de acción y reacción la fuerza normal que el plano ejerce sobre la
bolita R ha de ser en todo instante de igual módulo y sentido contrario a la que ejerce la
bolita sobre dicho plano ( N ), que no hemos incluido en la figura.
Tomando como sentido positivo el del movimiento, nos queda que para el tramo circular
la fuerza resultante tiene las siguientes componentes intrínsecas:
(1) m · at = -P sen
(2) m · an = R - P cos
De la ecuación (1), comprobamos que existe aceleración tangencial y que es negativa, por
lo que la rapidez irá decreciendo a medida que la bolita asciende.
En el tramo AB, no puede caer porque la componente normal Pn del peso provoca que la
bolita presione a la superficie. Dicha componente normal (P cos ) va disminuyendo des-
de un valor máximo P en el punto A ( = 0) hasta un valor 0 en el punto B ( = 90º ). La
superficie haceuna fuerza R sobre la bolita dirigida hacia el centro
de la trayectoria circu-
lar. La fuerza R no solo compensa en todo momento a la fuerza Pn sino que es mayor que
ella, de manera que siempre habrá una fuerza normal resultante dirigida hacia el centro de
la circunferencia (necesaria para el giro). En efecto, la ecuación (2) puede ponerse como
R = m · an + P · cos , en la que los dos términos de la derecha son positivos ( estará
comprendido entre 0º y 90º), por lo que en AB siempre existirá R , y por tanto, en el tramo
AB siempre habrá interacción entre la bolita y la superficie.
En el tramo BC la componente normal del peso Pn va hacia el centro de la trayectoria (cos
es negativo), al igual que R . Para que la bolita gire con un radio r (igual al de la circun-
ferencia) sabemos que ha de haber una fuerza normal resultante lo bastante grande como
para obligarla a ello. En este tramo, Pn va aumentando desde 0 (en B) hasta P (en C),
mientras que R va disminuyendo (la bolita va cada vez más lenta y presiona con menos
fuerza a la superficie). Sabemos que cuanto mayor sea la rapidez de la bolita mayor tendrá
que ser la fuerza normal necesaria para obligarla a girar (Fres n = mv2/r), por tanto, si en un
punto dado de este tramo, la velocidad de la bolita es tan pequeña que solo P n ya resulta
mayor que la fuerza normal necesaria, r disminuirá, es decir, la bolita describirá una curva
con un radio menor, por lo que se “despegará” y caerá. Por el contrario, si la rapidez es tal
que con solo Pn sería insuficiente para mantenerla en un giro de ese radio, la bolita “tien-
de” a irse por la tangente (para aumentar
r), pero la
superficie (curva) no se lo permite
ejerciendo sobre ella una fuerza R que sumada con Pn nos dan la fuerza normal necesaria.
A estas mismas conclusiones se pueden llegar manejando la ecuación (2) en la forma:
R = m · v2/r + P · cos
En dicha ecuación, P · cos es negativo, por lo que mientras que la rapidez de la bolita se
mantenga lo bastante grande como para que m · v2/r sea igual o mayor que el valor abso-
luto de P · cos , existirá R ( y N) y no caerá (estará interaccionando con la superficie).
Pero si en algún momento m · v2/r nos da menor que P · cos (en valor absoluto), tendr-
íamos que la R debería ser negativa, lo cual es imposible ya que ello querría decir (según
el sistema de referencia adoptado) que la superficie tiraría de la bolita hacia sí, lo cual es
absurdo.
El punto más crítico, como cabía esperar, es el C, ya que es allí donde P n presenta el ma-
yor valor posible (P). En ese punto la ecuación queda como R = m · v2/r - P y la rapidez
mínima con que se podrá pasar será aquella que R = 0, es decir:
v 2min
0=m· mg v min gr = 10 m/s.
r
Podemos utilizar la ecuación (2) sustituyendo en ella la aceleración normal por v2/r con lo
que nos queda que:
Dinámica 106
( R P cos ) r
R- P cos = m· v2 /r de donde podemos despejar v y obtener: v =
m
En el punto más alto de la trayectoria = 180º con lo que la expresión de v para ese pun-
to en particular será:
( R P) r ( R mg ) r
v=
m m
Podemos ver que si la rapidez aumenta, la fuerza R (y por tanto N) tiene que aumentar (ya
que un aumento de v no provoca variación alguna en P ni en el radio), pero si v disminu-
ye, llegará un momento en que R (y por tanto N) valdrá 0, ése será el mínimo valor de v
necesario, por debajo del mismo, la bolita no podrá pasar el punto C.
Si la rapidez con que la bola llega a ese punto fuese la mínima necesaria no ocurriría nada
( N = 0), pero si fuese mayor (N 0), se colaría. Esto debe interpretarse como que en ese
caso la componente normal del peso sería insuficiente para proporcionar la fuerza normal
necesaria para girar con lo que el radio de su trayectoria aumentaría. Este aumento se ve
impedido por la superficie, que suministra la fuerza normal que falta, pero, si no hay su-
perficie, nada se opone al aumento de r y la bola se escaparía por el agujero.
Si queremos conocer la rapidez constante a la que el vehículo podrá tomar la curva, de-
bemos considerar que dicho vehículo describe un movimiento circular uniforme, y, en
consecuencia, la fuerza resultante que actúa sobre él debe tener solo componente normal
(dirección perpendicular a la trayectoria ydirigida hacia su centro O ). Las únicas fuerzas
que actúan sobre el vehículo son el peso P y la fuerza R que le ejerce la superficie y dan:
Fres P R
Conviene señalar que, el móvil no desliza a lo largo del plano que forma la curva peralta-
da sino que se mueve describiendo una circunferencia y manteniendo siempre la misma
Dinámica 107
altura sobre la base del plano inclinado que se forma al realizar un corte transversal de la
curva, tal y como se muestra en el esquema siguiente:
r R sen
v= Para obtener v, necesitamos conocer R
m
v g r tg = 10’8 m/s
El análisis del resultado obtenido, nos revela en primer lugar que es dimensionalmente
homogéneo. Además da cuenta de las siguientes situaciones:
Si el radio de la curva aumenta, también aumentará la rapidez a la que se puede tomar. Sin
embargo, cuanto menor sea el peralte menor será la rapidez permitida, de manera que si
no hay peralte (ni tampoco rozamiento), no será posible tomar la curva. Finalmente, si
ponemos la expresión obtenida en la forma v2 /r = g ·tg , nos damos cuenta que para un
ángulo de peralte dado solo hay una rapidez posible a la que puede tomarse cada curva ya
que si se aumenta (disminuye) v, como el cociente es constante (g ·tg ), el radio también
ha de aumentar (disminuir) y entonces el vehículo se puede salir de la carretera.
Dicha fuerza valdrá en todo momento lo mismo que la fuerza R que la carretera hace so-
bre el vehículo, que ya hemos calculado como mg/cos. Conviene darse cuenta que el
valor obtenido es mayor que el del peso mg (ya que cos será inferior a 1). Este resultado
es coherente con la idea ya expuesta, de que la curva peraltada al impedir que el móvil
siga una trayectoria rectilínea, hace que este realice sobre el suelo una fuerza mayor de la
que hace cuando no hay peralte.
Otra forma, más rigurosa, de resolver este mismo problema, es mediante la utilización de
los vectores unitarios tangencial , normal n y binormal b , tal y como se indican en el
esquema adjunto:
En el esquema anterior, los vectores unitarios n y se encuentran en un mismo plano (pa-
ralelo a la base del plano inclinado) y el vector b es perpendicular a ambos vectores. Po-
demos expresar los vectores fuerzas en función de dichos vectores unitarios:
P = P cos 90º · + P cos 90º · n + P cos 180º · b = - P· b
R = R cos 90º · + R cos (90º- )· n + R cos · b = R sen · n + R cos · b
Sumando obtenemos el vector fuerza resultante, que deberá estar dirigido hacia O (el au-
tomóvil lleva movimiento circular y uniforme)
Fres = P + R = R sen · n + (R cos - P) · b
Como la fuerza resultante no puede tener componente en la dirección del vector binormal,
podemos descomponer la ecuación vectorial anterior en las siguientes escalares:
Una vez que hemos llegado a estas ecuaciones se procedería igual que hicimos anterior-
mente para calcular la rapidez a la que se podría tomar la curva.
Dinámica 109
44. Determinad el ángulo mínimo con que habría que peraltar una curva de 25 m de
radio para que un vehículo de 500 Kg pudiese tomarla, sin deslizar, con rapidez de 72
km/h, sabiendo que el coeficiente de fricción es 0’8.
En primer lugar, conviene constatar que únicamente con la fuerza debida al rozamiento
(sin peralte), el vehículo no podría tomar una curva de ese radio con la rapidez que se
nos indica:
En efecto,
sobre una curva sin peraltar actuarían sobre el vehículo las fuerzas P , R y Fr
siendo Fr la fuerza de rozamiento.
Para que el vehículo describa la curva con movimiento circular uniforme, la fuerza resul-
tante ha de tener la dirección del radio y sentido hacia el centro O de la circunferencia. La
fuerza resultante viene dada por:
Fres = P + R + Fr
Como la aceleración no tiene ninguna componente según la vertical, P y R se tienen que
anular (P = R = N) y la fuerza resultante coincidirá con la de rozamiento.
v2
Fres n = m · an = m ·
r
con lo que sustituyendo obtenemos el valor que debería de tener la fuerza resultante para
que el vehículo pudiera dar la curva en las condiciones que se nos impone en el enuncia-
do del problema: Fres n = 8000 N.
Si lo calculamos veremos que Fr max = ·N = ·P = · mg = 4000 N, por tanto, insuficiente
para que el vehículo pueda dar una curva de ese radio con esa rapidez, por lo que será
necesario peraltarla para que R contribuya también a obtener la fuerza resultante necesa-
ria (ver figuras siguientes).
Dinámica 110
En las figura adjuntas se puede ver que Fres = P + R + Fr pero ahora, P + R no se anulan
sino que sumadas con la fuerza de rozamiento, proporcionan la fuerza resultante necesaria
para que el vehículo de la curva con movimiento circular y uniforme.
¿Cómo podemos hallar el peralte que ha de tener la curva para que el vehículo pueda
tomarla sin derrapar en las condiciones que se dan en el enunciado?
Teniendo en cuenta ahora que la fuerza resultante solo tiene componente normal (el vehí-
culo lleva movimiento circular uniforme ), podemos descomponer la ecuación vectorial
anterior en las siguientes ecuaciones escalares:
Fres t = 0 = m·at at = 0
Fres n = R sen + Fr cos = m·an R sen + Fr cos = m· v2/r
Fres b = R cos - P - Fr sen = 0 R cos - Fr sen = P
Sustituyendo la fuerza de rozamiento por su valor máximo: Fr = ·N = ·R, nos queda:
v 2 gr
A partir de la expresión anterior obtenemos que: tg = 0’35
gr v 2
Así pues: = arctg 0’35 = 19’3º
v2
¿Qué ocurriría si no existiese rozamiento? El resultado quedaría como: tg , que
gr
es precisamente el que obtuvimos en el problema anterior (rozamiento nulo).
gr(tg )
vmax = = 20 m/s
(1 tg )
c) Si + tg = 0 (lo que ocurrirá cuando = arctg (-), es decir para un cierto peralte
negativo o curva con pendiente “al revés”), la rapidez máxima será 0 y, por tanto, la curva
no se podría tomar ya que a cualquier rapidez se produciría derrape.
¿Quiere esto decir que no se puede circular por ninguna curva cuya inclinación esté
hacia el lado contrario al que debería? No necesariamente, ya que la expresión obtenida
no prohíbe que se puedan dar curvas con peralte negativo, siempre y cuando + tg 0.
Sin embargo, este tipo de curvas son muy peligrosas y se puede derrapar a velocidades
muy pequeñas.
45. Si el vehículo del problema anterior entrara en la misma curva peraltada con una
rapidez de 15 m/s, ¿qué valores presentarían la fuerza de rozamiento y la reacción del
plano?
Si el vehículo entra en la curva peraltada de = 19’3º, seguro que podrá tomarla ya que,
como hemos visto en el problema anterior, la fricción es tal que podría entrar hasta con
una rapidez de 20 m/s.
Dinámica 112
Sabemos también que la rapidez con la que podría tomarse la curva sin necesidad de ro-
zamiento, sería: v = gr tg = 10 25 tg 19'3º = 9’3 m/s.
¿Qué sucedería con un vehículo que entrase en la curva con una rapidez menor, igual o
mayor de 9’3 m/s?
a) Si la rapidez fuese inferior al valor hallado de 9’3 m/s, el vehículo, además de girar,
“tendería” a deslizar hacia abajo por el plano inclinado que forma la carretera y como
consecuencia se produciría una fuerza de rozamiento en sentido contrario (hacia arriba del
plano)
que lo impediría tomando para ello el valor idóneo para que al sumarla con el peso
P y la fuerza normal R que ejerce la superficie nos de la fuerza resultante necesaria para
que se produzca un movimiento circular uniforme (fuerza resultante en la dirección de la
normal y hacia el centro de la circunferencia descrita).
b) Si la rapidez fuese precisamente 9’3 m/s, la suma de P y R ya nos da la fuerza resul-
tante necesaria y, por tanto, la fuerza de rozamiento por deslizamiento que se daría sería
nula. Si el vehículo tomase la curva peraltada con esa velocidad, no importaría que en la
carretera se hubiesen formado placas de hielo.
c) Si la rapidez fuese mayor de 9’3 m/s, el vehículo, además de girar, “tendería” a deslizar
hacia arriba por el plano inclinado que forma la carretera, con lo que se produciría una
fuerza de rozamiento hacia abajo que “intentaría”
impedirlo, tomando
para ello el valor
idóneo para que al sumarla con el peso P y la fuerza normal R que ejerce la superficie
nos de la fuerza resultante necesaria para que se produzca un movimiento circular unifor-
me, aunque, como ya sabemos, si la rapidez fuese mayor de 20 m/s esto no se podría con-
seguir ya que en ese caso el valor máximo que puede tomar la fuerza de rozamiento ya no
sería suficiente para conseguir que la resultante tuviera la dirección de la normal.
En este problema, la fuerza de rozamiento actuaría hacia abajo (como en el anterior) pero
su valor no será el máximo (puesto que entra a menos de 20 m/s). Al tener el mismo sen-
tido, las ecuaciones a utilizar serán las mismas, solo que ahora el dato es el ángulo y la
incógnita la fuerza de rozamiento Fr.
P Fr sen
Despejando R de la segunda ecuación obtenemos: R = , y sustituyendo en la
cos
primera, podemos despejar Fr, con lo que nos queda:
mv 2
Fr cos Psen = 2594’5 N.
r
sol : 10 rad/s
47. Un móvil de 2 Kg de masa se desplaza según la trayectoria: r = (0, 2t, 3) (m si t en
s). Determinad su momento cinético respeto del origen de coordenadas y comentad el
resultado.
El momento
cinético respecto al origen de coordenadas viene dado por el producto vecto-
rial L rx p . Como conocemos r podremos calcular v y por tanto la cantidad de movi-
miento p .
v =d r /dt = (0, 2, 0) m/s. p = m· v = (0, 4, 0) kg·m/s
i j k
L 0 2t 3 = -12 i kg·m2/s
0 4 0
Podemos ver que el momento cinético es constante y dirigido según OX. Se trata de un
resultado que cabría esperar si analizamos las implicaciones que tiene el hecho de que la
velocidad sea constante. En efecto, si la velocidad es constante quiere decir que no habrá
aceleración y que, por tanto, la fuerza resultante Fres m a y el momento de dicha fuerza
dL
respecto al origen de coordenadas M r x Fres serán nulos. Ahora bien, como M , si
dt
M = 0, quiere decir que L tiene que ser constante, tal y como hemos obtenido anterior-
mente. Por otra parte, al estar los vectores r y p contenidos en el plano YOZ, su producto
vectorial deberá dar en la dirección OX.
Dinámica 114
48. Calculad la expresión del momento cinético respecto del origen de coordenadas
para un móvil que describe un movimiento circular y uniforme con centro en dicho
origen.
Sol: L m w r 2 k
49. Calculad el momento cinético de una masa puntual m que se mueve con rapidez
constante v a lo largo del eje OX+, respecto del punto A (0, y, 0 ).
sol: L = (0, 0, mvy)
50. Un cuerpo de 0'2 kg se desplaza con velocidad v = (2t, t, 1) m (si t en s). Sabiendo
que en el instante inicial se encontraba en el origen, determinad el momento de la
fuerza actuante respecto del origen.
¿Cómo puede calcularse la expresión del momento de una fuerza respecto a un punto?
la ecuación M r x F . En este caso no conocemos ni el vector de
Una posibilidad es manejar
posición r ni la fuerza F , pero podemos calcularlos a partir de los datos del enunciado:
dr r t t t2
v dr v dt r (2t , t , 1) dt (t 2 , , t )
dt 0 0 0 2
dv
Si ahora tenemos en cuenta que a (2, 1, 0) m/s2 y que F = m· a = (0’4, 0’2, 0) N
dt
podemos ya calcular el momento M r x F sin más que efectuar el producto vectorial:
i j k
M t 2
0'5 t 2 t = (-0’2t, 0’4t, 0)
0'4 0'2 0
dL
Otra posibilidad de calcular el momento habría sido partir de la expresión M
dt
A continuación comprobaremos que mediante este otro método obtenemos el mismo resul-
tado al que acabamos de llegar.
i j k
dL
L rx p t 2 0'5t 2 t (01
' t 2 , 0'2t 2 , 0) M (0'2t , 0'4t , 0)
dt
0'4t 0'2t 0'2
4. TRABAJO Y ENERGÍA
A B O
WF OO O F • dr A F • dr B F • dr . Se trata, pues, de resolver cada integral y sumar.
Desde O hasta A, x = 0 (nos movemos sobre el eje Y). Lo que cambia es y, que lo hace
desde 0 en el punto O hasta 3 en el punto A. Por tanto dx = 0, y dy ≠ 0.
A 2
O • dr O (y , xy) • (dx,dy) 0 y dx 0 xydy 00 0
A 0 2 3
F
Desde A hasta B, lo que cambia es x (y = 3 en todo este trozo de trayectoria), que lo hace
desde x = 0 en el punto A, hasta x = 2 en el B.
F • dr (y 2 , xy) • (dx, dy) y 2 dx xydy 9dx 0 9x0 18 J
B B 2 3 2
2
A A 0 3 0
Como podemos ver, ninguna de estas dos integrales puede resolverse si no obtenemos
previamente la función que relaciona a las variables x e y.
Encontrar dicha función es obtener la ecuación de la trayectoria, que, en este caso, se trata
de una línea recta que pasa por el origen de coordenadas, por lo que y = mx, siendo m la
pendiente de la recta. Particularizando para el punto B, podemos hallar el valor de dicha
pendiente: 3 = m·2 con lo que m = 3/2 y la ecuación de la trayectoria y = 3x/2. Diferen-
Trabajo y energía 116
ciando nos queda que dy = 3dx/2 y sustituyendo en las dos integrales anteriores ya pode-
mos resolverlas:
2 y3 2 y3
0 0
y dx B xy • dy 3 y dy 3 y 2 dy = 6 6 0 J
O
2
O 0 2 2 02
•
B 3 3 3 3 3 3 3 2
Así, pues, el trabajo realizado por la fuerza a lo largo de todo el ciclo será:
WF OO = 0 + 18 + 0 = 18 J
Sobre el cuerpo actúan
dos fuerzas: el peso P , que se considera constante, vertical y hacia
abajo, y la fuerza F que le ejerce el viento, que es variable y perpendicular al peso. La
trayectoria que sigue el cuerpo desde que se suelta en A hasta que llega al suelo en B es,
en principio, desconocida, por lo que será necesario manejar magnitudes vectoriales.
Y (m)
45 A
F
r P
B X (m)
B
Fres x • dx y Fres y • dy z Fres z • dz
xB yB zB
Wres A A Fres • d r =
B
xA A A
Para ello hemos de obtener en primer lugar la expresión de la fuerza resultante. Utilizando
el sistema de coordenadas de la figura anterior, podemos escribir:
Fres F P (40 1' 2t,0) (0, 20) (40 1' 2t, 20), con lo que el trabajo resultante
entre los puntos A y B será:
Trabajo y energía 117
B
Wres AB A F • dr x (40 1' 2t) • dx y 20 • dy
xB yB
A A
De las dos integrales anteriores, la primera no podemos resolverla sin hacer un cambio de
variable (ni x ni t son constantes), mientras que la segunda no ofrece ninguna dificultad:
45
vdv t a • dt 0dv 0(20 0' 6t, 10) • dt v (20t 0' 3t2 , 10t) .
v t v t
0 0
Considerando que el vector de posición del cuerpo a los 0 s es r0 (0, 45) m, podemos
integrar de nuevo para obtener r r (t ) :
dr v
dt 0 (20t 0' 3t2 , 10t) • dt r r0 (10t 0' 1t3 , 5t 2 )
r t t
•
r0 0
r (0, 45) (10t 0' 1t3 , 5t 2 ) r (10t 0' 1t3 , 5t 2 45) , con lo que la ecuación de
la trayectoria será:
Tenemos pues la función que nos relaciona la coordenada x con la variable t, con lo que
ya podemos hacer el cambio de variable y resolver la integral:
xA A
Sabemos que tA = 0, pero no conocemos tB o instante en que el cuerpo llega al suelo. Po-
demos calcularlo si tenemos en cuenta que en ese momento la componente "y" del vector
de posición será 0 y, por tanto: -5t2 + 45 = 0, de forma que tB = 3 s. Conociendo los lími-
tes, podemos resolver ahora la integral anterior
3
0'36 4 36 3 800 2
0 (40 1'2t) (20t - 0'3t ) dt 0 (800t 36t o'36t ) dt 4 t 3 t 2 t =
3 2 3 2 3
3283’3 J
Trabajo y energía 118
Con lo que el trabajo resultante desde A hasta B será: Wres = 900 + 3283’3 = 4183’3 J
3. Calculad el trabajo realizado por la fuerza F = (x, yz, 2) cuando actúa sobre un
cuerpo de masa m que se desplaza a lo largo de la curva: x=2t; y=t 3 ; z=3t2 desde el
punto A(0, 0, 0) al punto B(2, 1, 3).
sol: W = 9’125 J.
sol: W = 9 J.
5.Comprobad
que en el caso de los 2 ejercicios anteriores, si la fuerza viniese dada
por F =(1, 3, 2) N, el trabajo sería independiente de la trayectoria.
Podemos considerar
que a lo largo del desplazamiento, sobre el esquiador actúan tres
fuerzas:
el peso P , la fuerza normal R que ejerce la superficie y la fuerza de rozamiento
Fr . Todas ellas tienen módulo constante y forman un ángulo también constante con el
desplazamiento. Por tanto, para calcular el trabajo podremos utilizar la expresión:
W = F • r = F·r · cos
en la que, el trabajo se calcula como el producto escalar de los vectores fuerza y despla-
zamiento. En este caso, el vector desplazamiento será tangente al plano y dirigido hacia
abajo, de manera que su módulo coincidirá con la distancia recorrida por el esquiador. Por
otra parte, como la trayectoria se supone rectilínea, la velocidad solo puede cambiar de
módulo y la fuerza resultante (si no es nula) deberá ser tangente a la trayectoria y en el
mismo sentido que el desplazamiento.
Trabajo y energía 119
Otra posibilidad es sumar cada uno de los trabajos correspondientes a las distintas fuerzas
actuantes (ya que, en casos como el que nos ocupa, el trabajo total coincide con el trabajo
realizado por la fuerza resultante):
WR BA = Rt · e = R cos 90º = 0 J
Para calcular el trabajo realizado por la fuerza resultante se procedería de forma análoga a
como hicimos anteriormente.
7. Una persona arrastra por el suelo un trineo mediante una cuerda, que forma un
ángulo de 30º con la horizontal, recorriendo una distancia de 5 m. Si la tensión de la
cuerda es de 200 N, ¿qué trabajo realizará?
Trabajo y energía 121
sol: 870 J
sol: 0 J.
9. Sobre un cuerpo actúa una fuerza F = (- 400x, 0, 0) N (si x en m). Calculad el tra-
bajo realizado por dicha fuerza cuando el cuerpo se desplaza desde el punto A (5, 0,
0) cm al punto B (0, 0, 0) cm. ¿Será necesario conocer la trayectoria?.
Dado que tenemos el vector fuerza expresado según sus componentes cartesianas y que no
se trata de una fuerza constante, utilizaremos para calcular el trabajo la expresión:
WF BA x Fx dx y Fy dy z Fz dz
xB yB zB
A A A
donde Fx, Fy y Fz son las componentes cartesianas escalares (positivas o negativas) del
vector fuerza F . Conviene recordar que en estas integrales a dx, dy y dz no se les pone
nunca signo, ya que éste se halla implícito en los límites de la integral.
0
Sustituyendo los datos nos queda: WF A - 400x dx = 0’5 J
B
0' 05
Como vemos, las integrales anteriores se pueden resolver sin necesidad de conocer la
forma que tiene la trayectoria, por lo tanto, sea cual sea la forma de la trayectoria seguida
por el cuerpo cuando se desplaza desde A hasta B, el trabajo siempre valdrá 0’5 J.
Trabajo y energía 122
10. Dad el coste del consumo energético mensual de una plancha de 1200 W que fun-
ciona una media de 0'7 horas al día. (Suponed que 1 kWh cuesta 0'125 € y un mes de
30 días).
sol: 3'15 €
11. El motor de un ascensor dispone de una potencia máxima de 10 kW. Sabiendo que
la caja del mismo tiene una masa de 300 kg, determinad la máxima rapidez con que
podría ascender.
Como las fuerzas perpendiculares al desplazamiento no realizan ningún trabajo (cos 90º =
0), solo nos interesan las componentes tangenciales de todas las fuerzas que actúan. En
este caso, se desplaza con movimiento uniforme, luego a t = 0.
Así pues, la componente tangencial de la fuerza resultante es nula: Fres t = 0. Como Fres t =
Fm - Pt , nos queda que para que la persona ascienda con movimiento uniforme debe exis-
tir una fuerza motriz de módulo Fm = Pt y en sentido ascendente.
La potencia que desarrolle la persona vendrá dada por el trabajo que realice la fuerza mo-
triz, por unidad de tiempo. Como en este caso las fuerzas son constantes y el movimiento
rectilíneo y uniforme, podemos calcular el valor de dicha potencia mediante:
Trabajo y energía 123
W Fm • r
P= Fm • v Fm • v • cos0º Pt • v = mg sen30º· v = 400 W
t t
La expresión obtenida para la potencia nos relaciona la misma con el valor de la fuerza
motriz y de la velocidad, de manera que, cuando se mantenga constante una potencia de-
terminada (por ejemplo la máxima posible), si se aumenta la fuerza motriz la velocidad
disminuirá y viceversa. La persona puede subir una cuesta de mayor pendiente con la
misma potencia, pero para ello ha de disminuir la velocidad con que asciende.
En general, muchos vehículos tienen distintas marchas que para una misma potencia, son
capaces de desarrollar más o menos velocidad. Las marchas cortas pueden hacer que la
fuerza motriz sea muy grande, pero en cambio la velocidad es más pequeña, mientras que
con las largas sucede lo contrario. Por este motivo, cuando se precisa realizar un adelan-
tamiento rápido se recomienda cambiar a una marcha más corta (para conseguir mayor
fuerza motriz y, por tanto, mayor aceleración).
Para terminar. ¿Quién ejerce la fuerza motriz que actúa sobre la persona?(recordad lo
que dice el principio de acción-reacción).
13. La persona del ejercicio anterior asciende con una aceleración de 0'1 m/s2, par-
tiendo con rapidez nula desde la base. ¿Qué potencia instantánea desarrolla a los 3 s?
¿Cuál será la potencia media desarrollada en estos 3 s?
Para que suba la cuesta con movimiento rectilíneo uniformemente acelerado, será necesa-
rio que sobre la persona actúe una fuerza resultante tangente al plano, dirigida hacia arriba
y de módulo constante. Si, al igual que en el ejercicio anterior, tomamos como sentido
positivo el del movimiento, podemos escribir:
Fres t = m · at Fm - Pt = m· at Fm = m· at + Pt = m· at + mgsen30º
La potencia instantánea es una magnitud que indica “lo aprisa” que se está realizando tra-
bajo en un momento dado y se calcula derivando el trabajo respecto al tiempo:
dW Fm • dr
Pi = Fm • v
dt dt
Teniendo en cuenta que en este caso, la fuerza motriz y la velocidad tienen la misma di-
rección y sentido, y que se trata de un movimiento uniformemente acelerado, nos queda:
La expresión obtenida, nos permite comprobar que la potencia desarrollada, en las condi-
ciones que se fijan en el enunciado del problema, depende del tiempo, de forma que su
valor irá aumentando regularmente con el tiempo.
Como en este caso la potencia varía linealmente con el tiempo, su valor medio entre dos
instantes cualesquiera, se podrá determinar mediante la semisuma de los valores de la
potencia inicial y final. No obstante, es mejor aplicar el procedimiento general, que con-
siste en calcular el trabajo realizado y dividirlo por el intervalo de tiempo correspondiente:
at 2
(m at mg sen 30º ) (v0 t )
W 0 Pi • dt =
t
Pm 2 y sustituyendo: Pm = 61'2 W
t t 3
Hablamos de “potencia suministrada” porque se mide únicamente la energía que por uni-
dad de tiempo recibe el conjunto
ciclista-bicicleta. Las fuerzas que actúan sobre el sistema
ciclista-bicicleta son F, P, R, y Fr (fuerza motriz, peso, fuerza normal y fuerza de roza-
miento con el viento, respectivamente), según se aprecia en la figura adjunta:
Trabajo y energía 125
La fuerza Fr debida a la fricción con el aire, podemos calcularla a partir de la ecuación (1)
si determinamos primero F y Pt. La fuerza F se puede obtener mediante la relación que
liga la potencia con la velocidad, que en este caso,
como en los dos ejercicios anteriores,
viene dada por P = F·v (porque el ángulo entre F y v es 0º), con lo que F= P/v. La com-
ponente tangencial del peso vale Pt = mg sen. Sustituyendo en (1):
15. Determinad la fuerza de frenado (por efecto del aire) que sufre un vehículo de
1200 kg sabiendo que, para mantener constante una rapidez de 72 km/h al ascender
por una carretera que tiene una pendiente del 13 %, debe desarrollar una potencia
constante de 60 CV. ( 1 CV = 735 W).
sol: 645 N
sol: Ec = 48 J.
17. Se eleva un cuerpo de 15 kg de masa, mediante una fuerza igual a su peso. Calcu-
lad la variación de energía cinética que sufrirá cuando haya recorrido 10 m.
sol: Ec = 0 J.
19. Sea un cuerpo de 4 kg de masa sobre el que actúan varias fuerzas. Determinad de
tantas formas como sea posible, el trabajo realizado por la fuerza resultante entre los
instantes 1 y 2 segundos, sabiendo que su vector de posición viene dado por la expre-
t
3
sión r = i 2 j (t 1) 2 k m (si t en s).
3
En la primera de las integrales anteriores existen dos variables, por lo que para poder re-
solverla, será necesario un cambio de variable para reducirlas a una sola. La relación fun-
cional entre las variables la determina la ecuación de la trayectoria.
x = t3/3 dx = t2 ·dt
y=2
z = (t-1)2 dz = (2t-2)·dt
m v 2B m v 2A
Ec B Ec A
B
Wres A
2 2
v A = (1, 0, 0) m/s vA = 1 m/s
v B = (4, 0, 2) m/s vB = 20 m/s
Sustituyendo ahora los valores numéricos en la expresión del trabajo, nos queda:
m • v 2B m • v 2A
Wres AB Ec B Ec A 2 • 20 2 38 J
2 2
20. Deducid la expresión de la energía potencial gravitatoria del sistema formado por
un cuerpo de masa m (situado a una pequeña altura sobre el suelo) y la Tierra.
sol: Ep = mg0h + C (siendo C una constante, m la masa del cuerpo y g0 la intensidad del
campo gravitatorio terrestre en la superficie del planeta).
Trabajo y energía 127
xB xB xB Kx 2 Kx2A
WFe A F • dr Fx • dx Kx • dx B
B
xA xA xA 2 2
Analizando el resultado obtenido podemos ver que el trabajo realizado por la fuerza elás-
tica entre las posiciones A y B, se expresa como la diferencia entre lo que vale la función
Kx2/2 + C (donde C es una constante) en el primer punto A y lo que vale esta misma fun-
ción en el segundo punto B. Dicha función, para un muelle dado, solo depende del valor
de x, lo que nos muestra que la fuerza elástica es una fuerza conservativa (el trabajo que
realiza entre dos puntos dados, no depende de la trayectoria seguida). Designaremos, pues,
a esa función como energía potencial elástica Ep.
Conviene darse cuenta de que la energía potencial es una función indeterminada (no sa-
bemos lo que vale la constante C). Sin embargo esto lo único que quiere decir es que no
tiene sentido hablar de valores absolutos de la energía. La principal utilidad de la función
Ep es que al ser una función de estado (depende de la posición), permite calcular fácil-
mente el trabajo realizado por la fuerza conservativa asociada a dicha energía potencial,
mediante la expresión general:
Así pues, lo que medimos siempre, son variaciones de energía y no valores absolutos de la
misma. No obstante, si adoptamos el criterio de asignar el valor 0 a la energía potencial
elástica del muelle cuando este se encuentra relajado (es decir, cuando x = 0), tenemos
que Ep0 = 0 + C C = 0, es decir la constante C queda determinada y podemos referirnos
a la energía potencial elástica del muelle en cualquier posición como:
Trabajo y energía 128
Kx 2
. Aunque lo que en realidad significa esta expresión es que si el muelle pasara de
2
encontrarse distendido (extremo libre del mismo en la posición x = 0) a otra situación de
compresión o alargamiento (extremo libre en una posición cualquiera x distinta de 0) la
Kx 2
energía potencial elástica aumentaría justamente en .
2
Si despreciamos el efecto del rozamiento con el aire, podemos suponer que la energía
cinética inicial del cuerpo va disminuyendo conforme
este asciende debido al trabajo ne-
gativo que realiza sobre él la fuerza peso ( P forma un ángulo de 180º con el desplaza-
miento) hasta llegar a un punto en el que dicha energía cinética será nula, habiendo alcan-
zado el cuerpo su máxima altura
respecto al punto de lanzamiento. Como el cuerpo sigue
sometido a la misma fuerza P , esta le hace descender realizando ahora el mismo trabajo
que antes pero positivo (formará un ángulo de 0º con el desplazamiento), lo que causará
un aumento de la energía cinética, de forma que, cabe pensar que el cuerpo llegue de vuel-
ta al punto de lanzamiento con la misma energía cinética con que partió.
Para resolver el ejercicio mediante consideraciones de trabajo y energía, hemos de esta-
blecer (a conveniencia) dos estados A y B entre los cuales aplicaremos la expresión:
en la que Wc BA representa el trabajo realizado por las fuerzas conservativas que actúan
sobre el cuerpo desde la posición A a la B y Wnc BA el que realizan las fuerzas no conserva-
tivas. Como en nuestro caso, la única fuerza que actúa es el peso y esta es conservativa,
nos queda que:
(3) Wc BA WP BA = Ec
Esta ecuación puede servirnos para calcular la altura h B alcanzada por el cuerpo si conse-
guimos expresar el trabajo realizado por la fuerza peso en función de dicha altura.
Trabajo y energía 129
a) Aplicando la expresión del trabajo realizado por una fuerza (en este caso constante):
WP AB P • r P • r • cos180º mgh B
En este ejercicio no tiene mayor importancia realizar el cálculo de una forma u otra, pero
en otros casos el cálculo del trabajo realizado puede ser mucho más complejo (por ejem-
plo, si la trayectoria seguida no es rectilínea) y, si la fuerza es conservativa, el hecho de
que el trabajo pueda calcularse simplemente restando dos valores de la energía potencial,
supone una gran ventaja.
mv 2A mv 2A
- mghB = 0 o lo que es lo mismo: mgh B
2 2
v A2
Despejando hB de la expresión anterior, obtenemos que: hB → hB = 2’45 m
2g
Comprobad que la energía cinética del cuerpo cuando llega de vuelta al punto de partida
es la misma con que salió.
2
Basta con aplicar (ahora desde B hasta A): Wres B = Ec AB = EcA - EcB = EcA = mv A
A
2
Trabajo y energía 130
Teniendo en cuenta de nuevo que la única fuerza es el peso y que se trata de una fuerza
A
conservativa: Wres B = WP AB Ep AB mgh B
mv 2A
Con lo que finalmente obtenemos que: mgh B
2
Es decir, toda la energía potencial gravitatoria correspondiente a la situación B, se ha
transformado en energía cinética en el instante en que el cuerpo vuelve al punto desde
donde se lanzó.
En ese caso, ya no puede pensarse en que la energía cinética con que sale el cuerpo sea la
misma que con la que vuelve, ya que la fuerza de rozamiento es no conservativa. El traba-
jo realizado por este tipo de fuerzas a lo largo de una trayectoria cerrada es siempre nega-
tivo y esto hace que la energía mecánica con que vuelve el cuerpo al punto de partida sea
siempre menor que la energía con la que salió.
Ahora en el ascenso actúan dos fuerzas, el peso P y la fuerza de rozamiento Fr . Ambas
tienen sentido contrario al desplazamiento, por lo que realizan un trabajo negativo que
producirá una disminución de la energía y, en consecuencia, podemos pensar que el cuer-
po se quedará sin energía cinética a menos altura que antes (cuando no había rozamiento).
Aplicando de nuevo la ecuación (2):
La ecuación anterior puede ponerse como: (EcB + EpB ) = (EcA + EpA) + WFr BA
Conviene recordar que, aunque habitualmente se hable de energía perdida, ello no quiere
decir que esa energía haya desaparecido. En realidad sigue estando, pero se encuentra
repartida entre muchas de las partículas que forman el cuerpo y el aire.
Teniendo en cuenta que vB = 0 y que hA = 0, esta última ecuación puede ponerse como
mv A2
mghB - = WFr BA .
2
mv 2A
WFr A
B
Podemos resaltar, por ejemplo, cómo, ahora sí que influye la masa que tenga el cuerpo y
v A2
que esta expresión se convertiría en la anterior ( h B = ), si no hubiese rozamiento.
2g
Designaremos como A la posición inicial del cuerpo y como B la posición que ocupa tras
recorrer los 10 m sobre el plano inclinado siguiendo la trayectoria rectilínea que se indica
en la figura.
Sobre dicho cuerpo actúan
tres fuerzas que realizan trabajo: el peso P , la
fuerza F y la fuerza de rozamiento Fr . La rapidez con que se mueva el cuerpo al llegar a
B, dependerá del trabajo realizado por la fuerza resultante a lo largo del trayecto desde A
hasta B:
Wres BA Ec B Ec A
Trabajo y energía 132
WP AB mg h B mgLsen = -180’5 J
En cuanto a la fuerza que tira del cuerpo hacia arriba, podemos hallar el trabajo como:
L3
B B L
WFAB F • de
A t
F • de (e2 25) • de 25L = 583’3 J
A 0 3
N, es el módulo de la fuerza normal que el cuerpo hace sobre el plano y, de acuerdo con el
principio de acción y reacción N = R. Como, por otra parte, la componente normal de la
aceleración es nula, tiene que cumplirse que R = Pn = mgcos. Por tanto Fr = -mg cos.
Sumando los tres trabajos tenemos: Wres AB = -180’5 + 583’3 -119’8 = 283 J.
Así pues, la energía cinética se verá incrementada en 283 J. Como el cuerpo estaba ini-
cialmente en reposo podemos escribir que Ec B = 283 J y por tanto mv2/2 = 283 de donde
podemos obtener la rapidez del cuerpo como:
2 • 283
v = 13’7 m/s
3
Resolved de nuevo el problema calculando antes la fuerza resultante que actúa sobre el
cuerpo, para después calcular el trabajo realizado por la misma y, finalmente, la rapidez
que nos piden mediante la aplicación del teorema trabajo resultante-variación de energía
cinética.
El bloque llegará con cierta rapidez vA al resorte (que se encuentra inicialmente distendi-
do) y comenzará a interaccionar con él comprimiéndolo. Las fuerzas que actuarán
sobre
el
bloque durante la compresión del resorte serán, la fuerza
de rozamiento Fr , el peso P , la
fuerza normal R que hace el plano y la fuerza elástica Fe que ejerce el resorte.
¿Cómo podemos hallar la rapidez que llevaba el bloque al chocar contra el muelle?
Una posibilidad es mediante consideraciones de trabajo y energía, aplicando la ecuación
Wres = Ec a los estados A (cuando el bloque choca) y B (cuando el muelle se halla com-
primido al máximo y el bloque parado). Si distinguimos entre las fuerzas conservativas y
no conservativas que actúan sobre el bloque, podemos escribir la ecuación anterior como:
Wnc AB WFr AB Fr • r Fr • x B • cos180º N • x B mg • x B
mv 2A Kx 2B
EcA = , EpA = 0, Ep B , EcB = 0.
2 2
Kx 2B 2 mgx B
Sustituyendo en (1) y despejando, obtenemos v A = 7’2 m/s
m
Un análisis del resultado literal obtenido, nos permite mostrar en primer lugar que es di-
mensionalmente homogéneo (L/T en ambos miembros) y al mismo tiempo que contempla
algunos casos evidentes como es el hecho de que si x B valiese 0 (el muelle no se compri-
me) la rapidez sería nula, o que cuanto mayor resulte x B (siempre a igualdad de los restan-
tes factores) con más rapidez habrá chocado el bloque contra el muelle, etc.
26. Sobre el plato de una balanza de muelle se deja suavemente, acompañándola con
la mano, una masa de 200 g de forma que se alcanza la posición de equilibrio que co-
rresponde a una compresión de 1 cm. Si apretando se la hace descender 2 cm más, y
se suelta el plato, se efectúan oscilaciones. ¿Cuál es la energía cinética de la masa
cuando el muelle tiene su longitud natural?
sol: Ec = 3·10-2 J
Como ya vimos en dinámica (ejercicio 42), para que el cuerpo pase el rizo, es necesario
que en la parte superior disponga de la rapidez mínima necesaria para describir una curva
de igual radio que la circunferencia. Ello exige que exista una fuerza normal tal que Fn =
m·v2/r, donde Fn = P + R, siendo P el módulo de la fuerza peso y R el de la fuerza normal
que hace la superficie sobre el cuerpo, de manera que para ese punto podemos escribir:
(mg R) r
mg + R = m·v2/r y despejar v con lo que nos queda: v
m
Trabajo y energía 135
de donde concluimos que el valor mínimo que podrá tomar v en el punto considerado,
corresponderá al caso en el que R sea 0, es decir, que toda la fuerza normal requerida sea
suministrada por la fuerza peso, con lo que vmin = gr . Si llegase con una rapidez infe-
rior, la fuerza peso sería mayor que la fuerza normal necesaria y r disminuiría por lo que
el cuerpo caería. Si llega con una rapidez mayor, el radio tendería a aumentar porque el
peso sería insuficiente para mantener al cuerpo en una trayectoria con esa curvatura, pero
la superficie se lo impide suministrando la fuerza R necesaria.
La rapidez con que llegue el cuerpo a la parte superior del rizo, dependerá de la altura
desde la que se suelte. ¿Cómo podemos encontrar esta relación?
En el sistema formado por el bloque, las superficies y la Tierra, al no haber rozamientos
no hay ninguna fuerza no conservativa que realice trabajo y, por tanto, la energía mecáni-
ca ha de conservarse, es decir, la energía mecánica en A ha de valer lo mismo que la
energía mecánica en B.
v 2B
gh B 5r
1 2
mgh A mv B mgh B , de donde: hA 2 y sustituyendo vB → h A
2 g 2
29. Dado el esquema de la figura, determinad (por aplicación del principio de conser-
vación de la energía) la máxima compresión que se producirá en el resorte cuando
tras soltar el cuerpo impacte en el mismo. La altura hA vale 1 m, el cuerpo se aban-
dona en el punto A, su masa es de 1 kg, la constante elástica del muelle vale K = 20
N/m, el coeficiente de rozamiento en el tramo AB vale 0’2 y en el tramo horizontal se
considera despreciable.
El cuerpo de la figura descenderá por el plano inclinado AB (el valor máximo de la fuerza
de rozamiento resulta inferior a la componente tangencial del peso) y mientras descienda
el trabajo realizado por la fuerza resultante hará que aumente su energía cinética. Luego se
desplazará por el tramo horizontal BO sin que se realice trabajo sobre él (la fuerza resul-
tante es 0) por lo que la energía cinética se mantendrá constante. Al llegar al resorte cho-
Trabajo y energía 136
cará contra el comprimiéndolo, de manera que la fuerza elástica que el resorte ejerce so-
bre el cuerpo lo irá frenando haciendo que la energía cinética vaya disminuyendo hasta
valer 0 en el punto D (instante en que la compresión del resorte es máxima y el cuerpo se
encuentra momentáneamente en reposo).
Para resolver el problema, podemos aplicar la expresión que relaciona el trabajo resultante
con la variación de energía cinética (en la cual se halla implícito el principio de conserva-
ción de la energía) en cada uno de los tramos, teniendo en cuenta que entre A y B solo
realizan trabajo el peso y la fuerza de rozamiento, entre B y C no se realiza trabajo y fi-
nalmente que entre O y D es la fuerza que el muelle ejerce sobre el bloque la única que
realiza trabajo.
Wres A Ec B Ec A
B
Wres B Ec O Ec B
O
Wres O Ec D Ec O
D
Wres DA Ec D Ec A 0
Wres DA WP BA WFr BA WFe DO 0
y tomando el suelo como nivel 0 de energía potencial gravitatoria, nos queda que:
WP BA Ep A Ep B mg h A
hA
WFr AB Fr • r Fr • r • cos180º N
sen30º
En la expresión anterior, N es la fuerza normal que el cuerpo hace sobre el plano. Como
en el tramo AB la velocidad no cambia de dirección, la componente normal del vector
aceleración es 0, lo que implica que R Pn 0 y por tanto que R = Pn = mg cos30º con lo
que N = mg· cos30º y el trabajo de rozamiento a lo largo del plano inclinado puede expre-
sarse como:
hA
WFr AB mg cos30º •
sen30º
La fuerza elástica es una fuerza conservativa, de manera que teniendo en cuenta que el
punto O corresponde a la posición del extremo del muelle cuando está distendido (x = 0) y
que el punto D (situado a x m de O) es el que corresponde a la situación de máxima com-
presión del muelle, podemos escribir que:
Kx 2
(Ep D Ep O ) Ep O Ep D 0
D
W Fe O
2
Sumando cada uno de los trabajos anteriores e igualando a 0:
- Kx = 0
hA 2
mghA - mgcos30º
sen30º 2
2mg h A
x 1 = 0’81 m
K tg30º
2mg h A
x=
K
inicial de reposo. Este mismo efecto se conseguiría si, para un coeficiente de rozamiento
dado vamos variando el ángulo de inclinación del plano hasta que su tangente tome el
valor de dicho coeficiente.
Al aplicar la fuerza F se provocará una aceleración al bloque el cual irá comprimiendo el
resorte ejerciendo sobre éste una cierta fuerza, que, en todo momento será del mismo
módulo y sentido contrario a la fuerza que hará el resorte sobre el bloque (principio de
acción y reacción). Así pues,
sobre el bloque actuarán dos fuerzas paralelas al plano: la
que nosotros
le aplicamos F , que es constante, y otra de sentido contrario que le ejerce el
resorte Fe cuyo módulo es directamente proporcional a la variación de longitud que sufre
el muelle (es decir, que va aumentando conforme el resorte se comprime).
Sobre
el bloque también actúan otras dos fuerzas, que son el peso P y la fuerza normal
R que ejerce la superficie , pero no las tendremos en cuenta ya que se anulan entre si y no
realizan ningún trabajo.
Como al principio la fuerza aplicada es mucho mayor que la fuerza elástica que ejerce el
muelle, el bloque acelera hacia la derecha, pero como F permanece constante mientras
que Fe va aumentando, la aceleración será cada vez más pequeña y llegará un momento en
que valdrá 0 porque los módulos de ambas fuerzas serán iguales F = Fe (posición de equi-
librio). En un principio, podría pensarse que esta es la situación de máxima compresión
del resorte, pero no es así, ya que en ese instante, aunque la fuerza resultante sea nula, el
bloque no está parado sino que se está moviendo con una cierta rapidez (alcanzada a lo
largo del trayecto) y se seguirá moviendo comprimiendo al resorte, si bien a partir de la
posición de equilibrio, la fuerza elástica superará a la fuerza aplicada F y, en consecuen-
cia, habrá una fuerza resultante hacia la izquierda, cuyo módulo será cada vez mayor, que
provocará una aceleración que hará que la velocidad del bloque vaya disminuyendo hasta
que se detenga. En ese punto, la velocidad del bloque pasa por el valor 0 y la fuerza resul-
tante sobre él irá hacia la izquierda, haciendo que el bloque continúe moviéndose en ese
sentido, contrario al inicial.
Para resolver el problema tomaremos como origen de espacios la posición inicial del blo-
que y como sentido positivo el del movimiento durante la compresión del muelle.
Wres BA Ec BA Ec B Ec A 0
Wres BA WF BA WFe BA
WF A Ft Δx Fcos 0 x B F x B
B
Kx 2B
WFe A Ep (Ep B Ep A )
B
K x 2B Kx 2B
Wres A F x B
B
= 0, o lo que es equivalente: F·xB =
2 2
Esta última expresión podemos interpretarla diciendo que todo el trabajo realizado por F
entre A y B, se ha empleado en aumentar la energía potencial elástica. A partir de dicha
expresión es fácil obtener la compresión máxima del muelle como:
2F
xB = 0’25 m
K
El análisis del resultado literal obtenido nos lleva a comprobar en primer lugar que es
dimensionalmente homogéneo y a constatar que contempla algunos casos particulares
evidentes como, por ejemplo, que si F = 0, no habrá compresión, que si F aumenta la
compresión máxima conseguida será mayor y que si K aumenta (muelle mas “duro”) di-
cha compresión será menor.
FKx dv F K x
Frest = m·at F-K·x = m·at at = . Como at = dv/dt, nos queda:
m dt m
Para poder integrar, multiplicaremos por “dx” en ambos miembros, con lo que nos queda:
dv FKx (F K x) v x (F K x
dx dx v dv dx v dv dx
dt m m 0 0 m
Resolviendo estas integrales obtenemos una expresión que nos relaciona v con x:
2F x K x 2 2F
v2 y haciendo v = 0 y x = xB, se obtiene fácilmente que: x B
m K
¿Cómo podemos calcular el valor de la máxima rapidez con que podrá llegar la bola al
punto considerado?
Fres n m • a n v2
T P m • an T P m •
Fres n T P L
Como P, m y L son valores fijos, vemos que la tensión de la cuerda depende de la rapidez
con que la bola pase por la posición más baja, cuanto mayor sea dicha rapidez, mayor será
la tensión del hilo. Sin embargo la máxima tensión que puede aguantar el hilo es de 15 N,
por tanto, para calcular la rapidez máxima que podrá llevar la bola, tendremos que susti-
tuir T por su valor máximo y despejar v, con lo que nos queda:
(Tmax P) • L
v max = 1 m/s
m
Esta rapidez dependerá del ángulo desde el que se haya soltado la bolita.
¿Cómo podemos determinar la relación existente entre ambas magnitudes?
Podemos aplicar la ecuación Wres BA Ec BA entre los estados A (cuando soltamos la bolita
desde un ángulo ) y B (cuando pasa por la posición más baja):
mv 2B
Wres BA Ec B Ec A Ec B
2
mv 2B
W B
res A WB
PA W B
TA W B
PA W B
TA
2
WP BA Ep BA Ep A Ep B Ep A mgh A
WT BA 0 ya que en todo momento la fuerza T es perpendicular a la trayectoria.
Trabajo y energía 142
mv 2B v B2
Sustituyendo en W B
res A obtenemos que: mg hA = hA
2 2g
Si ahora sustituimos vB por su valor máximo obtendremos el valor de la altura límite des-
de la que podemos soltar la bolita sin que el hilo se rompa: h max = 0’05 m.
Lh
Como cos = , basta con sustituir h por el valor obtenido para poder hallar al ángu-
L
lo que nos piden, resultando cos = 0’75 = 41’4º. Soltando la bolita del péndulo
desde este ángulo, la tensión del hilo en la posición más baja será de 15 N. Para ángulos
mayores la tensión será mayor y, por tanto, el hilo se romperá.
sol: h = ho
34. Desde lo alto de una esfera de radio r = 2’4 m, se desliza, sin rozamiento, un cuer-
po de masa m. Determinad cuál será su rapidez en el momento en que se separe de la
esfera.
Las únicas fuerzas que actúan sobre el cuerpo son el peso P y la fuerza normal R que ejerce
la superficie. Cuando la chica se encuentra en la posición más alta y en reposo, ambas fuerzas
se ejercen en la misma dirección y se anulan. Sin embargo, en cuanto se separe ligeramente de
Trabajo y energía 143
esa
posición, comenzará a deslizar
ya que las dos fuerzas dejan de estar en la misma dirección
( P no cambia, pero sí lo hace R que en todo momento ha de ser perpendicular a la superficie)
y no se anulan. Conforme vaya deslizando, la velocidad irá aumentando de valor y cambiando
de dirección, por lo que el vector aceleración tendrá componentes tangencial y normal.
Por otra parte, como no actúan fuerzas no conservativas, la suma de la energía potencial gravi-
tatoria y cinética ha de permanecer constante, de manera que, si bien la energía potencial va
disminuyendo conforme la chica se mueve hacia el suelo, la energía cinética debe ir aumen-
tando justo en la misma proporción, para que la suma de ambas valga siempre lo mismo.
Como la trayectoria desde el punto más alto hasta donde se despega, es conocida, para ese
recorrido podemos aplicar un tratamiento escalar, con lo que:
En cuanto a la aceleración normal, sabemos que esta viene dada por a n = v2/r siendo r el
radio de curvatura. Como v va aumentando y entre A y B el radio es constante, queda cla-
ro que la aceleración normal también tendrá que aumentar y que para que ello ocurra,
según la expresión (2), la fuerza R tiene que disminuir de forma que la diferencia P n - R
sea cada vez mayor.
Lo que ocurre entre A y B se puede interpretar admitiendo que como la rapidez va aumen-
tando cada vez es mayor la fuerza normal que se necesita para mantener a la chica descri-
biendo una trayectoria del mismo radio (Fn = m·v2/r). El valor de esa fuerza normal viene
dado por la diferencia Pn - R en donde Pn va disminuyendo conforme el ángulo aumenta
Trabajo y energía 144
(recordemos que Pn = mg cos), luego R ha de disminuir más aprisa todavía para que la
diferencia de ambos términos vaya aumentando. En el punto B, R ha llegado a valer 0 y
toda la fuerza normal es suministrada por Pn, pero, como la rapidez sigue aumentando
también lo hará la fuerza normal “requerida” para que siguiese describiendo una trayecto-
ria de igual radio r. Dicha fuerza normal, a partir de ese punto, será superior a Pn por lo
que r aumentará (ya que Pn será insuficiente para mantener el mismo radio). A esta misma
conclusión se llega mediante la expresión P n = m·v2/r (válida a partir de B) en la que po-
demos ver que si v aumenta y Pn disminuye, r tiene que aumentar y, en consecuencia, la
chica se despega de la superficie.
¿Cómo podríamos hallar la rapidez con que se mueve la chica en el preciso instante en
que deja de tener contacto con la superficie?
Una posibilidad sería partir de at = g sen y como at = dv/dt, tratar de integrar con el fin
de obtener v en función del ángulo y luego particularizar (en el punto B) introduciendo
la condición de que R valga 0. Otro procedimiento, más sencillo, es mediante considera-
ciones de trabajo y energía, relacionando el trabajo resultante entre A y B con la variación
de energía cinética producida:
Wres BA Ec BA
Wres BA WP BA WR BA WP BA ( R no realiza trabajo por ser perpendicular a la trayectoria).
Así pues obtenemos que -Ep AB Ec AB es decir, la disminución de energía potencial gra-
vitatoria que se produce cuando la chica pasa desde A hasta B, es igual al aumento de
energía cinética.
mv 2B
Desarrollando esta última expresión obtenemos que: mg h A - mg hB = , con lo que:
2
v 2B 2g (h A h B ) 2g (r - rcos B )
Vemos que, como habíamos supuesto, la rapidez va aumentando a medida que baja (au-
menta ). Para conocer la rapidez en el punto B, necesitamos saber el valor del ángulo.
Recordemos que mediante la ecuación (2) podemos relacionar el ángulo con la rapidez.
2
mg cos R v
En efecto, según dicha ecuación an = y como a n y en B la fuerza R es nula,
m r
obtenemos para el punto B, que:
v 2B v 2B
g cos B , con lo que cos B = y sustituyendo en la expresión anterior nos queda:
r gr
Trabajo y energía 145
v 2B
v = 2g (r - r cos B ) = 2g (r - r ·
2
B )
gr
y de aquí podemos simplificar y despejar vB con lo que:
2gr
vB = 4 m/s
3
¿Cómo podríamos calcular B ?
v 2B
Bastaría introducir el resultado obtenido en la ecuación cos B = y despejar, con lo
gr
que se obtiene cos B = 2/3 (independiente del radio) y B = 48º.
sol: L = 1’2 m
En este problema tenemos dos cuerpos (a y b) que se desplazan bajo la acción de unas
fuerzas, de manera que el trabajo de la fuerza resultante que actúa sobre cada uno produ-
cirá una variación en su energía cinética. Como los dos bloques se hallan unidos mediante
una cuerda que se supone inextensible, la rapidez de ambos en cada instante deberá de
coincidir.
La trayectoria que siguen los dos cuerpos es única y conocida. Tomaremos como origen
de espacios la posición inicial del bloque a y como sentido positivo el del movimiento.
Supondremos que ambos bloques se encuentran inicialmente en reposo, tomando como
origen de tiempos el instante en que se dejan en libertad.
La fuerza de rozamiento vale ·N (N es la fuerza normal que el bloque a ejerce sobre la
superficie). Sabemos que, de acuerdo con el principio de acción y reacción N = R (fuerza
normal que la superficie hace sobre el bloque). Por otra parte, la componente normal del
vector aceleración es nula (el bloque a se mueve en línea recta) y, por tanto, R = P, con lo
que concluimos que en este caso N = P = m a g y Fra = · ma g. Sustituyendo en la expre-
sión anterior y despejando v, queda:
2ge (m b m a )
v = 2’58 m/s
ma mb
Analizad el resultado literal obtenido
Utilizad el resultado del problema para averiguar con qué rapidez se movería el bloque b
a los 4 m si la masa del a valiese 0.
Lo único que hemos de hacer es sustituir m a por 0 en la expresión obtenida, con lo que nos
quedaría:
2g e m b
v 2 g e = 8'9 m/s
mb
Como el peso de a es mayor que el de b, si no existiera la fuerza F que tira del b hacia
abajo, al dejar el sistema en libertad a descendería y b subiría, pero como Pb + F Pa, ocu-
rre lo contrario y es b quien desciende y a quien sube.
Como el desplazamiento sobre la trayectoria es el mismo para los dos cuerpos, las fuerzas
son constantes y la fuerza que ejerce la cuerda sobre cada cuerpo tiene el mismo módulo
(se considera que la masa de la cuerda es despreciable), podemos expresar cada uno de los
trabajos como el producto de la componente escalar tangencial de cada fuerza y el despla-
zamiento espacial (cada factor con su signo correspondiente), como se indica a continua-
ción:
2ge (m b m a ) 2 Fe
Finalmente, despejamos v y obtenemos: v → v = 2’07 m/s
ma m b
Analizad el resultado literal obtenido
39. Dado el esquema adjunto, determinad la máxima compresión que sufrirá el resor-
te al dejar en libertad el sistema. (La masa de A es de 4 kg, la de B es de 1 kg , la cons-
tante elástica del resorte vale 20 N/m y se supone que no hay rozamiento).
sol: 1 m
1. Obtened las coordenadas del centro de masas del sistema formado por las tres
partículas de la figura (m1 = 1g , m2 = 1g , m3 = 2 g) en cada uno de los sistemas de
coordenadas cartesianas representados (O y O’).
Tal y como se define el centro de masas (en adelante, cdm) de un sistema de partículas, es
evidente que sus coordenadas dependerán del sistema de referencia elegido, pero su loca-
lización física (su situación respecto a las partículas que forman el sistema) solo depen-
derá de las masas dichas partículas y de sus posiciones relativas, por tanto, sea cual sea el
sistema de referencia que escojamos, el centro de masas ha de ocupar el mismo lugar,
mientras no cambie la disposición relativa de las partículas que lo forman.
El ejercicio se puede resolver sin más que aplicar las expresiones correspondientes a las
coordenadas del cdm en cada uno de los sistemas de referencia.
El vector de posición del cdm según el sistema de referencia O, viene dado por:
m
n
r
i • i
rC
1
M
en donde mi es la masa de una de las n partículas de que consta el sistema, ri su vector de
posición y M, la masa total (suma de las masas de todas las partículas). Así pues:
m
n
i • i
r 1(2, 1) 1(3, 2) 2 (4, 0) 13 3
rC , cm
1
=
M 4 4 4
El vector de posición del cdm según el sistema de referencia O', viene dado por:
m
n
i • r 'i 1 (1, 1) 1(2, 2) 2 (3, 0) 9 3
r' C 1
, cm
M 4 4 4
Analizando los resultados obtenidos, es fácil darse cuenta de que la coordenada “y” es la
misma en ambos sistemas de referencia (debido a que al coincidir el eje X con el X’ las
ordenadas de las tres partículas son las mismas en los dos sistemas). Además, si señala-
mos la posición del cdm, en ambos sistemas de referencia obtenemos el mismo punto, tal
y como supusimos al principio.
2. Determinad el vector de posición rC del c.d.m. del sistema de partículas represen-
tado en la figura adjunta (m1 = 2 kg, m2 = 3 kg y m3 = 5 kg).
Z(m)
m3
m Y(m)
sol: rc = (1'5, 1'8, 2'5) m X(m 1 m2
)
3. Determinad la posición del c.d.m. del sistema del ejercicio anterior, en el supuesto
de que el origen del sistema referencial se trasladara hasta ocupar la misma posición
que la partícula de masa m2.
Sol: rC = (-1'5, -4'2, 2'5) m
Sistemas de partículas 151
El sistema está formado por dos partículas sobre las que actúan, respectivamente, las
fuerzas exteriores Fext 1 = (3, 0) N y Fext 2 = (0, 4) N, así como dos fuerzas interiores F12
(fuerza que sobre m1 hace m2) y F21 (fuerza que sobre m2 hace m1) que son desconocidas
aunque
sabemos
que, por tratarse de una pareja de acción y reacción se debe de cumplir
que F12 = - F21
M
Sin embargo, para ello, necesitaríamos conocer la ecuación de movimiento r r (t ) de
cada una de las partículas. Dicha ecuación se podría obtener por integración si supiéra-
mos la expresión de la aceleración con que se mueve cada partícula, pero como no sabe-
mos cuánto valen las fuerzas interiores, no podemos tener ese dato y, por tanto, no es po-
sible resolver el problema de esta forma.
en la que hemos tenido en cuenta que la suma de las fuerzas interiores entre cada dos
partículas ij es siempre 0 ya que se trata de parejas acción-reacción. Por otra parte, del
concepto mismo del cdm, sabemos que si multiplicamos la masa total del sistema por la
aceleración del cdm, deberemos de obtener también la fuerza resultante que actúa sobre
el sistema, por tanto:
Fres M a C
Sistemas de partículas 152
Igualando las dos expresiones anteriores, podemos obtener la aceleración del cdm como
F ext i Fext (3, 0) (0, 4) (3, 4)
aC = = (6, 8) m/s2
M M 0' 2 0' 3 0' 5
La expresión literal anterior nos dice que solo mediante una fuerza exterior resultante es
posible cambiar el movimiento del cdm de un sistema, es decir, las fuerzas internas de un
sistema no pueden modificar la velocidad del cdm, que permanecerá constante mientras
no haya una fuerza exterior resultante actuando sobre el sistema.
dv C
Expresando ahora la aceleración como a C y teniendo en cuenta que el sistema se
dt
encuentra inicialmente en reposo podemos integrar para obtener la expresión de la velo-
cidad del cdm en cualquier instante:
dv C 0 a C dt v C a C t = (6t, 8t) m/s
vC t
0
drC
La velocidad del cdm se puede expresar como v C con lo que integrando de nuevo
dt
podemos obtener el vector de posición del cdm:
drC 0 v C dt rC r0C 0 a C t dt rC r0C a C t 2
r t t 1
r0 2
El vector de posición inicial rCO del cdm se puede calcular fácilmente puesto que sabe-
mos las posiciones iniciales de cada una de las partículas, de modo que:
rCO
m r
i i
0' 2 (0, 3) 0' 3(4, 0) (1' 2, 0' 6)
(2' 4, 1' 2) m
M 0' 5 0' 5
Sustituyendo este resultado en la expresión obtenida para rC nos queda finalmente:
1 1
rC r0C a C t 2 (2' 4, 1' 2) (6, 8) t 2 rC (3t 2 2' 4, 4t 2 1' 2)
2 2
Si las partículas no estuviesen unidas por la varilla, el movimiento del cdm sería el mis-
mo, porque lo único que se eliminarían serían las fuerzas interiores y estas, como ya
hemos visto, no afectan a la velocidad del cdm. No obstante, lo que sí se vería afectado
sería el movimiento de cada partícula, ya que la fuerza resultante sobre cada una de ellas
sería distinta. La varilla impide también que cambie la distancia entre las partículas, for-
mando así lo que se conoce como un sólido rígido.
Sistemas de partículas 153
Y
dm
-L/2 Z dx L/2 X
Si tomamos el sistema de referencia de la figura, podemos ver que dL = dx y que los ele-
mentos infinitesimales se distribuyen de forma continua desde que x = -L/2 (extremo iz-
quierdo de la varilla) hasta que x = L/2 (extremo derecho de la varilla. Se trata de una
suma de infinitos sumandos infinitesimales, lo que nos conduce a expresar las coordena-
das del centro de masas como:
L/2
L/2
dm x
xC ; yC 0; zC 0 .
dm
m
Como la varilla es homogénea la densidad de la misma será constante, esto significa que
será la misma sea cual sea la longitud del trozo de varilla que se considere. Por otra parte,
al tratarse de un objeto longitudinal, podemos calcular el valor de su densidad dividiendo
la masa entre la longitud, de manera que, si designamos por a la densidad:
= m/L y también para una masa infinitesimal: = dm/dL= dm/dx, con lo que: dm = ·dx
L/ 2
x2 L2 L2
L /2
dm x L /2 x dx 2 M
xC m L/ 2
8 8
0
dm
0
M M L M
Sistemas de partículas 154
Y
dm dm
-xi xi X
Este resultado se puede generalizar para cualquier otro objeto que tenga centro de simetr-
ía y sea homogéneo, ya que podría considerarse como compuesto de una serie de varillas
de masa infinitesimal dispuestas de forma que sus centros coincidan con el centro de si-
metría, de manera que, siempre que se cumplan las condiciones anteriores (homogenei-
dad y existencia de centro de simetría) el cdm de un objeto estará localizado en el mismo
centro de simetría.
De acuerdo con lo tratado en el ejercicio anterior, para localizar el cdm de este sistema
cada una de las varillas puede considerarse como una masa puntual situada en su centro
de simetría y de valor igual a la masa total de la varilla, de manera que el problema se
reduce así a determinar la posición del cdm de un sistema formado por tres masas puntua-
les, dispuestas de cierta forma. Para ello, hemos de escoger en primer lugar un sistema de
referencia que nos resulte cómodo, como, por ejemplo el que se indica en la figura si-
guiente:
Sistemas de partículas 155
Y
C
A
B X
m A rCA m B rCB m C rCC 20 (0, 2' 5) 80 (6, 0) 100 (6, 2' 5)
rC = (5’4, 1’5) cm
mA mB mC 200
El cdm de las tres varillas se encuentra pues, en el interior del triángulo formado por las
mismas y situado, como es lógico, un poco a la izquierda de la recta que une los centros
de las varillas C y B. Por otra, parte podemos comprobar que el cdm puede, como ocurre
en este caso, estar situado en un punto donde en realidad no exista masa alguna.
7. Hallad las coordenadas del c.d.m. del sistema formado por un cilindro homogéneo
de 2 kg cuyo centro de masas se encuentra en el punto A (0, 1, 0) m y una varilla
homogénea de 4 kg cuyo centro se encuentra en el punto B (2, 0, 0) m.
En este caso, debido al agujero, la figura no presenta centro de simetría. Se trata pues de
obtener la posición del cdm correspondiente a la parte sombreada del cuadrado, que es la
única que tiene masa. ¿Cómo podríamos hacerlo?
Lo más sencillo es suponer que la figura estuviese completa y que la podamos descompo-
ner en dos: una, que llamaremos A, que es la parte sombreada (cuyo rCA es la incógnita
del problema) y otra, que llamaremos B, que será el círculo. El cdm del cuadrado comple-
to se podrá determinar sustituyendo cada una de las figuras A y B por un punto, (su pro-
pio cdm), en el que esté concentrada toda su masa:
m A rCA m B rCB
rC
mA mB
m A rCA m B rCB (mA mB )rC mB rCB m rC mB rCB
rC de donde rCA =
mA mB mA m mB
Dado que no conocemos las masas de A ni de B, hemos de buscar algún modo de poner
dichas masas en función de los datos que se nos dan (longitud del lado del cuadrado).
Ello puede conseguirse mediante la utilización del concepto de densidad (en este caso
densidad superficial , puesto que se trata de un objeto bidimensional).
Otra forma de resolver este tipo de problemas, consiste en suponer el objeto real como un
cuadrado completo al que se le ha superpuesto en la posición indicada un círculo imagi-
nario de igual densidad pero negativa. Se trata de un procedimiento matemático ya que
obviamente no existen objetos con masa negativa, pero que puede hacer que los cálculos
resulten bastante más cómodos. Aplicadlo en este caso y comprobad que se obtiene el
mismo resultado.
10. Determinad el c.d.m. del cuerpo formado al unir dos esferas; una de 10 kg masa y
2 m de radio y la otra de 3 kg de masa y 1 m radio, mediante una varilla de 2 kg y 10
m de longitud, según se aprecia en la figura.
sol: rc = (-3'46, 0) m
Si la figura tuviese toda ella la misma densidad, la posición del cdm coincidiría con la del
centro de simetría (situado en el origen de coordenadas). Sin embargo, como la densidad
de la parte superior es mayor que la de la parte inferior, el cdm estará sobre el eje Y pero
Sistemas de partículas 158
Cuadrado superior A, de lado L, masa mA, con un agujero circular de radio R en su centro
y con su cdm situado en la posición xCA = 0, yCA = 3 cm, es decir, coincidiendo con el
centro del agujero. Densidad = 2.
Cuadrado inferior B, de lado L, masa mB, y cdm en xCB = 0, yCB = -3 cm. Densidad = .
La masa del cuadrado agujereado A, se puede considerar como la masa del cuadrado
completo al que le hemos quitado un trozo de forma circular, es decir: mA = 2L2 -
2R2. El radio del orificio se podría calcular entonces a partir de la expresión del cdm
del conjunto formado por dos masas puntuales m A y mB situadas respectivamente en el
cdm correspondiente a cada uno de los cuadrados, ya que el cuadrado B no cambia y al
superior se le ha practicado el agujero en el centro del mismo. Por otra parte, debido a la
simetría de la figura y al sistema de referencia escogido, queda claro que x C = 0, por lo
que solo calcularemos yC.
L3
LR 2
m A y CA m B y CB (2 L2 2R 2 )L/2 L2 ( L/2)
yC 22
mA m B (2 L 2R ) L
2 2 2
3L 2R 2
L3 6L2
Sustituyendo yC por -1 cm y despejando el radio R, queda R =2’93 cm.
2 (2 + L)
En este caso no existe un centro de simetría y si queremos determinar la posición del cdm
tendremos que proceder descomponiendo el anillo en elementos de longitud infinitesimal
dl (a cada uno de los cuales corresponderá una masa dm) distribuidos de forma continua a
lo largo del mismo. Tomaremos el sistema de referencia de la figura ya que al ser el eje
OY de simetría, el cdm estará situado en uno de sus puntos y, en consecuencia, x C valdrá
0, quedando reducido el problema a determinar yC.. Supondremos que el diámetro del
alambre del que está hecho el semianillo, es despreciable frente a su longitud (cuerpo
longitudinal).
Sistemas de partículas 159
d
yC
ydm y dL
0 0
m m
En este caso dL no se puede identificar con dx (como sucedía en la varilla recta) ni con
dy, aunque sí que podemos relacionarlo con el ángulo ya que dL representa, precisamen-
te, la longitud del arco infinitesimal que abarca en ángulo d y, por tanto, dL = R·d, con
lo que sustituyendo en la expresión anterior tenemos:
ydm
L
y dL
yRd R0 yd
yC
0 0
m m m m
Sin embargo, todavía no podemos resolver la integral, puesto que tenemos dos variables:
e y. Tendremos, pues, que buscar una relación funcional entre ambas que nos permita
eliminar una de ellas.
Si nos fijamos en la figura, podemos darnos cuenta de que la ordenada "y" del elemento
dL es y = R sen , luego:
2R
y si consideramos que m = · R, nos queda finalmente que: yC = 0'64 R
Sistemas de partículas 160
Se trata, en este caso, de una figura superficial que no presenta centro de simetría, aunque sí
un eje de simetría en el cual debe encontrarse su cdm. Tomaremos el sistema de referencia,
según se aprecia en el dibujo, de forma que únicamente necesitaremos calcular yC.
ydm
Considerando el objeto como un conjunto de masas infinitesimales: y C
m
Dicha superficie infinitesimal puede evaluarse fácilmente si tenemos en cuenta que cada
uno de esos semianillos si lo “desdoblásemos” equivaldría a un rectángulo infinitesimal
de longitud r y altura dr (por lo que dS = r · dr) o también, teniendo en cuenta que dS
es la superficie comprendida entre el semicírculo de radio r y el de radio r+dr, de forma
que restando obtendríamos:
Sistemas de partículas 161
(r dr ) 2 r 2 r 2 2rdr (dr ) 2 r 2
dS =
2 2
y como (dr)2 se puede considerar despreciable frente al resto, nos queda que dS = r· dr.
Otro procedimiento (más riguroso) consiste en diferenciar la función S = r2/2 con lo que
resulta: dS = r· dr.
El cdm de cada uno de esos semianillos estaría situado según y = 2r/ (ved resultado del
ejercicio anterior). Por tanto la posición del cdm correspondiente a todo el semicírculo se
podrá calcular considerando a cada uno de esos semianillos como una masa puntual de
valor dm colocada sobre el eje OY en la ordenada y = 2r/, con lo que:
2
r dS 2/ 0 r r dr
R
ydm
2R 3
yC =
m m m 3m
y teniendo en cuenta que m = · R2/2, nos queda finalmente que: yC = 4R/3 = 0’42·R
El cdm del cono deberá de estar ubicado en el eje de simetría que presenta el cuerpo. Si
tomamos el sistema referencial del dibujo, solo será necesario calcular la coordenada x
del centro de masas.
Se trata ahora, de un objeto tridimensional y cuya masa está distribuida de forma continua
y homogénea. La coordenada x del cdm correspondiente viene dada por:
xdm
xC
m
Sistemas de partículas 162
¿En qué tipo de elementos de masa dm nos convendría descomponer el cono para poder
resolver la integral anterior de forma sencilla?
La posición del cdm de todo el cono se podrá determinar sustituyendo cada uno de los
discos por una masa puntual de valor dm situada sobre el eje OX en la coordenada x que
corresponda a dicho disco.
xdm x dV x r
2
dx
xC =
m m m
Para resolver la integral anterior será necesario que quede una única variable.
Si nos fijamos en el dibujo, nos podemos dar cuenta de la relación existente entre "r" y
"x", ya que ambos son los catetos de una triángulo rectángulo que es semejante a otro
mayor cuyos catetos son R y h, por lo que por semejanza de triángulos podemos escribir
r/x = R/h y despejar r, con lo que r = Rx/h. Podemos ahora sustituir r por esta expresión
en la integral anterior y resolverla:
x r
h h
dx x (R /h) 2 x 2 dx (R /h) 2 x 3 dx
2
(R /h) 2 (h 4 /4)
xc 0
0
m m m m
Por tanto, el cdm de un cono macizo y homogéneo de altura h, está situado a una distan-
cia de 3h/4 de su vértice (o lo que es lo mismo, a h/4 del centro de su base). El hecho de
que esté más cerca de la base que del vértice es lógico, si tenemos en cuenta cómo se dis-
tribuye la masa en la figura (más masa cuanto más cerca de la base).
sol: Está situado a 2h/3 del vértice superior, siendo h la altura del triángulo.
16. Determinad la posición del centro de masas de una varilla de longitud L cuya
densidad aumenta linealmente con la distancia a uno de sus extremos.
En este caso, aunque la densidad no sea constante podemos conocer su valor en cada pun-
to (se halla determinada por una cierta función) lo que nos permite que también podamos
considerar la varilla como un conjunto de masas infinitesimales y, después de escoger un
sistema de referencia apropiado, proceder a integrar la expresión correspondiente para
determinar la posición del cdm.
En la figura anterior hemos representado una varilla lineal, de forma que las coordenadas
yC y zC serán 0, con lo que el problema se reduce a determinar x C correspondiente a una
varilla cuya densidad aumenta de un extremo al otro de forma lineal, es decir: = Kx
donde K es una constante y x la distancia al extremo hacia el cual la densidad se va
haciendo más pequeña, extremo que, en la figura, hemos situado en el origen de coorde-
nadas.
Es evidente que en este caso no estará en la mitad (como ocurría con la varilla homogé-
nea) sino que se hallará desplazado hacia la derecha del punto medio, ya que la densidad
de la varilla va aumentando hacia ese lado y por tanto los elementos de masa dm en que
hemos considerado descompuesta la varilla, tendrán cada vez más “influencia” en cuanto
a su contribución a la situación del centro de masas (dm = ·dx).
Para ello podemos utilizar la expresión correspondiente a x C para una distribución conti-
nua de masa, teniendo en cuenta que la densidad no es constante y que no conocemos el
valor de la masa total de la varilla.
Sistemas de partículas 164
dm x x dx Kx dx K x /3
L L
2 3
2L
0 0
xC = 0’67 L
dm dx Kx dx K x /2
0
L 2 L
0
3
Como podemos comprobar, el centro de masas se halla desplazado del centro de la varilla
hacia la zona en donde la densidad va aumentando tal y como habíamos supuesto ante-
riormente.
17. Una granada cae verticalmente y cuando se encuentra a 200 m del suelo y con
rapidez de 80 m/s, estalla rompiéndose en dos fragmentos de igual masa. Sabiendo
que uno de los fragmentos sale verticalmente y hacia abajo a 100 m/s, determinad:
ma al iniciarse la explosión, p'1 y p'2 a las cantidades de movimiento respectivas que los
dos fragmentos 1 y 2 en que se rompe la granada tienen justo al finalizar la explosión,
podemos escribir, pues, que :
p p'1 p' 2 o lo que es lo mismo: mv m1 v' 1 m 2 v' 2 .
Si antes de explotar la cantidad de movimiento venía representada por un vector que solo
tenía componente “y”, como el fragmento 1 sigue moviéndose en el eje Y, concluimos
que el 2 también ha de hacerlo para que la cantidad de movimiento del sistema sea igual
(módulo, dirección y sentido) inmediatamente antes y después de la explosión.
Dado que la granada se parte en dos trozos iguales, se cumplirá que m 1 = m2 = m/2 con lo
que sustituyendo en la expresión anterior nos queda finalmente que:
mv' 1
mv -
mv m1 v' 1 2 v' 1
v' 2 2 (v - ) = (0, -60) m/s.
m2 m/2 2
Sistemas de partículas 166
¿Cómo podríamos determinar ahora la posición de cada uno de los fragmentos 2 s des-
pués de la explosión?
Dado que las velocidades tras la explosión son vectores en la dirección vertical y que la
fuerza peso también actúa en la misma dirección, el movimiento posterior a la explosión
será de trayectoria conocida (rectilínea) y eso nos permite aplicar un tratamiento escalar:
v = v0 + a (t-t0)
e = e0 + v0 (t-t0) + a (t-t0)2/2
Para el fragmento 1, a = -10 m/s; v10 = -100 m/s, e10 = 300 m; t 10 = 0 s, con lo que:
v1 = -100 - 10t
e1 = 300 - 100t -5t2
v2 = -60 -10t
e2 = 300 -60t -5t2
Las ecuaciones anteriores nos proporcionan la rapidez y posición de cada uno de los
fragmentos desde la explosión hasta el instante en que llegan al suelo. Así si queremos
saber el valor de dichas magnitudes en el instante 2 s, sustituimos t por 2 y nos queda:
Sistemas de partículas 167
m m
y1 y 2
m y m2 y 2 y y 2 80 160
yC = 1 1 2 2 1 120 m
m m 2 2
No es necesario realizar ningún cálculo para admitir que como la única fuerza exterior
que actúa es el peso y las fuerzas internas (en este caso las de la explosión) no pueden
modificar la velocidad del cdm, la posición de la granada en cualquier instante coincidirá
con la de su cdm independientemente de que estalle o no. Para comprobarlo no tenemos
mas que calcular la posición de la granada en el instante t = 2 s (suponiendo que no esta-
lla) y ver que nos sale también 120 m. En efecto:
Si la granada no estalla, a = -10 m/s2 ; t0 = 0s; v0 = -80 m/s; e0 = 300 m, de modo que:
e = 300 -80t -5t2 y sustituyendo t por 2 s nos queda que e = 120 m
v’2
Y
m1 v1 m2
X
v’1
v’1
19. Una granada que se encuentra des-
plazándose horizontalmente a razón de 8 Y
km/h, estalla rompiéndose en tres frag- v’2
v 45º
mentos de igual masa según se aprecia en
la figura. Determinad las rapideces de los m 45º X
fragmentos 1 y 3, si el fragmento 2 tiene
una rapidez de 16 km/h. v’3
sol: 4 2 km/h.
Sistemas de partículas 168
Para desplazarse, la persona (A) ejerce una fuerza FBA sobre la lámina (B) hacia la dere-
cha de la figura y, de acuerdo con el principio de acción y reacción, la lámina ejerce so-
bre ella otra fuerza FAB del mismo valor y sentido contrario, de manera que, de acuerdo
con las condiciones expuestas en el enunciado, persona y lámina se moverán en sentidos
contrarios.
según la cual la fuerza exterior resultante sobre el sistema (de masa m) es la que produce
un cambio en la velocidad del centro de masas. Como en nuestro caso dicha fuerza exte-
rior es nula, ello implica que la velocidad del cdm no cambiará y, por tanto, como antes
de que comenzase a andar la persona sobre la lámina, el cdm se encontraba en reposo,
deberá de continuar en reposo aunque persona y lámina se desplacen por la acción de
fuerzas interiores.
Sistemas de partículas 169
Y
cdm
B A
*
X
Para ello podemos tomar el sistema de referencia mostrado en la figura y sustituir cada
cuerpo por una masa puntual ubicada en su cdm. Además, como la componente Y no
sufre modificación alguna, solo consideraremos la componente x del cdm con lo que:
L
mA L mB
m x mB x B 2 80 4 20 2 = 3’6 m
x CO A A
mA mB m 100
En la expresión literal anterior podemos ver que conforme disminuye el valor de la masa
de la persona la posición del cdm se va acercando a L/2. Análogamente, si es la masa de
la tabla la que va disminuyendo, la posición del cdm se acerca a L.
Y
cdm
A B
d *
X
La posición del cdm será la misma que antes, aunque las posiciones de m A y mB habrán
cambiado. Podemos escribir pues que:
sol: 2 cm
24. Sea un sistema de tres masas cuyas posiciones en el momento de poner el cronó-
metro en marcha son las de la figura. En dicho instante, las masas m1 y m3 se en-
+
cuentran en reposo, sobre m3 actúa una fuerza exterior de 2’4 N según el OX y m2
tiene una velocidad de 4 m/s en la dirección representada. Se pide:
Z(m)
m3 = 6 kg
kg
m1 =1 kg
O
m2 =2 kg Y(m)
kg
X(m)
1'2t 2 6 8t 4 4
sol: rC , , ; p C = (7’2, 8, 0) kg.m/s; L = (0, 14'4 , 24) kg.m2/s
9 9 3
Sistemas de partículas 171
M
en la que M es la masa total del sistema, m i la de una de sus n partículas y ri el vector de
posición correspondiente a esa partícula. Para determinar pues la posición del cdm en
cualquier instante mediante la expresión anterior, necesitamos conocer el vector de posi-
ción de cada una de las partículas de que consta el sistema.
Como conocemos las fuerzas que actúan sobre cada una de las partículas, podemos hallar
su aceleración y después integrar convenientemente (teniendo en cuenta las condiciones
iniciales) para calcular el vector de posición correspondiente:
F1 (12t, 0, 0) F2 (0, 0, 6)
a1 (12t, 0, 0) ; a 2 (0, 0, 3) m/s2 ; a 3 0
m1 1 m2 2
Para la partícula 2 se procede igual, sabiendo que v 20 0 y r20 = (0, 3, 0) m:
Sistemas de partículas 172
dv v2 t t
a 2 2 dv 2 a 2 dt dv 2 a 2 dt v 2 (0, 0, 3) dt (0, 0, 3t)
dt 0 0 0
dr r2 t t 3t 2
v2 2 dr2 v2dt dr2 v2dt r2 r20 (0, 0, 3t) dt (0, 0 , )
dt r20 0 0 2
3t 2 3t 2
r2 (0, 3, 0) (0, 0, ) ( 0, 3, )
2 2
Sustituyendo los vectores de posición obtenidos para cada partícula en la expresión que
nos da el cdm del sistema obtenemos finalmente:
3t 2
) 3(0, 0, 4)
1 mi ri m1 r1 m2 r2 m3 r3
n 1(3 2t 3
,0, 0) 2(0, 3,
rC 2
M m1 m2 m3 6
rC = (t3/3 + 1/2, 1, t2/2 + 2)
¿De qué otra forma podríamos haber calculado el vector de posición del centro de masas
en cualquier instante?
Otra estrategia para resolver el problema consiste en calcular en primer lugar la acelera-
ción del cdm, junto con su posición inicial y después mediante integración obtener la ve-
locidad del cdm en cualquier instante y su vector de posición:
aC
F ext i
FA FD
(12t, 0, 0) (0 0, 6)
= (2t, 0, 1)
M mA mB mD 6
Para poder integrar será necesario conocer la velocidad y posición del cdm en el instante 0 s:
m A rA0 m B rB0 rD0 1(3, 0, 0) 2 (0, 3, 0) 3(0, 0, 4)
rC0 = (0’5, 1, 2) m
mA mB mD 6
v CO = 0
dv
Integrando ahora en a C C obtenemos la velocidad del cdm en cualquier instante:
dt
v C = (t2, 0, t)
dr
Volviendo a integrar en: v C C , obtenemos el vector de posición:
dt
rC = (t3/3 + 1/2, 1, t2/2 + 2)
Una posibilidad es sumar las cantidades de movimiento de cada una de las partículas que
lo forman. En este caso al haber solo tres partículas este procedimiento no llevaría mucho
tiempo, pero si el sistema tuviera muchas partículas los cálculos serían muy largos. Otro
procedimiento alternativo, que se puede utilizar cuando conocemos la velocidad del cdm,
consiste en tener en cuenta que la cantidad de movimiento p de un sistema se puede cal-
cular siempre como la cantidad de movimiento de su cdm o más propiamente, como la
cantidad de movimiento de una partícula de la misma masa que el sistema y que se mo-
viese con la velocidad del cdm, es decir:
p M v C en donde M es la masa total y v C la velocidad del centro de masas.
Sustituyendo pues los datos nos queda: p M v C = 6 (t2, 0, t) = (6t2, o, 6t)
¿Cómo podríamos calcular la energía cinética del sistema? Dado que conocemos la ve-
locidad correspondiente a cada partícula respecto al sistema de referencia indicado en la
figura, se puede calcular la energía cinética del sistema como la suma de las energías
cinéticas de las partículas:
1 m v 2 m 2 v 22 m 3 v 32 36t 4 18t 2
Ec m i v 2i 1 1 18t 4 9t 2
2 2 2
1
EcC = MvC2 = 3 (t4 + t2) = 3t4 + 3t2
2
¿Por qué no coincide la energía cinética del cdm con la energía cinética del sistema? En
general la energía cinética con que se traslada un sistema de partículas (en un determina-
do sistema de referencia), no coincide con la energía cinética correspondiente a su cdm.
tal y como viene reflejado en la expresión:
1 1
Ec MvC2 mi v'i2
2 2
En esta expresión el segundo sumando permite calcular la energía cinética del sistema
respecto al cdm siendo v 'i la velocidad con que cada partícula se mueve respecto de dicho
punto, de manera que si quisiéramos utilizarla para calcular la Ec, primero tendríamos
que calcular cada uno de los dos sumandos de que consta. Solo cuando las partículas del
sistema no se desplazan respecto del cdm, ocurre que la energía cinética del sistema coin-
cide con la que le correspondería al cdm de dicho sistema.
1
Obtened la energía cinética del sistema respecto al cdm mediante: 2m v'i
2
i y com-
probad que si la sumamos a la energía cinética del cdm, nos resulta la energía cinética
del sistema Ec anteriormente calculada.
Respecto al cálculo del momento cinético L del sistema, podemos proceder de forma
similar a como hicimos con la energía cinética y obtener:
Sistemas de partículas 174
L ri mi vi r1 m1v1 r2 m2 v2 r3 m3v3 (18t, 0, 0)
Calculad el momento cinético del centro de masas y comprobad que no coincide con el
que acabamos de hallar. ¿A qué se debe? ¿En qué caso particular coincidirían?
27. Una lancha de 1000 kg de masa, se desplaza por el agua con rapidez de 18 km/h
cuando dispara un proyectil de 2 kg en sentido contrario a su movimiento y con rapi-
dez de 300 m/s, respecto del agua. Calculad el cambio que se produce en la rapidez de
la lancha suponiendo despreciable el rozamiento. ¿Qué variación de energía cinética
sufre el sistema al producirse el disparo?
p p 1 p 2 m1 v 1 m 2 v 2
p p '1 p ' 2 m1 v '1 m 2 v' 2
Y Y
v ¿v’2 ?
v’1
m X m1 X
m2
Podemos ahora expresar los vectores velocidad en función de sus componentes escalares
de acuerdo con el sistema de referencia especificado.
Como puede verse, en las ecuaciones anteriores hemos tenido en cuenta que antes del
disparo la velocidad de las dos “partículas” que hemos considerado que forman el siste-
ma, es la misma ( v ) y que se trata de un vector que, de acuerdo con el sistema de refe-
rencia escogido, solo tiene componente escalar según el eje x y esta es positiva.
Y operando: v'2 = (5’61, 0) m/s, es decir, aumenta en 0’61 m/s.
Analizad la expresión literal obtenida.
será el aumento de velocidad que experimenta al disparar un proyectil (todo ello, como
siempre, a igualdad de los restantes factores).
Por otra parte, hemos de señalar que al tener lugar todo el movimiento en una sola direc-
ción, podríamos evitar el tratamiento vectorial si manejamos, ya de entrada, únicamente
las componentes escalares de los vectores según el eje considerado.
La variación de energía cinética producida se puede calcular como: Ec = E’c - Ec.
m1 v'12 m 2 v' 22
Ec = mv2/2 = 12.525 J; E’c = = 90.000 + 15.736 = 105.736 J
2 2
Restando los valores anteriores nos queda finalmente que Ec = E’c - Ec = 93.211 J
¿Cómo podemos explicar que la actuación de las fuerzas interiores no aumente la canti-
dad de movimiento de un sistema y sí en cambio su energía cinética?
mi vi2 mv C2
Ec E C'
2 2
en la que el primer sumando representa la energía cinética con que se traslada el sistema
(m es la masa total y vC la rapidez del cdm) y el segundo la energía con que se mueven las
partículas del sistema respecto del cdm (energía cinética interna). Las fuerzas interiores
no pueden modificar la velocidad con que se mueve el cdm pero sí las de las partículas
del sistema y por tanto, podrán alterar la energía cinética interna y, en consecuencia Ec.
m1 m2
En este caso tenemos un sistema formado por tres partes (los dos cuerpos y el resorte). No
obstante, como nos dicen que la masa del resorte se considera despreciable, podemos
interpretar la situación como si el sistema estuviera formado solo por dos partículas 1 y 2
que entre ellas se ejercen fuerzas,
con lo que el resorte se limitaría
a hacer el papel de
mero transmisor de la fuerza F21 que sobre 2 hace 1 y de la fuerza F12 que sobre 1 hace 2,
siendo ambas fuerzas una pareja de acción y reacción. Junto con las fuerzas anteriores
actuarían además el peso y la componente normal de la fuerza ejercida por la superficie
sobre cada uno de los cuerpos, sin embargo, como la componente normal de la acelera-
ción es nula, dichas fuerzas se anulan en cada uno de los cuerpos, quedando solo F21 y
F12 (siempre iguales y de sentido contrario), cuyo valor vendrá dado en cada instante por
la compresión del resorte, es decir F12 = F21 = K·L siendo K la constante elástica del
resorte e L su compresión (en valor absoluto) respecto a su longitud original L0.
Inicialmente la energía del sistema se puede determinar como la energía potencial elásti-
ca correspondiente a la compresión del muelle en ese instante. Al dejar el sistema en li-
bertad, el valor de dicha energía potencial disminuye y aumenta la energía cinética, dicha
energía cinética irá aumentando hasta que el muelle alcance su longitud L0. A partir de
ese momento el muelle deja de empujar a los cuerpos (la fuerza elástica cambia de senti-
do) y éstos continúan moviéndose con la velocidad alcanzada.
El problema consiste, pues, en calcular la rapidez con que cada cuerpo llega a la situa-
ción en la que el muelle recupera su longitud normal, que es cuando el resorte deja de
empujarles y estos se separan del mismo.
Para calcular la rapidez que se nos pide, podemos aplicar la expresión Wres = Ec, entre
los estados A (cuando dejamos el sistema en libertad) y B (cuando los cuerpos se separan
del resorte), con lo que:
Wres A Wext A Wint A
B B B
Como el trabajo realizado por las fuerzas exteriores es 0 (tanto el peso como la que ejerce
la superficie son perpendiculares al desplazamiento) el trabajo resultante coincidirá con
el trabajo realizado por las fuerzas internas, que globalmente coincidirá con la disminu-
ción de la energía potencial elástica que se produce cuando el sistema pasa de la situación
A a la situación B. Por tanto:
Como la fuerza exterior resultante que actúa sobre el sistema es 0, se deberá conservar la
cantidad de movimiento del sistema entre los estados A y B, es decir: p A p B y, dado
que el movimiento tiene lugar en una sola dirección, podemos hacer un planteamiento
escalar utilizando directamente las componentes escalares de los vectores cantidad de
movimiento en esa dirección.
1 1 1
KL2 m1v1B 2
m2 v22B
2 2 2 Sustituyendo los valores numéricos nos queda:
0 m1v1B m2 v2B
1 1 2 1 2
20 0' 42 2v1B 8v2B
2 2 2 Resolviendo obtenemos: v1B = -1’13 m/s y v2B = 0’28 m/s
0 2v1B 8v2B
¿Qué sucedería si solo existiera el cuerpo “2” y el resorte fuese de masa despreciable?
Al no existir el cuerpo “1” la interacción se daría entre el cuerpo “2” y el resorte, pero si
la masa del resorte fuese nula, el cdm del sistema coincidiría con la posición de 2. Dado
que sobre el sistema no actúa ninguna fuerza exterior resultante, la velocidad del cdm ha
mantenerse constante, por tanto, como el cuerpo de masa m 2 estaba inicialmente en repo-
so debe continuar en el mismo sitio, es decir, si quitamos uno de los cuerpos, el resorte no
puede ejercer ninguna acción sobre el otro. Se trata, naturalmente, de un resultado válido
únicamente en el caso ideal expuesto (resorte de masa despreciable). Esto no es lo que
ocurre en la realidad en la que, por supuesto, cualquier resorte tendrá una cierta masa,
pero realizar simplificaciones de este tipo para hacer los problemas más fácilmente abor-
dables es una de las características del trabajo científico.
30. Un bloque de masa m1 = 2 kg, que se desliza con rapidez v1 =10 m/s a lo largo de
una superficie lisa choca frontalmente con otro bloque de masa m2 = 8 kg, que se en-
cuentra en reposo sobre la misma superficie. Sabiendo que el choque es perfectamen-
te elástico, determinad la rapidez de cada uno de los bloques después del choque.
sol: a) v’1 = - 6 m/s; v’2 = 4 m/s (sentido positivo el del movimiento de m1 antes del choque).
Sistemas de partículas 179
Al dejar en libertad la esfera de masa m 1, describirá una trayectoria circular de radio igual
a la longitud del péndulo a lo largo de la cual su velocidad irá aumentando. Cuando al-
cance la vertical chocará frontalmente con la otra esfera de forma elástica. Si nos limita-
mos al intervalo de tiempo que dura el choque, podemos afirmar que las velocidades justo
al comienzo y al final del mismo solo tienen una componente en la dirección horizontal.
p = p’ m1 v1 = m1 v’1 + m2 v’2
Por otra parte, al tratarse de un choque elástico, la energía cinética también debe ser igual:
1 1 1
Ec E' c m1 v 12 m1 v'12 m 2 v' 22
2 2 2
Dividiendo (2) entre (1) obtenemos una tercera ecuación: v1 + v’1 = v’2 (3)
(m1 m 2 ) v 1
Sustituyendo v’2 en la expresión (1) nos queda: v'1
m1 m 2
Sistemas de partículas 180
2m1 v 1
Si ahora hacemos igual con v’1 despejándola de (3) y sustituyendo en (1): v' 2
m1 m 2
En ese caso, analizando los resultados anteriores podemos comprobar que la esfera 1
quedaría parada y la 2 saldría con la misma rapidez con que le impacto la 1. Este fenó-
meno es muy conocido entre los aficionados al juego del billar en donde a veces se pro-
duce un choque frontal de una bola contra otra igual que se encuentra en reposo.
De acuerdo con la ecuación anterior, la única fuerza que realiza trabajo entre A y B es el
peso de la bola de masa m1 (la tensión del hilo es perpendicular a la trayectoria descrita) y
la disminución experimentada por la energía potencial del sistema conlleva un aumento
igual de energía cinética, de modo que basta sustituir por las correspondientes expresio-
nes de la energía para obtener v1 :
1
mgh = mv 12 v 1 2gh = ±10 m/s
2
(m1 m 2 ) v 1 2m1 v 1
v'1 = -2 m/s . v' 2 = 8 m/s
m1 m 2 m1 m 2
El signo menos de v’1 nos informa, de acuerdo con el sistema de referencia especificado
anteriormente, de que la esfera 1 retrocede a consecuencia de su choque con la 2, que sale
despedida hacia la derecha con una rapidez de 8 m/s.
Sistemas de partículas 181
32. Una molécula de gas que lleva una rapidez v A = 300 m/s choca elásticamente con
otra molécula de la misma masa inicialmente en reposo (v B = 0). Tras el choque, la
primera se mueve formando un ángulo de 30° con su dirección inicial. Calculad la
rapidez con que se moverá cada molécula tras la colisión.
Consideraremos el sistema formado por las dos moléculas y lo que le ocurre en el corto
intervalo de tiempo que corresponde al choque entre ambas. De acuerdo con las condi-
ciones que se especifican en el enunciado, se trata de un choque elástico entre dos molé-
culas de un gas, por tanto la energía cinética del sistema no variará. Lo mismo podremos
decir respecto a la cantidad de movimiento del sistema que será la misma al comienzo
que al final del choque.
Y Y V’A
VA 30º
B X X
¿V’B?
Desarrollando p p ' tenemos que :
mA v A mA v' A mB v' B . Expresando ahora los vectores velocidad analíticamente:
Podemos ahora descomponer esta ecuación en otras dos escalares, con lo que nos queda:
1 1 1
Desarrollando Ec = E’c tenemos que: m A v 2A m A v' 2A m B v' 2B
2 2 2
Como en este caso las masas son iguales, las ecuaciones anteriores se simplifican:
vA = v’Ax + v’Bx
0 = v’Ay + v’By
v 2A v' 2A v' 2B
Sistemas de partículas 182
Podemos tener en cuenta que v’Ax = v’A cos 30º y que, análogamente v’Ay = v’A cos 60º.
Por otra parte sabemos que v'2B se puede expresar en función de sus componentes como:
v' 2B v' 2B x v' 2B y . Incorporando estas expresiones a las ecuaciones anteriores nos queda
finalmente un sistema de tres ecuaciones con tres incógnitas, que ya podemos resolver:
+
cos = v’Bx /v’B = 74’8/149 = 0’5, con lo que forma un ángulo de = 60º con OX
+
cos = v’By /v’B = -130/149 = -0’87, con lo que forma un ángulo = 150º con OY
34. Una partícula de 0'2 kg de masa, que se desplaza a 0'4 m/s, choca con otra de 0'3 kg
que se encuentra en reposo. Después de la colisión, la primera se mueve a 0'2 m/s en una
dirección y sentido que forma un ángulo de 40° con la inicial. Obtened la velocidad de la
segunda partícula y la variación de energía cinética producida en la colisión.
sol: v ' B (0' 17, 0' 07) m/s; Ec = - 0’0071 J
Sistemas de partículas 183
35. Se dispara horizontalmente una bala de masa m1 =15 g, sobre un bloque de made-
ra de masa m2 = 3 kg que está suspendido de unos hilos. La bala queda incrustada y
el conjunto oscila hasta alcanzar una altura de 10 cm por encima de su posición ini-
cial. Determinad la rapidez v1 con que incide la bala en el bloque.
La bala realiza un choque directo contra el bloque con una velocidad v1 quedando empo-
trada en él. A consecuencia del choque, el conjunto formado por la bala y el bloque oscila
ascendiendo hasta una cierta altura h respecto al nivel inicial.
¿Cómo podríamos calcular la rapidez con que incide la bala sobre el bloque?
Si consideramos el sistema formado por la bala y el bloque, podemos admitir que la cantidad de
movimiento según la horizontal es la misma al comienzo del choque que justo al finalizar el mis-
mo, con lo que (tomando como sentido positivo el del movimiento de la bala) podemos escribir:
m1 v1 = (m1 + m2) v’
siendo v’ la rapidez con que sale el conjunto bloque-bala después del choque. Dicha rapidez
es, en principio desconocida, por lo que no podremos hallar v1 mientras no la determinemos.
¿Cómo podemos hallar la rapidez v’ del conjunto bala-bloque justo después del choque?
1
EcAB EpAB o lo que es lo mismo: (m1 m2 )v'2 = (m1 + m2 ) g h
2
es decir, toda la energía cinética con que sale el conjunto bloque-bala, se halla en forma de
energía potencial gravitatoria en el instante en que alcanza la máxima altura h (en el cual la
rapidez es momentáneamente nula). De la ecuación anterior podemos obtener v’ como:
v' 2gh
m1 m 2
v1 2gh → v1 = 284’2 m/s
m1
Para calcular la variación de energía cinética que sufre el sistema formado por el bloque y
la bala a consecuencia del choque, basta con restar la energía cinética inicial de la bala a
la energía cinética del sistema inmediatamente después del choque, con lo que:
1 1
Ec = (m1 m 2 )v' 2 - m1 v 12 = 3’015 - 606’2 = - 603’19 J
2 2
Naturalmente dicha energía no ha desaparecido sino que se halla ahora como energía in-
terna asociada a las partículas submicroscópicas que forman la bala y el bloque. Conviene
resaltar el gran porcentaje de la energía cinética inicial del sistema que sufre esta trans-
formación (del orden del 99’5 %) o lo que es lo mismo: solo el 0’5 % de la energía ciné-
tica con que la bala incide en el bloque, se convierte en energía potencial gravitatoria del
conjunto formado por el bloque y la bala cuando este alcanza la máxima altura h. Este
resultado permite comprender lo incorrecto que sería resolver este problema igualando la
energía cinética de la bala a la potencial gravitatoria del conjunto.
Sistemas de partículas 185
36. Dos vehículos 1 (de 600 kg de masa) y 2 (de 800 kg de masa) chocan cuando se
desplazaban a 20 m/s y 10 m/s respectivamente tal y como se indica en la figura. Sa-
biendo que tras el choque permanecen unidos, obtened su velocidad tras la colisión,
así como la variación de energía cinética experimentada.
sol: v' = (8’5 , 5’7) m/s; Ec= - 86682 J.
Dado que no hay rozamiento, dicha energía, cuando se deje el sistema en libertad, irá
disminuyendo conforme el muelle se vaya alargando, hasta que en el momento en que
éste recupere su longitud original valdrá 0 (x = 0) y se habrá transformado toda ella en
energía cinética, dada por :
m v2
Ec = 1 1
2
A partir de que el muelle recupera su longitud original la fuerza elástica deja de actuar
sobre m1, que sigue moviéndose con velocidad constante v1 hasta que choca con m2.
Sistemas de partículas 186
En efecto, si aplicamos la expresión que nos relaciona el trabajo resultante con la varia-
ción de la energía cinética desde la situación inicial A hasta la situación B, correspon-
diente al instante en que se produce el choque tendremos, que como la única fuerza que
realiza trabajo mientras que actúa sobre m 1 es la fuerza elástica, podemos escribir:
1
WresAB EcAB WFe EcAB Ep EcAB EpA m1v12
2
Como vemos no podemos calcular la energía potencial elástica correspondiente a la si-
tuación inicial si no conocemos la rapidez v1 con que m1 impacta contra m2 . ¿Cómo
podríamos determinar dicha rapidez?
p = p’ m1 v1 = m1 v’1 + m2 v’2
1 1 1
Ec E' c m1 v 12 m1 v'12 m 2 v' 22
2 2 2
Tal y como ya hemos visto en un ejercicio anterior (ved problema 31) de las ecuaciones
anteriores se deduce que:
(m1 m 2 ) v 1 2m1 v 1
v'1 y v' 2
m1 m 2 m1 m 2
Sin embargo con las expresiones anteriores no podemos averiguar v1 ya que solo tenemos
dos ecuaciones y 3 incógnitas (v1 , v’1 y v’2). Para conocer v1 tendríamos que saber v’1 o
bien v’2 , de esa forma podríamos despejar v1 de alguna de las dos ecuaciones. ¿Cómo
podríamos conocer la rapidez v’2 con que la masa m2 sale al finalizar el choque?
1
Así pues: m 2 v' 2 m 2 gh
2
Sistemas de partículas 187
Proceded a obtener ahora la expresión que nos da el valor de la Energía potencial elás-
tica en la situación inicial A.
Despejando v’2 de la ecuación anterior obtenemos v' 2 2 gh = ±10 m/s. Dado que sale
2m1 v 1
en el sentido escogido como positivo, será v'2 = 10 m/s. Sustituyendo en v' 2
m1 m 2
podremos hallar la rapidez v1 que llevaba m1 al comienzo del mismo:
a) Rapidez con la que impactó el proyectil sabiendo que tras la colisión el cuerpo que
se soltó en el plano inclinado retrocede con rapidez de 2 m/s.
b) ¿Qué variación sufre la energía cinética del sistema en cada una de las colisiones?
sol: a) 50 m/s; b) - 45 J y 0
39. Un átomo de hidrógeno moviéndose a 384 m/s choca contra un átomo de yodo que
se mueve a 12’8 m/s perpendicularmente respecto al primero. A causa del choque
ambos quedan unidos formando una molécula que se mueve en una dirección que
forma un ángulo de 76’7º con la dirección inicial del átomo de hidrógeno. Calculad
cuántas veces es mayor la masa del átomo de yodo que la del de hidrógeno.
Se trata de una colisión entre dos partículas que podemos considerar como masas puntua-
les. De acuerdo con lo que sabemos, la cantidad de movimiento del sistema formado por
ambas en el momento del choque será la misma que justo después del mismo. Para resol-
Sistemas de partículas 188
Y Y
v’
m
m1 X
m2 X
En la figura anterior hemos representado el sistema antes del choque y justo después del
mismo, designando por m1 la masa del hidrógeno, m2 la masa del átomo de yodo y m la
masa de la molécula resultante. Aplicando el principio de conservación de la cantidad de
movimiento:
p p' m1 v1 m2 v2 m v ' m1 (v1 , 0) + m2 (0 , v2) = m (v’cos , v’sen)
En el eje X: m1 v1 = m · v’cos
En el eje Y: m2 v2 = m · v’sen
m2 v2
Dividiendo ahora la segunda ecuación por la primera obtenemos: tg
m1 v1
v1
Despejando, nos queda: m2 tg m1 y sustituyendo resulta: m2 = 126’9· m1
v2
Así pues, la masa del átomo de yodo es 126’9 veces la del de hidrógeno.
sol: 20 cm; -2 J
6. SÓLIDO RÍGIDO
“Cualquier fuerza exterior aplicada a un sólido rígido ligado a un eje fijo, se convier-
te siempre en un par de fuerzas ya que, por el hecho de estar el eje fijo, sobre los pun-
tos del cuerpo en contacto con él aparece una fuerza igual y de sentido contrario ejer-
cida por el eje”
Si la proposición anterior fuese válida para todos los casos, tendría que ocurrir que siem-
pre que se ejerciese una fuerza en las condiciones que se indican en dicha proposición, el
centro de masas (cdm) del sólido no cambiase de velocidad, ya que el sólido rígido puede
considerarse como un sistema de partículas con lo que la aceleración del centro de masas
viene dada por:
aC
F ext i
=
Fext
m m
y si la proposición
fuese cierta la fuerza exterior total sobre el sistema debería de ser nula
Fext = F (F) = 0, de modo que la aceleración del centro de masas a C también tendría
que ser nula y, por tanto, si dicho centro de masas estaba en reposo, debería de continuar
estándolo.
Al actuar una fuerza exterior, aplicada sobre un cuerpo sólido rígido ligado a un eje de
rotación, “intentará” desplazar al cuerpo, pero como éste se encuentra atravesado por un
eje que se mantiene fijo, dicho eje hará sobre el cuerpo la fuerza necesaria para
seguir
manteniéndose fijo. Así pues, sobre el cuerpo
siempre actuarán dos fuerzas: F o fuerza
exterior que se le aplica directamente y Fe o fuerza ejercida por el eje sobre el cuerpo.
Sometido a la acción de F y de Fe el único movimiento posible del cuerpo (mientras el
eje sea fijo) será girar alrededor del eje y podrán darse dos casos: que el eje pase por el
centro de masas o que no pase.
¿Qué le ocurriría a la velocidad del centro de masas en cada uno de esos dos casos?
a) En el caso de que el eje fijo pase por el centro de masas, dicho punto deberá permane-
cer en reposo (puesto que se encuentra sobre el propio eje) y la aceleración del centro de
masas, al no cambiar su velocidad, será 0. Ello obliga a que la fuerza exterior resultante
que actúe sobre el sólido sea nula y por tanto a que Fe = - F . Cuando esto sucede, se dice
que las dos fuerzas forman un “par de fuerzas".
Sólido rígido 190
b) En caso de que el eje fijo no pase por el cdm del cuerpo, dicho punto girará alrededor
del eje, con lo que su velocidad cambiará y estará sometido a una aceleración, lo que obli-
ga a que la resultante de las fuerzas exteriores no sea nula y, por tanto, a que Fe - F , de
modo que dichas fuerzas ya no se pueden considerar como un “par”.
Así pues, hemos de concluir que la proposición solamente es cierta en el caso de que el
eje que atraviesa al cuerpo pase por el centro de masas. Ello no invalida, por supuesto, el
principio de acción y reacción, ya que la fuerza que hace el eje sobre el cuerpo sí que será
igual y de sentido contrario a la que hace el cuerpo sobre el eje, pero ésta última no debe
confundirse con la fuerza que un agente exterior aplica sobre el cuerpo.
Sólido rígido 191
2. ¿De qué depende el “efecto de giro” (aceleración angular) que una fuerza puede
provocar a un cuerpo capaz de girar libremente alrededor de un eje fijo?
Para concretar más la cuestión consideremos el ejemplo de abrir o cerrar una puerta. En
ese caso, es conocido que el “efecto de giro” o aceleración angular que experimenta la
puerta, no solo depende del valor de la fuerza exterior que se aplique sobre ella, sino tam-
bién de otros factores.
Cabe pensar que, además del valor de la fuerza ejercida, influya también la distancia des-
de el punto de aplicación de la misma al eje de giro y la dirección en la que actúe, es de-
cir: = (F, r, ) siendo F el módulo de la fuerza ejercida, r la distancia de su punto de
aplicación al eje y el ángulo que forma el vector fuerza con el vector r (ved figura).
Consideremos el caso de una puerta a la que apliquemos la misma fuerza pero a diferentes
distancias del eje de giro. Podemos esperar que la puerta cierre o abra tanto más fácilmen-
te (la aceleración angular sea mayor) cuanto mayor sea la distancia r existente entre el
punto de aplicación y el eje de giro y también cuanto mayor sea el valor F de la fuerza
aplicada.
Sólido rígido 192
Convendrá definir una nueva magnitud física como función de F, r, y sen y que será de
quien dependa el efecto de giro de la fuerza aplicada a un sólido rígido
capaz de girar li-
bremente alrededor de un eje fijo. Esa magnitud es el momento M de dicha fuerza res-
pecto al punto O, definido como:
M r F
M = r · F · sen
Comprobad que la expresión anterior se hallan implícitas todas las hipótesis que hicimos
anteriormente.
Sólido rígido 193
En adelante, pues, cuando una fuerza resultante actúe sobre un sólido rígido, será el mo-
mento de dicha fuerza respecto del eje de giro la magnitud que nos interesará considerar
para evaluar la aceleración angular con que gira.
Al tratarse de dos fuerzas iguales y de sentidos contrarios, la suma de ambas será 0, lo que
implica que el centro de masas del cuerpo no sufrirá aceleración (permanecerá en reposo
o con movimiento rectilíneo y uniforme, respecto a un cierto sistema de referencia). Por
tanto, el único efecto que puede provocar un “par” es una aceleración angular que, como
sabemos, dependerá del momento resultante.
M O M1 M 2 r1 F r2 (F) (r1 r2 ) F
M O , será un vector, perpendicular al plano del par de fuerzas y de módulo:
M O r1 r2 F sen F d
Sólido rígido 194
Como podemos ver, el momento resultante no depende de la situación del par respecto del
eje de giro sino que únicamente dependerá del módulo de una de las fuerzas (las dos tie-
nen el mismo) y de la distancia existente entre sus rectas de aplicación (o líneas de ac-
ción), también llamada “brazo del par”.
Cuando se trate de un objeto que tengamos que considerar como extenso, podemos esta-
blecer de forma análoga que para que dicho objeto se encuentre en reposo o en movimien-
to rectilíneo y uniforme (siempre respecto a un cierto sistema de referencia), ha de ocurrir
que todos sus puntos tengan velocidad constante (considerando v 0 como un caso parti-
cular de velocidad constante) y, por tanto, que el vector aceleración de cualquiera de sus
puntos, sea 0.
Trataremos de relacionar ahora este hecho, con las magnitudes angulares. Si el vector ace-
leración de cualquiera de los puntos de que consta el cuerpo ha de ser cero, cuando nos
fijemos en un punto dado del sólido:
¿Cómo deberá ser la rapidez angular del cuerpo respecto a dicho punto?
Es evidente que la rapidez angular del cuerpo (tengamos en cuenta que en un sólido rígido
que gira todos los puntos lo hacen con la misma rapidez angular) deberá de permanecer
nula, lo que implica que la aceleración angular también lo será (sin cambio de velocidad
no hay aceleración), es decir: w = 0 y = 0. Si no fuera así, los puntos del sólido que gi-
rasen respecto al punto considerado estarían cambiando su vector velocidad (al menos en
dirección) y, por tanto su aceleración no podría ser nula, tal y como se ha exigido.
En principio, cualquier punto del sólido se puede tomar como referencia para estudiar su
movimiento. No obstante, nos interesa escoger al centro de masas, ya que su movimiento
de traslación está regido por Fext y puede ser conocido de antemano.
Tratad de plasmar las conclusiones anteriores tomando como punto de referencia el cen-
tro de masas de un sólido rígido.
Si nos fijamos en el centro de masas deberá cumplirse que, para que el vector aceleración
correspondiente a dicho punto sea nulo, la fuerza exterior resultante sea también nula ya
que, como sabemos,
solo una fuerza exterior resultante puede modificar la velocidad del
centro de masas ( Fext m a C ). Además, el momento exterior resultante respecto de dicho
punto (centro de masas ) también tendrá que ser 0, ya que si la aceleración
angular es 0,
no puede haber momento resultante, puesto que como sabemos M res M ext I (la
suma de los momentos de las fuerzas interiores en un sistema de partículas es nula).
Sólido rígido 195
¿Cómo podemos expresar las conclusiones anteriores en el caso de que el sólido rígido
considerado se encuentre atravesado por un eje fijo?
Es claro que si el cuerpo está atravesado por un eje fijo (pase o no por su centro de ma-
sas), no podrá tener un movimiento de traslación rectilíneo y uniforme, sino tan solo de
rotación o encontrarse en reposo. En este caso, la condición para que se encuentre en re-
poso será, obviamente, que su rapidez angular inicial sea nula y que el momento exterior
resultante respecto de dicho eje, sea también nulo:
w 0 0 y M ext 0
En estas condiciones se halla implícito que la fuerza exterior resultante sea nula ya que si
no lo fuese, el centro de masas tendría que cambiar de velocidad (en este caso girar, lo
que obligaría a que existiera ) con lo que el momento exterior no sería 0. El que la rapi-
dez angular inicial
sea nula es necesario especificarlo ya que, de lo contrario podría darse
el caso de que M ext 0 pero que el cuerpo estuviese ya girando con rapidez angular cons-
tante.
Si, por el contrario, el cuerpo no se encuentra atravesado por ningún eje fijo, tendremos
que considerar que, para que se encuentre en reposo o con movimiento de traslación rec-
tilíneo y uniforme, es necesario que se cumpla:
Fext 0 ; M ext 0 y w 0 0
Mediante este ejercicio hemos podido comprobar cómo la misma ecuación que nos sirvió
para estudiar los cambios de movimiento en el caso de una masa puntual, se puede utilizar
para derivar a partir de ella las ecuaciones necesarias para estudiar los posibles cambio de
movimiento de un sólido rígido, mostrando así la coherencia y globalidad de las leyes de
la mecánica.
a) Eje fijo que pasa b) Eje fijo que pasa c) Ningún eje y d) Eje fijo que no e) No hay ningún
por cdm. F es la por el cdm. Par de sometido a un par pasa por el cdm. F es eje y F es la fuerza
fuerza aplicada. fuerzas. de fuerzas. la fuerza aplicada aplicada.
Sólido rígido 196
Para resolver este ejercicio hemos de analizar qué fuerza exterior resultante actúa sobre el
centro de masas y cuál es el momento resultante respecto del eje de giro en cada caso.
a) Sobre el volante actúan dos fuerzas:
la fuerza F aplicada a su
periferia y la que hace el eje fijo Fe . Como el cdm (situado en el
centro del volante) está en el eje, no se moverá y su aceleración
será a C = 0. Por tanto, la fuerza exterior resultante Fext = F + Fe
= m· a C = 0, es decir: sobre el volante actuará, en este caso, un par
de fuerzas.
c) En este caso podemos hacer las mismas consideraciones que en el anterior, ya que, tan-
to la fuerza exterior resultante sobre el sistema, como el momento del par de fuerzas res-
pecto del cdm, serán los mismos, pero ahora el eje de giro no es fijo y el volante además
de girar podría estar trasladándose con movimiento rectilíneo y uniforme.
d) El volante no puede trasladarse pero sí girará alrededor del eje que en este caso no pasa
por el centro de masas. Como el cdm también gira alrededor del eje, su aceleración a C no
es nula, por lo tanto la fuerza exterior resultante (suma de la fuerza F aplicada y la Fe que
hace el eje sobre el volante) tampoco lo será.
El valor del momento resultante respecto del eje de giro vendrá dado por M = M F ya que
MFe = 0 puesto que Fe está aplicada al eje de giro. Dicho momento es responsable de la
aceleración angular con que girará el volante alrededor del eje indicado, tal y como se
muestra en la figura adjunta (en ella no hemos incluido Fe ).
Sólido rígido 197
e) En este caso el volante no está sujeto por ningún eje fijo y la fuerza exterior sobre el
volante coincide con la fuerza
aplicada F por lo que el cdm se traslada con una cierta
aceleración dada por a C = F /m (siendo m la masa del volante).
Además el momento exterior respecto del cdm vale M = r·F, lo que implica que el volante
también girará respecto al cdm con una cierta aceleración angular, de modo que en este
caso se producirá un movimiento combinado de traslación y de giro.
Sabemos que el momento de inercia I de una masa que pueda considerarse como puntual,
respecto de un eje del que se encuentra a una distancia “r”, viene dado por la expresión I =
mr2. Sin embargo en este ejercicio la varilla no puede considerarse como una masa pun-
tual.
m
I dI dm r 2
0
En la figura adjunta hemos dispuesto la varilla sobre el eje OX y vamos a calcular su mo-
mento de inercia respecto de un eje perpendicular que la atraviesa por su centro. Para
simplificar, supondremos que las dos dimensiones alto y ancho de la varilla son despre-
ciables frente a su longitud y en consecuencia se puede considerar lineal.
Basta con resolver la integral correspondiente desde que x = -L/2 hasta que x = L/2 :
L
m
L
x3 2 L3 L3 L3
I dI x 2 dm 2L x 2 dx
0
2 3 L 3 8 8 12
2
Teniendo ahora en cuenta que = m/L nos queda finalmente que el momento de inercia
de una varilla respecto de un eje perpendicular que pasa por su centro vale:
I = mL2/12
¿Cómo sería el momento de inercia si el eje fuese paralelo al anterior pero pasando por
un extremo de la varilla?
Analizando la figura superior, es fácil darse cuenta de que el momento de inercia para los
puntos de la primera mitad de la varilla será el mismo que en el caso anterior del otro eje,
pero que los demás puntos se encuentran ahora a mayor distancia del eje, por lo que su
momento de inercia debe ser mayor, lo que nos lleva a pensar que el momento de inercia
total de la varilla también tendrá que ser más grande que el de antes. Para comprobarlo, no
tenemos mas que integrar cambiando los límites (que ahora serán entre 0 y L).
L
m L x3 3 mL2
I dI x dm
2
x dx L
2
0 0
3 0 3 3
Como vemos, el momento de inercia nos sale ahora cuatro veces mayor. ¿Qué influencia
tiene este hecho en la rotación de la varilla?
con que gira una varilla (siempre en un tiempo dado), precisaremos un momento resultan-
te M cuatro veces mayor en el caso de que gire respecto de un eje perpendicular que pasa
por uno de sus extremos que si lo hace respecto de otro paralelo al anterior y que pase por
su centro. Así por ejemplo, si lo que queremos es parar (en un tiempo dado) una varilla
que se encuentra girando, precisaremos un momento M mayor en un caso que en otro.
Este tipo de consideraciones tienen una gran importancia en el diseño de máquinas que
tengan piezas que giren respecto de algún eje.
Para resolver este ejercicio (y otros similares) conviene plantearse en primer lugar en qué
tipo de elementos de masa dm nos interesa descomponer el objeto para facilitar la resolu-
m
ción de la integral I dI dm r 2
0
En este caso, podemos considerar el disco como una serie de infinitos anillos concéntricos
de superficie dS y masa dm, situados uno a continuación del otro desde que r = 0, hasta
que r = R. Para ello basta con trazar circunferencias concéntricas cuyo radio r vaya au-
mentando un dr al pasar de una a otra.
El momento de inercia del disco será la suma de todos los momentos de inercia dI corres-
pondientes a cada uno de los anillos infinitesimales en que se puede considerar descom-
puesto, es decir, desde que r = 0 hasta que r = R, con lo que:
Sólido rígido 200
R mR 2
I dI 2 r 3 dr
0 2
m 1 mR 2
I dI dm R 2
0 2 2
Para resolver la integral anterior hemos tenido en cuenta que R es constante y la única
variable es, por tanto, la masa.
m dm r 2
I dI
0 2
Sin embargo, en este caso, a diferencia de lo que ocurría con el cilindro, el radio de los
discos va cambiando y vale 0 en la parte inferior de la esfera para ir aumentando hasta
coincidir con el radio R de la esfera cuando nos encontramos en la mitad y luego ir dismi-
nuyendo hasta hacerse nuevamente 0 en la parte superior de la esfera. Por tanto hemos de
buscar un cambio de variable adecuado que nos permita resolver la integral anterior.
Sólido rígido 201
la masa del disco se podrá evaluar como dm = ·dV y su volumen como dV = r2 dy
y el momento de inercia será:
m dm r 2 1 R 2 R 4
I dI r r 2dy
2 R
r dy
0 2 2 R
No obstante, todavía no podemos integrar porque seguimos teniendo más de una variable.
Es necesario, pues, buscar alguna relación entre el radio r y la “y” que nos permita re-
solver la integral.
Si nos fijamos en la figura veremos que utilizando el teorema de Pitágoras para el triángu-
lo que se forma (de hipotenusa R) podemos escribir que r2 = R2 - y2 , y como R es constan-
te, ya podemos integrar la expresión anterior.
R R 16R5 2
r dy (R 2R y y ) dy
4 4 2 2 4
I= mR 2
2 R 2 R 2 15 5
Cabe pensar que en este caso el momento de inercia debería de ser mayor puesto que, ex-
ceptuando los puntos que ya se encontraban en la periferia, el resto de ellos ha aumentado
su distancia respecto al eje de giro y, por tanto, su momento de inercia.
2
I = Rdmr 2 R 2 r 3dy mR 2
R R
3
Como podemos ver el momento de inercia de una esfera hueca respecto a un eje que la
atraviese según la dirección de uno de sus diámetros es 5/3 mayor que si la esfera fuese
maciza (de igual masa y radio).
Utilizad el momento de inercia de una esfera hueca como dato de partida para deducir a
partir del mismo el momento de inercia correspondiente a una esfera maciza.
sol:7mR2/5
10. Dado un hexágono regular constituido por seis varillas homogéneas de longitud L
y masa m, calculad su momento de inercia respecto de un eje perpendicular al plano
que lo contiene y que pasa por su centro.
Podemos calcular el momento de inercia Iv de una de las varillas respecto del eje a que se
refiere el problema y, dada la simetría de la figura, se cumplirá que I = 6I v , siendo I el
momento de inercia que buscamos.
Sabemos que el momento de inercia de una varilla respecto de un eje perpendicular que la
atraviesa por su centro viene dado por IC = mL2/12. No obstante el eje respecto del cual
queremos calcular el momento de inercia no es este, sino otro eje paralelo. Ello nos per-
mite, pues, determinar dicho momento de inercia aplicando el teorema de Steiner, según el
Sólido rígido 203
En nuestro caso, el teorema de Steiner nos lleva a escribir I v = mL2/12 + m·d2 de donde
podemos obtener Iv si previamente calculamos la distancia d entre los ejes.
Como se trata de un hexágono regular (ver figura anterior derecha) se cumple que d2 = L2
- L2/4 = 3L2/4. Sustituyendo ahora en la expresión anterior nos queda:
El radio de giro k de un objeto respecto de cierto eje, se define como la distancia a que
debería encontrarse del eje una masa puntual igual a la masa del objeto, para que tuviese
el mismo momento de inercia que el objeto. Como es lógico, a un mismo objeto le corres-
ponden tantos radios de giro como ejes se considere (tantos como momentos de inercia).
¿Qué podemos hacer, pues, para calcular el radio de giro?
Para obtener el radio de giro de un cuerpo respecto de un eje indicado bastará con deter-
minar su momento de inercia respecto de dicho eje y luego evaluar a qué distancia del
mismo debería encontrarse una masa puntual igual a la del cuerpo para que su momento
de inercia fuese el mismo. Si designamos por k el radio de giro y tenemos en cuenta que el
momento de inercia de una masa puntual se define como el producto de dicha masa y el
cuadrado de su distancia al eje de giro, podemos escribir:
I
I = m·k2 k =
m
Sólido rígido 204
Vemos pues, que el radio de giro depende del momento de inercia del objeto en cuestión y
de su masa. Lo primero que tendremos que hacer pues, es
Para calcular el momento de inercia I en este caso, podemos considerar que se trata de un
objeto compuesto por dos esferas iguales y una varilla, calcular el momento de inercia
correspondiente a cada uno de esos cuerpos y luego sumar.
Sabemos que el momento de inercia de una esfera maciza, de masa m y radio R, respecto
de un eje que la atraviesa por su centro viene dado por 2mR 2/5. ¿Cómo podemos calcular
el momento de inercia respecto del eje que nos piden?
Podemos hacer uso del teorema de Steiner: I = IC + m · d2 que, como ya sabemos, nos rela-
ciona el momento de inercia IC de un objeto de masa m, respecto de un eje de giro que
pase por su centro de masas, con el que dicho objeto presenta respecto de otro eje paralelo
a este y situado a una distancia “d” del mismo. En este caso, la aplicación de dicho teore-
ma a cualquiera de las dos esferas, de masa m e , nos conduce a expresar su momento de
inercia respecto del eje que se indica en el enunciado como
Sumando los momentos de inercia anteriores, teniendo en cuenta que la masa de cada
esfera me y la de la varilla mv son iguales (me = mv = m), podemos obtener el momento de
inercia completo como:
I
I = mT ·k2 siendo mT = 3m. De esta forma nos queda finalmente: k = = 2‟16·R
3m
Sólido rígido 205
12. Calculad el radio de giro de los cuerpos a los que se refieren los enunciados de los
ejercicios 6, 7, 8, 9 y 10 respecto de los ejes que se indican en dichos enunciados.
Sobre el cuerpo actúan tres fuerzas: el peso P , la fuerza normal R que ejerce el plano y
la tensión T del hilo. Dado que el movimiento es circular y uniforme, la resultante de las
tres fuerzas anteriores ha de ser precisamente igual a T , que será la fuerza necesaria para
que el cuerpo se mantenga con ese movimiento, describiendo una trayectoria circular de
20 cm de radio. El valor de dicha fuerza resultante, se calcula como:
Fres n = m · an T = m · an = m · v2/r = m · w2 r, de
forma que si particularizamos la ecuación anterior a
la situación inicial (que designaremos como “A”)
tendremos:
TA m w 2A rA
Es evidente que la cuerda está tensa porque tiramos de ella, si ahora tiramos con más
fuerza, la tensión aumentará (pasando de valer T A a valer TB) y que el radio de la curva
disminuirá hasta alcanzar un nuevo valor r B (como se muestra en la figura anterior) tal que
en la nueva situación se cumpla:
TB m w 2B rB
Dado que el radio disminuye y que el valor de la tensión ha aumentado, como consecuen-
cia de tirar del hilo hacia abajo, concluimos que, de acuerdo con la ecuación anterior, co-
mo la masa no cambia, la nueva rapidez angular wB deberá ser mayor que la inicial wA.
Sólido rígido 206
2
r
y despejando de ella obtener la rapidez angular wB, como w B A w A = 16 rad/s
rB
Si analizamos el resultado literal obtenido, podemos darnos cuenta en primer lugar que es
dimensionalmente homogéneo (T-1 en ambos lados de la igualdad) y que contempla algu-
nos casos evidentes así como los razonamientos que hemos realizado anteriormente. Por
ejemplo, vemos que si el radio permanece igual, tampoco cambiara la rapidez (w B = wA) y
si el radio de giro disminuye la rapidez angular ha de aumentar. Sin embargo el resultado,
nos permite precisar además, que dicho aumento, en la situación que analizamos, no es
directamente proporcional a la disminución que experimente el radio, ya que, como po-
demos comprobar, cuando el radio se reduce a la mitad (rB = rA/2) la rapidez angular no se
hace el doble, sino el cuádruple wB = 4wA).
16. Dos niños de 30 kg de masa cada uno, se encuentran sobre una barra horizontal,
de masa despreciable, que gira a razón de 2 rad/s, alrededor de un eje perpendicular
por su punto medio. Inicialmente, los niños se encuentran a 2m del eje de giro y avan-
zan hasta colocarse a 1m. Se pide:
Si consideramos el sistema formado por ambos discos, podemos distinguir entre dos esta-
dos. El estado A, corresponde a la situación en que comienza la interacción entre los dos
discos. En dicha situación cada uno de ellos se encuentra girando con una rapidez angular
distinta y con un determinado momento cinético (o cantidad de movimiento angular) res-
Sólido rígido 208
pecto del eje de giro. Designaremos como w 1A a la velocidad angular del disco superior y
como L 1A a su cantidad de movimiento angular, L 1A = I1 · w 1A . Análogamente para el
disco inferior, w 2A representará su velocidad angular en la situación A y L 2A su cantidad
de movimiento angular, de modo que L 2A = I2 · w 2A . En la figura siguiente se ha repre-
sentado esquemáticamente esta situación:
Al caer el disco 1 sobre el 2, ocurre una interacción entre ambos y al final los dos giran
con la misma velocidad angular. Este hecho ha de interpretarse admitiendo que sobre cada
disco actúa un momento resultante que modifica su velocidad angular hasta que ambos
giren con la misma. Ese “momento” responsable del cambio de velocidad angular no pue-
de ser otro que el que se debe a la fuerza de rozamiento que actúa sobre cada uno de los
discos mientras desliza el uno sobre el otro. Si designamos como estado B a la situación
en que ambos giran ya con la misma velocidad angular w B , la cantidad de movimiento
angular de cada uno valdrá ahora L 1B = I1 · w B para el de arriba, mientras que para el de
abajo será L 2B = I2 · w B , donde w B (cuyo sentido y valor numérico desconocemos a
priori) es la velocidad angular que queremos hallar.
Para calcular w B hemos de relacionar los estados A y B ¿Cómo podríamos hacerlo?
Si consideramos a los dos discos como un único sistema, las fuerzas que se ejercen entre
ellos serán todas interiores. Sabemos que los momentos de las fuerzas internas no pueden
modificar la cantidad de movimiento angular total de un sistema (aunque sí la de las partí-
culas que lo formen). Podemos hacer uso de este principio para tratar de resolver el pro-
blema. Para ello, consideraremos el sistema de referencia de la figura anterior, en el que:
L A L B L1A L 2A L1B L 2B (I 1 w 1A I 2 w 2A ) k (I 1 I 2 )w B k
En la ecuación anterior wB es la componente escalar del vector velocidad angular w B la
cual podemos despejar, de manera que obtenemos:
I 1 w 1A I 2 w 2A
wB
I1 I 2
En esta expresión el momento de inercia del disco 1 corresponde al que presenta respecto
a un eje perpendicular al plano que lo contiene y que pasa por su centro. Este se puede
Sólido rígido 209
calcular como mr2/2. Sin embargo para determinar I2, hemos de tener en cuenta que el eje
respecto del cual está girando no pasa por su centro de masas sino que se trata de un eje
paralelo situado a una distancia d = 9 cm del mismo. Para obtener I2 podemos aplicar el
teorema de Steiner. Teniendo todo esto en cuenta nos queda finalmente que:
m1 r12 m r2
w 1A 2 2 m 2 d 2 w 2A
I 1 w 1A I 2 w 2A 2 2 0'44 1'07 rad
wB 3'5
I1 I 2 mr m r
2 2
0'01 017
' s
1 1
m2 d 2
2 2
2 2
De acuerdo con el sistema de referencia utilizado, la única componente escalar del vector
velocidad angular del disco inferior 2, al comienzo de la interacción es negativa (y así lo
hemos tenido en cuenta al proceder a la resolución literal del problema). El hecho de que
la rapidez final, común a ambos discos, nos salga negativa, deberá interpretarse como que
el conjunto gira en el mismo sentido que el disco inferior.
En este caso se trata de energía cinética de rotación. Sabemos que dicha energía cinética
se calcula mediante la expresión: Ec = Iw 2/2, luego para calcular la variación de energía
cinética que se pueda haber producido, bastará con aplicar dicha expresión a las situacio-
nes A y B ya descritas y efectuar la resta correspondiente. Una cuestión previa es si esa
variación resultará una cantidad positiva, nula o negativa.
Dado que durante la interacción actúan fuerzas de fricción que modifican el movimiento
de los discos frenándolos, cabe esperar que el trabajo realizado por éstas se traduzca en
una disminución de la energía cinética de rotación del sistema, de forma que la energía
cinética en el estado B sea inferior a la que había en el estado A. La diferencia (si el sis-
tema está aislado) se encontrará en forma de energía interna asociada a las partículas que
forman ambos discos (que se pone de manifiesto en el aumento que experimenta su tem-
peratura).
1 1
Ec A I 1 w 12 I 2 w 22 = 9‟67 + 3‟36 = 13‟03 J
2 2
1
Ec B (I 1 + I 2 ) w 2B = 1‟1 J
2
La variación de energía cinética producida será pues: Ec = EcB - EcA = -11‟93 J
Sólido rígido 210
18. Una plataforma circular de 1’2 m de radio y 80 kg de masa, es capaz de girar li-
bremente (sin rozamiento) alrededor de un eje perpendicular al plano que la contiene
y que pasa por su centro. Dicha plataforma, inicialmente en reposo, es empujada me-
diante una fuerza F hasta conseguir que gire a 0’2 rps. Se pide:
1 2 1 2
Wres A Ec rot A Iw B Iw A
B B
2 2
La plataforma se puede considerar como un disco macizo que gira respecto a un eje per-
pendicular al plano que forma y que pasa por su centro, con lo que su momento de inercia
será I = mr2/2. Sustituyendo en la expresión anterior y teniendo en cuenta que wA = 0 y
que wB = 0‟2 · 2 rad/s obtenemos:
1 2 1
WF A Ec rot A ' 2 (0'2 2 ) 2 = 45‟48 J
Iw B 80 12
B B
2 2
¿Cómo podemos hallar la rapidez angular del conjunto cuando el niño ya ha subido?
I 2 w 2C w 2C w 2C
wD = = = 0‟72 rad/s.
I1 I 2 I1 2m 1
1 1
I2 m2
En este caso su momento de inercia I1 respecto al eje sería nulo y wD = w2C, es decir, la
rapidez angular de la plataforma no cambiaría.
Sólido rígido 212
Como se trata de un movimiento de rotación pura alrededor de un eje fijo, únicamente nos
interesará considerar aquellas fuerzas actuantes sobre el cuerpo que tengan “momento”
respecto del eje de giro ya que es el momento resultante de dichas fuerzas el causante de
la aceleración angular y, por tanto, de la modificación del estado de rotación del disco,
que girará cada vez más despacio hasta pararse. Para determinar la aceleración angular del
disco trataremos, pues, de obtener la expresión del momento resultante que actúa sobre el
mismo.
Analizad qué fuerzas se ejercen sobre el disco y obtened la expresión de la ecuación fun-
damental de la dinámica de la rotación aplicada al mismo.
Sobre el disco actúan la fuerza peso P , la fuerza Fe ejercida por el eje y la fuerza de roza-
miento Fr ejercida por el taco en la periferia. Como, tanto P como Fe están aplicadas en el
eje
de giro, su momento respecto del mismo será nulo y solo tendrá efecto el momento de
Fr de manera que será la fuerza de rozamiento la que tendremos que tener en cuenta para
calcular el momento resultante que actúa sobre el disco.
¿En qué cambiaría el razonamiento anterior si el disco hubiese estado atravesado por un
eje que no pasara por su centro de masas?
De acuerdo con lo anterior M = I · se podrá expresar como Mz = I · z . Podemos ob-
viar expresar que se trata de la componente “z” porque los vectores como M , , w se
encontrarán todos ellos sobre el eje Z, de manera que, en lo sucesivo, siempre que sea
posible utilizaremos un tratamiento escalar. Ello implica que en la ecuación fundamental
de la dinámica de la rotación M = I · el momento resultante M y la aceleración angular
no representarán, en general, los módulos de los vectores M y , sino sus componen-
tes escalares (positivas o negativas según el sentido que tengan los vectores correspon-
dientes).
En nuestro caso, si nos fijamos en el producto vectorial r Fr vemos que el vector M
tiene el sentido considerado como negativo, tal y como se muestra en la figura siguiente,
por tanto, su única componente escalar será negativa.
De la ecuación anterior nos queda que = - Fr · r /I pero esto no nos sirve para determinar
porque no conocemos la fuerza de fricción. Otra posibilidad es utilizar las ecuaciones del mo-
vimiento circular uniformemente acelerado (válidas para cualquier punto del cuerpo):
w = w0 + (t-t0)
= 0 + w0 (t-t0) + (t-t0)2/2
que en nuestro caso, tomando como instante inicial 0 s cuando se comienza a frenar la
rueda, quedan como:
(1) w = w0 + · t
(2) = w0 t + · t2
w w0
De la ecuación (1) obtenemos que .
t
Como sabemos la rapidez en el instante inicial t 0 = 0 s (w0 = 80 rpm = 8/3 rad /s) y en el
instante final t = 60 s ( w = 0), basta sustituir en la expresión anterior para obtener = -
w0/t = -0‟14 rad/s2, comprobando como, en efecto, su valor nos sale negativo.
Podemos obtener dicho número N utilizando la ecuación (2) anterior para calcular el
ángulo descrito (en radianes) en el intervalo de tiempo considerado (desde t 0 = 0 hasta t =
60 s). Después, teniendo en cuenta que cada vuelta equivale a 2 radianes, basta dividir
por 2 para hallar N:
20. Un disco de 3 m de diámetro cuya masa es de 300 kg, gira a razón de 180 rev/min.
Calculad:
a) La energía cinética del disco.
b) Cuántas vueltas dará desde que se le aplica "un par" de frenado de 800 N·m.
c) Tiempo que tardará en pararse, en el caso anterior.
21. Sobre una rueda de 20 cm de radio capaz de girar en torno a un eje fijo perpendi-
cular que pasa por su centro y 5 Kg·m2 de momento de inercia, actúa una fuerza tan-
gencial dada por F = 5 t2 +2. ¿Cuánto valdrán la aceleración angular y la rapidez angu-
lar a los 2 segundos de comenzar a actuar dicha fuerza, si la rueda se encontraba ini-
cialmente en reposo?
Sobre la rueda actúa la fuerza peso P , la fuerza Fe ejercida por el eje y la fuerza tangencial
F aplicada en la periferia, pero, al igual que en el ejercicio anterior, como el cuerpo solo
puede girar
alrededor de un eje fijo, nos interesará únicamente el efecto del momento de
la fuerza F respecto al eje de giro, como causante de la aceleración angular.
Como vemos, se trata de una aceleración variable, es decir, cualquier punto del cuerpo
realiza un movimiento circular y variado, de modo que a los 2 s la aceleración angular de
cualquier punto de la rueda valdrá:
w t t3
dw = ·dt dw (0' 2t 0' 08)dt w 0' 2 0' 08t
2
0 0 3
Sólido rígido 216
El dispositivo de la figura puede ser considerado como un sistema constituido por dos
cuerpos: La polea (1) y el cuerpo suspendido (2). Al dejar dicho sistema en libertad, la
polea comenzará a girar alrededor de un eje fijo y el cuerpo que pende de ella descenderá
siguiendo una trayectoria rectilínea.
Analizad las fuerzas que actúan sobre cada uno de los dos cuerpos considerados y descri-
bid su movimiento.
a) Movimiento
de la polea. Sobre la polea actúan tres fuerzas: la
fuerza Fe que ejerce sobre el centro de la polea y hacia arriba el
hilo que la sujeta al techo, el peso P1 de la polea y la tensión T1 o
fuerza que hace la cuerda. Como el cdm de la polea no puede
moverse (está sujeto por el eje)
la resultante de estas tres fuerzas
es nula, y por tanto: Fe ( P1 T1 ) .
b) Movimiento del cuerpo suspendido. El cuerpo que pende de la polea describe un mo-
vimiento de trayectoria conocida (rectilínea) y para estudiar su movimiento podemos apli-
car un tratamiento escalar. Las fuerzas que actúan sobre dicho cuerpo son: la tensión T2
que ejerce la cuerda hacia arriba y el peso P2 o fuerza con que la Tierra lo atrae. Si elegi-
mos como sentido positivo el del movimiento, podemos expresar la ecuación fundamental
de la dinámica como:
Fres t = m2 · a2t . Como an = 0, escribiremos a2t = a2 y sustituyendo Fres t por su valor (suma
de las componentes escalares tangenciales de las fuerzas actuantes, con el signo que les
corresponda), nos queda:
P2 - T2 = m2 · a2
Como las fuerzas P2 y T2 son constantes, el cuerpo descenderá con un movimiento uni-
formemente acelerado, siendo la aceleración a 2 lo que hemos de determinar.
¿De qué factores cabe esperar que dependa la aceleración con que desciende el cuerpo
que cuelga de la polea?
Parece claro que cuanto mayor fuese la masa m 2 del cuerpo que desciende y menor el
momento de inercia de la polea (o su masa ya que I = m 1 r2/2), mayor debería de resultar la
aceleración a2. Por otra parte, es evidente que si la masa de la polea fuese despreciable
dicha aceleración coincidiría con la de la gravedad (el cuerpo caería libremente).
T· r = I ·
P2 -T = m2 · a2
a2 = · r
Para ello sustituimos I = m1 r2/2 y = a2/r en la primera ecuación con lo que T = m 1a2/2
Introduciendo ahora la expresión de T obtenida, en la segunda de las ecuaciones y despe-
jando la aceleración a2, nos queda finalmente:
m2
a2 g → a2 = 2‟86 m/s2
m1
m2
2
Analizad el resultado literal obtenido
Si analizamos el resultado anterior podemos darnos cuenta de que, además de ser dimen-
sionalmente homogéneo (dimensiones de la aceleración en ambos lados de la igualdad),
contempla las hipótesis de partida, como por ejemplo, que la aceleración será tanto mayor
cuanto menor sea la masa m1 de la polea y que cuando dicha masa sea despreciable frente
a m2, el cuerpo descenderá con aceleración g (la de la gravedad). Por otra parte, el resulta-
do nos muestra también que la aceleración a 2 no depende del radio que tenga la polea.
Sugerid y llevar a cabo un procedimiento para determinar el número de vueltas dado por
la polea en 10 s.
Ya hemos visto que la polea gira con aceleración angular constante = a2/r. Ello nos
permite aplicar las ecuaciones del movimiento circular uniformemente acelerado para
calcular el ángulo girado por cualquier punto de su periferia en los 10 s. Como cada
vuelta equivale a 2 radianes, bastará después dividir el desplazamiento angular obtenido
entre 2 para obtener el número N de vueltas correspondiente.
Sólido rígido 219
1
En efecto, considerando que en t0 = 0, w0 = 0, podemos escribir: Δθ α t2
2
a2
y teniendo en cuenta que , nos queda que: = a2t2/2r
r
Δθ a t2
Sustituyendo ahora en N , nos queda finalmente que: N = 2 = 56‟9 vueltas
2π 4 r
En el resultado anterior podemos ver que, cuanto mayor sea la aceleración con que cae el
cuerpo, menor el radio de la polea y mayor el tiempo considerado, más vueltas dará la
polea.
En este problema tenemos un sistema formado por tres cuerpos que al dejarlos en libertad
se moverán. La polea al estar sujeta como se indica en la figura solo puede girar en torno a
su eje. El peso del cuerpo 1 provocará un momento respecto del eje de giro de la polea
que haría girar a ésta hacia nuestra derecha, mientras que el momento del peso del cuerpo
2 la haría girar hacia nuestra izquierda. Como el peso de 1 es mayor que el de 2 (y r es el
mismo en ambos casos e igual al radio de la polea) el momento resultante hará girar la
polea hacia nuestra derecha, de modo que la masa m 1 descenderá y la m2 subirá.
Describid con el mayor detalle posible el movimiento de cada uno de los cuerpos.
Las fuerzas que actúan sobre cada uno de los cuerpos determinan su movimiento, aunque,
al estar sujetos por medio de una cuerda inextensible, se cumplirá que la aceleración con
que se desplazarán los cuerpos 1 y 2 será la misma para ambos y también coincidirá con la
aceleración sobre la trayectoria de cualquier punto de la periferia de la polea, ya que se
supone que dicha periferia y la cuerda se tocarán punto a punto (es decir, la cuerda no
“resbala”). Si tomamos como sentido positivo el del movimiento (de traslación de los
cuerpos y de giro de los puntos de la periferia de la polea) y analizamos lo que le ocurre a
cada uno de los cuerpos por separado tendremos:
Sólido rígido 220
En la ecuación anterior hemos tenido en cuenta que T2 va en el sentido de la trayectoria
escogido como positivo mientras que P2 tiene sentido negativo, lo que hace que sus com-
ponentes escalares tangenciales sean, respectivamente, positiva y negativa.
T‟1 · r - T‟2 · r = I· .
T1 · r - T2 · r = I · a/r
Porque si lo fuesen, el momento resultante que actuaría sobre la polea sería nulo y ésta no
podría variar su rapidez angular por lo que, si inicialmente estaba en reposo, debería de
continuar estándolo.
Teniendo en cuenta ahora que el momento de inercia de un disco viene dado por I= mr 2/2,
nos queda que:
En este problema hemos de calcular la aceleración a con que desciende la masa m 1, que
será, según hemos visto, la misma con que asciende m 2 o se mueven los puntos de la
cuerda (y periferia de la polea).
Podemos pensar que cuanto más grande sea m 1 y más pequeña sea m2, mayor tendrá que
ser la aceleración a. Por otra parte, la masa de la polea también tendrá que influir ya que
cuanto mayor sea ésta mayor será la inercia que presentaría a la rotación (y menor sería la
aceleración a). Además, es evidente que si las masas del cuerpo 2 y de la polea fuesen
despreciables frente a la del cuerpo 1, éste descendería con una aceleración igual a la de la
gravedad.
Para determinar “a” podemos utilizar las ecuaciones que rigen el movimiento de cada uno
de los cuerpos:
(m1 m 2 ) g
A partir de las mismas podemos obtener que: a = → a = 2‟6 m/s2
m3
m1 m 2
2
Analizando la expresión obtenida nos podemos dar cuenta en primer lugar de que es di-
-
mensionalmente homogénea (dimensiones de la aceleración LT 2 en ambos miembros de
la igualdad) y que en ella se recogen la hipótesis anteriores. Así, podemos ver que la ace-
leración a aumentará cuando aumente la diferencia entre las masas m 1 y m2 , y viceversa,
(como siempre a igualdad de los restantes factores) y que si m 2 y m3 se hacen desprecia-
bles frente a m1 ocurrirá que a = g.
¿Cometimos una equivocación? ¿Qué cabe esperar que ocurra si en las expresiones de T1
y T2 introducimos la simplificación de considerar la masa de la polea despreciable?
De acuerdo con las consideraciones anteriores, cabe esperar que las expresiones se trans-
formen de forma que ambas tensiones sean iguales. En efecto, del sistema de tres ecua-
ciones anterior obtenemos que:
Sólido rígido 222
m1 m 2 m1 m 2
T1 m1 (g g) T2 m 2 (g g)
m3 m3
m1 m 2 m1 m 2
2 2
En adelante, pues, siempre que aparezca una polea de masa despreciable su I será 0 y no
tendrá otro efecto en el sistema en que participa, que cambiar la dirección de la cuerda
tensa que pase por ella.
25. Una polea de 1 kg de masa y 5 m de radio, cuyo radio de giro vale 2’5 m, lleva
arrollado un hilo inextensible y sin masa que pasa por otra polea, de masa desprecia-
ble y del que pende un cuerpo de 2 kg, como se indica en la figura. Determinad:
27. Un volante gira por la acción de un cuerpo de 4 kg de masa, que cuelga del extre-
mo de una cuerda arrollada a un eje de masa despreciable acoplado a aquel (véase la
fig. del ejercicio anterior). Sabiendo que al soltar el cuerpo éste desciende 3 m en 2 s,
determinad la tensión de la cuerda y el momento de inercia del volante (radio del eje
= 20 cm).
En este problema tenemos un sistema formado por cuatro cuerpos, pero de ellos hay dos,
que son las poleas de masa despreciable, que, como ya hemos visto, el único efecto que
producen en el sistema es modificar la dirección de la cuerda tensa. Por tanto, para deter-
minar la aceleración que se nos pide en el enunciado, nos ocuparemos del movimiento del
cuerpo (1) y de la polea (2). Para ello conviene que comencemos por considerar qué fuer-
zas actúan sobre el cuerpo 1 y sobre la polea 2 y describir el movimiento de cada uno de
estos cuerpos con el mayor detalle posible.
Bajo la acción del peso P1 = 50 N, el cuerpo 1 descendería y la polea giraría hacia la dere-
cha. Por el contrario, la fuerza F = 60 N, haría subir al cuerpo 1 y que la polea girase hacia
la izquierda. Como F es mayor que P1, el cuerpo 1 ascenderá y la polea girará hacia la
izquierda. Si tomamos como sentidos positivos el del movimiento del cuerpo 1 y el del
giro de la polea, las ecuaciones que rigen el movimiento de cada cuerpo serán:
a) El cuerpo 1: Sobre él actúan las fuerzas T1
F
y P1 y se mueve sobre la trayectoria en el sen-
tido escogido como positivo. Utilizando un
tratamiento escalar a lo largo de la trayectoria,
la ecuación fundamental de la dinámica apli-
cada al cuerpo 1 se expresa como:
T1 - P1 = m1 · a (1)
Sólido rígido 224
b) El cuerpo 2: Sobre la polea, de radio r y momento de inercia I, actúan las fuerzas T'1 y
T2 (ejercidas ambas por la cuerda) así como Fe ejercida por el eje y el peso de la polea P2 .
Como estas dos últimas están aplicadas en el eje, su momento respecto al mismo será nulo
y no tendrán efecto alguno en la rotación de la polea. Por otra parte, si consideramos la
masa de la cuerda despreciable, sabemos que T‟ 1 = T1 y T2 = F, con lo que:
Mres = I · F · r - T1 · r = I ·
Conviene tener también en cuenta que como la cuerda no “desliza” sobre la polea sino
que en todo momento está en contacto punto a punto con la periferia de la misma, se
cumplirá que la aceleración sobre la trayectoria de cualquier punto de dicha periferia, será
la misma que la aceleración de cualquier punto de la cuerda inextensible y, por tanto, que
la aceleración con que asciende el cuerpo 1. Ello nos permite expresar dicha aceleración
como a = · r. Si además consideramos a la polea como un disco macizo, sabemos que,
en ese caso, I = m2 r2/2, con lo que podemos expresar la ecuación anterior como:
En el problema se nos pide que calculemos la aceleración con que asciende el cuerpo 1,
que, según acabamos de ver, coincidirá con la aceleración de cualquier punto de la cuerda
o de la periferia de la polea.
Considerad, de acuerdo con las condiciones establecidas, qué factores cabe esperar que
influyan y cómo lo harán, en el valor de dicha aceleración.
En primer lugar podemos razonar que cuanto mayor sea F y menor la masa del cuerpo 1 y
menor la masa de la polea 2 (menor inercia), tanto mayor tendría que ser la aceleración
con que el cuerpo 1 ascendería. Por otra parte, parece evidente que si F fuese menor que
P1, la aceleración tendría que salir negativa, es decir, el cuerpo 1 en esas condiciones des-
cendería (partiendo de una situación inicial de reposo).
F m1 g
Podemos obtener a partir de las mismas: a = → a = 1‟43 m/s2
m2
m1
2
Analizad el resultado literal obtenido
polea fuese despreciable. En ese caso, el momento de inercia de la polea también lo sería
y la aceleración de ascenso del cuerpo sería la misma que si tirásemos directamente de él
hacia arriba mediante un fuerza F:
a = (F - P1)/m1 .
¿Cuánto debería valer F para que el cuerpo 1 suba con movimiento uniforme?
Para resolver esta nueva cuestión no tenemos mas que hacer a = 0 en el resultado literal
obtenido y despejar F, con lo que resulta F = m 1g = 50 N.
Finalmente, el cálculo de las tensiones T1 y T2, no ofrece ninguna dificultad ya que basta
con despejar de las ecuaciones (1) y (2), con lo que obtenemos:
T1 = m1 (a+g) = 57‟15 N; T2 = F = 60 N
sol: a = 2 m/s2; T = 10 N
Sólido rígido 226
b) Sobre el cuerpo de masa m2 actúan la tensión de la cuerda T2 , la componente tangen-
cial de su peso Pt2 y la fuerza de rozamiento Fr opuesta al movimiento (no representada
en la figura anterior). Estas tres fuerzas son las que se ejercen a lo largo de la trayectoria,
pero además actúan también la componente normal del peso Pn y la fuerza normal que
ejerce el plano R , aunque éstas se anulan entre si ya que al ser la trayectoria recta la com-
ponente normal del vector aceleración es nula. De acuerdo con ello, la ecuación funda-
mental de la dinámica de la traslación aplicada a este cuerpo se expresará como:
T2 -Pt2 - Fr = m2 · a (2)
c) Sobre la polea,
de
masa m3, actúan
las tensiones ejercidas por la cuerda en ambos lados
de la misma T1 y T' 2 , su peso P3 y la fuerza ejercida por el eje Fe . Como las dos últimas
están aplicadas en el propio eje, su momento respecto del mismo será nulo, con lo que la
ecuación fundamental de la dinámica de la rotación aplicada a la polea será:
En el problema se nos pide que calculemos la aceleración “a” . Conviene que antes de
operar se proceda a realizar una reflexión cualitativa sobre los factores que pueden influir
en dicha aceleración, tratando de avanzar cómo cabe esperar que lo hagan.
Podemos razonar que cuanto mayor sea m 1 , menor m2 y menor la inercia de la polea (y
por tanto su masa si el radio no cambia) mayor tendrá que ser la aceleración. Por otra par-
te, es evidente, que si, por ejemplo, m 2 y m3 fuesen nulas, m1 debería de caer con la acele-
ración de la gravedad g. Además, conforme vaya aumentando la inclinación del plano (de
0 a 90º, cabe esperar que “a” vaya disminuyendo), etc.
Podemos tratar de obtener “a”. despejando de la ecuación (1) o de la (2), pero descono-
cemos lo que vale la tensión de la cuerda en cada caso. El problema se podría solucionar
expresando la ecuación (3) en función de la aceleración “a”. Para ello hemos de tener en
cuenta que como la cuerda no resbala sino que se toca con la polea punto a punto, a = ·
r, con lo que la ecuación (3) queda como T 1 · r - T2 · r = I· a/r y tenemos así un sistema
de tres ecuaciones con tres incógnitas, que ya podemos resolver.
¿Cómo podemos determinar el número de vueltas N dadas por la polea a los 3 s de dejar
el sistema en libertad?
El número de vueltas se podrá obtener dividiendo el ángulo girado por la polea expresado
en radianes entre 2 (que son los radianes que tiene una vuelta), es decir:
N = /2. Para calcular el ángulo recorrido bastará con hallar la aceleración angular me-
diante a = · r y calcular para un punto cualquiera de la periferia de la polea (que des-
cribirá un movimiento circular uniformemente acelerado de aceleración ). Así pues:
En este caso tenemos un sistema formado por la doble polea que gira (y que designaremos
como cuerpo 1) y un objeto suspendido que se traslada (cuerpo 2). Sobre cada uno de ellos
actúan las fuerzas especificadas en la figura siguiente, y nuestro problema es determinar
cuánto ha de valer F para que el cuerpo 1 ascienda con una cierta aceleración. Para ello
comenzaremos por analizar el movimiento de cada uno de los cuerpos que forman el sis-
tema:
Por otra parte, al ser la masa de las cuerdas despreciables T 1 = F y T‟2 = T2 con lo que la
ecuación queda como:
F· R - T2 · r = I ·
b) Sobre el cuerpo 2, actúan la tensión T2 en sentido positivo y el peso P2 en sentido
negativo, realizando un movimiento de traslación hacia arriba, con lo que, si aplicamos a
dicho cuerpo la ecuación fundamental de la dinámica:
Sólido rígido 230
T2 - P2 = m2 · a2 (2)
En el problema se nos pide que determinemos la fuerza F que será preciso realizar para
que el cuerpo 2 ascienda con una determinada aceleración a 2.
Conviene que antes de operar reflexionemos sobre los factores que pueden influir en di-
cha fuerza.
Podemos pensar que cuanto mayor sea la aceleración a 2 con que queremos que ascienda el
cuerpo 2 y mayor sea el momento de inercia de la doble polea (I = m · k2 ), mayor será el
valor de F necesario. Podemos plantearnos también alguna condición límite evidente, co-
mo por ejemplo, que si el momento de inercia de la doble polea y la masa m 2 fuesen nulas
F debería de resultar 0, etc.
a2 15
'
m1 k 2 m 2 (g a 2 ) r 10 0'42 4 (10 15
' ) 0'2
r 0'2
F= = 42'5 N
R 05'
Para calcular la energía cinética de la polea, dado que no se traslada, bastará aplicar la
expresión de la energía cinética de rotación de un sólido rígido alrededor de un eje:
Ec = Iw2/2. Para ello hemos de hallar w en el instante que se nos pide (t = 5s).
En este caso tenemos un sistema formado por una doble polea y dos masas, que podemos
considerar como puntuales y que cuelgan de la misma como se muestra en la figura.
Cuando se deje el sistema en libertad (partiendo del reposo) la polea girará en torno a su
eje a la vez que uno de los cuerpos subirá y el otro bajará. El problema nos pide calcular
la aceleración con que se moverá cada uno, para lo cual hemos de analizar el movimiento
de los cuerpos que forman el sistema. A este respecto, una primera cuestión que hemos de
plantearnos es hacia dónde se moverán los cuerpos.
Un primer análisis de la situación, podría llevarnos a pensar que, como el peso P 1 del
cuerpo 1 es mayor que el peso P2 del cuerpo 2, el movimiento se producirá de forma que
el primero baje y el segundo suba, en cuyo caso la doble polea giraría hacia la izquierda.
Sin embargo, conviene recordar que lo que provoca cambios en el movimiento de rotación
de un sólido no son las fuerzas sino los momentos de dichas fuerzas respecto del eje de
rotación, por tanto, para determinar el sentido de giro que se producirá deberemos compa-
rar los momentos de las fuerzas y no los valores de dichas fuerzas.
En este caso al haber dos radios diferentes, no es inmediato determinar qué momento va a
ser mayor, por lo que tendremos que proceder a calcularlos:
Módulo del momento de la fuerza P1 respecto del eje: M1 = P1 · r = 80 · 0‟1 = 8 N·m
Módulo del momento de la fuerza P2 respecto del eje: M2 = P2 · R = 60 · 0‟2 = 12 N·m
Como vemos, aunque P1 es mayor que P2, el momento de esta última fuerza respecto del
eje de giro es mayor, por lo que la polea girará hacia la derecha y no hacia la izquierda.
Tomaremos como sentido positivo el de traslación de los cuerpos y el de giro de la polea
(hacia la derecha).
A continuación, analizaremos las fuerzas que actúan sobre cada uno de los cuerpos que
forman el sistema, considerando, como siempre, que las cuerdas son inextensibles y sus
masas despreciables.
Sólido rígido 232
a) Sobre m1 actúan P1 y T1 de modo que la ecuación fun-
damental de la dinámica de la traslación aplicada a dicha
masa resulta ser:
T1 - P1 = m1 ·a1 (1)
b) Sobre m2 actúan P2 y T2 y la ecuación fundamental de la
dinámica de la traslación aplicada a dicha masa vendrá da-
da por:
P2 - T2 = m2 · a2 (2)
c) Sobre la doble polea, de masa m 3, actúan las fuerzas T'1 , T' 2 , su peso P3 y la fuerza
ejercida por el eje Fe pero estas dos últimas están aplicadas en el eje y su momento res-
pecto del mismo es nulo. No así el momento de T'1 (que será negativo de acuerdo con el
criterio de signos adoptado) ni el de T' 2 (que será positivo), de modo que la ecuación
fundamental de la dinámica de la rotación aplicada a la doble polea será:
T‟2 · R - T‟1 · r = I · y si tenemos en cuenta que, por ser la masa de las cuerdas desprecia-
ble T‟1 = T1 y T‟2 = T2 , nos queda:
T2 · R - T1 · r = I · (3)
¿Cómo podemos calcular la aceleración con que se moverá cada uno de los cuerpos?
Tenemos tres ecuaciones en las cuales se hallan presentes las aceleraciones que nos inter-
esa determinar. No obstante, antes de proceder a realizar ninguna operación, nos interesa
tener en cuenta que, en este caso, la aceleración sobre la trayectoria con que ascenderá el
cuerpo 1 no será la misma que la aceleración con que descenderá el cuerpo 2, ya que a 1 =
· r y a2 = · R, es decir, dicha aceleración resulta ser mayor para aquel cuya cuerda está
enrollada a una polea de mayor radio.
Traslación de m1: T1 - P1 = m1 · · r
Traslación de m2: P2 - T2 = m2 · · R
Rotación de m3: T2 · R - T1 · r = I ·
De ellas podemos obtener la aceleración angular con que gira la doble polea sin más que
despejar T1 y T2 de la primera y segunda ecuaciones y sustituir en la tercera, con lo que
nos queda:
T1 = m1 · · r + P1
Sólido rígido 233
T2 = P2 - m2 · · R
P2 R P1 r 6 0'2 8 0'1
= 0‟075 rad/s2
m 2 R m1 r I
2 2
6 0'2 8 0'1 5
2 2
El cálculo de las restantes aceleraciones es inmediato ya que basta sustituir en las ex-
presiones de a1 y a2, con lo que se obtiene:
Análogamente para calcular la tensión en cada una de las cuerdas, basta con sustituir los
resultados que tenemos en las ecuaciones correspondientes:
T1 = m1 · · r + P1 = 80‟06 N
T2 = P2 - m2 · · R = 59‟91 N
Podemos plantearnos ahora la determinación del momento cinético del sistema respecto
del eje de giro.
El vector L 1 será perpendicular al plano del papel y dirigido hacia adentro, e igual direc-
ción y sentido tendrán los vectores L 2 y L 3 , por lo que para calcular su suma bastará con
obtener los módulos correspondientes y sumarlos:
Sólido rígido 234
L1 = r1 · m1 v1 ·sen = m1 v1 · r = m1 w · r2
L2 = r2 · m2 v2 ·sen„ = m2v2 · R = m2 w · R2
L3 = I · w
Considerando el sistema formado por la doble polea y el cuerpo de masa m 1, vemos que
para que dicho cuerpo ascienda se ejerce la fuerza exterior representada en la figura, la
cual hará girar a la polea hacia la derecha con lo que la cuerda se arrollará sobre el disco
pequeño y el cuerpo ascenderá. Naturalmente, cuanto mayor sea la fuerza ejercida tanto
mayor será la aceleración con que ascenderá el cuerpo. En el problema se pide qué valor
hemos de dar a F para conseguir que la rapidez del cuerpo sea de 2 m/s después de ascen-
der 4 m partiendo del reposo, o lo que es equivalente, para que suba con una cierta acele-
ración.
Una posibilidad sería calcular la aceleración que ha de llevar el cuerpo (a partir de los
datos de su movimiento) y después proceder a plantear las ecuaciones de la dinámica que
rigen el movimiento del cuerpo y de la polea, tal y como hemos venido haciendo en pro-
blemas anteriores.
Otro método de resolución, que es el que vamos a desarrollar aquí, sería mediante consi-
deraciones de trabajo y energía, haciendo uso del principio de conservación de la energía,
igualando el trabajo resultante que se realiza sobre el sistema al cambio de energía cinéti-
ca que éste experimenta y despejando F de la expresión final que obtengamos. Para ello
consideraremos como estado inicial A cuando comienza a ascender el cuerpo (nivel 0 de
energía potencial gravitatoria) y como estado final B cuando haya recorrido una distancia
d = 4 m y lleve una rapidez de v1B = 2 m/s.
Sólido rígido 235
WP A WT A Ec1B Ec1A .
B B
b) Para la polea (cuerpo 2), al tratarse de una rotación pura Wrot A Ec rot2 B Ec rot2 A
B
Teniendo en cuenta que el trabajo de rotación se puede calcular en este caso como M·,
siendo M el momento resultante que actúa sobre la polea (respecto del eje de giro), y que
inicialmente esta se encuentra también en reposo, podemos escribir:
m2 k 2 w 2
T1 r
F 2 .
R
Sabemos que = d/r (ya que d coincidirá con la longitud de cuerda enrollada en la peri-
feria de la polea y ésta con el arco descrito por un punto de la misma) y que w = v/r =
v1B/r. Por otra parte utilizando la ecuación (1) podemos expresar T 1 como:
Sólido rígido 236
2
m1 v 1 B
T1 m1 g
2d
2
m2 k 2 w 2 m 2 k 2 v 1B
2
m1 v 1 B
T1 r (m1 g )r
con lo que: F 2 = 2 d r 2d = 172‟5 N
R R
Podemos ahora analizar el resultado literal obtenido, comprobando que además de ser
dimensionalmente homogéneo (MLT-2 en ambos miembros), contempla, por ejemplo, que
cuanto mayor sea la rapidez que queramos conseguir (manteniendo constantes los demás
factores) más fuerza se precisará. También nos podemos dar cuenta de la influencia del
radio R y comprobar que cuanto mayor sea éste menor será la fuerza necesaria (siempre a
igualdad de los restantes factores). Finalmente recoge casos límite como, por ejemplo, que
si m1 y m2 fuesen despreciables también lo sería la fuerza F necesaria, etc.
Para realizar el análisis que se pide podemos comenzar por preguntarnos acerca de qué es
lo que ocurriría si llevásemos a cabo en la práctica la experiencia que se plantea en el
enunciado del problema.
Sólido rígido 237
- Hasta cierto valor crítico de F, el cilindro rueda sin deslizar. Eso significa que, a lo largo
de una vuelta completa del cilindro un punto cualquiera de su periferia tiene contacto una
sola vez con un único punto del plano (decimos que la periferia toca “punto a punto” en el
plano). Sin embargo, a partir de ese valor crítico, se observa que el cilindro no solo rueda
sino que también desliza, es decir, mientras el cilindro da una vuelta, cada punto de su
periferia toca a más de un punto del plano.
¿Cuáles son las ecuaciones que rigen el movimiento del cilindro en las circunstancias
descritas?
Utilizando esta última ecuación junto con las (1) y (2) anteriores, podemos determinar lo
que se nos pide.
Tenemos un sistema de tres ecuaciones con tres incógnitas (a C, y Fr) que a continuación
vamos a resolver:
F = 3maC/2 de donde:
- El valor de la fuerza de rozamiento que actúa depende del valor de F de manera que si
fuésemos aplicando fuerzas cada vez mayores, Fr iría también aumentando. Sin embargo,
aunque no hay ningún inconveniente a que podamos aumentar F indefinidamente, no ocu-
rre lo mismo con la fuerza de rozamiento ya que, como sabemos, ésta no puede superar un
valor máximo. Ello hace que si vamos aumentando F lleguemos a un valor critico Fcrit
para el que la Fr tomará su valor máximo (Fr max = ·N = ·mg).
cilindro, es decir, habrá más traslación que rotación y el cilindro además de rodar desli-
zará sobre el plano.
Corresponderá al caso de que Fr = Fr max y como aC = 2F/3m = 2·3Fr /3m, obtenemos que
aCmax = 2·3Fr max /3m = 2·g, que corresponderá a una fuerza actuante:
F = 3·Frmax = 3· mg
En este caso, como acabamos de ver, habrá también deslizamiento por lo que la ecuación
aC = · r no se cumplirá, pero en cambio la fuerza de rozamiento Fr será conocida porque
presentará su valor máximo. Las ecuaciones serán pues:
F - Fr = m · aC
Fr · r = mr2 /2
Fr = ·mg
F
De las ecuaciones anteriores podemos obtener fácilmente: a C g y = 2·g/r
m
Analizados estos resultado concluimos que cuando la fuerza F es tan grande que provoca
rodadura con deslizamiento, la aC coincide con la aceleración con que se trasladaría un
cuerpo si en lugar de ser cilíndrico fuese prismático (sin capacidad para rodar).
¿Quiere esto decir que para valores de F superiores al crítico dará lo mismo que el cuer-
po sea un cilindro que un prisma rectangular de la misma masa?
No, puesto que aunque los centros de masas de ambos se trasladen con la misma acelera-
ción, el cilindro posee también un movimiento de rotación que el prisma no tiene. En
términos de trabajo y energía, podríamos decir que, mientras en el caso del prisma rectan-
gular el trabajo realizado por la fuerza de rozamiento supondría una disminución de la
energía cinética del cuerpo, que se transformaría íntegramente en energía interna, en el
caso del cilindro una parte del trabajo realizado por la fuerza de rozamiento se emplea en
aumentar la energía cinética de rotación (si no deslizara y solo rodara todo el trabajo de
rozamiento se emplearía en aumentar la energía cinética de rotación).
Este ejercicio nos permite comprender el funcionamiento de las ruedas en los vehículos de
tracción y las enormes ventajas en cuanto a la utilización de la energía que supuso la in-
vención de la rueda.
Sólido rígido 240
En el caso del cilindro si vamos aumentando el ángulo de inclinación del plano llega-
remos a un valor (que llamaremos ángulo crítico C a partir del cual el cilindro comienza
a deslizar además de rodar). Se trata pues, de un problema similar al anterior pero ahora:
Para resolver el problema comenzaremos por escribir las ecuaciones que rigen el movi-
miento del cilindro. Para ello escogeremos, como venimos haciendo, como sentido positi-
vo de la trayectoria el de traslación del cilindro y en cuanto al giro, el sentido de rotación
del mismo. En dichas condiciones las ecuaciones serán:
Pt - Fr = m · aC (1)
Fr · r = I · = mr2 /2 (2)
(1) Pt - Fr = m · aC
(2) Fr · r = mr2 /2
(3) aC = · r
- Por pequeña que sea la inclinación del plano el cilindro desciende ya que para cualquier
mayor que 0, habrá aC.
Sólido rígido 241
Para = crit se cumplirá que la fuerza de rozamiento alcanzará su valor máximo, con lo
que de acuerdo con la expresión Fr = mgsen/3, podremos escribir:
Pt - Fr = m · aC
Fr · r = mr2 /2
Fr = mg cos
Pt Fr mgsen mgcos
de donde concluimos que aC = de donde:
m m
De los resultados anteriores podemos concluir que cuando el ángulo es superior al críti-
co la aceleración del centro de masas tiene el mismo valor que la aceleración que le co-
rrespondería a un cuerpo de forma prismática (sin capacidad de rodar) que se dejase sobre
el mismo plano (recordemos que, sin embargo, desde el punto de vista energético no dará
lo mismo).
38. Estudiad el movimiento de una esfera maciza de masa m y radio r que se lanza
con una rapidez v0 (solo de traslación), a lo largo de un plano horizontal con el que
presenta un coeficiente de rozamiento .
Al lanzar una esfera (sin que se encuentre inicialmente girando) sobre un plano horizontal
en dirección tangente a dicho plano, se observa que al principio desliza y rueda pero, a
medida que pasa el tiempo, la rapidez con que se traslada va disminuyendo mientras que
su rapidez de giro aumenta hasta que, en un cierto instante, comienza a rodar sin deslizar y
el movimiento se mantiene uniforme, es decir, tanto w como v C se mantienen constantes y
cumpliéndose que vC = w · r. En realidad este último efecto no se produce tal y como lo
hemos enunciado. La experiencia lo que nos muestra es que, en cualquier caso, el movi-
miento de la esfera se va debilitando hasta que finalmente ésta se para. Sin embargo, ello
no es debido a un fallo en los razonamientos sino a que ningún cuerpo es totalmente rígido
(como estamos suponiendo en este capítulo) y entre la superficie de la esfera y el plano se
producen deformaciones que complicarían el análisis del problema pero cuyo resultado
será frenar el cuerpo. De hecho ese efecto al que nos referimos es tanto más acusado cuan-
to más rígido es el material de la esfera y del plano.
Sólido rígido 242
- Fr max = m · aC
M = Fr max · r = I · = 2mr2 /5
aC = - g y = 5g/2r
Podemos ahora analizar los resultados obtenidos, prestando atención particular a los
signos que les acompañan.
- Como vemos, la aceleración del centro de masas es constante y negativa, lo que implica
que la rapidez inicial del mismo irá decreciendo de manera lineal conforme la esfera
avance: vC = vC0 + aC · t vC = vC 0 - g · t
- La aceleración angular también es constante, pero positiva, lo que implica que la rapidez
angular con que gira la esfera alrededor de su centro de masas irá aumentando de manera
lineal: w = w0 + · t w = (5g/2r) · t
Sólido rígido 243
t‟ = 2vC0 /7g
El resultado obtenido nos muestra que cuanto mayor fuese la rapidez inicial v C0 y menor
el coeficiente de fricción, tanto más tiempo tardaría en aparecer la rodadura pura. Incluso,
si no hubiese rozamiento la rodadura pura no aparecería nunca.
39. Estudiad el movimiento de una esfera maciza de masa m y radio r que se deja gi-
rando con rapidez angular w 0 (sin traslación), sobre una superficie horizontal con la
que presenta un coeficiente de rozamiento .
Al dejar la esfera, que se encuentra girando, sobre el plano, se aprecia que avanza pero
inicialmente rueda más que se traslada, porque “resbala” sobre el plano. Por tanto, rueda y
desliza. Sin embargo, a medida que transcurre el tiempo, se observa que la rapidez de tras-
lación va aumentando mientras que la de rotación va disminuyendo, hasta que, en cierto
instante, comienza a rodar sin deslizar y el movimiento se mantiene uniforme, es decir,
tanto vC como w se mantienen constantes y se cumple que vC = w·r (al igual que sucedía
en el problema anterior).
Para realizar un estudio del movimiento de la esfera, conviene que, partiendo de las con-
sideraciones anteriores, se proceda a obtener las ecuaciones que regirán el movimiento de
la misma.
Sólido rígido 244
Esta fuerza se interpreta como la “reacción” que el plano ejerce sobre la esfera como con-
secuencia de la “acción” que la esfera ejerce sobre el plano. De no existir rozamiento la
esfera deslizaría (patinaría) sin aparecer sobre ella fuerza alguna y permanecería en el
lugar que la dejásemos girando con rapidez angular constante.
Por otra parte, al haber deslizamiento, la fuerza de rozamiento presentará su valor máximo
(Fr max = ·N = mg). El momento de la misma respecto del eje de rotación de la esfera
será negativo (porque el vector M tiene, en este caso, sentido contrario a w , oponiéndose
a la rotación). Las ecuaciones que rigen el movimiento de traslación y de rotación de la
esfera serán, pues, las siguientes:
Traslación: Fr max = m · aC
Rotación: - (Fr max · r) = I · = 2mr2 /5
aC = g y = - 5g/2r
Podemos ahora analizar los resultados obtenidos, prestando atención particular a los
signos que les acompañan.
1
Atención: "intentará", es solo una forma de hablar (por eso lo entrecomillamos) . Por supuesto el cilindro
no tiene ninguna "intención" de hacer nada.
Sólido rígido 245
deja de haber fuerza de rozamiento con el plano (si no fuese así la rapidez v C de la esfera
aumentaría sin límite, lo cual es absurdo) y tanto vC como w permanecen constantes (su-
ponemos que tanto la esfera como el plano son sólidos totalmente rígidos).
t‟ = 2w0 /7g
El resultado obtenido nos muestra que cuanto mayor fuese la rapidez inicial w 0 y menor el
coeficiente de fricción, tanto más tiempo tardaría en aparecer la rodadura pura. Incluso, si
no hubiese rozamiento la rodadura pura no aparecería nunca (ya hemos señalado que la
esfera permanecería girando en el lugar en que se hubiese dejado). Para hallar el valor de
w para el cual comienza la rodadura pura bastará sustituir t‟ en la expresión de w con lo
que: w = w0 - 5g/2r · t‟ = w0 - (5g/2r) · 2w0 /7g = 2w0/7
¿Qué diferencia hay en la fuerza de rozamiento con el suelo, entre un vehículo (con rue-
das) movido porque es empujado desde fuera y otro que lo hace gracias a un motor?
Al lanzar el cilindro se aprecia que asciende por el plano si bien se traslada más que rueda
y, por tanto, se está produciendo una rodadura con deslizamiento. A medida que asciende,
la rapidez de traslación disminuye mientras que la de rotación aumenta . Llegará un ins-
tante en el que se cumplirá que vC = w · r. A partir de dicho instante, se observa que el
cilindro sigue ascendiendo pero sin deslizar y su vC y w van disminuyendo hasta que el
cilindro se para y ambas valen 0.
El momento de la fuerza de rozamiento hará que el cilindro comience a girar hacia la de-
recha y escogiendo como sentidos positivos los de traslación y rotación del cilindro, po-
demos establecer las ecuaciones que rigen el movimiento del mismo
La fuerza de rozamiento, por otra parte, es la única cuyo momento respecto al eje de rota-
ción no es nulo, sino que será positivo y valdrá: M = Fr max · r = I ·
Como vemos la vC0 irá disminuyendo con una aC constante mientras que w irá aumentan-
do desde 0 con constante. Las ecuaciones cinemáticas correspondientes serán:
0
g ( sen 3 cos ) 3 tg
Las expresiones de la aceleración obtenidas nos muestran que el centro de masas se mue-
ve con aceleración constante y negativa lo que nos indica que su rapidez disminuirá line-
almente con el tiempo. Si, por comodidad, tomamos nuevos orígenes de espacio y de
tiempo escogiendo e0 = 0 y t0 = 0 en la posición e instante en que la fuerza de rozamiento
cambia de sentido, la ecuación que nos da vC será:
En primer lugar, hemos de tener en cuenta que para que el cilindro ascienda rodando sin
deslizar, es necesario suponer (aunque no se diga explícitamente en el enunciado), que el
centro de masas del cuerpo en el momento en que está en la base del plano ya posee una
rapidez inicial vC 0 tal que vC0 = w0·r, es decir, que ya rueda sin deslizar.
En principio,
sobre el cilindro actúan las fuer-
zas peso P y la componente normal R de la
fuerza ejercida por el plano. Como R se anula
con Pn , podemos suponer que la fuerza resul-
tante sobre el cilindro será Pt . Ésta fuerza, que
actúa sobre el centro de masas del cilindro,
solo producirá una aceleración del mismo a C,
que hará que vC0 vaya disminuyendo. Pero en
cuanto esto empezara a suceder se cumpliría
que vC sería menor que w0 · r, es decir, que la
periferia del cilindro giraría más aprisa de lo
que se trasladaría su centro de masas, produ-
ciéndose un deslizamiento.
Sólido rígido 248
Sin embargo, como hay rozamiento, en el mismo momento en que la periferia del cilindro
“intenta” deslizar empujando al plano hacia atrás, se produce una fuerza de rozamiento que
empuja el cuerpo hacia adelante y que se opone al deslizamiento a costa de disminuir (debido
al momento de dicha fuerza respecto del eje de giro) la rapidez angular del cilindro.
De esta forma se cumple que vC = w · r mientras el cilindro ascienda, lo cual explica que
este solo ruede hasta pararse, tal y como confirman las observaciones experimentales. Si
llevamos a cabo un tratamiento escalar tomando como positivos los sentidos de traslación
y rotación, tendremos que:
Traslación: - Pt + Fr = m · aC
Rotación: - (Fr · r) = I ·
y concluir que el centro de masas del cilindro lleva un movimiento uniformemente acele-
rado, de manera que su rapidez irá disminuyendo linealmente desde v C0 hasta 0 en el ins-
tante en que alcance la máxima altura h sobre la base del plano. La fuerza de rozamiento
que se dará es Fr = mgsen/3 y analizando este resultado vemos que si el ángulo fuera
tal que el valor de la Fr necesaria superase a la Frmax, no se podría dar este movimiento (la
fuerza de rozamiento nunca puede superar su valor máximo) y existiría deslizamiento (ro-
daría más que se trasladaría).
¿Cómo podemos calcular la altura que alcanzará el cilindro sobre la base del plano?
Una posibilidad es escoger la base del plano como origen de espacios (ver figura) y t 0 = 0
el instante en que el cilindro se encuentra en ese punto. A continuación aplicar las ecua-
ciones del movimiento uniformemente acelerado para obtener la posición "e" en el instan-
te en que se pare y finalmente tener en cuenta que, según se puede ver en la figura, h = e ·
sen. En efecto:
vC = vC0 + aC ·t
e = vC0·t + aCt2/2
En el momento que alcance la altura máxima la rapidez será nula, luego haciendo v C = 0
en la primera ecuación podemos despejar t y sustituir en la segunda para obtener el espa-
cio:
v 2CO 3v 2CO 3 vC
2
también, que en las condiciones en que se desarrolla el problema, la altura máxima alcan-
zada resulta ser independiente el ángulo de inclinación del plano (el cual si tendrá in-
fluencia, junto con el coeficiente de fricción, para que el cuerpo ascienda rodando sin des-
lizar).
Sugerid y llevad a cabo otro procedimiento alternativo para calcular la altura máxima.
Otro procedimiento para resolver este mismo problema consiste en utilizar las relaciones
entre trabajo y energía. Al igual que en el tratamiento por cinemática y dinámica hemos
venido descomponiendo el movimiento en traslación y rotación, aquí también haremos lo
mismo. Para ello escogeremos dos estados que designaremos como A (al inicio del plano)
y B (cuando el cilindro se detiene) y aplicaremos la expresión que relaciona el trabajo
resultante con la variación de energía cinética entre estos estados y a cada movimiento
(traslación y rotación) por separado:
WFr A = Ec rB Ec rA Fr r = Ec rB Ec rA
B
Rotación:
Fr d Fr r Ec tA + Ec rA + Ep A = Ec tB + Ec rB Ep B
y como el cilindro rueda sin deslizar, se debe cumplir que la distancia recorrida por el
centro de masas sea la girada por un punto de la periferia del cilindro, es decir d = · r, de
modo que sustituyendo en la expresión anterior queda como:
Ec tA + Ec rA + Ep A = Ec tB + Ec rB Ep B
Si escogemos como nivel 0 para la energía potencial gravitatoria la base del plano, po-
dremos escribir:
2
1 1 3 3 vC
mv 2A I w 2A mgh . Como I = mr2/2 queda: v 2A gh h = O = 1‟2 m
2 2 4 4 g
Sólido rígido 250
Cuando se abandona un cilindro sobre un plano inclinado podemos comprobar que, para
valores pequeños del ángulo de inclinación , este desciende sin deslizar, pero que al au-
mentar llegaríamos a un valor “critico” (crit) a partir del cual el cilindro desciende ro-
dando y deslizando. Como en el enunciado del problema nos dicen que el cilindro baja
solo rodando, ello implica que el valor de dicho ángulo crítico será, en este caso, superior
a 30º.
Recordemos que mientras no haya deslizamiento entre dos superficies, la fuerza de fric-
ción que se estará dando podrá tener cualquier valor comprendido entre 0 y un valor
máximo Frmax. Si hay deslizamiento la fuerza de rozamiento tomará siempre su valor
máximo. Aplicado todo esto a nuestro caso, nos lleva a concluir que la fuerza de roza-
miento será tanto mayor cuanto mayor sea el ángulo de inclinación del plano y que se al-
canzará un valor (crit) por encima del cual la fuerza de rozamiento siempre tomará su
valor máximo y el cilindro, además de rodar, también deslizará.
Con el fin de poder estudiar el movimiento del cilindro, analizaremos a continuación qué
fuerzas actúan sobre el mismo mientras desciende.
En un principio, actuarán el peso P y la com-
ponente normal R de la fuerza que ejerce el
plano. La suma de ambas dará Pt (vector com-
ponente tangencial de la fuerza peso) ya que,
en este caso, R y Pn (vector componente
normal de la fuerza peso) se anulan entre si.
Debido a la acción de Pt el cilindro descendería deslizando (sin rotación) puesto que di-
cha fuerza está aplicada en el centro de masas del cilindro y, por tanto, su momento res-
pecto del eje de rotación es nulo. Sin embargo, como existe fricción, aparecerá una fuerza
de rozamiento que se opondrá al deslizamiento. ¿Qué efectos tendrá esta fuerza sobre el
cilindro?
La fuerza de rozamiento produce sobre el movimiento de descenso del cilindro los si-
guientes efectos:
a) Disminuir la aceleración aC con que desciende el centro de masas, ya que su sentido es
opuesto al de Pt
b) Provocar una rotación en el cilindro en el mismo sentido que este avanza, debido al
momento de Fr respecto al eje de rotación.
Sólido rígido 251
Si escogemos como sentido positivo el sentido del descenso y para la rotación el sentido
en que se produce el giro, podemos utilizar un tratamiento escalar para escribir las ecua-
ciones fundamentales de la dinámica correspondientes al movimiento de traslación y de
rotación del cilindro, como:
Traslación: Pt - Fr = m · aC
Rotación: Fr · r = I ·
Por otra parte, para valores de crit se cumplirá que el cilindro rodará sin deslizar y
ello, como ya hemos visto en problemas anteriores, implica que a C = · r. Teniendo en
cuenta está relación, junto con las dos ecuaciones anteriores, podemos obtener la acelera-
ción aC, la aceleración angular y la fuerza de rozamiento Fr .
Vemos, pues, que para un ángulo determinado (menor que el crítico), el centro de masas
del cilindro descenderá por el plano inclinado con aceleración constante.
tg crit = /3
En el problema se nos pide que calculemos con qué rapidez angular llegará el cilindro a la
base del plano. ¿Cómo podríamos hacerlo?
Como el cilindro solo rueda, se cumplirá en todo momento que w = v C/r. Una posibilidad
es determinar vC cuando el cilindro llegue a la base del plano, utilizando las ecuaciones
cinemáticas del movimiento uniformemente acelerado. Después bastará dividir por r para
obtener w.
Otra posibilidad, que es la que vamos a desarrollar aquí, es determinar w mediante consi-
deraciones de trabajo y energía.
Si llamamos A al estado inicial en que dejamos libre el cilindro sobre el plano inclinado y
estado B cuando llega a la base, podemos aplicar la relación, ya conocida, entre el trabajo
resultante y la variación de energía cinética: Wres A = Ec BA
B
Rotación: WFr A Ec rB Ec rA M Fr Δθ Ec rB Ec rA
B
Fr Δe Fr r Δθ Ep A Ep B Ec tB Ec tA Ec rB Ec rA
Si escogemos como nivel 0 de Ep la base del plano y tenemos en cuenta que al rodar sin
deslizar e = · r, la ecuación anterior queda como:
Ep A Ec tB Ec rB
1 1
Desarrollando la ecuación anterior nos queda: mghA = mv 2CB Iw 2CB
2 2
1 1
Como vCB = wCB · r sustituimos y obtenemos: mghA = mw 2CB r 2 Iw 2CB
2 2
2mgh A
Despejando wCB de la ecuación anterior: w CB .
mr 2 I
4gh A
Como en un cilindro macizo I = mr2/2, nos queda w CB = 18‟26 rad/s
3r 2
Obtened wCB por cinemática y dinámica comprobando que se obtiene igual resultado
43. Una varilla homogénea de 1 m de longitud puede girar en torno a un eje horizon-
tal que pasa por uno de sus extremos. La colocamos verticalmente y bajo una pequeña
acción cae girando. Calculad la rapidez de su centro de masas cuando pase por el
punto inferior de la trayectoria.
que, como vemos, es variable (depende del ángulo ), lo que significa que provocará una
aceleración angular variable.
Así pues, si queremos conocer la rapidez del centro de masas cuando pase por la vertical,
será preciso que obtengamos primero la rapidez angular en ese punto por integración:
dw/dt = 3gsen/2L . Para poder integrar debemos eliminar una de las tres variables (t, w,
) para lo cual multiplicaremos ambos miembros por d:
w
3gsen w2 3g 6g
cos 0 w
w
w dw
0 0 2L
d
2 0 2L L
y como vC = w · L/2
3gL
obtenemos finalmente que: v C = 3‟87 m/s
2
za peso P (que, como sabemos, es conservativa), si tenemos
en cuenta que en A la varilla está en reposo y escogemos
como nivel 0 para la energía potencial gravitatoria el del
estado B, podemos hacer:
1 2 1 1 6g
Ep AB Ec r A Ep A Ec rB mgh A Iw B mL2 w 2B w B
B
2 2 3 L
Para obtener el mismo resultado que por el procedimiento anterior, basta multiplicar por
el radio correspondiente al centro de masas (L/2).
El cilindro descenderá cada vez más aprisa debido a la fuerza peso P que actúa sobre su
centro de masas,
pero a su vez girará también cada vez más aprisa, debido al momento de
la fuerza T que la cuerda ejerce sobre su periferia, de modo que podemos interpretar el
movimiento del cilindro como traslación de su centro de masas acompañada de una rota-
ción alrededor del mismo.
Por otra parte, si nos preguntamos por los factores que influirán en la rapidez v C que lle-
vará el centro de masas cuando se encuentre en una cierta posición, cabe pensar que de-
penderá de la altura que haya descendido así como del momento de inercia del cuerpo, de
forma que cuanto mayor sea la altura que lleve bajada mayor sea vC .
¿Cómo podemos determinar la rapidez del centro de masas que se nos pide?
Traslación: Wres A Ec tB Ec tA
B
Rotación: Wres A Ec rB Ec rA
B
Traslación: WTt A WP A Ec tB Ec tA
B B
Rotación: WTr A Ec rB Ec rA
B
Si llamamos d al desplazamiento efectuado por T y al ángulo descrito, por un punto de
la periferia de la polea, en dicho desplazamiento, podemos expresar los trabajos anteriores
como:
Traslación: T · d · (-1) + EpA - EpB = EctB - EctA EctA + EpA - T · d = EctB + EpB
Rotación: M · = EcrB - EcrA T · r · = EcrB - EcrA T · r · + EcrA = EcrB
Esta última ecuación puede interpretarse diciendo que la energía mecánica que se “perder-
ía” en la traslación debido al trabajo realizado por T (negativo) en realidad no se pierde
sino que es invertida en energía cinética de rotación, de modo que, al ser nulo el trabajo
total correspondiente a T , la suma de la energía potencial gravitatoria y la energía cinética
se conserva.
mv 2C mv 2C Iv 2 2mgh
mgh = + Iw2 /2 mgh = + C2 v C
2 2 2r I
m 2
r
Si analizamos la expresión obtenida para vC, nos daremos cuenta que tal y como se pensó,
cuanto mayor sea la altura h descendida mayor será vC . Finalmente, si consideramos a la
polea como equivalente a un disco macizo de su misma masa y radio, podemos sustituir
en el resultado anterior I por mr2/2 y obtener:
4gh
vC = 4 m/s.
3
45. Se dejan en libertad sobre un plano inclinado y a la misma altura dos cuerpos
(una esfera y un cilindro), de igual masa y radio. ¿Qué relación existe entre las rapi-
deces de sus centros de masas al llegar a la base del plano sabiendo que ambos des-
cendieron rodando sin deslizar?
a) Valor máximo que puede tener el ángulo del plano inclinado para que el cuerpo
ascienda sin deslizar ( = 0’4).
b) Altura que alcanzará hasta detenerse si asciende sin deslizar.
Sin embargo, en cuanto el disco trata de deslizar, como existe rozamiento con el plano, se
produce una fuerza de rozamiento de valor Fr que se opone a ello y cuyo momento hará
disminuir la rapidez angular w. Si el coeficiente de rozamiento es lo bastante grande
como para que la Fr requerida para disminuir la rotación sea menor que el valor máximo
que puede tomar Fr, se producirá rodadura sin deslizamiento. En estas condiciones, to-
Sólido rígido 257
mando como sentidos positivos los de traslación y rotación del cuerpo, las ecuaciones que
regirán el movimiento de subida del disco, son:
Pt mgsen Pt mgsen
aC Fr 2
I I mR mR 2
m m 2 1 1
R2 R I I
Como vemos, la fuerza de rozamiento requerida para que el cuerpo ascienda por el plano
rodando sin deslizar, aumentará conforme aumente el ángulo de inclinación del plano,
de manera que habrá una valor “crítico” de dicho ángulo (crit) para el cual la Fr alcanzará
su valor máximo Fr max = ·mgcos, de forma que, podremos hacer:
mgsen crit mR 2
Frmax mg cos crit tg crit (1 )
mR 2 I
1
I
Para obtener el valor de crit será necesario conocer el momento de inercia del disco agu-
jereado. Para ello, si llamamos m‟ a la masa del disco completo (20 kg), m a la del disco
agujereado, m‟‟ a la masa que extraemos al agujerearlo y a la densidad superficial del
cuerpo, se cumplirá que:
= m‟/S = 20/·0‟22 = 159‟2 kg/m2 y m‟‟ = ·S‟‟ = 159‟2 · · 0‟12 = 5 kg, con lo que
el momento de inercia buscado se podrá obtener como:
Sustituyendo los valores numéricos nos queda I = 0‟375 kg · m 2 , que aplicado a la expre-
sión de la tg crit nos conduce finalmente a:
¿Cómo podemos determinar la altura máxima que alcanzará el cilindro sobre la base del
plano?
Para determinar la altura que alcanzará podemos utilizar la expresión que relaciona el
trabajo resultante con la variación de la energía cinética, aplicándola entre los estados A
(cuando se inicia el ascenso) y B (cuando alcanza la altura máxima).
Sólido rígido 258
En este caso, haremos uso, además, de algunas de las conclusiones que ya hemos justifi-
cado reiteradamente en problemas anteriores y plantearemos directamente la ecuación
suma del trabajo resultante correspondiente a la traslación y a la rotación, considerando
que al no haber deslizamiento el trabajo neto de la fuerza de rozamiento es nulo. Por otra
parte, como la única fuerza que realiza trabajo es la fuerza peso y ésta es conservativa,
podemos escribir (tomando nivel 0 de Ep gravitatoria la base del plano) que:
EctA + EcrA = EpB ya que cuando alcanza la máxima altura el disco deja de moverse.
La ecuación anterior se interpreta como que toda la energía cinética de que disponía en la
base se invierte íntegramente en aumentar la energía potencial y desarrollándola podemos
obtener la altura buscada:
1 1 1 1 v2
mv 2CA Iw 2A mgh B mv 2CA I CA2 mgh B de donde:
2 2 2 2 R
Iv 2CA I
mv 2CA 2
1
hB R mR 2 v 2
CA
2mg 2g
Podemos analizar el resultado literal obtenido comprobando cómo éste además de ser
dimensionalmente homogéneo (L en ambos miembros), contempla algunos casos eviden-
tes como, por ejemplo, que cuando mayor sea la velocidad inicial del centro de masas,
mayor será la altura que se alcanzará y que si no hubiese gravedad la altura máxima sería
infinita (no se pararía nunca).
El cilindro (o cuerpo 2) asciende por el plano bajo la acción de las fuerzas T2 ejercida por
la cuerda, su peso P2 , y la componente normal R de la fuerza ejercida por el plano. En
este caso al tratarse de una trayectoria rectilínea la fuerza R se anula con la componente
normal del peso Pn de modo que el cilindro, inicialmente en reposo, ascenderá debido a
que T2 es mayor que la componente tangencial del peso Pt . Como ambas fuerzas se apli-
can en el centro de masas, producirían traslación del cilindro y, en consecuencia, “inten-
tará” deslizar sobre el plano inclinado a lo que se opondrá la fuerza de rozamiento Fr que
aparecerá provocando que el cilindro ruede.
En el enunciado se dice que el cilindro asciende sin deslizar. Ello implica que en todo
momento se cumplirá que vC = w·r, por lo que si calculamos vC podremos obtener fácil-
mente la rapidez angular w.
Cuerpo 1: WT A WP1A Ec 1B Ec 1A
B B
Tomando como nivel 0 para la energía potencial gravitatoria de cada uno de los cuerpos el
que corresponde a su posición más baja (la situación inicial A para el 2 y la B para el 1) y
considerando que dichos cuerpos se hallan inicialmente en reposo, podemos sumar las
expresiones anteriores y obtener finalmente que:
La expresión obtenida nos muestra que la energía potencial gravitatoria inicial (respecto al
nivel tomado como 0) se ha transformado en energía cinética (de rotación y traslación del
cuerpo 2 y traslación del cuerpo 1) y en energía potencial gravitatoria (asociada al cuerpo
2). Desarrollando dicha expresión podemos despejar vC.
Para obtener la expresión anterior, hemos tenido en cuenta que la altura a que asciende m2
respecto su nivel inicial, viene dada por la expresión sen = h2B /h1A ya que, al ser la
cuerda inextensible, la misma distancia que desciende el cuerpo 1 en vertical recorrerá el
cuerpo 2 sobre el plano.
Si aplicásemos una fuerza a un bloque situado sobre una superficie horizontal y sin roza-
miento, comprobaríamos que esta ha de tener un cierto valor para producirle una acelera-
ción determinada. En ello no interviene la gravedad para nada, es decir, se requeriría una
fuerza idéntica, para provocarle la misma aceleración, si el bloque estuviese situado en un
lugar de gravedad nula. A la propiedad del bloque que hace necesaria la acción de una
fuerza resultante para cambiar su estado de movimiento, se le denomina “masa inercial” y
cuanto mayor es su valor, mayor es también la fuerza resultante que se necesita para pro-
ducir una determinada aceleración. Dicha masa inercial (mi), es la que figura en la ecua-
ción fundamental de la dinámica:
F mi a
y, como sabemos, se mide en kilogramos. Su valor, para un objeto dado, se puede obtener
fácilmente sin más que aplicar sobre dicho objeto una fuerza resultante determinada y
medir la aceleración producida. A continuación, basta dividir el módulo de la fuerza, en
N, por el de la aceleración en m/s2, para obtener el valor de la masa inercial, en kg.
Por otra parte, sabemos que cuando abandonamos un objeto en el seno de un campo gravi-
tatorio (como ocurre con cualquier cuerpo a una cierta altura sobre la superficie de la Tie-
rra), sobre él se ejerce una cierta fuerza. En este caso, la inercia no juega ningún papel. Se
trata de otra propiedad de la materia consistente en que los cuerpos se atraen entre sí (por
ejemplo un objeto y la Tierra). Esta propiedad gravitatoria fue descubierta por Newton
cuyos trabajos en este campo le llevaron a establecer que la fuerza gravitatoria entre dos
cuerpos cualesquiera era directamente proporcional a su "masa gravitacional (mg) e inver-
samente proporcional al cuadrado de la distancia entre ellos. Esto quedó reflejado en la
Ley de Newton de la Gravitación Universal:
m g1 m g2
FK
d2
Para responder a la pregunta supongamos que se dejan en libertad varios cuerpos de masas
inerciales mi1, mi2 ...en la proximidad a la superficie de la Tierra. En ese caso podemos
comprobar experimentalmente que todos ellos caen con el mismo valor de la aceleración
a = 9‟81 m/s2. Aplicando la ecuación fundamental de la dinámica podemos obtener el va-
lor de la fuerza que estará actuando sobre cada cuerpo: F1 = mi1·a; F2 = mi2· a ...
Por otra parte, esas fuerzas no son otras que la atracción gravitatoria que ejerce la Tierra
(de masa gravitacional mgT ), sobre cada uno de los cuerpos (de masas gravitacionales
mg1, mg2 …) que, de acuerdo con la Ley de Newton de la Gravitación vendrán dadas por:
Campo gravitatorio 262
m gT m g1 m gT m g2
F1 K ; F2 K ...
d2 d2
m g1 K m gT m g2 K m gT mg
; ... C (siendo C una constante).
m i1 a R 2
T
m i2 a R 2
T mi
La unidad para medir la masa inercial (elegida arbitrariamente) es el kilogramo. Nos que-
da ahora decidir en qué unidad se va a medir la masa gravitacional. Según sea nuestra
decisión, quedará fijado el valor de la constante de proporcionalidad C. Para comprender
el alcance de tal decisión, podemos hacer el siguiente supuesto:
Situamos dos masas inerciales iguales, de 1 kg cada una, separadas entre sí por una dis-
tancia de 1 m y medimos la fuerza gravitatoria con que se atraen. En ese caso obtendría-
-
mos el valor de 6‟67·10 11 N y sustituyendo en la expresión de la Ley de la Gravitación
Universal (LGU):
m g1 m g2
6'67 10 11 K
1
a) Que asignemos a cada masa inercial m i = 1 kg, una masa gravitacional mg = n (umg),
siendo n cualquier número positivo mayor que 1, como, por ejemplo, el 5. Ello significaría
que a cada kg de masa inercial le corresponderían 5 (umg) y la ecuación anterior quedaría
como:
m g1 m g2 25(umg) 2 6' 67 10 11 N m 2
6'67 10 K
11
= K con lo que K =
1 1m 2 25 (umg) 2
umg
y la masa gravitacional de cualquier cuerpo vendría dada por: mg = 5 m i ( kg)
kg
m g1 m g2 1(umg)2 Nm 2
6'67 10 11
K =K de modo K valdría: K = 6'67 10 11
1 1m 2
(umg)2
Campo gravitatorio 263
umg
y la masa gravitacional de cualquier cuerpo sería m g = 1 mi
kg
La igualdad anterior (mi = mg), no debe interpretarse como una identidad, sino simple-
mente como una coincidencia de valores numéricos debida a la decisión tomada.
kg grav
m i 1 m i
kg iner
Dicha decisión presenta la ventaja de que solo hablamos de un único valor para medir la
masa de cada cuerpo (representará tanto la masa inercial como la masa gravitacional),
pero también tiene el inconveniente de que, habitualmente, se confundan dos propiedades
distintas de la materia como son la inercia y la gravitación.
La masa inercial es una propiedad de los cuerpos debida a la imposibilidad que tienen, por
ellos mismos, de cambiar su velocidad, mientras que la masa gravitacional es la propiedad
a la que se debe la atracción gravitatoria entre los cuerpos. La proporcionalidad existente
entre estas dos propiedades distintas, se conoce con el nombre de “Principio de equivalen-
cia”. El que dos propiedades de naturaleza tan distinta, sean directamente proporcionales,
se consideró durante mucho tiempo como una casualidad. Sin embargo, en la actualidad
este hecho se interpreta claramente en la Teoría de la Relatividad Generalizada.
¿Qué consecuencia tiene en la caída de los cuerpos el hecho de que la masa inercial y la
gravitacional sean directamente proporcionales?
Una consecuencia es que todos los objetos (en ausencia de rozamiento) caerán al suelo
(desde pequeñas alturas) con igual aceleración o, como suele decirse, más impropiamente,
que la aceleración de la gravedad no dependa de la masa. En efecto, cuanto mayor sea la
masa gravitatoria de un objeto, mayor será la fuerza con que es atraído por la Tierra , lo
que podría llevarnos a pensar que debería caer con más aceleración. Sin embargo ello no
ocurre así porque al ser la masa inercial directamente proporcional a la gravitatoria, cuan-
do una aumenta la otra lo hace también en la misma proporción, y, si bien es cierto que la
fuerza resultante hacia abajo aumenta cuando aumenta la masa gravitacional, lo mismo
ocurre con la inercia del cuerpo a cambiar de velocidad, por lo que ambos efectos se com-
pensan.
m gT m g
F G cte m g de modo que la aceleración de caída será:
R 2T
Campo gravitatorio 264
F cte m g
a = cte
mi mi
Esta fuerza es, como sabemos, la fuerza gravitacional ejercida por la Tierra sobre el cuer-
po, que se puede expresar como:
F = = mg · g
mi
Igualando ambas fuerzas: mi a mg g → g a
mg
Campo gravitatorio 265
Si tenemos en cuanta ahora que los valores de ambas masas coinciden, obtenemos que:
kg iner m N
g 1 9'81 2 9'81
kg grav s kg grav
Como el campo gravitatorio se debe, en este caso, a tres masas, la intensidad en un punto
cualquiera del mismo, se obtendrá como la suma de la intensidad correspondiente a cada
una de las masas por separado, esto es: g g 1 g 2 g 3
Y(m)
Para determinar g podemos expresar cada ur1 g1
uno de los vectores en función de un vector m1 P
unitario u r que vaya desde la masa que crea g3 g2
el campo hacia el punto en el que se desea
conocer la intensidad, tal y como se propone ur3
ur2
en la figura adjunta:
O m3 m2 X (m)
Gm 8 103 -
g 1 2 1 u r1 = 6'67 1011 2 (1 , 0) = (-3‟34·10 8 , 0) N/kg
d1 4
Campo gravitatorio 266
Gm 9 103 -
g 2 2 2 u r2 = 6'67 1011 2 (0 , 1) = (0 , -6‟67·10 8 ) N/kg
d2 3
Gm
g 3 2 3 u r3 ¿Cómo podemos determinar d3 y u r3 en este caso?
d3
Un procedimiento que nos permite evaluar d 3 y u r3 (incluso cuando trabajemos con tres
componentes) es el siguiente:
Podemos ahora calcular g g 1 g 2 g 3 simplemente sumando analíticamente los vec-
tores obtenidos, con lo que resulta:
g = (-3‟34·10-8, 0)+ (0, -6‟67·10-8 )+ (-2‟13·10-9 , -1‟6 · 10-9 ) = (-3‟55·10-8, -6‟83·10-8 ) N/kg
¿Cómo podemos hallar la fuerza a que estará sometido un cuerpo cuando se coloque en
el punto P considerado?
Supongamos un cuerpo de masa m1 que se mueve desde un punto A hasta otro punto B
sometido a la acción del campo gravitatorio generado por otro cuerpo de masa m 2. El tra-
bajo realizado por la fuerza gravitatoria sobre la masa m1 será:
rB
WAB F • dr
rA
Campo gravitatorio 267
G m 2 m1
donde la fuerza será F u r y por tanto el trabajo se podrá expresar como:
r2
rB G m 2 m1 rB u • dr
W
B
A u r • dr = G m 2 m1 r
.
rA r2 rA r2
Podemos descomponer el trabajo en dos sumandos: WAB WAC WCB y, como en el tra-
yecto AC la fuerza es siempre perpendicular a la trayectoria (se trata de un trayecto circu-
lar con centro en m2), el trabajo realizado por F a lo largo del mismo será nulo, luego:
rB u r • dr
W W
B
A
B
C = G m 2 m1
rC r2
siendo u r un vector unitario que, en todo momento tendrá la misma dirección y sentido
que el vector r , es decir: r = r · u r , y, como en esta segunda parte del trayecto, dr tiene la
misma dirección que el vector unitario u r , podemos expresarlo como dr = dr · u r (donde el
escalar dr será positivo si nos alejamos de m 2 y negativo si nos aproximamos a ella).
En estas condiciones u r • dr (u r • u r ) dr dr y sustituyendo en la integral:
rB
u r • dr
rB rB dr 1
W W = Gm 2 m1
B
A
B
C = G m 2 m1 2 = G m 2 m1
rC r2 rA r
r rC
y como rC vale lo mismo que rA, tendremos:
1 1 Gm 2 m1 Gm 2 m1
r
1
B
WAB Gm 2 m1 Gm 2 m1
r rA rB rA rB rA
Como solo existe trabajo en los desplazamientos radiales, el trabajo total a lo largo de la
trayectoria indicada se podrá evaluar como la suma de los correspondientes a los despla-
zamientos radiales infinitesimales y su valor coincidirá con el de antes ya que llegaríamos
a la misma expresión en función de rA y rB .
Así pues, sea cual sea el trayecto seguido entre A y B, el trabajo realizado por F será el
mismo y, por tanto, la fuerza gravitatoria es una fuerza conservativa. Si recordamos el
concepto de función energía potencial, podemos escribir:
WAB Ep = (Ep B Ep A ) e igualando con la expresión del trabajo obtenida antes:
Gm 2 m1 Gm 2 m1 Gm 2 m1
= (Ep B Ep A ) , lo que implica que: Ep = C
rB rA r
Gm 2 m1
0= C C=0
Recordemos que la energía potencial (gravitatoria o de otro tipo) es una magnitud física
que permite determinar de forma sencilla el trabajo realizado por una fuerza conservativa
cuando el cuerpo sobre el que actúa se desplaza desde un punto A a otro B. Dicho trabajo,
como acabamos de ver, se puede evaluar como una diferencia de Ep entre esos dos pun-
tos, que es independiente de la forma de la trayectoria, de modo que lo que realmente tie-
ne significado es hablar de variaciones de Ep, pero no de valores absolutos de Ep. La Ep
puede tomar infinitos valores distintos (tanto como valores distintos podamos asignar a la
constante C), mientras que Ep solo tendrá un valor.
Una vez que definimos Ep = 0 para r = ¿qué interpretación física puede tener el afir-
mar que la Ep de un cuerpo de masa m1 situado en un punto Q de un campo gravitatorio
creado por otro cuerpo de masa m2 es Ep = -Gm2 m1 /r?
Para comenzar, supongamos un sistema formado por un conjunto de cuerpos cuyas masas
se puedan considerar como puntuales. ¿Cuál sería la Ep gravitatoria de una de esas masas?
Campo gravitatorio 269
WQ WF2 Q WF3 Q y, por tanto, la Ep de la masa m1 en la distribución será:
Gm 2 m1 Gm 3 m1
Ep1 = Ep12 + Ep13 =
r12 r13
Es decir: La Ep de m1 será la suma de las energías potenciales que a dicha masa le corres-
ponderán por el hecho de encontrarse en el seno del campo gravitatorio de cada una de las
restantes masas que conforman el sistema.
Por paralelismo con la definición establecida para una masa en un sistema, podríamos
decir que: La energía potencial gravitatoria de un sistema es una magnitud cuyo valor co-
incide con el trabajo total realizado por la fuerza gravitatoria cuando se trasladen todas
estas masas (sucesivamente) desde la posición que ocupan en la distribución hasta el infi-
nito.
Para evaluarla bastará, pues, con imaginar que vamos llevando sucesivamente cada una de
las n masas puntuales de que consta la distribución, desde su posición inicial hasta el infi-
nito y calcular, en cada caso, el trabajo realizado por la fuerza gravitatoria del campo
creado por las masas que queden. La suma de todos esos trabajos coincidirá con la Ep
gravitatoria del sistema.
Gm 2 m1 Gm 3 m1
WA Ep 12 Ep 13 = . Si ahora se traslada m2 hasta el infinito:
r12 r13
Gm 3 m 2
WB Ep 23 = (ya que solo queda m3 en la distribución). Finalmente, para m3:
r23
WC 0 (ya que al estar cada una de las otras masas a una distancia la fuerza será nula).
Gm 2 m1 Gm 3 m1 Gm 3 m 2
Luego la energía potencial del sistema será: Epsis =
r12 r13 r23
Comparad la expresión que acabamos de obtener con la que resultaría de sumar las Ep
correspondientes a cada una de las tres masas consideradas.
Si sumamos las Ep de cada una de las tres masas (Ep1 + Ep2 + Ep3) obtenemos:
Gm 2 m1 Gm 3 m1 Gm1 m 2 Gm 3 m 2 Gm1m 3 Gm 2 m 3
+
r12 r13 r21 r23 r31 r32
Como podemos ver: La suma de las energías potenciales de cada una de las partículas de
un sistema no coincide con la energía potencial correspondiente a dicho sistema, aunque,
ambas magnitudes están relacionadas, ya que:
1 1 in
Epsis =
2
(Ep 1 Ep 2 Ep 3 ) y, en general: Epsis Ep i
2 i 1
Otra forma, equivalente, de expresar el resultado anterior es decir que la energía potencial
gravitatoria (o de otro tipo) de un sistema formado por más de dos masas (m 1, m2, m3)
interaccionando entre ellas, se puede obtener calculando la suma de las energías potencia-
les de cada pareja de masas, es decir:
Y(m)
m1 m2 X (m)
La intensidad del campo gravitatorio resultante creado por las dos masas viene dada por la
expresión g g 1 g 2 . Buscamos un punto en el que g 0 . Antes de proceder a realizar
ningún cálculo convendrá que nos planteemos en qué zona podría estar dicho punto.
El hecho de que g 0 significa que g 1 g 2 0 y, por tanto, que los vectores g 1 y g 2
han de tener el mismo módulo y sentidos contrarios. Como el vector intensidad del campo
gravitatorio, creado por una masa que pueda considerarse puntual, siempre se dirige hacia
la masa creadora del campo, las posibilidades quedan reducidas al eje X (para que tengan
la misma dirección) y entre las dos masas (para que tengan sentido contrario). Además, el
punto buscado deberá de estar más próximo a m 1 por ser ésta la masa más pequeña de las
dos (si fuesen iguales debería de hallarse justo en el punto medio, pero al no serlo se ha de
compensar la diferencia de masa con la distancia).
m1 g1 g2 m2
*
d1 d2
Proponed un procedimiento para determinar el punto en que g 0 y llevadlo a cabo.
La intensidad del campo gravitatorio creado por una masa puntual m a una distancia d de
la misma, se obtiene mediante:
g = Gm/d2
Podemos expresar el módulo de la intensidad del campo debido a cada una de las masas e
igualarlos con el fin de obtener la distancia a que se halla el punto que buscamos de algu-
na de las dos masas. De esta forma:
m m m m
G 21 G 22 21 22
d1 d2 d1 d2
m1 d 22 m 2 d 12 d 2 m1 d 1 m 2
d 2 m1 d d 2 m 2 y despejando d2:
d1 d 2 d d 1 d d 2
d m2 d 7 7 7
d2 d2 = 4' 7m.
m 2 m1 m1 1 1 0' 5 1' 5
1 1
m2 4
El resultado es, pues, que el punto en el que g 0 está 4‟7 m a la izquierda del cuerpo de
masa m2 y que, por tanto, sus coordenadas según el sistema de referencia explícito en la
figura del enunciado, serán P (-0‟7, 0) m. Si nos fijamos en el resultado literal, podemos
ver que, tal y como habíamos supuesto, cuando las masas sean iguales, el punto en el que
g 0 se situará en la mitad de la recta que las une (d2 = 3‟5 m). El resultado también re-
fleja lo que ocurrirá cuando cambie el valor de las masas. Podemos ver, por ejemplo, que
si (manteniendo constantes los demás factores) se aumenta el valor de m 2 la distancia d2 a
la que g = 0, aumentará, es decir el punto P en el que g = 0 se alejará de m2, etc.
¿Cómo podemos calcular el valor del potencial del campo gravitatorio en el punto origen
de coordenadas?
El potencial que buscamos será la suma de los potenciales en ese punto correspondientes a
cada una de las masas por separado, y, como se trata de una magnitud escalar:
El potencial del campo gravitatorio en un punto es una magnitud cuyo valor numérico
coincide con el que tendría la energía potencial de una masa unidad colocada en dicho
punto. Por tanto, si conocemos el potencial del campo gravitatorio en un punto, resulta
sencillo evaluar la energía potencial que correspondería a una masa cualquiera colocada
en dicho punto, sin más que aplicar la expresión: Ep = m·V
En nuestro caso, la ecuación anterior queda como: Ep0 = m3·V0 = 105 · (-8‟89·10-5 ) = -8‟89 J
¿Cómo podemos hallar la energía potencial gravitatoria del sistema formado por las tres
masas?
m1 m 2 m1 m 3 m 2 m 3 -11 4 10
12
1011 4 1011
Epsis = G = - 6‟67·10
r21 r31 r32 7 3 4
Sabemos que la intensidad del campo gravitatorio debido a una masa puntual m en un
punto P situado a una distancia r de la misma, se puede calcular mediante la expresión:
Gm
g 2 ur
r
en la que u r es un vector unitario con origen en m y dirigido hacia el punto P. Sin embar-
go, la varilla no es una masa puntual y es evidente que no toda su masa se encuentra a la
misma distancia del punto P, de manera que la parte izquierda de la varilla, por estar más
alejada, contribuirá menos al campo en P que la parte derecha.
y, a continuación, proceder a sumar (integrar) todas las intensidades: g dg
G dm
g dg i
m
i
0
(L d x) 2
donde "dg" es la componente escalar cartesiana del vector dg y el vector i es un vector
unitario siempre en el sentido positivo del eje X.
En la integral anterior existen dos variables ¿cómo podemos reducirlas a una sola?
Gdx L 1 L
L dx 1
g=
0 (L d x) 2
i = G i
0 (L + d - x) 2
G i
d L d 0
y como = m/L, queda:
Gm
g i
(L d) d
La expresión obtenida nos muestra que cuanto mayor sea la distancia d a la que el punto P
se encuentra de la varilla, menor será la intensidad del campo gravitatorio en dicho punto.
¿Qué debería ocurrir con la intensidad g en el punto P si éste se alejase tanto de la vari-
lla que la longitud L de la misma fuese mucho menor que la distancia d?
En ese caso, la intensidad del campo gravitatorio creado por la varilla debería de tender a
la que corresponde a una masa puntual. Este hecho queda perfectamente reflejado en el
resultado obtenido ya que, como podemos ver, para valores de d mucho mayores que L (es
decir, para L despreciable frente a d) la expresión se transforma en:
Gm
g i
d2
Mediante un proceso similar (aunque con cálculos un poco más complejos) se puede de-
mostrar que la intensidad del campo gravitatorio debido a una esfera hueca de masa m y
radio R, en un punto exterior a la misma (situado a una distancia de su centro r R), es la
misma que correspondería a una masa puntual m situada en el centro de la esfera, y, que
para aquellos puntos situados a una distancia r R, la intensidad es nula (como si no exis-
tiera masa). De ello haremos uso en problemas posteriores.
Campo gravitatorio 275
9. Determinad la intensidad del campo gravitatorio generado por una esfera maciza y
homogénea de masa m y radio R, en un punto P situado a distancia r de su centro.
Sugerid y llevad a cabo un procedimiento para calcular la intensidad del campo gravita-
torio en un punto P, cuando éste se encuentre a una distancia r R del centro de la esfera
maciza considerada.
G dm Gdm
u r de modo que g dg =
m
dg
r 2 0 r 2
u r y como r y u r son constantes:
Gu r m Gm
g 2
r dm =
0 r2
ur .
Vemos, pues, que en el caso considerado, la esfera se comporta como una masa puntual
colocada en su centro, con lo que g va disminuyendo con el cuadrado de la distancia r al
centro de la esfera.
Sugerid y llevad a cabo un procedimiento para calcular la intensidad del campo gravita-
torio en un punto P, cuando éste se encuentre a una distancia r R del centro de la esfe-
ra.
m' Gdm Gu r m' Gm'
g 2 ur 2 dm ur
0 r r 0 r2
m 4
m‟= d·V‟= r 3 = mr3/R3.
4 3 3
R
3
Gmr
Sustituyendo m' en la ecuación anterior, nos queda: g ur
R3
Vemos que el módulo de g, en este caso, es una función lineal de la distancia r al centro
de la esfera, de modo que va aumentando conforme aumenta r.
A la vista de los resultados obtenidos razonad que forma tendrá la gráfica que representa
la variación de g con la distancia desde que r = 0 hasta un punto en el que r R.
10. ¿A qué altura de la superficie terrestre la intensidad del campo vale la mitad que
en la superficie de la Tierra? (Dad el resultado en función del radio de la Tierra R T).
El problema es equivalente a que nos pregunten a qué distancia r (mayor que el radio te-
rrestre RT) del centro de la Tierra el módulo de la intensidad del campo gravitatorio tiene
un valor determinado. Sabemos que, en ese caso, la Tierra se comporta como si toda su
masa estuviera concentrada en su centro y que, por tanto, la intensidad vendrá dada por:
G mT G mT G mT
g 2
= 2
y en la superficie de la Tierra será g0 = 2
r (R T + h) RT
g0 G mT G mT G mT
2
y sustituyendo el valor de g0, nos queda: 2
2 (R T + h) 2R T (R T + h) 2
h = ( 2 1) R T = 0‟41· RT
Si tomamos como valor medio para el radio de la Tierra 6350 km, la altura a la que la
intensidad del campo gravitatorio se haría la mitad, corresponde a los 2603‟5 km. Una
persona situada a esa altura pesaría la mitad de lo que pesa en la superficie de la Tierra.
Como la intensidad del campo es menor cuanto mayor es la distancia al centro, a primera
vista podría pensarse que si la distancia se duplica, la intensidad del campo gravitatorio se
reducirá a la mitad. Sin embargo, basta reflexionar un poco para darse cuenta que ello no
es así, puesto que g es inversamente proporcional a la distancia al cuadrado (no a la dis-
tancia) y, por tanto, lo que ocurrirá es que g se hará cuatro veces menor que en la superfi-
cie. En efecto:
G mT G mT
Sustituyendo h por RT en la expresión g = 2
obtenemos g = 2
= g0 /4
(R T + h) 4R T
De acuerdo con el resultado anterior, un astronauta situado en una órbita de radio r =2R T,
pesaría allí cuatro veces menos de lo que pesa en la superficie de la Tierra.
11. Si el peso de una persona fuera de la atmósfera terrestre no es 0, ¿por qué se dice que
los astronautas que se encuentran en una estación espacial se hallan en estado de ingra-
videz?
La sensación física que tenemos acerca de nuestro propio peso se debe a la existencia de otras
fuerzas que habitualmente lo equilibran. Así, por ejemplo, cuando nos colocamos encima de
una balanza de baño en nuestra casa, la fuerza peso con que la Tierra nos atrae es equilibrada
por la fuerza ejercida sobre nosotros por el resorte de la balanza. Nosotros notamos esa fuerza,
lo mismo que la que nos hace el suelo cuando permanecemos de pie en él y esto nos da la
sensación de que pesamos.
A veces, la superficie sobre la que estamos nos hace una fuerza mayor que nuestro peso (y
nosotros a ella), por eso notamos como si pesáramos más (aunque la Tierra nos sigue atrayen-
do con la misma fuerza y realmente seguimos pesando igual). Esto ocurre, por ejemplo, en el
momento en que un ascensor arranca y acelera hacia arriba. En otros casos ocurre lo contrario
y la fuerza que nos hace la superficie (y nosotros a ella) es menor que nuestro peso y, conse-
cuentemente, nos da la sensación de que pesamos menos. ¿Qué ocurrirá en aquellos casos en
los que la superficie no ejerce ninguna fuerza sobre nosotros o, simplemente, no hay ninguna
superficie y estamos en caída libre? En esos casos nos parecería que no pesamos nada. Sen-
timos un estado de "ingravidez" pero eso, naturalmente, no debe interpretarse como que no
hay gravedad o que la Tierra ha dejado de atraernos y realmente no pesamos. Esta sensación
la experimentan por un tiempo los saltadores de trampolín, los paracaidistas y también (de
forma continua) los astronautas que se hallan en órbita en satélites alrededor de la Tierra. Así
pues cuando se dice que un astronauta está en estado de “ingravidez” debe entenderse que se
halla en caída libre, sometido a la acción de la fuerza gravitatoria terrestre sin ninguna otra
fuerza que la equilibre, pero no que se encuentre en un lugar donde no exista gravedad (como
a veces se piensa identificando, erróneamente, espacio vacío con gravedad nula).
Campo gravitatorio 278
12. Determinad la masa de la Tierra sabiendo que la intensidad del campo en su su-
perficie vale 9’81 N/kg y que el radio medio de la Tierra es 6350 km.
Si supiéramos lo que vale la masa m L de la Luna y su radio RL, el cálculo de g0L sería in-
mediato. Sin embargo no conocemos ninguna de las dos cosas, por lo que se hace necesa-
rio buscar otro procedimiento.
mT
3'66 2 G m T G mT G mT
g0L = G 81 2 = 2
'
= 017 2
y como g0T = 2
tendremos:
RT 81 RT RT RT
3' 66
g0L = 0‟17 · g0T
El resultado obtenido nos muestra que la intensidad del campo gravitatorio lunar (en la
superficie de la Luna) es solo el 17 % de la intensidad del campo gravitatorio en la super-
ficie de la Tierra. Si consideramos que g0T = 9‟81 N/kg, obtenemos que:
P0T = m·g0T de donde m = P0T /g0T = 1000/9‟81 = 101‟94 kg , con lo que su peso en la su-
perficie de la Luna será: P0L = m·g0L = 101‟94 · 1‟67 = 170‟24 N, es decir, se reduciría
casi a la sexta parte de lo que pesa en la Tierra, o lo que es lo mismo, el astronauta en la
Luna pesaría aproximadamente, lo mismo que un niño de 17 kg de masa pesa en la Tierra.
14. ¿En qué punto de la recta que pasa por dos astros la intensidad del campo gravita-
torio resultante es 0?
Supongamos un sistema formado por dos astros como, por ejemplo, la Tierra y la Luna,
separados entre sí por una cierta distancia. Si una nave se dirige hacia la Luna siguiendo la
recta que pasa por ambos astros, resultará del mayor interés conocer en qué punto del tra-
yecto, la fuerza gravitatoria resultante que el sistema ejerce sobre la nave, deja de oponer-
se a su movimiento y comienza a favorecerlo (análogamente cuando se dirige de la Luna
hacia la Tierra). Es evidente que ello se producirá a partir del punto en el que la intensidad
del campo gravitatorio sea 0 y que dicho punto deberá estar situado entre ambos astros
para que los vectores intensidad tengan sentidos contrarios y que su suma pueda valer 0.
F1 F2
El problema planteado tiene que ver, pues, con algo más general, cómo es el aprovecha-
miento de los campos gravitatorios en el movimiento de naves y sondas espaciales.
Nos vamos a centrar en el caso de dos astros de masas m 1 y m2 separados por una gran
distancia “d” tal que ambos se puedan considerar como masas puntuales y vamos a calcu-
lar a qué distancia r1 de m1 el campo gravitatorio de dicho sistema es nulo.
r2
m1 m2
g1 g2
r1
d
Campo gravitatorio 280
Cabe pensar que r1 dependa de la distancia d, así como de los valores de m 1 y de m2, de
tal forma que: cuanto mayor sea m1 y menor sea m2, tanto mayor será r1; cuanto mayor sea
d, mayor será también r1. También podemos pensar en algún caso límite o evidente como,
por ejemplo: que si m2 tiende a 0, r1 tenderá a d; o que si las masas de ambos astros fue-
sen iguales, r1 = d/2, etc.
Sabemos que en el caso del campo gravitatorio creado por una masa m puntual (o que
pueda considerarse como tal), la intensidad del campo en un punto del mismo es una
magnitud vectorial cuyo módulo viene dado por g = Gm/r2 .
En nuestro caso, la intensidad del campo gravitatorio será g g1 g 2 . Para que la suma
de dos vectores que tienen la misma dirección y sentidos contrarios valga 0, es necesario
que sus módulos sean iguales. Por tanto una forma de resolver el problema podría ser
igualar g1 con g2 y a partir de la ecuación obtenida hallar r1.
Gm1 Gm2 m m
g1 = g2 2
2 21 22
r1 r2 r1 r2
m1 m2
y teniendo en cuenta que r2 = d - r1 , nos queda que:
r12
(d r1 ) 2
d
Despejando r1 en la última ecuación, se llega a: r1
1 m 2 / m1
A partir de ese punto (suponiendo el caso de la figura anterior), la fuerza con que m 2 atra-
ería a cualquier objeto de masa m sería mayor que la fuerza con que ese mismo objeto
sería atraído por m1 (recordemos que F = mg).
El resultado se puede cuantificar sin más que sustituir por valores reales. Por ejemplo, m 1
podría ser la Tierra y m2 la Luna. En el caso de la Tierra y la Luna, sabiendo que la masa
de la primera es unas 81 veces la de la segunda y que la distancia media entre ambos as-
tros es de 384000 km, nos quedaría que: r1 = 345600 km del centro de la Tierra.
Si nos fijamos en el resultado final obtenido podemos ver en primer lugar que es dimen-
sionalmente homogéneo (L en ambos miembros). También que se cumplen nuestras hipó-
tesis de partida ya que, por ejemplo: si m1 aumenta, r1 también aumenta; si m2 tiende a 0,
r1 tiende a d; si m1 = m2, r1 = d/2, etc.
Una vez resuelto este problema podríamos plantearnos otros más complejos como, por
ejemplo, qué hacer en el caso de sistemas con más de dos astros o cómo aprovechar el
campo gravitatorio de distintos planetas cuando queremos enviar una sonda espacial a la
periferia de nuestro sistema solar, etc.
Campo gravitatorio 281
A m B
vA=0
rA h m
F
m ¿vB?
mT RT mT RT RT
mT
No obstante, cabe esperar que la rapidez v con la que choca, para una masa y un radio de
la Tierra que tienen unos valores dados, dependerá de la altura inicial h desde la que lo
soltamos de modo que v aumentará cuanto mayor sea el valor de h. Es evidente que si h
fuera 0 la v valdría 0. Además, en el caso de que la altura fuese lo bastante pequeña como
para que pudiésemos considerar constante la aceleración de la gravedad, el objeto llevaría
un movimiento rectilíneo uniformemente acelerado y la rapidez valdría: v = 2 g 0 h en
donde g0 tendría el valor de la aceleración de la gravedad al nivel del mar (9‟81 m/s 2).
Dado que el trabajo exterior es 0, y no hay calentamiento, podemos concluir que, aunque
cambie la energía cinética y la energía potencial del sistema, la suma de ambas (energía
mecánica) permanecerá constante. Por tanto, una forma sencilla de obtener la rapidez pe-
dida sería aplicar la expresión Wext = E (donde E = Ec + Ep), tomando como estado ini-
cial (A) del sistema cuando se suelta el cuerpo y como estado final (B) la situación del
sistema en el momento en que el cuerpo impacta contra el suelo.
Otra posibilidad sería aplicar al cuerpo el teorema de las fuerzas vivas W res = Ec en don-
de la fuerza resultante sobre el cuerpo sería la fuerza gravitatoria con que la Tierra lo atrae
(cuyo valor iría cambiando con la distancia r al centro de la Tierra).
2 g 0 RT
Dividiendo arriba y abajo por h obtenemos: vB
( RT / h) 1
Tras esta resolución literal, podemos sustituir los datos numéricos que nos den y obtener
el valor de la rapidez que se demanda, que en este caso resulta ser: vB = 7905 m/s. Se trata
de una rapidez enorme (más de 28000 km/h) que conlleva también una enorme energía
cinética. Incluso teniendo en cuenta el efecto de frenado de la atmósfera, el posible cho-
que con la Tierra de cualquier satélite espacial averiado, podría tener muy graves conse-
cuencias.
Si nos fijamos en la última expresión obtenida, podemos ver en primer lugar que es di-
mensionalmente homogénea (L/T en ambos miembros); si no lo fuese es seguro que el
resultado sería incorrecto. Por otra parte, tal y como habíamos supuesto, cuanto mayor sea
el valor de h, mayor es el valor de la rapidez con que el cuerpo choca contra el suelo.
que es, precisamente, el resultado obtenido cuando la altura es pequeña y se puede hacer
la simplificación de suponer que el movimiento de caída es un movimiento rectilíneo y
uniformemente acelerado.
El resultado literal obtenido también nos permite percatarnos de algo que no sabíamos. En
principio, cabe pensar que cuanto más lejos de la Tierra se “deje caer” al cuerpo, mayor
será la rapidez con que impactará contra el suelo. Ahora bien: ¿se trata de un proceso que
no tiene ningún límite? En otras palabras: ¿la rapidez del impacto crece indefinidamente
con la distancia h?
de modo que sustituyendo, obtenemos que la máxima rapidez de impacto (partiendo del
reposo), resulta ser de unos 11‟2 km/s (equivalente a 40320 km/h).
Naturalmente los resultados y conclusiones a que hemos llegado solo son válidos para las
condiciones que hemos considerado imperantes en el problema (el objeto parte del reposo
hacia la Tierra inmóvil y no incluimos el rozamiento), con lo que el problema podría pro-
seguir cambiando alguna de estas condiciones y viendo cómo eso afecta al resultado.
También es posible proponer el problema inverso: ¿Con qué velocidad debería lanzarse
un objeto desde la superficie terrestre para que no regresara a ella?
Ft = mL· at
Fn = mL· an
2 r
Sustituyendo ahora v por su expresión nos queda: T =
GmT
r
2
T= r 3 = 3‟6 días.
R T g 0T
18. Sabiendo que la Luna tiene un periodo de revolución T = 27’3 días. Determinad la
distancia Tierra-Luna. (Masa de la Tierra mT = 6 ·1024 kg).
sol: r = 3‟84·108 m = 384.000 km
20. Determinad la mínima rapidez con que debería lanzarse, desde la superficie de la
Tierra, un objeto de masa m para que, en ausencia de rozamiento, consiga escapar del
campo gravitatorio terrestre. (Considerad RT = 6350 Km y g0T = 9’81 N/kg).
Para que un objeto de masa m no vuelva a caer sobre la superficie de la Tierra, tras ser
lanzado desde su superficie con una cierta rapidez, será necesario que consiga escapar del
campo gravitatorio terrestre. Para ello debe alejarse a una distancia infinita de la Tierra,
donde la fuerza de atracción gravitatoria ejercida por ésta valdrá 0. Por tanto, el valor
mínimo de la velocidad de lanzamiento (o velocidad de escape) será el menor valor nece-
sario para que el objeto pueda llegar al infinito con velocidad final nula. Durante el tra-
yecto la fuerza de atracción gravitatoria ejercida por la Tierra, hará que disminuya la velo-
cidad con que el objeto se aleja de ella. Utilizando consideraciones de trabajo y energía,
podemos decir que el trabajo resultante producirá una disminución de la energía cinética.
Una forma de abordar el problema es aplicando la expresión que relaciona el trabajo re-
sultante sobre el objeto con el cambio experimentado por la energía cinética entre los es-
tados A (cuando es lanzado) y B (cuando llega al infinito con rapidez final nula) y, a partir
de la ecuación obtenida, despejar vA.
(Estamos suponiendo que la única fuerza que actúa sobre el objeto es la gravitatoria ejer-
cida por la Tierra).
Esta expresión puede ponerse como EpA + EcA = EpB + EcB , en la que:
mv 2A
EpA = -GMm/RT ; EpB = 0 ; EcB = 0; EcA = y sustituyendo:
2
mv 2A 2GM
-GMm/RT = - . Despejando obtenemos vA =
2 RT
Para resolver el problema, conviene que obtengamos primero las ecuaciones que rigen el
movimiento del satélite en órbita alrededor de la Tierra.
Como la rapidez lineal v está relacionada con la angular w mediante v = w·r y al ser un
movimiento circular uniforme w = 2/T, podemos expresar v como v = 2r/T, de forma
que sustituyendo en la ecuación anterior:
Gm T Gm T GmTT2
v= , obtenemos 2r/T = y despejando, r = 3
r r 4 2
g 0T R 2T T2
r 3 = 6‟65·106 m
4 2
Basta con sustituir el resultado obtenido para r en la ecuación v = 2r/T, con lo que se
obtiene v = 7737'6 m/s
Dicha energía proviene del propio satélite. El proceso consiste pues en una disminución
de energía interna (de origen químico) que se traduce en un aumento de la energía mecá-
nica. Como es lógico, considerando el sistema satélite-Tierra, esa energía será la diferen-
cia entre la energía mecánica del sistema en la situación B (satélite en órbita) y la energía
mecánica del sistema en la situación A (satélite en reposo sobre la superficie terrestre).
Teniendo en cuenta que: EpA = -GmT ·mS/RT, EpB = -GmT ·mS/r, EcB = mS v2/2
ms v 2 GmT ms GmT ms
E
2 r RT
GmT
Teniendo en cuenta que v
r
R2
E g 0 m S R T T y sustituyendo valores numéricos: ∆E = 3'2·10 J
10
2r
Conviene tener en cuenta que lo que hemos obtenido es el valor teórico de la energía que
se necesitaría para colocar en órbita un satélite de una masa dada en unas condiciones
determinadas. Como dicha energía ha de obtenerse de un combustible, en realidad se ne-
cesitará una energía mayor, ya que junto con el satélite es necesario elevar también los
tanques llenos de los materiales utilizados como combustible (que se irán consumiendo,
con lo que la masa cambiará). Además, hemos ignorado el efecto del rozamiento con el
aire, el cual no es nada despreciable, dada la gran velocidad a la que el satélite atraviesa la
atmósfera.
Campo gravitatorio 288
23. Determinad la energía necesaria para situar en órbita terrestre de un radio igual
a dos veces el de la Tierra un cuerpo de 104 kg de masa.
sol: E = 4‟67·1011 J
24. Un satélite artificial de 100 kg está girando alrededor de la Tierra y a una altura
de 400 km sobre su superficie. Calculad:
a) La rapidez del satélite.
b) Supuesto que no existe rozamiento, la energía necesaria para situarlo en órbita.
sol: v = 7‟76 ·103 m/s; ∆E = 3‟39·109 J
25. Un satélite de 104 kg se sitúa en órbita terrestre de periodo 3 horas. Sabiendo que
g0 = 9’81 N/kg y que RT = 6350 km. Determinad:
a) Radio de la órbita que ocupa, rapidez con la que se desplaza y aceleración a la que
se encuentra sometido.
b) Si desde la órbita anterior cambia a otra de radio 15000 km, calculad el trabajo
realizado por la fuerza gravitatoria y la energía necesaria para dicho cambio.
2
sol: a) r = 10533'4 km, v = 6128 m/s, a = 3‟56 m/s ; b) WFg = -1‟12 · 1011 J, ∆E = 5‟6 · 1010 J
Para resolver este problema comenzaremos por estudiar cada uno de los movimientos por
separado, analizando las fuerzas que actúan en cada caso.
at = 0; an = v2/r = constante.
Y dinámicamente:
Ft = me·at Ft = 0
Fn = me·an Fn = me·v2/r
La estación espacial, pues, deberá de estar sometida a una fuerza constante, perpendicular
a la trayectoria y de valor me·v2/r (siendo me su masa, v la rapidez lineal con que gira y r el
radio de la órbita descrita). ¿Quién ejerce dicha fuerza?
La única fuerza que actúa sobre la estación (en el sistema considerado) es la de atracción
gravitatoria Fg, que ejerce la Tierra. Dicha fuerza al estar dirigida en todo momento hacia
el centro de la Tierra será siempre normal a la trayectoria. Por tanto, deberá cumplirse
que:
Gm T
Fg = Fn Fg = me·v2/r GmT· me/r2 = me·v2/r v .
r
La expresión anterior nos muestra la rapidez que debe llevar la estación espacial para
mantenerse en una órbita dada y que su valor depende del radio de la órbita (cuanto menor
sea r mayor será la rapidez requerida) y de una constante, pero no de la masa de la esta-
ción. Cualquier cuerpo que se encuentre a la misma distancia de la Tierra y con la misma
Gm T
velocidad (perpendicular a Fg y de módulo ) describirá el mismo movimiento
r
orbital. Esto es lo que le ocurrirá al astronauta cuando salga, ya que su velocidad es la
misma que la de la estación, por lo que permanecerá constantemente junto a la nave ani-
mado del mismo movimiento circular y uniforme que ella.
a‟t = 0; a‟n = v‟2/r‟ = cte y F‟t = ma·a‟t F‟t = 0; F‟n = ma·a‟n F‟n = ma·v‟2/r‟
Gm T
Si sustituyésemos F‟n por Fg = GmT·ma /r‟2 obtendríamos v'
r'
Esta es la rapidez a la que debería de volar el avión, pero si la calculamos, veremos que
nos sale un valor tremendamente elevado (más de 28000 km/h), muy superior a la rapidez
máxima que puede alcanzar cualquier avión.
El movimiento del avión, debido a que se realiza dentro de la atmósfera, no es tan sencillo
como el de la estación espacial. Para empezar, gracias a que el rozamiento con el aire no
es despreciable, los aviones pueden volar y los paracaidistas sobrevivir. Sobre el avión
actúan dos tipos de fuerzas: Una la de rozamiento “por deslizamiento” Fr , que se ejerce
siempre en sentido contrario al vector velocidad del avión v ' ' y otra la debida a la dife-
rencia de presión que se origina en la parte superior e inferior de sus alas (que llamaremos
Fs o de sustentación), que actúa en sentido contrario a la fuerza gravitatoria F g .
F”t = ma·a”t Fm - Fr = 0 Fm = Fr
F”n = ma·a”n Fg - Fs = ma·v”2/r‟
Analizando la primera ecuación, constatamos que la fuerza que ejercen los motores com-
pensa a la de rozamiento con el aire y de esa forma la rapidez se mantiene constante. De
la segunda se aprecia que parte de la fuerza de atracción gravitatoria se compensa con la
fuerza de sustentación, lo que explica que con una rapidez v” mucho menor que la, en
principio, requerida v‟ el avión pueda describir un movimiento circular.
Fg Fs Gm T F
v" = s
ma r' ma
c) Respecto al paracaidista, en cuanto abandone el avión, sobre el no actuarán ni Fm ni
Fs . De inmediato, pues, al estar dotado de la misma velocidad que el avión pero sin Fs,
existirá una fuerza en la dirección normal y hacia el centro de la Tierra (cuyo valor vendrá
1
En realidad la fuerza que empuja a un avión a reacción hacia delante es ejercida por el aire y otros gases que
son expulsados hacia atrás, como consecuencia de la compresión y combustión que tiene lugar en los turbo-
rreactores.
Campo gravitatorio 291
dado por Fg = GmT· mp/r‟2, siendo mp la masa del paracaidista). Si el rozamiento del para-
caidista con el aire se pudiese considerar despreciable, su movimiento sería como el del
astronauta, sometido únicamente a la acción de la fuerza gravitatoria, pero con la diferen-
cia de que, en este caso, dicha fuerza resulta demasiado grande para la rapidez v” con que
se mueve el paracaidista y el radio de la trayectoria r‟ que estaba describiendo hasta en-
tonces, es decir: Fg mpv”2/r‟ y, en consecuencia, el radio r‟ disminuiría.
A partir de ese momento, queda sometido a la acción de Fr y de Fg produciéndose una
disminución, desde v”, de la componente X del vector velocidad y un aumento, desde 0,
de su componente Y (aunque en el sentido escogido como negativo). En poco trayecto, la
componte X de la velocidad se habrá anulado prácticamente y a partir de entonces el pa-
racaidista experimentará una caída casi vertical, con una rapidez creciente (en valor abso-
luto) hasta que se alcance un valor límite debido a que la fuerza de rozamiento con el aire
aumenta conforme aumenta la rapidez con que cae. Si tal y como le conviene, utiliza el
paracaídas, el valor de dicha rapidez límite será mucho menor impidiendo que colisione
con el suelo a gran velocidad.
27. En una nave espacial que gira en órbita alrededor de la Tierra con movimiento
circular y uniforme, hay un péndulo simple que cuelga del “techo” de la misma. Ra-
zonad cómo será el periodo de oscilación del péndulo en dicha situación respecto a su
valor en la superficie de la Tierra:
L
(Dato: El periodo de un péndulo simple viene dado por T 2 )
g
sol: En las condiciones dadas en el enunciado el péndulo no oscila porque la tensión del
hilo es 0. El péndulo se desplaza a la misma velocidad que la nave, que es la velocidad
idónea para la órbita en la que se encuentra y la fuerza gravitatoria existente sobre él tiene
como único efecto modificar la dirección de su velocidad (el hilo no hace nada sobre el
cuerpo).
Campo gravitatorio 292
8. CAMPO ELÉCTRICO
1. Obtened la expresión que nos permite calcular la intensidad E del campo eléctrico
creado por una carga eléctrica q, que puede considerarse como puntual, a una distan-
cia r de la misma.
Sabemos que siempre que se sitúe una carga q‟ en cualquier punto de un campo eléctrico,
se verá sometida a una fuerza. En caso de que el campo se deba a una carga q que poda-
mos considerar como puntual, dicha fuerza vendrá dada mediante la expresión de la ley de
Coulomb:
q q' q‟ F
F K 2 ur r
r q ur
en la que al valor numérico de cada carga hay que acompañarlo del signo correspondiente
para indicar así el sentido de la fuerza F (en el ejemplo de la figura ambas cargas son del
mismo signo). Dicha fuerza, no constituye una magnitud apropiada para caracterizar el
campo eléctrico creado por la carga q, ya que en cada punto puede tomar infinitos valores
diferentes (tantos como pueda tomar la carga q‟ allí situada). Para poder solucionar este
problema, es necesario introducir una nueva magnitud que cumpla las siguientes condi-
ciones:
a) Que su valor en cada punto del campo dependa únicamente de la carga creadora del
campo y de la distancia a que dicho punto se encuentre de ella.
b) Que, conocida esa magnitud en un punto dado, se pueda calcular fácilmente la fuerza
que se ejercería sobre cualquier carga q‟ que se colocase en ese punto.
Si nos fijamos en la expresión anterior, que nos sirve para calcular la fuerza ejercida sobre
una carga q‟ situada a una distancia r de q, nos podemos dar cuenta que una función que
cumpliría con los requisitos impuestos sería:
q
E K 2 ur
r
ya que en cada punto tomará un valor distinto y, conocido este, podemos calcular fácil-
mente la fuerza que
se ejercería
sobre cualquier carga q‟ que se colocase en ese punto sin
más que aplicar: F q' E .
Campo eléctrico 294
A la función E anterior, se le denomina intensidad del campo creado por la carga puntual
q. Tal y como ha sido definida, la intensidad del campo eléctrico en un punto será total-
mente independiente de que en dicho punto se coloque o no carga alguna, de manera que
siempre podemos caracterizar un campo eléctrico por el vector E que corresponde a cada
punto del mismo. El módulo, de dicho vector dependerá del valor de la carga q creadora
del campo y de la distancia r a que el punto considerado se encuentre de ella. Su dirección
será la de la recta que une la carga q con el punto, y el signo de q determinará el sentido
de E (hacia q si ésta es negativa y al contrario si es positiva).
Por otra parte, si analizamos la expresión F q' E , podemos ver que el valor de la inten-
sidad del campo E en un punto cualquiera coincidirá con el valor de la fuerza que actuar-
ía sobre la unidad de carga positiva si se colocase en dicho punto 2. Cuanto mayor sea la
intensidad del campo eléctrico en un punto, mayor fuerza se ejercerá sobre cualquier car-
ga dada que se coloque en dicho punto.
2. Representad el campo generado por una carga puntual y positiva mediante las
líneas de campo y las superficies equipotenciales.
Las líneas de campo se definen como unas líneas que en todos sus puntos son tangentes al
vector intensidad de campo y tienen su mismo sentido. Por otra parte, la intensidad del
campo generado por una carga puntual viene dada por:
q
E K 2 ur ,
r
donde r es el módulo del vector r con ori-
gen en q y sentido hacia el punto donde se va
a evaluar E , y u r un vector unitario de la
misma
dirección y sentido que r . Por tanto,
E es un vector que en todo punto tiene una
dirección radial con centro en la carga q y,
como consecuencia, la línea del campo
tendrá que ser también radial para permane-
cer en todos sus puntos tangente a E . En la
figura adjunta se ha representado esta situa-
ción para el caso del campo creado por una
carga q puntual y positiva.
Fijémonos que al alejarnos de la carga q las líneas del campo se separan a la vez que el
módulo de E disminuye. Esta propiedad se cumple en cualquier campo eléctrico, lo que
permite con una simple observación determinar en qué lugares éste es más intenso (allí
donde las líneas del campo estén más próximas).
2
Atención: Esa coincidencia es únicamente numérica y nunca debe interpretarse como que la intensidad del
campo eléctrico en un punto ES la fuerza ejercida sobre la unidad de carga positiva… Una cosa es Fuerza y
otra Intensidad de campo. Son dos magnitudes diferentes.
Campo eléctrico 295
Se entiende por superficie equipotencial aquella superficie constituida por puntos en los
que el potencial vale lo mismo. Si la carga creadora del campo se puede considerar como
puntual, el potencial a una cierta distancia r viene dado por:
q
V K
r
Por tanto, en todos los puntos situados a la misma distancia de la carga q el potencial del
campo será el mismo y como consecuencia la superficie equipotencial correspondiente
tendrá forma esférica.
Si representamos las líneas del campo y las superficies equipotenciales, vemos que resul-
tan perpendiculares, tal y como se muestra en las figuras siguientes, correspondientes a un
campo creado por una carga puntual positiva (izquierda) y a otro campo creado por una
carga puntual negativa (derecha).
E1 E2 V1 V2 E1 E2
V1 V2
E2 E2
Línea de fuerza
E1 E1
V1 V2 V1 V2
Superficies
equipotenciales
ya que el potencial no cambia. Dicho trabajo también se puede calcular mediante la ex-
presión general dWFe A Fe • dr y para que sea nulo no siéndolo la fuerza ni el desplaza-
B
miento, es necesario que ambos vectores sean perpendiculares y como el vector campo
eléctrico siempre tiene la misma dirección que el vector fuerza ejercida por el campo, se
concluye que el vector campo eléctrico también ha de ser perpendicular a la superficie
equipotencial.
3. Dadas las cargas: q1 = 10-8 C y q2 = -2·10-8 C, situadas en los puntos (0,0) y (2,0) m.
Determinad: a) Intensidad del campo eléctrico en los puntos: A(1,0) m, B(0,1) m y
C(2,1) m. b) ¿En qué punto se anula la intensidad del campo?
sol: a) E A = (270, 0)N/C; E B = (32‟2, 73‟9)N/C; E C = (16‟1, -172) N/C. b) P(-4‟8 , 0) m
Campo eléctrico 296
En este caso tenemos un sistema formado por tres cargas puntuales. Como sabemos, aso-
ciado a dicho sistema existirá un campo eléctrico. Tanto aquí, como en todos los ejerci-
cios siguientes, supondremos que el medio en el que se hallan las cargas es el aire (K
9·109 U.I.). En el problema se nos pide que calculemos la intensidad de dicho campo en
un punto determinado (el origen de coordenadas).¿Cómo podríamos hacerlo?
Para obtener la intensidad E del campo eléctrico en cualquier punto bastará con que cal-
culemos los vectores E 1 , E 2 y E 3 en dicho punto y los sumemos.
Sabemos que la intensidad del campo eléctrico en un punto, cuando la carga generadora
q
del campo sea una carga puntual, se puede determinar como: E K 2 u r
r
siendo u r un vector unitario que siempre tiene la misma dirección y sentido que el vector
r que va desde la carga generadora del campo hasta el punto donde se desea calcular su
intensidad (no confundirlo con el vector de posición de las cargas). Aplicando esta expre-
sión al problema que nos ocupa tendremos:
Kq 9 10 9 (7'2 10 6 )
E 1 2 1 u r1 = u r1 = -1800· u r1 Y(m
r1 6 2
) q1 q2
ur1
Kq 9 10 9 ( 40 10 6 ) ur2
E 2 2 2 u r2 = 2
u r2 = -3600· u r2
r2 10
E1
Kq 9 10 9 (6'4 10 6 ) E3 E2 ur3 q3
E 3 2 3 u r3 = 2
u r3 = 900· u r3
r3 8
X(m
)
La determinación de los vectores u r1 y u r3 es inmediata ya que de la figura anterior se
desprende que u r1 = (0, -1) y u r3 = (-1, 0). Por el contrario la determinación del vector
u r2 es algo más laboriosa:
Campo eléctrico 297
r2 = (-8, -6) m; r2 = 8 2 6 2 = 10 m; u r2 = r2 /r2 = (-8, -6)/10 = (-0‟8, -0‟6)
Sustituyendo los vectores unitarios en las expresiones que nos dan las intensidades de
campo y sumando obtenemos:
E = E 1 + E 2 + E 3 = (0, 1800) + (2880, 2160) + (-900, 0) = (1980, 3960) N/C
El resultado coincide numéricamente con la fuerza que actuaría sobre la unidad de carga
positiva si se colocase en el origen de coordenadas. Si en lugar de la unidad de carga posi-
tiva se sitúa una carga q, la fuerza que actuará sobre la misma viene dada por: F q E , de
modo que sustituyendo los valores correspondientes a este caso:
F q E = -10-6 · (1980, 3960) = (-1‟98·10-3, -3‟96·10-3) N
La carga q2 se moverá en el seno del campo eléctrico generado por q 1 y q3. La fuerza resul-
tante que actúe sobre ella será la fuerza electrostática ejercida por el campo. Al ser dicha
fuerza conservativa, podemos escribir: WFe A Ep AO = - (EpO - EpA).
O
En el caso del campo eléctrico, cuando se trata de resolver problemas mediante conside-
raciones de trabajo y energía, lo habitual es manejar la función potencial eléctrico. Expre-
sando Ep en función del potencial (Ep = q·V), la ecuación anterior queda como:
Para calcular, pues, el trabajo que se nos pide tendremos que calcular el potencial del
campo creado por las cargas q1 y q3 en los puntos A y O:
q1 q (7'2 10 6 ) 6'4 10 6
VA = VA1 + VA3 = k k 3 = 9 10 9 9 10 9 = 1500 V
rA1 rA3 8 6
q1 q (7'2 10 6 ) 6'4 10 6
VO = VO1 + VO3 = k k 3 = 9 10 9 9 10 9 = -3600 V
rO1 rO3 6 8
El hecho de que resulte un trabajo negativo se interpreta como que la transformación con-
siderada (desplazamiento de q2 desde su posición inicial A hasta el origen de coordenadas
O), no es espontánea, lo que significa que la fuerza electrostática que actúa sobre q 2 se
opone al desplazamiento. Por tanto, para que éste se produzca será necesario que dismi-
nuya la energía cinética de la partícula de carga q 2 en 0‟204 J, o bien actúe una fuerza
exterior que realice un trabajo (suministre una energía) de al menos 0‟204 J.
Campo eléctrico 298
Kq 2 q 1 Kq 3q 1 Kq 2 q 3
Epsis = Ep12 + Ep13 + Ep23 Epsis = y sustituyendo:
r12 r13 r23
Este problema nos permite también plantearnos nuevas preguntas, como por ejemplo: ¿En
qué dirección se moverá espontáneamente una pequeña carga q abandonada en el seno
de un campo eléctrico, hacia potenciales crecientes o decrecientes?
B
La ecuación general WFe A = -q (VB - VA) nos permite contestar a la cuestión ya que si q
es negativa, para que el trabajo realizado por el campo sea positivo (transformación es-
pontánea) VB tendrá que ser mayor que VA y al contrario si q es positiva, lo que nos lleva
a concluir que las cargas negativas siempre se moverán espontáneamente hacia potencia-
les crecientes y las positivas hacia decrecientes.
6. ¿Qué relación existe entre las magnitudes intensidad E y potencial V, de un campo
eléctrico?
Dada una carga q‟ que se sitúa en un punto de un campo eléctrico, se verá sometida a una
fuerza: F q'E y “dispondrá” de una energía potencial Ep = q‟·V
Si se produce un desplazamiento dr de la carga q‟, el campo realizará un trabajo (elemen-
tal) de valor: dWFe F • dr , que se podrá evaluar también (al ser F conservativa) como:
dWFe dEp q'dV .
Si igualamos tendremos: F • dr = q'dV y como F q'E , nos queda finalmente:
q'E • dr q'dV E • dr dV
Campo eléctrico 299
7. Sabiendo que la longitud del lado del triángulo equilátero de la figura es 2 m, y que
q1 = -2·10-5 C, q2 = 10-5 C y q3 = -10-5 C, se pide:
Para resolver el problema nos conviene, en primer lugar, localizar el centro de la figura
que corresponderá al punto en donde se cortan las bisectrices. Si llamamos r a la distancia
del centro de la figura a cualquiera de los vértices, d a la distancia entre dicho centro y el
punto medio de cualquiera de los lados y L a la longitud del lado, tendremos:
L
3 L L 2
cos 30º = 2 r = m
r 2 2r 3 3
L 1 L 1
Por otra parte, d = r·sen30º =
m
3 2 2 3 3
¿De qué factores dependerá la intensidad del campo eléctrico resultante en el punto con-
siderado? ¿Cómo podríamos obtenerla?
La intensidad del campo eléctrico creado por una carga puntual q a una distancia r de la
misma viene dada, por la expresión:
q
E K 2 ur
r
siendo u r un vector unitario que siempre tiene la misma dirección y sentido que el vector
r que va desde la carga generadora del campo hasta el punto donde se desea calcular su
intensidad. La intensidad del campo
eléctrico
en el centro del triángulo dependerá de los
vectores intensidad de campo E 1 , E 2 y E 3 correspondientes a cada una de las tres cargas
y podremos obtenerla sumando dichos vectores.
Kq 9 10 9 ( 2 10 5 )
E 1 2 1 u r1 = 2
u r1 = -1‟35·105 · u r1 = -1‟35·105 · (0 , -1)
r1 2
3
E 1 (0, 1' 35 105 ) N/C .
Kq
E 2 2 1 u r2 = 0‟675·105 · u r2 .
r2
La expresión de u r2 en función de sus componentes escalares no es inmediata (como
ocurría con u r1 en el caso anterior). Para obtenerla dividiremos el vector r2 por su módulo
r2. El vector r2 podemos hallarlo sin más que restar las coordenadas de su origen a las co-
ordenadas de su extremo (centro del triángulo), de modo que:
1 1
0, 1, 0 1, 3
3 3 3 1
u r2 = r2 /r2 = , y sustituyendo en E 2 queda:
2 2 2 2
3
3 1
E 2 = 0‟675·105 · u r2 = 0‟675·105 · , = (0‟584·105 , 0‟338·105) N/C
2 2
Kq
E 3 2 3 u r3 = -0‟675·105 · u r3 . Conocido u r2 resulta muy sencillo determinar u r3 .
r3
En cuanto a la dirección y sentido del vector, estos, vienen dados por los ángulos directo-
res o ángulos que forma el vector con cada uno de los semiejes positivos:
Ep3 = Ep13 + Ep23 = (Kq1q3/L ) + (Kq2q3/L) = (q1 +q2)· Kq3/L y sustituyendo valores:
Otra posibilidad es utilizar el concepto de potencial del campo eléctrico. El valor de dicha
magnitud en un punto dado coincide con el de la energía potencial que tendría la unidad
de carga positiva si se colocase en dicho punto, de modo que si conocemos el potencial en
un punto, para hallar la Ep de una carga cualquiera que se coloque en ese punto bastará
aplicar la expresión: Ep = q·V
Kq 1 Kq 2 K 9 10 9
V3 = V13 + V23 = (q 1 q 2 ) = (2 10 5 10 5 ) = 4‟5·104 V
L L L 2
9 10 9 (2 10 5 ) 10 5
Epsis = Ep12 + 0‟45 = + 0‟45 = -0‟9 + 0‟45 = -0‟45 J
2
sol: a) E (8000, -6000) N/C; V= -180 V. b) F = (0‟8, -0‟6) N
11. Dada la figura adjunta y sabiendo que en el punto M se encuentra una carga q1 de
5 nC y en el punto N otra carga q2 de valor -10 nC, determinad:
Kq 9 10 9 5 10 9 E1
E 1 2 1 u r1 = 2
u r1 = (9/5) · u r1 Z(m)
r1 5
A
E2
donde r1 = (0, 4, 3) m; r1 = 5 m;
ur1
u r1 = r1 /r1 = (0, 4, 3)/5 = (0, 4/5, 3/5) ur2
q1 Y(m)
de modo que: E 1 = (0, 1‟44, 1‟08) N/C
q2
X(m
)
Campo eléctrico 303
Kq
E 2 2 2 u r2 , donde: r2 (0, 0, 3) (2, 3, 0) (2, 3, 3) m; r2 = 22 m.
r2
9 10 9 (10 10 9 )
con lo que: E 2 = u r2 , siendo u r2 = r2 /r2 = (-0‟43, -0‟64, 0‟64)
2
22
Sustituyendo u r2 y operando: E 2 = (1‟76, 2‟62, -2‟62) N/C
Sumando: E = E 1 + E 2 = (0, 1‟44, 1‟08) + (1‟76, 2‟62, -2‟62) = (1‟76, 4‟06, -1‟54) N/C
¿Cómo podemos calcular la fuerza que actuará sobre una carga q situada en A?
Para obtener la fuerza actuante sobre una carga de -2C situada en el punto A, bastará
sustituir en la expresión: F q E
F q E = -2·10-6 (1‟76, 4‟06, -1‟54) = (-3‟52·10-6, -8‟12·10-6, 3‟08·10-6) N
Como podemos ver, el vector fuerza obtenido tiene sentido contrario al vector intensidad
del campo. Ello se debe, evidentemente, al signo negativo de la carga q colocada y a la
propia definición de la intensidad del campo eléctrico.
Vamos a calcular, ahora, el potencial en el mismo punto A. Como se trata de una magni-
tud escalar:
En cuanto a la energía potencial del sistema, como se trata de dos cargas, su valor coinci-
dirá con el de la energía potencial de cualquiera de dichas cargas en el sistema:
Kq 1 q 2 9 10 9 5 10 9 (10 10 9 )
Ep = -6‟18·10-8 J
r12 7' 28
(El valor de la distancia entre las cargas r 12 se puede obtener calculando el vector r12 y
determinando su módulo o también aplicando el teorema de Pitágoras en la figura).
O
Podemos aplicar la expresión: WFeM q VMO q(VO VM ) q(VM VO )
Kq 2 9 10 9 (10 10 9 )
VO = = = -24‟93 V
r2O 13
Campo eléctrico 304
Kq 2 9 10 9 (10 10 9 )
VM = = = -12‟36 V
r2M 7'28
El carácter positivo del trabajo realizado por el campo, nos muestra que se trata de una
transformación en la que la fuerza ejercida por el campo no se opone al desplazamiento
experimentado por la carga. Si la única fuerza actuante en el desplazamiento considerado
fuese la electrostática todo el trabajo realizado por esta produciría un aumento de la
energía cinética.
13. Dado un anillo de radio R, cargado con una carga q uniformemente distribuida,
determinad la intensidad del campo eléctrico y el potencial que crea en un punto de la
recta perpendicular al plano del anillo y que pasa por su centro.
Hasta aquí, hemos calculado la intensidad E del campo eléctrico en un punto, en situacio-
nes tales que las cargas creadoras del campo podían ser consideradas como puntuales.
¿Cómo podemos abordar ahora un problema como este, en el que la carga no puede ser
considerada como puntual?
Z En efecto, cada vector dE puede ser descompuesto en
dos vectores, uno de los cuales será horizontal ( dE y ) y
dE z
el otro vertical ( dE z ). Podemos ver que las componen-
tes horizontales de tales vectores estarán situadas en un
dE d dE ' plano perpendicular al eje Z y siempre se anularán por
pares. En consecuencia, sólo existirá intensidad del
dE y dE y'
campo en la dirección del eje Z, por lo que para calcu-
Y
lar E bastará con sumar todos los dE z .
Teniendo en cuenta lo anterior proceded a calcular el vector E que se pide.
dq q dq
dE z K 2 cos u z y la suma será: E =
e dE z =
0
K
e 2
cos uz
K cos q q
Sacando fuera de la integral las constantes: E = 2
u z 0 dq E K 2 cos u z
e e
dq K q q q
= dq V K
q
V=
0
K
e e 0 e
En función de z y R queda: V K
z2 R2
Campo eléctrico 306
14. Determinad la intensidad del campo eléctrico y el potencial generados por una
carga q, uniformemente distribuida en una capa esférica de radio R, en un punto P
situado a una distancia r de su centro.
Revisad el ejercicio anterior y sugerid una posible estrategia para contestar éste.
Para calcular la intensidad del campo creado por la distribución esférica decarga en el
punto P situado a una distancia r del centro O, podemos sumar todos los dE correspon-
dientes a los infinitos anillos que integran la superficie esférica de radio R.
Calculad E en un punto P situado a una distancia r R del centro de la esfera.
dq 2 R 2
E = dE K 2 cos u r K 2
sen cos u r d
0 e 0 e
En la integral anterior tenemos tres variables: e, , , que están relacionadas y para poder
resolver hemos de expresarlas en función de una sola. Conviene hacerlo en función de “e”
cuyos límites de integración corresponden a r-R (para = 0) y r+R (para = rad).
2 R 2 K R rR
r 2 R2
E= K sen cos u r d u r 1 de
0 e2 r2 rR e2
rR
K R r 2 R2 K 4 R 2
E = 2
u r e 2
u r . Sustituyendo = q/4R2 queda:
r e rR r
q
E K 2 ur
r
Como vemos, la superficie esférica cargada se comporta como si toda la carga q estuviese
situada en el centro de la misma.
¿Cómo podríamos ahora calcular la intensidad del campo en un punto P situado a una
distancia r R del centro de la esfera? Sugerid un procedimiento y llevadlo a cabo.
Bastaría con cambiar los límites de integración ya que en el caso propuesto es fácil ver en
la figura que la distancia “e” variaría desde R-r hasta r+R. Podemos comprobar que al
sustituir se obtiene E = 0. Es decir, que la intensidad del campo eléctrico en cualquier
punto situado en el interior de una esfera hueca cargada, es nula.
En un ejercicio posterior veremos cómo es posible llegar a estos mismos resultados de una
forma mucho más sencilla mediante la aplicación del teorema de Gauss.
Sugerid y llevad a cabo un procedimiento para determinar el potencial del campo eléctri-
co generado por la capa esférica en cada uno de los dos puntos anteriores.
Para obtener el potencial podemos utilizar un procedimiento análogo al que hemos segui-
do para el campo eléctrico, es decir, consideraremos en primer lugar el potencial en un
punto P debido a un anillo de carga infinitesimal y después sumaremos todas las contribu-
ciones debidas a los infinitos anillos de este tipo que forman la capa esférica.
dq
dV K
e
dq
de forma que el que se debe a toda la esfera se podrá obtener como V K
e
Se trata ahora de resolver esta integral.
Para ello, hemos de reducir las dos variables a una sola. Como ya hemos visto, dq = ·dS
siendo = q/S = q/4R2 y dS = 2 (Rsen)·R·d. Con lo que para un punto P exterior a la
capa esférica nos quedará:
Campo eléctrico 308
Teniendo en cuenta que sen d = e·de/r·R, y que e varía entre r-R y r+R:
sen d r R de Kq q
e r R de donde V K
rR
V = K 2 R 2 = K 2 R 2
r R r R
0 e 2rR r
El resultado muestra que el potencial es el mismo que correspondería a una carga q situa-
da en el centro de la esfera. En el caso de que el punto P estuviese situado sobre la esfera,
bastaría sustituir, en la expresión anterior, r por el radio de la misma R.
El procedimiento será el mismo, pero los límites de la integral cambiarán siendo en este
caso desde R-r hasta R+r, con lo que sustituyendo e integrando en la misma expresión
anterior, obtenemos que el potencial en cualquier punto interior de la esfera es:
q
VK
R
Estas conclusiones tienen una gran importancia ya que se dan en todos los conducto-
res cargados y en equilibrio (aunque no sean esféricos ni huecos). Se trata, por otra
parte, de conclusiones que se pueden explicar de forma cualitativa ya que si en el propio
conductor hubiesen dos puntos a diferente potencial, las cargas se desplazarían por acción
del campo que existiría entre esos puntos.
Esta propiedad explica que cuando se desea que un campo eléctrico no actúe sobre un
determinado objeto, se recurra a encerrar a éste dentro de una caja metálica.
Podemos proceder ahora a determinar E en la superficie del conductor cargado y en equi-
librio, planteándonos en primer lugar qué dirección podría tener E en cualquier punto de
la superficie del conductor.
Como las cargas se encuentran en la superficie y en reposo, necesariamente E , si es que
existe, tendrá que ser perpendicular a la superficie, ya que, de lo contrario, su componente
tangencial (según la superficie) haría que sobre las cargas situadas en ese punto el campo
ejerciese una fuerza que provocaría su desplazamiento, pero, ya hemos dicho que se había
alcanzado el equilibrio (las cargas permanecen en reposo).
Visto ya que E debe ser perpendicular a la superficie del conductor, nos falta determinar
su valor, aplicando el teorema de Gauss.
El flujo a través de la superficie del cilindro infinitesimal considerado será, según el teo-
rema de Gauss: d = 4 K dq. Éste flujo puede ser evaluado descomponiéndolo en la suma
de los flujos a través de las superficies de las bases interior (1) y exterior (2) del cilindro y
de su superficie lateral:
Como sabemos, las cargas tienden a separarse lo más posible unas de otras, por ello se
acumularían especialmente en las puntas, produciéndose allí una gran densidad de carga
y, en consecuencia, un campo eléctrico muy intenso, que llega a ionizar el aire que rodea a
la punta, lo cual provoca que el conductor se descargue rápidamente. En este efecto se
basan precisamente los pararrayos que no son sino conductores acabados en una o varias
puntas y conectados a tierra por el otro extremo. Análogamente ocurre con las pequeñas
varillas metálicas acabadas en punta que los aviones llevan en las alas, por las que se es-
capa la carga electrostática acumulada en el fuselaje a causa del rozamiento con el aire,
que, de otra forma, podrían producir descargas eléctricas muy peligrosas. También explica
que sea peligroso colocarse en días de tormenta debajo de postes o árboles, por los que es
más probable que vayan las descargas.
16. Determinad por aplicación del teorema de Gauss, la intensidad del campo eléctri-
co creado por una esfera conductora de radio R, cargada con una carga q.
Al cargar un conductor sabemos que las cargas se distribuyen por su superficie de forma
que la distancia relativa entre ellas sea lo mayor posible. En nuestro caso, por la simetría
de la superficie esférica, se distribuirán uniformemente por toda ella (densidad de carga
constante en todos los puntos). El problema consiste, pues, en determinar la intensidad del
campo eléctrico generado por una carga uniformemente distribuida en una superficie esfé-
rica, problema que ya hemos resuelto, pero que ahora vamos a volver a resolver, mucho
más rápidamente, utilizando el teorema de Gauss.
Campo eléctrico 311
El teorema de Gauss es útil para calcular la intensidad del campo eléctrico en aquellos
casos en los que la distribución de cargas que genera el campo presenta una cierta si-
metría, de forma que conozcamos la dirección de E en todos los puntos y su módulo sea
constante a lo largo de algunas superficies sencillas. Éste es precisamente el caso que se
nos plantea en el problema ya que por la simetría existente la dirección de E será radial y
su módulo tendrá que ser el mismo en todos los puntos que se encuentren a la misma dis-
tancia del centro de la esfera.
En primer lugar procederemos a calcular E en un
punto situado a una distancia r R. Para ello
hemos de tomar una superficie esférica que pase
por este punto y que sea concéntrica con la esfera
conductora. Aplicando el teorema de Gauss a
esta superficie:
E • dS 4 Kq E dS cos0º 4Kq
en donde el círculo de la integral significa que S es una superficie cerrada y que la integral
se extiende a toda ella. Como E es constante, nos queda:
q q
E·S = 4 K q E· 4R2 = 4 K q E K y vectorialmente: E K 2 ur
r2 r
En el caso de que el punto se encuentre sobre la propia superficie, bastará hacer r = R para
calcular la intensidad del campo correspondiente.
ya que no encierra carga alguna, y para que ésta integral sea nula, es necesario que la in-
tensidad E = 0.
Vemos, pues, que los resultados son los mismos que los obtenidos anteriormente mediante
la aplicación directa de la ley de Coulomb y que el proceso resulta ser mucho más breve y
sencillo.
Campo eléctrico 312
17. Sabiendo que el aire se hace conductor (se ioniza), cuando se encuentra en un
campo eléctrico cuya intensidad sea igual o mayor de 3·10 6 V/m, determinad:
De acuerdo con la expresión anterior, los puntos en los que el campo eléctrico generado
por la esfera alcanzará su máxima intensidad serán precisamente los de la superficie, en
q
los que el módulo de la intensidad será: E K 2
R
Si imponemos la condición de que E valga 3·10 6 V/m (en realidad debería ser un infinité-
simo menor), obtendremos el valor de la máxima carga que podrá adquirir la esfera des-
pejando q de la expresión anterior:
Así, una esfera conductora de 1 m de radio, podría (en las condiciones expresadas en el
enunciado) acumular como máximo una carga de 3‟33 · 10-4 C . A partir de ese valor, si le
suministráramos más carga el aire que rodea a la esfera se ionizaría y ésta se descargaría.
Este efecto tiene gran importancia en los generadores de Van der Graaf ya que en ellos se
va acumulando carga en una esfera conductora y aunque, en principio, se podría almace-
nar en ellos cualquier carga, la realidad es que la cantidad de carga se halla limitada por el
efecto de la ionización del aire que rodea a la esfera.
q
V= K
r
de modo que para obtener el valor máximo del potencial en la superficie de la esfera,
haremos r = R (radio de la esfera) y sustituiremos q por su valor máximo:
3
q max 9 10 R2
Vmax = K = 9 10 3 10 6 R . Para R = 1 m V = 3·106 V
R 3R
Campo eléctrico 313
18. Dos conductores esféricos A y B de 10 cm de radio cada uno, están separados una
distancia de 2 m y con las cargas q1 = 3·10-8 C y q2 = - 6·10-8 C respectivamente. De-
terminad el potencial en cada uno de los conductores (suponed que la distancia entre
las esferas es lo suficientemente grande, comparada con el radio, para que no afecte a
la distribución de las cargas en su superficie).
Si, como se dice en el enunciado, la distancia entre las esferas es lo suficientemente gran-
de como para despreciar los efectos de inducción, podremos considerar que cada una de
ellas se comporta como una carga puntual.
q1 q 3 10 8 (6 10 8 )
VA = VA1 + VA2 = K K 2 9 10 9 9 10 9 = 2430 V
RA rAB 01' 2
q2 q 3 10 8 (6 10 8 )
VB = VB2 + VB1 = K K 1 9 10 9 9 10 9 = -5625 V
RB rAB 2 01'
¿Es posible que un objeto esté cargado eléctricamente y el potencial a que se encuentre
sea 0?
De acuerdo con lo que hemos visto en este ejercicio sí que es posible ya que para ello bas-
taría con situar un segundo objeto también cargado a una cierta distancia del primero, de
manera que la suma del potencial debido a la propia carga del primero más el que se de-
bería a la carga del segundo, diese 0. Así, por ejemplo, se puede comprobar que si en este
mismo ejercicio la esfera B tuviese una carga q 2 = -60·10-8 C, el potencial de la esfera A
(cargada con q1 = 3·10-8 C) sería 0.
Campo eléctrico 314
Conectamos, en primer lugar, A con B mediante un conductor. Como entre sus extremos
hay una diferencia de potencial, se producirá una corriente que durará hasta que el poten-
cial en B y en A sea el mismo. Como el del punto A, por ser la superficie de la Tierra, vale
en toda situación 0, el punto B alcanzará el potencial 0. En estas condiciones el potencial
del punto C será de 900 V y si conectamos mediante un conductor con la esfera, tendre-
mos entre sus extremos una diferencia de potencial de 900 V ya que en el punto D el po-
tencial es 0. Se producirá entonces una corriente de forma que, a medida que la esfera
vaya adquiriendo carga positiva, el potencial en D irá creciendo hasta que valga 900 V. En
ese momento cesará la corriente y dispondremos de una esfera conductora cargada a po-
tencial de 900 V. La carga adquirida por la esfera será:
En el caso de que el conductor sea esférico podemos calcular su capacidad sin necesidad
de recurrir a medidas experimentales ya que, como sabemos, el potencial de una esfera
conductora de radio R cargada con una carga q es:
q
V = K y su capacidad será, por tanto, C = q/V = R/K
R
Vemos que cuanto mayor sea el radio de la esfera mayor será su capacidad. De hecho la
capacidad de un conductor esta relacionada con la forma del mismo. Así, por ejemplo, si
aplastásemos poco a poco a una esfera conductora, podríamos comprobar cómo su capa-
cidad iría cambiando.
Ninguna de las dos opciones resulta muy adecuada ya que la primera exigiría en la ma-
yoría de los casos demasiado espacio y la segunda porque, como ya hemos visto, si se ele-
va demasiado el potencial, el aire o cualquier otro material dieléctrico que rodee al objeto,
se haría conductor y éste se descargaría.
2º) Si ahora lo desconectamos del generador, el conductor habrá adquirido una carga q a
un potencial V, de modo que su capacidad será C = q/V.
3º) Situamos en las proximidades del conductor A, otro conductor B con carga negativa.
Campo eléctrico 316
4º) Si ahora conectamos el conductor A de nuevo al generador, al ser V‟ V, pasarán más
cargas hasta que el conductor se encuentre de nuevo a potencial V. En esta situación el
conductor tiene el mismo potencial que al principio pero con más carga (q‟) y su capaci-
dad será C‟ = q‟/V.
Claro está, que cuanto más influya el conductor B, mayor será el aumento que se produ-
cirá en la capacidad de A. La influencia mutua de los dos conductores dependerá de su
forma y de su situación. Los casos más favorables se producen cuando un conductor en-
cierra al otro y cuando los conductores son superficies planas paralelas y separadas por
una distancia muy pequeña. En estos casos se dice que ambos conductores constituyen un
condensador.
22. Determinad la intensidad del campo eléctrico creado por dos placas conductoras
paralelas y de superficies planas, con cargas iguales pero de distinto signo, en un pun-
to situado entre las mismas.
Entre las placas existirá un campo eléctrico debido a una y otra distribución de cargas, por lo
que en primer lugar conviene que nos planteemos qué características tendrá ese campo.
En principio,
cabe pensar que la dirección del
vector E en la superficie de cualquiera de las
placas tendrá que ser perpendicular (de otra
forma las cargas no estarían en equilibrio).
Para comprobar si esta hipótesis es cierta, po-
demos utilizar el teorema de Gauss aplicándolo
al cilindro de la figura, cuyas bases quedan en
el interior de cada una de las placas3:
y como la carga existente en la intersección del cilindro con cada placa es la misma pero
de signo contrario, q = 0. Por tanto, T = 0 y si descomponemos este flujo, considerando
las bases del cilindro y la superficie lateral:
T = 1 + 2 + L = 0
3
Atención, las superficies de las placas son planas, pero las propias placas tienen un cierto grosor, de forma
que tanto S1 como S2 figura que se hallan en el interior de cada placa. Las líneas roja y azul del dibujo, repre-
sentan solo las caras enfrentadas de cada placa (vistas de canto).
Campo eléctrico 317
Como 1 y 2 son nulos porque se hallan en el interior del conductor y allí la intensidad
del campo es 0, hemos de concluir que:
L = E • dS = 0, y como ni E ni dS son nulos, necesariamente han de ser perpendicula-
res y, por tanto, el vector intensidad del campo eléctrico tendrá que ser perpendicular a las
placas del condensador y dirigido de la positiva hacia la negativa.
rB
Para determinar E podemos utilizar la expresión
rA
E • dr (VB VA ) aplicándola al
trayecto de la figura.
rB d V
rA
E • dr E dr E d (VB VA ) = VAB E AB
0 d
23. Dos bolitas conductoras idénticas y de 2 gramos de masa cada una, se suspenden
de sendos hilos de 1 metro sujetos de un mismo punto del techo. Si al suministrarles la
misma carga se repelen hasta que los hilos formen un ángulo de 60 o, ¿qué valor tiene
su carga?
sol: q = 1‟13·10-6 C
24. Dada una carga de 10-5 C uniformemente distribuida sobre una superficie esférica
de radio 50 cm. Determinad:
Como hemos visto, un condensador es un dispositivo formado por dos partes metálicas
(llamadas armaduras) que están separadas por un aislante. En nuestro caso las partes
metálicas son dos placas de superficies planas y paralelas como se indica en la figura.
¿Qué es lo que sucede cuando dos láminas conductoras, iguales, descargadas y paralelas,
se conectan a los extremos de un generador?
Al estar las láminas inicialmente descargadas, el potencial en ellas será nulo, de modo que
por los hilos conductores circularán cargas hasta que el potencial en A sea igual que el del
polo positivo B del generador (y el potencial en D igual que el de C), es decir, hasta que la
diferencia de potencial entre las láminas sea la misma que entre los extremos del genera-
dor, siendo la carga adquirida por las láminas igual y de signo contrario (A positiva y D
negativa). Las cargas suministradas por el generador a cada lámina se distribuirán por su
superficie alejándose lo más posible unas de otras (ya que se repelen y las láminas son
conductoras) hasta alcanzar una situación de equilibrio (reposo).
Entre las láminas del condensador cargado existirá, un campo eléctrico creado por las
distribuciones de carga existentes en ellas. La intensidad de dicho campo ha de ser per-
pendicular a las láminas (sentido desde la positiva a la negativa) y su módulo vale E =
VAB/d siendo VAB la diferencia de potencial existente entre las láminas (VA -VB) y d la
distancia a que se hallan separadas.
En el problema se nos dice que entre las láminas de un condensador plano se introduce un
péndulo cuya esfera se halla cargada eléctricamente.
Fe + P + T = 0
Campo eléctrico 319
Como podemos ver en la figura, el hilo del péndulo se desviará un cierto ángulo res-
pecto de la vertical. Podemos plantearnos ahora de qué dependerá dicho ángulo y cómo
podríamos hallarlo.
Cabe esperar que cuanto mayor sea la carga q de la esfera, mayor la intensidad del campo
eléctrico entre las láminas y menor el peso, más grande sea el valor de . Para determi-
narlo podemos aplicar la ecuación anterior expresando cada uno de los vectores en fun-
ción de sus componentes escalares y despejando . De esta forma tenemos:
Fe = q· E = q· (E, 0) = (qE, 0)
P = (0, -P) = (0, -mg)
T = (Tx , Ty ) = T cos(90 ), Tcos = (-Tsen , Tcos )
Sustituyendo en: Fe + P + T = 0 (qE, 0) + (0, -mg) + (-Tsen , Tcos ) = 0
qE -Tsen = 0 Tsen = qE
Tcos - mg = 0 Tcos = mg
qE
y dividiendo entre si ambas ecuaciones obtenemos: tg
mg
Podemos ahora, analizar este primer resultado, comprobando que contempla las hipótesis
iniciales siendo fácil ver, por ejemplo, que cuanto mayor sea la carga q mayor será el
ángulo (siempre a igualdad de los restantes factores), o que si el campo gravitatorio fue-
se nulo tg sería , lo cual corresponde a un ángulo de 90º y que si no hubiese campo
eléctrico tg sería 0 (lo que corresponde a un ángulo de 0º o hilo en la vertical).
Para calcular el valor de hemos de poner E en función de los datos que se nos dan y
averiguar el valor de q y de la masa de la esfera conductora.
El valor E viene dado, en este caso, por: E = VAB/d = 5000/0‟2 = 2‟5 · 104 V/m
q
Como sabemos que la esfera se cargó a 2000 V, a partir de V = K , podemos despejar
R
VR 2000 10 3
q, de modo que: q = = = 2‟22·10-10 C
K 9 10 9
En cuanto a la masa, como conocemos la densidad basta hacer m = ·V siendo V el vo-
lumen de la esferita y su densidad, de manera que:
4
m = 5000 3 (10 3 ) 3 = 2‟1·10-5 kg
3
qE
Sustituyendo los valores numéricos hallados, en la expresión de tg =
mg
obtenemos finalmente que tg = 2‟642·10-2 = 1‟5º
Campo eléctrico 320
26. Determinad el valor de la diferencia de potencial que debemos aplicar a dos lámi-
nas planas, paralelas separadas 20 cm y situadas horizontalmente para que una
partícula de 1 mg de masa y con una carga de 10 nC quede en suspensión entre ellas.
sol: 200 V
La intensidad del campo E entre las armaduras del condensador se puede calcular median-
te la expresión: E = VAB /d, siendo VAB la diferencia de potencial entre sus placas y d la
distancia entre las mismas. En cuanto a Fe, dado que la trayectoria que sigue la esferita es
conocida, podemos aplicar un tratamiento escalar para su obtención.
Fres t = m · at Fe - P = m · at Fe = mg + m · at
Campo eléctrico 321
Como vemos hemos de calcular la aceleración tangencial con que se mueve la esfera si
queremos obtener el valor de Fe. Como el movimiento de la esfera es rectilíneo y unifor-
memente acelerado, podemos utilizar las ecuaciones de dicho movimiento, tomando como
origen de espacios y de tiempos el punto de la lámina positiva donde se deja la esferita y
el instante en que ello ocurre (y como sentido positivo el del movimiento):
t0 = 0; v0 = 0; e0 = 0.
v = at · t
e = at · t2/2
28. Se conectan dos láminas planas y paralelas a una diferencia de potencial de 106 V.
A continuación se deja en libertad, junto a la lámina positiva, una partícula de 0’1 mg
de masa y carga 10 nC. Se pide:
a) La rapidez con que llegará a la lámina negativa sabiendo que el efecto de la fuerza
peso resulta despreciable.
b) Energía cinética con que llega a la lámina expresada en eV.
Fres Fe P (qE, 0) (0, mg) qE
a , g
m m m m
Suele ser habitual, como ocurre en nuestro caso, que el valor de la fuerza electrostática
sea mucho mayor que el peso, de forma que podamos despreciar el efecto de esta última.
Con esta aproximación el problema se simplifica puesto que si se tiene en cuenta sólo la
fuerza electrostática, la partícula describirá un movimiento rectilíneo y uniformemente
acelerado, moviéndose desde la lámina positiva hacia la negativa, que podremos estudiar
aplicando un tratamiento escalar. En ese caso la aceleración será:
Fe qE
a= y considerando que t0 = 0; v0 = 0 y e0 = 0 v = a·t y e = at2/2
m m
En el problema hemos de calcular la rapidez con que llegará la partícula a la lámina nega-
tiva. Reflexionad sobre los factores que pueden influir en dicha rapidez y sugerid una
posible estrategia para determinarla.
Cabe esperar que dicha rapidez sea tanto mayor cuanto mayor sea la carga de la partícula
y la intensidad del campo eléctrico donde se encuentra, así como cuanto menor sea el va-
lor de su masa, ya que entonces se moverá con una aceleración más grande y, por tanto,
adquirirá, en un tiempo dado, una rapidez mayor.
Un posible método para obtener la rapidez que se nos pide consiste en utilizar la ecuación:
v = a·t , determinando previamente el instante t‟ en que la partícula alcanza la otra lámina.
Para ello hemos de darnos cuenta que en ese instante e = d.
1 2 2d 2qEd
d= at' t‟ = v = a·t‟ = 2ad v =
2 a m
El resultado obtenido confirma las hipótesis que realizamos anteriormente respecto a los
factores que influirían en la rapidez y cómo lo harían. Pero en él figura además la distan-
cia d entre las láminas del condensador mostrando, al parecer, que cuanto mayor sea dicha
distancia con mayor rapidez llegará la partícula cargada a la otra placa. Sin embargo, la
dependencia de v con esta variable es preciso matizarla ya que lo que hemos dicho sólo es
cierto a igualdad de los restantes factores y, como ya sabemos, en el caso de un condensa-
dor de láminas planas y paralelas, el campo eléctrico entre ellas es prácticamente unifor-
Campo eléctrico 323
2qVAB
v= = 14‟14 m/s
m
que como, vemos, nos muestra que la rapidez buscada no depende de la distancia exis-
tente entre las dos láminas.
Sugerid y llevad a cabo otra estrategia para obtener la rapidez que se demanda.
El problema podría resolverse de una forma más breve mediante consideraciones de traba-
jo y energía.
-Ep = -q·V = EcB - EcA y como EcA = 0 y -V = VAB , q·VAB = EcB
mv 2B 2q VAB
q·VAB = y despejando vB obtenemos finalmente: v B .
2 m
La energía cinética con que la partícula positiva llega a la lámina negativa se puede de-
terminar pues, como EcB = q ·VAB .
Sustituyendo q por la carga del electrón qe = -1‟6·10-19 C y VAB por -1 voltio, nos queda:
En nuestro caso como EcB = 10-2 J, tendremos: EcB = 10-2 /1‟6·10-19 = 6‟25·1016 eV
1. Razonad cómo se propaga una onda longitudinal a lo largo del conjunto de péndu-
los de acero de la figura.
El valor de la energía E asociada a una partícula que realiza este tipo de movimiento,
permanece constante y puede ser evaluado en cualquier posición como la suma de la
energía cinética y la potencial. En particular, cuando pase por la posición de equilibrio su
energía potencial será nula y su energía cinética máxima, de modo que podemos escribir:
1 1 1
E = Ecmax = mv 2max m A 2 w 2 m A 2 4 2 2 E = 2 2 m 2 A 2
2 2 2
Como se trata de un choque elástico y directo entre dos cuerpos de la misma masa, inter-
cambiarán sus velocidades, de modo que el péndulo 1 quedará en reposo y el 2 colisionará
con el 3 con la misma velocidad con que el 1 lo hizo con él. Este proceso se repetirá con
todos los péndulos. Vemos pues, que cada péndulo transmitirá íntegramente la energía al
siguiente, permaneciendo en reposo en la posición que ocupaba originalmente.
A los fenómenos físicos de este tipo, en los que se produce un transporte de energía sin
que exista un transporte de materia, se les da el nombre de movimientos ondulatorios.
Veríamos que permanecería oscilando sin interaccionar con el resto, es decir, que la per-
turbación (energía) queda localizada (no se propaga). En los casos en que esto ocurre se
dice que el medio no es elástico frente a la perturbación introducida.
Podemos resumirlas diciendo que es preciso introducir una perturbación (energía) y que el
medio sea elástico para dicha perturbación.
Conviene tener en cuenta que, en general, los medios no son “perfectamente elásticos” y
por esta causa, la perturbación se va amortiguando a medida que avanza (va disminuyendo
su amplitud). En nuestro ejemplo, bastaría con separar ligeramente los péndulos para
apreciar que tras la colisión no quedarían en reposo y, por tanto, que no se ha transmitido
íntegramente la energía de uno a otro. Cuanto más separados estén, menos elástico será el
medio y más se amortiguará la perturbación.
¿Qué deberíamos hacer para conseguir que el conjunto de los péndulos estuviera recorri-
do por una serie sucesiva de perturbaciones?
El fenómeno descrito sucederá siempre que la perturbación tenga la misma dirección que
la de propagación de la onda y se le da el nombre de “onda longitudinal”
Tomemos un muelle elástico (también podría valer una cuerda) y situémoslo sobre un
plano horizontal con el que presente un rozamiento despreciable.
a) Se aprecian una serie sucesiva de crestas y de valles que avanzan por el resorte.
b) En el tiempo de un periodo T, la perturbación avanza una longitud que abarca una cres-
ta y un valle. Dicha longitud (medida sobre la recta, no sobre el muelle), recibe el nombre
de longitud de onda y se representa por .
c) Si coloreásemos varios puntos del resorte para concentrar en ellos nuestra atención,
dejaríamos de ver las crestas y los valles, para apreciar que dichos puntos describen exac-
tamente el mismo movimiento armónico simple que el foco, pero con un cierto retraso.
Movimiento ondulatorio 328
Para poder estudiar el fenómeno con mayor profundidad nos interesará cuantificarlo. Con
este fin, trataremos de expresar matemáticamente el movimiento armónico simple que se
propaga por el resorte (medio elástico). Se trata de obtener una ecuación que nos permita
conocer el valor de la perturbación en un punto P cualquiera del resorte, en cualquier ins-
tante t (ecuación de propagación de una onda armónica).
YF = Asen2t.
¿Cuál será la ecuación correspondiente a un punto P situado a una distancia x del foco?
YP = Asen2 (t-t‟)
Como la perturbación se propaga con movimiento uniforme, podemos escribir que la ra-
pidez con que lo hace viene dada por v = x/t’ y sustituyendo en la ecuación anterior:
YP = Asen2 (t-x/v)
La función obtenida es periódica, ya que se trata del producto de una constante (A) por
una función periódica (sen ). Si la analizamos con más detenimiento podemos compro-
Movimiento ondulatorio 329
bar que es doblemente periódica y que los valores de “Y” se repiten en el tiempo (para un
valor de x determinado) y en el espacio (para un instante dado).
a) En el tiempo. Si nos situamos en un punto P cualquiera del medio por donde se propa-
ga la onda (fijamos el valor de x) y dejamos transcurrir el tiempo, veremos que para que
en dos instantes dados t1 y t2 la elongación YP tome idéntico valor, se debe cumplir que:
Esta igualdad se cumplirá siempre que los ángulos se diferencien en un número entero de
veces 2 radianes. Por tanto:
Simplificando: (x2 /vT) - (x2 vT) = n , y despejando obtenemos que x2 - x1 = n·vT, de mo-
do que la distancia existente entre dos puntos consecutivos del medio que se encuentren
en el mismo estado de vibración se obtendrá haciendo n = 1 en la expresión anterior. A
dicha distancia se le denomina longitud de onda , y vale = vT.
Basta considerar que, en este caso, al existir una fase inicial (0), la ecuación se transfor-
mará en:
t x
YP A sen 2 0
T
5. Sabiendo que la función de una onda viene dada en metros para t en segundos y
“x” y “d” en metros. Determinad las características de los movimientos ondulatorios
cuyas ecuaciones de propagación son:
La ecuación general que representa la propagación de una onda plana armónica longitudi-
nal cuya dirección de propagación coincide con el eje OX de coordenadas es de la forma:
t x
Asen 2 0
T
Cada onda plana armónica está caracterizada por unos valores de A (amplitud), T (perio-
do), (longitud de onda) y 0 (fase inicial), no siendo necesario explicitar los valores de
la frecuencia ni de la velocidad de propagación de la onda v, puesto que están relacio-
nados con los anteriores mediante las expresiones = 1/T y v = /T. Si nos dan los valores
de las magnitudes citadas, no tenemos más que sustituirlos en la expresión de para ob-
tener la ecuación de propagación correspondiente a dicha onda plana armónica.
Es razonable pensar, que tendremos que comparar la ecuación dato con la expresión gene-
ral e identificar los coeficientes. Apliquemos este procedimiento en los casos en que se
nos plantea en el enunciado de este ejercicio.
Movimiento ondulatorio 331
Se trata, pues, de una onda plana armónica que se desplaza según OX (+) de forma que en
el instante t = 0 el punto que se encuentra en x = 0 tiene fase 0. Sus magnitudes caracterís-
ticas son:
A = 2m, T = 0‟01 s, = 1/T = 100 Hz, = 30 m y se propaga con v = /T = 3000 m/s.
Se trata de una onda plana armónica que se desplaza en una cierta dirección de forma que
a una distancia d = 0 del punto tomado como origen de distancia (que suele ser el foco) en
t = 0 tiene fase 0. Identificando coeficientes vemos que:
t d
= 0'03 sen 2
1 /60 1 /2
Esta expresión presenta una novedad respecto de las dos anteriores y es que la x lleva sig-
no positivo. ¿Cómo se interpreta esto? Si nos fijamos veremos que en estas condiciones
aquellos puntos que tengan mayor valor de x tendrán también una fase mayor, es decir,
comenzaron a vibrar antes, lo que significa que la perturbación está viajando hacia valores
de x decrecientes, o lo que es lo mismo, según OX (-).
d) Y = 0‟01sen (x - t/2)
En primer lugar, ha sido sustituida por “Y”, lo que significará que se trata de una onda
armónica plana transversal de forma que la perturbación que se propaga tiene la dirección
de OY.
Movimiento ondulatorio 332
t
Y 0' 01sen x
2
Por tanto, se trata de una onda armónica plana transversal que viaja según OX (+) de for-
ma que en el instante t = 0, el punto x = 0 tiene una fase de rad. La expresión anterior se
puede escribir de forma coincidente con la general como:
t x
Y 0' 01sen 2 con la que resulta muy sencillo identificar coeficientes:
4 2
t x
Asen2 0
T
nos sirve para representar una onda armónica plana que se propaga en un medio sin absor-
ción. La ecuación que se nos da en el enunciado no presenta la misma forma. No obstante
no se trata de un error ya que una ecuación de este tipo puede ser expresada mediante
otras formas distintas pero todas ellas equivalentes. Para comprobarlo, vamos a escribir la
ecuación del enunciado de tres formas diferentes haciendo uso de las conocidas relacio-
nes trigonométricas:
Aplicando las relaciones anteriores la ecuación que se nos da en el enunciado de este ejer-
cicio, =3‟5sen (0‟3x-t +0‟2), se puede expresar de tres formas distintas:
t x
Asen 2 0
T
En efecto, = 3' 5sen t 0' 3x ( 0' 2) y comparando con la ecuación general:
A = 3‟5 mm; 2/T= T= 2 s = 0‟5 Hz; 2/ =0‟3 =20‟9 m; v = /T = 10‟5 m/s
En cuanto a la fase inicial, 0 = - 0‟2 = 2‟9 rad. Se trata pues de una onda armónica pla-
na que se desplaza según OX (+) con una amplitud de 3‟5 m, una frecuencia de 0‟5 Hz y
una longitud de onda de 20‟9 m, a una velocidad de 10‟5 m/s.
7. ¿Qué características tiene una onda cuya ecuación de propagación viene dada por:
Y= 2 cos2 (500t - 0’5x) (donde x e Y van en m y t en s)?
8. Una emisora de radio emite una onda electromagnética cuyo campo eléctrico viene
dado por la ecuación: E(x,t) = 10-3 cos (x - .... t). Completa la ecuación sabiendo que
la velocidad con que se propaga la onda es c = 3·108 m/s.
10. Dada una onda armónica plana de amplitud A = 0’2 m y frecuencia = 0’5 Hz
que se propaga con rapidez v = 0’25 m/s en un medio dado, se pide:
t x
Asen 2 0
T
t x
0'2 sen2
2 0'5
t
P 0' 2sen2 6
2
Como vemos la diferencia dentro del paréntesis es negativa ¿Cómo se interpreta esto? El
tiempo que tarda la perturbación en llegar desde el foco a un punto P situado a 3 m de
distancia del mismo es t‟ = x/v = 12 s, es decir, mayor de 5 s. Por tanto no debemos de
seguir operando porque al no haber llegado todavía la perturbación al punto P, éste se en-
contrará en reposo en la posición de equilibrio, es decir: P = 0.
Para t = 15‟5 s:
Sin realizar ningún cálculo podemos decir que será la misma que acabamos de calcular
para t = 15‟5 s, ya que al ser el periodo T = 2s, cada 2 s se repetirá el estado de vibración.
11. Determinad la diferencia de fase que habrá en un mismo instante entre dos puntos
dados de un medio por el que se propaga una onda, sabiendo que se encuentran a dis-
tancias de 10 m y 16 m del foco, que la velocidad de propagación de la onda es de 300
m/s y su periodo T = 0’04 s.
t x
Asen 2 0
T
t x t xQ
P = Asen 2 P 0 y Q = Asen 2 0 respectivamente.
T T
t xP t x
P 2 0 para el punto P, y Q 2 Q 0 para el Q.
T T
Para evaluar la diferencia de fase existente entre ambos, tendremos que expresarla como
= P - Q ya que al estar Q más alejado, comenzará a moverse más tarde y su fase en
un mismo instante será menor que la de P.
t x t x 2
P - Q = 2 P 0 - 2 Q 0 P Q (x Q x P )
T T
Si analizamos el resultado anterior, nos daremos cuenta de que la diferencia de fase de-
pende de la diferencia de distancias entre los puntos y el foco así como del valor de la
longitud de onda. Cuando dos puntos se encuentran en idéntico estado de vibración se
dice que están en concordancia de fase. Ello exige que en cada instante el valor de la per-
turbación en cada uno de esos dos puntos sea el mismo, para lo cual se debe de cumplir que:
Movimiento ondulatorio 336
2
(x Q x P ) = n·2 , y despejando: xQ - xP = n·
Así pues:
Para que dos puntos situados sobre el mismo eje OX en el que se halla el foco se encuen-
tren en fase, la distancia existente entre ellos ha de ser igual a un número entero de veces
la longitud de onda.
Así, por ejemplo, todos los puntos señalados con un * en la figura siguiente, se encuentran
en fase ya que para cualquier pareja de ellos la distancia que los separa es n·
Podemos, proseguir con este análisis y plantearnos ahora qué deberá ocurrir para que dos
puntos se encuentren en oposición de fase (es decir que en cada instante la elongación o
valor de la perturbación sea el mismo pero con distinto signo).
Para que dos puntos se encuentren en oposición de fase, la diferencia de fase existente
entre ellos deberá de ser igual a un número impar de veces rad. De ese modo sen para
cada uno será igual y opuesto y lo mismo ocurrirá con el valor de la perturbación en
todo momento. Así pues, si introducimos esta condición en la ecuación anteriormente
obtenida para la diferencia de fase entre dos puntos, nos queda que:
2
(x Q x P ) = (2n+1)· , y despejando: xQ - xP = (2n 1)
2
Por tanto: Para que dos puntos se encuentren en oposición de fase, la diferencia de dis-
tancias al foco deberá ser igual a un número impar de semilongitudes de onda.
Movimiento ondulatorio 337
En el ejercicio que nos ocupa, para calcular el valor de la diferencia de fase, necesitamos
saber primero el de la longitud de onda:
2 2
= v·T = 300 · 0‟04 = 12 m, de modo que: P - Q = (x Q x P ) = (16 10) = rad
12
12. Una onda cuya frecuencia es de 500 Hz tiene una velocidad de propagación, en un
cierto medio, de 350 m/s. ¿Qué distancia hay entre dos puntos de ese medio que en un
instante dado tienen una diferencia de fase de 600 ?
sol: d = 0‟117 m
13. Una onda está representada por la ecuación: Y = 2 cos 2 (t/4 + x/160) (donde x e
Y van en cm y t en s). Determinad:
a) Características de la onda.
b) Diferencia de fase para dos posiciones de la misma partícula cuando el intervalo de
tiempo transcurrido sea de 2 s.
c) Diferencia de fase en el mismo instante entre dos partículas separadas entre si 120
cm en la dirección de avance de la onda.
sol: a) Onda plana transversal que se mueve hacia x decreciente A= 2 cm; T= 4s; =160 cm;
v = 0‟4 m/s; b) = rad; c) = 3/2 rad.
14. Una onda sonora de una frecuencia de 486 Hz se propaga en el aire con amplitud
constante de 0’25 mm. Sabiendo que su longitud de onda es de 70 cm, calculad la ve-
locidad de propagación de la onda y la velocidad de las partículas del medio.
Movimiento ondulatorio 338
Como se nos indica en el enunciado que la onda se propaga con una amplitud constante,
debemos considerar que se trata de una onda armónica plana que avanza en un medio en
el que la absorción es despreciable.
Tomando la propagación según OX(+) y el origen en un punto en el que la fase sea nula
en el instante inicial, la ecuación será:
t x
Asen 2
T
La velocidad con que se propaga una onda mecánica por un medio dado, no es lo mismo
que la velocidad con que vibran las partículas que transmiten la perturbación. ¿Cómo
podríamos conocer esta última?
Hemos de pensar que lo que se propaga es una perturbación armónica de modo que las
partículas del medio describen un movimiento armónico simple y, en consecuencia, vi-
brarán sobre su trayectoria con la velocidad que corresponda a dicho movimiento. Ésta
tendrá la misma dirección y sentido que la de propagación de la perturbación en el caso de
las ondas longitudinales, como el sonido en el aire, o perpendicular a ella (ondas transver-
sales). Sabemos que para una partícula que describe un movimiento armónico simple, la
rapidez con que vibra en cualquier instante viene dada por:
t x
v = d/dt = Aw cos2 .
T
Este resultado muestra que las partículas del medio vibran con una rapidez que varía sinu-
soidalmente entre vmax = +Aw y vmin = -Aw.
En nuestro caso:
t x 2 t x
v = Aw cos2 = 0' 25 10-3 cos2
T 1 /486 1 /486 0'7
+
15. Una onda longitudinal plana y armónica, se propaga según OX con una rapidez
de 2400 m/s, siendo su longitud de onda 18 cm. En el punto x = 0 la elongación es
máxima en el instante 24 µs y vale 0’1 mm. Hallad:
sol: a) = 10-4 sen [2 (t/7‟5·10-5 - x/0‟18) - 0‟44; b) = - 9‟5·10-5 m; v = -2‟19 m/s
Movimiento ondulatorio 339
16. La ecuación de una onda es Y(x,t) = 2 sen (t + x/80) donde x e Y se expresan en
cm y t en s. Determinad:
a) Características de la onda.
b) Elongación, velocidad y aceleración del punto situado en x =160 cm para t = 5 s.
c) Diferencia de fase entre dos puntos separados 120 cm en un mismo instante.
sol: a) Onda plana transversal moviéndose hacia x decreciente, A=2 cm, = 0‟5 Hz, T=2 s,
= 160 cm, v = 80 cm/s; b) Y= 0, v = -2 cm/s, a = 0; c) = 1‟5 rad.
Al tratarse de una onda armónica plana que viaja según OX(-), la ecuación de propagación
se puede expresar de forma general como:
t x
A sen 2 0
T
propagación Foco
P 20 cm Q O X
t x t x 2
Q - P = 2 Q 0 - 2 P 0 Q - P = (x x P )
T T Q
Fijémonos que en este caso, el punto Q tendrá una fase mayor que el P porque es alcanza-
do antes por la perturbación. Si despejamos de la ecuación anterior:
(x Q x P )
= 2 .
Q P
Si, como se nos dice, se trata de dos puntos consecutivos y en fase, la diferencia de fase
entre ambos deberá de valer 2 rad. Además, xQ - xP = 0‟2 m (adviértase que tanto xP co-
mo xQ son negativos). Por tanto, sustituyendo en la expresión anterior nos queda que, tal y
como habíamos previsto:
0'2
= 2 = 0‟2 m
2
Para la determinación de la fase inicial 0, debemos considerar que en el instante t = 0‟1 s
el foco, que se encuentra en x = 0, presenta elongación nula = 0 y rapidez positiva. Sus-
tituyendo estas características en la ecuación de la onda tenemos:
0' 1
0 0'03 sen 2 0 0 sen (5 + 0) = 0
0' 04
Para calcular 0 quitaremos de la fase el número entero de veces 2 rad que exista, ya que
se tratará de ciclos completos y no influirán en el valor del sen, por tanto:
El arcsen 0 puede ser 0 rad (en cuyo caso 0 valdría - rad) o bien rad (en cuyo caso 0
valdría 0 rad). ¿En cuál de las dos situaciones nos encontramos en este ejercicio?
Como se nos dice que la rapidez del foco en ese instante es positiva y sabemos que el va-
lor de ésta se puede evaluar en general como:
podemos ver que para que dicho valor sea positivo 0 tiene que ser - rad ya que si fuese 0
(la otra posibilidad), la rapidez del foco en ese instante (0‟1 s) sería negativa (cos = -1).
Así pues = 0‟2 m y 0 = - rad. Añadiendo estos datos a los ya conocidos, podemos
expresar la ecuación de este movimiento ondulatorio como:
t x t x
A sen 2 0 = 0'03 sen 2
T 0' 04 0'2
Movimiento ondulatorio 341
2 t x
v = d/dt = 0'03 cos 2 vmax = 0‟03 (2/0‟04) = 4‟71 m/s
0'04 0' 04 0'2
2 t
2
x
a = dv/dt = - 0'03 sen 2 amax = -0‟03 (2/0‟04) = -740 m/s
2 2
0'04 0' 04 0'2
sol: = 2sen 2 400t x / 2'1 ; v = -3‟67 m/s
Hasta ahora hemos estado trabajando con la ecuación de propagación de una onda armó-
nica plana que se propaga en un medio sin absorción. Esto nos ha permitido considerar en
todos los casos que la amplitud, que determina la energía con se propaga una onda de una
frecuencia dada, permanecía invariable.
¿Qué cabe esperar que ocurra en el caso de que la perturbación tenga un frente de onda
esférico?
Este caso se dará cuando al introducir la perturbación en un punto dado de un medio, di-
cho medio sea homogéneo e isótropo, lo que hará que la velocidad con que propaga la
onda sea la misma en todas direcciones. Conforme se propaga la perturbación por el me-
dio, la misma cantidad de energía ha de repartirse cada vez entre más puntos y, en conse-
cuencia, la energía que corresponderá a cada punto del medio será también cada vez me-
nor y, por tanto, su amplitud de vibración también lo será.
1 1
E1 m1 w 2 A 12 E 1 m1 4 2 2 A 12
2 2
en donde A1 será la amplitud de vibración de cada uno de los puntos de ese frente.
1 1
E2 m 2 w 2 A 22 E 2 m 2 4 2 2 A 22
2 2
en donde A2 será la amplitud de vibración de cada uno de los puntos de ese frente y m2 la
suma de todas sus masas, pero como la energía del frente 2 ha de ser la misma que la que
había en el frente 1 (admitiendo que no haya absorción), tendremos que:
m1 A 22
E1 = E 2
m 2 A 12
Como m2 m1 la ecuación anterior ya nos muestra que A2 A1, pero si queremos averi-
guar qué relación concreta existe entre ambas amplitudes tendremos que hallar la rela-
ción existente entre dichas masas.
m1 m2
1 y 2 , pero como el medio es homogéneo ambas serán iguales y:
4R12 4R22
m1 m2 m1 R 12 R 12 A 22 R A R
2
= 2
luego 2
y sustituyendo: 2
2 1 2 A 2 A1 1
R1 R2 m2 R 2 R2 A1 R2 A1 R2
Una posibilidad es comparar la amplitud A a una cierta distancia R del centro del foco,
con la amplitud A0 a una distancia determinada del foco (que por comodidad tomaremos
igual a 1 m). En estas condiciones y teniendo en cuenta la expresión anterior, obtenemos:
1 A0
A A 0
R2 R
A0 t x
sen 2 0 donde R será la distancia entre el frente de onda y el foco.
R T
20. Un foco emite sonido en un medio homogéneo e isótropo (frente de onda esférico)
con una potencia de 100 W. ¿Cuál es la intensidad de la onda a una distancia de 10 m
del foco? (Supóngase que no hay absorción).
El foco emite con una cierta potencia P que mide la energía que lanza al espacio por uni-
dad de tiempo. Si suponemos que no se producen pérdidas en el medio, dicha energía
atravesará cualquier superficie cerrada imaginaria que contenga al foco que la emite. No
obstante, aunque dicha energía por unidad de tiempo sea siempre la misma, conforme nos
alejemos del foco se hallará cada vez más repartida (al ir aumentando la superficie cerrada
a atravesar). Para cuantificar este fenómeno se introduce una nueva magnitud, que se de-
nomina intensidad del movimiento ondulatorio I en un punto, y que se define como una
magnitud cuyo valor coincide con la cantidad de energía que cada unidad de tiempo atra-
viesa una superficie unidad colocada en dicho punto perpendicularmente a la dirección de
propagación de la onda.
En nuestro caso, al ser el medio homogéneo e isótropo, los frentes de onda serán esféricos.
Toda la energía que emita el foco por unidad de tiempo (o potencia) será la misma que
atravesará cualquier superficie esférica con centro en el foco (sea cual sea su radio) en la
unidad de tiempo. De acuerdo con lo anterior, la intensidad del sonido emitido por el foco
en un punto cualquiera situado en una superficie esférica de radio R con centro en dicho
foco, se podrá expresar como:
P 100 W
I 0' 08 2
4 R 2
4 102
m
Movimiento ondulatorio 344
21. Un foco sonoro emite con una potencia de 20 W. Calculad la intensidad en dos
puntos situados a 10 m y 20 m del foco. ¿Cuál será la relación entre las amplitudes?
(Supóngase que no existe absorción del medio).
22. Una onda sonora armónica que tiene una amplitud de 2 mm y una frecuencia de
400 Hz, se propaga a lo largo del eje X con una velocidad de 340 m/s, y se sabe que en
el punto x = 0 alcanza su máxima velocidad positiva en el instante t = 0. Su intensidad
en un punto P es de 2’7 W/m2. Determinad:
Como se trata de una onda armónica plana que se propaga según OX(+), las expresiones
generales de la elongación y de la rapidez v de vibración serán:
t x t x
A sen 2 0 y v Aw cos 2 0 respectivamente.
T T
Si queremos conocer estas ecuaciones para el caso que nos ocupa, tendremos que averi-
guar los valores que presentan la amplitud A, el periodo T, la longitud de onda , la fre-
cuencia angular w y la fase inicial 0. Del enunciado sabemos que:
Nos falta conocer el valor de la fase inicial. ¿Cómo podríamos determinar éste? Como el
valor de la fase inicial es una constante, bastará conocer la elongación y la rapidez en un
punto cualquiera del medio, en un instante dado, para poder determinar 0 .
Ahora que ya conocemos las características necesarias del movimiento, podemos determi-
nar las ecuaciones de la elongación y de la rapidez para cualquier punto del medio:
t x x
A sen 2 0 = 2 10 3 sen 2 400t
T 0' 85
t x x
' cos 2 400t
v Aw cos 2 0 = 503
T 0' 85
Movimiento ondulatorio 345
5
= 2 10 3 sen 2 400 0'1 = 2·10 sen 2 (34‟12) = 1‟35·10 m
-3 -3
0' 85
5
v = 5'03 cos 2 400 0' 1 = 3‟72 m/s
0' 85
¿Qué es lo que ocurre con la longitud de onda y con la intensidad de la onda si se duplica
la frecuencia?
La velocidad con que se propaga una onda depende de la naturaleza de dicha onda y del
medio en el que lo hace, por tanto el hecho de duplicar la frecuencia no va a alterar la
velocidad de propagación, de modo que la longitud de onda será:
1
E= m (2 ) 2 2 A 2
2
como en este caso aumenta la frecuencia al doble, cada una de las partículas del medio
dispondrá del cuádruple de energía que antes y la intensidad en el mismo punto también
será el cuádruple:
23. El Sol posee una potencia emisiva de 2’7·1020 MW. ¿Qué intensidad luminosa re-
cibimos en la Tierra que dista del Sol 1’5 ·10 11 m. (Considérese que no existe absor-
ción en ningún punto del medio).
Para resolver este ejercicio podemos considerar que el medio en el que se encuentra el
altavoz es homogéneo e isótropo, por lo que la propagación se realizará por ondas esféri-
cas desde el altavoz o foco.
Para calcular el valor de la intensidad sonora en un punto situado a 10 m del altavoz bas-
tará con sustituir en la expresión correspondiente y operar:
En general la potencia sonora de la mayor parte de los focos corrientes son extraordina-
riamente bajas. A título de ejemplo, podemos decir que con la energía sonora emitida en
un concierto o por unas motos a escape libre durante una hora, apenas tendríamos sufi-
ciente para preparar un par de tacitas de café. Sin embargo ello no impide que, debido a la
extraordinaria sensibilidad del oído para captar vibraciones, la emisión de esa energía nos
afecte especialmente debido a la sensación sonora que nos produce (incluso aún estando
bastante alejados de la fuente).
A primera vista podría pensarse que la intensidad física con que nos llega un sonido es
directamente proporcional a la sensación sonora que nos produce en el oído. Pero si esto
fuese así, dos focos sonoros idénticos (doble intensidad en cada punto que uno solo) ac-
tuando simultáneamente deberían producirnos una sensación fisiológica doble que uno
solo y, sin embargo, no es eso lo que ocurre. En realidad, se comprueba experimentalmen-
te que la sensación que nos produce un sonido varía con la intensidad pero no de forma
lineal sino logarítmica. Por esta razón se define una nueva magnitud denominada nivel de
intensidad (S) que varía con el logaritmo decimal de la intensidad, tal y como se aprecia
en la expresión siguiente:
S-S0 = log I/I0
donde S representa el nivel de intensidad que nos produce un sonido de una intensidad I,
y S0 el que nos produce otro de intensidad I0 .
S = log I/Iu
Habitualmente se utiliza un submúltiplo del Bel (el decibel o decibelio, dB) de modo que
si queremos trabajar con ésta última unidad hemos de modificar la expresión y escribir:
que aplicada a nuestro caso nos conduce a S = 10· log I/Iu = 10· log 0‟0318/10-12 = 105 dB
Conviene tener en cuenta que la sensación fisiológica que produce un sonido depende,
además de la intensidad, de su frecuencia. Tanto es así que para frecuencias inferiores a
20 Hz (infrasonidos) y superiores a 16000 Hz (ultrasonidos) sea cual sea su intensidad, no
son detectados por las personas. A título de ejemplo, señalaremos que mientras que un
sonido de 1000 Hz comienza a percibirse a partir de un nivel de intensidad de 0 dB, otro
sonido de 100 Hz no podrá ser apreciado hasta que su nivel de intensidad no llegue a los
30 dB.
Una cuestión interesante podría ser averiguar a qué distancia nos tendríamos que alejar
de una fuente sonora para dejar de oírla.
En la ecuación obtenida Ru es la distancia al foco para que la intensidad sea la umbral (es
decir S = 0) y por tanto, la distancia que hemos de hallar.
S
log Ru/R = S/20 R u R 10 20
105
Esta expresión resulta ser en nuestro caso Ru = 10 10 20 = 1.778.279 m = 1778‟279 km
25. ¿A qué distancia de un foco sonoro que emite con una potencia de 50 W debemos
situarnos para que nos produzca un nivel de intensidad de 80 dB? (Ignorar la absor-
ción que se produce en el medio de propagación).
26. Una onda sonora plana se propaga en el aire, apreciándose que tras recorrer 1 km su
nivel de intensidad disminuye en 7 dB. ¿Cuál es el coeficiente de absorción del aire?
En primer lugar conviene tener en cuenta que al tratarse de una onda plana, la disminu-
ción de intensidad (de amplitud) será debida a la absorción del medio (que se produce a
causa del rozamiento, viscosidad y otros factores que hacen que éste no sea perfectamente
elástico).
Movimiento ondulatorio 348
¿De qué magnitudes cabe esperar que dependa la amortiguación que sufre una onda por
absorción cuando atraviesa un medio dado?
Un factor que debe influir es el espesor x del material de que esté hecho el medio que ten-
ga que atravesar, de forma que cuanto mayor sea x más tendrá que reducirse su intensidad.
Otro será la naturaleza del material, a través de un parámetro (distinto para cada sustan-
cia) que se denomina coeficiente de absorción. Finalmente, también puede influir la inten-
sidad I0 con que llegue la onda, de modo que, en principio, podemos pensar que cuanto
mayor sea I0, a igualdad de los restantes factores, mayor tendrá que ser la intensidad que
tendrá la onda después de recorrer una cierta distancia x en un medio dado.
I I0 e x
Expresión que recoge adecuadamente las hipótesis anteriores.
Consideraremos pues que la perturbación tiene en un punto dado del medio (aire) una
intensidad I0 y que, tras recorrer 1 km en ese mismo medio, su intensidad pasará a ser I (7
dB menor que I0). Tomando logaritmos neperianos en la igualdad anterior obtenemos que:
1 I
ln I/I0 = -x y despejando = ln
x I0
Si recordamos que S = 10·log I/Iu (Iu corresponde a la intensidad umbral) y como nos
indican en el enunciado que el nivel de intensidad disminuye en 7 dB, si llamamos I 1 a la
intensidad antes de recorrer 1 km en el aire e I2 a la intensidad después de recorrer el cita-
do km, podremos hacer:
-7 = 10·log I2/I1 y de aqui log I2/I1 = -0‟7 de donde I2/I1 = 10-0‟7 = 0‟200
1
= 3
ln 0' 2 = 1‟6·10-3 m-1
10
El espesor de semiabsorción de una sustancia nos indica el espesor “d” de la misma que
es necesario para que al ser atravesado por una onda, la intensidad de esta se reduzca a la
mitad.
En este ejercicio se nos pide que calculemos el espesor de un cierto material que habrá
que interponer frente a una onda para que su intensidad al atravesarlo se reduzca en una
cantidad dada.
Una aplicación importante es, por ejemplo, la utilización de materiales adecuados para el
aislamiento acústico de viviendas, habitáculos de vehículos, etc.
Sabemos que para una onda plana al atravesar un medio de espesor x, se produce una va-
riación en su intensidad que viene dada por la expresión:
I = I0·e-x
Sin embargo en ella no figura para nada el espesor de semiabsorción “d” o espesor de ma-
terial que la onda ha de atravesar para que su intensidad se reduzca a la mitad
Como en este caso conocemos d, tendremos que: = 0‟693/d = 0‟693/0‟3 = 2‟31 m-1
y sustituyendo en la expresión que da la intensidad emergente:
28. ¿Cuál es el coeficiente de absorción del agua del mar si un buceador comprueba
que a 10 m de profundidad la luminosidad ha decrecido al 13% de la existente en la
superficie?
30. Una onda penetra en un medio cuyo coeficiente de absorción es 0’4 cm-1. ¿Qué
espesor recorrerá para que su intensidad se reduzca a la cuarta parte?
sol: x = 3‟47 cm
31. Dos ondas planas que se propagan a 400 m/s pasan por los puntos P y Q de la figu-
ra en dirección a M. Si la perturbación en cada uno de los puntos se puede represen-
tar por las funciones:
108 m M
P = 4 sen 200 t
Q 100 m
Q = 3 sen 200 t
P
La perturbación dada por: P = 4 sen (200 t) tiene una amplitud de 4 cm, su frecuencia es de
100 Hz, el periodo 0‟01 s, la longitud de onda es de 4m y se propaga con una rapidez de 400 m/s.
¿Cuál sería el valor de la perturbación que existiría en el punto M si cada una de las on-
das avanzara sola?
Para averiguarlo tendremos que utilizar la ecuación general que nos da el valor de la per-
turbación en cualquier punto del medio por el que se propaga, de este modo obtenemos:
2 d P 2 d Q
MP 4 sen 200 t y MQ 3 sen 200 t
Como son las dos ondas las que se propagan, la perturbación en el punto M, de acuerdo
con el Principio de Superposición, será la suma algebraica de ambas perturbaciones:
2 d P 2 d Q
M = MP + MQ = 4 sen 200 t + 3 sen 200 t
En el punto M se producirá, pues una interferencia de las dos ondas. Podemos preguntar-
nos de qué dependerá que dicha interferencia sea constructiva (se refuercen los efectos de
ambas perturbaciones) o destructiva (se opongan). A título de hipótesis cabe pensar que,
como la longitud de onda es la misma, si la diferencia entre las distancias d P y dQ desde
cada foco al punto M es un múltiplo entero de dicha longitud de onda, se producirá una
concordancia de fase y los efectos se reforzarían al máximo.
Movimiento ondulatorio 351
Para obtener M necesitamos sumar las expresiones anteriores. Para ello vamos a recurrir
al método vectorial, pero antes, para mayor comodidad, expresemos las funciones como:
Asen(wt-M)
Asen(wt-P)
Asen(wt-Q)
wt-Q
wt-M
wt-P
A 2M A 2P A Q2 2A P A Qcos ( Q P ) .
A P sen(wt - P ) A Q sen(wt - Q )
tg( wt M ) y particularizando para t = 0, teniendo
A P cos(wt - P ) A Q cos(wt - Q )
Movimiento ondulatorio 352
en cuenta que tg (-) = -tg , que sen (-) = -sen y que cos (-) = cos , nos queda que:
A P sen P A Q sen Q
tg M de donde podemos calcular fácilmente M
A P cos P A Q cos Q
¿Qué ocurrirá con la diferencia de distancias en cada uno de los casos anteriores?
2
a) cos (Q - P) = 1 cos (d Q d P ) = 1, lo que significa que: dQ - dP = n
2
b) cos (Q - P) = -1 cos (d Q d P ) = -1, lo que significa que: dQ - dP = (2n+1)/2
Concretando el resultado anterior para el caso que nos ocupa (d P =100 m y dQ =108 m)
tendremos que:
2
A 2M A 2P A Q2 2A PA Qcos ( Q P ) = A 2M A 2P A 2Q 2A P A Q cos 8
4
de donde: AM = AP + AQ = 4 + 3 = 7 cm.
32. Sean dos ondas planas que viajan a lo largo del eje X, una según OX(+) y la otra
según OX(-). Suponiendo que tienen ambas la misma amplitud y frecuencia y que
cuando alcanzan el punto x = 0 se encuentran en fase, determinad el valor de la per-
turbación en cualquier punto del eje.
10 = Asenwt
P
O X
20 = Asenwt
Para la onda que viaja según OX (+): 1P = A·sen w (t - t‟) ya que cuando la onda 1 lle-
gue al punto P habrán transcurrido t‟ s desde que pasó por el punto x = 0, de modo que la
fase del punto P (si sólo actuase esta onda) sería siempre menor, en un instante dado, que
la del punto x = 0.
Para la onda que viaja según OX (-): 2P = A·sen w (t + t‟) ya que cuando la onda 2 llegue
al punto x = 0, como viaja a la misma velocidad que la 1, habrán transcurrido t‟ s desde
que pasó por el punto P, por tanto, el punto P en este caso, estará más tiempo oscilando de
lo que esté el punto x = 0 (concretamente t‟ s más) y su fase (si sólo actuase esta onda)
sería mayor que la del punto x = 0.
x x
P = 1P + 2P = A sen w t sen w t de donde:
v v
Analizando el resultado obtenido vemos que debido a la interferencia de las dos ondas:
a) Todos los puntos se encuentran en fase (wt es igual para todos en cada instante).
b) Cada punto realiza el mismo movimiento armónico simple pero con distinta amplitud de-
pendiendo de su posición, la frecuencia y de la velocidad con que se propaga la perturbación.
Movimiento ondulatorio 354
La amplitud A‟ valdrá 0 cuando cos (wx/v) = 0 es decir, cuando wx/v = (2n+1)/2 rad (n =
0, 1, 2, ...). Como v = /T y w = 2/T ello implica que x = (2n+1)· /4. A cada uno de
estos puntos en los que en cualquier instante la amplitud es 0 se le denomina “nodo”. El
primer nodo (n=0) se encuentra en x=/4, el segundo (n=1) en x = 3/4, el tercero (n=2)
en x = 5/4 y así sucesivamente, de modo que la distancia entre dos nodos consecutivos
cualesquiera será /2.
¿Cuál será la posición de aquellos puntos en los que A’ varíe entre -2A y +2A?
La amplitud A‟ valdrá 2A cuando cos (wx/v) = 1 es decir cuando wx/v = n· rad
donde n será un número entero cualquiera. Siguiendo un razonamiento análogo al del
párrafo anterior, se concluye que la posición de los puntos buscados será x = n·/2 y a que
la distancia mínima entre ellos será de /2.
En el resto de los puntos, A‟ variará entre dos extremos los cuales serán (en valor absolu-
to) mayores que 0 y menores que 2A.
Este tipo de ondas se dan en medios limitados, como por ejemplo en una cuerda de guita-
rra en la que las vibraciones se reflejan en los dos extremos de modo que se originan dos
ondas moviéndose en sentido contrario. En general, las ondas estacionarias son de gran
importancia en música y también en otros campos como, por ejemplo, la arquitectura ya
que los edificios altos, puentes colgantes, etc., cuando vibran (viento, temblores de tierra,
etc.) pueden originarlas, por lo que es necesario tener esto en cuenta en su diseño, para
que puedan soportarlas y no derrumbarse.
Movimiento ondulatorio 355
33. ¿Cómo se pueden obtener ondas estacionarias en una cuerda por reflexión?
Ya hemos visto que mediante dos perturbaciones de igual frecuencia y amplitud que via-
jan en sentido contrario a lo largo de una misma dirección (por ejemplo una cuerda), se
puede obtener una onda estacionaria.
Analicemos cómo podemos conseguir una onda estacionaria con una sola onda que inter-
fiera con ella misma tras sufrir una reflexión. Para ello seguiremos con el ejemplo de la
cuerda. Como la reflexión se puede producir en un extremo fijo o libre de la cuerda, con-
sideremos las condiciones que se deberán dar en cada caso para que se produzca la onda
estacionaria:
En este caso será necesario que la longitud de la cuerda sea un número impar de veces
/4, para que la onda reflejada cumpla la condición de estar en fase con la onda que esta-
mos introduciendo al alcanzar los puntos S, Q y O (y en oposición en los T, R y P).
b) Si el extremo de la cuerda está libre (por ejemplo mediante una anilla que puede desli-
zar a lo largo de un eje vertical como el que se muestra en la figura), será necesario que la
longitud de la cuerda sea un número par de veces /4, para que la onda reflejada (que no
cambia de fase al reflejarse) cumpla la condición de estar en fase con la onda que estamos
introduciendo, en los puntos U, S, Q y O.
Movimiento ondulatorio 356
También se pueden obtener ondas estacionarias fijando la cuerda por los dos extremos e
introduciendo una perturbación (pulsando la cuerda) tal y como sucede con las cuerdas de
una guitarra. En este caso la perturbación se reflejará en ambos extremos y se producirán
ondas estacionarias siempre que se cumpla que L = n/2 ( n = 1, 2, 3 ...):
/2
„
3“/2
Conviene darse cuenta que en un medio limitado como el descrito, no se pueden producir
ondas estacionarias de cualquier longitud de onda sino sólo aquellas que cumplan la con-
dición de que:
= 2L/n
Podemos decir que en este caso las ondas están “cuantizadas”. Esto contrasta con lo que
ocurre en medios no limitados, en los cuales pueden darse ondas estacionarias de cual-
quier longitud de onda. La importancia de este hecho es fundamental en la interpretación
del comportamiento de partículas subatómicas (como el caso de los electrones en un
átomo).
34. Al pulsar una cuerda de 2 m de longitud sujeta por ambos extremos, se observa
que vibra apareciendo 9 nodos. Si la amplitud máxima es de 4 cm y la velocidad de
propagación de la onda es de 6 m/s, obtened la ecuación que representa la onda esta-
cionaria producida.
La ecuación que buscamos tendrá la forma: Y = (2A·cos wx/v) sen wt o lo que es equiva-
lente Y = 2A cos (2x/)·sen (2t/T), en la que 2A = 4 cm ("A" corresponde a la amplitud
de una de las ondas que por interferencia originan la onda estacionaria). Para obtener la
ecuación correspondiente a nuestro caso concreto, nos falta pues conocer la longitud de
onda y el periodo T.
Movimiento ondulatorio 357
Si nos fijamos en la figura anterior podemos apreciar que existe una relación entre la longitud
de la cuerda L, el número de nodos n y la longitud de la onda que puede darse. Dicha rela-
ción ha de ser tal que L sea un múltiplo entero de /2 es decir, un múltiplo entero del número
de vientres y como el número de vientres es el de nodos menos 1, podemos escribir que: L =
(nº de nodos - 1)· /2, de modo que sustituyendo los valores correspondientes:
35. Una cuerda sujeta por ambos extremos, vibra de acuerdo con la ecuación
Y = 2 cos (x/3) sen 50 t (x e Y se expresan en cm cuando t se mide en s). Se pide:
a) Amplitud y velocidad de las ondas que por interferencia dan lugar a la onda estacionaria.
b) Rapidez del punto de la cuerda situado en x = 10 cm en los instantes 1’35 s y 1’5 s.
36. Un submarinista ve pasar un pez que se aleja de él. Al cabo de unos segundos y
estando el submarinista a 10 m de profundidad, mira hacia la superficie y, de pronto,
ve aparecer la imagen del mismo pez que parece estar volando fuera del agua.
Determinad la distancia horizontal que separa a ambos sabiendo que en ese momento
el pez se encuentra a 7 m de profundidad.
Movimiento ondulatorio 358
Los rayos que partan del pez hacia la superficie, por pasar de un medio de mayor índice de
refracción a otro en el que dicho índice es menor, se separan de la normal. Si va aumen-
tando el ángulo de incidencia el rayo refractado, de acuerdo con las leyes de la refracción,
cada vez se separa más de la normal. En consecuencia existe un ángulo, llamado ángulo
límite, al que le corresponde un ángulo de refracción de 90º. A partir de ese valor se pro-
duce una reflexión.
Aire
90º
L Agua
buceador pez
La imagen del pez comenzará pues a ser apreciada por reflexión por el buceador cuando la
situación sea la de la figura siguiente:
Aire
Q P R
7m
10 m 48‟75
48‟75
48‟75
Agua
Además también se cumple que tg 48‟75º = PR/7 PR = 8 m, de modo que sumando las
dos distancias obtenemos: QR = 11‟4 + 8 = 19‟4 m.
Movimiento ondulatorio 359
37. Determinad cuál será la máxima profundidad que puede tener una piscina com-
pletamente llena de agua, para que una persona sentada a 3’3 m del borde y cuya
vista queda a una altura de 1’2 m sobre el suelo, pueda ver un objeto que se encuen-
tra en el fondo y al centro de la piscina. (Anchura de la piscina 15 m. Índice de re-
fracción del agua 1’33)
El objeto situado en el fondo refleja la luz en todas direcciones y esto podemos represen-
tarlo mediante rayos o líneas rectas que parten del mismo y solo si alguno de dichos rayos
alcanza al ojo de la persona, ésta podrá ver el objeto. Por otra parte, como los rayos parten
de un objeto sumergido en el agua, experimentarán una refracción desviándose de la nor-
mal, por lo que este hecho alterará las condiciones necesarias para la observación del ob-
jeto desde la superficie. (De hecho, el propio suelo de la piscina actúa como un objeto y
como el índice de refracción del aire es menor que el del agua, el fenómeno de la refrac-
ción hace que nos parezca que éste se encuentra a menor profundidad de lo que realmente
está, con el consiguiente peligro de confusión en personas que no saben nadar).
En este problema se nos pide la máxima profundidad que podría tener la piscina para que
pudiera verse un objeto situado en su fondo, en determinadas condiciones. Conviene que
analicemos el problema y reflexionemos en primer lugar sobre lo que ocurriría en una
situación más sencilla que la planteada como sería el caso de que la piscina se encontrase
totalmente vacía.
h
En el caso propuesto los rayos que salen del
d
objeto no se desviarían. Podemos representar P
la situación mediante la figura adjunta en la
Q H
que se observa que desde la posición P hasta
la R se vería el objeto, pero en la posición S R
ya no se vería. D
S
Cabe pensar que cuanto mayor sea la altura h desde la que se observa, mayor será la pro-
fundidad máxima H a la que sería posible ver el objeto (y que si h fuese 0 la profundidad
H también lo sería). Por otra parte, cuanto mayor fuese la distancia d menor sería H, ya
que al alejarnos del borde el rayo debería inclinarse más para llegar a nuestros ojos, de
Movimiento ondulatorio 360
modo que para cuando d tienda a infinito H tenderá a 0 y viceversa. Finalmente, cuanto
mayor sea la distancia D del objeto a la pared de la piscina, mayor podrá ser H.
Así pues: H = H (h, D, d), que son datos presentes en el enunciado del problema.
Si nos fijamos en la figura anterior podemos darnos cuenta que los dos triángulos que se
forman son semejantes y aplicar las relaciones de proporcionalidad entre sus lados para
obtener la H buscada.
H h h D 1'2 7 '5
de modo que despejando H obtenemos que: H = = 2‟73 m
D d d 3' 3
Podemos ahora ir más allá y plantearnos qué es lo que ocurrirá cuando la piscina se llene
completamente de agua.
Ya hemos visto al comienzo que los rayos al pasar del agua al aire se refractan alejándose
de la normal, por lo que podrán llegar al ojo del observador rayos desde puntos situados a
mayor profundidad (como, por ejemplo el punto S de la figura anterior). No obstante,
también aquí habrá una profundidad máxima H‟H a partir de la cual ya no se verá el ob-
jeto (que es precisamente la que nos piden en el problema).
Para determinar H‟ bastaría con conocer tg i ya que, como se puede ver en la figura:
D
tg i
H'
Movimiento ondulatorio 361
n2
sen iˆ sen rˆ
n1
n2 sen r
de modo que dividiendo por cos i tenemos: tg i .
n1 cos i
sen r
Por tanto, si pudiésemos calcular tendríamos resuelto el problema.
cos i
d H'
De la figura anterior sen r cos ; cos
i
d 2 h2 H'2 D2
n2 d H'2 D2
De modo que: tg i
n1 d 2 h2 H'
D
de donde podemos obtener finalmente: H ' h 2 n12 d 2 (n12 n22 )
n2 d
Y sustituyendo los datos: H‟ = 7‟5 m
Si analizamos el resultado literal que acabamos de obtener vemos en primer lugar que,
efectivamente, tal y como habíamos supuesto, la profundidad es ahora mayor que la obte-
nida para la piscina sin agua. Por otra parte contempla todas las hipótesis, incluyendo la
de que cuanto mayor fuese n1 y menor n2, más grande sería la profundidad permitida. In-
cluso, podemos ver que para el caso particular de que n 1 = n2 (por ejemplo cuando se vac-
ía la piscina), el resultado se convierte en el anterior, es decir, H‟ = H.
Otro aspecto interesante es cuál sería la profundidad aparente que una persona diría que
tiene una piscina al observar su fondo desde una cierta distancia de la orilla.
Analizando la última figura, podemos ver que dicha profundidad coincidiría con la pro-
fundidad H calculada cuando hemos supuesto que la piscina estaba vacía, que es de donde
parece provenir el rayo refractado, de modo que:
H' H
d n2 h n2 h
n2 h
H H '
h 2 n12 d 2 (n12 n22 )
Así el fondo de una piscina de 2 m de profundidad, visto desde la posición indicada, pare-
cería estar a 0‟73 m y resultar un serio peligro para quienes además de no conocer el
fenómeno de la refracción tampoco supieran nadar.
Movimiento ondulatorio 362
10. NATURALEZA DE LA LUZ: DUALIDAD ONDA CORPÚSCULO
Si hacemos que aumente la diferencia de potencial entre las dos placas VBA (siendo VBA =
VB -VA), se produce también un aumento del número de electrones que habiendo sido libe-
rados de la placa A consiguen llegar a la placa B (hemos de tener en cuenta que no todos los
electrones que saltan de A lo hacen en dirección a B). Sin embargo, a partir de un cierto
valor, por mucho que aumentemos VBA , la intensidad de corriente ya no sigue aumentando.
En esta situación la intensidad del campo eléctrico existente entre las placas es tan grande
que todos los electrones arrancados de A llegan a B, haciendo que la intensidad de la co-
rriente alcance un valor máximo (corriente de saturación) ya que no pueden llegar a B más
electrones de los que se liberan en A debido a la radiación incidente (la cual no se ha modi-
ficado).
un valor negativo de la diferencia de potencial (-V0) a partir del cual ningún electrón alcan-
zará la placa B de modo que la intensidad de la corriente será nula.
El valor del potencial de frenado se puede medir fácilmente con un voltímetro y nos permite
calcular la energía cinética máxima con que están siendo arrancados los electrones por la
radiación incidente. En efecto, basta aplicar la conocida relación entre el trabajo resultante y
la variación de energía cinética a uno de los electrones, con lo que:
Wres = Ec WFe Ec y como la fuerza electrostática es conservativa, WFe Ep , de
modo que si consideramos el desplazamiento de A a B e igualamos las expresiones anterio-
res nos queda que:
El resultado anterior fue realmente sorprendente para los científicos de principios del siglo
XX, porque contradice la teoría clásica (ondulatoria) de la radiación ya que, de acuerdo con
ella, al aumentar la intensidad de la luz incidente se aumenta la energía que transporta el
frente de onda uniformemente distribuida por el mismo, de modo que al incidir sobre la pla-
ca metálica los electrones deberían de adquirir más energía cinética. En 1905 Einstein pu-
blicó una serie de trabajos por los que consiguió el premio Nobel y en uno de los artículos
Naturaleza de la luz 365
daba la explicación de este problema, admitiendo que la radiación luminosa era una distri-
bución de “cuantos de luz” (fotones) cada uno de los cuales poseía una energía proporcional
a la frecuencia de dicha radiación E = h·.
a) Para un metal dado, el efecto sólo se presenta a partir de una cierta frecuencia um-
bral (0) de manera que si la luz utilizada es de una frecuencia menor, por muy alta
que sea su intensidad no se detecta el paso de ninguna corriente.
c) A partir del valor umbral de la frecuencia, la energía cinética de los electrones libe-
rados crece linealmente con la frecuencia.
La luz y, en general cualquier radiación electromagnética, está formada por fotones. Cada
uno de estos fotones posee una energía dada por E = h · (h es una constante llamada cons-
tante de Planck y cuyo valor es 6‟6·10-34 J·s), de modo que el efecto fotoeléctrico se produce
al chocar un fotón con un electrón, siempre que la energía del fotón sea superior a la energía
mínima que se necesita comunicar al electrón para arrancarlo del metal (venciendo la atrac-
ción de los iones positivos). Dicha energía mínima recibe el nombre de trabajo de extrac-
ción (Wextr). En consecuencia, habrá una frecuencia mínima 0 (frecuencia umbral) a partir
de la cual se conseguirá extraer electrones del metal y tal que E 0 = h·0 = Wextr.
Las consideraciones anteriores permiten comprender el hecho de que por mucho que au-
mentemos la intensidad luminosa de una radiación de cierta frecuencia (lo que significa au-
mentar el número de fotones incidentes), si su frecuencia es inferior a la umbral, (0) el
efecto fotoeléctrico no se presente en ningún caso, puesto que la energía que los fotones
pueden comunicar a los electrones será inferior siempre a la energía mínima necesaria para
arrancarlos venciendo las fuerzas eléctricas de atracción de los restos atómicos positivos.
También explica que la energía cinética con que surgen los electrones (para radiaciones que
tengan frecuencias superiores a la umbral) varíe linealmente con la frecuencia puesto que la
energía de un fotón que incide sobre un electrón se destinará en parte a extraerlo del metal
(h·0) y el resto se comunicará al mismo como energía cinética. Este tipo de razonamientos
condujeron a Einstein a establecer que la energía cinética con que surgen los electrones en el
efecto fotoeléctrico viene dada por:
Ec = E - E0 Ec = h·( - 0)
En la expresión anterior h· representa la energía del fotón incidente y h ·0 la energía
mínima necesaria para arrancar el electrón (o trabajo de extracción). Conviene darse cuenta
Naturaleza de la luz 366
de que en ella se halla implícito el resultado que se enuncia en el apartado c) según el cual la
energía cinética crece linealmente con la frecuencia (a partir de 0 ) y que el valor de la
pendiente de la recta será precisamente el de la constante h.
1
La ecuación se suele escribir como: h· = h·0 + me v 2
2
donde mev2/2 es la energía cinética con que el electrón sale de la placa, que podemos ex-
presar también como:
h· = h·0 + qe ·V0
ya que, como ya hemos visto en el primer ejercicio, la energía cinética con que salen los
electrones se puede medir conociendo el potencial de frenado V 0 correspondiente.
Si analizamos las gráficas anteriores podemos darnos cuenta en primer lugar de que tanto la
primera como la última de ellas no son posibles, porque en ambas la frecuencia de la radia-
ción incidente aparece limitada, cuando está claro que se trata de la variable independiente y
que puede tomar, en principio, cualquier valor entre 0 e infinito (ya que podemos utilizar
radiaciones de la frecuencia que queramos).
En cuanto a la tercera gráfica (c), vemos que para una frecuencia nula, es decir, sin iluminar,
se produciría el efecto fotoeléctrico ya que existe un potencial de frenado distinto de 0 (y
por tanto una energía cinética inicial con que salen electrones), lo cual es absurdo puesto
que si no hacemos incidir ninguna radiación los electrones no pueden adquirir la energía
necesaria para vencer las fuerzas de atracción de los iones positivos del metal.
Finalmente, la segunda gráfica (b) nos indica que existe una frecuencia 0 por debajo de la
cual el potencial de frenado vale 0, es decir, no se arrancan electrones y a partir de dicho
valor 0 el potencial de frenado crece linealmente con la frecuencia. Este resultado es co-
herente con la ecuación de Einstein h · = h·0 + qe ·V0 (ved ejercicio anterior), ya que si
despejamos V0 obtenemos:
h
V0 = ( 0 )
qe
Naturaleza de la luz 367
expresión que representada gráficamente nos daría, precisamente, una recta como la de la
gráfica b, cuya pendiente debería ser siempre la misma independientemente del metal utili-
zado en la experiencia.
4. Calculad la energía cinética de los electrones liberados por un metal que forma par-
te de una célula fotoeléctrica si el potencial de frenado es de 5 V. ( Carga del electrón
1’6·10-19 C).
sol: Ec = 5 eV = 8·10-19 J
5. Una superficie metálica emite electrones cuando sobre ella incide luz verde pero no
lo hace cuando es amarilla ¿Emitirá cuando la luz incidente sea azul? ¿Y si es roja?
(Justificad la respuesta).
sol: Depende del valor de la frecuencia, de modo que el efecto fotoeléctrico sólo se presen-
tará si la frecuencia de la radiación utilizada es superior a la umbral, sea cual sea el valor de
la amplitud.
7. Una fuente de luz monocromática emite una radiación de longitud de onda 4’8·10 -7 m,
con una potencia de 20 W ¿Cuántos fotones emite por segundo?
Sabemos que la luz está formada por fotones y que la energía de cada uno de ellos viene
dada por la expresión Ef = h· siendo h la constante de Planck y la frecuencia que tenga la
luz en cuestión. La energía que emite una fuente luminosa por segundo coincide precisa-
mente con el valor de la potencia de dicha fuente, por tanto cuanto mayor sea dicha potencia
Naturaleza de la luz 368
P mayor será también el número de fotones que se emitan por segundo. Por otra parte, como
la energía de cada fotón es h·, cabe pensar que, para una potencia dada, cuanto menor sea
la frecuencia de la radiación, tantos más fotones se estarán emitiendo cada segundo.
c de modo que c siendo c la velocidad de propagación de la luz.
T
Pt Pt
Consecuentemente N =
h hc
de donde podemos despejar el número de fotones emitidos cada segundo sin más que dividir
N por t:
N P N 20 4'87 10 7
y sustituyendo numéricamente = = 4‟89·1019 fotones/s
t h c 34
t 6'63 10 3 10 8
sol: Ec = 1‟86 eV
Recordemos que el trabajo de extracción nos indica el valor de la mínima energía (E0) que
hay que suministrar a un electrón del metal para arrancarlo del mismo. En nuestro caso esta
Naturaleza de la luz 369
energía deberá ser comunicada por un fotón de la radiación incidente, de modo que
E0 = h·0, por tanto:
Wextr = h·0
Si conocemos el trabajo de extracción será inmediato conocer h·0 y, por tanto 0.
c ch
En efecto: 0
0 Wextr
h hc 1 1
Ec = h ( - 0) qe·V0 = h ( - 0) de donde V0 = ( 0 ) = ( )
qe qe 0
y sustituyendo: V0 = 57‟8 V.
10. Un metal emite fotoelectrones de energía cinética 2 eV al iluminar con luz de fre-
cuencia 1’1·1015 Hz. Calculad la frecuencia de la luz con que hay que iluminar para
que la energía máxima de los fotoelectrones sea superior, en un 25%, a la del caso an-
terior.
En este problema se nos indica que al irradiar un metal con fotones de una cierta frecuencia
, se arrancan electrones con una energía cinética de 2 eV. Esto significa que el fotón inci-
dente posee una energía E = h· superior a la de extracción (E0 = h·0) en 2 eV. Si introdu-
cimos estas condiciones en la ecuación fotoeléctrica de Einstein nos queda:
h· = h·0 + Ec Ec = h· - h·0 = h ( - 0 ) = 2 eV
¿Cómo podemos aumentar la energía cinética con que surgen los electrones?
Si queremos que cada electrón extraído incremente la energía cinética con que sale en un
25% habrá que iluminar el metal con una radiación de mayor frecuencia (‟ ), para que
los fotones sean más energéticos (E‟ = h·‟), cumpliéndose entonces que:
Ec' Ec h
' y sustituyendo numéricamente: ‟ = 1‟22·1015 Hz.
h
11. Si la frecuencia umbral para la plata es 1’13 ·10 15 Hz, ¿Cuál deberá ser la frecuen-
cia de la radiación incidente para que la energía cinética de los fotones emitidos sea de
2’6 eV?
sol: = 1‟75·1015 Hz
13. Si los fotoelectrones del cinc exigen un trabajo de extracción de 4’3 eV, ¿Qué longi-
tud de onda máxima será capaz de extraer electrones?
o
sol: = 2890 A
14. El trabajo de extracción para el caso del metal sodio es de 2’3 eV.
Si conocemos la energía que, como mínimo, debemos suministrar para conseguir arrancar
un electrón del sodio, podremos saber también la frecuencia umbral o mínima necesaria
para ello, la cual viene dada por la expresión:
E0 = h·0 0 = E0/h
Naturaleza de la luz 371
y como la frecuencia de una radiación está relacionada con la longitud de onda mediante c =
·, podemos obtener fácilmente que:
1 1
Ec = h· - h·0 Ec = h c ( ) = 6‟26·10-19 J = 3‟91 eV
0
El denominado efecto Compton se produce cuando un haz de fotones llega a una fina lámina
de un cristal de calcita y, tras incidir en ella, se observa que una parte del haz atraviesa la
lámina sin sufrir modificación alguna y la otra se dispersa apareciendo radiación en todas
direcciones (valores de entre 0º y 180º). Además se comprueba que la radiación que ha
sido dispersada tiene distinta longitud de onda y, por tanto, distinta frecuencia, según sea el
ángulo de desviación.
Mediante medidas experimentales Compton llegó a establecer la relación existente entre las
longitudes de onda de la radiación incidente y emergente, que viene dada por la expresión:
h
' (1 cos )
mc
Como veremos en el ejercicio 24, esta expresión queda justificada teóricamente al interpre-
tar el fenómeno como un choque elástico entre los fotones incidentes y los electrones de los
átomos del cristal.
Para el caso que nos plantean en el que el ángulo de dispersión es = 30º, lo conocemos
todo menos ‟ (incógnita) y . Esta última podemos determinarla si la relacionamos con la
frecuencia: c = · = c/, así pues:
c h
' (1 cos ) y sustituyendo valores:
m0 c
Como podemos ver la longitud de onda de la radiación emergente es mayor que la de la in-
cidente ( = c/ = 10-12 m), lo cual es coherente con que parte de la energía de la radiación
incidente se transfiera a los electrones con los que se interacciona, de forma que el fotón
emergente tendrá menos energía que el incidente (‟ y por tanto que ‟ ).
sol: p = 1%
En ocasiones se afirma que la expresión E = m·c 2 significa que la masa se puede transfor-
mar en energía pura, en el sentido que es posible desmaterializar una cierta masa m y obte-
Naturaleza de la luz 373
ner a cambio una energía m·c2 habiéndose convertido masa (algo material) en energía (algo
inmaterial).
∆E0 = ∆m·c2
La ecuación anterior debe interpretarse diciendo que no es posible que cambie la energía
propia de un sistema sin que a la vez lo haga el valor de su masa. Ambas cosas van ligadas,
de modo que todo aumento (disminución) de energía propia va acompañado siempre de un
aumento (disminución) en el valor de la masa.
Con esta afirmación no se está indicando que la masa se convierta en energía sino que cuan-
do un cuerpo pierde una cantidad de energía, también está perdiendo masa, existiendo una
proporcionalidad entre ambas cantidades, que viene dada por la expresión:
E0
m
c2
Este razonamiento no solo es válido para aquellos fenómenos (como los radiactivos) en los
que un sistema emite energía mediante determinadas radiaciones sino que se puede genera-
lizar a cualquier proceso en el que la energía propia cambie, sea cual sea el mecanismo por
el cual lo hace como, por ejemplo, al comprimir un muelle, formarse un dipolo, etc.
19. Calculad el valor de la energía cinética relativista y comprobad que para v<<c co-
incide con la expresión utilizada en la mecánica clásica.
E = Eo + Ec
De acuerdo con la mecánica relativista, sabemos que la energía total de un sistema viene
dada por la expresión:
E m c2
1 v
Ec = mc2 ( - 1) = mc 2 1 donde
1 2 c
Si sustituimos en esta expresión por v/c y suponemos que v es mucho menor que c, como
se nos dice ene el enunciado, podríamos pensar que (v/c) 2 es prácticamente 0 y en conse-
cuencia obtendríamos:
Ec = mc2 (1-1) = 0
La conclusión anterior es absurda puesto que si se trata de una partícula en movimiento debe
tener energía cinética. ¿Dónde puede estar el error?
1
1
Si tomamos (1 2 ) 2
y desarrollamos este binomio, obtendremos:
1 2
1
1 2 3 4
(1 2 ) 2
1 ...
2 8
y ahora, si consideramos que por ser v c podemos despreciar a partir de 4 (inclusive) y
no a partir de 2 (como hicimos antes), tendremos:
1 2 1
Ec = mc2 (1 1) = mv que es la expresión utilizada en mecánica clásica.
2
2 2
Como sabemos, la radiación electromagnética está constituida por unas partículas especiales
o “cuantos” llamadas fotones que se desplazan en el vacío con una rapidez c de práctica-
mente 300.000 km/s (en el aire es aproximadamente la misma). Cada uno de esos fotones
dispone de una energía E = h· en donde h es una constante llamada constante de Planck
(6‟63·10-34 J·s) y la frecuencia de la radiación de la que forma parte el fotón en cuestión.
Por otra parte, de acuerdo con la Teoría Especial de la Relatividad, la energía de cualquier
partícula libre viene dada por la expresión: E = mc2. Si queremos aplicarla al caso del
fotón, bastará sustituir en ella v por c, con lo que:
1 1 1 2
E m c2 m c2 m c m c2
1 v/ c 1 c/ c 0
2 2
a) m 0 y E = , cosa que no puede suceder ya que por otro procedimiento hemos visto que
la energía de un fotón es finita y de valor h·.
Así pues, la masa del fotón es nula y su energía no puede obtenerse con la expresión
E = mc2, sino como E = h·.
E2 = p2c2 + m2c4
La ecuación anterior expresa una ley fundamental de la dinámica relativista y nos informa
de que la energía, la masa y la cantidad de movimiento de cualquier partícula o sistema en
general, están interrelacionadas. Aplicándola al caso de un fotón (m = 0), nos queda que:
E
E = p·c con lo que: p
c
Para terminar, indicar tan solo que si, equivocadamente, hubiésemos utilizado p = m·v, váli-
da únicamente para casos en los que v c, habríamos obtenido p = 0·c = 0, en franca con-
tradicción con las experiencias que señalan inequívocamente que el fotón, aunque de masa
nula, sí tiene cantidad de movimiento.
22. Un electrón de un átomo de hidrógeno pasa desde un estado cuya energía es - 0’85 eV
a otro que es -10’2 eV ¿Cuánto valdrá la cantidad de movimiento del fotón emitido?
23. En el efecto Compton se considera que el electrón sobre el que impacta el fotón
incidente tiene, tras el impacto, una energía E, dada por la expresión:
E m2 c 4 p 2 c 2
Para justificar la expresión que se nos da en el enunciado, consideremos que la energía del
electrón tras el impacto (lo mismo que la de cualquier otra partícula en movimiento), valdrá:
Naturaleza de la luz 376
m
E = m··c2 =
2
c 2 y su cantidad de movimiento será:
v
1
c
m
p = m··v =
2
v
v
1
c
2 m2 c6 2 m2 c2 v2
E = 2 para la energía y p = para la cantidad de movimiento.
c v2 c2 v2
y si multiplicamos por c2 esta última expresión y la restamos de la primera nos queda:
m 2 c 6 m 2 c 4 v 2 m 2 c 4 c 2 v 2
E2 - p2 c2 = - = m2 c4
c v
2 2
c v
2 2
(c v )
2 2
h
' (1 cos )
mc
‟
1 1 h h
(1 cos ) o lo que es equivalente: ' (1 cos )
' mc 2
mc
siendo m la masa correspondiente al electrón.
E E
'
E'
Conservación de p : f , 0 f cos , f sen p'cos , p'sen
c c c
Conservación de Ec: Ef + Ec = E‟f + E‟c
y suponiendo despreciable la energía cinética del electrón antes del choque:
Ef = E‟f + E‟c
Por otra parte, la energía del electrón (E‟) y su cantidad de movimiento p‟, están relaciona-
dos en la forma: E‟2 = p‟2c2 + m2c4 y despejando: p‟2c2 = E‟2 - m2c4.
1 mc 1 1
f f '
1 m
(1 cos ) (1 cos ) y multiplicando en am-
' h ' h '
bos miembros por ‟ y despejando obtenemos:
h
' (1 cos )
mc
25. ¿Qué idea básica introduce De Broglie, acerca del comportamiento de la materia?
Tanto el efecto fotoeléctrico como el efecto Compton se pueden explicar, como hemos vis-
to, asignando a la luz y a las radiaciones electromagnéticas en general un carácter disconti-
nuo o cuantizado. Esto podría interpretarse como un apoyo fundamental a la teoría corpus-
cular de la luz cerrándose así una histórica polémica sobre si se trataba de una onda o estaba
formada por partículas. Sin embargo, los fenómenos de interferencia y de difracción que
experimenta la luz, seguían sin poder explicarse mediante la teoría corpuscular y había que
hacerlo otorgándole naturaleza ondulatoria.
De acuerdo con todo ello hubo que admitir para los fotones un doble comportamiento onda-
corpúsculo, que interpretaremos asignándoles una naturaleza “dual” de tal forma que se
pondría de manifiesto uno u otro según el tipo de fenómeno en el que interviniese la radia-
Naturaleza de la luz 379
ción. El fotón aparece pues como un concepto unificador de las propiedades corpusculares y
ondulatorias de la radiación electromagnética, tal y como queda reflejado en la expresión p
= h/ que relaciona su cantidad de movimiento (carácter corpuscular) con la longitud de
onda (carácter ondulatorio).
Esta situación, junto con algunos problemas físicos que en la década de 1920-30 permane-
cían todavía sin resolver, llevó al francés Louis De Broglie a exponer una nueva y atrevida
hipótesis consistente esencialmente en extender esa doble naturaleza de onda-corpúsculo de
los fotones a todos los demás objetos en movimiento ya sean tan pequeños como un electrón
o tan grandes como un planeta.
De Broglie generalizó la ecuación = h/p, aplicable a los fotones que se mueven siempre a
la velocidad de la luz, a cualquier otro objeto en movimiento. Más tarde, los científicos
americanos Davisson y Germer, verificaron la hipótesis de De Broglie al obtener fotografías
que mostraban que los electrones también experimentaban el fenómeno de la difracción
(típicamente ondulatorio) y obtener a partir de las mismas la longitud de onda asociada,
comprobando que coincidía con el valor predicho por la relación anterior ( = h/p).
Así pues, la idea básica que se introdujo en la física a partir de la hipótesis de De Broglie
fue que todos los objetos materiales y no solamente el fotón, poseían una doble naturaleza
ondulatoria-corpuscular.
26. Los electrones de un microscopio electrónico son acelerados con una diferencia de
potencial de 12 kV ¿Cuál será su longitud de onda asociada?
La energía cinética que adquiere el electrón será Ec = qe·V (donde, como ya justificamos
en el capítulo de campo eléctrico, tanto qe como V son valores absolutos) y considerando
que la velocidad que adquiere el electrón es mucho menor que c:
1 2q e V
me v2 q e V v
2 me
Si al sustituir los datos se obtiene un valor de "v" comparable a "c", deberemos utilizar la
expresión relativista para Ec y para p. (Si hallamos v, veremos que no es nuestro caso).
h
Como p = mv tendremos que p 2q e me V , con lo que: = h/p =
2q e me V
Démonos cuenta que la longitud de onda dependerá de la diferencia de potencial a que sea
sometido el electrón. Si las V son elevadas conseguiremos longitudes de onda muy peque-
ñas. En nuestro caso:
6'63 10 34 o
= = 1' 12 10 12 m 0' 112 A
2 1'6 10 19 9'1 10 31 12 10 3
¿Qué ventajas puede suponer el hecho de poder utilizar longitudes de onda muy cortas en
un microscopio de este tipo?
En primer lugar conviene señalar que la máxima resolución de un microscopio es del orden
de la longitud de onda que se utilice para poder ver los objetos. Esto hace que un microsco-
pio convencional tenga limitada su resolución por el mínimo valor de la longitud de onda a
o
que es sensible el ojo humano (unos 4000 A ). Para objetos menores de este tamaño, al ser
éste comparable a la longitud de onda utilizada, se producen efectos de difracción y dan una
imagen borrosa.
27. Calculad la longitud de onda asociada a un electrón que se desplaza con una rapi-
dez de c/25.
sol: = 6·10- 11 m
28. ¿Cuál será la longitud de onda asociada a un automóvil de 2000 kg, que se desplaza
a 144 km/h?
sol: = 8‟29·10-39 m
= h/p
Nos bastará conocer la cantidad de movimiento p de cada una de las partículas para poder
determinar el valor de la longitud de onda :
p E E 6
10 1'6 10
19
Ec E E 0 m γ c - m c m c
2 2
2 1
1
1 v/c 2
1
y despejando: v c 1 2
Ec
1
mc
2
Naturaleza de la luz 382
m 9' 1 10 -31
p = m··v = · 0‟94·c = 0' 94 c = 7‟55·10-22 kg·m/s
1 v / c 1 0' 94
2 2
Mediante las mismas expresiones pero utilizando ahora los valores correspondientes al
neutrón, cuya masa es de 1‟675·10-27 kg, obtenemos:
¿Qué hubiera sucedido si para calcular v en el caso del electrón y del neutrón hubiésemos
utilizado la expresión aproximada: Ec 1 m v 2 ?
2
2 Ec
Al aplicarla al electrón hubiésemos obtenido ve = = 5‟9·108 m/s.
me
Como vemos, se trata de un valor casi el doble que el de la velocidad de la luz en el vacío,
lo que según la física relativista es imposible (de acuerdo con la Teoría de la Relatividad
ningún objeto se puede desplazar a mayor velocidad que la de la luz). En este caso, pues, no
puede ser utilizada la expresión aproximada de la energía cinética (se debe a que la rapidez
con que se propaga es 0‟94 c y, por tanto, nada despreciable frente a c).
En cambio, al aplicarla al neutrón (cuya masa es más de 1800 veces la del electrón), obte-
nemos:
2Ec
vn = = 1‟38·107 m/s
m0 n
que coincide con el valor anterior (al desplazarse con una rapidez mucho menor que c).
32. De Broglie pensaba que la onda asociada a un electrón que describe una órbita cir-
cular debía ser una onda estacionaria (una circunferencia es un medio limitado) que se
cerrara sobre sí misma (de otra manera se produciría interferencia destructiva y la
onda cesaría rápidamente). De acuerdo con lo anterior ¿Qué relación matemática de-
berá existir entre la longitud de la órbita circular y la longitud de la onda asociada al
electrón que describe dicha órbita?
Parece evidente que la circunferencia de la órbita que sigue el electrón deberá tener una lon-
gitud igual a un número entero de longitudes de onda.
Así pues las únicas ondas posibles serán aquellas que cumplan la relación: 2r = n siendo
r el radio de la órbita y n = 1, 2, 3 ...
Si en la expresión 2r = n sustituimos = h/mv no es difícil obtener que mvr = nh/2 que
es, precisamente, uno de los postulados de Bohr. Además, conviene tener en cuenta que es a
partir de dicho postulado de donde se obtuvieron los radios de las órbitas permitidos, así
como los valores de energía permitidos.
a) El hecho de que toda medida implica, mientras se lleva a cabo, una perturbación en
aquella magnitud que se mide.
b) La propia imprecisión de los instrumentos de medida utilizados.
c) Otra respuesta.
Se trata de algo contrario a los postulados de la Mecánica Clásica en donde, como sabemos,
si se conocen la posición y velocidad de un objeto en un instante dado y la fuerza resultante
que actúa sobre el mismo, es posible conocer con total exactitud la posición y la velocidad
Naturaleza de la luz 384
que dicho objeto tendrá en cualquier instante posterior y, por tanto, la trayectoria que se-
guirá.
Heinserberg demostró que dada una partícula que se desplace a lo largo del eje OX, el pro-
ducto de la imprecisión x con que se conozca su posición en un instante dado y la impreci-
sión p de su cantidad de movimiento (p = m·v) en ese mismo instante, debe ser siempre
mayor (o, al menos igual) que h/2, es decir:
p·x h/2
Hemos de señalar que nada se opone a que podamos determinar con la precisión que quera-
mos, la posición o la velocidad de, por ejemplo, un electrón (este principio se refiere a la
determinación simultánea de ambas con precisión absoluta).
El principio de incertidumbre tal y como acaba de ser formulado, establece unos límites a la
precisión con que podemos determinar los valores de las magnitudes cantidad de movi-
miento y posición de un móvil, con lo que, cabe esperar que esos límites vuelvan a apare-
cer cuando se midan otras magnitudes relacionadas con las anteriores. De hecho, el princi-
pio de indeterminación no solo se cumple para la cantidad de movimiento y posición sino
para cualquier par de magnitudes cuyo producto tenga las mismas dimensiones que éste.
Observemos que el producto anterior tiene dimensiones de energía · tiempo:
Por tanto, otro par de magnitudes que cumplen dicho principio son la energía y el tiempo.
Así, si la energía de un sistema se mide con una imprecisión E y dicha medida se realiza
durante un intervalo de tiempo t, se cumplirá que:
E·t h/2
Conviene tener presentes algunas interpretaciones erróneas que se relacionan con el Princi-
pio de Incertidumbre:
Naturaleza de la luz 385
Según el principio de incertidumbre el producto de las imprecisiones con que se midan para
un instante dado la posición y la cantidad de movimiento de una partícula debe ser igual o
mayor que h/2:
Como vemos, para conocer el límite que impone este principio a la localización de la partí-
cula, necesitamos conocer la imprecisión con que se mide la cantidad de movimiento (p).
Ahora bien, la cantidad de movimiento no es una magnitud que se haya medido directamen-
te, sino que se obtiene al sustituir los valores de m y de v en la expresión p = mv, de forma
que la imprecisión en p dependerá de la imprecisión con que se midan m y v. Si, como se
dice en el enunciado, la imprecisión cometida al medir la masa se puede considerar despre-
ciable frente a la de v, tendremos que:
Un análisis superficial de la situación (una partícula que se desplaza con la misma rapidez,
etc.), podría llevarnos a contestar que el resultado debería ser del mismo orden. Sin embar-
go, es preciso tener en cuenta que la masa de un electrón es de 9‟1·10 -31 kg lo que hace que
al sustituir en la expresión que nos da la imprecisión con que vendrá afectada su posición,
obtengamos:
Es fácil comprender que el límite impuesto por el principio de incertidumbre es muy impor-
tante en este caso ya que tendríamos el electrón (que se considera como si fuera práctica-
mente puntual) deslocalizado en una longitud de 12 cm.
35. Un láser cuya longitud de onda es 630 nm emite un pulso de duración 10 ns. Hallad la
imprecisión mínima de la frecuencia del pulso.
h h E
E t E . Por otra parte, E = h · f E = h · f f
2 2 t h
E h 1 1
Sustituyendo: f = 1'59 10 7 Hz
h 2 t h 2 t 2 10 8
Una vez aceptado el carácter dual de la materia se desarrolló una nueva mecánica llamada
Mecánica Cuántica, para la que todo sistema físico está descrito por una función de onda
(x, t) en la que x representa la posición de un objeto que se mueve sobre una recta y t el
tiempo. Esta nueva mecánica, si bien es absolutamente general, al aplicarla al mundo ma-
croscópico se obtienen los resultados de la Mecánica Clásica, por lo que únicamente tiene
interés cuando se aplica a sistemas físicos extraordinariamente pequeños o “submicroscópi-
cos” (electrones, protones, fotones, etc.).
2
Si como hemos dicho (x, t) describe el estado de un sistema físico en el instante t, ¿qué
expresión determina en la mecánica cuántica cómo evoluciona este sistema y, por tanto su
, con el tiempo?
En la dinámica clásica la ecuación de Newton F m a o ecuación fundamental de la diná-
mica, determina cómo evoluciona un sistema físico macroscópico con el tiempo. Para la
mecánica cuántica, fue Schrödinger quien formuló la ecuación fundamental que describe
cómo evoluciona un sistema físico. Dicha ecuación puede escribirse para una partícula co-
mo:
d 2 4 m
dx 2
h
E U ( x) 0
PROBLEMAS COMPLEMENTARIOS
C-1. Los trabajos de extracción de tres metales diferentes son: 1'9 eV, 4'2 eV y 5'0 eV. Se
tiene una fuente de luz monocromática de = 514 nm. Se pide:
a) ¿De cuál de los tres metales anteriores se podrán extraer electrones?
b) Para obtener una fotocorriente de 2 mA ¿qué potencia deberá tener la luz incidente?
Para poder extraer un electrón es necesario que la energía del fotón incidente E = h·f supere
a la energía mínima necesaria para liberar al electrón, dada por h · f0 (donde f0 es la fre-
cuencia umbral, característica de cada metal). El valor de esa energía coincide con el trabajo
de extracción. Por tanto, lo primero que tendremos que hacer será conocer la frecuencia de
la radiación utilizada y, a continuación, calcular la energía en eV y compararla con los tra-
bajos de extracción que se nos dan en el enunciado.
El resultado anterior muestra que, con ese tipo de luz, sólo podrán extraerse electrones del
primer metal que es el que tiene un trabajo de extracción inferior a la energía del fotón inci-
dente.
Para hallar la potencia de la luz incidente que se necesita (potencia óptica), hemos de averiguar
qué relación liga dicha potencia con la intensidad de fotocorriente que se desea obtener.
Supongamos el caso más favorable en el que cada fotón incidente extrajera un electrón y
que éste llegase a la otra placa. Si consiguiéramos relacionar por una parte el número de
fotones incidentes en un tiempo t con la potencia óptica y por otra el número de electrones
liberados con la intensidad de saturación, tendríamos resuelto el problema. En efecto:
Sabemos que P = E/t = N·Efotón/t = N·h·f/t donde N es el número de fotones que inci-
den en t. Por tanto:
N P
(1)
t h f
Por otra parte, la intensidad de corriente I = Q/t = N·qe/t donde N es el número de elec-
trones que atraviesan una sección dada del conductor en un tiempo t. Por tanto:
N I
(2)
t q e
P I I h f
Igualando las expresiones (1) y (2), obtenemos que: P
h f qe qe
Datos: masa del electrón 9’1·10-31 kg; constante de Planck h = 6’63·10-34 J·s
Sabemos que las partículas están constituidas por dos protones y dos neutrones (núcleos
de 24 He ), las son electrones y las son fotones. Estas últimas son las que tienen un mayor
poder de penetración siendo capaces de atravesar incluso paredes gruesas de hormigón. El
cálculo de la energía cinética de cada una de ellas deberá hacerse atendiendo al valor de la
rapidez con que se estén moviendo. Dicha rapidez, en el caso de los fotones (en el vacío y
en el aire) es siempre de 3·108 m/s (aproximadamente) y en el caso de las otras dos puede
variar dependiendo de si han sido o no aceleradas de algún modo. En este problema nos dan
la rapidez con que se mueve cada partícula (y la frecuencia de la radiación ). Con estos
datos, podemos calcular fácilmente la energía cinética correspondiente, teniendo en cuenta
que si el valor de la rapidez es cercano al de la luz en el vacío, será necesario utilizar la ex-
presión relativista de dicha energía.
a) Para la partícula , como su rapidez (107 m/s) es bastante menor que “c” (3·108 m/s),
podremos hacer uso de la expresión clásica o “aproximada” para la energía cinética:
1
Ec mv 2
2
1 4
Ec 10-3 (107 ) 2 y operando, obtenemos: Ec = 3‟3·10-13 J = 2 MeV.
2 6' 02 1023
b) Para una partícula , como la rapidez con que se desplaza es del orden de c, tendremos
que determinar la energía cinética utilizando su expresión relativista. En esta situación po-
demos determinar la energía cinética como la diferencia entre la energía total de la partícula
y su energía propia (correspondiente a cuando se encuentra en reposo), de modo que:
Física nuclear 390
1
Ec = E - E0 = m··c2 - m·c2 = m·c2 (-1) y teniendo en cuenta que 2
v
1
c
obtenemos: Ec = m c 1
2 1
y sustituyendo valores, obtenemos:
1 v/c 2
1
Ec = 9'1 10 31 9 1016 1 = 3‟3·10-13 J = 2‟06 MeV
1 0'982
c) En el caso del fotón, sabemos que su energía es cinética y que ésta viene dada siempre
por la expresión E = h·, siendo h la constante de Planck y la frecuencia de la radiación,
de modo que basta sustituir los valores correspondientes para obtener:
2. Hallad el número atómico y la masa atómica del elemento producido a partir del
84 Po después de emitir 4 partículas y 2 partículas .
núcleo 218
Dado que una partícula es el núcleo del átomo de 24 He , cuando un núcleo de un elemento
radiactivo emita una de estas partículas, el número de sus nucleones (A) deberá disminuir en
4 unidades y el número de sus protones (Z) en 2, por lo que se transformará en otro núcleo
cuyo número másico será cuatro veces inferior y que estará situado dos lugares antes en el
sistema periódico. El proceso se puede esquematizar como:
A
Z XAZ42Y 24 He
Análogamente, cuando lo que se emite por un núcleo es una partícula (un electrón), se
comprueba experimentalmente que el número de protones Z aumenta en una unidad mien-
tras que el número másico A no varía. (El proceso corresponde a la transformación de un
neutrón en un protón y en un electrón, emitiéndose este último):
A
Z XZ1Y 10e
De las ecuaciones anteriores se deduce que en una transformación radiactiva el número total
de nucleones y la carga total han de conservarse. Ambas se conocen con el nombre de leyes
de Soddy, ya que fueron establecidas de forma experimental por este científico y sus colabo-
radores en la segunda década del siglo XX.
218
84 Po 424 He 201e AZY
De donde resulta sencillo concluir que el número másico y el número atómico del elemento
Y vendrán dados por:
202
Por tanto, el elemento Y que se forma es el platino 78 Pt
3. Determinad los números másicos y atómicos del núclido que resultará a partir del
92 U después de que éste emita 3 partículas y 2 partículas .
238
Experimentalmente se comprueba que dada una muestra radiactiva con un número inicial de
átomos N0, dicho número decrece de forma exponencial con el tiempo (al ir desintegrándo-
se). El número de átomos del elemento radiactivo que quedarán al cabo de un tiempo t viene
dado por la función:
N = N0·e-t
También podemos ver que el tiempo necesario para que una muestra radiactiva de un ele-
mento cualquiera se desintegre totalmente (esto es, todos los átomos de dicho elemento se
hayan transformado en otros distintos con lo que N = 0), es infinito. Por tanto, dicho tiempo
no sirve para caracterizar una sustancia radiactiva. Sin embargo, el tiempo T necesario para
que el número de átomos existentes en un instante inicial (N0 a los 0 s) se reduzca a la mitad
Física nuclear 392
(N0/2 a los T s), sí que es característico de cada sustancia, tal y como se aprecia en la figura
adjunta (para dos sustancias A y B). A dicho intervalo de tiempo se le denomina Periodo de
Semidesintegración.
De acuerdo con el significado de ambas magnitudes parece claro que, cuanto mayor sea una,
menor tendrá que ser la otra (cuanto más rápidamente decrezca N, en menor tiempo se redu-
cirá a la mitad el número de átomos del núclido). Para encontrar la relación matemática
existente entre ellas bastará considerar en la expresión N = N 0·e-t un tiempo de un periodo
(t = T) y sustituir N por N0/2 de modo que:
Si ahora queremos conocer el número de moles de átomos del elemento radiactivo conside-
rado, que habrá en cada una de las muestras cuando hayan transcurrido 500 años, hemos de
tener en cuenta que en la expresión N = N0 ·e-t lo que se maneja es el número de átomos.
Basta con tener en cuenta que en cada mol de átomos hay un total de N A átomos (NA es el
número de Avogadro 6‟02·1023 part/mol). Por tanto, si dividimos por NA en ambos miem-
bros de la igualdad, nos queda:
N N
0 e t n n0 e t
NA NA
Física nuclear 393
nA 2 e0' 0115 500 = 6‟63·10-3 moles, de átomos del núclido A que habrá a los 500 años.
n B 2 e 0'0038 500 = 0‟299 moles, de átomos del núclido B que habrá a los 500 años.
Otra cuestión que nos podemos plantear es cómo transformar la función que venimos mane-
jando para que en ella aparezca la masa de la muestra en lugar del número de átomos o el
número de moles de átomos. Como la masa de una cierta muestra de un núclido se puede
expresar en función del número de moles de átomos (n) y de la masa molar de dicho núcli-
do (M) mediante: m = n · M, la expresión anterior (moles de átomos) se puede escribir
también en función de la masa:
n M n 0 M e t m = m0 ·e-t
En este tipo de funciones, dado que la exponencial no puede tener unidades, será muy
cómodo trabajar. Bastará con que la unidad en que se mide sea precisamente la inversa de
la unidad en que se mide T y con que en los dos miembros de la igualdad se trabaje con
partículas, moles, gramos, etc.
sol: 0‟9576 g
t
7. Sabiendo que N(t) = N0 · e - 0.02 (donde t viene en segundos), es la ley de desintegra-
ción de una determinada sustancia radiactiva ¿Qué tiempo deberá transcurrir para
que N0 se reduzca a la mitad? ¿y para que se reduzca a la quinta parte?
Nos interesa conocer el tiempo que debe transcurrir para que una muestra que contiene N 0
núclidos radiactivos pase a tener N0/2. Para ello bastará con sustituir en la ecuación de des-
integración correspondiente, que, en este caso, nos dicen que es N = N 0·e-0‟02t, el número de
núclidos N por N0/2 y determinar el tiempo que debe transcurrir para que esto suceda.
1 ln2
e0' 02t ln1 ln2 0' 02t ln2 0' 02t t 34' 65s
2 0' 02
En este caso, el tiempo obtenido será el periodo de semidesintegración del núclido con el
que estemos trabajando.
Física nuclear 394
Sugerid un procedimiento para calcular el tiempo necesario para que el número inicial de
núcleos N0 se reduzca a la quinta parte y llevadlo a cabo.
El procedimiento será, como es lógico, similar al anterior, de forma que bastará con utilizar
la misma expresión pero esta vez sustituyendo N por N0/5, de modo que:
En principio podríamos responder afirmativamente y decir que para que la muestra se redu-
jera a 5 núcleos o a 2, deberían de transcurrir 34‟65 s y 80‟47 s respectivamente. Pero si se
procediese a comprobarlo experimentalmente, nos sorprenderíamos de los resultados ya que
podría darse una multitud de posibilidades distintas, desde, por ejemplo, que todos se hayan
desintegrado al cabo de un segundo hasta que ninguno de los 10 lo haya hecho en todo un
año. ¿A qué puede deberse esto?
210
8. La desintegración del isótopo 84 Po viene dada por la reacción:
210
84 Po 24He 206
Pb
82
a) Periodo de semidesintegración.
b) La fracción de núcleos sin desintegrar cuando t = 2T y t = 3T.
10. Una muestra contiene, en un instante dado, 1’6 g de un elemento radiactivo cuyo
periodo de semidesintegración es de 23 días. ¿Cuántos gramos de ese elemento que-
darán cuando hayan transcurrido tres periodos?
sol: 0‟2 g
sol: 5‟2 mg
Si consideramos que la muestra inicial contiene N0 núcleos (de cierto núclido) al cabo de 30
días nos quedarán N, que podremos evaluar mediante la expresión:
N = N0 · e 30 .
-
¿Cómo podríamos determinar qué proporción de los núcleos iniciales se habrán desinte-
grado?
N‟/N0 = (N0-N)/N0 .
N0 N N 0 N 0 e 30
100 100 (1 e 30 ) 100
N0 N0
N0 N
100 (1 e 0'009830 ) 100 25'5
N0
Así pues, al cabo de un mes se habrá desintegrado el 25‟5 % de los núcleos de Cobalto 53
que existían en la muestra inicial.
Cada vez que un núcleo se desintegra para convertirse en otro distinto, lo hace emitiendo
una partícula o , dependiendo de su naturaleza. (La emisión no corresponde a una des-
integración sino que es posterior a ella y se debe a un ajuste energético en el núcleo resul-
tante). Parece lógico identificar la “actividad” de una muestra radiactiva con el número de
partículas que ésta emite por unidad de tiempo (A). De acuerdo con el razonamiento anterior
el valor numérico de esta magnitud coincidirá con el número de desintegraciones producidas
por unidad de tiempo, es decir, con la velocidad de desintegración (v) ya que cada desinte-
gración supone la emisión de una partícula. Como el número de núcleos que se desintegran
en un tiempo dado es N‟ = N0 - N, su variación temporal será:
Vemos que el valor de v o número de desintegraciones por unidad de tiempo coincidirá con
la variación de N (número de núcleos que quedan) con el tiempo, que siempre es negativa
(ya que N decrece), cambiada de signo.
¿Qué relación existirá entre la actividad A de una muestra radiactiva y el número de áto-
mos sin desintegrar presentes en un instante dado?
En principio, cabe esperar que para un núclido dado, cuanto mayor sea el número de átomos
de la muestra (sin desintegrar) en un cierto instante, mayor resulte la actividad A de la
muestra. Al transcurrir el tiempo, como el número de átomos decrece, también deberá
hacerlo la actividad de la muestra. Para obtener la relación operativa que liga a ambas mag-
nitudes haremos lo siguiente:
A = ·N
-
y sustituyendo: A = 1‟39·107 ·e 0‟139·2 = 1‟05·107 d/s
Física nuclear 397
N0 = n0·NA = (m0/M)·NA
0'693 0'001
A0 = 6'02 1023 = 1‟16·1015 d/año
1590 226
13 Al 0 n 2 He
a) 27 11 Na 12 Mg 92 U 0 n 56 Ba 36 Kr
1 4
c) 24 24
e) 235 1 141 92
b) 126 C 42 He 48 Be 12 Mg 1 H 12 Mg
d) 26 1 26
Física nuclear 398
En este ejercicio se pide que completemos ciertas reacciones nucleares. Para ello bastará
con que tengamos en cuenta la conservación del número de nucleones y de la carga (convie-
ne puntualizar que cuando aquí se habla de la carga nos estamos refiriendo siempre a la car-
ga nuclear). Así pues:
13 Al 0 n 2 He Z X
a) 27 1 4 A
24
Al tratarse de un núcleo con 11 protones, X corresponderá a un isótopo del sodio: 11 Na
b)
12
6
C 24He 48Be
En este caso, como se puede apreciar, se conserva ya el número de nucleones y la carga. Por
tanto el proyectil utilizado ha de ser un fotón ya que necesariamente deberá de ser muy
energético para provocar una reacción nuclear.
c) 24 Na 24 Mg A X
11 12 Z
d)
26
12
Mg 11H 1226Mg ZAX
En este caso es evidente que ZA X 11H y que, por tanto, solo habrá modificación en la canti-
dad de movimiento y energía de las partículas.
e)
235
92
U 01n 141
56
Ba 3692Kr ZAX
Como no conocemos ninguna partícula que teniendo número atómico 0 tenga de número
másico 3, hemos de pensar que en este caso se trata de 3 neutrones (3 01 n ).
1
En realidad este proceso se explica admitiendo que un neutrón se transforma en un protón, un
electrón y una tercera partícula denominada antineutrino de acuerdo con la siguiente ecuación:
1
0 n11 H 01 e (antineutrino).
Física nuclear 399
19. Completad las siguientes reacciones nucleares indicando el nombre, símbolo quí-
mico, número de nucleones y carga de cada partícula o núclido que ajuste cada reac-
ción:
a) 27
13 Al +
12
25
Mg + 42 He 31
c) 15 P 21 H 11 H
13 Al +
b) 27 30
15 P +
15 P 14 Si +
d) 30 30
sol: un neutrón ( 01 n ).
Sabemos que todo aumento o disminución de energía interna de un sistema (la energía de
todo tipo medida por un observador que está en reposo respecto al centro de masas del sis-
tema, también llamada energía propia) va acompañada, respectivamente, de una ganancia o
pérdida de masa, cuyo valor vendrá dado por la ecuación de Einstein:
Eo = mc2
Tanto en la formación de un núcleo a partir de los nucleones que lo forman como en una
reacción nuclear, las variaciones de masa y de la correspondiente energía interna que se
producen pueden ser muy grandes, lo que plantea la siguiente cuestión:
De modo que podemos expresarla como: mr· c2 + Ecr = mp· c2 + Ecp y de aquí obtener que:
Así pues: siempre que en una reacción nuclear la masa de los productos sea inferior a la
masa de los reaccionantes, la disminución de energía debida a esta disminución de masa se
transformará en un aumento de la energía cinética que, no olvidemos, es energía aprovecha-
ble para producir cambios. Esa energía cinética es la energía cinética de todos los productos
de la reacción (núcleos y, en su caso, otras especies posibles como, por ejemplo, fotones).
Física nuclear 400
A la cantidad m = (mr - mp) se la denomina defecto de masa del proceso. (No confundir
con un “incremento matemático” que siempre es “final – inicial”).
Así pues, siempre que el defecto de masa producido en una reacción nuclear sea una canti-
dad positiva (es decir, que mr > mp), podremos obtener energía (reacción exotérmica).
Cuando se mide individualmente la masa de los nucleones (protones y neutrones) que for-
man un núcleo, la suma de la masas individuales de todos ellos es mayor que la masa del
núcleo constituido por ese mismo número de nucleones. Eso significa que en el proceso de
unión de los nucleones para formar el núcleo se ha debido desprender (mediante radiación,
por ejemplo) una cantidad de energía igual a m·c2, siendo m, la diferencia entre la masa
de todos los nucleones libres y la del núcleo que forman.
¿Qué habría que hacer para producir el proceso contrario (descomponer un núcleo en los
protones y neutrones que lo forman)?
Lógicamente, para descomponer el núcleo separando todos los nucleones que lo forman será
necesario suministrar la misma energía que se ha desprendido en el proceso de su forma-
ción. Es por ello que a dicha energía se le denomina energía de enlace del núcleo en cues-
tión (cada uno se caracterizará por un valor de la energía de enlace, E b). Así pues:
Naturalmente, estas variaciones de masa no deben entenderse como que cambia el número
de nucleones, que siguen siendo los mismos aislados o integrando el núcleo.
Bastará manejar la expresión Ec = m·c2 pero si queremos trabajar en el sistema interna-
cional de unidades deberemos expresar la unidad de masa atómica en kg. Para ello hemos de
recordar que 1 mol de átomos de 12 C posee una masa de 12 g y contiene el número de Avo-
gadro de átomos (6‟02·1023), de modo que:
23. El 168 O tiene una masa atómica de 15’99491 u.m.a Determinad su energía de enlace
y su energía de enlace por nucleón en MeV. Datos: masa del protón 1’00783 u.m.a;
masa del neutrón 1’00867 u.m.a; masa del electrón 0’00055 u.m.a.
Física nuclear 401
Eb = (m nucleones – m núcleo)·c2
En ocasiones, por comodidad, se da como dato la masa total del átomo y no la del núcleo
Naturalmente, deberemos considerar la masa de los electrones y la masa total del átomo de
modo que:
Eb mp mn m e m at c 2
Para calcular el valor de Eb, hemos de hallar en primer lugar el defecto de masa producido
(en kg) y luego aplicar la expresión anterior.
m m m m
p n e at
= (8·1‟00783+8·1‟00867+8·0‟00055) -15‟99491= 0‟14149 u.m.a
Dado que 1u.m.a = 1‟660·10-27 kg (ved ejercicio 22), el defecto de masa producido en este
caso será: ∆m = 0'14149·1‟660·10-27 = 0'23487·10-27 kg.
2'111 10 11 6
10 = 131'77 MeV
1'602 10 19
También podríamos haber obtenido la energía de enlace de una forma más rápida, aplicando
directamente la relación entre un defecto de masa de 1 u.m.a y la variación de energía aso-
ciada al mismo en MeV (931'3 MeV), con lo que basta con realizar una multiplicación:
Para obtener la energía de enlace por nucleón hemos de dividir dicha energía entre el núme-
ro de nucleones que conforman el núcleo o número másico (A), de modo que:
98
24. La masa del núcleo de 42 Mo es 97’88310 y las masas del protón y neutrón son respec-
tivamente 1’00727 y 1’00867 (todas ellas en uma). Hallad la energía (en MeV) despren-
dida en la formación de un núcleo (Eb) a partir de sus nucleones aislados y en reposo.
Datos: una variación de masa de 1 uma equivale a una variación de energía de 931'5 MeV
En este proceso se produce una variación de la masa que nos permitirá conocer la variación
de la energía cinética mediante la expresión ya manejada anteriormente:
Ec = (m r - m p )·c2
En este caso:
Si suponemos que la energía cinética de los reactivos es despreciable y que los productos de
la reacción solo son las dos partículas que se forman, toda la energía anterior estará aso-
ciada al movimiento de esas dos partículas.
La energía anterior en julios es de solo 2‟8 · 10-12 J, un valor muy pequeño, lo que plantea
una duda importante: ¿A qué se debe entonces que se atribuya a las reacciones nucleares
una gran capacidad de “obtención” de energía útil?
El interés de las reacciones nucleares como proceso para obtener energía útil radica en que
si bien la energía anterior es muy pequeña, hay que tener en cuenta que corresponde a la
desintegración de un solo átomo de Litio. Podemos plantearnos:
En solo 70 g del isótopo 73 Li hay más de 6·1024 núcleos. Cuando se desintegre este número
de núcleos por bombardeo con protones se liberará una energía de:
en forma de energía cinética de las partículas . Podemos darnos cuenta de la enorme can-
tidad de energía que ello significa si pensamos que para obtener la misma energía quemando
carbón se necesitarían más de 500000 kg.
Física nuclear 403
Aunque este tipo de procesos eran conocidos desde 1930 lo cierto es que no se han utilizado
para obtener energía ya que era mayor la energía que se precisaba para conseguir que se
produjera el proceso que la que se obtenía a partir del mismo. Así en el ejemplo analizado,
para romper un solo núcleo de Li había que bombardear la muestra con más de 1 billón de
protones (que previamente es necesario acelerar empleando una energía), por lo que en con-
junto se tenía que gastar más energía que la que se producía.
26. ¿Cómo se explica que en un núcleo puedan permanecer a tan pequeñísima distan-
cia muchos protones, siendo que por tener todos ellos carga positiva se repelen?
En la actualidad sabemos que esa interacción existe (nuclear fuerte), aunque todavía no se
ha podido describir matemáticamente, de modo que no es posible explicar todas las propie-
dades del núcleo mediante la interacción nuclear. Entre los conocimientos que se tienen
sobre la interacción nuclear fuerte conviene destacar los siguientes:
-Son fuerzas atractivas mucho más intensas que las electromagnéticas pero de un alcance
muchísimo menor de tal modo que para distancias superiores a 1 Fermi (10 -15 m) son prácti-
camente despreciables.
-Son independientes de la carga del nucleón, por lo que se manifiestan igualmente entre
protones que entre neutrones o que entre protones y neutrones.
-Solo se dan entre los miembros de una familia de partículas denominadas hadrones (proto-
nes, neutrones, mesones, etc.).
28. Suponed que la fisión del 235U ocurre según: 235U + n 137Te + 97Zr + 2 n y que pa-
samos de energías de enlace por nucleón en el 235U de 7’6 MeV a energías del orden de
8’6 MeV para los núcleos del 137Te y del 97Zr resultantes. Calculad la energía total libe-
rada en la fisión del núcleo del 235U.
Eb/A
(MeV)
0
0 100 150 200 A
El cambio de energía que se produce en una reacción nuclear, viene dado por:
De acuerdo con dicha ecuación, siempre que m rmp podremos obtener energía.
Física nuclear 405
No obstante, el cambio energético en una reacción nuclear también puede ser expresado en
función de las energías de enlace de reaccionantes y productos.
Podemos hacer que en la ecuación Ec = (mr - mp)·c2 aparezca la energía de enlace si la
escribimos como:
Así pues:
Ec = Ebp - Ebr (2)
El resultado anterior permite comprender que en una reacción nuclear cuando la energía de
enlace por nucleón de los productos sea mayor que la de los reactivos, se trate de una reac-
ción exotérmica en la que se producirá un desprendimiento de energía. Siguiendo con este
razonamiento, la gráfica anterior nos sugiere dos procedimientos posibles para obtener
energía utilizable ¿Cuáles podrían ser?
Puede pensarse en fraccionar núcleos muy pesados (bombardeándolos con partículas lige-
ras) en otros más ligeros cuya energía de enlace por nucleón sea mayor, o por el contrario,
en unir núcleos ligeros para formar otros medios de mayor energía de enlace por nucleón.
En la práctica se han conseguido llevar a cabo ambos procesos y se les ha denominado, res-
pectivamente, fisión y fusión nuclear.
La fusión requiere elevadísimas temperaturas para producirse (hay que acercar núcleos lige-
ros a una distancia cortísima, venciendo la repulsión eléctrica, para que actúen las fuerzas
nucleares atractivas y se pueda producir la fusión), pero presenta la ventaja de que sus pro-
ductos no son radiactivos y que los reactivos (al contrario que en la fisión) son abundantes y
baratos. Este tipo de reacción nuclear es el que se produce en las estrellas. La energía que se
obtiene es superior a la que se produce mediante la fisión y, lo que es más importante, más
limpia, aunque todavía no se disponen de los medios técnicos necesarios para llevar a cabo
el proceso de forma industrial.
235
En el ejercicio se pide la energía utilizable que se obtendrá en la fisión de un núcleo de U
mediante la reacción:
235
U 01 n 137 Te 97 Zr 2 01 n
Física nuclear 406
Para evaluar dicha energía, según hemos explicado bastará con restar a la energía de enlace
de los productos la energía de enlace de los reactivos, de modo que:
29. Teniendo en cuenta los resultados de la actividad anterior, calculad la energía libe-
rada por 1 kg de 235U al fisionarse y las toneladas de carbón que se necesitan para libe-
rar la misma energía (1 kg de carbón de hulla proporciona al quemarse 8000 kcal).
30. Determinad la masa en kg de 235U que se ha de fisionar para obtener una bomba de
1 Mt (106 toneladas de trilita) sabiendo que 1 Mt (megatón) equivale a 5·10 18 J.
Si sobre una muestra de 235 U se lanzan neutrones térmicos, se iniciará el proceso de fisión
según el cual el núcleo se dividirá en dos y los neutrones que se producen en estas primeras
fisiones (tres por término medio en cada una) provocarán a su vez nuevas fisiones dando
lugar a lo que se denomina una “fisión en cadena” en la que se desprende una gran cantidad
de energía.
En las centrales nucleares, se produce una reacción nuclear de fisión en el reactor. Dicha
reacción se controla mediante unas barras de un material que absorbe neutrones, haciendo
que la energía que se desprende no sea excesiva y se pueda extraer para su utilización. Por
el contrario, en una bomba atómica, se busca un desprendimiento de energía lo más brusco
posible. Una forma de conseguirlo es utilizar dos masas de material fisionable inferiores el
valor crítico, pero que juntas lo superen, de forma que cuando se juntan (en el momento del
impacto) se desarrolle una reacción en cadena totalmente descontrolada, produciéndose un
brusco desprendimiento de una cantidad de energía enorme que provocará una onda térmica
y de presión. Conviene tener en cuenta también que tanto en las centrales nucleares como en
Física nuclear 407
las bombas atómicas se producen grandes cantidades de residuos radiactivos que estarán
activos durante mucho tiempo y que se dispersan en grandes extensiones (con efectos muy
nocivos sobre los seres vivos por las radiaciones que emiten) siendo la eliminación de estos
uno de los problemas más graves que tiene planteados la humanidad.
En el ejercicio se pide qué masa de 235 U hay que fisionar para obtener una bomba cuyos
efectos destructores inmediatos (después son todavía peores: alteraciones genéticas, mal-
formaciones, cánceres y contaminación radiactiva en grandes áreas, durante muchos años),
sean equivalentes a los de la explosión de 1000 millones de kg de trilita (5·10 18 J).
Como en el ejercicio 28 hemos obtenido que con un núcleo de 235 U se obtienen 226‟4 MeV,
será sencillo determinar el número de átomos necesarios para obtener 5·1018 J.
Otra forma de resolver el ejercicio hubiera sido a partir de los datos de energía de enlace por
nucleón en el deuterio (1 MeV) y en el Helio (7 MeV). ¿Cómo se procedería en ese caso?
Bastaría con restar la energía de enlace de los reactivos de la reacción, de la energía de enla-
ce de los productos, es decir:
Ec = Ebp - Ebr = 4·7- 4·1 = 24 MeV (el resultado no coincide totalmente con el anterior
porque los valores de las energías de enlace por nucleón utilizados son aproximados).
Para realizar el cálculo que se pide será necesario conocer el número N de núcleos de 42 He
que hay en un gramo de dicha sustancia y luego multiplicar N por el valor de la variación de
energía correspondiente a la formación de uno de dichos núclidos, es decir:
sol: 9‟6· 1010 J y 4‟2 · 1011 J (Se obtiene una energía 4 veces superior en la fusión).
Como sabemos, las plantas verdes absorben el CO2 del aire mediante el proceso de la fo-
tosíntesis. Los átomos de C de este compuesto son fundamentalmente de 126 C pero una pe-
14
queñísima parte (aproximadamente uno por cada billón) son de 6 C que es radiactivo y se
desintegra.
14
7 N 01n 146 C 11H
compensando así la desintegración del carbono (14). Esto hace que la proporción de este
isótopo en los seres vivos (plantas y animales que las ingieren) se mantenga constante. Sin
embargo cuando un ser vivo muere deja de reponer 146 C , por lo que la proporción de este
Física nuclear 409
núclido en sus restos va disminuyendo con el tiempo (al ir desintegrándose con un periodo
de 5370 años) y, en consecuencia, también lo hará su actividad.
Sabemos que la actividad de una muestra radiactiva viene dada por la expresión:
A = A0· e-t
A0
ln
ln A/A0 = -·t t A
En este ejercicio el hueso presenta una actividad A = 400 d/min. En el momento de morir el
ser al cual pertenecía dicho hueso, su actividad debía ser:
Este primer resultado nos muestra que el hueso debe tener más de 5730 años (tiempo que ha
de transcurrir para que el número de núclidos de 14 C (y por tanto su actividad) se reduzca a
la mitad.
A0 3000
ln ln
A = 400 ln 7'5
t = 16660 años
12905
' 10 4
12905
' 104
Conviene tener en cuenta que la determinación de la antigüedad con éste método sólo es
factible para muestras orgánicas (huesos, tejidos, restos de plantas, etc.) de menos de unos
50000 años. Ello se debe a que la cantidad de 14C presente en muestras anteriores a ese
tiempo es demasiado pequeña como para poder hacer medidas aceptablemente precisas.
Para objetos más antiguos, en ocasiones se recurre a otros radioisótopos que tengan un pe-
riodo de semidesintegración mucho mayor. Éste es el caso, por ejemplo, del 238U ( cuyo pe-
riodo es T = 4510 millones de años). Podemos pensar en la formación de una roca hace mi-
llones de años a base de la solidificación de un material fundido en el que había presente
una cierta cantidad del radioisótopo anterior. Éste es muy pesado y queda fijado a la roca
para lentamente ir produciendo una serie de desintegraciones hasta llegar al isótopo estable
Física nuclear 410
del plomo Pb-206. Hallando la razón existente entre el Pb-206 y el U-238 los científicos
pueden determinar aproximadamente los años que hace desde que la solidificación tuvo
lugar (instante t = 0). El U-238 antes de la solidificación también producía Pb-206 pero éste
(más ligero que el U-238) se escapó del magma hirviente de modo que sólo comienza a fi-
jarse en la roca a partir de que ésta solidifica.
De esta forma se ha podido determinar que la edad de las rocas más antiguas de la Tierra es
del orden de 4000 millones de años. También se ha podido comprobar que la edad de las
rocas más antiguas que contienen fósiles procedentes de mamíferos es de unos 200 millones
de años. Todo ello suministra información muy valiosa respecto a cuándo se formó la Tierra
y cuando aparecieron determinadas especies de animales.
34. El 40
19 K radiactivo se desintegra trans-
40
formándose en 18 Ar estable. El contenido en
40
19K de ciertas rocas puede ser utilizado para
averiguar la fecha de su formación (mientras
el material estaba fundido todo el Ar que se
40
producía por desintegración del 19 K se esca-
paba, pero en cuanto se solidificó dando lu-
40
gar a la roca, el 18 Ar fue quedando retenido
en ella).
Sabiendo que en una roca la proporción de Ar/K actualmente es de 5·10 -3, determinad
si es posible que un dinosaurio tropezase alguna vez con esa roca. (Considerad que los
dinosaurios se extinguieron hace unos 60 millones de años).
Para resolver este ejercicio supondremos que en el momento de formarse la roca había N 0
átomos de 40 K y ninguno de Ar. Debido a la desintegración que sufre el potasio radiactivo,
el número de núclidos de 40 K irá disminuyendo mientras que el de Ar irá aumentando ya
que por cada átomo de 40 K que desaparezca se formará un átomo de Ar. La ley de desinte-
gración que gobierna este proceso es:
N = N0 · e t
-
N0 N
que en la actualidad vale, según se dice en el enunciado: 5·10 -3.
N
Física nuclear 411
Para conocer el tiempo t necesario para que se de esta proporción podemos partir de las
ecuaciones:
N0 N
= 5·10-3
N
N = N0 · e t
-
N0
De la segunda ecuación, tomando logaritmos neperianos obtenemos: ln t
N
1 N0
De donde t ln .
N
N0
Despejando ahora en la primera ecuación: 1 5 103 1'005
N
1 N0 1
Sustituyendo en la expresión anterior: t ln = ln1' 005
N
1 N0 1
t ln = t ln1'005= 9'356 10 6 años
N 5'3 10 10
Por tanto, ningún dinosaurio pudo tropezar nunca con la roca ya que esta se formó mucho
después de que se extinguieran.
60
36. ¿Qué utilidad tiene el 27 Co en medicina nuclear?
El daño que las radiaciones producen en los seres vivos se debe a la ionización que provo-
can al atravesar las células en las sustancias que las constituyen, que hace que el funciona-
miento normal de esas células se vea alterado. En general se pueden diferenciar dos casos:
a) La irradiación no es demasiado intensa: Las células afectadas seguirán viviendo aunque
serán defectuosas y al reproducirse de forma anómala pueden provocar procesos cancerosos.
Física nuclear 412
b) La irradiación es muy intensa: Las células irradiadas mueren. Esto, en sí mismo, puede
no ser importante ya que el organismo tiene capacidad para reemplazarlas, aunque si la do-
sis afecta a un número demasiado elevado de células puede suceder que el organismo no
pueda recuperarse y muera.
Los seres vivos estamos sometidos a radiaciones de diverso origen: cósmico, terrestre, algu-
nas pruebas médicas, contaminación radiactiva procedente de reacciones nucleares artificia-
les (centrales, bombas, etc.) y si el nivel de radiación aumenta demasiado podemos padecer
graves enfermedades (por ejemplo, cáncer de piel debido a las radiaciones solares). No obs-
tante, algunas radiaciones se utilizan, precisamente, para combatir el cáncer. Para ello se
recurre a irradiar las células cancerosas con radiación muy energética con el fin de destruir-
las (el problema está, actualmente, en que también se destruyen otras sanas).
La radiación más utilizada con fines médicos por su poder de penetración es la radiación
60
(muy energética). Para su obtención suele utilizarse como fuente el 27 Co (que se produce
fácilmente en los reactores nucleares según el proceso: 59
27 Co 01n 27
60
Co ). Este núclido es
radiactivo y se descompone según:
60
27 Co 28
60
Ni 01 e
-2
88 Ra produce al cabo de 1 día 1’08·10
37. Una muestra de 100 g de radio 276 cm3 de
helio (medido en condiciones normales de presión y temperatura). Determinad el valor
del número de Avogadro NA, sabiendo que 1 g de 276 88 Ra emite 3’4·10
10
partículas
cada segundo.
226
88 Ra 222
86 Rn 42 He .
De la relación anterior está claro que NA = N/n de modo que lo que hay que hacer es deter-
minar N y n.
V(l)
n 1
= 1‟08·10-5/22‟4 = 4‟82·10-7 moles de 42 He
22' 4(l mol )
Por otra parte, como en el enunciado nos dicen que 1 g de Ra emite 3‟4·10 10 partículas
cada segundo, en un día (86400 s) 100 g emitirán:
¿Cuánto tiempo tardaría el Sol en agotarse si continuara radiando a ese ritmo? (Admi-
tid que los protones constituyen la mitad de la masa del Sol y que ésta vale aproxima-
damente 2·1030 kg).
La potencia nos proporciona el valor de la energía emitida por el Sol cada unidad de tiempo.
Si suponemos que la potencia se mantiene siempre constante, podemos calcular su valor
como P = E/t de modo para saber en cuanto tiempo se emitirá una cierta cantidad de
energía, bastará despejar el tiempo de la ecuación anterior: t = E/P.
¿Cómo podemos saber el tiempo en que tardaría el Sol en dejar de irradiar de acuerdo con
las condiciones expuestas en el enunciado?
Si conocemos la masa de hidrógeno existente en el Sol (1030 kg) podemos calcular el núme-
ro de núcleos de hidrógeno existentes y a partir de este obtener la energía total que podrá
emitir, correspondiente a las reacciones de fusión de todos esos núcleos de hidrógeno (espe-
cificada en el enunciado). Una vez que tengamos este dato, bastará dividir por la potencia,
para tener el tiempo que se pide.
m
N = n·NA = NA
M
N
La energía total que se podría liberar sería por tanto: E T = E
4
m 1030 103
NA E ' 1019
6'02 1023 26'7 106 16
t M = 1 =1‟6·1017 s = 5‟1·109 años
4P 4 4 1026
Así pues, de acuerdo con los cálculos anteriores al Sol le quedarían todavía unos 5000 mi-
llones de años de vida.
ANEXO: VECTORES
Se entiende por vectores componentes de un vector dado, el conjunto de vectores cuya suma
da como resultado dicho vector. De acuerdo con esto, un vector cualquiera admitirá ser ex-
presado como suma de otros vectores, de infinitas formas distintas. Así, por ejemplo, el vec-
tor h de la figura adjunta, se puede expresar como:
hab h
c
b
hcde e
a
d
y de tantas otras formas como queramos imaginar, con la única condición de que la suma de
los vectores seleccionados de h .
¿Quiere esto decir que, en el caso que se plantea en este ejercicio, el vector s puede ser
descompuesto en infinitas formas distintas?
Digamos, en principio, que si, pero démonos cuenta que en el enunciado se añaden condi-
ciones que, sin duda, restringen estas posibilidades. En efecto, como nos señalan dos direc-
ciones, ello nos limita a que sean dos vectores cuyas direcciones están predeterminadas, de
modo que, como podrá comprenderse, sólo habrá una forma posible.
Podemos aplicar la regla del paralelogramo que consiste en colocar los dos vectores (sin
cambiarlos) con origen común y trazar la diagonal del paralelogramo que forman:
416 Vectores
Para obtener las coordenadas del vértice D, podemos considerar la pareja de vectores AB y
CD que se caracterizan por tener igual módulo, dirección y sentido, es decir: AB = CD. Esto
hace que ambos vectores tengan las mismas componentes escalares. Por otra parte, las com-
ponentes escalares de cualquier vector pueden obtenerse restando a las coordenadas de su
extremo las de su origen, por lo que realizando esta operación con los vectores AB y CD e
igualando, podremos determinar las coordenadas del vértice D.
CD = (Dx-Cx) i + (Dy-Cy) j + (Dz-Cz) k ; AB = (Bx-Ax) i + (By-Ay) j + (Bz-Az) k ,
como CD = AB, las componentes escalares han de ser las mismas, por lo que podemos igua-
larlas y despejar:
Dx - Cx = Bx - Ax Dx = Bx - Ax + Cx = 2 + 1 = 3 m
Dy - Cy = By - Ay Dy = By - Ay + Cy = -1 - 3 - 3 = -7 m
Dz - Cz = Bz - Az Dz = Bz - Az + Cz = 5 -2 - 4 = -1m
Por tanto, las coordenadas del punto D son (3, -7, -1) m.
4. ¿Cómo podemos hallar los ángulos directores (ángulos que un vector forma con ca-
da uno de los ejes) cuando expresamos un vector en sus componentes cartesianas?
Pensemos, por ejemplo, en la posición de un objeto que se desplaza por el espacio. En ese
caso podemos localizarlo mediante un vector de posición r cuyas componentes escalares
cartesianas van cambiando con el tiempo. La representación gráfica es la siguiente:
Z(m
) z
r x2 y 2 z 2
r
k
j
i y Y(m
)
90º
x
X(m) x2 y 2
En cuanto a la dirección del vector, ésta (al igual que ocurría cuando nos limitábamos a re-
presentar los vectores en el plano XY), se expresa mediante los ángulos directores (α, ß, ).
En la figura siguiente hemos representado tales ángulos:
Z(m)
z
90º
r
k
90º
y Y(m)
i j
X(m)
x y z
De la figura anterior queda claro que: cos ; cos ; cos
r r r
O lo que es equivalente: x r cos ; y r cos ; z r cos
Naturalmente, todo lo que hemos dicho aquí respecto al vector de posición r , es también
válido para cualquier otro vector que se represente en los ejes cartesianos.
Vectores 419
F3 = 15 N
5. Calculad la fuerza resultante del conjunto de
fuerzas coplanarias representadas en la figura
adjunta.
110º
F1 = 10 N
45º
F2 = 7 N
Para superar el inconveniente anterior, deberemos sumar los vectores analíticamente. Para
ello, es necesario expresar, previamente, los vectores en componentes. Si no nos dan, como
será habitual, un sistema de coordenadas cartesianas al que podamos referirnos, será conve-
niente escoger uno tal que el cálculo de las componentes de los vectores sea lo más sencillo
posible (lo que se puede lograr haciendo que sus ejes coincidan con el mayor número posi-
ble de vectores). Así en este caso podríamos hacer:
Ahora, fijándonos en los ángulos que cada vector forma con los semiejes positivos (ángulos
directores), podemos expresar fácilmente cada uno de los tres vectores de forma analítica,
en componentes cartesianas:
F1 F1x i F1y j F1z k F1 cos 0º i F1 cos 90º j F1 cos 90º k
F2 F2 x i F2 y j F2 k F2 cos 45º i F2 cos 135º j F2 cos 90º k
F3 F3x i F3y j F3 k F3 cos110º i F3 cos 20º j F3 cos 90º k
420 Vectores
Fres x 9 '82
cos = 0'73 ; de donde = arc cos 0‟73 = 43º
Fres 13'42
Fresy
cos 0'68; de donde = arc cos 0'68 = 47º
Fres
Fresz
cos = 0; de donde = arc cos 0º = 90º
Fres
+ + +
XOY, formando un ángulo = 43º con Ox , de = 47º con Oy y de = 90º con Oz (ángu-
los directores).
6. Dado el vector a = 2 i + 4 j + 3 k , se pide:
10 20 15
Sol: b) a = 29 ; c) = 68‟2º, = 42‟0º, = 56‟1º; d) , ,
29 29 29
sol: T ( 0, 20) N (según un sistema de coordenadas en
el que el eje Y coincida con la vertical y sentido positivo
hacia arriba).
8. Si al cuerpo
del ejercicio anterior se le aplica una
fuerza F horizontal, pasa a ocupar la situación de
equilibrio que se aprecia en la figura de la derecha
¿Qué valores presentan tanto la tensión de la cuerda
como la fuerza aplicada? 30º
F
¿Que tendrá que ocurrir con la fuerza resultante que actúa sobre la esfera?
Dado que la esfera permanece en equilibrio, la resultante de todas las fuerzas que se ejercen
sobre la misma debe de ser nula, es decir:
422 Vectores
Fres P T F 0
En principio, podría parecer que la ecuación anterior es insuficiente para poder resolver el
problema ya que hay dos incógnitas. Sin embargo, conviene tener en cuenta que, como
ecuación vectorial que es, se puede descomponer en tres ecuaciones escalares, de donde
podríamos despejar T y F. Para ello, lo primero que hemos de hacer es elegir un sistema de
coordenadas apropiado y a continuación expresar los vectores fuerza en función de sus
componentes y proceder a sumar analíticamente:
30º
T
F
X
P
P = (Px, Py) = (P cos 90º, P cos 180º) = (0, -20) N
T = (Tx, Ty) = (T cos 120º, T cos 30º) = (-0‟5 T, 0‟87 T) N
F = (Fx, Fy) = (F cos 0º, F cos 90º) = (F, 0) N
Sumando las tres ecuaciones anteriores obtendremos la expresión de la fuerza resultante que
actúa sobre la esfera, que como ya hemos dicho ha de valer 0. Por tanto:
Fres = (-0‟5 T + F, -20 + 0‟87 T) = 0
0'5 T F 0 20
Resolviendo sale que T = 23 N y que F = 0'5 T = 11'5 N
20 0'87 T 0 0'87
9. Si la fuerza F presente en el ejercicio anterior tuviese un módulo de 23 N ¿cuál sería
el ángulo de equilibrio?
sol: 48‟80
Vectores 423
10. Si un cuerpo de 2 kg de masa se suspende del techo mediante dos cuerdas de forma
que queda en equilibrio en la situación de la figura ¿cuál es el valor de la tensión de
cada cuerda?
20º 30º
sol: T1 = 24,5 N ; T2 = 22,7 N
sol: T2 = 342‟4 N
a
12. Los vectores representados en la figura adjunta tienen
de módulo: a = 6 y b = 3 (ambos en unidades internaciona-
les). Sabiendo que el triángulo es equilátero, determinad el b
vector suma s a b . Expresad el vector suma en módulo
y dirección.
Observemos que como el triángulo es equilátero, los dos vectores forman un ángulo de 60º
con OX+. Conociendo este dato y el módulo de dichos vectores, es fácil obtener sus compo-
nentes cartesianas.
Otra cuestión de interés es prever la orientación del vector suma s a b .
Dada la simetría existente en la figura es fácil darse cuenta que si ambos vectores tuviesen
el mismo módulo, el vector suma debería encontrarse
sobre el eje X y estar dirigido hacia la
derecha. Como el vector a es mayor que el b , hemos de pensar -antes de hacer ningún
cálculo- que el vector suma s a b tendrá una orientación más próxima al primero que al
segundo.
a = (ax, ay) = (a cos 60º, a cos 30º) = (6·0‟5, 6·0‟87) = (3, 5‟22) U.I.
b = (bx, by) = (b cos 60º, b cos 150º) = (3·0‟5, - 3·0‟87) = (1‟5, -2‟61) U.I.
s a b = (3, 5‟22) + (1‟5, -2‟61) = (4‟5, 2‟61) U.I.
expresión s sx2 sy2 con lo que nos queda que s 4'52 2'612 = 5‟2 U.I.
s x 4'5
cos 0'87 de donde = arc cos 0' 87 = 30º
s 5' 2
sy 2' 61
cos 0'5 de donde = arc cos 0' 5 = 60º
s 5' 2
Así pues el vector suma s a b es el vector s 4'5, 2'61 U.I. se encuentra en el plano
XOY, forma un ángulo de 30º con el semieje OX+ y de 60º con OY+ y su módulo es de 5‟2 U.I.
13. Un cuerpo de masa m se desliza libremente por un plano inclinado que forma un
ángulo con la horizontal. Sabiendo que no existe rozamiento, expresad la fuerza
ejercida por el plano sobre el cuerpo y la fuerza resultante que actúa sobre el mismo,
en función de su peso P y de .
Para resolver este problema conviene realizar en primer lugar un esquema en donde figuren
todas las fuerzas que actúan sobre el cuerpo cuando este se desliza por el plano, junto con
Vectores 425
un sistema de referencia que nos permita expresarlas fácilmente en función de sus compo-
nentes cartesianas.
Debido a la interacción existente entre el cuerpo y la superficie sobre la que este desliza,
dicho cuerpo ejerce una fuerza N sobre el plano y a su vez el plano ejerce otra fuerza de
igual valor y sentido contrario R sobre el cuerpo. Se trata de una pareja acción-reacción, en
la que cada fuerza se ejerce sobre un cuerpo distinto y ambas se encuentran sobre la misma
línea de acción (perpendicular al plano), aunque en el dibujo hemos desplazado N para ma-
yor claridad.
A causa de la interacción entre el cuerpo y la Tierra, ésta ejerce una fuerza de atracción P
sobre aquél y el cuerpo ejerce otra del mismo valor y sentido contrario sobre la Tierra (que
no hemos dibujado).
Así
pues,
en la situación descrita en el enunciado, sobre el cuerpo sólo actúan dos fuerzas:
R y P . Dado que la trayectoria que sigue el cuerpo es rectilínea, la fuerza resultante que
actúa sobre él tiene que ser en la dirección del plano. Analizando la figura, se comprende
que dicha fuerza estará dirigida hacia la base del plano (sin importar que el cuerpo esté su-
biendo o bajando) y que es la responsable de la aceleración que el cuerpo experimenta (as-
cienda cada vez más despacio o descienda cada vez más aprisa).
Podemos calcular la fuerza resultante que actúa sobre el cuerpo haciendo: Fres P R . En
la ecuación anterior, conocemos P en módulo y dirección, aunque de Fres y R sólo conoce-
mos su dirección. En consecuencia, las incógnitas serán Fres y R, que es lo que vamos a tra-
tar de poner en función de P y , tal y como se nos pide en el problema. Para ello expresa-
remos los vectores fuerza en forma analítica (según el sistema de referencia escogido) y
procederemos a calcular la expresión de la fuerza resultante:
426 Vectores
P P cos i P cos (90º ) j
R R cos 90º i R cos 0º j R j
Fres Fres i
Teniendo en cuenta que los ángulos y son complementarios (sumados dan 90º), pode-
mos escribir que cos = sen . Por otra parte al ser los ángulos (90º + ) y , suplementa-
rios (sumados dan 180º), podemos escribir que cos (90 + ) = -cos , con lo que nos queda:
P P sen i P cos j y sumando con R , nos sale:
Fres P R P sen i R P cos j Fres i . Descomponiendo la igualdad vectorial
en dos escalares, tendríamos:
P·sen = Fres
R- P·cos = 0
Para dibujar cada una de las fuerzas que actúan sobre los cuerpos de la figura, hemos de
analizar cuáles son las interacciones más relevantes en las que intervienen. Considerando el
sistema formado por A, B, M y la Tierra, podemos escribir:
Vectores 427
Mediante consideraciones
similares, podemos justificar la existencia de las restantes fuerzas
gravitatorias PB y PM (ved figura siguiente).
b) Interacciones
(no gravitatorias) existentes entre los cuerpos: El cuerpo A ejerce una
fuerza N BA sobre el cuerpo B y éste hace otra fuerza RAB sobre el A. Ambas se encuentran
sobre la misma línea de acción aunque a menudo (como se ha hecho aquí) se separe una de
ellas para poder distinguirlas con claridad, tienen el mismo módulo y sentidos contrarios.
¿La fuerza N BA (fuerza que sobre B hace A) es el peso PA ?
Mucha gente pensaría que la fuerza que hace el cuerpo A sobre el B es el peso PA . Aunque
en los problemas sobre dinámica volveremos a tratar esta cuestión, podemos adelantar ya
que se trata de dos fuerzas distintas (en ciertos casos, como el que nos ocupa, ni siquiera
tienen el mismo valor) ya que corresponden a dos interacciones de diferente naturaleza:
PA es la fuerza con que la Tierra atrae al cuerpo A, es de naturaleza gravitatoria y actúa
sobre el cuerpo A.
N BA es la fuerza que sobre B ejerce el cuerpo A, no es gravitatoria (aunque A y B se atraen
gravitatoriamente, esa fuerza es despreciable frente a las restantes y se ignora) y se ejerce
sobre el cuerpo B.
El cuerpo B, interacciona no solo con el A sino también con la mesa M, de manera que la
fuerza que sobre M hace
B hade tener el mismo valor y sentido contrario que la que sobre
B hace M, es decir: N MB RBM . La mesa M interacciona también sobre el suelo de modo
que podemos escribir: N SM RMS (fuerza que sobre el suelo hace la mesa igual y de senti-
do contrario que la fuerza que sobre la mesa hace el suelo).
En la figura que viene a continuación hemos representado (no a escala) las fuerzas que aca-
bamos de enumerar, incluyendo también un sistema de coordenadas cartesianas para expre-
sar analíticamente los vectores representativos de dichas fuerzas:
428 Vectores
¿Cómo podemos calcular el valor de las fuerzas que actúan sobre cada cuerpo?
Analizando los resultados anteriores nos damos cuenta que el valor de la fuerza que sobre A
hace B, es de 15 N (inferior a su peso) y que dicha fuerza sumada a la fuerza exterior de 10
N, es la que equilibra al peso del cuerpo A (25 N), de forma que la resultante de todas las
fuerzas que actúan sobre A es 0 (lo cual explica que si estaba en reposo, continúe estándo-
lo). Análogas consideraciones podemos hacer respecto a B y respecto a M.
15. En la figura adjunta los vectores tienen de módulos a = 9·107 y b = 3·107 (ambos en
unidades internacionales). Obtened el vector suma, su módulo y ángulos directores.
6 cm a
8 cm X
sol: s (7'2 10 7 , 2'4 10 7 ) U.I.; s = 7‟6· 107 U.I.; = 18‟2º ; =108‟4º ; = 90º
16. Dado el vector a 3i 2 j 4k calculad el vector h 6 a y comprobad que
h = 6a y que la dirección y sentido de h coinciden con las de a .
Sol: h 18i 12 j 24k
17. Dado el vector a representado en la figura adjunta, determinad sus componentes
sabiendo que su módulo vale 1’5. (Todos los datos en unidades internacionales).
430 Vectores
En este problema nos piden que calculemos las componentes de un vector, del que conoce-
mos su módulo, sabemos que se encuentra en el plano XOZ y que tiene la dirección y senti-
do indicados en el dibujo.
¿Cómo se pueden calcular las componentes del vector a ?
Una posibilidad es utilizar las expresiones a x a cos y a z a cos (ay = 0). Para
poder aplicar este método tendríamos que conocer el valor de los ángulos directores a partir
de los datos que se nos dan en el problema y esto, en general, en el espacio presenta cierta
dificultad.
Otra forma, más cómoda, de enfocar el problema consiste en expresar el vector PQ en fun-
ción de sus componentes cartesianas. Dicho vector no es el a , pero tiene su misma direc-
ción y sentido, de manera que si dividimos PQ por su módulo, obtendremos un vector uni-
tario u de la misma dirección y sentido que a , después, bastará multiplicar dicho vector
unitario por el módulo de a , para tener resuelto el problema. Utilizaremos este segundo
método por su mayor sencillez:
El vector PQ se puede expresar de forma analítica sin más que restar las coordenadas del
punto P (origen) de las coordenadas del punto Q (extremo):
PQ 32 42 25 5 U.I.
PQ 3, 0,4
u 0'6, 0, - 0'8 U.I.
PQ 5
Luego el vector a será a = a · u = 1‟5 · (0‟6, -0‟8) = (0‟9, -1‟2) U.I.
18. Dado el vector: a 3i 2 j 3k , determinad el vector de igual dirección, sentido
contrario y módulo 4.
19. Dados los vectores: a i 2 j 3k y b i 2 j 5k , calculad su producto esca-
lar y la proyección de a sobre b .
sol: a • b 12 ; proyección =12/ 30
20. Dados los vectores: a 2i j 3k y b i j , calculad el ángulo que forman
entre sí.
sol: 55‟40
21. Demostrad que a 2i 4 j k y b 3i j 2k son perpendiculares.
Vectores 431
22. Calculad un vector unitario que sea perpendicular al plano definido por los vecto-
res concurrentes: a i j k y b i 2 j 3k .
Hemos de obtener un vector que cumpla dos condiciones: que sea perpendicular al plano
formado por otros dos y que tenga de módulo 1. Para que cumpla la primera, basta con efec-
tuar el producto vectorial de los dos vectores que figuran en el enunciado, c a xb ya que
siempre que se realiza este tipo de producto entre dos vectores se obtiene un vector perpen-
dicular al plano en el que están contenidos ambos. En cuanto a la segunda condición, solo
habrá que dividir el vector c por su propio módulo.
i j k
c a x b 1 1 1 ( 3 2) i (3 1) j (2 1) k 5 i 2 j 3 k
1 2 3
c 5i 2 j 3k 5 2 3
u i j k
c 38 38 38 38
¿Cómo podríamos analizar el resultado para comprobar que el vector obtenido es efecti-
vamente perpendicular a los otros dos?
Podemos utilizar el producto escalar entre el vector u y los vectores a y b :
Como u • a = u · a · cos ( es el ángulo que forman u y a ) si u y a son perpendiculares
su producto escalar tendría que ser 0 (y análogamente con el vector b).
En efecto:
u • a 5 / 38, 2 / 38 , 3 / 38 • 1, 1, 1 5 / 38 2 / 38 3 / 38 0
Análogamente ocurrirá si efectuamos el producto escalar u • b
23. Dados los vectores concurrentes: a i 2 j 3k U.I y b i 5 j 2k U.I., calcu-
lad la superficie del paralelogramo que determinan.
24. Hallad el producto escalar a • b , el módulo del vector c a x b , y representad dicho
vector c , en cada uno de los siguientes casos (en todos ellos a = 3 y b = 4 ):
4º) 5º)
a
150º
a b
b
En primer lugar contribuye a comprender las diferencias existentes entre el producto escalar
y el producto vectorial.
Para resolver el problema hay que tener presentes las formas de calcular el producto escalar
y vectorial en función de los módulos y del ángulo que forman los dos vectores que se mul-
tiplican (para lo cual es conveniente situarlos con origen común):
Producto escalar: a • b = a · b · cos
Producto vectorial: c a x b ; vector de módulo c = a · b · sen ; dirección perpendi-
cular al plano formado por a y b y sentido según el avance de un tornillo que girase en el
mismo sentido que resulta de llevar a sobre b por el camino más corto.
A continuación resolveremos y comentaremos brevemente cada uno de los cinco casos pro-
puestos.
1º)
a b a • b = a · b · cos = 3 · 4 · cos 0º = 12
c a x b = 0 porque c = a · b · sen = 3 · 4 · sen 0º = 0
Vectores 433
Vemos que el producto vectorial de dos vectores paralelos ( = 0) es nulo, mientras que el
escalar toma su valor máximo (ya que cos = cos 0º = 1). Puede utilizarse para comprobar
si dos vectores son paralelos.
2º) a
30º a • b = a · b · cos = 3 · 4 · cos 30º = 10‟39
b c = a · b · sen = 3 · 4 · sen 30º = 6
Aquí conviene darse cuenta de que cuando se determina el sentido del vector c , es necesa-
rio que, si no lo están ya, se dispongan los dos vectores de forma que tengan un origen
común trasladando uno de ellos (manteniendo su módulo, dirección y sentido). Esto es lo
que se ha hecho
aquí con el vector a que se ha desplazado hasta que su origen ha coincidido
con el de b .
3º)
a
90º a • b = a · b · cos = 3 · 4 · cos 90º = 0
b c = a · b · sen = 3 · 4 · sen 90º = 12
En este caso el producto escalar es nulo, mientras que el módulo del
vector c a x b toma su valor máximo. Puede utilizarse para compro-
bar si dos vectores son perpendiculares.
c
4º)
150º a • b = a · b · cos = 3 · 4 · cos 150º = -10‟39
b a c = a · b · sen = 3 · 4 · sen 150º = 6
En este caso al llevar a sobre b por el camino más corto (una vez que hemos comprobado
que ambos vectores tienen el mismo origen), vemos que equivale al movimiento de extraer
un tornillo, de modo que el vector c, se dirige ahora hacia arriba.
También hay que resaltar que cuando el ángulo es mayor de 90º, el producto escalar sale
negativo, como ocurre en este caso:
5º) 180º
a
b a • b = a · b · cos = 3 · 4 · cos 180º = -12
c = a · b · sen = 3 · 4 · sen 180º = 0
434 Vectores
En este último caso, podemos comprobar que cuando el ángulo es de 180º (vectores opues-
tos), el producto escalar toma el valor máximo negativo, y el vectorial es nulo.
Así pues, el módulo del producto vectorial de dos vectores que mantengan sus módulos
constantes, varía con el ángulo existente entre ambos vectores (dispuestos con origen
común) entre un valor mínimo de 0 (para un ángulo de 0º o 180º) y un valor máximo igual
al producto de sus módulos a · b (para un ángulo de 90º), sin que se den valores negativos
(el módulo de un vector no puede ser negativo).
En cuanto al producto escalar de dos vectores a y b , éste oscila entre un valor máximo da-
do por a · b cuando el ángulo es 0 (vectores paralelos) y un valor mínimo que es el ante-
rior pero negativo (- a · b) cuando el ángulo es de 180º, pasando por el valor 0 en el caso de
que sean perpendiculares.
25. Suponiendo que los vectores a y b del ejercicio número 2, representen fuerzas
(medidas en N), calculad el momento de cada uno de dichos vectores respecto del pun-
to de coordenadas: (1,-1,0) m.
sol: Ma 25i 10 j 7k N·m; Mb 0
Consideremos un vector a aplicado en un punto O y el mismo vector desplazado hasta otro
punto O‟ de su misma recta de aplicación.
¿Cuál sería la expresión del momento de dicho vector respecto del punto P en cada uno de
esos puntos?
Para el punto O, tendríamos que : M O PO x a
Para el punto O‟ tendríamos que: M O ' PO' x a
Como los vectores O' O y a tienen la misma dirección, su producto vectorial ha de ser nulo
y por tanto nos queda que:
M O PO ' O' O a PO' a M O' tal y como queríamos demostrar.
27. Dados los vectores de la figura y sabiendo que el módulo de a es 77 / 4 N, de-
terminad: a) Cosenos directores de b . b) Vector a en componentes. c) Ángulo forma-
do por los vectores a y b . d) Momento de b respecto al punto Q (-1, 5, 2) m.
29. Sabiendo que el vector r es función del escalar t en la forma: r (t2, -t, 2t-1) m (si
t en s); determinad la función: d r /dt.
30. Dado el vector a 3t 2 i 5 j 2t k , se pide:
da
a) Obtened el vector
dt
b) Ángulo que forman entre sí ambos vectores para t = 1.
da
sol: = (6t, 0, -2); = 55‟6º
dt
31. Demostrad que si un vector v cambia continuamente con el tiempo, pero su módulo
dv
permanece constante en todo momento, el vector a y el vector v han de ser per-
dt
pendiculares.
Un vector viene definido por un módulo, una dirección y un sentido, de modo que cuando
cambia alguno de estos tres elementos lo que se tiene es otro vector diferente del primero.
movimiento circular uniforme, tal y como se representa en la figura siguiente (en donde se
ha dibujado el vector velocidad para cuatro posiciones distintas):
32. Dado el vector r R cos wt i sen wt j
dr
a) Calculad el módulo de r y también el vector
dt
b) Ángulo que forman r y dr / dt
Si r R cos wt i sen wt j lo representamos en unos ejes XOY, tendremos:
r
Rsenwt
wt
Rcoswt X
Se trata pues de un módulo constante y por tanto, el extremo del vector que hemos dibujado
en la figura anterior, describe una trayectoria circular, de modo que aunque su módulo no
varíe, el vector sí que cambia con el tiempo. Como r es constante, su derivada temporal dr/dt
será 0.
dr
Podemos calcular: Rw sen wt i Rw cos wt j .
dt
dr
Como r es constante, los vectores r y tienen que ser perpendiculares (tal y como hemos
dt
visto en el problema anterior).
R cos wt i sen wt j · ( Rw sen wt i Rw cos wt j )
dr
r•
dt
dr
r• = R2 w cos(wt) sen(wt) - R2 w cos(wt) sen(wt) = 0.
dt
dr dr
Como r • =r· · cos = 0,
dt dt
nos queda que cos = 0 y por tanto los dos vectores son perpendiculares.
33. ¿Cómo se puede expresar un vector en sus componentes intrínsecas? ¿En qué casos
interesa trabajar con los vectores expresados en dichas componentes?
En el caso de objetos que se mueven siguiendo una trayectoria previamente conocida como,
por ejemplo, un coche por una carretera o el movimiento circular de un satélite alrededor de
la Tierra, puede interesarnos expresar los vectores en función de dos nuevos vectores bási-
cos unitarios: uno tangencial, que designaremos por y que siempre es tangente a la tra-
yectoria y en el sentido positivo (valores de “e” crecientes), y otro perpendicular, que desig-
naremos por n y que siempre es perpendicular a la trayectoria y en el sentido escogido co-
mo positivo. En el caso de que la trayectoria sea curva, se conviene que el sentido positivo
de n sea, precisamente, señalando hacia el centro de la curva (si es una recta es arbitrario).
En los dos ejemplos siguientes se representa el caso de dos cuerpos que están moviéndose
según una trayectoria curva. El de la izquierda va cada vez más aprisa, mientras que el de la
derecha va cada vez más despacio. En cada uno de los esquemas se ha escogido (arbitrariamen-
te) como sentido positivo de la trayectoria el del movimiento y se han dibujado los vectores
unitarios y n , junto con el vector v (velocidad) y el vector a (aceleración) en cada caso.
Si nos damos cuenta, el vector aceleración puede ser expresado en los dos casos en función de
sus componentes intrínsecas (aceleración tangencial y aceleración normal) a at an n en
donde las componentes at y an son escalares.
De acuerdo con los esquemas utilizados el módulo del vector a se puede calcular como:
440 Vectores
a at2 an2
34. Una persona arrastra por el suelo un trineo de 500 kg mediante una cuerda que
forma un ángulo de 30° con la horizontal. Sabiendo que el trineo se desplaza con mo-
vimiento rectilíneo y uniforme y que la fuerza de rozamiento vale 897 N, determinad
las fuerzas actuantes sobre el mismo en componentes intrínsecas.
La fuerza peso ejercida por
la Tierra, la fuerza que hace la cuerda T , la fuerza de rozamien-
to Fr y la fuerza normal R que ejerce el plano. Estas son pues las fuerzas que hemos de de-
terminar. Para ello hemos de tener en cuenta que:
El trineo se desplaza con movimiento rectilíneo y uniforme y, en consecuencia no habrá
aceleración (vector) por lo que la fuerza resultante sobre el trineo será nula:
Fres P + T + Fr + R = 0
R T n
Fr (+)
30º
O
P
Como puede verse se han dibujado los vectores unitarios desplazados a la derecha para no
complicar la figura. De acuerdo con el enunciado el móvil se desplazará hacia la derecha
(sentido que hemos escogido como positivo). Si denominamos al ángulo que forma un
Vectores 441
vector con el vector unitario por el camino más corto y al que forma con el vector uni-
tario n (también por el camino más corto), podemos escribir que:
P= P cos · + P cos · n = P cos 90º· + P cos 180º· n = -5000· n
T = T cos · + T cos · n = T cos 30º· + T cos 60º · n = 0‟87 T · + 0‟5 T · n
R= R cos · + R cos · n = R cos 90º· + R cos 0º· n = R · n
Fr = Fr cos · + Fr cos · n = Fr cos 180º · + Fr cos 90º · n = -897·
Resolviendo el sistema anterior obtenemos que: T =1030‟8 N y R = 4484‟6 N.
Así pues, las fuerzas (en newtons) que actúan sobre el trineo en componentes intrínsecas
serán:
P = -5000· n ; T = 897· + 515‟4· n ; R = 4484‟6· n ; Fr = = -897· . También es posible:
P = (0 , -5000) N; T = (897 , 515‟4) N; R = (0 , 4484‟6) N; Fr = (-897 , 0) N
Conviene tener en cuenta que las componentes anteriores no son cartesianas sino intrínse-
cas. Una de las ventajas de trabajar con este tipo de componentes es que pueden utilizarse
también en trayectorias no rectilíneas, como vamos a ver a continuación.
a) Dibujad todas las fuerzas que actúan sobre cada uno de los bloques.
b) Expresad cada una de dichas fuerzas en componentes intrínsecas.
442 Vectores
Analizando la figura vemos que podemos considerar que existe una sola trayectoria y que
está previamente determinada, siendo independiente de las características del movimiento
de cada uno de los bloques. Es decir, el bloque A descenderá y el B se moverá sobre la me-
sa, ambos en el mismo sentido y siguiendo la trayectoria que contiene a la cuerda. De
acuerdo pues con lo que sabemos, será posible abordar el problema escalarmente. Para ello
vamos a escoger como sentido positivo el del movimiento.
En el esquema siguiente hemos dibujado todos los vectores fuerza que intervienen en el
problema. Por comodidad hemos situado los vectores unitarios y n desplazados de los
bloques (aunque ya sabemos que ambos vectores se sitúan en cada instante o punto de la
trayectoria en el centro de cada bloque). Para contestar la cuestión que se plantea en el
enunciado, podemos considerar todo el sistema en su conjunto (bloques y cuerda), expresar
cada una de las fuerzas en componentes intrínsecas y sumar.
(-) O RB
Fr TB n
PA = ( PA , 0)
PB T A = (-TA , 0)
T B = ( TB , 0)
TA
Fr = (-Fr , 0)
R B = ( 0 , R)
PA
P B = (0 , -PB)
(+)
En los vectores anteriores se dan las componentes escalares de cada uno ya con el signo
correspondiente (según el criterio de signos especificado en la figura). Conviene darse cuen-
ta que, por ejemplo, los vectores PA y TB tienen sólo componente tangencial y en ambos
casos es positiva. Sumando todos los vectores anteriores obtenemos la expresión de la
fuerza resultante sobre el sistema en componentes intrínsecas:
Fres = (PA – TA + TB – Fr , R – PB)
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