Ecografía Pulmonar en CoVID 19

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I.S.B.N.

: 978-84- 09-28984-04 (Versión digital)



© Los anexos, figuras y tablas han sido realizados íntegramente por el Grupo de Ecografía Clínica del Área de
Gestión Sanitaria Sur de Sevilla (GEC-AGSS).
© 2021, Alberto Ángel Oviedo García.
Unidad de Gestión Clínica de Urgencias – Área de Gestión Sanitaria Sur de Sevilla
Ctra. de Cádiz Km 548,9 - 41014 Sevilla

Reservados todos los derechos.
Ninguna parte de este libro, o su totalidad, puede ser reproducida, transmitida o almacenada por cualquier medio
electrónico o mecánico, fotocopia, grabación u otro sistema de reproducción de información sin permiso previo por
escrito de los Editores titulares del Copyright.
ÍNDICE DE AUTORES

GRUPO DE ECOGRAFIA CLÍNICA DEL AREA DE GESTION
SANITARIA SUR DE SEVILLA (GEC-AGSS):


ALGABA MONTES, MARGARITA CARMONA GONZÁLEZ, PABLO BREIEL
Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria
Médico Adjunto del Servicio de Urgencias Médico Adjunto del Servicio de Urgencias
Hospital Universitario Virgen de Valme Hospital Universitario Virgen de Valme



MARTÍN GONZÁLEZ-HABA, MARÍA DEL PILAR LUQUE SÁNCHEZ, FRANCISCO JESÚS
Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria
Médico Adjunto del Servicio de Urgencias Médico Adjunto del Servicio de Urgencias
Hospital Universitario Virgen de Valme Hospital Universitario Virgen de Valme


JURADO MANCHEÑO, MANUEL JESÚS OVIEDO GARCÍA, ALBERTO ÁNGEL
Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria
Médico Adjunto del Servicio de Urgencias Médico Adjunto del Servicio de Urgencias
Hospital Universitario Virgen de Valme

Hospital Universitario Virgen de Valme






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CONTENIDO

1. Introducción .......................................................................... 7

2. Principios básicos y generalidades de la ecografía .............. 11

3. Medidas de protección de pacientes, profesionales y equipos


de ecografía …………………………….............................................. 21

4. Metodología de exploración de la ecográfica pulmonar ….. 29

5. Hallazgos sonográficos normales y patológicos en ecografía


pulmonar ................................................................................. 35

6. Complicaciones pulmonares de la COVID-19 ...................... 43

ANEXOS:

I. Hallazgos ecográficos pulmonares observados en COVID-19 ….………. 53

II. Escala de gravedad clínico-ecográfica del paciente con


manifestaciones pulmonares por SARS-CoV-2 ...................................... 54





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1. INTRODUCCIÓN
Alberto A. Oviedo García

La Ecografía Clínica permite asociar toda la información clínica y ecográfica realizada a


pie de cama del paciente en la misma persona, la del clínico responsable del proceso
asistencial, ayudándolo en el difícil proceso de la toma de decisiones. Todo ello supone un
incremento de eficacia diagnóstica y terapéutica, máxime en patologías graves o tiempo-
dependientes, en las que un retraso en el diagnóstico-tratamiento influye negativamente en el
pronóstico del paciente. En los últimos años se está extendiendo el uso de la Ecografía Clínica
en múltiples especialidades médicas, siendo una inestimable ayuda para un proceso
diagnóstico más rápido y versátil. Logra integrar historia clínica, exploración física y datos
analíticos; y facilita un tratamiento apropiado de forma precoz en gran cantidad de patologías
médicas. Siendo esto último trascendente para una buena evolución y pronóstico en nuestros
pacientes atendidos.

La Ecografía Clínica Pulmonar (EP), ha atesorado un gran desarrollo en las últimas dos décadas.
Hace años la evidencia científica denostaba el uso de la ecografía a nivel pulmonar, motivado
por el supuesto de la gran dispersión que sufrían los ultrasonidos al incidir sobre el aire de los
pulmones, y que teóricamente la invalidaba como prueba diagnóstica y de exploración. Fue un
intensivista francés, Daniel Liechtenstein, que a la postre ha sido considerado padre de la EP,
quien enseña a interpretar los distintos artefactos que se generaban en la superficie
pleuropulmonar, además de correlacionar dichos artefactos con diferentes situaciones clínicas.
Liechtenstein estableció las bases de la EP actual, y posteriormente otras figuras ilustres en el
campo de la EP han contribuido enormemente a su desarrollo, como Giovanni Volpicelli. Fue
en el año 2012 cuando se publica un documento de consenso1 en el que participan las figuras
más prestigiosas de la época en EP, y en el que se establecen y unifican terminología,
metodología, indicaciones y los niveles de evidencia de la Ecografía Clínica Pulmonar.

El síndrome respiratorio agudo severo, en inglés Severe Acute Respiratory Syndrome (SARS),
es una enfermedad respiratoria viral causada por un coronavirus, llamado coronavirus
asociado al SARS (SARS-CoV). El virus SARS CoV-2 se identificó inicialmente en Wuhan (China),
en diciembre de 2019, ya se había descrito anteriormente el virus SARS CoV-1 en 2002. La
enfermedad provocada por el virus SARS-CoV-2 se denomina Coronavirus Infectious Disease-
19 (COVID 19). La pandemia de SARS-CoV-2 está socavando la capacidad de muchos sistemas
de salud de primer nivel en todo el mundo para brindar atención de calidad a sus pacientes. La
COVID-19 es una enfermedad con un tropismo específico por el tracto respiratorio inferior en
estadios iniciales. Aunque la gran mayoría de los pacientes infectados por SARS-CoV-2 (81%)
desarrollan manifestaciones clínicas leves, el 19% de ellos podría desarrollar síndrome




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respiratorio agudo grave-coronavirus-2 (SARS-CoV-2), requiriendo hospitalización y manejo en
una unidad de cuidados intensivos2.

En el contexto de esta pandemia, la identificación rápida de casos, la clasificación de la


gravedad de la enfermedad y la asignación correcta del tratamiento resultan cruciales para
aumentar la capacidad de respuesta del sistema sanitario. El exceso de ingresos hospitalarios
y/o en cuidados intensivos sobrepasará la capacidad del sistema.

Sabemos que la tomografía computarizada (TC) de tórax representa el “gold estándar” para el
diagnóstico de neumonía y ha demostrado ser muy sensible para revelar los primeros signos
de neumonía intersticial, incluso en pacientes asintomáticos con COVID-19, y en pacientes con
una RT-PCR negativa. Sin embargo, una aplicación sistemática de la TC durante el aumento
repentino de la pandemia no es factible por muchas razones, entre las que se incluyen el costo
biológico y económico, la falta de disponibilidad en áreas de recursos escasos y el aumento del
riesgo de infecciones cruzadas intrahospitalarias. La recomendación de limitar el uso de
estudios de TC en el momento de una oleada pandémica también está respaldada por
directrices científicas. La radiografía de tórax no es sensible3 para COVID-19 y, por lo general,
no muestra hallazgos anormales en las primeras etapas de la infección. La EP demostró ser
altamente sensible para la neumonía por COVID-19, con una especificidad que aumenta
durante los picos de prevalencia. A estas alturas ya es bien conocida la viabilidad y alta
precisión de la EP para el diagnóstico de enfermedades pulmonares4. Como la manifestación
más llamativa de la enfermedad COVID-19 se encuentra en el sistema pulmonar, la EP
realizada por un médico capacitado y con conocimientos puede ayudar de forma precisa en el
triaje5, clasificación de la gravedad de la enfermedad, asignación de tratamiento y en el
seguimiento de estos pacientes; tanto en atención primaria, en el servicio de urgencias, en
planta hospitalaria, así como en la UCI.

La ecografía en manos de los médicos de familia y urgenciólogos ha demostrado ser una


herramienta potente, lo que sumado a su bajo coste y ausencia de efectos adversos la hace
imprescindible en el día a día de nuestra práctica asistencial. Por tanto, es fundamental
establecer y protocolizar programas de formación con distintos niveles de capacitación que,
siguiendo criterios de calidad, garanticen la seguridad y eficacia de la ecografía en manos de
los médicos de familia y de los urgenciólogos. Se permite de esta forma que la ecografía clínica
se difunda y se extienda a todos los Centros de Salud y a todos los Servicios de Urgencias del
Sistema Sanitario Público de Andalucía, lo que redundará en un auténtico beneficio para
nuestros pacientes.

Para finalizar, me siento obligado a recordar a todas las víctimas que ha provocado la
pandemia, al drama que ha supuesto en pacientes y familias. Expresar mi más sincera
admiración acerca de cómo todo el personal sanitario enfrenta esta lacra que ha
convulsionado el mundo. Y por último reconocer a los autores de este manual, compañeros de
fatiga pero sobre todo amigos, su esfuerzo y dedicación; sin los cuales no hubiera sido posible





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la creación de este documento en un tiempo récord. Gratitud por su aliento, respaldo y una
contagiosa vitalidad, que nos empuja y anima a los menos jóvenes a no desfallecer y seguir
trabajando en la difusión e implantación de la Ecografía Clínica como una herramienta
fundamental en la medicina del siglo XXI.

Agradecimientos a todos y cada uno de vosotros: pacientes, compañeros y familias. ¡Gracias


de corazón!





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BIBLIOGRAFÍA

1. Volpicelli G, et al. International Liaison Committee on Lung Ultrasound (ILC-LUS) for


International Consensus Conference on Lung Ultrasound (ICC-LUS). International evidence-
based recommendations for point-of-care lung ultrasound. Intensive Care Med 2012. Doi:
10.1007/s00134-012-2513-4.

2. Soliman-Aboumarie H, et al. COVID-19 Front Line: Why Focused Lung and Cardiovascular
Ultrasound? JACC Case Rep. 2020. Doi: 10.1016/j.jaccas.2020.09.030.

3. Ng M-Y, et al. Imaging profile of the COVID-19 infection: radiologic findings and literature
review. Radiol Cardiothorac Imaging. 2020. Doi: 10.1148/ryct.2020200034.

4. Wimalasena Y, et al. Lung ultrasound: a useful tool in the assessment of the dyspnoeic
patient in the emergency department. Fact or fiction? Emerg Med J. 2018. Doi:
10.1136/emermed-2016-205937.

5. Tung-Chen Y, et al. Point-of-care ultrasonography in the initial characterization of patients


with COVID-19. Med Clin (Barc). 2021. Doi: 10.1016/j.medcli.2020.12.007.





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2. PRINCIPIOS BÁSICOS Y GENERALIDADES DE LA ECOGRAFÍA
Pablo B. Carmona González

En las próximas páginas vais a ser testigos de cómo la Ecografía Clínica Pulmonar (EP)
puede ayudar de forma significativa a vuestros pacientes afectados por la COVID-19, aunque
antes de eso toca preguntarnos: ¿qué es la ecografía? La respuesta sencilla es que se trata de
un procedimiento diagnóstico que permite la exploración del interior del cuerpo mediante
ultrasonidos. Estos son ondas emitidas desde las sondas del ecógrafo y que, al propagarse por
los distintos medios del organismo, irán generando ecos que acabarán en forma de imagen
bidimensional en el monitor. Para ser capaces de obtener unas imágenes ecográficas de
calidad, e interpretarlas adecuadamente, es necesario tener en cuenta los principios básicos,
conocer el manejo del ecógrafo, manejar la terminología ecográfica elemental y reconocer los
principales artefactos ecográficos.

PRINCIPIOS BÁSICOS

• Los sonidos son ondas mecánicas producidas por la vibración de un cuerpo elástico y
que se propagan por la vibración de las partículas a través de un medio, en nuestro
caso se generan en los cristales ubicados en el cabezal de las sondas del ecógrafo.
• Entre las propiedades de la onda sónica se encuentran la amplitud, la longitud de onda
y la frecuencia (v. Fig. 2-1). De especial interés nos resulta ésta última, que es el
número de ciclos que realiza la onda por segundo y se mide en hercios (Hz).



Figura 2-1. Propiedades de la onda sónica.

• El oído humano es capaz de percibir sonidos con una frecuencia que va de los 20 a los
20.000 Hz. El ultrasonido es cualquier sonido con una frecuencia superior a 20.000 Hz,
es decir son sonidos situados en un rango superior a lo que el oído humano es capaz




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de percibir. Las sondas ecográficas operan en frecuencia mucho mayores, por ejemplo,
una sonda cónvex para exploración pulmonar se mueve en entre los 3.5 y 5
megahercios (MHz).
• Las imágenes obtenidas por ecografía son ecos, es decir, ondas reflejadas cuando el
ultrasonido atraviesa una interfase entre medios con diferente impedancia acústica (v.
Fig. 2-2). La impedancia de un tejido es la resistencia que este ofrece al paso del
sonido.

Figura 2-2. Interfase acústica.




• Al atravesar los tejidos, el ultrasonido experimenta una pérdida de su energía inicial.
Esta atenuación es causada por los fenómenos de absorción, reflexión, refracción y
dispersión (v. Fig. 2-3), y es la responsable de que a mayor profundidad tengamos una
peor resolución y la imagen sea menos definida.

Figura 2-3. Fenómenos provocados al paso del ultrasonido.

• En resumen: la imagen ecográfica se genera porque el ecógrafo envía unos impulsos


eléctricos a la sonda, en cuyo cabezal unos cristales vibran y los convierten en
ultrasonidos. Estos se transmiten al interior del cuerpo por contacto con la piel,
utilizando geles para favorecer su transmisión. Al atravesar las diferentes estructuras,
se reflejan ecos que son recogidos por la sonda y transformados en imágenes que se
podrán ver finalmente en el monitor.





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COMPONENTES DEL ECÓGRAFO

Los ecógrafos cuentan con dos componentes fundamentales: un sistema de


procesamiento y representación de imágenes, y los transductores o sondas. Estas últimas son
probablemente las piezas más importantes del equipo a pesar de su pequeño tamaño. La
adecuada selección de la sonda en relación con la zona a examinar determina en gran medida
el éxito de un estudio. Según su forma, y estando divididas por los distintos rangos de
frecuencias en las que operan, disponemos de (v. Fig. 2-4):

• Sonda lineal (rango de frecuencias entre 5-20 MHz): La forma de la membrana es recta
y, al operar con mayor frecuencia de onda, los ultrasonidos sufren mayor atenuación,
por lo que tienen menor capacidad de penetración, aunque nos aportan una mayor
resolución de imagen.

• Sonda cónvex (rango de frecuencias entre 3.5-5 MHz): La forma de su membrana es


curva y opera a menor frecuencia de onda, presentando menor atenuación y mayor
capacidad de penetración, pero menor resolución de la imagen en la pantalla.

• Sonda sectorial (rango de frecuencias entre 3.5-5 MHz): Tiene forma cuadrada y
comparte características con la anterior. Ampliamente utilizada en ecocardiografía.


Figura 2-4. Sondas o transductores, de izquierda a

derecha: sonda lineal, sectorial y cónvex.

MANEJO BÁSICO DEL ECÓGRAFO

Para realizar una ecografía es necesario conocer la máquina de la que dispones y su
uso habitual, familiarizándose con los controles de la consola del ecógrafo. Las imágenes van a
ser visualizadas en el monitor de distintas formas o modos, que el operador puede seleccionar,
siendo el más habitual el modo B o bidimensional: la clásica imagen en dos dimensiones (2D),
escala de grises y a tiempo real (v. Fig. 2-5). Además de éste nos interesa en EP el modo M,
que empleando tan solo uno de los haces de ultrasonidos del modo anterior, representa
únicamente los ecos generados por ese único haz a los largo del tiempo, y nos sirve para
demostrar el movimiento (p.ej. valoración del deslizamiento pleural o del calibre de la vena
cava inferior durante la respiración) o para hacer mediciones más exactas (v. Fig. 2-6).





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Figura 2-5. Modo B: imagen bidimensional de un Figura 2-6. Modo M: midiendo el desplazamiento
corte apical del corazón con colapso diastólico de la sistólico del anillo tricuspídeo para valorar la función
aurícula derecha. de ventrículo derecho.

Independientemente del ecógrafo y del modo empleado, es habitual que la primera imagen
que aparezca no tenga la calidad ideal y haya que ajustar varios parámetros para mejorarla.
Dentro de estos parámetros tenemos:
• Ganancia. Es el grado de amplificación de las señales eléctricas recogidas por la sonda.
Sirve para aumentar el brillo de la imagen, compensando la pérdida de intensidad
(atenuación) del ultrasonido. Se puede manejar la ganancia general de toda la imagen
o realizar un ajuste fino por planos, modificándola a gusto del operador.


Figura 2-7. Manejo de la ganancia. A la izquierda: imagen del espacio de Morison con ganancia baja,
mejor contraste, pero imagen oscura. A la derecha: ganancia alta, imagen más brillante, pero menos
contrastada.


Figura 2-8. Imagen del espacio de Morison con
ganancia óptima.





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• Profundidad. Es la distancia en centímetros a la que queremos trabajar o la que
necesitamos para estudiar la estructura que deseamos. Por ejemplo, se elegirá una
mayor profundidad para la valoración de un derrame pleural que para el estudio de la
musculatura pectoral.


Figura 2-9. Manejo de la profundidad. Izquierda: lóbulo hepático derecho, no será posible visualizar el
riñón a tan poca profundidad (círculo amarillo, 4,7 cm). Derecha: el riñón se ve demasiado pequeño al
trabajar con mucha profundidad (círculo amarillo, 30 cm), dificultando su valoración con la ecografía.



Figura 2-10. Riñón derecho con profundidad
adecuada (círculo amarillo, 11 cm).

TERMINOLOGÍA ECOGRÁFICA ELEMENTAL

Adquirir la terminología apropiada nos permite describir los hallazgos obtenidos tras la
realización de una Ecografía Clínica, así como compartirlos con otros facultativos con fines
divulgativos. Las distintas estructuras pueden diferenciarse según sean:

• Estructura homogénea: presenta una distribución uniforme de los ecos (v. Fig. 2-11).
• Estructura heterogénea: genera ecos con diferentes intensidades (v. Fig. 2-12).
• Estructura hiperecogénica o hiperecoica: es aquella que genera gran cantidad e
intensidad de ecos, viéndose blanca en la ecografía. Típica del hueso, cálculos y
calcificaciones (v. Fig. 2-13).
• Estructura hipoecogénica o hipoecoica: genera pocos ecos o de baja intensidad y va a
verse de un tono gris más oscuro que las estructuras circundantes (v. Fig. 2-14).





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Figura 2-11. Bazo con parénquima homogéneo. Figura 2-12. Lesión hepática heterogénea (óvalo).


Figura 2-13. Colelitiasis, estructura hiperecogénica. Figura 2-14. Múltiples lesiones hipoecogénicas en
lóbulo hepático derecho.

• Estructura anecogénica o anecoica: es aquella que no genera ecos debido a la


ausencia de interfases en su interior. Se verá de color negro en la ecografía. Típica de
los líquidos (v. Fig. 2-15).



Figura 2-15. Globo vesical, estructura anecogénica o
“negra” marcada por las líneas discontinuas.





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ARTEFACTOS SONOGRÁFICOS

Se habla de artefactos cuando se aprecian imágenes en la ecografía que no
corresponden con una estructura real, sino que son “fallos” de interpretación del ecógrafo
debido a las propiedades de los ultrasonidos o de la estructura examinada. Se pueden ver en
casi todas las exploraciones realizadas, resultando imprescindible conocerlos para no cometer
errores diagnósticos y dado que su interpretación sentó las bases de la EP. Nos son de interés:

• Sombra acústica posterior. Se produce al chocar los ecos con una interfase muy
reflectante que no los deja pasar. Aparece una zona muy refringente (blanca) con una
zona posterior anecogénica (negra). Esa superficie (hueso, metal, calcio) es hiperecoica
(blanca), pero detrás de la misma se produce la sombra acústica posterior, ya que los
ultrasonidos no han podido atravesar esa superficie. Ej.: calcificaciones, huesos… (v.
Fig. 2-16).


Figura 2-16. Sombra acústica posterior en Figura 2-17. Reverberación en ascitis.
colelitiasis.

• Reverberación. Se produce cuando el haz de ultrasonidos atraviesa una interfase que


separa dos medios con muy diferente impedancia acústica (resistencia de un tejido al
paso de los ultrasonidos), y que se comporta como una superficie muy reflectante,
como ocurre por ejemplo entre un sólido y un gas. Los ecos devueltos por esta
interfase no son captados totalmente por el transductor, si no que rebotan en éste y
vuelven de nuevo a travesar el organismo hasta la citada interfase, que nuevamente
los refleja y así sucesivamente hasta agotar la energía. Cada nuevo eco recibido es
transcrito como una línea situada a mayor profundidad, dando una imagen de
múltiples líneas paralelas, equidistantes y de intensidad decreciente (v. Fig. 2-17).

• Refuerzo acústico posterior. Se ve típicamente detrás de estructuras líquidas


(anecogénicas), que no tienen interfases acústicas en su interior. El haz de ultrasonidos
que atraviesa la zona sin interfases sufre menor atenuación que la parte del haz que va
atravesando el tejido circundante (que sí tiene interfases acústicas y, por tanto, sufre
Mayor atenuación). Esto hace que detrás de la zona con líquido aparezca una especie





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de cola de cometa más blanca, debido a que el haz de ultrasonidos que ha atravesado
el líquido ha sufrido menor atenuación y llega con más “intensidad” que el haz que
pasa por los lados del líquido (v. Fig. 2-18).


Figura 2-19. Imagen en espejo de un granuloma
n
Figura 2-18. Refuerzo acústico posterior
hepático calcificado.

• Imagen en espejo. Se produce cuando hay una interfase tejido-gas (cómo ocurre el
pulmón). El haz de ultrasonidos llega a una superficie altamente reflectante
(diafragma, pericardio…) e incide sobre ella con determinada angulación, y parte de los
ultrasonidos se reflejan en ángulo produciendo imágenes falsas en espejo respecto de
la interfase (v. Fig. 2-19).





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BIBLIOGRAFÍA

1. Iriarte I, et al. Sección I. Ecografía básica. En: Ecografía Musculoesquelética. Exploración


anatómica y patológica. Madrid: Ed Panamericana SA; 2019. p. 1-24.

2. Arnedillo A, et al. Aplicaciones de la ecografía en neumología. Rev Esp Patol Torac. 2016;28
(Suppl 1):S4-14.

3. Segura-Grau A, et al. Curso de ecografía abdominal. Introducción a la técnica ecográfica.


Principios físicos. Lenguaje ecográfico. Semergen. 2014 Jan-Feb;40(1):42-6. doi:
10.1016/j.semerg.2013.09.008. Epub 2013 Dec 24. PMID: 24373619.

4. Trillo C, et al. Introducción y principios básicos. En: Ecografía en Atención Primaria. Guía de
práctica clínica. Granada: Fundación SAMFyC; 2013. p. 1-17.





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3. MEDIDAS DE PROTECCIÓN DE PACIENTES Y PROFESIONALES.
PROTECCIÓN, LIMPIEZA Y DESINFECCIÓN DE LOS EQUIPOS
DE ECOGRAFÍA
Margarita Algaba Montes

El escenario de la pandemia por el coronavirus SARS-CoV-2 requiere un manejo


eficiente de la consulta y de las pruebas de imagen, sin descuidar la seguridad de pacientes y
sanitarios implicados en el proceso1. Entre las ventajas de la ecografía pulmonar (EP) están el
poder realizarla con cierta rapidez a pie de cama (v. Fig.3-1) evitando desplazar al paciente,
minimizando el personal sanitario expuesto2. Es útil tanto en el diagnóstico de la enfermedad
como en el seguimiento de las misma, además de ser más sencillo y rápido el proceso de
limpieza y desinfección del ecógrafo que en el caso de la Tomografía Axial Computarizada
(TAC).

Figura 3-1. Ecografía a pie de cama, en un box de Urgencias. Es


conveniente tener preparados previamente la configuración del equipo y
los materiales para su posterior limpieza. Es recomendable situar el
equipo a espaldas o tras la cabecera del paciente para minimizar la
posible contaminación. En el caso de la imagen, al ser íntegramente
táctil, el equipo se desinfectará directamente con toallitas específicas, sin
necesidad de funda protectora.

En los casos en que la ecografía pulmonar no sea suficiente para responder la pregunta clínica
o cuando no se afecte la superficie pleural, la TAC de tórax puede ser el siguiente paso2.

La EP es una de las técnicas con mayor interacción existente entre médico y paciente2,3,
necesaria para mantener la calidad asistencial. Una exploración óptima no permite una
distancia de seguridad3, por lo que la EP presenta un potencial factor de riesgo para la
trasmisión de la infección. En un estudio realizado en el epicentro de la pandemia en Wuhan
por Wang et al4, la tasa de infección por la COVID-19 en ecografistas fue aproximadamente del
3.4%, frente a la tasa de infección general del personal sanitario (2.2%). Por ello, es
fundamental la creación de recomendaciones específicas para garantizar la seguridad durante
la exploración sin reducir la calidad de la exploración ecográfica. En este sentido, ya se han





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publicado recomendaciones y guías de actuación específicas2,3 para reducir el riesgo de
exposición del personal de servicios de radiología implicados en el diagnóstico de los pacientes
con COVID-19 en otros ámbitos como la TAC y la radiología simple2,5. Las técnicas que
requieran más tiempo o sean invasivas, como los procedimientos ecoguiados, pueden requerir
medidas de seguridad adicionales3.

Las medidas de seguridad no se limitarán al momento de la realización de la ecografía3, se


extienden desde el momento de la indicación de ésta2 (limitándola a los pacientes en los que el
resultado condicione la toma de decisiones en diagnóstico y tratamiento), continúan con la
preparación de sala y ecógrafo, equipo de protección individual para paciente y operador, y
alcanzan hasta la salida del paciente del centro asistencial, con las consabidas normas de
mascarilla, uso de gel hidroalcohólico y lavado de manos; así como una elaboración posterior
del informe para evitar la contaminación de éste y de la terminal informática.

Se debe realizar un cribado de infección3 por COVID-19 (toma de temperatura, encuesta de


síntomas, contactos) a todos los pacientes a su llegada al centro sanitario, o en su defecto, al
acceder a nuestra consulta. El paciente llevará mascarilla quirúrgica o FFP2 sin válvula
correctamente colocada, todo el tiempo. Deberíamos disponer de mascarillas quirúrgicas por
si el paciente acudiera sin ella o estuviera deteriorada. Se diseñarán circuitos específicos para
los pacientes con infección o sospecha de infección COVID-19, con salas que se asumirán como
“sucias”. Debemos revisar la historia del paciente antes de que entre en la sala de la consulta
para limitar la comunicación oral y el tiempo de exposición1.

Se debe evitar, en la medida de lo posible, el desplazamiento de los pacientes2 con sospecha o


constancia de infección COVID-19. Si no se dispone de una sala específica cercana, se
priorizará el estudio realizado con equipo portátil. La consulta debería contar con ventilación
natural (ventana) o disponer de sistemas de ventilación, evitando en lo posible el aire
acondicionado de circuito cerrado. Si es preciso, se mantendrá abierta la puerta de la consulta,
pudiendo utilizarse un biombo para preservar la intimidad del paciente. Evitaremos la entrada
de acompañantes (salvo en caso de menores de edad o pacientes dependientes). Así mismo,
debe limitarse la presencia de residentes rotantes en la consulta a uno solo; no deben
aceptarse estudiantes ni rotantes salvo rotatorios específicos3.

El paciente que deambule utilizará una silla a 1,5-2 metros de distancia de la mesa y, si tiene
que desvestirse, dejará en ella sus objetos personales y ropa. Le indicaremos no tocar otros
elementos de la consulta. Realizará higiene de manos con solución hidroalcohólica al inicio de
la consulta. Mantendremos la distancia máxima posible que permita la atención e
intentaremos, durante la exploración, no enfrentar nuestra cara con la del paciente.

La ecografía clínica debe llevarse a cabo por un profesional adecuadamente entrenado6 y con
el equipo de protección individual (EPI) recomendado1,2, que se pondrá antes de entrar el
paciente en la consulta: mascarilla FFP2, gafas o pantalla facial (especialmente al no poder
cumplir con la distancia de seguridad y más aún en caso de los procedimientos invasivos), y




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pijama hospitalario (ropa diferente a la de la calle), guantes y calzado cerrado. El pelo debe
estar recogido. Se debe realizar higiene de manos con jabón o solución hidroalcohólica antes
de colocar los elementos de protección personales.

Tras la consulta, antes de retirarnos el EPI, realizaremos la limpieza y desinfección del equipo y
desecharemos el papel de limpieza usado y los guantes más superficiales. Colocaremos el
sistema limpio al menos a dos metros del paciente. Le daremos al paciente papel desechable
para limpiarse el gel; los materiales desechables de paciente y explorador se recogerán en una
bolsa cerrada5 que será retirada al acabar la consulta, conforme a las normativas del centro.

Los equipos (transductores, consolas, carros, gel…) pueden contribuir a la transmisión de la


infección por COVID-197. Respecto al tipo ideal de ecógrafo, son especialmente aconsejables
las consolas portátiles5,6 y ecógrafos ultraportátiles. Estos dispositivos son fáciles de
transportar, de rápido arranque y permiten aplicar medidas de prevención de infecciones
como son la posibilidad de cubrirse fácilmente con fundas plásticas de un solo uso (v. Fig. 3-2).
A ser posible, tipo “film protector” de teclado, monitor y sondas3, lo que reduce el riesgo de
contaminación, infecciones cruzadas3, infección nosocomial y facilita procedimientos de
limpieza y desinfección7,8. Otra posibilidad es el uso de equipos íntegramente táctiles, lo que
facilita estas tareas al no tener recovecos en su superficie que puedan quedar sin limpiar7.


7
Figuras 3-2 y 3-3. A la izquierda: Ecógrafo táctil, con funda plástica desechable . Reproducido con el permiso de
FUJIFILM Sonosite de su “Guía sobre los ecógrafos en el punto de atención para la COVID-19”. Para más información
consultar en: https: //es.secure.sonosite.com/COVID-19. A la derecha: gel de ultrasonido en jeringas desechables.

Antes de la consulta se debe configurar el equipo8 para la exploración y asegurarse la


disponibilidad de toallitas de limpieza8. Se debe realizar una limpieza y desinfección adecuada
de la sonda y el equipo ecográfico, al inicio y tras cada exploración realizada3. Para minimizar
el contacto y favorecer la limpieza, se utilizará un cobertor desechable de sonda (o en su
defecto un guante protector) y cubre-camilla desechable de papel.

Es recomendable el uso de gel estéril en monodosis7, o en su defecto, se puede preparar con


antelación gel en jeringas de 10 o 20 cc como opción menos costosa (v. Fig. 3-3).





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Para minimizar el riesgo de contaminación del equipo, el ecógrafo se situará a espaldas del
paciente y a cierta distancia7. En caso de estar en decúbito, puede estar por detrás del
cabecero del paciente3 (v. Fig.3-1).

Durante la realización de la EP, - especialmente en este contexto de pandemia en el que la


saturación de las consultas, la gravedad de los pacientes, el tiempo y la seguridad marcan
nuestros protocolos-, se propone realizar de forma sistemática un punto en cada cuadrante
(será explicado más adelante en la sistemática de exploración) con el corte longitudinal,
explorando con mayor detenimiento las zonas identificadas con hallazgos patológicos1.
Siempre que la situación lo permita, haremos la sistemática completa y detallada por
cuadrantes.

La limpieza del equipo se debe realizar según las recomendaciones recogidas en documentos
técnicos de medidas de protección para la prevención de contagios de COVID-195,7, por un
profesional adecuadamente entrenado y con el equipo de protección individual (EPI)
recomendado7.

Se eliminarán primero los restos de gel y suciedad del equipo (eliminar suciedad) y,
posteriormente, se desinfectará (eliminar gérmenes)3 con las soluciones apropiadas
recomendadas por el proveedor del equipo. Se respetarán los tiempos de exposición y secado
de los productos desinfectantes indicados por el fabricante. El uso de una sustancia no
apropiada puede dañar la sonda u otras partes del equipo como el panel de control, monitor,
etc… no haciéndose los fabricantes responsables de los daños causados en este caso. (v. Fig. 3-
4, y Tabla 3-1).


Figura 3-4. Un ejemplo de espuma limpiadora y toallitas desinfectantes usadas.

La sonda debe desinfectarse desde su base, con toallitas desinfectantes o impregnadas en el


líquido o espuma desinfectante. Las pantallas, de visualización OLED/LED como la de control,
deben limpiarse con un paño de microfibra específico para ellas6.

Una hoja de verificación8 (“check list”) o infografía en nuestro punto de trabajo puede
ayudarnos a recordar las medidas de protección entre pacientes y profesionales, protección,
limpieza y desinfección de los equipos de ecografía. (v. Fig.3-5).





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El informe se debe realizar una vez el paciente abandone la sala3, minimizando el tempo de
exposición y el lenguaje verbal a lo imprescindible. Otra posibilidad es tener un sistema de
impresión remoto fuera de la consulta para evitar la contaminación del documento.


7
Tabla 3-1. Desinfectantes habituales y su uso para transductor

TIPO DE DESINFECTANTE INGREDIENTE ACTIVO USO PARA TRANSDUCTOR

DESINFECTANTES HOSPITALARIOS - Hipoclorito sódico 100 ppm → Permitido

(de bajo nivel según los CDC) - Compuestos de amonio cuaternario → Permitido

- Alcohol al 70% → Permitido


DESINFECTANTES HOSPITALARIOS
- Alcohol isopropílico 60-90º → Permitido si < 70%
ACTIVOS FRENTE A MICOBACTERIAS
(nivel intermedio) - Fenoles → Contraindicado

- Asociación de aldehídos (glutaraldehído, → Permitido


formol y glioxal)

→ Permitido
- Glutaraldehído 2%

- Glutaraldehídofenolado → Permitido
DESINFECTANTES DE ALTO NIVEL O
- Ortofalaldehído 0,55% → Permitido
ESTERILIZADORES

(alto nivel o esterilizadores) - Ácido peracético < 1% → Permitido

- Aminas terciarias asociadas a → Permitido


compuestos de amonio cuaternario

7
Tabla 3-2. Tipos de desinfectantes según la actividad frente a patógenos

ESPORAS BACTERIANAS - Geobacilus stearothermophilus → Desinfectantes de alto nivel


- Bacilus atrophaeus

MICOBACTERIAS - Micobacterium tuberculosis → Desinfectantes de nivel intermedio

VIRUS PEQUEÑOS NO - Poliovirus, Virus Coxackie, Rhinovirus → Desinfectantes de nivel intermedio


LIPÍDICOS

HONGOS - Candida, Aspergillus → Desinfectantes de nivel intermedio

BACTERIAS VEGETATIVAS - Staphylococcus spp., Pseudomonas → Desinfectantes de bajo nivel


ssp., Salmonella spp.

VIRUS DE TAMAÑO - VIH → Desinfectantes de bajo nivel


PEQUEÑO LIPÍDICOS
- VHS

- VHB y C
- Coronavirus





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Fig. 3-5. Check list para ecografía. Reproducido con el permiso de FUJIFILM Sonosite de su “Guía sobre los ecógrafos
en el punto de atención para la COVID-19”. Para más información ver en: https://es.secure.sonosite.com/COVID-19





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BIBLIOGRAFÍA

1. Diego Cuenca Apolo, Mercedes Jiménez Sánchez. Protocolo de ecografía pulmonar en


infección por COVID-19. Servicio de Cuidados Intensivos, Hospital Virgen del Rocío Sevilla.
Enero 2021.

2. Peng QY, Wang XT, Zhang LN. Findings of lung ultrasonography of novel coronavirus
pneumoniae during the 2019-2020 epidemic. Intensive care Med. 2020;

3. V.Fraile Gutiérrez, J.M. Ayuela Azcárate, D. Pérez Torres. en el manejo del paciente crítico
con infección por SARS-COVID-2 (COVID-19): una revisión narrativa. Med. Intensiva Abril
2020;44(9):551-565

4. Guía básica de indicaciones de pruebas de imagen en la infección COVID-19


(V1.21/3/2020) SERAM (Sociedad Española de Radiología Médica)

5. BMJ Best Practice: Coronavirus disease 2019 (COVID-19). Last updated: Sept 16, 2020.
https://bestpractice.bmj.com/topics/en-gb/3000168

6. Grupo de Trabajo de la Sociedad Española de Reumatología (ECOSER). Documento de


posicionamiento de la Sociedad Española de Reumatología sobre la seguridad en el uso de
la ecografía durante la pandemia COVID-19.

7. Grupo de trabajo de Ecografía Clínica Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).


Evidencias en Ecografía Clínica. Especial Coronavirus. Medidas preventivas con el ecógrafo
en patologías de transmisión aérea. Mayo 2020 (13-19).

8. Guía para los ecógrafos en el punto de atención para la COVID-19. Nº de referencia


P29400-01, Octubre 2020. Copyright FUJIFILM SonoSite, Inc.





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4. METODOLOGÍA DE EXPLORACIÓN DE LA ECOGRÁFICA
PULMONAR
Manuel J. Jurado Mancheño



Antes de iniciar la exploración ecográfica propiamente dicha, lo primero es elegir la
sonda o transductor más adecuado según la profundidad de la estructura a estudiar1,2,
proporcionándonos una imagen de mayor calidad.

TIPOS DE SONDA EN FUNCIÓN DE LA EXPLORACIÓN

El transductor más usado en ecografía pulmonar es la sonda cónvex, de baja


frecuencia, y debe estar ajustada a una profundidad de unos 9-12 cm. Permite una mejor
visualización de las estructuras profundas e identificación de signos de consolidación y/o
derrame pleural.

Si se quiere obtener una mejor visión de las estructuras superficiales y de la línea pleural, se
usará la sonda lineal, de alta frecuencia. Es aconsejable poseer al menos los dos transductores
anteriores para un examen exhaustivo.

Además, sería recomendable disponer de una sonda sectorial, también de baja frecuencia.
Esta última permite una mejor adaptación y acople a la superficie torácica, entre los espacios
intercostales, una adecuada visualización de las estructuras profundas, así como ampliar el
examen a nivel cardíaco si la situación clínica o los datos de la exploración así nos lo sugieran.


Figura 4-1. Tipos de sondas según la exploración, de izquierda a derecha:
sonda cónvex, para visualizar estructuras profundas; sonda lineal, para
estructuras más superficiales; y sonda sectorial, para mayor adaptación al
espacio intercostal, visualización de estructuras en profundidad y
exploración cardiaca.




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POSICIÓN DEL PACIENTE

Para la exploración ecográfica pulmonar el paciente se coloca en una posición de
decúbito supino o con una inclinación de 45º para la evaluación de los campos
anterolaterales2. Si el estado clínico del paciente lo permite, se colocará en sedestación o en
posición de decúbito lateral para evaluar los campos posteriores. El explorador se colocará
preferentemente a la derecha del paciente, de pie o sentado, pero siempre en una posición
confortable.

SISTEMÁTICA DE EXPLORACIÓN

Establecemos una sistemática de exploración que incluye el abordaje de 12 áreas
torácicas3, 6 áreas para cada hemitórax (v. Fig. 4-2 y Tabla 4-1). Para ello dividiremos cada
hemitórax con 3 líneas imaginarias longitudinales y otra línea imaginaria transversal:

• Las áreas 1 y 2 o anteriores vienen delimitadas por la línea paraesternal, en su borde


medial; por la línea axilar anterior, en su borde lateral; por la clavícula en su límite
superior; el diafragma en su límite inferior; y vendrán cortadas por la línea transversal
mamaria que delimita las áreas en superiores e inferiores.

• Las áreas 3 y 4 o laterales la delimitan la línea axilar anterior y la línea axilar posterior.
Estas áreas anterolaterales serán igualmente divididas en superior e inferior, cortadas
por la línea imaginaria transversal mamaria.

• Las áreas 5 y 6 o posteriores están delimitadas por la línea paravertebral, en su borde


medial, por el margen escapular continuando por la línea axilar posterior, en su borde
lateral y cortadas por la continuación imaginaria de la línea mamaria, distinguiendo
áreas superiores e inferiores. Cabe mencionar la necesidad de evitar la escápula al
realizar la exploración ecográfica del área 5.


Figura 4-2. Áreas de exploración en ecografía pulmonar. Seis áreas por cada hemitórax. Divididas por

las siguientes líneas longitudinales: LPE = Línea paraesternal; LAA = Línea Axilar Anterior; LAP = Línea

Axilar Posterior y LPV = Línea paravertebral; y por una línea transversal: LM = línea mamaria. Líneas
rojas: zona escapular, excluida de la exploración ecográfica.




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Área Ubicación del transductor Región pulmonar
1 AS Anterosuperior
2 AI Anteroinferior
3 LS Lateral superior
4 LI Lateral inferior
5 PS Posterosuperior
6 PI Posteroinferior
Tabla 4-1. Descripción de las áreas recomendadas de exploración en cada hemitórax.

Se inicia el estudio en el lado derecho del paciente, en los campos anterolaterales, debiendo
explorar cada espacio intercostal desde superior a inferior y haciendo barridos desde
paraesternal hasta lateral, usando proyecciones longitudinales y oblicuas. Si el estado clínico
del paciente lo permite, se debe realizar lo mismo en los campos posteriores, esta vez, desde
paravertebral hasta el borde escapular o línea axilar posterior.

El estudio consiste en realizar inicialmente cortes en el plano longitudinal (v. Fig. 4-3), con la
marca de la sonda en sentido craneal al paciente4 y apareciendo en el lado superior izquierdo
de la pantalla del ecógrafo. Nos orientaremos perpendicularmente, en un espacio intercostal
usando las sombras acústicas de dos costillas, superior e inferior, quedando en medio una
línea hiperecogénica, a unos 5 mm por debajo de las costillas, que será la línea pleural. Esta
imagen es conocida como signo del murciélago5.


Figura 4-3. Cortes en el plano longitudinal. A la izquierda: corte longitudinal con sonda cónvex sobre el área 4
derecha o lateral inferior. A la derecha: imagen ecográfica bidimensional del corte realizado, mostrando el signo del

murciélago. *Circulo rojo: marca de la sonda orientada hacia la región craneal del paciente. *Flechas: costillas

superior e inferior del mismo espacio intercostal, con sus sombras acústicas posteriores. *Puntas de flecha: señalan

la línea pleural, más hiperecogénica.





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Para un estudio ultrasónico más exhaustivo, se deben realizar cortes oblicuos4 (v. Fig. 4-4).
Estos cortes van a permitir una mejor adaptación a los espacios intercostales, lo que elimina
gran cantidad de sombras acústicas al evitar que el haz de ultrasonidos choque con las
costillas, así como, una visualización más amplia de la línea pleural. Para estos cortes oblicuos,
colocaremos la marca del transductor hacia la derecha del paciente (asegurándonos que la
marca de orientación aparece en el lado superior izquierdo de la pantalla del ecógrafo).


Figura 4-4. Cortes oblicuos. A la izquierda: corte oblicuo con sonda cónvex en el área 3 derecha o lateralsuperior. A


la derecha: imagen ecográfica en modo B del corte realizado, permitiendo la visualización de una mayor extensión

de línea pleural y parénquima pulmonar subyacente. *Circulo rojo: marca de la sonda situada en el lado superior

izquierdo de la pantalla. *Puntas de flecha: línea pleural.






















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BIBLIOGRAFÍA

1. Cuenca D, Jiménez M. PROTOCOLO ECOGRAFÍA PULMONAR EN INFECCIÓN POR COVID 19.


Hospital Universitario Virgen del Rocío. Disponible en:
https://www.hospitaluvrocio.es/wp-content/uploads/2020/06/PROTOCOLO-ECOGRAFIA-
PULMONAR-EN-COVID-19.pdf

2. Colmenero M, et al. Utilidad de la ecografía pulmonar en la unidad de medicina intensiva.


Med Intensiva. 2010 Dec;34(9):620-8. doi: 10.1016/j.medin.2010.04.004.

3. Rouby JJ, et al. APECHO Study Group. Training for Lung Ultrasound Score Measurement in
Critically Ill Patients. Am J Respir Crit Care Med. 2018 Aug 1;198(3):398-401. doi:
10.1164/rccm.201802-0227LE.

4. Gargani L, et al. How I do it: lung ultrasound. Cardiovasc Ultrasound. 2014 Jul 4;12:25. doi:
10.1186/1476-7120-12-25.

5. Lichtenstein DA. Lung ultrasound in the critically ill. Ann Intensive Care. 2014 Jan 9;4(1):1.
doi: 10.1186/2110-5820-4-1.





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5. HALLAZGOS SONOGRÁFICOS NORMALES Y
PATOLÓGICOS EN ECOGRAFÍA PULMONAR
Mª del Pilar Martín González-Haba


En este capítulo vamos a estudiar los signos básicos en ecografía pulmonar, los que
sumados a los hallazgos clínicos, nos van a facilitar poder llegar a un diagnóstico más certero
de la patología pulmonar que sufre nuestro paciente. Estos signos incluyen:
1. Signo del murciélago.
2. Deslizamiento pulmonar.
3. Signo de la orilla del mar.
4. Líneas A.
5. Líneas B.
6. Signo de la consolidación.
7. Signo de la línea pleural fragmentada.
8. Signo de la estratosfera o código de barras.
9. Punto pulmón.
10. Pulso pulmón.

5.1. SIGNO DEL MURCIÉLAGO

Es la imagen por excelencia en modo 2D que siempre hemos de reconocer al realizar


una exploración ecográfica pulmonar. Se obtiene al colocar el transductor en proyección
longitudinal al paciente, perpendicular a dos espacios intercostales. En ella debemos distinguir
(v. Fig. 5-1):
• Tejido celular subcutáneo.

• Tejido muscular.

• Cortical superficial costal, con sus sombras acústicas posteriores correspondientes.

• Línea pleural: la reconoceremos como una línea hiperecogénica (blanca) horizontal


que discurre unos 5 mm por debajo de la cortical de las costillas.

En conjunto conforman una imagen que se asemeja al perfil de un murciélago, siendo el borde
superior de las costillas “las alas” y la línea pleural “la cabeza” del murciélago (v. Fig. 5-2)1.





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Costilla

Sombra
Línea acústica
pleural posterior


Figura 5-1. Corte longitudinal de un espacio Figura 5-2. Signo del murciélago. La
intercostal. Se observa la línea pleural entre importancia de comenzar la exploración
sendos arcos costales como una línea localizando este signo, es identificar la línea
hiperecogénica. pleural, sin posibilidad de equivocarnos.

5.2. DESLIZAMIENTO PULMONAR

En tiempo real, de forma dinámica y de manera fisiológica, la imagen anteriormente


descrita muestra la línea pleural moviéndose de manera sutil a lo largo de su eje. Indica que
ambas pleuras, parietal y visceral, están adheridas entre sí. Descarta la existencia de aire o
líquido entre ellas. Este movimiento se genera por el deslizamiento de la pleura parietal y
visceral durante movimientos respiratorios1.

5.3. SIGNO DE LA ORILLA DEL MAR

Al ser una imagen dinámica el deslizamiento pulmonar no podríamos representarla en


un documento de texto impreso, ¿o sí? Para ello, exploramos esta misma imagen en modo M.
El deslizamiento pleural dará lugar al “signo de la orilla del mar”, donde el patrón lineal (el
agua del mar) corresponde a las estructuras de la pared torácica, y el patrón granular (la arena
de la playa) representa a los artefactos generados por la línea pleural (v. Fig. 5-3)2.

A

Figura 5-3. Signo de la orilla del mar.
A) Modo bidimensional: signo del murciélago.
B B) Modo M: signo de la orilla del mar.
1 1) Patrón lineal.
2) Patrón granular.





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5.4. LÍNEAS A

Las líneas A son líneas horizontales, hiperecogénicas, similares a la línea pleural (son
los artefactos de reverberación de la interfase pleuropulmonar, producidas por la gran
diferencia de impedancia acústica existente entre la pleura y el pulmón), que se repiten de
forma paralela y equidistante (misma distancia entre transductor y línea pleural) hasta el final
de la pantalla. Su ecogenicidad se va atenuando con la profundidad (v. Fig. 5-4).
Las líneas A en presencia de deslizamiento pulmonar indican un pulmón normalmente aireado
o también llamado pulmón seco2.

Figura 5-4. Corte oblicuo donde observamos la línea


pleural hiperecogénica (flecha) y las reverberaciones
o líneas A (asteriscos) de un pulmón aireado.



5.5. LÍNEAS B

Las líneas B son líneas verticales, perpendiculares a la pleura, se originan en la


interfase pleuro-pulmonar, son hiperecogénicas, bien definidas, borran las líneas A y se
mueven acompasando el deslizamiento del pulmón (dinámicas) sin atenuación, por lo que
llegan hasta el final de la pantalla (independientemente de la profundidad a la que estemos
trabajando con el ecógrafo). Este tipo de artefactos ecográficos se denominan “cola de
cometa” y tienen aspecto de rayos láser (v. Fig. 5-5)3.

Según la Conferencia de Consenso Internacional de 2012, se precisan 3 o más líneas B en el


mismo espacio intercostal, en un corte longitudinal. Su presencia en forma múltiple, difusa y
bilateral define el síndrome alveolo-intersticial (SAI) (v. Fig. 5-6). La presencia de numerosas
líneas B confluentes es lo que condiciona el llamado pulmón blanco4.

No podemos olvidar mencionar las líneas Z y las líneas E, que no deben ser confundidas con las
anteriores. Las líneas Z se inician en la pleura, son verticales, cortas, anchas, menos ecogénicas
que la pleura, no borran las líneas A y no llegan al final de la pantalla. No tienen significado
patológico en sí, aunque se pueden observarse en el neumotórax. Las líneas E son líneas
hiperecogénicas verticales, que se inician en la pared torácica (superficiales a la pleura) y que
se ven en casos de enfisema parietal o cuerpos extraños en la pared torácica.





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Figura 5-5. Líneas B (flecha), perpendiculares a la Figura 5-6. Numerosas líneas B (flechas). Su
línea pleural, que borran líneas A y llegan al final de presencia en forma múltiple, difusa y bilateral
la pantalla. define el síndrome alveolo-intersticial (SAI).

5.6. SIGNO DE LA CONSOLIDACIÓN

La consolidación del pulmón (v. Fig. 5-7) produce un patrón ecográfico característico
denominado signo del “tejido aparente”, expresando una densidad similar a la de los tejidos
como el hígado o bazo. De ahí la expresión comúnmente utilizada de “hepatización ecográfica
del pulmón”. Se produce como consecuencia de la pérdida completa de aireación de los
alveolos y la sustitución del aire por líquido, u otro material, que sí permite el paso del
ultrasonido.

Broncograma aéreo

Figura 5-7. Signo de la consolidación.
Figura 5-8. Hepatización del pulmón, con
broncograma aéreo (flecha). Se muestra
hiperecogénico dado que se trata de aire presente
en los bronquios y bronquiolos terminales.

Si las estructuras bronquiales que airean la zona de pulmón afectada por la consolidación aún
contienen aire, puede verse el broncograma aéreo. Ecográficamente se representa como
zonas hiperecogénicas intraparenquimatosas (lineales, arboriformes, o puntiformes). Estos
focos pueden ser móviles, expresión del movimiento de aire dentro de los bronquios durante
los ciclos respiratorios (broncograma aéreo dinámico), más específicos de neumonía; o
inmóviles (broncograma aéreo estático) que sugieren pérdida de volumen, como ocurre en la
atelectasia, pero también lo podemos observar en neumonías (v. Fig. 5-8)5.




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5.7. SIGNO DE LA LÍNEA PLEURAL FRAGMENTADA

Es una imagen ecográfica en modo bidimensional. Se observa una línea pleural
irregular, como si le faltaran pequeños fragmentos, como en sacabocados. En realidad, se trata
de muy pequeñas consolidaciones adyacentes a la pleura. Es más característica del síndrome
alveolar (v. Fig. 5-9)5.


Figura 5-9. Signo de la línea pleural fragmentada. Se
observa la línea pleural irregular (flechas).


5.8. SIGNO DE LA ESTRATOSFERA O CÓDIGO DE BARRAS

Es una imagen que se obtiene en modo M, consistente en la presencia de un patrón
lineal tanto por encima como por debajo de la línea pleural, expresión de la falta de
movimiento entre ambas pleuras (ausencia de deslizamiento pulmonar) (v. Fig. 5-10).
Recuérdese que, en un pulmón normal, los ultrasonidos atravesando los tejidos por encima de
la línea pleural (tejido celular subcutáneo y capa muscular) dan un patrón lineal, pero por
debajo de la línea pleural dan una patrón granular: el “signo de la orilla del mar” (v. Fig. 5-3).
La falta de deslizamiento pulmonar puede producirse en neumotórax, pero también en otras
enfermedades y circunstancias, como: en enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC),
en síndrome de distrés respiratorio agudo, las adherencias pleurales, la intubación bronquial
selectiva; y en la contusión, la consolidación y la atelectasia masiva pulmonares6.


Figura 5-10. Signo de la estratosfera o código de
barras. En modo M sólo se visualizan líneas
horizontales paralelas (refleja ausencia de
deslizamiento pulmonar).


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5.9. PUNTO PULMÓN

El punto pulmón es un signo 100 % específico de neumotórax, por lo que su presencia


confirma el diagnóstico de neumotórax con total seguridad. Se produce cuando coexisten en la
misma imagen, en modo 2D, hallazgos de pulmón normal (deslizamiento pulmonar presente y
líneas A, pulmón aireado) alternado con la ausencia de deslizamiento pleural.

Por lo general, los neumotórax no son totales, sino parciales, dejando algún punto en el que
las dos pleuras siguen en yuxtaposición. Existiendo un punto en el que en inspiración se unen
las pleuras y en espiración se separan. Por tanto, en la imagen ecográfica habría una parte de
la pleura, en la que se vería deslizamiento (en la zona que están unidas las pleuras), y otra zona
adyacente de la pleura con ausencia del mismo.

El punto pulmón es una imagen ecográfica que puede obtenerse en modo B y modo M. En
modo M se observa un patrón alternante entre el signo de la orilla del mar (fisiológico) y signo
del código de barras (patológico) (v. Fig. 5-11)7.


Figura 5-11. Imagen superior (modo B): En la parte izquierda
podemos visualizar ausencia de líneas A. Imagen inferior (modo M):
Observamos el signo de la estratosfera (cuadro rojo) alternando con
el signo de la orilla del mar (cuadro azul); esta alternancia de
patrones corresponde al punto pulmón en modo M.





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5.10. PULSO PULMÓN

Otra imagen dinámica en modo 2D es el llamado “pulso pulmón”, que consiste en el


movimiento de ambas pleuras de manera sincrónica con el latido cardíaco. Esto es así porque
se trasmite el latido cardiaco a través del parénquima pulmonar hasta la pleura parietal. Por lo
tanto, para que aparezca este signo, la pleura parietal y visceral deben estar unidas. Aunque es
un movimiento pleural, se produce en momentos de apnea o ausencia de ventilación
pulmonar (atelectasia, intubación selectiva, síndrome de distrés respiratorio del adulto,
enfisema…). En presencia de deslizamiento pleural o pulso pulmón se excluye con una
sensibilidad cercana al 100% la existencia de neumotórax en la zona en la que se observa.

A B

Latidos cardíacos

Figura 5-12. A) Signo del murciélago. B) Modo M:
movimientos pleurales originados por el pulso pulmón.

En determinadas situaciones, ya comentadas, podemos apreciar el pulso pulmón en modo


bidimensional. A su vez, el pulso pulmonar podemos valorarlo en modo M, apreciando la
transmisión rítmica de los latidos cardíacos al pulmón, y posteriormente a las pleuras,
originando un movimiento de las misma (v. Fig. 5-12)3.





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BIBLIOGRAFÍA

1. Lichtenstein DA. Whole body ultrasonography in the critically ill. Springer. 2010.

2. Lichtenstein DA. Ultrasound in the management of thoracic disease, Crit Care Med. 2007.
doi : 10.1097 / 01.CCM.0000260674.60761.85.

3. De la Quintana Gordon FB, et al. Ecografía pulmonar básica. Parte 1. Ecografía pulmonar
normal y patología de la pared torácica y la pleura. Rev Esp Anestesiol Reanim. 2015. doi:
10.1016/j.redar.2015.02.003.

4. Volpicelli G, et al. International Liaison Committee on Lung Ultrasound (ILC-LUS) for


International Consensus Conference on Lung Ultrasound (ICC-LUS). International
evidence-based recommendations for point-of-care lung ultrasound. Intensive Care Med.
2012. doi: 10.1007/s00134-012-2513-4.

5. Wangüemert AL. Clinical applications of pulmonary ultrasound. Med Clin. 2020. doi:
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6. Lichtenstein DA, et al. The "lung pulse": an early ultrasound sign of complete atelectasis.
Intensive Care Med. 2003. doi: 10.1007/s00134-003-1930-9.

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doi: 10.1097 / 01.ccm.0000164542.86954.b4.





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6. COMPLICACIONES PULMONARES DE LA COVID-19
Francisco J. Luque Sánchez

La afectación a nivel pulmonar que el SARS-CoV-2 produce es fundamentalmente


intersticial, siendo la aparición de líneas B el hallazgo inicial ecográfico. Aunque este hallazgo
es inespecífico, contextualizándolo con la presencia de otros síntomas característicos en medio
de la pandemia de COVID-19, aumenta la probabilidad de enfermedad1.

Los principales hallazgos ecográficos observados son: disminución del deslizamiento pulmonar,
irregularidad de la línea pleural (v. Fig. 6-1), presencia de líneas B confluentes, consolidaciones
subpleurales, condensaciones; y de forma infrecuente derrame pleural, que suele ser de muy
escasa cuantía. Aunque estos hallazgos patológicos ecográficos se solapan con otras causas de
distrés respiratorio, como neumonía bacteriana o edema pulmonar, entre otros2.


Figura 6-1. Línea pleural irregular (flechas).

La distribución de las lesiones se caracteriza por ser asimétrica y desigual, – alterna áreas de
pulmón sano y enfermo–, suele ser periférica, bilateral y afecta a varios lóbulos. En un
principio las lesiones se localizan en áreas posteroinferiores pulmonares, siendo un signo de
mal pronóstico su aparición en segmentos anteriores3.

Una ecografía pulmonar normal en un paciente con infección SARS-CoV-2 no excluye la


posibilidad de progresión de la enfermedad, más aún cuando el lapso de tiempo es muy corto
entre la realización del examen y la aparición de los síntomas. También es importante recordar
que no se recomienda el uso de pruebas de imagen en exclusiva, como prueba de detección de
primera línea, en pacientes con sospecha de infección por SARS-CoV-2.

El deterioro clínico expeditivo, que en ocasiones sufren los pacientes con COVID-19, hace
recomendable repetir el examen ecográfico para identificar posibles cambios en patrones
ecográficos identificados, y tomar decisiones clínicas en consecuencia.





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Se pueden definir cuatro patrones ecográficos a nivel pulmonar en la afectación de este
órgano por el SARS-CoV-2, en función de las imágenes y artefactos de ultrasonidos que se
obtienen cuando atraviesan estructuras de diferente densidad, atendiendo a la proporción
aire/fluido4:

1) patrón normal, donde predominan las líneas A y no hay más de dos líneas B (en el
mismo espacio intercostal, en un corte longitudinal).

2) patrón leve o moderado de pérdida de ventilación, con aparición de líneas B, en


menor o mayor cuantía, dejando ver perfectamente las líneas A entre ellas.
3) patrón grave de pérdida de ventilación, con abundantes líneas B que pueden llegar a
ser coalescentes, dando imagen de pulmón blanco.
4) patrón de consolidación, con una imagen real del tejido pulmonar, con
presencia/ausencia de artefactos hiperecogénicos en su interior: broncograma aéreo.

5) patrón de derrame pleural. Es infrecuente, y cuando existe, es de muy escasa cuantía.


PATRONES ECOGRÁFICOS PULMONARES EN COVID-19

6.1. Patrón de pulmón normal


Es importante reconocer el aspecto de una ecografía pulmonar normal e identificar la
presencia de una línea pleural lisa, con deslizamiento pulmonar, y de líneas A (v. Fig. 6-2), para
poder identificar posteriormente el patrón ecográfico de un pulmón enfermo con facilidad.


Figura 6-2. Líneas A (flechas) en un corte oblicuo.

6.2. Patrón intersticial


Definido por la presencia de líneas B, líneas perpendiculares a la pleura. Se deben a la
reverberación de los haces de ultrasonido al reflejarse sobre los septos interlobulillares con
engrosamiento intersticial, ya sea por líquido o por tejido fibrótico (líneas B secas).





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Se caracterizan por originarse en la interfase pleuro-pulmonar (artefactos verticales


hiperecogénicos con aspecto de rayo láser), se prolongan hasta el final de la pantalla, se
mueven con el deslizamiento del pulmón y borran las líneas A a su paso.

Pueden verse en sujetos sanos, sobre todo en las bases pulmonares, pero 3 o más líneas B por
espacio intercostal, en un corte longitudinal, indica patología subyacente (según el consenso
internacional de 20125). Cuando están presentes de forma múltiple, difusas y bilaterales
determina el síndrome intersticial ecográfico.

El síndrome alveolo-intersticial (SAI) del pulmón incluye diversas patologías clínicas que
afectan al intersticio y los alvéolos de forma difusa, provocando deterioro en la capacidad de
intercambio alveolo-capilar, e induciendo varios grados de insuficiencia respiratoria. Tales
condiciones clínicas pueden ser crónicas como las neumonías intersticiales, o agudas como el
edema agudo de pulmón (EAP), el Síndrome de Distrés Respiratorio Agudo (SDRA) y la
neumonía. El diagnóstico sonográfico del SAI se basa en la presencia del patrón de líneas B
múltiples, difusas y bilaterales, y tiene una sensibilidad del 85.7% y una especificidad del 97.7%
para el diagnóstico de SAI radiológico6.

La cuantificación del patrón intersticial se puede realizar usando índices semicuantitativos o


cualitativos. Con objeto de facilitar la práctica clínica, es recomendable utilizar la separación de
líneas B en términos cualitativos:

− Líneas B separadas, se pueden individualizar de forma clara (v. Fig. 6-3).

− Líneas B juntas o agrupadas, si están próximas unas a otras (v. Fig. 6-4).

− Líneas B confluentes o coalescentes, si se superponen y no se pueden individualizar.


Forman una imagen blanquecina subpleural: patrón de pulmón blanco7 (v. Fig. 6-5).
Conforme el acúmulo de líquido intraparenquimatoso u otro contenido aumenta, se harán
más confluentes las líneas B hasta obtener una imagen ecográfica de pulmón blanco.


Figura 6-3. Líneas B separadas (asteriscos).




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Figura 6-4. Líneas B agrupadas (asteriscos). Figura 6-5. Líneas B confluentes. Pulmón blanco.

Estas líneas deben diferenciarse de otros artefactos cortos, como son las líneas Z y E:

• Las líneas Z son líneas verticales que se inician en la pleura, anchas, usualmente son
menos ecogénicas que la línea pleural, mal definidas y cortas (desaparecen tras 2-4
cm), que no borran las líneas A y no se mueven con el deslizamiento del pulmón.
Aparecen en gente sana pero también en caso de neumotórax.

• Las líneas E son artefactos representado por líneas verticales, que se inician en la
pared torácica (a diferencia de los que parten de la línea pleural), y que se ven en
casos de enfisema parietal o cuerpos extraños parietales8 (v. Fig. 6-6).



Figura 6-6. Líneas E (bajo los asteriscos). No se
llega a ver la línea pleural porque las líneas E
disipan los haces de ultrasonidos, no permitiendo
su penetración. Nos impiden realizar una
valoración correcta de la presencia de líneas A, B o
consolidación en profundidad.
En el enfisema subcutáneo, el aire penetra en el
tejido celular subcutáneo, buscando los huecos
que va encontrando, formando un recorrido
tortuoso, no una línea recta, lo que nos ayuda a no
confundir las líneas E con las líneas B (que siempre
parten de la línea pleural y se mueven
acompasadas con el deslizamiento pulmonar).






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6.3. Patrón de consolidación pulmonar

La consolidación del pulmón crea un patrón ecográfico específico denominado en el


mundo anglosajón como “signo del tejido”, emitiendo una densidad similar a la de los tejidos
de un órgano sólido, como el hígado o el bazo. En nuestro medio solemos usar más la
expresión “hepatización del pulmón” (v. Fig. 6-7). Provoca una imagen real ecográfica como
consecuencia de la pérdida completa de aireación de los alveolos y la sustitución del aire por
líquido u otro material, permitiendo el paso del ultrasonido. Indica afectación alveolar,
independientemente de la causa de la misma: atelectasia obstructiva/compresiva, neumonía,
infarto pulmonar, neoplasias, contusiones, etc… En la infección por COVID-19 con afectación
pulmonar, las consolidaciones se presentan en una variedad de patrones que incluyen desde:
pequeñas multifocales, no translobar, hasta translobar presentando incluso broncogramas
aéreos dinámicos (aunque este último suele asociarse a sobreinfección bacteriana).

Si dentro de la consolidación, los bronquios o bronquiolos terminales mantienen en su interior


una pequeña cuantía de aire, pueden vislumbrarse artefactos hiperecogénicos puntiformes o
lineales (focos, líneas o estrías), estáticos o móviles con los ciclos respiratorios;
corresponderían a broncogramas aéreos estáticos o dinámicos (v. Fig. 6-7 y 6-8).


Figura 6-7. Parénquima pulmonar con hepatización Figura 6-8. Consolidación pulmonar con
ecográfica. Se aprecian estructuras tubulares broncogramas aéreos (flechas).
ecogénicas ramificadas, el broncograma aéreo
(flechas). Para evitar confundir el hígado o el bazo
con una consolidación, nos ayudará identificar la
estructura del diafragma.


Cuando se exploran las bases hay que prestar especial atención en no confundir las vísceras
abdominales (hígado o bazo) con el pulmón consolidado, para evitarlo nos ayudará identificar
con claridad la estructura del diafragma.

Algunos signos ecográficos contextualizados en el cuadro clínico del paciente, en ciertas


ocasiones, podrán ayudarnos a realizar un diagnóstico etiológico diferencial entre
consolidación por pérdida de aireación (atelectasia) o por presencia de fluidos en su interior





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(neumonía, SDRA, etc.):

• La presencia de pulso pulmón (movimiento de la línea pleural sincrónico con el latido


cardiaco) con ausencia de deslizamiento pleural y mínimo desplazamiento del
diafragma, pueden suponer signos precoces de atelectasia y son consecuencia de una
inadecuada ventilación.

• La distribución del broncograma aéreo: paralelo y lineal en la atelectasia y más


arboriforme en la neumonía, también puede orientarnos.

• La identificación de broncograma aéreo dinámico usualmente descarta la posibilidad


de que sea una atelectasia y orienta más a neumonía, aunque no es patognomónico.

Las consolidaciones pulmonares pueden aparecer en cualquier localización, siendo


subpleurales en una gran mayoría de los casos (90% en la región basal posterior), y en
pacientes con COVID-19, si son grandes, se suele deber a sobreinfección bacteriana. La
sensibilidad del examen ecográfico va a depender del área, del tiempo de evolución de los
síntomas y del tamaño de la consolidación. Se definen dos tipos de consolidación: translobar y
no translobar (la mayoría y más frecuente en pacientes con COVID-19), con signos ecográficos
específicos:

• En las consolidaciones no translobares, el límite entre pulmón consolidado y aireado


es irregular y dibuja una línea fractal, opuesta a la línea pleural. (v. Fig. 6-9).
• En las consolidaciones translobares, que son más profundas, es característico el “signo
del tejido”, conocido comúnmente en castellano como hepatización, descrito
anteriormente.

Ambos signos tienen un 90 % de sensibilidad y un 98 % de especificidad en comparación con la


tomografía9.


Figura 6-9. Consolidación subpleural (flechas) que
fragmenta la línea pleural.





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6.4. Patrón de derrame pleural

Es una imagen anecoica, producida por líquido, entre la pleura parietal y la visceral (v.
Fig. 6-10). El derrame pleural es infrecuente y cuando aparece en pacientes COVID-19 es en
pequeña cantidad, localizado en cualquier zona sin relación con la gravedad. Si se identificaran
derrames pleurales de más entidad (es excepcional), habría que pensar en complicaciones
como sobreinfección pulmonar (v. Fig. 6-11). En este caso debería evaluarse las zonas más
declives del tórax, explorando las áreas posterolaterales e inferiores con el paciente en supino,
detectándose líquido cuando aparece entre el borde hiperecogénico del diafragma y el pulmón
posterolateral.


Figura 6-10. Derrame pleural (flecha) entre pulmón Figura 6-11. Derrame pleural complicado, con septos
consolidado (círculo) y diafragma (asterisco). (flecha) y loculaciones.

Los signos de derrame incluyen:

• Signo del cuadrado, signo ecográfico estático en modo 2D, en una proyección
longitudinal, en el que se dibujan cuatro líneas representadas por la pleura, las
costillas, el líquido y el pulmón10.

• Signo de medusa, hallazgo en modo bidimensional, detectado en derrames


cuantiosos, con atelectasias compresivas del pulmón, en la que el pulmón colapsado
presenta una ondulación durante los movimientos respiratorios, que asemeja al
movimiento de una medusa en el mar (v. Fig. 6-12).

• Signo del sinusoide, hallazgo en modo M a través del derrame. Se objetivan


variaciones del espacio interpleural con el ciclo respiratorio (disminuye con la
inspiración) y representa la ondulación del pulmón colapsado durante los movimientos
respiratorios (v. Fig. 6-13).





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Figura 6-12. Lóbulo pulmonar atelectasiado (flecha). Figura 6-13. Signo del sinusoide (flechas).

CATEGORIZACIÓN DE AFECTACIÓN PULMONAR EN COVID-19 MEDIANTE ECOGRAFIA


PULMONAR

Existen varias propuestas de estratificación mediante ecografía de la gravedad de


pacientes afectos de neumonía por SARS-CoV-2, siendo la publicada por Soldati11 y
colaboradores la más reproducida a nivel internacional en el diagnóstico y seguimiento de
estos pacientes. Los autores plantean un sistema de puntuación, considerando cuatro scores
de gravedad (desde 0 a 3), atendiendo a diferentes patrones de aireación.

En el presente manual se presenta en el Anexo II un protocolo desarrollado por nuestro


compañero Alberto Oviedo, adaptación de la sistemática de exploración de ecografía
pulmonar en doce áreas torácicas publicado por Jean Jacques Rouby et al12 (en la que se
definen tres áreas diferentes en cada hemitórax: anterior, lateral y posterior; y los segmentos
superior e inferior de las mismas) y de la escala de puntuación de la gravedad clínica de Soldati
et al. Según los patrones observados en la ecografía realizada en las diferentes áreas de ambos
hemitórax, y considerando parámetros clínicos como la saturación de oxígeno y frecuencia
respiratoria, se estandariza la gravedad que presenta el paciente y propone una estrategia de
manejo y seguimiento clínico de los mismos.





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BIBLIOGRAFÍA

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Ultrasound in Symptomatic COVID-19 Patients: Systematic Review and Meta-Analysis. The
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ECOGRAFÍA-TORÁCICA-Y-VÍA-AEREA.pdf.

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ANEXO I. HALLAZGOS ECOGRÁFICOS PULMONARES OBSERVADOS EN COVID-19


Línea pleural irregular (flechas). Líneas B separadas (asteriscos) e irregularidad
de línea pleural (flechas).


Líneas B agrupadas (asteriscos). Líneas B confluentes. Pulmón blanco.


Consolidación pulmonar con signo Consolidación pulmonar con
de la pleura fragmentada (asterisco). broncograma aéreo (flechas).


Parénquima pulmonar con hepatización Derrame pleural coleccionado (flecha) entre
ecográfica y broncograma aéreo. pulmón (círculo) y diafragma (asterisco).

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8
ANEXO II.A. ESCALA DE GRAVEDAD CLÍNICO-ECOGRÁFICA DEL PACIENTE CON
MANIFESTACIONES PULMONARES POR SARS-COV-2

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8
ANEXO II.B. ESCALA DE GRAVEDAD CLÍNICO-ECOGRÁFICA DEL PACIENTE CON
MANIFESTACIONES PULMONARES POR SARS-COV-2





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ANEXO II.C. ESCALA DE GRAVEDAD CLÍNICO-ECOGRÁFICA DEL PACIENTE CON
MANIFESTACIONES PULMONARES POR SARS-COV-2





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