La Posesión

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I.

La Posesión
1. Concepto

Antes de dar a conocer una definición de lo que es la posesión, consideramos importante


establecer una diferencia entre lo que es propiedad y posesión. Recordemos que la propiedad
o más bien el derecho a la propiedad la podemos ver desde dos perspectivas: una perspectiva
constitucional y la otra desde una perspectiva civil.
● Desde una perspectiva constitucional: como derecho fundamental
● Desde una perspectiva civil: como derecho real
Cabe recalcar que por ahora nos referiremos con mayor amplitud a la acepción civil. Como es
de conocimiento de muchos la propiedad como un derecho real ha cambiado y ha ido
evolucionando a lo largo del tiempo, desde el Derecho Romano en donde era considerado
casi un derecho absoluto pues no se conocían sus límites hasta lo que conocemos hoy en
nuestro Código. Actualmente en el ordenamiento jurídico peruano, la propiedad se encuentra
regulada en el artículo 923 del Código Civil:
Artículo 923.- Noción de propiedad
La propiedad es el poder jurídico que permite usar, disfrutar, disponer y reivindicar
un bien. Debe ejercerse en armonía con el interés social y dentro de los límites de la
ley.
Por otro lado, citando a Coca Guzmán decimos, ¿es posible concebir el usufructo de un
inmueble sin que este sea poseído por el usufructuario antes? La respuesta es no. Por ello,
para Coca Guzmán y coincidimos con dicho autor cuando menciona que la posesión es un
atributo que se encuentra presente en el derecho de propiedad, así como en el usufructo,
garantía mobiliaria, etc.
En términos generales podemos considerar a la propiedad como un todo y a la posesión como
un atributo de ella (una parte). Por ello, el código civil peruano en el artículo 896 sobre la
posesión menciona:
Artículo 896.- Definición
La posesión es el ejercicio de hecho de uno o más poderes inherentes a la propiedad.
2. Teoría del corpus de Inhering y teoría del corpus más animus domini de Savigny

Existen dos teorías mediante las que podemos explicar cuándo estamos ante una
posesión y cuándo no. Y de hecho, para Varsi Rospigliosi dichas teorías tienen una
gran trascendencia en la doctrina jurídica moderna: una de ellas es la teoría de Ihering
y la otra es la teoría Savigny.
La teoría del corpus de Ihering fue planteada en su libro “La voluntad en la posesión”
y en ella según Varsi Rospigliosi, se menciona que para ser poseedor basta el hecho de
tener el bien, mostrar respecto de este un aseñoramiento y darle un matiz económico.
Para esta teoría el animus domini no es importante, sino que por el contrario debemos
hacer referencia al animus o affectio tenendi (voluntad de tener). Con ello,
entendemos que dicha teoría plantea considerar posesión a toda relación entre el
poseedor y la cosa en donde el poseedor tiene el control sobre la cosa. Entonces,
posesión vendría a ser igual al corpus es decir basta con tener el bien para ser
considerado poseedor sin importar cómo éste se obtuvo. Se tiene un affectio tenendo
(tener) pero un animus domini (ser dueño).
Por otro lado, para Savigny, no basta el corpus, es decir no es suficiente tener la cosa
para ser considerado el poseedor de un bien, sino que además se requiere del animus
domini, la intención de ocuparlo. Lo resumimos como la posesión es igual al corpus
más animus domini.

3. Naturaleza Jurídica de la posesión

En cuanto a la naturaleza de la posesión existen muchas discrepancias y es que por un


lado se afirma que la posesión es un hecho y por el otro que se trata de un derecho.

3.1. Posesión como hecho

Entre ellas podemos encontrar a Savigny y a su escuela que afirman que la


posesión es un hecho.
Se trata de un hecho porque consideran que produce efectos jurídicos sin
importar que el poseedor esté autorizado para actuar como lo hace.

3.2. Posesión como derecho

Por otro lado autores como Molitor señalan que la posesión es un derecho.
Dicha acepción fue introducida por Inhering cuando menciona que la posesión
es un derecho subjetivo y éste a su vez se define como la facultad que tiene un
individuo para exigir a otros una determinada conducta.

4. La buena fe

Para Juan Espinoza Espinoza la buena fe es definida como una exigencia ético social
que está compuesta por el respeto de la personalidad ajena y por la colaboración de
los demás. En términos generales para dicho autor la buena fe es una exigencia de la
convivencia y de la solidaridad social.
Pero cuando hablamos del código civil, el principio de buena fe llega a tener 4
acepciones:

4.1. Como el estado de ignorancia de un interés ajeno tutelado por el derecho.

Como en el caso del artículo 284 del código Civil que refiere a aquel cónyuge que
contrajo matrimonio con una persona casada sin saberlo.

Artículo 284. - El matrimonio invalidado produce efectos civiles respecto de


los cónyuges si se contrajo de buena fe, como si fuese un matrimonio válido
disuelto por divorcio. Si hubo mala fe en uno de los cónyuges, el matrimonio
no produce efectos en su favor , pero sí respecto del otro y de los hijos.
O el artículo 906 del código civil peruano en donde se cree que se posee un bien
legítimamente cuando en realidad no es así.
Artículo 906.- la posesión ilegítima es de buena fe cuando el poseedor cree en
su legitimidad, por ignorancia o error de hecho o de derecho, sobre el vicio
que invalida su título

4.2. Como creencia en la apariencia de una relación o situación que legitima a


la contraparte, a disponer de un derecho determinado

Como en el caso del artículo 1225 del código civil en donde existe el pago al acreedor
aparente.
Artículo 1225.- Extingue la obligación el pago hecho a persona que está en
posesión del derecho de cobrar, aunque después se le quite la posesión o se
declare que no la tuvo

O el artículo 665 del código civil donde existe la celebración de un contrato con el
heredero aparente.
Artículo 665.- Acción reivindicatoria de bienes hereditarios. La acción
reivindicatoria procede contra el tercero que, sin buena fe, adquiere los bienes
hereditarios por efecto de contratos a título oneroso celebrado por el heredero
aparente que entró en posesión de ellos.
O el artículo 194 del código civil cuando se celebra un contrato en la creencia de la
realidad del negocio aparente.
Artículo 194.- La simulación no puede ser opuesta por las partes ni por los
terceros perjudicados a quien de buena fe y a título oneroso haya adquirido
derechos del titular aparente.

4.3. Como lealtad en la negociación de un contrato y como corrección en el


comportamiento en el contrato celebrado

Se refiere al carácter que implica ser consciente y respetar el interés del otro
contrayente.
Como en el artículo 1362 del código civil que habla sobre la negociación,
celebración y la ejecución del contrato.
Artículo 1362.- Los contratos deben negociarse, celebrarse y
ejecutarse según las reglas de la buena fe y común intención de las
partes.

4.4. Como criterio hermenéutico

Es necesario recordar que la buena fe debe darse dentro de una medida


razonable y lo justo. Para ello, citamos el artículo 168 del código civil que
menciona:
Artículo 168.- El acto jurídico debe ser interpretado de acuerdo con lo
que se haya expresado en él y según el principio de la buena fe.

5. Presunción de la buena fe

El poseedor solo tiene que acreditar su posesión para que de manera inmediata se le
aplique la presunción sin embargo ésta es de naturaleza iuris tantum, es decir se
pueden presentar pruebas en contra y desvirtuar dicha presunción.
En un proceso judicial y durante la tramitación del mismo, se presume la buena fe del
poseedor y no está obligado a probar nada.

6. Buena fe subjetiva

La buena fé subjetiva según el Centro de Información Jurídica en Línea se aplica como típica
al campo de los derechos reales. La cúal hace referencia a la conciencia del sujeto, en una
relación donde se manifiestan dos clases de buena fé, haciendo alusión a una situación propia
y ajena.
- En una situación propia: Existe una equivocada percepción proveniente de la
ignorancia del derecho ajeno, es decir se cree o se ignora que se pueda dañar un
interés legítimo de una persona protegida por el derecho.
- En una situación ajena: Se fundamenta en la denominada “Apariencia Jurídica”.
Donde existe una equivocada creencia del derecho ajeno. A diferencia de la situación
propia en ésta se cree en el derecho de la contraparte.

7. Buena fe objetiva

La buena fé objetiva según el Centro de Información Jurídica en Línea se presenta en todo el


sistema de negociación jurídica en general y de la obligación en particular, abarcando desde
los contactos preliminares hasta la etapa de la eficacia jurídica, siendo la última de mayor
interés. Durante esta relación jurídica los sujetos deben actuar de forma honesta y leal desde
que inicia la relación obligatoria hasta la finalización del negocio jurídico.

Por ejemplo: Actúa de buena fé quien trata de vender un artículo a otro sujeto, haciéndole la
advertencia que no se encuentra en perfectas condiciones, es decir no ocultando las
circunstancias particulares que tiene esta, la cual podría ser decisiva en el perfeccionamiento
del contrato.

Así mismo el Centro de Información Jurídica en Línea manifiesta que en la fase de eficacia
jurídica a través de la buena fé objetiva, se interpreta la voluntad expresada por las partes
libremente es decir se interpreta o integra el contenido del contrato, siendo en este momento
donde prevalece la importancia de la buena fé objetiva, Integrando lo expresado por las
partes, previniendo las posibles lagunas que se puedan generar en determinadas
circunstancias.

Según Pablo Casafont Romero la buena fe es parte integrante del Derecho Contractual
moderno la cual debe presidir las relaciones contractuales, insertar ciertas cláusulas dirigidas
a garantizar la igualdad jurídica y darle a la libertad contractual un significado más real, en
dirección a resguardar interese de seguridad jurídica y seguridad jurídica, armonizarlos en
una concepción unitaria del contrato.
8. Posesión ilegítima
La posesión ilegítima según Varsi Rospigliosi (2019) deriva de un hecho, el cual carece
derecho, ya sea que el acto es invalido, ineficaz o trata viene la ley haciendo alusión a los
Posesión ilegítima
La posesión ilegítima según Varsi Rospigliosi (2019) deriva de un hecho, el cual carece
derecho, ya sea que el acto es invalido, ineficaz de la ley haciendo alusión a los artículos
2019 y 220 del código civil, Así mismo agrega que este hecho es insuficiente, caduco o
deriva de un delito carece de un título. Pudiendo ser de buena o mala fé, la cual está basada
en el código en materia:

Artículo 906.- La posesión ilegítima es de buena fe cuando el poseedor


cree en su legitimidad, por ignorancia o error de hecho o de derecho
sobre el vicio que invalida su título.

Asimismo, Gonzales Barrón señala que la posesión ilegítima es aquella que se tiene sin título,
por título nulo o cuando fue dada por un sujeto que no tenía derecho sobre el bien o no lo
tenía para transmitirlo. También señala que en el caso de invalidez del título, este debe
diferenciar el régimen aplicable a la nulidad con respecto al de la anulabilidad. Es decir en el
primer caso, el acto jurÍdico no produce efecto alguno, y la nulidad es simplemente
declarativa. Por lo tanto, si el título es nulo, el poseedor será ilegítimo. Mientras, la
anulabilidad produce efectos provisionales, los cuales pueden consolidarse con el transcurso
del tiempo o por confirmación, en tal caso el poseedor será tomado en cuenta para todo efecto
legítimo, salvo que se declare judicialmente la nulidad, en tal caso sí devendrá en ilegítimo.

Por ello el autor señala que será considerado poseedor ilegítimo cuando:
- El que cuente con la posesión sin tener derecho subyacente, decir el simple poseedor "sin
título"
por ejemplo: el usurpador
- El que cuente con la posesión cuando el derecho subyacente se basa en un título nulo o
ineficaz. En este supuesto se incluye el caso del transmitente que no tiene derecho para
transmitir ("título ineficaz")

9. Posesión de buena fe
Gonzales Barrón (2009) señala que solo en la posesión ilegítima se admite la subclasificación
de posesión de buena fe y de mala fe. Añade que si el poseedor ilegítimo confía
equivocadamente que tiene derecho para conservar la posesión, su actuar debe ser
considerado como de “buena fe”. Es decir, cuando el adquirente de un bien no no advierte
desde el inicio la nulidad de su título.
Según lo estipulado en nuestro código, existe buena fé cuando el poseedor del bien cree en su
legitimidad por ignorancia, error de hecho o de derecho sobre el vicio que invalida su título
(Art. 906 del Código Civil peruano)

A partir del análisis legal Gonzales Barrón (2009), señala que es posible concluir:
- La buena fé requiere que el poseedor crea en su legitimidad
- La buena fé requiere que el poseedor tenga un título en el que funde su creencia
- La buena fé implica que el poseedor actúe por ignorancia o error de hecho

Por lo tanto, la buena fe no es meramente una creencia fundada en un estado psicológico del
poseedor (Buena fe subjetiva) sino también debe responder al modo de actuar honesto de una
persona. La buena tal como lo señala Gonzales Baron no puede fundamentarse en el error
inexcusable ya que existe el deber social de la diligencia. Es por ello que se solicita que el
poseedor posea el título de adquisición de algún derecho en el cual pueda sustentar su
“honesta creencia”

Según Varsi Rospigliosi (2019)


- Se presume la buena fé del poseedor, salvo exista prueba contraria, fundamentando en
el Art 906 del Código Civil.
- Duración de la buena fe dura mientras las circunstancias permitan al poseedor creer
que posee legítimamente o, en todo caso, hasta que sea citado en juicio, si la demanda
resulta fundada (art. 907)
- El poseedor tiene derecho al valor de las mejoras (art. 917)

9.1 Accesión Industrial Mobiliaria


- Cuando se edifique de buena fe en un terreno ajeno, el dueño del suelo puede optar
entre hacer suyo lo edificado u obligar al invasor a que le pague el terreno. En el
primer caso, el dueño del suelo debe pagar el valor de la edificación, el monto será el
promedio entre el costo y el valor actual de la obra. En el segundo caso, el invasor
debe pagar el valor comercial actual del terreno (art. 941).

- Si el propietario del suelo obra de mala fe, la opción de que trata el artículo 941
corresponde al invasor de buena fe, quien en tal caso puede exigir que se le pague el
valor actual de la edificación o pagar el valor comercial actual del terreno (art. 942).

- Cuando con una edificación se ha invadido parcialmente y de buena fe el suelo de la


propiedad vecina sin que el dueño de ésta se haya opuesto, el propietario del edificio
adquiere el terreno ocupado, pagando su valor, salvo que destruya lo construido.

- Si la porción ocupada hiciere insuficiente el resto del terreno para utilizarlo en una
construcción normal, puede exigirse al invasor que lo adquiera totalmente (art. 944).

- El que de buena fe edifica con materiales ajenos o siembra plantas o semillas ajenas
adquiere lo construido o sembrado, pero debe pagar el valor de los materiales, plantas
o semillas y la indemnización por los daños y perjuicios causados (art. 945).

10. Posesión de mala fe


10.1. Definición de mala fe:

También conocida como mala fidei possessio, existe cuando se detenta una
posesión a sabiendas de que no se tiene derecho a ella. Falta la convicción de
actuar con respeto de los derechos ajenos legítimamente constituidos
(González Linares, 2012, p. 205). Una posesión de buena fe puede devenir en
una de mala fe, de forma que esta última afecta a la posesión: mala fides
superveniens nocet (la mala fe sobrevenida daña el negocio). Se trata de un
vicio subjetivo concerniente a la convicción interna del poseedor acerca de la
legitimidad de su posesión (Chaves de Farias y Rosenvald, 2009, p. 83).

10.2. Posesión ilegítima de mala fe:


La posesión de mala fe está definida por contraposición a la buena fe
establecida en el art. 906 C.C. Es decir, será poseedor de mala fe el que
conozca (o debiera conocer con una diligencia media) la ilegitimidad de su
título, o el que simplemente no tenga título. En doctrina se hace una
subclasificación de la posesión ilegítima: posesión de simple mala fe y
posesión viciosa. Ésta última se produce en los bienes muebles cuando ha
existido hurto, robo o abuso de confianza; en el caso de los inmuebles cuando
ha existido despojo violento. El Código de 1984 no reconoce esta
sub-clasificación, ni se le atribuye tampoco ninguna diferencia en cuanto a las
consecuencias jurídicas. Por ende, en nuestro caso se trata de una distinción
meramente académica, sin eficacia práctica. (González, 2005, p.167).

11. Efectos de la posesión de buena fe y mala fe: conflicto entre propietario y


poseedor

11.1. Efectos de la posesión de buena fe

● El poseedor hace suyo los frutos (art. 908 C.C.)t", esto es, se convierte en
propietario de ellos. El fundamento de esta norma ha sido discutido, ya que
una corriente doctrinal iniciada con POTHIER considera que el poseedor sólo
retiene los frutos que sirven para su consumo, por lo que resulta imposible su
restitución en especie. Sin embargo, el art. 908 no contiene una limitación de
este tipo, y por ello la buena fe es título suficiente para la adquisición
dominical de TODOS los frutos. Respecto al proceso relativo a la conversión
de la posesión de buena fe en una de mala fe, ello conlleva que los frutos se
dejen de percibir, lo cual trae problemas de orden práctico si los frutos se
hallan en pleno proceso de producción, es decir, si todavÍa no cuentan con
autonomía jurídica por no haberse separado del bien-madre (nuestro Código
utiliza los erróneos términos de "recojo" y "obtención") o por no haberse
cobrado (o "recauden" como dice el Código). Por ejemplo: si el poseedor de
buena fe es citado con la demanda para devolver el bien, ¿qué sucede con los
frutos pendientes de separación o de cobro? El título de "frutos y productos"
del Código (arts. 890 a 895) no acuerda una solución al problema. Sin
embargo, en la regulación del usufructo se contempla una norma específica,
aplicable a nuestro caso por analogía: "pertenecen al usufructuario los frutos
naturales y mixtos pendientes al comenzar el usufructo; y al propietario, los
pendientes a su término" (art. 1016).

● En caso de pérdida del bien, no existe norma alguna que establezca el nivel
de responsabilidad exigible al poseedor de buena fe. Sin embargo, si tenemos
en cuenta los principios generales del Derecho de daños y la consecuencia
prevista para la hipótesis contraria (art.909 C.C.), es posible inferir
que el poseedor de buena fe solamente responde cuando el bien se pierde
por dolo o culpa (art. 1969 C.C.)'no. Esta regla es aplicable solamente en el
caso de la relación (extracontractual) entre el poseedor y el propietario, pues
en el caso de un vínculo negocial, entonces la responsabilidad del poseedor
habrá de encontrarse en el contenido del contrato y, en su defecto, en la
normativa supletoria. Por ejemplo: un arrendatario podrá ser un poseedor
de buena fe frente al propietario, pues ignora en forma honesta que su
arrendador no tenía derecho de poseer. En tal caso, los daños que se
produzcan sobre el bien, dará lugar a una responsabilidad extracontractual
del poseedor frente al propietario, pero esto no altera la diferente
responsabilidad
(contractual) del poseedor-arrendatario frente al arrendador, la cual está
regulada fundamentalmente en el art. 1683 del C.C. c)

● La posesión de buena fe, conjuntamente con otros requisitos, acorta el


período necesario para adquirir la propiedad del bien por usucapión (arts. 950,
951 C.C.).

11.2. Efectos de la posesión de mala fe

● El poseedor de mala fe está obligado a devolver los frutos percibidos y, si no


existen, a pagar su valor estimado al tiempo que los percibió o debió percibir
(art. 910 C.C.). Por ejemplo: el poseedor deberá restituir los frutos perdidos en
una cosecha por falta de diligencia, o deberá restituir los frutos civiles (renta)
no percibidos por haber omitido alquilar una parte del bien que se encontraba
improductivo, etc. Sobre el particular, debe recordarse que las normas sobre
frutos son adecuadas cuando la causa principal del provecho es el mismo
bien-madre, pero no cuando se trata de utilidades o ganancias que no
provienen de una relación de derivación material, y más bien se originan en la
iniciativa del sujeto-empresario (utilidades) o en el valor de mero uso del bien.
¿Qué devuelve entonces el poseedor de mala fe? Si la norma se refiere
exclusivamente a los "frutos" derivados del bien, tal y como indica el texto
normativo, ergo la sanción al poseedor no es muy estricta, por cuanto puede
retener todas las otras ganancias producidas por el bien, excepto los provechos
naturales originados por un "proceso de fructificación". Sin embargo, la
racionalidad de la ley parece estar en sancionar la conducta deshonesta de este
poseedor y, en consecuencia, imputar el reembolso de todas las utilidades
obtenidas con el bien, incluso las que no percibió, pero debió percibir con una
gestión administrativa diligente.

● El poseedor de mala fe responde de la pérdida o detrimento del bien, aun en


las hipótesis de caso fortuito o fuerza mayor, salvo que éste también se hubiera
producido en caso de haber estado el bien en poder de su titular (art. 909
C.C.). Esta agravación de la responsabilidad es una sanción a la deshonestidad
del poseedor, y su aplicación no se circunscribe al Derecho de bienes, pues
también encuentra respuesta simétrica en el Derecho de obligaciones (art.
1336 C.C,). Aquí se produce un claro ejemplo de responsabilidad
ultra-objetiva, más severa incluso que la regulada en el art. 1970 C.C., pues el
responsable-poseedor deberá indemnizar aun en los casos de rompimiento o
fractura del nexo causal (por ejemplo: un asalto a mano armada), salvo la
hipótesis excepcional antes vista.

● En cuanto a la usucapión, el poseedor de mala fe requiere un mayor tiempo de


control sobre el bien, junto a otros requisitos, para producir el efecto de
adquisición dominical (arts. 950, 951 C.C.).
II. Jurisprudencia

11.3. Casación N° 2981 - 2009

La presentación Casación que presentamos a efectos de una mayor ilustración del


tema desarrollado fué emitida por la Corte Suprema de Justicia de la República - Sala
Civil Permanente, el 26 de enero del año 2010.

11.3.1. Materia del Recurso

Estamos ante un recurso de casación interpuesto a fojas ochocientos setenta y ocho


por Restaurant Turístico “Los Olivos Sociedad de Responsabilidad Limitada” contra
la Sentencia de vista expedida a fojas ochocientos sesenta y ocho, por la Primera Sala
Civil de la Corte Superior de Justicia del Callao, su fecha cuatro de mayo del dos mil
nueve que confirmando la sentencia de primera instancia expedida a fojas ochocientos
dieciocho, por el Quinto Juzgado Especializado en lo Civil de la Corte Superior de
Justicia del Callao, declaró infundada la demanda accesión de propiedad por
edificación interpuesta por el recurrente. (CAS. N° 2981 - 2009)

11.3.2. Fundamentos del Recurso

La Sala Suprema, mediante resolución de fecha veintitrés de setiembre del dos mil
nueve, declaró procedente el recurso de casación, por las causales 2 y 3 del artículo
386 del Código Procesal Civil, relativas a:

● La Inaplicación de una Norma de Derecho Material: La Sala Superior inaplicó


los artículos 941 y 942 del Código Civil, en cuanto que la actora efectuó una
nueva edificación luego de la demolición del inmueble que había venido
conduciendo, razón por la que no se puede considerar como una mejora al
existir un cambio total del bien y que de corresponderle algún derecho, éste
debe discutirse bajo los alcances de las normas que regulan la edificación en
terreno ajeno, apreciándose en su momento la buena o la mala fe con que
puedan haberse realizado conforme a lo señalado en los artículos 941 y 943 el
código sustantivo o la buena o mala fe con la que puede haber actuado el
propietario del terreno; en consecuencia el hecho de que se haya firmado un
contrato de arrendamiento en el cual no se pactó la devolución de la
edificación arrendada, no impide que se apliquen los mencionados numerales.

● La Contravención de las Normas que Garantizan el Derecho a un Debido


Proceso: En la sentencia de vista no se demostró la mala fe de la propietaria
del terreno, sobre el cual se levantó una edificación; sin embargo, en dicha
resolución no se expresa cuales son los fundamentos de hecho que sustentan
su decisión, ni demuestra haber analizado y evaluado las pruebas presentadas a
fin de acreditar la mala fe de la propietaria del terreno; asimismo señala que la
sentencia de vista no valoró ninguno de los medios probatorios acompañados a
su demanda e indica que no está solicitando una revaloración de las pruebas
obrantes en autos sino la valoración de las pruebas ofrecidas por su parte, lo
que constituye infracción del artículo 197 del Código Civil.

11.3.3. Considerandos

● En primer lugar se analiza la segunda causal alegada por la parte demandante al


momento de presentar el recurso de casación.

● El Derecho al Debido Proceso no solo permite a las partes de un proceso ejercitar su


Derecho de Acción, sino también utilizar los diferentes mecanismos procesales
establecidos por ley, con el propósito de defender dicho derecho.

● Esta garantía implica el administrar justicia de acuerdo a las normas procesales, la


contravención al Derecho del Debido Proceso y las normas procesales es sancionado
con una nulidad procesal.

● La sentencia impugnada confirma la apelada, bajo el argumento de que el demandante


estuvo en posesión del inmueble en virtud al contrato de arrendamiento celebrado por
CORPAC S.A., el cual establecía que las mejoras realizadas quedarían a favor del
arrendador, por otro lado, se evidencia la edificación de buena pero no se puede
demostrar la mala fe del propietario del inmueble.
● Sobre la carencia de motivación denunciada por el recurrente, se tiene que, según el
Tribunal Constitucional:

“La motivación de una decisión no sólo implica expresar la norma legal en la


que se ampara, sino fundamentalmente en exponer suficientemente las razones
de hecho y el sustento jurídico que justifica la decisión tomada” (S.T.C. N°
4289-2004-AA/TC)

● En una debida motivación de resolución judicial deberá existir:

➔ Adecuada fundamentación jurídica


➔ Congruencia entre lo pedido y lo resuelto
➔ Por sí misma exprese una justificación de la decisión adoptada

● Se observa que la sentencia impugnada cumple con las exigencias anteriormente


mencionadas, por lo tanto, se desestima la pretensión de accesión solicitada por el
recurrente

● Finalmente, sobre la denuncia de Inaplicación de los artículos 941 y 941 del Código
Civil se tiene:

➔ El artículo 941 exige cumplimiento de dos requisitos: que el dueño acredite la


propiedad del terreno donde se efectuó la edificación y que la persona que
edificó en ese terreno haya obrado de buena fe, pero para comprobar la buena
fe de quien edifica, es necesario que éste ignore que el terreno no es de su
propiedad, hecho que no coincide con el presente caso
➔ El artículo 942 regula la mala fe del propietario del suelo, es importante
mencionar que en el proceso no se evidenció la mala fe por parte del
propietario del terreno, en vista de que ambas partes tenían conocimiento de la
edificación, al haberse estipulado así en el contrato de arrendamiento, por lo
tanto la invocación a este artículo tampoco es aceptada.

11.3.4. Decisión
Conforme a lo regulado en el artículo 397 del Código Procesal Civil: Declararon:
INFUNDADO: el recurso de casación interpuesto por Restaurant Turístico “Los
Olivos” a fojas ochocientos setenta y ocho; en consecuencia: NO CASARON la
sentencia de vista expedida a fojas ochocientos sesenta y ocho, por la Primera Sala
Civil de la Corte Superior de Justicia del Callao, su fecha cuatro de mayo del dos mil
nueve que confirmó la sentencia de primera instancia; DISPUSIERON: la publicación
de ésta resolución en el Diario Oficial “El Peruano”, bajo responsabilidad; en los
seguidos por Restaurant Turístico “Los Olivos” con Corporación Peruana de
Aeropuertos y Aviación Civil – CORPAC. (CAS. N° 2981 - 2009)

III. Conclusiones

● La razón del artículo 910 del Código Civil, el cual dispone la obligación de poseedor
de mala a restituir los frutos, descansa en la intención del legislador de sancionar la
conducta deshonesta de este poseedor, imponiendo la obligación de reembolsar al
propietario todas las utilidades que pudo haber obtenido de la posesión del bien.
● La buena fe en nuestra legislación no sólo hace referencia a la creencia en la
legitimación de la posesión la cual debe provenir de la ignorancia o error sobre la
existencia, invalidez o ineficacia del título, sino también que el actuar de poseedor
debe ser consciente bajo los parámetros de la diligencia.
● El análisis de la Sala sobre la casación vista, en relación al artículo 941 del Código
Civil, hace hincapié en el hecho de que para comprobar la buena fe del poseedor que
edifica sobre terreno ajeno, es necesario que éste ignore que el terreno no es de su
propiedad, hecho que, como vimos no ocurría en el caso presentado.
IV. Referencias Bibliográficas

● Centro de información jurídica en línea (2008). Informe del derecho de posesión y


buena fe. Recuperado de
https://cijulenlinea.ucr.ac.cr/portal/descargar.php?q=MjAyOA
● Espinoza, J. (s.f.). El principio de la buena fe. Justicia y Derecho . Recuperado de
http://justiciayderecho.org.pe/revista8/articulos/EL%20PRINCIPIO%20DE%20LA%
20BUENA%20FE%20-%20JUAN%20ESPINOZA%20ESPINOZA.pdf
● Gonzales, G. (2010). Derechos Reales. Editorial San Marcos.

● Poder Judicial (2009). Casación N° 2881-2009-Callao. Callao: 26 de enero de 2010.

● Mejorada C., M. (2013). La posesión en el Código Civil Peruano. Derecho &


Sociedad, (40), 251-256. Recuperado a partir de
https://revistas.pucp.edu.pe/index.php/derechoysociedad/article/view/12805
● Varsi, E. (2017). Tratado de Derechos Reales. Posesión y Propiedad. Fondo Editorial.
● Varsi, E. (8 de mayo del 2018). La posesión, el inicio y teorías. El Peruano.
Recuperado de
https://elperuano.pe/suplementosflipping/juridica/687/web/pagina03.html

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