Comunicación y Discurso
Comunicación y Discurso
Comunicación y Discurso
Comunicación
Otros títulos de la colección ¿Compartimos todas las personas una misma noción de lo que Todo el mundo es, simultáneamente, emisor y recep-
Comunicación y Discurso
Manuales (Comunicación) es la comunicación? El hecho de que nos comunicamos parece tor. Además, lo que denominamos canal y que está
demostrar que sí. A pesar de eso, pocas veces nos preguntamos, fuera de ambos extremos en el esquema no está
y Discurso
Relaciones públicas, empresa y sociedad. de una manera directa, qué es eso de la comunicación y qué realmente fuera, si no que condiciona la comunica-
Una aproximación ética. Jordi Xifra Triadú implica el hecho de comunicarnos. ción, por no decir que la determina completamente.
Los públicos en las relaciones públicas
María Isabel Míguez González Este libro ofrece algunas de las claves para estudiar qué implica Así, tanto el emisor como el receptor tienen que
comunicarnos apostando por una visión de la comunicación adaptarse al canal de comunicación si quieren
Escritura sexy (2ª edición). Lluís Pastor como fenómeno discursivo. Abordar la comunicación como participar en la acción comunicativa.
discurso permite alejarse de la visión del lenguaje como simple
El protocolo internacional en la globalización canal de transmisión y entender que la comunicación no es una
económica. de las cosas que pasan en la realidad sino que la realidad es
Ana Belén Fernández Souto (coordinadora),Teresa aquello que construimos cuando nos comunicamos. Desde este
Bernácer Sales, Deva Castellanos Medina y Alberto marco, examinaremos qué elementos están involucrados en las
Romero Ania conversaciones, cómo producimos versiones sobre aconteci-
mientos y sobre nosotros mismos y cómo estas conversaciones Adriana Gil-Juárez
y estas versiones se tienen que examinar sin establecer una
Retórica Exprés. Lluís Pastor
separación entre aquello que se dice y cómo se dice.
Anna Vitores González
Ciencia para la televisión.
El documental científico y sus claves.
Bienvenido León (coordinador), José Manuel Azevedo,
Enrique Baquero Martín, Miquel Francés i Domè-
nech y Miriam Salcedo de Prado
Adriana Gil-Juárez
Anna Vitores González
ISBN: 978-84-9029-034-7
Adriana Gil-Juárez
Índice
2. Análisis de la conversación........................................... 73
2.1. Análisis de la conversación y etnometodo-
logía.............................................................. 73
2.2. El arte de la conversación.......................... 75
2.3. Regularidades de la conversación.............. 77
2.3.1. Análisis secuencial........................ 77
2.3.2. ¿Decir simplemente no?: una
perspectiva feminista.................... 87
3. Perspectiva discursiva.............................................. 89
3.1. Discurso y análisis del discurso.............. 90
3.2. Aproximación al concepto de discurso.. 91
3.2.1. Michel Foucault: el discurso como
práctica.......................................... 95
3.3. Aspectos clave sobre el discurso ............ 97
3.4. Análisis del discurso en Psicología Social 101
3.4.1. Qué hacemos y que cumplimos
con aquello ¿que decimos y escri-
bimos?........................................... 102
3.4.2. Qué recursos utilizamos: reperto-
rios interpretativos....................... 104
3.4.3. Psicología discursiva..................... 107
3.4.4. Nuestro Interior............................ 108
3.4.5. Construcción de hechos y dilemas
de interés........................................ 101
3.4.6. Preguntas desde la perspectiva dis-
cursiva........................................... 115
3.5. Ideología.................................................. 117
3.6. Identidad................................................. 119
3.6.1. Posiciones de sujeto: “amos y escla-
vos” del lenguaje............................ 120
© Editorial UOC 9 Comunicación y Discurso en tiempos de TIC
4. Narraciones.............................................................. 125
4.1. Narraciones y vida social........................ 125
4.2. Características de la narración................ 126
4.3. Cultura y narraciones............................. 130
4.4. Narración: ¿vestimenta o construcción?. 133
4.4.1. Narraciones de hechos.................... 134
4.5. El yo narrativo........................................ 137
4.5.1. Psicología narrativa......................... 139
Bibliografía................................................................ 141
© Editorial UOC 11 Comunicación y Discurso en tiempos de TIC
Capítulo I
AUTOR: ¿Le gusta dudar a la gente? Cada vez hay menos capa-
cidad de matices. Casi todos se han acostumbrado a la seguridad
acústica, a oír lo que se quiere oír, la ratificación del propio cri-
terio y a veces cuando le llega algo que no sabe cómo escuchar,
lo rechaza inmediatamente porque no lo entiende y se siente
agredido.
2. Cyborg
5. Discurso y Comunicación
“Si en la red hay alguna vida que valga la pena vivir, entonces
nosotros mismos somos parte de esa vida y podemos encontrar-
nos en la posición de guiar esta tecnología y lo que ocurra dentro
de ella. Sin embargo, ¿hasta qué punto los usuarios ordinarios de
la red pueden influir verdaderamente en la dirección de un colo-
so tecnológico como Internet? [...] ¿En qué medida pueden cier-
tas invenciones como Internet dirigir la historia social cuando su
implantación ya se ha consolidado? Por ejemplo, el comentario
de Karl Marx, según el cual el molino de sangre nos trajo al señor
feudal y el molino de vapor nos trajo al capitalista industrial, da
a entender que aún estaríamos viviendo como siervos o nobles
© Editorial UOC 46 Comunicación y Discurso
de cada día ejercen una fuerte presión sobre la gente para que
dote responsabilidades en sus acciones y para verse a sí misma
como un actor intencional y unitario. Esta separación entre la
teoría (el yo unitario es la realidad más básica) es una de las
razones principales por las que las teorías de la multiplicidad y
el descentramiento han tenido una lenta imposición –o por las
que, cuando se imponen, tendemos a acomodarnos rápidamente
en los antiguos modos centralizados de ver las cosas.
7. Bibliografía recomendada
Capítulo II
Discurso y Comunicación
1. Comunicación y significado
2. Análisis de la conversación
Ejemplo 1
A: ¿Hay algo que te preocupa o no?
(1.0 segundos de pausa)
A: ¿Si o no?
(1.5 segundos de pausa)
A: ¿Eh?
B: No.
(Atkinson y Drew, 1979)
Ejemplo 2
A: Te gustaría ir... eh.. ¿a tomar un café?
B: (2.0 segundos de pausa)
A: ¿O quizás no tienes ganas?
(Renkema,1999:146)
Ejemplo 3
A: ¿Por qué no vienes a verme alguna vez? Invitación
B: Me gustaría. Aceptación
(Ejemplo extraído de Atkinson y Drew, 1979: 58).
Ejemplo 4
A: Bueno... ¿me ayudarás con esto? Petición
B: Por supuesto que lo haré. Aceptación
(Simplificado de Davidson, 1984: 116).
Ejemplo 5
B: Hum... si fuese tan amable de venirme a visitar. Esta mañana, Petición / invitación
le ofrecería una taza de café.
A: Esto... bueno, es usted muy amable, pero no creo que pueda
venir esta mañana. Hum... he puesto un anuncio en el periódico Rechazo
y tengo que estar pendiente del teléfono.
Ejemplo 6
Mark: Estábamos pensando si querríais venir el sábado a cenar. Invitación
(0,4 segundos de pausa)
Jane: Bueno, [...] hum, estaría bien, pero ya se lo hemos Rechazo
prometido a Carol.
(Ejemplo de Potter y Wetherell, 1987: 86).
requerimientos sexuales.
No obstante, en vez de explicarlo en términos de un pro-
blema de habilidades comunicativas de las chicas, recurren a
los hallazgos del análisis de la conversación sobre estructuras
preferentes de acción.
Recordemos que aceptar y rechazar no están tratadas en
el seno de una conversación como alternativas de acción
equivalentes: rechazar responde a lo que hemos denominado
acciones no preferentes. De hecho, las características de las
respuestas preferentes y no preferentes nos muestran que en
las conversaciones cotidianas rechazar es una actividad más
compleja y con una elaboración más cuidadosa que aceptar
(recordad el ejemplo 5 y el ejemplo 6). Rechazar es, pues,
una actividad que no queda incluida en la fórmula “decir
simplemente no”. De hecho, en el curso de una conversación
los participantes no necesitan oír la palabra no para enten-
der que se ha producido un rechazo (véase el ejemplo 2).
Basándose en un conjunto de entrevistas grupales, las autoras
de este estudio sugieren que estas chicas son capaces de arti-
cular su conocimiento implícito sobre la estructura preferen-
cial de las conversaciones: hablan de que parece complicado
o violento decir no a secas, y que siempre tratan de suavizarlo
diciendo “me caes muy bien, pero...”, “no es por ti, es que yo
no estoy preparada”, etc.
Las autoras del estudio consideran que esta manera de
enfocar los programas, no sólo ignora cómo las personas
hacemos un rechazo habitualmente, sino que puede ser muy
contraproducente, en cuanto implica que otras formas de
rehusar son dudosas.
No se trata de que las chicas tengan un problema de
comunicación y que, por lo tanto, para evitar agresiones
© Editorial UOC 90 Comunicación y Discurso
3. Perspectiva discursiva
“Una formulación radical del argumento sería decir que los dis-
cursos nos permiten ver cosas que no existen ‘de veras’, y que
tan pronto como un objeto ha sido elaborado en un discurso, es
difícil no referirse a este objeto como si fuera real”.
Foucault nos dice que los discursos son prácticas que con-
forman objetos. Veamos uno de los ejemplos que él mismo
pone: el de la locura. Si comparamos las interpretaciones y
explicaciones de la locura que tenemos actualmente con las
de otros momentos históricos, encontramos muchas dife-
rencias. En el siglo XV, el loco era parecido al vagabundo,
y a menudo aparecía en la literatura y en las imágenes de la
época porque se consideraba que era una fuente de sabidu-
ría. Durante los siglos XVII y XVIII la locura no existe como
figura con entidad propia, y queda confundida con figuras
como la del vicioso, el libertino, el mago, etc. De hecho, la
locura era un tema más policial que médico. Hasta finales del
siglo XVIII no se inicia el cierre en manicomios, y los mismos
manicomios se convierten en lugares de prácticas terapéuti-
cas, con características diferentes a los asilos, los hospitales y
las prisiones.
Acostumbramos a interpretar estas diferencias históricas
pensando que lo que cambia es sólo la interpretación o los
conocimientos que tenemos del objeto (la locura), como si la
locura fuese algo que siempre hubiera existido, pero que se
ha interpretado y tratado de diferentes maneras a lo largo de
© Editorial UOC 97 Discurso y Comunicación
los intereses reales que los hablantes tienen: hay que observar
cómo las personas se tratan unas a otras como interesadas,
y buscar las regularidades en la forma en que estos intereses
son arreglados al hablar y escribir.
El estudio de Wooffitt (1992) es un buen ejemplo de aná-
lisis de todos estos elementos en las construcciones factuales.
Este autor insertó anuncios en un periódico para localizar
a personas que hubieran tenido experiencias paranormales
(acontecimientos sobrenaturales, poltergeist, telequinesis, etc.)
y les hizo entrevistas abiertas. Wooffit, como los psicólogos
discursivos, se fijó en las relaciones entre la construcción de
hechos y la construcción de la mente tal y como los entrevista-
dos las trataban. Ambas cosas estaban muy relacionadas entre
sí: los entrevistados tenían que construir un relato factual de
su experiencia, como algo que ocurrió realmente, y al mismo
tiempo debían construir su estatus de perceptores fiables,
racionales y no locos. Wooffit vio que los hablantes utiliza-
ban técnicas recurrentes para arreglar estos aspectos. Así, por
ejemplo, a menudo los entrevistados utilizaban la fórmula “Al
principio pensé que era (X)... pero entonces me di cuenta de
que era... (Y)”. En estos casos, X es algo ordinario y normal, lo
que todos asumiríamos como habitual, e Y es el acontecimien-
to paranormal. De esta forma el hablante se construye como
alguien que, en principio, piensa lo que cualquier persona
normal y racional pensaría y crea las condiciones para contra-
rrestar la incredulidad potencial de quien le escucha.
3.5. Ideología
decir, las conformadas por los valores, las creencias y las acti-
vidades de una determinada sociedad o cultura a través de las
prácticas cotidianas.
De alguna manera se acerca bastante a la idea que tene-
mos de sentido común. Estas ideologías vividas o este sentido
común no son sistemas coherentes y homogéneos, sino que
se caracterizan por la inconsistencia y la contradicción.
En este sentido, las ideologías no tienen un significado
unitario y no proveen a las personas con maneras unívocas y
claras sobre que deben pensar o hacer. De hecho, las personas
tenemos muy presente que existen argumentos contrapues-
tos en relación en cualquier tema: conocemos las posturas a
favor y en contra, los dilemas, que pueden darse en lo que
respecta a cualquier cuestión.
No sólo los conocemos y los tenemos presentes para argu-
mentar una postura determinada, sino que según nuestros
interlocutores, y según el contexto, somos capaces de articu-
lar argumentos o contraargumentos de un mismo tema. De
acuerdo con esto, autores como Billig (1991), nos sugieren
que prestemos atención a los dilemas ideológicos: al hecho
de que el sentido común contiene temas opuestos que se
deben resolver juntamente con las circunstancias.
Las afirmaciones, las opiniones, están situadas en un
contexto argumentativo más amplio: un contexto retórico.
Hacemos afirmaciones, damos opiniones o efectuamos des-
cripciones respecto a temas que presentan debate y desacuer-
do: respecto a dilemas. Así pues, cuando hacemos descrip-
ciones o afirmaciones o manifestamos opiniones estamos al
mismo tiempo, de forma más o menos implícita, posicionán-
donos en contra del punto de vista opuesto. De hecho, este
punto de vista opuesto es parte integral de una descripción
© Editorial UOC 119 Discurso y Comunicación
o una opinión.
No podemos, por lo tanto, tomar las opiniones o ideas ais-
ladamente, sino como parte de polémicas, de contextos argu-
mentativos. Precisamente, el carácter dilemático que obliga a
pensar en la controversia y, eventualmente, en la oposición,
hace que la gente tenga que utilizar la ideología para pensar
y discutir. Al mismo tiempo, la ideología determina los argu-
mentos y la forma retórica que éstos adoptan.
Así pues, podemos pensar la ideología como aquello que
nos aporta temas de debate y de argumentación. Obsérvese
que si nos aporta unos determinados dilemas, se deja de pres-
tar atención a otros.
Así, también puede valorarse la ideología por lo que deja
de constituir un tema de debate o de argumentación intere-
sante.
3.6. Identidad
4. Narraciones
1) Secuencialidad
Las narraciones son inherentemente secuenciales. Esto
quiere decir que los componentes de la narración (actores y
acontecimientos, situaciones, etc.) no tienen valor o significa-
© Editorial UOC 127 Discurso y Comunicación
3) Realidad y ficción
Otra propiedad de las narraciones hace referencia al hecho
de que lo que determina la trama es la secuencia de las frases
y acontecimientos, no la verdad o la falsedad de los mismos.
Las narraciones pueden ser tanto reales como ficticias, sin
que quede disminuido su poder como relatos. De hecho, las
narraciones cobran sentido a partir de su propia organiza-
ción y de su coherencia argumental, y no de la realidad que
supuestamente representan.
Veamos por ejemplo el siguiente micro-relato:
4.5. El yo narrativo
Bibliografía
Este libro ofrece algunas de las claves para estudiar qué implica
comunicarnos apostando por una visión de la comunicación
como fenómeno discursivo. Abordar la comunicación como
discurso permite alejarse de la visión del lenguaje como simple
canal de transmisión y entender que la comunicación no es una
de las cosas que pasan en la realidad sino que la realidad es
aquello que construimos cuando nos comunicamos. Desde este
marco, examinaremos qué elementos están involucrados en las
conversaciones, cómo producimos versiones sobre aconteci-
mientos y sobre nosotros mismos y cómo estas conversaciones
y estas versiones se tienen que examinar sin establecer una
separación entre aquello que se dice y cómo se dice.