Unidad 4

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UNIDAD 4

EL PENTATEUCO

La Biblia hebrea (texto sagrado para los judíos) y el Antiguo Testamento


(primera

parte del texto sagrado para los cristianos) son básicamente lo mismo. Como
hemos visto,

una de las diferencias la encontramos en la inclusión, por parte de los católicos y


ortodoxos,

de los siete libros llamados


deuterocanónicos.

Para acercarnos a esta colección de libros sagrados, seguiremos la


estructura mixta

que la tradición ha llamado Canon Alejandrino. Un canon formado por los 39


libros de la

Biblia hebrea y los 7 deuterocanónicos, es decir, los 46 libros que constituyen el


Antiguo

Testamento. Esta estructura se organiza en: 1) Pentateuco (Torah [Ley]); 2)


Libros

históricos; 3) Libros proféticos; 4) Libros poéticos; 5) Libros


sapienciales.

A la hora de asomarnos a la literatura del Antiguo Testamento, tenemos que

establecer un triple acercamiento que nos permita entender el texto y, desde él,
descubrir

la riqueza que esconde su literatura y que nos ayuda a descubrir su historia y


su mensaje:

a) Texto: Se trata del documento en sí, su escritura, proceso de redacción,

composición, características literarias, estilo,


formato.

b) Contexto: Es el marco en el que se redacta el texto, el entorno social,


político o

religioso en el que se sitúa el escrito, la época, la historia, el ambiente geográfico.


El

escenario en el que se enmarca la narración bíblica. En la Biblia hebrea, el


contexto viene

determinado por el momento en el que el pueblo de Israel vive el exilio. Por eso
hablamos

de contexto preexílico, exílico y


postexílico.

1) El contexto preexílico: Textos redactados antes del exilio de


Babilonia.

2) El contexto exílico: Textos redactados durante el exilio de


Babilonia.

3) El contexto postexílico: Textos redactados después del exilio de

Babilonia
.

c) Pretexto: Son las razones que llevaron al autor a escribir el texto. Las

motivaciones, la necesidad, el mensaje que está detrás y justifica su escritura. Las


ideas que

subyacen en el fondo de la
obra.

EL PENTATEUCO
Los cinco primeros libros de la Biblia (tanto para judíos como para
cristianos)

forman el primer bloque del Antiguo Testamento o Biblia hebrea, que se conoce
como

Pentateuco, un término griego de doble raíz: «Penta» [πέντε], el numeral cinco, y


«teuco»

[τεύχος], que significa «cajón», «estuche», «estante», para describir el lugar en


donde se

guardaban por orden los cinco rollos de los pergaminos bíblicos. En el judaísmo,
los cinco

libros se conocen con el término hebreo Torah, ‫הרֹוּת‬, que se traduce


como “Ley”.

En el Pentateuco se conservan tres grandes colecciones de leyes: el


Código de la

Alianza (Ex 20,22–23,19), el Código de Santidad (Lv 17–26) y el Código

Deuteronómico (Dt 12–26). A estas que hay que unir el Decálogo (Ex 20,2-17; Dt
5,6-11)

y la Ley del privilegio de Dios (Ex


34,10-26).

Los cinco libros que constituyen el Pentateuco son: Génesis, Éxodo,


Levítico,

Números y Deuteronomio. La Tradición ha identificado estos libros como obra de


Moisés,

de ahí que en ocasiones se diga que son la “Ley de Moisés”. Los estudios del
texto han

confirmado que el proceso de composición y la historia de la redacción de los


libros es

fruto de un largo proceso en distintas épocas y obra de diferentes


autores.

Los nombres originarios de cada uno de estos cinco libros son de origen
hebreo y

corresponden a la primera palabra con la que comienza cada uno


de ellos:

1) Génesis en hebreo es Bereshit ( ‫תישאר‬


ְּ ‫) ב‬, que significa «en el
principio».

2) Éxodo en hebreo es Shemot (‫)תֹומ ש‬, que significa


«nombres».

3) Levítico en hebreo es Vayikrá (‫)אר קיו‬, que significa «y


llamó».

4) Números en hebreo es Bemidbar (‫)רב דמ ב‬, que significa «en el


desierto».

5) Deuteronomio en hebreo es Devarim (‫)םירב ד‬, que significa


«palabras».

El grupo de los cinco libros denominados la Ley de Moisés, la Torah, la Ley


o el

Pentateuco contiene una serie de leyes y a la vez narraciones presentadas como

acontecimientos históricos que configuran los orígenes y la identidad del pueblo


de Israel.

Hay que decir que tanto el concepto de ley como de historia que se
presentan en

las páginas que forman el Pentateuco no se corresponden con lo que hoy


entendemos por
ley y por historia. En ambos casos, ley e historia tienen un objetivo común que
tiene que

ver con la ratificación de la identidad, la conciencia de unidad y, sobre todo, la

demostración de una tradición que cree en un único Dios –monoteísmo– en un


ambiente,

el Oriente antiguo, rodeado de tradiciones paganas o


politeístas.

La lectura detallada y el análisis de una buena parte de estas leyes


atribuidas a

Moisés reflejan un momento previo de tradición oral que se evidencia en el


proceso de

redacción y puesta por escrito, que nos hace suponer que muchas de estas leyes
y

tradiciones eran transmitidas de forma oral a través de las generaciones y que en


un

momento determinado de la historia fueron puestas por escrito. Ya escritas,


estas leyes

fueron adaptadas y actualizadas con el paso del tiempo, dando lugar a un


proceso de

redacción que se inicia con la configuración primera, transmisión oral, redacción


escrita y

estabilización final. El exilio de Babilonia fue un momento clave en la redacción

literaria de muchas de estas leyes y tradiciones que hasta ese momento habían
sido

transmitidas de forma oral, y que en el exilio se plasmaron por escrito para evitar
que

desaparecieran o se diluyeran en el panorama del entorno babilonio. Por esta


razón, la

primera pregunta que ha de hacerse el lector ante un texto bíblico es situar el texto
en su

context
o.

El autor del
Pentateuco

Durante muchos siglos, no existió discusión alguna en torno al autor del


Pentateuco:

era obra del mismo


Moisés.

Basta leer el siguiente artículo para caer en la cuenta de que todavía hoy
hay quienes
sostienen que Moisés es el autor indiscutido del
Pentateuco.

El Antiguo Testamento: El
Pentateuco

Introducció
n

El Pentateuco, o, según lo llaman los judíos, el Libro de la Ley (Torah),


encabeza

los 73 libros de la Biblia, y constituye la magnífica puerta de la Revelación divina.


Los

nombres de los cinco libros del Pentateuco son: el Génesis, el Éxodo, el Levítico,
los

Números, el Deuteronomio, y su fin general es: exponer cómo Dios escogió para
sí al
pueblo de Israel y lo formó para la venida de Jesucristo; de modo que en
realidad

es Jesucristo quien aparece a través de los misteriosos destinos del pueblo

escogido. El autor del Pentateuco es Moisés, profeta y organizador del

pueblo de

Israel, que vivió en el siglo XV o XIII antes de Jesucristo. No solamente la


tradición

judía sino también la cristiana ha sostenido siempre el origen mosaico del

Pentateuco. El mismo Jesús habla del "Libro de Moisés" (Mc., 12, 26), de la
"Ley

de Moisés" (Lc., 24, 44), atribuye a Moisés los preceptos del Pentateuco (cf.
Mt., 8,

4; Mc., 1, 44; 7, 10; 10, 5; Lc. 5, 14; 20, 28; Juan 7, 19), y dice en Juan 5,
45:
"Vuestro acusador es Moisés, en quien habéis puesto vuestra esperanza. Si

creyeseis a Moisés, me creeríais también a Mí, pues de mí


escribió él".

Fundada en estos argumentos, la Pontificia Comisión Bíblica el 27 de


junio

de 1906 ha determinado, con toda su autoridad, la integridad y genuinidad


de los

Libros de Moisés, admitiendo, sin embargo, la posibilidad de que Moisés se


haya

servido de fuentes existentes, y la otra, de que el Pentateuco en el decurso


de los

siglos haya experimentado ciertas variaciones como, por ejemplo: adiciones

accidentales después de la muerte de Moisés, ora hechas por un autor


inspirado,

ora introducidas en el texto a modo de glosas y comentarios, sustitución de

palabras y formas arcaicas; variantes debidas a los


copistas, etc.

La misma Pontificia Comisión Bíblica ha inculcado, el 30 de junio de


1909,

el carácter histórico de los primeros tres capítulos del Génesis,


estableciendo que

los sistemas inventados para excluir de éstos el sentido literal, no


descansan en

fundamentos
sólidos.

Todos los ataques de la crítica moderna contra la autenticidad y el


carácter

histórico de los libros de Moisés han fracasado, especialmente los intentos


de

atribuir el Pentateuco a tres o cuatro autores distintos (Elohista, Jahvista,


Código

sacerdotal, Deuteronomio) y las teorías de la escuela evolucionista de


Wellhausen,

que en el Pentateuco no ve más que un reflejo de ideas y mitologías


babilónicas,

egipcias, etc. Una comparación exacta de los relatos bíblicos con los
extrabíblicos

demuestra, muy al contrario, la superioridad absoluta de aquéllos sobre


éstos que,

en general, no son sino pobres y desfigurados restos de la Revelación


primitiva.
Las fechas que los críticos asignan a los diversos autores por ellos
inventados se

basan únicamente en suposiciones. Según ellos, en la historia del texto del


Pentateuco

hubo "no sólo infinidad de elaboraciones, refundiciones y redacciones, sino


también

invenciones a sabiendas, retoques, correcciones y adiciones tendenciosas,


interpolaciones,

falsificaciones literarias y piadosos embustes del género más sospechoso. Los


críticos

moderados hacen esfuerzos convulsivos para salir del dilema: unos dicen que no
hay

derecho a aplicar a los tiempos antiguos los conceptos actuales de la propiedad y

actividad literaria; otros opinan que el fin santifica los medios, y declaran que la

alternativa de obra de Moisés u obra de un "falsario", carece de sentido, o hablan


con

énfasis de la profundidad de la sabiduría divina, cuyos caminos no nos es dado


conocer

sino admirar; mas con estas escapatorias no logran poner en claro cómo una mala
compilación, así elaborada por los hombres, pudo llegar a los honores de Libro
sagrado"

(Schuster-Holzamme
r).

Han, pues, de rechazarse todas las teorías que niegan el origen mosaico y
carácter

histórico del Pentateuco, no sólo porque están en pugna con las reglas de una
sana crítica,

sino también porque niegan la inspiración divina de la


Escritura.

https://www.aciprensa.com/Biblia/pentateuco.
htm

La tradición
antigua

La tradición judía, el NT, y la Iglesia durante muchos siglos, han atribuido el

Pentateuco a
Moisés.

¿Cómo llegaron a este convencimiento? A partir de ciertas afirmaciones


que

presentan a Moisés escribiendo: Ex 17,14; Ex 24,4; Nm 33,1-2; Dt 31,9; Dt 31,22;


Dt

31,24
.

Las primeras
dudas

Siglo II: el gnóstico Tolomeo llega a la conclusión de que no puede haber sido
escrito por
un solo autor: una parte de la Ley procede de Dios, otra de Moisés, otra de los
ancianos del

pueblo
judío.
Homilías Pseudoclementinas: no pudo haber sido escrito por Moisés, porque
tendría que

haber contado su propia


muerte.

Siglo XI, el árabe Ibn Jazm: indica los numerosos errores teológicos,
cronológicos, etc.,

del Pentateuco y concluye que es obra de


Esdras.

Siglo XIII, judíos fieles, como Abraham Ibn Ezra, al comentar el Deuteronomio,
propone

sus
dudas.

Siglo XVII, Hobbes y Spinoza niegan expresamente que fuese escrito


por Moisés.

27 de junio de 1906, la Pontificia Comisión Bíblica mantiene todavía que Moisés


es el

autor sustancial del


Pentateuco.

Argumentos contra la teoría


tradicional

1.
Anacronismos

- Gn 12,6 y 13,7: "En aquel tiempo habitaban allí los cananeos". El autor supone
que

quienes habitan ahora la tierra son los israelitas. La afirmación carece de sentido
en tiempos

de
Moisés.

- Gn 21,34; 26,14.15.18; Ex 13,17: se menciona a los filisteos, que ocuparon el


territorio

después de la muerte de
Moisés.

- Gn 36,31ss: se habla de los reyes edomitas que existieron "antes de que los
israelitas

tuvieran rey"; quien escribe esta frase conoce la existencia de monarcas en


Israel, cosa que

solo ocurrió dos siglos después de la muerte de


Moisés.

- Dt 34,5-12: Moisés tendría que haber contado su propia


muerte.

2. Duplicados y
triplicados

- Dos relatos de la creación (Gn 1,1 - 2,4a;


2,4b-24)

- Dos descendencias de Adán (Gn 4,1-2 y


5,1-5)
- Dos relatos del diluvio, mezclados en
Gn 6-9

- Tres relatos de la esposa en peligro (Gn 12,10-16; 20,1-3;


26,6-9)

- Dos pactos de Dios con Abrahán (Gn 15,2-6 y


17,1-6)

- Dos explicaciones del nombre de Betel (Gn 28,19;


35,15)

- Dos explicaciones del cambio del nombre de Jacob en el de Israel (Gn


32,29; 35,10)

- Dos relatos de la vocación de Moisés (Ex 3,1-4 y


6,5-7)

- Dos versiones del milagro de las codornices (Ex 16,13; Nm


11,31-35)

- Dos promulgaciones del Decálogo (Ex 20 y


Dt 5)

3. Diferencias de
estilo

a. El libro del Deuteronomio se caracteriza por un estilo oratorio, retórico y


ampuloso,

típico de ciertas formas de predicación o exhortación. Ver el ejemplo de


Dt 6,4-8.

b. Ciertas partes del Pentateuco poseen un estilo preciso y seco, con frases que
se repiten

machaconamente, como en el primer relato de la creación (Gn 1). Otras secciones


presentan
un estilo narrativo ágil y vivaz, analizan la psicología de los personajes, hablan
de Dios

como si fuese un hombre (se pasea por la tarde,


come, etc.).

1. Diferencias en los nombres de


Dios

El Génesis nombra a Dios de dos formas distintas: Elohim y


Yahvé.

2. Diferencias de
vocabulario

Al monte donde Dios se revela se le llama en unos casos Sinaí, y en


otros, Horeb.

El suegro de Moisés se llama Ragüel en Ex 2,18, y Jetró en Ex 3,1;


18,1.2.6.12.
A los habitantes de Palestina se les llama unas veces "cananeos" y otras
"amorreos".

4. Cortes y tropiezos en la
narración

Los escritores no disponían de los recursos modernos, y subsanar un fallo


suponía

un gran costo. Por eso es común que el relato no fluya con total suavidad,
presentándose

cortes y tropiezos en la
narración.

- Al relato de la creación (Gn 1,1-2,4a) sigue otro relato que vuelve a los orígenes
y se

expresa en categorías muy distintas (Gn


2,4b-24).

- Después del nacimiento de Set (Gn 4,26) se vuelve a los orígenes de Adán
(Gn 5,1).

- En Gn 7,6s tiene lugar el diluvio y Noé entra en el arca; en 7,10 se dice que el
diluvio

ocurrió una semana más tarde. En 7,11 vuelve a hablarse de los comienzos del
diluvio y en

7,13 de la entrada de
Noé.

- En Gn 37,28 los madianitas sacan a José del pozo donde lo habían metido sus
hermanos,

lo venden a los ismaelitas y estos lo llevan a Egipto. En 37,36 son los madianitas
quienes lo

venden en Egipto a Putifar. Y en 39,1 Putifar lo compra a los


isamaelitas.

- En Ex 19,24s Dios ordena a Moisés que baje del monte y suba de nuevo con
Aarón. Pero

el relato se interrumpe para dar paso al


Decálogo.

Muchos de estos fallos se deben a un hecho muy simple: el escritor ignora el arte
de citar.

5. Tradiciones e ideas distintas, incluso


opuestas
- En Gn 1 Dios crea al hombre y la mujer al mismo tiempo; en Gn 2 crea al hombre
antes

que a los animales, y por último a la


mujer.
- En Gn 6,19s se ordena a Noé introducir en el arca una pareja de cada viviente;
en 7,2 se

trata de siete parejas de animales puros y una de


impuros.

- En Ex 33,7 se dice que la tienda de reunión estaba situada fuera del


campamento; en Nm

2,2 que los isreaelitas debían acampar en torno


a ella.

- En Ex 16, 14-15 se habla del maná como de un milagro divino. En Nm 11,6-9


como de un

fenómeno
natural.

- En Nm 9,17 se dice que la nube guiaba a los israelitas por el desierto. En Nm


10,31

Moisés no cuenta con esa ayuda y pide a Jobab que los acompañe. En Nm 10,33
quien guía

al pueblo es el arca. Tres tradiciones distintas en poco más de


una página.

- La duración de la fiesta de las Chozas es de siete días según Dt 16, 15 y de ocho


según Lv

23,36
.
Todo esto demuestra que el Pentateuco tuvo un proceso de formación muy largo y

complejo, imposible de explicar por la autoría de una sola persona, Moisés, que lo
redacta

durante su estancia en el
desierto.

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