De 19 3
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Aránzazu Elizondo Moreno, José Víctor Rodríguez Rodríguez e Ignacio Rodríguez Rodríguez
Revista de Didácticas Específicas, nº19, PP. 37-42
Resumen
En este trabajo, se aborda la importancia de las emociones en la adquisición de
conocimiento a partir de las últimas investigaciones llevadas a cabo al respecto en el
campo de la neurociencia y la psicología. En este sentido, se analiza la influencia de los
estados emocionales negativos y positivos en el aprendizaje, así como la importancia de
la autorregulación emocional y la motivación en la adquisición de conocimiento. De esta
manera, se propone la consideración de todas estas cuestiones en el proceso de
elaboración de nuevas y más eficientes metodologías de enseñanza-aprendizaje en pos de
una evolución y mejora de la práctica educativa.
Abstract
In this work, the importance of emotions in the acquisition of knowledge, based on the
latest research carried out in neuroscience and psychology on that subject, is analyzed. In
this sense, the influence of negative and positive emotional states in learning as well as
the importance of emotional autoregulation and motivation in the acquisition of
knowledge are studied. This way, the consideration of all these issues in the elaboration
process of new and more efficient teaching-learning methodologies is proposed in order
to improve the educational practice.
1.- INTRODUCCIÓN
Cuando, hace más de 2000 años, Platón enunció la cita “todo aprendizaje tiene una base
emocional” quizá no fuera consciente de, hasta qué punto, estaba adelantándose a las
conclusiones que se derivan de las evidencias que arrojan recientes estudios llevados a
cabo en los campos de la neurobiología y la educación. Ciertamente, más allá de las
teorías anteriores que consideraban la emoción y la cognición como actividades
completamente independientes, el aprendizaje comienza a ser visto como una interacción
sinérgica de elementos cognitivos, emocionales y fisiológicos en la que las emociones
─capaces de re-esculpir literalmente nuestro tejido neuronal─ se muestran como una
parte muy importante y poderosa del proceso de adquisición de conocimiento. Por tanto,
en este artículo, se aborda la importancia de las emociones en dicho proceso teniendo en
cuenta las últimas investigaciones llevadas a cabo al respecto en el campo de la
neurociencia y la psicología. De esta manera, se analiza la influencia de los estados
emocionales negativos y positivos en el aprendizaje, así como la importancia tanto de la
llamada autorregulación emocional como de la motivación en su desarrollo.
una habilidad clave para favorecer un aprendizaje eficaz. En primer lugar, porque las
emociones pueden actuar sobre los procesos psicológicos responsables de focalizar la
atención o de resolver problemas (Cole, Martin y Dennis, 2004) pero, además, porque la
capacidad de autocontrol de los propios impulsos en niños ─con el fin de postergar una
gratificación─ ha resultado ser un poderoso indicativo de un exitoso rendimiento
académico ulterior (Carlton y Winsler, 1999). Esta última afirmación ha sido respaldada
por diferentes estudios como el basado en un experimento en el que se encomendó a una
serie de niños la tarea de resistirse a comer una porción de tarta con la promesa de obtener
dos si habían logrado sobreponerse a la tentación cuando regresara el investigador. El
tiempo de demora durante el cual el niño tuvo éxito en resistir el impulso de comerse la
primera porción de tarta estuvo significativamente correlacionado con un exitoso
rendimiento académico posterior, medido como la habilidad de afrontar la frustración, el
estrés, la perseverancia en la tarea y la concentración (OECD, 2002).
Esta autorregulación emocional, entendida en su vertiente de aptitud para motivarse
a uno mismo, sería una de las dimensiones que abarcaría la denominada inteligencia
emocional (Salovey y Mayer, 1990), que se define como la capacidad de identificar,
entender y manejar las emociones correctamente en pos de facilitar las relaciones con los
demás (empatía), la consecución de metas y objetivos, el manejo del estrés o la superación
de obstáculos. Se ha demostrado que el desarrollo de este tipo de inteligencia o
competencia aumenta la capacidad de aprendizaje del cerebro e incide muy positivamente
en el rendimiento académico (Goleman, 1996).
7.- CONCLUSIONES
A partir de todas las evidencias científicas anteriormente expuestas en relación a la
importancia de las emociones en el aprendizaje, no sólo la sabiduría encerrada en la
milenaria cita platónica que abría este trabajo se revela como increíblemente acertada,
sino que la consideración de los hallazgos que emergen de la neurociencia debería ser
algo ineludible en la elaboración de nuevas y más eficientes metodologías de enseñanza-
aprendizaje ─a través de lo que se ha venido a llamar MBE (Mind, Brain and Education)─
en pos de una evolución y mejora de la práctica educativa.
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