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Capítulo 4 - Cuántica

Este documento presenta el oscilador armónico cuántico como un modelo básico en mecánica cuántica. Primero describe brevemente el oscilador armónico clásico como una masa unida a un resorte. Luego, introduce los operadores posición y momento para describir el sistema cuánticamente y define operadores auxiliares de creación y aniquilación. Finalmente, obtiene las funciones de onda y autovalores del oscilador armónico resolviendo la ecuación de Schrödinger.

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Capítulo 4 - Cuántica

Este documento presenta el oscilador armónico cuántico como un modelo básico en mecánica cuántica. Primero describe brevemente el oscilador armónico clásico como una masa unida a un resorte. Luego, introduce los operadores posición y momento para describir el sistema cuánticamente y define operadores auxiliares de creación y aniquilación. Finalmente, obtiene las funciones de onda y autovalores del oscilador armónico resolviendo la ecuación de Schrödinger.

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN CRISTÓBAL DE HUAMANGA

FACULTAD DE INGENIERÍA DE MINAS, GEOLOGÍA Y CIVIL

DEPARTAMENTO ACADEMICO DE MATEMATICA Y FISICA


Escuela Profesional de Ciencias Fı́sico Matemáticas

Separatas de Mecánica Cuántica

Oscilador armónico cuántico

WALTER M. SOLANO REYNOSO

AYACUCHO -PERÚ
2017
Prefacio
La presente publicación es la cuarta de una serie de separatas que fue
motivada con el afán de proporcionar a los alumnos una guı́a sistematizada de
un curso básico de mecánica cuántica a nivel de pregrado para los estudiantes
de la Escuela Profesional de Ciencias Fı́sico Matemáticas.
En esta separata se presenta el oscilador armónico, un tema que es concep-
tualmente, uno de los más básicos tanto en mecánica clásica como en cuántica.
En realidad se trata también de ser un modelo simple que tiene implicancias
de largo alcance en muchos campos de la fı́sica. Una de las particularidades
del oscilador cuántico es la posibilidad de resolver la ecuación de Schrödinger
sin necesidad de llevarlo a la representación |xi en una dimensión, que se hace
extensivo a dos y tres dimensiones. Esto es ilustrativo, ya que simplifica el
hallazgo de loa autovalores y autovectores del oscilador armónico.
El autor.

Ayacucho, agosto de 2017.

2
Índice
1. Introducción 1

2. El oscilador armónico clásico 1

3. Oscilador Armónico Cuántico 2

4. Obtención de las funciones de onda del Oscilador armónico en la


representación {|xi}. 9

5. Comparación de los resultados cuánticos con los clásicos 13

6. Oscilador armónico en dos y tres dimensiones 16

i
1. Introducción
El oscilador armónico es un sistema modelo muy importante tanto en mecánica
cuántica como en mecánica clásica. En mecánica clásica el modelo matemático que
se deriva del oscilador armónico, tomando como prototipo una masa sujetada a un
resorte elástico que obedece a la ley de Hooke, F = −kx, se reproduce no sólo en
otros sistemas mecánicos, sino también en otras ramas de la fı́sica como circuitos
eléctricos, y otras ramas de la ciencias como la biologı́a y ecologı́a. En mecánica
cuántica ocurre algo similar, puesto que el formalismo que se introduce en el estudio
del oscilador cuántico se repite en la cuantizacı́ón del campo electromagnético y
otros sistemas donde el álgebra de las relaciones de conmutación de los operadores
X y P , dado como [X, P ] = i~, se reproduce para otro tipo de variables.
En esta sección se obtendrán los autovalores y autovectores del hamiltoniano del
oscilador armónico mediante un procedimiento algebraico, para lo cual se definen los
operadores de creación y aniquilación como elementos auxiliares del procedimiento,
los cuales tienen alcances más allá del problema del oscilador armónico. Comenzamos
con una breve descripción del oscilador armónico clásico, ya conocido, en sus aspectos
que interesa para después comparar con los resultados cuánticos.
Posteriormente se obtendrán las funciones de onda del oscilador armónico en la
representación |xi y su comportamiento para los diferentes niveles de energı́a.

2. El oscilador armónico clásico


El prototipo de un modelo relacionado con el movimiento armónico simple son
las oscilaciones de una masa sujetada a un resorte, como se muestra en la Fig. (1).
La fuerza ejercida por el resorte es

F = −kx, (1)

y la energı́a potencial es dada por


1
V (x) = kx2 , (2)
2
donde k es una constante que caracteriza al resorte.

0 x

Figura 1: Modelo del resorte para el oscilador armónico

Si usamos la segunda ley de Newton, tenemos de la ley de Hooke


d2 x
F = −kx = m , (3)
dt2

1
de donde se obtiene
d2 x
+ ω 2 x = 0, (4)
dt2
con r
k
ω= . (5)
m
La solución real de (4) es
x(t) = A cos (ωt + θ), (6)
donde A es una constante denominada amplitud y θ es otra constante llamada fase
inicial. La energı́a total de este sistema se escribe como
VHxL

x
-A A

Figura 2: Energı́a potencial del oscilador armónico

1 1
E = mv 2 + kx2 , (7)
2 2
o, en términos del momento lineal p = mv, se tiene
1 2 1 2
E= p + kx . (8)
2m 2
Es sencillo mostrar que la energı́a total se conserva y es igual a
1
E = kA2 . (9)
2
En la Fig. (2) se muestra la gráfica de la energı́a potencial en función de x, donde
se ha colocado los extremos del movimiento entre −A y A para una energı́a dada E.

3. Oscilador Armónico Cuántico


Como ya sabemos, en mecánica cuántica la posición x y el momento lineal p
se convierten en operadores lineales hermitianos denominados observables, de modo
que la Ec. (8) se convierte en
P2 1
H= + mω 2 X 2 (10)
2m 2

2
donde se ha usado la relación (5) para escribir k en términos de m y ω. Hay que tener
en cuenta que P es el operador momento en una dimensión, o sea, P es el observable
de momento lineal en la dirección x y X el operador posición en la misma dirección.
Quiere decir que el operador hamiltoniano H depende de P y X; es decir,

H = H(P, X) (11)

Uno de los problemas centrales de la mecánica cuántica es encontrar los autovec-


tores y autovalores del hamiltoniano, puesto que con dicha información se determina
la evolución temporal del sistema si se conoce el estado del mismo en un instante
t0 . Apuntando a ello, por comodidad en la manipulación algebraica y trabajar con
operadores adimensionales, se definen los operadores X̂ y P̂ como
r
mω 1
X̂ = X, P̂ = √ P (12)
~ m~ω
Se conoce la relación de conmutación entre los operadores X y P ,

[X, P ] = i~I, (13)

Esta relación se puede escribir en términos de los operadores introducidos en (12),


haciendo que la relación (13) quede como

[X̂, P̂ ] = iI. (14)

Con la introducción de estos nuevos operadores, el hamiltoniano (10) se escribe como

H = ~ω Ĥ, (15)

donde
1
Ĥ = (P̂ 2 + X̂ 2 ). (16)
2
Por otro lado, se ha visto por conveniente definir ciertos operadores, que después
descubriremos que son muy útiles y tienen significado fı́sico. Estos operadores se
definen como
1
a = √ (X̂ + iP̂ ) (17)
2
y
1
a† = √ (X̂ − iP̂ ). (18)
2
Es fácil ver que estos nuevos operadores son adjuntos entre sı́, pero no son hermitia-
nos, por lo que no son observables fı́sicos. Al invertir las Ecs.(17) y (18) se obtienen
los resultados
1
X̂ = √ (a† + a) (19)
2
y
1
P̂ = √ (a† − a). (20)
2

3
Esto se hace con la finalidad de expresar el hamiltoniano (16) en términos de los ope-
radores a y a† ; sin embargo, aparecen productos cruzados tal como a† a y aa† . Usando
la relación de conmutación (14)y las ecuaciones (19) y (20), se puede demostrar que
1
Ĥ = aa† − (21)
2
y
1
Ĥ = a† a + (22)
2
Es fácil probar que a† a ó aa† son hermitianos, pues (a† a)† = a† a. Ası́, definimos
un nuevo operador hermitiano N como

N = a† a. (23)

Entonces, se tiene en (22) que


1
Ĥ = N + . (24)
2
Con este último resultado se observa que los operadores Ĥ y N conmutan y, por
tanto, tienen los mismos autovectores.
Con el resultado anterior, el problema de hallar los autovectores y autovalores
del hamiltoniano se reduce a encontrar los autovectores y autovalores del operador
N . Para llegar a ese objetivo necesitamos conocer alguna propiedades de las rela-
ciones de conmutación entre los operadores involucrados, es decir, N , a y a† . De las
relaciones (17), (18) y la relación de conmutación (14), se puede demostrar que

[a, a† ] = I. (25)

Por otro lado, usando la propiedad

[AB, C] = A[B, C] + [A, C]B, (26)

vemos que
[N, a] = [a† a, a] = a† [a, a] + [a† , a]a = −a
y
[N, a† ] = [a† a, a† ] = a† [a, a† ] + [a† , a† ]a = a† ,
de donde escribimos las propiedades

[N, a] = −a (27)

y
[N, a† ] = a† (28)
Ahora, para encontrar los autovalores y autovectores de N , supongamos que los
autovalores de N sean ciertas cantidades ν con su respectivo autovector |ϕν i, es
decir,
N |ϕν i = ν|ϕν i, (29)

4
donde ν es real por ser N hermitiano. De hecho, si los autovectores están normali-
zados
hϕν |ϕν i = 1 6= 0, (30)
Si aplicamos la Ec.(27) sobre |νi tendrı́amos, (N a − aN = −a)

(N a − aN )|ϕν i = −a|ϕν i

de donde
N (a|ϕν i) = (ν − 1)a|ϕν i (31)
Este resultado simplemente significa que (a|ϕν i) es un autovector de N con autovalor
(ν − 1), siempre que a|ϕν i =6 0. Si determinamos el producto escalar (hΨ|Ψi) del
vector (a|ϕν i), debemos usar el bra correspondiente al ket a|ϕν i. Recordando que el
operador a y a† son adjuntos entre sı́, se tiene que el bra de (a|ϕν i) es (hϕν |a† ), con
lo que
(hϕν |a† )(a|ϕν i) = hϕϕν |a† a|ϕν i
Por la definición de N dada en (23), N = a† a, se tiene en la última relación

hϕν |a† a|ϕν i = hϕν |N |ϕν i = νhϕν |ϕν i. (32)

Sabemos que la norma de un vector satisface kΨik ≥ 0 y que kΨik = hΨ|Ψi ≥ 0,


de (32) tenemos necesariamente que

ν ≥ 0. (33)

Si aplicamos sucesivamente el operador N a los kets (a|ϕν i), (a2 |ϕν i), (a3 |ϕν i), etc,
obtendremos una serie de autovalores. Para ello usamos el hecho que [N, a] = −a,
de donde [N, a]a = −a2 , [N, a]a2 = −a3 , etc., obteniendo

(N a2 − aN a)|ϕν i = −a2 |ϕν i

y
N (a2 |ϕν i) = a[N (a|ϕν i)] − a2 |ϕν i = a(ν − 1)a|ϕν i − a2 |ϕν i
= (ν − 1)a2 |ϕν i − a2 |ϕν i,
de donde
N (a2 |ϕν i) = (ν − 2)(a2 |ϕν i). (34)
Iterativamente vemos que

N (a3 |ϕν i) = (ν − 3)(a3 |ϕν i)

y, en general,
N (ap |ϕν i) = (ν − p)(ap |ϕν i) (35)
Puesto que por (33) sabemos que los autovalores de N no pueden ser negativos,
llegaremos a un extremo inferior ν − p de modo que este es cero, o sea, habrá un

5
autovector |ϕ0 i que cuando se aplica el operador N produce un autovalor 0. Ası́,
existe un ket |ϕ0 i, tal que
N |ϕ0 i = 0|ϕ0 i = 0, (36)
o, equivalentemente, existe un ket |ϕ0 i tal que a|ϕ0 i = 0, da un ket nulo.
Por otro lado, aplicando la relación (28) a |ϕν i, tenemos

N (a† |ϕν i) = a† N |ϕν i + a† |ϕν i

N (a† |ϕν i) = (ν + 1)(a† |ϕν i). (37)


Encontramos aquı́ que el ket (a† |ϕν i) es un autovector de N con autovalor ν + 1.
Similarmente, construimos kets (a† )2 |ϕν i, (a† )3 |ϕν i, etc, a partir de [N, a† ] = a† ,
como a continuación vemos:
[N, a† ]a† = (a† )2 ,
o,
N (a† )2 − a† N a† = (a† )2 ,
de donde
N ((a† )2 |ϕν i) = (a† )N a† |ϕν i + (a† )2 |ϕν i
= (a† )(ν + 1)a† |ϕν i + (a† )2 |ϕν i.
Ası́,
N ((a† )2 |ϕν i) = (ν + 2)((a† )2 |ϕν i), (38)
generando autovalores como ν + 2 y aplicaciones sucesivas darán ν + 3, ν + 4,· · · .
Si comenzamos por el menor autovalor, que es cero, y aplicamos N a† , N (a† )2 ,
N (a† )3 , etc., estaremos generando autovectores de N ,

N (a† |ϕ0 i) = (0 + 1)(a† |ϕ0 i) = 1(a† |ϕ0 i),

o,
N ((a† )2 |ϕ0 i) = (0 + 2)((a† )2 |ϕ0 i) = 2(a† )2 |ϕ0 i,
etc, de valores 1, 2, 3, · · · , etc., con lo cual podemos deducir que los autovalores de N
son números enteros no negativos 0, 1, 2, 3, · · · . Con estos resultados, a los números
ν los denotaremos con n de acuerdo a la notación más comunmente utilizada, ν = n.
Reescribimos la ecuación (29) de acuerdo con esta notación

N |ϕn i = n|ϕn i. n = 0, 1, 2, 3, · · · (39)

Este resultado hace que al operador N se le denomine operador número.


No obstante, formalmente faltarı́a demostrar que no existe un número real ν
entre n y n + 1 que sea autovalor de N . Bosquejamos la demostración asumiendo
que existe un valor ν, autovalor de N , tal que

n < ν < n + 1. (40)

Si usamos la Ec. (35), se tiene que

N (an |ϕν i) = (ν − n)(an |ϕν i).

6
Usando la Ec. (40) y (32), se verifica que ν −n > 0. Por otro lado, también aplicando
(35), se tiene que
N (an+1 |ϕν i) = (ν − n − 1)(an+1 |ϕν i),
de donde el autovalor ν − n − 1 debe ser mayor o igual que cero, o sea,

ν > n + 1. (41)

Pero de (40) se tiene que ν < n + 1, lo cual contradice el resultado correcto dado
por la Ec. (41), demostrando que la hipótesis (40) es falsa, es decir, no existe un
número ν, autovalor de N , entre dos enteros positivos n y n + 1.
Volviendo a la Ec.(24), hallamos los autovalores de Ĥ, (Ĥ = N + 21 )
   
1 1
Ĥ|ϕn i = N + |ϕn i = n + |ϕn i. (42)
2 2

Si relacionamos con la Ec. (15), H = ~ω Ĥ, se obtiene,


 
1
H|ϕn i = ~ω n + |ϕn i. (43)
2
Concluimos que los autovectores del hamiltoniano son los kets |ϕn i, con autovalores
 
1
En = ~ω n + , n = 0, 1, 2, · · · (44)
2
que representa el espectro de los niveles de energı́a del oscilador armónico.
Como sabemos que los kets pertenecen a algún espacio, se dice que los kets |ni
pertenecen al espacio de Fock y, como vemos, es discreto y de dimensión infinita.
El estado mas bajo de energı́a corresponde a n = 0, con autovector |ϕ0 i, el cual,
usando (44), viene a ser
1
E0 = ~ω, con ket |ϕ0 i (45)
2
Con esto estarı́a resuelto el problema esencial de encontrar los autovalores y
autovectores; sin embargo, es necesario encontrar algunas relaciones para a y a† con
los kets |ϕn i que nos permitan determinar otro kets. Ası́,

N (a† |ϕ0 i) = (0 + 1)(a† |ϕ0 i) = 1(a† |ϕ0 i).

También
N |ϕ1 i = 1|ϕ1 i.
Se observa que en ambos casos se tienen autovalores iguales a 1. Podemos considerar
que a† |ϕ0 i y |ϕ1 i son proporcionales y que |ϕ0 i está normalizado, lo cual nos permite
escribir
|ϕ1 i = C1 (a† |ϕ0 i). (46)
Si |ϕ1 i tambien está normalizado, entonces,

hϕ1 |ϕ1 i = (hϕ0 |a)C1∗ (a† |ϕ0 hC1 ) = |C1 |2 hϕ0 |aa† |ϕ0 i (47)

7
Se puede demostrar a partir de (23) y (25) que

aa† = N + I. (48)

Con este resultado, en (47) se tiene

hϕ1 |ϕ1 h= hϕ0 |(n + 1)|ϕ0 i|C1 |2

= |C1 |2 hϕ0 |ϕ0 i = 1



|C1 |2 = 1.
Escogiendo C1 real y positivo, tenemos en (46) el resultado

|ϕ1 i = a† |ϕ0 i. (49)

Procediendo de manera similar, escribimos

|ϕ2 i = C2 (a† |ϕ1 i),

obteniendo
1
|C2 |2 = .
2
Otra vez, escogemos C2 real y positivo cuyo valor será C2 = √1 . Luego, se tiene
2

1
|ϕ2 i = √ a† |ϕ1 i (50)
2
Si continuamos con el proceso encontraremos que se satisface la relación
1
|ϕn i = √ a† |ϕn−1 i (51)
n

Este resultado se puede escribir como


1
|ϕn0 i = √ a† |ϕn0 −1 i
n

Si n = n0 − 1 → n0 = n + 1, se tiene
1
|ϕn+1 i = √ a† |ϕn i,
n+1
de donde √
a† |ϕn i = n + 1|ϕn+1 i, (52)
que es uno de los resultados importantes, puesto que permite ir del estado normali-
zado que corresponde al número n al estado n + 1, de donde el nombre de operador
de subida o de creación. Ahora, se puede encontrar una relación que exprese un ket

8
del estado n a partir del estado fundamental n = 0. Ası́, aplicamos sucesivamente el
operador a† a partir del estado ϕ0 ,

a† |ϕ0 i = 1|ϕ1 i
√ √ √
(a† )2 |ϕ0 i = 1a† |ϕ1 i = 1 2|ϕ2 i.
Continuando, √ √ †  √ √ √
(a† )3 |ϕ0 i = 1 2 a |ϕ2 i = 1 2 3|ϕ3 i,
llegamos hasta la n−ésima aplicación que puede escribirse como
1
|ϕn i = √ (a† )n |ϕ0 i (53)
n!
Ahora encontraremos una relación útil para el operador a. Aplicamos a† sobre el
estado |ϕn i, que ya conocemos de (51),
1
a|ϕn i = √ aa† |ϕn−1 i.
n
En esta relación usamos la ecuación (48)
1 1 n
a|ϕn i = √ (N + I)|ϕn−1 i = √ (n − 1 + 1)|ϕn−1 i = √ |ϕn−1 i,
n n n
que puede escribirse como √
a|ϕn i = n|ϕn−1 i. (54)
Como se observa, en este último resultado vemos que el operador a al actuar sobre
un estado de número n, lo lleva a otro estado de número n − 1, de donde el nombre
de operador de bajada o de destrucción.

4. Obtención de las funciones de onda del Oscila-


dor armónico en la representación {|xi}.
En esta sección obtendremos las funciones de onda del oscilador armónico cuánti-
co en la representación {|xi}. En principio tendrı́amos que resolver la ecuación de
Schrödinger en dicha representación, la cual viene a ser
~2 d2 ϕn (x) 1
− + mω 2 x2 ϕn (x) = En ϕn (x). (55)
2m dx2 2
Un manera estándar de resolver esta ecuación es mediante el método de series y
aplicando las condiciones de existencia de soluciones continuas y finitas, se llega a
la condición de cuantización de En , ya obtenida, y luego a encontrar las funciones
ϕn (x). Este procedimiento se puede ver en prácticamente la mayorı́a de los textos
de mecánica cuántica (un texto antiguo y detallado al respecto es el de L. Pauling y
E.B. Wilson Jr. [ref], editado en 1937). Puesto que ya se han obtenido los niveles de

9
VHxL

n=4

n=3

n=2

n=1

n=0

Figura 3: Niveles de energı́a del oscilador cuántico

energı́a, para encontrar las funciones de onda, ϕn (x), seguiremos un procedimiento


elegante que se encuentra en el texto de Cohen-Tannoudji et. al. [ref]. Para ello
partimos de las relaciones conocidas
1 1
a = √ (X̂ + iP̂ ) y a† = √ (X̂ − iP̂ ) (56)
2 2
siendo
r
mω 1
X̂ = X y P̂ = √ P. (57)
~ m~ω
Además, necesitaremos de los operadores
√ √
a|ϕn i = n|ϕn−1 i, a† |ϕn i = n + 1|ϕn+1 i

Para n = 0, se tiene que a|ϕ0 i = 0, entonces, usando (56) y (57) se tiene:


r
1 mω iP
a|ϕ0 i = √ [ X+√ ]|ϕ0 i = 0 (58)
2 ~ m~ω
En una dimensión, en la representación {|xi}, se tiene
"r #
1 mω iP
√ |X|ϕ0 i + √ |ϕ0 i = 0. (59)
2 ~ m~ω

Recordando que
~ dhx|ϕ0 i ~ dϕ0 (x)
hx|X|ϕ0 i = xhx|ϕ0 i = xϕ0 (x) y hx|P |ϕ0 i = = .
i dx i dx
Reemplazando en (59) se tiene
!
mω d
x+ ϕ0 (x) = 0. (60)
~ dx

10
Resolviendo esta ecuación diferencial en la forma
dϕ0 (x) mω
=− xdx,
ϕ0 (x) ~

se obtiene
1 mω 2
ϕ0 (x) = C e− 2 ~
x
, (61)
donde C es la constante de integración. Para encontrar esta constante se normaliza
la función, de modo que
Z ∞ Z ∞
mω 2
∗ 2
ϕ0 (x)ϕ0 (x)dx = 1 = |C| e ~ x dx
−∞ −∞
"Z #
0 Z ∞ Z ∞
− mω x2 mω 2
= |C| 2
dx + dx e ~ = |C| 2 2
e− ~
x
dx.
−∞ 0 0
R∞ √
2 2 π1
Usando la integral 0 e−a x dx = 2 a
, la constante de normalización se escoge real
y positiva dada como
  14

C= .
π~
Con este resultado, la función de onda dada por (61) se escribe como
  14
mω 1 mω 2
ϕ0 (x) = e− 2 ~
x
(62)
π~

Ahora, utilizando a† |ϕn i = n + 1|ϕn+1 i en la representación {|xi} para n = 0, se
tiene √
hx|a† |ϕ0 i = hx| 1|ϕ1 i = hx|ϕ1 i = ϕ1 (x).
Como r
† 1 1 mω i
a = √ (X̂ − iP̂ ) = √ ( X−√ P ), (63)
2 2 ~ m~ω
en la representación {|xi} se tiene
r !
1 mω i
hx|a† |ϕ0 i = ϕ1 (x) = √ h|X|ϕ0 i − √ hx|P |ϕ0 i ,
2 ~ m~ω

de donde !
1 1 ~ dϕ0 (x)
ϕ1 (x) = √ √ mωxϕ0 (x) − i ,
2 m~ω i dx
expresión que puede escribirse como
q !
~
mω mω d
ϕ1 (x) = √ x− ϕ0 (x). (64)
2 ~ dx

11
Realizando las operaciones el resultado final se puede escribir como
1
√ mω
 
mω 4 − 1 mω x2
ϕ1 (x) = 2 xe 2 ~ (65)
~ π~
Para obtener ϕ2 (x) aplicamos (63) en (65) en la representación {|xi}. Ası́
√ √
hx|a† |ϕ1 i = 2h|ϕ2 i = 2ϕ2 (x)
"r #
1 mω ihx|P |ϕ1 i
=√ hx|X|ϕ1 i − √
2 ~ m~ω
de donde
"r r # r " #
1 mω ~ dϕ1 (x) 1 ~ mω d
ϕ2 (x) = xϕ1 (x) − = x− ϕ1 (x).
2 ~ mω dx 2 mω ~ dx

En este resultado se reemplaza la ecuación (65) y se obtiene la expresión


 1  
mω 4 2mω 2 1 mω 2
ϕ2 (x) = x − 1 e− 2 ~ x (66)
4π~ ~
Continuando con el proceso para obtener las otras funciones de onda del oscilador
armónico, se puede llegar a demostrar que la n−ésima función de onda del oscilador
armónico en la representación {|xi}, se escribe como
 1  1 " #n
1 ~ n 2 mω 4 mω d 1 mω 2
ϕn (x) = n ( ) x− e− 2 ~ x , (67)
2 n! mω π~ ~ dx

donde se entiende que " #n


mω d
x− (68)
~ dx
es un operador que significa que hay derivar n veces, obteniéndose la secuencia de
los denominados polinomios de Hermite por la exponencial gaussiana.

j0 HxL j1 HxL j2 HxL j3 HxL

x x x
x

Figura 4: Primeras funciones de onda del oscilador cuántico

En las figuras 4 y 5 se representan las funciones de onda del oscilador armónico


hasta n = 3 y sus correspondientes densidades de probabilidad. Observar que las
funciones de onda son simétricas para n par y antisimétricas en el caso de n impar.
En la figura 6 se muestra la función de onda para n = 12 y su correspondiente
densidad de probabilidad, observando la evidencia de las oscilaciones de tanto la
función de onda como su densidad de probabilidad.

12
Èj0 HxLÈ2 Èj1 HxLÈ2 Èj2 HxLÈ2 Èj3 HxLÈ2

x x x x

Figura 5: Densidades de probabilidad para n = 0, n = 1, n = 2, n = 2

j12 HxL Èj12 HxLÈ2

Figura 6: Función de onda y su densidad de probabilidad para n = 12

5. Comparación de los resultados cuánticos con


los clásicos
Es muy ilustrativo comparar los resultados clásicos con los cuánticos, especial-
mente cuando se trata de masas normales en nuestro mundo normal y pensamos
que cumple con las cuánticas. Consideremos un resorte elástico de constante k al
cual se sujeta una masa m = 0,500 kg y oscila con una amplitud A = 8,0 cm. La
masa sujetada al resorte oscila a 2 oscilaciones por segundo,
p es decir, ν = 2 Hertz.
Teniendo en cuenta que la frecuencia angular es ω = k/m = 2πν, la energı́a total
se puede escribir como
1 1
E = k 2 A2 = mω 2 A2 . (69)
2 2
Si reemplazamos datos, el valor de la energı́a es
1 1
E = mω 2 A2 = × 0,5 × (2π)2 (8,0)2 × 10−4 = 6,31655 × 10−2 J. (70)
2 2
La idea es encontrar el valor del nivel de energı́a n que corresponde a la energı́a E
dada para el resorte considerado, es decir,
1
E = mω 2 A2 = ~ω(n + 1/2).
2
Despejando n se tiene !
1 mωA2
n= −1 . (71)
2 ~
La constante de Planck vale
h = 2π~ = 6,6626075 × 10−34 J seg.

13
Según datos tenemos A = 8,0 × 10−2 m, ω = 2πν con ν = 2 Hz, los cuales reempla-
zando en (71) se tiene
!
1 0,5 × (2π)2 × 2 × (8,0)2 × 10−4
n= − 1 = 1,90657 × 1032 .
2 6,626075 × 10−34

Este es un número fantásticamente grande.


Ahora veamos cuál es la energı́a del estado fundamental (n = 0) del sistema que
tratamos. Para los datos se tiene
hν 1
E0 = ~ω(0 + 1/2) = = × 6,626075 × 10−34 × 2,
2 2
de donde E0 = 6,626075 × 10−34 Joul. Esta es una energı́a infinitamente cercana a
cero y experimentalmente no es detectable. La diferencia de energı́as entre un nivel
y otro es
∆E = En+1 − En = ~ω, (72)
y para el resorte que consideramos es ∆E = 1,3252150 × 10−33 Joul. En la gráfica de
la Fig. se muestra la energı́a del oscilador considerado el cual está dada por (70). Hay
que imaginarse que entre una lı́nea muy cercana a cero y la lı́nea que corresponde a
E = 6,31655×10−2 J, hay 1032 lı́neas y la separación entre ellas es del orden de 10−33
J, que para efectos de observación experimental es un continuo de energı́as. Estos
estimados numéricos en términos cuánticos corrobora el comportamiento clásico en
el que la energı́a no está discretizada, puesto que en mecánica clásica efectivamente
no hay ninguna limitación en cuanto a las energı́as disponibles, siempre considera-
mos que es un continuo de energı́as. Algo más, del punto de vista clásico la masa
en el resorte puede estar en reposo en su posición de equilibrio, es decir, no se
mueve. Veamos qué resulta con la amplitud de oscilación en términos de la mecánica
cuántica, en la cual no existe energı́a cero, pero sı́ un mı́nimo en n = 0. En esta
situación asumimos que la amplitud de oscilación es A0 , de modo que
1
mω 2 A20 = ~ω(0 + 1/2),
2
de donde la amplitud es
r r s
~ h 6,626075 × 10−34
A0 = = = m = 7,26145 × 10−18 m.
mω 4π 2 mν 4π 2 × 0,5 × 2

Esta es una distancia de más de mil veces más pequeña que las detectables experi-
mentalmente, es decir, si se tratase de medir dichas amplitudes de oscilación, no se
observarı́a movimiento. Es lo que vemos en nuestro mundo clásico, la masa está en
reposo, ¡pero cuánticamente se mueve!. Esta es la descripción correcta.
Por otro lado, si consideramos átomos que conforman moléculas, tal como el
monóxido de carbono, CO, el cual oscila a temperaturas normales como si estuvieran
unidos por un resorte, se han calculado sus parámetros de oscilación y experimen-
talmente medidos mediante espectroscopı́a infrarroja. Justamente sus frecuencias de

14
mO mC
mO + mC

C O

Figura 7: La molécula de CO y su correspondiente masa reducida.

oscilación están en el rango de valores del infrarrojo, entre 1012 y 1014 Hz. Ilustra-
mos el cálculo del valor de n que corresponde a las oscilaciones de la molécula de
CO que está conformada por un átomo de 12 C y 16 O, cuyas masas son mC = 12
uma y mO = 16 uma, respectivamente, siendo uma la unidad de masa atómica,
1 uma = 1,6604 × 10−27 kg.
Se demuestra que un par de masas unidas por un resorte oscilan como si fuese
una sola masa, equivalente a la denominada masa reducida, cuyo valor es
m1 m2
µ= ,
m1 + m2
p
de modo que la frecuencia de oscilación es ω = k/µ. En la Fig. 7 se esquematiza
la molécula de CO y su correspondiente oscilación como si fuese una sola masa. Los
valores tı́picos de la amplitud de oscilación se encuentran entre 0,01 Å y 0,1 Å (1
Å= 10−10 m). Para determinar n usamos la Ec. (71), con amplitud A = 8,0 × 10−12
m, ν = 3,5 × 1013 Hz y la masa reducida de la molécula de CO, de modo que al
reemplazar los valores numéricos estimados se tiene,
1 12 × 16 (2π)2 × 3,5 × 1013 × (8,0 × 10−12 )2 1
n= × × 1,6604 × 10−27 × − ,
2 12 + 16 6,662075 × 10−34 2
de donde se obtiene aproximadamente el valor n = 1,01131. Dentro de los errores
experimentales, evidentemente este valor corresponde al primer estado excitado de
la molécula de CO. Si calculamos la energı́a de dicho estado, se tiene
3hν 3 × 6,662075 × 10−34 × 3,5 × 1013
E1 = ~ω(1 + 1/2) = = ,
2 2
que corresponde al valor E1 = 3,49759 × 10−20 Joul. Esta energı́a es detectable,
puesto que cuando un electrón se acelera bajo la diferencia de potencial de 1 V, la
energı́a se mide en electronvoltios (eV), cuya equivalencia es 1 eV = 1,6×10−19 Joul,
de modo que la energı́a del primer estado excitado de la molécula de CO medida en
eV viene a ser
hν ×6,662075 × 10−34 × 3,5 × 1013
E0 = ~ω(0 + 1/2) = = ,
2 2
de donde,

E0 = 1,16586 × 10−20 J = 7,2771 × 10−2 eV ≈ 0,073 eV,

que es una energı́a experimentalmente detectable.

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Las vibraciones moleculares de moléculas diatómicas son un ejemplo práctico de
las aplicaciones de los resultados encontrados, dentro de la aproximación de vali-
dez en el que se satisface que las moléculas oscilan armónicamente. En el caso de
moléculas triatómicas o más complejas, hay que hacer uso del concepto de modos
normales de vibración que son tópicos especializados y no se tocarán en el presente
curso. Adicionalmente, las moléculas también rotan y en este caso hay que hacer
uso de la cuantización del momento angular que se verá en el capı́tulo de Momento
Angular.
En sólidos cristalinos también se usa la aproximación armónica para estudiar la
vibraciones de la red cristalina en términos de los operadores de creación y destruc-
ción, dando lugar al concepto de fonón similar al de fotón del campo electromagnético
cuantizado; sin embargo, muchos de los efectos que se dan en sólidos, como la dila-
tación, no son explicados por las oscilaciones armónicas, siendo necesario recurrir a
las oscilaciones anarmónicas, como es el caso de la dilatación térmica.

6. Oscilador armónico en dos y tres dimensiones


La extensión del oscilador armónico unidimensional a dos y tres dimensiones
es inmediato. Debemos recordar del modelo clásico del oscilador armónico, que las
fuerzas en las dos o tres direcciones espaciales independientes son también de tipo
elástico con su respectiva constante de fuerza en cada dirección, lo cual se puede
escribir como para una masa m mediante una fuerza dada como

F = −kx xêx − ky yêy − kz z êz , (73)

de donde resulta una energı́a potencial dada como


1 1 1
V (x, y, z) = kx x2 + ky y 2 + kz z 2 . (74)
2 2 2
De esta expresión es fácil escribir la energı́a potencial cuántica tridimensional para
el oscilador armónico, que es dado como
1 1 1
H = mωx2 X 2 + mωy2 Y 2 + mωz2 Z 2 , (75)
2 2 2
donde los X, Y, Z son los observables de posición en las tres direcciones espaciales.
Teniendo en cuenta los observables del momento angular correspondientes, Px , Py , Pz ,
se tiene el hamiltoniano del oscilador armónico tridimensional dado como
Px2 Py2 P2 1 1 1
H= + + z + mωx2 X 2 + mωy2 Y 2 + mωz2 Z 2 . (76)
2m 2m 2m 2 2 2
Es fácil ver que este hamiltoniano es separable en las tres direcciones independientes,
escrita como

H(X, Y, Z, Px , Py , Pz ) = Hx (X, Px ) + Hy (Y, Py ) + Hz (Z, Pz ), (77)

16
donde
Px2 1
Hx (X, Px ) = + mωx2 X 2 , (78)
2m 2
P2 1
Hy (Y, Py ) = x + mωy2 Y 2 (79)
2m 2
y
PZ2 1
Hz (Z, Pz ) = + mωz2 Z 2 . (80)
2m 2
Estas expresiones nos llevan inmediatamente al conocimiento de los autovalores y
autovectores del oscilador armónico tridimensional. Formalmente Hx actúa en el
espacio Ex , H(Y, Py ) en el espacio Ey y H(Z, Pz ) en el espacio Ez . Ası́, el hamiltoniano
tridimensional actúa en el espacio producto tensorial
Exyz = Ex ⊗ Ey ⊗ Ez . (81)
Ya que conocemos las soluciones en el espacio Ex , siendo |nx i los auvectores de Hx
y sus correspondientes autovalores o niveles de energı́a escrito como
Enx = (nx + 21 )~ωx , nx = 0, 1, 2, 3, · · · (82)
Ya que el álgebra es similar en las otras dos direcciones, se tiene para el hamiltoniano
Hy los autovectores |ny i y sus autovalores
Eny = (ny + 12 )~ωy , ny = 0, 1, 2, 3, · · · (83)
y para Hz los autovectores |nz i con autovalores
Enz = (nz + 21 )~ωz , nz = 0, 1, 2, 3, · · · (84)

BIBLIOGRAFIA
1. COHEN-TANNOUDJI, B. DIU y F. LALOË, Quantum Mechanics, Vol. I,
John Wiley, (1977).
2. J.S. TOWNSEND, A Modern Approach to Quantum Mechanics, McGraw-Hill,
(1992).
3. R. SHANKAR, Principles of Quantum Mechanics, Sec. Ed., Plenum Press,
(1994).
4. D.J. GRIFFITHS, Introduction to Quantum Mechanics, Prentice-Hall, (1995).
5. L.E. BALLENTINE, Quantum Mechanics, Prentice-Hall, (1990).
6. W. GREINER, Quantum Mechanics, 4th Ed., Springer, (2001).
7. L. PAULING y E.B. WILSON JR., Introduction to Quantum Mechanics, McGraw-
Hill, 1937.

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