Espuma Contra Incendios
Espuma Contra Incendios
Espuma Contra Incendios
La extinción de incendios es una tarea que se ha vuelto cada vez más compleja, las espumas contra
incendio representan un gran avance tecnológico que ayudan a mantener a este tipo de siniestros
dentro de control. Estos agentes son, en la mayoria de los casos, un factor decisivo para la
salvaguarda de la vida, ambiente y bienes materiales.
Ecopol (2002). Creado por la francesa Bioex, representa la primera espuma ecoamigable y
libre de flúor. Su concentrado es altamente efectivo para fuegos clase A y B. A pesar de sus
resultado positivos y ecológicos, su adopción ha sido todo un reto.
Un sistema que utiliza este compuesto permite que una cantidad determinada de agua se mezcle
con la espuma dentro de las bombas en las unidades. Cada vez que usas H20, puedes emplear este
producto para aumentar la efectividad contra fuego. De hecho, tu esfuerzo es 10 veces más
efectivo que usar solo agua.
En un incendio estructural, utilizas el agua para reducir el calor en un cuarto mediante la absorción
del mismo y así enfriar el combustible presente. En este proceso se pierde mucha agua, lo cual no
contribuye a bajar la temperatura que mantiene al fuego. En cambio, una combinación de aire
comprimido, H20 y concentrado de espuma resulta un agente que rompe con mayor facilidad la
tensión superficial, teniendo mayor penetración y eficacia.
Es visible desde cualquier lugar. La espuma puede distinguirse tanto del aire como estando
en tierra. Esto les permite a los departamentos de ayuda coordinar mejor las acciones
contra fuego en incendios forestales o de gran magnitud.
Hay varios tipos de espumas contra incendios que ya hemos tratado en otro post, pero aquí
abordaremos su clasificación más básica:
Clase A
Corresponde a productos desarrollados a mediados de los 80s para combatir incendios forestales.
Se caracterizan por disminuir la tensión superficial del H2O, permitiendo su mayor penetración y
saturación de los combustibles clase A. Ya que se sofoca en las brasas más profundas, evita la
reignición y favorece la extinción del incendio. Las experiencias positivas con estos compuestos
han permitido su aplicación en otros fuegos clase A, como los estructurales.
Esta clase de espumas poseen concentraciones de 0.3% y 0.5% y 1%, que son los porcentajes más
efectivos de acuerdo con las recomendaciones de los fabricantes. Otras proporciones son
consideradas como muy ligeras o demasiado ricas, siendo menos efectivas. Estas cifras están
relacionadas al tamaño y tipo de incendio, así como al equipo para rociar.
Clase B
En este grupo, estos agentes contra fuegos contrarrestan incendios clase B: líquidos combustibles.
En la práctica, el uso de una espuma clase A sobre un evento clase B podría generar resultados
poco predecibles, dado que éstas no están diseñadas para suprimir los gases explosivos derivados
de líquidos inflamables.
En este grupo encontramos dos subtipos de agentes:
Espumas proteicas
Son aquellas que contienen proteínas naturales, lo que las hace biodegradables. Aunque se
esparcen con mayor lentitud, proveen un manto espumoso que dura más y aguanta mejor el calor.
Aquí encontramos productos como:
Como su nombre lo indica, están hechas a base de surfactantes sintéticos. A diferencia de las
anteriores, muestran un patrón de extensión más rápido sobre la superficie de fluidos a base de
hidrocarburos. Aunque extinguen las llamas con mayor velocidad, su seguridad post evento suele
ser limitada y han probado ser tóxicas para las aguas subterráneas.
Libre de flúor (FFF). También son conocidas como F3, están hechas a partir de surfactantes
hidrocarbonados y no contienen fluorosurfactantes.
Formadoras de película acuosa resistentes al alcohol (AR-AFFF). Son agentes que producen
una capa protectora y no son afectados por los alcoholes.
Formadoras de película acusa (AFFF). Están fabricadas a base de agua y a menudo incluyen
un surfactante hidrocarbonado como laurilsulfato de sodio y un fluorosurfactante como
fluorotelómeros, ácido flúor octanoico (PFOA) o ácido perfluorooctano sulfónico (PFOS).
Cada tipo de espuma contraincendios posee una o varias aplicaciones. Por ejemplo, los agentes de
alta expansión son utilizados en espacios cerrados que deben ser llenados con rapidez, como
sótanos y hangares.
En cambio, los de baja expansión son para derrames de combustibles. Por eso la AFFF es más
apropiada con gasolina de jets, la FFFP es mejor cuando el combustible que arde puede formar
piscinas más hondas y la AR-AFFF resulta más conveniente para alcoholes.
Las FFF de alto rendimiento son un buen sustituto para las AFFF y las AR-AFFF por sus usos
variados. Asimismo, las AR-AFFF o las AR-FFFP poseen la mayor flexibilidad. Estas deben ser
empleadas en áreas donde las gasolinas se mezclan con oxigenados, ya que los alcoholes
previenen la formación de la película entre la FFFP y la gasolina, destruyendo la espuma.