Paro Petrolero

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PARO PETROLERO

Paro petrolero de 2002-2003, llamado también Paro Nacional o Huelga General. Por los
sectores afines al presidente Hugo Chávez es denominado "Sabotaje petrolero" o "Golpe
petrolero"; los opositores lo denominaron "Paro Cívico Nacional".

Fue una huelga o paro de carácter general e indefinido contra el gobierno de Venezuela
presidido por Hugo Chávez, promovido principalmente por la patronal Fedecámaras y
secundado por la directiva y trabajadores de la nómina mayor de PDVSA Petróleos de
Venezuela (PDVSA), los partidos de oposición aglutinados en la coalición Coordinadora
Democrática, el sindicato Confederación de trabajadores de Venezuela (CTV), diversas
organizaciones políticas como Súmate e incluso medios de comunicación privados de
prensa, radio y televisión. El paro se extendió desde diciembre de 2002 hasta febrero de
2003, siendo una de las huelgas generales de mayor duración de la historia.

Aunque el Paro petrolero de 2002-2003, es llamado "Huelga" por la oposición; sin


embargo, la situación experimentada en Venezuela desde Diciembre 2002 hasta Febrero
2003, no se configura legalmente dentro del concepto internacionalmente aceptado de
huelga, ni en ninguna de sus categorías.

La huelga, es un concepto legal definido como "toda perturbación producida en el proceso


productivo. Principalmente, la cesación temporal del trabajo, acordado por los trabajadores,
para la defensa y promoción de un objetivo laboral o socioeconómico."

Es un hecho notorio, que los objetivos por los cuales fue convocado el Paro Petrolero en
Venezuela, nunca fueron objetivos ni laborales, ni socio-económicos, sino más bien
objetivos políticos, expresados en forma notoria por la oposición de "sacar de la
presidencia" a un Presidente democráticamente electo. Por otra parte, sus convocantes no
fueron los trabajadores en búsqueda de mejorar beneficios laborales. Quien figura como
principal convocante, es la organización representante nacional de los empresarios,
conocida en Venezuela, como Fedecámaras; la cual, conjuntamente con los máximos
representantes de los sindicatos adscritos a la CTV, los Directivos de PDVSA y la
Coordinadora Democrática, entre otros, llamaron al Paro Cívico Nacional.

El 2 de diciembre de 2002, fecha en la que se da inicio al Paro Petrolero 2002, no se dio a


conocer ante la opinión pública la Apertura de algún pliego conflictivo; el cual es el
requisito legal inherente al inicio del derecho a la huelga, que debe ser presentado por los
trabajadores ante las instancias administrativas laborales.

Este paso fundamental, característico y fundamental en el ejercicio del derecho a la huelga;


no se realizó al inicio del Paro Petrolero 2002-2003, como tampoco se cerró pliego de
conflicto alguno al cesar el mismo; pues nunca se había abierto.

En consecuencia, el llamado Paro Petrolero 2002-2003, no fue en modo alguno una huelga
en su precisa y correcta concepción jurídica, sino una medida de protesta política,
convocada por la Patronal, y acompañada por algunos representes de los sindicatos
opositores, Coordinadora Democrática, Directivos de PDVSA, entre otros, a objeto de sacar
de la presidencia al Presidente Hugo Chávez Frías.

DANOS DEL PARO PETROLERO

El daño patrimonial comprende al menos tres aspectos fundamentales. Primero, la pérdida


de ingresos. Sólo por concepto de factura petrolera, las pérdidas se estiman en
aproximadamente 50 millones de dólares diarios (Venezuela ha dejado de percibir mas de
1.200 millones de dólares en factura petrolera sólo en los primeros 25 días efectivos de paro
petrolero). Si se toman en consideración las pérdidas colaterales, por la paralización forzosa
de otras empresas básicas por falta de combustible, o la pérdida del valor agregado en otras
empresas de la cadena de comercialización, las pérdidas totales pueden superar los 2.000
millones de dólares en los primeros 25 días de paro petrolero.

En segundo lugar se encuentran los daños a equipos y sistemas de la industria petrolera,


causados con premeditación y alevosía por los gerentes de PDVSA involucrados en el paro
petrolero.

En tercer lugar se encuentran los daños causados a la sociedad venezolana, al impedírsele el


ejercicio pleno de derechos fundamentales consagrados en la constitución nacional, al
amenazársele su seguridad y al impedírsele el acceso a servicios públicos de vital
importancia para la vida cotidiana.

PDVSA es la principal fuente de divisas para Venezuela. El ingreso petrolero representa


mas de la mitad del ingreso nacional, y un tercio del producto interno bruto. Del ingreso
petrolero depende la estabilidad económica del país, la balanza de pagos, las finanzas
públicas, el funcionamiento del estado y el mantenimiento de servicios de vital importancia
para todos los venezolanos: educación, salud, transporte, seguridad social, energía,
infraestructura, producción y distribución de alimentos, entre otros. El funcionamiento
ininterrumpido de la industria petrolera es de vital importancia para el país.
La interrupción intencional y premeditada de la actividad petrolera es un atentado contra la
estabilidad social, económica y política de la Nación. Atenta contra los intereses
patrimoniales del país, lesiona su estabilidad y su soberanía económica, y afecta derechos
fundamentales e impostergables de la sociedad venezolana.

En consecuencia, es obligación del gobierno nacional tomar las medidas que sean
necesarias para restablecer el normal funcionamiento de la industria petrolera, con el fin de
defender la estabilidad económica de la Nación y garantizarle a la población la continuidad
de servicios públicos vitales que dependen de esa industria.

Es también obligación de los poderes públicos ejercer las acciones judiciales y


extrajudiciales que sean necesarias contra los responsables del daño patrimonial que ha
generado el paro petrolero. Esto incluye a los gerentes y directores de PDVSA involucrados
en esta acción contra el patrimonio nacional, contra la estabilidad de la Nación, y contra los
intereses colectivos de todos los venezolanos.

De la misma manera, es obligación de los poderes públicos ejercer acciones contra los
funcionarios de la industria petrolera involucrados en los daños intencionales y
premeditados a las instalaciones y sistemas operativos de PDVSA.

Según el periodista Eleazar Díaz Rangel, director del periódico Ultimas Noticias, entre los
daños ocasionados a las instalaciones petroleras, con el fin de impedir su reactivación por
los trabajadores de PDVSA, se encuentran las siguientes:
 En el centro refinador de Paraguaná, los ejecutivos huelguistas interrumpieron el
bombeo de gas mediante la colocación de piezas que cerraron el proceso de
distribución.
 En el centro de llenado y distribución de Carenero causaron rotura a los aisladores
eléctricos.
 En la planta de Anaco, paralizaron el sistema de órdenes de compra y escondieron
elementos necesarios para su funcionamiento.
 En los llenaderos de Yagua, El Palito, Bajo Grande y Guatire, fueron cambiadas las
claves de acceso, se alteró el código del programa, cortaron cables, sustrajeron
equipos y se impartieron a los buques instrucciones paralelas a las oficiales.
 La planta de llenado de El Vigía sufrió el cambio de las claves para el acceso al
sistema automatizado, además del secuestro de las llaves de la instalación.
 En la planta de distribución de Barquisimeto fue destruido el computador central, se
vaciaron seis tanques de combustible y fue bloqueado el acceso a la sala eléctrica.
 En la oficina de Nominaciones, los saboteadores se apoderaron de las claves para
las órdenes de carga y descarga de los buques.
 En las unidades de Punta de Mata, plantas del Norte del estado Monagas y la Costa
Oriental del Lago de Maracaibo, los gerentes obligaron a los trabajadores a retirarse
de sus puestos de trabajo.
SABOTAJE PETROLERO LOCK OUT

El cierre o paro patronal, también conocido por su nombre inglés de lock-out


(literalmente "cerrar y dejar fuera", expresión utilizada en inglés para referirse al apagado
o puesta fuera de servicio de una máquina) es una medida de acción directa que consiste en
la paralización total o parcial de las actividades de uno o varios establecimientos o
actividades económicas, por decisión del empleador. [1] A diferencia del derecho de huelga
de los trabajadores, internacionalmente no hay ninguna norma que reconozca al paro
patronal como derecho. El cierre patronal puede estar dirigido contra los trabajadores, para
forzarlos a aceptar determinadas condiciones de trabajo, o contra el Estado, [2] con el fin de
forzarlas a cambiar determinada política pública, o como expresión de descontento contra
determinado gobierno.
La vitalidad democrática es tal en Venezuela que el pueblo fue capaz de superar el
tremendo bloqueo que realizaron los medios de comunicación privados –la inmensa
mayoría de los canales de TV, los periódicos y las radios- en virtual monopolio informativo
frente a una limitadísima comunicación pública. La Falsimedia venezolana fue uno de los
factores fundamentales de la planificación, agitación y movilización previas, lanzamiento,
difusión y coordinación de los movimientos que condujeron al golpe, y también de la
preparación del guión y de la construcción de una “realidad virtual” que sirvió de base a un
“relato triunfante” para desencadenar las fases finales de los dos intentos insurreccionales.
Fabricaron también los sucesos –asesinatos de Puente Llaguno y asesinatos de Plaza de
Altamira- para justificar la llamada a los cuarteles y al derrocamiento de Chávez. Pese a la
infame actitud de los medios, el pueblo fue capaz de comunicarse, organizarse y
movilizarse de manera continua y en los frentes más adecuados, para resistir a un golpe que
estableció inmediatamente una dictadura y un estado de excepción para iniciar la represión
de las organizaciones sociales, y meses más tarde a un terrible lock-out y sabotaje
empresarial que paralizó la industria petrolera e intentó bloquear la distribución de
alimentos. Éste fue el gran éxito, casi asombroso, de la democracia participativa y
movilizadora venezolana, y la gran gesta de su pueblo –los terrúos, los pata en el suelo, los
negros y los zambos- hasta ahora silenciado.

La apelación y la llamada al “pueblo soberano”, a su poder constituyente permanente, ha


sido tanto la fórmula constitucional de la V República como el recurso fundamental del
presidente Chávez. En momentos de apuro, ante las acometidas brutales de una oligarquía
que no acepta la pérdida de su monopolio histórico de decidir en exclusiva, el presidente
llamó al pueblo y el pueblo respondió a Chávez. Venezuela, muy a pesar de los Estados
Unidos, lleva creciendo en democracia desde hace varios años, creciendo en pueblo. Este
país está vigilado por el Gran Consejo Fascista en que se ha convertido el Consejo de
Seguridad Nacional de los Estados Unidos, y denunciado por viejos y nuevos tiburones con
historial depredatorio como Charles Shapiro, Otto Reich, Roger Noriega, Condoleezza Rice
o Colin Powell. Mientras la “democracia occidental” se corrompe aceleradamente
convirtiéndose en un sistema cerrado manejado por las oligarquías y los grandes capitales,
una mercocracia de monopolios y de propaganda política, Venezuela ha establecido una de
las constituciones más democráticas del mundo y uno de los sistemas políticos más
participativos.

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