Actividad - 2 - Yadira Arredondo Arredondo
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INTRODUCCIÓN
El desarrollo infantil se ha convertido en un término ampliamente difundido en las
últimas dos décadas; esto se debe a diversos estudios y al avance de la ciencia
(Meece, 2001); con ello ha sido posible reconocer que el desarrollo en esta etapa de
vida de los seres humanos es fundamental para el establecimiento de bases sobre las
cuales se cimienten futuros conocimientos en diferentes ámbitos de la vida.
• ¿Cuál es el desarrollo infantil que tienen los alumnos de Jardines adscritos a la Zona
Escolar Núm. 04 del Nivel Preescolar en Acapulco, Guerrero?
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FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA
A continuación se describen las variables de desarrollo infantil y rendimiento
académico sirviendo como sustento para la comprension de la problemática planteada.
DESARROLLO INFANTIL
Desde mediados del siglo XX comenzaron a cambiar las ideas de la sociedad sobre la
naturaleza de los niños, así como la forma en que deben ser tratados en ámbitos como
la familia, la escuela y la sociedad (Meece, 2001).
Se ha reconocido que uno de los factores más sustanciales que favorecen el desarrollo
infantil está relacionado con la estimulación temprana, la cual favorece en muchos
sentidos un “despertar” de algunas habilidades básicas de los individuos. Los padres,
como primer vínculo de los individuos con su entorno, representan el principal puente
de esta estimulación, y son quienes de manera inicial deben asumir esta
responsabilidad; más tarde es la familia quien debe participar activamente en este
proceso.
RENDIMIENTO ACADÉMICO
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Para Jiménez (2000, s. p.), el rendimiento escolar es “el nivel de conocimiento
demostrado en un área o materia, comparados con la norma de edad y nivel
académico”. Así, el rendimiento se vincula con la evaluación. Gracias al avance de los
estudios psicológicos se ha evidenciado que el rendimiento académico de alguna
forma puede predecirse a partir del desarrollo de la inteligencia, por lo que el uso de
instrumentos como las evaluaciones permite detectar condiciones que contribuyen al
fracaso escolar. En este contexto, aunque se reconoce que las capacidades de los seres
humanos son genéricas en diversos ámbitos, su desarrollo depende de factores tales
como la motivación, el autocontrol y las habilidades sociales.
De acuerdo con Bowman (2001), la capacidad de los niños para aprender es más
intensa durante sus primeros años de vida. Desde esta perspectiva, desde 1900 el
Sistema Educativo Nacional (SEN) en México comenzó a reconocer la necesidad de
la educación inicial y preescolar.
MÉTODO
Epistemológicamente, esta investigación se fundamentó y soportó en la
fenomenología. Para Lambert (2006), ésta es considerada un análisis descriptivo de
vivencias intencionales que representan momentos psicológicos de los seres humanos
que los conducen hacia una conducta, un actuar, una postura, entre otras.
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del enfoque cuantitativo, se realizó un diseño no experimental con alcance
descriptivo-explicativo y una dimensión transeccional; el propósito de este tipo de
estudios es realizar la caracterización de fenómenos que permitan detallar o narrar las
condiciones que forman parte del problema de investigación, para lo cual también se
profundiza en algunas de sus causas (Hernández, Fernández y Baptista, 2014).
Se utilizaron dos instrumentos uno cuantitativo que fue la Evaluación del Desarrollo
Infantil (EDI), prueba de tamizaje diseñada y validada en México desde 2011 para la
detección de problemas del neurodesarrollo en niños menores de cinco años, y otro
cualitativo referente a un guión de entrevista semiestructurada, el cual fue diseñado
para operacionalizar la variable rendimiento académico el cual estaba integrado por
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12 preguntas aplicada a diez docentes que atendieron a los sujetos de la muestra
cuantitativa.
Los datos fueron organizados para su análisis en los Software Microsoft Excel 2010 y
MAXQDA en versión 2020.
RESULTADOS
Fueron divididos en resultados cuantitativos y resultados cualitativos, con relación a
los primeros se rescató lo siguiente:
Otro dato importante fue que las áreas en las que se requiere una mayor atención por
parte de los padres, las familias y, desde luego, los docentes fueron el Lenguaje y el
área Social.
Al respecto, las educadoras reconocen que esta labor es fundamental: “para favorecer
el desarrollo de los niños debemos combinar lo que hacemos en la escuela con lo que
padres y familias llevan a cabo, no podemos ser incongruentes unos con otros”
(S3PU).
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Sobre el rendimiento académico, las educadoras coincidieron que éste tiene que ser
reflejo de lo que los alumnos tienen que alcanzar a partir del currículum del nivel
educativo. Sin embargo, reconocen que para que ello ocurra deben considerarse
algunos factores externos como la familia, la alimentación, el nivel de estudios de los
padres, el papel de los docentes, etcétera (S1PU).
CONCLUSIONES
Tanto el desarrollo infantil como el rendimiento académico tienen factores en común,
siendo los padres, la familia, la escuela y los docentes los más recurrentes. Es claro
que no se puede aspirar a mejores niveles de logro académico de los alumnos si éstos
no alcanzan un desarrollo infantil. Por ello, es importante contar con políticas
educativas variadas tales como: mejores programas del nivel, mejor infraestructura y
materiales en las escuelas, directivos y docentes mejor preparados y, desde luego,
mejores condiciones parentales y familiares, lo que en suma permita que todos los
niños cuenten con más condiciones para alcanzar un desarrollo infantil adecuado,
particularmente aquellos que se encuentran en los contextos socioeconómicos menos
favorecidos.
Con los datos obtenidos se concluye que el papel del preescolar es fundamental no
sólo por representar el primer nivel formal de la educación en México, sino que en
éste ocurren experiencias valiosas para los niños que permiten continuar favoreciendo
su desarrollo infantil.
En el caso del desarrollo infantil, es evidente que forma parte de la fórmula para
aspirar a un mejor rendimiento académico. Sin embargo, sobre el primero se ha
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mitificado el hecho de que éste exclusivamente debe ocurrir en la escuela (Meece,
2001), cuando la literatura actual ha evidenciado que son los padres y las familias
quienes mayor incidencia tienen al respecto (Burns, 1990).
REFERENCIAS
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