Liturgia de Las Horas, Oficio San Gerardo.

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Oficio Propio

San Gerardo
María Mayela
DÍA 16 DE OCTUBRE

SAN GERARDO MAYELA


religioso
Memoria

Gerardo Mayela nació en Muro de Lucania el año 1726.


Ardiendo en deseos de entregarse por completo a Cristo, fue
admitido por San Alfonso en la Congregación del Santísimo
Redentor como hermano coadjutor. En ella y por su celo
apostólico, su paciencia en las enfermedades, caridad con los
enfermos y necesitados, humildad ante calumnias, obediencia
religiosa, austeridades corporales y asidua oración, fue
favorecido de Dios con dones de curación, espíritu de profecía,
inteligencia de los misterios. Murió en Materdómini el año 1755

Del Común de santos varones, p. 1733 y santos religiosos, p.1781.


Excepto lo siguiente:

invitatorio

Ant. Aclamemos al Señor, en esta celebración de San


Gerardo.
A continuación, se dice el salmo del Invitatorio, como en el
ordinario, pp. 637ss.
oficio de lectura

PRIMERA LECTURA

De la carta del apóstol San Pablo


a los Romanos 12, 1-21
LA VIDA CRISTIANA ES UN CULTO ESPIRITUAL

Os exhorto, hermanos, por la misericordia de Dios, a


presentar vuestros cuerpos como hostia viva, santa, agradable a
Dios; éste es vuestro culto razonable. Y no os ajustéis a este
mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para
que sepáis discernir lo que es la voluntad de Dios, lo bueno, lo
que agrada, lo perfecto.
Por la gracia que Dios me ha dado, os pido a todos y a cada
uno: No tengáis de vosotros mismos un concepto superior a lo
que es justo. Abrigad sentimientos de justa moderación, cada uno
en la medida de la fe que Dios le ha dado.
A la manera que en un solo cuerpo tenemos muchos
miembros y todos los miembros desempeñan distinta función, lo
mismo nosotros: siendo muchos, somos un solo cuerpo en Cristo,
e individualmente somos miembros unos de otros. Y teniendo
carismas diferentes, según la gracia que Dios nos ha dado, quien
tenga carisma de hablar por inspiración de Dios haga uso de él
según le mueva la fe, quien tenga el carisma de ministerio que se
ocupe en su oficio, quien tenga el don de enseñar que enseñe,
quien el de exhortar que exhorte y consuele, quien reparta sus
bienes que lo haga con sencillez, quien presida obre con solicitud,
quien practique la misericordia que lo haga con jovialidad.
Que vuestra caridad sea sincera. Aborreced el mal y aplicaos
al bien. En punto a caridad fraterna, amaos entrañablemente unos
a otros. En cuanto la mutua estima, tened por más dignos a los
demás. Nada de pereza en vuestro celo, sirviendo con fervor de
espíritu al Señor. Que la esperanza os tenga alegres; estad firmes
en la tribulación, sed asiduos en la oración. Socorred las
necesidades de los fieles, dedicaos activamente a la hospitalidad.
Bendecid a los que os persiguen, no maldigáis. alegraos con
los que se alegran; llorad con los que lloran. Tened un mismo
sentir entre vosotros, sin apetecer grandezas; atraídos más bien
por lo humilde. No os tengáis por sabios. No devolváis a nadie
mal por mal y procurad hacer lo que es bueno no solo ante Dios,
sino también ante todos los hombres.
A ser posible, y en cuanto de vosotros depende, vivid en paz
con todos. No os toméis, carísimos hermanos, la justicia por
vuestra mano, sino dejadlo al juicio de Dios. Dice la Escritura:
«Es mía la venganza; mía la recompensa; palabra del Señor.»
Pero también dice: «Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer;
si tiene sed, dale de beber. Si haces esto, se sentirá avergonzado
de su odio y lo depondrá.» No te dejes vencer por el mal, sino
vence el mal con el bien.

Responsorio Rom 8, 29-30

R. A los que había escogido. Dios los predestino a ser imagen


de su Hijo. * Para que él fuera el primogénito de muchos
hermanos.
V. A los que predestino, los llamó; a los que llamó, los
justificó; a los que justificó, los glorificó.
R. Para que él fuera el primogénito de muchos hermanos.
SEGUNDA LECTURA

De las Cartas de San Gerardo María Mayela

¡HÁGASE TU VOLUNTAD!
Te escribo estas cosas desde la cruz. Y lo hago rápidamente,
pues mi vida toca a su fin. Mas aun: si no hiciese un esfuerzo
supremo, no te escribiría ahora esta carta.! ¡Tantas son mis
lagrimas!
¡Compasión, compasión por tanto dolor! Padezco tanto, que
me siento morir; pero no muero, sino que vivo para padecer esto
y más.
¿Qué diré? Me es imposible hacer que tu sientas lo que yo
padezco. Pero, porque sé que eres feliz, me siento
más fuerte y dispuesto en Dios, con cuya ayuda, por morir herido
por tantos golpes, supero la misma muerte. Esto sucede para que
yo, torturado todavía, imite a mi divino Redentor.
Él es mi maestro y yo su discípulo. Por esto debiera aprender
de Él y seguir de cerca sus huellas; ahora, en cambio, no puedo
ni andar, ni siquiera moverme, pues, clavado en la cruz, padezco
atrozmente.
También debería haber muerto a lanza, pero la lanza aquella
pasó y yo sigo atormentado. Por tanto, la lanza hay que
encontrarla, para que, por fin, logre la vida por el dolor.
Todos me han abandonado, según parece. Mi celeste Redentor
quiere que yo permanezca clavado en amarga cruz. Y así,
inclinando la cabeza digo: “Esta es la voluntad de Dios, que
acepto gozoso. Cumplo lo que me manda.”
Dios quiere que yo muera solo y abandonado de todos: yo
también quiero vivir y morir así, para complacer a mi Dios.
¡Qué bien más inmenso es la voluntad de Dios! !Tesoro
escondido e inapreciable! Ahora te he conocido plenamente: te
identificas con mi Dios amado. Los hombres hagamos en la tierra
lo que hacen los ángeles en el cielo: la voluntad de Dios en el
cielo; la voluntad de Dios en la tierra. Así, el paraíso aquí y allí.
Responsorio 2 Cor 12, 9-10
*
R. Muy a gusto presumo de mis debilidades. Porque así
residirá en mi la fuerza de Cristo.

V. Por eso vivo contento en medio de mis debilidades, de


los insultos.

R. Porque así residirá en mi la fuerza de Cristo.

laudes

HIMNO

Ora Gerardo, en gracia


y en años ya maduro;
mira a Jesús sangrante
y clavado en la cruz.

“Oh Jesús, clama, sepa


yo gustar de tus llagas;
dame el pisar tus huellas
por donde tu caminaste.”

Luego de haber orado,


se abre a la cruz de Cristo
y, audaz, su pie endereza
por la senda del Gólgota.

Se goza en la pobreza
y en los oficios ínfimos;
triunfa al ser despreciado
y calla ante las calumnias.

Castiga duro el cuerpo


con ayunos y penas;
con azotes se inmola
cual víctima agradable.
Coronado de espinas
y clavado en la cruz,
en sí mismo refleja
de Cristo viva imagen.

Gloria sea dada al Padre


y a Cristo su Unigénito,
junto con el Espíritu,
ahora y por los siglos. Amen.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. El que cumple la voluntad de mi Padre, ese es mi


hermano y mi hermana y mi madre, dice el Señor.

Oración

Oh Dios, que quisiste atraer a ti, desde su juventud, a San


Gerardo, y asemejarlo a la imagen de tu Hijo crucificado;
concédenos, te rogamos, que, imitando sus ejemplos,
reproduzcamos en nosotros la misma imagen. Por nuestro Señor
Jesucristo.

vísperas

HIMNO

El Padre Dios, que rige el universo.


Guiso, Gerardo, someterte todo,
revelándonos así claramente,
que por Él todo lo puedes.

Con tu palabra las fiebres alejas,


renuevas los pulmones destrozados,
y en los partos difíciles y expuestos,
salvas a madres y niños.
Ácidos vinos en sabrosos cambias,
al tope pones graneros vacíos,
vasijas rotas unes, y las haces
rebosar de aceite añejo.

Vuelves sólidas las olas del mar.


Surcas en raudo vuelo por los aires;
en seguro guía de tu camino
a Satán sumiso truecas.

¡Eterna y sacrosanta Trinidad!


Que la tierra te alabe y te de gracias
por el poder concedido a Gerardo
de obrar tales maravillas. Amen.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Dichosos vosotros cuando os insulten, y os persigan, y os


calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y
contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo
dice el Señor.

La oración conclusiva como en las Laudes

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