Gumercindo Flores Quispe

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UNIVERSIDAD MAYOR DE SAN ANDRÉS

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES


CARRERA DE SOCIOLOGÍA

“PROCESOS DE TRANSICION PRODUCTIVA EN


LURIBAY. PROVINCIA LOAYZA, CASO COMUNIDAD
K´ARA ENTRE 1952 – 2012”

POSTULANTE : GUMERCINDO FLORES QUISPE

TUTOR : DRA. ALISON L SPEDDING P

LA PAZ - BOLIVIA
2013
RESUMEN DE TESIS
“PROCESOS DE TRANSICION PRODUCTIVA EN LURIBAY.
Provincia Loayza, caso comunidad K’ara entre 1952-2012”

Con la Reforma Agraria de 1953 la comunidad K’ara empieza un proceso doble. A un


principio K’ara estuvo vinculada a la microrregión de Cairoma como productora de papa
milli y a secano en las aynoqas, producto que comercializaban junto con los agricultores de
Araca - Cairoma, por lo cual se identificaban como paperos de Araca. Esto más o menos duró
hasta finales de la década de 1970 y principios de los ‘80. En el mismo periodo empezaron a
generarse cambios en el sistema productivo de la comunidad K’ara, lentamente
emprendieron un nuevo camino con los cultivos de uva y durazno, relegando la papa milli al
Valle, esto como efecto de la influencia de sistema productivo de las comunidades de Valle
de Luribay que atravesaron un periodo de fiebre con las plantaciones de frutas y el
abandonando a los cultivos anuales.

Los luribayeños habían comenzado el proceso de la apropiación de los cultivos


pertenecientes a los ex terratenientes. En la época de la hacienda solo los patrones tenían el
privilegio del cultivo de uva, mientras los colonos se dedicaban a cultivos tradicionales como
la papa, el maíz y otros. Con la apropiación de los cultivos perennes los comunarios también
comenzaron a adquirir un status social superior en relación a los agricultores que persistían
en los cultivos tradicionales. Una de estas comunidades fue K’ara, que socialmente
continuaron sumidos en un status igual al de antes de la reforma Agraria.

Entonces, los comunarios de K’ara para no ser menospreciados por los viticultores de las
comunidades de Valle de Luribay tambien emprendieron con la plantación de durazno y uva;
pero, tuvieron poco éxito porque todavía tenían ligazón con la producción tradicional en los
niveles ecológicos superiores. Es decir, el trabajo se les multiplicó al mantener la producción
en dos niveles ecológicos, de esa manera no pudieron atender adecuadamente la producción
de uno ni del otro, la disyuntiva estaba entre los cultivos perennes del Valle o los cultivos
anuales de Cabecera de Valle y de las aynoqas. En el proceso de transición productivo, pocos
han logrado superar los obstáculos productivos y sociales y muchos fracasaron, a lo cual se
sumó que el auge de cultivos perennes duró poco tiempo. Del auge pasaron a un tiempo de
crisis en los cultivos perennes, lo que obligó a volver a optar por la producción de los cultivos
anuales y perennes. Todo este proceso de transformación está directamente vinculado al
acceso de tierra y al agua.

La tierra es central para los comunarios de K’ara, de ahí las unidades domésticas estuvieron
en conflictos latentes entre los años 1953 a 2012 por los familiares consanguíneos y no
familiares. La organización sindical también se generaron algunas transformaciones como la
democratización en el sindicato agrario; esto tiene que ver con el hecho de que la élite
comunal tradicional fue anulada y borrada por el grupo emergente de sobrantes, hasta ese
momento la élite comunal estaba conformada por el grupo de los sayañeros con plenos
derechos en el sindicato. La organización del riego a cargo del sindicato agrario llegó a su
número máximo de usuarios en la Cabecera de Valle, haciendo casi imposible el ingreso de
nuevos afiliados para la provisión de riego. Con el cierre de la lista de la asociación de
regantes se desató la migración de las unidades domésticas que no lograron inscribirse como

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usuarios del riego. Al no poder ingresar al sistema de riego, ya no era factible la reproducción
en la comunidad para las nuevas unidades domésticas, de ahí que solo fue posible que uno a
dos hermanos pudieran arreglar y conseguir derecho al riego en los terrenos de sus
progenitores, los demás hijos (o hermanos) quedaron excluidos y estaban presionados a
buscarse la vida en otros ambientes, ya sea en la ciudad de La Paz o en otras ciudades del
interior, en los Yungas y, en otros casos, migrar al exterior del país.

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CAPITULO I
INTRODUCCIÓN
La comunidad K’ara está ubicada en la rivera del río Atoroma, entre las microrregiones de
Valle de Luribay y la Cabecera de Valle de Araca (Cairoma). La primera tiene una tradición
de cultivos perennes, como reza en la composición de una canción popular dedicada a
Luribay “Luribay durazno”, y una tradición de viticultores cuyos derivados de vino y singani
que predomina desde la época de la colonia. La segunda microrregión tiene tradición de
paperos, la “papa de Araca” conocida y mentada por las amas de casa de ciudad de La Paz.

Con la Reforma Agraria de 1953 la comunidad K’ara empieza un proceso doble. A un


principio K’ara estuvo vinculada a la microrregión de Cairoma como productora de papa de
jach’a sata ch ’uqi y milli ch’uqi1, producto que comercializaban junto con los agricultores
de Araca - Cairoma, por lo cual se identificaban como paperos de Araca. Esto más o menos
duró hasta finales de la década de 1970 y principios de los ‘80. En el mismo periodo
empezaron a generarse cambios en el sistema productivo de la comunidad K’ara, lentamente
emprendieron un nuevo camino con los cultivos de uva y durazno, relegando la milli ch’uqi
al Valle, esto como efecto de la influencia de sistema productivo de las comunidades de Valle
de Luribay que atravesaron un periodo de fiebre con las plantaciones de frutas y el
abandonando a los cultivos anuales.

Los luribayeños habían comenzado el proceso de la apropiación de los cultivos


pertenecientes a los ex terratenientes. En la época de la hacienda solo los patrones tenían el
privilegio del cultivo de uva, mientras los colonos se dedicaban a cultivos tradicionales como
la papa, el maíz y otros. Con la apropiación de los cultivos perennes los comunarios también
comenzaron a adquirir un status social superior en relación a los agricultores que persistían
en los cultivos tradicionales. Una de estas comunidades fue K’ara, que socialmente
continuaron sumidos en un status igual al de antes de la reforma Agraria.

Entonces, los comunarios de K’ara para no ser menospreciados por los viticultores de las
comunidades de Valle de Luribay empezaron con la plantación de durazno y uva; pero,
tuvieron poco éxito porque todavía tenían ligazón con la producción tradicional en los
niveles ecológicos superiores. Es decir, el trabajo se les multiplicó al mantener la producción
en dos niveles ecológicos, de esa manera no pudieron atender adecuadamente la producción
de uno ni del otro, la disyuntiva estaba entre los cultivos perennes del Valle o los cultivos
anuales de Cabecera de Valle y de las aynoqas. En el proceso de transición productivo, pocos
han logrado superar los obstáculos productivos y sociales y muchos fracasaron, a lo cual se
sumó que el auge de cultivos perennes duró poco tiempo. Del auge pasaron a un tiempo de
crisis en los cultivos perennes, lo que obligó a volver a optar por la producción de los cultivos
anuales y perennes. Todo este proceso de transformación está directamente vinculado al
acceso de tierra y al agua.
A nivel de la organización sindical también se generaron algunas transformaciones como la
democratización en el sindicato agrario; esto tiene que ver con el hecho de que la élite

1 Jach’a sata ch’uqi, siembra grande de papa a secano en las aynoqas, en los meses de septiembre a diciembre, pero
la siembra ideal es en los meses de septiembre a octubre. Milli ch’uqi, cultivo de papa bajo riego, o cultivos
adelantados al cultivo de papa a secano entre los meses de marzo a agosto.
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comunal tradicional fue anulada y borrada por el grupo emergente de sobrantes, hasta ese
momento la élite comunal estaba conformada por el grupo de los sayañeros con plenos
derechos en el sindicato. La organización del riego a cargo del sindicato agrario llegó a su
número máximo de usuarios en la Cabecera de Valle, haciendo casi imposible el ingreso de
nuevos afiliados para la provisión de riego. Con el cierre de la lista de la asociación de
regantes se desató la migración de las unidades domésticas que no lograron inscribirse como
usuarios del riego. Al no poder ingresar al sistema de riego, ya no era factible la reproducción
en la comunidad para las nuevas unidades domésticas, de ahí que solo fue posible que uno a
dos hermanos pudieran arreglar y conseguir derecho al riego en los terrenos de sus
progenitores, los demás hijos (o hermanos) quedaron excluidos y estaban presionados a
buscarse la vida en otros ambientes, ya sea en la ciudad de La Paz o en otras ciudades del
interior, en los Yungas y, en otros casos, migrar al exterior del país.

En este trabajo se ha propuesto investigar las transformaciones a nivel social que se han
originado a partir del tránsito de los cultivos comerciales para el mercado de algo simple
como de la papa a frutas (uva, durazno), a otro proceso más complejo: papa, arveja y tomate
y durazno, así como las transformaciones en el riego y en la organización sindical.

BALANCE BIBLIOGRÁFICO
Economía Campesina
Al revisar la literatura nos encontramos que la economía campesina se encuentra
desarrollándose con las herramientas manuales, policultivo y en pequeñas cantidades, en
relación a esto algunos autores sostienen que la “...economía campesina [se refiere] a una
unidad de producción (...) que cuenta con escasos recursos de tierra y capital (...) que
desarrolla una actividad mercantil y que se mantiene en nivel de reproducción simple”
(Bengoa, 1984:37).

Por otro lado, “La noción de economía campesina debe contemplar para ayudar a
comprender el funcionamiento del trabajo agrícola familiar, elementos que den cuenta de su
propia dinámica, de su historia, y de manera como se van dando sus tendencias de
transformaciones, así como de sus vinculaciones especificas e historia con la sociedad
mayor” (Plaza, 1987:21). Por lo que la economía campesina tendría su propia dinámica y sus
propias tendencias, aunque Plaza no especifica cuáles son esas tendencias o serán los
procesos de transición de cultivos anuales a perennes, la vinculación de la economía
campesina con la sociedad mayor (economía capitalista y moderna), la venta de productos en
pequeña escala y, al mismo tiempo, la compra de productos industriales como agroquímicos
y otros.

Cuando Mossbrucker comenta en cuanto a la economía de mercado y la economía de


subsistencia, afirma que: “los campesinos se guían por una única racionalidad: la óptima
disposición de sus recursos, según las posibilidades que se encuentran a su alcance. Como
ambas esferas se encuentran sujetas a articulación especifica según sus recursos, surge
entonces una dinámica propia del sistema económico...” (Mossbrucker, 1990:36). En esa
misma línea va Urioste cuando dice que: “Los campesinos están ahora obligados por sus
necesidades a participar en dos tipos de economía por un lado, un parcial autoabastecimiento
alimenticio, y por otro, una economía de mercado...” (Urioste, 1986:17). Los campesinos que
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no están en condiciones de producir para el mercado, solo puede producir para autoconsumo
y un poco de excedente para su comercialización. Pero no hace mención sobre aquellos
campesinos que producen para el mercado los cultivos perennes, este tipo de producción es
casi netamente para el mercado como son productos perecederos sí o sí tienen que ser
vendidos al momento.

Cotlear dice que para lograr mayor producción existen varios factores que se deben tomar en
cuenta. “La intensificación del uso de la tierra y de la producción agrícola se puede lograr ya
sea con el uso de las tecnologías tradicionales intensivas en mano de obra, o con, la
integración de tecnología moderna. La vía tradicional de intensificación conduce a una
situación de mayor productividad de la tierra, pero también de menor productividad de la
mano de obra que aquella obtenida con una baja intensidad del cultivo. Si no existen
alternativas tales como la migración hacia empleos bien pagados en la ciudad entonces,
finalmente, el cultivo se intensificara usando los métodos tradicionales” (Cotlear, 1989,79-
80).

El mercado empuja a los agricultores a producir para la venta. A decir de Blanes “el mercado
ha ido introduciendo nuevas necesidades, nuevos productos los que presionan sobre el
agricultor a orientar su producción al mercado a prescindir muchos de ellos en su consumo
familiar...” (Blanes, 1983:41). El campesino tradicional encauzó su producción al mercado
interno, es decir, la tesis es que “el mercado ha reorientado la lógica campesina, hacia una
lógica de especialización mercantil” (Bernal, 1991:192). El productor, dependiendo de la
demanda, puede meditar y decidir “qué producir, cuánto producir, cómo producir y para
quién producir”. Así muchos productores en los que predomina la auto subsistencia se
transforman de productores tradicionales a productores para el mercado (ver Blanes,
1983:42-48). Esto puede conducir paulatinamente a que ese productor tradicional se vincule
cada vez más al mercado. Esto no quiere decir que el campesino deje de ser campesino si
utiliza permanentemente insumos importados, maquinaria, etc.

Algunos autores se concentran en señalar que la economía campesina es una economía de


manutención, debido a ello, la economía campesina se reduce mucho más si no tiene
posibilidades de comercializar su producto y cada vez que se reduce el tamaño de su tierra.
Zoomers señala que: “Las bases de subsistencia de la economía campesina se han reducido
paulatinamente debido, aparte de las escasas posibilidades de comercialización de sus
productos, al crecimiento de la población, a la fragmentación de las tierras, al agotamiento de
los suelos y a la intensa erosión que afecta la zona” (Zoomers, 1998:2). En esto Zoomers no
se equivoca cuando dice que el cultivo que proporciona ingresos significativos a las familias,
exige “mayor relacionamiento con el mercado” (Zoomers, 1998:115).

En la década de 1980, Bolivia fue inundada por la producción de papa desde el exterior. Al
respecto Morales sostiene que: “las brechas cambiarias crean una situación de competencia
desleal para la producción boliviana. Bolivia se ha visto inundada de productos
agropecuarios, que anteriormente eran producidos en el país. Si este fenómeno fuese
permanente, la solución racional seria buscar otros cultivos” (Morales, 1989:26). El
productor campesino trata siempre de conservar cierta cantidad de productos para su propio
consumo. A decir de Gonzáles de Olarte (1984) los comuneros no son tan afectados cuando
hay crisis económica general como ocurrió en el período de hiperinflación que caracterizó al
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gobierno de la UDP en Bolivia, por tener solo una participación parcial en el mercado. Pero,
tampoco se ocupan de producir sólo para la familia, algunos también pueden producir incluso
para acumular.

El contexto político-económico del país durante la década de 1980 afectó a los precios del
mercado y al comportamiento de los productores agrícolas. La producción de la papa se
redujo, Cotlear sostiene que: “...la producción campesina más importante para el mercado
interno que es la papa ha caído fuertemente en los últimos tres años, tanto en relación a la
producción del año 1985 como a la producción de 1982-1985...” (Cotlear, 1989:22). De ahí
Zoomers destaca que “...los campesinos han tenido que racionalizar, en unos casos
cambiando los cultivos tradicionales por otros nuevos (...). El crecimiento de los mercados y
los cambios de hábito de consumo en las ciudades, requieren de variados productos no-
tradicionales en volúmenes importantes... (Zoomers, 1998:99). De esta manera los
productores agrícolas han tenido que producir más para el mercado y, al mismo tiempo, al
entrar al mercado los mismos campesinos han cambiado sus hábitos de consumo, han
empezado a consumir productos industrializados como el fideo, el aceite, detergentes,
agroquímico, etc. El argumento de Patzi en ese sentido es que: “...el comunero no es un ente
aislado, sino que por intermedio del mercado está incorporado a la sociedad capitalista”
(Patzi, 1996:41). La economía del pequeño productor está insertada en el mercado capitalista
mediante la venta productos agropecuarios y al mismo tiempo el consumo de productos
industriales, pero es en el mercado y no en la producción donde el comunero se incorpora a la
economía capitalista.

El cambio de un grupo de agricultores de una producción tradicional hacia una producción


netamente para el mercado, según algunos autores, implicaría el abandono incluso de las
técnicas de producción tradicional de una manera progresiva, por ejemplo en la utilización de
arado egipcio y uso de guano. Urioste señala que: “El tránsito de la actividad económica
tradicional a la lucrativa se efectúa progresivamente a medida que se van desarrollando las
actividades mercantiles monetarias. De ese modo, los medios ineficaces a la producción son
abandonados independientemente de las tradiciones y se eligen otros a base de un cálculo en
relación con el ingreso de dinero que se piensa obtener, o de la compensación que puede
significar el reemplazar un recurso escaso (tierra), por otro (capital). Al abandonarse técnicas
y prácticas tales como: trueque, descanso de la tierra, uso de abono natural o guano, arado
egipcio, se adopta otras, como ser: semilla mejorada, fertilizantes, insecticidas, arado
mecánico” (Urioste, 1986:11). Sin embargo, en lugares donde hay policultivo y donde la
geografía es accidentada que dificulta la incorporación de tractores en la producción, no es
tanto así, es decir, el tránsito no es necesariamente tan progresivo e irreversible, pudiendo
presentar idas y venidas según las posibilidades de producción y los cambios en el mercado.
En cuanto a las comunidades tradicionales, Urioste señala: “la actividad económica y por
tanto sus fines, están dados por la costumbre, moral, religión, etc. Los fines económicos son
determinados por la tradición, aunque pueden existir circunstancias en que un fenómeno
(interno o externo) irrumpe transformando las modalidades productivas y las relaciones
sociales” (Urioste, 1975:8). Siguiendo el comentario de Urioste, “las economías
tradicionales se fundamentan en una visión cotidiana, las decisiones que se toman es mirando
hacia atrás, viendo las experiencias productivas; es fuerte la idea de mantenerse en lo
tradicional como uno de sus principios básicos”. De ahí, los comunarios tratan de mantener la
producción tradicional como la papa y otros. En las economías tradicionales “los fines de la
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actividad económica son paralelos y yuxtapuestos, la economía doméstica y la actividad
lucrativa se confunde. La economía campesina del altiplano parece conservar aun elementos
característicos de las sociedades tradicionales” (Urioste, 1975:9).

Por otro lado, en la economía de mercado “la actividad económica de los hombres puede
diferenciarse según sus finalidades: la actividad para el lucro y la actividad de la economía
doméstica; la primera tiene como fin inmediato la obtención de un ingreso en dinero; la
segunda, la satisfacción de las necesidades que sólo se consigue si se ha obtenido el ingreso
monetario. En una sociedad moderna el ingreso en dinero constituye una “necesidad
económica” independientemente de las tradiciones culturales de una sociedad; ello crea
condiciones totalmente nuevas para la actividad económica” (Urioste, 1975:9).

En las comunidades en transición, encontramos a los productores con dos racionalidades


económicas una tradicional y la otra del mercado. Urioste apunta que “En una economía en
transición, la obtención de un ingreso en dinero no reviste aun el carácter exclusivo de
necesidad económica, ya que el campesino satisface múltiples necesidades básicas sin
recurrir a la actividad lucrativa” (Urioste, 1975:11). Los campesinos también ven en el
mercado que los precios de los productos agrícolas suben poco, mientras el valor adquisitivo
de los insumos industriales cada año se dispara, esto explicaría el motivo por el cual los
comunarios tratan de mantener la producción secundaria para el auto consumo. En la
“economía de transición, un campesino puede renunciar a un beneficio máximo en dinero,
prefiriendo consumir una parte de los productos de su propia economía de subsistencia”
(Urioste, 1975:10). El pequeño productor tratará de gastar lo menos posible de sus recursos
monetarios en la compra de productos industriales a fin de cubrir las necesidades básicas de
agroquímicos y otros.

La adopción de la tecnología de la Revolución Verde en el occidente boliviano tuvo sus


dificultades, según Urioste: “La adopción de tecnología en una economía en transición es un
fenómeno complejo, con motivaciones diferentes y hasta contradictorias, que explican una
misma conducta observada” (Urioste, 1975:16). La contradicción radicaría en que las
semillas mejoradas que fueron distribuidas a los pequeños productores, resultaron ser muy
frágiles y poco resistentes frente a insectos y hongos, requiriendo una gran variedad de
agroquímicos para combatirlos lo que significa un costo adicional, además, la semilla de
papa se debía cambiar cada 3 años lo que no pasaba con las semillas tradicionales como la
sani, el campesino manejaba la semilla varios años hasta décadas, la misma producción podía
disponerse para la siguiente siembra; la revolución verde, en cambio, trajo mayor consumo
de semilla y de agroquímicos del mercado.
Gresluo y Bertrand tratan sobre el tema de los cambios en el sistema productivo agropecuario
en las comunidades de San Juan y Huascoy, ubicadas en el Valle de Chancay del Perú. Según
estos autores, la transición productiva es “...un sistema “mixto” (o de transición) en el cual
siguen vigentes procesos “tradicionales” de producción (pan llevar- ganadería) yuxtapuestos
con una producción “moderna” (fruticultura)” (Gresluo y Bertrand, 1986:77). El proceso de
transición productiva de los cultivos anuales a los cultivos perennes, en cierta medida, es una
combinación entre los cultivos anuales y perennes. Siguiendo el argumento de estos autores:
“...el comunero no se siente todavía tan competente fruticultor como para dejar las demás
producciones, es decir que el comunero mantiene el objetivo, típico de los productores
andinos, de menor 'riesgo'. Por prudencia y seguridad, el comunero no se lanza todavía, con
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gran velocidad, en el camino de la especialización y sigue asignado a su unidad de
producción una función de producción de bienes de autoconsumo y autoabastecimiento”
(Gresluo y Bertrand, 1986:81). El pequeño productor no puede llegar a ser mono productor,
si llegara a ese nivel estaría condenado a comprar del mercado aun hasta los productos
tradicionales. Como no funciona de esa manera, asegura su alimentación de su propia
producción.

Frías estudia el cultivo de durazno en Calcha, Potosí, y sobre los motivos de transición
productiva de cultivos anuales a perennes, señala: “Se abren nuevos mercados para diversos
productos, entre ellos la fruta” (Frías, 2002:138). El mercado demanda productos como las
frutas, de ahí los campesinos dejan poco a poco los cultivos tradicionales y, gradualmente,
empiezan a plantar duraznos. “Estos cambios no significan una ruptura violenta con las
antiguas prácticas económicas en torno al manejo del ají, sino más bien es un proceso gradual
de reconversión” (Frías, 2002:138). Pero no toma en cuenta las dificultades que se presenta
en la producción de frutales, de alguna manera sólo menciona como arañuela y chhaca, pero
no destaca su influencia en producción de durazno.

Continuando su argumento de la producción de durazno, Frías dice que: “en Calcha están en
proceso de modernización de su economía, hubo transición productiva de tradicionales (maíz
y ají) hacia cultivo de durazno, se convirtió en el principal producto para el mercado, durazno
fresco y deshidratado, para llegar a este nivel jugó un papel preponderante la influencia de la
conversión a evangélicos” (Frías, 2002). Además, los procesos de transición de productos
tradicionales (maíz y otros) a durazno, contiene una lectura general desde los agricultores de
los valles, de los productos anuales hacia las frutas. Resulta algo obvio que en las últimas dos
décadas, en los valles de La Paz, se están produciendo procesos de transición; antes no eran
productores de frutas y ahora, poco a poco, han ido incursionando en la producción de
durazno en la provincia Loayza: en el Valle Unido del municipio de Malla, en el valle de
Araca del municipio de Cairoma, así como en los valles de las provincias Inquisivi, Murillo,
Larecaja, Muñecas, Camacho y hasta en Bautista Saavedra. Pero, Frías no toma en cuenta
que, aunque al parecer en Calcha fue exitosa la transición productiva, sin embargo existen
continuidades y rupturas en la transición de cultivos anuales a perennes.
Precios y Alternativas de Producción
Las estrategias campesinas en las comunidades del norte de Chuquisaca y del norte de Potosí
son definidas por Annelies Zoomers como: “El modo en que las familias responden frente a
oportunidades y limitaciones, organizando sus recursos disponibles en base a prioridades
determinadas de ante mano y frente a oportunidades y/o limitaciones creadas por el contexto
externo (situación agro ecológica, acceso al mercado, infraestructura y grado de
organización) y a la disponibilidad de recursos a nivel familiar (fuerza de trabajo, tierra,
agua, ganado y capital), lo que resulta en una cierta combinación y secuencia de prácticas
interrelacionadas” (Zoomers, 1998:15). La historia reciente de la economía campesina, nos
muestra las estrategias que las UD han asumido frente a los problemas que tuvieron que
enfrentar como el precio estancado de los productos tradicionales, lo que les llevó a elegir
una producción alternativa. Cuando en los mercados urbanos se presentó una demanda
ascendente por los productos perennes, a un precio conveniente y que dejaba ganancias
aceptables, entonces los campesinos de las comunidades tuvieron una oportunidad para
mejorar sus ganancias y una alternativa para sus cultivos tradicionales.

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En Nor y Sud Cinti del departamento de Chuquisaca, se realizó un estudio sobre cultivos
perennes y cultivos anuales. De los cultivos anuales Mojica señala: “Los cultivos anuales que
se realizan en la región son de baja rentabilidad económica y están destinados,
preponderantemente, a la reproducción de la unidad doméstica familiar y un escaso
porcentaje destinado al mercado, debido al intercambio desigual entre los productores del
campo y la ciudad. Donde los campesinos se incorporan al mercado vía la venta de sus
productos, estos subvencionan a las ciudades, debido a que los precios de sus productos no
expresan los costos de producción” (Mojica, 1986:24) Los productos anuales son poco
rentables debido, entre otros, al rudimentario sistema de caminos carreteros que dificultan la
accesibilidad del transporte hasta el centro productor; por otro lado, la actitud de los
intermediarios, que resulta otra vía de apropiación del excedente del trabajo agrícola por
terceros.

En cuanto a la economía campesina y minera en el Cantón Araca - Cairoma, Carmen Sánchez


comenta sobre la comercialización de los productos agrícolas en la feria semanal de la mina
Viloco, donde el precio de los productos es menor en relación al precio que se da en los
mercados de La Paz, la “relación de intercambio mercantil que establece el campesino de la
zona se observa que sus productos agrícolas presentan precios menores en la feria de Viloco
que en el mercado de La Paz y los fijados a nivel nacional” (Sánchez, 1982:84). Los
agricultores en la feria de Viloco comercializaban sus productos agrícolas a bajos precios; la
cotización de los productos agrícolas se establecía sumando los gastos que implicaba su
comercialización, la sumatoria se compondría de la siguiente manera: el pasaje del
transporte, el tiempo de viaje y el costo de comercialización en ciudad de La Paz.

Sánchez sigue comentando sobre comercialización de los productos agrícolas: “el campesino
en las relaciones de intercambio mercantil, por las mismas condiciones de producción, actúa
individualmente y como ya hemos hecho referencia no tiene control sobre la fijación de
precios, lo que indudablemente lo lleva a un campo de relaciones desfavorables para él. Así,
en 1972 y 1973, el costo de vida a nivel nacional aumentó a un 120% pero el precio de la papa
permaneció inalterable; en 1974 el costo de vida subió en un 220% y el precio de este cultivo,
predominante en la zona, solo incrementó en un 130%” (Sánchez, 1982:84-85). Por otro
lado, los “productos industriales y agrícolas procedentes de otras zonas que son de mayor
consumo para el campesino presentan precios mayores que los establecidos a nivel nacional
y en los mercados de La Paz” (Sánchez, 1982:84). Los insumos agroquímicos como la urea y
los insecticidas suben de precios cada año así como suben de precios de las semillas
mejoradas traídas de otras regiones, también suben los precios de los productos industriales
comestibles.

Mojica hace referencia a la influencia del mercado en la incorporación de tecnología


moderna a los cultivos perennes de Cinti: “...el desarrollo del capitalismo en la agricultura en
la región cinteña, tiende a generar una producción agrícola de cultivos de un rendimiento
mercantil bajo las influencias de las relaciones de mercado, cuyos márgenes se ensanchan
debido particularmente al crecimiento de la demanda regional y/o nacional” (Mojica,
1986:25). En los últimos años, el precio de algunos cultivos perennes empezó a estancarse
por la competencia que se produjo en los mercados de La Paz, El Alto, Cochabamba, Oruro y
otros. En sí, los pequeños productores se enfrentan solos al mercado, los precios de los
productos lo ponen los intermediarios y las amas de casa; es decir están sujetos a la demanda
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de los consumidores.

Cultivos Perennes
Los estudios sobre cultivos perennes en los valles de Bolivia son escasos en nuestro medio,
uno de los estudios más relevantes para nuestra investigación es el de Roxana Mojica, su tesis
de licenciatura en Sociología, titulada “Diferenciación campesina en la tierra del vino y sol”
de los valles de Nor y Sud Cinti del departamento de Chuquisaca. La autora señala sobre
cultivos de uva y otros: “los cultivos perennes se caracterizan por tener un tiempo de
crecimiento que alcanza los 4 a 5 años que es cuando entran en etapa productiva, con un
tiempo de vida que oscila entre los 10 y 15 años” (Mojica, 1986:28). Nuestro desacuerdo al
respecto es con el tiempo de vida útil de los cultivos perenes. En el caso de la época de oro de
la vid en valle de Luribay, antes de la aparición de la filoxera, la vid tenía un ciclo de vida de
40 años o más, de la misma manera el durazno, antiguamente, alcanzaba un ciclo de vida de
50 años o más.

Asimismo, también tienen que ver otros factores. El proceso de producción de cultivos
perennes es bastante complejo, la autora señala: “debido a que por sus características
peculiares, realizándose en determinados condiciones como ser; la presencia de un vivero
que tengan las siguientes condiciones: calidad de tierra, abundante agua, temperatura
adecuada e intensos cuidados. Por las cualidades a que se hace referencia para la
reproducción, no todos los productores cuentan con viveros, teniendo que adquirir las
plántulas de los campesinos ricos” (Mojica, 1986:28). En los últimos años, en nuestra zona
de estudio, cada unidad doméstica ha empezado a realizar el almacigado de plantas perennes,
en este proceso no hemos notado la interferencia de la diferenciación social campesina para
generar los plantines e intercambiarlos entre ellos. Aunque en los últimos años algunos han
empezado llevar las plantas a las ferias de plantas en las ciudades de La Paz y de El Alto,
especialmente plantines de durazno en pequeñas macetas.
La Importancia de la Unidad Doméstica
En la cuestión referida a las unidades domésticas (UD) campesinas debemos ver a éstas como
unidades productivas en la que se combina economía, género y parentesco. El presente
estudio se vincula a la tipología realizada para el estudio referente a la economía campesina
cocalera en las regiones de los Yungas y del Chapare realizadas por Spedding (2005), en la
misma se sugieren los siguientes tipos de unidades domésticas:
1. Unidad Doméstica Establecida (UDE); familias nucleares con hijos
aproximadamente mayor de 8 años de edad, casi aptos para realizar algunas
actividades solas.
2. Unidades Domésticas Maduras (UDM); son familias nucleares o extensas con mano
de obra de casi todas las edades.
3. Unidades Domésticas Decadentes (UDD); son la pareja adulta o viudos o viudas con
algún hijo/a o algún nieto/a.

División de trabajo por género y por edad


Al revisar los estudios nos encontramos que algunos autores sostienen que la “economía
campesina [se refiere] a una unidad de producción basada en el trabajo familiar, (...) que
raramente contrata mano de obra asalariado” (Bengoa, 1984:37). La economía familiar se
11
reproduce en base al trabajo de todos los miembros de diferentes edades que componen la
unidad doméstica. Otros, como Spedding y Llanos, en su estudio sobre la producción de coca
en los Yungas de Chulumani, indican que “el hombre planta (cava la tierra y hace los wachu)
mientras la mujer cosecha. Los hijos de ambos sexos también participan en la cosecha; los
varones van dejando esta actividad cuando contraen matrimonio mientras las mujeres siguen
con ella hasta la tercera edad” (Spedding y Llanos, 1999:131). La “división del trabajo por
género es relativamente flexible y solo se expresa (...) plenamente después del matrimonio.
Es más: su expresión plena se da solo dentro de una unidad doméstica completa, es decir, una
que incluye personas de ambos géneros y todas las edades, con una pareja adulta
hombre-mujer como polo centralizador” (Spedding y Llanos, 1999:125).

La organización de trabajo es exigente para atender policultivos en diferentes niveles


ecológicos, esta exigencia se incrementa cuando las UD no solo producen para el
autoconsumo sino también para el mercado. Golte se refiere a ello de la siguiente manera:
“con la producción mercantil surgía una nueva lógica para la organización del trabajo
campesino y su utilización en el tiempo y al naturaleza diversificada” (Golte, 2001:72). La
introducción de cultivos perennes y hortalizas ha reestructurado la organización de mano de
obra tradicional en la zona estudiada por este trabajo, los nuevos cultivos requieren mayor
dedicación de mano de obra en relación a la papa y al maíz.

La expansión o diversificación de cultivos también demanda un incremento de agua para el


riego, Zoomers dice que la incorporación de riego genera mayor ocupación de mano de obra:
“tiene un efecto importante sobre el empleo de fuerza de trabajo pues requiere de ella todo el
año, rompiendo la estacionalidad característica de la agricultura a secano”. (Zoomers,
1998:104-105). Por otro lado, los cambios en el sistema productivo local pueden depender, a
su vez, de varios factores. Llanos señala que: “a falta de mano de obra abandonan algunos
cultivos locales. Debido a la migración ya no es posible mantener la práctica de doble
domicilio entre dos zonas de producción puna y cabecera de valle” (Llanos, 1999:264).

Debido a la expansión de los cultivos, se recurre a la optimización de mano de obra para


mantener cultivos multicíclicos: “el óptimo de la utilización de la fuerza de trabajo
campesino se alcanza con el manejo paralelo de varios ciclos agropecuarios en diversos pisos
altitudinales, distantes entre sí” (Golte, 2001:61). Para ello se requiere que: “las unidades
domésticas fueran suficientemente grandes para controlar varios ciclos a la vez” (Golte,
2001:63).

Spedding niega la frontera entre el trabajo de labores de casa y la producción agrícola, es


decir, entre producción y reproducción. Ella afirma: “Existen suficientes razones en el campo
para considerar al trabajo doméstico como componente integral del proceso productivo y no
como un trabajo “no productivo (...) a pesar del menor valor mercantil del trabajo femenino
dentro o fuera de la casa (las ideas de que las labores de casa son casi un “pasatiempo”, que la
mujer es “mantenida” por el varón y que el hombre es el único miembro auténticamente
productivo de la unidad doméstica, son ideas que prevalecen en la sociedad capitalista).
Hemos comentado, además, que a un hombre solo le resulta mucho más difícil establecer una
unidad productiva campesina viable que a una mujer sola.” (Spedding, 2005:358). Hay un
desvalorización a la fuerza de trabajo de la mujer en los Yungas: “Se dice que “jornal de
mujer” es la mitad de “jornal de hombre”” (Spedding y Llanos, 1999:126). Es similar en

12
K’ara, la desvalorización del jornal de la mujer, en muchas actividades agrícolas en paga casi
la mitad del jornal del varón.

Formas de Contratación de Mano de obra


En las comunidades andinas existían dos formas de solucionar los problemas de falta de
mano de obra intrafamiliar: “formas de intercambio y transferencia de mano de obra. En los
Andes hay dos formas principales: el ayni, o intercambio de trabajo, y la mink’a o minga,
intercambio de trabajo por productos y/o dinero” (Spedding y Llanos, 1999:151).

La organización de mano de obra no solo se diferencia por género y generación, sino también
según sean las unidades domésticas pobres, media o ricas. Al respecto Spedding y Llanos
sostienen que: “Una unidad rica casi siempre tiene al menos una persona extradoméstica
como mink’a (incluyendo aquí a utawawa2) para ellos; una unidad pobre casi siempre tiene
por lo menos un miembro trabajando bajo esta modalidad para otros. Las unidades medias
pueden 'mingar' gente o ir como mingas ellos mismos; pero no muestran un sesgo sistemático
para una u otra alternativa. Las unidades medias y ricas recurren habitualmente al ayni
mientras las unidades pobres casi no hacen ayni porque no requieren trabajadores extras en
sus terrenos reducidos, o sus recursos de mano de obra son demasiado reducidos para
devolver los ayni (o trabajan para ellos mismos o se van como mingas: caso de familias
desnudadas en su mayoría)” (Spedding y Llanos 1999:157). Este hecho podemos empalmar
con el caso de Huaquirca en Perú, según Gose comenta: “hay comuneros que poseen terrenos
apenas suficientes como para establecer su propia unidad doméstica, y por tanto tienen que
trabajar en mink’a (es decir, por la comida y bebida del día) para los vecinos para conseguir
que su propia producción abastezca. Este grupo se compone mayormente de viudos y recién
casados” (Gose, 2001:46).

La yanapa es otra de las formas de captación de mano de obra extra unidad doméstica, los
que poseen tierras grandes como las unidades domésticas decadentes, ceden tierras a los
familiares jóvenes o alguien que no tiene suficiente tierra, los que reciben tierra están
obligados ir como jornaleros sin remuneración directa más por la renta de la tierra, para
algunas actividades como siembra de papa, chonteo de huertas y otros que generalmente
requiere mayor mano de obra, obligados hacer yanapa a los verdaderos dueños de las
parcelas. Y la última forma de captar mano de obra extra unidad doméstica, es la faena que
son trabajos de 1 a 3 horas, a tempranas horas de la mañana de 6:00 a 9:00am, puede ayudar
a cualquier trabajo agrícola, principalmente familiares y no familiares a veces practican
faena.

Las cosechas de coca “genera una demanda de mano de obra que es elevada, permanente y
abierta a cualquier persona que quiera incorporarse. Todas las otras ofertas de trabajo
asalariado tienen que competir con el polo de atracción del k’ichiri y los sueldos ofrecidos
son evaluados en comparación con el jornal prevaleciente en la cosecha. Las k’ichiris no
tienen ninguna organización formal que establezca el nivel de sus pagos, horarios o “extras”
(como transporte al lugar de trabajo). Sin embargo, este es trabajo más socializado de la

2 Utawawa según Spedding (2005), “El o la utawawa es un (a) campesino (a) sin tierras (o que no tiene tierras en el
lugar donde se encuentra) que vive en la casa de una UD campesina (su utani) y trabaja para ellos”.
13
región -habitualmente se realiza entre varias personas que trabajan juntas pero con diferentes
acompañantes cada día, por tanto, se comunican constantemente sobre cuanto se paga en uno
u otro lugar, y hay un mercado de k ’ichiris cada vez más integrado en todo el municipio-.
Además, la mayoría son productores de coca y están al tanto del precio de la hoja. El
resultado es sindicalismo sin sindicato, donde todas las k’ichris insisten en recibir el jornal
establecido del momento, a la vez el jornal está vinculado con el precio de la coca, mediado
por la productividad determinada por las técnicas y las formas de organización de trabajo”
(Spedding, 2013:111). Como se aprecia hay un alto nivel de socialización del trabajo en
Chulumani Yungas, la cosecha de coca jala entre 14 a 18 personas, esto también está
relacionado con el precio de la coca. Mientras, en K’ara hay bajo nivel de socialización de
trabajo, no hay un producto como la coca que tiene poca competencia en el mercado, que
genera ingresos monetarios, con las ganancias se financia los jornales. Pero en K’ara la
mayoría de los cultivos agrícolas tienen mucha competencia, sus ganancias son mínimas de
la venta de productos agrícolas, de ahí las unidades domésticas no pueden financiar a los
jornaleros, por eso no son tan atractivos las remuneraciones para los jornaleros. Por ello es
muy apetecido ser empleado de la alcaldía municipal de Cairoma o Luribay, los jornales de
los cultivos agrícolas están por muy debajo de los sueldos de los funcionarios sub alternos de
la alcaldía.

Función del Sindicato Agrario


Algunos autores como Spedding y Llanos, que hicieron estudios en Chari (Provincia Bautista
Saavedra) y Chulumani (Sud Yungas), señalan que en ambos casos se obliga a afiliarse a los
comunarios que acceden a la tierra: “cualquier persona que posee algún terreno en la
comunidad debe cumplir con algunos de estos deberes sindicales” (Spedding y Llanos,
1999:53). Las obligaciones con el sindicato agrario son: cuotas sindicales, multas por no
asistir a las reuniones y asumir los cargos sindicales. Sobre la adjudicación legítima de las
tierras se “exige la afiliación sindical para asumir la posesión legitima de la tierra. La
'posesión legitima' quiere decir legitima desde el punto de vista de la comunidad que además
puede ser amparadas en documentos legales pero no necesariamente” (Spedding y Llanos,
1999:103). Pero no creo que sea aplicable en todas las regiones, en cada región y comunidad
la organización sindical tiene sus propias particularidades.

Por ejemplo en Chari, la organización comunal interviene directamente en el sistema


productivo al fijar el inicio del ciclo productivo en la qapana3, señalar el inicio de la cosecha,
proteger los cultivos anuales del ganado: “en Chari el involucramiento de los dirigentes en la
producción es directo (...) los dirigentes nombran un Agente Zonal y su comisario (uno de los
cargos iniciales para jóvenes) para cada una de las tres zonas. Formalmente entregan las
cementeras de cada zona, reuniéndose en las mismas chacras que estarán bajo su cuidado
durante la gestión, con el acostumbrado consumo de coca, cigarro y bebidas alcohólicas”
(Spedding y Llanos, 1999:103). La intervención de la organización sindical puede ser en
cultivos temporales a secano, mientras en los valles como son policultivos están produciendo
el año redondo entre cultivos perennes y anuales.

3 Qapana, rotación de cultivos individuales pero sujetos a ritmos comunales de rotación y descanso en provincia
Bautista Saavedra (Schulte, 1996) y (Spedding & Llanos, 1999), la qapana es sinónimo a la aynoqa en el altiplano
central de La Paz (Carter & Mamani, 1989).
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Sobre las autoridades comunales contemporáneas el estudio que Máximo Quisbert hace de
las comunidades aymaras en las provincias Ingavi y Omasuyos, refiere al sistema de rotación
de cargos de la autoridad comunal: “los cargos de autoridad se asumen por el sistema de
rotación, lo cual constituye una norma socialmente aceptados por todos los comunarios”
(Quisbert, 2006:28). Si la asunción de cargos sindicales está definida ordenadamente por
parte de los afiliados al sindicato agrario, esto puede funcionar a cabalidad, pero siempre y
cuando no haya divergencias entre los afiliados dentro de la organización; cuando algunos
afiliados no acatan las normas sociales, las mismas pueden ser permeables y caen solo en el
discurso político.

A decir de Quisbert, “El sujeto social de la comunidad tiene la obligación moral de asumir el
cargo de autoridad política al servicio de la comunidad; esto significa ocuparse
exclusivamente del bienestar de la comunidad y de mantener el orden interno” (Quisbert,
2006:28). Casi la mayoría de los afiliados al sindicato agrario suelen tratar de evadir los
cargos debido a que representa, según lo que afirman, una pérdida de tiempo y de recursos
monetarios. De ahí que en K’ara los afiliados al sindicato no se brindan fácilmente para
asumir cargos sindicales. Los dirigentes sindicales casi no aplican la autoridad debido a la
existencia de facciones entre los afiliados y entre familias. Es decir, algunos afiliados tienen
afinidad para unirse para dar línea en las opiniones de la comunidad. También, existe algunas
familias que se unen para imponerse sus propios nociones, retando a la mayoría, algunas
veces desbaratan algunas decisiones conjuntas, en muchos casos hacen estancar las
decisiones conjuntas no dejan avanzar.
Los estudios de Carter y Mamani (1989) así como en el de Spedding y Llanos (1999), señalan
que los jóvenes empiezan asumir cargos desde los más inferiores para llegar a ser jilaqata
autoridad máxima de las comunidades originarias. “Toda la gente que tiene terrenos en la
comunidad, sea pequeño o grande, asume el cargo de autoridad política” (Quisbert, 2006:28).
Entonces hay una presión sobre los afiliados al sindicato agrario en relación al acceso y
tenencia de la tierra: “Cuando cumple con esas obligaciones sociales, se convierte en sujeto
de derecho político y social, con acceso legítimo a la explotación de los recursos de la tierra”
(Quisbert, 2006:28). En K’ara hay una lista única que rigen en la organización sindical, de
ahí designan los cargos sindicales. La mayoría de los jóvenes reemplaza a los cupos de los
padres en la lista del sindicato agrario, si le toco a un joven asumir el cargo mayor como el
secretario general, tienen que asumir el cargo, sin haber hecho cargos menores. Los
diferentes cargos va por rotación si toca algún afiliado cargo de la lista tienen que asumir,
aunque algunos años puede excusarse pero igual tiene que asumir el cargo.

Existe un grupo de comunarios en K’ara que son influyentes en la organización sindical.


Según Spedding (2013) el grupo influyente se denomina elite, “para identificar a la o las
elites, en tanto grupos detentadores de grados de poder e influencia que les permiten imponer
sus decisiones sobre otros grupos, es necesario identificar que atributos otorgan esta
capacidad -atributos que no necesariamente son admirados o prestigiosos, pero si efectivos-;
segundo, que la posición de elite no es estática” (Spedding, 2013:19). En comunidad de
K’ara existe un grupo de comunarios que está a la cabeza, que son influentes en la
organización sindical y se imponen ante la mayoría, este grupo influyente que tienen ingresos
monetarios superiores a la mayoría, los mismos se dedican a la dirigencia.

Las elites no son estáticas, “indicando que están en un constante proceso de reemplazo; pero
15
no ha sido desarrollado hasta conocer que en el fondo ser “elite” no es una posición ni una
categorización social estable” (Spedding, 2013:19). En comunidad K’ara existió circulación
de elite: en la época entre 1953 a 1980, estaba a la cabeza los paperos, después a principios de
la década de 1980 emergió un nuevo grupo de productores de frutas (durazno, uva) en valle
de K’ara, esta elite se consolidó hasta principios de la década de 1990, después de la crisis de
frutas la elite frutera fue desplazado. Después emergió otro grupo de comunarios con cultivos
diversificados: arveja, tomate, papa y durazno, que empezó a emerger a mediados de la
década de 1990, consolidándose a principios de la década de 2000 y sigue vigente hasta año
2012.

Riego
En cuanto al riego, Zoomers comenta que: “El riego es un factor que tiene una gran
importancia para dinamizar cambios en la agricultura, ya que incrementa las posibilidades de
producción y reduce la influencia de limitaciones derivadas de clima...” (Zoomers,
1998:103). De manera general, el riego posibilita la poca dependencia a la lluvia además
influye en el incremento y la intensificación de los cultivos perennes y anuales. Añade
Zoomers que: “La incorporación de mejores condiciones de riego al posibilitar una mayor
dinámica de la agricultura, (...) rompiendo la estacionalidad característica de la agricultura a
secano. Además el riego en muchos casos da mayor uso de insumos agrícolas a partir del
mayor requerimiento de semillas, estiércol, fertilizantes químicos, herbicidas y pesticidas”
(Zoomers, 1998:104-105).

El riego dinamiza la producción agrícola hay mayor posibilidad que experimente otros
cultivos no tradicionales como los perennes en los Valles. Guzmán señala también que para
acceder al riego en algunos casos acuden a medios ilegales: las personas que no llegan
a regar por completo sus parcelas cultivadas recurren a modalidades de acceso. ilegales (robo
de agua)” (Guzmán, 2002:31). El robo en el caso de K’ara, consistiría en el desvió de agua,
en la comunidad todo se ve y todo se sabe en particular sobre los turnos de riego no definidos
en las comunidades.

Por su parte Gerbrandy señala también que: “En los sistemas de riego. no existe propiedad de
agua a un nivel individual o familiar. Si bien individuos o familias pueden reclamar el
aprovechamiento de una parte de agua” (Gerbrandy y otros, 1998:84). Esta refiriéndose a las
vertientes grandes o cuencas que están formadas los sistemas de griego, donde existe una
organización formal o informal de riego. Gerbrandy define como sistema de riego: “La
interacción entre el grupo de usuarios, la fuente de agua, la infraestructura y la zona de
aplicación, forma un sistema, denominado sistema de riego”. (Gerbrandy, l998:39). El
sistema de riego en K’ara, es la organización de usuarios, fuentes de agua vertientes o
cuencas, estanques de agua, canales de riego, parcelas disponibles para cultivo bajo riego.

Gestión comunitaria del agua; distribución de agua, mantenimiento de infraestructura, la


definición de derechos, la organización de usuarios. La organización de la comunidad de
aguas, organización de turnos de riego entre los usuarios, mantener los canales de riego y
estanques, después definir quienes acceden a los turnos, la organización de riego es para
evitar los conflictos entre los usuarios. Cuando el sistema de riego es compartido entre dos
comunidades se necesita ajustar las normas internas, acordado bajo un sistema general con el

16
objetivo de una mejor comprensión social del riego. Es decir, cada comunidad tiene sus
propias peculiaridades de organización de riego, de ahí tienen ajustar sus organizaciones en
relación al recurso de agua compartida.

Otro de los conceptos es el derecho al agua quiere decir, “un reclamo autorizado sobre el
flujo beneficio de una fuente de agua” (Gerbrandy, l998:95). En otro estudio realizado en la
comunidad Tirco (Cairoma, Provincia Loayza), encontramos que los regantes tienen derecho
al riego, sin embargo la distribución de riego está condicionada por superficie de la tierra
(Perales, 2008:117). Los sistemas de riego no siempre son iguales, cada comunidad se
diferencia entre sí en cuanto al derecho de riego. Se consideran varios factores en la
definición de derecho de riego, por ejemplo la cantidad de fuente de agua, número de
usuarios, extensiones de las parcelas y en K’ara se consideran cantidad de fuente de agua, se
diferencian entre las vertientes y cuenca, en las vertientes el agua son limitados, para el riego,
de ahí se aplican mayor rigidez en la organización de riego, como los turnos o mit’as.
Mientras en la cuenca de Atoroma mas o menos es abundante el riego, el limitante son los
canales de riego, por ello los turnos son más flexibles, puede emprender diferentes cultivos
con riego.
HIPÓTESIS
Los cambios productivos agrícolas que afectaron la vida de la comunidad K’ara posterior a la
Reforma Agraria de 1953, han sido determinados básicamente por las opciones económicas
que ha generado la propia Reforma, mediado por las posibilidades ecológicas y
disponibilidad de mano de obra dentro de las unidades domésticas y por la reconfiguración
de la posesión de tierras en la comunidad. Estos cambios productivos agrícolas a veces se
expresan como una etapa de transición productiva. Todo lo cual ha incidido en los cambios
en la forma de vida de las comunidades, donde además de que se ha generado una transición
productiva se han dado transformaciones que han modificado las formas de vida a nivel de la
comunidad y de la región, en cuanto a la identidad, relaciones familiares y comunales,
estructura social (nombres de los poseedores de tierra) o socio-económica, y en la
organización sindical comunitaria.

OBJETIVO GENERAL
A partir de la descripción y del análisis de los cambios en el sistema productivo agrícola, la
tenencia de la tierra, la gestión de riego, las relaciones de parentesco y la organización
sindical de comunidad Kara entender cómo éstas influyeron en los cambios en la forma de
vida de la comunidad y de la región.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS.

> Describir y analizar el proceso productivo de cultivos perennes y anuales.

> Describir y analizar la organización de mano de obra en la producción agrícola.


> Describir y analizar el manejo de tierra en los distintos niveles ecológicos y del riego en los
cambios productivos.

> Describir y analizar la organización sindical, en relación de administración de recursos


naturales y su dinámica interna.
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> Discribir influencia de factores externos en la producción agrícola.

> Describir la construcción de la identidad local.

> Describir y analizar la elite comunal.


> Describir y comprender las relaciones internas de las unidades productivas y los problemas
internos de la comunidad.
ESTRUCTURA METODOLOGICA
El presente trabajo de tesis se ha desarrollado según el método etnográfico, concentrándonos
en lo cualitativo e interpretativo, a fin de abordar a la comunidad de K’ara que se encuentra
en el municipio de Cairoma de la provincia Loayza. Asimismo, se privilegió la técnica de la
observación participante en las interacciones comunales, familiares y personales.

La elección del objeto de estudio fue complicada. Durante un buen tiempo al estar cursando
la materia de Fuentes, busqué algunos temas; a un principio quería trabajar algún tema
urbano como la Federación de Maestros o la Juntas de vecinos. Mi docente, el Lic. David
Llanos, sabía el lugar de mi procedencia, una comunidad de Luribay, luego me sugirió hacer
la descripción de mi comunidad para que aterrice en algún tema. Describí muy escuetamente
algunos aspectos de mi comunidad, la producción agrícola le parecía algo interesante, de ahí
dirigí mi enfoque a la transición productiva. Además que las diferentes comunidades de
Luribay habían pasado por varios procesos económicos e históricos.

Mi nacimiento fue en la comunidad de K’ara, a mis 9 años de edad migre a ciudad de La Paz
por motivo de estudio, desde ese momento radique en ciudad de La Paz y últimamente en
ciudad de El Alto. Mis padres y algunos familiares aún viven en K’ara y, en algunas
temporadas, iba participar de algunas actividades comunales, esto me permitió mantener
contacto con la comunidad hasta hoy.

En líneas generales, con un conocimiento previo del sistema productivo de cultivos perennes
en Luribay y de cultivos anuales en Cairoma, empecé a hacer el trabajo de campo,
primeramente recogiendo información de mi entorno familiar, con lo cual se clarifico el
panorama general. Luego empecé a profundizar sobre el asunto, realizando entrevistas a los
no familiares de la comunidad, siempre iba como visita a mis padres en K’ara. En la primera
etapa para recoger información me concentré en mi comunidad, entonces surgieron algunos
interrogantes como por ejemplo: ¿dónde apareció la filoxera4? De ahí que recorrimos por las
primeras comunidades donde brotó la filoxera y llegamos hasta donde esta peste se había
originado. Todo había empezado en el Pueblo de Luribay en una de las propiedades llamada
“La Unión”, también nos apasionó poner la mirada en la relación del centro a la periferia,
como es el caso de la comunidad de K’ara. El centro de los cambios en la producción agrícola
había sido el Pueblo de Luribay y las comunidades circundantes, entonces el trabajo de
campo se volcó a las comunidades de Rio Luribay y Porvenir, donde recogimos gran
cantidad de información de la microrregión de Luribay.

4Filoxera: son bichos cuyo nombre científico es “viteus vitifoliifitch”, atacan subterráneamente a las raíces de las
viñas, luego debilita y matan a las plantas.
18
Por otro lado, estaban los paperos de Araca, la duda también surgía ¿porque en Araca hacen
producir en grandes cantidades? y ¿porqué no produce lo mismo en K’ara? Específicamente
en la Cabecera de Valle de K’ara donde la tierra y la altura son similares a Araca. De ahí
también nos apasionamos con las comunidades paperas de Araca y realizamos el trabajo de
campo respectivo.
Se recogió tanta información del Valle de Luribay y de Cabecera de Valle de Cairoma, por lo
cual el texto se convertiría demasiado amplio y con gran cantidad de información. Al final, la
información que conseguimos entró en contradicciones debido a los cambios que cada
comunidad sufre y porque cada una tiene sus propias peculiaridades. Durante algunos años
mi quedé estancado con mi tesis. Otro de mis problemas fue no querer desechar de la
información obtenida, quería que toda la información entre a mi tesis; creía que si no entra
toda la información era desechar el trabajo, pero había estado equivocado, el trabajo de
campo que no se toma en cuenta puede ser insumo para otros trabajos como artículos y otros
trabajos posteriores.

Ser investigador y ser parte del objeto de estudio me perjudicó de cierta manera, tanto en la
estructuración como en la redacción de la tesis. Algunas aspectos que para mi parecían
obvios, eran importantes de tomar en cuenta para sustento del texto. Además al conocer mi
tema en profundidad, representó una dificultad porque muchas veces me desvié por las ramas
en vez de ir por el tronco, es decir, entrar en detalles que no ameritaban muchas veces
contradecía al argumento central. Para llegar al objetivo fue importante la orientación de mi
tutora y de algunos compañeros, algunas personas externas nos ayudaron a trazar el norte del
trabajo sobre todo en aspectos que para mi eran obvios pero para ellas, que no conocen,
resulta novedoso.

Con la presentación de la tesis a los tribunales, recibimos algunas observaciones de fondo y


otras de forma. Viendo las observaciones se ha decidido, junto con la tutora, replantear la
tesis sacando a la región y concentrándonos sólo en la comunidad de K’ara, además como se
tenía información detallada, se empezó de nuevo a redactar el texto. Al mismo tiempo, se
reforzó con nuevo trabajo de campo, por lo cual nos trasladamos a K’ara a fin de participar en
algunas actividades productivas, el riego, la roturación de tierra, las siembras, los chonteos de
huertas de durazno. Se realizo un seguimiento a la organización de trabajo por género y por
edad en las actividades agropecuarias. Asimismo se hizo un seguimiento al ciclo productivo
de los cultivos perennes que empieza en el mes de agosto y termina en el mes de abril.
Mientras las labores de los cultivos anuales se extienden durante todo año. Con nuevos datos,
se redondeo el tema de los productos agrícolas, las cantidades y el precio estimado por
unidades domésticas. Luego nos dedicamos a la redacción del texto. Se reviso el archivo del
INRA La Paz, se revisaron el expediente de K’ara, y algunos otros expedientes de las
comunidades circundantes de la provincia Loayza.

El presente trabajo se expone en 6 capítulos, el primer capítulo hace referencias a los aportes
de los textos en los siguientes ejes temáticos: economía campesina, producción agrícola,
precios, cultivos perennes, organización de la mano de obra, sindicato y riego. El capitulo 2
está dedicado a la presentación de la comunidad de K’ara, haciendo una referencia a nivel de
Luribay, la situación de los ex colonos y de los ex patrones después de la Reforma Agraria,
asimismo, la diferenciación social entre los productores de cultivos perennes y anuales.

19
El capitulo 3 hace referencia a la tenencia de tierra, se analiza la distribución y redistribución
de tierras entre familiares. Los diferentes sistemas de riego, la gestión del riego a nivel
comunal, zonal, grupal, individual; la exclusión del riego a los sobrantes oyentes. Asimismo
se aborda al sindicato agrario de K’ara, la estructura organizativa, la diferenciación social, la
anulación de elite comunal y otros. En el capítulo 4 se trata de los cultivos anuales en el
periodo 1953 a 1980, el auge de papa milli en las sayañas y sata ch’uqi en las aynoqas. El
capitulo 5 trata de procesos de transición productiva de cultivos anuales papa hacia cultivos
perennes uva y durazno, segundo proceso de transición de cultivos perennes a la
diversificación de los cultivos entre anuales y perennes. El capitulo 6 desarrolla la división
del trabajo por unidades domésticas, se presenta a tres unidades domésticas, UDE, UDM y
UDD, eligiendo a una de cada grupo para un análisis detallado. También se trata formas de
contratación de la mano de obra. Finalmente, se presentan las conclusiones. La redacción de
esta tesis, es responsabilidad mía, de sus errores y aciertos mi tutora Alison Spedding me
hizo varias observaciones tal vez no se han subsanado del todo.

20
CAPÍTULO II
INTRODUCCIÓN AL ÁREA DE ESTUDIO
La comunidad K’ara se encuentra ubicada en valle interandino del municipio de Cairoma,
provincia Loayza del departamento de La Paz. Desde la ciudad de El Alto el acceso a la
comunidad K’ara es a través de dos tramos: primero, comprende el recorrido El Alto -
Patacamaya - desvió de la Carretera internacional (La Paz-Oruro) hacia el Este por la
localidad de Anchallani - Achocara - Palca - Azambo - Chincha - K’ara que se realiza entre
11 a 12 horas en camión de carga. Estos suelen salir de K’ara una a dos veces a la semana,
dependiendo de la cantidad de carga; cuando hay carga, los camioneros hacen el viaje el día
lunes y el jueves. El segundo recorrido empieza en La Paz y pasa por El Alto - Patacamaya -
Qhunani - Tablachaca - Cairoma - Curucuta - Quebrada - K’ara que el camión recorre
aproximadamente en 16 a 18 horas; esta ruta fue desechada por los k’arenos en las últimas
décadas, por ser el trayecto más largo en relación a la primera ruta y, además, como pasa
cerca a la Cordillera Tres Cruces, es una ruta fría.

La comunidad K’ara está ubicada en las cercanías de Rio Atoroma o Chincha, el cual es el
límite natural que divide la Sección Municipal de Cairoma con las secciones municipales de
Malla y Luribay. Empezando por el Norte, K’ara colinda con las comunidades de Quebrada y
Agua Salud, al Sud con las comunidades de Wichhuraya, Choquesa y el Río Atoroma; al
Este, con la Comunidad de Curucuta, y al Oeste el Rio Atoroma y la comunidad Choquesa.
Casi todas las comunidades pertenecen al Municipio de Cairoma, exceptuando la comunidad
Choquesa que pertenece al municipio de Luribay.

Histórica y geográficamente K’ara está vinculada a Luribay y no así al municipio de


Cairoma. K’ara fue una hacienda que abarcaba distintos niveles ecológicos: valle, cabecera
de valle, puna y alto andino. Según los datos del Expediente 5143 del INRA La Paz, las
tierras ocupadas por los comunarios se extendían por 157.5700 Has., las ocupadas por ex-
patrón eran 18.3000 Has., la superficie destinada a la escuela 2.3400 Has., y la superficie de
la casa de la hacienda y plantaciones de eucaliptos 0.5300. El ex-patrón Rivera fue vendiendo
sus terrenos a los comunarios de K’ara, y actualmente la mayoría de las tierras cultivables
está en posesión de los comunarios; la descendencia de la familia Rivera mantiene bajo su
control el bosque del eucaliptos y alguna que otra parcela en las aynoqas.

La comunidad K’ara se entiende de una altura de 2900 a 4200 msnm (CEPROMU, 1996:22).
El valle tiene las siguientes características: en el valle profundo en los márgenes del Río
Atoroma está ubicado las sayañas de valle de K’ara, a este río también se conoce como
Jachuma Jawira o Río Chincha; por este río desciende permanentemente agua cristalina que
es utilizada para el riego, el consumo humano y animal. Este río forma un cañadón cuyas
laderas se elevan hasta el nivel puna y alto andino, el lado Este pertenece a K’ara, y el lado
Oeste es territorio de la comunidad Choquesa.

Las sayañas se encuentran en la Cabecera de Valle, pequeña hoyada, en la que están


construidas las viviendas de los comunarios; también es denominada Estancia, donde se
encuentra la Escuela seccional K’ara Miraflorino de nivel primario que funciona con 3

21
profesores, además, la cancha deportiva, el templo católico, el Calvario denominado Cielo se
encuentra en la zona de Kurus Willk’i, el uywiri 5 comunal está ubicado en la zona de
Ch’uñuñpata.

Las 8 aynoqas de la comunidad en su generalidad son pendientes en los niveles de Cabecera


de Valle y en Puna. El nivel Alto Andino o tierras de reserva, según la denominación local, es
aprovechada como pastizal, actualmente en este nivel no se realizan cultivos agrícolas. La
geografía de la comunidad es muy accidentada, la mayor parte del territorio de K’ara es
pendiente, los pocos espacios horizontales se encuentran en el Valle y Cabecera de Valle
donde están las sayañas. Hay lugares incultivables en los peñascos.

NIVELES ECOLÓGICOS DE K’ARA Y LOS CULTIVOS


La comunidad K’ara sufrió un proceso de cambio productivo, los cultivos transitaron de la
papa a los cultivos perennes y a la diversificación de la producción agrícola, proceso
vinculado al mercado y al estatus social. La producción para el mercado hasta la década de 70
estaba centrada en las sayañas de la Cabecera de Valle y en las aynoqas luego, en la década
de los 80, la producción migró al nivel ecológico valle con cultivos perennes y algo de
productos anuales. Esto dio lugar a un nuevo ambiente de residencia en el valle donde se
construyeron viviendas familiares. Hasta ese momento la residencia de las familias estaba en
la cabecera de valle.

Las viviendas en el Valle fueron edificadas con el fin de disminuir los esfuerzos físicos que
comporta el subir y bajar desde la cabecera de Valle, más que todo por la exigencia de los
cultivos perennes cuya nuevas actividades exigían un rigoroso acompañamiento en todo el
proceso productivo desde chonteo hasta la comercialización, para ello se requería
permanecer largas temporadas en Valle, resultando molestoso subir después del cansancio de
las labores agrícolas del día. El ascenso por la noche se lo hace en un tiempo promedio de 1
hora y media de caminata rápida y significa otro desgaste físico. Entonces el tiempo de la
caminata de subida y bajada se desaprovechaba, pues durante el mismo se podría avanzar en
el trabajo. Por ejemplo en la mañana hacían faena después de tomar un mate con su pan o
tostado a las 6:00 am, avanzando algún trabajo agrícola hasta las 8:00 a 9:00 am, después de
almorzar dos platos de sopa de arroz o fideo acompañado de mote de maíz, el laboreo normal
del día empezaba a las 9:00 am. Además de haber pasado la noche en mismo nivel, sin hacer
esfuerzo en subir ni bajar hasta la estancia de cabecera de valle, estarán frescos para la nueva
jornada de trabajo.

Algunos autores se refieren al control de niveles ecológicos para contrarrestar los riegos
climatológicos en la producción agrícola, sobre el tema Golte señala que: “...los campesinos
andinos han encontrado en el “control vertical”, y en el manejo paralelo de una serie de ciclos
de producción agropecuarios, una respuesta a las desfavorables condiciones naturales que
limitan seriamente su productividad” (Golte, 2001:33). Las aynoqas en K’ara, son áreas de
cultivo agrícola a secano en las que se diversifican los cultivos para evitar los riegos
climatológicos, “Aquí encontramos las clásicas estrategias andinas de complementariedad de

5Uywiris son dioses aymaras, conjunto de deidades de cada comunidad, los lugares sagrados conforman lo que
son los uywiris (Choque, 2006).
22
productos a través del acceso a chacras situadas en diferentes pisos ecológicos y el
policultivo” (Frías, 2002:57). Cuando se habla de cultivos agrícolas con riego, los cultivos se
diversifican con la esperanza de que alguno de los productos caiga en precios elevados.
Ahondando sobre el tema, dice Golte “Que la producción se organice por unidades
domésticas en tierras adscritas a cada unidad en todos los pisos altitudinales, y que los
productos pertenezcan a las unidades domésticas que las trabajan” (Golte, 2001:61). En el
caso de K’ara las parcelas se distribuyen en los distintos niveles ecológicos (valle, cabecera
de valle, puna y alto andino) en sayañas y aynoqas, estando la mayor dinámica de la
producción agrícola en nivel Valle con los cultivos perennes y cultivos anuales destinados al
mercado.

VALLE
Este nivel está ubicado entre los 2.900 a 3.200 msnm. A este nivel corresponden las parcelas
de las sayañas bajo riego. La parte superior de las parcelas y canales de riego son bosques sin
cultivos a veces aprovechados con plantaciones de tuna, que produce sin riego. Estos
bosques están en poder del sindicato agrario. Los mismos son aprovechados como pastizales
de ovinos y vacunos por la comunidad. Los cultivos principales que se practicaban hasta la
década de los 70 del siglo XX fueron: trigo y maíz. Luego, en la década de 70 introdujeron
papa milli para el mercado. A partir de los 80, se incorporaron los cultivos de frutas como uva
y durazno. Este ciclo duró hasta los años 1992-95, a partir de esta fecha se introdujo tomate y
arveja, ampliando asimismo la producción de papa milli destinada al mercado. La
importancia de este nivel es que cuenta con riego, y el agua fue el factor importante para el
cambio de cultivos en el curso de las décadas.

CABECERA DE VALLE
Este nivel ecológico se encuentra entre los 3.200 a 3.700 msnm. A este nivel corresponden
las parcelas denominadas sayañas y aynoqas. En las sayañas los principales cultivos bajo
riego son papa y maíz. Los cultivos secundarios no gozan de riego y sólo se mantienen
gracias al ciclo de lluvia: cebada, trigo, haba, oca, papaliza e isaño. En este nivel existen
cinco aynoqas: P’ari, Qantutani, Chuchurmini, Tusuta y Wila Luma. En estas aynoqas la
producción es similar a las sayañas de este nivel con la única diferencia de que los cultivos
dependen del ciclo de la lluvia. En la década 80 del siglo pasado, las partes bajas de las
aynoqas se empezaron a cultivar con riego secundario de pequeñas vertientes de agua.

PUNA
Esta zona está ubicada entre 3.700 a 4.000 msnm. En este nivel ecológico hay tres aynoqas,
que son: Chullpa Willk’i, K’aniwata y Ch’ujña P’ujru. Los cultivos predominantes son: papa,
oca, paraliza, isaño, los secundarios: quinua, cebada y avena. Este nivel los cultivos
dependen de los ciclos de la lluvia.

ALTO ANDINO
Está entre 4.000 a 4.200 msnm. Es el último nivel ecológico de la comunidad, se encuentra en
la parte superior de las aynoqas y corresponde a las zonas Liwruni, Liqi Willk’i, Jach’a
23
Willk’i, Supayani y Kawall Jiwata. A este nivel no hay cultivos agrícolas, son tierras de
reserva para futuros cultivos agrícolas. Toda el área está en poder del Sindicato Agrario.
Hasta finales de la década de los 80’s sólo fue aprovechada para el pastoreo de ganado ovino
y vacuno. En aquella década como unos 2 años fueron cultivadas, 2 zonas Supayani y Kawall
Jiwata, esta siembra única ha sido por la precion de la comunidad vecina Curucuta que
estaban envadiendo el territorio de alto andino de K’ara, después de una pelea con muertes
los de comunidad de Curucuta dejaron de envadir al territorio de K’ara, y luego las zonas de
alto andino continuo como pastizales hasta la actualidad.

La población de K’ara alcanzaba a 204 personas entre mujeres y varones (INE 2001), en su
mayoría bilingüe, tiene como primera lengua el aymara y, la segunda, la lengua castellana,
ésta última se la aprende en la escuela y en otros espacios públicos. Entre las personas de la
tercera edad predomina el monolingüismo, hay como14 personas que solo hablan aymara.

La auto identificación de los k’areños es como aymaras y la actual adscripción micro


regional es como luribayeños, por mayor dedicación a cultivos perennes y anuales de nivel
valle. Antes de la década 80 del siglo pasado, los k’areños eran productores de papa y se
identificaban por la fama de la papa de Araca, a esto favorecía la vinculación caminera lo
cual, además, generaba fluidas relaciones comerciales con el mercado semanal de la mina
Viloco. Por otra parte, las relaciones de compadrazgo se daban mayormente con los
pobladores de las comunidades de Araca-Cairoma. Después de la década de 80, cuando se
dio el cambio de producción de la papa a las frutas, los k’areños se adscribieron a la micro
región de Luribay, generando nuevas relaciones comerciales y de compadrazgo. La llegada
del camino carretero por el lado de Luribay, a principios de la década de 90 del siglo pasado,
dinamizó las relaciones comerciales creando ferias semanales en el Pueblo de Luribay y en la
comunidad de Azambo. Desde aquella década el recorrido desde K’ara a las ciudades de El
Alto - La Paz se lo hace por la micro región de Luribay.

LOS EX-PATRONES Y EX-COLONOS EN LAS MICRO REGIONES DE LURIBAY


Y CAIROMA POST 52

En Luribay y Cairoma la mayoría de los patrones se hicieron pasar por medianos


propietarios, de esa manera sólo algunos casos excepcionales fundos fueron expropiados a
favor de los colonos. En el valle de Luribay “la característica dominante es la existencia de
un mayor número de terratenientes con superficies menores del altiplano, fruto de una
mercantilización y subdivisión de la tierra. Demostrativo de la extensión limitada de las
haciendas es el hecho de que una gran cantidad de ellas no fueron afectadas totalmente por la
Reforma Agraria. (...) Había un mayor número de terratenientes con tierras menos extensas,
lo que posteriormente significó que un número importante de ellos se quedara con parte de la
propiedad (es decir no hubo total expropiación)” (Paz, 1989:27).

La Reforma Agraria de 1953 “modificó sustancialmente las características de distribución y


tenencia de la tierra en el valle, (...) Las grandes extensiones (de tierra) fueron distribuidas
entre campesinos, consolidándose en algunos casos, 4 ó 5 has, anexada a la primitiva casa de
la hacienda. Como consecuencia de esta modificación, las propiedades han quedado
extremadamente divididas” (Miranda, 2003:33). En el caso de pequeños patrones como de
K’utimarka y Pueblo de Luribay, no hubo ninguna expropiación. Sólo en algunos casos

24
excepcionales de ex-haciendas medianas se hizo la distribución de terrenos entre los
campesinos, quedando los terrenos de la gleba en propiedad de los ex patrones y las sayañas
con los ex colonos. Después de la aplicación de la Ley de Reforma Agraria los expatrones
migraron y, poco a poco, fueron vendiendo sus terrenos a los ex-colonos de la comunidad y
de otros lugares. Los destinos preferidos por los patrones fueron las ciudades capitales de
departamento, especialmente La Paz, y el de sus hijos mayormente al exterior, EE.UU. y
otros países.

La organización sindical campesina forzó la venta de tierras de los ex patrones a los


sayañeros de las mismas comunidades, asimismo, esta acción preveía la escasez de tierra
para las nuevas generaciones. El siguiente caso nos ilustra las tensiones que se produjeron en
K’ara por la tierra. En K’ara se presentó el caso de un ex patrón, de apellido Rivera, quien
había vendido un terreno de una hectárea a un campesino de la comunidad de Agua Salud.
Luego se presentó el problema entre dos hermanos por la repartición de una sayaña asociada,
finalmente uno de ellos quedó sin terreno en Valle de K’ara. El hermano que quedó sin tierra,
al ver al campesino de otra comunidad ocupando el terreno comprado del ex patrón Rivera,
se propuso retomar el terreno devolviendo el dinero de la compra, propuesta que fue
rechazada por el forastero que había comprado el terreno del ex-patrón. Esto derivó en la
toma casi a la fuerza del terreno que estaba empezando a cultivar el comunario de Agua
Salud, con el argumento de que no tenía derecho de cultivar ese terreno, no era parte del
sindicato era forastero de otra comunidad, mientras él, como afiliado al sindicato sayañero de
la comunidad, tenía todo el derecho de entrar en ese terreno del ex patrón. Una vez devuelto
el dinero al comprador, el sayañero de K’ara se posesionó del terreno.

PRODUCCION AGROPECUARIA
Hasta fines de la década de 50, muchos ex-patrones mantenían su producción agropecuaria
recurriendo al trabajo de sus ex-colonos con remuneraciones muy ínfimas. Aunque no
tenemos datos con exactitud, sin embargo hay bastantes quejas formales en el juzgado
agrario de Luribay en cuanto a las remuneraciones de trabajos agrícolas y pecuarios
presentadas por los Sindicatos Agrarios contra los ex-patrones. El año 1955 los Sindicatos
Agrarios de Azambo y Choquesa presentaron una demanda contra el ex-patrón Terán,
debido a que los ex-colonos habían entregado productos agrícolas y pecuarios al ex-patrón
de Azambo en la cantidad de: 6 cargas de higo, 15 cargas de maíz, 3 cargas de granada y 3 qq
de trigo no les pago. Asimismo, la producción agrícola de Choquesa consistía en 45 cargas
de papa, 8 cargas de ch’uñu, 3 qq de higo, 50 qq de maíz blanco y 2 cargas de grano. En
pecuaria 4 terneros, 1 caballo, 68 ovejas y 12 cabras (INRA Exp. 6140).

Según lo que cuentan las personas mayores de Choquesa, los ex-colonos no recibieron
ningún pago por el cuidado del ganado y de los trabajos agrícolas del ex patrón Terán. Hasta
el año 1955 estaban todavía cuidando los ex colonos los ganados del ex patrón, ese año se
liberaron definitivamente del trabajo gratuito y de la servidumbre al ex patrón. Los ex
colonos se unieron de las dos ex haciendas de Choquesa y Azambo, luego demandaron al ex
patrón Terán en juzgado agrario de Luribay, con eso se consolidaron los ex colonos.

La declaración de Julio Arce Zapata, sayañero de Anquioma, como testigo a favor de los
ex-colonos de Azambo-Choquesa en el juzgado agrario de la capital Luribay, lo expresa

25
claramente: “...ni antes ni después de la ley de reforma agraria se les paga de sus trabajos
efectuados, los colonos de las mencionadas ex haciendas siguen todavía prestando trabajos
gratuitos como antes de la reforma agraria” (INRA Exp.6140). El ex patrón Terán y su
familia misti6 no participaban de las actividades agrícolas y pecuarias en las dos exhaciendas
de Azambo y Choquesa, de esa razón a los ex colonos sigue quería explotar y alargar el
sistema de la hacienda. Al final a los colonos les respaldo la Ley de Reforma Agraria de
1953, con eso ganaron el largo juicio hasta finales de la década de 1960, de ahí los ex colonos
se liberaron definitivamente del patronato misti.

Después de la Reforma Agraria algunos ex patrones volvieron a tomar posesión de sus ex-
haciendas, que han sido trabajadas para ellos por los colonos hasta 1952, como ejemplo
tenemos a Juan Vargas y a Manuel y Elías Mamani ex-patrones de las ex haciendas de
Chincha y de Agua Salud (INRA Exp. 4010). Según las declaraciones de los campesinos,
tanto los propietarios como sus familiares retomaron el trabajo de producción agrícola y,
además, se encargaron del cuidado de sus ganados. De igual manera podemos citar a la
familia Hamachi, ex-patrones de la hacienda Curucuta, que desde la Revolución de 1952
tomaron a su cargo las actividades agrícolas y el cuidado del ganado, esta relación fue
aclarada en una entrevista realizada a la descendencia de estas familias.

Estos ex-patrones de origen indígena, una vez tomada posesión de sus tierras las trabajaron
con mano de obra familiar y mink’as, como ocurrió con los hacendados de Chincha, Agua
Salud y Curucuta. Mientras los ex-patrones mestizos continuaron explotando el trabajo de los
ex-colonos durante toda la década de 1950, en muchos casos sin remuneración.

En algunas ex-haciendas los ex-patrones optaron por la modalidad de trabajo al partir con los
propios ex colonos, tal como en la ex hacienda de Sacani según Exp. 3287 INRA, los ex
colonos sayañeros y sobrantes “.perciben salarios después de la reforma agraria, siendo
actualmente al partir los trabajos agrícolas de la ex hacienda, no existe arrenderos.”. Los
ex-patrones dieron sus tierras al partir a todo el Sindicato Agrario de Sacani, ellos se
encargaban de todo el trabajo agrícola y una vez realizada la cosecha la producción era
dividida, una mitad era entregada al ex-patrón y, la otra mitad, se repartía entre los afiliados
al Sindicato.

En otras ex-haciendas, algunas unidades domésticas también optaron por el sistema al partir.
Así en la zona de Oqhipaya en el Valle, en la ex-hacienda de K’ara, la parcela más extensa
alcanzaba a unas 10 hectáreas, la cual había dejado el ex-patrón Rivera “al partir” a la UD
Quispe Chipana. Uno de los hijos, Sixto Quispe, nos cuenta: “sembrábamos trigo a partir en
toda la extensión de la parcela, encargábamos de todo el proceso productivo y poníamos
nosotros hasta la semilla. Recogiendo el trigo en la cosecha entregábamos la mitad de la
producción al ex patrón Rivera” (Entrevista a Sixto Quispe en mes enero 2008 en comunidad
K’ara). Otras UD en las aynoqas de Cabecera de Valle alquilaban tierra al ex patrón y, en
muchos casos, lo pagaba con los mismos productos.
LA DIFERENCIACIÓN SOCIAL ENTRE LAS COMUNIDADES DE VALLE Y DE LURIBAY

En el periodo de la hacienda, el cultivo de uva y otros cultivos perennes fue exclusivo de los

6 Mistis: ex patrones y los descendientes de los patrones, la piel wila ch’ari o blancoides con piel rojizo.
26
patrones de Luribay, mientras los colonos estaban ocupados en los cultivos anuales como
maíz, trigo, ají, papa, camote y otros. Los cambios generados en Luribay por la Reforma
Agraria de 1953, son confirmados por Clark: “Los Campesinos empezaron pronto a cultivar
productos que antes fueron exclusivos de la hacienda (uva, también frutas)” (ver en Paz
1989).

En la década del 50, posterior a la Reforma Agraria, los campesinos de las comunidades
cercanas al Pueblo de Luribay empezaron a plantar viñedos en sus sayañas; la plantación fue
sistemática y la principal actividad a la cual incorporaron otros cultivos perennes. Nos
referimos a las actuales comunidades de la Sub Central Achuqara y algunas otras. Los
campesinos que lideraron la introducción de la uva empezaron a diferenciarse de sus
similares de las comunidades más alejadas del Pueblo, quienes todavía estaban con cultivos
anuales como en la época de la hacienda, es decir, no habían renovado su sistema productivo
tradicional. Los comunarios viticultores de Achuqara se estaban alejando de su estrato social
de origen, en su imaginario habían ingresado al círculo social de los mistis, los pequeños
patrones, patrones pobres y patrones de origen campesino que habían quedado en la región
residiendo en su mayoría en el Pueblo de Luribay, alguno que otro residía en las ex
haciendas. Por el contrario los grandes y ricos hacendados después de la Reforma Agraria
abandonaron la región casi de inmediato, por ejemplo los Pando era una de las familias
pudientes de Luribay y después la Reforma Agraria ya no se escuchaba comentarios sobre
esta familia.

De esta manera, en la década del 50 los sayañeros que salían del régimen de la hacienda
tomaron en sus manos la libre decisión de su destino como productor respecto a qué producir
y qué no producir, además todavía estaba presente en su imaginario las humillaciones y
maltratos de los patrones y la discriminación de los mistis a los campesinos. La producción
de cultivos perennes era asociada con ascenso social y tuviera aceptación entre los sayañeros.
Además, fue la manera de diferenciarse de otros campesinos que no habían renovado sus
cultivos. Esa larga historia de discriminación la volcaron hacia los campesinos de las
comunidades alejadas. Ahora los viticultores lograron ascender socialmente, estatus que les
colocaba más o menos en el grupo de mitis. Las comunidades intermedias no se quedaron
atrás, también adoptaron el cultivo de uva con el afán de igualar a los comunarios de
Achuqara.

A medida que más comunidades se incorporaban a los cultivos perennes, y con ello el acceso
a un status superior, los diferenciaba por un lado de los productores de cultivos anuales y, a la
vez, configuraba algo similar a un sistema donde hay comunidades del centro y comunidades
de la periferia.
El comportamiento social de los primeros productores de uva de Luribay, en el momento de
auge, se transformó notoriamente. Muchos de ellos asemejaban el modo de vida de los
patrones, por ejemplo, la comida en abundancia. Algunos testimonios cuentan que cuando
retornaban de la ciudad de La Paz se llevaban consigo una pierna de carne vacuna, era
evidente que había subido el nivel de consumo de los agricultores viticultores. Antes de la
producción de uva no compraban carne, solían criar animales como conejos, gallinas y ovejas
para carnear en momentos especiales como en las fiestas. Las ganancias que les daba la uva
eran gastadas ‘como locos’. Se hacían grandes fiestas patronales con gastos dispendiosos; al
consumo de cerveza se añadió el consumo de los vinos y singanis que eran las bebidas
27
tradicionales de los patrones de la hacienda, asimismo se apropiaron de las técnicas de la
transformación de uva, consumiendo los vinos y singanis que ellos mismos elaboraban.
Además, para las fiestas patronales contrataban a exitosos grupos musicales del momento.
Algunos que eran jóvenes en esa época comentan que había tanta uva, que sabe estar
echándose a perder porque no había cómo sacar a La Paz, solía también faltar canastas y
tiempo. Durante ese tiempo los jóvenes se mostraban orgullosos ante sus similares de otras
microrregiones como Rio Abajo de la Provincia Murillo y Sorata de provincia Larecaja,
despreciando a los pobladores del altiplano a quienes les decían ‘pata jaqf o gente de
altiplano. Los pata jaqi traían productos de altiplano para cambiar con frutas o venían de
provincias; Aroma, Pacajes, Ingavi y Curaguara de Carangas (Oruro) como jornaleros a las
huertas de viña durante los chonteos y la cosecha. Un testimonio cuenta que “los jóvenes para
sus parejas no querían del altiplano, solo de Luribay, en esas épocas los jóvenes como
descocidos se farreaban, suelen estar rotando comunidad por comunidad, el don Martin
Tunque me decía: en esas épocas había dinero hasta para limpiarse y para botar, por eso en mi
juventud yo se ser bien altanero atenido a mi plata” (Entrevista a Martin Tunque, agosto
2004, Pueblo de Luribay).
Don Jacinto Vásquez de Achuqara cuenta que “su suegro Manuel Ramírez había sido uno de
los primeros sayañeros que plantó uva, su huerta estaba como una hectárea y media, el viejo
era malo, parecía patrón, era bien altanero e humillador, era atenido a su plata. Mi padre era
sayañero, me regaló una parte, era pequeño el terreno, mi suegro al principio me sonó con
palo, me botó de su casa, después de ocultas me lo he llevado a mi enamorada porque estaba
esperando familia, si no hubiera esperado familia, la habría dejado así, después me decía
muerto de hambre, flojo, otras cosas, es irreproducible. Me decía cómo piensas mantener a la
mujer, después era tanta la rabia sé pegar harto a mi mujer, sé hacer pagar esas humillaciones
a su hija, los comportamientos de los comunarios ricos de casi similar fueron los
comportamientos de altaneros y se creían tunti mosus o mistis”. (Jacinto Vásquez, 20 de julio
2005, Pueblo de Luribay)
Los comunarios de la Sub Central Achuqara son los que han disfrutado más tiempo el auge
de la uva, surgieron los nuevos ricos viticultores de Luribay. Las relaciones sociales eran con
los mozos del Pueblo, además se vestían como los mozos: con zapato, saco y sombrero.
También adquirieron algunos hábitos de mistis. Dejaron de trabajar la tierra, recurriendo a la
mink’a para los chonteos y desyerbes y delegaban a los hijos el trabajo de la tierra; los hijos
junto con los mink’as hacían los chonteos, mientras los jefes de familia solo controlaban el
trabajo. Las esposas tenían que lavar la ropa y atender comida, a la muerte de la jefa de la
unidad doméstica, las nueras atendían al viudo lavando la ropa y en la alimentación, aunque
ellos podían hacerlo con sus propias manos; además, era una obligación recoger al viudo de
sus farras que compartía con otros viticultores ricos o con los mistis del Pueblo. El lugar
preferido para las reuniones sociales era el Pueblo.

Algunos prósperos viticultores han invertido las ganancias de la uva en la compra de algún
terreno o casa ya sea por sector del mercado Rodríguez, la calle Max Paredes o la calle
Illampu. En su mayoría se han dedicado a gastar su dinero en víveres, ropa y fiestas. Durante
esta época de bonanza económica, la mayoría de los luribayeños descuidaron la educación de
los hijos, algunos llegaron a acabar el bachillerato, pero no encontramos profesionales entre
sus hijos en la época oro de la uva que comprende las décadas de 1950 a 1970, en cambio sí

28
encontramos profesionales de la descendencia de mistes a nivel técnico y licenciatura. Los
profesionales de extracto campesino aparecerán recién en la etapa de la crisis de uva, que se
dio en la década de 1990.

29
CAPÍTULO III

TIERRA, RIEGO, UNIDADES DOMÉSTICAS Y ORGANIZACIÓN SINDICAL EN


K’ARA
TENENCIA DE TIERRA
La tenencia de tierra en las comunidades del Valle de Luribay es variable. Miranda afirma
que las extensiones de las parcelas “varían entre menores a 1 ha y mayores a 2 has”
(Miranda, 2003:14). Este autor también señala que: “el 72% de los productores poseen
tierras menores a una hectárea, el 17% posee una hectárea y sólo el 11% de los productores
tienen una extensión de tierra mayor a una hectárea” (Miranda, 2003:34). Todas las
extensiones de las parcelas corresponden a las sayañas de Valle de Luribay, una familia tiene
al menos 2500m2, lo cual alcanza para vivir de la producción de cultivos. Sin embargo,
puede haber sayañas menos de cuarta hectárea, aunque muchas veces las unidades están
obligadas a buscar tierras mediante alquiler. Pero solo algunas unidades domésticas tienen
mayores extensiones de tierra más de 2 hectáreas.

Las aynoqas están ocupadas con “cultivos individuales pero sujetos a ritmos comunales de
rotación y descanso” (Urioste, 2005:46). Carter & Mamani definen aynoqa: “Una extensión
de tierra cultivable de la comunidad, compuesta de una cantidad de parcelas pequeñas donde
cada contribuyente tiene varias parcelas individualmente. Está destinada a un monocultivo y
sujeta a rotación de cultivos seguida por varios años de descanso” (Carter & Mamani,
1989:452). Resulta difícil definir la extensión de las parcelas en las aynoqas, en K’ara la
unidad doméstica cuenta de 1 a 5 parcelas cada una con una extensión de 100 a 2.000 m2.
Hay casos excepcionales que pasan los 2.000 m2, resultado de la compra y venta de tierras
del ex patrón Rivera.

En los aires del río o las playas del río Atoroma o rio grande, en tiempos de lluvia el agua
cubre toda la extensión del rio, mientras en tiempos secos algunos espacios pueden ser
aprovechados para el cultivo de arveja. A estos espacios algunos autores denominan como
lechos del río o playas del río (ver Conde, 1994, y Miranda 2003). En la comunidad de K’ara
algunos terrenos tienen acceso a los aires del rio, los comunarios con salida al Rio Grande
son los más privilegiados ya que el río es ensanchado año tras año debido a las torrenciales
lluvias que aumentan el caudal de las aguas. Estos espacios fueron terrenos cultivables, con
el transcurso del tiempo el caudal del río fue socavando por debajo al terreno y dio lugar al
lecho del río, en estos espacios se siembra arveja y a veces tomate, en época de sequedad.

Al respeto de la propiedad de la tierra, Miranda precisa que en Luribay: “...el 99% de los
productores vitícolas del valle de Luribay son dueños de sus tierras. Dentro de este
porcentaje, el 4% utilizan terrenos al partir y el 6% utiliza en anticrético” (Miranda,
2003:34). La mayoría de las unidades domésticas de K’ara son dueñas de las parcelas, esto
según las normas comunales. Algunas familias han migrado a la ciudad de El Alto, dejando
sus sayañas y los derechos de riego en nivel de Cabecera de Valle a sus familiares
consanguíneos; esto se lo ha hecho por medio de un contrato verbal con lo cual el que queda
en la comunidad asumieron todas las obligaciones y todos los derechos del Sindicato Agrario
que les permite acceder a la producción agrícola al partir de los dos productos principales:
papa milli y maíz.
30
Casi todos los arrenderos incumplieron sus compromisos de pagar alquileres de las tierras,
sino más al contrario ellos exigieron a los dueños de las sayañas el reconocimiento en dinero
por mantener los terrenos y por haber cumplido con la función económica social y los
servicios a la comunidad, esto es: asistir a las asambleas comunales, cubrir con las cuotas
sindicales, ocupar los cargos sindicales, participar en los trabajos comunales, pasar las fiestas
rituales y otros. Algunos quisieron apropiarse de la sayaña sin pagar del terreno y otros
ofrecieron un pago simbólico de unos 500 bolivianos. El precio de una sayaña se estima entre
unos 1.000 a 1.500 dólares en la Cabecera de Valle. Además, se ampararon en las últimas
Leyes que promulgó el Gobierno, la cuales dan mayor poder a las organizaciones sociales y
organizaciones sindicales, de esta manera las organizaciones pueden definir el futuro de los
terrenos que no cumplen la función económica y social, pudiendo ser redistribuidos con la
intención de cohesionar las organizaciones comunales. Por lo cual la organización sindical
ha empezado a establecer multas elevadas por no asistir a las reuniones y trabajos comunales
a unos dos emigrantes sayeñeros que van desde los 4000 a los 7000 bs., en caso de no
cumplir con sus responsabilidades no tendrán voz ni voto. Por este hecho, algunos dueños
tienen pocas esperanzas de recuperar sus terrenos. Dentro de la organización social la
mayoría apoya a los que están manteniendo la tierra y prestan servicios a la comunidad. Esto
podría desembocar en otro tipo de conflictos entre los emigrantes y los comunarios.

Miranda se refiere al precio de la tierra en Valle de Luribay: “El precio actual de la tierra en
la región de Luribay es de $us. 10.000.00 la hectárea sin cultivos (perennes) y hasta $us
20.000.00 con viñedos” (Miranda, 2003:36), esto obviamente refiere a las parcelas del nivel
Valle. Haciendo un paralelo con la comunidad K’ara, en el año 2005 se transfirió dos
parcelas que alcanzaban cada una aproximadamente una extensión de 2.000 a 2.500 m2. Don
Macario Quispe recibió por la parcela 700 dólares, mientras a doña Dora Mamani le dieron
1000 dólares, estas parcelas no tenían plantación de frutas. Los vecinos de Macario Quispe
cuestionaron la venta por ser muy barata, aunque se dice que don Macario estaba obligado a
traspasar su terreno debido a que vive en una comunidad del altiplano en la misma provincia
Loayza, y su terreno estaba sin cultivar. Don Macario estaba afiliado al sindicato agrario
como sobrante y luego de su migración fue borrado de la lista. Por otro lado, don Macario
sospechaba que algún familiar lograría apropiarse del terreno, de esa manera se apresuró a
vender al primer comprador. Doña Dora, en cambio, vendió a mejor precio, de ella no hubo
comentarios por la venta. El año 2006 en la Cabecera de Valle, don Justo Mauri vendió una
parcela con una extensión aproximada de 2.400 m2 a un costo de 350 dólares, asimismo, don
Macario Quispe vendió otro terreno en la aynoqa de Chullpa Wilk’i de nivel Puna, a 900
bolivianos con una extensión aproximada de 2.500 m2. Los compradores de terrenos fueron
comunarios en ejerció en K’ara.
DISTRIBUCIÓN Y REDISTRIBUCIÓN DE SAYAÑAS Y AYNOQAS
En la comunidad K’ara se denomina sayaña a las parcelas bajo riego, en los niveles de
Cabecera de Valle, Valle y con acceso a las aynoqas. Las parcelas de las sayañas se
diferencian de dos maneras:

1) Sayaña entera - sayaña asociada - sayaña casada con parcelas de dos niveles, y con acceso
a las aynoqas.
2) Sayaña suelta con parcelas en un solo nivel, y con acceso a las aynoqas.
Esta forma de organizar las sayañas con sus aynoqas viene desde la hacienda antes de 1952.
31
En la hacienda, para acceder a las sayañas asociadas los colonos varones tenían que coligarse
entre dos, habitualmente eran padre e hijo o entre hermanos, en casos extremos hubo padres
que inscribieron en la lista de los patrones a niños de entre 2 a 5 años, con el objetivo de
acceder a la sayaña entera en diferentes niveles ecológicos. En estos casos, el padre se
encargaba de todas las obligaciones por la sayaña entera. El ideal era que de las dos personas
una representara a la sayaña de Cabecera de Valle y la otra a la del Valle. Las sayañas
asociadas era usufructuados conjuntamente entre las dos personas, a veces los sayañeros se
turnaban entre ellos en los trabajos agropecuarios y en los servicios personales al patrón. Las
obligaciones de las sayañas casadas consistían en dos semanas de trabajos continuas en los
turnos sucesivos entre los 38 sayañeros, en las actividades como el pastoreo de ganado y
otros, a veces se turnaban entre las dos personas, el primero cumplía las dos semanas de
trabajo y, en el siguiente turno, el segundo colono cumplía con los trabajos pecuarios. En las
actividades agrícolas estacionales como la siembra de papa, maíz y chonteos de viña, ambos
colonos solían presentarse juntos en el trabajo. Las sayañas asociadas en la ex-hacienda
estaban distribuidas en tres niveles ecológicos: Valle, Cabecera de Valle y Puna. Las parcelas
de las sayañas se encuentran en los niveles ecológicos de Valle y Cabecera de Valle, son
parcelas bajo riego y con acceso a las aynoqas de Cabecera de Valle y Puna, donde se
aprovechan los cultivos a secano. Después de la abolición de la hacienda se siguió
manejando la misma denominación con algunos cambios hasta la actualidad.

Las sayañas sueltas, en su mayoría, están ubicadas en el nivel ecológico Cabecera de Valle,
con acceso a las aynoqas del nivel ecológico de Cabecera de Valle y Puna. Este tipo de
sayañas era representado por una persona en los trabajos agropecuarios y en los servicios
personales al patrón; en los trabajos constantes, como el pastoreo de ganado, los sayañeros
sueltos tenían que cumplir una semana de trabajo en los turnos sucesivos entre los 38
sayañeros.

Posterior a la Reforma Agraria de 1953 los sayañeros asociados de K’ara, empezaron a


distribuir las sayañas del Valle y Cabecera de Valle. En cada nivel repartían 60 a 40%,
siempre el 60% para titular7 de ese nivel, es decir, como el titular de Cabecera de Valle se
quedaron con 60% de parcelas. En el nivel Valle solo agarraban el 40% de las parcelas. Al
contrario el titular de la sayaña del Valle, en mismo nivel se quedaba con una extensión de
60% de parcela, en nivel Cabecera de Valle le han destinado el 40% de parcelas.

Una vez realizada la división y partición de las parcelas de las aynoqas, el número de parcelas
para los sayañeros alcanzaba más o menos a 5 parcelas de la sayaña asociada. Los más
beneficiados en la Cabecera de Valle fueron los titulares de las sayañas, quienes obtuvieron
un promedio de 3 parcelas, mientras los titulares de las sayañas del Valle se beneficiaron con
un promedio de 2 parcelas.

Un grupo minoritario denominado sobrantes, no accedió a la titularidad de sayaña asociada


ni sayaña suelta en la Cabecera de Valle. Según el Exp. 5143, INRA - La Paz, de la nómina

7 Titular: quiere decir el representante de parte de la sayaña asociada o de una sayaña suelta, de un determinado
nivel ecológico; Valle y Cabecera de Valle. Aclarando, en la hacienda de una sayaña asociada tenía que representar
entre dos colonos varones. Mientras de una sayaña suelta representaban un solo colono.
32
de 15 sobrantes, 2 chhiqhiñirus8 de la hacienda accedieron a parcelas con una extensión de
100 a 500 m2 tanto en las sayañas como en las aynoqas de Cabecera de Valle, pero sin acceso
a las parcelas del Valle. El tamaño de las parcelas era insuficiente para la reproducción de
estas dos unidades domésticas, abasteciendo sólo para autoconsumo y, alguna vez, podían
vender 1 o 2 cargas de papa, siendo forzados a trabajar como jornaleros en la misma
comunidad o en otras, para generar recursos monetarios.

Los otros 13 sobrantes eran hijos de los sayañeros, tenían de 8 a 13 años de edad y, en
muchos casos, eran huérfanos. Cuando se produjo la Revolución Nacional, algunos padres
tenían una sayaña asociada, y de sus 2 a 4 hijos varones menores de 13 años, ninguno de ellos
trabajó en la hacienda por la sayaña. En este caso la tierra se dividió en partes iguales entre
todos los hijos varones, las hijas mujeres fueron excluidas de la herencia. En otros casos, un
padre de familia había acomodado a sus dos hijos, mayores de 14 años, en una sayaña entera
y para sus hijos menores estaba buscando otras sayañas en las comunidades cercanas, en ese
momento se dictó la Reforma Agraria y sus hijos menores quedaron sin sayaña. Los hijos
mayores se quedaron como dueños absolutos de la sayaña asociada y los hijos menores
tuvieron que rogarse a sus hermanos mayores para que les den algo de las parcelas. Algunos
recibieron pequeñas extensiones de parcelas, en la mayoría de los casos fue insuficiente para
su reproducción, algo similar a los chhiqhiñirus; esto generó constantes conflictos con los
dueños de la sayañas (los hermanos mayores), los hermanos menores exigían un aumento de
tierra. Muchos argumentaban que la sayaña era del padre y que también realizaron trabajos
para el patrón, por ello exigían el aumento de tierra en las parcelas de la sayaña. En algunos
casos cedieron a la exigencia, en otros no. Los titulares de la sayaña argumentaban a su favor,
indicando que eran dueños porque trabajaron en la hacienda por sus sayañas, de ahí los
conflictos entre hermanos por la tierra persistieron durante los siguientes años. Hubo casos
excepcionales, algunos sobrantes accedieron a tierras mediante la compra y venta del
ex-patrón Rivera. Es el caso de Renan Capiona de K’ara, que en nivel ecológico Valle
compró una hectárea de tierra, y se estableció en sus propias parcelas sin mayores problemas
con sus hermanos mayores.

El siguiente estudio de caso de la sayaña asociada de las dos unidades domésticas Apaza
Ruiz y Apaza Andrade en la comunidad K’ara nos ilustraran en cuanto a los cambios de la
distribución y redistribución entre familiares de las parcelas de las sayaña y aynoqas en
diferentes niveles ecológicos.

La unidad doméstica Apaza Ruiz, el nombre de los padres Pascual y Andrea, ellos tenían dos
hijas. La hija mayor se había casado en la década de 60 con un joven de la comunidad de río
Luribay, él tenía una huerta de 500 m2, y por lo reducida que era fueron a establecerse en el
Valle de K’ara donde compraron un terreno con una extensión aproximada de media
hectárea, el mismo que pertenecía al ex-patrón Rivera. La segunda hija, Palmira, vivía con
sus padres. La UD Apaza Ruiz pertenecía al grupo de sayañeros, Pascual con su hermano
menor Mamerto accedió a una sayaña asociada con acceso a diferentes niveles ecológicos, en
el Valle y Cabecera de Valle, y también a las aynoqas.

8 Chhikhiñirus: colonos que ocupaban el último peldaño de la estructura social, primero los sayañeros asociados,
sayañeros sueltos y chhikhiñirus. Los chhikhiñirus accedían a muy limitadas parcelas en medio de las sayañas y en
las aynoqas.
33
La unidad doméstica Apaza Andrade el jefe de familia Mamerto Apaza el hermano menor de
Pascual Apaza titular de las parcelas de sayaña de Cabecera de Valle, la esposa Lucia
Andrade con ella tuvo una hija a mediados de la década de 1970, y el Mamerto con la primera
mujer tuvo 3 hijos, 2 mujeres y 1 varón, la madrastra se comporta como la típica mala con los
hijos de la primera mujer del Mamerto, por ello los primeros 3 hijos uno en uno migraron a
ciudad con los familiares crecieron y se establecieron en ciudad de La Paz. Pascual era dueño
de la sayaña del Valle y Mamerto de Cabecera de Valle, los dos hermanos en la década de 60
habían dividido las tierras de la siguiente manera:

• En el Valle: Pascual se quedó con unos 7.000 m2, y Mamerto con 3.000 m2
• En la Cabecera de Valle: a Pascual le tocó 3.000 m2 y a Mamerto 8.000 m2,
• En las aynoqas hay de 5 a 7 parcelas: a Pascual le correspondió menor número de
parcelas en las 8 aynoqas, el mayor número y las mejores parcelas, la mayoría medias
planas, le tocaron a Mamerto.

Los problemas entre los dos hermanos empezaron en la década de 70, Pascual exigió una
parcela en la aynoqa de P’ari y otra en la aynoqa de Chullpa Wilk’i. Resuelto el problema con
la entrega de las parcelas, en la década de 80 nuevamente Pascual reclamó la devolución de
tierras en el Valle a cambio de devolver la tierra en la Cabecera de Valle. Esta vez su
hermano Mamerto no aceptó el reclamo y, como no había solución entre las partes y tampoco
la organización sindical pudo hacer algo, se derivó el problema a la justicia ordinaria. Este
caso se ventiló en el Pueblo de Luribay, donde Pascual exigió tajantemente la devolución de
las parcelas, hasta que finalmente Mamerto tuvo que ceder 1000 metros cuadrados en el
Valle a favor de Pascual, esto dio fin al litigio entre hermanos, y retornó la tranquilidad. En el
año 2000 Pascual presentó otro reclamo contra su hermano pidiendo el aumento de terreno en
las sayañas ubicadas en la Cabecera de Valle, detrás de esta exigencia estaba uno de los
yernos de Pascual, tales eran los comentarios que circulaban en la comunidad. Como Pascual
se mostraba decidido en su pedido de terreno, al final Mamerto había dicho: “daré algo más
de terreno porque me voy a llevar de mala sangre con el hermano, también estamos cerca a la
tumba”; motivo por el cual cedió 900 metros cuadrados a favor de su hermano. La calma
retornó a estos hermanos, Pascual ha quedado viudo y tiene aproximadamente 90 años y
Mamerto tiene unos 75 años, sin embargo, algunos comunarios avizoran nuevos problema
esta vez entre los yernos de Pascual y la ultima hija de Mamerto, el problema ha quedado
latente.
Estas disputas revelan la diferencia entre productores del Valle con los productores de la
Cabecera del Valle, la solución a la que luego arribaron no fue una solución económica,
aunque así lo parezca, sino una solución legal la cual tuvo la virtud apaciguar o tranquilizar
las expectativas de los productores del Valle por un tiempo. La tierra de nivel Valle es más
productivo en relación de Cabecera de Valle, por eso otra vez ganan los titulares del Valle.

Los sayañeros asociados tienen la categoría de sayañero debido a que al sumar las parcelas de
los niveles ecológicos Valle y Cabecera de Valle se alcanza a cubrir la extensión de una
sayaña. En el proceso de división de tierras entre los productores, hay que tomar muy en
cuenta el hecho de que las sayañas sueltas ubicadas en la Cabecera de Valle quedaron sin
dividir, se mantuvieron la extensión de las parcelas de las sayañas y de las parcelas de las 8
aynoqas. Una vez realizada la división de las parcelas, los más beneficiados fueron los
titulares de las sayañas ubicadas en la Cabecera de Valle, es decir los sayañeros asociados.
34
Durante esa época las tierras con mayor producción para el mercado resultaron ser las de
Cabecera de Valle, de donde extraían papa milli para mercado, y maíz para trueque9 de
algunos productos para autoconsumo, trocaban con cerámica como las ollas, cántaros. En
cambio los productos secundarios como haba, cebada y trigo eran solamente para el
autoconsumo. La producción de papa de las aynoqas también se destinaba al mercado,
mientras la cebada, oca, papaliza, isaño, quinua y maíz estaban destinados para el
autoconsumo. Los menos beneficiados resultaron ser los sayañeros de Valle, debido a que la
producción de maíz y trigo era mayormente para el autoconsumo. En la década de 70, la
relación sufrió algunas variaciones, ocurrió que en algunas oportunidades la producción de
papa milli del Valle destinada al mercado superó o igualó a la producción de las sayañas
titulares de Cabecera de Valle. Uno de los factores para esta variación, fue que la tierra del
Valle era samata o “descansado” (había sido cultivado con poca intensidad) por tanto era
mas fértil.

Esta concentración de tierras con mejor producción para el mercado, permitió que los dueños
de Cabecera de Valle obtuvieran mayor poder y, además, se lograron imponer frente a sus
pares de las sayañas del Valle. Cuando se realizó la división de las parcelas, los dueños de las
sayañas en la Cabecera de Valle, por su rentabilidad, prefirieron mantener las parcelas en este
nivel relegando las sayañas del Valle. Entonces, según nos enteramos, ocurrió que algunos
sayañeros del Valle se rogaban para dividir las parcelas en la Cabecera de Valle a cambio de
ceder parcelas del Valle. Al considerar las ventajas a su favor y que podían sacar mayor
provecho de esta división y partición, algunos dueños de parcelas en la Cabecera de Valle no
tardaron en hacerlo, quedándose con las mejores parcelas de Cabecera de Valle y cediendo
terrenos de menor productividad a los titulares de sayañas del Valle. En este caso, tener o no
tener parcelas en el Valle les daba lo mismo a los titulares de Cabecera de Valle, es más, no
les importaba debido a que la producción que reportaba era suplementaria. Para lograr la
división y partición, se dice que se han hecho rogar como a patrones. Al final, la mayoría de
los sayañeros asociados aceptaron hacer la división de las parcelas de los dos niveles, de las
sayañas y de las aynoqas.
Después en la década de 70, resurgen una vez más los problemas por la división y partición
de las sayañas asociadas entre familiares. El hecho fue que las parcelas del Valle tomaron
importancia por el cultivo de papa milli destinado al mercado, debido a lo cual las unidades
domésticas titulares de las sayañas del Valle empezaron a exigir la revisión de la división y
partición de las tierras de las sayañas, incluso, algunos de ellos querían la reformulación total
de la división y partición de las parcelas. Demandaban el aumento de parcelas del Valle, pero
como la otra parte no quería ceder como la última opción eran hacerse aumentar en Cabecera
Valle, porque vieron que las tierras del Valle producían mejor en relación a la Cabecera de
Valle. Durante la repartición anterior de las parcelas, los dueños de Cabecera de Valle
lograron sacar ventajas sobre sus pares del Valle; en ese momento sus tierras eran más
rentables que las del Valle lo que les otorgó mayor poder y de esa manera, en algunos casos,
habían podido presionar para obtener mayor extensión de tierras a su favor en desmedro de
los dueños del Valle.

Además, dada la diferencia de poder para negociar, los titulares de Valle habían recibido
tierras en Cabecera de Valle de menor calidad que estaban ubicadas en lugares pendientes y,

9 Trueque: intercambio maíz con otros productos agrícolas, sal y con ollas y cántaros.
35
en muchos casos, eran tierras muy explotadas. Mientras los de Cabecera de Valle se habían
quedado con parcelas planas. Entre los titulares de las sayañas de Valle, al ver las excelentes
producciones de la papa milli durante los primeros años en Valle, se indica que surgió algo de
envidia. Según se cuenta la calidad de la papa producida reportaba extra grande y primeras10,
llegando en algunos casos a tener el tamaño de una cabeza de bebe, la papa menuda era
escasa. En esas parcelas nunca había sido cultivada papa. Mientras en las parcelas de
Cabecera de Valle empezó a disminuir el tamaño de papa por el cultivo intensivo que se
hacía.

Por otro lado, para los años 70, los hijos mayores de algunos sayañeros de Cabecera de Valle
tenían entre 15 y 20 años de edad, por lo que se sospecha que ellos habrían influido sobre sus
padres para reclamar por las tierras del Valle. Frente a la demanda por aumento de tierra de
los titulares del Valle, los de Cabecera de Valle no quisieron soltar las parcelas del Valle bajo
el argumento de que como han comido de las parcelas de Cabecera de Valle, ahora nos toca
a nosotros comer de las tierras del Valle. A mediados de la década de 70, empezaron las
peleas entre las unidades domésticas titulares del Valle con las de Cabecera de Valle, en esta
etapa surgieron las primeras peleas fuertes. En muchos casos los litigantes llegaron hasta la
justicia ordinaria en Pueblo de Luribay.

El resultado fue, por un lado, que las unidades domésticas titulares de las sayañas del Valle
han demandado las tierras de Valle, pero como no querían ceder esas parcelas, de ahí se han
hecho yapar11 algo de terreno en Cabecera de Valle o en algunas aynoqas, y por otro lado,
lograron el intercambio de parcelas pendientes por otras parcelas planas en la Cabecera de
Valle. En algunos casos los titulares del Valle consiguieron la devolución de algún terreno en
el Valle, sin afectar las tierras de las sayañas y aynoqas en la Cabecera de Valle. Hubo
también algunos casos excepcionales, que no llegaron a ningún tipo de entendimiento entre
las unidades domésticas, llegando a revertirse las parcelas de las sayañas y cada quien se
quedo con todas sus parcelas en el nivel donde era titular. Los titulares de las sayañas se
posesionaron sobre sus sayañas en Valle y en la Cabecera de Valle, y la división de las
parcelas de las aynoqas sufrió pocos cambios.

Fue entonces cuando salieron a la luz otro tipo de problemas entre los hermanos dueños de
las sayañas. Los dueños de las sayañas asociadas generalmente eran familiares, padres o
hermanos. Los hermanos mayores reclamaron a sus menores basados en su trabajo realizado
en la hacienda, es decir, por el servicio que dieron a los patrones en la época de la hacienda
por la sayaña asociada; significaba que los hermanos mayores habrían trabajado más años de
las sayañas asociadas, mientras los menores en muchos casos trabajaron dos años o nada
hasta que llegó la Revolución Nacional de 1952. Ese fue el motivo por el cual los mayores
reclamaban a sus menores el aumento de terreno, para ello se hicieron reconocer con el
sindicado por el trabajo en la hacienda. Los hermanos menores se opusieron rotundamente
amparándose en el titulo que se les había otorgado según la Ley de Reforma Agraria de 1953,
por lo cual el terreno le pertenecía por derecho y a nadie más, y no podían ceder nada de

10 Esta clasificación consiste: extra grande (las papas más grandes de la cosecha), después siguen los siguientes
tamaños la primera, segunda, tercera y cuarta, estos seleccionados para la venta. Además vienen la menuda que es
generalmente para consumo y/o para consumo de ganado porcino.
11 Yapar: término aymara que significa aumentar, en este caso aumentar parcelas.

36
terreno mas allá de lo establecido después de la Reforma Agraria.

Una práctica común durante la época de la hacienda consistía en que los padres
acomodaban a sus hijos varones en una sayaña, comenzando a partir de los 14 años de edad
cuando el vástago podía ser responsable de los trabajos agropecuarios. Cuando se dictó la
Revolución Nacional del 1952, se dio el caso de que el padre estaba a la cabeza de parte de
la sayaña asociada, en uno de los dos niveles ecológicos, el hijo mayor de unos 20 años de
edad, estaba a la cabeza del la otra parte de la sayaña asociada, además había realizado
trabajos agropecuarios para el patrón durante unos 5 años. Por otra parte, el hijo menor, de
13 años de edad, recibió la titularidad de la sayaña asociada que su padre estaba trabajando
quedando como titular absoluto de la sayaña asociada; de esta manera ambos hijos, mayor y
menor, resultaron ser los titulares de la sayaña asociada. Posteriormente, en la década del
70, comenzaron los litigios de tierras entre hermanos. El hermano mayor reclamó al menor
la partición de las parcelas que estaba regentando, bajo el siguiente razonamiento: el hijo
menor no había trabajado la hacienda para tener derecho sobre la sayaña asociada, fue el
padre quien se sacrificó por esa parte de la sayaña. Con ese argumento el hermano mayor
exigió la división de la sayaña en partes iguales, es decir, exigió sus derechos de herencia
del padre. El hermano menor rechazó ese argumento, debido a que el padre había agarrado
un terreno en la hacienda en donde había acomodado a su hijo mayor, por lo cual no
correspondía ceder parte del terreno como herencia al hermano mayor. Durante el litigio,
solían decir: el mayor haiga servido al patrón por su sayaña y no de mi sayaña, de mi
sayaña trabajo mi padre, de eso no le correspondería a parte como herencia al hermano 12
mayor.12

Asociados a la propiedad de las sayañas, a mediados de la década de 70, surgieron una


infinidad de problemas lo que desató un proceso de migración de los k’areños. De manera
general, se puede decir que se había roto la armonía y el entendimiento entre hermanos, en
algunos casos llegaron a pelear a golpes por la tierra motivo por el cual, sin mirar atrás,
fueron a buscarse la vida en otros lugares. El primer grupo que se animó a migrar estaba
compuesto de 6 sayañeros, el destino fue la comunidad Sik’iljara en Irupana, Sud Yungas:
Allí se establecieron en un mismo lugar, y empezaron a cultivar productos perennes: naranja,
café y otros; se dice que extrañaban el cultivo con riego, como en su comunidad de origen,
entonces habían buscado terrenos en los cuales cultivar con riego, hicieron varios intentos,
sin embargo, en vez de avanzar como en K’ara, el agua se perdía en un solo lugar de la tierra.
La tierra era muy débil, es decir la capa arable de la tierra tenía apenas unos 30 cm. de
profundidad, al ver que la tierra tenía problemas de erosión, concluyeron que la tierra no era
buena. Debido a esto, 3 sayañeros regresaron a K’ara para continuar la pelea con los
familiares por la tierra. De los tres que se quedaron en Sik’iljara, dos habían rematado sus
parcelas en K’ara y el tercero había dejado su sayaña a cargo de su hijo mayor. Los tres se
establecieron definitivamente en Sik’iljara. Posteriormente se fueron a Tablería Alta, un
lugar casi similar a K’ara y donde la tierra tenia buena capa arable, un río apto para el riego y
la temperatura medio menos que templada. Allí habían logrado hacer una infraestructura de
riego con canales hasta las parcelas, y empezaron a cultivar papa, tomate, zapallo.

A principios de la década de 80, en nivel Valle de K’ara las familias plantaron uva y durazno,

12 Entrevista a Manuel Godoy, mayo 2008 en Comunidad K’ara.


37
con lo cual resurgieron los conflictos por las parcelas entre los titulares de Valle y Cabecera
de Valle. En esta ocasión intervinieron los hijos. En la mayoría de los casos, estos habían
establecido nuevas unidades domésticas, lo que agravó las demandas de tierras para la
mantención de las unidades familiares. La consolidación de las huertas frutales en el Valle,
las hicieron más apreciadas, debido a que la producción de frutas destinada al mercado
generaba ganancias superiores a la papa milli. Las sayañas de Cabecera de Valle fueron
relegadas, asimismo, la producción de papa milli en las parcelas de las aynoqas destinada al
mercado fue disminuyendo.

La disminución de la productividad en las parcelas de las sayañas de Cabecera de Valle y la


importancia que cobraron las tierras del Valle con frutales y otros, fue la razón para que los
titulares de las sayañas del Valle empezaran a exigir la devolución de terrenos. Logrando
finalmente, la devolución de la totalidad de las parcelas en Cabecera de Valle, y se quedaron
con todas las parcelas del Valle. Por otra parte, las parcelas en las aynoqas que tenían los
titulares del Valle eran de menor extensión en relación a las que tenían los titulares de las
sayañas de Cabecera de Valle, pero ahora, los titulares del Valle estaban en mejor posición
para sacar mayor provecho en la negociación por la tierra de las aynoqas.

Para la década del 80 y principios de la década de los 90 del siglo pasado, el crecimiento
vegetativo de la población condujo a transformaciones en las dimensiones de las parcelas de
las sayañas. Los sayañeros tuvieron que repartir y dividir las parcelas entre sus hijos. Por
ejemplo tomemos el caso de Lucio Quispe, titular de una sayaña asociada en el Valle.
Después de la Reforma Agraria, tuvieron que dividir una sayaña entre él y su hermano
Marcos Quispe quien, a la vez, era titular de una sayaña en la Cabecera de Valle.
Posteriormente se vieron envueltos en una pelea muy fuerte, y por falta de entendimiento se
devolvieron las sayanas en su totalidad, Lucio en nivel Valle y Marcos en Cabecera de Valle,
manteniendo sólo la división de las parcelas en las aynoqas. A principios de la década de 90,
Lucio tuvo que dividir la sayaña del Valle entre sus cuatro hijos varones: Ciferino, César,
Nelson y Erasmo, a cada uno le tocó una extensión de cuarta hectárea, en total la sayaña
alcanzaba a una hectárea. Lo mismo hizo con una cuarta hectárea que Lucio había comprado
del ex patrón Rivera, y también dividió en cuatro las parcelas de las 8 aynoqas. Lucio no tenía
parcela en las sayañas de Cabecera de Valle. De los cuatro hijos, tres se afiliaron en calidad
de sobrantes13 al sindicato agrario, el último de los hijos reemplazó la afiliación del padre en
el sindicato agrario, con lo que mantuvo la calidad de sayañero, aunque sólo accedía a la
cuarta parte de la sayaña. Lucio tenía tres hijas mujeres, dos radican en la comunidad vecina
de Choquesa y una en la comunidad de K’ara, ellas fueron totalmente excluidas de la
herencia de la tierra, no recibieron nada de terreno.

En otros casos, hubo sayañas en la Cabecera de Valle que no fueron divididas, la de Lino
Chipana es una de ellas, y se mantiene con la misma extensión desde la Reforma Agraria. El
padre del Lino, don Erasmo Chipana, en la época de la hacienda había logrado obtener una
sayaña suelta, y fungió como titular ante el sindicato agrario hasta la década de 80. Luego la
heredó su único hijo, Lino, quien ahora mantiene la sayaña suelta, los nietos migraron a la
ciudad de La Paz y a otros lugares. En la actualidad, sólo la pareja vive en la comunidad.

13Sobrante: esta palabra aparece en la Ley de Reforma Agraria de 1953 en el expediente 1543 de comunidad
K’ara, son aquellos comunarios que no accedieron a la titularidad de una sayaña asociada o suelta.
38
En algunos casos sucedió la migración de unidades domésticas enteras, suscitó a principios
de la década de 90. Las UD dejaron sus sayañas en calidad de arriendo o al partir a otras UD,
habitualmente a familiares consanguíneos. En las UD que accedieron a la segunda sayaña, la
mujer asumió las obligaciones y derechos al sindicato agrario mientras el varón mantenía las
obligaciones y derechos al sindicato agrario de su propia sayaña. Con ello se hace evidente
que la acumulación de tierras por las UD que accedieron a una segunda sayaña en la
Cabecera de Valle y en las aynoqas del mismo nivel estará en mejor condición de tener un
doble cultivo de los productos principales como la papa milli y el maíz, en relación al resto de
las UD.

En esta situación, ahora consideremos el caso de los chhiqhiñirus14 en K’ara. Había dos
Chhiqhiñirus uno de ellos murió a principio de la década de 90, el cual tenía tres hijos: 1
varón y 2 mujeres. El varón migró a la comunidad de su esposa, donde se estableció en los
terrenos del cuñado. Una de las hijas se fue a una comunidad vecina y la segunda hija
contrajo matrimonio en la misma comunidad, donde se quedó a residir y empezó a trabajar
las parcelas de sus padres. El hermano no se interesó por las parcelas, además, las parcelas
son muy pequeñas y no convendría dividirlas. Del segundo chhiqhiñiru, sus 4 hijos, tres
mujeres y un varón, migraron a la ciudad de El Ato. En el año 2010, se separó de su segunda
mujer que es de tercera edad (85 años). Una de las hijas le trajo a la ciudad de El Alto.
Cuando el sindicato se enteró de la migración definitiva del chhiqhiñiru, de manera
inmediata le borraron de la lista del sindicato agrario. La hija que recogió al padre decía: así
no mas quedara sus parcelas, asimismo comentaba en cuanto a recuperar sus terrenos que
también son muy pequeños, mantener seria pasatiempo, tampoco no se puede querer
comprar las parcelitas,15

Los pequeños terrenos tienen la denominación de achaj sunt’iña o parcelas pequeñas que
alcanzan solo para que se revuelquen los ratones. De esta forma son denominadas las
pequeñas parcelas que cultivan los chhiqhiñirus y algunos sobrantes de K’ara. Hay 13
sobrantes producto de la Reforma Agraria, sus terrenos son reducidos de ahí que la mayoría
de los hijos salen a buscar oportunidades a otros lugares. La masiva migración que se desato
a principios de la década del 90, tiene que ver con los hijos de los sobrantes, porque es casi
imposible vivir en la tierra de sus progenitores. En algunos casos se quedó uno de los hijos
varones, en la mayoría de los casos se establecieron en actividades informales en las ciudades
y en el exterior del país.

Para la primera década del 2000, la tenencia de la tierra sufrió menor variación. Se ha llegado
a una relativa equiparación en la tenencia de la tierra. Las unidades domésticas tienen cada
vez menor extensión de tierras, esto a consecuencia de la sucesión hereditaria. Sin embargo,
en la Cabecera de Valle quedan sayañas sueltas sin dividir, han quedado a cargo del hijo
quien la mantiene trabajando, si bien se produce papa milli, el limitante es el riego. Por ello
los demás hijo han salido a las ciudades del interior y exterior del país. Algunas unidades
domésticas han dejado sus tierras a algún familiar consanguíneo con la esperanza de volver
algún día a la comunidad de K’ara, en caso de estar afiliado al sindicato agrario aún cumplen

14 Chhiqhiñirus: son aquellos ex colonos solo accedieron a pequeñas parcelas en la hacienda, las extensiones eran
muy menor de una sayaña suelta.
15 Conversación personal en ciudad de La Paz con Andrea Mendoza, hija de chhiqhiñirus Félix Mendoza.

39
con sus obligaciones y mantienen sus derechos, este es el caso de los sayañeros, mientras en
el caso de los sobrantes si sus parcelas son más de cuarta hectárea en nivel valle, están
presionados a mantener la asistencia a la organización sindical en cambio, si las tierras son
reducidas, fácilmente pueden ser borrados de la lista del sindicato agrario. Ese fue el caso del
segundo chhiqhiñiru, el sindicato agrario de inmediato borró su nombre de la lista.

En K’ara existieron tierras comunales que está bajo el control del sindicato agrario, la
mayoría se encuentra ubicada en el sector alto andino. Algunos años son distribuido a los
afiliados al sindicato agrario, en el año de 1991 la zona de Liwruni fue distribuido a todos los
afiliados al sindicato agrario. Existen algunas zonas de alto andino que aun falta distribuir.
Los bosques de Valle en la zona de Wilapampa fueron distribuidos a los afiliados al sindicato
agrario a mediados de la década de 1980, después fueron abandonados y nuevamente el
sector se ha vuelto bosque.

En la actualidad en comunidad K’ara existe 43 unidades domésticas que residen


permanentemente, entre los sayañeros, sobrantes y sobrantes oyentes, como sea dicho en la
década de 1990 hubo una masiva migración de unidades domésticas y jóvenes solteros. Los
residentes en ciudad de El Alto y en Irupana, Sud Yungas. La mayoría de los residentes
habían dejado sus tierras y los puestos de afiliación al sindicato agrario a sus familiares
consanguíneos. De ahí muchas unidades domésticas que viven en K’ara tienen doble
afiliación, es decir, cumplen la función económica social de las tierras de los residentes. La
fuerza de los comunarios es superior a los residentes. Los residentes todavía no son
influentes en la comunidad, como en las comunidades de altiplano, en caso de Chari de
provincia Bautista Saavedra (Spedding y Llanos, 1999), en donde los residentes son
influentes en la organización comunal, muchos residentes mantienen la función económica
social desde la ciudad. La organización sindical cuenta con 62 afiliados, muchas unidades
domésticas tienen doble afiliación, están en calidad de doble sayañero, sayañero y sobrantes,
sobrantes y oyentes.

SISTEMA DE HERENCIA DE LA TIERRA


El sistema de herencia de la tierra puede ser verificado en todas las UD, y tiene mucho que
ver con la situación actual de la propiedad familiar e individual en las comunidades. Según
Urioste “Uno de los temas claves para comprender los cambios desde 1952 es establecer
como se ha ido transmitiendo la tierra desde entonces, sobre todo para aproximarnos al
minifundio entendido como fragmentación de la propiedad individual y familiar” (Urioste,
2007:49). Con la Reforma Agraria de 1953 los colonos de K’ara consolidaron las sayañas,
asociadas y sueltas, que fueron cedidas por el ex-patrón Ernesto Rivera. Posteriormente,
fueron distribuidas y divididas como sucesión hereditaria entre los hijos, afectando positiva o
negativamente la situación económica de los mismos. Fue, según Miranda, que mediante:
“Sucesiones hereditarias, esas parcelas, de por si inicialmente pequeñas, se han minimizado.
En estas condiciones pocas propiedades constituyen unidades económicamente rentables”
(Miranda, 2003:34).

Para el caso del sistema de la herencia de tierra agrícola en Sud Yungas de La Paz, Spedding
(1994), señala lo siguiente: “en los Yunkas las mujeres heredan por igual, y aunque vayan a
vivir en otra comunidad con sus maridos, siguen regresando para aprovechar los productos

40
de su herencia”. Lo que determina la asignación de mayor o menor herencia a los hijos es la
prestación de trabajo en ayuda a los padres, no así el sexo del hijo (Spedding, 1994:42). El
aporte del trabajo de todos los hijos solteros/as para los padres es casi igual, pero se
diferencia cuando los hijos/as se independizan formando nuevas unidades domésticas, en el
fondo la autora está diciendo que las nuevas unidades domésticas se forman en los terrenos
del varón, de ahí la mujer se va a otra comunidad donde su marido. Cuando dice que no
interesa el sexo del hijo, está claro que tendría que haber nuevas unidades domésticas que se
forman en las tierras de las mujeres.

Estudiando la dinámica de la transmisión de la herencia de la tierra en Suiqui Milamilani, en


el Municipio de Yanacachi, provincia Sud Yungas de La Paz, Jarmila Moravek (2011) señala
que: “la entrega de herencia es básicamente una decisión personal, que no se rige por la
legislación establecida en el código de Familia, del Estado Plurinacional de Bolivia; la
decisión de entregar la tierra al heredero se basaría en los usos y costumbres” (Moravek,
2011:55), son usos y costumbres de cada comunidad. El criterio aplicado por los padres en
heredar a los hijos o a las hijas, tiene que ver con la ayuda y la manutención hasta los últimos
días de su vejez. De los hijos e hijas que migraron, los padres deciden al final a quien heredar
más o menos tierra, y quienes no heredan nada de tierra. Ese es el criterio que se mantiene en
Suiqui Milamilani. En K’ara la herencia de la tierra se encuentra en la segunda generación, es
decir, todavía no está bien definida la división de la tierra, la mayoría de los hermanos tienen
la intención de mantener la tierra, recuperando la herencia que uno de los hermanos la tienen
posesión.

En las comunidades de la Quinta Sección Cairoma, existen dos tipos de división de tierra:
sayañas y aynoqas. Estas tierras usualmente heredan los hijos varones, es decir, la tierra “en
general es de propiedad individual del varón, salvo de los casos de las viudas que detentan la
propiedad de la tierra alcanzando el 2.3% del conjunto de familias y algunas mujeres que
heredaron pocos surcos de tierra.” (CEPROMU, 1996:43). En K’ara los varones son los
dueños casi absolutos de las tierras, las sucesiones de tierra generalmente son patrilineales.
Este tratamiento discriminatorio a las mujeres se arrastra desde la hacienda, en ese periodo
sólo los varones accedían a las sayañas, no así las mujeres. El padre de familia hacía inscribir
a sus hijos varones desde niños, esto para acceder a las sayañas en diferentes niveles
ecológicos: Valle y Cabecera de Valle. En la hacienda, cuando un sayañero se unía en
matrimonio, el varón representaba formalmente a la sayaña ante el patrón, asistiendo a los
trabajos agrícolas él con la ayuda de su mujer, sus pequeñas hijas mujeres se dedicaban a las
actividades pecuarias.

Posterior a la Reforma Agraria, las sayañas fueron tituladas a nombre de los representantes
formales de las UD, posteriormente esas sayañas las heredaron los hijos varones, casi de
manera automática. Las mujeres, a veces, heredan una mínima parte y, en otros casos, nada.
En las UD del grupo de los sobrantes, las hijas frecuentemente no heredan tierras. En los
casos, cuando las hijas de los sayañeros heredan tierra, son extensiones reducidas en el nivel
Cabecera de Valle; en las parcelas secundarias de las sayañas de unos 400 m2 y en las 8
aynoqas, suelen heredar únicamente de una a dos parcelas como máximo. Hay casos
excepcionales cuando las hijas heredan tierra en las sayañas del nivel Valle, son las tierras
que sus padres adquirieron mediante compra venta del ex patrón Rivera. Finalmente, cuando
la UD solo tiene hijas, ellas heredan la tierra en partes casi iguales. En la siguiente

41
generación, se retorna al sistema de herencia, los hijos varones serán los herederos no las
hijas.

En K’ara la base para el acceso a la tierra es la herencia, aunque no tiene correspondencia con
las leyes del Estado Plurinacional de Bolivia. El trámite de la declaración de herederos debe
garantizar la división, en partes iguales, de las tierras de los progenitores a todos los hijos
legítimos. Los padres van asignando tierras a los hijos varones, desde el momento que
forman un nuevo núcleo familiar y que viven en la comunidad, pero algunos jóvenes se van
de la comunidad sin que su padre le asigne un terreno. Hay casos de algunas mujeres que
recibieron algunas parcelas después de 5 ó, incluso, hasta pasados 25 años de convivir con
sus parejas como sirwiñaku o matrimonio con el aval legal del registro civil. Tal fue el caso
de Julia Mamani que, en la década de 90, heredó una parcela en la aynoqa de P’ari después de
convivir 5 años con su esposo Daniel Salva. Doña Maruja Estrada, por su parte, recibió la
herencia de su padre después de 25 años de haber convivido con su pareja Luis Vaquiata. En
el año de 1966 se había juntado con su esposo y recién en 1991 su padre le mostró una parcela
en el nivel Valle como herencia, esa vez su padre le había pedido que esperase unos cinco
años más para tomar posesión de esa tierra. Doña Maruja aceptó esperar los 5 años por la
extensión de tierra, de unos 2000 m2, que su padre le había señalado. Cuando en 1996 tomó
posesión de la parcela, ella decía: de tantos años me entregó este terreno mi padre, ya soy
mayor, ya no tengo fuerzas para trabajar. Bien habría sido que me diera tierras cuando era
joven. Sólo será para mis hijos, ellos se cultivaran (entrevista a doña Maruja Patzi en agosto
2006).

El motivo principal para dejar pasar el tiempo antes de entregar la herencia de la tierra a las
hijas es la escasez de la tierra, si los padres distribuyeran toda la tierra a sus hijos, ellos no
tendrían dónde vivir, de ahí que tienden a retener una parte de las tierras, generalmente son
afectadas las hijas y no tanto los hijos. Culturalmente se entiende que las mujeres tienen que
ser mantenidas por sus esposos, por ello no es imprescindible entregar la tierra de herencia en
el momento que se forma la nueva unidad doméstica de la hija. La entrega de tierra a las
mujeres se la hace cuando hay la posibilidad. Los padres se ven obligados a entregar las
tierras a los hijos varones desde el momento en que forman una nueva unidad doméstica, es
decir, después de la irpaqa16 de la mujer a la casa del hombre o a la casa de los padres, desde
ese momento el marido está obligado de mantener a su mujer aunque sus padres no tuvieran
suficiente terreno. El caso de la unidad doméstica Mamani Morales es un ejemplo de ello,
esta unidad tenía solamente pequeñas parcelas o achaksunt’iña17, en el año 1999 el joven
Julio Mamani había irpaqado a Maritza Apaza. Los padres de Julio tenían pequeñas parcelas,
en su mayoría eran achak sunt ’mas; la producción agrícola en las pequeñas parcelas apenas
abastecía su autoconsumo, completando sus ingresos con producción pecuaria y trabajando
como jornaleros en la misma comunidad.

Después de la unión de Julio y Maritza, la pareja se estableció cerca de los padres de Julio,
pasaron unos días y empezaron a construir un cuartito para su vivienda. El padre de Julio, les
cedió algunas parcelas donde empezaron a cultivar pero resultaba insuficiente, entonces
trabajaron de jornaleros por producto y por dinero, de esta manera vivieron todo un año. Los
padres de Maritza tenían una sayaña suelta de la que podían ceder algo de terreno una vez que
su hija hubiera contraído matrimonio; a los dos años después de juntarse con su pareja, le
asignaron dos parcelas en calidad de préstamo manifestándole que: debería mantener tu

42
marido, si no puede mantenerte ¿para qué maneja mujer? Esos terrenos les abastecieron
para autoconsumo y, ambos, continuaron trabajado de jornaleros. Al tercer año, Julio y
Maritza, ya no pudieron mantenerse en la comunidad de ahí que migraron a la ciudad de La
Paz, donde la mujer se dedicó a ser vendedora ambulante, y el varón consiguió un empleo en
una salteñería. Los padres tomaron de nuevo las pequeñas parcelas.

El año 2005 murió el padre de Maritza en un accidente en la acequia, luego de unos años
también murió la madre a causa de una enfermedad. La madre de Maritza antes de fallecer
dividió la sayaña suelta de Cabecera de Valle entre sus tres hijos: Maritza y sus dos hermanos
varones. La parcela tiene unos 6000 m2, Maritza recibió unos 1500 m2 sin acceso a las
parcelas de las aynoqas, sus dos hermanos las recibieron. Por otro lado, en el año 2012, murió
la madre de Julio y su padre, con unos 74 años de edad, vive en la comunidad con un hijo
solterón y un nieto, todavía no ha distribuido la herencia de tierra a sus hijos. Julio nos
comentó: no hay caso de reclamar terreno, apenas también se mantiene 16 17 mi padre y
hermano en los terrenos reducidos. Pienso que nunca recibiré de mi padre terreno por eso
estoy pensando solo cultivarme en el terreno que heredó mi esposa, tal vez en los siguientes
años me compre algo más de terreno, solo de mi esposa resulto pequeño, estoy pensando
retornar definitivamente a K’ara, en ciudad de La Paz también me he aburrido. (Entrevista a
Julio Mamani, Enero 2010)

El hombre tiene que mantener a la mujer en su tierra, este dicho se rompe en algunos casos,
sobre todo cuando los hombres no tienen acceso a la tierra de sus padres y buscan algunos
medios, como el matrimonio, que les permita el acceso al recurso natural de la tierra, en caso
de hijas únicas. En estos casos, el varón irpaqa o lleva a la mujer a la casa de sus padres, pero
después de unos meses poco a poco se trasladan a la casa de los padres de la mujer. La irpaqa
y vivir un tiempo en la casa del hombre es algo simbólico, si en la irpaqa la mujer hace
quedar al hombre en su casa, el hombre es mal visto por comunidad, se lo ve como incapaz,
sometido a la mujer, mandaku de la mujer, en pocas palabras, se mella la dignidad del
hombre. En los casos cuando el hombre se va a vivir a la casa de los padres de la esposa y,
además, cultiva las tierras de la mujer para mantener su unidad familiar, los comentarios que
se escuchan sobre el hombre son despectivos, por ejemplo: mantenido, allumay ayt’ata (solo
con pene erecto), mantenido por los suegros y, que no tiene la capacidad de mantener a su
mujer ni a sus hijos.

Las unidades domésticas que sólo tienen hijas son casos excepcionales en la comunidad de
K’ara. Como los progenitores no tienen hijos varones es posible ceder las parcelas a las hijas,
por ello la hija y el yerno estarán obligados a prestar su ayuda en actividades agrícolas y
pecuarias a cambio de usufructuar las tierras. Esto hace que al padre del varón se le preste
menos atención que a los padres de la mujer. La ayuda gratuita de las hijas e hijos a los padres
está en función a la cantidad de terreno heredada, si la joven pareja recibe más tierra de
alguno de los padres, está obligada a ayudarles hasta sus últimos días de su vida. Los hijos
que no reciben tierra de sus padres, no están obligados a prestarles ayuda, si los hijos no han

16 Irpaqa o sarta, es el acto de llevar y hacer aparecer por los padres del varón a los padres de la novia, el
novio se “robo” su pareja, a la joven que enamoraba (tawaqu o joven cholita) para que sea su esposa.
17 Achak sunt’iña: son parcelas pequeñas que alcanzan solo para que se revuelquen los ratones. Forma en que se

denomina a las pequeñas parcelas que cultivan los chhiqhiñirus y algunos sobrantes de K’ara.
43
recibido tierra puede ayudar a sus padres si tienen buen corazón. Algunos hijos/as que
reciben tierra y no ayudan a sus progenitores en los trabajos agropecuarios, son pasibles a ser
sancionados socialmente, son hijos a quienes se los ve como hijos sin corazón, sin
sentimiento, vividores de la herencia, sin vergüenza, etc.

En general, los padres heredan la tierra a los hijos varones desde el momento de tener sus
parejas en la comunidad, mientras si han migrado de la comunidad, les entregaran su
herencia pasados algunos años de tener pareja. Las mujeres heredan la tierra, muchas veces
ocurre que reciben su herencia cuando ya no pueden trabajar o, en otros casos, después de la
muerte de sus ancianos padres, hasta ese momento todavía suelen estar cultivando pequeñas
extensiones. Los hijos que se dividen la tierra no realizan trámites legales para formalizar su
posesión, hacen división y partición con el sindicato, no toman en cuenta las leyes estatales.
Los varones tienen todo el derecho de heredar, las mujeres solo en algunos casos heredan la
tierra.

En número de parcelas de las 8 aynoqas, de un sayañero alcanza máximo a 40 parcelas, y los


sobrantes 17 parcelas. Las parcelas de los sayañeros en las sayañas de Cabecera de Valle y
Valle, en cada nivel llega tener de cuarta hectárea a media hectárea de extensión, solo en
casos excepcionales sobre pasan a media a hectárea de extensión, y los sobrantes tienen de
100 a 5000m2 en las parcelas de las sayañas, y algunos casos excepcionales no tienen tierras
de las sayañas de Valle y Cabecera de Valle. Pero hay casos excepcionales de algunos
sobrantes, las extensiones de tierras alcanzan a una hectárea, las parcelas que poseen en Valle
mayormente son de compra venta del ex-patrón Rivera. Estas parcelas van pasando, en
sucesión, a la segunda generación, sin embargo, hay todavía algunos colonos de la primera
generación que mantienen sus sayañas, es decir, no han pasado en su totalidad a la segunda
generación. Más de la mitad de los sayañeros, han transferido sus tierras a la segunda
generación, de estas, hay como unos cinco casos del total de 38 sayañeros18 que han dejado
las tierras como herencia a la tercera generación.

ORGANIZACIÓN DEL RIEGO


El riego es central para los cultivos principales en Cabecera de Valle y Valle, de ahí fue
importante la irrigación para el emprendimiento de diferentes estrategias productivas en
Valle. Y en las aynoqas de Cabecera de Valle se cambio de cultivos a secano hacia cultivos
de papa milli y maíz con el riego de las vertientes secundarias.

En la comunidad de K’ara el sistema de riego es complejo, las principales vertientes están


controladas por sindicato agrario; las vertientes secundarias no están bajo tuición del
sindicato. Los grupos de regantes se organizan el sistema de riego a su modo. Además, la
comunidad de K’ara tiene alcance a la cuenca de Atoroma, este es un riego flexible en el cual
no se inmiscuye el sindicato agrario.

RIEGO COMUNAL
Desde antes de 1952 los comunarios de K’ara tenían la práctica de cultivar las sayañas de

18 Los sayañeros originales dotados por la Ley Reforma Agraria de 1953, en el expediente son 35 personas, pero en
la lista del sindicato agrario se maneja 38 sayañeros, en el último dato nos hemos basado para nuestro estudio.
44
Cabecera de Valle con riego. El agua era captada de las vertientes principales de los niveles
de Alto Andino - Puna - Cabecera de Valle, luego dirigida por acequias a dos estancos, que se
llenan durante la noche y muy temprano por la mañana se suelta el kañuna19 de los estancos,
para riego de las parcelas de las sayañas. Los usuarios están divididos en dos grupos, un
grupo recibe el agua del estanco Pararani y otro grupo de Iliysa de Cabecera de Valle.

Las personas de la tercera edad cuentan que: antes en la hacienda no había mit ’a o turno de
riego, no estaba definido asociación de regante de los colonos, el que requería riego
utilizaba en cualquier momento, cuando el otro sayañero concluía regar, luego el siguiente
utilizaba, así sucesivamente circulaban los turnos de riego. Además cada UD agarraba riego
hasta concluir sus parcelas. En esa etapa de la hacienda sólo había 21 sayañas en la Cabecera
de Valle, estaban entre sayañas asociadas y sayañas sueltas. Como se menciono, en la
hacienda para acceder a sayañas asociadas en diferentes niveles ecológicos, se asociaban dos
personas, generalmente eran entre hermanos o padre e hijo, muchos de ellos eran solteros que
vivían en una sola UD, de esa manera solo ocupaban un turno de riego en Cabecera de Valle.
Posteriores años, con la disociación de las sayañas asociadas se aumentó el número en la lista
de usuarios de riego a un total de 38 sayañeros.

Posterior a la Reforma Agraria, los sayañeros asociados se separaron. Los sayañeros solteros
buscaron una pareja y formaron sus propias unidades domésticas, o bien, algunos hijos se
independizaron de sus padres y dividieron las sayañas. Las nuevas unidades domésticas
exigieron su turno de riego, con lo cual se amplió el número de usuarios del riego. Así surgió
el sistema rígido de turnos en el riego, en las vertientes principales de Cabecera de Valle, y
cuya gestión se dejó a cargo de la organización sindical (o a la asociación), además, el
servicio abarcaba a los 38 sayañeros afiliados al sindicato agrario. Un afiliado tenía dos
turnos o mit’as principales de riego, cada uno de 48 horas. El primer turno era para la siembra
de papa milli y, el segundo turno, para la siembra de maíz. Desde la tercera mit’a el riego para
el cultivo de la papa se reducía a 24 horas hasta su maduración, a mediados del mes de
diciembre; el turno de los usuarios responde a la ubicación de las parcelas, empezando desde
arriba hacia abajo.

La asociación de regantes fue la base para la conformación del sindicato agrario, por ello
tenían obligaciones al sindicato agrario con trabajos comunales, cuotas sindicales, asumir los
cargos sindicales, asistir a las asambleas comunales y prestar servicio a la escuela, a cambio
los afiliados al sindicato recibían el derecho al riego en la Cabecera de Valle.

Por otro lado, surgió la categoría de los sobrantes que poco a poco empezaron a afiliarse al
sindicato agrario de los sayañeros con la esperanza de tener acceso al riego en la Cabecera de
Valle y fueron logrando el objetivo, es decir los afiliados al sindicato agrario tienen acceso al
riego, se basan en la distribución de mit’as sobre la misma lista de sindicato agrario, no hay

19 Kañuna: el tapón rustico del estanque, elaborado en un palo delgado de unos 3 metros, en un extremo del palo de
menor diámetro, se envuelve con trapo de tocuyo y por encima se amarrado con caito, con lo cual se tapa de afuera
el estanque del orificio del estanque, se cuña con piedras para que no seda la kañuna, y por dentro del estanque se
refuerza al kañuña con greda, para que no escape nada de agua del estanque. En las noches se tapa los estanque, en
ellas se hace llenar las reducidas aguas de las vertientes, y en las mañanas se suelta en una cantidad como doble de
las vertientes de agua, hasta vaciarse el agua del estanque, cuando se vacía estanque otra vez se tapa con el kañuña y
desviar al estanque las aguas de las vertientes.
45
aparte asociación de regantes. Además, al afiliarse como sobrante otorgan los derechos y
obligaciones al igual a los de comunarios sayañeros. Entre los derechos está tener voz y voto
en las asambleas de la comunidad y la mit’a en la distribución de riego. De esa manera los
sobrantes fueron acoplándose a la organización comunal de riego de Cabecera de Valle.
Algunos sobrantes tenían pequeñas parcelas en las sayañas de la Cabecera de Valle, y como
en muchos casos les sobraba riego, empezaron a utilizar parte de sus turnos para cultivar
algunas parcelas en las aynoqas de Tusuta. Hubo casos extremos, aquellos que tenían
parcelas muy reducidas como los chhiqhiñirus, cedieron algunos de sus turnos de riego a otro
sayañero que tenía una parcela más extensa.

Como se ha dicho la asociación de regantes de Cabecera de Valle estaba conformada sólo por
sayañeros a la cual se incorporaron nuevos afiliados hasta mediados de la década de 90. A los
nuevos afiliados les diferenciaba el nombre, sobrantes, aunque tenían el mismo derecho de
riego como los sayañeros. En los posteriores años, se incrementaron los sobrantes poco a
poco, y a mediados de la década de 90 llegó a su número de 18 sobrantes, sumado con los 38
sayañeros llegaron a un total de 56 afiliados, con lo cual se ampliaron los intervalos de riego
y ocasionó la disminución de la producción de papa milli.

En los años 1997-1998, los usuarios riego determinaron cierre definitivo a la recepción de
nuevos afiliados a la organización de regantes que llego a un límite estructural, esta
determinación fue tomada por los afiliados al sindicato agrario entre los sayañeros y
sobrantes. Mientras había 6 nuevas unidades domésticas que se habían agrupado para
afiliarse al sindicato agrario para tener derecho al riego, pero el cierre de la lista fue definitivo
por los afiliados al sindicato agrario, sin embargo, las nuevas unidades domésticas estaban
sigue insistiendo en la afiliación, los esfuerzos de gestión fueron en vano.

Posteriormente a principios de la década de 2000, fue insertado en el POA del Municipio de


Cairoma, el proyecto de agua potable o agua por cañería para consumo humano, al principio
se discutía quienes van a tener piletas a las viviendas, en eso se habia dicho solo los afiliados
al sindicato agrario, pero también las 6 unidades domésticas sin afiliación al sindicato agrario
demandaban el agua por cañería a las viviendas, los afiliados se han opuesto que accedan los
no afiliados al sindicato agrario, los 6 unidades domésticas no fueron tomados en cuenta.
Pero en ese ínterin se habían formado un comité de agua potable presidida por don Walter
Mendoza, un joven dirigente nos comentaba que; él influyo en cierta medida la apertura del
proyecto de agua potable a las unidades domesticas sin afiliación al sindicato agrario, como
tenía algo de conocimiento de algunos Leyes, como derecho al agua potable, no se podía
excluir a ninguna unidad doméstica, por esa decisión recibió duras criticas de algunas
afiliados al sindicato agrario, también le defendían las 6 unidades domésticas excluidas en un
principio, y también algunos afiliados al sindicato agrario se fueron sensibilizando y de esa
fueron aceptando el ingreso al proyecto de sistema de agua potable de las 6 unidades
domésticas flotantes.

Las unidades domesticas no afiliadas al sindicato agrario, como han accedido al agua
potable, empezaron nuevamente a reclamar la mit’a de riego del sindicato agrario en
Cabecera de Valle, el argumento principal era que fueron participe de trabajos comunales,
eso les habilitaba acceder al riego del sindicato agrario, pero recibían la negativa de los
afiliados al sindicato agrario, después las unidades domésticas sin afiliación sindical se han

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puesto fuertes en su posesión de acceder si o si al riego, argumentaban que: eran parte de la
comunidad, han nacido en misma comunidad, tenían tierras, colaboraban en las actividades
de la comunidad y ponían sus hijos a la escuela. Al final han empezado ceder nuevamente los
afiliados al sindicato, de ahí accedieron parcialmente al riego, sólo a una única mit’a de 24
horas en el año calendario de cultivo de maíz. Este fue un gran avance al derecho a riego, a su
vez el sindicato acepto su afiliación parcial a la asociación de regantes. Los nuevos usuarios
de riego, fueron categorizados como sobrante oyente, frente a los afiliados plenos quienes
tienen la categoría de persona o sayañero y sobrante.

En los últimos años el agua para el riego de las vertientes principales ha disminuido
notablemente en Cabecera de Valle, el principal factor fue el corto periodo de ciclo de lluvia,
llega muy tarde, casi en el mes de diciembre, cuando el principal cultivo la papa milli está
maduro. El cultivo de papa requiere constante riego, de un intervalo de 14 días, actualmente
cada turno llega de un intervalo de 28 días, con eso las plantas sufren de agua, influye
directamente en disminución del tamaño de papas. Este era el principal argumento de los
regantes sayañeros y sobrantes para no recibir a nuevos regantes.

RIEGO ZONAL
En comunidad K’ara las sayañas del Valle están concentradas en dos sectores: el sector arriba
tiene la denominación de Waranusu, corresponde a la parte Suroeste de la comunidad y
limita con las sayañas de la comunidad de Quebrada. El sector abajo de las sayañas tiene las
siguientes denominaciones: Uqhipaya, Karwuyu y Qhani; está en la parte Noroeste y colinda
con las sayañas de la comunidad de Agua Salud. Los dos sectores mencionados están en los
márgenes de la cuenca Atoroma.

El riego en el nivel Valle es relativamente abundante, sus aguas se originan en la Cordillera


de Tres Cruces, que descienden por el río Atoroma. En Valle de K’ara el sector de Waranusu
colinda con las chacras de comunidad de Quebrada, ambas comunidades mencionadas
comparten una sola acequia. Hay turnos informales de riego para los usuarios dentro de
Waranusu de comunidad de K’ara, también hay turnos informales para los usuarios de las
comunidades de Quebrada. El riego es abundante, sin embargo, como es una sola acequia su
capacidad no abastece a las dos comunidades.

La desventaja de Waranusu es que la toma de agua del río Atoroma es distante de las
viviendas de K’ara, en cambio la comunidad de Quebrada está más cercana a la toma de la
acequia; por ello los de Quebrada tienen más facilidad en utilizar el riego, en cualquier
momento pueden desviar el riego a sus cultivos, perjudicando en el riego a los de Waranusu
de K’ara. Los de Quebrada tienen mayor ventaja para regar de día, mientras los de K’ara
aprovechan el riego de noche. Los de Quebrada por lo general no riegan de noche. Para regar
los cultivos en Waranusu se necesita mínimamente dos personas, uno vigila la acequia para
evitar el desvío del agua a los cultivos de Quebrada, y el otro vigila el riego de sus cultivos en
Waranusu.

La limpieza de canales de riego es compartida sigue un orden fijo entre los usuarios de las
dos comunidades. El turno de riego en Waranusu es flexible y no como ocurre en la Cabecera
de Valle, de acuerdo a la norma social todos los que requieren riego para sus diferentes
cultivos tienen acceso, incluyendo a los que no están afiliados al sindicato agrario, sólo
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tienen que ayudar en los trabajos de limpieza de la acequia, limpiando las waras20 que le son
asignados a cada usuario.

En el sector abajo de Valle, los regantes de K’ara (Qhani, Karwuyu y Uqhipaya) tienen una
acequia exclusiva de la cuenca del Río Atoroma. En este sector existen mit’as informales
entre los usuarios de riego y hay cierta flexibilidad, pero en los meses de agosto hasta
noviembre existe mayor requerimiento de riego para los cultivos, entonces suelen funcionar
las mit’as en turnos fijos, empezando en los cultivos que se encentran junto a la boca de la
toma de la acequia hasta concluir en las parcelas más distantes.
Los trabajos de larqa alli 21 o limpieza de canal de riego, son realizados generalmente
después del ciclo de lluvia en los meses de marzo, abril y mayo. Si el trabajo es poco, suele
terminar rápido en mes de marzo o abril; pero si el trabajo es intenso, es decir por la caída de
la plataforma de las acequias, en especial en los sectores de los barrancos de Peraspata y
Janq’u Waranakha, se requiere más tiempo, alargando el trabajo de limpieza de la acequia.

En Valle de K’ara el trabajo en las acequias incluye, por igual, a todos los usuarios que riegan
de 1000 m2 a una hectárea, trabajando casi la mismas cantidades de waras o melgas, es la
medida de extensión a ser trabajado que tiene como promedio un metro. Como cada año las
lluvias ocasionan destrozos en las acequias, en la distribución del trabajo para la limpieza de
acequia los usuarios que tienen parcelas reducidas suelen reclamar diciendo: voy a trabajar
menos, mi terreno es reducido; por su parte, los usuarios que tienen tierras extensas,
presionan para que cumplan con el trabajo de igual a igual, no perdonan. Algunos que tienen
parcelas reducidas se escapan, suelen perderse a propósito del trabajo, a ellos se les hace una
consideración porque el riego que utilizan es reducido.

La acequia del sector abajo es muy inestable, en lugares como los barrancos de Peraspata y
Janq’u Waranakha, cada año se pierde la plataforma de la acequia, debido a que la tierra es
inestable y porque en la época de lluvia las aguas torrenciales del rio Atoroma desgasta la
tierra de abajo, de ahí que la asociación de regantes hace rituales con mesas y wilancha de un
cordero cada año al inicio del ciclo productivo, cuando se está realizando los trabajos en la
acequia. El ritual está dirigido al Tío, las plegarias piden que aleje las aguas torrenciales de la
lluvia hacia el otro frente del río, de esa manera evitando el destrozo de la plataforma. Se dice
que a veces da resultados como en barranco de Janq’u Waranakha. En la década de 2000, las
aguas torrenciales del rio Atoroma se acercaron poco a la acequia, desviándose al frente de de
acequia, de esa manera el desgaste de la tierra es al otro lado, así también los trabajos en la
acequia disminuyeron notablemente porque no hubo muchos destrozos en la plataforma de la
acequia por las aguas del rio, sólo los destrozos ocasionados por la lluvia. En cambio, el ritual
en el barranco de Peraspata no dio resultado, la plataforma de la acequia siguió cayéndose
por el desgaste de la tierra con las aguas torrenciales del rio y también por la lluvia.

RIEGO GRUPAL
En la comunidad K’ara existen vertientes secundarias para el riego en la Cabecera de Valle y
parte del Valle. Además, en algunas propiedades existen vertientes que son gestionadas sólo

20 Waras: son las medidas de distribución de canales de riego, para trabajo de limpieza, después de ciclos de
lluvia.
21 Larqa allí: trabajo conjunto de usuarios riego, en la limpieza de canales de riego.

48
por la unidad domestica que es dueña de la parcela.

La vertiente de agua de Taranka está ubicada en la parte baja de la aynoqa de Chuchurmini,


abasteciendo a unas cuantas parcelas de la aynoqa de Qantutani, también abastece en algo a
las parcelas de Mullini que está en medio Valle, entre Waranusu y Cabecera de Valle. La
distribución del riego es según la necesidad de las 20 unidades domésticas, que comparten
este sistema entre afiliadas al sindicato agrario y sobrantes oyentes. Cuando las parcelas son
reducidas y pendientes mayormente se cultiva alfa alfa y poca papa y maíz.

La vertiente de Quilluma está en el límite de las aynoqas de Tusuta y Chuchurmini, como el


agua no es abundante, han optado por juntar de noche el agua de la vertiente en el estanque y
de día regar los cultivos de alfa alfa y para la siembra de maíz. Los usuarios son más o menos
unos 25. Por esta zona existen parcelas extensas y planas por ello es más requerido el riego y
pudiera haber más usuarios pero algunos comunarios prefieren ya no sembrar para evitarse
conflictos por el agua. Se dice: hay que hacer fila días o una semana para recibir algo de
riego. Casi siempre hay riñas y peleas entre los usuarios, cuando un usuario termina de regar
y otro usuario tiene que ocupar el riego, ocurre que quien tiene más fuerza suele tapar la
kañuna del estanque esto para utilizar riego. No se requiere ser afiliado al sindicato agrario,
para aprovechar de esta vertiente; todos los que tienen parcelas por el lugar pueden
aprovechar el riego.

Existe una pequeña vertiente de agua fuera de las sayañas de la estancia de K’ara, cerca a las
sayañas de Cabecera de Valle, es aprovechada para el riego en la zona de Qullpa y pertenece
a la aynoqa de Tusuta, y baja por una acequia a la zona de K’aruma (Valle), en la parte
superior de las sayañas de Waranusu. La vertiente abastece aproximadamente a 20 usuarios
para riego de papa milli, maíz y alfa alfa; la distribución de riego entre los usuarios es por
turnos informales.

RIEGO DE PEQUEÑAS VERTIENTES


El riego por acequias, captado de pequeñas vertientes es utilizado por contadas unidades
domésticas, en el nivel Cabecera de Valle y Valle que mencionas algunas vertientes que son:

• La vertiente de Karwuyu Jawira, ubicada en la parte superior de la acequia principal


del río Atoroma, cubre las tierras de 3 unidades domésticas, entre las cuales el riego
se distribuye en turnos informales. Dos de las parcelas son extensas,
aproximadamente de media hectárea y, la tercera, es de 1000 m2.
• La vertiente de Kuntur Jaquña tiene menor capacidad, filtra justo en el lindero de dos
unidades domésticas que son las que la aprovechan. El agua es acumulada en un
pequeño estanque con la cual riegan en la mañana, después se vuelve a tapar todo el
día y la noche. El estanque abaste a los dos usuarios para siembra de maíz, aunque
hay más parcelas de otras unidades domésticas.
• La vertiente de Jisk’a Totora es muy pequeña y se encuentra en la aynoqa Qantutani,
en la parcela de la unidad doméstica Condori Huanca. Esta UD aprovecha el agua
para la siembra de maíz.
• Finalmente, la pequeña vertiente de Allun Jawira, es aprovechada por la UD Apaza
Mamani, para el riego de alfa alfa en una pequeña parcela.

49
EL SISTEMA DE LA MIT’A
Sea por el caudal de agua de la acequia o por la cantidad de usuarios del riego, debido a estos
y a otros factores, el sindicato o la asociación de regantes organiza la distribución del riego
según la variación de los factores que existen en las comunidades. Algunas investigaciones
como las de Gerbrandy y Hoogendam, hablan de sistemas de distribución por turnos: “En la
gran mayoría de los sistemas de riego en los Andes, existe el sistema de distribución según
turnos. Podemos diferenciar entre turnos de tiempo, cuando el turno se refiere a una unidad
de tiempo durante la cual alguien (o un grupo) puede hacer uso de tal agua; turnos de orden,
cuando el turno solo define el orden y no tiene una duración predeterminada; turnos a
pedido, cuando se pide un turno al encargado” (Gerbrandy y Hoogendam, 1998:306).

Las dos vertientes principales de agua en la Cabecera de Valle son controladas por el
sindicato agrario, la distribución de agua es por mit’a que refiere a un sistema de turnos de
tiempo definidos por la organización sindical. De un total de 56 usuarios, que responden a las
dos categorías de sayañeros y sobrantes, los usuarios están divididos en dos grupos de 28
afiliados.

En la Cabecera de Valle hay dos pequeños ríos que concentran las aguas de las vertientes de
los niveles Alto Andino, Puna y Cabecera de Valle, estos son administrados por el sindicato
agrario. Uno de los ríos está ubicado en el sector Norte de las sayañas, cerca al lindero con la
comunidad de Quebrada, el lugar se denomina Kulisalanchha; en el mismo espacio hay una
vertiente de agua que es conducida por el canal de riego hasta el estanque ubicado cerca a la
iglesia, a este estanque se le denomina “estanque de Iglesia”. El segundo río está ubicado en
el sector Sur de las sayañas, las vertientes que lo forman están en el sector Alto Andino y
Puna de la comunidad. El agua desciende hasta el nivel Cabecera de Valle, la zona específica
es Phichhitaranka, de ahí el agua es dirigida por tubos hasta la zona de Pararani, a un
estanque que recibe el mismo nombre. Los regantes dejan que el agua llene a los estanques
durante la noche y, al día siguiente, sueltan el agua para que riegue las tierras secas y los
sembradíos de papa. Cada uno de los estanques abastece a las dos mitades de los afiliados.
Un pequeño río denominado Churu Jawira pasa por medio de las sayañas dividiendo las
parcelas de arriba hacia abajo, en base a esa división natural cada grupo se organiza
independientemente, los turnos de riego son continuos empezando en la parte de arriba y
terminando en la parte inferior, el segundo turno es similar de arriba hacia abajo, y así
sucesivamente se lleva el riego entre los meses de junio a diciembre.

En sistema de riego de cuenca Atoroma, muchas veces los turnos de orden pueden ser
alterados, es posible saltar los turnos según la disponibilidad de tiempo y cultivo, o uno
puede adelantarse; el turno de riego es móvil. Los cultivos de tomate, por ejemplo, requieren
de riego cada 5 ó 7 días. Según el turno, el riego llegaría después de 2 semanas, esperar el
turno significaría perder el cultivo. Cuando los cultivos son reducidos el turno de riego se
parte entre dos usuarios, se requiere reducido riego los cultivos reducidos de tomate. Se
rigieran a los turnos formales, puede llegar riego de dos semanas o mas, en muchos casos se
pudieran echar a perder los cultivos. Algunos hacen uma anaqa22 riego o desvían una cuarta
parte de agua de la acequia principal o algo menos, con el consentimiento del que está
ocupando el turno en curso, se desvía riego de acuerdo a las necesidades de pequeños

22 Uma anaqa: desvío de agua para los tomates u otros pequeños cultivos en pequeñas extensiones de tierra.
50
cultivos.

En los riegos secundarios de K’ara se aplica los turnos por orden, cada unidad doméstica
riega hasta concluir la parcela o cultivo de papa, el tiempo de riego no está definido porque
las parcelas son desiguales, de una persona la parcela puede ser 200 m2 y de otra 1500 m2,
por ello los turnos de riego son flexibles.

EL SINDICATO AGRARIO DE K’ARA


A pesar de la Revolución de 1952 y de la promulgación de ley de Reforma Agraria, los
patrones se resistieron, sin embargo la organización del movimiento indígena tuvo su peso en
la defensa y aplicación de la Ley de Reforma Agraria. “El 2 de agosto de 1953, en Ucureña
(Cochabamba) se firmaba el Decreto de Reforma Agraria, una de las principales medidas del
nuevo régimen. La reforma agraria fue sin duda un paso interesante, mas por la presión
indígena y campesina que por la convicción del gobierno de MNR. A la luz de la historia, no
fue un simple regalo del gobierno de MNR, sino el resultado de muchos años de presión de
movimiento indígena y campesino” (Ticona, 2004:1).

En la ex-hacienda de K’ara se conformó el sindicato agrario sobre la base de 38 sayañeros,


entre ellos los sayañeros asociados y los sayañeros sueltos. Los sayañeros asociados se
dividieron a dos en los niveles de sayaña del Valle, Cabecera de Valle y las aynoqas, de ahí
representaban entre dos personas de una sayaña asociada al sindicato agrario, mientras las
sayañas sueltas eran representadas por una persona. El sindicato agrario de K’ara se
conformo principalmente con el objetivo de defender las tierras o sayañas debido a que el
ex-patrón Rivera, se resistía a dejar la hacienda pretendiendo hacer trabajar gratuitamente sus
cultivos a pesar de la ley de Reforma Agraria de 1953. El sindicato de K’ara se enfrentó
contra los ex-patrones dueños de la hacienda de K’ara en proceso de la Reforma Agraria. Las
autoridades políticas eran parte de los mistis, como el alcalde de Luribay, mostrando su
parcialización con los patrones y de ahí que exigían a los colonos “abandonar las actitudes de
hostilidad hacia los patrones y cumplir sus deberes con normalidad” (Gordillo, 2000:47).

Los campesinos casi fueron rebasados por los patrones de la región, los patrones no querían
dejar los privilegios de sistema de la hacienda a favor de los colonos, de ahí el Gobierno de
turno había repartido fusiles a las organizaciones supracomunales de la provincia Loayza.
Una de las comunidades más mentadas de la región era Malla, una comunidad originaria sin
patrones, compuesto por numerosos originarios. En las haciendas de Luribay y Cairoma
existían con numerosos colonos muchos casos sobrepasando los 30 sayañeros o colonos, un
caso excepcional hemos podido encontrar de Porvenir con 70 colonos. Los colonos y
originarios fueron dotados de armamento bélico por el Gobierno de Paz Estensoro, con ello
se fueron fortalecidos para enfrentar a los patrones. Los patrones al enterarse del
equipamiento de fusiles, se calmaron y dieron curso a la Ley de Reforma Agraria de 1953.
Algunos ex-colonos de Luribay comentan lo siguiente: fue importante el reforzamiento con
fusiles, al movimiento campesino de Luribay, después de proceso de 1952. Los patrones
estaban a punto de rebasarnos, fue un momento muy crítico, pero hemos logrado reducir a
los patrones, y triunfamos. De ahí se aplico la Ley de Reforma Agraria y el voto universal
para los campesinos, con eso adquirimos el status de ciudadanos.

De manera general, en la provincia Loayza los campesinos lograron dominar a los patrones.
51
Haciendo un paralelo con el Valle de Cochabamba, “el movimiento campesino asumió un
enorme poder político y militar y desde allí se impulsó el proceso de parcelación de las
antiguas haciendas y el proyecto de la incorporación de los campesinos a la nación”
(Gordillo, 2000:19).

A nivel de provincia los patrones estaban debilitados, pero la lucha se mantenía a nivel de la
comunidad entre ex-colonos y ex-patrones, las riñas y peleas entre ambos bandos era
frecuentes. Algunos de los ex-patrones querían retener parte de las sayañas, especialmente
las más productivas; por otro lado, a cambio de sus tierras querían condicionar el cultivo y el
cuidado de sus ganados sin retribución económica ni en especie. En K’ara, después de
Reforma Agraria, los ex-colonos siguieron trabajando para el ex-patrón hasta el año 1955. El
patrón tenía el apoyo de algunos ex-colonos llunk’us o tira sacos del patrón, ellos apoyaron
para quedar bien con la familia Rivera, diciendo: trabajaremos no más para nuestro patrón.
El resto de los campesinos inicio la demanda contra el patrón en el Juzgado Agrario de
Luribay a fin de legalizar la posesión de las sayañas. De la misma manera, las otras
comunidades hicieron llover sus demandas ante el juez agrario de Luribay por ser la capital
de provincia Loayza. Esto dio lugar a un largo juicio contra el ex-patrón Ernesto Rivera hasta
conseguir el respaldo de la Ley de Reforma Agraria sobre sus sayañas, finalmente los
colonos de K’ara consiguieron el dictamen del juicio a favor les dio derecho a ser
beneficiarios y acceder a sus títulos firmados por el presidente de la República de Bolivia. El
trámite burocrático concluyó a fines de la década de 1960, y el expediente fue archivado en
INRA.

El Sindicato Agrario de K’ara se afilió a la Central Agraria de Luribay, Primera Sección de la


provincia Loayza, y como acto simbólico los comunarios de K’ara participaban en los
desfiles cada 2 de agosto en conmemoración de la abolición de la hacienda en Bolivia. Desde
K’ara salían los sayañeros hasta la ciudad de La Paz, recorriendo a pie por Zonazona
provincia Murillo, para rendir homenaje a la promulgación de Reforma Agraria con desfile
cívico con toda efervescencia. En esos años, se dice que los comandos campesinos más
visibles, organizados y equipados fueron de Achacachi, Provincia Omasuyos, y de
Curaguara de Carangas del departamento de Oruro. Participaban los campesinos de las
provincias paceñas y de otros departamentos, se dice también que el “Mono”, el presidente
Víctor Paz Estensoro, solía estar en el balcón del Palacio de gobierno en plaza Murillo con la
palma de la mano levantada, saludando a la población que pasaba desfilando. Después de
concluido el desfile cívico los k’areños junto con otros paisanos, para regresar a sus
comunidades de Luribay, rodeaban a algún auto móvil en las calles de La Paz, lo trancaban y
se subían indicándole que les lleve hasta final de camino carretero por Rio Abajo, los
choferes estaban obligados a llevarles al destino indicado. En esos años los campesinos eran
influyentes en la política local y nacional, motivo por el que los choferes les acercaban hasta
Rio Abajo de donde luego marchaban hacia la provincia Loayza. Bajando de la movilidad
continuaban el viaje a pie hasta su destino, el chofer tenía que cobrar el pasaje de los
campesinos al Gobierno de Paz Estensoro. En los posteriores años, por el cambio del
gobierno, la gente se aburrió de salir hasta ciudad de La Paz, de ahí los de K’ara y de todo
Luribay han optado por hacer el desfile en la misma microrregión.

Al principio de la Reforma Agraria de 1953, el sindicato agrario de K’ara estaba conformado


netamente de puros sayañeros. Con el transcurso de los años, aparecieron personas sin

52
sayañas, eran los hijos de los mismos ex colonos, a quienes se les denominó sobrantes, a este
grupo fueron incluidos dos Chhiqhiñirus que requerían afiliarse al sindicato para obtener
algunos beneficios, principalmente el riego en la Cabecera de Valle, además, recibir algunas
parcelas de uso común las que solamente se repartían entre los afiliados al sindicato y tener
voz y voto en las reuniones. Al principio los sayañeros recibieron a los nuevos afiliados
gustosos con la idea, decían, de crecer y fortalecernos como organización sindical. Los
nuevos afiliados, denominados sobrantes, tenían menor jerarquía que los sayañeros o
personas, aunque la organización sindical les asignaba los mismos beneficios y obligaciones
que un sayañero, tenían que participar en la trabajos comunales, estar presentes en las
reuniones del sindicato, aportar las cuotas sindicales, pasar fiestas rituales en San Andrés y
rituales a Dios en la iglesia católica y, algunas veces, asumir los cargos sindicales.

El beneficio que reportó la Reforma Agraria a los k’areños fue la liberación de los patrones,
el acceso a las sayañas y el derecho a voto para elegir autoridades políticas en las elecciones
nacionales. La parte negativa de la Reforma Agraria fue la limitación de circulación de los
ahora ex-colonos debido a que no tenían la opción de buscar terreno en otras comunidades.
En la época de la hacienda, una persona sin sayaña tenía la opción de esperar que algún
sayañero se peleara con el jilaqata dejara su sayaña, luego irse a otra hacienda buscar sayaña,
en la sayaña dejada podía establecerse algún otro colono sin sayaña. O bien, la persona sin
sayaña podía ir a buscar una sayaña vacante en otras haciendas. Asimismo, cuando los
colonos tenían problemas con los jilaqatas y patrones, podían circular libremente, de una a
otra hacienda, los colonos se iban a otras haciendas sin mirar atrás. Los padres en la época de
la hacienda poco a poco iban acomodando a sus hijos en diferentes haciendas, de ahí
encontramos a las familias distribuidas por diferentes ex haciendas de la región. En la
hacienda había sayañas para los que se dedicaban al trabajo; para aquellos que no eran
dedicados al trabajo se les dejaba las chhiqhiñas, tierras insuficientes para reproducirse las
familias. En la actualidad para establecerse en otra comunidad suele ser necesario contraer
matrimonio con alguien de allí -más accesible para las mujeres que para los varones- y hasta
la compra venta de terrenos suele ser limitado a personas de la otra comunidad.

Como sea mencionado que la Reforma Agraria ha roto la libre circulación de los campesinos
por las comunidades, esto ha hundido a los sayañeros en el minifundio y, con ello, se ha
generado la pelea entre los hermanos por la herencia de la tierra. En algunos casos teniendo
pocos hijos se les alcanzaba las sayañas extensas de los padres, pero en muchas familias las
tierras han resultado insuficientes, de ahí han optado migrar a las ciudades o a los Yungas de
La Paz en busca de terrenos. Los que se han quedado en la comunidad a trabajar las reducidas
tierras, a la fecha, han cumplido 60 años de peleas constantes por las pequeñas propiedades,
en vez de vivir felices entre familiares han vivido infelices siempre en constante conflicto por
los recursos de tierra y riego.
La auto identificación como K’areños y a nivel regional como Luribayeños, por su parte, ha
servido para que la gente foránea sea mal vista en comunidad K’ara. Se trata, en todo caso, de
censurar a los sayañeros que no han nacido en la misma comunidad, y se hace valer sobre
todas las cosas el hecho de haber nacido en K’ara. Por eso los yernos son tratados
despectivamente, como un foráneo de la comunidad; haciendo prevalecer el lugar de
nacimiento del individuo, esto tiene directa relación con la tenencia de la tierra, de modo que
el que nace en la comunidad tiene todo el derecho a usufructuar la tierra, los que no nacieron
en la comunidad, son extraños, y no tienen mucho derecho de acceder a las parcelas.
53
En década del 80, la organización sindical reanudó afiliando a los sobrantes hasta mediados
de los 90. Llegando afiliar 18 sobrantes al sindicato agrario de K’ara, de los cuales la mayoría
son de la primera generación de sobrantes y ex-chhiqhiñirus. Al estar afiliados a la
organización sindical, los sobrantes tenían todos los deberes y derechos como los sayañeros,
esto desbarató a la elite comunal y se abrió la posibilidad a la democratización de los cargos
sindicales.

Cuando nuevos sobrantes quisieron afiliarse, el sindicato tomó la decisión entre 1996-1997,
de cerrar23 definitivamente la lista. Esto afecto directamente a los jóvenes en no afiliarse al
sindicato, más bien los nuevos sobrantes presiona para ser aceptados en la organización
sindical a fin de tener derecho a riego. La particularidad del sindicato agrario en K’ara es su
equivalencia con la asociación de regantes de las dos vertientes principales de Cabecera de
Valle, debido a que los afiliados al sindicato son a la vez los afiliados a la asociación de
regantes. Esta doble función de la organización de sayañeros, se deba a la herencia de la
hacienda en donde los colonos eran parte de sistema de riego de la hacienda, los turnos
informales entre los usuarios colonos, les distribuían los Jilaqatas de la hacienda. Después de
la hacienda siguió funcionando el sistema de riego y el mismo fue la base para la
conformación de sindicato agrario después de la Reforma Agraria de 1953. En consecuencia,
el riego es un elemento cohesionador y de sanción, así cuando un afiliado comete alguna falta
contra la organización sindical como no participar en trabajos comunales o no estar al día en
las cuotas sindicales, el sindicato recurre a la amenaza de quitar el riego, con lo que
inmediatamente el afiliado se pone al día o paga sus multas designadas.

Antes de la creación de la Quinta Sección Cairoma el territorio denominada Araca era parte
de la Cuarta Seccion Malla de Provincia Loayza y la Sub Central-Catilloma era parte de
Primera sección de Luribay. Las comunidades de la microrregión de Araca habían
consensuado para la creación de nueva sección municipal, pero les faltaba población, de ahí
han visto anexar a la Sub Central Sacani-Castilloma de Central Agraria de Luribay.

Con la creación de la Quinta Sección Cairoma en la provincia Loayza, la Sub Central


Sacani-Castilloma ha tenido que cambiar su afiliación de Luribay a Cairoma. La creación de
la Quinta Sección Cairoma no fue consensuado por las comunidades de Sub Central
Sacani -Castilloma habría sido una maniobra de los dirigentes de la Sub Central Pucarani,
Cairoma y otros, quienes recogieron firmas de los dirigentes diciendo que iban a gestionar
recursos económicos para proyectos de desarrollo, los secretarios generales de ese momento
habían firmado urgente esperando tener recursos para sus comunidades. Las mismas firmas
fueron utilizadas para la creación de Cantón Keraya y municipio de Cairoma. De ahí en año
1988 la comunidad de K’ara apareció, de noche a la mañana, siendo parte del nuevo
municipio de Cairoma24, al enterarse las bases de K’ara y de otras comunidades han querido
chicotear a los dirigentes que firmaron para la creación de Canton Keraya y Municipio de
Cairoma, de ahí salió a la luz que era sin el consentimiento de la población de las
comunidades de Sub Central Sacani-Castilloma, la creación de Quinta Sección. Después se
suscitó la fragmentación de las comunidades en dos, una parte de ellas apoyaba seguir en
Cairoma y la otra parte quería volver a Luribay, entre estas últimas era K’ara. Entonces los
dirigentes supracomunales de Cairoma empezaron a mostrar el desarrollo de las

23 Cerrar la lista de sindicato agrario, para nuevas unidades domésticas.


54
comunidades como el beneficio de este cambio frente a lo negativo de pertenecer a Luribay.
Muchos dirigentes se habían hecho convencer por esta propuesta, las comunidades con
opiniones divididas han pesado más la opinión de quedarse en Cairoma.

Los comunarios de K’ara tomaron la posición radical de pertenecer a la Central de Luribay


debido a un suceso inesperado y trascendental como fue la matanza de Jach’a Willk’i un
lugar ubicado en el nivel Alto Andino de K’ara. Este hecho ocurrió por la invasión de los
cumunarios de Curucuta al territorio de K’ara, unas tierras de reserva que estaban utilizadas
para el pastoreo de ganado de ambas comunidades. Estas tierras son de propiedad de la
comunidad K’ara, cuyo límite natural corresponde a la punta de los cerros. El 5 de octubre de
1987 se enfrentaron los comunarios de Curucuta y K’ara, producto del enfrentamiento hubo
4 muertos: una baja de K’ara y tres de Curucuta. Pasado el enfrentamiento, K’ara necesitaba
apoyo para seguir el juicio en los sindicatos supracomunales, en primer lugar acudieron a la
Sub Central Sacani-Castilloma por ser parte de esta, pero se dice que salieron con disimulos y
no encontraron un apoyo real, tenían miedo de meterse al problema legal de las comunidades
de Curucuta y K’ara25. Además, la Central Agraria de Cairoma, que sindicalmente es un
nivel superior, tampoco dio su apoyo a K’ara más bien apoyaron a la comunidad de Curucuta
que, a la vez, estaba afiliada a la Sub Central Pucarani por su cercanía a la capital Cairoma.
De esta manera la comunidad de K’ara fue relegada por sus propias organizaciones
supracomunales. Entonces, los dirigentes de K’ara habían tenido encuentros con los
dirigentes de la Sub Central Azambo debido a que ellos estaban buscando la afiliación de
más comunidades porque estaban conformando una nueva Sub Central. Los de K’ara
aceptaron inmediatamente la invitación y se afiliaron a Azambo, de esta manera habían
conseguido el apoyo sindical para su juicio y, al mismo tiempo, como la Sub Central estaba
afiliada a la Central Agraria de Luribay, también obtuvieron el respaldo de la Central. Con
este respaldo sindical, los de K’ara se vieron más fortalecidos para seguir con el juicio que
duró unos 6 años, en el camino se cansaron en los juzgados: primero los de comunidad de
Curucuta y luego los de K’ara. Así el juicio quedo sin concluir. La posesión de las tierras de
litigio se quedó bajo el control de K’ara, y Curucuta dejó de invadir el territorio con lo cual
los de K’ara se quedaron tranquilos. 24 25
La Promulgación de la Ley de Participación Popular en 1994 durante el gobierno de Gonzalo
Sánchez de Lozada, asignaba a los municipios el objetivo de impulsar el desarrollo local de
las comunidades con los recursos económicos de coparticipación. Con la creación de la
Quinta Sección de Cairoma en 1988, K’ara llegó a pertenecer al municipio de Cairoma, pero
los de K’ara no querían pertenecer a este municipio porque les habían dado la espalda en los
momentos críticos durante el conflicto con la comunidad de Curucuta. Como el sindicato
agrario de K’ara estaba afiliado a la Central Agraria de Luribay, K’ara quería pertenecer al
municipio de Luribay, los intentos han sido en vano hasta la actualidad. Durante los 5
primeros años de la Participación Popular K’ara no recibió nada de obras, la misma suerte
corrieron las comunidades de la Sub Central Sacani-Castilloma, en ese tiempo a nivel de
organización sindical K’ara participaba en Luribay y a nivel de la Sub Central
Sacani-Castilloma las comunidades estaban divididas unas quería pertenencia al municipio
de Cairoma y otras a Luribay. Esto explica la lucha de la comunidad de K’ara por separarse
del municipio de Cairoma. Otras comunidades, como Chincha, también lucharon durante

24 Según los comentarios de los comunarios de K’ara.


25 Opinión de Pedro Patzi y Mario Godoy comunarios de K’ara.
55
años con el mismo objetivo pero los intentos de desprenderse y volver a Luribay fueron en
vano. Según las normas y procedimientos municipales, las comunidades pueden cambiar de
uno a otro municipio con la resolución del Consejo y del alcalde del municipio, pero las
autoridades políticas de la alcaldía de Cairoma no quisieron dar curso a las peticiones de
K’ara y de las otras comunidades, porque despachar comunidades significa perder recursos
de coparticipación, por otro lado, también se decía que podían ser sancionadas por las
organizaciones sociales de Cairoma por traición al municipio.

Algunas veces los dirigentes de K’ara acudían al llamado de la alcaldía de Cairoma para la
formulación del POA, esto era cumplir con una mera formalidad. El municipio casi siempre
decía que no tenía presupuesto o que lo había destinado para otras comunidades. Tampoco en
lo sindical tenían mucha incidencia en el municipio de Cairoma, en la negociación de
recursos de POA de K’ara, en esos años el sindicato de K’ara todavía asistían a Central
Agraria de Luribay. De esa forma los recursos del municipio de Cairoma eran ínfimos,
migajas para los k’areños. Entre 1994 y 2004 el municipio solo realizo algunas obras de
mejoramiento a la escuela, la construcción de ésta fue con recursos propios de la comunidad.

En los primeros años de la Participación Popular, la mayoría de la población conocía poco y


la función de la alcaldía en el desarrollo local todavía era confusa. Uno de los primeros
alcaldes después de la ley de Participación Popular, fue un joven de 24 años oriundo de la
comunidad de Cairoma, miembros en el comité de vigilancia estaba un ex patrón, don Hans
Hesee de la comunidad Tenería del Cantón Araca, quien llegó a ser dirigente del comité
vigilancia a nivel nacional; con esto podemos presumir que el poder local estaba centrado en
el entorno de la capital de Cairoma y del Valle de Araca. Por otro lado, los dirigentes
sindicales supracomunales como de la Central Agraria de Cairoma salían de las comunidades
céntricas, esto repercutía directamente en la distribución de los recursos de coparticipación
popular a las comunidades, prefiriendo a las céntricas que a las comunidades marginales a las
que se les repartía lo que sobra, como ocurría con la Sub Central Sacani-Castilloma
incluyendo a la comunidad K’ara.
Desde mediados de la década de 2000, la comunidad de K’ara ha optado formalmente por
volver a la Sub Central Sacani-Castilloma de la Central Agraria de Cairoma. Esta decisión
estuvo mediada por la presión de los recursos de participación popular para su desarrollo, el
municipio de Luribay tampoco les proporcionaba recursos; además K’ara había sido censada
como parte de Cairoma. El establecimiento de una Sub Alcaldía en Sacani- Castilloma para
atender a las comunidades de esa Sub Central, no modificó la distribución desigual de los
recursos económicos entre las comunidades céntricas y periferias, aunque por lo menos
existe la posibilidad de insertar algunas necesidades en el POA y de que se ejecuten los
proyectos. Además se definió que el cargo de Sub Alcalde rotaría entre las comunidades de
la Sub Central Sacani-Castilloma; así por ejemplo el 2011 le tocó a la comunidad Agua Salud
y el 2012 a la comunidad K’ara. En los últimos años se nota algún avance en la participación
de las comunidades en el poder político de la alcaldía de Cairoma, pero no es suficiente
porque las comunidades cercanas a la capital del municipio son las que asumen los cargos de
alcalde y concejales, y esos son los que influyen en el acceso a los proyectos de desarrollo.

Para llegar a ser Sub Alcalde se exige un currículum vitae que demuestre tener servicio a la
comunidad, haber sido secretario general de la comunidad pero, lo ideal, es haber sido Sub
Central; los demás requisitos son secundarios. En los últimos años se ha valorado el título de

56
bachiller como mínimo para los cargos sub alternos en la alcaldía y para los cargos
jerárquicos, como para oficial mayor, se exige el título de licenciatura. El 2012 el requisito
principal en la convocatoria para oficial mayor fue la licenciatura.

Desde 1996 K’ara tiene 56 afiliados al sindicato agrario, el cargo principal es secretario
general que absorbe más tiempo y, además, exige mayor gasto monetario. Su tarea es asistir
a los ampliados ordinarios y extra ordinarios de la Sub Central Sacani-Castilloma, Central
Agraria de Cairoma y de la Federación Provincial de Loayza, y participar en los congresos de
la Federación Departamental Tupaj Katari en ciudad de La Paz y de la CSUTCB. Los cargos
secundarios son: secretario de relaciones, secretario de justicia, secretario de actas, secretario
de agricultura, secretario de deportes, educación, vialidad, policía sindical, prensa y
propaganda, vocal y comités de obras. Estos cargos tienen funcionalidad a nivel local de la
comunidad y del municipio de Cairoma, solo en casos excepcionales se exige viajes a la
ciudad de La Paz.

La gestión sindical en K’ara generalmente dura desde el 15 de diciembre o 15 de enero, hasta


la misma fecha del año siguiente, algunos quieren dejar el cargo 1 ó 2 meses antes de
concluir su gestión. La poca cohesión entre los afiliados de la organización sindical es
notoria, por ejemplo, ocurre que el secretario general pasados los seis meses suele renunciar,
esto sucede con las personas que tienen parcelas reducidas. El que le suple es el secretario de
relaciones aunque, a veces, ellos suelen negarse rotundamente a asumir el cargo superior. A
su vez, cuando ellos cumplen seis meses y quieren dejar el cargo junto con toda la directiva
las bases presionan para que no dejen el cargo hasta completar a un año; estos dirigentes
pocas veces logran su objetivo la mayoría de las veces no. Algunos dirigentes son tajantes en
dejar el cargo, en ese caso se nomina a otros de la lista. Hay casos extremos cuando el
secretario general renuncia a los siete meses y otros de la directiva le siguen, a veces
consiguen que se elijan nueva directiva, otras veces la junta (asamblea) se opone y les obliga
a terminar la gestión.

En la última década, algunas UD afiliadas al sindicato agrario que tienen parcelas extensas,
han sido arremetidas por los que tienen parcelas reducidas que son la mayoría en la
organización sindical. Además, como la producción agrícola para el mercado se ha centrado
en el Valle, las más beneficiadas son aquellas pocas UD que tienen tierras extensas en el
Valle, las que tienen parcelas reducidas en el Valle están en desventaja. Los más
perjudicados son los que no acceden a las parcelas en este nivel, y que solo tienen parcelas en
la Cabecera de Valle y Puna. Los mismos del grupo de parcelas reducidas encubren a
algunos afiliados con reducidas parcelas para que no pasen el cargo principal. Los sayañeros
quieren que asuman los cargos sindicales, especialmente el cargo de Secretario General, solo
los que tienen tierras extensas en Valle, argumentando que ellos tienen ganancias por la
producción agrícola, mientras los que poseen pequeñas tierras y los que no acceden a las
tierras del Valle, tienen limitados ingresos monetarios. Es un fuerte gasto que eroga el
secretario general para los pasajes y gastos de representación en el municipio, provincia,
departamento y a nivel nacional, además de los aportes económicos para las organizaciones
supracomunales.

La fuerte presión de la mayoría de la junta obligó a que, en el año 2003, los sobrantes que
compraron tierras del ex patrón en el nivel Valle, asumieran todos los cargos sindicales. La

57
elección del directorio del sindicato agrario se la hace de la siguiente forma: primero, se
escoge por consenso una terna de personas de la lista de los afiliados y luego se entra en
votación. La elección de los cargos es por simple mayoría. Para el 2005 cinco sobrantes no
había pasado por el cargo de secretario general. Entre el 2006 y el 2011, nuevamente los
sayañeros asumieron la secretaría general. El 2012, eligieron a un sobrante de secretario
general porque le faltaba asumir ese cargo.

Cuando no se ha concluido la lista del sindicato agrario para asumir los cargos sindicales, los
que tienen parcelas extensas se resisten a asumir de nuevo los cargos sindicales, más bien
presionan para que todos los sobrantes cumplan su turno. En los últimos años, de los cinco
sobrantes uno asumió un cargo sub alterno en el año 2007 y de la misma manera otro en el
2010; ellos se oponen a ocupar los cargos principales como secretario general y relaciones.
Los que tienen tierras grandes en la Cabecera de Valle, a veces quieren cortar el riego a los
sobrantes por esquivar los cargos sindicales, debido a estas amenazas, poco a poco, los
sobrantes están asumiendo los cargos sindicales.

En cuanto a las cuotas sindicales ocurre algo casi similar. Como el grupo mayoritario es el
que tiene tierras reducidas, no aporta fácil; siempre está haciendo dilatar el tema, quieren que
los del pequeño grupo con extensas parcelas aporten un poco más. Por su parte, el grupo con
extensas tierras quiere que todos los afiliados aporten por igual. Ha ocurrido, alguna vez, que
los que tienen tierras grandes quieren poner el doble de cuota a cambio de un turno de riego
adicional en la Cabecera de Valle. Pero el grupo mayoritario se opuso a un segundo turno de
riego, argumentando que van a tener más extensiones de cultivo de papa milli en Cabecera de
Valle, a lo cual también se opuso el grupo minoritario. En trabajos comunales, se da la misma
situación, el grupo mayoritario quiere imponer doble trabajo al grupo minoritario, a cambio
el grupo minoritario quiere una segunda mit’a, pero el grupo mayoritario no lo acepta.

A principios de la década de 2000, en el sindicato agrario de K’ara aparecieron los sobrantes


oyentes, este grupo está afiliado parcialmente al sindicato, ayuda en los trabajos comunales
pero, en cuanto a las cuotas, no aporta por lo reducido de sus ingresos monetarios. Los
sobrantes oyentes solo siembran maíz en Cabecera de Valle con riego del sindicato pero no
tienen riego para el cultivo de papa milli. A veces asumen cargos sindicales de menor
jerarquía como deportes, vocal y otros. Los sobrantes oyentes son hijos de los sayañeros y
sobrantes, ellos han querido afiliarse al sindicato agrario desde año 1997 como sobrantes
pero como la lista del sindicato estaba cerrada no han podido hacerlo. Debido a que el
sistema de riego sólo puede admitir un cierto número de usuarios para satisfacer el ciclo
vegetativo de los cultivos y dado que la capacidad del sistema de riego había llegado a su
límite estructural, esto les obligó a cerrar la lista del sindicato con el número máximo de
“puestos” de los afiliados titulares. Para las familias numerosas una opción es la migración
porque sólo uno de los hijos o tal vez dos, puede quedarse y arreglar su acceso al riego; uno
de los hijos puede reemplazar al padre afiliado al sindicato agrario y, al otro, le queda luchar
por un puesto nuevo. Por este lado encontramos una correspondencia entre el riego (agua) y
la migración del campo a la ciudad, mostrando que cuando el sindicato cerró la lista para
recibir nuevos afiliados con pleno derecho al riego, esto concuerda con la notoria migración
de los jóvenes y de las nuevas unidades domésticas.

A nivel sindical, la rotación de las comunidades afiliadas a la Sub Central Sacani - Castilloma

58
está mostrado la democratización en el ejercicio de los cargos, tanto entre los varones como
en la organización de las mujeres. En año 2012 la Sub Central Sacani Castilloma de Mujeres
“Bartolina Sisa” está a cargo de la comunidad K’ara. Desde el año 2011 existe la secretaria
general de mujeres “Bartolina Sisa” en la comunidad de K’ara. A exigencia de una de las
ejecutivas provincial de Loayza, el año 2010 fortaleció las subcentrales y Secretarias
Generales de mujeres “Bartolina Sisa”, aunque luego aprovechando su poder impuso que se
nombre secretarías generales de mujeres en cada comunidad. Muchas comunidades como
K’ara no querían esta organización de mujeres, viendo como un doble esfuerzo los cargos
sindicales de varones y mujeres. La Central de mujeres es una instancia paralela a la Central
de varones, y cuando se convoca a reunión las mujeres participan de estas para tratar temas
similares, en muchos casos es para hacer “bulto” en las reuniones. Son en realidad un apoyo
a los varones, las mujeres “Bartolina Sisa” tampoco realizan acciones propias, siempre está
en colaboración a la organización de varones tanto a la Central Agraria de Cairoma como en
la Sub Central Agraria de Sacani - Castilloma.

En la comunidad K’ara, a la Secretaria General de mujeres le acompaña la Secretaria de


Relaciones, la Secretaria de Actas y la Secretaria de Hacienda. La Secretaria General camina
casi junto con el Secretario General de varones, por ejemplo en el 2012 en las reuniones de la
comunidad, ella participaba a veces porque la señora no está afiliada al sindicato agrario
aparte del esposo. El esposo era parte de la directiva del sindicato de varones, ejercía el cargo
de Secretario de Justicia, por eso el varón no mas asistía y no la mujer porque no tenía
afiliación a la organización sindical de varones; en una asamblea (15 de junio de 2012) los
comunarios reclamaron la presencia de la Secretaria General de mujeres para que informe
sobre el aniversario de la provincia Loayza, debido a su ausencia, dijeron: que informe su
esposo. El esposo informó muy escuetamente sobre el asunto y justifico la ausencia de la
Secretaria General diciendo: tienen que disculparnos. Mi esposa no puede venir, tiene que
ver las wawas y los animales, en otro va venir mi esposa, pero de uno solo estamos afiliado
al sindicato, yo estoy afiliado mi esposa no tiene afiliación aparte, solo tenemos una
afiliación. Yo de mi afiliación estoy presente en las reuniones26. Muchos decían que la
Secretaria General tenía que venir a todas las asambleas por este motivo la discusión se
alargó, pero al final no quedaron en nada concreto. Luego pidieron informe a la Secretaria de
Relaciones de sindicato de mujeres, ella ha ocupado el lugar en reemplazo de su padre por no
tener hermanos varones; la señora informó lo siguiente: yo no fui al aniversario de la
provincia pero mandé a mi esposo, él me informó lo siguiente: participación de equipo de
fútbol de mujeres de Cairoma, participación de danza autóctona de Central Agraria en uno
solo entre varones y mujeres de Cairoma21.

En el caso de la Secretaria General de mujeres del año 2011, el esposo nos comentaba: mi
esposa estaba enferma así mismo nombraron como secretaria general. De ahí yo me he
animado de asistir a las reuniones de la Sub Central y Central Agraria de Cairoma. En ahí
llamaba su nombre de mi esposa, de ahí yo contestaba presente, de ahí nos observaba la
central de mujeres diciendo que tiene que ser mujer siempre. No querían represente varón
por las mujeres. Después ha tomado atención al Secretario General de varones de mi
comunidad, de ahí a mi sobrina me he rogado y a ella estaba mandando a las reuniones,
también ella se cansó en ir a las reuniones, de ahí otra vez volví a ir a las reuniones en
representación de mi esposa. Luego, otra vez, me han tomado atención juntamente con el
secretario general de varones de mi comunidad. Luego mi esposa renunció al cargo, después
59
al sindicato de varones nos han multado 1000 bolivianos por ocho meses que le faltaba
concluir la gestión 28 En la comunidad K’ara la directiva del sindicato agrario de mujeres está
subordinada totalmente al sindicato de varones, por ello la multa de la ex secretaria general
de mujeres fue cobrada por el sindicato de varones. El sindicato de mujeres nunca se ha
organizado independientemente, los cuatro cargos del sindicato de mujeres son funcionales
al sindicato de varones, esto sólo es para el cumplimiento formal con la Sub Central de
Sacani-Castilloma y con la Central Agraria de Mujeres de Cairoma.

En algunas comunidades vecinas de K’ara como en comunidad de Agua Salud, han obligado
al marido y a la mujer a asistir a las reuniones ordinarias mensuales, las faltas del varón y la
mujer son sancionadas económicamente, una señora nos comentaba: es bien perjudicial.
¿Por qué hayan hecho aparecer sindicato de mujeres? Antes estaba bien solo sindicato de
varones, mi esposo no mas iba a las reuniones, ahora están obligando hasta mujeres. El día
de la reunión mis ovejas no saco a pastear solo al corral encierro sin comer, no hay caso de
llevar a pastear el día del reunión, la reunión también dura todo el 26 27 28 día, ojalá fuera
solo un rato. Ya estoy pensando vender todas mis ovejas, de ahí ya no puedo hacer sufrir sin
comer los días de la reunión29 30.

El sindicato de mujeres Bartolina Sisa, es solo una pantalla; no ejerce funcionalidad propia
de la organización, funciona subordinado al sindicato de varones, el sindicato agrario de
mujeres supracomunales influenciado por el sindicato de varones es jerárquicamente
dictatorial, a los sindicatos de base piden una organización sindical de mujeres, las bases
están obligados a rellenar formando una organización de mujeres, si no cumplen recibirían
sanción económica por los dirigentes organizaciones supracomunales, Central Agraria de
Cairoma, y la federación provincial de Loayza a ellos les presionan la departamental y
nacional.

Elite Comunal
En comunidad K’ara el primer elite comunal fue los paperos, entre la Reforma Agraria de
1953 a 1985, elite papero estaba conformado por los sayañeros sueltos y algunos titulares de
las sayañas asociadas de Cabecera de Valle, las sayañas de Cabecera de Valle eran
productivos de papa milli y a secano en las aynoqas, tenían mayor cantidad de cargas de papa
para el mercado, eso les daban poder económico, y al mismo tiempo legitimarse en poder
político del sindicato agrario. De esa manera, se sobre ponían a la mayoría de los sayañeros
titulares del Valle y los sobrantes.

Empezó emerger la elite papera, en año 1980 formado por un grupo de titulares de las
sayañas del Valle, en donde plantaron uva y durazno, con la consolidación de huertas de
frutas por mediados de 1980 a principio de la década de 1990, al mismo tiempo fue
consolidándose un grupo de sayañeros titulares de las sayañas del Valle como la nueva elite
frutera, y desplazando a la elite papera, relegando como elite decadente, estaba conformada

26 Asencio Apaza esposo de la secretaria general de mujeres de año 2012.


21 Elisa Arce, secretaria de actas de mujeres Bartolina Sisa.
28 Nemesio Flores.
29 Paula Ramírez, comunaria de Agua Salud, diciembre 2012.
30 Q’iwas: las personas que no están de acuerdo con nada, se oponen a todo.

60
por personas mayores. Y la elite frutera también estaba conformada por personas mayores, la
relación era muy formal de los afiliados al sindicato agrario, los sobrantes eran los llamados
de esa manera fueron relegados por los sayañeros y la opinión de los sobrantes casi no hacían
valer mucho. Por su parte, los mismos sobrantes aceptando se sometían, ellos sabían que
tenían un status inferior a los sayañeros. Estaban dentro del orden jerárquico tradicional
donde el mayor tiene la razón y el joven no, sobre todo, primaba el respeto a los mayores se
decía que es superior y sabe más. Esta forma de trato se extendería de la hacienda, en el
sistema de hacienda todos los colonos andaban obedientes bajo el orden del patrón, respeto a
la autoridad y al mayor. Las autoridades del sindicato agrario eran personas idóneas, no
dejando que las personas q’iwas30 o distorsionadoras, contrarias a las buenas ideas manejen
al sindicato. A las personas q’iwas no les dejaban asumir los cargos importantes como
secretarios generales y de justicias. El secretario general tenía que ser una persona idóneo, se
la considera como el padre de la comunidad, el que guía a las familias. El secretario de
justicia también tenía que ser una persona idónea para solucionar los problemas. Se dice que
había una buena resolución de los conflictos entre comunarios, el Justicia solía dar una
sentencia acorde al delito cometido. Cuando los animales ocasionaban daños a las chacras, se
hacía el taseo o recuento de daños, haciendo pagar al dueño de los animales todos los daños.
Los problemas de terrenos se resolvían en su mayoría, excepto alguno que otro caso muy
encoñado. Los problemas entre cónyuges eran solucionados por el Secretario de Justicia, por
una parte hacían caso a los secretarios de justicia, la misma gente estaba acostumbrada a
llevarse bien con los vecinos y familiares. La oligarquía comunal arreglaba “bien” los
problemas, es decir, según su conveniencia. Esas veces no había alguien que proteste contra
ellos. En las reuniones del sindicato había cierta coherencia en las opiniones, las dudas y
problemas personales eran encarados de frente entre ellos, y casi siempre llegaban al
consenso entre las opiniones.

A mediados de la década de 1990, con la crisis de las frutas, empezó perder el poder político
la elite frutera, los cultivos perennes fueron afectados por los bichos y hongos, con eso se
desmorono la economía frutícola y convertido en la elite decadente. En este percance el
grupo de sobrantes empezó ganar espacio en la organización sindical como grupo activo, que
influyeron en la democratización de los cargos sindicales, con eso se deshizo la oligarquía de
los sayañeros. Después se fue reconfigurando la producción agrícola en K’ara, siguió
concentrado la producción agrícola para el mercado en Valle con cultivos de arveja, tomate,
papa y durazno, esta vez empezó liderizar la producción un nuevo grupo conformado entre
sayañeros de la segunda generación y algunos sobrantes, los que tienen más o menos tienen
extensas parcelas en Valle, y dedicados mayormente a los cultivos de Valle, Cabecera de
Valle y relegando los cultivos en las ayonoqas.
A principios de la década de 2000, la nueva elite con producción diversificada, fue
consolidándose y sigue vigente hasta año 2012. Y a la elite frutera se convertio en elite
decadente. Para afirmar la posecion de la nueva elite, hemos tomado como el principal
indicador los ingresos monetarios, como se demuestra en el cuadro de ingresos por unidad
doméstica, en donde el grafico muestra la distribución de ingresos monetarios superior a
20000bs el ingreso bruto anual por unidad doméstica, el grupo que están a la cabeza están
sayañeros y sobrantes. Los jefes de hogares están entre 38 a 58 años de edad. Las personas
mayores arriba de 58 años se relegan porque ya no prestan dedicación a los cargos sindicales,
la mayoría no tiene mucho tiempo son unidades domésticas decadentes, también les da
flojera caminar grandes distancias a las distintas reuniones del municipio y nivel provincial,
61
muchos perciben como pasatiempo, prefieren dedicarse a sus actividades agrícolas en vez de
perder tiempo, en las reuniones, la mayoría se reúsan en hacer los cargos sindicales, prefieren
que vayan los dirigentes jóvenes a las reuniones supracomunales.

Mientras jóvenes menores a 38 años son pocos, estos están dedicados a trabajar sus tierras
para consolidar su patrimonio, necesitaban tener ingresos monetarios mediante producción
de cultivos y pecuaria, no había la dedicación a la dirigencia sindical. Con la Ley de
Participación Popular hay mayor presión la asistencia a las reuniones de Sub Central, Central
Agraria de Cairoma, Federación de la provincia Loayza. Pero antes de la Ley de
Participación Popular muchas veces se faltaban no más a las reuniones, no era muy fuerte las
sanciones de las organizaciones supracomunales, con la Ley de Participación Popular existe
presión a los dirigentes a la asistencia a los diferentes reuniones, congresos, talleres de
capacitación convocados por las organizaciones supracomunales, eso habría influido para
apertura en la democratización de cargos sindicales, esto abrió la participación de sobrantes
en poder local.
CAPITULO IV

EL SISTEMA PRODUCTIVO DE LOS CULTIVOS ANUALES


EN EL PERIODO 1953 A 1980

EL SISTEMA PRODUCTIVO DE AYNOQAS Y SAYAÑAS

Los comunarios de K’ara tradicionalmente fueron productores de papa y maíz en el periodo


de 1952 a 1980, el sistema de cultivos anuales comprendía el dominio de distintos niveles
ecológicos Puna, Cabecera de Valle y Valle en el cual se combinaban la producción en
aynoqas y sayañas que a continuación detallamos.

PRODUCCIÓN AGRÍCOLA EN LAS AYNOQAS

El cultivo en una determinada aynoqa es de carácter rotativo, el primer año se cultiva papa y
se denominaba sata q’uqi o siembra a secano, el segundo año se cultivaba oca, papaliza,
isaño, maíz y quinua. Esto se diferencia según el nivel ecológico, en el caso de las aynoqas de
Puna el segundo año se cultiva oca, papaliza, isaño y quinua; en las aynoqas de Cabecera de
Valle se cultiva oca, papaliza, isaño y maíz. El tercer año, en el nivel Puna, se cultiva cebada
para grano y en berza, avena en berza para forraje de los animales y algo de haba; en el nivel
Cabecera de Valle cultivan maíz, cebada para grano y en berza y haba. A partir del cuarto año
se deja la tierra en un ciclo de descanso durante 5 años, tiempo en el que recupera sus
nutrientes y de ahí nuevamente empieza el ciclo productivo.

En K’ara el ciclo productivo en las aynoqas empezaba con la roturación de tierra a finales del
mes de febrero o principios de marzo, cuando estaba pasando el ciclo de la lluvia. Es el
tiempo en que la tierra está t’ajsarata o empieza a secarse, la disminución de la humedad la
hace apta para la roturación. Mientras todavía está cayendo la lluvia torrencialmente, la
humedad de la tierra es perjudicial; en muchos casos el roturado se vuelva charco, por ello la
fecha precisa del roturado de tierra está condicionado por el ciclo de la lluvia. Antes de la
roturación de la tierra se realizaba algunos preparativos en la parcelas, se sacaba la ch’illkha,
t’ulas y otros arbustos de la parcela con la ayuda de picos a fin de no dificultar a la yunta de

62
toros ni al arado, esto se hacía en las parcelas extensas y semi planas. En los lugares
pendientes se roturaban con picos, dado que la yunta va en sentido horizontal el toro de la
yunta que está por arriba se suele encimar con su cuerpo sobre el otro toro, de esa manera
empuja todo el arado hacia abajo y no deja avanzar el trabajo; otra dificultad era al dar la
vuelta en los cantos de las parcelas, en esto nos referimos a que cuando dan la vuelta para
entrar de nuevo a roturar, la yunta tiende a caerse. Por ello las parcelas pendientes eran
roturadas con pico, la extracción de arbustos y el roturado de tierra se realiza al mismo
tiempo. Una vez roturada la parcela se dejaba hasta mes de septiembre.

En mes de septiembre se retomaban las actividades agrícolas, empezaba el barbechado con


yuntas de toros para remover la tierra, luego se identificaba los terrones de tierra para
desmenuzarlos con picos. Las parcelas roturadas con picos no se barbechaban, se iba
directamente al desmenuzado de los terrones de tierra.
Unas semanas antes a la siembra, a fines de septiembre o principios de octubre, los varones
acopiaban abono natural para fertilizar las parcelas preparadas. Uno o dos días antes de la
siembra, los agricultores acarreaban el guano de oveja a la parcela. Acopiadas en costales57
luego eran trasladados en mulas y burros. La ch’uqi sata o siembra de papa, se la hacía en dos
formas con yunta o pico, la siembra con yunta se hacía en las parcelas planas y extensas. Los
varones amarraban los dos toros al yugo, de ahí se coloca el arado al yugo por el medio de los
toros, y se engancha el yugo con la clavija del arado. Una vez listo, uno de los varones dirigía
la yunta en línea horizontal abriendo el surco en la tierra, detrás de este una mujer iba
colocando una o dos semillas a cada paso de sus pies. Una tercera persona iba cargado de
abono natural derramando encima de la semilla. El surqueador hacia dar la vuelta a la yunta y
al arado, y hacia un surco al ras del surco en el que se ha depositado la semilla, este surco era
para p’amp’arar o cubrir a la semilla de papa. En el tercer surco se ponía la semilla y el
siguiente surco era solo para p’amp’arar, así sucesivamente se continuaba la siembra en toda
la parcela.

En la siembra a pico en las parcelas pequeñas y en pendientes, primero se abría las qhuwas u
hoyos en una línea recta imaginaria en sentido horizontal, en curva de nivel. Esta actividad
era casi exclusiva de los varones. Cuando la mujer colocaba la semilla de papa en el hoyo,
una tercera persona venía poniendo guano encima de la papa, cuando se concluía esta
actividad el mismo surqueador empezaba a p’amp’arar los hoyos avanzando hacia atrás, así
sucesivamente hasta terminar la parcela. En las parcelas planas o semi planas se haría los
hoyos, mientras en las parcelas pendientes no hay necesidad porque la qhuwa se cubría al
hacer el siguiente surco de la parte superior. La siembra se realizaba de abajo hacia arriba.

El segundo año se sembraba oca, papaliza, isaño en el mes de septiembre. En las parcelas
denominadas ch’uqi qallpas o parcelas escarbadas de papa, en ellas abrir los surcos resultaba
un trabajo más liviano. Esta vez, la siembra de la semilla se hacía sin guano natural. Y tal
como se hizo con la siembra de la papa se lleva la actividad con pico o yunta. Los otros
cultivos se diferenciaban por nivel ecológico, en las aynoqas de Puna se sembraba quinua
con las primeras lluvias después de la siembra de papa. En Cabecera de Valle se sembraba
maíz, esta actividad puede ser con yunta o pico, el varón surquea y la mujer iba poniendo la
semilla.

En tercer año en la Cabecera de Valle en las parcelas donde se producía oca y otras raíces se

63
cultivaba maíz. A veces en las parcelas donde los anteriores años se cultivaba maíz, si las
primeras lluvias lograban humedecer la tierra en mes de septiembre o noviembre, en ese
momento la tierra era roturada con yunta, barbechado en caso de parcelas extensas y planas y
semi planas, si eran parcelas reducidas y pendientes el roturado era a pico, generalmente no
se barbechaba. La siembra seguía el mismo proceso que con la papa. Se sembraba haba en las
parcelas escarbadas de oca y otras raíces, esto ocurría a principios del mes de diciembre, sea
con yunta o a pico de manera similar a la papa. 31
Las actividades agrícolas después de la siembra de papa eran el primer ch ’uqi alli, irnaqa,
qawa o aporque que se realizaba en el mes de diciembre, implicaba hacer el desyerbe y
aumentar un poco de tierra al medio del wachu32 de papa, con eso iba sobresaliendo los
surcos de papa. En el segundo aporque acompañado de desyerbe, se subía mas tierra a los
tallos de las papas con lo que culmina la forma los wachus. Esta actividad era realizada por
varones y mujeres a finales de mes de enero. Las herramientas utilizadas en Puna eran:
lanzas con punta y laqan chonta33. En Cabecera de Valle se utilizaba chonta y pico. La
diferencia de la utilización de las herramientas es básicamente porque en la Puna no hay
muchas yerbas que extraer, la tierra es suave y hay pocas piedras en la tierra. Mientras en las
parcelas de Cabecera de Valle la tierra es dura y gredosa, tenía más piedra la tierra y la yerba
crece más tupida. El aporque de oca, papaliza, isaño era un proceso similar a la papa. El
aporque de maíz se realizaba en mes de noviembre o diciembre según el crecimiento de las
yerbas, se debía hacer el aporque y el desyerbe a la vez. Para el haba el aporque y desyerbe se
realizaba casi en las mismas fechas que el del maíz.

La siembra de cebada para grano se hacía a fines del mes de diciembre; la de cebada en berza
era a principios del mes de enero. La avena para berza se sembraba en el mes de diciembre, el
desarrollo del cultivo de avena era más lenta en relación a la cebada, de ahí la diferencia de
sembrar antes.

La siguiente actividad en el cultivo de papa era ch’uqi llamayu o escarbada o cosecha de


papa. La actividad se iniciaba en el mes de abril, aunque mucho depende de la disponibilidad
de la mano de obra familiar. En K’ara no había una fecha exacta ni consensuada del inicio de
la cosecha, en contraste con Chari de la provincia Bautista Saavedra, estudiado por Llanos y
Spedding (1999), donde el inicio de la cosecha está dirigida por las autoridades comunales.
Allí la cosecha se inicia en una fecha determinada para evitar los daños de animales. La
cosecha de papa en K’ara se iniciaba en el mes de abril, aunque los varones solían estar
todavía en pleno roturado de tierra para cultivo de papa del siguiente año en la aynoqa que
cumplió su ciclo de descanso. Si la UD disponía de mano de obra femenina en edad
productiva, ellas podían empezar la cosecha de papa en los primeros días de abril; en las UD
que no disponen de mano de obra femenina, los varones empezaban la cosecha cuando se
libraban del roturado de tierra, esto era a fines de abril o principios de mayo. El auge de la
cosecha de papa en K’ara era en el mes de mayo.

31 Costales, son bolsas similar a los actuales yutes de plástico, para manejar cargas de productos agrícolas y
otros, las mismas tejidas de lana de oveja.
32
Wachu: líneas de los cultivos de papa, amontonan con tierra para que desarrolle las papas en los raíces.
33 Lanza: similar a los picos, la diferencia cerca al mango es amplio y en la terminación es solo una punta, su

posesión es similar al arado egipcio, en el aporque es jalado del mango similar como arado.
Laqan chonta: es similar al pico, la punta que remueve la tierra es amplio al contrario de la lanza, se puede
hacer similares actividades con pico machucando la tierra.
64
La cosecha se realizaba por parcelas. Dependiendo de la distancia del domicilio a los cultivos
un día normal es de cosecha iniciaba a horas 9 a.m. El primer día los cosechadores llegaban a
la parcela con sus herramientas personales, siendo la principal herramienta el pico. Después
de un breve descanso, en muchos casos acullicando inalmama o la coca, un cosechador se
colocaba al pie o en un extremo del surco, el siguiente cosechador se colocaba en el surco
siguiente. La cosecha la realizaban todos los miembros de las unidades domésticas,
exceptuando los niños menores de 7 años que se dedicaban a recoger las papas que salían de
las canastas. Cuando se llenaba la canasta se la depositaba a un extremo de las parcelas. Allí
se hacía solear en el día, con el objetivo de que seque la tierra húmeda pegada a las papas,
con el sol la tierra se desprendía de las papas. La cosecha era una actividad que se realizaba,
por lo general, en un ambiente jovial, acompañado de un montón de comentarios que
animaba a la gente a trabajar sin medir la fuerza.

La actividad consistía en remover la tierra de los surcos con el pico hasta sacar la planta y
recoger el fruto. El acopio de este producto se hacía en wayuch canasta o canastas con
agarrador. Algunas unidades domésticas a veces contrataban mink’as, que eran jornaleros de
unidades domésticas que recién estaban estableciendo su hogar; otras veces contrataban a
chiqhiñirus, estos tenían reducidos o insuficientes cultivos de papa y acudían como mink’as,
su remuneración era el mismo producto que destinaban para el autoconsumo o para la venta.

Por la tarde, la jefa de la UD embolsaba las papas en costales, al finalizar la jornada laboral
las cargas de papa eran cargadas en los lomos de los burros y mulas y luego arreados en fila
por los caminos de herradura hasta la estancia o residencia principal en la Cabecera de Valle.
Las herramientas eran guardadas en la misma parcela ya sea debajo de la tierra o en medio de
los arbustos. Los días siguientes la cosecha se repetía las mismas actividades. Una vez
concluida la cosecha se procedía a la selección y clasificación de papa en tres partes: para el
consumo, para semilla y para chuño. Asimismo se seleccionaba la papa menuda y grande, las
menudas se destinan para el chuño y las grandes se acomodaban en casa para el consumo
familiar y para la venta. En las parcelas de Puna se dejaba la papa para ch’uñu, cubierta con
paja y con algo de tierra encima para que no le pesque el frio. En este nivel la helada era
adecuada para hacer chuño. Para hacer chuño se extendía la papa encima de la paja con la
finalidad de que congele y se convierta en chuño. Esta era una actividad tanto de varones
como de mujeres. Una vez que se hacía congelar la papa por una o varias noches, se hacía
ch’uñu taki o pisado de chuño. Las papas se pisaban con los pies para descascarar y, a la vez,
sacar el agua de la papa congelada, luego se hacía secar en mismo lugar. Una vez seco,
frotando el chuño se venteaba, de ahí era trasladado a la estancia en burros y mulas, para su
almacenamiento en pirwas o depósito de productos deshidratados. Estos productos secos o
juira, aseguraban la alimentación en los años venideros.

Concluida la cosecha de papa, la unidad doméstica se trasladaba a la aynoqa de oca, papaliza


e isaño. La organización de la mano de obra para la producción era similar al de la papa. Sin
embargo, esta era una actividad más liviana porque la siembra se hacía en las mismas
parcelas de papa del año anterior, por ello la tierra estaba suavizada. En la cosecha de oca,
primero se extraía la planta de oca incluyendo sus raíces y tallos, luego se desprendía los
frutos de las raíces y se colocaba en las canastas wayuchus. Es una actividad en que
participaban casi todos los miembros hasta los niños menores de 7 años. Finalmente, se
concluía con la cosecha de papaliza, que solía estar en las parcelas pequeñas. La cosecha

65
concluía a mediados o fines de mes de junio.

La oca solía tener tres destinos: para semilla y para el consumo, estas partes se trasladaban a
la residencia familiar. La tercera parte fue los productos más menudos, era trasladada directo
a pozas en el río para su maceración donde se convertía en kaya34. El periodo de maceración
duraba, más o menos, un mes y luego se sacaba para que secara, una vez secada la kaya era
trasladada al domicilio a una de las pirwas.

Una vez que la unidad doméstica concluía la cosecha de tubérculos, llevaba a sus porcinos a
sus qallpas o tierras escarbadas de tubérculos, donde soltaban a los animales que libremente
ambulaban en hatos escarbando y comiendo los restos de papa y oca que les escaparon a los
cosechadores al recoger. Esta etapa de explotación de la tierra servía como beneficio
adicional para el engorde de los porcinos.

Finalmente, la cosecha de quinua en las aynoqas de Puna, solo era para el autoconsumo. A
mediados del mes de junio pasaban a la tercera aynoqa de Puna, a cortar cebada, avena y haba
con hoz. El producto era trasladado en animales de carga hasta la estancia. De las aynoqas de
Cabecera de Valle, segaban cebada y maíz, trasladando este producto en animales de carga
hasta la residencia en este nivel, además se trasladaba chhalla35 de maíz para forraje del
ganado vacuno y animales de carga.

PRODUCCIÓN EN SAYAÑAS
Cabecera de Valle
En las parcelas principales se cultivaba milli ch’uqi o papa milli y maíz, ambos con riego del
sindicato agrario. El manejo de cultivos en las parcelas principales era de la siguiente
manera: el primer año se sembraba papa milli, e inmediatamente se sembraba cebada o trigo,
el siguiente año se cultivaba maíz, y el tercer año volvía a cultivar papa milli. El ciclo rotativo
de los cultivos no tenía descanso, el manejo de la tierra era intensivo. En las parcelas
secundarias, si sobraba riego de las parcelas principales, algunos años solían cultivar papa
milli y maíz con riego. Muchas veces solían cultivar papa y maíz con el ciclo de la lluvia
tempranera (mes de septiembre). Cuando se atrasaba la lluvia, solo sembraban cebada, trigo
y haba a principios del mes de enero.

El 24 de junio empezaba el ciclo agrícola en Cabecera de Valle, esa fecha se iniciaba la mit’a
o turno de riego controlado por el sindicato agrario. La primera mit’a de riego era para
preparar la tierra para siembra de milli ch’uqi o papa milli; esta actividad estaba mayormente
a cargo de los varones colaborados por las mujeres. Después de tres días, la parcela regada se
roturaba con yunta, inmediatamente se desmenuzaba los terrones de tierra con la lastra jalada
por una yunta de toros. La lastra era un tronco rectangular de 20 a 30 cm. de grosor por
aproximadamente 1,20 m. de largo, el cual era enganchado con un palo al yugo de la yunta,
por detrás también se engancha al lastra; además se sujeta con lasiu a la yunta de toro, es
decir, con un lazo se enganchaba al cuerpo de los toros finalmente amarrados en los extremos
del yugo, esto para que el labrador se mantenga encima del tronco de la lastra y al mismo

34 Kaya: oca deshidratada.


35 Chhalla: tallos secos de maíz.
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tiempo direccionar y dominar a la yunta, al pasar la lastra por encima de los terrones de tierra
los aplastaba. Luego se repasaba la disminución de la tierra con pico, donde algunos terrones
de tierra se quedaban. Luego se dejaba la parcela preparada hasta fines de mes de julio, los
varones empezaban a barbechar con yunta. Luego se encargaban del acopio de guano,
finalmente la siembra de papa milli.

A principios del mes de agosto empezaba la segunda mit’a de riego, preparaban la tierra para
la siembra de maíz, era similar al proceso de la papa. El mes de septiembre los varones
empiezan a barbechar con yunta las parcelas destinadas al cultivo de maíz, inmediatamente
se realizaba la siembra, los varones hacían los surcos, las mujeres ponen la semilla a cada
paso, pero no se utilizaba guano. El mes de octubre, se realiza el aporque y desyerbe, esta
actividad a veces se adelantaba o se retrasaba dependiendo del ciclo de la lluvia, con las
primeras lluvias las malas yerbas brotaban y crecían rápidamente y son perjudiciales para el
maíz, haciendo lento su crecimiento, por eso se aporcaba antes de que aparezcan las primeras
yerbas.

A fines del mes de septiembre se realizaba el primer riego a los cultivos de papa, este
correspondía a la tercera mit’a de riego, de aquí en adelante el tiempo de riego se reducía a 24
horas hasta la maduración de papa en el mes de diciembre. Pasados tres días del primer riego,
se realiza el aporque y desyerbe de la papa, actividad compartida por varones y mujeres, las
herramientas que se utilizaban eran picos y chontas.

A principios o a mediados del mes de diciembre empezaba la cosecha de papa. Días antes de
la cosecha de papa, los arbustos de papa y otras yerbas eran cortados con hoz y destinados
para la alimentación del ganado vacuno. El corte de plantas de papa se realizaba con el fin de
apresurar la maduración de la papa, porque cuando la papa nueva no estaba plenamente
madura la cáscaras se pelaban fácilmente ya sea al trasladar en las canastas o al embolsar en
los costales, la cáscara de papa se volvía lluch’urtata o despelada, esto daba un mal aspecto a
su presentación frente a los compradores de la ciudad de La Paz.

La cosecha de papa milli se realizaba lo más rápido posible, cuando los días eran soleados,
porque la lluvia volvía gredoso el terreno y las papas se perdían en medio del barro y,
además, se recogían las papas con barro. La inundación de la parcela en la época de
maduración de la papa generaba julluta o papa podrida por exceso de humedad, algunos años
abundaba la papa julluta debido a las constantes lluvias durante la cosecha. La papa julluta se
aprovechaba para cocinar una lawa o mazamorra; una vez pelada la cáscara de las papas
jullutas se introducían a una olla donde eran cocidas obteniéndose un suculento almuerzo
acompañado de qhathi o papa cocida con cáscara. Por otro lado, la lluvia también
obstaculizaba el traslado de las cargas de papa en mulas y burros hasta la carretera de
comunidad Curucuta. Los caminos de herradura de K’ara y de las comunidades circundantes
eran de color rojo y gredosos, cuando llovía se convertía en pistas resbalosos y barrosos, en
tal situación los qalakayus o burros siempre caían, por eso siempre hay que empujar por
detrás; al asno que cae se le decía llaytha o sensible, con poca fuerza, mientras las mulas eran
mentadas por su fuerza y audacia pues no se dejaban caer en caminos resbalosos.

El escarbado de papa milli en Cabecera de Valle tenía dos propósitos: la primera era cosechar
la papa y, la segunda, sembrar cebada. Al momento de escarbar la papa se solía derramar la

67
semilla de cebada en los surcos de papa, a medida que se iba volteando los surcos con los
picos la misma tierra cubría la semilla de cebada. Esta actividad implicaba pasar otro tiempo
más, por lo que participaban tanto varones como mujeres, niños, niñas y mink’as de la misma
comunidad, la actividad acababa la primera quincena de mes de diciembre. Las herramientas
utilizadas eran los picos pequeños y livianos.

Después de la cosecha, se seleccionaba la papa en cuatro tamaños: 0 extra grande, 1a papas


grandes, 2a medianas y 3a menudas. La mayoría de las unidad domésticas llegaban a
comercializar de 22 a 26 cargas de papa, en las agencias de ciudad de La Paz, Oruro y, en
última instancia, en la feria de la mina Viloco. En la década de 1950 y parte de la década del
60, la mayor demanda de papa milli estaba en la ciudad de La Paz; la agencia más importante
estaba ubicada en la calle Yanacocha, entre las calles Ingavi y Armentea. A mediados de los
60 se establecieron otras agencias de papa en la zona de Ch’ijini, calle León de la Barra, y en
la zona San Pedro, calle Boquerón, y otros lugares.

A principios del mes de enero se realizaba la siembra de haba y trigo o cebada, en las parcelas
secundarias sin sembradíos de maíz; cuando no existían parcelas baldías la UD se quedaba
sin cultivo de haba ni trigo. Para la siembra de haba, primero se roturaba la parcela con yunta
luego se sembraba; la actividad era similar a la siembra de maíz. La siembra de cebada o
trigo, no requería roturar la tierra, los puñados de semilla se echan directamente a la parcela,
entonces pasa la yunta volteando la tierra con lo cual la semilla se iba mezclando con la tierra.
A la vez se iba desmenuzado de los terrones de tierra y se extraía las yerbas malas.

La cosecha de maíz se realizaba en los meses de mayo y junio, dependiendo mucho de las
actividades en las aynoqas. Al concluir el trabajo en las aynoqas, se empezaba la cosecha de
maíz en las sayañas de Cabecera de Valle, la primera actividad era segar los tallos de maíz
con hoz y luego amontonar en bloques o parwayu para que sequen los tallos y mazorcas.
Entonces se procedía al famoso tunqu qilli o sacar las mazorcas de los tallos o chhallas,
famoso porque atraía propios y extraños. El principal instrumento utilizado es qillina que
está fabricado de un palo delgado de unos 10 a 15 cm. de largo, a uno de los extremos se le ha
sacado filo a la punta, esto sirve para deshacer las chhallas y extraer las mazorcas de maíz.
De esta actividad participaban tanto varones, mujeres y niños. Por ese tiempo llegaban los
kasirus, pata jaqi o gente del altiplano, a la cosecha de maíz en K’ara y a su entorno regional,
el maíz era uno de los productos más preciados por la gente del altiplano. El jornal era
cobrado en el mismo producto. El dueño de los maizales les atendía con la comida y el
alojamiento, a una casa llegaban, generalmente, uno o dos kasirus que luego de concluir la
cosecha en esa unidad doméstica pasaban a otra donde aún no habían concluido la cosecha.
Los kasirus del altiplano bajaban a la cosecha de maíz después de haber recogido sus propios
cultivos, de ahí muchos estaban con pocas actividades agropecuarios y preferían bajar a la
Cabecera de Valle a ganarse algo de maíz para autoconsumo familiar. Los kasirus
generalmente procedían de las provincias paceñas de Pacajes y Aroma o de Curaguara de
Carangas del departamento de Oruro. Otros provenían de la misma provincia Loayza de las
actuales secciones municipales de Yaco y Malla que están ubicadas mayormente en los
niveles de Alto Andino y Puna.
El maíz cosechado era seleccionado de la siguiente manera: primero maíz blanco, segundo
maíz amarrillo y, finalmente, jamp’i tunqu o maíz para tostado, la característica de este
último es su color ch’ixi o blanco y negro, y servía para ser consumido tostado en los

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desayunos. El maíz blanco y amarrillo era consumido en mote (granos enteros cocidos) o
transformado en harina para prepara la lawa. El maíz amarillo era destinado para el consumo
de gallinas y chanchos, la harina amarilla mezclada con sal era suministrada a los animales de
carga, vacunos y ovinos. Además, el maíz amarrillo servía para el trueque con kasirus para su
autoconsumo o con comerciantes que traían productos del altiplano como sal, ch’uño,
ch’arkhi, chalona. Los productos eran transportados en llamas, llegando hatos de 30 y 70
cabezas, cada animal solo carga 2 arrobas. El maíz también se intercambiaba con algunos
productos industriales como pan, sardina y otros, con las amas de casa de la mina Viloco.

Asimismo, los comunarios de K’ara intercambiaban maíz con productos del valle como
tomate, cebolla y otros, a veces hasta con gallinas. Algunas comunidades de Luribay como
Azambo, Anquioma, Palca y otras, subían a Cabecera de Valle de K’ara con productos del
valles cargados en burros o mulas. Mientras los comunarios de K’ara solo a veces bajaban a
trocar maíz con las comunidades de Valle de Luribay.

La cosecha de cebada, trigo y haba, comportaba en primer lugar el segado con hoz, luego
formaban el parwayu a fin de que sequen los tallos y espigas. El mismo proceso seguía con el
haba, la cebada, el maíz y el trigo. Luego construían las iras o pisos de trilla, espacio de tierra
endurecida, primeramente remojaba la tierra con agua y golpeando con piedras planas, se
hacía la compresión de la tierra de manera similar a los taphial. También hemos visto algo
similar a las iras pero sirve para mat’achar coca en el piso de planta baja en las casas de las
altusas36 en Chulumani, Sud Yungas. Luego de comprimir la tierra se dejaba unos 3 días
hasta que secara, después se colocaba la cebada segada, donde uno o tres qala kayus o mulas
daban vueltas en círculo hasta triturar las espigas, una persona iba jalando a los animales en
este proceso. A medida que los animales iban dando vueltas, hacían rebalsar los tallos y
espigas de la ira, una segunda persona iba empujando los rebalses hacia adentro de la ira con
una herramienta llamada jurkiti, era un palo que en uno de los extremos tenía tres puntas
naturales y servía para alzar la cebada; este instrumento se extraía del bosque. Una vez que el
cereal había sido desgranado y los tallos destrozados por los qala kayus, se pasaba a ventear
el grano, primero alzaban con las palmas de las manos el grano mezclando con el tamo o
resto de los tallos, luego lo botaban al aire, era un proceso continua que iba separando el
grano de la paja. Si han quedaban espigas enteras, los amontonaban para ser golpeadas con
jawq’aña (palo para sonar) a fin de desgranar las espigas, este era un instrumento similar al
mango del pico, tiene más o menos un metro y medio de largo. Después de triturar las espigas
se venteaban una vez más hasta dejar limpios los granos de cebada, se llenaban los costales y
eran trasladados al domicilio donde se almacenaban para el consumo. La cosecha de trigo
seguía el mismo proceso.

La cosecha de haba tenía el proceso siguiente: primero se segaba las plantas de haba con hoz,
luego se amontonaba en parwayus con el fin de que siguieran secando hasta su trasladado a
los iras donde será desgranado a golpes con las jawq’añas, al ser destrozados los tallos las
habas secas iban quedando en el piso. Para separar el haba de los restos desechos de los tallos
se venteaba hasta que quedara limpio, luego era trasladado a las viviendas para su
almacenamiento en costales. Se consumía como mote o pito.

36 Altusas: casas de dos pisos, paredes de Taphial y techo de calamina.


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El trigo era muy preciado porque se transformaban en harina para la elaboración de pan. Los
molinos de piedra eran rústicos y estaban movidos por la tracción del agua, en la cuenca del
río Atoroma instalados a orillas de rio Grande de Valle de K’ara y otros ríos. Con la harina se
elaboraba pan para el desayuno, y acompaña a los mates de yerba luisa, toronjil, cedrón,
panqara (flor) y otros. El trigo pelado se consumía en los caldos a la hora del almuerzo. La
cebada era consumida como chhamaqa, grano triturado como tipo arrocillo, para ello la
cebada se muele en parara o piedra de moler cereales; la parara estaba formada por dos
piedras: una piedra plana y liza de aproximadamente 30 por 40 cm., y el moledor, una piedra
ovalada que aplasta los granos con vaivén del movimiento. También se elaboraba pitu de
cebada tostado y molida, luego era cernida para separar la harina de la cáscara; el pitu
acompañaba al mate en el desayuno.

Valle
Posterior a la Reforma Agraria de 1953, en la década del 50 y parte del 60, el principal
producto cultivado en las sayañas de Valle de K’ara era el maíz intercalado con cultivos de
trigo. Había, además, algo de alfa alfa para forraje de los animales grandes. En algunos casos
excepcionales, las UD tenían de 5 a 8 plantas de asno durazno o duraznos tradicionales.

El cultivo de maíz era similar al realizado en la Cabecera de Valle, variando solo la época de
la siembra que se realizaba en los meses de octubre o noviembre. El crecimiento de los tallos
se enlazaba al ciclo de la lluvia. Algunos años cuando el ciclo de la lluvia se atrasaba por dos
semanas, recurrían al riego. La cosecha era a fines de mayo o principios de junio. Después de
concluir la cosecha de cereal en Cabecera de Valle, descendían al valle a la cosecha de maíz.
La organización de mano de obra era similar a la Cabecera de Valle, había poca participación
de los kasirus. El maíz era de menor calidad en relación al de la Cabecera de Valle, además la
extensión de los maizales era reducida. Algunas unidades domésticas tenían chhujllas o
casas provisionales, las edificaban clavando palos en cuatro esquinas, para el techo tendían
palos que cubrían por encima con paja para protegerse de la lluvia, no tenían paredes, en ellas
dormían algunas noches por no subir a Cabecera de Valle. En la mayoría de los casos, las UD
subían a su residencia en la Cabecera de Valle a dormir placenteramente. En las chhujllas
pasaban malas noches por el frio y no podían cocinar adecuadamente. El maíz cosechado era
trasladado por los qala kayus o mulas a la estancia de Cabecera de Valle, donde era
almacenado en las pirwas.

El proceso productivo de trigo en Valle es similar en Cabecera de Valle se diferenciaba


porque la siembra se realizaba a principios del mes de diciembre coincidiendo con la siembra
de maíz en el Valle. El Valle cumplía la función de productor de forraje para los animales,
como la chhalla del maíz, los rastrojos de maíz y trigo los mismos eran echados al ganado
vacuno, animales de carga y a veces hasta ganado ovino. La alfa alfa era segada poco a poco
para suministrar al ganado vacuno.

Algunas unidades domésticas tenían plantas de durazno, las variedades de asno durazno rojo
y amarrillo eran destinados para auto-consumo como durazno fresco. En casos
excepcionales, transformaban el durazno en pisco como don Victoriano Quispe; dice que
tenía unas 20 plantas, la única persona que tenía ese tanto de árboles de durazno, algunos
otras unidades domésticas tenían menos de 5 plantas, la gran mayoría no tenían ni un árbol de

70
durazno.

A principios de la década del 70 se generaron los primeros cambios en el sistema productivo


agrícola de Valle, las unidades domésticas empezaron a cultivar milli ch’uqi por primera vez
destinado al mercado. Hasta la década del 60 intentaron sembrar papa milli pero no había
resultados favorables, las plantas crecían ch ’uwi o plantas con tallos delgados y sin follaje,
generando apenas de 2 a 3 papas menudas, los agricultores vieron por conveniente no
cultivar papa en Valle, porque solo era invertir tiempo sin sacar ningún rédito. Es de presumir
que intentaron cultivar las variedades aptas para niveles de altura en Cabecera de Valle, Puna
y Alto Andino pero parece que eran las variedades nativas de papa como la papa milawru,
quyllu, palas y otros. Además, por ser menudas no eran aptas para su comercio en el mercado
ya que el mercado demandaba papas grandes. Posteriormente, en la década de 70, los
k’areños habían introducido variedades mejoradas como la sani negra y otras adaptadas para
clima cálido del Valle, esas papas habrían dado buenos resultados.

A principios de la década de 70, producía la papa tamaños grandes en Valle de K’ara, las
variedades cultivadas eran ch’iyar y janq’u sani, en las cosechas se recogían mayormente
tamaños de primera, segunda y extra grande. La producción de milli ch’uqi en Valle dejó
sorprendidos a muchos comunarios, durante los primeros años de introducción de papa que
obtuvieron excelentes cosechas de milli ch’uqi, como decía un comunario: “nayra
maranakaj kunaratutija satañ qalltajtha utjaxa, ch’uqixa wali jach’anakapininwa puqunxa,
wawa p’iqi ujch’anakapiniwa” (en los primeros años, el cultivo de papa producía bien, papas
grandes como el tamaño de la cabeza de un bebé). (Entrevista a don Mamerto Choque, junio
de 2012). Los primeros años la tierra samata o fértil no se sabía sembrar cultivo de papa en
Valle, la papa es uno de los cultivos anuales que requiere mayor numero de nutrientes de la
tierra. De ahí habría caído la productividad en los 5, se dice notablemente disminuyo en
tamaño las papas, esto debido a que empezó perder algunos nutrientes la tierra. Para
mantener la productividad de papa empezar introducir abono natural.

Entonces la papa milli se convirtió en el cultivo principal en Valle y la rotación de cultivos en


una determinada parcela se dio de la siguiente manera: el primer año sembraban papa milli,
después de cosechar sembraban trigo o maíz. El segundo año cultivaban maíz o trigo, pero
muchas unidades domésticas preferían dejarla descansar con el fin de que se regeneren los
nutrientes. Al tercer año nuevamente cultivaban papa milli.
En mes de mayo se realizaban trabajos en los canales de riego, como la limpieza de las lamas
de la acequia y la reconstrucción de algunas plataformas dañadas durante la época de lluvia,
anticipándose a la preparación de tierra para la siembra de milli ch’uqi. En primer lugar, se
regaban las parcelas, una actividad en la que participaban tanto varones como mujeres,
después de tres días roturaban la tierra con yunta, esta actividad era casi exclusiva de los
varones. Se proseguía con el desmenuzado de terrones de tierra. En este nivel, no se utilizaba
la lastra para el roturado de la tierra como en Cabecera de Valle por la existencia de ch’ijis en
la tierra, que son las raíces de los pastos de los bofedales, estas tenían la forma de una red que
cubre la tierra. Como la raíz de los ch’ijis esta entrelazada a la tierra hacía que ésta sea más
dura y compacta dificultando el desmenuzado. Los terrones de tierra se golpeaban con los
picos y se sacude los ch’ijis hasta extraerlos de la tierra. Además, era primordial sacar y
separar el ch’iji de la tierra donde se va a sembrar de lo contrario, con el primer riego,
brotaban rápidamente y frena el desarrollo de los cultivos; las raíces entraban en competencia

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con la papa, con lo cual decía la productividad.

Como la tercera actividad estaba el barbecho con yunta, del cual generalmente se encargaban
los varones. Luego se dedicaban al acopio de guano en el corral de los animales, que luego
sería trasladado a la tierra barbechada. Algunas UD no tenían corrales de ganado ovino en el
Valle, los que tenían poco ganado sembraban con jira o bosta de ganado ovino y vacuno, el
poco ganado también generaba reducidos guanos. La bosta tenía que estar fresca, si estaba
algo seca se le aumentaba agua para darle humedad y convertirla en una masa con la que se
esparcía sobre la semilla de papa. En la década del 70 los comunarios incorporaron la urea
para la siembra de papa, este coadyuvo en incrementar tamaños de papa, sobre el beneficio
de urea nos comentaba don Mateo Quispe lo siguiente: fue bueno que aparezca urea para los
que erábamos pobres con poco ganado. No teníamos suficiente guano, de ahí muchas veces
recurríamos a la última opción que era la jira. Luego cuando apareció urea, eso nos ayudó
de gran manera, al final urea no más ya hemos comprado, pero continuábamos poniendo,
aunque poco, guano natural. En la siembra de papa del surqueo con yunta se encargan los
varones, en los mismos las mujeres van poniendo la semilla en los surcos y otro varón va
poniendo el guano encima de la semilla. Si la siembra es con abono químico, en algunos
casos, la mujer suele cumplir con doble actividad: cargado la semilla de papa en la espalda
y el abono químico amarrado a la cintura, con una mano ponen la semilla y con la otra mano
pone el abono químico a los surcos. Esto pasaba cuando la mano de obra es reducida y, a
veces, los niños y niñas suelen encargarse del abonado con urea. Estas siembras de papa
milli tenía que estar concluido hasta 24 de junio (San Juan), eso sería buena producción si es
pasando la producción disminuía. (Entrevista a don Mateo Quispe, junio de 2009).

Después de cinco o seis semanas de la siembra, se realizaba el primer riego a los sembradíos
de papa, de esta actividad participaban tanto varones como mujeres. El riego tenía un
intervalo de dos semanas, hasta la maduración de la papa. Con el segundo riego, se realizaba
el desyerbe y aporque, de la actividad participaban tanto varones como mujeres utilizando
chontas y picos. Desde principios o mediados del mes octubre se empezaba la cosecha de
papa, participando de la actividad varones y mujeres, niños y niñas; en muchos casos también
mink’as de la comunidad. Luego se hacían la selección de papa en cuatro tamaños, desde más
grandes a las más pequeñas: primera, segunda, tercera y cuarta. Una vez culminada esta
actividad, la papa se trasladaba en mulas y burros hasta la carretera de comunidad Azambo o
Palca que era el lugar hasta donde podía ingresar el camión en época seca. En esas épocas el
camino carretero llegaba sólo hasta Pueblo de Luribay. Por la lejanía del camino, los
pobladores de las comunidades alejadas como K’ara y otras hacían sendas provisionales para
los motorizados por las playas de los ríos, esta actividad era a pulso con picos, palas y
barrenos, de esa manera llegaban los camiones Inter hasta su comunidad. Las lluvias
borraban las sendas y por eso cada año se hacía esta tarea. Lo más cerca que llegaban los
camiones a K’ara era a las comunidades de Palca o Azambo, a una distancia de dos horas o
dos horas y media a pie, hasta ahí transportaban sus productos en animales de carga. De ahí
hacían llegar sus productos en camión hasta las agencias de Ch’ijini en la ciudad de La Paz
donde era comercializada la papa por mayor, las agencias cobraban por el uso de la agencia y
por la venta, los productores pagaban por el transporte a los camioneros.

A principios del mes de noviembre, comenzaba la siembra de maíz en las qallpas escarbadas
de papa. En las mismas, primero se hacia la chapura o riego de qallpas, luego se removía la

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tierra con yunta como el barbecho. En la siembra los varones iban surqueando con yuntas,
seguidos por las mujeres que ponían la semilla. El riego a los sembradíos se realizaba a las 3
ó 4 semanas, actividad que se encargaban tanto varones como mujeres. El aporque de maíz se
realizaba después de un mes o más, actividad en la que participaban tanto varones como
mujeres; las herramientas utilizadas eran chontas y picos. El riego al cultivo de maíz era
constante en los intervalos requeridos cuando no llovía, pero si la lluvia caía regularmente en
ese caso no se regaba. A mediados o finales del mes de diciembre, aprovechando la lluvia,
sembraban trigo; primero derramaban puñados de semilla y con la yunta iban volteando la
tierra para mezcla la semilla con la tierra, luego se hacia el desmenuzado de los terrones de
tierra con picos. El cultivo se regaba a veces en el mes de febrero-marzo, luego realizaban
qurajik’i o arrancado de las yerbas. La cosecha de maíz y trigo se realizaba en mes de mayo
o a principios de junio.

En K’ara tuvo importancia la producción pecuaria sobre todo de ovinos, los hatos más
numerosos alcanzaban a 100 cabezas; en ganado vacuno tenían de 2 a 10 cabezas, en caso de
tener 10 vacunos, 8 eran hembras y torillos y un par de toros para el trabajo agrícola. El
pastoreo de ganado ovino se lo hacía en los pastos naturales de Alto Andino y en las aynoqas
en descanso, esto en épocas secas mientras en épocas de lluvia, el ganado pasteaba en los
bosques de Valle. Los hatos de las vacas eran soltadas en los espacios abiertos de pastoreo, a
donde iban una vez a la semana o más a reunir a las vacas en un lugar para suministrarles sal,
cuidando siempre que sus animales no pasaran a otras comunidades, y en la misma
comunidad que no entraran de los sembradíos de las aynoqas y sayañas. Los animales que
siempre estaban en la residencia principal eran dos toros para trabajos agrícolas, dos a tres
mulas o burros, y porcinos. Estos últimos eran llevados a las qallpas de los tubérculos de las
aynoqas durante uno o dos meses. El ganado vacuno era para la venta, si rodaba por
accidente era consumido por la UD, el ganado ovino era para la venta y poco para
autoconsumo, el chancho era para la venta tanto como para el autoconsumo.

Como se ha dicho, la producción agrícola entre las décadas de 1950 al 70, se centraba en los
niveles de Cabecera de Valle y las aynoqas, esto benefició a algunos comunarios, como a
Mamerto con papa milli en Cabecera de Valle y a secano en las aynoqas. Pero Pascual
obtuvo menor producción de papa milli de Cabecera de Valle y en las aynoqas, es decir el
Mamerto llegó a tener más beneficios en sus ingresos monetarios que Pascual. Cuando se
empezó a cultivar papa milli en Valle, en la década de 1970, la producción agrícola de
Pascual empezó a ascender generando algo más de ingresos monetarios, casi igualando a los
ingresos de su hermano menor, la producción de papa ha logrado equiparar las ganancias de
ambos hermanos.

Esto generó envidia entre las familias, los que vivían en las sayañas asociados divididas,
como los titulares de las sayañas de Cabecera de Valle estaban a la cabeza con los ingresos
monetarios en relación a los titulares de sayañas del Valle. Los titulares de las sayañas de
Valle, empiezan a sentir envidia de los que hacían producir papa en las parcelas del Valle, de
ahí surgían los reclamos de revisar la división y partición de tierras que se había hecho a
finales de la década de 50 y 60.

La Incorporación de K’areños al Mercado

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Las unidades domésticas estaban poco vinculados al mercado, con la venta de papa. Las
papas de tamaños grandes eran destinados al mercado, solo las papas menudas era para
autoconsumo y para chuño. En la comunidad K’ara hay un dicho: janiw jach’a papaja
mank’añati, manqatatixa ukaja jach’a qalaw qurumjatama, (no hay que comer papa grande,
si comes papa grande, te va arrollar piedra grande). Es decir, es una ideología que se
construyo para educar a los niños, que se debe comer solo las papas menudos, y las papas
grandes se guardaban para la venta, se vendía en precios un poco elevados en relación a las
papas menudas.

Los comunarios conseguían poco dinero por la venta de papa y algunos ganados. De esa
manera era limitado la compra de azúcar, se podría decir, era prescindible para desayuno,
solo algunos unidades domésticas permanentemente consumían en los mates en la mañana
como primera comida o desayuno y antes de la cena. Pero la gran mayoría de las unidades
domésticas a veces no más consumían azúcar, para subsanar el desayuno o té en la tarde se
hacían allpi, con sopa blanca de huesos remojaban al plato de pitu de cebada, como
mazamorra era consumido.

Los alimentos industriales como arroz y fideo solo eran consumidas en casos especiales por
las unidades domésticas de K’ara, la gente estaba acostumbrada consumir sus propios
productos agrícolas. En los almuerzos y cenas, los caldos eran de papalizas, trigo, cebada,
lawa común de maíz, acompañado por qhati de papa, oca o isaño, chuño, mote de maíz y
haba. Para los fiambres de medio día consumían papa pelada, chuño, caya y mote,
acompañado de la infaltable llajwa o ají a veces acompañado de ch’arkhi, huevo frito o
queso. Se consumían pocas variedades de verduras, ellos no las producían, se las trocaban
por maíz y papa con los agricultores de valle de Luribay. También consumían pocas
variedades de frutas el principal era tuna que había en mismo Valle de K’ara, algunos tenían
durazno asno, a veces con papa y maíz hacer trueque con cítricos y plátanos en Irupana, Sud
Yungas.
Para las fiestas patronales y rituales las familias de K’ara en cantidades se preparaban chicha,
para complementar se compraban un poco de alcohol de caña. Además en las viviendas
estaban almacenadas cantidades de juiras o productos deshidratados en las pirwas, como
maíz, haba, trigo, cebada, chuño, caya, estos alcanzaban algunos años.

Por otro lado, algunos se vendían ganados como vacunos, ovinos, y a veces chanchos.
Además raras veces se consumían aceite, producto industrial, solían freír huevos y hacer
ahogado o guiso con manteca de chancho de su propia ganado, mayormente los porcinos
eran para autoconsumo.

En las décadas de 1950-60 las personas se elaboraban sus propias vestimentas, ropas de lana
de oveja, mayormente en bayetas de lana de oveja, los sombreros era elaborados de lana de
oveja, como lo eran las camisas, riwusus, pantalón, polleras, enaguas y otros. Y también eran
tejidos las camas, ponchos, aguayos y estallas. Pero en la década de 1970, empezaban a
consumir del mercado las vestimentas industriales tanto para varones y mujeres. Utensilios
de cocina como las ollas, platos antes eran de barro que hacían llegar los kasirus del
altiplano, para trocar con maíz.

Las herramientas de labrar eran comprados como picos, hachas y rejas para arado egipcio. Y

74
en la década de 1070, empiezan consumir la urea del mercado para cultivo de papa.
LA COMUNIDAD K’ARA Y LAS COMUNIDADES INTERMEDIAS DE VALLE DE LURIBAY

A principio de la década de 1970, las comunidades intermedias de valle de Luribay,


introdujeron los cultivos perennes uva y durazno, las comunidades de Palca, Azambo,
Anquioma, y Chincha; ubicados en la unión de los ríos de Luribay, Porvenir y Atoroma.
Mientras las comunidades de la periferie de rio Atoroma que eran Agua Salud, K’ara,
Quebrada y Choquesa, en Valle estaban todavía con la producción de papa milli.

Los agricultores de comunidades intermedias empezaban diferenciarse de K’ara y de los


demás, los que estaban en las rinconadas de rio Atoroma: como nos comento Don Miguel
Choque, un comunario de la tercera edad de K’ara, nos cuenta de uno de sus familiares en
tercer grado de la comunidad Azambo, con quien tenía buena relación familiar, además, era
buena persona, era amable y compartían entre los dos, y que generalmente se alojaba en casa
de este familiar cuando viajaba a ciudad de La Paz, debido a que el camino está cerca de su
casa y el paso es obligatorio. Su familiar empezó a dedicaba a cultivos perennes, a principios
de la década de 1970, destinó una hectárea y algo más de tierra donde empezó a plantar uva,
tras unos 5 años consolidó su viña y empezó comercializarla de lo cual, según cuenta, recibía
buenas ganancias. De esta manera marido, mujer e hijos viajaban a La Paz para vender la
uva. Continúa su relato don Miguel: “mi primo ya no era igual, ya se portaba algo especial,
cada vez se alejaba ya no compartíamos. Cuando me veía pasar por ahí se comportaba como
ocupado, antes de eso siempre nos saludábamos de hermano, un día estaba por Azambo
cerca de su casa en la carretera, en ahí se paso a mi lado diciendo: buenas tardes, como gente
extraña, de ahí nunca más compartimos y dejé de visitar. Las ganancias de uva le habían
hecho alzar la cabeza a mi familiar. Luego en los posteriores años andaba mi familiar como
medio miste, es decir estaba diferenciándose del comunario de K’ara y otros, los de K’ara
todavía estaban dedicados a cultivos anuales”.
Los comunarios de K’ara persistían todavía con producción de papa milli, eran vistos como
pata jaqi, estaban centrados en cultivos anuales mayormente para autoconsumo, vinculados
poco al mercado con la venta de papa. Mientras de las comunidades intermedios como
Azambo y otros se habían vinculados mas al mercado con la producción de cultivos perennes
uva y durazno, les veían a los de K’ara como los retrasados que estaban manteniéndose
todavía con los cultivos anuales de tiempo de la hacienda.

75
CAPÍTULO V
PROCESOS DE TRANSICIÓN Y ESTRATEGIAS CAMPESINAS: 1980 - 2012
A principios de la década de 1980 los comunarios de K’ara empezaron a introducir nuevos
cultivos en el Valle, que a la larga repercutió no solo el sistema productivo tradicional sino
también en la producción por niveles ecológicos, en la organización comunal y en el propio
modo de vida de la comunidad. En esto tuvo mucho que ver la influencia de las comunidades
próximas al Valle de Luribay, la cuales estaban en un proceso de transición de cultivos
anuales (papa, maíz, trigo, camote, ajipa, y verduras) hacia cultivos perennes, principalmente
uva y durazno. Años atrás había llegado a K’ara comentarios positivos de los cultivos de
frutas, sobre todo en el precio elevado de venta de productos en relación a los cultivos
anuales, lo que generaba buenas ganancias a los productores.

Por esas épocas, Sánchez (1982) menciona que los precios de los cultivos anuales del valle
Araca (Cairoma) eran comercializados a menor precio en la feria de la mina Viloco en
relación a los precios de mercado de la ciudad de La Paz y también a nivel nacional. Hasta
esos años la cobertura de caminos carreteros a Luribay era muy limitada y el camino llegaba
solo hasta el Pueblo de Luribay, pero las comunidades alejadas de rio Atoroma y Porvenir no
tenían acceso hacia la carretera. En algunas épocas, los comunarios se encargaban de hacer
senderos para los motorizados por las orillas del rio Porvenir, Atoroma (K’ara). En época de
la lluvia se borraba las sendas de los motorizados, las aguas torrenciales se apropiaban de las
playas de los ríos. Mientras por el lado de Cairoma el camino carretero hasta la comunidad
K’ara resultaba muy distante, para trasladar los productos agrícolas tenían que hacerlo poco a
poco durante largas distancias a lomo de mulas y burros, finalmente eran vendidos en la feria
de la mina Viloco, donde además los intermediarios ponían los precios a los productos, de
esa manera los precios adquirían un nivel muy bajo. Estos tres factores: carretera, distancia e
intermediarios, resultaban un perjuicio a los productores de K’ara, a su vez influyeron en la
producción de los cultivos anuales como papa para el mercado en Valle, de ahí empezaron a
introducir los cultivos perennes para el mercado, además les favorecía el clima y el riego.

En K’ara la primera unidad doméstica que se animó a plantar frutas en ese entonces fue
Apaza Ruiz, con los esposos Pascual y Andrea, aproximadamente de 50 años de edad. Doña
Andrea era oriunda de comunidad Anquioma-Luribay y mantenía vínculos familiares en esa
comunidad. La plantación de frutas en Anquioma se generalizó en la década de 1970, según
lo que cuentan don Pascual y doña Andrea, les animaron sus familiares de Anquioma a
plantar frutas en el Valle de K’ara. Además su primer yerno, llamado Simón Luque 37, que
provenía de una comunidad de Valle de Luribay, tenía experiencia en el cultivo de frutas.
Don Pascual fue el primero que en el año 1978 empezó a plantar durazno tradicional, los
primeros plantines fueron traídos de las huertas de sus parientes afines de Anquioma, en total
20 plantas de durazno. Durante los siguientes años siguieron aumentando nuevos plantines
poco a poco, para el año 1980 la pareja se animó a plantar uva en una extensión de
aproximadamente 6000 m2, los sarmientos o podas de las ramas de las viñas fueron traídos
de Anquioma, los proveedores fueron sus parientes. Los vecinos comunarios de Pascual,
viendo su plantación de uva y durazno, también se animaron a plantar frutas, emplearon la

37 Simeón Luque: Hijo político de Don Pascual y Dña. Andrea de la hija mayor.
76
misma metodología de Pascual, primero plantaron duraznos tradicionales y luego uva. Así
empezó la plantación de cultivos perennes en K’ara, las mismas huertas se consolidaron
hasta mediados de la década de 1980.

Los primeros en plantar frutas en K’ara fueron los sayañeros asociados titulares del Valle, los
mismos tenían extensas parcelas en relación a los titulares de las sayañas de Cabecera de
Valle, los segundos que les siguieron fueron los sayañeros titulares de Cabecera de Valle,
ellos tenían acceso a reducidas parcelas en Valle en relación a los primeros. El tercer grupo
fue de los sobrantes, la mayoría se animaron a plantar uva y durazno a mediados de la década
de 1980 y hasta el año 1990; sin embargo, después de 5 ó 7 años empezó a manifestarse la
enfermedad/plaga de filoxera en las huertas de uva, de esta manera estos últimos fueron los
últimos menos pudieron apropiarse del auge de las frutas.

La introducción de frutas provocó un cambio brusco en el sistema productivo agrícola,


reduciendo los cultivos de papa milli, además, en Valle también fue reducida la producción
de maíz y trigo. Muchos dejaron de producir por falta de terreno, dando mayor énfasis a los
cultivos perennes de uva y durazno, al mismo tiempo los agricultores aprendieron nuevas
actividades de cultivo de vid.

PRODUCCIÓN DE DURAZNO
Las primeras plantaciones de durazno estaban en las acequias, cerca a los linderos, en medio
de alfa alfas. Luego siguieron aumentando los plantines de durazno, con eso quedo estrecho
las distancias entre planta a planta. Posteriores años con las plantaciones de viñas, en medio
de uvas muy dispersado se planto durazno.

Las primeras plantaciones de durazno introdujeron duraznos tradicionales de color rojo y


amarillo, la desventaja era que el kururu38 o cordón umbilical del durazno sobresalido como
una cola en el fruto, también algunos frutos tenían rajadura en un costado, o la cáscara era
opaca en fin no le daba una buena presentación ante los compradores. En los primeros años,
las plantas de durazno tradicional produjeron, por lo regular, frutos dulces; al pasar los años
las mismas plantas produjeron frutos medio agrios, por eso los precios decayeron en el
mercado, a pesar de ello había demanda y se vendía aunque a precio más bajo en relación a
los duraznos mejorados. La variedad de durazno denominado asno era ideal para qulu o
k’isa, es decir el durazno pelado y deshidratado que se usa para hacer bebidas refrescantes,
en Calcha, departamento de Potosí y en otros lugares, es denominado mokochinche (Frías,
2002). El durazno asno deshidratado pesa algo más que los duraznos mejorados, su pepa
grande le da mayor peso.
A mediados de la década de 1980, cuatro unidades domésticas introdujeron algunos
plantines de durazno mejorado de las variedad es luk’i y almendra de color blanco, el fruto
era presentable y con reducida cola, en algunos casi no se notaba el cordón umbilical del
durazno, tampoco se veía rajaduras en las frutas y las pepas eran reducidas en relación a los
duraznos tradicionales además tenía un sabor dulce que le favorecía en tener una buena

38Los kururus: cordón umbilical de los frutos de durazno, eso genera un mal aspecto en la presentación ante los
compradores en el mercado. Por ejemplo, en los duraznos extranjeros como las chilenas y peruanas casi no se nota
sus kururrus, que en su mayoría son redondos. Mientras algunos duraznos asnos de los Valles de La Paz, los
kururus hace ver medio ovalado y no redondo como los duraznos mejorados.
77
demanda por las amas de casa de ciudad de La Paz. Esas dos variedades fueron traídas de dos
comunidades de Valle de Luribay, Azambo y Porvenir.

Para tener nuevas plantaciones de durazno se hacen los preparativos desde el mes de agosto,
cuando empieza el riego de las huertas, el intervalo de riegos dura de 2 a 3 semanas. En
primer lugar se hacen cavan hoyos en los lugares vacíos de las huertas de viñas o en las
parcelas, los hoyos miden de 50 a 60 centímetros de profundidad y con un radio de 35 a 50
centímetros aproximadamente. Los plantines de duraznos tradicionales provenían de las
mismas huertas por reproducción vegetativa, sólo se traían algunos duraznos mejorados de
las comunidades de Luribay, debido a la escasez de plantines tardaron en consolidar las
huertas de durazno. Cada año aumentaban de 1a 5 plantas, muchos plantines se morían.

Los duraznos empiezan a generar sus primeros frutos a partir de los tres años, después de 6
años aumenta la producción considerablemente. Cada planta produce como máximo hasta 6
arrobas, manteniéndose en esta proporción por 8 o 10 años, después disminuye tanto la
cantidad como la calidad del producto. El ciclo de vida de las plantas de durazno mejorado
alcanza los 30 años, se dice que los duraznos tradicionales llegan a los 50, 60 ó más años. Las
plantas de durazno asno de don Victoriano Quispe en la zona de Qhani, fueron plantadas en
la década de 1940 y a principios de la década de 1950 estaban en el auge de su producción,
las plantas vivieron hasta dos décadas después.

A mediados de la década de 1980 algunos comunarios se animaron a injertar algunos


duraznos tradicionales con duraznos mejorados mayormente con la variedad perchico o
durazno al partir de color blanco, almendra y luk’i. Para realizar los injertos en primer lugar
se tienen que disponer de las puyas, es decir, las guías o puntas de duraznos mejorados, que
han de ser colocadas a los duraznos tradicionales debido a que la raíz de éstos es más
resistente, además, su crecimiento es más rápido que de los duraznos mejorados. Los injertos
se hacían a plantas en plena producción.

Los injertos a los duraznos asnos eran beneficiosos porque el durazno mejorado tenía precio
elevado en relación al durazno tradicional. El tipo de injerto mas practicado era el injerto
estaca, se hace un corte en el tallo principal del árbol de una altura de 40 ó 50 centímetros,
encima del corte del tallo se hace una abertura o rajadura de unos centímetros, donde se
implanta la puya, alrededor de la puya se masilla con jamillu 39 . Los primeros injertos
resultaron ser experimentos, muchas veces se llegaron a matar a las plantas de duraznos
porque no prendían las puyas, lo cual significaba una gran pérdida. Para evitar esos riesgos la
mayoría de los agricultores no quisieron hacer injertos, prefirieron mantener huertas enteras
de duraznos tradicionales hasta pasada la década de 1980. Algunos agricultores de Kara, al
no poder captar la técnica del injertado, fueron a observar los injertos que se realizaban en las
comunidades circundantes al Pueblo de Luribay. Además resultaba difícil consolidar las
huertas de durazno, la reproducción vegetativa por año pocas plantines brotaban de 1 a 5
durazno, los mismos eran trasplantados, pero de algunas plantas se morían.

A mediados del mes diciembre o principios de enero, empezaba el cuidado de huertas de

39Jamillu: planta silvestre propia del valle, sus frutos son como racimos de uva de tamaño menudo; estos frutos son
molidos hasta que se convierten en una masa pegajosa y húmeda, parecido a la grasa para las máquinas. Cuando se
realizan los injertos sirven para mantener húmedas las puyas hasta que prenda.
78
durazno de los pájaros, actividad encargada a los hijos menores o mujeres. Para espantar los
pájaros de los duraznos utilizan algunos instrumentos, por ejemplo: estiran alambres de canto
a canto en las huertas, en ellas cuelgan latas de sardina y leche, a las cuales introducen
pequeñas piedras, cuando alambres se mueven hacen sonar las latas y la bulla espanta a los
pájaros, por otro lado, se ahuyentan los pájaros lanzando pequeñas piedras con honda.

A principios del mes de febrero, se empezaba la recolección de durazno para la venta, una
actividad de la que se encargan tanto varones como mujeres, mayores y niños. Cada semana
se recolectaban frutos que habían madurado durante la semana, amontonándolos cerca al
domicilio; los varones se encargaban de la selección por especies y por tamaño, que luego
eran empacados en canastas; tres canastas hacen una ch’iphar40, una vez preparadas eran
trasladadas a la carretera de comunidad de Chincha, finalmente era comercializada en los
tambos de ciudad de La Paz. La actividad duraba hasta fines de mes de marzo.

PRODUCCIÓN DE UVA
A principios del mes de agosto los varones empezaban con la ch’iya41 de los wachus o
andenes de huertas de viña con picos. Los wachus de viña son verticales, entre planta y planta
por el medio estaban sobresalidos la tierra como camellones, por encima del wachu se abre la
tierra con pico como un pequeño canal por donde corre el agua de riego, esto se realiza sólo
en primer riego de la huerta, después del ciclo de descanso de las frutas. La ch’iya de los
surcos coadyuva a que se humedezcan con el agua los wachus. Después de un intervalo de
tres o cuatro días se realiza el chonteo de la viña, los varones de la UD realizan el borrado de
sarmientos o poda con tijeras especiales; las ramas cortadas son trasladadas a los cantos de
las huertas. Luego continúan con el chonteo de la viña o roturado de tierra, de esto se
encargan los varones participando de 3 hasta 30 personas. Un caso excepcional era la viña de
don Valerio Chipana cuya huerta tenía una extensión de una hectárea, en esa viña solían
chontear aproximadamente 40 personas. Los chonteadores eran dueños de huertos, en esta
actividad se practicaba el ayni entre los dueños. Los chonteadores que venían de la Cabecera
de Valle, pertenecía a unidades domésticas sin huertas en Valle, a ellos no se les retribuía en
dinero ni en trabajo. Las mujeres preparaban los alimentos para los chonteadores, se reunían
de 2 a 15 mujeres algunas de ellas eran dueñas de huertas que practicaban ayni; a las mujeres
que venían de Cabecera de Valle sin huertas tampoco se les retribuía en dinero ni en ayni
como a los varones. 40 41
Después de la consolidación de las huertas de viñas, se establecía un lugar al centro de la
huerta para hacer el rito a la pachamama o madre tierra, similar como uywiri en las sayañas
cerca a los molles o cerca a una piedra. En medio de la huerta de viña, se hacían ritos con
mesa dulce y con wilancha42 de cordero, en las plegarias del rito eran invocados los
achachilas de la región y del nivel local como Illimani, Laurani, Zonazona y Champini
pidiendo buena producción de uva y durazno. El administrador del rito generalmente era un
yatiri43 de los mismos chonteadores y algunas veces se rogaban anticipadamente a un yatiri
de la misma comunidad, después de hacer el rito se quedaba como uno más de los
chonteandores. Los restos del rito eran removidos con el chonteo y enterrados en el mismo
lugar. Los uywiris de las familias de K’ara no se remueven, son considerados como algo

40 Ch ’ipha: es elaborado de cuero de vaca, cortado delgadas para hacer una red con agujeros muy amplios, esto
es para empacar a tres canastas en tiras, para hacer cargas.
41 Ch’iya: se denomina a los pequeños canales de riego, en medio de wachus de viña.

79
sagrado.

En los chonteos a las viñas cada labrador rotura un wachu con pico, empezando en la parte
inferior de las huertas se termina en la parte superior. A medida que avanza el trabajo se va
sirviendo k’usa o fresco de maíz endulzado con azúcar, tanto a los labradores como al grupo
de mujeres que preparan la comida en el domicilio. Los dueños que hacen ayni y que
pertenecen al mismo sector del Valle de K’ara, traen sus propias herramientas de trabajo
mientras los dueños de otros sectores y las personas que vienen de Cabecera de Valle no traen
herramientas de trabajo, para ellos el dueño de la huerta donde se hace el trabajo debía alistar
las herramientas, en muchos casos prestándose de sus familiares y vecinos.

Por otro lado, las mujeres que practican ayni en la preparación de alimentos si son familiares
suelen traer algunos utensilios de cocina como cuchillos y otros objetos, las mujeres que no
son familiares del Valle y de Cabecera de Valle no traían ningún utensilio de cocina solo su
trabajo.

Al medio día se daba tres platos de comida, primero las mujeres servían sopa de arroz o fideo,
el segundo plato consistía en arroz k’aja o arroz graneado, papa y ahogado (guiso), para
acompañar este plato ponían en medio de los comensales un bañador lleno de mote de maíz o
ch’uñu cocido. El tercer plato era huatia de papa y oca, un pan de trigo y un trozo de carne de
cordero. Después del abundante almuerzo, en la tarde, se continuaba el chonteo hasta
concluir cerca de las 4 ó 5 de la tarde y en seguida desmenuzaban los terrones de tierra, pero
si el trabajo se concluía a las 6 pm esa tarea no lo realizaban, el dueño de la huerta se
encargaría de esa tarea en los siguientes días. Después del desmenuzado de tierra los dueños
serian a los chonteadores la cena que consistía en dos platos de sopa acompañado de mote de
maíz o ch’uño cocido, una vez acabada la cena todos se desconcentraban. Algunos dueños de
huerta solían invitar bebidas alcohólicas, y no faltaba que aparecía algún joven de los
chonteadores con un charango interpretando los movidos wayñus, o en otros casos el dueño
sacaba las famosas radios estéreos que funcionaban a pilas, haciendo tocar casetes con los
éxitos del momento, de esta manera se armaban grandes fiestas nocturnas.

Poner bebidas alcohólicas representaba un prestigio social entre los dueños de huertas, como
ejemplo don Antonio Apaza y su esposa, Paulina Godoy, en el año de 1990 habían 42 43
dicho: nosotros vamos a pasar el mejor chonteo de K’ara, vamos a atender bien en el
chonteo, con bebidas alcohólicas, y voy a hacer como tipo fiesta después de concluir el
chonteo. Se dice que la atención del día estuvo bien en k’usa y comida, y después de concluir
el trabajo habían ofrecido bebidas alcohólicas e instalaron un radio estéreo con full música,
así armaron una gran fiesta; también se comenta que habían comprado una lata de alcohol
para farrear. Para preparar el ponche, esta pareja y su hijo mayor habían entrado al cuarto que
era utilizado como cocina, cuando estaban vaciando el alcohol de la lata cerca del fogón de
pronto el fuego saltó a la lata y explotó en la cocina, los borrachos escaparon pero había un
niño durmiendo que no despertó. La gente solo quedó espectando hasta que el fuego se
calme, luego entraron y sacaron al niño todo calcinado. Así la fiesta fue suspendida y se
convirtió en velorio. Después del entierro mucha gente había comentado diciendo: Antuñu

42 Wilancha: ritualizar con el sangre de cordero.


43 El yatiri que auspiciaba el rito a la pachamama.
80
ancha alto amtaspacha ukat wawa naqhantayasi (el Antonio muy alto se haiga pensado por
eso el niño se ha quemado), tal comentario deja entender que no hay que pensar en sobresalir
en desmedro de los vecinos.

En la década de 1980 había poca migración de los pobladores de la comunidad K’ara, los
jóvenes solteros y personas mayores permanecían en la comunidad, en consecuencia había
mayor oferta de mano de obra de los jóvenes y también de las unidades domésticas de
Cabecera de Valle sin acceso a huertas de fruta en Valle. Muchas personas consideraban a los
chonteos como una forma de distención, donde se servía más o menos buena comida,
abundante k’usa, y el ambiente de trabajo era jovial en medio de chistes y bromas, casi no se
sentía el cansancio de labrar la tierra.

Después del chonteo le sigue el abonado a las plantas con guano de oveja, se cava un pequeño
hoyo al lado de las plantas en el cual se deposita un phujtu de guano o una medida de guano
que cabe entre las dos palmas juntas, luego el hoyo es tapado con la misma tierra. El primer
riego a la viña chonteada, denominado localmente chapura, distribuía agua desde la parte
superior a cada uno de los wachus, a medida que iba pasando el agua por el lado de las hileras
de las plantas se aprovechaba para amontonar la tierra chonteada hacia el medio del wachu,
de esta manera nuevamente se iba formando los wachus que sobresalían de la línea de las
plantas. La actividad era realizada tanto por varones como mujeres con picos. Los siguientes
riegos a la viña se realizaban a intervalo de dos o más semanas.

Las huertas de vid ocuparon las mejores tierras con una plantación sistemática. Los
sarmientos44 de viñas fueron traídos y aprovechados por los k’areños de la micro región
Luribay (Azambo, Anquioma y otros). Las variedades de uva introducidas fueron cinco, la
principal era la moscatel de Alejandría (uva blanca), la secundaria era la uvilla (uva negra
rústica), las demás de poca importancia eran la aceituna, bordeo y uva rosada. Esta última
existía en una determinada huerta de una a dos plantas, era de mínimo interés para los
agricultores.

Consolidar las huertas de viña no era una tarea difícil, los plantines eran aprovechados de los
mismos sarmientos de las viñas. Se introducía los sarmientos en tierra húmeda y se esperaba
dos meses para que enraíce, luego se trasplantaban en las parcelas cavadas. La 44 cavada de
tierra para la plantación de viñas se hacía de la siguiente manera: primero se regaba la tierra
hasta que se inunde, pasados 4 ó 5 días roturaban la tierra hasta un metro de profundidad;
como esta actividad demandaba una gran cantidad de mink’as, había remuneración en dinero
a los mink’as que mayormente eran jóvenes de la misma comunidad. La actividad duraba en
muchos casos una e incluso dos semanas, dependiendo del número de mink’as, a los
jornaleros se les atendía en la comida, k’usa y alojamiento. Ellos utilizaban las siguientes
herramientas: pico, pala, barreta, combo, carretilla y hacha. En año 1990, don Marcos Aquise
había hecho cavar tierra para plantación de uva, en una extensión aproximado de 2000 m2.
Don Marcos comentaba: me costó un toro criollo de cuatro años. En los últimos años el
mismo toro llegaría a costar entre 3500 a 4000 bolivianos, este monto habría sido para el
pago de jornaleros, compra de algunos víveres para cocinar y otros gastos menores.

44 Las ramas podadas de las plantas de las viñas, que sirven para la propagación de la misma.
81
La señalización de surcos o wachus eran en línea vertical, en los cuales eran trasplantados los
plantines a una distancia aproximada de 60 a 80 cm, es similar la distancia en línea horizontal
de wachu a wachu. Las distancias no son medidas con exactitud. Los wachus eran trazados al
cálculo, como se dice, al ojo de buen cubero. Después de trasplantar la viña, casi todas las
plantas sobrevivían, raras veces morían de cinco a diez plantas de toda la huerta, al siguiente
año se trasplantaban nuevos plantines en esos espacios. La viña se puede plantar en una
parcela entera desde una extensión de 200 m2 como la de don Pablo Merlo en Waranusu, o
hasta una hectárea como la de Walter Vaquiata en la zona de Oqhipaya. A los 3 años empieza
a producir los primeros frutos durante 6 o 10 años, llegando a producir como máximo cada
planta de viña baja una arroba. En la viña baja el tallo principal se mantenía podando cada
año aproximadamente a una altura de 80 cm., los mamones o brotes nuevos de viña podada
se deja crecer aproximadamente medio metro de altura.

La parra o viña alta en comunidad K’ara era escasa, para ello primero se trozaban los árboles
silvestres con hacha, fabricando los sayiris o palos plantados en la tierra a fin de que
sostengan las plantas de uva a una altura de dos metros. Los palos eran colocados en dos filas
paralelas a una distancia aproximada de un metro o más, por encima se colocaban
horizontalmente palos de 1,20 m de largo para sostener las ramas de uva. Por debajo de las
parras se forman pasajes para que las personas caminen de canto a canto en las huertas.
Desde el segundo año, las plantas de viña trepan por encima de los palos armados, se podan
los sarmientos hasta llenar las ramas convirtiéndose en parras que producirán los frutos. Las
parras estaban construidas en los linderos de las huertas, aprovechando al máximo las viñas
de las filas cercanas a los linderos, así se genera mayor cantidad de producción en relación a
la viña baja, la viña baja producía máximo una arroba, mientras la parra producía más de una
arroba. Las plantas de vid en K’ara tuvieron un ciclo de vida de 15 años, en las comunidades
cercanas al Pueblo de Luribay el ciclo de vida llegó hasta los 40 años.

En las comunidades de Valle de Luribay algunos agricultores hicieron algunos injertos en los
pies de uvas silvestres de origen americano con uvas domésticas moscatel de Alejandría y
otros. En K’ara los agricultores no realizaron injertos, sólo plantaron variedades de viñas
domésticas.
El azufrado de huertas de viñas se realiza desde el momento en que los mamones empiezan a
aflorar los racimos de uva. El azufrado era de dos formas: a polvo y en agua. El azufrado a
polvo se aplicaba a tempranas horas de la mañana cuando había brisa, el trabajo se realizaba
mientras había brisa, cuando llegaban los primeros rayos solares se suspendía la actividad,
los días siguientes seguían con la misma metodología hasta concluir el azufrado.

El azufrado con agua se aplica durante los días soleados, el azufre era mezclado con agua en
baldes que se llenaba en una mochila, una vez cargada en la espalda se fumigaba rociando los
mamones incluyendo los racimos de uva. La actividad se realizaba hasta finalizar el
fumigado de toda la huerta. Se podía combinar ambas técnicas de azufrado, en la mañana se
espolvoreaba luego continuaban con el fumigado.

El azufrado se aplicaba normalmente a intervalos de dos semanas o más, dependiendo de la


aparición de los síntomas de sarna en los racimos de uva; cuando la viña era atacada por la
sarna el intervalo del azufrado podía ser menos tiempo. Los meses adecuados para el
azufrado eran entre octubre a diciembre cuando los racimos de uva estaban en pleno
desarrollo. Al mismo tiempo se vigilaba que los mamones se mantuvieran a una altura de
82
aproximadamente medio metro, cuidando que no pasen de esa altura porque esto iba en
desmedro de los racimos de uva, el tamaño de los granos de uva disminuía; por eso se
mantenía los mamones hasta la maduración de los racimos de uva, de la actividad se
encargaban tanto varones como mujeres. Los mamones eran aprovechados para el forraje de
mulas y toros. En mes de enero empezaba el cuidado de los pájaros tanto en las huertas de
uva como de durazno.

La uva empezaba a madurar poco a poco desde mediados del mes de marzo hasta mediados
de abril; cada semana se recogen los frutos maduros, primero recolectaban los racimos de
uva cortando con las tijeras de podar hasta llenar las canastas, de ahí eran trasladados al
domicilio o a un costado de la huerta donde se extraían los granos dañados y los granos muy
menudos con tijeras pequeñas, luego los racimos eran clasificados en dos tamaños primera y
segunda, de grande a pequeño, de ahí era empacadas en canastas. Se reunían tres canastas y
eran ch’iphadas, para ser trasladadas en mulas y burros a la comunidad de Chincha, donde se
cargaban a un camión hasta la ciudad de La Paz donde se comercializaba en el Tambo
Luribay de la calle Max Paredes.

CULTIVOS SECUNDARIOS
En el Valle seguían sembrando algo de papa milli en parcelas reducidas, mayormente
destinada para el auto consumo. La siembra era en dos partidas, la primera se realizaba en los
meses de marzo y abril y se cosechaba en el mes de agosto, esta siembra reemplazaba a la
papa de las aynoqas que era para el autoconsumo. La segunda partida se efectúa en el mes
junio o julio, la cosecha se hace en el mes de noviembre. La siembra mayormente era a pico
porque son parcelas reducidas. De las dos partidas papa milli sólo algunas UD llegaban a
comercializar una o tres cargas. Después de cosechar papa sembraban maíz o trigo, el trigo
destinaba para autoconsumo.
CULTIVOS EN EL VALLE ALTO
A mediados de la década de 1980, en los bosques vírgenes de Valle Alto de K’ara se empezó
a sembrar papa milli adelantada. Hasta esos años, en esas tierras ubicadas cerca a la Cabecera
de Valle no se cultivaba, sólo servían de pastizal para el ganado ovino y vacuno,
específicamente comprende las zonas de Qallpa Qallpa, Wila Pampa, Qala Qala, Pajunala,
Waynapat Luma, Thaqhi Pallqu y K’aruma. Esas zonas fueron parceladas debido al
requerimiento de las UD, es decir, cada UD tomó posesión roturando la tierra y sembrando
en ellas, solo en la zona de Wila Pampa la tierra fue repartida por el Sindicato Agrario a los
afiliados. La tierra de esta zona, en relación a las otras, era medio plana en ellas los varones
comenzaban a roturar la tierra a principios del mes de febrero cuando todavía caía la lluvia,
las herramientas utilizadas eran pico, hacha, machete y barreno. Una vez roturada la tierra,
los varones se dedicaban a desmenuzar los terrones de tierra con picos, sacaban piedras y
arbustos colocándolos en los linderos de las parcelas. En el mes de marzo se sembraba la
papa sólo con pico, los varones hacían las qhuwas y las mujeres ponían la semilla, una
tercera persona se encargaba de abonar con urea encima de la semilla, esta actividad la
realizaban los niños/as, de lo contrario se encargaban los varones.

Estas zonas no requerían de abono, la tierra era fértil por ser purum uraqis o tierras que nunca
fueran cultivadas y podía generar buenos productos sólo se utilizaba urea para cultivo de
papa milli. El guano era utilizado en las parcelas con cultivos intensivos de las sayañas de
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Valle y Cabecera de Valle, la mayoría de las UD apenas se abastecían de guano para las
principales parcelas de las sayañas.

A fines del mes de marzo o principios de abril comenzaba el riego a los sembradíos de papa.
El riego se captaba de las vertientes de Cabecera de Valle de la zona Kulisalanchha de K’ara
y de las vertientes del sector Puna de la comunidad de Quebrada, estos eran aprovechados
desde el mes de marzo hasta el 23 de junio. Desde 24 de junio hasta principios del mes de
diciembre los sindicatos agrarios de K’ara y de Quebrada controlaban la distribución de la
mit’a a los usuarios de ambas comunidades, 10 días para K’ara y 12 para Quebrada. Desde
mes de diciembre hasta junio el agua corría por el río Janq’uqal Jawira y era aprovechada por
los comunarios de K’ara para los cultivos de papa en los valles próximos a Cabecera de
Valle. La cosecha de papa empezaba en el mes de julio. En las qallpas de papa sembraban
maíz amarrillo a principios del mes de diciembre, cuando las qallpas eran humedecidas por la
lluvia. La siembra de maíz era a pico, los varones se encargaban en hacer qhuwas y las
mujeres ponían la semilla, en el mes de enero se aporcaba. Todo el ciclo productivo dependía
de la lluvia. La cosecha de maíz se realizaba en el mes de junio, actividad a cargaban de
varones y mujeres.

CULTIVOS EN LA CABECERA DE VALLE


En las sayañas de Cabecera de Valle los cultivos de papa milli y maíz se mantenían con riego
del sindicato agrario. En las parcelas principales hubieron pocos cambios, mientras en las
parcelas secundarias se produjeron algunos cambios productivos principalmente debido a
que dependían del ciclo de la lluvia, así dejaron de sembrar papa y maíz. Las lluvias llegaban
con retraso a fines del mes de noviembre. Se dice que en las décadas de 1960,1970 y parte de
1980 la lluvia llegaba en el mes de septiembre con lo que se daba inicio a la siembra de maíz
y papa. En los siguientes años la lluvia fue irregular, se retrasaba o bien se adelantaba, por lo
que algunos años se sembraba paralelamente con el ciclo de la lluvia y otros no, ese fue el
motivo por el cual dejaron de cultivar maíz y papa. Asimismo, en estas parcelas se cultivaban
productos de poca importancia como haba, cebada y trigo, cuando la lluvia todavía estaba en
su auge a fines o principios del mes de enero.

En las parcelas principales de sayañas cuya extensión es de 1800m2 se sembraba con 12


arrobas de semilla de papa milli. El cultivo de papa milli en esta área obedecía a la mit’a de
riego del sindicato agrario. Esto se evidencia al considerar las extensiones de cultivo de papa
milli en Cabecera de Valle, en la década de 1970 era de 2000 a 2500m2 con riego,
cosechaban veinte cargas de papa para la venta. Al pasar los años el agua de las vertientes ha
mermado afectando directamente la producción de papa, lo que ha reducido la cosecha a 14 ó
15 cargas de papa para el mercado, sin contar la papa para el consumo de la UD ni para
semilla. También redujeron los muluntrus o papas extra grandes, una sola papa llegaba a
pesar una libra o más, la cantidad de muluntrus aproximadamente era dos arrobas. Esta
disminución indica no sólo el problema de agua sino también con la tierra, la cual va
perdiendo sus nutrientes. Un manejo intensivo e inadecuado de la tierra hace que desde la
Reforma Agraria de 1953 ésta no descanse ni un año, asimismo afecta el alargamiento de las
mit’as de riego para el cultivo de papa; el turno de riego llega pasando 20 días, lo ideal para el
riego de papa milli es que llegue cada 14 días.

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TRANSFORMACIONES EN EL SISTEMA PRODUCTIVO DE LAS AYNOQAS
La “papa temporal se transformó en papa miskha por el riego” (Pellens y Navia, 2005:31).
Casi la misma suerte corrieron las aynoqas a secano en K’ara. A mediados de la década de
1980 algunas unidades domésticas se animaron a cultivar papa y maíz en las aynoqas con
riego secundario en la Cabecera de Valle, son parcelas que se ubican en las partes bajas
próximas a los bosques del Valle. Las zonas específicas son: Qullpa, Tusuta, Qarani, Asatini,
Taranka, Qantutani y Allun Jawira. En estas zonas la mayoría de las unidades domésticas de
K’ara, accedían a las parcelas y esto debido a la ubicación de las parcelas de las aynoqas. Las
unidades domésticas que tenían parcelas en las partes bajas han sido privilegiadas por las
vertientes secundarias de agua, el acceso al riego de las vertientes secundarias es libre.
Mientras las parcelas que están ubicadas en la parte superior dependían del ciclo de la lluvia.

En la zona de Taranka mayormente se cultivaba alfa alfa para el forraje de los animales, esas
alfa alfas reemplazaba a la avena y cebada berza de las aynoqas, como disminuyeron los
cultivos de cebada, avena y maíz en las aynoqas. Todavía se mantiene la circulación de
cultivos en las 8 aynoqas, aunque algunas parcelas se cultivan bajo riego en las aynoqas de
Cabecera de Valle. Como se ha mencionado anteriormente, un sayañero tiene de 3 a 5
parcelas en una aynoqa. El cultivo bajo riego es una o dos parcelas, las restantes se cultivan a
secano. De los sobrantes 2 o 3 parcelas. El sistema productivo a secano en las aynoqas de
Cabecera de Valle sigue de 2 a 3 parcelas en el caso de los sayañeros, mientras a los
sobrantes es 1 o 2 parcelas, pero ni con eso completaban el cultivo en todas las extensiones
de las parcelas.
En los intervalos de riego a las huertas de frutas en el mes de agosto, algunos miembros de
las unidades domésticas se trasladaban a la su residencia en la Cabecera de Valle, a fin de
preparar la tierra de las aynoqas para la siembra de papa milli. El riego a las parcelas se
extiende de dos a siete días debido a que el agua de las vertientes es reducida. La roturación
de tierra se hace después de tres días o más, esta actividad se realiza por partes según el
compás de riego, si las parcelas son extensas se rotura con yunta de lo contrario se usa pico.
Luego se desmenuzan los terrones de tierra. Las parcelas pequeñas roturadas a pico se
siembran sin barbechar. Algunas unidades domésticas acopiaban guano de oveja en la
residencia de Cabecera de Valle o de las anaqas de las aynoqas, de ahí eran trasladados en
mulas y burros. Algunas UD que no tienen suficiente guano utilizan abono químico o urea La
organización del trabajo para la siembra de papa era similar a las sayanas de Cabecera de
Valle. Pasadas cinco semanas de la siembra empezaba el riego y se extiende por varios días.
El manejo de las parcelas de la aynoqa bajo riego era similar a las sayañas de cabecera de
valle. El primer año se siembran papa milli y el escarbado de papa siembran cebada, como en
las sayañas de Cabecera de Valle; el segundo año se siembra maíz, el tercer año de nuevo se
cultivaba papa milli y cebada.

Con la introducción del cultivo de las frutas en el Valle, entre los años 1980 a 1995, se han
generado cambios en los cultivos a secano en las aynoqas. Después del ciclo de descanso de
la tierra, el primer año se cultiva papa, el segundo oca, papaliza e isaño, el tercer año por lo
general se deja sin cultivo. En anteriores años o décadas, se cultivaba cebada y avena en el
nivel Puna, y en la Cabecera de Valle maíz y cebada. El promedio de descanso de las aynoqas
tradicionalmente era de seis años, con la introducción de frutas en el Valle la rotación de los
cultivos en las ocho aynoqas se alargó.

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Además, se redujo considerablemente la extensión de los cultivos, esto tiene que ver con las
actividades coincidentes en el Valle y en las aynoqas. Por ejemplo, en el Valle la cosecha y
comercialización de fruta coincidía con la roturación de tierra en las aynoqas. La mayoría de
las unidades domésticas preferían dedicarse a las frutas que al cultivo de papa en las aynoqas.
Hubo casos extremos en los que se mantuvieron en una determinada aynoqa por dos año
seguidos con cultivo de papa, así ocurrió en 1988-89 en la aynoqa de P’ari en la Cabecera de
Valle. En el mes de abril del año 1988 las unidades domésticas subieron a roturar la tierra
pero se encontraron con tierra seca, algunas UD con mucho esfuerzo apenas lograron roturar
200 m2 de tierra donde sembraron papa, al siguiente año roturaron la tierra casi la misma
extensión pero ni aun así pudieron cultivar en todas las parcelas de la aynoqa de P’ari. En
1989 los sembradíos de papa, oca, papalisa e isaño se redujeron a una sola aynoqa. El tercer
año pasaron a la siguiente aynoqa, Qantutani, donde también roturaron reducidas parcelas
para la siembra de papa.

La mayoría de los sayañeros tenían huertas extensas en el Valle, algunos redujeron sus
cultivos de papa en las parcelas y otros dejaron definitivamente de cultivar en las aynoqas,
las parcelas quedaron abandonadas. En las aynoqas los cultivos de papa se veían como
lunares, la mayoría de las parcelas estaban baldías sólo con arbustos. Algunos sobrantes
aprovecharon las parcelas baldías de los sayañeros indebidamente, estos sólo acceden a
parcelas achak sunt’iña o parcelas muy reducidas como para que se revuelque el ratón.
Estas parcelas tienen una extensión de 50 m2 o menos. En el caso del ayllu Majasaya - Mujlli
en Cochabamba, Nelson Tapia señala: “algunos comunarios en forma premeditada cultivan
algunas parcelas a sabiendas de que son de posesión ajena; bajo el lema de “la tierra es de
quien la trabaja” especialmente cuando cuenta con escasa tierra o tienen semilla de sobra”
(Tapia, 2002:157). Se dice que en K’ara hasta los primeros años de la década de 1980 no se
veían parcelas baldías, todas las parcelas estaban sembradas de extremo a extremo en las
aynoqas, tampoco había usufructo indebido de las parcelas. Con la consolidación de las
huertas en el Valle, se produce la reducción de extensiones de cultivos en las aynoqas,
algunos sobrantes aprovecha usufructuar indebidamente parcelas con cultivo de papa y otros.

A finales de la década de 1980, apareció el gorgojo de los andes o gusano blanco de papa.
Esto remató casi definitivamente el abandono de los cultivos de papa en las aynoqas. Se dice
que en las aynoqas de Cabecera de Valle más de la mitad de la producción de papa se
gusanaba, no servía para la venta solo salvaban para el consumo propio, trueque y, a veces,
para la semilla, la misma que guardaban en medio de yerbas amargas como la q’uwa y otras,
el olor agrio de las yerbas alejan a los gusanos de la papa. Además, los gusanos exigían que la
cosecha se realice antes de que los tallos de papa empiecen a amarillar, si esperaban hasta
que los tallos sequen, el gorgojo atacaba a la planta y muchas veces acababa las papas dentro
de la tierra. En las anteriores décadas la papa se cosechaba cuando los tallos quedaban
totalmente secos. A fines de la década de 1980 se adelantaba la cosecha de papa para salvar
algo de la producción, esto coincidía con la cosecha de frutas en el Valle, muchas unidades
domésticas prefirieron vender frutas y dejar la papa a los gusanos.

Algunas UD maduras que anticipaban cosechaban papa gusanado trocaban con frutas de las
comunidades de Luribay. La papa se llevaba en mulas y burros a las comunidades del Valle
de Luribay donde trocaban con frutas: uva, higo y otros; los mismos compradores llevaban a
la feria semanal de la mina Viloco donde era vendida por dinero. Algunas veces llevaban

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papa a las comunidades de Cabecera de Valle, Puna y Alto Andino del municipio de
Cairoma. La papa tenía un precio muy barato en el mercado de La Paz, peor la papa
agusanada de las aynoqas; resultaba mejor trocar con las frutas de menor calidad, la fruta se
vendía a precio un poco más elevados que la papa, de esa manera conseguían algo de
ingresos monetarios.

La producción de maíz mantuvo su importancia, tanto para el autoconsumo como para el


trueque con los kasirus del altiplano paceño y orureño. El maíz se cambiaba con sal,
ch’arkhi, ch’uñu y otros, se mantenía el intercambio con las comunidades de Valle de
Luribay ya sea con verduras (tomate, cebolla y otros), gallinas y, muchas veces, pollitos. El
maíz no se vendía en el mercado, en esa época el maíz no era tan rentable, su precio era
inferior al precio de la papa.

EL GANADO

Los cambios en el sistema productivo agrícola en K’ara, también provocaron la reducción de


los hatos de ganado ovino y vacuno. En la década de 1980 el ganado ovino se redujo a 50
cabezas por hato, también el ganado vacuno se redujo a un par o cuatro toros. La reducción
de los hatos de ganado ovino y vacuno fue debido a la ampliación de la producción bajo riego
en las aynoqas de Cabecera de Valle. El inicio del ciclo productivo agrícola anual exige un
tiempo para cuidar al ganado, además cuando la rotación de cultivos a secano llegaba a las
aynoqas del nivel ecológico Cabecera de Valle los hatos de ganado definitivamente no
ingresaban. En esas circunstancias el ganado tenía que ser pasteado en las aynoqas de Puna y
Alto Andino. El cuidado del ganado se ponía mas critico para los ganaderos cuando los
cultivos a secano estaban en nivel ecológico Puna, en este caso para cuidar el ganado se
arreaba hacia las zonas de Alto Andino, disponible único lugar para pastear/echaderos de
ganado. En las aynoqas de Cabecera de Valle no se podía soltar el ganado porque existían
cultivos con riego. Finalmente, los bosques del Valle tenían cultivos agrícolas donde no se
podía pastear el ganado. El Yapu Kamana nombrado en una reunión del sindicato agrario,
tenía que cuidar los cultivos en las aynoqas del ganado, cuidar del ganado de otras
comunidades y no de la misma comunidad. El Kamani rondaba por los cultivos para evitar
los daños que los animales pudieran provocar.

CUADRO DE PRECIOS DE CULTIVOS ANUALES Y PERENNES


Precio
Añ Promedio
o1992 Año
1992
CULTIVOS de ingreso %w

Febrero Marzo
Papa (carga de 6 ó 7 @) 90 80 85 100
Durazno tradicional (carga de 6 @) 150 80 115 27
Durazno mejorado (carga de 6 @) 300 150 225 63
Uva blanca moscatel de Alejandría (6
300 330 315 74
@ exactas)
Uva negra menuda (6 @ exactas) 150 170 160 47
Elaboración propia en base a los entrevistas.
(1) Porcentaje de ingreso adicional en comparación al precio promedio de la papa.

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Hemos tomado el precio de la carga de papa para extraer el porcentaje de los demás
productos. El precio de la carga de papa primera tenía un promedio de 85 bolivianos,
tomamos como el 100%, el durazno tradicional es el 27% más que la carga de papa. El
durazno mejorado superaba a la papa en un 63%, la uva moscatel aventajaba con el
74%, y la uva negra con el 47%. Los cultivos perennes generaban una ganancia superior
a la de papa, este hecho tuvo su efecto entre los k’areños para cambiar la producción de
papa a cultivos perenes en Valle.

Sin embargo, se debe aclarar que en la mayoría de las huertas predominaba el durazno
tradicional, una mínima parte de las unidades domésticas tenían durazno mejorado. Las
ganancias de durazno superaban en 35% a las ganancias de la papa. La uva generaba
mayor ganancia de 63 y 74% en relación a la papa, es por eso que la mayoría de las
unidades domésticas tenían huertas de uva.
CRISIS DE LOS CULTIVOS PERENNES EN K’ARA: 1992-1995
Entre los años 1992 y 1995 se suscitaron nuevos cambios en el sistema productivo agrícola
en el Valle de K’ara. La uva fue aniquilada por los pulgones de la filoxera, cuyo nombre
científico es viteus vitifoliifitch. La filoxera es una plaga en forma radicícola que habita en el
suelo y subterráneamente ataca a las raíces de la vid, esto ocasiona el debilitamiento de la
planta, causa bajo rendimiento, la paralización de la producción llegando a dar muerte a las
plantas (ver Miranda, 2003:40). En la microrregión de Luribay la filoxera apareció a fines de
la década de 1970 en la huerta de uva de José Morales de la finca “La Unión”, ubicado en el
Pueblo de Luribay.

Los síntomas de la filoxera son: después de la poda de sarmientos, los mamones tardan en
desarrollarse, además, los brotes nuevos adquirían un color verde limón y no su color natural
de verde oscuro, disminuía la cantidad y calidad de los productos, aparecían rajaduras en los
pies de la viña. De esa manera cada año disminuyen los brotes, hasta que finalmente dejan de
brotar y luego poco en poco se van muriendo las plantas.
En la misma época los árboles de durazno fueron atacados con diversos bichos y hongos:
arañuela, pulgones, verruga, oídio, goma y manchas blancas. En los arboles de durazno
aparecieron quqa t’arwa, es decir, brotes como pasto de color plomo de 3 cm de una altura,
aptos para consumo de animales. Esto también cundió a otros árboles frutales y árboles
silvestres con muchos años de vida. Los arboles de durazno con bichos y hongos presentaban
la rajadura de sus troncos, los nuevos brotes eran de color amarillento, las guías dejaban de
crecer. Lo ideal de las guías de durazno es que cada año tienen que crecer 5 cm. o más. Estas
guías florecen al siguiente año y generan los frutos. La arañuela hace que las hojas tomen el
color verde amarillento, las plantas sanas tienen color verde oscuro; las ramas empiezan a
secarse cada año y disminuye la cantidad y calidad del producto, los frutos aparecen con
rajaduras y en la cáscara del fruto aparecen hematomas de color plomo, así los frutos
empiezan a podrirse en el mismo árbol, surgen moretones como si fueran aplastados con los
dedos y en el interior aparecen gusanos blancos. Los primeros afectados eran los arboles de
durazno mejorado, perchicos, almendras y otros; la planta decaía rápidamente.

Mientras los duraznos tradicionales o duraznos asnos eran parcialmente resistentes a los
bichos, pero debido a su sabor agrio en el mercado no son muy demandados. Los k’areños
comercializan durazno fresco y durazno deshidratado denominado qulu o k’isa, muchos de
ellos fueron desanimados con la baja de los precios, este fue el motivo para que algunos se
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animaran a injertar duraznos mejorados en la planta tradicional.

Para combatir estas plagas en los duraznos los productores recurrieron a los agroquímicos.
Fueron dos unidades domésticas las que empezaron, Franco Gomes y Morales Chino. Los
agroquímicos que utilizaron para combatir a los bichos y hongos fueron: oxido de cobre,
cobreton, aceite mineral, caitar y abono florea. Además las plantas requerían guano natural y
el chonteo de las huertas de durazno. Al principio no había un manejo adecuado de las
técnicas de aplicación de fertilizantes químicos, lo que también repercutió en la disminución
de la producción de durazno para el mercado. La mayoría de las UD abandonaron las plantas
de sus huertas, y la plaga hizo trisas a las plantas, las plantas de durazno mejorado luk’i y
perchico se secaron sólo sobrevivieron algunas plantas de duraznos tradicionales con una
producción reducida.

Cuando la filoxera dañó irremediablemente las viñas, las UD extrajeron las plantas poco a
poco y retornaron al cultivo de papa milli para el mercado. Las UD maduras y algunas de las
UD consolidadas asumieron otras estrategias para obtener ganancias, muchas de ellas se
habían acostumbrado a las jugosas ganancias de la fruta, debido a ello los jóvenes hijos se
animaron a producir arveja y tomate para el mercado. Así después de la eliminación de
huertas de viña por la filoxera, esta opción fue asumida por las comunidades vecinas de lado
de Luribay. El cultivo de papa milli resultó un cultivo secundario. Por otro lado, las UD
decadentes, UD nuevas y parte de las UD consolidadas mantuvieron la producción de papa
milli destinado al mercado y parcialmente para el autoconsumo, y como cultivo secundario
tuvieron la arveja y algo de tomate, que sólo cultivaban algunos años.

En los siguientes dos estudios de casos ilustraremos las opciones productivas que siguieron
los comunarios, primero el tránsito de fruteros a paperos y, segundo, de fruteros a tomate,
arveja, papa, con algo de durazno.

Caso 1: De frutero a papero


La UD Apaza Ruiz está conformada por don Pascual, doña Andrea y sus dos hijas. En el año
de 1994 esta pareja tenía aproximadamente 65 años de edad, sus dos hijas habían formado
dos nuevas unidades domésticas y vivían aparte. Esta UD Apaza Ruiz se mantenía en el
grupo de los sayañeros, con casi la misma extensión de terreno en Valle, sólo había cedido a
su hija mayor unos 1000 m2 como herencia. En las aynoqas no se modifico las extensiones
de parcelas.

Por ese año (1994), don Pascual y doña Andrea extrajeron de la parcela principal las viñas
atacadas por la filoxera, donde volvieron a sembrar papa milli diciendo: ch’uqij sataxañani
aka musq’a achunakajjanis kusakatanatija, (papa no más nos sembraremos, estas frutas no
había sido bien). De esta manera abandonaron definitivamente el cultivo de frutas para
dedicarse al cultivo de papa milli destinado al mercado y algo para autoconsumo, también
maíz para su consumo y para trueque y trigo para elaborar pan. En la década de 1970 se dice
que esta pareja estaba muy desanimada con los cultivos de uva y durazno y no querían saber
nada, luego acordaron cultivar papa y algo de maíz y trigo. El retorno a la producción de papa
no fue igual a la práctica tradicional, algunos años cultivaron algo de arveja para el mercado
pero no era el interés principal sólo era un cultivo secundario.

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Caso 2: De frutero a la producción agrícola diversificada
La segunda pareja corresponde a Remberto Quispe de 40 años y su mujer, Benita Patzi, de 39
años, sus hijos empezando son: Yoni de 20 años, Freddy de 18 años, María de 15 años y
Paulina de 8 años. Esta UD es parte del grupo de los sobrantes, la extensión de su tierra es
mediana en relación al caso anterior; en Valle su tierra alcanza una extensión aproximada de
4500 m2, en las sayañas de Cabecera de Valle tiene alrededor de 4000 m2, además cuenta
con una parcela en la aynoqa de Tusuta que la cultiva con riego secundario, en cada aynoqa
acceden de 2 a 3 parcelas con un sistema de producción a secano.

En el año 1994 extrajeron las viñas infestadas con filoxera y cultivaron papa milli el primer
año, el segundo año tomate, y el tercer año también empezaron cultivar arveja. Los productos
principales para el mercado eran arveja y tomate, los secundarios papa, maíz mayormente
para su consumo y algo para el mercado, además siembran algunas verduras para su propio
consumo, si había un excedente lo vendían en el mercado.

Esta UD recurrió a los agroquímicos para combatir a los bichos de durazno, sin mucho éxito.
Los agroquímicos no eran tan efectivos debido a que las técnicas de curado no se aplicaban
adecuadamente, tardaron 5 años en aprender las técnicas de aplicación de los agroquímicos
pues es todo un arte, se tiene que seguir minuciosamente los procedimientos. En determinada
etapa las plantas requieren de uno u otro agroquímico, cuando se excede los márgenes de la
aplicación de los agroquímicos se puede echar a perder toda la producción de durazno; en
muchos casos las flores se pasmaban, los frutos en plena formación se caían, quedando los
arboles sin fruto. Hasta los Ingenieros Agrónomos muchas veces fallan no aplican
adecuadamente los agroquímicos. Los malos comentario sobre los ingenieros agrónomos son
generalizados por los agricultores, como nos comento un comunario: nosotros les enseñamos
a producir frutas, esto pasa hasta con los ingenieros titulados que vienen a trabajar para las
instituciones de desarrollo y otros, los que llegan sin experiencia en cultivo de frutas, hasta
suelen matar algunos años la producción de durazno (Jacinto Paco, comunario de Palca
Luribay, año 2007).

Después de tantos fracasos, esta UD una vez que aprendió las técnicas de aplicación de
agroquímicos logró reactivar un poco la producción de durazno para el mercado. Salvaron la
mitad de plantas y la otra mitad fue aniquilada por los bichos y hongos. Los posteriores años
empezaron a plantar nuevos plantines en sus huertas de durazno. Entre el 2004-2005 llegaron
a perfeccionar las técnicas de manejo de agroquímicos y empezaron a vender durazno en
cargas, aunque se nota mejoras en la productividad no ha alcanzado el nivel de la época de
oro de frutas en la década de 1980. La diversificación de la producción fue una opción para
los productores, entre los principales productos está el durazno, el tomate, la arveja, la papa
y, algunas veces, verduras.

En valle de K’ara las UD maduras y parte de las UD consolidadas cultivan arveja y tomate.
La arveja se siembra en el mes de abril o mayo siguiendo todo el proceso desde el riego, la
roturación de la tierra, el desmenuzado de terrones, la siembra la maduración y finalmente la
cosecha que empieza el mes de agosto. La cosecha consiste en recolectar las lip’as o
productos maduros, estas son empacadas en bolsas de yute que se trasladan en camión hasta
Villa Dolores en la ciudad de El Alto para su comercialización.

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Para el cultivo de tomate, primero se compra la semilla, luego se almaciga durante 30 días,
mientras se va preparando la tierra, después del riego se rotura la tierra a pico, en algunos
casos con yunta. Luego el almacigo de tomate es trasplantado. Mientras el varón hace los
surcos con pico, la mujer con los hijos va trasplantando los plantinis, al mismo tiempo se
hace sobresalir la línea de tomates, en el medio del wachu se hace quedar como canal de
riego, este último para riego, el primer riego se realiza al concluir el plantado. Después de dos
o tres semanas se hace el aporque introduciendo urea en cada planta. El riego al cultivo es una
vez cada semana. El fumigado con insecticidas se lo hace con un intervalo de 20 días,
dependiendo de las plagas, si ataca fuerte los intervalos son más cortos. El tomate se planta
en cualquier mes del año, no hay un mes o una época específica rígida como la papa. Los
k’areños mayormente trasplantan tomate en los meses de abril a junio, después de cuatro
meses empiezan con la cosecha, primero recolectan los tomates maduros, luego son
seleccionados por sus características: el tomate imilla es redondo, el tomate lluqalla ovalado.
También se toma en cuenta su tamaño. El tomate es empacado en un cajón de madera que
contienen más o menos 45 libras, el cajón es tapado con arbustos y pastos que son sujetados
con palos delgados y flexibles o con carrizo, luego es trasladado en camión hasta Villa
Dolores en la ciudad de El Alto para su comercialización.

A principios de la década 1990, en el Valle Alto empezaron a abandonar los cultivos de papa
y maíz, en las zonas Qala Qala, Pajunala, Qallpa Qallpa, Waynapat Luma, Wila Pampa y
Thaqhi Pallqu. Esto fue debido a la reducción del agua para riego. Las principales vertientes
de Cabecera de Valle eran aguas controladas por los sindicatos agrarios de K’ara y
Quebrada, estas aguas fueron desviadas para el riego de cebada en berza en las sayañas, con
el fin de subsanar la escasez de forraje para animales en la época seca. Las aguas de las
vertientes secundarias también fueron disminuyendo, estas aumentaban el caudal a las
vertientes principales. En general las vertientes principales y secundarias disminuyeron, esto
debido al corto periodo del ciclo de la lluvia, además el trayecto largo de la acequia desde la
Cabecera de Valle hasta el Valle Alto, mermaba las aguas de los canales de tierra. Por otro
lado, la comunidad de Quebrada utilizaba riego constante para su cultivo de papa milli
adelantada y maíz en la zona de Tara Tara, que es una aynoqa en la Cabecera de Valle cerca
a la boca toma de Janquqal Jawira.

Desde la década de 1980 tres UD en la zona de Qala Qala tenían huertas consolidadas de
durazno, con alrededor de 30 o 40 plantas, el riego lo hacían con poca agua hasta casi fines de
1990. En esos años surgió un problema entre las comunidades de K’ara y Quebrada, esta
última se había atajado del camino carretero que une la estancia de la comunidad Quebrada
con la estancia de K’ara. Esto desató un conflicto de gran trascendencia, llegando a peleas
campales entre ambas comunidades. Los territorios de Quebrada y K’ara están entrelazados
en diferentes niveles ecológicos y cortar el paso obligatorio del camino de herradura de una
de otra comunidad generalmente desemboca en problemas, a la vez repercutió en el sistema
de riego. El sistema de riego de estas comunidades estaba entrelazado en Cabecera de Valle,
Valle, tanto el riego principal como los sistemas secundarios. La acequia de Janquqal Jawira
del Valle Alto de K’ara estaba compartido con la comunidad de Quebrada, un buen trecho
pasaba por el zona de Tara Tara perteneciente a Quebrada; debido al conflicto la comunidad
Quebrada cortó la acequia y nunca más paso el riego hasta Valle de K’ara. Las tres huertas de
durazno se secaron por falta de riego, por lo cual este sector fue abandonado definitivamente,
y con el tiempo el bosque cubrió esos lugares y fueron aprovechados para pastar el ganado

91
ovino y vacuno.

La producción a secano en las aynoqas sufrió cambios a partir de los años 1995-96, se amplió
la extensión del cultivo de papa, en reemplazo de la uva y del durazno del Valle. En
la época de oro de las frutas, algunas unidades domésticas dejaron los cultivos tradicionales
por algunos años; otras en cambio, producían para solo su consumo, principalmente debido a
la falta de mano de obra. Después de la crisis de frutas en Valle las UD tuvieron más tiempo
para dedicarse al cultivo de papa a secano en las aynoqas. Sin embargo, el ciclo de la lluvia
no les favorecía muchas veces se retrasaba perjudicando la siembra de papa, en año 1996 las
primeras lluvias llegaron a principios del mes de diciembre, cuando ya había pasado la
temporada de siembra; se vieron obligados a sembrar tarde. Ese año disminuyó notablemente
la producción de papa, la mayoría solo logró recuperar la semilla. Por otro lado, cundió el
gorgojo de los Andes y afectó toda la producción de papa, su calidad no era apta para la
comercialización, sólo para el auto consumo y para el engorde de ganado porcino. La papa
agusanada pierde su precio en el mercado por eso algunas UD, con numerosos miembros en
edad productiva, solían llevar papa a las comunidades del Valle de Luribay para hacer
trueque con frutas. El intercambio se realizaba entre productos de similar calidad luego esas
frutas eran vendidas en la feria de mina Viloco y Cairoma, de esta manera generaban algunos
ingresos monetarios con la papa agusanada.

El agua de las pequeñas vertientes era aprovechada para cultivar las aynoqas del nivel
Cabecera de Valle, pero poco a poco debido al corto periodo de lluvia el caudal de las
vertientes disminuía. En la década de 1980 y principios de 1990 el agua abastecía a las
pequeñas parcelas, luego el agua empezó disminuir notablemente hasta que ya no pudo
cubrir el requerimiento de los cultivos, ocasionando que en algunas zonas como en Allun
Jawira se abandonaran los cultivos. Las zonas de Qarani, Tusuta, y Kuntur Jaquña, que son
más o menos grandes, el agua de las vertientes secundarias también se redujo y provocó la
reducción de los cultivos.

El ciclo de producción agrícola a secano en las aynoqas se mantuvo, el primer año se siembra
papa, el segundo año oca, papaliza, isaño y cebada, estos son productos destinados al
consumo familiar, para semilla de mismo nivel y para papa milli en la Cabecera de Valle.

En las sayañas de Cabecera de Valle los sembradíos de papa milli y maíz con el riego de
sindicato agrario se conservaron, los cultivos con lluvia de haba, cebada o trigo también se
conservaron casi en las mismas extensiones.

LA PRODUCCIÓN AGRÍCOLA DESPUÉS DEL 2000


En el año 2003 la Alcaldía de Cairoma ejecutó un proyecto de riego en K’ara que consistía en
el entubado de la acequia y el cementado del estanque de agua. Esto también generó cambios
en la producción agrícola con riego secundario de las aynoqas en las zonas de Tusuta y
Qarani de la Cabecera de Valle. En el trayecto entre el río Phichhitaranka hasta el estanque
de Pararani el agua por el tubo no mermaba. Sin embargo el agua de la vertiente de Quilluma
disminuyó notablemente, esta era una vertiente secundaria que abastecía a las zonas de
Qarani y Tusuta. Entonces la vertiente de Quilluma había sido producto de la pérdida de
aguas en la acequia de tierra, el entubado de la acequia lo reveló. Esto desató enormes
conflictos entre los usuarios y se produjeron riñas y peleas, muchas UD acostumbradas a
92
sembrar papa milli y maíz en más de una parcela, tuvieron que reducir bruscamente las
extensiones de sus cultivos las que quedaron entre 200 y 500 m2. Nadie estaba dispuesto a
sacrificar estos cultivos de papa y maíz que eran complementarios a los cultivos principales
de las sayañas. Finalmente, muchas unidades domésticas abandonaron sus cultivos de papa y
maíz en las zonas de Tusuta y Qarani. Las que mantuvieron sus cultivos fueron las unidades
domésticas maduras. Para acceder al riego tenían que permanecer en el estanque esperando
su turno. Otras cultivan grandes extensiones con la mit’a de sindicato agrario que viene del
estanque de Pararani, muchas familias por la mayor división de las parcelas en las sayañas de
Cabecera de Valle empiezan a cultivan grandes extensiones en las aynoqas.

En Valle de K’ara a principios de la década de 2000, empezó otro proceso productivo. Las
plantas de durazno que fueron plantados en la década de 1980 y parte de 1990 se secaron
debido al ataque de la arañuela, los pulgones, verruga, oídio, goma y manchas blancas. A
principios de la década de 2000, casi no se producía durazno para mercado sólo para
autoconsumo, escasas UD vendían algunas cargas de durazno. Hubo dos casos excepcionales
que en la década de 1990, empezaron a combatir los bichos y hongos con oxido de cobre,
cobreton, aceite mineral, caitar y abono floreal. Estas mantuvieron la producción de durazno
para el mercado como 15 cargas por año, de los 50 plantas árboles de durazno.

La gran mayoría de los agricultores había diversificado su producción para el mercado,


siendo los principales: papa milli, arveja y tomate, la producción de durazno en la mayoría de
las unidades domésticas era ínfima. Los cultivos anuales dejaban pocas ganancias, no eran
tan atractivos como en la época de oro de las frutas (1980 y 1990). Sin embargo veían cómo
estas dos UD producían durazno para el mercado y les generaba ingresos monetarios,
mientras las ganancias de papa, arveja y tomate era fluctuante unas veces el tomate tenia
buen precio y otras veces caía la oferta y dejaba pocas ganancias. Entonces se animaron a
plantar nuevamente durazno, cada año y poco a poco comenzaron con cinco plantas, algunas
morían y las reemplazaban, pasaron los años y consolidaron huertas de durazno. Siguiendo
todo el proceso cultural: los chonteos, el abonado, el riego hasta que florecieron y dieron los
primeros frutos, asimismo, combatieron los bichos y hongos con oxido de cobre, cobreton,
aceite mineral, caitar y abono floreal.

Se buscaron nuevas técnicas de injerto de durazno, en la década de 1980 y 1990 se practicaba


el injerto estaca, una práctica muy arriesgada. Se realiza el corte en el tronco principal,
cuando no prender las puyas del injerto, se perjudica a las plantas perjudica, pero en algunos
casos extremos las plantas llegaban a morir. En la década del 2000 adquirieron nuevas
técnicas de injerto en ojo e injerto corona, estos eran practicados en las comunidades de Valle
de Luribay, de estas comunidades trajeron algún familiar entendido en el injerto de duraznos.
El injerto en ojo consiste en implantar la puya o guía de durazno mejorado en uno de los ojos
del tallo principal de la planta, de ahí se deja la planta hasta que brote la puya injertada,
después que prende la puya del injerto se corte el tallo principal del durazno. En caso de
fracasar el injerto al siguiente año se hace el injerto en el mismo árbol. Este tipo de injerto no
es tan riesgoso por ello es la más practicado en la última década.
El injerto corona es de la siguiente manera: el tallo principal del árbol se corta a una altura
de 40 o 50cm, la puya se implanta en los extremos de la corteza del tallo, luego se espera una
semana para que prenda la puya. En casos excepcionales suelen morir las puyas, al siguiente
año se hace el injerto en la misma planta.

93
Los injertos se realizan en el mes de agosto con lo que empieza el ciclo productivo de las
huertas de durazno, generalmente el injerto se hace en las plantas nuevas que tienen uno o
tres años, los nuevos plantines se reproducen vegetativamente y algunos en almácigo. Para
porta injertos mayormente son durazno asno por ser más resistentes a los bichos. En los
últimos años por la escasez de plantines de durazno de reproducción vegetativa, algunos
comunarios han empezado a comprar plantines en macetas de nylon de las ferias de la ciudad
de El Alto, y están dando mejores resultados. Se trasplanta sin deshacer la tierra de la maceta,
la mayoría de los plantines sobreviven y alguno que otro muere. En las anteriores décadas se
tardaba para poblar las huertas de duraznos. Se extraía de la tierra las raíces según la
reproducción vegetativa, la probabilidad de que la planta sobreviviera era poca, de esa forma
se tardaba mucho para formar huertas. En la última década, con los plantines adquiridos en
las ferias de la ciudad, tienen mayor facilidad para poblar las huertas. Sin embargo se descose
la variedad de los plantines, puede ser durazno asno o durazno de buena cepa; los
agricultores suponen que son variedades de durazno asno, por ello hacen injertar a las nuevas
plantaciones con duraznos mejorados. Los antiguos duraznos mejorados como almendras,
luk’is eran buenos, luego se han vuelto saq’us, o sea degradado. Esas plantas un año está
cargado de frutos y al otro año no carga, debido a esta variabilidad los duraznos mejorados
fueron reemplazados por otras variedades como ulincates y una gran variedad de perchicos o
al partir, estos cargan cada año casi la misma cantidad de fruto, por eso en los últimos años
son más privilegiados. En algunos casos sus puyas fueron traídas de otras regiones de
Bolivia.

Las herramientas que se utilizan para los injertos son: cuchillo filoso, serrucho, tocuyo,
algunos siguen utilizando jamillu para masillar, aunque recurren más a masillas industriales
para injertos y tijera de podar.

Con la reactivación del cultivo de durazno, la gran mayoría de las unidades domésticas
siguen teniendo problemas en la aplicación de agroquímicos. Se debe dar un seguimiento
minucioso en la aplicación de cada uno de los agroquímicos para cada etapa del proceso
productivo; en muchos casos no aplican los agroquímicos en su momento, por lo cual tiene
efecto negativo las flores se pasman, en algunos casos quedan pocas flores, cuando se pasma
de nuevo tiene aflorar, en ese caso el ciclo productivo empieza tardíamente con eso
disminuye la cantidad y tamaño de los frutos.

Algunas unidades domésticas nuevamente están plantando uva. Desde el año 2005 hay dos
plantaciones con buenos resultados tal vez otros comunarios les sigan el paso, como están
plantando de nuevo durazno, también hay alguna esperanza de introducir uva.
PRODUCCIÓN PECUARIA
Hasta el 2012 se ha evidenciado el incremento del ganado vacuno, de un par de toros a 3 o 6
vacunos. Uno de los factores puede ser la constante subida del precio de la carne. La
adquisición de cabezas de ganado muestra ciertas preferencias, en muchos casos la raza
holandesa o suiza, de ellos el más gordo con una edad de 6 a 7 años se llega a vender en 6000
o 6500 bs. Un torillo de 2 años llega a un precio promedio de 4000 bs., el ganado de 4 años se
vende en 6000 o 6500 bs. Además, algunas unidades domésticas se dedican a la compra
venta de ganado vacuno, compran toros flacos y los hacen engordar durante unos meses,
luego los venden con un incremento de 500 bs.; en otros casos cuidan el ganado durante seis
meses o un año, esto incrementa el precio hasta 1000 bs., estos ingresos coadyuvan a la
94
economía familiar.

Los hatos de ovinos tienen de 5 a 50 cabezas, esto también genera ingresos monetarios, cada
cabeza se vende a un costo de 200 a 400 bs. Los que tienen 50 cabezas de ganado, venden
alrededor de cinco ovinos por año. Por otro lado, el hato de porcinos está entre 1 y 6 cabezas,
los que tienen varias cabezas venden uno o dos chanchos a un precio de 300 a 600 bs. Las
gallinas y los cuyes son para el autoconsumo. Los animales de carga no han sufrido
modificación, las UD tienen de una a dos mulas o burros para traslado de los productos
agrícolas.

La producción agrícola secundaria está ligada a los hatos de ganado. El maíz es utilizado
para comida de los chanchos, gallinas y mezclados con sal se da al ganado vacuno, ovino y a
los animales de carga. La chhalla de maíz es utilizada para el forraje de vacunos y animales
de carga. El grano de cebada es utilizada para el consumo de los chanchos, y los rastrojos son
utilizados también para forraje de vacunos y animales de carga. Los rastrojos de haba son
utilizados para forraje de ganado ovino.

Los animales producen el guano que es imprescindible para la fertilización de la tierra, se


dice que sin guano la tierra no produce, por ello el abono natural es utilizado para el cultivo
de papa milli en Cabecera de Valle. El guano de las UD abastece parcialmente para los
cultivos de Valle. Muchas unidades domésticas por falta de guano en Valle compran una o
media camionada de guano de las comunidades de la provincia Aroma.

MAYOR VINCULACION AL MERCADO


En las últimas dos décadas se han abierto ferias en las microrregiones: el día martes en
Pueblo de Luribay, el viernes en la comunidad de Azambo, y en la Capital Cairoma el día
domingo. La feria de la mina Viloco se mantiene los días domingos. Estas han generado
mayor dinámica comercial en la región. Los comunarios de K’ara cada vez más entraron a la
dinámica comercial, en las décadas de 1980 y parte de 1990, los comunarios compraban
productos industriales de primera necesidad, arroz y azúcar por quintal y aceite en bidones de
5 litros. Estos productos duraban largas temporadas, cuando se acababa volvían comprar.
Pero a mediados de la década de 1990, las ferias locales dinamizaron el comercio. Las
unidades domésticas tienen mayor consumo de víveres del mercado, cada semana van a
comprar al mercado productos industriales: ropa, útiles escolares, víveres para consumo
(pan, arroz, fideo, avena, aceite, refrescos, te, cocoa, café y verduras,), pilas, querosén,
bebidas alcohólicas, herramientas agrícolas, agroquímicos y mesas rituales. Asimismo, se
consume la comida en puestos y pensiones, las anteriores décadas era normal llevarse la
merienda, ahora esta práctica se ha perdido. En la misma comunidad se instalaron pequeñas
tiendas donde generalmente se expenden productos para niños como dulces y galletas, para
los mayores: refrescos, bebidas alcohólicas y algunas veces pan. Los padres de familia se ven
presionados para dar algunos centavos a sus hijos para la hora del recreo en la escuela para
que consuman golosinas.

Para adquirir los productos industriales se requiere más recursos monetarios, por ello las
unidades domésticas necesitan generar cada vez más dinero; entonces venden sus productos
agrícolas resguardados. Las juiras o productos de reserva están vaciándose de las viviendas
para comprar los productos industriales, antes el maíz no se vendían sino era almacenado
95
para mach’as (sequías) en pirwas. Otros productos que almacenaban era ch’uñu, haba y
cebada. Ahora casi todo se vende en las ferias desde las habas de Cabecera de Valle, cebada y
otros, en las anteriores décadas los productos deshidratados no vendían en las ferias ni en la
ciudad de La Paz. Hasta mediados de la década de 1990 había los productos de reserva en
grandes cantidades, posteriormente fue reduciendo a unos cuantos yutes de productos secos
como maíz, trigo, cebada, haba y algo de chuño. Algunos productos agrícolas se venden por
dinero, anteriormente eran trocados por otros productos entre las unidades domésticas.

K’ara todavía se encuentra en proceso de transición productiva, algo de la producción


agrícola está orientado para asegurar el autoconsumo, aunque ya se vende para generar
recursos monetarios y comprar productos industriales. Todavía se guarda algo de los
productos deshidratados para los siguientes meses y hasta para algunos años, la tendencia de
K’ara es el camino a la dependencia del mercado, producir algunos productos para el
mercado y para autoconsumo comprar los productos del mercado.

PRECIOS DE CULTIVOS PERENNES EN VILLA DOLORES,


CIUDAD DE EL ALTO (AÑO 2012)

PRECIO
ENERO En FEBRERO En ABRIL
CULTIVOS PERENNES PROMEDIO
bs. bs. En bs. En bs.

Durazno mejorado (aprox. 6 @) 400 300 500 400


Durazno asno (aprox. 6 @) 200 150 200 183
Uva moscatel (6 @) 400 300 500 400
Uvilla (6 @) 240 170 200 203
Elaboración propia en base a las entrevistas.

El precio del durazno mejorado evolucionó desde el año 1992, de 225 bs la carga a 400
bs en año 2012, se nota el incremento de un 44%. El precio de la carga del durazno
tradicional en el año 1992 era de 115 bs, para el año 2012 la carga se vendía en 183 bs, el
incremento porcentual fue de 38%. La carga uva blanca en año 1992 tenía un precio de
315bs, el 2012 llegó a venderse en 400bs, incrementándose en un 22%. La carga uvilla
en el año 1992 llegó a costar 160 bs y en año 2012 subió a 203 bs, el incremento
porcentual fue de 22%.

96
PRECIOS DE PRODUCTOS ANUALES EN EL MERCADO
DE VILLA DOLORES, CIUDAD DE EL ALTO (AÑO 2012)

PRECIO
ENERO En OCTUBRE En
CULTIVOS PROMEDIO
bs. bs. En bs.
Papa primera (6 @) 150 350 250
Choclo (una bolsa de yute) 180 200 190
Arveja (4 @) 300 200 250
Tomate (90 libras) 120 50 85
Qulu de durazno (1 q) 1200 1000 1100
Elaboración propia en base a las entrevistas.

Una carga de papa en el año 1992 llego a costar 85 bs, en año 2012 subió a 250 bs, el
incremento en porcentaje fue 66%. La papa es un producto básico para la dieta alimentaria
este incremento es notable. Los k’areños no comercializaban choclo ni maíz seco, la crisis de
la frutas a mediados de la década de 1990, de esos años han empezado a comercializar el
maíz en el mercado, hasta ese momento era solo para trueque. Los precios de los productos
tradicionales de K’ara sufrieron un incremento desde el año 2008 con la especulación y la
crisis alimentaria. La arveja y el tomate mantuvieron sus precios dejando ganancias
considerables para las UD.

En los últimos años el precio del quintal de durazno qulu rebajó, el año 2012 el precio
promedio era de 1100bs., cuando a finales de la década de 1990 el quintal de qulu llegaba a
1500 bs en ciudad de La Paz. A nivel general el precio cayó, por este motivo los k’areños no
se dedican mucho a deshidratar duraznos.

Por otro lado, los cultivos tradicionales como papa milli y maíz, a finales de la década de
2000, han mejorado sus precios; el precio promedio de la carga de papa primera en el año
2012 estaba en 250 bs. El precio de choclo también muestra un ascenso, el yute de choclo
tiene un precio promedio de 190 bs.

Mientras los precios de las frutas se han estancado, por ejemplo el durazno; hay mayor oferta
de durazno en los mercados; en la última década en los municipios que nunca fueron
productores de durazno se están plantando árboles de durazno, estos hacen competencia a los
productores de Luribay y especialmente a los k’arenos.

97
LAS PERCEPCIONES DE LAS COMUNIDADES INTERMEDIAS DE LURIBAY A
LOS COMUNARIOS DE K’ARA

Los comunarios intermedios, de Valle de Luribay están vinculados al mercado, de sus


cultivos la mayoría está destinadas a la comercialización, entre cultivos perennes y anuales.
En las viviendas casi no hay reserva de productos agrícolas para años venideros, sólo para
semanas y meses. Es decir, en las viviendas casi no se ve el almacenamiento de productos
agrícolas para consumo, solo se les ve lleno de cajas vacías de tomate, canastas vacías para
manejar cargas de durazno. Además la mayoría de la producción agrícola es perecedero,
como las frutas (durazno, uva, manzana, pera, pacay, granada y otros), luego tomate, arveja.
Solo algunos se siembran maíz, para comercializar como choclo, de los mismos en la etapa
de comercialización es aprovechado para autoconsumo. Papa milli casi no se siembra,
alguno que otro suele sembrar surcos para autoconsumo, en casos excepcionales producen
algunas cargas de papa para comercializar, pero es de poco interés. Las verduras como
acelga, cebolla, lechuga y repollo, son destinadas mayormente para autoconsumo y algo de
excedente para la comercialización. Cuando pasa la temporada de las verduras las familias se
compran de sus vecinos, las verduras en las mismas chacras casi no rebajan, como decía:
Abraham Colque comunario de Anquioma, en año 2006, el tomate en el mercado de La Paz y
El Alto la libra se vendía en 1bs, relativamente era un precio bajo, en mismo precio me
venden en mes anterior menor de un 1bs había caído el precio, pero aquí en la comunidad no
rebajaban seguía a ese mismo precio estaban vendiendo. Como han entrado en la dinámica
del mercado, todo se debe vender para comprar productos industriales del mercado. Es decir,
las unidades domésticas casi todo compran hasta los productos agrícolas que son la base de la
dieta alimentaria, como papa, maíz, y muchas veces verduras, y carne es consumida del
mercado, casi ya se crían animales. Los productos industriales son consumidos como los
víveres para la alimentación, agroquímicos, herramientas, ropas y útiles escolares.

Mientras los de K’ara mantienen todavía algo de productos agrícolas secundarios para
autoconsumo, como los productos deshidratadas maíz, cebada, haba, trigo, el cultivo de papa
milli en Cabecera de Valle, y algunas UD todavía siembran papa en Valle, también algunas
UD siembran algo en las aynoqas, papa, oca, en este caso la oca es netamente para
autoconsumo. Es decir en el fondo los comunarios de K’ara están resistiendo parcialmente al
mercado, no son todavía totalmente dependiente del mercado, como las comunidades de
Valle intermedia de Luribay, casi todos los productos consumen del mercado, al mismo
tiempo todos los productos agrícolas tienen que vender para generar ingresos monetarios
para asegurar la sobrevivencia. Los comunarios de K’ara suelen hacer critica a los
comunarios de Valle de Luribay diciendo; todo están comprando del mercado, pudiendo
cultivarse papa y otros para autoconsumo, como los de K’ara llevan la papa a la feria semanal
de Azambo, ahí mayormente compran los comunarios del Valle, casi no compran los
rescatiris del altiplano de la provincia Aroma, que llevan mercadería para vender en la feria
de Azambo, algunos K’areños suelen llevar papa hasta sus casas, como ellos no tienen papa
están obligados a comprar, también muchos decían el plato de comida sin papa no es comida.
Como los K’areños saben que algunas comunidades tienen sus niveles superiores como
Cabecera de Valle y puna, de ellos se refieren: esos flojos porque no irán a sembrar papa,
están comprando no más del mercado, papa, oca y otros productos.
Al contrario los agricultores de comunidades intermedias de Valles de Luribay, suelen

98
criticar a los de k’areños, que siguen todavía persistiendo con cultivos tradicionales de
Cabecera de Valle y Puna, diciendo: uka sunsu jaqinakaj pataruk sataskapji, ukan sataskapji
tunqu, ch’uqi, apilla, ukam timpupasaskapji, (esas personas sonsos están yendo arriba a
Cabecera de Valle, ha sembrar maíz, papa, oca, con eso solo pasan tiempo). Viceversa hay
crítica a los k’areños teniendo Valle están yendo a las alturas Cabecera de Valle y Puna, de
esos productos de altura solo algunos productos se venden, en vez de de que aprovechen en
Valle con cultivos comerciales que les genere ingresos monetarios. Con el ligazón con
Cabecera de Valle los k’areños siguen estigmatizados como pata jaqis o gente de altiplano,
que todavía persisten con cultivos anuales, los mismos son mayormente para autoconsumo,
si los mismos venden son a precios bajos y les generan pocos ingresos monetarios. Una vez
yo estaba yendo a K’ara desde la ciudad de La Paz, llegué de bus a la comunidad de Azambo,
como extraño baje de bus, la feria del día viernes había terminado, poca gente había por la
plaza y los comerciantes de Lahuacha y Patacamaya de provincia Aroma ya estaban
cargando sus mercadería a los camiones, de ahí a una señora de Azambo pregunte si había
visto algún persona de K’ara, de ahí me respondió la misma señora diciendo: creo que se han
ido todos, pero puedes buscar por ahí; de ahí continuo diciendome fácil te vas ubicar de ellos
son claritos ch’ixllusus (medio sucios o ropas percudidas) por la tierra roja de comunidad de
K’ara, la señora ha pensado que era un profesor del altiplano que estaba yendo destinado a la
escuela de K’ara.

Todavía sigue reproduciéndose la diferenciación social, entre las comunidades que están
todavía vinculados con las alturas con cabecera de valle o aynoqas, y las comunidades han
entrado en la dinámica de mercado como las comunidades intermedias de valle de Luribay y
también de centro alrededor de Pueblo de Luribay. El cultivo de papa exige un mayor
manipuleo de tierra, eso es uno de los factores que hace percudir a las ropas de agricultores de
K’ara, mientras los agricultores de Valle de comunidades intermedia y alrededores de Pueblo
de Luribay están dedicados a los cultivos perennes y pocos a cultivos anuales como la arveja,
tomate y maíz, que requiere menos manipulación de tierra en comparación con la papa y
otros cultivos de raíces. Por algunos comentarios de los comunarios de comunidades
intermedias de Valle de Luribay, ven a los K’areños como persistiendo en la pobreza porque
siguen todavía manteniendo los cultivos tradicionales teniendo Valle, diciendo; porque no se
dedicaran solo al Valle con los cultivos de frutas, arveja y tomate. Como por ejemplo: don
Mariano Godoy se fue a vivir en una de las comunidades de altura donde tienen tierras su
esposa, en K’ara tenía mediana parcela en nivel Valle de categoría de sobrante, alguno de sus
familiares de Anquioma decía: porque no mas el Mariano se haiga ido a las aynoqas donde
sus tierras de su mujer. Es un sonso siempre, al altiplano seba, en ahí está viviendo como
pobrecito, en vez de cultivar frutas y tomate que generan ingresos monetarios en sus parcelas
de Valle de K’ara.

Definitivamente es visto como moderno vivir en Valle por los comunarios de las
comunidades intermedias del Valle y de centro de Luribay, seguir insistiendo en cultivar en
las aynoqas de Cabecera de Valle o en las aynoqas, es estigmatizado como ser pata jaqis o
sonsos, por falta de un conocimiento de progreso.
EXTENSION DE TIERRAS E INGRESOS
De las 43 unidades domésticas, el gráfico nos permite analizar algunas cualidades. En
algunos unidades domésticas hay una relación directa entre ingreso y tenencia de tierra, en

99
caso de las dos unidades domésticas N° 4 y 5 Mamani Chipana, la tenencia de tierra es más
extensa de hectárea y media, y sus ingresos también son altos, mayor a 40.000bs. Las dos
unidades familiares pertenecen al tipo unidad doméstica maduro, cada una de ellas tienen 4
personas en edad productiva.

Pero algunas unidades domésticas tienen tierras todavía más extensas, casi tres hectáreas,
como la unidad doméstica del N° 3 Flores Quispe, pero sus ingresos solo alcanzan a
10480bs. La explicación de este desfase entre ingreso y tenencia de tierra, es que la unidad
doméstica está conformada por tres personas, la pareja tiene una edad aproximado de 60
años, más el hermano de la mujer de 80 años de edad, quien se dedica a cuidar los 4 toros y 1
burro y 1 mula. La mujer se dedica en pastoreo de ganado ovino, de 40 cabezas, solo el
marido se dedica plenamente a las actividades agrícolas, por eso son bajos los ingresos
monetarios de la unidad doméstica.

Hay unidades domésticas con pequeños terrenos y con ingresos altos, como los casos de las
dos unidades domésticas N° 30 Quispe Apaza y N° 42 Apaza Sebastián cada una con
extensión de terrenos menor a una hectárea. El ingreso de la primera unidad doméstica es
26260bs, y el ingreso monetario de la segunda unidad domésticas 28090bs. La primera
unidad doméstica solo es la pareja de unos 55 años de edad, se dedican más a cultivos
agrícolas; en Valle es el primer productor de durazno, en Cabecera de Valle se cultivan papa
milli y maíz. Tienen poco ganado, 1 mula y 5 ovejas que mantienen amarrados en los
pastizales. De la pareja la gente de la comunidad comentaba diciendo; tienen suerte para
cultivos agrícolas, siempre hacen producir bien en las reducidas parcelas, casi siempre
sobresalen sus cultivos agrícolas en la comunidad.

Por algunas interrogantes surgidas entrevistamos a la señora Quispe, la pregunta era ¿por qué
sus cultivos de papa milli hace producir bien?, la señora nos decía: me siembro bien la papa,
con una buena semilla, de tamaños grandes, a dos semillas se pone a cada hoyo, abono
natural y urea. Además en la etapa de crecimiento de los tallos de papa, hay que estar al tanto
de los bichos y hongos, si estos aparecen en el cultivo se debe fumigar con tamaron o con
karate. Mientras otras unidades domésticas no hacen producir bien la papa milli, primero
ponen las semillas muy menudas y en muchos casos semillas degradadas, además muchos
solo ponen con una semilla en cada hoyo, los resultados no son tan buenos.

También la doña Hilaria Apaza nos comentaba de producción de durazno, ella decía: hay que
dedicarse bien en ese cultivo no más, hay que cuidar minuciosamente los arboles, mantener
con los agroquímicos, guano natural, las podas y otros. La unidad domestica tiene mayor
dedicación en los cultivos, de esa manera también reciben sus beneficios.

La segunda unidad doméstica Apaza Sebastían conforma entre 4 personas, la pareja de 50


años de edad, con hijo de 20 años, una niña de 8 años de edad. En ganado tienen un par de
toros, 1 mula y 1 burro, en ganando ovino tienen 15 ovejas, los ovinos son pasteados por la
madre del jefe del hogar junto con su ganado, la unidad doméstica se dedican casi
exclusivamente a cultivos, mayormente en Valle al durazno, tomate y arveja. En las parcelas
bajo riego de las aynoqas de Cabecera de Valle con cultivos de papa milli y maíz. La unidad
doméstica tiene minucioso dedicación a los cultivos, para que mantenga la productividad,
además mayor introducción abono natural para fortificar la tierra de la tierra, utilizando poco

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abono quimico en las parcelas bajo riego en Valle y Cabecera de Valle.

En general, las 43 unidades domésticas de K’ara se dedican cultivar en las parcelas bajo
riego en Valle, Cabecera de Valle y aynoqas, abandonando los cultivos a secano en las
aynoqas. En los últimos años se han concentrado en Valle con producción para el mercado,
complementariamente la producción de Cabecera de Valle bajo riego. La mayoría de las
unidades domésticas tienen tierras, solo tres casos excepcionales no tienen tierra y una tiene
solo para vivienda. Las unidades domésticas sin tierras en donde las sayañas de Cabecera de
Valle son pocos, pero esa falencia es subsanada con las parcelas de las aynoqas circundantes
a las sayañas de Cabecera de Valle.

A continuación presentamos los graficos de extensiones de tierras, y los ingresos brutos de


las unidades domésticas.

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CAPÍTULO 6
DIVISIÓN DE TRABAJO PRODUCTIVO POR GÉNERO Y GENERACIÓN
Las unidades domésticas de la comunidad K’ara tienen sus propias y particulares formas de
asumir las estrategias productivas agropecuarias, en cuanto se refiere a la organización de
mano de obra por género y generación. Para desglosar mejor vamos a analizar por unidad
doméstica, uno de cada grupo con sus propias características en la dinámica de la
organización laboral.

En la década de 1970 los comunarios de K’ara empezaron a cultivar papa milli en Valle, con
eso se amplió las actividades agrícolas, resultó insuficiente la mano de obra de las unidades
domésticas para los cultivos de los tres niveles ecológicos: Valle, Cabecera de Valle y
aynoqas. La papa milli en el Valle requería permanente mano de obra, con ello desatendían
algunas actividades en la Cabecera de Valle y en las aynoqas, sino eran cubiertas con mucho
esfuerzo, recurriendo muchas veces a mink ’as, ayni, yanapa y faena para atender los
cultivos en las tres aéreas.
En la década de 1980 empezaron a introducir cultivos de frutas (uva y durazno) en Valle, esto
ocasionó mayores problemas a las unidades domésticas para mantener los cultivos en
Cabecera de Valle y aynoqas. Los frutales requerían un riguroso acompañamiento en el
proceso productivo, además, aparecieron actividades que eran desconocidas para jóvenes
agricultores de K’ara como el chonteo de viña, borrado de sarmientos, abonado con guano,
dos desyerbes, riego constante y fumigado con azufre a las uvas, el cuidado de pájaros en las
huertas en la etapa de maduración; la cosecha de la fruta se realizaba a medida que
maduraban los frutos y luego eran comercializados. Mientras para los ex-colonos ya mayores
no eran tan desconocida, en la hacienda hacían producir la huerta de uva del patrón Ernesto
Rivera en Pueblo de Luribay.

Con la plantación de viña, a mediados de la década de 1980, la unidad doméstica madura del
sayañero Apaza Quispe tenía 8 miembros: los padres de aproximadamente 50 años de edad,
3 hijos varones en edad productiva (mayores a 14 años), 2 niñas y 1 niño. Los hijos en edad
productiva plena residían mayormente en Valle cuidando frutales, los padres residían en la
vivienda de Cabecera de Valle con sus hijos menores. En la época de siembra de papa milli
en Cabecera de Valle, como es una actividad que exige mucha mano de obra, los hijos
mayores subían del Valle para ayudar a sus padres, y viceversa los padres se trasladaban al
Valle para las actividades en la viña y otros.

Durante los meses de mayo a junio todos los miembros de la UD residían en Cabecera de
Valle, debido a que en esa época hay mayor actividad en los niveles de altura (sayañas de
Cabecera de Valle y aynoqas). Por otro lado, en los meses de enero a abril, casi todos los
miembros de la UD residían en Valle, es la temporada de cosecha y comercialización de
frutas y se requiere mayor mano de obra. En estos meses los miembros jóvenes cumplían con
diversas actividades: el día sábado y domingo se dedicaban a recolectar las frutas,
seleccionar y empacarlas; el lunes muy temprano (5:00 am) le daban de comer forraje a las
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mulas y burros, a las 6:00 am cargaban las ch’iphas a los animales, hasta pasado el medio día
habían realizado dos o más viajes a la comunidad de Chincha, que era donde llegaba el
camión. El padre iba a comercializar las frutas a la ciudad de La Paz. Al día siguiente, los
jóvenes subían a tempranas horas a roturar la tierra en la aynoqa para el cultivo de papa y en
la noche retornaban a su vivienda en la Cabecera de Valle, mientras la jefa de la UD se
quedaba cuidando los huertos de frutas de los pájaros y los niños llevaban al ganado ovino a
pastear a los bosques. El día viernes los jóvenes bajaban nuevamente al Valle para preparar
las cargas de fruta.

Cuando empezaba el año escolar, los niños de la UD asistían temprano en la mañana a la


escuela ubicada en la Cabecera de Valle, en la tarde después de las clases retornaban a su
residencia en el Valle. Algunos días, para no caminar solían quedarse a dormir en la
residencia de Cabecera de Valle pero los fines de semana si o si estaban en el Valle ayudando
a sus padres en las actividades agropecuarias. La unidad doméstica no podía mantener los
cultivos en todas las parcelas de una determinada aynoqa, sembraban papa el primer año, el
segundo año cultivaban oca, papaliza e isaño. Algunos años lograban cultivar en todas las
parcelas, otros años reducían las extensiones de cultivos. El tercer año, a veces cultivaban
cebada, maíz (aynoqas de Cabecera de Valle) y otros pero muchas veces las parcelas se
quedaban sin cultivos.

Por otro lado, las UD con menos miembros en edad productiva pasaron muchas dificultades
para mantener la producción agrícola en las aynoqas y en la Cabecera de Valle, por ejemplo,
la UD Quispe Colque sólo contaba con tres miembros en edad productiva, el padre de 50
años, la madre de 52 años y la hija de 22 años de edad. Por la reducida mano de obra no
pudieron mantener los sembradíos en las aynoqas. Durante la cosecha y comercialización de
frutas un miembro iba a comercializar la fruta a ciudad de La Paz, el segundo se quedaba
cuidando las huertas de los pájaros y el tercero estaba ocupado pasteando el ganado ovino.
No había miembros que pudieran roturar la tierra en la aynoqa para la siembra de papa.
Concluyendo la comercialización de frutas a mediados de mes de abril, recién se trasladaban
a la Cabecera de Valle, a roturar la tierra en la aynoqa pero se encontraban con la tierra seca
debido a que la lluvia había cesado a principios del mes de marzo o a veces más antes, de esa
manera se quedaban sin sembradíos en las aynoqas. Siendo casi imposible cubrir las
actividades de las aynoqas, prefirieron atender los cultivos del Valle y mantener los cultivos
principales en la Cabecera de Valle, abandonando definitivamente las aynoqas.

El ideal de la organización de mano de obra de una unidad doméstica madura fue hasta la
década de 1970 centrado en papa milli en el Valle. En esos años podían cubrir todas las
actividades laborales en los distintos niveles ecológicos. Con los frutales en el Valle desde la
década de 80, nunca más lograron cubrir todos los niveles aunque hicieron su máximo
esfuerzo en la organización de mano de obra, tuvieron que dar mayor preferencia a los
cultivos perennes y anuales del Valle, sacrificando los cultivos de las aynoqas y algo de las
sayañas de Cabecera de Valle.
A continuación detallaremos la organización actual de mano obra de tres unidades
domésticas: UD establecida, UD madura y UD decadente. Con la descripción detallada de la
organización de mano de obra en el año 2011 vamos a brindar una mejor idea de las
actividades agropecuarias que realizan las unidades domésticas.

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UNIDAD DOMÉSTICA ESTABLECIDA
La UD Mamani Apaza en 2011 estaba conformada por el varón Mauricio de 29 años de edad,
la mujer Elena de 30 años de edad, y 3 hijos: Mario de 12 años, le sigue Magdalena de 10
años y Lorenzo de 7 años de edad.

La unidad doméstica es parte de grupo de sobrantes, en nivel Valle tienen acceso a parcelas
de una extensión aproximada de 3500 m2 con unos 50 árboles de durazno; los cultivos
anuales son tomate y arveja, algunos años intercalan con otros productos como papa y maíz,
todo se cultiva con riego de la cuenca de Atoroma. En Cabecera de Valle tienen una parcela
de unos 4000 m2, en donde siembran papa milli y maíz, algo para el mercado y el resto para
el autoconsumo. Los productos secundarios son cebada y haba, mayormente son destinados
para autoconsumo y algo para el mercado. En cada una de las 8 aynoqas tienen de 1 a 3
parcelas, solo algunos años siembran algo de papa para autoconsumo por falta de mano de
obra. Su ganado consiste en 35 cabezas de ovinos, 3 chanchos, 5 gallinas, 3 toros y 2
animales de carga, una mula y un burro, y finalmente las mascotas, un perro y dos gatos.

A principios del mes de abril residían en Valle, primero almacigando el tomate en los
márgenes del rio Atoroma, actividad a cargo de Mauricio. Cuando llego la convocatoria para
la limpieza de la acequia de la misma zona, en 201l Mauricio asistió al trabajo, la misma
labor duró una semana. Después la UD se dedicó a preparar la tierra para siembra de arveja,
primero riega la parcela, a las 4 de la mañana Mauricio salió de su casa para conducir el agua
por la acequia de la cuenca de Atoroma, a las 6 de la mañana hacía llegar agua a la parcela, en
donde se dedicaba a distribuir riego todo el día, después el hijo mayor Mario ayudaba en
distribuir el agua a la parcela, luego el hijo era enviado a rondar por la acequia todo el día
para evitar que hayan desvíos de agua por el taponamiento con los restos de los arbustos, o
que algún otro agricultor pueda desviar el agua a sus cultivos.

Después de unos 3 días realizan el roturado de tierra con yunta, para amarrar el yugo a la
yunta de toros hace Mauricio con ayuda de Mario o Elena. Después Mauricio va roturando la
tierra, el hijo y la mujer se quedan desmenuzar la tierra y extrayendo los ch’ijis con picos, al
día siguiente hacen faena entre Mario y Mauricio, después de las 9:00am los tres personas
Mauricio, Mario y Elena continúan con el desmenuzado de tierra. Luego pasan a la siembra,
Mauricio hace los surcos con la yunta y Elena se dedica a poner la semilla a los surcos, Mario
se dedica a arreglar los surcos con pico.

Después la UD se traslada a Cabecera de Valle con todos sus animales incluyendo a sus gatos
que van en canastas en el lomo de la mula o del burro. Elena y Mario suelen ir arreando los
animales de carga, Mauricio va arreando los toros, llegan en una hora y media a Cabecera de
Valle. Y entre tres hijos, el Mario arrea los chanchos haciéndoles descansar trecho en trecho
en el camino bajo la sombra de los arboles, si los chanchos avanzan seguido en el sol se
calienta el cuerpo y pueden morir a media subida. La Magdalena y Lorenzo impulsaban a las
ovejas e iban pasteando por el bosque casi al anochecer hacen llegar a la residencia de
Cabecera de Valle.

Una vez cambiada su residencia, comienzan las actividades agropecuarias. Mauricio recoge
el maíz y Elena lleva a pastear el ganado ovino al sector puna, los hijos van a la escuela.
Después Mauricio se dedica en las faenas y continúa en el dia segando cebada y haba, una
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vez concluido realiza el tunqu qilli, es decir sacar las mazorcas del maíz, luego Mauricio se
dedica a construir la ira y una vez que está seca se trillaban la cebada con las patas de los
animales de carga, luego será venteada para su almacenamiento. En la misma ira se hace el
desgranado de haba, golpeando con un palo, llamado jawq’aña; luego es venteado y
almacenado.

En medio de la cosecha de maíz, cebada y haba, Mauricio se escapa al Valle para regar el
almacigo de tomate, más o menos cada 5 días. A veces manda al Mario a regar el almacigo.
Mauricio también baja al Valle a regar el cultivo de arveja, a intervalos de 2 semanas.

A medida que va cosechando los primeros tres cultivos mencionados, el ganado vacuno
consume los rastrojos, la tierra tiene que ser limpiado o comido los restos de tallos secos para
regar y proceder a la siembra de papa milli. Empieza la mit’a de riego desde el 24 de junio en
Cabecera de Valle, y el Mauricio fue encargado de recibir la mit’a. Cuando está concluyendo
de regar el turno anterior a Mauricio según la lista de regantes, a las 5 o 6 de la tarde se tapa
el estanque para que se llene con el agua de la vertiente durante toda la noche; al día siguiente
a tempranas horas se destapa el estanque para que riegue la parcela, en la parcela la Elena
espera después de haber conseguido ayni con una de sus hermanas para pastear su ganado
ovino, y ayuda a distribuir el agua a la tierra, después el varón o la mujer suele ir a rondar por
la acequia sacando las hojas de los arbustos que la tapan. Así termina el día, en la tarde
cuando el agua del estanque se agota otra vez el varón tapa el estanque. Al día siguiente el
proceso de riego es el mismo, pero al final de la tarde el que tapa el estanque esta vez es el
siguiente de la lista en la mit’a de riego. Después de tres días se realiza el roturado de tierra
con yunta, para amarrar los toros al yugo la mujer ayuda en agarrar el ganado o agarrar el
yugo, después el varón va roturando la tierra. Luego de concluir el roturado de tierra, se
realiza el desmenuzado de tierra con la lastra, la segunda vez el desmenuzado de tierra que no
fue aplastado por la lastra se hace con pico, participando en esta actividad tanto el varón
como la mujer.

La pareja Mauricio y Elena se trasladan a la residencia del Valle con el ganado ovino y los
animales de carga, el ganado vacuno queda pastando en los rastrojos al cuidado de sus hijos
que asisten a la escuela, también los cerdos y gallinas estarán a su cargo. Los hijos se cocinan
para sí mismos.

En Valle empezan preparar la tierra para el cultivo de tomate, el almácigo de tomate está
pasando la etapa de trasplantación. En primer lugar, Mauricio se dedica a regar la tierra, a
veces solo, Elena le ayuda cuando encuentra ayni con algún familiar para el pastoreo de
ovinos, si no encuentra ayni, Mauricio hace doble esfuerzo correteando para distribuir el
agua en la parcela y rondando por la acequia. Después Mauricio tiene que subir a Cabecera
de Valle a traer la yunta de toros para el roturado de tierra; el roturado lo realiza sólo
Mauricio, si es el fin de semana los hijos bajan para relevar en el pasteado de ovejas,
entonces Elena ayuda en el momento de amarrar los toros al yugo. Por su parte, Elena se
queda a desmenuzar la tierra. Los siguientes días la pareja se dedica a desmenuzar tierra, en
faenas y continuando todo día, el plantado de tomate se realiza el fin de semana para que los
hijos escolares ayuden. Mauricio saca los plantines del almacigo, luego se dedica a hacer
surcos, Elena y Mario van siguiendo tras de él colocando los plantines, se trabaja faena a
tpartir de las 6:00am y continúan con jornal normal de trabajo de 9:00am a 18:00. Una vez

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acabada la actividad, inmediatamente proceden a regar; de ello se encarga Mauricio o Mario.
Los siguientes días riegan el cultivo de arveja, de la actividad se encarga Mauricio.

A principios del mes de agosto sólo Mauricio riega los duraznos, en este intervalo hace
alguna nueva trasplantación de durazno, también puede realizar algún injerto en una o dos
plantas; después rotura la huerta de durazno. De esta actividad se encarga Mauricio con uno
o dos ayni o mink’a; generalmente hay poco mink’a, la mayoría de los jóvenes han migrado,
de ahí se hace ayni con algún familiar, normalmente con un tío.

En Cabecera de Valle les está venciendo la siembra de papa milli, a principios de mes de
agosto, la UD se traslada allí con todos sus animales donde Mauricio realiza el barbecho de
tierra con yunta, después con faenas se dedica a acopiar guano de su corral de oveja y lo
traslada a la tierra preparada. La siembra queda programada para un fin de semana a fin de
que los hijos menores salgan a pastear las ovejas. Mauricio surquea con yunta, Elena pone la
semilla de papa y además el abono químico, Mario y Magdalena se encarguen de poner el
guano a los surcos, pero algunas veces suele venir el hermano de la mujer Zenobio para
poner el guano a los surcos, el cargar es pesado y derramar en el surco suele ser muy
dificultoso para los hijos de Mauricio.

Cuando llega la segunda mit’a de riego para la siembra de maíz, la organización de mano de
obra es similar a la siembra de papa milli, es decir, riego, roturado de tierra, desmenuzado de
tierra. Después de concluir las actividades en la Cabecera de Valle la UD se traslada al Valle,
Mauricio se encarga del riego de cultivo de arveja. Después continúan con el riego de tomate,
pasando unos días viene el aporque, abonado y fumigado con agroquímicos de esto se
encarga Mauricio. En muchos casos Elena consigue ayni para el pastoreo de ovinos, en ese
caso tendrá tiempo para ayudar a Mauricio.

El riego de la huerta de durazno y el fumigado son dos actividades a cargo de Mauricio. Una
vez que empiezan a madurar las arvejas, la cosecha se realiza poco a poco, se encargan
Mauricio y los hijos. De la comercialización se encarga Mauricio o Elena. Pero el cultivo es
asechado por los pájaros y tienen que ser espantados, de esta actividad se encargan los hijos
durante los fines de semana, los días ordinarios Mauricio se dedica a espantar los pájaros,
cuando está ocupado en otras actividades los deja así no más.

La siembra de maíz en Cabecera de Valle se realiza en el mes de septiembre, Mauricio y


Elena se trasladan allí. En primer lugar, Mauricio se encarga de barbechar el terreno, al día
siguiente Elena tiene que conseguir ayni para el pastoreo de ovinos. En la siembra Mauricio
se encarga del surqueado y Elena pondrá la semilla de maíz.

A mediados de mes de septiembre, llega la mit’a de riego en Cabecera de Valle para el


cultivo de papa, solo Mauricio se traslada, tendrá que buscar algún mink ’a para el riego por
ch’iru, se necesita dos personas para la distribución de agua en el cultivo y otro para que
ronde por la acequia, si no consigue mink’a tendrá que hacer ch’ach’ar45 de la escuela al
Mario.

45 Ch ’ach ’ar: es una jerga que significa faltarse de las clases de escuela por parte de los alumnos/as.
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Una vez concluida esta actividad, Mauricio baja inmediatamente al Valle para regar el
tomate y el durazno, así como para recolectar arvejas para la venta. Si Mauricio no tiene
tiempo, iraya46 los yutes de arveja o mandará los yutes de arveja con algún conocido para
que se los venda en ciudad de El Alto. Luego Mauricio se traslada a Cabecera de Valle a
aporcar el cultivo de papa milli, de la actividad se encarga él solo, a veces consigue algún
mink’a. Después se tiene que trasladar al Valle a recolectar arveja y comercializarla,
volviendo del viaje hace el riego de tomate y su fumigado. También tiene que realizar el
riego de durazno y el fumigado. Todo este tiempo Elena se dedica a pastear las ovejas.

Nuevamente se traslada a Cabecera de Valle para regar la papa, concluyendo la actividad


inmediatamente bajará al Valle a espantar pájaros del cultivo de tomate, regar el tomate,
regar el durazno; una vez que el tomate empieza a madurar, inicia la recolección de tomates
de eso se encargan Mauricio con Mario o Elena. De la comercialización de tomate se encarga
Mauricio.

A principios de diciembre se realiza el aporque de maíz en Cabecera de Valle, Mauricio y su


hijo mayor se ocupan de esa actividad. A mediados del mes de diciembre llega la cosecha de
papa, de esto se encarga Mauricio con algunos mink’as; de la selección y la comercialización
se encarga Mauricio. A principios de enero en Cabecera de Valle Mauricio se encarga de la
siembra de cebada y haba con la ayuda de los hijos. Luego se traslada al Valle para continuar
con el riego de durazno, los hijos se encargan de espantar los pájaros de los duraznos.
Además, en la parcela de la arveja Mauricio prepara la tierra para la siembra de maíz, la
preparación es igual como para arveja. En la siembra de maíz Mauricio se dedica a surquear
y Elena pone la semilla a los surcos.

En el mes de febrero empieza la recolección de durazno, actividad a cargo de Mauricio,


Elena y Mario. La comercialización se encarga Mauricio o Elena, esto continúa hasta el mes
de marzo.
UNIDAD DOMÉSTICA MADURA
El varón de 55 años de edad responde al nombre de Juan, la mujer Ancelma tiene 46 años y
tienen cinco hijos: el hijo mayor es Leonardo de 19 años de edad, le sigue Maribel de 17
años, Ruth de 15, Edgar de 12 e Ismael de 8 años de edad.

La unidad doméstica es sayañero de segunda generación, el varón heredó la sayaña de sus


padres, reemplazó al sayañero titular en la lista del sindicato agrario, aunque solo heredó
parte de la sayaña. En el Valle accedió a más o menos 4500 m2, donde cultiva durazno,
aproximadamente alcanza a 120 plantas, además de tomate, arveja y, en algunos años, algo
de papa, maíz y haba destinados mayormente al mercado.

En la sayaña de Cabecera de Valle el varón heredó aproximadamente 2500 m2 (cuarta

46Iraya: envió de quintales o cargas de productos agrícolas a algún familiar o un comunario, con el fin que se lo
venda junto con sus productos, al volver se lo entregan el dinero vendido, de estos algunos no familiares se bajan
plata entre 10 a 30bs por cada unidad de quintal o carga, casi similares que se bajan las qhathira o vendedoras
intermediarias en Calle 6 de ciudad de El Alto. Pero muchos familiares casi no se bajan plata por venta de las irayas,
más bien suelen entregar el total de la venta al dueño. Entre los familiares se hacen iraya en la comercialización de
productos agrícolas, por eso casi no se cobran, mas bien hacen ayni en la comercialización de productos.
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hectárea), y la mujer heredó una parcela de 500m2, en ellas cultivan papa milli, maíz, algo de
cebada, trigo y haba. Una parcela de Qullpa de la aynoqa de Tusuta, con una extensión
aproximada de 1500m2, cuenta con riego secundario, en ella cultivan de manera intercalada
un año papa milli y el segundo maíz y como perenne alfa alfas en los lugares pendientes. En
las 8 aynoqas tienen de 1 a 3 parcelas, en ellas el ciclo productivo es a secano. En ganado
tienen 40 ovinos, 4 toros, 2 animales de carga (mula y burro), 4 chanchos y 6 gallinas.

A principios del mes de abril se encuentran en la residencia del Valle, primero almacigando
el tomate en los márgenes del rio Atoroma, actividad a cargo de Juan. Como algunas partes
de la acequia fueron afectadas durante la época de la lluvia, los agricultores de la zona
convocan a los demás para realizar trabajos en la acequia, el trabajo dura de 2 a 14 días,
dependiendo de los destrozos por la lluvia el canal de riego. A dicha actividad acude
Leonardo. Sus hermanas Maribel y Ruth se van al colegio de Azambo de lunes a viernes,
sólo los fines de semana ayudan a sus padres; de lunes a viernes Edgar e Ismael asisten a la
escuela de K’ara, en la tarde ayudan en algunas tareas domésticas y algunas actividades
agropecuarias, los fines de semana ayudan todo el día en las actividades agropecuarias.
Cuando la unidad doméstica se traslada a Cabecera de Valle llevan a todos sus animales,
Edgar e Ismael ayudan a trasladar los animales. Ancelma se dedica a pastear ovinos,
mientras los toros y chanchos son cuidados por Edgar e Ismael, Juan va a roturar tierra en la
aynoqa para cultivo de papa a secano, con mucho esfuerzo logra roturar con pico como una
parcela o algo más, esto para asegurar el autoconsumo; si termina rápido el trabajo en la
acequia, Leonardo se incorpora al trabajo ayudando a su padre. En el mismo mes de abril es
la cosecha de papa en las aynoqas, luego oca, de la actividad se encargan Juan, Leonardo, y
los fines de semana ayudan Edgar, Maribel, Ruth y Ancelma mientras Ismael pastea las
ovejas. Las actividades en las aynoqas se concluyen hasta fin de Abril, los cultivos de la UD
alcanza a un parcela. Del riego del almacigo de tomate se ocupan Maribel y Ruth, al bajar y
subir por Valle de K’ara en el trayecto entre la estancia de K’ara y el colegio de Azambo de
Luribay.
A principios de mayo Juan y Leonardo se trasladan al Valle para riego de la parcela para el
cultivo de tomate y arveja; a tempranas horas Leonardo va a la boca toma del rio Atoroma a
dirigir el agua por la acequia hasta la parcela, el padre está esperando en la parcela para
distribuirla con la ayuda de Leonardo. El rondar por la acequia está a cargo de Leonardo, a la
conclusión irán a Cabecera de Valle por tres días a segar maíz, cebada y haba, las actividades
avanzan un poco más rápido con la ayuda de los hijos menores.

Después bajan al Valle a roturar la tierra con yunta. Muy temprano Leonardo y Juan van con
la yunta de toro y a los animales de carga, en los lomos amarran algunos productos agrícolas
como papa, chuñu y herramientas, Juan rotura con yunta, Leonardo realiza el desmenuzado
de tierra, después de concluir la roturación de tierra Juan también realiza el desmenuzado de
tierra, con las faenas y continúan el día con el desminuzado de tierra Juan y Leonardo, luego
Juan realiza el barbecho. Después se realiza el trasplante de tomate, sacan los plantines del
almácigo, luego en la faena Juan empiezan hacer surcos con pico y Leonardo va
trasplantando en los surcos, Leonardo se encargará de regar el cultivo. En la siembra de
arveja, Juan surquea con yunta, Maribel se encarga de poner la semilla y Leonardo se ocupa
de arreglar los surcos con pico.

Juan y Leonardo se trasladan a Cabecera de Valle con la yunta de toros y los animales de
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carga, donde concluyen el segado de maíz, cebada y haba. Luego se dedican al tunqu qilli los
fines de semana con la ayuda de los hijos que están en el colegio y en la escuela. Luego Juan
y Leonardo se dedican a hacer la ira, para desgranar la cebada y haba, el triturado de cebada
con animales de carga se encarga Leonardo, mientras Juan ayuda amontonar los restos de
cebada que rebalsan de la ira. Después el producto es venteado para su almacenado en el
domicilio. Juan y Leonardo continúan con el desgranado de haba en la ira, se golpea con
palo, cuando está triturado es venteado y almacenado. En medio de la cosecha de maíz,
cebada y haba, Leonardo sube al Valle para regar los cultivos de tomate y arveja y fumigar el
tomate.

Desde el 24 de junio empieza la mit’a de riego en Cabecera de Valle, Juan se encarga de


recibir la mit’a de riego; cuando concluye el anterior, una vez vaciado el agua del estanque,
Juan tapa el estanque entre las 5 y 6 de la tarde, desvía el agua de la vertiente al estanque para
que lo llene durante la noche. Al día siguiente, a tempranas horas, Juan destapa el estanque y
conduce el agua por la acequia hasta la parcela, donde Leonardo espera para distribuir el
agua. Mientras Juan se queda en la parcela, Leonardo va a rondar por la acequia y por el
estanque, sacando hojas y arbustos que perjudican el paso del agua. En la tarde, cuando se
termina el agua nuevamente Juan tapa el estanque para que se llene de agua. Al día siguiente
sigue la misma rutina, temprano por la mañana Juan destapa el estanque y empieza el
proceso de riego. Después Leonardo y Juan bajan al Valle a regar el tomate y la arveja, a los
tres días se realiza el roturado de tierra con yunta; para amarrar los toros al yugo la mujer
agarra el ganado o agarra el yugo, el varón va roturando la tierra. Luego de concluir el
roturado de riega en parcela y el otro va de ronda por la parcela.

Leonardo y Juan vuelven a subir a Cabecera de Valle a roturar la tierra. Juan se ocupa del
roturado de la tierra con yunta, Leonardo ayuda en amarrar los toros al yugo, de ahí se dedica
desmenuzar la tierra con la lastra. Al concluir el desmenuzado de tierra con la lastra,
Juan y Leonardo continúan el desmenuzado de tierra con pico, buscan algún terrón que se
escapó de la lastara.

Después, a principios de mes de agosto, Leonardo se traslada al Valle para regar los
duraznos, si es fin de semana su hermana Maribel o Ruth ayudara en esta actividad, si es a
media semana Juan bajará de Cabecera de Valle; uno de ellos se ocupa de distribuir el agua
en la huerta y el otro va a rondar por la acequia. Hasta el chonteo harán algún nuevo
trasplante de durazno, también podrán realizar algún injerto en una o dos plantas, después
roturarán la huerta de durazno de esta actividad se encargan Juan y Leonardo.

En la Cabecera de Valle se preparan para la siembra de papa milli, primero realizan el


barbecho de tierra con yunta. Leonardo ayuda a Juan a amarrar los toros, luego Juan se ocupa
de barbechar con yunta, y Leonardo se ocupa en acopiar guano en el corral de ovinos; al día
siguiente Leonardo y Juan trasladan el guano del corral al barbechado en carretilla. La
siembra es programada para un fin de semana, Juan se ocupa de surquear con yunta,
Ancelma pone la semilla en los surcos, Leonardo pone el guano, Ruth pone urea, Maribel
suele arreglar algunas partes del surco. Ismael se ocupa de pastear el ganado ovino. Esta es
una forma ideal de organización de mano de obra para siembra de papa milli. Cuando llega la
segunda mit’a de riego para la siembra de maíz, la organización de mano de obra es similar a
la siembra de papa milli; empieza con el riego, roturado de tierra y el desmenuzado de tierra.

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Juan y Leonardo se trasladan al Valle a regar el cultivo de arveja, uno de ellos se encarga de
la distribución de agua y, el otro ronda la acequia. Después, continúan regando el tomate,
pasando unos días viene el aporque y abonado, actividad realizada por Juan y Leonardo, del
fumigado con agroquímicos se encarga Leonardo. En el segundo riego de la huerta de
durazno, la organización de mano de obra es similar al primer riego. Del fumigado de plantas
de durazno se encarga Leonardo.

Una vez que las arvejas comienzan a madurar la cosecha se realiza poco a poco, actividad de
la que se ocupan Leonardo, Maribel, Ruth y, a veces, Juan. La comercialización estará a
cargo de Leonardo o Juan. El cultivo es asechado por los pájaros; del espantado se encargan
los hijos menores los fin de semanas, y los días ordinarios se encarga Leonardo o Juan.

La siembra de maíz se la realiza en el mes de agosto, primero Mauricio se encarga de


barbechar el terreno, en la siembra Juan surquea con yunta, Ancelma o Maribel se encarga de
poner la semilla, Leonardo se ocupa de arreglar los surcos con pico. Se encargan Leonardo y
Juan de mit’a de riego en Cabecera de Valle para el cultivo de papa, además uno de los
hermanos menores tendrá que ayudar; mientras dos están regando el cultivo, uno va a rondar
por la acequia. Del riego de tomate y durazno se encargan Juan y Leonardo, uno ronda la
acequia y el otro riega el cultivo. Luego Leonardo y Juan completan la recolección de arveja,
uno de los dos se encargará de la comercialización. Después se trasladan a la Cabecera de
Valle a aporcar el cultivo de papa milli, actividad realizada por Leonardo o Juan con la ayuda
de Ancelma, y, a veces, de Maribel o Ruth. Una vez concluido el aporque, Leonardo y Juan
bajan al Valle para recolectar arveja, si es fin de semana tendrán la ayuda de Maribel y Ruth.
La comercialización es tarea de Leonardo o
Juan. El riego de tomate continúa, de ello puede encargarse Leonardo o Juan, asimismo del
fumigado se encarga uno de los dos. Lo mismo sucede con el riego de durazno del que se
encarga Leonardo y Juan, del fumigado con agroquímicos se encarga Leonardo.

En la Cabecera de Valle continúan con el riego a la papa, actividad a cargo de Juan con ayuda
de Edgar o alguna de las hermanas, el fumigado al cultivo de papa se lo hace con folidol y
Juan es el encargado. En el Valle se tiene que espantar los pájaros que rondan por el tomate,
de lunes a viernes se encarga Leonardo, los fines de semana se encarga Maribel o Ruth. El
riego al durazno es como en el anterior caso. Si el tomate ha madurado, Leonardo y Juan se
ocupan de la recolección, el fin de semana cuentan con la ayuda de Maribel, Ruth y Edgar.
Leonardo se encargará de la comercialización de tomate.

A principios de diciembre en la Cabecera de Valle se realiza el aporque de maíz, de la


actividad se encargan Juan, Ancelma y los hermanos menores Maribel, Ruth, Edgar. A
mediados del mes de diciembre se hace la cosecha de papa, de la actividad se encarga Juan,
Ancelma, Maribel, Ruth, Edgar; la selección de papa estará a cargo de Juan y Ancelma así
como la comercialización. A principios del mes de enero, Juan se encarga de la siembra de
cebada con yunta, mientras él hace los surcos, Ancelma se ocupa de derramar la semilla de
cebada. Para la siembra de haba, primero se hace el roturado de tierra con yunta y Juan es el
encargado, el surqueado también lo hará Juan y Ancelma pone la semilla. En el Valle
Leonardo está regando el durazno y, además, se encarga de espantar los pájaros de los
árboles de durazno. Luego se prepara la parcela para sembrar arveja, primero se riega la
parcela actividad a cargo de Juan y Leonardo. El roturado de tierra con yunta lo hará

113
Leonardo con la ayuda de Juan, acto seguido se hace la siembra; del surqueado se encarga
Juan, Ancelma pone la semilla, Leonardo se ocupa en arreglar los surcos con pico.

Para el 2 de febrero o fiesta patronal de Candelaria el durazno empieza a madurar poco a


poco, recolectan Juan, Leonardo, Ancelma, Maribel, Ruth y Edgar. Ismael se ocupa de
pastear las ovejas. Juan y Leonardo se encargan del traslado de las cargas de durazno a la
carretera. La comercialización está a cargo de Maribel o Leonardo.

UNIDAD DOMÉSTICA DECADENTE


La unidad doméstica está conformada por una pareja de la tercera edad, el varón es Nicolás
que tiene 65 años de edad y la mujer, Zuela, tiene 60 años, corresponde a categoría de
sayañeros. Los hijos han migrado a la ciudad de La Paz y al Brasil.

Las extensiones aproximadas de las parcelas que corresponden a la sayaña asociada, en el


Valle alcanza a una extensión de 4000 m2, en la Cabecera de Valle las sayañas tienen una
extensión aproximada de 5000 m2; una parcela en la aynoqa de Tusuta cuenta con riego
secundario es aprovechada con cultivo intensivo, en las 8 aynoqas existen dos o tres parcelas
para el cultivo a secano, por falta de mano de obra han sido abandonadas.

La unidad doméstica se ha dedicado a cultivar las parcelas bajo riego en el Valle, son cultivos
anuales de papa, milli, maíz, arveja y unos 20 árboles de durazno. En la Cabecera de Valle
tienen cultivos de papa milli, maíz y, algunos años, cebada y haba. En la actualidad su ganado
ovino consta de 5 cabezas, que son amarrados en los pastizales, es aprovechado para
autoconsumo, además de dos toros, una mula y animales de corral, dos chanchos y tres
gallinas.

A principios del mes de abril se encuentran en su residencia del Valle. Empieza el trabajo de
la acequia que sufrió destrozos por la lluvia, esto dura una semana o más. La unidad
doméstica prepara la tierra para siembra de papa milli, primero se riega la parcela, de la
distribución del agua se encarga Nicolás mientras Zuela va a rondar por la acequia. Después
de tres días se realiza el roturado de tierra con yunta, se encarga Nicolás con la ayuda de su
esposa Zuela; al día siguiente hace faena Nicolas, continuando todo el día entre Nicolas y
Zuela se ocupan del desmenuzado de tierra con pico extrayendo los ch’ijis de la tierra. Luego
viene la siembra de papa milli, Nicolás se encarga de surqueo con yunta y Zuela se encarga
en poner la semilla de papa. La sobrina Maritza viene con su esposo de yanapa a sus tíos,
mientras su esposo Mario pone el abono natural la sobrina Maritza pone el abono químico.
La sobrina Maritza y el Mario ayudan como yanapa sin remuneración directa, son yanapa
porque ellos usufructúan una parcela de su tío Nicolas bajo riego secundario en la aynoqa
Qantutani, además aprovechan el forraje de algunas parcelas de Cabecera de Valle, en
particular durante la época de sequedad cuando escasea el forraje para ganado vacuno.

Después Nicolás arrea los dos toros a Cabecera de Valle, volviendo al día siguiente, con
Zuela trasladan las gallinas a lomo del animal de carga y arrean los chanchos y ovejas hasta el
otro nivel ecológico. Nicolás y Zuela se dedican a segar maíz, cebada, y haba, luego sacan las
mazorcas de maíz; mientras Zuela se dedica a secar el maíz, Nicolás hace la ira, donde
trillaran las espigas de cebada con la mula. Zuela se dedica a subir con jurkiti los restos de
cebada que rebalsan de la ira, después ventean los granos y finalmente lo almacenan en la
114
casa. Lo mismo se hace con las habas, las vainas se golpean con un palo, se ventea y luego se
almacena en el domicilio.

A principios del mes de mayo, esta pareja baja con todos sus animales a Valle para regar el
cultivo de papa milli, mientras uno riega el otro ronda por la acequia. Al día siguiente
aprovechan el riego para sembrar arveja. La organización del trabajo es el mismo, uno riega y
otro ronda por la acequia. Nicolás se encarga del roturado de tierra con yunta, Zuela ayuda a
amarrar los toros al yugo, después ella se dedica a desmenuzar la tierra; al día siguiente
ambos se dedican a desmenuzar la tierra con pico. El barbechado con yunta lo hace Nicolás
con la ayuda de Zuela, en la siembra él surquea con yunta y ella pone la semilla en los surcos.
Unos días después del segundo riego de papa milli, la pareja se dedica a aporcar, luego la
pareja se traslada a la Cabecera de Valle con todos sus animales, para esperar el turno de
riego del sindicato agrario que empieza el 24 de junio. El roturado de tierra está a cargo de
Nicolás con la ayuda de Zuela, después ella se queda desmenuzando la tierra; al día siguiente
Nicolás realiza el desmenuzado de tierra con lastra, por unos días más seguirán
desmenuzando alguno que otro terrón de tierra que se escapó a la lastra. Luego bajan al valle
para el riego de papa y de arveja, preparan la tierra para la siembra de una segunda partida de
papa, la preparación de tierra y la siembra es similar a la primera partida de papa.
La pareja sube a Cabecera de Valle para la siembra de papa milli, Nicolás se encarga primero
del barbecho con yunta; la organización para la siembra consiste en que Nicolás surquea con
yunta y Zuela pone las semillas a los surcos, ayudan sus yanapas Mario pone guano y
Maritza pone urea; si doña Zuela se cansa en poner la semilla, Maritza suele reemplazarla.

En mes de agosto cuando llega la mit’a de riego para siembra de maíz, la organización del
trabajo en riego es la misma que de la papa, y también el desmenuzado de la tierra. De ahí se
trasladan al Valle para regar el cultivo de arveja, Nicolás se encarga del riego y Zuela se
dedica a rondar la acequia. Continúan con el riego de durazno y la organización es similar a
la anterior. A mediados del mes de agosto Nicolás y Zuela se dedican a la cosecha de papa
milli; asimismo Nicolás lleva algo de la producción al mercado. Luego se dedican a regar la
arveja y continúan con el riego a la segunda partida de papa milli, Nicolás se encarga del
riego y Zuela se encarga de rondar la acequia. También se encargan del riego de durazno,
además se realiza la fumigación del durazno contra los pulgones, en mes de septiembre de
esta actividad se encarga Nicolás. Nuevamente se trasladan a Cabecera de Valle con todos
sus animales para el barbecho de tierra con yunta, actividad a cargo de Nicolás; del surqueo
con yunta para la siembra se encarga Nicolás y Zuela pone la semilla. En mes de septiembre,
continúan con el riego al cultivo de papa milli, la distribución de agua se encarga Nicolás y
Zuela rondará por la acequia, se aplicaran dos turnos de riego.

Retornan al Valle para regar la arveja y la papa, mientras Nicolás distribuye el agua en los
cultivos, Zuela se ocupa de rondar la acequia. Luego viene el aporque a la papa, ambos se
encargan del trabajo. En mes de septiembre empieza a madurar la arveja, Zuela se encarga de
espantar los pájaros y a medida que va madurando ambos van recogiendo las arvejas. La
comercialización está a cargo de Nicolás, para lo cual hará por lo menos tres viajes.

Nuevamente se trasladan a Cabecera de Valle para regar la papa, a principios de noviembre,


Nicolás se encarga del riego y Zuela va rondando por la acequia. A fines del mes de
noviembre se trasladan al Valle para la cosecha de la segunda partida de papa milli, la

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actividad es realizada por la pareja. Nicolás hará la comercialización. Continúan con el riego
al durazno como en las anteriores etapas. Luego se trasladan a Cabecera de Valle para el
aporque del maíz, actividad realiza por la pareja. La cosecha de papa milli en la Cabecera de
Valle implica a la pareja, la comercialización estará a cargo de Nicolás. Retornan al Valle
para regar el durazno, la organización es como la anterior; asimismo siembran trigo, a fines
de mes de diciembre, en la parcela donde han cosechado la segunda partida de papa milli, el
manejo de la yunta está a cargo de Nicolás y Zuela va derramando puñados de semilla de
trigo.

La pareja se traslada a Cabecera de Valle para sembrar cebada, a principios de mes de enero,
Nicolás se encarga de la yunta y Zuela derrama los puñados de semilla. Luego pasan a arar la
tierra para sembrar haba, Nicolás se dedica a roturar la tierra con yunta, realizan el
desmenuzado con la lastra, en la siembra el varón se dedica surquear y la mujer pone la
semilla en los surcos.
Bajarán al Valle para regar el durazno, a mediados de mes de enero, la organización del riego
es como en los casos anteriores. Después Zuela se dedica a espantar los pájaros de la huerta
de durazno. A finales de enero Nicolás se encarga del aporque de maíz. Cuando empieza a
madurar el durazno, la recolección es poco a poco, mandaran las cargas de durazno con la
sobrina Maritza para que se lo venda en el tambo de ciudad de La Paz, la comercialización es
como yanapa por la Maritza, pero en algunos casos le pagan por carga de durazno vendido de
20 a 30bs.

Las tres unidades domésticas, tienen sus propias peculiaridades de distribuirse las tareas por
edad. En primer caso, la unidad doméstica establecida, los jefes del hogar son jóvenes en
relación a los otros dos unidades domésticas, pero en muchas casos son autosuficientes en
mano de obra las unidad doméstica, pero algunas actividades requieren mano de obra extra
unidad doméstica, que generalmente recurren al mink’a, y ayni mayormente con familiares y
a veces con los no familiares.

El segundo caso, la unidad doméstica madura, los mismos miembros pueden afrontar solas
casi en todas las actividades agrícolas, pero cuando los hijos se van al colegio tienen
problemas de mano de obra, de ahí en algunos casos el Leonardo hace ayni o se mink’an.

El tercer caso, la unidad doméstica decadente, solo está reducida a la pareja de tercera edad,
por falta de mano de obra venden el hato de ganado ovino, además, tienen muchos problemas
de mano de obra de mantener los cultivos, de ahí recurren a contratar mink’as, pero en
muchos casos acuden a yanapa de la sobrina, a cambio cediendo una parcela en la aynoqa de
Qantutani con riego secundario, de ahí la sobrina y su mardido están casi obligados a ayudar
como yanapa al tío, además una extra más ceden el tío algunos pastizales en época de
sequedad en las parcelas secundarios de la estancia. La pareja de tercera edad con ceder la
parcela y algunos pastizales a la sobrina aseguran mano de obra, como no hay muchos
jóvenes en K’ara es muy escasa contratar mink’a, los pocos jóvenes existentes están
ocupados trabajando sus cultivos.

CRISIS DE MANO DE OBRA DE LAS UD


Las unidades domésticas maduras llegan a cubrir los trabajos agropecuarios, tal es el caso en
Chari Provincia Bautista Saavedra, donde “La unidad doméstica campesina solo puede
116
cumplir plenamente con la división de trabajo (...) en sus épocas de “madurez”, es decir,
desde cuando los primeros hijos llegan a edad productiva” (Spedding y Llanos, 1999: 133).
Sin embargo en K’ara, hasta las unidades domésticas maduras no pueden cubrir las
actividades agropecuarias en los tres niveles ecológicos, solo cubren plenamente en Valle y
Cabecera de Valle y tienen que abandonar las aynoqas, en ellas solo en algunos años se
cultiva algo de papa. Cuando los hijos/as empiezan a independizarse, formando nuevas UD,
la primera UD queda como familia nuclear desnudada, entonces la pareja adulta tiende a
reducir sus cultivos por falta de mano de obra; primero abandona totalmente las aynoqas y
reduce algunos cultivos secundarios en la Cabecera de Valle. Se concentra más en los
cultivos del Valle, produciendo los cultivos anuales y reduciendo los cultivos perennes; la
producción se destina para autoconsumo y algo para el mercado. Aunque a veces los hijos
ayudan a sus padres, no es suficiente, ellos también tienen que ocuparse de sus propios
cultivos perennes y anuales.

En caso de viudez, la muerte de algún cónyuge, eso genera percances a las UD y afecta
directamente a la producción agrícola y pecuaria. Si la mujer se queda con niños pequeños,
tendrá que contratar jornaleros para el roturado de tierra, el surqueado con yunta, chonteos y
plantación de frutas; si tiene hijos adolescentes, ellos pueden suplir los trabajos exclusivos de
los varones. La producción pecuaria es mantenida por la viuda en hatos de ovinos, en K’ara,
suelen vender la yunta de toros y solo crían vacas y burros.

En el caso de que el varón quede viudo, en la comunidad de K’ara la falta de mujer puede ser
suplida temporalmente por algún familiar como la madre o la hermana, cuando son
actividades agrícolas como poner la semilla de papa, oca o maíz; lo crítico resulta en las
actividades domésticas como la cocina, el varón no siempre cocina como una mujer, algunas
veces la comida no es del agrado ni de ellos ni de los hijos, algunos viudos suelen comentar
“no puedo comer lo que cocino”. En la producción pecuaria, si tenía un hato de ganado
ovino, se hará cargo algún familiar como la madre o la hermana, ellas le ayudan con los hijos
pequeños pero mayormente venderán el ganado poco a poco por falta de mano de obra, sólo
mantienen su yunta de toros, una mula, un burro y los animales de corral, chancho y gallinas.

En Chari, Spedding y Llanos (1999) destacan que existe solteronas, mientras en K’ara
existen tres solterones y no hay solteronas. Los solterones son del grupo de los sayañeros,
ellos se dedican más a producir en nivel Valle y en Cabecera de Valle con el riego del
sindicato agrario, ellos no siembran en las aynoqas. La falta de mano de obra femenina en las
actividades agrícolas como poner la semilla en la siembra de papa y maíz, es suplida como
yanapas por las sobrinas o las esposas de los sobrinos, a cambio ellas usufructúan algunas
parcelas secundarias de las sayañas en la Cabecera de Valle y las aynoqas bajo riego y a
secano, también ayudan con alguna esperanza de heredar las tierras del tío.

MANO DE OBRA: FORMAS DE CONTRATACIÓN Y REMUNERACION


En la economía campesina, la base es la mano de obra de la misma UD, es el primer recurso
de la comunidad de K’ara en las actividades de los cultivos perennes y anuales. Las UD no
siempre son auto suficiente en mano de obra, a veces requieren mano de obra extra para las
actividades de chonteo de las huertas de viña y durazno, en la siembra y cosecha de papa
milli, maíz. En K’ara hay cuatro formas de intercambio de mano de obra:

117
• ayni, intercambio de trabajo entre las UD.
• mink’a, intercambio de trabajo por producto o por dinero.
• yanapa, ayuda por usufructo de algunas parcelas de los familiares consanguíneos, y
• Faena, ayuda momentáneo en los trabajos agrícolas.

El ayni se practica generalmente entre familiares consanguíneos, políticos y rituales, solo en


casos excepcionales se practica entre no familiares. En la década de los 80 practicaban el ayni
entre los dueños de viñas familiares y no familiares, los varones en el chonteo y las mujeres
en la cocina. Por otro lado, en el aporque de maíz se practicaba ayni casi entre todas las UD
en Cabecera de Valle, el aporque se realiza con las primeras lluvias en octubre o noviembre,
esto para neutralizar el brote de las yerbas malas.

El ayni entre los dueños de las huertas de viña ya no se practica en la actualidad (2011), los
chonteos de viña dejaron de existir, son pocos los que tienen huerta de viñas. En la actualidad
el ayni es practicado solamente entre familias por falta de mano de obra, en las actividades de
siembra de papa milli en Cabecera de Valle y en Valle. Pero con mas frecuencia se practica el
ayni en el pastoreo de ganado ovino entre las mujeres, juntan dos rebaños en uno solo. El ayni
puede durar semanas alternadamente en épocas de mayor actividad agrícola, mientras que en
épocas de poca actividad agrícola generalmente cada dueña pastea sus ovejas
individualmente.

El ayni no es equivalente en distintas actividades agropecuarias, como el chonteo de viñas,


cuando existían más chonteadores, se descansaba a las cuatro de la tarde; en otros casos,
cuando había pocos chonteadores, a veces se alargaba hasta las seis de la tarde o más, el
intercambio era desigual entre los dos dueños. La práctica de ayni entre los dueños de las
huertas de viña y la mink’a de las personas de Cabecera de Valle, es para realizar de una sola
vez el trabajo de chonteo, el chonteo de viña tiene que realizarse con el primer riego de la
huerta, es decir, si o si tiene que ser chonteada en uno no más, no se puede hacer por partes.
Por otro lado, en el pastoreo de ganado ovino, los hatos de ovejas nunca son del mismo
número; entre las que practican ayni, por ejemplo, una puede tener 30 cabezas, y la otra 50
cabezas, cuando el rebaño es numeroso se pasa más tiempo en reunirlos cuando se dispersan,
si están cerca a los cultivos más se tiene que corretear para que no entren a los cultivos. El
ayni es por tiempo de dos semanas, no se toma en cuenta el número de ganado. En el ayni del
pastoreo de ovejas, cada quien se lleva la comida para medio día, no se le da la comida.
Mientras en las actividades agrícolas generalmente el dueño hace merendar a sus aynis a
medio día.

En cuanto a la mink’a, antes de la década del 80, se remuneraba mayormente en especie, por
ejemplo en la cosecha de papa, por un jornal se les daba una canasta de papa, la canasta
contenía de media a una arroba, la paga era la misma para el varón y la mujer. En la cosecha
de uva, por jornal se pagaba una canasta casi llena, algo menos de una arroba; en la cosecha
de maíz generalmente se pagaba en mazorcas de maíz, después de hacer secar solían
desgranar las mazorcas de maíz, llegando a pesar aproximadamente algo menos de media
arroba.

Desde principios de la década de 1990 hasta la actualidad, las remuneraciones por jornada de
trabajo son mayormente en dinero; el jornal de los varones en la roturación de tierra con pico
118
y con yunta, surqueado para la siembra de maíz y arveja, tiene una remuneración de 40bs
(2011). Mientras para las mujeres por las actividades de poner la semilla de papa, maíz y de
otras actividades su remuneración es de 35bs. En las cosecha de papa se les paga mayormente
con producto, como una canasta casi equivalente a una arroba, algunos pagan como a 35 a
40bs, el jornal es igual para mujer y varón. Mientras en la recolección de arveja y tomate esta
entre 35 a 40bs., por jornal de varones y mujeres. En la comunidad de K’ara los jornaleros
son los que tienen tierras reducidas y jóvenes solteros/as que van a trabajar para tener algo de
dinero para ir de paseo a las ferias locales. Por el pastoreo del ganado ovino, entre 30 a 50
cabezas, suelen pagar de un mes un corderito de un año, los que pastean como mink’as
generalmente son las mujeres jóvenes o casadas que tienen como 10 cabezas de oveja y
quieren incrementar sus rebaños, también hacen dormir en sus propios corrales donde es
aprovechada el guano del ganado del mes.

En K’ara, para los chonteos en la década de 1980, la gente de Cabecera de Valle sin acceso a
las sayañas del Valle, bajaban a las viñas del Valle; a ellos los dueños de las viñas no les
remuneraban, más bien solían decir “por comida estarán viniendo'’". Obviamente les
atendían con una buena comida y k’usa en relación a otras actividades, a medio día el
almuerzo era dos platos de sopa y un plato especial que consistía en watia de papa, oca, un
trozo de asado de cordero, un pan de trigo y en medio en un aguayo se colocaban mote o
chuño, para que todos coman hasta hartarse. Al finalizar el chonteo se les daba cena,
consistente en un plato de sopa y un segundo plato de arroz, papa, chuño y guiso, e
igualmente tendían en medio un aguayo con mote o chuño, después venía la
desconcentración; pero algunos dueños solían ofrecer bebidas alcohólicas. Esto tal vez se
asemejaría con waqi, en referencia de la practica en ayllu Qurqa en el departamento de
Potosí, el waqi es una práctica propia de la siembra y se caracteriza por el convite de la
comida a todos quienes participan en la siembra ya sea de una forma o de otra, como muestra
de agradecimiento a miembros de la comunidad y presagio de la abundancia, en Qurqa se
designa a un alcalde con un chicote, tiene la función de dirigir la actividad y algunos que no
están respondiendo con el trabajo es castigado de manera burlesca, pero muchas veces,
cuando toman bebidas alcohólicas suelen chicotear de verdad (ver CDC Causananchispaj,
2005). Esto es sin retribución en especie ni en dinero, solo se atiende con comida y bebidas
alcohólicas a los jornaleros.

También se puede contrastar con la faena que se realiza en los Yungas de La Paz; “Es un
trabajo festivo. Además de pagarles el jornal o devolverles el ayni a los participantes, se les
convida un pan especial grande y una botella mediana de “papaya” (gaseosa). Esta sería la
faena mínima en una cosecha regular de coca, pero si es una faena especial puede servir
“trago” (alcohol de caña preparado con refresco), cerveza y comida durante el día o más tarde
en la casa, amén de coca y cigarros durante todo el día y en la noche. Se acostumbra a hacer
faena para jinchuchar wawa coca; en este caso, aparte de los demás regalos indicados, se
debe servir un vaso de vino blanco con galletas y un trozo de queso a cada k’ichiri, al medio
día. En una faena para plantar coca o en una faena de zanjeo, es obligatorio ofrecer una cena
especial (generalmente sajta de pollo) a los trabajadores” (Spedding, 2005; 141).

En comunidad K’ara se denomina faena al trabajo tempranero de uno a tres horas 6:00 a
9:00am, la actividad típica de la faena era azufriado a polvo, se aplicaba a las plantas de uva
con brisas a tempranas horas de mañana antes que llegue evapore las brisas de uvas los rayos
119
solares. En la actualidad se practica faena en chonteo de huertas de durazno, desmenuzado de
tierra, cosecha de durazno, tomate, arveja, papa y otras. La faena es para aprovechar a lo
máximo la mano de obra, y al mismo apurar el trabajo agrícola, se extendería la jornada de
trabajo, de 6:00am a 6:00pm, con descanso de una hora a horas 9:00 de la manaña, este para
almorzar una comida cotidiana dos platos de sopa y muchos casos acompañado de mote y su
llajwa de ulupika, otro descanso es a horas 13:00 con una hora para merendar, hay descansos
de cuarta hora en la media tarde denominado akulli, en algunos casos p’ixchan coca, otros
solo hacen un descanso. La faena hacen entre los miembros de la misma unidad doméstica,
pero sabe haber algunos familiares que suelen ir a ayudar como yanapa en los trabajos
apremiantes, pero las personas no familiares suelen ayudar como de modo de ir a visitar a las
viviendas, luego quedan hacer faena, por el trabajo algunos dueños como en las cosechas
suelen darles a los trabajadores algo de producto de la misma cosecha como unas 2 libras de
arveja, tomate, y otros, el que recibe no tiene que tener el mismo producto, por ejemplo no
invitan arveja, a la persona que tienen arveja en plena maduración, sino solo le dan las
gracias, pero a todos invitan almuerzo tanto los que han recibido regalo como los que no han
recibido productos. Pero las personas que se hacen ayudar en las faenas, como en los
chonteos de huerta de durazno, cuando madura los productos en ese momento regalan algo
de durazno a los que han trabajado en faena, y a otros pueden retribuir con otros productos,
que tienen escasez de algunas verduras, el que ayudó en la faena va diciendo véndeme ese
producto, después pregunta cuánto te debo, después suelen responder deja nomas así nomás
llévate, el que entrega producto está conciente que ayudo con la faena, por eso le da como un
regalo, pero en el fondo está pagando de las faenas, aunque no se mencione. Los trabajos de
las faenas son una inversión que en algún momento se retribuye de alguna manera, en los
momentos de necesidad puede salvar, también puede ser retribuido con préstamo de animales
de carga, la yunta de toro para las actividades agrícolas. Finalmente algunos pueden devolver
con la faena misma. Las faenas se realizan en las parcelas o cultivos que están cerca de las
viviendas, en las sayañas del Valle y Cabecera de Valle. Mientras en los cultivos alejados
casi no se trabaja con faena.

La gente de K’ara esta socializado a ayudar en los trabajos de las unidades domésticas,
cuando una persona solo mira trabajar y no ayuda, es mal visto por los comunarios, por lo
menos debe ayudar aunque un momento, a un individuo que ayuda se le dice trabajador, y el
que no ayuda es visto como flojo. Al trabajador se le atribuye un prestigio positivo en la
comunidad, suelen decir ese hombre o mujer es trabajadora, siempre tendrá comida no
morirá de hambre.

La única forma de trabajo festivo en K’ara eran los chonteos de viña, que acabaron con la
aparición de la filoxera. El chonteo de viña había sido un fenómeno post 1953, antes de eso
los comunarios /colonos no tenían viña, los chonteos en la hacienda eran festivos. Se puede
corroborar las historias de los chonteos de viña eran relatadas por personas mayores (ex
colonos), de huerta de viña de patrón Rivera en la de Pueblo, chonteo de viña de patrón
Condori de hacienda de Uyupampa y de otras haciendas de Valle de Luribay, las historias
fascinantes de estos chonteos de viña eran amenas para los jóvenes. Casi la misma practica
han retomado en la década de 80 y parte de 90, la gente se reunía para los chonteos de viña,
los dueños de las huertas trataban de evitar que venga mucha gente, esto le generaba gastos
en la atención de comida y bebidas, una de las estrategias asumidas era la desinformación del
día de chonteo, es decir, dar un día diferente del día de chonteo puede ser adelantada o
120
retrasado, pero casi siempre se filtraba la información del día preciso del chonteo por los
familiares de un determinado dueño.
El sistema productivo de cultivos anuales y perennes de K’ara, contrasta con producción de
coca y otros en los Yungas de Chulumani, los dos son sistemas productivos muy diferentes,
pero tienen en común la ocupación casi permanente de mano de obra. En K’ara existe un bajo
nivel de socialización del trabajo, casi no se recluta más de 4 personas para el trabajo de un
día, en diferentes actividades agrícolas. Mientras en Chulumani en los Yungas existe alto
nivel de socialización de trabajo en la cosecha de coca, se puede reclutar de 14 a 18 personas
o más, además ahí hay mayor participación de las mujeres, con eso posecionan socialmente.
Mientras en K’ara las principales actividades de las mujeres son el trabajo doméstico y
cuidado de ganado ovino y animales de corral. No obstante pueden participar en las
actividades agrícolas pero son desplazados por los varones a un segundo plano. Las
actividades de las mujeres no son valorados por el machismo de los varones y por fuerza
física, aunque las mujeres tranquilamente pueden encargarse de las actividades como poner
las semillas a los surcos de papa, arveja, maíz, asi mismo pueden plantar tomate, luego
aporcar papa y tomate, cosechar papa, regar cultivos y otros.

Haciendo un paralelo con los cocaleros de Chulumani, el alto nivel de socialización de


trabajo obedece a la rentabilidad de la coca, que permite financiar jornales que jalan la mano
de obra que falta, no tienen coca Yungueña que no tiene mucha competencia, por lo cual sea
mantenido un ingreso monetario de las unidades domésticas. Mientras en K’ara un factor
para el bajo nivel de socialización de mano de obra, no es que hay un producto que no tenga
mucha competencia como la coca, los productos agrícolas de K’ara tienen mucha
competencia como durazno, hasta la década 1990 tenía poca competencia, en la última
década (2000 a 2010) se generalizaron las plantaciones de durazno en los Valles de las
provincias paceñas, y en otros departamentos. Los cultivos anuales tienen competencia como
la papa, tomate, arveja, choclo. Los ingresos monetarion generados por los cultivos anuales y
perennes son reducidos, por ello los jornales llegan a 40bs como maximo, es el límite en que
puedan financiar los jornales, por ello no es tan atractivo para ser jornaleros.

121
CONCLUSIÓN
En la actualidad la comunidad campesina está en un momento entre la tradición y la
modernidad, sujeta a un acelerado proceso de mercantilización. En la década de 1950, los
agricultores de las comunidades céntricas de Luribay, empezaban a modernizar su
agricultura apropiándose de los cultivos perennes, cultivos antes exclusivos de los patrones
de la hacienda, con ello se percibían con un estatus superior, adoptando actitudes altaneras
similares a los mistis del Pueblo ante los agricultores de comunidades intermedias y
periferias que estaban persistiendo con cultivos anuales. Las comunidades intermedias
viendo la diferenciación de las comunidades céntricas de Luribay, han empezado a
modernizar adoptando los cultivos perennes. Esto coadyuvó en la diferenciación de las
comunidades periféricas, todavía estaban manteniendo los cultivos anuales, y también los
comunarios de periferias igual fueron adoptando los cultivos perennes, uno de ellos era
K’ara. Estos últimos, se fueron diferenciando de las comunidades de Cabecera de Valle de
Araca que estaban con cultivos anuales como paperos entre milli y a secano. Los k’areños en
Valle teniendo cultivos perennes, han asumido la identidad microrregional como los vallunos
de Luribay, relegando la identidad arakeña.

Cuando los k’areños estaban dedicados a cultivos anuales como la papa para el mercado,
eran similares a las comunidades de Cabeceras de Valle de Araca -Cairoma, en esa etapa los
k’areños se identificaban como arakeños. Las comunidades de Cabecera de Valle de Cairoma
habían construido la identidad papera de Araca, aprovechando las ventajas de la calidad de
papa de Araca, se diferenciaban de las papas de otras regiones. Para la construcción de
identidad papera también influyeron los consumidores, las amas de casa de clase media de
ciudad de La Paz, dando un valor superior al producto en relación a las papas de otras
regiones de La Paz y del interior del país.

La transición productiva agrícola es el tránsito de productos tradicionales (maíz) al cultivo


perenne de durazno, estudiada en la tesis el Victor Hugo Frías (2002), asevera la transición
productiva es lineal. Pero en nuestros hallazgos en K’ara, más bien se dio procesos de
transición productiva, que empezó de algo simple como de papa a durazno y uva, y luego de
la crisis de uva y durazno a más complejo como a durazno, tomate, arveja, y retorno a
cultivos tradicional de papa. Es decir, cada cierta etapa de proceso rpoductivo se genero
rupturasno, de esa manera no llegó a una transición de papa a frutales, siempre han
combinado con algunos cultivos tradicionales como la papa milli y algo de papa a secano, de
ahí fácilmente han retornado a cultivar papa, luego de la crisis de frutas, y después han
buscado algunos cultivos anuales comerciales como tomate, arveja y otros, además
mantienen secundariamente algo de durazno, combatiendo a los bichos y hongos con los
agroquímicos.

Desde finales de la década de 1990 de nuevo empezó posesionarse el durazno como uno de
los productos principales para el mercado. Cuando estaban plantando de nuevo los
duraznos, en ese momento todavía era rentable, empezó saturarse el durazno desde año 2004

122
a 2012, cuando ya estaban en plena producción, de ahí han tenido que mantener los cultivos
aunque sea estancado sus precios de durazno, tampoco no podían tumbar los arboles. Las
unidades domésticas están obligadas mantener porque se ha invertido trabajo, en el proceso
de consolidación de los primeros 3 años del trasplantado que no generaba ninguna producion,
a ceces al tercer y cuarto año empieza generar algo de frutos. Los cultivos perennes no es tan
fácil cambiar como los cultivos anuales, cada año se puede cambiar de uno a otro producto
agrícola, mientras los cultivos perennes como durazno tienen que mantener hasta que cumpla
su ciclo de vida para renovar otro producto, pero hasta mientras tienen conservar las
plantaciones.

Los factores externos identificados para reconfiguración de la actual producción agrícola, el


mercado, precios relativos de los productos agrícolas, acceso a la educación de los hijos. En
la ultima década hay la masificación de la escolarización de los hijos varones y poco de las
mujeres, enviando a los colegios de los centros poblados de la región, con eso los hijos mas o
menos a los 14 años de edad, dejan la comunidad yendo a los colegios, con eso los hijos
empiezan liberarse de los padres, los mismos alumnos se construyen sus propios redes
sociales en los centros poblados para migrar ir trabajar a los centros urbanos o al exterior del
país como a Brasil y Argentina, eso es uno de los fenómenos para escacez de mano de obra en
comunidad K’ara.

En K’ara el reclutamiento de numerosos mink’a era en chonteo de viña, ya desaparecido, una


forma de trabajo festivo donde se reclutaban hasta 40 personas. Una buena parte de las
mink’as era solo por comida, tal vez se podría presumir que eran muy pobres como para ir de
mink’a solo por comida, sin embargo los que venían de Cabecera de Valle no eran tan pobres
como para ir a trabajar por comida; el reclutamiento de gente eran fácil para los chonteos de
viñas, los jóvenes participaban, en ese entonces no había masiva migración, el chonteo de
viña era considerado como un espacio de distinción de las personas.

En comunidad K’ara obtienen mink’as con la oferta de una remuneración extra, con vínculos
fuertes como ceder parcelas. En la práctica las parejas jóvenes tienen la posibilidad de
ampliar sus cultivos en las tierras de los familiares, por usufructuó de las parcelas, en
retribución la pareja está obligado ayudar como yanapas en las actividades de mayor
requerimiento de mano de obra. Las remuneraciones por las mink’as no son tan atractivas
porque son bastante bajas, para el varón máximo 40bs. /día, y para la mujer 35bs. /día.
Mientras en otras regiones como en Chulumani -Yungas, el jornal de la mujer es bs.80 en
cosecha de coca, y para los varones el cavado de tierra para plantado de coca es bs.100 o 120,
incluso bs150 por día, esa remuneración les conviene trabajar de jornaleros.

El proceso de transición productiva influyó a la renovación de la élite comunal, redefiniendo


el cambio de nivel ecológico de Cabecera de Valle a Valle. Hasta mediados de la década de
70, los niveles más productivos eran las sayañas de Cabecera de Valle y las aynoqas. Los
sayañeros titulares de Cabecera de Valle poseían extensas parcelas, mientras los titulares de
sayañeros de Valle accedían a reducidas parcelas en Cabecera de Valle y en las aynoqas, pero
tenían extensas parcelas en Valle, que eran menos rentables; de ahí a principios de la década
de 80, los más favorecidos fueron los que tenían tierras extensas en
Valle. De ahí emerge la nueva élite frutera, ellos han empezado a disputar a la élite

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establecida hasta desplazar a la antigua élite.

A mediados de la década de 1990, empezó a decaer la elite frutera, de ahí emergía una nueva
elite compuesto por un grupo de sayañeros y sobrantes con extensas parcelas en Valle, con
cultivos diversificados para el mercado entre ellos: durazno, tomate, arveja y papa. La nueva
elite se consolido a principios de la década de 2000.

Este cambio de niveles de Cabecera de Valle a Valle generó conflictos entre familiares sobre
la tenencia de la tierra, específicamente entre hermanos titulares de las sayañas asociadas o
enteras. Después de la Reforma Agraria habrían alcanzado mayor provecho en la división de
las sayañas enteras, como las tierras de Cabecera de Valle eran rentables en relación a las
tierras del Valle, de ahí los titulares de Cabecera de Valle han tenido mayor poder para
negociar y los titulares de Valle estaban en desventaja porque sus tierras eran
complementarios a la Cabecera de Valle con cultivos destinados para autoconsumo, luego los
titulares de Cabecera de Valle han sacado mayor ventaja en división de las tierras. Pero
cuando se vuelve rentables las tierras del Valle, los titulares de Valle han empezado a tener
poder, de ahí plantearon la reversión de las parcelas de las sayañas, es decir, los titulares de
las sayañas del Valle han querido posesionarse en la sayaña entera en Valle devolviendo en
Cabecera de Valle. Los titulares de Cabecera de Valle han rechazado esa oferta, han visto que
no les convenían quedarse con las parcelas de Cabecera de Valle tenían mayor explotación
con los cultivos agrícolas, con los cultivos comerciales de los terrenos del Valle. Las tierras
del Valle son más rentables en relación a las parcelas de Cabecera de Valle y aynoqas, por esa
razón los titulares de Cabecera de Valle rechazaron la reversión de las parcelas de las
sayañas. Luego la mayoría de las familias han arreglado en aumentar las parcelas en
Cabecera de Valle y aynoqas de parte de los titulares de Cabecera de Valle a los titulares de
Valle, sólo en algunos casos excepcionales fueron revertida en pequeñas extensiones de
tierra en Valle.

A finales de la década 1980, la afiliación de sobrantes al sindicato agrario en un número


importante, coadyuvó en la desestructuración de la élite comunal frutero, abriendo la
posibilidad de la democratización de los cargos sindicales para todos los afiliados, hasta ese
momento solo un grupo de sayañeros monopolizaba el poder local. También la
desestructuración de la elite comunal deshizo el monopolio de justicia comunal, que
supuestamente arreglaba perfectamente los conflictos entre individuos y unidades
domésticas, pero con interés de la propia élite; en ése entonces no había quien refute o
proteste contra la elite comunal y su dictamen de resolución de conflictos.

Con el crecimiento de la población en K’ara, la tierra se dividió entre los hijos varones. Las
nuevas unidades domésticas poco en poco empezaron a afiliarse al sindicato agrario como
sobrantes. Y al mismo tiempo el sindicato agrario tenía la segunda función como asociación
de regantes, de esa manera los sobrantes se fueron ampliados los turnos de riego hasta llegar
a un límite estructural. Solo se podía admitir a un cierto número máximo de usuarios; más
allá no abastecía para el ciclo vegetativo de cultivo de papa. De ahí se quedaron
obligatoriamente con 56 usuarios como número máximo de puestos en la lista de los afiliados
titulares al sindicato agrario. Se cerró la afiliación a los 56 puestos de usuarios,
imposibilitando que se afilien nuevas unidades domésticas a los turnos de riego del sindicato

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agrario, estas normativas del sindicato agrario impulsó a la migración de las unidades
domésticas nuevas y jóvenes solteros en la década de 1990. Solo un hijo varón podía
reemplazar al padre en la afiliación al sindicato agrario y acceder al derecho de riego en
Cabecera de Valle.

En la década de 2000, la percepción de los comunarios de Valle de Luribay de los


comunarios de K’ara es que los k’areños siguen manteniendo cultivos de papa; es percibido
como sucio cultivar papa, por mayor manipuleo de la tierra, es asimilado como gente de ser
altiplano. Los vallunos luribayeños habían construido su identidad dedicándose a los cultivos
de durazno, uva, tomate, arveja y maíz propios de los valles, y han resultado ser los
diferenciadores sociales de los altiplaneños. Los vallunos a través del cultivo de productos
comerciales se han vinculado más a la dinámica del mercado. Las comunidades de Luribay
perciben a los k’areños con signos de retraso, en parte debido a la persistencia de los cultivos
tradicionales, en particular en la Cabecera de Valle donde continúan dedicados a cultivos
bajo riego, como papa milli, al mantener ganados vacunos y ovinos, estos perjudican a la
minuciosa atención a los cultivos comerciales en el Valle.

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EXPEDIENTES DE INRA LA PAZ

INRA Exp. 21195. Anquioma INRA Exp. 6140. Azambo y Choquesa INRA Exp. 4010. Chincha
y Agua Salud INRA Exp. 3282. Sacani INRA Exp. 5143. K’ara

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