Ecuaciones de Continuidad, Bernoulli y de Navier Stokes - G6

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FACULTAD DE INGENIERÍA

ESCUELA PROFESIONAL DE INGENIEROS

Título

“ECUACIONES DE CONTINUIDAD,
BERNOULLI Y DE NAVIER STOKES”

AUTOR(A)(ES):

Berrú Barreto Marco Edinson (0000-0002-6735-188X)


Jiménez Neira, Marianela (0000-0002-1605-0198)
Juárez Cruz, Lucero Mercedes (0000-0003-0814-9072)
Risco Tineo, Marlon Omar (0000-0001-6409-1712)
Viera Gaona, Brendy Daniela (0000-0002-4572-1210)

ASESOR

ING. Yauri Quispe, Héctor Hilario

AULA:

B2T1

PIURA-PERÚ
2022

ÍNDICE PÁG.

I. INTRODUCCIÓN…………………………………………………………...3
II. OBJETIVOS………………………………………………………………....4
i. General……………………………………………………………..4
ii. Específicos…………………………………………………...…….4
III. MARCO TEÓRICO………………………………………………………….5
3.1. Ecuación de Continuidad ……………………………………….…5
3.1.1. Definición……………………………………………………5
3.1.2. Fórmula……………………………………………………...6
3.1.3. Ejercicios………………………………………………….....8
3.1.4. Aplicaciones y Ejemplos…………………………………...8
3.2. Ecuación de Bernoulli …………………….………………………..13
3.2.1. Definición…………………………………………………….13
3.2.2. Componentes……………………………………………….13
A. Cinético……………………………………………………13
B. Potencial gravitacional ……………………………….....13
C. Energía de flujo ………………………………………….13
3.2.3. Ecuación……………………………………………..………….14
3.2.4. Características y Consecuencias……………………………..14
3.3. Ecuaciones de Navier Stokes ……………………………………….16
3.3.1. Definición ………………………………………………….…..16
3.3.2. Problema………………………………………………..……..17
3.3.3. Ecuaciones de Movimiento…………………………………..19
3.3.4. Soluciones Clásicas………………………………………..…22
3.3.5. Singularidades y Turbulencia……………………………..…24
3.3.6. Soluciones débiles Globalmente disipativas…………….…26
3.3.7. Soluciones débiles Locales disipativas……………..….…..28
IV. CONCLUSIONES…………………………………………………………...…30
V. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS………………………………..…31
I. INTRODUCCIÓN:
La Mecánica de Fluidos es la disciplina que estudia el comportamiento
estático y dinámico de un fluido. Por ello estudiarlos resulta ser uno de los
campos de la física más complicados.

Es así que definimos que un fluido es cualquier substancia (líquida o


gaseosa) que se deforma en forma continua cuando se ejerce sobre ella un
esfuerzo de cizalle, y se pueden diferenciar de los sólidos básicamente por su
estructura molecular, pues los líquidos poseen un espacio intermolecular mayor
que el de los sólidos con fuerzas cohesivas menores por lo que las partículas
tienen mayor libertad de movimiento.

Sin embargo, si bien la estructura molecular de los fluidos es importante,


no sirve para describir el comportamiento de éstos en reposo o movimiento. Es
por esto que el estudio de los fluidos se realiza caracterizando el valor medio o
macroscópico de la variable de interés (velocidad, presión, etc.), teniendo como
punto principal los diferentes temas que abordan diversas ecuaciones que rigen
de la dinámica de fluidos.

Es por ello que en este presente trabajo pretendemos informar acerca de


los temas de Ecuación de Continuidad, Ecuación de Bernoulli y Ecuaciones de
Navier Stokes, ya que son temas fundamentales que nos permitirán proponer
soluciones importantes y aplicarlos en nuestra vida cotidiana.

Así mismo se tuvo en cuenta los conceptos más importantes de cada


tema, buscando información en fuentes confiables. Esperando así que se pueda
facilitar la comprensión de estos.
II. OBJETIVOS

GENERAL:

❖ Investigar y asimilar los principios y modelos teóricos de algunos


temas de mecánica de fluidos, resaltando los conceptos, características
y fórmulas más importantes pertenecientes a cada tema de estudio.

ESPECÍFICOS:

❖ Definir las fórmulas y conceptos más importantes de la Ecuación de


continuidad.
❖ Precisar conceptos claros de la Ecuación de Bernoulli .
❖ Determinar las Ecuaciones de Navier Stokes.
III. MARCO TEÓRICO
3.1. ECUACIÓN DE CONTINUEDAD:

La ecuación de continuidad, para un fluido incompresible, establece que


la masa total de un fluido que circula por un tubo, sin pérdidas ni ganancias, se
mantiene constante. En otras palabras, la masa se conserva sin cambios a
medida que el fluido se desplaza.

Un fluido incompresible es aquel cuya densidad permanece


aproximadamente constante mientras fluye. Por ejemplo, el agua es un líquido
considerado incompresible bajo condiciones estándar de presión y temperatura.

Hay una forma matemática de expresar la conservación de la masa, en la


ecuación de continuidad, dada por:

𝑨𝟏 . 𝑽𝟏 = 𝑨𝟐 . 𝑽𝟐

Donde 𝑽𝟏 𝑦 𝑽𝟐 representan la velocidad del fluido en dos secciones de


una tubería, mientras que 𝑨𝟏 𝑦 𝑨𝟐 son las respectivas áreas de sección
transversal.

El producto del área de sección


transversal por la velocidad recibe el
nombre de caudal y la ecuación de
continuidad implica que, a todo lo largo de
la tubería, el caudal es constante. Al caudal
también se le conoce como razón de flujo
de volumen, se comprende al observar con
cuidado la expresión anterior, cuyas
dimensiones son de volumen por unidad de
tiempo.
3.1.2. FÓRMULA:

En la imagen superior hay una tubería con dos secciones de diferente


diámetro y a la misma altura, aunque podrían estar a alturas diferentes sin que
represente problema.

En la sección 1, más ancha, el área de sección transversal es A1 y el


fluido se mueve con velocidad v1, mientras que en la sección 2, más estrecha,
el área de sección transversal es A2 y la velocidad del fluido es v2.

Una porción de masa Δm1 (verde) se mueve por la sección 1 en un tiempo


Δt. Durante este lapso, la porción Δm2 (rojo) viaja por la sección 2. Como el fluido
es incompresible, su densidad es la misma en todos sus puntos, así que
partiendo de la definición de la densidad:

𝒎
𝝆=
𝑽
Δm1 = ρ∙V1

Donde el volumen V1 es el producto entre el área de la sección transversal


y la distancia Δx1:

Δm1 = ρ∙ (A1 ∙ Δx1)

Pero dado que:

∆𝑥1
𝑣1 =
∆𝑡

Δm1 = ρ∙ A1 ∙ Δx1 = ρ∙A1 ∙ (v1 ∙Δt)

Análogamente se escribe la porción Δm2 que fluye al mismo tiempo por la


sección 2:

Δm2 = ρ∙A2 ∙ Δx2 = ρ∙A2 ∙(v2 ∙Δt)

Por conservación de la masa:

Δm1 = Δm2

Y:

ρ∙A1 ∙ v1 ∙Δt = ρ∙A2 ∙ v2 ∙Δt

Como Δt y ρ se cancelan, resulta:

A1 ∙ v1 = A2 ∙ v2
❖ El caudal Q:

El producto del área de la sección transversal A por la velocidad del fluido


v se denomina caudal y se denota como Q. Equivale al volumen de fluido por
unidad de tiempo a través de la tubería, o razón de flujo de volumen:

𝑽
𝑸 = 𝑨 .𝒗 =
∆𝒕
• 1 m3/s = 264.172 gal/s
• 1 L/s = 0.001 m3/s
• 1 ft3/s = 0.0283168 m3/s
• 1 L/s = 0,264172 gal/s
• 1 m3/s = 15850,3 gal/min

Nótese que, al disminuir la sección transversal del tubo, la velocidad del


fluido aumenta, y viceversa, si aumenta la sección transversal, entonces la
velocidad disminuye para que el caudal se mantenga constante.

3.1.3. APLICACIONES Y EJEMPLOS:

La ecuación de continuidad se utiliza en el análisis del flujo de fluidos, en


combinación con la ecuación de Bernoulli, en la que se toman en cuenta las
variaciones de la velocidad del fluido en las diferentes secciones, así como los
cambios de presión y el efecto de la altura.
Ejemplo 1:
En la familiar manguera de jardín, cuando el agua sale normalmente
el chorro tiene un cierto alcance, pero si se pone el dedo en la salida de la
manguera, disminuyendo el orificio de salida, el alcance del chorro es
mayor. Aquí se cumple la ecuación de continuidad, ya que, al disminuir el
área de la boquilla de salida, la velocidad del chorro aumenta para que el
producto área por velocidad se mantenga constante.

Ejemplo 2:

El chorro de agua se estrecha a medida que cae, ya que su velocidad aumenta. De


esta forma el producto velocidad por área se mantiene constante

Otro ejemplo donde se pone en evidencia la ecuación de continuidad es


el chorro de agua que se estrecha a medida que cae, debido al aumento de la
velocidad del agua durante la caída. De esta manera se mantiene constante el
caudal, mientras el chorro siga fluyendo en régimen laminar, es decir el agua
caiga suavemente sin turbulencias ni remolinos.
EJERCICIOS:

❖ Ejercicio 1

Circula agua por una tubería de 20 cm de diámetro. Sabiendo que el


caudal es de 2000 L/s, hallar la velocidad del agua en la tubería.

Solución:

Conviene expresar todo en unidades del Sistema Internacional. En primer


lugar, se calcula el área de sección transversal de la tubería, recordando que el
radio es la mitad del diámetro:

A = π∙ (D/2)2

D = 20 cm = 0.2 m

Por lo tanto, el área es:

A = π∙ (D/2)2 = A = π∙ (0.2 m /2)2 = 0.0314 m2.

El caudal se expresa en m3/s con ayuda del factor de conversión apropiado:

Q = 2000 L/s = 2 m3/s

De la fórmula Q = A ∙ v se despeja la velocidad con la que circula el fluido por la


tubería:
❖ Ejercicio 2

Se tiene una tubería de sección transversal variable a través de la cual fluye


agua. En determinado punto, el área de la sección transversal es 0.070 m2 y la
rapidez del agua es 3.50 m/s.

Calcular:

a) La rapidez del agua en otro punto de la tubería cuya área de sección


transversal es 0.105 m2.

b) El volumen de agua que se descarga por un extremo abierto en 1 hora.

Solución a:
Se emplea la ecuación de continuidad, igualando el caudal
del primer punto con el caudal del segundo. El caudal es:

Q=A∙v

Por continuidad:

Q1 = Q2

A1 ∙ v1 = A2 ∙ v2

Ahora sustituyen los datos suministrados por el enunciado:

• A1 = 0.070 m2
• v1 = 3.50 m/s
• A2 = 0.105 m2
• v2 =?
Y se despeja v2:

Solución b:
Dado que el caudal también es el volumen por unidad de tiempo, se tiene que:

V = Q∙Δt = (A∙v) Δt

El caudal Q se puede calcular con los datos del punto 1 o los del punto 2, ya que
es el mismo en ambos puntos:

Q = A1 ∙ v1 = 0.070 m2 ∙ 3.50 m/s = 0.245 m3 / s

Sabiendo que 1 hora = 3600 s, el volumen de agua descargado es:

V = Q∙Δt = (0.245 m3 / s) × (3600 s) = 882 m3

En 1 hora se descargan 882 m3 de agua por la tubería.


3.2. ECUACIÓN DE BERNOULLI:

El principio de Bernoulli, también denominado ecuación de


Bernoulli o Trinomio de Bernoulli, describe el comportamiento de
un fluido moviéndose a lo largo de una línea de corriente. Fue
expuesto por Daniel Bernoulli en su obra Hidrodinámica (1738) y
expresa que en un fluido ideal (sin viscosidad ni rozamiento) en
régimen de circulación por un conducto cerrado, la energía que
posee el fluido permanece constante a lo largo de su recorrido.

3.2.2. COMPONENTES:

A) Cinético: Esta es la energía debida a la velocidad que posea el


fluido.
B) Potencial gravitacional: Es la energía debido a la altitud que un
fluido posea.
C) Energía de flujo: Es la energía que un fluido contiene debido a la
presión que posee.

La siguiente ecuación conocida como "Ecuación de Bernoulli" (Trinomio


de Bernoulli) consta de estos mismos términos.
Donde:

V = velocidad del fluido en la sección considerada.


g = aceleración gravitatoria
z = altura geométrica en la dirección de la gravedad
P = presión a lo largo de la línea de corriente
𝝆= densidad del fluido

3.2.3. ECUACIÓN:

• Viscosidad (fricción interna) = 0 Es decir, se considera que la línea de


corriente sobre la cual se aplica
Se encuentra en una zona 'no viscosa' del fluido.
• Caudal constante
• Fluido incompresible - ρ es constante
• La ecuación se aplica a lo largo de una línea de corriente
Aunque el nombre de la ecuación se debe a Bernoulli, la forma arriba expuesta
fue presentada en primer lugar por Leonhard Euler.

3.2.4. CARACTERÍSTICAS Y CONSECUENCIAS:

Cada uno de los términos de la esta ecuación tienen unidades de longitud,


y a la vez representan formas distintas de energía; en hidráulica es común
expresar la energía en términos de longitud, y se habla de altura o cabezal, esta
última traducción del inglés head. Así en la ecuación de Bernoulli los términos
suelen llamarse alturas o cabezales de velocidad, de presión y cabezal
hidráulico, del inglés hydraulic head; el término (z) se suele agrupar con 𝑃/𝛾para
dar lugar a la llamada altura piezométrica o también carga piezométrica.
También podemos reescribir la este principio en forma de suma de presiones
multiplicando toda la ecuación por 𝛾 de esta forma el término relativo a la
velocidad se llamará presión dinámica, los términos de presión y altura se

agrupan en la presión estática.

O escrita de manera más sencilla:


𝒒 + 𝒑 = 𝒑𝟎

Donde:
𝑝 𝑉2
• 𝑞= 2
• 𝑝 = 𝑃 + 𝛾𝑧
• 𝑝0 𝑒𝑠 𝑢𝑛𝑎 𝑐𝑜𝑛𝑠𝑡𝑎𝑛𝑡𝑒.
Igualmente podemos escribir la misma ecuación como la suma de la
energía cinética, la energía de flujo y la energía potencial gravitatoria
por unidad de masa:

Así el principio de Bernoulli puede ser visto como otra forma de la ley de
la conservación de la energía, es decir, en una línea de corriente cada tipo de
energía puede subir o disminuir en virtud de la disminución o el aumento de las
otras dos.
Esta ecuación permite explicar fenómenos como el efecto Venturi, ya que
la aceleración de cualquier fluido en un camino equipotencial (con igual energía
potencial) implicaría una disminución de la presión.

Gracias a este efecto observamos que las cosas ligeras muchas veces
tienden a salirse de un carro en movimiento cuando se abren las ventanas, ya
que la presión del aire es menor fuera del auto ya que está en movimiento
respecto a aquél que se encuentra dentro del auto, donde la presión es
necesariamente mayor; pero en forma aparentemente contradictoria el aire entra
al carro, pero esto ocurre por fenómenos de turbulencia y capa límite.

3.3. ECUACIÓN DE NAVIER STOKES:

Matemáticamente, el movimiento de un fluido se describe mediante las


llamadas ecuaciones de Navier-Stokes. En el espíritu de la mecánica
newtoniana, estas ecuaciones deberían determinar el movimiento futuro del
fluido a partir de su estado inicial. Sin embargo, y a pesar de los notables
esfuerzos que se han hecho en esta dirección durante más de un siglo, hasta
ahora no se ha conseguido demostrar matemáticamente este determinismo, ni
tampoco desmentirlo.
El huracán Matthew, que se paseó por el mar Caribe del 28 de septiembre al 10 de octubre de
2016, no fue pronosticado hasta cuatro días antes de estas fechas, y entonces solo se le
asignó una probabilidad del 70 %. En la imagen, el huracán el 4 de octubre de 2016. / NASA
Earth Observatory / Joshua Stevens

3.3.2. PROBLEMA DE INTERÉS PRÁCTICO:

Uno de los valores más preciados de la ciencia es la capacidad de predecir


acontecimientos. En este sentido, destaca particularmente la mecánica celeste,
que permite predecir, por ejemplo, que el día 14 de mayo del año 2887 tendrá
lugar un eclipse anular de Sol que será visible desde mi ciudad inmediatamente
después de la salida del Sol.
En meteorología, donde los pronósticos tienen mucho interés práctico, la
situación es bastante diferente. A pesar de los notables progresos que se han
hecho, aquí no se pueden hacer predicciones con mucha antelación, incluso
sobre fenómenos de gran intensidad y extensión. Así, el huracán Matthew, que
se paseó destructivamente por el mar Caribe del 28 de septiembre al 10 de
octubre de 2016, no fue pronosticado hasta cuatro días antes de estas fechas, y
entonces solo se le asignó una probabilidad del 70 %.
Y no parece que sea cuestión de la precisión y resolución de los datos o
de la potencia de cálculo. Estos parámetros no cesan de mejorar sin que ello
repercuta muy significativamente en la extensión temporal de los pronósticos
meteorológicos. Es natural, pues, preguntarse si tal vez existe algún límite
intrínseco en la antelación con la que se pueden hacer predicciones en este
campo.
No se trata solo del famoso «efecto mariposa», que depende del hecho
de que los datos tengan una precisión limitada. Lo que estamos planteando es
la posibilidad de que el futuro sea impredecible ¡incluso suponiendo que los datos
tengan una precisión infinita!
Se puede argumentar que los procesos meteorológicos son muy
complejos. Ante eso, conviene prescindir de complicaciones no esenciales y
considerar un sistema más sencillo, cuanto más mejor, donde continúe teniendo
sentido la pregunta que nos estamos haciendo: si existe o no un límite intrínseco
en la extensión temporal de las predicciones.

«Es natural preguntarse si tal vez existe algún límite intrínseco en la


antelación con la que se pueden hacer predicciones en el campo de la
meteorología»
Consideremos, por ejemplo, un recipiente cerrado e inmóvil que está
totalmente lleno de agua. Supongamos que justo antes de cerrar el recipiente
hemos puesto el agua en movimiento con cierta fuerza. Supongamos, aún más,
que justo después de cerrar el recipiente supiésemos exactamente la magnitud
y dirección de la velocidad del agua en cada punto. ¿Sería posible, entonces,
predecir los valores de estas mismas variables para instantes futuros hasta que
el agua esté prácticamente en reposo?
A pesar de los notables progresos que se han alcanzado en meteorología,
no se pueden hacer predicciones con mucha antelación, incluso sobre
fenómenos de gran intensidad y extensión. Arriba, tornado anticiclónico en
Simla, Colorado, en junio de 2015. / James Stuart.

3.3.3. ECUACIONES DE MOVIMIENTO:

Las posibilidades de predecir el futuro de un sistema mecánico se basan


en las llamadas ecuaciones de movimiento. En el caso de la mecánica celeste
se trata de la segunda ley de Newton combinada con la ley de la gravitación
universal. Según estas leyes, el movimiento de los astros no puede ser
cualquiera, sino que la aceleración de cada astro –la segunda derivada temporal
de su posición– queda determinada por las posiciones de todos los otros en
relación con él. Tal como mostró Newton, este hecho permite calcular cómo irán
variando las velocidades y posiciones de todos los astros, siempre que
conozcamos los valores iniciales de estas mismas variables.

La extensión de estas ideas al caso de un fluido no es trivial. De entrada,


hay que decidir si modelamos el fluido como un continuo ininterrumpido, o bien
lo consideramos compuesto de un gran número de partículas separadas. Aquí
nos limitaremos a la primera vía, que es la más clásica y por otro lado es el
escenario en el que se sitúa el tema de este artículo.

El cuarto de los problemas del milenio recibe el nombre de los matemáticos Claude-Louis Henri
Navier (1785-1836), a la izquierda, y George Gabriel Stokes (1819-1903), a la derecha. Como
resultado de sus investigaciones quedó establecido que el movimiento de un fluido viscoso e
incompresible en un recipiente cerrado e inmóvil se puede modelar mediante las que hoy
conocemos como «ecuaciones de Navier-Stokes». / Mètode
Las ecuaciones de movimiento de un fluido fueron obtenidas por Leonhard
Euler a mediados del siglo xviii. En el fondo, no hizo sino aplicar el principio de
conservación de la masa y la segunda ley de Newton a una colección bastante
rica de partes materiales del fluido. Una parte material la podemos identificar con
la región del espacio que ocupa en un determinado instante. Pero al cabo de un
momento ocupará otra, que dependerá de cómo se esté moviendo el fluido. Más
concretamente, Euler consideró partes materiales infinitesimales: para cada
instante de tiempo y alrededor de cada punto, consideraba la materia contenida
en un ortoedro de aristas infinitesimales dx, dy, dz. Eso le llevó hacia las
ecuaciones del movimiento en forma diferencial.

Las fuerzas que actúan sobre una parte material de fluido se dividen en
dos clases: las que actúan a distancia, como la gravedad, y las que actúan por
contacto con las partes materiales contiguas, como la presión. Euler consideró
tanto la gravedad como la presión, pero no entró en otra fuerza de contacto que
es esencial, por ejemplo, para deducir que el agua de nuestro recipiente cerrado
tenderá al reposo. Para ello hay que incluir también la viscosidad, que se puede
entender como una fricción interna que se opone a las diferencias de velocidad.
Las fuerzas de contacto asociadas con la viscosidad no fueron modeladas
adecuadamente hasta bien entrado el siglo xix. Ello fue obra más o menos
independiente de Claude Navier, Augustin Cauchy, Siméon Poisson, Adhémar
Barré de Saint-Venant y George Gabriel Stokes.

Como resultado de sus investigaciones quedó establecido que el


movimiento de un fluido viscoso e incompresible en un recipiente cerrado e
inmóvil se puede modelar mediante las que hoy conocemos como «ecuaciones
de Navier-Stokes». En notación vectorial se pueden escribir así:
En principio hay dos incógnitas, la velocidad u y la presión p, que son
funciones de la posición x y del tiempo t. La posición x recorre toda la
región Ω ocupada por el fluido. El tiempo t avanza desde 0 hacia +∞. Para ser
exactos, todos los términos de la ecuación 1 salvo el último habrían de aparecer
multiplicados por la densidad del fluido, pero de ahora en adelante supondremos
que esta es la misma en todas partes y que las unidades se han escogido de
forma que su valor sea 1. Existe también un parámetro, ν, que varía según el
fluido y cuantifica su grado de viscosidad.

El resto de la notación es habitual en cálculo


vectorial: ∇ = (∂/∂x,∂/∂y,∂/∂z) es el operador gradiente, el cual utilizamos
formalmente como un vector que podemos multiplicar escalarmente por otro; en
particular, ∇·u es la divergencia del campo vectorial u, y u·∇ es el llamado
operador de advección; finalmente, Δ es el operador de Laplace Δ = ∇·∇.

Las ecuaciones 1 y 2 se tienen que cumplir en cualquier punto de la


región Ω. En cambio, la ecuación 3 se refiere solo a la superficie ∂ Ω que limita Ω:
para un fluido viscoso, la velocidad se debe anular en cualquier punto de esta
superficie. En el espíritu de eliminar ciertas complicaciones a que da lugar la
ecuación 3, a menudo se considera también el caso en que Ω es todo el espacio,
sin ninguna superficie límite. En este caso, se suele añadir, sin embargo, alguna
condición asintótica al infinito, o bien simplemente una condición de finitud de la
energía (cinética) total

(donde u denota la magnitud del vector u), o tal vez una condición de periodicidad
espacial en tres direcciones ortogonales; en lo que sigue sobrentenderemos que hay
alguna condición u otra de este tipo, aunque no lo especifiquemos. Finalmente, la
ecuación 4 especifica el estado inicial de movimiento del fluido.
A pesar de pertenecer a una familia perseguida por el régimen de Stalin,
Olga Ladyzhenskaya (1922-2004) se convirtió en uno de los más destacados
miembros de la escuela soviética de ecuaciones en derivadas parciales. Su tema
de investigación favorito fue la teoría matemática de los fluidos incompresibles. /
Images des Mathématiques.

Pues bien, la pregunta que formulábamos más arriba toma ahora la


siguiente forma: ¿es cierto que para cada estado inicial u0 hay una sola solución
de las ecuaciones de Navier-Stokes, y que esta permanece definida para
tiempos arbitrariamente grandes? A continuación, examinaremos los estudios
que se han hecho para darle respuesta, los cuales han sido obra principalmente
de Carl Oseen, Jean Leray y Olga Ladyzhenskaya a lo largo del siglo XX.

3.3.4. SOLUCIONES CLÁSICAS:

La existencia y unicidad de soluciones de las ecuaciones de Navier-


Stokes dado el estado inicial se puede estudiar mediante un
procedimiento de aproximaciones sucesivas: partiendo de una primera
aproximación, podemos introducirla en el término no lineal de la ecuación
1 –el que contiene (u·∇)u– y tratar de resolver la ecuación resultante para
obtener una nueva aproximación; hecho eso, podemos repetir el mismo
proceso a partir de esta, y así sucesivamente, con la esperanza de
acercarnos cada vez más a la solución exacta.
+

A diferencia de la ecuación 1, la que nos planteamos en cada paso


de esta iteración es lineal (no homogénea). Relacionado con eso, su
solución se puede expresar mediante una combinación integral de ciertas
soluciones especiales que corresponden a impulsos puntuales e
instantáneos.

Siguiendo este camino, Oseen y Leray consiguieron tratar, entre


otros, el caso en que Ω es todo el espacio, para el cual se pueden calcular
explícitamente las soluciones especiales mencionadas. Prescindiendo de
ciertos detalles técnicos, los resultados que obtuvieron son los siguientes:

a) Si el tiempo hasta el cual se pide una solución se limita a un valor


bastante pequeño, entonces obtenemos una solución y solo una.
b) En general la solución no se puede extender más allá de un cierto
tiempo T que puede ser finito o infinito y depende del estado inicial.
c) Si T es finito, entonces la solución desarrolla singularidades
cuando t se acerca a T; en otras palabras, existen puntos X de Ω tales
que la velocidad toma valores arbitrariamente grandes cuando nos
acercamos a (X, T).

De hecho, el método de aproximaciones sucesivas sustituye las


ecuaciones diferenciales 1–4 por una ecuación integral. Esta ecuación
permite ver que, mientras no aparecen singularidades, las soluciones
obtenidas son funciones regulares, es decir, infinitamente diferenciables,
y cumplen las ecuaciones diferenciales en el sentido clásico.

De acuerdo con el contrarecíproco de (c), para garantizar que la


solución permanece definida para tiempos arbitrariamente grandes basta
con obtener una cota superior sobre la magnitud que puede llegar a tener
el vector velocidad. Relacionado con eso, no cuesta mucho ver que la
energía (cinética) total del fluido disminuye con el tiempo. En efecto, tal
como observó Stokes, multiplicando escalarmente la ecuación 1 por u e
integrando por partes, se obtiene la llamada «igualdad de la energía»:
Sin embargo, el hecho de que una integral sea finita no excluye la posibilidad de
que el integrando se haga infinito en algún punto. En otras palabras, la
desigualdad:

que se deduce de la ecuación 5 no basta para obtener la globalidad de la


solución.
Dicho eso, en el caso bidimensional (Ω ⊆ R2) la acotación sobre:

que también se deduce de la ecuación 5 permite llegar a obtener la cota superior


mencionada, garantizando así que la solución permanece definida para tiempos
arbitrariamente grandes, sea cual sea el estado inicial.

En cambio, en el caso tridimensional, la globalidad temporal de la solución


tan solo se ha obtenido en el supuesto de que la energía y velocidades iniciales
son lo bastante pequeñas, o que la viscosidad es lo bastante grande.

3.3.5. SINGULARIDAD Y TUBULENCIA:


Es interesante observar que, en la práctica, las dificultades de predicción tienen
lugar precisamente en condiciones contrarias a las del resultado que acabamos
de comentar; es decir, para velocidades grandes y viscosidades pequeñas. En
este sentido es bastante ilustrativo el experimento de Osborne Reynolds, en
1883, sobre la turbulencia, en el que se visualizan las evoluciones
espaciotemporales claramente impredecibles que tienen lugar en estas
condiciones.
Todo eso lleva a conjeturar que efectivamente las soluciones de las ecuaciones
de Navier-Stokes podrían desarrollar singularidades, las cuales estarían
relacionadas con las dificultades de predicción detallada de los movimientos
turbulentos.
Cuando menos, esta es la opinión que expresaron tanto Oseen como Leray y
Ladyzhenskaya.

Las citas que siguen se pueden encontrar todas ellas en Mora (2008).
Así, ya en 1910 Oseen se expresaba en los siguientes términos:

Según nuestra teoría, parece, pues, verosímil que puedan nacer


irregularidades en el interior de un fluido viscoso e incompresible, incluso en el
caso en el que las fuerzas exteriores y el movimiento inicial son completamente
regulares.

Y en su libro de 1927 hablaba explícitamente de la posible relación entre


singularidades y turbulencia:

Si pueden aparecer singularidades, entonces es obvio que hay que


distinguir dos tipos de movimiento de un fluido viscoso, a saber, los movimientos
sin singularidades y los movimientos con singularidades. Por otro lado, en
hidráulica ya se distinguen dos tipos de movimientos: los movimientos laminares
y los movimientos turbulentos. Eso lleva a suponer que los movimientos
«laminares» de los experimentos corresponden a los movimientos «regulares»
de la teoría, y que los movimientos «turbulentos» de los experimentos
corresponden a los movimientos «irregulares» de la teoría. Solo futuras
investigaciones permitirán averiguar si esta suposición corresponde o no a la
verdad.

Por lo que respecta a Leray, no hay más que decir que adoptó la
denominación de «soluciones turbulentas» para referirse a una noción
generalizada de solución que, como veremos más abajo, permitiría ir más allá
de algunos tipos de singularidades. Además, también se pronunció
explícitamente a favor de la conjetura de que las soluciones pueden desarrollar
singularidades:
Pero a partir de este hecho no parece para nada posible deducir que el
movimiento permanezca por sí mismo regular; yo he indicado incluso una razón
que me hace creer en la existencia de movimientos que se convierten en
irregulares al cabo de un tiempo finito; desgraciadamente, sin embargo, no he
conseguido construir un ejemplo de tal tipo de singularidad.

Finalmente, por lo que respecta a Ladyzhenskaya, podemos citar el


siguiente texto, que alude a la falta de unicidad que, según veremos más abajo,
podría darse después de las singularidades:

Pero no se puede excluir la posibilidad de que esta regularidad se


destruya en algún momento. […] En tales momentos catastróficos la solución se
puede ramificar. […] Nosotros pensamos que tal ramificación de la solución es
posible en las ecuaciones de Navier-Stokes.
3.3.6. SOLUCIONES DÉBILES GLOBALMENTE DISIPATIVAS:

Acciones de Navier-Stokes desarrollen singularidades, es natural


plantearse la siguiente pregunta: ¿se puede dar sentido a las ecuaciones de
Navier-Stokes para campos de velocidades que contengan singularidades?

En efecto, la presencia de una singularidad implica que la velocidad no


está bien definida en todas partes, y menos aún sus derivadas, de forma que
dejan de tener sentido los diversos términos de las ecuaciones diferenciales que
se suponía que debían determinar el movimiento futuro del fluido.

En este sentido, Oseen ya observó que la ecuación integral del método


de aproximaciones sucesivas puede seguir teniendo sentido en presencia de
singularidades. No solamente eso; de hecho, mostró que esta ecuación integral
se podía obtener directamente a partir de las ecuaciones que hacen balance de
masa y cantidad de movimiento para una parte material finita (no infinitesimal,
como había hecho Euler).

Notablemente, uno de los pasos intermedios de esta deducción


corresponde a una noción generalizada de solución que después fue adoptada
por Leray y que actualmente constituye una herramienta habitual en el estudio
de las ecuaciones en derivadas parciales. Estas soluciones en un sentido más
general se llaman «soluciones débiles». Así pues, la pregunta que nos
planteábamos más arriba tiene una respuesta positiva.

Por otro lado, también es cierto que las ecuaciones de Navier-Stokes


significan que las fuerzas de fricción dependen linealmente de las derivadas
espaciales de la velocidad, lo cual podría dejar de ser cierto para valores
elevados de estas derivadas. Eso da pie a reemplazar las ecuaciones por ciertas
variaciones que admiten soluciones globales para cualquier estado inicial, y
estudiar el límite de estas soluciones, para un estado inicial dado, cuando nos
acercamos cada vez más a las ecuaciones de Navier-Stokes.

Al desarrollar esta idea, Leray no pudo garantizar un límite único para toda
la sucesión de soluciones perturbadas, sino solamente la existencia de
subsucesiones convergentes en un sentido determinado, con límites que podrían
cambiar de una subsucesión a la otra. Eso sí, cada uno de estos límites es una
solución débil global de las ecuaciones de Navier-Stokes para el estado inicial
dado.
La forma en que Leray había modificado las ecuaciones tenía la
particularidad de que las soluciones perturbadas cumplían todas ellas la igualdad
de la energía (ecuación 5). Pese a ello, el sentido en que convergen las
subsucesiones mencionadas es demasiado débil para garantizar que el límite
cumple la misma igualdad. Lo que sí que se puede deducir, sin embargo, es que
las soluciones débiles obtenidas cumplen la llamada «desigualdad de la
energía», donde el signo «=» de la ecuación 5 es reemplazado por «≤»:

Nótese que esta desigualdad no ha sido en absoluto deducida de


que u sea solución en sentido débil. Y es que no existe tal deducción. Cuando
menos, el camino que hemos seguido para las soluciones clásicas –los cálculos
de Stokes que hemos indicado en el tercer apartado– no es practicable, ya que
pasa por la integral.
La cual no tiene sentido en las condiciones de poca regularidad que
supone la noción de solución débil.

Ante ello, y ante la importancia que tiene la desigualdad de la energía,


conviene introducir un nuevo concepto de solución que pida explícitamente el
cumplimiento de esta desigualdad además de satisfacer la ecuación en sentido
débil. Estas son las que Leray llamaba «soluciones turbulentas». En vez de eso,
nosotros las llamaremos «soluciones globalmente disipativas».

3.3.7. SOLUCIONES DÉBILES LOCALES DISIPATIVAS:


Recuérdese que las soluciones regulares cumplen la ecuación 6 en
forma de igualdad. Esta igualdad cuantifica cómo va disminuyendo la energía a
causa de la viscosidad. Por tanto, cuando pedimos que una solución débil
cumpla la desigualdad 6, lo que estamos diciendo es lo siguiente: si las
singularidades conllevan una desviación respecto a la igualdad de la energía,
esta desviación debe ir en la dirección de constituir una disminución adicional
de la energía.
«La mecánica de fluidos no es tan diferente de la mecánica celeste
por lo que respecta al determinismo»
Esta restricción va en la línea del segundo principio de la termodinámica,
que en el contexto que nos ocupa se refiere a la disipación de la energía
cinética macroscópica por conversión en energía microscópica. Sin embargo, el
segundo principio se debe cumplir no solo en todo el fluido en conjunto, sino
también en cualquier parte de este.
Eso lleva de forma natural a un concepto más restrictivo de solución que
incluye una versión local de la desigualdad de la energía. Estas soluciones, que
podemos llamar «soluciones localmente dispativas», fueron introducidas en
1977 por Vladimir Scheffer. Este autor comprobó que las soluciones débiles que
da el procedimiento de perturbación de Leray cumplen la condición mencionada,
y utilizó este hecho para acotar la dimensión del conjunto de singularidades.
Posteriormente, estos resultados han sido mejorados por Luis Caffarelli, Robert
Kohn y Louis Nirenberg, entre otros autores.
IV. CONCLUSIONES:

La mecánica de fluidos, por muchas razones, marca la diferencia en la


vida cotidiana, pero también en la profesional. Así, un conocimiento
profundo de esta disciplina te permitirá proponer fórmulas, soluciones y,
por supuesto reparaciones si hay problemas.
La ecuación de continuidad es fundamental, ya que con ella podemos
hacer cálculos de todo tipo de fluidos que recorran cualquier tipo de
tubería y diámetro, así mismo esta ecuación expresa la idea de que si un
líquido entra por un extremo de un tubo a cierta razón, por lo tanto, debe
salir a la misa razón, y de la misma manera pasa con la masa y el volumen
que no cambian al salir por el otro extremo.
Podemos concluir que para estudiar el movimiento de un fluido se utiliza
la ecuación de continuidad, la cual relaciona el área y la velocidad de un
fluido que fluye a través de una tubería y la ecuación de Bernoulli que
relaciona a la presión, la velocidad y la altura de un fluido ideal que fluye
a través de un recipiente o tubería.
V. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

Fanny Zapata (2021). Ecuación de continuidad.


https://www.lifeder.com/ecuacion-de-continuidad/

Juan Vélez (2019). Principio de Bernoulli.


https://astronomia.fandom.com/wiki/Principio_de_Bernoulli

Xavier Mora (2020). Las ecuaciones de Navier-Stokes.


https://metode.es/revistas-metode/monograficos/equacions-navier-
stokes.html

Zoé García (2021). Teorema de Bernoulli.


https://www.teorema.top/teorema-de-bernoulli/

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