Francesca Gargallo Bosnia Congo Ciudad Juarez

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Francesca Gargallo 1956-; Italia, México

Información elaborada por:


Delia Beatriz González
Prof. Asociada de la Cátedra Lit. Hispanoamericana II
UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN JUAN
DEPARTAMENTO DE LETRAS
2018
Francesca Gargallo. LAS IDEAS FEMINISTAS
LATINOAMERICANAS

No soy una socióloga, soy una historiadora de las ideas:


“El feminismo latinoamericano, buscando fondos para sostener e
impulsar actividades de apoyo a las mujeres, no se dio cuenta de cómo
era reciclada su autonomía por la dependencia económica de los
financiamientos provenientes de las grandes instituciones
internacionales y de la cooperación de partidos políticos y de los
Estados”.
(…) Sentimos en la piel qué significan los siglos durante los cuales ser
humano se dijo hombre y lo universal se identificó con lo masculino.
Sabemos también qué nos ha dejado de positivo, para nosotras cuando
nos encontramos entre nosotras y lo nombramos y lo reconocemos
como fuerza, haber resistido al intento de desaparición y anulación de
nuestra autoridad por el poder de las lógicas masculinas.
Fátima Mernissi lo describe de forma lapidaria: “El hecho de estar
excluida del poder da a la mujer una increíble libertad de pensamiento”,
aunque agrega: “desgraciadamente acompañada de una insoportable
fragilidad”.
Estoy segura de que todo pensamiento complejo se elabora siempre a
partir de formas de pensar la realidad que son más simples, cotidianas:
cómo percibimos el bien y el mal, la justicia y su falta, las necesidades y
las formas de satisfacerlas, las y los otros en relación con nosotras.
Ninguna comunidad ha elaborado de forma idéntica las ideas acerca de
su realidad concreta, por lo tanto todas han elaborado lógicas,
entendidas en su sentido común, de origen aristotélico, de ciencias de
la demostración y el saber demostrativo, diferentes entre sí. Pueden
coincidir sobre algunos aspectos fundamentales, pero ninguno de estos
aspectos puede ser considerado universal por una de ellas sin que las
otras participen de la elaboración de la idea de universal, so pena de
convertirse en una lógica impositiva, un saber demostrativo-
argumentativo que explique lo que no le es propio según las
elaboraciones más simples de su realidad: un saber que coloniza el
espacio del pensamiento de las otras culturas.
El feminismo es una corriente política de la modernidad que ha
cruzado la historia contemporánea desde la Revolución Francesa hasta
nuestros días, aunque tiene antecedentes que pueden rastrearse en los
escritos de la Edad Media y el Renacimiento. Al estallar la revolución
Francesa en 1789, muchas mujeres se volcaron en las tribunas abiertas
al público y participaron de los debates políticos, pero se les impidió
formar parte de la asamblea y se les negaron sus derechos públicos en
nombre de supuestos “roles naturales” que los sexos debían cumplir.
En respuesta a esta actitud sexista, Olympe de Gouge escribió su
famosa Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana
(1791) y muchas mujeres se inscribieron en “clubes”, nombre que
significaba aproximadamente “partidos políticos”, femeninos: el “Club
de las Ciudadanas Republicanas Revolucionarias”, compuesto por
militantes populares y la “Sociedad Patriótica y de Beneficencia de las
Amigas de la Verdad”, fundado por Etta Palm para ocuparse de la
educación de las niñas pobres, defender los derechos políticos de las
mujeres y reclamar el divorcio, fueron los más famosos.
En 1792, Pauline Leon organizó una guardia nacional de mujeres,
alegando que ellas no querían sentirse excluidas de la organización
armada del pueblo soberano, siendo ésta un fundamento de su
ciudadanía.
La Constitución que la Convención aprobó el 24 de junio de 1793, sin
embargo, las excluyó llanamente de la problemática del poder, la
ciudadanía y la legalidad de los derechos entre los sexos, reconociendo
como sufragio universal sólo al masculino.

El 1795, el machismo de Estado fue más lejos y prohibió la reunión de


más de cinco mujeres en la calle so pena de arresto.
En la cercana Inglaterra, la escritora liberal Mary Wollstonecraft publicó,
en 1792, un pronunciamiento contra la exclusión política de las mujeres
en la Revolución Francesa que inspiró a las futuras generaciones de
feministas y que introdujo la problemática a la lengua inglesa:
Reivindicación de los derechos de la mujer.
Desde entonces hasta principios del siglo XX, las mujeres de Europa,
América (anglosajona y latina) y Oceanía libraron muchos combates
para lograr fundamentalmente la igualdad jurídica, política y
económica con el hombre; sin embargo, en muchos países fueron
brutalmente sometidas. Los movimientos feministas se manifestaban,
reclamaban y se aliaban con esas fuerzas políticas que las respaldaban,
fueran estas liberales, anarquistas o socialistas, pero en la práctica sólo
el desarrollo de su propio movimiento les garantizó el éxito.

En 1868, en Estados Unidos, las mujeres que habían participado en la


asociación antiesclavista y por la igualdad de derechos de los hombres
y mujeres negras fundaron la Asociación Nacional pro Sufragio de la
Mujer.
En 1891, en Alemania, el Partido Socialista inscribió en su programa la
igualdad de los derechos de los hombres y las mujeres bajo una forma
legalista y limitada, por lo que Clara Zetkin editó el periódico La Igualdad,
en el cual se expresó el feminismo socialista durante años.

En México, se efectuaron en enero y noviembre de 1916 los dos primeros


congresos feministas del país en Mérida, Yucatán, recogiendo la experiencia
de las maestras anarquistas y de las mujeres que se organizaron desde fines
del siglo XIX alrededor de demandas liberales de igualdad entre todos los
seres humanos: intelectuales, abogadas y sufragistas (Esto es, mujeres
organizadas para la obtención del sufragio femenino).
Durante todo el siglo XX, el feminismo fue un movimiento activo,
fundamentalmente pacifista, internacionalista y progresista, que organizó la
resistencia al fascismo en Italia, Alemania y España. Se consagró a la defensa de
los derechos de las trabajadoras y de las mujeres en general (bienestar de las
obreras, asignaciones familiares, igualdad de condiciones de trabajo para
ambos sexos, defensa de los hijos de madres solas, derecho de la casada a
conservar su nombre, su nacionalidad y su patrimonio).

Sin embargo, cuando después de la Segunda Guerra Mundial la mayoría de los


países concedieron el voto a las mujeres, el movimiento pareció tener un
repliegue porque había perdido su principal reivindicación. A la vez, el retorno
en masa de los hombres a los puestos de trabajo, y su reciclaje de lo militar a lo
civil, fue acompañado de campañas de estado, despidos masivos, propaganda y
un uso policiaco de los descubrimientos médico-psiquiátricos para imponer a
las mujeres su retorno a su “lugar natural”: el hogar.
La década de 1960

En ese entonces el movimiento feminista resurgió con un nuevo empuje,


definiéndose como un movimiento de liberación de las mujeres,
enarbolando ya no el ideal de la igualdad con el hombre, sino el derecho
de las mujeres a ser sí mismas, sin mirarse en el espejo deformante de los
hombres, que ya no eran sus modelos, ni en el rol de víctimas sumisas,
ligadas al mundo de la reproducción de seres humanos y de la reposición
económica de la fuerza de trabajo.
Llevaron el debate sobre la vida privada a la política, emprendieron
acciones ante los poderes públicos, los medios de información y las
universidades para cambiar la imagen sexista de las mujeres, para
obtener el derecho al aborto y para abolir la discriminación en el
empleo. Su primera organización fue en pequeños grupos de
autoconciencia, donde las mujeres estrenaron el diálogo entre ellas
mismas como una forma de apropiarse del lenguaje y del espacio de la
política. Luego se organizaron en asociaciones y grupos para hacer
política desde reivindicaciones concretas. Finalmente se reunieron en
redes y asociaciones mayores, aunque siempre sostuvieron una
posición de autonomía con respecto a los partidos políticos masculinos,
los gobiernos y los organismos internacionales. De hecho, la autonomía
política de las mujeres es un rasgo distintivo del movimiento feminista.
Década de 1990:
Coincidían todas las formas feministas del movimiento de liberación:
liberales, socialistas, radicales, de la diferencia sexual y académicas. En su
búsqueda de la igualdad de derechos, las mujeres organizadas han sido
ridiculizadas, menospreciadas, asesinadas. Pero desde hace una década,
de repente, parece que la igualdad está a la distancia de sus manos.
Personajes cinematográficos de mujeres peleadoras, amazonas en la
televisión, ministras de estado, presidentas de corporaciones financieras:
la imagen está creada.
Pero no, la universalidad les está vedada; su diferencia sigue
visualizándose come contingente, anecdótica, no constitutiva de la
humanidad. “Se pretende que somos convocadas a los espacios sociales
en tanto iguales, se asume que no existen diferencias; más aún, a esta
noción se le valora como la más progresista de todas y así, una y otra vez,
nos vemos compelidas a incorporarnos, escindida y frustrantemente, a un
universo de racionalidad masculina”.
Quien escribe eso, una socióloga mexicana procesada por alzamiento
armado en Bolivia, Raquel Gutiérrez Aguilar, ha creído en algún
momento de su vida en la universalidad de las aspiraciones políticas
masculinas; la crisis de la misma la ha elaborado durante cinco años de
cárcel. A los pocos meses de haber leído sus palabras, en Panamá,
frente a una copa de vino, la filósofa Urania Ungo me dijo: “Estoy cada
día más convencida de que citar es un hecho político. Las feministas
latinoamericanas en nuestros escritos no nos citamos a nosotras,
recurrimos a la autoridad exterior para justificar nuestro pensamiento.
Pero la autoridad es siempre política”.
BOSNIA, CONGO, CIUDAD JUÁREZ
[(La muerte es un zapato vacío
en el desierto indiferente [(Es la trampa donde cae
sequía de sueños La mujer que pierde el zapato
una madre que grita.) ] trabaja doce horas sin afecto
y no puede abortar a pesar de la
[(La violencia es el grito eclampsia ]
el deber del grito
la telaraña de mentiras que [la violación
sofoca el grito.)] el abandono
el hambre mismo.)]
[(Un zapato sin mujer es testigo [(Levanta el rostro
un trozo de media ve a la hermana.
el pelo negro desparramado en el La mira, se miran, sueñan
desierto que llora plantando sus pies en la tierra.)]
que gime como la muerte.) ]
[]: estrofas
[(La madre recoge el zapato (): unidades sintácticas
lo arranca de la mano de un policía
indiferente
lo lee. )]
Desde el mismo título, el poema BOSNIA, CONGO, CIUDAD
JUÁREZ, hace foco en puntos en los que la violencia se ha
desatado y sigue desencadenándose: tres territorios
pertenecientes a tres espacios esparcidos en el planeta:
Europa, África y América Latina. Por eso es que la violencia se
convierte en una diáspora que recorre continentes y se
adentra en lxs sujetos que los habitan.
En Ciudad Juárez se hace presente también el sujeto
femenino, los sujetos femeninos individuales, pero ligados
entre sí, para reconstruir la destrucción que ha estallado.
En esta nominación geográfica hay una gradación
intensificativa creciente ya que se parte de continentes, países
para llegar a una ciudad puntual, dentro de México, Ciudad
Juárez. Es posible pensar en esta ciudad por la característica
desértica de la descripción mínima, y por los numerosos casos
de desaparición, muerte y aparición de los cuerpos
descuartizados o con mutilaciones reiteradas, como la
amputación de los senos. No obstante, en todos los lugares
citados (y en muchos más) se han llevado a cabo
femigenocidios.
El diseño sintáctico del poema se dibuja en ocho estrofas,
cuyo contenido es posible de sintetizar del siguiente modo:
1) El asesinato violento como agente destructor y desolador.
2) La violencia y la resistencia entre sujetos: la rapiña del opresor; el
resistir del grito del oprimido que debe erguirse frente a la
opresión para intentar sobrevivir.
3) La violencia laboral como trampa-telaraña manipuladora.
La violencia entrampadora sobre el género femenino. El cuerpo
de la mujer como bastidor donde se escribe la rapiña masculina.
5) Consecuencias fatídicas de la violencia de las instituciones
científicas (la medicina), estatales (todos los poderes, sistema
laboral, policía), entre otras.
6) Descuartizamiento de la mujer individual y colectiva.
7) Recuperación materna y reivindicación de sus derechos a partir
de las partes que la constituyen.
8) Reivindicación de la identidad y sororidad.
Desde el punto de vista gráfico, la disposición espacial puede ser leída
como una serie de flechas que hacen punta y apuntan, señalan,
denuncian las demoledoras luchas a las que son sometidas las mujeres
de todos los sitios del planeta. También, y como un tópico de la obra, si
giramos la hoja, los versos parecen gotas de lluvia que caen con
distintas dimensiones, tamaños, pero todas semejan llantos que caen,
que se derraman sobre una tierra que los devora. Si volvemos a girarla,
en sentido contrario, los versos se yerguen hacia una luz que no deberá
ser la del vejamen, ni la de la herida sino más bien que, estas flechas-
versos se encumbran hacia una sanación vertebral que recorre el
mundo, disparando esperanzas futuras si se desentrañan los discursos
hegemónicos y violentos.
Es posible observar, desde el punto de vista retórico, la presencia de
abundantes metonimias que dan cuenta de sujetos despedazados,
privados de su posibilidad de ser un todo en construcción. Zapatos
vacíos aunque llenos de palabras, sequía pero de sueños que
suponemos han sido desestimados por una autoridad que no es
revelada en la poesía, sino que debe reponerse. Su referente debe ir a
buscarse en la geografía situada y puntual. Por otra parte, grito, trozo de
media, cabello desparramado, rostro y pie son los testimonios de una
lucha llevada en múltiples lugares: las maquiladoras mexicanas, la tierra
árida y estéril en la que no puede prosperar una germinación vital, la
calle donde el estado, a través de sus extensiones policiacas, arrebata las
mínimas pertenencias, el estricto cumplimiento de horarios laborales
por parte de las mujeres, prioritariamente, hasta el encuentro final
entre una madre y una hermana que resisten el avance del
sometimiento por parte de la institución policial, presente
explícitamente en el poema.
Estas metonimias también pueden ser leídas como metáforas, sobre
todo en las primeras estrofas, ya que la presencia del verbo copulativo
ser fusiona los elementos: la muerte es un zapato vacío, por ejemplo.
Acá se convoca al imaginario social que expresa la necesidad de que
zapatos y pies-personas estén en conjunción. Su separación, en este
escenario desértico y bélico, da cuenta de la tragedia a la que se evoca,
la guerra, el sometimiento, la imposición de una autoridad ajena al
propio cuerpo que se ha desvalijado, despojado y deshabitado.
Como consecuencia de la muerte, el grito va imponiéndose, es decir,
una forma que pareciera no tener más que puro significante. Este signo
dice mucho sobre los dos agentes que se perfilan en el poema. El grito
de los opresores que decretan y detentan poderes espurios y el grito de
los oprimidos que se levantan para interpelarlos y para fundar otro
futuro, en una unión esperanzada, con otros sujetos, llevando a cabo
otra semiosis.
Vemos entonces, por otra parte, que el poema se diseña,
semánticamente, en dos partes, la primera corresponde a un estado de
cualificación de las circunstancias mediante el uso del verbo de estado ser.
La segunda, por el contrario, cobra un empuje de dirección/agencias
poéticas, opuestas gracias a los verbos de acción gemir, llorar, recoger,
arrancar y levantar. En este tiempo es donde se inicia un futuro
promisorio gracias a otros verbos, leer y mirar. Dos acciones llenas de una
humanidad que apuestan al sueño, al futuro, del cual han sido privadas
las mujeres de Ciudad Juárez y muchas de otras ciudades y pueblos del
mundo. Y el verboide final, plantando, confirma pues que estas mujeres
han superado las pruebas a las que se las han sometido. Ellas se han
puesto de pie, se han erguido frente a todos los ataques sufridos, frente a
las violaciones, los descuartizamientos, las desapariciones forzosas…En su
mayoría estas mujeres se encuentran en una franja etaria de entre los 14
y 25 años, han debido abandonar sus estudios, para comenzar a trabajar
en las maquilas estadounidenses, por unos pocos dólares para el pan de
cada día.
Tal como lo afirma Hanna Arendt, “a la hora de reflexionar sobre el poder, el
fenómeno fundamental del mismo no es la instrumentalización de una voluntad
ajena para los propios fines, sino la formación de una voluntad común en una
comunicación orientada al entendimiento. El poder se deriva básicamente de la
capacidad de actuar en común”. Por ello, la cofradía masculina, a fin de poner
en evidencia su capacidad expresiva frente a sus pares varones, se alía con
otros para llevar a cabo los asesinatos y vejaciones. De este modo prueba su
calificación para ser sancionado positivamente por el resto.
Así, en el ojo de estas tormentas a las que son sometidas las mujeres, quienes
no pueden decidir sobre sus cuerpos, aún a riesgo de muerte, la lucha en
común basada en la reflexión y no en la ausencia de pensamiento, sino en la
lectura que son capaces de llevar a cabo sobre un texto que es un soporte
perteneciente al ser humano, el zapato, en el cual se inscriben los pasos, las
peregrinaciones, las horas, el cansancio, la esperanza, es la que, ante un
panorama desolador, ofrece una voluntad de coinspiración para resolver
conflictos.
Las maquiladoras de Ciudad Juárez son mujeres que no pueden acceder a la
alfabetización ni a mínimas formas de vivienda ni higiene, salud, protección
social...
No obstante, el poema, en su profundidad, las sitúa como lectoras no
académicas, sino humanas, de las huellas trazadas en el interior del calzado,
allí donde habita la fuerza para el andar. Se reformula y resignifica entonces
el saber académico, de las instituciones prestigiosas, convalidadas por el
poder, versus el saber que da la experiencia del hambre, del trabajo, de la
soledad, de la entrega hacia los demás.
Es importante destacar que Ciudad Juárez se encuentra en la frontera entre
México con Estados Unidos de América, país que utiliza, naturalizadamente,
la mano de obra barata de lxs subalternxs hispanoamericanxs, para llevar a
cabo el trabajo sucio que ellxs no quieren hacer, y que luego es vendido a los
mismos países situados al sur de la frontera.
Carlos Fuentes, en La frontera de Cristal, da cuenta de esta problemática
cruenta y desoladora en el relato Malintzin de las maquilas.
Las diferencias se han banalizado, según la postura de Arendt, se han
naturalizado, y lxs sujetos son tratadxs como simples fuerzas a bajo
costo para contribuir a la riqueza estadounidense.
Tal como lo afirma Angenot , se ha cristalizado un discurso que
sostiene, para esta época, el reinado de una hegemonía de lo pensable,
en el cual las reglas establecen la legitimidad de que la sociedad, los
terratenientes, los latifundistas, los poderosos económicamente, cierta
franja de la ciencia y de la iglesia, entre otras voces, argumenten y
narren, persuadan y prueben la concepción de la mujer como un sujeto
de uso y abuso, como una pieza de una maquinaria bestializada, un
engranaje diminuto e invisible que hace, sin embargo, funcionar la gran
empresa americana.
El poema apuesta a diluir la cristalización ya que el mal que aqueja a la
sociedad mediante los femigenocidios y otras formas del horror, la
constituyen en un sujeto enfermo, que se autodestruye. En este tiempo
que el poema denuncia, todos esos discursos, tal como lo afirma
Angenot, están provistos de aceptabilidad y encanto: lxs
hispanoamericanxs consideran que “el sueño americano” es la única
manera para superar una economía precaria y casi inexistente. Para lxs
hispanoamericanxs y, para los ciudadanxs que habitan en países
subdesarrollados, esos puñados de dólares y/o euros o cualquier otra
moneda de peso, son los que permitirán que las familias no mueran de
hambre, aún, paradójicamente, a costa del desmembramiento y
destrucción de la misma.
Y es que esos discursos tienen una gran eficacia social y cautivan a los países
que están debajo del Río Bravo, y conllevan esa permeabilidad particular,
influyen ostensiblemente y dan lugar a la disolución de lxs sujetxs, que en la
trayectoria hacia Estados Unidos o hacia las grandes capitales, encuentran,
las más de las veces, la muerte, la soledad o la esclavitud.
Por ello, como poeta sensible, Francesca Gargallo pone en evidencia una
capacidad de apreciar y de renovar la necesidad de visibilizar estos males
presentes.
Más allá de que, tal como sostiene Angenot, los discursos “están dotados de
un poder social en virtud del cual se imponen a una colectividad, con un
margen de variaciones y se interiorizan en las conciencias”, Francesca
Gargallo propone en su poética otro poder, el poder extraordinario del arte
para reformular las cristalizaciones y para que, como las mujeres que habitan
el poema Bosnia, Congo, Ciudad Juárez, puedan recuperar lo que les
pertenece a quienes pretenden destruirlas con una violencia visible e
invisible.
Tal es la capacidad de la poesía, recordarnos la presencia de aquellas
fronteras transparentes, de cristal, que se constituyen en obstáculos
invisibles contra los que nos estrellamos, porque deben ser
reconocidas, para construir caminos hacia la dignidad y la vida.
Cruces de color rosa en la calle Olvera en Los Ángeles, colocadas el Día de los Muertos en memoria de
las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez.
Bibliografía

Angenot, Marc. (2012) El discurso social. Límites históricos de lo pensable y lo decible. Siglo XXI
Editores.
Arendt, Hanna. (1998) Los orígenes del totalitarismo, trad. Guillermo Solana. Madrid, Taurus.
Fuentes, Carlos. (1996) La frontera de cristal, Una novela en nueve cuentos. México, Alfaguara.
Gargallo, Francesca. 2011. Se prepara a la lluvia a la tarde. Ediciones Corcon (Corte y Confección).
México.

Sitios consultados:

Referencias que documentan la problemática de los femicidios en Ciudad Juárez


Filmografía
Películas
2006 - Bordertown (La ciudad del silencio)
2006 - La Virgen de Juárez (con Minnie Driver)
2008 - Backyard: El traspatio
Documentales
2001 - Señorita extraviada (dirección Lourdes Portillo)
2003 - Hecho en Juárez (dirección Arturo Chacón)
2006 - En el borde (dirección Steev Hise)
2006 - Una noche en Juárez (dirección Alex Flores y Lorena Vassolo)
2006 - Bajo Juárez, la ciudad devorando a sus hijas (dirección Alejandra Sánchez Orozco y José Antonio
Cordero)
2006 - Juárez: la ciudad donde las mujeres son desechables
2007 - XPress (dirección Mauro García Dahmer, segmento conducido por Ilana Sod)
Silencio en Juárez (Discovery Channel) Series
1985-2007 - Mujer, casos de la vida real (Televisa).
2013 - The Bridge (FX).
Vídeos musicales y cortometrajes
2001 - Invalid Litter Dept. (música At The Drive-In, dirección Michael Carone)
2005 - Madres de Juárez luchan por justicia (producción Zulma Aguiar)
2016 - Fresas en Bagdad (dirección Omar Jerez, Julia Martínez)
Literatura
2004 - 2666, novela de Roberto Bolaño que gira en torno a los feminicidios en una ciudad
ficticia (Santa Teresa) que alude a Ciudad Juárez.
-La frontera de Cristal, Carlos Fuentes, uno de los cuentos de la novela relata el
trabajo de las maquiladoras.
2007 - Las Hijas de Juárez, libro de Teresa Rodríguez
Teatro
Hotel Juárez, de Víctor Hugo Rascón Banda
Mujeres de Arena, de Humberto Robles
Bosnia:
http://www.unwomen.org/es/get-involved/step-it-up/commitments/bosnia-and-herzegovina

“En un compromiso con la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en los ámbitos
nacional e internacional, Bosnia y Herzegovina se basará en un sólido marco jurídico e institucional
para promover la igualdad de género, exigiendo que el Estado tome medidas firmes encaminadas a
lograr la igualdad de género. El país actuará en consonancia con su Plan de Acción sobre Cuestiones
de Género para el periodo 2013-2017 y el Plan de Acción de la RCSNU 1325 para el periodo 2014-
2017. Bosnia y Herzegovina se comprometen a aplicar el Convenio de Estambul del Consejo de
Europa sobre la prevención y la lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica.
Está previsto que se aborden tres áreas, a saber: una mayor inclusión de las mujeres y la reducción
de la discriminación en el mercado laboral; la prevención de la violencia doméstica; y el apoyo a las
mujeres sobrevivientes de violencia sexual relacionada con los conflictos”.

Congo:
https://www.geledes.org.br/lo-que-esta-pasando-en-el-congo-es-un-feminicidio/
Película
Radio Okapi: http://radiookapi.net/

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