Historia de La Aviacion Bol.
Historia de La Aviacion Bol.
Historia de La Aviacion Bol.
1 PRIMERA ETAPA.
En la Edad Moderna, Leonardo Da Vinci, hizo sus primeros estudios hacia el año 1500
sobre los principios básicos del vuelo mediante la observación de las aves, esto le
permitió construir varios artefactos de vuelo impulsados por la fuerza muscular.
Leonardo Da Vinci
1452 - 1519
2 SEGUNDA ETAPA.
1868 - Wenham estableció la relación de forma de las máquinas de vuelo, alas más
largas y estrechas dan mejores resultados.
1893 - 95 - Hargrave ensayó modelos accionados por gomas y aire comprimido, realizó
un vuelo de unos 100 m.
3 TERCERA ETAPA.
17-12-1903 – Los Hnos. Wright, realizaron el 1er. vuelo con motor, manteniéndose 12
segundos en el aire.
1 – 77
1906 - El 13 de septiembre de 1906, Santos Dumont realizó un vuelo público en París,
en su famoso avión, el 14-bis. Este aparato usaba el mismo sistema de alabeo
empleado en las aeronaves de los hermanos Wright y logró recorrer una distancia de
221 metros. El 14-bis, al contrario que el Flyer de los Wright, no necesitaba raíles,
catapultas o viento para alzar el vuelo y, como tuvo mucha repercusión mediática en
aquel momento, el vuelo es considerado por algunas personas como el primero
realizado con éxito de un avión. Cuando se realizó este vuelo, poco o nada se sabía de
los hermanos Wright, por lo que la prensa internacional consideró al 14-bis de Santos
Dumont como el primer avión capaz de despegar por medios propios.
Santos Dumont, después del 14-bis, inventaría el primer ultraligero, el Demoiselle, que
fue el último aparato que desarrollaría. También realizó importantes avances
relacionados con el control del avión en vuelo y de los alerones de sus aeronaves, en
octubre, Alberto Santos Dumont realizó la 1ra. demostración pública.
1910 - Jorge Chaves, peruano, voló en un biplano desde Suiza hasta Italia.
1915 - Hugo Junkers, alemán, construyó el 1er. avión de pasajeros: el Junkers F13.
1919 - John Alcock y Arthur Whitten cruzaron por 1ra vez el Atlántico.
1927- Charles Lindbergh voló desde Nueva York a París sin escalas en el Spirit de
Saint Louis.
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4 ORÍGENES DE LA AERONÁUTICA EN BOLIVIA.
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Santa Cruz, pretendiendo volar con un aparejo de alas de su invención, para caer inerte
“como un saco de papas” al decir del vulgo. Bolivia tendría en NEPOMUCENO al
heroico emulo del monje benedictino ingles Malmesburry, que hacia 1030 se lanzó
desde una torre con alas confeccionadas por el mismo, para caer al suelo mortalmente
herido.
El piloto CARLOS DAZA CÁRDENAS, luego de coronar con éxito sus cursos en la
Escuela de Aviación Militar de Pau capital de Béarn en Francia, toma parte y muere
heroicamente durante el raid de una escuadrilla francesa, que bombardea la ciudad de
Soissons, caída en poder del enemigo.
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Seguro de que la aviación podría algún día prestar importantes servicios a su patria, se
dedicó a esta arma. Modesto, audaz y entusiasta por la causa de los aliados, que es la
humanidad, ha muerto como un héroe haciendo honor a su patria, cuyos colores
llevaba siempre sobre su pecho.
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Marruecos, mereciendo seis citaciones y condecoraciones por acciones de guerra. Es
especialmente recordada su condecoración con la Orden Nacional de la Legión de
Honor (Ordre national de la Légion d'Honneur) en el grado de Officier (Oficial), por su
actuación en la Segunda Batalla de Aisne –sector de Chemin des Dames en Abril de
1917.
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TOMSICH.
Luego se compró un motor “Argus” de 180 H.P. que fue instalado en el avión,
conformándose al tipo “Bleriot”, terminando este, se le denomino “CÓNDOR” y se fijó el
28 de noviembre 1917 para efectuar la primera práctica de vuelo en el campo de
ensayos preparado a algunos kilómetros de la localidad de Viacha, próximo al cerro de
Las Letanías.
Dado el resultado negativo de la prueba con este aparato, que concito una gran
polémica, el constructor TOMSICH decide contratar por su cuenta al piloto argentino
ANTONIO CHUIMIENTO, brevetado en el 1914, a objeto de demostrar que el fracaso
de la prueba no se debía al avión de su construcción.
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mecánicos de motores y armadores de aviación, con lo que el gobierno dio oficialmente
terminadas estas pruebas.
El constructor Andrés TOMSICH BRAIDA, era natural de Trieste, Italia, hijo de Giacomo
Tomsich y Justina Braida. Recibió enseñanzas de mecánica y construcciones de
aviones en la ciudad de Pordenone, cuya Escuela de Aviación lo empleo para colaborar
en estos trabajos.
Todos esperaban el día en que las tentativas y pruebas de vuelo dieran como resultado
el triunfo de la aviación en el país, pero nadie pensó que este feliz acontecimiento se
produjera tan pronto.
Es así que pasadas las 5 horas de la tarde del día 17 de Abril de 1920, el pueblo
paceño contemplo jubiloso las magníficas demostraciones aéreas que sobre la ciudad
de La Paz realizo el experto aviador Cap. Hudson, remontándose por los aires con gran
seguridad y pericia.
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Épico. Momentos antes del histórico primer vuelo en Bolivia. Al centro, Hudson y sus
mecánicos en lo que hoy es la Base Aérea de El Alto
Esta memorable hazaña rompió el mito de la imposibilidad del vuelo sobre el altiplano
boliviano.
El avión utilizado en la prueba famosa fue el potente triplano “Curtiss” con un motor
“Wasp” de 400 H.P. traído especialmente desde los Estados Unidos a La Paz, vía Arica,
con el objeto de iniciar un nuevo y efectivo intento de vuelo en el país.
El 6 de Mayo de 1920, el Teniente Coronel, que recibió este grado por su anterior
hazaña en Bolivia, evoluciono sobre el Titicaca, el Lago sagrado de los Incas, durante
más de cinco minutos, cumpliendo arriesgadas pruebas acrobáticas que motivaron gran
jubilo entre los pobladores del puerto lacustre de Guaqui.
El 15 de Mayo sobrevuela además el nevado Illimani a una altura de 29 mil pies (9.600
m.s.n.m.) batiendo el record sudamericano de altura en la época, puesto que el Illimani
se eleva hasta los 6.710 m.
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efectuar un aterrizaje forzoso en Sica Sica, en circunstancias no aclaradas, habiéndose
destrozado el triplano. Este nuevo percance trunca, por un tiempo, la actividad aérea en
el país.
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Refiriéndose a su hazaña, el aviador nacional Cnl. Julio Saavedra expresó: “Con su
magistral e inolvidable vuelo de 25 minutos, a una altura de 8 mil metros sobre sobre el
nivel del mar, rematado por tres rizos, una caída de hoja y un tirabuzón, Hudson puso
punto final a la controversia mantenida entre los que anhelaban la implantación de la
aeronáutica en el país, con el empleo de aparatos adecuados a nuestra condiciones
topográficas y aquellos que negaban la posibilidad de vuelo en Bolivia, exponiendo
diversos argumentos”
Después de la rescisión del contrato con el gobierno de Bolivia y desde que retornara a
su patria, desconocemos las posteriores actividades del Tcnl. Hudson. Solamente
recibimos la noticia de su muerte acaecida en Meryland el 10 de Julio de 1967.
Durante el gobierno del Dr. Bautista Saavedra, el industrial boliviano Simón I. Patiño
obsequio al ejército nacional dos aviones de fabricación “Bleriot” ambos del tipo “Spad”,
uno de la escuela de 180 HP y otro de la guerra de 450 HP.
Contratado por el mismo industrial llego al país uno de los más reputados aviadores
franceses, el Tte. MAURICE BOURDON. Este realizó su primera prueba el 8 de Marzo
de 1921, sobrevolando magníficamente la ciudad de La Paz, durante cinco minutos.
Se fijó el 3 de Abril próximo para la entrega oficial de las dos aeronaves, en la nueva
pista de aviación en El Alto. Con este motivo, damitas de la Cruz Roja Boliviana
comienzan a vender escarapelas alusivas al acto, a fin de recaudar fondos pro-aviación
nacional. La comuna paceña, que no deseaba permanecer indiferente, refiere conferir al
industrial minero Patiño un artístico pergamino en reconocimiento de la importante
donación y como un sentido voto de aplauso a su filantropía.
El día señalado se trasladó hasta “El Alto” una numerosa y vocinglera concurrencia. El
jefe de Estado se hizo también allí presente en compañía de altas personalidades
oficiales y diplomáticas, llevándose a cabo la entrega del avión de Escuela, con
exitosos vuelos acrobáticos, que causaron inusitado asombro y entusiasmo en los
presentes al acto
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Para el segundo vuelo en el avión biplaza de guerra piloteado por Bourdom es
acompañado por el Sr. Agustín Fernández, secretario representante de la firma “Simón
I. Patiño” quien durante la demostración lanza sobre el público una buena cantidad de
folletos relacionados con la historia de la aviación y volantes alusivos al acto que se
cumplía
Pero con esta ocupación provoco, al parecer, la primera catástrofe aérea en el país, en
circunstancias no muy bien establecidas hasta hoy.
Contaba a la sazón este Tte. de aviación francés con 34 años de edad. Había
participado en la primera ofensiva alemana, interviniendo en la batalla de Verdum y en
la Saint Michel. Detentaba el brevet de piloto superior militar desde hacía 8 años. Brevet
que antes de la guerra lo poseían únicamente 20 aviadores civiles de Francia
Vencedor de la carrera aérea Buc-Londres, se dedicó a los viajes aéreos entre parís y
Londres, de los que realizo 57 travesías en servicio de pasajeros y correo, atravesando
el Canal de Mancha generalmente en medio de la más densa neblina. Fue acreedor a
la legión de Honor, la Medalla Militar, la Cruz de Guerra con Palmas, y otras
condecoraciones de los países aliados
A su muerte, acaecida al hacer entrega de los aviones traídos de Francia a Bolivia, dejo
en Paris una joven viuda y un niño de 4 años de edad. El gobierno de Bolivia decreto
duelo nacional el día 4 de abril, habiendo sido sus restos inhumanos en el Cementerio
General, hasta que, el 27 de noviembre de 1967, los mismos fueron transferidos a un
sarcófago.
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juventud boliviana por conquistar nuestros aires andinos.
Días después, el 21 de noviembre lleva a cabo su exitoso vuelo Poopó-Oruro. Este raid,
con su Fiat R.2, de 180 H.P. denominado “Cobija”, en el que lleva como pasajero a un
señor Nordesich, lo cumplió durante 15 minutos al aterrizar exitosamente.
Este primer raid cumplió en los aires nacionales por un aviador civil boliviano y las
nuevas demostraciones efectuadas sobre Oruro, le ganaron en su ciudad natal más de
una veintena de medallas y otros muchos premios. Solo los desperfectos de su aparato
en la ciudad de Cochabamba, cuando clavo su biplano en un barrial para evitar una
caída sobre la gente, aunque el resultó ileso en el accidente, le impidieron continuar con
los nuevos itinerarios proyectados.
El piloto Mendoza tuvo luego el heroico mérito de tomar parte en la guerra del Chaco,
como jefe de transportes, desde la iniciación misma de las hostilidades hasta su
finalización en 1935, cuando alcanza el grado de Tcnl. de reserva, a tiempo de merecer
condecoraciones de guerra y la licencia para desmovilización.
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accionados por motores rotativos “Le Rhone Clerfet “, con destino a la Escuela Militar
De Aviación.
El Cap. Vargas nació en La Paz en 1897. Egresado del Colegio Militar, viajó a España
con el grado de Tte. Para estudiar en la Escuela De Cuatro Vientos, habiéndose
brevetado en 1918. En Francia se recibió como ingeniero del gobierno en algunas
fábricas de aviones de Europa. Fundador de la escuela militar de aviación en 1923,
ocupo algunas cátedras y la dirección técnica en la misma escuela. Fue también
catedrático de la escuela superior de guerra, periodista y colaborador de diversas
publicaciones extranjeras, jefe de las secciones de “Material Bélico” y de “Aviación” del
Estado Mayor General, durante la guerra con el Paraguay.
El Cap. Eduard Deckert, que había acompañado al Cap. Vargas en algunos RAIDS,
efectuó a su vez, con el mecánico André Ceradin, el RAID La Paz- Oruro-Potosí-La
Paz, cubriendo 540 millas en 5 horas, en fecha 30 de noviembre de 1923. Cumplió
también algunas demostraciones de propaganda aérea en la ciudad de Cochabamba y
el 13 de febrero de 1924 realizó arriesgadas pruebas de acrobacia en el campo de Bella
Esperanza de Sucre, a pesar de aterrizar de emergencia en el rio Pilcomayo se salvó
milagrosamente de una muerte segura.
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nuevo elemento ofensivo, eficaz medio de vigilancia y exploración. Esto obligó
posteriormente a la mayoría de los países a dedicar esfuerzos para introducir esta
importante innovación tecnológica dentro de sus milicias, considerándola como un arma
auxiliar, llamada en la época como la “cuarta arma”.
Pero fue a raíz del restablecimiento de relaciones con Alemania (1922), que se volcó
esta preparación hacia la búsqueda de nuevas formas de instrucción y preparación. Es
así, que se destinó hacia los institutos alemanes de aviación militar a Jorge Jordán,
Ricardo Rocha y Lucio Luisaza y la contratación por cinco años del Tcnl. Hans Haeberly
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y el mecánico Ernesto Meyer, como jefes de pilotos y mecánicos, respectivamente,
hecho que creó una competencia interna en la Escuela, debido a la rivalidad de ambas
escuelas europeas en la formación de los alumnos. En este contexto es necesario
mencionar el desprendimiento del pueblo potosino, al haber sido el primero en
obsequiar al Ejército un avión de guerra, llamado “Potosí”, que luego sería secundado
por La Paz y Oruro, en noviembre de 1926 y que también tuvieron los denominativos
de dichas ciudades donadoras.
Son muchos años de esfuerzos, desprendimiento del pueblo y del Estado, por crear o
consolidar una institución que hoy tiene la tarea de integrar al país, sirviendo y
cumpliendo el rol fundamental que le fue dado por el pueblo boliviano hace más de 90
años, y que al presente realiza un homenaje silencioso a esos intrépidos hombres
olvidados, que alguna vez en esas metálicas aves llevaron con orgullo por los cielos la
tricolor nacional.
Con este motivo fue nombrado el siguiente personal: Director de la Escuela Tcnl.
Victorino Gutiérrez, jefe de pilotos, Tcnl. Donald Hudson, Pilotos, Cap. Rene Pareja,
Cap. Alfonso Crespo, Tte. Bernandino Bilbao Rioja y Tte. Ernesto Arévalo.
Fueron designados como miembros de la junta eminentes ciudadanos, entre los cuales
anotamos: Andrés Muñoz, Daniel Sánchez Bustamante, José S. Quinteros, José Luis
Tejada Sorzano, Moisés Ascarrunz, Alberto Diez de Medina, y Felipe Segundo.
Guzmán
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En fecha de 28 de junio del mismo año, nuestro país aprueba mediante Resolución
Suprema, la convención que debe reglamentar de navegación aérea y que había sido
suscrita el 13 de Octubre de 1919 en Paris, por el enviado extraordinario de Bolivia en
Francia, Dr. Ismael Montes, con los Plenipotenciarios de otros países.
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conocimiento de las autoridades respectivas, en busca de aprobación. Poco después el
4 de octubre, los referidos Estatutos fueron parcialmente aprobados por el Gobierno
Nacional.
Bajo la presidencia de Ismael Montes en 1916, se había sancionado una ley con el
propósito de crear una Escuela militar de Aviación y aun en 1920 el presidente
Gutiérrez Guerra promulgo otro decreto creando la mencionada escuela pero tampoco
logró efectividad.
Dada la imperiosa necesidad de contar con un plantel para preparar pilotos nacionales
al servicio de nuestras actividades aéreas, la iniciativa fue llevada a su culminación por
el dinámico presidente Bautista Saavedra, en 1923. Así el decreto supremo del 7 de
septiembre de ese año dispone la creación de la Escuela Militar De Aviación, que debe
funcionar en “El Alto” de la Ciudad de La Paz bajo el patrocinio del Presidente de la
Republica.
En efecto, dotada del personal necesario así como de los servicios y materiales
indispensables para su funcionamiento el 12 de octubre de 1923 tuvo lugar la solemne
inauguración de la Escuela Militar de Aviación con la intervención personal del
presidente Saavedra, ante los altos funcionarios del estado y miembros de la
representación extranjera, en medio del mayor alboroto público.
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Aviación Nacional, una labor constante del país entero y de la fe inquebrantable de los
hombres del estado habían vencido todos los obstáculos y coronado todas las
aspiraciones del pueblo boliviano, inaugurando hoy la primera escuela de aviación en
Bolivia el día mismo en el que la raza latina celebra sus fiestas intercontinentales”.
“Conquistadas las alturas de la patria, dentro de poco tiempo más, saldrán en raudo
vuelo, aviones que impulsados por manos firmes y seguras de pilotos nacionales
sabrán conducir, por nuevos senderos, el triunfo que en estos instantes vislumbra la
patria.
De la pista de El Alto, situada a los 4.080 metros de altura y luego de su bendición por
el Nuncio Apostólico Monseñor Tito Trochi, descolaron los flamantes aviones piloteados
por el aviador francés Deckert y el boliviano Vargas Guzmán, para cumplir las brillantes
demostraciones de vuelo que hicieron más espectacular la inauguración del
establecimiento, que durante años, constituyó el más caro anhelo del pueblo boliviano
concluyo el acto, con la emotiva improvisación del ministro de Guerra Don Juan Manuel
Sainz.
Los primeros aviadores instructores de esta Escuela fueron: Tte. Cnl. Victorino
Gutiérrez, Director. Tte. Cnl. Donald Hudson, Jefe de Pilotos. Cap. René Pareja, Piloto.
Cap. Alfonso Crespo, Piloto. Tte. Bernardino Bilbao, Piloto. Tte. Ernesto S. Arévalo,
Piloto.
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9.2 PRIMER VUELO COMERCIAL EN BOLIVIA.
Pese a que en aquella época se carecía de mapas adecuados para los viajes aéreos y
una gran nubosidad envolvía en aquella fecha la región chuquisaqueña donde se
encuentra el aeródromo de Sucre, la pericia del piloto Alemán las indicaciones del
ingeniero boliviano lograron que el “Junkers” llegara a su destino sin ningún
contratiempo, aterrizando en el hermoso campo, que para la pista había cedido el
ciudadano patriota Pedro Dávalos.
La población de Sucre recibió con gran júbilo este vuelo especial, que al mismo tiempo,
constituía uno de los números del programa de festejos del centenario en la capital de
la Republica.
Los exitosos vuelos cumplidos por el Junkers F-13 desde Cochabamba hasta la Ciudad
de Sucre, La Paz y Oruro, salvando en pocos minutos los nevados montes andinos, los
profundos abismos y los caudalosos ríos, daban lugar a la creación de la primera
empresa comercial de vuelo en Bolivia.
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El Sr. Guillermo Kyllmann, uno de los más prestigiosos miembros de la colonia
alemana, que había obsequiado ese avión con motivo del centenario del país, desplegó
sus mejores esfuerzos para constituir la proyectada compañía. En efecto, como
homenaje al Departamento de Cochabamba, se reunió el 15 de septiembre de 1925 la
primera junta General en el local de la Cámara de Comercio de la ciudad de La Paz,
situado en el edificio Taborga de la calle Socabaya.
En aquella sesión y poniéndose de pie, don Guillermo Kyllmann declaró con elocuencia
la necesidad de crear la empresa aérea en el país.
Recordó que en el “Oriente” se había volado hasta ese entonces, 5.210 km. y se había
conducido a 184 pasajeros, sugiriendo que el directorio de la empresa a crearse
estuviese en La Paz, así como la gerencia en la ciudad de Cochabamba.
“En la ciudad de La Paz, el día 15 de Septiembre de 1925, a horas 5 p.m., reunidos los
que al pie suscribieron fundar la empresa Lloyd Aéreo Boliviano, con el propósito de
iniciar, desenvolver y nacionalizar el servicio Aéreo, encargado de atender las
necesidades de del comercio e industria en general, así como todas las actividades del
País, prestando colaboración patriótica a los servicios públicos dentro de las
prescripciones establecidas dentro del Estatuto Orgánico de la sociedad, bajo las bases
esbozadas por el Sr. Guillermo Kyllmann ; la sociedad funcionara conforme a los
estatutos que se aprueben . En seguida se pasó a designar el Comité Directivo
habiendo sido elegido por unanimidad los siguientes señores: Abdón Saavedra, Carlos
Anze Soria, Moisés Ormachea, Eduardo Soliz, Hugo Ernst, Emilio Antelo, Hernando
Siles, Ramón Rivero, Vicente Fernández, Favian Vaca Chávez, Augusto Fernández,
Julio Knaudt, Antonio Velasco Damián Z. Rojas, Guillermo de Notta, Napoleón Gómez,
Julio Tellez Reyes, Avelino Costas, Carlos Albrecht, Juan Elsner, W. Kyllmann, Walter
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Flossbach F. Schohaus, Juan R. Rivero. C.A. John”.
En efecto en la mañana del miércoles 29 del mismo mes, la aeronave Doolittle empezó
sus vuelos de prueba en presencia del Sr. Ministro de Guerra y otras personalidades
además del director de la Escuela de Aviación Cnl. Blacutt y sus alumnos.
Fue sin embargo el viernes 2 de Marzo su gran día emotivo. Como en días anteriores
pilotea su veloz monoplano Curtiss “Hawk” y emprende sus vuelos de prueba. A su vez
el My. Lemaitre, llevando a un oficial para el manejo simulado de una metralla despega
con el pesado Breguet “Potosí”.
Las alternativas del espectáculo tuvieron lugar durante largos 20 minutos, al cabo de los
cuales, el fallo no siempre convincente de los árbitros Haeberli, Santalla y Jordán,
atribuye para su colega de la escuela de aviación, My. Lemaitre, un rotundo éxito.
Para el inicio de la Guerra del Chaco, Bolivia contaba con un cuerpo aéreo muy capaz
según los estándares suramericanos. Poseía por aquel entonces una de las "Mejores
Fuerzas Aéreas Del Continente". El país contaba con una variedad de aeronaves
militares europeas, inclusive cinco Fokker C.5 B, holandeses, y seis bombarderos
Breguet XIX A2 franceses.
22 – 77
cumplieron misiones de vuelos importantes logrando las expectativas de éxitos tácticos
y logísticos. La dosificación de su empleo estaba condicionada a los planes operativos
de las grandes y aun de las pequeñas unidades terrestres, de acuerdo a las
características de los objetivos que debían alcanzarse. El Mando Aéreo estaba
capacitado para satisfacer los requerimientos bélicos, tanto por la preparación
profesional de sus integrantes como por la calidad y cantidad del material aéreo.
La pronta adaptación de las tripulaciones a sus máquinas, hizo que éstas funcionaran
con la necesaria seguridad y explotación económica. Sin embargo, por causas
imponderables. Los coeficientes de pérdidas por accidentes en misiones de combate en
el frente de batalla disminuyeron los efectivos, y los reemplazos se cubrían con las
reservas previstas.
De fabricación francesa:
De Fabricación Inglesa:
De fabricación norteamericana:
De fabricación alemana:
23 – 77
3 Aviones Junkers F-13, de transporte
Los aviones ingleses Vickers Vendace, Vespa y Scout, adaptables a malas pistas, de
despegue y aterrizaje corto, de amplia superficie de sustentación y maniobrables,
rindieron óptimos resultados.
Los aviones norteamericanos Curtiss Osprey, Hawky Falcon, los mejores de la época,
de finos perfiles aerodinámicos, veloces y maniobrables, calibrados para nuestras
variadas exigencias geográficas, fueron las mejores máquinas.
Los aviones alemanes Junkers F-13, W-34, K-43 y los trimotores Junkers Ju-52,
construidos al amparo del tratado de Versalles, de versión civil-militar, fueron de empleo
versátil y gran coeficiente de seguridad, llevaron fluida alimentación logística a nuestras
tropas.
Durante los meses antes del conflicto, los bolivianos desplazaron un grupo aéreo de
tres aviones de combate Vickers 149 "Vespa III", tres bombarderos Breguet XIX, un par
de Fokker C.V y 6 de los recientemente adquiridos aviones de combate Vickers Scout
Tipo 143 "Bolivian Scout" a Villa Montes, en la frontera del Chaco y las tierras bajas de
24 – 77
Bolivia. Más tarde se sumarían los más recientes Curtiss P-1 Hawk IA, Curtiss 35A
"Hawk II", Curtiss 65 “Sea Hawk II”, Curtiss CW-A14R "Osprey" y Curtiss CW-O1/A3
"Cyclone Falcon", en adición a la flota de transporte compuesta por aeronaves Sikorsky
S-38B, Ford 5-AT-D "Trimotor", Junkers F-13L&W, Junkers W34.ci, Junkers K43 y
Junkers Ju.52/3mde&mge algunos de estos transportes podrían haberse modificado
rápidamente para misiones de Bombardeo, pero esto no se hizo.
El Presidente boliviano Dr. Daniel Salamanca, acusado sin mucha razón de belicista,
poco antes de su muerte menciona: “Llanamente debo declarar que yo tenía el
propósito de prestar especial atención a la cuestión del Chaco… También debo afirmar
que no existía en el Gobierno ningún deseo de provocar la guerra…”Y resume más allá
las actividades bolivianas anteriores al incidente iniciador de la contienda, con estas
palabras: “Un vuelo en aeroplano por el piloto señor Schrot y por el Mayor Moscoso,
había señalado al Sud Este de Madrejón, dos o tres galpones en el bosque a orillas de
un lago. Se trataba de llega allí. La noticia del descubrimiento de los galpones me fue
dada por el Jefe de Estado Mayor, General Osorio y de ella hablamos después dos o
tres veces. En todas ellas expresé el temor de que fuera un fortín paraguayo. A su vez
me replicaba que también podía ser un tolderío de salvajes y que era necesario
averiguarlo. Pero, la intención era que en ningún caso se provocaría un conflicto, ni
siquiera un rozamiento con fuerzas paraguayas”.
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la orden fueron más allá de lo instruido y aún representaron la orden superior de
“desocupación” de dicha Laguna, impartida el 18 de Junio, tres días después del
ingreso al fortín construido por los paraguayos.
La mañana del 15 de Junio de 1932, según el informe del Mayor Moscoso, redactado al
día siguiente del incidente, se tomó sorpresivamente el fortín paraguayo con 18
hombres, habiendo los soldados paraguayos huido por el laberinto de sendas, en los
que fue imposible seguirlos.
De nada valieron los esfuerzos diplomáticos para enmendar la errónea actitud del
Mayor Moscoso “Una reclamación del gobierno paraguayo habría sido inmediatamente
atendida… Bolivia estima que no hay motivos suficientes para interrumpir las gestiones,
por el contrario, hay mayor necesidad de preservar en ellas”.
Pero el gobierno paraguayo que había visto llegar su mejor oportunidad para iniciar
seriamente las hostilidades, guardó silencio internacional y dispuso en secreto la
retoma “a viva fuerza” del fortín Antonio López. Llegó pues, su mejor pretexto para dar
comienzo a su estudiado y preparado plan de ataque. El Tcnl. Félix Estigarribia,
Comandante Paraguayo de la Región, había dispuesto ya las medidas del caso.
Atacaría primero el Fortín un grupo de 50 hombres, al que seguiría un batallón de 372
hombres de infantería y caballería, con 16 oficiales, provistos de importante dotación de
armas modernas.
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10.2 INICIACIÓN DE LAS HOSTILIDADES.
“Si me opongo por más tiempo al ejercito manifestó el Presidente Ayala me quedaré
sin ejército” y decididamente se impartieron las órdenes para la inmediata “ofensiva
paraguaya, destinada a humillar a la altanera adversaria y asombrar al mundo”.
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10.3 MOVILIZACIÓN ÁREA BOLIVIANA.
Fueron así mismo movilizados los mecánicos de aviación Alejandro Robles, José Max
Ardiles y Lucio Bustillos.
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10.4 PRIMERAS OPERACIONES AÉREAS.
El Cap. Jorge Jordán, llevando como observador al Tte. Pascoe toma parte en la
captura de Corrales, que cae en nuestro poder el 27 de Julio de 1932 con relativa
facilidad. Ubicada la posición de Toledo, fortín que se encontraba oculto en el bosque
alto y tupido. Los soldados bolivianos, que en marchas forzadas habían cubierto casi 50
Km. en 12 horas, sin contar con agua y los medios necesarios, ocupó al cabo de una
hora las posiciones principales de Toledo el día 29 Julio.
También ese mismo día, el avión de observación y bombardeo Vespa Vickers, piloteado
por el TTE. ELÍAS BELMONTE y JULIO A. SAAVEDRA GOYTIA, efectúa un aterrizaje
forzoso en el sector de Aquino (Estéreos de Patiño), ocupado por el enemigo, en
circunstancias de realizar un reconocimiento. Ambos pilotos sin que hubiesen sufrido
herida alguna, fueron sorprendidos y capturados como prisioneros, antes de tener
tiempo de destruir su máquina.
“Un avión boliviano que sobre volaba en misión de reconocimiento a muy baja altura el
fortín Gral. Aquino… tocado por proyectiles de nuestra defensa antiaérea se vio forzado
a aterrizaren un cañadón de las proximidades, destrozándose el aparato. Lo tripulaban
los pilotos aviadores Tte. 1ro. Elías Belmonte y Armando Saavedra Goitia, quienes
cayeron en poder de nuestras tropas”.
Tres meses después, el 30 de noviembre, se anunciaba por radio que el Tte. Elías
Belmonte fue sorprendido por una patrulla policial en circunstancias de atravesar la
frontera argentina, huyendo de su cautiverio.
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A la cabeza del Tcnl. Luis Emilio Aguirre, los 250 hombres del Regimiento Azurduy
arremetieron a la bayoneta calada, en tierra, contra las tropas paraguayas, hasta que al
cabo de dos horas de combate, en que no se oyó un solo disparo sino el ruido del
hierro, los invasores retrocedieron en confusa dispersión y emprendieron su retirada. La
escuadrilla aérea de Jordán comunicó a la 01: 30 de ese mismo día la retoma del fortín
Boquerón por los bolivianos.
El ayudante del Comandante Aguirre, Tte. José Ávila, relatará después en forma
patética, los fastos principales de aquel día:
El Tcnl. Luis Emilio Aguirre falleció días después como consecuencia de las heridas
recibidas en la toma de Boquerón, siendo reemplazado en el mando de la guarnición
del fortín por el Tcnl. Manuel Marzana.
En Boquerón, la aviación actuó por primera vez en Sudamérica en este tipo de acción
de armas, produciendo sorpresa, desconcierto y desarrolló acciones de interdicción en
el repliegue de las tropas adversarias sobre el eje Boquerón - Isla Poí.
Los Fortines corrales y Toledo, al Norte de Muñoz y más distantes que Boquerón,
requerían una rápida y eficaz cobertura aérea y, en efecto, con acciones de intenso
reconocimiento aéreo, bombardeo y ametrallamiento, se facilitó grandemente el avance
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y su conquista, por el Destacamento Coronel Peñaranda.
“La toma del fortín Rojas Silva ha sido para nuestras tropas de un heroísmo admirable.
Esa posición ocupada por el adversario fue capturada con una facilidad estupenda.
Precedió a ella el 6 de septiembre un bombardeo de la aviación y cuando llegamos a
ella nos sorprendimos de la magnificencia del lugar bañado por un riachuelo de agua
cristalina. El enemigo, frente al ímpetu de nuestras tropas, huyó desesperadamente
dejándonos un botín considerable de armas, municiones y ganado”.
Los defensores paraguayos de dichos fortines se replegaron hacia Isla Poy, donde se
organizaba ya el grueso del ejercito paraguayo y se preparó durante más de un mes, la
vigorosa ofensiva de septiembre. Paraguay decretó la movilización general y el 10 de
agosto, sus fuerzas desprendidas de Rojas Silva y Falcón atacaron el puesto boliviano
Tejerina.
Bolivia se vio obligada a llamar a sus revistas de 1927-1931, iniciando así la llamada
“guerra de cuenta-gotas”… y su Presidente imparte esta orden: “Como reacción del
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enemigo más que probable, estudien y acuerden un plan de resistencia inquebrantable
que dé tiempo a llegada refuerzos para salvar honor nacional”.
Por su parte, el Gral. Osorio, Jefe del E.M.G. expide el 14 de agosto estas órdenes: “…
Destacamento Marzana continuará en Boquerón organizando su defensa en la mejor
forma. Si el enemigo ataca Boquerón, destacamento Marzana deberá sostenerse con
entera confianza, ya que fuerzas concentradas en Arce podrán acudir siempre a tiempo,
encargándose a ese Comando de la disposición de detalle… Es poco probable que
ataque se produzca en dirección a Toledo, pues de ser esto, no habría sino ordenar
marcha destacamento Marzana sobre Isla Poy… Destacamento Peñaranda por Huijay,
dirección Arce su traslado sería más corto, pero si puede disponer camiones, será
siempre preferible vengan a Arce por Bolívar Platanillos… Tropas Villa Montes han
recibido orden continuar marcha”.
Se hace notar que la distancia entre Villa Montes y la zona de operaciones comportaba
en línea recta alrededor de 450 km. El Comandante peruano Julio C. Guerrero decía:
“Las tropas bolivianas desde el altiplano hasta las llanuras del chaco deben recorrer
800 km. de ferrocarril hasta Villazón y luego más de 1.000 km., en su mayor parte de
malos caminos y atravesar arenales intransitables para convoyes. Los soldados
paraguayos, para salirles al encuentro y enfrentárseles sólo deben salvar 300 km. Los
bolivianos deben caminar 6 veces más…”
El citado Comando del I Cuerpo de Ejército en Muñoz, recibió el mismo día 14 esta
orden: “Presidente república reitera defender inquebrantablemente nuestras posiciones
con máxima economía personal y material”. Gral. Osorio. Luego manifiesta dos días
después que el E.M.G. “tiene datos fidedignos que la mentalidad del Comando
paraguayo es aniquilarnos a fuerza de frecuentes y continuadas emboscadas pequeñas
y grandes”.
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discutido sobre un ataque a fortín Ayala a sugerencia del Gral. Quintanilla. El 20 de
Agosto, la Cancillería denunció mediante las representaciones mediante las
delegaciones en el exterior (ya que las representaciones de naciones neutrales
recesaron por vacaciones, abandonando su intervención en el Chaco) hasta ocho casos
de agresiones paraguayas en los fortines.
Dos días después el Gral. Osorio firmó esta histórica orden: Al Comando Primer
Cuerpo Ejército. Muñoz. Capitán General ordena y Patria pide: “No abandonar
Boquerón de ninguna manera prefiriendo morir en su defensa antes que dar parte
retirada. Quebrantar ofensiva paraguaya en este punto será suficiente para
desmoralizar al enemigo y sobre todo dar desmentido ante América de otra propaganda
paraguaya”.
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llegó a ser cumplida por tramites dilatorios del Comando del I. Cuerpo de Ejército a
cago del General Quintanilla
Mientras tanto, por el lado boliviano, teníamos una movilización sólo en cuadros.
Existían dos o tres regimientos estacionados donde no debían, la distancia que los
separaba de la zona de operaciones era tan grande y los medios de transporte, tan
deficientes que para marchar, concentrarse y maniobrar se exigía penosos esfuerzos.
Así, desde Villamontes hasta Boquerón no existían caminos estables y apenas se
disponía de unos pocos camiones en mal estado.
Al amanecer del otro día el Capitán Piloto Luis Emst Rivera, en su vuelo de
reconocimiento del sector Isla Poí y caminos que conducen a Boquerón, sorprendió una
gran unidad en plena marcha de aproximación, cuyo efectivo estimó en 8.000 hombres
avanzando en diferentes columnas distanciadas unas de otras. Las ametralló a baja
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altura dispersándolas en los bordes de los caminos.
Al mando del Tcnl. Manuel Marzana, los heroicos defensores de Boquerón se batieron
encerrados por un anillo de fuego que duró 23 días, y las escasas unidades que
quedaron fuera del cerco lucharon con bravura sin lograr su objetivos tácticos. La
aviación, tan activa, a pesar de sus esfuerzos no pudo compensar la inferioridad
numérica, extendiendo su radio de acción al seguimiento de los movimientos de las tro-
pas de la retaguardia de Boquerón y empleándose a fondo en el aprovisionamiento de
víveres, municiones y medicamentos arrojados en paquetes adecuados, sin poder volar
a alturas muy bajas, debido a la gran concentración de las armas automáticas
enemigas, que obligaban a tomar mayores alturas de seguridad, desde las cuales no
siempre se acertaba en el lanzamiento libre, de manera que era difícil hacer llegar estos
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abastecimientos al interior del cerco.
La conducción de las acciones aéreas de conjunto que gravitaron sobre los espacios
táctico-logísticos de Boquerón, estuvieron al mando del Mayor Piloto Jorge Jordán
Mercado en la base aérea de Muñoz, que disponía de dos escuadrillas, la primera de
caza con los Vickers Scout, Capitanes José P. Coello y Luis Emst, y la segunda de
reconocimiento y bombardeo, con los Vickers Vespa, a cargo de los pilotos Capitán
Leónidas Rojas y Teniente Juan Antonio Rivera, que combatieron en estrecha
coordinación con las Unidades del Ejército. Los mayores riesgos que tuvieron que
afrontar no fueron precisamente espectaculares combates aéreos, sino ocultos y
sorpresivos fuegos antiáereos de las Unidades que atacaban Boquerón.
Podríamos también considerar una sencilla revisión de los factores de poder táctico que
entraron en juego en las acciones de Boquerón, calculando que nuestras tropas para
llegar a ese fortín tenían que recorrer unos 2.000 kilómetros de distancia, cinco veces
más que los 400 kilómetros de recorrido de los paraguayos, uno contra cinco; además
luchaban 600 hombres contra 12.000, equivalentes a 1 contra 20; que el rendimiento
físico de nuestras tropas altiplánicas era de 1 contra 2 y que teníamos una aviación
superior de factor 3 contra 1. El corolario de estas diferencias de factores de poder
táctico de Bolivia, 6 contra 18 del Paraguay donde se nota claramente el estado de
inferioridad.
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El día 14 de septiembre, el comandante del asediado fortín inspecciona las trincheras y
anima a sus valientes soldados con estas palabras: “nuestra suerte está sellada.
Debemos aceptar la misión histórica que el destino nos ha impuesto, aun cuando ello
signifique un sacrificio”
Al día siguiente “un avión propio da vueltas sobre el fortín a escasa altura. Las
antiaéreas paraguayas y su fusilería de primera línea abren fuegos… Pero el piloto está
dispuesto a jugarse la vida. Momento roza la copa de los árboles y esquiva
milagrosamente el ametrallamiento enemigo. Por fin, después de varios intentos, lanza
un bulto sobre el centro mismo del fortín, en campo despejado y duro. Ovación de
roncas voces manifiestan gratitud a la proeza. Muchos hombres se precipitan a
descubrir el bulto. ¿Qué encuentran?: munición retorcida, inutilizada; ni un solo
cartucho conserva su forma; además, en medio de la munición, aparece, aplastada, lo
que fue una lata de alcohol… vana hazaña del esforzado piloto”.
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El día 20 de septiembre “vuelan aviones propios dejando caer bultos que suponemos,
nos traen víveres y municiones. Acosados sus pilotos por el intenso fuego de livianas y
pesadas que rodean el fortín, lanzan su carga lejos de nuestras posiciones, en campo
enemigo; vemos como, con grandes muestras de regocijo, los pilas se distribuyen el
contenido de nuestros regalos…”
Al día siguiente vuelve la calma a todos los sectores, pues el enemigo está relevando
sus agotadas tropas. Convencidos como están relevando sus agotadas faltas de
comunicación de los sitiados, sus camiones aguateros se acercan hasta las primeras
líneas de combate. No obstante, nuestros soldados perforan sus tanques de agua con
los certeros disparos.
De los 12.000 hombres que el Paraguay puso sobre las armas en el espacio de 30 días,
va quedando frente a nuestras trincheras 5.000 combatientes. Sus mejores fuerzas de
choque, se han reducido a la mitad.
El Fortín Bogado Construido hacia el año de 1927 por los paraguayos, como uno de sus
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mejores baluartes estratégicos, era el punto de donde las patrullas enemigas
incursionaba en gran número sobre las posiciones bolivianas. Al atardecer del día 14, el
avión Vickers 96 de caza, tripulado por el Cap. Rafael Pabón y el Vespa de exploración
y bombardeo, piloteado por los Ttes. Rivera y Ardiles, procedentes de Ingavi aterrizan
en Florida, cuando vislumbraba inminente el ataque a este fortín boliviano por la
Caballería paraguaya desprendida de Bogado.
En la madrugada del día 15, los dos aviones despegaron de Florida, precediendo la
acción de la infantería. Pabón descubre las posiciones paraguayas, preparadas para
una emboscada a nuestras tropas, además de una guarnición de 300 hombres
aproximadamente, dentro del fortín.
Luego de una corta espera para impartir las señales respectivas a la infantería que
avanzaba, Pabón comienza con su intervención audaz y heroica en la guerra,
bombardeando el edificio que aparentemente servía de polvorín y atacando con
decisión los cuatro nidos de ametralladoras estratégicamente dispuestos por el
enemigo. Consiguió silenciar a los mismos, pasando sobre ellos entre 100 y 50 m. de
altura en virajes cerrados y aún dispersar a las tropas enemigas que huyeron
despavoridas. Por momentos engañaba a los que les hacían frente con sus disparos,
efectuando arriesgadas caídas de tonol.
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El avión del heroico aviador presentaba cuatro perforaciones de bala, una de las cuales
en el asiento, a pocos centímetros del lugar ocupado el héroe del aire. Cuando se le
preguntó de sus vuelos a tan baja altura respondió con plena confianza: “No saben
cazar al vuelo”. El Gral. Lanza felicita poco después a la aviación nacional por su eficaz
comportamiento en la captura de Bogado.
El piloto boliviano Sbtte. Emilio Beltrán, que había tomado ya parte en varias
incursiones y bombardeos al campo enemigo, fue comisionado para cumplir una difícil y
peligrosa misión. Las autoridades chilenas del puerto de Arica retenían sin razón
explicable un avión boliviano y había que recuperarlo de cualquier manera para ponerlo
al servicio del País.
Piensa que su misión es servir a la patria y ese avión que pertenece a su país es
también suyo. Se apodera de él y tras una veloz carrera remonta el vuelo, sin contar si
quiera con un buen abrigo, para transmontar la cordillera. Nada pudieron las
autoridades chilenas para obligar al piloto boliviano a retornar a la base con el avión
burlado.
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El frio era tan intenso por el paso de los andes que fue un milagro su llegada a los
cielos de La Paz. Apenas el avión toco tierra y se detuvo, Beltrán quedo inconsciente
dentro de su carlinga. Sus compañeros tuvieron que trasladarlo de urgencia a un
hospital donde permaneció más de un mes hasta su total restablecimiento.
Este valiente, heroico e invicto aviador de la compañía del chaco, conocido por sus
familiares como “tocuyo”, por sus camaradas como “imilla” y también como “el millonario
del aire”, por haber sido el primer aviador boliviano de la época que sobrepaso el millón
y medio de kilómetros volados. La municipalidad de Oruro le otorgó una medalla de oro
y la designación de “hijo predilecto”. Dejo de existir en un fatal accidente aéreo
acaecido al anfibio “Nicolás Suarez”, nave perteneciente al LAB.
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10.8 EL SEGUNDO ENCUENTRO AÉREO Y LA EVACUACIÓN DEL FORTÍN ARCE.
A horas 17:00 del 6 de Octubre de 1932, la presencia de un avión boliviano evito que el
Fortín Arce fuera bombardeado por dos aparatos paraguayos y pareció que se
presentaba la primera oportunidad de un combate aéreo en los cielos chaqueños. El
Tte. Arturo Valle, llevando como observador al Tte. García, se disponía a cumplir una
misión de reconocimiento, dispuesta por el comando de la Base, cuando fue
interceptado por dos bombarderos enemigos. Al ganar la altura sobre ellos y comenzar
a ametrallarlos, los aviones paraguayos consiguieron eludir los ataques del Tte. Valle y
retornar a sus bases en precipitada fuga. La acción heroica de Valle fue digna de
elogio, pues con esa oportuna intervención, evitó que arce fuera bombardeada por los
aviadores adversarios.
El Mayor German Jordán, al mando de una pequeña tropa luchaba briosamente delante
de Arce para cubrir la retirada. Todavía en la mañana del 23 de Octubre se mantenían
firmes los oficiales y soldados, en la pista de aviación de Arce, esperando cerrar las
columnas de tropas propias y protegerlas en su retaguardia.
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Bolivianas con mayor dotación de la que realmente disponía, podría sorprender su
retaguardia, si en rápida persecución rebasaba algunos fortines bolivianos en dirección
sud, pedio valiosos 18 días en una falsa maniobra sobre Fernández con una parte de
sus disponibilidades.
Uno de los hábiles pilotos bolivianos descubrió en el fortín Arce una gran cantidad de
tropas enemigas perfectamente armada, lista para atacar a nuestros soldados, además
de tres aviones adversarios, mimetizados en las cercanías del fortín.
Momentos después una bala atravesó un muslo y un brazo del aviador, pareciendo el
aparato precipitarse a tierra. Arzabe pudo aun restablecer la estabilidad del aparato y
responder al Suboficial que deseaba tomar el mando del avión: “¡No tengo nada!”
Entretanto por el lado Paraguayo, se tiene el siguiente panorama, relatado por el mismo
comandante de la aviación en Campaña My. L. Aponte:
“¡Que hacen nuestros aviadores! … tal era el clamor casi unánime en el frente de
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operaciones al comienzo de la guerra, o cuando se sentía el peso de los bombarderos
aéreos enemigos. El característico zumbido de las bombas en su vertiginosa caída en
busca de sus víctimas, concentraba sobre los aviadores paraguayos las más variadas
maldiciones; el léxico castellano y aun el guaraní eran insuficientes para proporcionar
los anatemas que se empleaban contra ellos”.
Lo único que resultaba evidente a la vista de los combatientes de primera línea era
que, escaso tiempo después del paso de nuestros aviones de regreso de alguna misión
cumplida en la retaguardia enemiga… se generalizase la siguiente expresión
prorrumpida a la vista de los nuestro: “Ojho yeyma hicuai ombyaibo la cabichui raity”…
(Ya van ellos nuevamente a inquietar el avispero…)
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En efecto, al amanecer de aquel domingo 4 de diciembre, siguiendo al parecer a un
aviso telefónico de aproximación de un avión enemigo, el Cap. Pabón salió solo en un
Vickers de caza, de 450 H. P. armado con dos ametralladoras.
A 1.500 metros de altitud divisó la máquina enemiga que venía del oriente: era un
poderoso biplaza francés, Potez 25, No. 6 de 450 H.P., armado con dos ametralladoras.
Lo tripulaba un valiente piloto que venía acompañado del Jefe de Operaciones en
misión de observación. Si éstos no daban vuelta súbitamente y huían, como frecuente
sucedía habría por fin un duelo a muerte en los cielos del Chaco. Y fue esto así.
El terrible combate a gran altura estaba comprometido en pocos minutos “El Potez 25
No. 6 arreció el estrépito de su motor, como si quisiera anunciar a los millares de
soldados paraguayos… el postrer suspiro de aquellos valerosos compatriotas…”
efectivamente, en sus respectivas trincheras, las tropas de tierra habían cesado sus
disparos y contemplaban absortas y en ansiosa expectativa, las incidencias de la lucha
aérea, tan nueva para ellas.
El depósito de combustible del Potez ha sido perforado y una ráfaga hace caer al
metrallista paraguayo sobre su asiento. Benítez trata ahora de escapar, pero el Vickers,
más veloz, se lo impide. Más aún, obliga al adversario a virar detrás de nuestras
propias trincheras y se precipita encima para chocarlo e irse juntos a tierra.
Benítez, eximio piloto y digno contendor, esquiva el golpe y despacha a buena distancia
al Vickers dejándolo en inmejorable ángulo de tiro. Sin embargo, una hábil y oportuna
reacción de Pabón, pone fin al duelo de quince minutos, con una ráfaga de su metralla
que destroza las sienes de Benítez.
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El victorioso sigue el curso de la caída del enemigo desde los 900 m. de altura, para
informar desde su asiento en pleno vuelo, mediante nota escrita: “Acabo de derribar un
avión pila al Sud Oeste de Saavedra; con maniobras indicaré lugar, en efecto, el avión
derribado, seguido de su oscura estela, ha ido a estrellarse en el monte, detrás de las
líneas bolivianas.
Nuestras patrullas destacadas para recoger los restos, descubrieron entre los efectos
personales diseminados, un puñal dos relojes destrozados, la “medalla milagrosa”, el
revólver otorgado por “El presidente Guggiari al mejor tirador del Paraguay”, el timón del
Potez, que debajo de la ligera capa de pintura de la estrella paraguaya, ocultaba los
colores argentinos.
“Ni la desventajosa situación táctica del ejercito enemigo, ni el ardor muy justificable en
aquella cruenta lucha en que dos pueblos se jugaban sus propios destinos, pudieron
impedir que el adversario, noble y caballaresco, rindiera un sentido homenaje al
heroísmo de aquellos esforzados representantes de nuestras alas” y los honores
militares rendidos a los vencidos del aire. Rivalizaron con la celebración de la victoria
lograda por Pabón.
La guarnición boliviana de Muñoz, con el total de sus efectivos, asistió a los funerales
de los enemigos héroes. Tocó silencio el corneta y en sublime rasgo de nobleza, el
Cap. Pabón depositó una corona de flores silvestres al pronunciar esta emotiva
improvisación “Caballeros del aire, víctimas de vuestro propio heroísmo, valientes de
vuestro pueblo habéis muerto en combate noble y valeroso. El destino me hizo vuestro
vencedor… pero ante la muerte no hay vencedores ni vencidos. Vuestros restos
descansarán en tierra boliviana, aureolados del respeto y admiración de vuestro
connacionales…”.
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10.11 EL AVIÓN PARAGUAYO ABATIDO.
El Paraguay había adquirido las siete primera unidades aéreas del Potez 25, ya que
éste había sido ya sometido a prueba en sensacionales raids además por que varios
países del mundo, ya fueron dotados del excelente aparato.
Para sus misiones de bombardeo poseía un lanza bombas debajo de cada una de sus
alas inferiores, con capacidad de 12 bombas de 10 k. cada una. “El Paraguay tendrá
que bendecir por siempre esta elección… dice el aviador paraguayo Leandro Aponte.
con frecuencia, rozando la copa de los árboles, solía verse a algún solitario potez
cambiando sus tiros con el enemigo temerario y tenaz que, confiando en su sensible
superioridad, deseaba hacer pasto de él habiendo conseguido apenas lastimarlo, muy
pocas veces”.
Sin embargo, “Tenía que suceder fatal e inexorablemente, comenta después el aviador
boliviano Tte. Juan Antonio Rivera, refiriéndose al victorioso Vickers de Pabón el cóndor
boliviano batiendo gloriosamente al cuervo paraguayo”.
El nuevo “As” de la 2ª victoria aérea de Bolivia “El comando Superior celebró largas y
muy frecuentes conferencias con el Comando de la Fuerza Aérea, pues éste daba
cuenta casi diariamente de una situación bien alarmante del estado de las máquinas y
del personal y sin embargo del gigantesco esfuerzo anterior de la aviación, esta pudo
realizar numerosos raids contra la retaguardia del enemigo. Y su gran día de gloria fue
el 12 de junio, durante el cual sorprendieron aviones enemigos en su propia base,
logrando derribar un avión paraguayo en singular y bravo combate individual aéreo”.
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Boquerón – Isla Poy, bombardeando eficazmente los hangares de este último fortín y la
aglomeración de camiones sorprendida ente este último punto y fortín Esperanza.
Uno de los héroes de la jornada y nuevo as de la aviación boliviana, el Cap. Luis Ernst
Rivera, se vio de pronto delante de tres máquinas verdes a las que era necesario hacer
frente y según sus propias palabras, no tuvo otra opción que combatir. Manejó con
precisión su máquina Vickers Scout, ganó ventaja a los enemigos situándose en
posición favorable.
Con rápida maniobra se perdió entre las nubes y al salir de ellas, se le enfiló un avión
iniciando su persecución. Una serie de maniobras permitieron controlar sus
movimientos, disparó 80 cartuchos, diez de ellos incendiarios. Acaso uno de estos hizo
impacto en el tanque de gasolina del adversario, pues el “Fiat” paraguayo, poseído de
violentos movimientos, cayó vertiginosamente. Los demás pilotos pudieron observar
que el avión enemigo se precipitó en “tirabuzón”, envuelto en llamas. El nuevo vencedor
del aire boliviano descendió hasta los 200 m. de altura y pudo comprobar que la
máquina había caído en pleno campo de Isla Poy, incendiándose con su tripulante el
mercenario norteamericano Walter Gwynn.
Allí concluyó nuestra misión y no teniendo a nadie que nos hiciera frente, regresamos a
nuestra base”. Todas nuestras máquinas, así como las de la escuadrilla que bombardeó
en Florida los grandes depósitos de pertrechos bélicos y aún los del sector Nanawa,
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con éxitos comprobados, regresaron igualmente a sus bases.
Por los comunicados de Buenos Aires, se sabe que el 22 de junio, el diario “El Liberal”
de Asunción, sin confesar la pérdida de su avión, rindió homenaje al aviador
norteamericano Walter Guyhn, “haciendo de él una biografía pintoresca por lo falsa,
pues asegura que nació en Nanawa y su caída alumbrada por rojizos resplandores,
sólo fue un brusco punto fatal que puso el destino en su vertiginosa carrera de señor de
los espacios”.
El vencedor, Cap. Luis Ernst Rivera. “Kuto”, como se lo conocía familiarmente desde
pequeño a Luis Ernst, había nacido en La Paz el 19 de febrero de 1898, en el hogar de
los esposos Luis Ernst y Carmen Rivera. Destacado en sus estudios escolares, viajó
por su cuenta a Alemania, en 1916, y egresó al año siguiente del Politécnico de Zurich
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con el título de ingeniero Civil, volviendo al país para dedicarse a actividades agrícolas.
El 10 de diciembre de 1933, a las 17:00 horas, los bolivianos intentaron romper el cerco
pero por error la aviación boliviana bombardeó a fuerzas del regimiento RI-50 Murguía
al mando del capitán Antezana Villagrán, hecho que a posteriori algunos historiadores
bolivianos trataron de ocultar.
Solo el regimiento Lanza, en una lucha feroz y con grandes pérdidas, logró abrirse
paso pero muy pocos soldados lograron escapar. El día 11 de diciembre de 1933, las
dos divisiones cercadas, sin ninguna opción, tuvieron que rendirse.
Sin embargo, el adversario que no admitía luchar contra una tropa sedienta y
extenuada, prefería siempre declarar que había sido el vencedor de aguerridas tropas,
en singular batalla. “Dejemos que hable el enemigo: “A eso de las cinco de la tarde el
bombardeo sobre nuestras posiciones del borde Norte de Campo Vía, adquirió
proporciones colosales. Veinte morteros y varias piezas de artillería funcionaron sin
descanso, mientras seis aviones dejaban caer sus bombas y ametrallaban desde lo
alto… de pronto se hizo el silencio y el enemigo en tres olas sucesivas se lanzó
decididamente al asalto de un angosto frente de 300 a 350 metros dispuesto a no
escatimar pérdidas. Experimentó grandes bajas pero siguió adelante con gran empuje y
arrojo justo es reconocerlo hasta romper nuestra línea. Los mejores Regimientos
bolivianos, encabezados por el “Lanza” ejecutaron el asalto”.
En efecto, quinientos hombres del Regimiento “Lanza” avanzan a rastras para dar un
salto a la muerte o la libertad. Una escuadrilla de aviones salida de Saavedra deja caer
sus bombas sobre concentración de tropas paraguayas en el punto que casualmente
era el elegido para la ruptura. Al alejarse el último avión, al grito de VIVA BOLIVIA, los
hombres del “Lanza” se precipitaron contra el enemigo, disparando sus fusiles y
ametralladoras livianas. La operación se la hizo con el escuadrón del Tte. Néstor Paz”…
saliendo del cerco sobre el ancho pajonal de Campo Vía”.
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un solo golpe, más de dos tercios del ejército boliviano fueron destruidos. Solo
escaparon 1500 hombres, que en su mayoría pertenecían a las fuerzas de Peñaranda
que no estuvieron dentro del cerco. Cuando se comunicó a La Paz que se había
salvado Peñaranda, este nunca aclaró la situación y la cosechó en su favor como si
fuera el héroe de la jornada, razón por la cual Salamanca lo promovió en lugar de
Kundt.
En Muñoz, centro del comando boliviano en el sur, el día 14 de diciembre de 1933, a las
10:00 horas, en medio del trajín para desalojar el fortín y destruir sus instalaciones, el
destituido general Kundt subió a un trimotor Junkers 52 del Lloyd Aéreo Boliviano y
partió del Chaco para siempre.
Ese mismo día, a 50 km al este, con la presencia del general Estigarribia, la bandera
paraguaya reemplazó a la boliviana en el mástil del fortín Saavedra donde había
ondeado desde su fundación, en el año 1924.75 El fortín Muñoz comenzó a arder al
atardecer del día 19 de diciembre de 1933. El día 20, luego de un ligero bombardeo de
la artillería paraguaya, ingresaron lentamente los soldados del RC-7 San Martín.
Aún rodeado parcialmente, Peñaranda reunió los restos del Destacamento Frías y unos
1.500 rezagados que lograron salir del cerco. Con ellos se abrieron camino hacia el Km.
7, de donde partió la noche siguiente. La 7ª División con la retaguardia gravemente
amenazada, recibió orden de retirarse a marchas forzadas.
Se hizo revivir una 4ª División, principalmente con las tropas de Peñaranda, para cubrir
la retirada. Los contingentes de la ribera del Pilcomayo recibieron orden de prender
fuego a los fortines y marchar hacia Muñoz. El General Estigarribia ordenó la
persecución hasta Muñoz.
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10.14 EL ENFRENTAMIENTO AÉREO DE PLATANILLOS.
El Cap. García divisó al aparato enemigo que volaba a gran altura, en dirección a
aquel fortín, donde también el vira su avión y se lanza a toda máquina. Una vez frente
a frente con el adversario, y no obstante estar su aparato cargado de bombas, logra
colocarlo por encima del contendor a tiempo que inicia su ametrallamiento. En lugar de
responder el reto, trabando combate, el piloto enemigo resuelve hacer descender su
avión bruscamente, hasta aterrizar en un paraje nada apropiado para tal operación.
El Cap. LUIS GARCÍA BERMUDES, que había nacido en el hogar de los esposos
Zacarías García y concepción Bermudes en La Paz, el 3 de julio de 1904, y egresado
del Colegio Militar como subteniente en enero de 1927, ingresó al Chaco ascendiendo
luego a Teniente por su destacada actuación en los sucesos de Vanguardia y Boquerón
en 1928 y 1929.
En enero de 1930 inicia sus cursos en la Escuela Militar de Aviación, teniendo por
instructor al My Hans Haeberli, brevetándose al año siguiente.
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fortín Muñoz, tomando parte en Boquerón, Toledo, Rojas Silva, Nanawa y Saavedra,
hasta que la oportunidad le hace dueño de un enfrentamiento aéreo en los cielos de
Platanillos, el 15 de febrero de 1934.
En cañada otro llega a oídos de Pabón la noticia del telefonema, dando cuenta de la
presencia de un avión enemigo, que vuela a gran altura sobre la zona de III División.
“A las 15.10 apareció un avión HAWK nuestro que tomo al enemigo por el costado
izquierdo- Inmediatamente ordene cesar fuego, porque ambas maquinas trababan
combate…….”
Haciendo más y más eficaces sus disparos, el avión de Pabón, que va acortando las
distancias, ametralla por la cola, por encima, por los costados. Ambas maquinas
evolucionan en el espacio, confundiendo el zumbido de sus motores con las
detonaciones de los proyectiles. “El observador del avión enemigo ametrallaba con
desesperación mi maquina”, dirá luego el Mayor Pabón, al informar sobre la
encarnizada lucha.
53 – 77
El observador del avión paraguayo se incorpora para convencerse que su avión es ya
presa segura del boliviano. Una ráfaga de disparos del piloto boliviano lo hace
desaparecer mortalmente herido, dentro de su cabina. Segundos después, el piloto
enemigo corre igual suerte. Luego de un descenso desde 900 m. cae la maquina
paraguaya, incendiada, va a clavar todos sus restos entre la espesura del monte, sobre
su propio campo.
Más de mil soldados presenciaron el duelo en el aire, que duro siete emotivos
minutos y que dio cuenta del último de los aviones de más osada, o la más osada, o
la más sacrificada de las escuadrillas paraguayas.
Sobre la pista de su base en Cañada Oruro Pabón realizó, minutos antes de aterrizar y
a la manera tradicional de los aviadores victoriosos, las más endiabladas acrobacias
Pabón su máquina “el tigre Hawks”, como la llamada él. Signo inequívoco de un nuevo
triunfo para nuestra aviación militar en campaña.
Por su parte, el Mayor Pabón enviada a su padre este sencillo radiograma: “cumpliendo
mi deber de boliviano y como digno hijo suyo derribe hoy, después de rudo combate
segundo avión pila en duelo singular”.
54 – 77
Dicho comunicado informo de un combate aéreo en los cielos del fortín D Orbigny,
donde “por centésima vez las alas paraguayas quedaron dueñas del aire”. Pero la
acción victoriosa de nuestro héroe fue debidamente oficializada y confirmada poco
después por declaraciones de prisioneros de los regimientos “Curupaiti” y “San Martin”
El 18 de junio se inicia la batalla de Condado, que fue retomado dos días después.
“La aviación boliviana, a horas 10 del día 20 de junio, inició un violento bombardeo
contra las posiciones paraguayas. A continuación, la concentración de artillería y de
morteros ya hizo imposible que los paraguayos pudieran mantener sus posiciones
delanteras, replegándose a ocupar posiciones en el bosque, a las cuales llego el ataque
de la infantería boliviana… Los paraguayos restaron importancia pública a esta acción,
comunicando solo la primera fase de ella. La que podía favorecerles… La primera
batalla del Condado es sin disputa un hecho glorioso y efectivo para las armas
bolivianas, no obstante el alto precio que hubo de pagarse por el…..”
Revisemos la historia para una rectificación. La Tcnl. de Aviación doña Amalia Villa de
la Tapia relata así la muerte del máximo héroe de la aviación nacional:
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Florida a Madrejón un telefonema que informa sobre la bomba dejada caer por un avión
paraguayo, hiriendo al mecánico de la estación de radio. Es de madrugada y Pabón aún
no ha desayunado. Sin embargo, llama presuroso a su acompañante Calvo, y ambos
irrumpen en raudo vuelo con dirección al horizonte, por donde el sol comienza a
elevarse, y allí está una de las máquinas enemigas que venían de Camacho con la
misión de observar las actividades bolivianas en esa zona”.
La autora prosigue en las páginas 288 y 289 de la obra “Alas de Bolivia”, tomo II: “Ni el
piloto ni su acompañante, que sobrevolaron la zona por más de una hora, habían
podido notar indicios sobre la existencia de caminos bolivianos que se dirigieran a
Pitiantuta, como se informó al Comando en Jefe paraguayo. La calma total en el sector
hizo que decidieran regresar a su base y se hallaban volando a una altura aproximada
de 1.500 m...
Y así venía la máquina, surcando tranquila el cielo chaqueño, cuando de pronto el piloto
vio una sombra fugaz deslizarse sobre la cabina de su avión. Notar esto y mirar atrás
fue una misma cosa. Los aparatos adversarios se cruzan sobre los cielos de Florida y
sus pilotos se aprestan a maniobrar conforme la táctica tradicional de las fuerzas
contendoras: Pabón corta la retirada del enemigo y obliga al combate aéreo sobre las
líneas bolivianas. El aviador enemigo, aún inexperto en las lides bélicas, se limita a ver
la manera de huir con prontitud y, al igual que sus compañeros de arma, vuela a ras de
frondosa arboleda. Como todo piloto principiante, incurre en el error de no arrojar
siquiera el lastre de sus bombas para liberar a su aparato del peso embarazador. Su
vuelo bajo limita las maniobras de su rival sólo a la parte alta, hacia donde la
ametralladora de su acompañante dispara sin cesar, mientras pugna por llegar sobre
las líneas amigas.
Está perfectamente comprobado que ese no fue un combate espectacular no fue una
refriega brillante, el avión paraguayo intenta huir, no responde con maniobras al potente
enemigo. Se juega simplemente la vida, disparando intermitentemente..., dice el escritor
Nicolás Fernández Naranjo, lo que confirma el autor paraguayo Leandro Aponte: El
avión boliviano, gracias a su mayor velocidad y maniobrabilidad, alcanza a hacer mil
piruetas en torno al Potez, avión bastante más pesado... guiado con tranquila serenidad
por Peralta mantenía su dirección en línea de vuelo con imperturbable firmeza para
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facilitar la mayor seguridad posible a la puntería del observador. Esa era la única
alternativa de la defensa...
El piloto paraguayo sospecha o sabe que su contendor es Pabón. Mayor razón para su
preocupación su anhelo de seguir directamente hacia el campo amigo, donde además
se le prestará la protección antiaérea paraguaya. Mientras Pabón acosa al adversario
con arriesgados juegos acrobáticos, que son de su domino y placer, Calvo acciona su
arma intercambiando el fuego mortífero con la máquina enemiga, que desaparece
pronto en el amplio horizonte de los bosques. Los soldados bolivianos que presenciaron
el combate ven que esta máquina ha ido a caer incendiándose al explotar sus propias
bombas... El avión boliviano, que vuelve una vez más victorioso y poniendo en fuga a
otro avión enemigo, se precipita de súbito en lo más intrincado del bosque. En su
desesperación Calvo atina a saltar fuera del avión con su metralla en la mano; Pabón
intenta lo propio y, al no responder su paracaídas, da el salto final faltando pocos
metros al suelo.
El impacto del avión fue fulminante, destrozándose entre los arbustos espinosos, pero
sin incendiarse. Sin duda Pabón pudo cortar a tiempo los conductos de los gases.
Calvo yace inerte a cien metros de los restos del aparato. Pabón gravemente herido en
su caída, al saltar, logra alcanzar la sombra de un arbusto, más próximo y agoniza
apoyado en él. Sin esperar ayuda humana y musitando acaso el nombre de Dios, de su
Patria y de los suyos, expira abandonado en su soledad. Nadie sabe entonces de su
suerte.
Los funerales del héroe alcanzan apoteósica solemnidad, con la concurrencia del
Presidente de la Republica, del Gabinete en pleno, del cuerpo Diplomático , de los
miembros del Parlamento, en fin, de todas las clases hasta de las más humildes del
pueblo. Se ejecuta por vez primera la marcha fúnebre “Laureles de gloria” compuesta
en su memoria por el prestigioso maestro don Adrián Patiño.
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Se habló de su gran corazón de auténtico caballero del aire, pues, el 4 de diciembre
del mismo año, conmemorando el aniversario de su primera victoria, mandó colocar
una bien talada cruz en la tumba de los aviadores derribados por el mismo.
“Eludiendo en lo posible todo encuentro en el aire con el enemigo, cuyos aviones, como
se ha dicho ya, y nunca se repetirá suficientemente, estaban dotados de mayor
velocidad y mayor maniobrabilidad… en este afán, a nuestra aviación naval le cupo la
honra de realizar los únicos bombardeos aéreos nocturnos llevados a cabo en la guerra
del Chaco de uno y otro lado… en las medias noches del 24 y 31 de diciembre de 1934,
en que nuestro piloto sorprendió al enemigo en pleno festejo de las fiestas
tradicionales”.
Tal era el temor de afrontar a la luz del día a la eficiente y decidida aviación boliviana.
La cautelosa, huraña y cruel aviación paraguaya, con el Tte. Martino, buscaba pues por
el oriente boliviano llevar la congoja a la población civil de Puerto Suárez, en los
momentos consagrados precisamente a su rito religioso de Navidad, a la unión familiar
en su íntimo y sincero encuentro, a sus momentos de fe y esperanza y según la
expresiones inhumanas del escritor Aponte “cupo la honra” de llevar a cabo dichos
bombardeos a su Aviación Naval.
Es pues oportuno hacer notar aquí, y acusar a los oficiales paraguayos, que ninguna de
las fechas de Navidad, durante la campaña del Chaco fue respetada por ellos, con la
nobleza que la guerra misma no puede prohibir, ni dejar de respetar, y por el contrario,
cada 24 de diciembre burlaron las treguas y se ensañaron implacablemente con los
habitantes de una población abierta.
Esas misiones de bombardeo, según el mismo autor que las aprueba y festeja, fueron
cumplidas sin sufrir accidentes lamentables, salvo el caso excepcional de haber perdido
su orientación el Tte. Martino, en una oportunidad en que las condiciones atmosféricas
le fueron adversas. Al agotarse el combustible de su hidroavión, al ser avistado el río
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Paraguay se vio obligado a posar su Maccí 18, No. 5, sobre unos matorrales aledaños,
Sólo utilizando los flotadores del hidroavión y con la ayuda de su acompañante el Tte.
Díaz Beza, pudo llegar por el río, después de “tres días de penosa navegación al
garete” hasta su base de Bahía Negra.
Sin embargo, meses después, y faltando pocos días para la firma del armisticio, se
cumple el salvaje bombardeo de la población oriental boliviana, de la cual se informa
por la prensa del país, rezando uno de los titulares de esta manera: “Un hidroavión
enemigo bombardeó Puerto Suárez sin haber producido ningún daño”.
Siete años más tarde, se concede por Decreto No. 14799, de 28 de Septiembre de
1942, la condecoración “CRUZ DEL CHACO” al citado hidroavión. “Fue la primera
máquina de guerra que en Sudamérica ha efectuado con eficacia bombardeos
nocturnos en conflicto internacional”. Por lo visto, la intención fue la de procurarse un
renombre de pionero, así fue la de procurarse un renombre de pionero, así fuese
cobarde, salvaje, preparado con alevosía, sobre población civil que a media noche
celebraba el nacimiento del Redentor.
Con las disposiciones adoptadas por el Cnel. Bernardino Bilbao Rioja, artillero y
aviador, la Fuerza Aérea llamada a colaborar en la defensa de Villa Montes contaba
para las misiones propiamente bélicas, con tres aparatos “Osprey”, habilitados para
misiones de bombardeo, y tres “Junkers” para servicios de caza, además de contar con
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los aparatos de la Escuela de Pilotaje, que funcionó allí, según el escritor chileno Cnel.
Aquiles Vergara Vicuña.
Su misión puede resumirse en la siguiente: a)vigilancia del río Pilcomayo, dos veces por
semana particularmente la intención enemiga de franquear el fío, y la circulación por los
caminos de Cururenda, Samayhuate, Ibibobo, Palo Marcado; b) vuelos de exploración
sobre el sector Villa Montes – Cururenda – Strongest – Capirenda – Carandaití –
Ñancorainza – Macharetti – Villa Montes por lo menos dos veces por semana; c)
bombardeo del sector de exploración, donde el enemigo demuestre actividad en
misiones de tres salidas mínimas por semana.
El jefe accidental de la Fuerza Aérea en Villa Montes, Tcnl. Alfredo Santalla Estrella,
había tomado ya algunas disposiciones, de las que informa el General en Jefe del
Ejército en Campaña con fecha 5 de enero de 1935. El My. Luis Ernst R. fue luego
designado a Cuevo.
Comisionó al Cap. Ml. P. Inchauste para preparar las pistas de cuevo y Camiri; al Sgto.
Angel Guzmán Ríos para ensanchar y mejorar la pista de Lagunillas; al Sgto. Esú
Peñaranda para preparar el terreno en Palos Blancos a la Brevedad posible, y ponerlo
en condiciones de ser utilizado, esto, porque la pista de Villa Montes no podría ser
ocupada en las mismas condiciones por la proximidad del enemigo, ni la de emergencia
de Campo Pajoso, cercana a Villa Montes. Asimismo hacer ver la necesidad de una
pista en la región de Cabezas, para cuyos trabajos comisiona al Cnel. Genaro Blacut.
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Las intenciones del adversario. El día 5 de febrero de 1935, el parte de observación
aérea fue retransmitido para conocimiento de las unidades: “El enemigo continúa su
aproximación a campo sector central por picada. Charcas – Villa Montes. Tráfico
considerable de camiones en esta última picada. En Z. I. tropa en descanso, más o
menos un batallón. Capirenda constituye centro concentración víveres y municiones y la
pista puede ya ser utilizada. En Taguipa se observó algunas fracciones de tropa. En
puesto simbolar, picada Aroma-Machareti – Carandaití – Tiguipa escaso movimiento.-
Cnel. Frías”.
“En febrero de 1935, el Cnel. Franco, comandante del II Cuerpo, propone a nuestro
comando en jefe desarrollar una acción ofensiva en la zona de Boyuibe en dirección a
Camiri, con vista a conquistar la región petrolífera y las refinería en funcionamiento,
pero el comando en jefe tiene su objetivo puesto en Villa Montes, “objetivo político” en
cuya conquista tiene gran interés”.
“Con las alas detenidas por la abrupta cordillera y por el ancho y profundo Pilcomayo;
sin suficiente apoyo de artillería… las divisiones paraguayas tratan de maniobrar en
cuña por las brechas abiertas a granadas de mano y a machete”.
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En la madrugada del 16 de febrero de 1935, comenzó la arremetida general paraguaya
tan esperada. Con desprecio de vidas y sacrificios inenarrables, consiguió el enemigo
romper un punto de la primera línea de defensa y formar un punto de la primera línea
de defensa y formar un bolsón de un km. de frente por 700 m. de profundidad, hacia
donde caen después los más variados y mortíferos proyectiles. “Por primera vez en la
historia de la América Latina, se peleaba con los métodos y medios más modernos: la
última palabra en armas de fuego, y numerosas, potentes, así como una valerosa
aviación, la línea fuertemente fortificada, las tropas defensoras con la moral alta, como
nunca cohesionadas en un solo esfuerzo.
Los importantes refuerzos que lanzaba el invasor apenas si podían cernirse en reducido
número por el boquete del bolsón, controlado por los cañones y metrallas y
desaparecer pronto en aquel pozo de la muerte. Allí, además de los proyectiles
disparados desde todos los ángulos, caían también certeras y continuadas las bombas
de nuestros aviones de guerra.
Aunque al día siguiente los invasores cercados atacaron insistentemente sobre las
murallas laterales del bolsón, no pudieron realizar ningún progreso sobre el terreno,
procediendo a cavar zanjas para su propia defensa o sepultura. Siguieron dos días más
de relativa calma, en todos los frentes. Las observaciones realizadas desde las alturas
de la serranía por los valientes pilotos bolivianos, anunciaban la concentración de
nuevos efectivos enemigos en dirección de Villamontes.
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10.19 LA INDISCUTIBLE VICTORIA BOLIVIANA DE VILLA MONTES.
Al amanecer de un nuevo día, las renovadas acometidas del ejército atacante, habían
logrado agotar la munición de su metralla, y el Sbtte. Méndez Arcos. Ese grupo de 33
espartanos que no dejó sobrevivientes, conocido después como la “Sección de Hierro”.
El Sbtte. Barrenechea, al reconocer con sus soldados las antiguas trincheras bolivianas
rebasadas por el bolsón, encontró los cadáveres de los héroes, el 17 de marzo y
refiere: “El patriótico y macabro conjunto que se ofrecía, arrancó lágrimas de emoción…
Treinta y tres cadáveres insepultos dentro de sus posiciones, con un montón de vainas
de munición, señal evidente de que lucharon con fiereza hasta caer… a dos y tres
metros yacía infinidad de muertos paraguayos que al tratar de irrumpir nuestra línea,
habían caído bajo el castigo de la “Sección de Hierro”.
Habiendo cesado los fuegos sobre las trincheras y las misiones bélicas del aire en el
chaco, al medio día del 14 de junio de 1935, los miembros de la comisión militar
Neutral, pertenecientes al Perú, llegaron a horas 11 del día 14 a Villamontes y los de la
Argentina, Brasil, Chile, EE. UU. y Uruguay, dos horas después, a Carandaití, en el lado
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paraguayo.
En el banquete ofrecido en honor de los pilotos visitantes, el Tcnl. Jordán entregó como
testimonio de cordialidad a sus camaradas extranjeros, el más valioso presente del
momento: la insignia de la aviación boliviana. Horas después, el My. Migone declaraba
telefónicamente en el campo paraguayo sobre su recepción en Villa Montes: “Se han
portado como perfectos caballeros los bolivianos”.
Escoltado por cinco aviones bolivianos, el grupo aéreo de la Comisión Militar Neutral,
retorna en la tarde del mismo día a Ybamiranti, impresionando a su paso con la
escuadrilla de aviones argentinos, paraguayos y bolivianos en común formación.
Uno de los Junkers piloteado por el Cap. Iñiguez en compañía de tres pilotos aterrizó
también en la base paraguaya. Mientras permanecían allí en espera de las órdenes del
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Presidente de la Comisión Militar Neutral, los pilotos bolivianos eran a su vez motivo de
agasajo por sus camaradas paraguayos, en el nuevo contacto de los aviadores que dos
días antes, eran considerados aún enemigos. Ahora se recordaba el tercer aniversario
de la acción de Laguna Chuquisaca, que fue tomada como pretexto por el Paraguay
para iniciar las hostilidades y luego declarar la guerra a Bolivia.
Este mismo día 15 de junio, en que la paz hacía renacer los sentimientos de fraternidad
humana sobre la naturaleza hostil del territorio disputado, el Comandante en Jefe del
Ejército boliviano, Enrique Peñaranda era ascendido por el Gobierno de nuestro país, al
grado de General de División.
Tres días después tiene lugar en “Puerto Merino”, campo de nadie sobre el camino Villa
Montes-Carandaití la primera entrevista entre los dos altos jefes adversarios, cuando
Peñaranda recibe de manos de Estigarribia, en calidad de presente, el revólver que lo
acompañara durante la guerra del Chaco, para “protegerse de las patrullas bolivianas”.
Por su parte, el Congreso Nacional boliviano aprueba el Protocolo de Paz con fecha 21
de Julio, en los siguientes términos: “Se aprueba el Protocolo de Paz y su Adicional,
suscritos en Buenos Aires en fecha 12 del presente mes entre el Ministro de Relaciones
Exteriores de Bolivia. Excmo. Señor Tomás Manuel Elío y el Ministro de Relaciones
Exteriores del Paraguay Excmo. Señor Luis A. Riart, con la asistencia de los
representantes de los Estados Unidos Americanos Mediadores”
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de Aeronáutica que presentó a los demás aviadores paraguayos. El Tcnl. Santalla pudo
luego entrevistarse con los prisioneros bolivianos, a quienes el Jefe del Ejército
Nacional, Gral. Div. Enrique Peñaranda había enviado un mensaje de salutación.
Por fin, luego de infructuosas discusiones sobre un puerto soberano en el río Paraguay
para Bolivia, en la margen derecha que se le arrebatada por la fuerza, y aún el caso
insólito de la solicitud paraguaya para su participación en la explotación del petróleo
boliviano en las proximidades de su propia capital, Sucre, el Tratado de Paz, Amistad y
Límites fue firmado bajo el gobierno del Gral. Germán Busch el 21 de Julio de 1938 por
los Cancilleres Eduardo Diez de Medina y Cecilio Báez de Bolivia y el Paraguay,
asistidos de los delegados Enrigue Finot y José Félix Estigarrivia de ambos países
respectivamente. El mismo fue ratificado en Bolivia por la Convención Nacional y, a
falta de Parlamento, por un plebiscito popular en el Paraguay.
El 28 de diciembre del mismo año, 1938, la Comisión Militar Neutral declara haber
entregado a cada parte su respectivo territorio, conformándose a las prescripciones de
los convenios diplomáticos producidos y se disuelve a sí misma al cabo de los 26 días
subsiguientes, ya primeros del año 1939.
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de Aviación “Boquerón” en homenaje a que en dicha fecha del año 1932 tuvo lugar la
toma del referido fortín” según reza la R.S. No. 2087 de 18 de junio de 1943 con
oficiales egresados del colegio militar. Desde ese momento los Cadetes que se
formaban en el Colegio Militar del Ejército y pasaban por un año la Escuela de Aviación
en la Base Militar N° 3 de Santa Cruz para su instrucción de vuelo e adquiriendo la
especialidad del arma aérea.
En los primeros días de enero de 1943 se designa al Tcnl. Luis Paravicini para
desempeñar el cargo del Comandante De La Escuela Militar De Aviación “Capitán
Valle” la misma se inaugura en las proximidades de la ciudad de santa cruz de la
sierra. Su misión consiste a demás en “la organización de dicho plantel, buscando los
medios adecuados para su funcionamiento”
Tiene la escuela, entre otros méritos, el de haber preparado también a los aviadores
civiles de la LAB y del Aero club oriental, además de pilotos militares.
Entre los 17 alumnos del primer año de funcionamiento, siguió allí sus estudios René
Barrientos Ortuño, que más tarde llegaría a ocupar la primera magistratura del país.
Perteneció al curso “águilas” cuya graduación tuvo lugar el 15 de septiembre de 1944.
El año de creación, la escuela conto con la colaboración del asesor técnico de la misión
aérea americana, My. Bruce Baundardner y, entre los oficiales del ejército nacional con
la de los pilotos Caps. Walter Arze Rojas, Otto Resse, instructores de vuelo
Entre sus comandantes figuran los coroneles Luis Paravicini Gutiérrez , Edmundo Vaca
Medrano, Luis García Bermudes, mayores Julio Bellido, Rodolfo García Agrega, Alberto
Alarcón Daza, que cumplieron también la misión de sus comandantes de la base aérea
militar No 3 de santa cruz.
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estudios en chile. Hasta obtener su bachillerato, para luego ingresar al colegio militar
Inicia su carrera militar en 1924 en el arma de infantería. Cursó sus estudios de pilotaje
en aeródromo del alto en 1926, perfeccionándose en panamá e Italia.
Oficial y Sub-Jefe del E.M.G., tuvo destacada actuación durante la campaña del chaco,
comandando la “escuadrilla Paravicini”, que llevo su nombre, dependiente del I cuerpo
de ejército.
Desde la iniciación de las hostilidades en 1932 le tocó actuar en todos los frentes de
combate con el grado de capitán.
Fue ese meritorio piloto de guerra e instructor militar en todo tipo de aviones, el director
de la escuela militar de aviación “boquerón”. Recibió su ultimo grado de coronel el 31 de
diciembre de 1945 falleció de muerte natural el 7 de marzo de 1961, en su ciudad natal
de La Paz.
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A inicios de la década de 1920, el país compró varios aviones de entrenamiento
franceses e intentó establecer su propio programa de capacitación para pilotos.
Después de un par de intentos fracasados, se estableció una Escuela militar de
aviación en El Alto, La Paz, en 1923 al mando del mayor Bernardino Bilbao Rioja, uno
de los primeros pilotos militares bolivianos. Se contrató a un piloto instructor suizo y el
cuerpo aéreo comenzó a convertirse en una verdadera fuerza aérea.
En 1932 durante la campaña del Chaco se cambió el nombre oficial de la institución por
el de Cuerpo Aéreo Boliviano.
Para el inicio de la Guerra del Chaco, Bolivia contaba con un cuerpo aéreo muy capaz
según los estándares suramericanos. Poseía por aquel entonces una de las "mejores
fuerzas aéreas del continente". El país contaba con una variedad de aeronaves
militares europeas, inclusive cinco Fokker C.Vb holandeses, y seis bombarderos
Breguet XIX A2 franceses.
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Actualmente la situación política y económica que ha prevalecido en Bolivia ha
permitido el crecimiento de su Fuerza Aérea y se ha enfocado en la lucha contra-
insurgencia (COIN) y antinarcóticos, y el transporte de Materiales y apoyo a la
población civil en situación de desastre.
La FAB, actualmente, posee diversos aparatos muy modernos, pero en contraste tiene
aparatos con varios años, como por ejemplo el contraste de T-33. Actualmente se está
modernizando para evitar tener esas diferencias.
Este instituto independiente del Colegio Militar de Ejército, fue en sus inicios
dependiente directamente del Estado Mayor de Aviación del Ejército.
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El 24 de julio de 1953 se promulgó el Decreto Supremo Nº 03458, que fecundó en 1955
la primera graduación de aviadores militares. Mediante la Resolución Suprema del 9 de
marzo de 1957, cuando se aprobó la reglamentación y funcionamiento del Colegio
Militar de Aviación y se organizó dos cursos aeronáuticos correspondientes a los
Cursos Primario y Básico Avanzado, egresando los Cadetes con el grado de
Subteniente con especialidades de Aviador y Oficial de Aeronáutica.
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incorporación de la mujer, ellas hoy ingresan al Colegio Militar de Aviación en una total
igualdad de condiciones que sus pares varones, de acuerdo a las normas establecidas
por el Estado.
Desde el histórico vuelo del Cap. D. Hudson en abril de 1920, cuando se iniciaron las
actividades relacionadas con la aviación nacional, los mecánicos bolivianos se
aprestaron a contribuir con sus conocimientos y entusiasmo a cumplir las labores
técnicas de nuestra aeronáutica.
El mecánico boliviano Ing. Germán Alberdi, con formación profesional en Inglaterra, que
armo el triplano Curtiss para el vuelo triunfal de Hudson, puede ser considerado entre
los pioneros de esta actividad en el país.
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Rigoberto Torrico y los Carpinteros Especialistas Julio C. Lazarte, Adolfo Chavarría y
Angel Venegas.
Estos primeros obreros cumplían sus labores técnicas más allá de las horas
reglamentarias de trabajo, sin remuneración adicional a sus paupérrimos emolumentos,
sin locales adecuados para su alojamiento y, las más de las veces, con herramientas
procuradas por su iniciativa o pertenecientes a su propiedad personal.
Fue entonces que se incorporaron los nuevos reservistas Luis Ayala Claure, Hugo
Gourmont Peláez, Alberto Jiménez, Arturo Mealla y luego Francisco Siles, Lino Tapia,
José Ureña y otros. Conformaron el primer curso de la Escuela de Especialistas
Mecánicos de Aviación, donde todavía se reincorporaron los antiguos mecánicos
Matos, Robles, etc.
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Dos años después, a comienzos de 1928 y aprovechando el viaje del Comandante My.
B. Bilbao, parte rumbo a Londres la primera comisión de perfeccionamiento compuesta
por José M. Ardiles, Arturo Matos, Alejandro Robles y Luis Ayala C. En julio del mismo
año, conmemorando la fecha cívica de La Paz, se ostentó la primera escuadrilla de
pilotos y mecánicos bolivianos surcando los cielos de esta ciudad, en correcta
formación aérea y en fraternal unión.
Todavía en ese año siguieron un nuevo curso de mecánica los siguientes: Héctor
Gallardo, Martínez García, Alfredo del Rio, Hernán Ordoñez y Márquez Butron. Años
después, algunos de estos mecánicos tuvieron destacada actuación en la campaña del
Chaco, cumpliendo su deber, aun, a costa de su propia vida.
Según los mismos, esta Unidad de formación de técnicos de la Fuerza Aérea cuenta
con 4 cursos: 1º básico, 2º vocacional, 3º y 4º de especialización técnica, egresando los
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profesionales mecánicos con el grado de Sargento 1º Técnico. Esta escuela contaba
con 2 aviones para trabajos prácticos de los alumnos.
Muchos de los egresados, que suman alrededor de 30 clases por Promoción, son
enviados para su especialización a la base Aérea de Albrook Panamá, a las del Perú, o
a la Escuela Aeronáutica de Córdoba, Argentina. Luego son destinados en su
especialidad a las diferentes bases Aéreas del país.
En enero de 1933 ingresó al Colegio Militar y en junio del año siguiente fue movilizado
hacia el frente de batalla, con el grupo de cadetes voluntarios denominado “Tres pasos
al frente”. Prestó allí servicios hasta la finalización de la contienda y fue acreedor a la
Medalla de Guerra al Mérito Militar en el grado Caballero y la Medalla a la Constancia.
Pasado el conflicto Bélico del Chaco, en 1936, ascendió al grado de Sbtte. De Línea e
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ingresó a la escuela elemental de pilotaje, a cargo del LAB en Cochabamba, obteniendo
su brevet de Piloto Militar en Agosto de ese año.
En 1937 fue destinado a la Base Aérea “Tcnl. L. Ernst” de El Alto como piloto regular.
Tres años después sigue cursos de especialización en Randolph Field y Kelly Field de
los EE.UU. y viaja a Italia con el mismo propósito en 1942.
El Politécnico lleva el nombre del Técnico nacional de aviación, Tte. José Max
ARDILES MONROY, que murió heroicamente en la Campaña contra el Paraguay,
cuando cumplía una misión bélica conjuntamente con el Cap. Valle, a comienzos de
1933. Nació en La Paz el 8 de Julio de 1907, fecha que es celebrada como Aniversario
de este Instituto.
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