Resumen
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C.C./T.I. 1025883314
Fecha: 19 de 08 de 2022
Actividad: Resumen
La pérdida de la privacidad
Uno de los problemas de nuestro tiempo, que (a juzgar por la prensa) obsesiona en cierto
modo a todos, es el de la llamada privacy que, por decirlo de una manera muy esnob, se
puede traducir como «privacidad». Dicho llanamente significa que todo el mundo tiene
derecho a ocuparse de sus asuntos sin que los demás, en especial las agencias vinculadas a
los centros de poder, se enteren. Y existen instituciones creadas para garantizar a todos la
privacidad (pero, por favor, llamándola privacy, de lo contrario nadie la toma en serio). Por
eso nos preocupa que, a través de nuestras tarjetas de crédito alguien pueda saber qué
hemos comprado, en qué hotel nos hemos hospedado y dónde hemos cenado. Por no hablar
de las escuchas telefónicas cuando no son indispensables para identificar a un delincuente;
recientemente, incluso Vodafone ha lanzado una advertencia sobre la posibilidad de que
agentes más o menos secretos de cualquier nación puedan saber a quién llamamos y qué
decimos.
Parece, pues, que la privacidad es un bien que queremos defender a toda costa, para no
vivir en un mundo de Gran Hermano (el verdadero, el de Orwell), donde un ojo universal
puede controlar todo lo que hacemos o incluso pensamos.
También es cierto que, una vez que alguien puede saberlo todo de todos, cuando los todos
se identifiquen con la totalidad de los habitantes del planeta, el exceso de información solo
producirá confusión, ruido y silencio. Esto debería preocupar a los espías, porque a los
espiados les encanta que al menos los amigos, los vecinos y quizá los enemigos conozcan
sus secretos más íntimos, ya que es el único modo de sentirse vivos y parte activa del
cuerpo social.
De la estupidez a la locura
Umberto Eco
Penguin Random House
2016
Bogotá
ELEMENTOS
Amarillo: Generalizar Rojo: Supresión
La pérdida de la privacidad
Antes, la amenaza a la privacidad era el chismorreo y lo que se temía era el atentado contra
nuestra reputación, sacar a la calle los trapos sucios, que debían ser legítimamente lavados
en casa. Ya esto ha pasado a un segundo plano, puesto que las personas actualmente
quieren es conseguir reconocimiento social «hacerse ver» a toda costa, y para ello utilizan
diversos medios de comunicación en donde las personas pueden crear noticias falsas y ser
creíbles para los demás, esto debería preocupar a los espías, ya que a los espiados les
encanta que el público conozca sus secretos más íntimos por que los hace sentir vivos. En
otras palabras, por primera vez en la historia de la humanidad, los espiados colaboran con
los espías para facilitarles el trabajo, aunque, el exceso de información solo producirá
confusión, ruido y silencio.