Tema 9. Estructura de Los Mercados
Tema 9. Estructura de Los Mercados
Tema 9. Estructura de Los Mercados
Las empresas deben tomar dos decisiones importantes: fijar el nivel de producción
(cuánto va a producir y ofrecer de un bien o servicio) o el precio al que van a ofrecer esa
producción. Para determinar la solución de este problema (cuánto producir y a qué precio
poner la producción en el mercado) la empresa debe considerar, por un lado, sus objetivos
y, por otro, las restricciones a las que se enfrenta.
En cuanto a los objetivos, supondremos que la empresa solo sigue uno, y que éste es
obtener el máximo beneficio (), definido como la diferencia entre sus ingresos —el
producto p·q — y sus costes de producción (en términos de sus costes de oportunidad).
1
Entre ambas situaciones —el monopolio y la competencia perfecta— pueden plantearse
todo tipo de combinaciones: duopolios —sólo dos empresas operan en el mercado—,
empresas líderes (muy grandes) que operan en un mercado en el que la demanda a la que
no llega la empresa líder queda al albur de empresas mucho más pequeñas que siguen al
líder en su política de precios; todo tipo de oligopolios; soluciones colusivas (como los
cárteles); etc. El grado de influencia que la empresa tenga finalmente en la fijación del
precio de mercado del bien o servicio que produce y ofrece determina su poder de
mercado. Obviamente, el mayor poder de mercado corresponde al monopolio, mientras
que este poder es, a efectos prácticos, inexistente en el caso de la competencia perfecta.
Más adelante se definirá con más precisión este concepto.
Por último, caben situaciones extremas en las que haya una única empresa que opere
como compradora de un determinado tipo de factor productivo y sea la única que vende
el producto que puede elaborarse con ese factor: es el denominado monopolio bilateral.
La tabla 9.1 muestra una panorámica muy completa de las diferentes combinaciones de
poder de mercado.
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Tabla 9.1. Diferentes estructuras de mercado en función del número de empresas que operan en el lado de la oferta y de la demanda.
Clases de oferta
Clases de demanda Concurrencia Oligopolio parcial Oligopolio Monopolio parcial Monopolio (individual o
colectivo)
Concurrencia Competencia perfecta Oligopolio parcial de Oligopolio de oferta Monopolio parcial de Monopolio de oferta
oferta oferta
Oligopolio parcial Oligopolio parcial de Oligopolio parcial Oligopolio parcial. Oligopolio parcial. Oligopolio parcial.
demanda bilateral Oligopolio parcial Monopolio parcial Monopolio limitado de
limitado de oferta limitado de oferta oferta
Oligopolio Monopolio de demanda Oligopolio parcial de Oligopolio bilateral Monopolio parcial Monopolio de oferta
oferta. Monopolio parcial limitado limitado
limitado de demanda oligopolísticamente oligopolísticamente
Monopolio parcial Monopolio parcial de Oligopolio parcial de Monopolio parcial de Monopolio parcial Monopolio parcial.
demanda oferta. Monopolio parcial demanda limitado bilateral Monopolio limitado de
limitado de demanda oligopolísticamente oferta
Monopolio (individual o Monopolio de demanda Oligopolio parcial de Monopolio de demanda Monopolio parcial. Monopolio bilateral
colectivo) oferta. Monopolio limitado Monopolio limitado de
limitado de demanda oligopolísticamente demanda
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9.2. La competencia perfecta
Otras condiciones o hipótesis vinculadas a la competencia perfecta son las siguientes: que
el bien que se produce y ofrece es homogéneo (indistinguible del de otra empresa que
opera en ese mercado), que las empresas tienen conocimiento perfecto de todas las
circunstancias e informaciones relevantes relativas a ese mercado (no hay información
privilegiada o asimétrica), que existe libertad de entrada y salida en el mercado (no hay
barreras de entrada ni de salida), y que no hay externalidades positivas ni negativas en el
mercado.1
1
Un efecto externo es un coste (externalidad negativa) o beneficio (externalidad positiva) que se impone
a un agente sin que medie compensación ni pago alguno. Un ejemplo de externalidad negativa es la
incomodidad que supone la contaminación acústica que sufren los vecinos que viven en la proximidad de
una carretera. Un ejemplo de externalidad positiva es que se construya un parque en la misma zona
residencial.
4
Para determinar el nivel de producción óptimo de la empresa, basta con aplicar la
condición de maximización de beneficio: la empresa producirá aquel nivel q* que
maximice su beneficio. En el corto plazo esta condición además implica que a la empresa
esa cantidad q* puede estar ligada a pérdidas económicas, por lo que hay que añadir una
condición que hace referencia al cierre de la empresa.
max pq c q (9.1)
q0
p c q 0 (9.2)
que el precio iguala el coste marginal, siempre que se cumpla que p CVMe q . La
Una vez determinado el nivel de producción óptimo, q*, se puede determinar el resultado
económico de la empresa. En el corto plazo, y dependiendo de las posiciones relativas de
las diferentes curvas de costes de la empresa (CTMe y CVMe), para ese nivel de
producción que maximiza el beneficio (minimiza las pérdidas), los resultados pueden ser
2
Si el precio p* cortase la curva CMg por debajo de ese mínimo, el nivel de producción asociado q*
implicaría unas pérdidas superiores a los costes variables. La empresa no produciendo, pierde los costes
fijos y se ahorra los costes variables.
5
de muy diverso tipo. La Tabla 9.2 siguiente recoge las diferentes posibilidades en lo
referente a los resultados de la empresa.
Tabla 9.2. Resultados económicos de la empresa según las posiciones relativas de las
curvas de costes para el nivel de producción óptimo.
Beneficio extraordinario q* pq* c q* 0
3
Recuérdese que el beneficio económico se determina incorporando a los costes de la empresa todos los
costes de oportunidad —incluyendo como tal la tasa de beneficio típico o normal en esa industria. De este
modo, si los ingresos cubren todos los costes de oportunidad, se habla de beneficio económico normal (o
cero). Cuando los ingresos superan esos costes, el beneficio económico es extraordinario (por encima de
la tasa de beneficio de la industria) o positivo.
6
Consecuencias para el bienestar
En definitiva, sobre la base del análisis de la competencia perfecta, suele afirmarse que
los mercados funcionan mejor cuando se dan las siguientes circunstancias: hay muchos
competidores (y consumidores), los productores son pequeñas empresas, los productos
son homogéneos y fácilmente divisibles, no hay barreras de entrada ni de salida, hay
4
En un modelo de equilibrio general en el que todos los mercados fuesen competitivos, los recursos se
asignan en sus usos más eficientes.
7
información perfecta, no hay costes de transacción ni economías de escala, no hay ningún
tipo de externalidades ni de bienes públicos. Bajo todas estas circunstancias, los recursos
se asignan en sus mejores usos alternativos, produciéndose los bienes y servicios de forma
eficiente y maximizándose el bienestar de toda la sociedad.
9.3. El monopolio
5
Este poder de mercado pueden obtenerlo, por ejemplo, recurriendo al secreto industrial —y, de este
modo, la información deja de ser perfecta— u obteniendo un monopolio temporal —como es el caso de
una protección de la innovación con una patente.
8
un monopolio natural, en el que los costes de producción caen con el incremento de la
escala de producción), y muchos pequeños compradores. De hecho, la demanda del
mercado es la demanda de la empresa.
No obstante, aunque ese poder de mercado es muy grande, hay que tener en cuenta el
factor limitativo que es la demanda. En efecto, un monopolio no puede vender la cantidad
que desee al precio que quiera: o bien determina la cantidad que va a poner en el mercado
a disposición de los consumidores, y entonces el precio lo marca la curva de demanda del
mercado, o bien fija el precio de venta y, en ese caso, lo que puede colocar en el mercado
lo determina también su curva de demanda.
max p q q c q (9.3)
q0
p p q con p q 0 (9.4)
p q q p q c q 0 (9.5)
Así, la condición (9.5) nos dice que el nivel de producción óptimo q* se alcanza cuando
ingresos marginales y costes marginales coinciden.6 Formalmente:
6
Y, además, los CMg son crecientes. Si los CMg fuesen decrecientes, el punto localizado con la regla
(9.5) se correspondería con la máxima pérdida para la empresa.
9
La condición de equilibrio (9.6) localiza el punto de oferta del monopolio: el
monopolista sólo ofrecerá, para unas condiciones determinas de demanda y costes una
única cantidad al mercado, aquella que maximiza su beneficio, q*, fijando la demanda el
precio de venta de esa cantidad, p* p q* . La Figura 9.3 representa el equilibrio del
En relación con el resultado económico del monopolio, aunque suele pensarse que éste
siempre obtiene unos beneficios exorbitados, no necesariamente ha de suceder esto. De
hecho, no es infrecuente que un monopolio, por lo general de titularidad pública, produzca
obteniendo, como resultado, pérdidas económicas. La Tabla 9.2 supra aplica exactamente
igual al caso del monopolio.
Poder de mercado
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Compruébese que los Ingresos Totales (p*·q*) superan a los Costes Totales en el óptimo:
p*·q*>CTMe(q*)·q*.
10
Un modo de determinar el grado de explotación o poder de mercado del monopolio es
el índice de Lerner. Este se obtiene a partir de la condición de óptimo de la empresa: de
(9.5) tenemos que p q * q * p q * c q * o lo que es lo mismo, teniendo en cuenta
1 dq p
p * 1 c q * , donde 1 (9.7)
dp q
1
De donde, p* c q * / 1 , o lo que es lo mismo,
p* c q * (9.8)
p * c q * 1
L (9.9)
p*
Que es el porcentaje que supone el margen que carga el monopolio sobre el coste marginal
sobre el precio de venta. Como se muestra, este índice es la inversa de la elasticidad de
demanda. Así, cuanto más inelástica sea la demanda de un bien —y siempre es inelástica
en el tramo de oferta del monopolio—, mayor será el margen que carga sobre los costes
de producción —i.e.: mayor será el grado de explotación del mercado por parte del
monopolio.
11
mercado y el coste marginal se igualases —lo que en la Figura 9.4 viene marcado por el
punto EC— la cantidad producida en esas circunstancias “competitivas” sería mucho
mayor Q C Q M y el precio mucho menor p C p M . Por esta razón se afirma que el
coste del monopolio para los consumidores consiste en disponer de menos producción y
a un precio superior que en el caso de que hubiera competencia en el mercado.
La discriminación de precios
Un monopolio puede explotar de una manera muy particular su demanda (que es la del
mercado) si es capaz de discriminar (diferenciar) la capacidad adquisitiva de sus clientes.
Esta práctica, conocida como discriminación de precios, consiste en cargar el mayor
precio posible a cada consumidor por un mismo bien o servicio. Este precio, que coincide
con el máximo que el consumidor estaría dispuesto a pagar, extrae para la empresa todo
el excedente del consumidor (el área B + D de la Figura 9.4).
Para que un monopolio pueda aplicar esta política de precios, han de observarse una serie
de condiciones “técnicas” que, de no cumplirse, limitan este tipo de prácticas. Estas
limitaciones hacen referencia, por supuesto, al conocimiento del monopolio: se trata de
saber cuánto está dispuesto a pagar como máximo cada consumidor. En este sentido caben
12
dos posibilidades, al menos teóricamente: (a) que el monopolio conozca exactamente
cuánto puede pagar y está dispuesto a pagar como máximo cada consumidor; y (b) que
no sabiendo con exactitud a cuánto ascendería esa cantidad, el monopolio es capaz de
agrupar a los consumidores según alguna característica fácilmente observable y
correlacionada con su poder de compra. En el primer caso, la discriminación de precios
es perfecta, en el sentido en que el monopolio extrae el máximo excedente del
consumidor; en el segundo caso, no es así, pero con todo el monopolista extrae una
porción importante de dicho excedente. Además, para que la discriminación de precios
sea efectiva, debe cumplirse una condición adicional conocida como de no arbitraje: que
el producto o servicio no pueda ser revendido entre los diferentes consumidores o grupos
de consumidores.
8
En realidad, diferentes elasticidades de demanda. Así, en el caso del abono transporte, los jóvenes y
personas mayores tienen una mayor elasticidad de demanda en esos servicios —los jóvenes buscan otras
alternativas al transporte colectivo y las personas mayores simplemente dejan de viajar— mientras que
los trabajadores que han de usar esos medios para acudir a sus puestos de trabajo tienen una elasticidad
mucho menor, lo que permite cargar unos precios menores a los primeros, y más altos a los últimos.
13
beneficio, puesto que las decisiones de los rivales afectan a los ingresos (y, por tanto, a
los beneficios de las empresas) a través de su impacto en la demanda de la empresa.
Cartel
Una característica importante de este tipo de solución es que tiende a ser inestable en el
largo plazo. En efecto, como muestra el cartel de la OPEP, las diferentes estructuras de
costes hacen que los beneficios distribuidos no sean necesariamente los máximos que
puede obtener una empresa que no respete el acuerdo (por ejemplo, saltándose el límite o
cuota de producción acordada con los otros socios). De este modo, existe un incentivo a
engañar a los socios en todas las empresas. Sin un sistema coercitivo o punitivo eficaz
que sea capaz de mantener la disciplina de los socios, a la larga el cartel tiende a
desaparecer.
Con todo, mientras el cartel está operativo, los costes sociales en términos de menor
producción y más cara y la pérdida de excedente del consumidor es la misma que refleja
el análisis que subyace a la Figura 9.4.
9
En el caso, lógicamente, de que el cartel abarque todo el mercado. En caso contrario, si solamente unas
empresas coluden para formar el cartel, la solución será como la del modelo de la empresas dominante del
subepígrafe siguiente.
14
Modelo de la empresa dominante
Esta estructura de mercado se caracteriza por la existencia de una empresa que mercado
dispone de una parte muy importante de la cuota de mercado, mientras que el resto queda
a disposición de pequeñas empresas que explotan el segmento del mercado que no cubre
la empresa dominante. En ese segmento las empresas seguidoras actúan bajo un régimen
de competencia.10 De este modo, la empresa grande se comporta como precio oferente
mientras que los pequeños productores son precio-aceptantes.
En la Figura 9.5 siguiente se representa esta situación. La demanda del mercado está
representada por la curva Dmerc(p). Para cada precio, y conforme este sube, se va abriendo
un margen de oportunidad a potenciales pequeños competidores que, a esos precios
superiores pueden cubrir sus costes crecientes; la función F(p) muestra el margen
creciente de entrada de potenciales empresas rivales en el mercado. Como consecuencia
de esto, la demanda residual de la empresa líder queda determinada por la diferencia
Dmerc(p) - F(p). Así, la demanda relevante para maximizar los beneficios es la demanda
residual, esto es, la demanda que queda a la empresa dominante una vez que descuenta la
reacción de sus potenciales competidores.
En el caso más sencillo de todos en los que los costes marginales de producción sean
constantes e iguales a c, el beneficio de le empresa líder queda establecido por la
10
Piénsese, por ejemplo, en la situación de una gran superficie comercial rodeada de pequeños
establecimientos.
15
expresión ( p c) D( p) F ( p) . La decisión de producción de la empresa
D( p) F ( p)
D( p) F ( p) ( p c) 0
p
(9.10)
p p
Para este modelo, el grado de explotación del mercado por la empresa dominante en
términos del índice de Lerner es:
pc 1 sF
(9.11)
p D F sF
F D p F p
Donde sF , D y F son la cuota de mercado de las pequeñas
D p D p F
empresas y las elasticidades de demanda correspondientes a la demanda del mercado y
de los competidores respectivamente. De este modo, cuanto menor sea la cuota de
mercado de los pequeños competidores, mayor será el grado de explotación del mercado
por la empresa.
Duopolio de Cournot
En esta estructura la demanda del mercado es explotada por dos únicas empresas de un
tamaño relativamente similar (en el límite, idénticas). El duopolio es el caso más extremo
de interdependencia estratégica, no solo porque únicamente hay dos rivales que pugnan
por el control del mercado, sino porque, en la medida en que las empresas son
identificables (solo hay dos) las decisiones referentes a fijar el nivel de producción o los
precios por un competidor impactan directamente en los resultados de la otra empresa, en
el caso de que no reaccione ante el hipotético movimiento de su rival. Por otra parte, la
competencia puede ser en cantidades o en precios.
11
Es sencillo comprobar que el índice de Lerner coincide con el del monopolio cuando sF 0 en (9.11).
16
El duopolio de Cournot es un caso en el que dos empresas deben decidir simultáneamente
qué cantidad de un producto homogéneo e indistinguible van a producir y ofrecer en el
mercado. En esta situación, consideremos el proceso de toma de decisión de la empresa
1 —el argumento es idéntico para la empresa 2 haciendo los ajustes oportunos. Para
determinar qué cantidad de producto le conviene ofrecer, y que designaremos por q1, debe
conjeturar qué oferta va a realizar la empresa 2, es decir, qué cantidad q2 va a ofrecer el
rival. Dependiendo de qué opine la empresa 1 que va a ofrecer la empresa 2, más o menos
q2, para maximizar sus beneficios la empresa 1 determina cuál es la cuota de mercado que
le quedaría por explotar y, en función de esto, determina cuál sería su mejor respuesta —
aquella cantidad q1* que es la que maximizaría, en esas condiciones, su beneficio. A la
función que liga estas conjeturas (en este caso las de la empresa 1 referidas al
comportamiento en cantidades de la empresa 2) se denomina función de reacción o,
simplemente, FR1.
17
Figura 9.7. Funciones de reacción de las empresas 1 y 2 y el equilibrio en un
duopolio de Cournot.
En la Figura 9.7 se observa cómo las funciones de reacción se cortan en el punto ECournot,
que determina el equilibrio de este tipo de mercado. En efecto, en esa situación q1C es la
mejor respuesta que la empresa 1 puede dar a la conjetura de que la empresa 2 ofrezca
q2C (está sobre la curva FR1) y viceversa: dada la conjetura de que la empresa 1 ofrecerá
la cantidad q1C , a la empresa 2 le conviene ofrecer q2C (está sobre la curva FR2).
Duopolio de Bertrand
18
Además, se supone que, en el caso más simplificado, ambas empresas tienen unos costes
de producción similares —en el límite, idénticos.
Bajo esas circunstancias cabe caracterizar las funciones de reacción de las empresas del
siguiente modo. Para cualquier precio que fije una empresa por encima de su coste
marginal —que supondremos, por motivos expositivos, constantes e igual a c— si la
empresa tiene mercado (demanda), obtendrá unos beneficios por unidad iguales a la
diferencia entre ese precio y el coste marginal. Supongamos una situación en la que el
precio fijado por ambas empresas es PM. En este caso, ese precio será, además, el precio
vigente en el mercado. Supongamos además que las empresas se reparten por igual el
mercado. En ese caso, representado por el gráfico de la izquierda en la Figura 9.8, el
beneficio de la empresa 1 sería 1. (El mismo argumento se aplica a la empresa 2.)
Sin embargo, cualquiera de estas dos empresas (por ejemplo, la empresa 1) tiene
incentivos a bajar ligeramente el precio por debajo de PM. Si hace esto y la otra empresa
no reacciona, dado que el producto es homogéneo y la única diferencia para los
consumidores es el precio, la empresa 1 le robaría todo el mercado a la empresa rival 2
—recuérdese que, por hipótesis, tienen ambas empresas capacidad para abastecer todo el
mercado. Y exactamente el mismo argumento aplica a la empresa 2. El gráfico central y
el de la derecha de la Figura 9.8 representa las funciones de reacción de ambas empresas
ante estas circunstancias. En los gráficos se ve que cualquier subida de precios por encima
de PM deja a la empresa que haya adoptado esa política sin demanda, pudiendo aprovechar
la empresa rival esa subida para colocar su precio ligeramente por debajo quedándose
además con todo el mercado. Por otra parte, cualquier bajada de precios por debajo de c
no tiene sentido para las empresas, pues si bien podrían quedarse con todo el mercado, lo
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haría produciendo con pérdidas, lo cual no tiene sentido económico. La única solución es
imitar los precios del rival.
Sin embargo, como existen incentivos en ambas empresas por bajar el precio para
monopolizar el mercado, puede comprobarse que la única solución estable es que ambas
empresas produzcan y vendan a un precio P B c , solución ésta que coincide,
precisamente, con la de la competencia perfecta (se produce y vende a un precio igual al
coste marginal.
Con todo, que el precio final sea equivalente al de la competencia, es reflejo de que la
competencia más extrema se produce cuando hay muy pocos productores en un mercado
ofrecen bienes o servicios idénticos y compiten únicamente en precios. En tales
circunstancias, el riesgo de colusión, de formación de un cartel, está presente.
Hasta el momento se han considerado estructuras de mercado en las que los bienes o
servicios producidos e intercambiados son homogéneos (i.e.: idénticos) desde algún punto
20
de vista relevante para el consumidor.12 Sin embargo, por lo común, los bienes y servicios
ofrecidos por las empresas son percibidos de manera distinta por los consumidores. Esta
diferenciación del producto puede explicarse por razones objetivas —puede haber
diferencias de calidad— o subjetivas —diseños o características que hace diferentes los
bienes. Sea por una causa o por otra, la principal consecuencia que se deriva de esta
diferente percepción es que las empresas adquieren un cierto poder de mercado del bien
o servicio que ofrecen, poder de mercado que se traduce en la posibilidad de cargar un
precio superior al coste marginal de producir y vender la última unidad.
En este contexto, las políticas de precios y de imagen de las empresas establecen una
relación con los resultados económicos de los competidores a través de la reacción de la
demanda de sus productos. En efecto, si una empresa rival emprende, por ejemplo, una
campaña publicitaria exitosa, hará crecer la demanda de los productos que publicita a
costa de la demanda de productos similares de las empresas rivales. Las empresas rivales
verán así reducida su demanda. Ante esto cabe reaccionar aumentando, en ese caso, los
gastos de publicidad de sus productos. Esta reacción pone en marcha una guerra de marcas
que al final se salda en que todas las empresas se ven forzadas a aumentar sus gastos
publicitarios para contrarrestar la ofensiva desatada por la campaña de la primera
empresa.13 Este mecanismo de reacción hace que en el largo plazo, las empresas que
operan bajo esta estructura de mercado terminen obteniendo beneficios económicos
12
En el mercado eléctrico, los kilovatios ofrecidos por una empresa son indistinguibles físicamente de los
ofrecidos por otra empresa rival.
13
Ejemplos típicos de esto son la proliferación de los anuncios publicitarios de productos de belleza o
determinadas prendas de vestir cuando una de las empresas desata una campaña publicitaria agresiva.
21
normales (es decir, = 0) y produciendo con exceso de capacidad (por debajo del nivel
de producción que minimiza el coste total medio).
14
Piénsese, por ejemplo, en el mercado de automóviles de turismo.
22
9.6. Comparación
Todas las formas de mercado diferentes de la competencia perfecta suponen, para las
empresas que operan bajo esas otras formas, un cierto poder de mercado: desde el caso
extremo del monopolio, que dispone para él toda la demanda del mercado, hasta el
duopolio de Bertrand, en el que la solución (el precio) resultante coincide con el de la
competencia perfecta ( p CMg ). Este poder de mercado se traduce, desde el punto de
vista del bienestar, un coste social: un precio para los consumidores mayor que los costes
de producción y unas cantidades menores a su disposición en los mercados.
Ante este tipo de situaciones, las autoridades económicas pueden articular diferentes tipos
de intervenciones que tienen por finalidad eliminar o, al menos, paliar ese coste social.
La política de competencia consiste, precisamente, en analizar las situaciones en el que
las políticas de las empresas (políticas de precios y de producción) resultan dañinas para
la sociedad en su conjunto. Normalmente, para esto, determinan el grado de explotación
del mercado —usando índices como el de Lerner, índices de concentración en la industria,
etc.— y el coste para los consumidores en términos de excedente del consumidor o del
excedente total. Las autoridades encargadas de supervisar la competencia emplean el
resultado del modelo de competencia perfecta como referencia (benchmark) al que deben
ajustarse en alguna medida las situaciones de precios, costes y producción de los
mercados.
23
Las medidas empleadas van desde la prohibición expresa de determinadas prácticas
competitivas —como la discriminación de precios—, hasta la regulación de los precios o
la autorización de determinados monopolios temporales —por ejemplo, los monopolios
que proporcionan las patentes o los derechos de autor.
Referencias
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