Martha Nussbaum Teoría Cognitivo
Martha Nussbaum Teoría Cognitivo
Martha Nussbaum Teoría Cognitivo
lo que más resalta de la doctrina estoica es la idea de creencia o juicio entendido como el
asentimiento a una apariencia. Se trata de un proceso en dos momentos: primero tenemos
un evento que llama nuestra atención y crea una impresión, es decir, vemos la situación de
determinada manera, luego aceptamos o abrazamos esa representación o apariencia como
verdadera, nos comprometemos con ella y hacemos un juicio que genera una emoción
(Nussbaum, 2003)
Al concebir a las emociones de esta manera, los estoicos consideran que los padres, las
personas que nos cuidan durante la infancia, la cultura a la que pertenecemos y los
pedagogos, pueden generarnos falsas creencias y prejuicios que influyen en la aparición de
estados emocionales descontrolados. Esta es la razón por la que Crisipo llega a pensar que
las emociones son desobedientes a la razón y contrarias a la naturaleza al dársele a los
objetos y bienes externos (personas, dinero, fama, posición social, belleza, etc.) un peso o
valor más allá del apropiado, esto es un juicio impulsivo acerca de cosas presentes o
futuras: los juicios emocionales son errores del pensamiento, juicios falsos o concepciones
inadecuadas acerca de la realidad que desencadenan un cúmulo de estados que ciegan y
desorientan a la recta razón (Graver, 2007).
Nussbaum retoma de los estoicos la noción del juicio como asentimiento a la apariencia de
las cosas, aspecto que conforma la dimensión evaluativa de las emociones: mis emociones
revelan si contemplo el mundo, o un aspecto del mismo, como amenazador o acogedor,
placentero o doloroso, deplorable o consolador, o de cualquier otra manera. Pero
Nussbaum orientará este punto de vista estoico en otra dirección al incluir la perspectiva
aristotélica del juicio eudamonista vinculado con el florecimiento de la persona. Este es un
aspecto que será de gran relevancia dentro de la concepción cognitiva que Nussbaum
desarrolla en torno a las emociones.
Aristóteles no desarrolló una teoría completa y sistemática de las emociones, pero dejó
diversos planteamientos al respecto en la Ética Nicomaquea, Ética Eudemia, Retórica y Del
alma. De estos textos Nussbaum retoma algunos fragmentos para nutrir su propia visión
cognitivo-evaluadora de las emociones. En sus escritos, Aristóteles sostiene que las
pasiones en general van acompañadas de placer y/o dolor, las cuales conducen a cierta
alteración o cambio corporal: "llamo pasiones al deseo, la cólera, el temor, la envidia, la
alegría, el odio, la añoranza, la emulación, la piedad, y en general a todas las afecciones a
las que son concomitantes el placer o la pena" (Aristóteles, 2010:
Si bien Aristóteles reconoce la dimensión física o corporal de las emociones: temblor, calor
en la sangre, sudor, frío, etc., en diversos fragmentos de su obra se centra en una
interpretación cognitivista en donde concede un lugar preponderante a la relación entre
creencias y emociones, asunto que será de especial relevancia para la teoría de Nussbaum.
La idea fundamental que defiende Aristóteles es que las emociones están asociadas con
ciertas creencias (doxai) y juicios (hypolepsis): la creencia de que hemos sido objeto de un
agravio inmerecido, por ejemplo, excita nuestra ira (Aristóteles, 1990: 1378a30), y la
creencia de que el sufrimiento de alguien es inmerecido despierta nuestra compasión
(Aristóteles, 1990: 1385b13-19). Si tenemos la convicción de que alguien que conocemos
guarda algo perverso en su interior, esta creencia obstaculizará la aparición de la piedad y
probablemente provocará ira o indignación. Cuando creemos que algo es temible o dañino,
inmediatamente padecemos en nuestro cuerpo los síntomas del miedo.
En esta breve exposición se puede apreciar cómo Aristóteles comparte con los estoicos
un componente cognitivo en las emociones, sin embargo, la orientación que propone es
diferente. Para los estoicos las creencias asociadas a las pasiones afectan el buen
desempeño de la razón y son un obstáculo para la excelencia humana, mientras para
Aristóteles las emociones garantizan el respeto y la adecuada relación con los demás en el
marco de la comunidad política, por eso están vinculadas a la vida virtuosa y la formación
del carácter (Trueba, 2009).
Las emociones se relacionan con algo que resulta relevante para nuestro bienestar, con
las cosas a las que asignamos valor en el marco de lo que para nosotros significa una vida
buena. Mis objetivos y fines, las cosas a las que atribuyo importancia también están ligadas
al sentido de la vida, a nuestra condición existencial que nos permite reconocernos como
seres que necesitamos de otros, y para los que es significativo nuestro acompañamiento y
preocupación: "la forma fundamental de una emoción de fondo siempre es el amor o el
apego a alguien considerado muy importante para el florecimiento propio, junto con alguna
creencia general que signifique que el bienestar de esa persona no se encuentra
plenamente bajo nuestro control" (Nussbaum, 2008: 98).
las emociones están vinculadas a las creencias del sujeto, ya sean actuales o pasadas,
verdaderas o falsas, justificadas o injustificadas. Por ejemplo, si creo que Juan ha muerto en
su expedición al Everest, seguramente sentiré gran aflicción. Pero si en realidad Juan está
de regreso, y feliz por haber conquistado sus metas, mi emoción sería inapropiada, porque
estoy afligido por una falsa creencia. La emoción es sincera, pero descansa en una creencia
falsa. En este contexto Nussbaum considera que las emociones cesan cuando se modifican
las creencias relevantes sobre el objeto y su valor. Como afirman otras teorías cognitivas de
la emoción en Paisajes del pensamiento se comparte la idea de que las emociones pueden
modificarse por un cambio en la forma en que se evalúan los objetos, pues son maneras de
mirar las cosas cargadas de valor.
El potencial moral de las emociones como advertidoras de
daño, sufrimiento y dignidad humana menoscabada
Para Nussbaum las emociones son juicios, pero no inertes, pues debido a su contenido
evaluativo poseen una íntima conexión con la motivación. Este aspecto da paso a la
amplia reflexión que expone la autora en torno al potencial que poseen las emociones en
la deliberación moral al ser advertidoras de vulnerabilidad y dignidad humana
menoscabada: las emociones desempeñan un papel en la percepción del daño moral y
nos proveen una serie de motivos para actuar.
El concepto de vulnerabilidad es una idea central para comprender la dimensión ética del
pensamiento de Nussbaum. Aristóteles (2010: 1095a19-20) afirma que vivir bien y actuar
bien son lo mismo que la eudaimonía, pero en esta búsqueda del buen vivir nos
descubrimos como seres esencialmente vulnerables o frágiles frente a un sinnúmero de
circunstancias exteriores que dificultan o contaminan la actividad buena y la excelencia
humana.