Libro - El Ministerio Pastoral

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Área: Formación Ministerial

EL MINISTERIO
PASTORAL
EL MINISTERIO PASTORAL
978-612-5046-17-8

2021-08359
Contenido

05 Lección 1
¿QUÉ ES EL MINISTERIO
PASTORAL? 99 Lección 5
EL MINISTRO,
LA ADMINISTRACIÓN Y
LA ÉTICA MINISTERIAL

32 Lección 2
PREPARACIÓN PARA EL
MINISTERIO
111 Lección 6
EL MINISTRO Y SU VIDA
DE COMUNIÓN

55 Lección 3
EL MINISTRO Y SU
FAMILIA 132 Lección 7
EL MINISTRO Y
LA PREDICACIÓN

80 Lección 4
EL MINISTRO, LAS
RELACIONES Y LA ÉTICA
MINISTERIAL
144 Lección 8
EL MINISTRO COMO
CONSEJERO
Lección 1
¿QUÉ ES EL MINISTERIO
PASTORAL?

CONTENIDO
I. El Ministerio Pastoral
II. ¿Qué debe ser y hacer un pastor?
III. El Ministerio Pastoral en la historia
IV. Abordemos el Ministerio Pastoral con las Escrituras

EL MINISTERIO PASTORAL – L01 ¿Qué es el ministerio pastoral? 5


INTRODUCCIÓN
Ministrar en la iglesia constituye el más alto privilegio. Nada podría ser más
honorable o tener mayor significado eterno que servir a nuestro Señor en
Su iglesia.
Cumplir este privilegio y desempeñar esta responsabilidad demanda una
comprensión de la iglesia y sus ministerios que sea correcta de acuerdo con
la Palabra de Dios.
Para comprender los asuntos de la iglesia y establecer ese entendimiento
como un fundamento para el ministerio, necesitamos entender unas
cuantas verdades básicas:
• La iglesia es la única institución que el Señor prometió construir y
bendecir (Mt 16.18).
• La iglesia es el lugar de reunión de los verdaderos adoradores (Fil
3.3).
• La iglesia es la más preciosa asamblea sobre la tierra por cuanto
Cristo la compró con Su propia sangre (Hch 20.28; 1 Co 6.19; Ef 5.25;
Col 1.20; 1P 1.18; Ap 1.5).
• La iglesia es la expresión terrenal de la realidad celestial (Mt 6.10;
18.18).
• La iglesia triunfará finalmente tanto universal como localmente (Mt
16.18; Fil 1.6).
• La iglesia es proclamadora y protectora de verdades divinas (1 Ti
3.15; Tit 2.1, 15).
• La iglesia es el lugar principal para la edificación y el crecimiento
espiritual (Hch 20.32; Ef 4.11-16; 2 Ti 3.16 17; 1 P 2.1-2; 2 P 3.18).
• La iglesia es el lugar para impulsar la evangelización del mundo (Mr
16.15; Tit 2.11).
• La iglesia es el ambiente donde se desarrolla y madura el liderazgo
espiritual fuerte (2 Ti 2.2).
El entendimiento de esas verdades es la base del ministerio efectivo.
En 2 Timoteo 2, Pablo usa siete metáforas diferentes para describir los
rigores de un liderazgo. Dibuja al ministro como:
• Un maestro (v.2), • Un obrero (v.15)
• Un soldado (v.3) • Un utensilio (vv.20-21)
• Un atleta (v.5) • Un esclavo (v.24)
• Un labrador (v.6)

EL MINISTERIO PASTORAL – L01 ¿Qué es el ministerio pastoral? 6


Todas esas imágenes evocan ideas de sacrificio, trabajo, servicio y
dificultades, hablan de las complejas y variadas responsabilidades del
liderazgo espiritual y ni una de ellas hace que el liderazgo sea atractivo.
El liderazgo en la iglesia no es un manto de reputación para ser conferido a
la aristocracia eclesial, no se gana por antigüedad, no se compra con dinero,
ni se hereda por lazos familiares.
No necesariamente le toca el liderazgo a quienes tienen éxito en los
negocios o en las finanzas, ya que no se concede basándose en la
inteligencia o el talento.
Sus requisitos son un carácter intachable, madurez espiritual y, sobre todo,
una disposición a servir humildemente.
La metáfora favorita que el Señor empleó para describir el liderazgo
espiritual, que a menudo usó para describirse a sí mismo, fue la del pastor,
la persona que atiende el rebaño de Dios.
La palabra pastor en sí misma significa “cuidador de ovejas”, porque es él
quien dirige, alimenta, nutre, conforta, corrige y protege a las ovejas.
El llamado de los que Dios designa como líderes no es para que ocupen una
posición de monarcas gobernantes, sino de humildes esclavos; no hábiles
celebridades, sino siervos trabajadores.
Los que dirijan el pueblo de Dios deben ejemplificar sobre todas las cosas
sacrificio, devoción, sumisión y humildad.
El mismo Jesús dio el patrón cuando se levantó a lavar los pies de los
discípulos, una tarea que se solía llevar a cabo por los esclavos de más bajo
nivel (Jn 13).
Si el Señor del universo hizo eso, ningún líder de la iglesia tiene el derecho
de pensar acerca de sí mismo que es un elitista pastoral.
“Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros,
sabiendo que recibiremos mayor condenación”. Santiago 3:1

I. EL MINISTERIO PASTORAL
John Seel llevó a cabo el año 1992 una investigación sobre el estado general
del evangelicalismo y 25 líderes prominentes dieron su punto de vista con
respecto al estado general de este al final del siglo XX.

EL MINISTERIO PASTORAL – L01 ¿Qué es el ministerio pastoral? 7


Como resultado de esta investigación emergieron algunos temas
dominantes:
• Identidad incierta: una amplia confusión sobre lo que define a un
evangélico.
• Desencanto institucional: un percibido ministerio inefectivo e
irrelevante.
• Falta de liderazgo: un lamento por la insuficiencia de liderazgo en la
iglesia.
• Pesimismo acerca del futuro: una creencia de que el evangelicalismo
cuelga en la balanza.
• Crecimiento en número, descenso de impacto: una confusa
paradoja sin claras explicaciones inmediatas.
• La respuesta política y metodológica proporciona la solución: están
emergiendo aproximaciones no bíblicas al ministerio.
Ante este panorama, la dirección futura de la iglesia contemporánea es una
consideración legítima y preeminente.
La iglesia de finales del siglo XX en general, y los pastores en particular,
enfrentaban las siguientes preguntas cruciales:
• ¿Qué debe ser y hacer un pastor?
• ¿Cómo debe responder la iglesia a una cultura que cambia tan
rápidamente?
• ¿Qué considera Dios relevante?
• ¿Son las Escrituras hoy una base adecuada para el ministerio?
• ¿Cuáles son las prioridades de un pastor?
• ¿Bajo qué autoridad se mantiene el pastor?
• ¿Cómo podemos distinguir entre el pastor llamado por Dios y el
falso?
• ¿Quién define la necesidad del ministerio, Dios o el hombre?
• ¿Qué dirección quiere Cristo para su iglesia en el siglo XXI?
Teniendo en cuenta este panorama debemos considerar la crisis de
identidad que muchas veces pasa la iglesia y el ministro al no entender la
dirección o el propósito de su posición frente al mundo y al mismo tiempo
tomar en cuenta el método que tenemos al alcance para estar ocupados en
los negocios del Padre Celestial.

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A. CRISIS DE IDENTIDAD
En tanto que la iglesia sucumbe a las presiones culturales y sociales, no es
de sorprender que los roles pastorales bíblicamente definidos y el
contenido de la enseñanza ministerial, orientado con las Escrituras,
también haya experimentado un serio desafío.
1. Crisis en la identidad pastoral
Esta confusión no es completamente nueva para la iglesia. Ya en el siglo I,
Pablo se sintió obligado a articular cuidadosamente el rol del pastor a través
de sus epístolas.
Todas las generaciones subsiguientes han sentido esta tensión con la
correspondiente necesidad de reafirmar los absolutos bíblicos del
ministerio.
Culbertson y Shippee:
La teología pastoral es mayormente un campo sin una definición
clara: su significado preciso y sus partes componentes parecen variar
ampliamente de una denominación a otra y de un seminario a otro.
El cómo del cuidado pastoral y los elementos componentes en el
proceso de formación del carácter pastoral parecen ser igualmente
escurridizos.
La Escritura provee las bases primordiales para entender el oficio pastoral
y sus funciones; es decir, la teología pastoral vive de las Escrituras.
Cuando la tradición pastoral cita las Escrituras, es porque la considera como
un texto con autoridad para dar forma tanto al entendimiento como a la
práctica del ministerio.
No supeditamos las Escrituras a nuestro examen, de acuerdo a un criterio
que le es ajeno, para poder entender el ministerio. Antes bien, la Escritura
examina nuestra comprensión del ministerio; lo pone a prueba.
2. Crisis en el entrenamiento ministerial
El rol pastoral es muy importante porque nos ayuda a estar seguros de
cuales son las funciones del pastor en relación con el mundo, la iglesia en
general y los creyentes de manera individual.
Este punto, por tanto, se extiende sobre el entrenamiento pastoral a nivel
de seminario.

EL MINISTERIO PASTORAL – L01 ¿Qué es el ministerio pastoral? 9


El estudio serio de las Sagradas Escrituras nos permitirá observar un sinfín
de literatura que exige no solo que sepamos definir la identidad y función
del ministro de Dios sino también la importancia de una restructuración a
nivel intelectual y espiritual de la educación ministerial para encausarla a
una vida práctica.
En el año 1990, The Atlantic, una revista americana, literaria y cultural,
publicó una sorprendente valoración general de los seminarios americanos.
Este comprensivo estudio concluyó así:
Si han de tener éxito, esta generación de seminaristas debe ser por
supuesto educativa y espiritualmente sana… Cuando nuestros
futuros ministros hablen, queremos oír voces poderosas, pero
comedidas, que destaquen la dimensión moral de la vida… Que sean
gente que a pequeña escala reflejen la misericordia y bondad de Dios
que queremos conocer, no solo su juicio. Al final, creo, buscamos a
esos que nos ayudarán a encontrar esa voz que no es nuestra, que
está en lo profundo de nuestro ser, pero que nos llama a hacer lo que
es correcto.
La demanda del consumidor, tanto en el ministerio como en el
entrenamiento pastoral, marca claramente la conclusión de este artículo.
La Biblia es un antiguo documento que está escrito para gente específica en
un tiempo específico y en un contexto específico. No obstante, trasciende
aquellos tiempos y contextos porque es inspirada por el Espíritu de Dios, de
modo que es un documento tanto divino como humano. Es un documento
que se relata en el tiempo del mismo modo que es un documento eterno.
La autoridad bíblica es un concepto muy mal entendido en nuestro mundo
contemporáneo. La gente pregunta: ¿cómo puedes creer que un libro
escrito hace 2000 años tenga autoridad y relevancia ahora? La respuesta es
porque se debe a su fuente.
Su fuente no está solo en los profetas y los apóstoles; está en el mismo Dios,
quien realmente ha inspirado esta palabra para que nosotros la
estudiemos, creamos y obedezcamos; de allí que la formación del ministro
dependerá en gran manera de lo que pueda aprender de las Sagradas
Escrituras.
B. EL MÉTODO BÍBLICO
Pablo hizo una afirmación absoluta con implicaciones innegables cuando
escribió a Timoteo:

EL MINISTERIO PASTORAL – L01 ¿Qué es el ministerio pastoral? 10


“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para
redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el
hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda
buena obra”. 2 Timoteo 3.16-17
Este pasaje enseña no solo una alta perspectiva de la autoridad de las
Escrituras, sino también su suficiencia, sobre todo en formular planes y
prioridades ministeriales.
Demanda que comencemos con Dios y la Biblia antes que con el hombre y
la cultura, para poder entender la voluntad de Dios en el ministerio.
Las tensiones del ministerio, los problemas y las preguntas a los que se
enfrenta nuestra generación no son nuevos.
• Malaquías acusó a Israel porque cambiaron la gloria de Dios por las
costumbres de la cultura.
• Pablo confrontó a los corintios.
• Jeremías y Ezequiel advirtieron contra la proliferación de falsos
pastores en el Antiguo Testamento, como lo hicieron Pedro y Judas
en el Nuevo Testamento.
El pastor contemporáneo debe prestar estrecha atención a las lecciones de
la historia bíblica, porque estas con seguridad se repetirán en su
generación.
Cuando surja la pregunta “¿qué debe ser y hacer un pastor?”, debemos
buscar respuestas en la Palabra de Dios y no en la última moda o en teorías
que hallan su fuente en la sociedad o en la cultura antes que, en las
Escrituras, ya que Dios ha dado varios pasajes concretos explicando quién
debe ser y qué debe hacer un pastor (1 Ti 3.1-7; Tit 1.6-9; 1 P 5.1-5).
Pero talvez los libros más explícitos en el Nuevo Testamento con relación a
la obra del ministerio sean 1 y 2 de Tesalonicenses.
Un análisis cuidadoso de las epístolas pastorales conduce a esta descripción
básica del ministerio.
Las actividades primarias de un pastor incluyen:
• Orar (1Tes 1:2-3; 3:9-13) • Laborar (1Tes 2:9)
• Evangelizar (1Tes 1:4-5,9-10) • Modelar (1Tes 2:10)
• Equipar (1Tes 1:6-8) • Dirigir (1Tes 2:10-12)
• Defender (1Tes 2:1-6) • Alimentar (1Tes 2:13)
• Amar (1Tes 2:7-8) • Vigilar (1Tes 3:1-8)

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• Advertir (1Tes 4:1-8) • Corregir (2Tes 2:1-12)
• Enseñar (1Tes 4:9-5,11) • Confrontar (2Tes 3:6,14)
• Exhortar (1Tes 5:12-24) • Rescatar (2 Tes 3:15)
• Animar (2Tes 1:3-12)
Pablo ejemplifica el carácter de un pastor y cómo se relaciona dicho
carácter con la conducta del ministerio (1 Ts 2.1-6). Describe la naturaleza
del liderazgo pastoral en términos de:
• Una madre (2.7-8)
• Un obrero (2.9)
• Un miembro de familia (2.10)
• Un padre (2.11-12).
Aunque estos textos no tratan concluyentemente el tema, sí señalan la
Escritura como la fuente apropiada de la que se deben sacar respuestas a
las preguntas relacionadas con el ministerio.
Las cartas de Cristo a las siete iglesias en Apocalipsis 2-3 suscitan la
relevante cuestión: “Si Cristo escribiera una carta a la iglesia americana en
1995, ¿qué diría?”.
Esta pregunta es puramente hipotética y no sucederá porque el tiempo de
la revelación divina escrita ya ha pasado. No obstante, las imperecederas
verdades de Apocalipsis 2-3, reveladas en el siglo I, son aplicables a la iglesia
del siglo XXI porque representan la inmutable mente de Cristo con relación
a su iglesia.
Sabemos lo que elogiará y lo que condenará, por lo tanto, el punto central
es sencillamente:
¿Buscaremos ser fructíferos en el ministerio dependiendo del poder
de la Palabra de Dios (Ro 1:16-17; 1 Co 1:22-25; 1Tes 2:13) y en el Espíritu
de Dios (Ro 15:13; 2 Ti 1:8) o dependiendo del poder de la sabiduría
humana?
Consideremos cómo instruyó Pablo la iglesia de Corinto, cuya curiosa
preocupación con su cultura es comparable a la fascinación de la iglesia
evangélica contemporánea:
“Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios
según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo
necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil
del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del
mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para
EL MINISTERIO PASTORAL – L01 ¿Qué es el ministerio pastoral? 12
deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia. Mas
por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por
Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; para que,
como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor”.
1 Corintios 1.26-31

II. ¿QUÉ DEBE SER Y HACER UN PASTOR?


“Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también
con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también
participante de la gloria que será revelada: Apacentad la grey de Dios
que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino
voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo
pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro
cuidado, sino siendo ejemplos de la grey”. 1 Pedro 5.1-3
Pedro expresa los principios fundamentales de un liderazgo pastoral: sed
humildes y haced la obra de apacentar el rebaño.
Las claves para ser humilde incluyen confianza en el poder de Dios,
compromiso con la verdad de Dios, una comisión por la voluntad de Dios,
una coacción por la omnisciencia de Dios y una pasión que consume por la
gloria de Dios.
El objetivo primordial de un pastor es alimentar; un pastor debe vigilar el
rebaño y proveerles una vida ejemplar a la que puedan mirar.
El ministro no puede hacer su trabajo con un espíritu indispuesto, tampoco
puede hacerlo por ganancias monetarias.
El ministro debe ser alguien obediente a los mandatos de las Escrituras que
lo llaman a ser fiel a la verdad bíblica, intrépido en exponer y refutar el
error, ejemplar en piedad, diligente en el ministerio y estar dispuesto a
sufrir en su servicio.
El apóstol Pedro no leyó libros ni artículos sobre el liderazgo pastoral, no
asistió a seminarios, no obstante, con la sabiduría de largos años de
experiencia, destiló la esencia del liderazgo pastoral en dos sencillas
amonestaciones:
• Sé humilde
• Haz la obra de apacentar el rebaño.

EL MINISTERIO PASTORAL – L01 ¿Qué es el ministerio pastoral? 13


Pedro modeló la humildad que demandaba de los pastores ya que, aunque
era un reconocido líder entre los apóstoles, se describe con humildad como:
“yo anciano también con ellos”. Rechazó enseñorearse de su exaltada
posición sobre los otros ancianos.
En el versículo 2 dio el llamado a los pastores a que “apacienten la grey de
Dios” encomendada a su cuidado.
Lo que Dios requiere para dirigir su rebaño son pastores humildes y
dispuestos a cumplir con su responsabilidad de velar por el cuidado del
redil.
A. LA HUMILDAD DEL MINISTRO
Vivimos en un mundo que no valora ni desea la humildad; ya sea en política,
negocios, artes o deportes, la gente trabaja duro a fin de conseguir
prominencia, popularidad y fama.
Es lamentable ver que esa mentalidad se ha derramado dentro de la iglesia,
existiendo dentro de ellas el culto a la personalidad, por lo que los pastores
y líderes cristianos se esfuerzan por ser célebres. Sin embargo, el verdadero
hombre de Dios busca la aprobación del Señor antes que la adulación de la
multitud.
Es así como la humildad se convierte en el punto de referencia de cualquier
siervo de Dios.
Spurgeon:
“Si nos magnificamos a nosotros mismos, nos haremos contenciosos;
y no magnificaremos nuestro oficio ni a nuestro Señor. Somos los
siervos de Cristo, no señores sobre su heredad. Los ministros son
para las iglesias y no las iglesias para los ministros… Cuida de no
exaltarte desmedidamente, para que no llegues a ser nada”.
EJEMPLOS DE HUMILDAD
1. Juan el Bautista
Hasta su tiempo era el mayor hombre que había existido (Mt 11.11; Lc
7.28). Fue el último de los profetas del Antiguo Testamento, privilegiado
con ser no menos que el inmediato precursor del Mesías.
No obstante, fue un hombre humilde y expresó esa humildad cuando dijo
de Cristo:
“es necesario que Él crezca, pero que yo mengüe”. Juan 3.30

EL MINISTERIO PASTORAL – L01 ¿Qué es el ministerio pastoral? 14


2. El apóstol pablo
Con excepción de Jesucristo, es el mayor líder espiritual que el mundo ha
conocido, pero Él se describe como:
• “el último de los apóstoles” (1 Co 19:9)
• “el más pequeño de todos los santos” (Ef 3:8)
• “el mayor de los pecadores” (1 Ti 1:15-16).
En 1 Corintios 4 se identifican algunas señales de la humildad de Pablo.
Primero, estaba contento de ser siervo:
“Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y
administradores de los misterios de Dios”. 1 Corintios 4.1
La palabra que se traduce “siervos” es juperetes, la cual se refiere
literalmente a un remero de abajo, uno que remaba en el nivel más bajo de
un barco de guerra.
Tales remeros eran desconocidos, sin ser reconocidos ni honrados.
“Cuando todo está dicho y hecho”, dice Pablo, “que se diga de mí que yo
movía mi remo”, es decir que trabajaba sin un deseo o necesidad de
protagonismo.
Segundo, su disposición a ser juzgado por Dios:
“pero el que me juzga es el Señor”. 1 Corintios 4.4
Pablo no buscaba la honra de los hombres, ni tampoco le importaba lo que
pensaban de Él. Dios era la audiencia ante la cual ejecutaba su ministerio;
era Dios a quien Él buscaba agradar a cualquier precio.
Tercero, estaba dispuesto a sufrir:
“Nos fatigamos trabajando con nuestras propias manos; nos
maldicen, y bendecimos; padecemos persecución, y la
soportamos. Nos difaman, y rogamos; hemos venido a ser hasta
ahora como la escoria del mundo, el desecho de todos”.
1 Corintios 4:12-13
Sufrió por la causa de Cristo como pocos hombres de la historia lo han
hecho, y de ese modo cumplió con las predicciones del Señor en la hora de
su conversión (Hch 9.16).

EL MINISTERIO PASTORAL – L01 ¿Qué es el ministerio pastoral? 15


Cuarto, Pablo estaba contento con sacrificar su reputación:
“Hemos venido a ser hasta ahora como la escoria del mundo, el
desecho de todos”. 1 Corintios 4:13
La meta del pastor no es ser popular ante el mundo. Aquellos que predican
abiertamente contra el pecado y viven vidas piadosas sacrificarán su
prestigio y reputación pública, sufrirán rechazo, enfrentarán oposición y
sufrirán incluso la calumnia.
CLAVES PARA LA HUMILDAD
La verdadera humildad fluye de una perspectiva de Dios correcta.
La manera en que vive y funciona un pastor en su ministerio se relaciona
directamente con su visión de Dios:
• Un pastor humilde estará confiado en el poder de Dios.
(1Tesalonicenses 2.2)
• Un pastor humilde estará comprometido con la verdad de Dios.
(1 Co 2.4)
• Un pastor humilde es comisionado por la voluntad de Dios.
(1 Co 9.16-17)
• Un pastor humilde es conducido por el conocimiento de Dios.
(1 Ts 2.4-5)
• Un pastor humilde es consumido por la gloria de Dios.
(1 Co 10.31)

Un pastor humilde…
confiado en el poder de Dios. 1 Ts. 2.2
estará
comprometido con la verdad de Dios. 1 Co. 2.4
comisionado por la voluntad de Dios. 1 Co. 9.16-17
es conducido por el conocimiento de Dios. 1 Ts. 2.4-5
consumido por la gloria de Dios. 1 Co. 10.31

B. EL MINISTRO DEBE PASTOREAR EL REBAÑO DE DIOS


De todos los títulos y metáforas utilizadas para describir el liderazgo
espiritual, la más apropiada es la de pastor.
Como pastores, los ministros deben guardar el rebaño para que no se
desvíe, guiarlo a los verdes pastos de la Palabra de Dios, y defenderlo contra
los lobos salvajes (Hch. 20.29).

EL MINISTERIO PASTORAL – L01 ¿Qué es el ministerio pastoral? 16


Pedro escogió esta metáfora del pastor en 1 Pedro 5.1-3. Allí discute el
objetivo primario del pastorado, y da sabios consejos sobre cómo pastorear
y cómo no pastorear.
EL OBJETIVO PRIMARIO DEL PASTORADO
Un pastor que no alimenta a su rebaño no tendrá rebaño por mucho
tiempo, ya que sus ovejas saldrán a otros campos o morirán de hambre.
Las ovejas no pueden alimentarse a sí mismas, ni darse agua, deben ser
conducidas a los pastos y al agua.
Cuando el ministro va al púlpito, es el pastor en el acto de alimentar, y si
todo ministro mantuviera esto en mente, muchos habrían sido distintos a
lo que fueron.
En su encuentro con Pedro descrito en Juan 21, Jesús expresó
vigorosamente la importancia de alimentar a las ovejas.
En su mandato a Pedro, Jesús usó dos veces el término bosko, que significa
“Yo alimento” (v.15, 17).
La meta del pastor no es agradar a las ovejas, sino alimentarlas, no hacerles
cosquillas en la oreja, sino nutrir sus almas. No debe ofrecer ligeros
aperitivos de leche, sino comida sustanciosa de verdad bíblica y sólida.
Aquellos que no alimentan al rebaño no son aptos para ser pastores (Jer
23.1-4; Ez 34.1-10).
CÓMO PASTOREAR
El pastor tiene dos responsabilidades primarias para con su rebaño:
• Ejercitar el cuidado de las ovejas;
• Guiarlas a través del ejemplo de su vida.
Pedro desafió a sus contemporáneos ancianos diciéndoles:
“Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella”
1 Pedro 5.2
Dios les confió a los ministros la autoridad y responsabilidad de dirigir el
rebaño.
Los pastores son responsables de cómo dirigen, y el rebaño por cómo sigue
a su pastor (He 13.17).
Un pastor efectivo no escucha a sus ovejas desde atrás, sino que las dirige
desde el frente. Ellas lo ven delante e imitan sus acciones.
EL MINISTERIO PASTORAL – L01 ¿Qué es el ministerio pastoral? 17
CÓMO NO PASTOREAR
En su exhortación a sus colegas pastores, Pedro les advierte dedos peligros.
• Evitar hacer aquello que hacen sin una buena disposición.
Un buen pastor hace su trabajo “no por la fuerza, sino voluntariamente”
(1 P 5.2).
El pastoreo del rebaño de Dios debe hacerse espontánea y
voluntariamente, con prontitud y con un conocimiento de su vital
importancia.
• Evitar hacer la obra del ministerio por sórdida ganancia.
“Ni plata ni oro ni vestido de nadie he codiciado”, dice Pablo a los
ancianos de Éfeso (Hch 20.33).
“Nadie puede servir a dos señores”, declaró Jesús, “porque o aborrecerá
al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No
podéis servir a Dios y a las riquezas” (Mt 6.24).
Eso es doblemente cierto de los pastores, a los cuales Dios les requiere
que estén “libres del amor al dinero” (1 Ti 3.3)

III. EL MINISTERIO PASTORAL EN LA HISTORIA


La responsabilidad y el privilegio del ministerio pastoral ha resultado en el
desarrollo de la disciplina de la teología pastoral dentro del amplio marco
de la teología práctica. También ha producido una larga procesión de
individuos que han llenado las páginas de la historia de la iglesia en
respuesta al llamado de Dios a ser fieles pastores y ministros de la verdad.
Es importante observar la historia de aquellos que han buscado enseñar y
practicar un ministerio pastoral bíblico.
Únicamente la Biblia puede enseñar la verdadera teología del ministerio
pastoral, pero la obra del Espíritu Santo en los corazones de los líderes de
la iglesia a través de los siglos puede poner al día esta teología y su
implementación práctica
A. EL PERIODO BÍBLICO
El lugar donde se debe empezar es con una investigación de los varios
aspectos del ministerio primitivo en la Sagrada Escritura, en tanto se
relacionan con el oficio y las funciones de los pastores.

EL MINISTERIO PASTORAL – L01 ¿Qué es el ministerio pastoral? 18


Un breve sumario de los datos bíblicos puede servir como base para
identificar los esfuerzos históricos para reproducir ese tipo de ministerio.
1. Antiguo Testamento
Una historia del ministerio pastoral tiene que comenzar con el Antiguo
Testamento.
El tema “El Señor es mi pastor” (Sal 23.1) expresa el papel pastoral de Dios
para su pueblo y contiene referencias a la autoridad, al cuidado cariñoso, a
tareas específicas, al coraje y sacrificio que se requieren de un pastor.
El Antiguo Testamento describe a menudo a Israel como una oveja que
necesita un pastor (Sal 100.3; Sal 44.22; 119.176; Jer 23.1; 50.6).
El tema del amor de Dios también contribuye al del pastor:
“Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi
misericordia”. Jeremías 31.3
El Antiguo Testamento abunda en relatos del amor de Dios para su pueblo.
Otro se encuentra en Isaías 43.4-5:
“Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable y yo te
amé… No temas, porque yo estoy contigo”.
La disciplina de Dios siempre estará asociada con su amor por su pueblo, al
mismo tiempo que su amor se asocia con la misericordia de Dios (o sea, el
amor leal, Sal 62.12; Is 54.10; 55.31), la compasión de Dios (Sal 145.9).
En combinación con esto existen numerosos ejemplos de líderes servidores
como Abraham, José, Moisés, Samuel y David, que demostraron la fidelidad
de Dios conforme cumplieron con su obra por fe (He 11).
El Antiguo Testamento provee una base importante para comprender el
oficio y las funciones del pastor.
La imagen de un pastor también demuestra la autoridad y fidelidad de Dios,
así como la necesidad e implicaciones de obedecerle.
Los siervos líderes ejemplifican tanto fuerza como debilidad conforme Dios
los utiliza para llevar a cabo su plan soberano en la historia humana.
2. El Nuevo Testamento
El Nuevo Testamento edifica sobre esta base del Antiguo Testamento,
como lo revela el Príncipe de los pastores, Cristo, con toda su sabiduría,
gloria, poder y humildad (Jn 10.11, 14; 1 P 5.4).

EL MINISTERIO PASTORAL – L01 ¿Qué es el ministerio pastoral? 19


La persona y obra del Gran Pastor culmina en su muerte (es decir, la sangre
del pacto eterno, He 13.20; 1 P 2.25) y resurrección.
El buen pastor entregó su vida por sus ovejas, a las cuales llama hacia sí (Jn
10.11-16). Estos “llamados” son su iglesia.
Cristo, como Cabeza de la iglesia, dirige a Su iglesia (Ef 1.22; 5.23-25) y la
pastorea. Él llama a pastores y obreros a funcionar y supervisar bajo Su
autoridad (1 P 5.1-4).
Cinco términos distintivos se refieren al oficio pastoral:
a) Anciano (presbuteros), destaca la administración y dirección
espiritual de la iglesia (Hch 15:6; 1 Ti 5.17; Stg 5:14; 1 P 5.1-4).
b) Obispo o supervisor (episcopos), enfatiza la guía, el cuidado y el
liderazgo en la iglesia (Hch 20.28; Fil 1.1; 1 Ti 3.2-5; Tit 1.7).
c) Apacentador o pastor (poimen), una posición que denota liderazgo
y autoridad (Hch 20.28-31; Ef 4.11), así como guía y provisión (1 P 2.25; 5.2-
3).
d) Predicador (kerux), apunta hacia una proclamación bíblica del
evangelio y a la enseñanza del rebaño (Ro 10.14; 1 Ti 2.7; 2 Ti 1.11).
e) Maestro (didaskalos), alguien responsable de la instrucción y
exposición de las Escrituras, cuya enseñanza es instructiva (1 Ti 2.7) y
correctiva (1 Co 12.28-29).
La Escritura deja completamente claro que estos títulos descriptivos se
relacionan con el mismo oficio pastoral.
• Los términos anciano y obispo son sinónimos en Hechos 20:17 y Tito
1:5-7.
• Los términos ancianos, obispo y pastor son sinónimos en 1 Pedro 5:1-
2.
• El papel de liderazgo de los ancianos es también evidente en la
actividad pastoral de Santiago 5.14.
• En 1 Timoteo 5.17 y Hebreos 13.7 se asocian los términos maestro y
predicador entre sí.
• Efesios 4.11 relaciona pastores con maestros, como se hace en 1
Timoteo 5.17 y Hebreos 13.7.

EL MINISTERIO PASTORAL – L01 ¿Qué es el ministerio pastoral? 20


Estos dos últimos pasajes no proveen base exegética para separar la obra
de gobernar de la de enseñar.
Además de estos términos, existe un cierto número de palabras
descriptivas que arrojan luz sobre el ministerio pastoral bíblico:
• Gobernador 1 Ts 5.12; 1 Ti 3.4-5; 5.17
• Embajador 2 Co 5.20
• Administrador 1 Co 4.1
• Defensor Fil 1.7
• Ministro 1 Co 4.1
• Siervo 2 Co 4.5
• Ejemplo 1 Ti 4.12; 1 P 5.3
El Nuevo Testamento también dice al pastor que:
• Predique 1 Co 1.17 • Convenza Tit 1.9
• Alimente 1 P 5.2 • Consuele 2 Co 1.4-6
• Edifique la iglesia Ef 4.12 • Redarguya Tit 1.13
• Edifique 2 Co 13.10 • Advierta Hch 20.31
• Ore Col 1.9 • Amoneste 2 Ts 3.15
• Vele por las almas He 13.17 • Exhorte
• Luche 1 Ti 1.18
• Tit 1.9; 2.15
Las Escrituras son claras respecto al oficio y funciones del pastor.
El patrón bíblico con respecto al ministro describe un varón lleno del
Espíritu que provee supervisión, que pastorea, guía, enseña y advierte,
haciendo todo con un corazón de amor, consuelo y compasión.
B. EL PERIODO POSTBÍBLICO
1. La iglesia primitiva (100 – 476 d.C.)
Durante este período existieron varios fuertes proponentes del ministerio
bíblico.
Policarpo escribió:
Y los presbíteros también deben ser compasivos, misericordiosos
para con los hombres, haciendo volver a las ovejas que se han
desviado, visitando a todos los enfermos, sin descuidar a las viudas,
a los huérfanos o a los pobres; sino proveyendo siempre para aquello
que es honorable ante Dios y los hombres… Por tanto, sirvamos con

EL MINISTERIO PASTORAL – L01 ¿Qué es el ministerio pastoral? 21


temor y toda reverencia, como Él mismo lo mandó y como los
apóstoles que nos predicaron el evangelio, y como los profetas que
proclamaron de antemano la venida del Señor.
El espíritu que aquí se presenta es de servicio humilde y amoroso, sin
alusión aparente a la relación jerárquica de obispos y ancianos.
Clemente de Alejandría (155-220 d.C.) dijo:
Obispos, presbíteros, diáconos… son imitaciones de la gloria
angelical, y de esa economía que, dicen las Escrituras, espera a
aquellos que siguen las pisadas de los apóstoles, habiendo vivido en
perfección o justicia conforme al evangelio.
Clemente enfatiza que los ministros son aquellos que son escogidos para
servir al Señor, que moderan sus pasiones, que obedecen a sus superiores
y que enseñan y se preocupan por las ovejas como pastores.
Juan Crisóstomo (347-407 d. C.) dijo:
Hay empero un método y modo de sanar que ha sido designado,
después de desviarnos, y es la poderosa aplicación de la Palabra. Este
es el único instrumento, el mejor ambiente posible. Esto toma el
lugar de la medicina, cauterización y amputación, y si fuese necesario
cauterizar y amputar, éste es el medio que debemos emplear, y si
fuese en vano, todo lo demás, con la Palabra despertamos el alma
cuando duerme, cubrimos los defectos y realizamos todo tipo de
operaciones que se requieren para la salud del alma.
Crisóstomo añade a esto la necesidad de vivir, por medio del ejemplo, con
la ambición de que la Palabra de Cristo habite abundantemente en ellos.
Agustín de Hipona (354-430 d. C.) dijo:
No hay nada en esta vida, y sobre todo en nuestro tiempo, más fácil,
agradable y aceptable para el hombre como el oficio de obispo,
sacerdote o diácono, si sus responsabilidades son realizadas de un
modo mecánico o servil; es entonces más que un indigno, deplorable
y merecedor de castigo ante los ojos de Dios. Por otro lado, no hay
nada en esta vida, y especialmente en nuestros días, más difícil,
agotador y peligroso que el oficio de obispo, sacerdote o diácono y
cuando este oficio se realiza conforme a las órdenes de nuestro
Capitán, no hay nada más bendecido a los ojos de Dios.

EL MINISTERIO PASTORAL – L01 ¿Qué es el ministerio pastoral? 22


2. El periodo medieval (476 - 1500 d. C.)
La estructura general de la iglesia medieval de occidente se enfocaba en la
autoridad y el celibato del clero. Muchos líderes se habían retirado a la vida
asceta de los monasterios para escapar de la mundanalidad de la
cristiandad de sus días.
Grupos como los paulicianos (625 d. C.), albigenses (1140) y valdenses
(1180) demostraron una fuerte pasión por una iglesia pura con un
ministerio bíblico.
Los paulicianos, en su importante manual La clave de la Verdad, hablan de
una iglesia sencilla, construida sobre “la fe y el arrepentimiento” y que haga
referencia a “lo que se aprendió del Señor” acerca de la iglesia.
“Buenos Pastores” fueron sus líderes, cuyas responsabilidades incluían
gobierno, pastoreo, predicación, cuidado y administración de los
sacramentos.
La siguiente oración, ofrecida cuando se elegía a un anciano para el oficio,
es un reflejo de la naturaleza del ministerio pauliciano:
Cordero de Dios, Jesús, ayúdanos y en especial a este recientemente
elegido siervo, a quien has unido al número de tus amados discípulos.
Establécelo en tu Evangelio, concédelo a tu iglesia universal y
apostólica, la segura e inamovible roca a las puertas del infierno. Y
concédele un buen pastorado, para que atienda con gran amor a tu
razonable rebaño… Guarda a este tu siervo con tus elegidos para que
ningún espíritu inmundo de demonios se atreva a acercársele.
Los valdenses, que en 1184 se habían separado de la Iglesia de Roma y
formado su propia iglesia y ministerio, exhibieron un tema similar del
ministerio bíblico sencillo.
Los albigenses, sus creencias y prácticas en cuya iglesia se ubicaba al sur de
Francia en 1190, ejemplificó este tema de pureza.
Peter Allix dice:
La disciplina de los albigenses era la misma que se había practicado
en la iglesia primitiva: Tenían sus obispos, sus sacerdotes y sus
diáconos, a quienes la iglesia de Roma finalmente rechazó.

EL MINISTERIO PASTORAL – L01 ¿Qué es el ministerio pastoral? 23


John Wycliffe (1324-1384), el estudiante principal de su día en Oxford, trató
claramente el tema del ministerio bíblico en sus Cuarenta y Tres
Proposiciones:
Hay dos cosas que están relacionadas con el estatus de un pastor,
primero: la santidad del pastor y lo sano de su enseñanza. Debe ser
santo, tan fuerte en toda virtud que prefiera desechar todo tipo de
relaciones humanas, todas las cosas temporales de este mundo,
incluso la misma vida mortal, antes que apartarse pecaminosamente
de la verdad de Cristo… En segundo lugar, debe estar resplandeciente
con la justicia de la doctrina delante de sus ovejas.
Juan Huss (1373-1415) siguió el rico énfasis de Wycliffe y abogó por una
iglesia y un ministerio puros, dijo:
El oficio no hace al sacerdote, sino el sacerdote al oficio. No todo
sacerdote es un santo, pero todo santo es un sacerdote.
William Tyndale (1494-1536) revela un compromiso similar con el
ministerio bíblico primitivo.
En resumen, la Edad Media, aunque dominada por una iglesia institucional
poderosa y corrupta, fue un periodo en que se levantaron muchos para
desafiar ese cuerpo por su búsqueda de la verdad.
3. De la Reforma hasta nuestros días (1500 – Presente)
La Reforma Protestante fue de gran importancia en la historia de la iglesia
y el desarrollo de su ministerio.
Martín Lutero (1483-1546), la doctrina del gran reformador relativa a la
iglesia y el ministerio era compleja y cambió progresivamente a través de
su vida.
En su Carta Abierta a la Nobleza Cristiana de la Nación Alemana (1520),
Lutero hizo un llamado para que se derribaran los tres muros del
romanismo, y ofreció propuestas incluyendo reformas para establecer una
iglesia nacional sencilla con sacerdotes del templo con un carácter piadoso.
La implementación de tal iglesia era más compleja de lo que Lutero
esperaba, pero contenía los elementos claves de la predicación de la
Palabra, las ordenanzas del bautismo y de la cena, las claves del perdón y
de la disciplina cristiana, un ministerio llamado y consagrado, adoración y
agradecimiento público, sufrimiento, o sea, la posesión de la Santa Cruz.

EL MINISTERIO PASTORAL – L01 ¿Qué es el ministerio pastoral? 24


Enfatizó el ministerio de la Palabra como la responsabilidad de los pastores
y de todos los creyentes, hizo mucho énfasis en el cuidado pastoral, el cual
siempre relacionaba directamente con el ministerio de la Palabra.
Martín Bucer (1491-1551), discípulo importante de Lutero y maestro de
Calvino, identificó tres responsabilidades principales de un pastor:
• Un maestro diligente de las Sagradas Escrituras
• Un administrador de los sacramentos
• Un participante en la disciplina de la iglesia
Bucer escribió:
Aquellos pastores y maestros de las iglesias que quieren cumplir su
oficio y mantenerse limpios de la sangre de aquellos de sus rebaños
que están pereciendo no solo deben administrar públicamente la
doctrina cristiana, sino también anunciar, enseñar y demandar
arrepentimiento para con Dios y fe en nuestro Señor Jesucristo, y
todo lo que contribuya a la piedad, entre todos aquellos que no
rechazan esta doctrina de salvación… Porque los fieles ministros de
Cristo deben imitar a su maestro y principal pastor de las iglesias, y
buscar amorosamente aquello que se ha perdido, incluyendo la oveja
número cien que anda errante lejos del redil, dejando a las noventa
y nueve que permanecen en el aprisco del Señor (Mt 18.12).
Juan Calvino (1509-1564). La contribución de Calvino a un entendimiento
bíblico del ministerio pastoral es importante, ya que fue también un pastor
y hombre de iglesia, él dijo:
Para que la predicación del Evangelio pueda florecer, Él depositó este
tesoro en la iglesia. Él instituyó “pastores y maestros” [Ef 4.11] a
través de cuyos labios Él puede enseñar a los suyos; los dotó de
autoridad; finalmente, no omitió nada que pudiese contribuir con el
acuerdo sagrado de la fe y el orden correcto.
Calvino halló las responsabilidades de un pastor a través de la Biblia.
Observó específicamente que “la enseñanza y ejemplo del Nuevo
Testamento establece la naturaleza y obra del pastorado en el llamado y la
enseñanza de los apóstoles”.
Los grupos puritanos, ellos veían la iglesia como una “realidad espiritual”,
sin relación directa con los edificios impresionantes o los fastuosos vestidos
clericales, pero conectadas completamente con actividades y relaciones

EL MINISTERIO PASTORAL – L01 ¿Qué es el ministerio pastoral? 25


entre las que se incluyen la predicación, la ministración de las ordenanzas,
la disciplina, la oración y estrechamente relacionada con una vida piadosa.
Shepherds Tidball dice:
Los grandes nombres de la era puritana, Jon Owen, Thomas Brooks,
Richard Sibbes, Robert Bolton, Thomas Manton, Thomas Goodwin,
etc., todos adoptaron esta perspectiva pastoral en sus escritos
teológicos.
Jonathan Edwards (1703-1758), conocido como un profundo teólogo y
filósofo y pastor, el escribió:
Más especial es la unión de un fiel ministro con un pueblo cristiano
en particular, como su pastor, ya que cuando se hace de un modo
comprometido, como el de un joven casándose con una virgen… El
ministro se entregará gozosamente al servicio de su Señor en la obra
del ministerio, como una obra en la que se deleita, y también
uniéndose gozosamente con la sociedad de santos sobre los que es
puesto… y ellos, por otro lado, recibiéndolo gozosamente como un
precioso don de su ascendido Redentor.
Charles Spurgeon (1834-1892), conocido por su predicación y por sus
funciones diarias en el pastorado, enseñó a sus estudiantes los principios
de la predicación; no obstante, su visión del ministerio se centraba en servir
a las necesidades espirituales de su pueblo, el escribió:
Los ministros son para las iglesias, y no las iglesias para los ministros.
Martyn Lloyd-Jones (1939-1981), muy respetado como predicador
expositivo, pero también fue un pastor fiel y entregado. Su biografía está
llena de ejemplos de ambas cosas, su predicación y su pastorado.
Iain Murray dice:
Después del púlpito, el Dr. Lloyd-Jones, por medio de su ministerio
estaba constantemente involucrado en la búsqueda de ayuda para
los individuos.
Luis M. Ortiz (1918 – 1996), gran hombre de Dios y fundador del MMM en
el mundo:
Amados, el ministerio cristiano es la ocupación más noble y digna
debajo del sol, el verdadero hombre de Dios es un instrumento
escogido en las manos de Dios, y es la persona más necesaria en la
comunidad, me refiero al verdadero hombre de Dios, no a la

EL MINISTERIO PASTORAL – L01 ¿Qué es el ministerio pastoral? 26


caricatura, ni a los imitadores, ni oportunistas, ni farsantes, ni
mercaderes del templo, que abundan en todas partes.
El hombre de Dios es más necesario que el comerciante, porque este
compra y vende, pero el hombre de Dios compra la verdad y no la
vende. Es más necesario que el electricista, porque este conecta los
cables para el servicio eléctrico, pero el hombre de Dios conecta al
creyente con Dios, la fuente de la vida eterna. Es más necesario que
el ingeniero, porque este crea y construye puentes, pero el hombre
de Dios señala el camino y el puente de la fe, que es Cristo para llegar
al cielo. El hombre de Dios es más necesario que el abogado, porque
este defiende causas justas y causas injustas, pero el hombre de Dios
defiende la causa más justa del tiempo y de la eternidad, eso es la
salvación del alma.

IV. ABORDEMOS EL MINISTERIO PASTORAL CON LAS


ESCRITURAS
El ministerio pastoral es un llamado divino único derramado sobre los
ministros elegidos por Dios para ministrar su palabra y servir en su iglesia.
Los hombres llamados a tal obra se sienten poco dignos (1 Ti 1.12-17) como
no aptos (2 Co 3.4-6) para tan preciosa tarea. Sin embargo, para los
apartados para el ministerio, se les aplica el mensaje de Pablo:
“Tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la sobreabundante
grandeza del poder sea de Dios y no de nosotros”. 2 Corintios 4.7
Una comprensión de bíblica del ministerio pastoral puede servir como
medio para ayudar a que el ministro se introduzca en su vocación
apropiadamente, y además de ello puede facilitar la ejecución adecuada de
tal vocación.
A. UNA COMPRENSIÓN BÍBLICA DEL MINISTERIO
Necesitamos enfatizar aquí la importancia de que todo pastor sepa y posea
la filosofía bíblica del ministerio pastoral.
La iglesia tiene un propósito, y todo ministro es llamado al servicio para
ayudar a alcanzar dicho propósito.
La comprensión correcta del ministerio identifica la razón de la existencia
de la iglesia, y al mismo tiempo la razón de la existencia del ministerio
cristiano ya que el ministerio no existe independientemente de la iglesia,
sino como el medio para cumplir el propósito de la iglesia.
EL MINISTERIO PASTORAL – L01 ¿Qué es el ministerio pastoral? 27
Pablo recuerda esto a Timoteo cuando escribe:
“Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte, para
que, si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es
la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad”.
1 Timoteo 3.14-15
Le dice a Timoteo su función en el propósito de la iglesia, por esta razón la
comprensión bíblica del ministerio de un pastor se convierte en guía para
su ministerio personal.
Una vez establecida y comprendida, guiará el ministerio del pastor de
acuerdo con ella.
Son numerosos los beneficios que se acumulan por tener una comprensión
bíblica del ministerio, entre ellas podemos destacar.
1. Nos fuerza a ser bíblicos
La iglesia se aparta de sus fundamentos bíblicos cuando sus líderes
abandonan el cauce bíblico.
Los escritores bíblicos y los apóstoles fundadores han aclarado las
instrucciones divinas relacionadas con el modelo, propósito y práctica de la
iglesia.
Las iglesias primitivas de Dios mantuvieron la misma comprensión de
ministerio (1 Co 14.33, 40).
Cualquier intento de abandonar esa filosofía era una señal de apostasía, ya
fuera en la teoría o en la práctica (2 Ts 3.6; 3 Jn 9).
2. Tiene un sentido práctico
Debemos tener una meta definida; lo que hacemos debe tener un rumbo.
Pablo dijo:
“Así que yo de esta manera corro, no como a la ventura”.
1 Corintios 9.26
Él no pasó su vida dando golpes al aire (1 Co 9.26). Llegar a quemarse en el
ministerio a menudo se debe a una falta de dirección.
3. Eficiencia
Conocer su curso de acción permitirá al pastor concentrar sus recursos en
el logro de aquellos aspectos del ministerio más esenciales.

EL MINISTERIO PASTORAL – L01 ¿Qué es el ministerio pastoral? 28


A menudo, temas, programas y esfuerzos que tienen muy poco o nada que
ver con el propósito total de la iglesia, consumen los recursos del pastor y
los de la iglesia.
La tentación de malgastar las energías en asuntos sociales se presentó en
la iglesia primitiva, pero fue evitada por medio de la sabiduría de sus líderes
(Hch 6.1-7).
4. Efectividad
Quien no apunta a nada consigue nada cada vez.
Tener claramente definido un plan de batalla, un proyecto arquitectónico o
los detalles de una obra asegura el éxito.
Los ministros que trabajan bajo la filosofía de acertar a veces, y otras veces
errar tendrán poco que mostrar después de una vida de servicio fiel.
Sin duda, este era el secreto del éxito de la iglesia primitiva, ya que la iglesia
sabía lo que tenía que hacer y avanzaba haciéndolo y en poco tiempo ya
había ganado la reputación de agitar el mundo (Hch 17.6).
5. Llamado personal del ministro a ser fiel (1 Co 4.2)
Un día tendremos que dar cuentas al Señor por el ministerio que nos fue
confiado. ¿Cómo podemos estar de pie delante de él, apelar a la ignorancia
y pedir perdón por un ministerio torpe? ¿Cómo podemos pedir recompensa
cuando no hemos seguido el curso trazado?
La fidelidad incluye la ejecución sabia de nuestra obra. Los hombres no
recompensan los fracasos, no importa cuánto esfuerzo se haya dedicado.
Tampoco Dios lo hace. Solo alcanzan el premio los que son como Pablo (Hch
20.24, 27; 1 Co 9.24; 2 Ti 4.7).
B. EL PROPÓSITO DE LA IGLESIA
La iglesia es una comunidad de adoración, una comunidad de testimonio y
una comunidad que obra. En otras palabras, la iglesia debe exaltar al Señor,
evangelizar al mundo y edificar a sus miembros. Todo lo que el Nuevo
Testamento manda a la iglesia cae dentro de estos encabezados.
Únicamente un entendimiento de estas funciones puede capacitar a un
creyente de modo individual para que pueda cumplir su rol en el cuerpo de
Cristo. Y solo en tanto que el ministro comprende la misión de la iglesia de
Cristo puede servir apropiadamente a su Señor y ejecutar el ministerio
pastoral.

EL MINISTERIO PASTORAL – L01 ¿Qué es el ministerio pastoral? 29


1. Una comunidad que adora
El propósito último de la raza humana es adorar a Dios y disfrutar de Su
creación.
El mayor de los mandamientos es amar a Dios con todo tu ser y luego amar
al prójimo como a ti mismo (Mt 22.36-40).
¿Qué es adoración? “Adoración es el honor y alabanza dirigidos a Dios”,
“adorar a Dios es atribuirle el valor supremo del que solo Él es digno”.
Estamos adorando a Dios cuando nos entregamos a nosotros mismos
“completamente a Dios en los actos y actitudes de la vida”.
La función del pastor consiste en dirigir a la iglesia en la obtención de este
gran designio, la adoración a Dios. Obviamente el mismo ministro debe ser
un adorador.
Debe practicar de un modo personal y auténtico la adoración a Dios. Luego
debe asistir a la congregación en la adoración a Dios ayudándolos a
entender los aspectos de la adoración en el Nuevo Testamento para el
creyente y dirigir la adoración en las varias reuniones de la comunidad
cristiana.
2. Una comunidad que testifica
Testificar y ministrar los unos a los otros son, en un sentido, actos
individuales de adoración. De modo que otras dos maneras en que se puede
adorar a Dios son ganando gente perdida y ayudando al pueblo de Dios.
• La evangelización no es una opción que deba aceptarse o rechazarse
por la iglesia.
• La evangelización es un mandato.
• La evangelización no se limita a los que tienen dones o son líderes en
la iglesia.
• La evangelización es la misión de toda la iglesia.
Para los fieles verdaderos, la evangelización no es meramente un mandato,
sino un impulso (Hch 5.42; Ro 1.14-17; 1 Co 9.16-18).
La evangelización es el corazón y alma de la iglesia del Nuevo Testamento.
El mandato es claro:
“que se predique en su nombre el arrepentimiento y el perdón de
pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén”.
Lc 24.47-48

EL MINISTERIO PASTORAL – L01 ¿Qué es el ministerio pastoral? 30


El pastor debe preocuparse por dirigir a la congregación en el cumplimiento
de la Gran Comisión. El ministro es, por designio de Cristo, un misionero. Su
iglesia debe ser una misión para los que están al otro lado de la calle o al
otro lado del mundo.
El ministro debe ser un líder con visión mundial. Ha de tener una visión que
vaya más allá de los bancos de su iglesia. Debe dirigir el camino a través de
la oración por nuevos campos, pidiendo que Dios envíe obreros (Mt 9.37-
38), orando por la elección de misioneros (Hch 13.1-3) y sosteniendo a los
misioneros y los proyectos evangelísticos.
3. Una comunidad que trabaja
El Nuevo Testamento contiene un número de referencias a este vital pero
descuidado propósito de la iglesia (Mt 28.18-20; Hch 20.17-35; Ro 12.1-8; 1
Co 12-14; Ef 4.7-16; Col 1.24-29; 1 P 4.10-11).
El rol del pastor, consiste en ayudar a los creyentes a descubrir y usar sus
dones para el crecimiento del cuerpo de Cristo. De ese modo una iglesia
madura puede permanecer unida, firme en su devoción a Cristo,
funcionando de acuerdo con el propósito de Dios y con la capacidad de
mantenerse contra los ataques de Satán.

EL MINISTERIO PASTORAL – L01 ¿Qué es el ministerio pastoral? 31


Lección 2
PREPARACIÓN PARA EL
MINISTERIO

CONTENIDO
I. El carácter de un pastor
II. El llamado al ministerio pastoral
III. Entrenamiento para el ministerio pastoral
IV. Ordenación para el ministerio pastoral

EL MINISTERIO PASTORAL – L02 Preparación para el ministerio 32


INTRODUCCIÓN
En Tito 1, Pablo provee una buena oportunidad para argumentar los rasgos
de carácter necesarios para alguien que sustenta el oficio pastoral en la
iglesia local.
“Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y
establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé; que
fuere irreprensible, marido de una sola mujer, y tenga hijos creyentes
que no estén acusados de disolución ni de rebeldía. Porque es
necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de
Dios; no soberbio, no iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no
codicioso de ganancias deshonestas, sino hospedador, amante de lo
bueno, sobrio, justo, santo, dueño de sí mismo, retenedor de la
palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda
exhortar con sana enseñanza y convencer a los que
contradicen”. Tito 1:5-9
Pablo dice que debe ser un hombre con la más alta moralidad en su
comportamiento sexual, incluyendo una relación sana con su esposa, al
mismo tiempo que debe ser alguien que ha mostrado sus capacidades de
liderazgo en su propia familia, es decir debe tener éxito ministrando a sus
propios hijos.
Debe mostrar nobleza en su actitud y conducta estando libre de soberbia,
de prontitud para airarse, de adicción al vino, dependencias, de codicia por
ganancias deshonestas.
Debe tener las cualidades positivas de hospitalidad, amor por el bien,
sensibilidad, justicia, pureza y dominio propio.

I. EL CARÁCTER DE UN PASTOR
El libro de Tito trata de un tema muy importante, acerca del tipo de hombre
que Dios desea que pastoree sus ovejas.
Tito 1.9 relata lo que Dios quiere que haga un pastor, pero, primero y
principalmente, los versículos 6-8 nos dicen lo que debe ser:
“El que fuere irreprensible, marido de una sola mujer, y tenga hijos
creyentes que no estén acusados de disolución ni de rebeldía. Porque
es necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de
Dios; no soberbio, no iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no

EL MINISTERIO PASTORAL – L02 Preparación para el ministerio 33


codicioso de ganancias deshonestas, sino hospedador, amante de lo
bueno, sobrio, justo, santo, dueño de sí mismo”. Tito 1:6-8
“Irreprensible” (anengklêtos) describe el efecto de una vida piadosa (1.6-
7), no puede referirse a la perfección sin pecado, porque en ese caso nadie
estaría cualificado para el oficio, más bien es un estándar alto y maduro que
habla de ser un ejemplo constante.
Dios demanda que su administrador viva de un modo tan santo que su
predicación nunca se contradiga con su estilo de vida, para que las
indiscreciones del pastor nunca acarreen vergüenza al ministerio, y para
que la hipocresía de los pastores no mine la confianza del rebaño en el
ministerio de Dios.
Podemos tener entre nosotros a personas con una teología correcta pero
que están viviendo vidas impuras.
La tarea de edificar matrimonios piadosos y familias fuertes en la iglesia con
toda seguridad necesitaba el expediente más impecable en la vida del
pastor.
El pastor debe tener la reputación de ser sexualmente puro; si está casado,
debe estar entregado a su mujer siéndole fiel.
Esta es la clase de hombre que Dios busca para poner como ejemplo en su
iglesia.
El apóstol Pablo se mantuvo consciente de ese hecho, diciendo:
“Golpeo mi cuerpo y lo pongo en servidumbre, no sea que, habiendo
sido heraldo para muchos, yo mismo venga a ser eliminado”.
1 Corintios 9.27
Pablo mantenía una rigurosa disciplina personal para evitar ser
descalificado del ministerio pastoral, él sabía que cualquier clase de pecado
acarrea un rechazo de por vida.
Si se quiere saber si un hombre vive una vida ejemplar, si es consistente, si
puede enseñar y modelar la verdad y si puede guiar a la gente a la salvación,
a la santidad, y servir a Dios, entonces busque en las relaciones más íntimas
de su vida y vea si puede hacerlo allí.
Puesto que el liderazgo espiritual es un proceso paternal donde el pastor
debe ser capaz de guiar a su pueblo con el ejemplo de su vida, así como por
sus preceptos, es necesario que la iglesia ore por un pastor cuyo liderazgo
sea visible.

EL MINISTERIO PASTORAL – L02 Preparación para el ministerio 34


Pablo dice que debemos asegurarnos de elegir hombres que tengan una
buena reputación tanto fuera como dentro de la iglesia.
El hombre al que Dios llama al ministerio pastoral debe tener en sujeción a
los hijos:
“Y tenga hijos creyentes que no estén acusados de disolución ni de
rebeldía”. Tito 1.6
El contexto sugiere que Pablo estaba hablando de hijos adultos, los
términos reflejan más propiamente una vida adulta.
• La palabra traducida disipación es asotia, asociada con la borrachera,
rebeldía y con las fiestas paganas de Efesios 5.18. Literalmente
significa ‘sin guardar nada’, arrojándose uno mismo a un estilo de
vida licencioso.
• El siguiente término que describe lo opuesto de hijos creyentes es la
rebelión que caracteriza a quienes están fuera de control, salvajes y
sin gobierno.
Los hijos de pastor tienen que vivir obedientemente bajo el control de su
padre cuando son pequeños, siguiendo la fe de su padre hasta que emerja
como su propia fe.
Los que están cualificados como pastores han recibido una porción especial
y abundante de la gracia de Dios debido a la singularidad de su tarea, por lo
que Dios siempre estará dispuesto a respaldar y prestar ayuda a sus
ministros que dispongan sus vidas para vivirlas en integridad y para la gloria
de Dios.
Nobleza en actitud y conducta
Este aspecto es muy importante para que un pastor pueda ser considerado
irreprensible como administrador de Dios.
En Tito 1.7-8, Pablo habla de la nobleza en la actitud y conducta; nobleza en
el sentido de estar por encima de los patrones del mundo. Aquí la
implicación es que el pastor está cortado por encima de los demás en
actitud y conducta y que es digno de ser imitado.
El hombre marcado con estas cualidades tiene el carácter que se espera de
uno que posea una alta moralidad sexual y que es un líder familiar probado.
Como resultado tendrá poder, no solo el poder de Dios debido a la santidad
de su vida, sino credibilidad, honor, respeto, admiración y amor que lo
dotará de respeto como líder.

EL MINISTERIO PASTORAL – L02 Preparación para el ministerio 35


Este es el tipo de hombre que guiará a la iglesia de modo efectivo.
Tito 1.7-8 da dos listas de características generales, una lista de cinco
negativas y la otra de seis positivas.
1. Negativas
a. No soberbio
El término que se usa en griego es particularmente fuerte. Significa: “No
tener una arrogancia de amor propio, a ser consumido con uno mismo, a
buscar lo suyo propio, satisfacción y gratificación hasta el punto de
menospreciar a otros”.
b. No iracundo
La palabra traducida “pronto para airarse” (orgilon), la cual se refiere a la
ira o el enojo.
Este es el único sitio del Nuevo Testamento donde se utiliza esta palabra y
habla de una ira que se mantiene encendida que reside bajo la superficie.
Todo el mundo puede perder la calma de cuando en cuando y enojarse por
algo, pero esto es diferente ya que es aquello que caracteriza a una persona
que tiene mal genio y que mantiene una hostilidad nutrida en el corazón y
explota con frecuencia.
c. No dado al vino
Del vocablo griego paroinon, que literalmente significa ‘estar al lado del
vino’. Este requisito pastoral se repite en 1 Timoteo 3.3, así como en Tito
2.3.
El alcohol no debe formar parte de la vida del pastor o tener un impacto en
su pensar. No debe ser bebedor; ni frecuentar el mesón, la taberna, o el
bar, lugares asociados con la bebida donde existe un potencial para
ebriedades y otras indiscreciones.
En Romanos 14 y 1 Corintios 8, Pablo amonesta contra hacer algo que
produzca tropiezo en un creyente.
Es más que seguro que si la gente creyera que el ministro bebiera vino,
dirían: “puesto que el pastor bebe vino, yo también puedo”, y como
resultado algunos podrían perder el control, hacer algo irresponsable que
dañe a otros, o incluso convertirse en alcohólicos.

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d. No pendenciero
Este término aparece solo aquí y en 1 Timoteo 3.3, y básicamente habla de
alguien que utiliza su mano, puño, vara o roca para herir a otro. Ese era un
estilo común que la gente de los tiempos antiguos empleaba para resolver
sus conflictos.
En 2 Timoteo 2.24-25, Pablo dice que el siervo del Señor debe buscar la paz,
no la discordia, mientras ministra, un líder espiritual debe resolver los
conflictos pacíficamente de una manera piadosa, gentil y humilde.
e. No codicioso de ganancias deshonestas
Este término griego se compone de las palabras aischros (‘vergonzoso’) y
kerdos (que se refiere a la ganancia personal). Describe a alguien que no le
importa el modo en que gana dinero, un hombre así carece de honestidad
e integridad.
Los predicadores tienen el derecho de recibir pago y es correcto que se les
pague, pero aquellos que el Señor llame al ministerio no predicarán con ese
propósito.
1 Pedro 5.2 declara que los verdaderos pastores del rebaño de Dios no
funcionan “por ganancia deshonesta”, la misma expresión que se utiliza en
Tito.
2. Positivas
a. Hospedador
Este término en el original significa literalmente ‘un amador de extraños’.
Es un atributo del carácter cristiano a menudo repetido (Ro 12.13; 1 Ti 5.10;
He 13.2; 1 P 4.9).
El principio básico que enseña es que se disponga a sí mismo y sus recursos
a la gente que no conoce. En el contexto de la iglesia primitiva, se refería
primordialmente a otros cristianos.
b. Amante de lo bueno
El pastor también debe ser amante de las personas y de las cosas buenas.
Se puede decir mucho acerca de un hombre con solo mirar a sus amigos y
aquello con lo que se rodea.
¿Con quién se asocia? ¿Qué hace en su tiempo libre? ¿Qué es precioso para
él? Algunas de las respuestas deben hallarse en la Epístola a los Filipenses:

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“Todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo
puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud
alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”. Filipenses 4.8
El corazón del pastor responde a lo que es excelente.
c. Sobrio
Este término compuesto viene de froneō (que se refiere al proceso de
pensar) y soz (‘yo salvo’) y describe a un hombre que tiene pensamientos
salvadores.
Es alguien que está libre de lo mundano, terrenal e impuro, no es un payaso
o títere, sino un hombre con una sabiduría segura y firme, cuidadoso en el
juicio, considerado, sabio y profundo.
Tal es el fruto de una mente disciplinada. Esta es la clase de varón que debe
ser pastor.
d. Justo
Es un vocablo legal que indica que el veredicto divino de su vida es positivo
Esto describe la conducta de un hombre que está a la altura del estándar
de Dios ya que es conocido como un hombre que Dios aprueba porque vive
conforme a los patrones divinos.
e. Santo
Significa “puro, sin contaminación, libre de cualquier mancha de pecado”.
Esto retorna al concepto de ser irreprensible, ya que en cada área de la vida
del pastor, lo que se ve es ejemplar, no hallando mancha de pecado allí.
f. Dueño de sí mismo
Esto quiere decir que el pastor debe tener control de su vida.
Hay un lugar muy importante para la responsabilidad espiritual personal,
todos necesitamos amigos, compañeros, y colaboradores en el ministerio
para que nos ayuden a caminar delante del Señor como es debido. Sin
embargo, si un hombre no puede controlar su vida cuando está solo, no
pertenece al pastorado.
Si el ministro es del tipo de personas que necesita tener un comité para que
lo mantengan en línea, terminará trayendo aflicción a la iglesia.

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II. EL LLAMADO AL MINISTERIO PASTORAL
El llamado de Dios al ministerio vocacional es diferente al llamado de Dios
a la salvación y el llamado dado a todos los cristianos ya que es un llamado
a hombres selectos para que sirvan como líderes en la iglesia.
Para servir en tales áreas del liderazgo, los receptores de este llamado
deben tener una seguridad de que Dios los ha seleccionado.
El reconocimiento de esta certeza descansa sobre cuatro criterios:
• La confirmación del llamado por otros y por Dios;
• La posesión de las habilidades necesarias para servir en las áreas del
liderazgo;
• Tener un profundo deseo por servir en el ministerio;
• Tener un estilo de vida caracterizado por la integridad moral.
Un varón que cumple con estas cuatro cualidades puede descansar en la
certeza de que Dios lo ha llamado al liderazgo vocacional cristiano.
Es importante recalcar que la persona que aspire al ministerio deberá
mostrar frutos de una conversión genuina y servicio desinteresado en la
iglesia. Este debe ser el punto inicial para cualquier llamado al servicio o
ministerio, ya que quien busca identificar su llamado al ministerio
vocacional primeramente debe estar seguro de que es llamado para Cristo
(2 Co 13.5).
El llamado a la salvación supone igualmente un llamado a servir (Ef 2.10), el
servicio es un privilegio y obligación de todo cristiano. Este llamado a servir
significa que nosotros como cristianos constituimos “un real sacerdocio” (1
P 2.9).
Charles Spurgeon, conocido como el “príncipe de los predicadores”,
ministro a quien Dios utilizó grandemente durante la segunda parte del
siglo XIX, escribió:
¿Cómo puede saber un joven si es llamado o no? Esa es una pregunta
de peso y deseo tratarla del modo más solemne.
¡Pido dirección divina al hacerlo! Que cientos han errado el camino y
han tropezado contra un púlpito es dolorosamente evidente por los
ministerios infructíferos y las iglesias decadentes que nos rodean.

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Es una terrible calamidad para un hombre que yerre en su llamado, y
para la iglesia a la que se impone a sí mismo, su error encierra una
aflicción de las más graves.
Spurgeon continúa enfatizando la importancia de reconocer el llamado
cuando dice:
Es primordial para él, que no entre al ministerio hasta que haya
hecho una solemne búsqueda e investigación de sí mismo con
relación a este punto.
El llamado externo es un acto de la comunidad cristiana que por un
determinado proceso confirma el llamado interno. Nadie que no haya sido
llamado y comisionado por Cristo y la iglesia puede cumplir adecuadamente
con el difícil rol del pastor.
Sugden y Wiersbe dicen:
La obra ministerial es demasiado difícil y exigente para que un
hombre se introduzca en ella sin un sentido de lo que es el llamado
divino. Los hombres inician y luego dejan el ministerio normalmente
porque carecen del sentido de urgencia divina. Nada menos que un
llamado definido de Dios podría dar al hombre éxito en su ministerio.
E. Lutzer, hablando de la dificultad del ministerio, dice:
No sé cómo podría alguien sobrevivir en el ministerio si sintiera
únicamente que fue su elección propia la que lo puso allí. Algunos
ministros escasamente tienen dos buenos días seguidos. Otros son
sostenidos por el conocimiento de que Dios los ha puesto donde
están. Los ministros que carecen de tal convicción a menudo se ven
faltos de valor y llevan su carta de dimisión en el bolsillo de su
chaqueta. Ante la más mínima señal de dificultad, desaparecen.
A. LA CONFIRMACIÓN DEL LLAMADO
La confirmación es de dos tipos:
• confirmación de otros y
• confirmación de Dios.
1. La confirmación de otros
Hechos 16.1-2 da una buena idea de cuán importante es el reconocimiento
público en la confirmación del llamado al liderazgo y al ministerio.

EL MINISTERIO PASTORAL – L02 Preparación para el ministerio 40


Timoteo probablemente haya sido un converso de Pablo en su primer viaje
misionero (Hch 14.6), ya que lo llamó “mi verdadero hijo en la fe” (1 Ti 1.2).
Cuando Pablo iniciaba su segundo viaje, caminó por las regiones que había
visitado en su primer viaje “fortaleciendo a las iglesias” (Hch 15.41) y llegó
a la ciudad natal de Timoteo, donde vio que se hablaba bien de él “y daban
buen testimonio de él los hermanos que estaban en Listra y en Iconio” (Hch
16.2).
El resultado fue que “Pablo quería que este hombre le acompañara” (Hch
16.3).
La confirmación pública de Timoteo lo convirtió en un elemento valioso
para el equipo misionero de Pablo. Más tarde, al escribir Pablo a Timoteo,
le recuerda esta confirmación pública refiriéndose a la “imposición de
manos por el presbiterio” (1 Ti 4.14).
Tanto Pablo como el liderazgo de la comunidad local habían visto cómo Dios
había bendecido y usado a Timoteo en el servicio local, de modo que lo
reconocieron y comisionaron a servir a Dios en el ministerio a mayor escala.
2. La confirmación de Dios
John Newton halló tres indicaciones de un llamado para el ministerio:
deseo, competencia y la providencia de Dios; a esta última indicación dio
el término de:
“una apertura correspondiente en la Providencia, a través de un
curso gradual de circunstancias que destacan los medios, el tiempo y
el lugar del ingreso real a la obra”.
En este sentido, la soberanía de Dios provee para el que ha sido llamado los
dones necesarios para desempeñar las funciones del ministerio, les da el
deseo de servir en esta área y luego instrumenta las circunstancias para
proveer un lugar donde ministrar.
Pablo considera esto como “puertas abiertas y de bendición”:
“Pero estaré en Éfeso hasta Pentecostés; porque se me ha abierto
puerta grande y eficaz…” 1 Corintios 16:8-9
Luego procede a equilibrar la oportunidad con los obstáculos:
“y muchos son los adversarios”. 1 Corintios 16:9
Estos adversarios son un elemento constante en el ministerio y algunas
veces causan frustraciones y resultados limitados.

EL MINISTERIO PASTORAL – L02 Preparación para el ministerio 41


Ante todo este panorama, el ministro tiene que considerar que los
resultados no son el indicador decisivo de la bendición de Dios.
Innumerables obreros han trabajado en su ministerio con poco o ningún
fruto visible.
Jeremías profetizó durante más de cuarenta años (Jer 1.2-3), sin mucha o
ninguna respuesta del pueblo.
El ministerio no es siempre fácil ni los resultados siempre positivos, pero
siempre debe estar presente un sentido de la confirmación de Dios en la
obra.
B. LAS HABILIDADES DEL QUE ES LLAMADO
Así como Dios llamó a hombres para tareas específicas en el Antiguo
Testamento, también en el Nuevo Testamento tiene sus elegidos para
cumplir con tareas específicas durante esta era de la iglesia.
Muchos hombres creen ser el candidato principal para el ministerio porque
aman a Dios y porque son los campeones de debates en sus círculos de
estudio. Aunque estos factores son importantes, a menos que Dios haya
dotado selectivamente al hombre para el ministerio, este trabaja en vano
por construir la casa (Sal 127.1).
Numerosos hombres que quieren ser ministros asisten a un seminario o
escuela bíblica para obtener los dones necesarios para el ministerio. Esto es
un error. Por cuanto todo cristiano, a la hora de la conversión, ha recibido
todos los dones que necesitará para el ministerio (1 Co 12.11); el
entrenamiento no puede proporcionar los dones necesarios, pero si puede
desarrollar los dones que Dios ha dado previamente.
Spurgeon sugiere lo siguiente:
Dejaría inconcluso este punto si no añadiera que la mera habilidad
de edificar y la aptitud para enseñar no son suficientes; tiene que
haber otros talentos para completar el carácter pastoral.
Un juicio equilibrado y experiencia sólida debe instruirte; modales
amables y afecto amoroso deben gobernarte; la firmeza y el valor
deben manifestarse y la amabilidad y la simpatía no deben faltar. Los
dones administrativos para gobernar bien serán tan requeridos como
los dones instructivos para enseñar bien.

EL MINISTERIO PASTORAL – L02 Preparación para el ministerio 42


¿Cuáles son las habilidades necesarias para el ministerio?
Spurgeon alude básicamente a tres funciones de un ministro: instructivas,
pastorales y administrativas.
a. Instructivas
En Efesios 4:11-12 la responsabilidad del pastor-maestro es “la perfección
(equipamiento) de los santos para la obra del ministerio, para la edificación
del cuerpo de Cristo”.
La palabra equipamiento es el vocablo griego katartiz, y significa
‘remendar’. En Mateo 4:21, aparece en la descripción del llamado de Jesús
a Jacobo y Juan. Él los convocó cuando estaban “remendando sus redes”,
esto es, equipando y preparando sus redes para la pesca.
Esto sugiere que una de las funciones principales del líder es remendar
figurativamente a los santos: prepararlos para el servicio.
b. Pastorales
Tanto Hechos 20:18 como 1 Pedro 5:2 contienen mandatos que instan al
liderazgo de la iglesia para que alimente el rebaño de Dios.
Alimentar el rebaño se relaciona con la función de la enseñanza. El líder de
la iglesia es un pastor bajo órdenes que dará cuentas a Dios (He 13.17), de
manera que tiene que apacentar con el mayor cuidado posible.
¿Cómo debe realizar su pastorado?
Pablo dice a los ancianos de Éfeso, en Hechos 20, lo siguiente:
• Ver como una realidad los ataques del enemigo y enfrentarlos (v. 29).
• Ser conscientes que los ataques vendrán por los esfuerzos de “lobos
salvajes” que surgirán de entre el rebaño (v. 30).
• El enemigo tratará de dividir el rebaño, requiriendo una constante
vigilancia por parte de los líderes de la iglesia por lo que Pablo manda
“estad alertas”, v. 31).
• Los líderes deben “amonestar” e involucrarse íntimamente con el
pueblo “con lágrimas” (v. 31).
• En definitiva, deben encomendar el rebaño a Dios por medio de la
oración, con la seguridad de un crecimiento del rebaño a través del
estudio de la Palabra (v. 32).

EL MINISTERIO PASTORAL – L02 Preparación para el ministerio 43


c. Administrativas
La función básica de un líder del Nuevo Testamento es la supervisión.
En Hechos 20.28 llama a los ancianos de Éfeso “obispos” (supervisores).
En 1 Pedro 5.2 manda al liderazgo que “ejercite el cuidado”. El cuidar
implica gobierno. Hebreos menciona gobierno en su referencia al liderazgo:
“Recordad a quienes os presiden” (He 13.7).
¿Cómo deben gobernar los líderes?
Jesús dijo a sus discípulos en (Mateo 20:25-26) que debían ser siervos, no
señores.
Como un discípulo obediente, Pedro dio el mismo consejo:
“No como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado,
sino siendo ejemplos de la grey”. 1 Pedro 5:3
Así como Cristo fue un siervo (Mt 20:28; Jn 13:1-16), también los líderes
deben seguir su ejemplo y ser siervos de la iglesia.
C. EL ANHELO DE SER LLAMADO
En 1 Timoteo 3:1 el apóstol Pablo ha escrito: “Si alguno anhela obispado,
buena obra desea”.
La palabra traducida “anhela” es oregomai, que significa ‘estirarse uno
mismo para poder tocar o agarrar algo, buscar o desear algo’, una palabra
que solamente aparece tres veces en el Nuevo Testamento.
Esta palabra en 1 Timoteo 3:1 describe a un corredor que desea alcanzar la
línea de meta.
La segunda vez que aparece el vocablo es en 1 Timoteo 6:10, y se traduce
como odiciando, con relación al dinero, que es objeto de tanto amor como
para convertirlo en la base para todo tipo de males.
El tercer uso lo encontramos en Hebreos 11.6, donde se traduce como
deseo, siendo su objetivo un “mejor país”. De manera que cada contexto
determina cuán legítimo es la magnitud y el alcance.
Spurgeon da la siguiente advertencia relacionada con el deseo por el
ministerio:
Observen bien que el deseo del que les he hablado debe ser
completamente desinteresado. Si un hombre puede detectar,
después de examinarse con honestidad, algún otro motivo que la
EL MINISTERIO PASTORAL – L02 Preparación para el ministerio 44
gloria de Dios y el bien de las almas en su búsqueda por el obispado,
es mejor que se aparte del mismo al momento; porque el Señor
aborrecerá la entrada de compradores y vendedores en su templo;
la introducción de cualquier mercadería, incluso en el grado más
mínimo, será como la mosca en la sopa, y la echará a perder toda.
Este deseo interno debe ser tan firme que el líder aspirante no pueda
visualizarse siguiendo alguna otra cosa que no sea el ministerio. “No
entres en el ministerio si puedes evitarlo”, fue el sabio consejo de un
anciano predicador a un joven cuando le pidió su opinión en relación
con la búsqueda del ministerio.
C. LA INTEGRIDAD DEL QUE ES LLAMADO
La Biblia habla mucho acerca del carácter del líder, dando más énfasis
acerca de lo que un líder debe ser que lo que debe hacer, esto es un claro
indicio a cerca de lo que para Dios es importante en un aspirante al
ministerio.
No importa cuánta experiencia o educación tenga una persona; si no está a
la altura de las cualidades de moralidad bíblica, no es apto para ser líder en
la iglesia de Dios.
Phillips Brooks, un prominente clérigo del siglo XIX, dice:
Lo que el ministro es, es mucho más importante de lo que es capaz
de hacer, por cuanto lo que es, da fuerza a lo que hace. A la larga, el
ministerio es lo que somos, tanto como lo que hacemos.
Pablo dijo a Timoteo: “Ten cuidado de ti mismo” (1 Ti 4.16).
Los sacerdotes del Antiguo Testamento debían practicar elaborados
procedimientos de lavado y limpieza, así como ofrecer sacrificios por sus
propios pecados, antes de poder ministrar a favor del pueblo (He 5.3).
Dentro de las tapas de la Biblia, determinadas secciones son
particularmente relevantes para las cualidades del liderazgo. 1 Timoteo 3.1-
7 y Tito 1.6 son pasajes clave que tratan acerca de las cualidades del líder.
Ciertamente nadie pretende que su vida alcance estas pautas
perfectamente, como un modelo para el resto de la iglesia, pero la Biblia da
los patrones a seguir como un ideal por el cual esforzarse.

EL MINISTERIO PASTORAL – L02 Preparación para el ministerio 45


III. ENTRENAMIENTO PARA EL MINISTERIO PASTORAL
El entrenamiento para el ministerio pastoral es una forma especializada del
mandato dado a todos los cristianos de hacer discípulos.
Tres partes esenciales de dicho entrenamiento son:
• El carácter piadoso
• El conocimiento bíblico
• Las habilidades ministeriales.
El carácter piadoso necesita desarrollarse en la vida moral del entrenado,
en la vida de hogar, en la madurez y en la reputación.
El enfoque principal en el conocimiento de la Biblia se centra en la facilidad
lingüística, el marco teológico y la familiaridad bibliográfica.
Las cuatro áreas, que son liderar con convicción, enseñar con autoridad,
predicar con pasión y pastorear con cuidado, comprenden la mayor parte
del desarrollo de las habilidades ministeriales. En todo el proceso es
importante combinar la parte académica con la experiencia en el
ministerio.
En el mismo centro de la vida cristiana yace el mandato de hacer discípulos.
Sea en el hogar o en la iglesia, sea institucional o personalmente, pasar el
testimonio a otra generación es la sagrada tarea de todo creyente.
Cerca del fin de su vida, el apóstol Pablo exhortó a Timoteo, su hijo en la fe
“Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres
fieles que sean idóneos para enseñar también a otros”. 2 Timoteo 2.2
Pero más tarde advierte a Timoteo añadiendo:
“Vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que
teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus
propias concupiscencias”. 2 Timoteo 4.3
Los entrenadores pastorales se enfrentan al reto de determinar qué es el
rol bíblico de un anciano y cómo prepararlo de la mejor manera para ejercer
su función. Tal camino no será popular y puede recibir acusaciones de estar
fuera de moda y de tono con el marketing de hoy, tal educación es un
requisito importante y la salud de la iglesia lo requiere.

EL MINISTERIO PASTORAL – L02 Preparación para el ministerio 46


El entrenamiento para el ministerio exige la búsqueda de al menos las tres
fases del entrenamiento descritas en la exhortación de Pablo a Timoteo (1
Ti 4.12-16):
• un carácter piadoso (lo que un hombre debe ser),
• conocimiento bíblico (lo que un hombre debe saber)
• habilidades para el ministerio (lo que un hombre debe ser capaz de
hacer).
Antes de que uno empiece a servir oficialmente en el rol pastoral, debe
alcanzar cierto nivel de desarrollo en cada una de estas tres áreas, con un
celo ferviente por continuar creciendo conforme continúa dicho servicio.
A. CARÁCTER PIADOSO
En 1 Timoteo 4.7 Pablo exhorta a Timoteo: “ejercítate para la piedad” y
luego concluye el capítulo amonestando al joven pastor: “Ten cuidado de ti
mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti
mismo y a los que te oyeren” (1 Ti 4.16).
El punto de enfoque de cualquier ministerio es la piedad. El ministerio es, y
siempre debe ser, un desbordamiento de una vida piadosa.
Pablo entendió su importancia en el ministerio: “Sino que golpeo mi cuerpo
y lo pongo en servidumbre; no sea que, habiendo sido heraldo para
muchos, yo mismo venga a ser eliminado” (1 Co 9:27; véase también 1 Ti
4:8; 6:3; 2 Ti 2:3-5).
En la actualidad, algunos verán de forma equivocada el liderazgo cristiano
solamente como una posición de estatus, de honor y prestigio, pero cuando
uno lleva a cabo la función de líder bíblicamente, los resultados descritos
por estas palabras en absoluto quedan fuera de lugar. Porque ni el
ministerio pastoral en sí, ni el proceso de preparación que lleva al mismo
son conocidos por su relativa facilidad; tal deseo puede ser de provecho,
ayudando a quien busca el liderazgo a probar los rigores sin perder de vista
la meta.
El cultivo de las cualidades y habilidades vivas del carácter cristiano que son
esenciales para la vida piadosa, para el liderazgo en el ministerio y para el
servicio efectivo a otros, requiere atención especial, por lo que es
importante observar cuatro áreas importantes que necesitan crecimiento
en la semejanza a Cristo:

EL MINISTERIO PASTORAL – L02 Preparación para el ministerio 47


1. Vida moral (1 Ti 3.2-3)
En la base del carácter piadoso en todas las áreas de la vida está el tema de
la moralidad.
A través de los rigores de una fuerte disciplina y la repetitiva práctica en el
gimnasio de la vida, el líder debe entrenar sus sentidos para discernir el bien
y el mal (He 5.14).
“El frente intelectual del movimiento cristiano necesita ser hoy, como lo fue
en la Iglesia primitiva, también el frente moral. En días cuando la disciplina
virtualmente ha desaparecido de las iglesias, y cuando los pastores se
vuelven víctimas de la cultura carnal, necesitamos abrazar la piedad
viviendo una vida consagrada”.
2. Vida de hogar (1 Ti 3.4-5)
Quien desea ser ministro debe seguir con más vigor una alta moralidad en
el hogar. Debe tener gran cuidado por cultivar una relación con su esposa y
criar a los hijos e hijas para que también abracen la fe es igualmente
fundamental.
Las demandas del ministerio con frecuencia tenderán a mermar el tiempo
necesario que tiene que dedicar a sus hijos para “guiarlos en la disciplina e
instrucción del Señor” (Ef 6.4).
3. Madurez (1 Ti 3.6)
La madurez no es un don con el que uno nace, una persona la aprende sobre
un periodo de tiempo, aplicando los principios de la Palabra cuando camina
por los valles y sombras de la vida.
4. Reputación (1 Ti 3.7-8)
En tanto que se aprende a madurar en la escuela de la vida, una persona
gana reputación siguiendo una moralidad de vida piadosa, una vida de
hogar y la madurez.
B. CONOCIMIENTO BÍBLICO
El ser bíblicamente conocedor, y teológicamente acertado, debe derivar sus
motivaciones primero y sobre todo de un anhelo de conocer a Dios
íntimamente (Fil 3.8-10).
Preocuparse por obtener conocimiento teológico como un fin en sí mismo,
acercarse a la Biblia con un motivo que no sea más alto que saber todas las

EL MINISTERIO PASTORAL – L02 Preparación para el ministerio 48


respuestas, es la ruta directa a un estado de autoengaño en la
autosatisfacción.
Es cierto que no puede haber salud espiritual sin conocimiento doctrinal;
pero es igualmente cierto que no puede existir salud espiritual con el mismo
si se busca con un propósito erróneo y se evalúa con un estándar
equivocado.
1. Facilidades lingüísticas
La primera y más fundamental de estas bases es un conocimiento práctico
del lenguaje en que los autores llevados por el Espíritu escribieron las
palabras inspiradas (2 P 1.21).
Un compromiso por estudiar las Escrituras y la exigencia de un seminario
para que la teología, ética, misiones, predicación y cuidado pastoral fluyan
de conclusiones exegéticas sanas a muchos parecerá ser elitista u orgullo
del intelectualismo… A otros parecerá una pérdida de tiempo, inútil e
irrelevante ante los serios temas que nos rodean.
A menos que los pastores estén dispuestos a apropiarse de esta tarea (2 Ti
2.2) y a reafirmar en la práctica la centralidad de la Escritura, la revelación
de Dios de sí mismo perderá toda autoridad para exigir la obediencia.
2. Marco teológico
La Teología está definida como aquello que se conoce acerca de Dios por la
revelación de sí mismo, a través de:
• La creación (Revelación general)
• Las Escrituras (Revelación especial)
• Nuestro Señor Jesucristo (Revelación especialísima)
Tres elementos rudimentarios comprenden un marco apropiado por el cual
poder filtrar lo que uno lee y oye: teología histórica, teología bíblica y
teología sistemática.
a. La teología histórica, provee un conocimiento inestimable de los temas,
debates, concilios y credos de la historia de la Iglesia; demuestra de cómo
han sido formulados y convertidos en dogmas y confesiones de fe.
b. La teología bíblica, en un sentido estrecho, proporciona a los estudiantes
un entendimiento básico de cada autor bíblico, libro o grupo de libros.
c. La teología sistemática, recoge las piezas y las une dando forma a un
todo. Provee un sumario o sinopsis ordenado de temas importantes en la

EL MINISTERIO PASTORAL – L02 Preparación para el ministerio 49


enseñanza bíblica, ensamblado de tal modo que no viole los contextos de
las partes individuales.
3. Familiaridad bibliográfica
Otra valiosa área en el entrenamiento para el ministerio aparece en la
exposición de una amplia variedad de libros y autores para que el alumno
los evalúe.
Un acercamiento rudimentario con los escritos de los líderes, pensadores y
escritores más destacados del cristianismo a través de la historia de la
iglesia permite al alumno familiarizarse con sus premisas hermenéuticas y
teológicas.
C. HABILIDADES MINISTERIALES
Existen cuatro áreas básicas para mejorar las habilidades ministeriales de
uno.
El pastor preparado es uno que, siguiendo un carácter piadoso y los rigores
que comprenden los estudios bíblicos y teológicos, aprende además a
liderar con convicción, a enseñar con autoridad, a predicar con pasión, y a
pastorear con esmero.
1. Liderar con convicción
El liderazgo competente está anclado firmemente a convicciones bíblicas
fuertes, y es una cualidad esencial para el ministerio eficaz.
Pablo dice:
“retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que
también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que
contradicen”. (Tito 1:9)
Las convicciones espirituales que sostienen el liderazgo fuerte no se
originan de la nada; por el contrario, emergen como el superávit del
impacto de la Palabra de Dios sobre el individuo que produce el Espíritu de
Dios.
La convicción, a su vez, genera la disciplina, visión y coraje necesarios para
la tarea.
2. Enseñar con autoridad
El predicador está bajo comisión y autoridad divina.

EL MINISTERIO PASTORAL – L02 Preparación para el ministerio 50


Al final de la predicación del Sermón del Monte de Jesús, Mateo hace el
siguiente resumen:
“y la gente se maravillaba de su enseñanza, porque enseñaba como
quien tiene autoridad, y no como los escribas”. Mateo 7.28-29
Nuestra autoridad tiene un fundamento.
• Debes saber lo que crees acerca de la Biblia. Si no estás seguro de
que se trata de la Palabra de Dios, no tendrás autoridad.
• Necesitas saber lo que dice la Palabra de Dios. Si no estás seguro de
lo que significa, no tendrás autoridad.
• Debes preocuparte de comunicarla correctamente, porque te
importe el que su Palabra sea sostenida.
• Debes preocuparte por la respuesta de la gente a su Palabra.
El siervo fiel debe ser denodado en su enseñanza, hablar la Palabra de Dios
y dejarle hacer su obra.
3. Predicar con pasión
Predicar con pasión conlleva la apropiación personal de lo que se predica.
El mismo predicador ha abrazado el contenido de su mensaje que da a
otros.
La sustancia del mensaje ha impactado su propio corazón, y tiene deseo de
incluir a otros para que participen de su riqueza y sientan su impacto.
4. Pastorear con esmero
El liderazgo y el gobierno a menudo son erróneamente igualados. Aunque
el hecho de estar en una posición de supervisión requerirá que se tomen
decisiones que afecten a otros, el pastorado bíblico pide ministerio, no
monarquía.
La clave para el ministerio efectivo es el servicio, lo dice Pablo:
“Os rogamos, hermanos, que reconozcáis a los que trabajan entre
vosotros, y os presiden en el Señor, y os amonestan; y que los tengáis
en mucha estima y amor”. 1 Tesalonicenses 5.12-13
El problema que tenemos algunos es que amamos predicar, pero no
siempre nos preocupamos por asegurarnos de que amamos a la gente a la
cual predicamos.

EL MINISTERIO PASTORAL – L02 Preparación para el ministerio 51


Si te falta el elemento de compasión por la gente, también te faltará el
elemento de ternura que es el elemento vital en toda predicación
verdadera.
Tratar de interpretar el papel de un líder esmerado sin amor es legalismo.
El amor es el pegamento que mantiene todo unido.

IV. ORDENACIÓN PARA EL MINISTERIO PASTORAL


La ordenación describe el concepto bíblico de la designación de Dios al
hombre para el ministerio a tiempo completo.
Hoy, la iglesia reconoce a los hombres ordenados cuando sus deseos
ministeriales, vida piadosa y dones para el ministerio cumplen los patrones
bíblicos que identifican al hombre que Dios ha llamado al ministerio.
La Escritura no especifica el procedimiento detallado por el que un hombre
es apto para la ordenación; por tanto, prevalece la libertad cuando se
detalla un plan práctico.
Un método probado utilizado efectivamente por una iglesia local ilustra
cómo llevar a cabo el proceso de ordenación de acuerdo con pautas
bíblicas.
A. EL CONCEPTO BÍBLICO DE LA ORDENACIÓN
La ordenación es el proceso al que optan líderes piadosos para afirmar el
llamado, el equipamiento y la madurez de los nuevos líderes que servirán
para los propósitos de Dios en la próxima generación.
La ordenación autentifica y da validez a la voluntad de Dios para un hombre
plenamente apto para servir a su Señor y su pueblo.
1. Antiguo Testamento
Moisés “ordenó”, “consagró” a Aarón y a sus hijos para el sacerdocio en
Israel (Éx 29.9, 29, 35).
Simbólicamente representaba la voluntad de Dios para que Aarón sirviera
como sumo sacerdote imponiéndole las manos, autentificando de ese
modo u ordenando a Aarón para el ministerio sacerdotal. Este mismo
procedimiento aparece también en Levítico 16.32 y Números 3.3.
Puesto de otro modo, la ordenación reconoce la designación de Dios que
hace a un hombre para el ministerio y es la manera en que el liderazgo lo
encomienda a la congregación.

EL MINISTERIO PASTORAL – L02 Preparación para el ministerio 52


Por ejemplo, el sumo sacerdote de Israel fue designado (kathistatai, ‘poner
en lugar’) por Dios para ministrar a favor de los hombres en lo que a Dios
se refiere (He 5.1; 8.3).
Moisés reconoció este hecho y lo comunicó a Israel imponiendo sus manos
sobre Aarón.
2. Nuevo Testamento
Pablo fue “ordenado” (etethēn) por Dios para el ministerio (1 Ti 2.7).
Pablo dijo a los ancianos de Éfeso que el Espíritu Santo había “hecho”
(etheto) obispos, para apacentar la iglesia del Señor (Hch 20.28).
Dios utilizó líderes piadosos humanos para comunicar al pueblo su elección
de tales hombres. Tanto el lado divino como el humano son necesarios en
el proceso de la designación de líderes.
Dios aparta líderes para que el liderazgo actual pueda asimilarlos en el
orden de desarrollo del liderazgo.
Jesús “constituyó” (ethēka, ‘estableció – situó’) a sus discípulos (Jn 15.16).
Él mismo “designó” (epoiesēn, ‘hizo’) a los doce para que estuvieran con Él
a fin de predicar (Mr 3.14).
Los apóstoles afirmaron un nuevo grupo de líderes para el ministerio en
Jerusalén por la imposición de manos (Hch 6.6).
En el primer viaje misionero de Pablo, él y Bernabé “designaron”
(cheirotonēsantes, ‘extender la mano hacia’) ancianos en cada iglesia (Hch
14.23).
Pablo instruyó a Tito para que “designara” (katastēsēs, ‘poner en un lugar’)
ancianos en cada ciudad (Tit 1.5).
B. LA ESCENCIA PRÁCTICA DE LA ORDENACIÓN
La ordenación involucra la designación de hombres para el ministerio por
parte de Dios, es una designación reconocida y autenticada por hombres
piadosos que ya son líderes conforme a la Palabra de Dios.
La designación para el ministerio ordenado en la iglesia no proviene por
heredad familiar, sucesión apostólica o por alguna investidura sacerdotal
de autoridad en los hombres.

EL MINISTERIO PASTORAL – L02 Preparación para el ministerio 53


Cada generación de liderazgo recibe su designación de Dios a través de
líderes piadosos, y sobre la base de la recomendación de dichos líderes, la
iglesia puede verificar la designación
El proceso de ordenación sirve para:
• Identificar y certificar a los hombres que son verdaderamente
llamados y equipados por Dios para el ministerio pastoral a pleno
tiempo.
• Eliminar la búsqueda de credenciales para el ministerio por hombres
que no son llamados por Dios.
• Dar una gran confianza a la congregación de que sus líderes son
genuinamente designados por Dios.
• Proveer un modelo de responsabilidad para la iglesia relacionado con
el ministerio de un hombre.
• Encomendar públicamente a un hombre para el ministerio en
cualquier sitio que Dios lo lleve.

EL MINISTERIO PASTORAL – L02 Preparación para el ministerio 54


Lección 3
EL MINISTRO Y SU FAMILIA

CONTENIDO
I. El ministro como cristiano
II. El ministro como cónyuge
III. El ministro como padre

EL MINISTERIO PASTORAL – L03 El ministro y su familia 55


INTRODUCCIÓN
Mucha de la literatura para o acerca de los pastores y otras personas que
ministran a las iglesias tratan solo una parte de la tarea ministerial o un área
de la vida del ministro.
Se han llevado a cabo muchas clases, seminarios y conferencias que tratan
al ministro como “un par de órganos entre las sabanas de un quirófano”.
• Los especialistas en homilética a veces tratan al ministro como si solo
fuera predicador.
• Los especialistas en administración parecen pretender que se
sumerja en la administración.
• Los especialistas en cuidado pastoral lo tratan exclusivamente como
consejero.
• Recientemente los especialistas en la vida de familia han insistido en
que el ministro es, ante todo, un hombre de familia.
En realidad, el ministro cumple todas estas funciones y cada tarea y cada
relación es lo suficientemente importante como para merecer atención
ilimitada, pero tristemente pastores con toda la capacidad para predicar,
aconsejar, enseñar y administrar dejaron el ministerio repentinamente por
no haber nutrido ya sea una buena relación con la sociedad, con los hijos o
una buena relación matrimonial.
Los ministros son personas integrales y la preparación total del ministro
para la obra total del ministerio exige el desarrollo de habilidades especiales
para tareas especiales.
El ministro necesita verse, y ser visto por otros, como una persona total
cuyo éxito en cualquier área de la vida está relacionado vitalmente con el
éxito en las demás áreas de la vida, es decir que una percepción adecuada
de la vida y de la tarea es fundamental para la efectividad del ministerio.
Cuando el ministro toma en cuenta la importancia de un orden de
prioridades en su vida, esto llevara a que su ministerio pueda tener un
mejor resultado en todas las áreas de su vida y su ministerio pueda ser
eficaz.

I. EL MINISTRO COMO CRISTIANO


El llamado principal del ministro no es el de crear nuevas estructuras para
la iglesia de esta época o un programa de servicio, ni a soñar sueños, ni a

EL MINISTERIO PASTORAL – L03 El ministro y su familia 56


tener visiones, su llamado principal es a pertenecer a Jesucristo su Salvador
y Señor.
Cristo es el que puede encender el fuego en el corazón del ministro. Esta
llama le permitirá al ministro crear nuevas estructuras y programas de
servicio que atraerán bendición a la iglesia al mismo tiempo que les dará un
propósito y una dirección.
Comprender esto es volver a esas disciplinas que son las únicas entradas
conocidas a la gracia de Dios; porque, ¿cómo cumplimos el mandato de
amar sino aprendiéndolo de Dios, y cómo lo aprendemos de Dios sino
orando y viviendo bajo Su Palabra y percibiendo su mundo?
Durante mucho tiempo los ministros han pensado que la iglesia podría
crecer espiritualmente solo con un compromiso con Cristo, pero no es así.
La iglesia necesita ser edificada, discipulada, guiada. Y este trabajo requiere
del trabajo del ministro que no solo es alguien que proporciona teorías
bíblicas a través de los conceptos proclamados en el templo, es también un
instrumento de Dios para guiar y edificar al pueblo y ministrarle en nombre
del Señor, a través no solo de palabras sino también en su manera de vivir
la Palabra, ya que como vemos en el evangelio de Mateo, la gente cuando
escuchaba a Jesús, se maravillaban de su doctrina por que enseñaba como
quien tiene autoridad y no como los fariseos (Mateo 7:28-29).
Para el ministro, comprender que no solo necesita saber la Biblia para estar
calificado para el ministerio es muy importante. Ser consiente que es él
quien necesita de una relación estrecha y genuina con Cristo le hará una
persona necesitada y dependiente de su poder.
A. SER UNA PERSONA CRISTIANA
Cuando el ministro no le presta atención adecuada a ser una persona
cristiana, a crecer en la conciencia y dependencia a los recursos de Dios, es
cuando comienza su deterioro espiritual.
Las palabras bíblicas son dignas de atención. El ministro por su lado puede
ser una persona digna de ser escuchada pero no digna de ser seguida. Su
boca puede ser una fuente inagotable de citas bíblicas, pero si estas no se
ven reflejadas en su vida práctica, entonces esas contradicciones dentro de
la iglesia solo serán leñas que aviven el fuego de la hipocresía, estorbando
así, el gozo que podrían disfrutar los oyentes, si la vida del ministro fuera
diferente.

EL MINISTERIO PASTORAL – L03 El ministro y su familia 57


Ante esta realidad actual, el ministro necesita desarrollar una serie de
disciplinas espirituales en su vida para fortalecer su relación con Cristo y así
cumplir eficazmente con su responsabilidad de ser luminar y ejemplo para
con la iglesia y el mundo.
1. Una fe sensible
Cualquier ministro puede desviarse a un estilo personal inadecuado.
La manera de evadir la trampa es responder a la invitación que Jesús
expresó al enseñar y predicar en las ciudades:
“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré
descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy
manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras
almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”. Mateo 11:28-30
Una vida devocional adecuada para los ministros implica encuentros
personales frecuentes con Jesucristo.
R.A. Torrey dijo:
El predicador típico no pasa más de quince minutos por día en
oración secreta.
J.W. Storer dijo:
El diablo debe de estar contento cuando nos ve hasta la coronilla de
trabajo, pero no a la altura de lo que Dios merece en la oración.
Si el ministro es consciente de su posición delante de Dios comprenderá
que no está simplemente en un juego de roles, sino que su labor implicar
ser parte de un gran proyecto, que es la salvación de la humanidad y es solo
Dios quien le ayudará a cumplir con ese propósito.
Mientras más cercano de Dios esté el ministro, más sensible será a su
presencia, el resultado será que la gracia divina fluirá a través de su
ministración a sus oyentes.
2. Una disciplina práctica
Pablo escribió acerca de las disciplinas personales necesarias para ministrar
con sensibilidad, él dijo:
“¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad
corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que
lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la
verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una
EL MINISTERIO PASTORAL – L03 El ministro y su familia 58
incorruptible. Así que, yo de esta manera corro, no como a la
ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino
que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que,
habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado”.
1 Corintios 9:24-27
3. Una relación nutritiva
Ningún enfoque de la efectividad del ministerio a largo plazo es adecuado
si no comienza con el ministro como cristiano.
La responsabilidad más importante del ministro es una atención cuidadosa
a su relación personal con Jesús y la nutrición que resulta de ella.
Ser descuidado en el asunto clave es vivir en la zona de alto riesgo del
ministerio. Estar subdesarrollado y anémico en este asunto clave es carecer
de la fuerza esencial a todas las demás relaciones y responsabilidades.
El crecimiento espiritual personal es la primera prioridad de los ministros y
las disciplinas y las relaciones que nutren al ministro como una persona en
Cristo están en el centro de las prioridades de la vida.
4. Una humanidad asumida
La efectividad en nuestra relación con Dios requiere que aceptemos nuestra
humanidad.
Dios es una persona espiritual y las personas humanas pueden conocerlo y
tener comunión con él como persona. Podemos tener compañerismo
personal con él.
En ocasiones el ministro olvida que es un ser humano común y corriente,
tratando de conducirse a través de su autosuficiencia y egocentrismo, pero
cualquiera que fuera su grado de consagración espiritual, necesita recordar
que como hombre está sujeto, a todos los errores intelectuales, morales y
éticos de cualquier ser humano.
Si el ministro llegara a olvidarse de su condición humana, lo más probable
será que se convierta en un competidor de Dios en vez de hijos que lo
adoran y tienen comunión con él.
“Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni
vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los
cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros
caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.
Isaías 55:8-9

EL MINISTERIO PASTORAL – L03 El ministro y su familia 59


B. CARACTERÍSTICAS DE UNA VIDA CRISTIANA
¿Cuáles son las características de una persona cristiana en crecimiento?
¿Cómo se puede reconocer?
Pablo dice:
“El fruto del Espíritu es: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,
bondad, fe, mansedumbre y dominio propio”. Gálatas 5:22-23
Estas nueve cualidades que resultan del ministerio del Espíritu pueden ser
consideradas una descripción de tareas o características de
comportamiento para la persona cristiana.
Son los resultados ciertos de la relación viva con el Espíritu Santo, el fruto
de la obra del Espíritu en nuestra vida.
El hecho de referirse al fruto del Espíritu como una descripción de tareas
laborales o como características de comportamiento, no significa que
logramos estas cualidades a través del trabajo, ni aun el trabajo en la iglesia
o dentro de un llamado divino. De hecho, la tarea del ministerio puede ser
muchas veces aquello que roban el fruto del Espíritu.
Algunos ministros sinceros pueden sentirse tan cargados por los problemas
de su ministerio y tan responsables por producir resultados que no pueden
experimentar ni expresar gozo, paz, paciencia o mansedumbre.
La obra no produce el fruto; el Espíritu lo hace, pero muchas veces el
esfuerzo humano puede destruirlo.
El fruto del Espíritu se ve en términos de las personas que somos, antes que
en las cosas que hacemos. Sin embargo, las dos cosas son inseparables
porque las personas que somos se revelan en las cosas que hacemos.
No podemos hacer que una persona se esconda en algún armario mientras
los hechos se pasean delante de la gente. Ser y hacer se revelan en el mismo
cuerpo.
1. Un ministro que ama: “El fruto del Espíritu es amor”
En 1 Corintios 13 Pablo habló del amor como algo esencial en la vida de los
cristianos, por lo que toda la obra del ministerio carece de valor si no es la
expresión de una persona amante.
El profeta Miqueas expresó el desdén de Dios por el servicio religioso que
no estaba entretejido con el amor por las personas.

EL MINISTERIO PASTORAL – L03 El ministro y su familia 60


“¿Con qué me presentaré ante Jehová, y adoraré al Dios Altísimo?
¿Me presentaré ante él con holocaustos, con becerros de un
año? ¿Se agradará Jehová de millares de carneros, o de diez mil
arroyos de aceite? ¿Daré mi primogénito por mi rebelión, el fruto de
mis entrañas por el pecado de mi alma? Oh hombre, él te ha
declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer
justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios”.
Miqueas 6:6-8
Hoy en día existe el peligro de que los ministros lleguen a amar tanto a su
obra, es decir, sus posiciones, sus organizaciones, sus edificios y otras cosas
y que usen a las personas solo para servir a las cosas.
Los objetos del amor deberían ser personas y no objetos. Cosas importantes
como organizaciones, actividades, empleos, edificios surgen de un amor
por las personas.
Son objetos importantes de afecto solo en la medida en que nos ayudan a
expresar nuestro amor por las personas.
Un amor como el mencionado en 1 Corintios 13:4-8 solo puede crecer en
mí en la medida que le permito al Espíritu de Dios producirlo en mí. Los
ministros pueden experimentar y expresar el amor solo si es resultado de
esta relación prioritaria básica.
2. Un ministro gozoso: “El fruto del Espíritu es gozo”
El descubrimiento del gozo surge de una relación personal con Jesucristo y
de la obra nutritiva del Espíritu Santo. La expresión del gozo y los resultados
del gozo siempre se verán en la obra del ministerio.
El gozo no es sencillamente una emoción que puede fluctuar. Es una
cualidad permanente de vida que viene de Dios y que caracteriza la vida del
cristiano en la tierra y también anticipa el estar con Cristo para siempre en
el reino de los cielos.
“Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y
vuestro gozo sea cumplido”. Juan 15:11
La voluntad de Cristo es que el ministro tenga gozo, y es su Espíritu quien
obra con su Palabra para dar el fruto del gozo en su vida. Cuando el gozo
del Señor impregne nuestro ser, se hará evidente en nuestro obrar.

EL MINISTERIO PASTORAL – L03 El ministro y su familia 61


3. Un ministro pacífico: “El fruto del Espíritu es paz”
En las epístolas de Pablo en el Nuevo Testamento, es frecuente encontrar
las palabras gracia y paz como bendiciones para el lector.
Pablo se esmera en señalar que la gracia y la paz vienen de “Dios nuestro
Padre y del Señor Jesucristo”.
Pablo conocía la entereza, la integridad que es la base de la palabra paz, y
sabía que dependía totalmente de Dios para poner su vida en orden.
La paz personal puede ser una realidad aun cuando las cosas no van como
uno quiere, si está seguro de su relación con Dios en la misión de su vida.
Esa es la paz que hace que no renuncie cuando experimenta un revés en
sus planes o siente que algún proyecto personal está destinado al fracaso.
Jesús dijo:
“La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da.
No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”. Juan 14:27
El Señor no estaba prometiendo la ausencia de problemas. Esa sería una
promesa al estilo del “mundo”, estaba diciendo que los discípulos
enfrentarían la aflicción, pero también experimentarían la victoria.
Jesús sabía que la paz personal era posible aun en momentos tumultuosos
porque él experimentó paz en relación con la cruz.
El Espíritu de Dios hizo posible que el Jesús en la cruz experimentara la
muerte y el sufrimiento físico con paz.
En paz podía pedir que su Padre perdonara a los que lo habían crucificado.
4. Un ministro paciente: “El fruto del Espíritu es paciencia”
En sus epístolas a Timoteo, Pablo mencionó la paciencia dos veces como
cualidad ministerial (1 Timoteo 3:3; 2 Timoteo 2:24).
Timoteo necesitaba paciencia para trabajar con cristianos jóvenes que
debían vivir en contra de la corriente de su cultura.
Necesitaba paciencia para esperar mientras una idea que había sembrado
echaba raíces en el suelo de la vida del creyente y empezaba a crecer.
Necesitaba paciencia cuando algunos lo malinterpretaban y abandonaban,
al mismo tiempo que otros lo provocaban y atacaban.

EL MINISTERIO PASTORAL – L03 El ministro y su familia 62


Pablo había estado allí como pastor, y sabía la importancia de la paciencia
al trabajar con dos cosas preciosas: el evangelio de la redención y la gente.
La paciencia es un producto de la obra del Espíritu Santo en nuestro
corazón. La oración y el estudio bíblico devocional que nos hacen
experimentar una relación sensible con el Espíritu Santo son fuentes
primarias de esperanza para llegar a ser personas pacientes.
5. Un ministro benigno y bondadoso: “El fruto del Espíritu es benignidad,
bondad”
La benignidad y la bondad están muy relacionadas ya que ambas palabras
se refieren a una actitud hacia los demás, reflejando así la actitud de Jesús
hacia nosotros.
Estos frutos son lo opuesto de las actitudes de un espíritu duro, vengativo
y condenador.
Pablo les recordó a los cristianos de Efeso la bondad que Dios había
expresado hacia ellos y les pidió ser:
“Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos
unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”.
Efesios 4:32
Si el ministro como persona muestra bondad, nunca formará juicios sobre
el carácter de otros, negándose a verlos de otra manera, tampoco
condenará a sus compañeros en el ministerio que son débiles sin hacer
cualquier esfuerzo posible por ayudar.
Un ministro con este fruto no permitirá que su mente y cuerpo cansados
reaccionen fuertemente con los miembros de su familia al final de un día
difícil y esto porque tenga compañerismo con Jesús y su espíritu se haya
hecho bondad en él.
6. Un ministro fiel: “El fruto del Espíritu es fe”
Pablo elogió a Timoteo altamente cuando le dijo a la congregación de
Filipos:
“Pero ya conocéis los méritos de él, que como hijo a padre ha servido
conmigo en el evangelio”. Filipenses 2:22
Timoteo había probado su valor como una persona fiel y no había duda de
que Pablo y los filipenses podían depender de él.

EL MINISTERIO PASTORAL – L03 El ministro y su familia 63


Hay una fuerte nota de lealtad, expresada en la palabra fidelidad, en este
fruto del Espíritu. Una persona de alta fidelidad es aquella cuyas palabras
llegan con claridad de significado, que no enturbia el asunto a tratar con
ambigüedades para que no se la responsabilice por sus acciones.
La confiabilidad y la seriedad son evidentes en el ministro fiel. No acepta
compromisos que sabe que no puede cumplir. Su palabra es una garantía.
El Espíritu de Dios produce el fruto de la fidelidad en sus hijos, y su fidelidad
honra la naturaleza del Padre y atrae a los hombres hacia él.
7. Un ministro tolerante: “El fruto del Espíritu es mansedumbre”
Las relaciones necesitan de la tolerancia, ya sea entre amigos, en el
matrimonio, con los hijos o en responsabilidades ministeriales.
Jesús, con todo el poder para castigar y rechazar, decidió ser tolerante con
Pedro, Santiago y Juan aun cuando eran tan lentos para aprender.
La tolerancia produjo buenos resultados en la formación de los líderes de
las iglesias que habrían de nacer.
El Espíritu que Jesús nos prometió, nos permite ser tolerantes con la gente
y con las circunstancias. A medida que el Espíritu Santo produce la
tolerancia en nosotros, nos libra de las enfermedades causadas por la
intolerancia y todas sus presiones.
8. Un ministro con dominio propio: “El fruto del Espíritu es dominio
propio”
Alguna circunstancia en el hogar, en el trabajo o entre amigos ha generado
la ira o la frustración y las emociones descontroladas en muchos ministros
y como resultado se meten en muchas dificultades que desentonan y
opacan su ministerio.
Cuando el Espíritu de Cristo que está en nosotros no está en control,
estamos en peligro de desarmarnos, de tener un comportamiento
fragmentado que nos lastima a nosotros mismos y a las personas que nos
rodean.
La prioridad más alta de la vida y del ministerio es ser una persona cristiana,
hechos a la imagen de Jesucristo.

EL MINISTERIO PASTORAL – L03 El ministro y su familia 64


II. EL MINISTRO COMO CÓNYUGE
Dijo Jehová Dios:
“No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.
Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda
ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de
llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su
nombre. Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a
todo ganado del campo; más para Adán no se halló ayuda idónea
para él. Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán,
y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en
su lugar. Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una
mujer, y la trajo al hombre… Por tanto, dejará el hombre a su padre
y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”.
Génesis 2:18-22, 24
Se ha dicho que la segunda cosa más difícil en todo el mundo es participar
en el proceso desafiante de vivir íntimamente y crecer juntos con alguien,
pero la primera cosa más difícil en todo el mundo es vivir solo.
La Palabra de Dios habla acerca de la relación entre Cristo y su iglesia y pone
a esta como ejemplo de una vida de cuidado y buena relación dentro del
matrimonio. Por lo mismo que cada cristiano debe procurar entablar una
buena relación pura y honesta con Cristo, de igual manera en el matrimonio
el ministro procurará tener una relación limpia y honesta con su esposa,
una relación digna de un ministro.
A. LA IMPORTANCIA DE UN MATRIMONIO SANO
Para el ministro casado, esta relación tiene la prioridad más alta después de
la relación personal con Cristo.
Es imposible caminar en la luz en la iglesia y en la comunidad mientras se
vive en la tiniebla emocional en el hogar.
La intensidad de la relación del matrimonio hace que la condición
emocional del mismo afecte todas las demás relaciones de la vida.
El matrimonio es el laboratorio ideal para experimentar y expresar el fruto
del Espíritu. Todas sus expresiones: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,
bondad, fe, mansedumbre y dominio propio hacen falta continuamente en
el proceso de crecimiento y maduración de la relación matrimonial.

EL MINISTERIO PASTORAL – L03 El ministro y su familia 65


El ministro puede estar separado de su esposa geográficamente por el
trabajo, pero nunca dejará de ser responsable como cristiano para expresar
el fruto del Espíritu de Dios hacia su esposa en el matrimonio.
La apariencia de estas cualidades puede ser asumida en la iglesia y las
relaciones comunitarias del ministro, aunque no tengan sustancia real, ya
que es mucho más fácil esconder los verdaderos sentimientos cuando se
está con alguien por un tiempo limitado, pero no es tan fácil esconderlos
en la intimidad continua del matrimonio.
La frustración personal y el auto-odio pueden ser tan destructivos en un
matrimonio fragmentado espiritualmente pero unido físicamente como lo
son en un matrimonio roto por el divorcio.
No es suficiente que el ministro satisfaga las presiones externas y se
conforme a las estructuras del matrimonio y de la familia.
Las palabras de Jesús se aplican tanto al fingimiento en el matrimonio como
en cualquier otra relación o responsabilidad:
“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois
semejantes a sepulcros blanqueados, que, por fuera, a la verdad, se
muestran hermosos, más por dentro están llenos de huesos de
muertos y de toda inmundicia”. Mateo 23:27
Puede ser que estos problemas de comunicación en el matrimonio existan
porque las prioridades están fuera de orden. La comunicación en la pareja
requiere tiempo.
Si otras relaciones están usando el tiempo que le hace falta al matrimonio,
es hora de reorganizar las prioridades.
Pablo en Efesios 5 afirma el vibrante potencial del matrimonio al
compararlo con el amor de Cristo hacia la iglesia. Ese amor que nutre y
abriga a la iglesia, dándole crecimiento y una esperanza que no disminuye.
Esa imagen confiada de la iglesia es posible gracias a la obra de Dios en la
vida humana y es igualmente posible en el matrimonio gracias al
compromiso de Dios de ofrecer todos sus recursos para que las personas
experimenten amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
mansedumbre y dominio propio en el matrimonio.
Cuando aceptan los recursos de Dios y se dan a la tarea de apropiarlos a las
experiencias cotidianas, los ministros encuentran una abundancia de
recompensas en el matrimonio.

EL MINISTERIO PASTORAL – L03 El ministro y su familia 66


Sin una alta prioridad que exige un esfuerzo humano constante, el Espíritu
de Dios no puede producir ese gozo en el matrimonio. La tragedia se
multiplica porque todas las relaciones que rodean al matrimonio también
sufren.
B. LAS INVERSIONES EN UN MATRIMONIO SANO
¿Cuál es este esfuerzo humano constante que debe formar parte de un
matrimonio sano? ¿Cuál es la descripción de la tarea en este tipo de
matrimonio?
1. La interacción íntima
En el matrimonio, el ministro ha de sustentar a su pareja a través de la
interacción íntima.
La interacción que nutre se modela en la relación que Dios desea tener con
su creación personal. No hay expresión más enfática del amor de Dios que
la de su venida en Jesucristo para interactuar con nosotros en todos los
asuntos de la vida.
Una de las cosas que Jesús hizo al comparar el amor en el matrimonio con
su relación con la iglesia fue llamar nuestra atención al hecho de que la
nutrición de la personalidad humana proporcionada por el matrimonio
surge de la misma base de amor expresada en su ministerio a las personas
y a la iglesia.
Jesús sabía que Dios había creado tanto al hombre como a la mujer porque
era mejor que tuvieran compañerismo.
Era mejor que tuvieran a alguien con quien estar juntos, crecer, compartir
la vida día por día, llorar y reír, y producir y nutrir vida nueva.
Este campo de interacción íntima, de nutrición y realización, también está
lleno del potencial para la herida y la destrucción personal.
Algunos eligen no arriesgarse nunca en una relación por temor al dolor y al
fracaso.
Las relaciones humanas son frágiles, las relaciones hermosas deben ser
desarrolladas y nutridas a través de un esfuerzo paciente y una inversión
personal constante, una relación matrimonial así vale todo el esfuerzo que
exige.

EL MINISTERIO PASTORAL – L03 El ministro y su familia 67


2. El tiempo
Las parejas que son creativas en proteger y usar su tiempo juntos
encontrarán formas de mantener su unidad, aunque sea por teléfono o
correo, aun cuando estén separados geográficamente por un tiempo.
Porque el trabajo de un ministro tiene demandas cíclicas de tiempo (hay
semanas y meses que lo inundan de trabajo) no siempre tiene disponible la
misma cantidad de tiempo.
Las parejas pueden encontrar momentos para estar juntos si realmente lo
desean. Puede ser que a veces lo mejor que se puede hacer es una llamada
telefónica breve pero profunda.
Se puede compartir el almuerzo aun cuando se lleve un ritmo alocado. A lo
mejor hará falta levantarse más temprano para poder conversar de asuntos
íntimos y mutuos.
Estos momentos pueden resultar en más crecimiento personal genuino que
todo el resto del tiempo que se pasa con otras personas durante la semana,
la manera de relacionarse es un diseño de Dios “Y vio Dios que era bueno”.
3. La atención
La interacción íntima requiere darle toda la atención al cónyuge parte del
tiempo.
El limitarse a sencillamente estar en el matrimonio puede tener los mismos
síntomas y las mismas consecuencias frustrantes. El cónyuge puede estar
diciendo que quiere tener la atención del otro y simplemente no hay
atención a aquello.
El hecho de comer en la misma mesa, leer el diario, pagar las cuentas, cortar
el césped, lavar el auto o cualquiera de las tantas cosas que se hacen en el
hogar, no puede reemplazar la atención personal.
Hasta las expresiones sexuales íntimas del matrimonio pueden ser
respuestas habituales y predecibles que surgen del síndrome de estar y
nada más en vez de surgir de experiencias de atención física y emocional
total.
El silencio insensible de la falta de atención no aparece de golpe. Puede
desarrollarse muy lentamente. Se puede estar tan absorto por otras
relaciones, tan realizado y recompensado por otras relaciones, que no se
nota lo desatento que se es con la pareja.

EL MINISTERIO PASTORAL – L03 El ministro y su familia 68


Aquí es donde hace falta el esfuerzo paciente y la inversión personal
constante y a veces hay que hacer un esfuerzo para ser atento. Cuanto más
amplio el alcance de los contactos profesionales, cuanto más inteligente y
creativo se es, tanto más hay que esforzarse en ser atento hacia la pareja.
4. La conversación
No hay que confundir conversar con hablar o charlar. La conversación es un
intercambio de significados entre personas a través de palabras habladas y
de señales no verbales. Los significados pueden estar relacionados con
sentimientos, conceptos o sueños.
En la conversación o en el diálogo hay un deseo genuino de compartir
entendimientos, sentimientos y sueños. Consiste en dar y recibir. Hay un
deseo de tratar las preocupaciones reales o imaginadas honesta y
abiertamente.
El amor presta a la conversación el deseo de ir más allá del comportamiento
hasta los sentimientos.
La comunicación abierta enfoca el valor de la persona más que su posición
o su función. Niega la ilusión de que la posición le da la razón de ser a una
persona y no a la otra. Hace que cada persona se invierta a sí misma con
ideas, sentimientos y sueños aun corriendo el riesgo de que se los desafíe.
La conversación matrimonial abierta y consciente vale todo el esfuerzo
humano que requiere. Y si le pedimos ayuda a Dios para mejorar nuestra
conversación matrimonial, él nos ayudará generosamente.
5. La seguridad
En el matrimonio, el ministro le da seguridad a la otra persona.
La seguridad es un tema que preocupa cada vez más con el avance de los
años hasta adquirir una importancia primordial en la vejez.
La seguridad se refiere a cosas físicas, pero también incluye las
preocupaciones emocionales y espirituales de la vida.
No basta tener casa, ropa, alimento y transporte. Se pueden suplir estas
necesidades básicas y todavía la familia puede sufrir la desintegración por
inseguridad emocional, social o espiritual.
El matrimonio del ministro necesita todos estos aspectos de la seguridad, y
el amor del ministro encuentra la forma de proveerlos.

EL MINISTERIO PASTORAL – L03 El ministro y su familia 69


Sea cual fuere el tamaño de la iglesia o el ingreso del ministro, es
importante hacer provisión para las emergencias económicas y ser
consiente que su familia merece lo necesario para poder vivir
adecuadamente.
Darle seguridad emocional a otra persona significa darle la libertad de tener
y expresar emociones sin sentir rechazo.
La esposa que siente que la posición de su esposo exige que siempre esté
contenta y sonriente y que siempre sea confiada y amante puede negar el
enojo y el dolor.
Algunos pueden pensar que si ella expresa ira o temor su fe es cuestionable
y que no cumple los requisitos para ser esposa de pastor.
El peligro de un daño mayor está en que siga negando las emociones y
suprimiendo la sana expresión de las mismas. Un lujo que cada ministro
puede darle a su esposa, sea cual fuere su nivel económico, es el de
expresarse, sin temor a la represalia ni a la culpa, siempre con mesura y
sabiduría, a la altura de una mujer de Dios.
La seguridad espiritual es un tema también importante dentro del
matrimonio, ya que se nutre a medida que las dos personas comparten la
relación que tienen con Dios.
Las necesidades y los descubrimientos espirituales pueden ser expresados
con tanta naturalidad en el matrimonio como las necesidades físicas,
emocionales y sociales.
Juntos pueden examinar la Biblia para descubrir el significado de la vida
conjunta. Juntos pueden orar acerca de los asuntos cotidianos y creer que
Dios se interesa por los dos, tanto en conjunto como por separado. Esta es
la manera de proveer y de celebrar la seguridad y crecimiento espiritual en
el hogar.
6. La autoestima
El ministro casado necesita ayudar a su esposa a crecer en su autoestima,
que ella crezca en un amor propio verdadero y profundo, una
autoaceptación genuina y gozosa, una autoestima auténtica que resulta en
una sensación interior de victoria.
La persona que no tiene amor propio no tiene mucho para ofrecer al
prójimo si lo ama como a sí mismo. Si realmente nos amamos a nosotros
mismos, entonces podemos amar a nuestros prójimos.

EL MINISTERIO PASTORAL – L03 El ministro y su familia 70


III. EL MINISTRO COMO PADRE
Muchos pastores hoy en día han cometido un grave error, y es el de triunfar
espectacularmente a costa del matrimonio y de los hijos, con la excusa de
amor por la obra de Dios.
Actualmente, no es de extrañar encontrar muchos ministerios reconocidos
y al mismo tiempo involucrados en medio de escándalos, con matrimonios
resquebrajados, hogares divididos y separados, y todo porque el propio
ministro no supo distribuir su tiempo y ordenar su agenda.
La ganancia de una iglesia o aun de todo el mundo es un honor dudoso ante
la pérdida de la familia.
A. EL ORDEN DE LAS PRIORIDADES
La prioridad del ministro como padre es inferior a la del ministro como
cristiano y a la del ministro como cónyuge.
Una razón por esta secuencia es porque Dios nos hizo en primer lugar para
tener comunión con él.
La comunión íntima con Dios nos nutre en el crecimiento y la productividad
personal esenciales a la vida abundante. La relación prioritaria con Dios nos
prepara para ser buenos padres. Sin ella estamos cercados por los límites
de nuestro ingenio y de nuestra inteligencia, que nunca han sido suficientes
para una tarea tan grande como la de ser padre.
Un padre que se obsesiona con sus hijos, ya sea por un sentimiento de culpa
por no expresar suficientemente su amor o por un deseo de lograr el éxito
personal a través de ellos, puede llegar a dedicarles el tiempo que hace falta
para la actividad devocional personal. Cuando esto ocurre, las prioridades
están mal planteadas y el precio que hay que pagar es muy alto.
Otra razón por la cual la prioridad como padre no puede ser más alta es
porque Dios nos hizo para tener compañerismo con otra persona en el
matrimonio.
En la relación íntima del matrimonio experimentamos la afirmación como
personas y el gozo en una relación humana. Esta relación sana nos prepara
para los descubrimientos cotidianos que llegan con ser padres.
Cuando un padre permite que la atención para los hijos se interponga entre
él y su esposa y la prioridad de padre adquiere más valor que la prioridad
de cónyuge, ha surgido un problema serio. Sin la base de una fuerte relación
matrimonial, la tarea de ser padre estará sobrecargada de dificultades.

EL MINISTERIO PASTORAL – L03 El ministro y su familia 71


La prioridad de ser padre es importante. El potencial para la efectividad
como miembro de iglesia, como empleado y como miembro de la
comunidad está directamente relacionado con ser un padre efectivo.
El ministro que no aprende a relacionar el amor, el gozo, la paz, la
benignidad, la bondad, la fe, la mansedumbre y el dominio propio con
aquellos que son hueso de sus huesos y carne de su carne no tiene mucha
probabilidad de ser eficaz por mucho tiempo en la expresión de estas
cualidades espirituales en la iglesia o en la comunidad.
Este es el consejo de Pablo a Timoteo en cuanto a esta prioridad:
“Que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con
toda honestidad pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo
cuidará de la iglesia de Dios?”. 1 Timoteo 3:4, 5
Los ministros que son padres necesitan de la amonestación que Pablo les
dio a los padres de Efeso:
“Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos
en disciplina y amonestación del Señor”. Efesios 6:4
Las instrucciones bíblicas no tienen el propósito de avergonzar a nadie,
mucho menos al ministro, más bien le dice y enseña que la atención a la
tarea de ser padre es una prioridad alta para él y requiere una buena
porción de su tiempo y de su energía.
A pesar de sus mejores esfuerzos posiblemente habrán desilusiones y
fracasos, pero Dios que ama al ministro lo ayudará en todo.
B. EL DESEMPEÑO EFECTIVO DE LA FUNCIÓN DE PADRE
¿Cómo puede el ministro desempeñar efectivamente su función de padre?
¿Qué pasos se pueden tomar para hacer realidad el gozo de ser padre?
1. Administrar un ambiente de aprendizaje
El ministro que es padre administra un ambiente de aprendizaje.
Para los niños todo es materia de aprendizaje. No prenden el botón de
aprendizaje cuando el padre asume la función de liderazgo y les dice:
“Niños, quiero que presten atención a lo que les voy a decir.”
Tampoco apagan el botón de aprendizaje cuando los padres protagonizan
un intercambio emocional de diferencias después de acostar a los hijos.
Todo es aprendizaje, están aprendiendo todo el tiempo, y por esta razón
tenemos que tomar en consideración lo siguiente.
EL MINISTERIO PASTORAL – L03 El ministro y su familia 72
Los ingredientes de un ambiente de aprendizaje
El ministro que es padre es administrador de un ambiente de aprendizaje.
Esta responsabilidad administrativa es de mucha más importancia que la
administración de los procesos organizacionales de la iglesia o la
administración de proyectos comunitarios, por lo que requiere:
a. Relaciones cálidas
No hay nada de mayor importancia para los niños en el ambiente de
aprendizaje familiar que una relación íntima y cálida con los padres.
Los hijos pueden guardar su confianza instintiva en los padres y relacionarse
de forma optimista con la gente y las cosas que los rodean cuando los
padres alientan la intimidad y el interés.
No hay mejor manera de aprender a confiar y a sentirse seguro, que vivir
en una familia unida, En tal ambiente los miembros de la familia no se gozan
de la injusticia, sino que se regocijan con la verdad (1 Corintios 13:6).
b. Libertad de expresión
Es importante considerar tres consejos para ayudar a los jóvenes en el
proceso de ordenar sus valores:
• Deje que el joven sepa que está bien pensar en una forma diferente
a la de sus padres y de otros adultos.
• Ayúdelo a darse cuenta de que una idea no es necesariamente buena
porque sea moderna, ni mala sencillamente por ser vieja. Una idea
es buena si es apropiada y eficaz, no importa cuando haya sido
popular.
• Ayúdelo a examinar las razones por sus creencias. No es suficiente
que un niño crea o no crea algo solo porque sus padres lo hacen. Una
creencia debe tener sentido para la persona que la tiene.
c. Aliento a la discusión
La administración de un ambiente de aprendizaje para los hijos tiene que
ver tanto con las influencias que el ambiente provee como con las que
previene.
Los hijos aprenden que son personas de valor si sus padres tienen el tiempo
de escuchar y discutir las actividades del día durante la cena. Se alienta a

EL MINISTERIO PASTORAL – L03 El ministro y su familia 73


cada persona a participar en la conversación. Se oyen opiniones diferentes
acerca de la causa y de los efectos de las experiencias.
Las experiencias diarias de cada miembro de la familia son de igual valor y
la discusión de estas experiencias anima a cada persona a sentir su propio
valor por la afirmación de los demás.
d. El derecho de hacer preguntas
Si el ambiente le da a cada persona el derecho de hacer preguntas sin
sentirse entrometido o ignorante, los hijos aprenden a indagar, a buscar el
significado de la vida.
e. La importancia de los sentidos
Es muy importante hablar con los hijos, de lo que se ve y de lo que se oye,
de lo que se gusta y de lo que se palpa, de esa manera los hijos aprenderán
a apreciar la variedad que los rodea.
El ministro padre que puede sentir la aspereza de la arena al jugar con su
hijo de dos años, seguir el crecimiento de los bulbos que plantó con su hijo
de cinco años, poner el cebo en el anzuelo con su hijo de once años o
disfrutar el sabor de un helado con su hijo de catorce años está
administrando un ambiente de aprendizaje.
f. Conflictos en la iglesia
Los conflictos personales con miembros de la iglesia no deberían ser
discutidos en el ambiente familiar.
No es justo esperar que los niños procesen adecuadamente tal información
desde su punto de vista en la vida.
Las heridas y los odios originados en este proceso pueden desarrollar en
ellos una desconfianza de por vida hacia las personas de la iglesia.
g. Señales de rechazo
Los padres que cuidan el ambiente de aprendizaje no oscurecerán la
atmósfera con señales que hacen que los niños se sientan como intrusos.
Los niños no deben sentirse culpables por haber nacido, ya tienen suficiente
con mirar al mundo y tratar de encontrar su lugar en él.
2. Ser modelo de salud personal
El ministro que es padre sirve de modelo de salud personal.

EL MINISTERIO PASTORAL – L03 El ministro y su familia 74


a. La armonización de la fe y el comportamiento
Los ministros que son padres pueden aprender una lección valiosa de Pablo,
que se ofreció como modelo para los cristianos filipenses.
Después de haber dicho que su modelo personal era Cristo, los invitó a ser
imitadores de él (Filipenses 3:17).
El valor de Pablo como modelo no estaba basado en su perfección personal,
ya que él admitió su imperfección personal con frecuencia.
El valor estaba en su compromiso, en su atención a la armonización de la fe
y el comportamiento y en su crecimiento como discípulo.
Los hijos pueden aprender más de la respuesta a los fracasos que de la
respuesta a los triunfos de un ministro.
b. La demostración del fruto del Espíritu de Dios
El modelo paternal efectivo da fuertes evidencias del fruto del Espíritu de
Dios en su vida.
Los hijos experimentan el efecto del amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,
bondad, fe, mansedumbre y dominio propio de sus padres.
Saben que las promesas que se predican en la iglesia son verdaderas por la
vida cotidiana del hogar y con este modelo sano van incorporando las
verdades de Dios en su vida.
c. El ejemplo a través de la felicidad y el crecimiento mutuo
Los ministros que son padres ejemplifican la relación matrimonial a través
de su interacción íntima. Esto incluye un compromiso activo con la felicidad
y el crecimiento mutuo y un reconocimiento mutuo del valor de la persona
y de sus ideas.
También ejemplifican la relación matrimonial a través de sus respuestas
afectuosas.
Surgirán ocasiones en las cuales el padre puede decir: “Tu madre tiene
razón; no había visto el problema a la luz de esa idea.”
Cuando sucede algo así, el padre ejemplifica un estilo matrimonial que pone
el crecimiento personal y la autoestima de la esposa ante los hijos como
prioridades.
Las expresiones entre los padres como, miradas cariñosas, tomarse de la
mano, cumplidos, abrazos y besos y regalos espontáneos ejemplifica el

EL MINISTERIO PASTORAL – L03 El ministro y su familia 75


afecto en formas que hacen que los hijos no teman las relaciones cariñosas
con personas del sexo opuesto ni que se sientan forzados a tenerlas.
3. Proveer afecto y afirmación
El ministro que siente que se lo ha llamado a un trabajo de veinticuatro
horas diarias está invitando el desastre personal y familiar.
Una cosa es estar disponible para ministrar a las necesidades
congregacionales a cualquier hora del día o de la noche y otra es dedicarse
a ser un ministro las veinticuatro horas del día.
Es un niño muy desafortunado aquel que no puede tener un papá porque
su padre es ministro. Desayuna “con el pastor”, espera que “el pastor”
vuelva a casa, ayuda a terminar rápidamente la cena para que “el pastor”
pueda volver a la reunión o a la sesión y oye a la gente hablar acerca de
cuánto la ayuda “el pastor”. Aun en el barrio, generalmente es conocido
como “el hijo del pastor”.
En casa toma mensajes telefónicos “para el pastor” y espera pacientemente
poder encontrar a su papá en medio de toda esta actividad.
Este problema se ve minimizado en aquellas familias en las cuales los
ministros que son padres reservan tiempo para estar con sus hijos en cada
etapa de su desarrollo. Juegan juntos, trabajan juntos en el jardín, van
juntos a algún evento y tienen charlas serias.
• Si el hijo es bebé, el padre se toma el tiempo de tenerlo en brazos,
de ayudarle a descubrir los dedos de las manos y de los pies y de
mecerlo hasta que se duerma.
• Si tiene cinco años y una rodilla ensangrentada, el padre lo sienta en
sus piernas y lo abraza en vez de mandarlo con la madre.
• Si es un adolescente que vuelve a casa después de una cita, el padre
baja el periódico, ofrece preparar una taza de leche achocolatada y
queda a disposición del hijo por si quiere conversar.
Llega demasiado pronto el día en que el padre está disponible pero el hijo
ya está lejos, estudiando o siguiendo una carrera. Las recompensas llegan
cuando el hijo llama por larga distancia para pedirle al padre que ore por él
al tomar decisiones importantes.
La conversación telefónica realmente significa lo siguiente: “Sé que te
tomarás el tiempo para orar y que tienes un interés personal en mis
intereses. Me hace bien compartir esto contigo”.

EL MINISTERIO PASTORAL – L03 El ministro y su familia 76


El afecto paternal ha cumplido su tarea. Se pueden recordar hermosos
momentos bien empleados, sabiendo que se han compartido algunos
valores y que se ha nutrido la vida que fue fruto del amor.
Para darle afecto a los hijos hay que ser una persona honesta. La persona
honesta puede reconocer un error personal. El poder confesar que se ha
limitado la participación del hijo en algún evento porque se estaba
equivocado en cuanto a su naturaleza puede unir al padre con el hijo.
La honestidad en cuanto a las propias inconstancias es un modelo sano para
los hijos de cualquier edad. Los niños responden a la honestidad con cariño.
La familia cariñosa aprende a confesar sus pecados mutuamente y a orar
por sus miembros. La confesión y el perdón nos unen y despiertan nuestros
sentimientos cariñosos.
4. Proveer seguridad
El ministro que es padre provee seguridad.
Hay seguridad en conocer la personalidad y los valores que nos han
moldeado. La inseguridad existe cuando somos influenciados por una
herencia que negamos o desconocemos.
La identidad personal tiene que ver con conocer y estar cómodo con esa
herencia humana.
Se puede usar el tiempo de las vacaciones para volver a descubrir la gente
y los lugares que contienen las respuestas a preguntas tales como: ¿Quién
soy? ¿Por qué soy así?
Los sociólogos han alabado la solidaridad de las familias judías. Es muy
significativo que las celebraciones judías enfocan lo que son y de dónde
vienen.
Las familias de los ministros necesitan altares familiares cuyas “piedras”
pueden ser recuerdos, grabaciones de los abuelos, una Biblia bien usada o
un ramo de flores secas.
El tiempo familiar, especialmente en feriados o aniversarios significativos,
puede ser usado con provecho para repasar esta herencia y reafirmar la
identidad personal y familiar.
Estas experiencias intensificarán la identidad personal de los hijos en vez de
relegarlos a no ser más que “los hijos del pastor”.

EL MINISTERIO PASTORAL – L03 El ministro y su familia 77


La herencia personal es vital a la identidad personal y sirve de fundamento
para un futuro personal. Los niños que conocen su herencia, pero no son
esclavos de ella no tienen necesidad de buscar su identidad en las drogas o
las pandillas.
5. Proveer corrección
Los hijos de pastores han expresado con frecuencia la sensación de estar
aprisionados. Invariablemente enfocan el comportamiento exigido por la
posición de los padres.
Los miembros de la iglesia podrían criticar al pastor si su hijo hace o deja de
hacer ciertas cosas.
La estructura de la familia se refiere a las reglas y las normas del hogar y
surgen de la conciencia de que cierto comportamiento es sano y
constructivo o cierto comportamiento beneficia a la familia como unidad
mientras que cierto comportamiento hace que sea difícil o imposible que la
familia funcione eficazmente y cumpla su ministerio especial en la iglesia.
Las normas familiares facilitan la armonía y la realización.
Para que la estructura familiar sea efectiva, necesita ser comprendida en
términos de requisitos y de recompensas. Todos necesitan honrar
fielmente las reglas del hogar, pero las reglas no deben volver al hogar en
una prisión.
Habrá que abrir las puertas a medida que los miembros de la familia
necesiten excepciones a las reglas. El padre puede ser llamado a la sala de
emergencias y tener que llegar tarde para la cena. Una actividad escolar
puede hacer que un hijo tenga que llegar tarde o salir temprano o perder la
cena del todo. Estas son excepciones.
El reconocimiento de las excepciones le da la flexibilidad suficiente para que
la estructura sea un servicio para los miembros de la familia y no una
prisión.
La estructura familiar exige disciplina. Tiene que ver con la motivación
personal para pagar el precio de honrar las reglas y aceptar la consecuencia
cuando se rompen.
6. Proveer los recursos necesarios
Es trágico que algunos hijos de pastores se críen aprendiendo a odiar a Dios.
Creen que Dios los priva de tener buena ropa, buena comida y una casa
como la de los vecinos.
EL MINISTERIO PASTORAL – L03 El ministro y su familia 78
Si el hijo ha crecido oyendo que es la voluntad de Dios que soportemos la
pobreza y que nos mudemos cada dos o tres años, el niño puede llegar a
tener rencor al Dios que exige este estilo de vida.
El ministro debe actuar en lugar de reaccionar para que las personas
indicadas de la iglesia conozcan las necesidades de su familia.
No importa cuánto dinero haya disponible para las necesidades familiares,
los hijos deberían participar en el descubrimiento y en el establecimiento
de las prioridades en el presupuesto familiar.
Los niños necesitan entender el simbolismo del dinero a una edad
temprana, ya que se les debería enseñar que el dinero representa la
inversión de la persona en el trabajo y que se usa cambiándolo por cosas o
experiencias que tienen más valor que el mismo.
Los niños necesitan hablar de cómo se gana y cómo se gasta el dinero, al
hacerlo, crecerá su entendimiento en cuanto al valor del trabajo, el costo
básico de la vida y las prioridades que la familia le da a ciertas cosas.
Los niños que reciben cosas sin desarrollar un entendimiento de su valor ni
un sentido de responsabilidad por la forma en que se ganan y se usan,
puede llevarlos a una ingenuidad y una dependencia en la vida adulta que
resulta en situaciones vergonzosas por la falta de comprensión y disciplina.
Los niños deberían tener recursos adecuados para vivir, deberían tener un
lugar en la planificación económica de la familia y una comprensión acerca
de la administración responsable del dinero.
Necesitan una buena base de experiencia para usar los recursos sabiamente
a lo largo de la vida.

EL MINISTERIO PASTORAL – L03 El ministro y su familia 79


Lección 4
EL MINISTRO, LAS RELACIONES
Y LA ÉTICA MINISTERIAL

CONTENIDO
I. La ética en las relaciones con nuestros compañeros de
ministerio
II. El ministro y sus relaciones humanas
III. El ministro como ciudadano

EL MINISTERIO PASTORAL – L04 El ministro, las relaciones y la ética ministerial 80


INTRODUCCIÓN
El vocablo ética proviene de la voz latina éthicus y del griego ethikós, de
donde se deriva éthos o carácter.
La ética es el conjunto de normas y costumbres que regulan las relaciones
humanas de un colectivo. En esta definición, la ética tiene que ver con el
carácter de la persona en todas sus manifestaciones.
Existen otras definiciones que son muy importantes considerar con la
finalidad de enriquecer más nuestro conocimiento en los diferentes
contenidos sobre esta materia.
Según W. M. Jackson, la ética es parte de la filosofía que trata de las
obligaciones morales del hombre y analiza el problema del bien y del mal.
Para otros, la ética es “el estudio científico de la vida moral humana
determinada por su ideal y su forma verdaderos”. La ética trata de los más
profundos intereses y necesidades del hombre.
En resumen, estos conceptos muestran que la ética tiene que ver con:
• El carácter del ser humano
• La manera de ser del individuo
• La moral y las obligaciones del hombre
Dios ha dado a sus santos su Palabra para que la estudien, la crean, la vivan
y la enseñen a otros y así puedan encontrar en ella la fuente divina de
autoridad, de poder y de fuerza espiritual capaz de modificar y transformar
la conducta, el carácter y todo el ser del individuo a fin de conducirlo por el
sendero de santidad y de pureza que requiere Dios para todo el que quiera
entrar en su reino.
Estas afirmaciones las anclamos en las declaraciones de Pablo a Timoteo,
que dice:
“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para
redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el
hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda
buena obra”. 2 Timoteo 3:16–17
I. LA ÉTICA EN LAS RELACIONES CON NUESTROS COMPAÑEROS
DE MINISTERIO
Actualmente las relaciones interpersonales de quienes componen el cuerpo
ministerial está pasando por un momento difícil ya que existen ciertas

EL MINISTERIO PASTORAL – L04 El ministro, las relaciones y la ética ministerial 81


grietas y crisis, que, si Cristo viene, o si las personas que se encuentran en
tales situaciones mueren sin resolver tales crisis y tapar cada una de esas
grietas, es muy probable que pase una eternidad muy lamentable.
Tenemos que tomar en cuenta las buenas relaciones que debe haber entre
los miembros que forman el cuerpo ministerial en sentido general, ya que
la unidad, el compañerismo y la armonía son la base fundamental para unas
relaciones interpersonales sanas y fructíferas entre los hombres y mujeres
que ministran en la obra del Señor.
Estos elementos aportan positivamente en la unidad del cuerpo de Cristo
que es la iglesia.
A. FACTORES QUE DESTRUYEN EL COMPAÑERISMO Y LAS BUENAS
RELACIONES MINISTERIALES
1. La falta de compañerismo dentro de quienes forman el cuerpo
ministerial
Los seres humanos no podemos vivir solos, no debemos caminar solos,
nunca podremos salir adelante en algo solos. Todos por naturaleza somos
interdependientes de algo o de alguien.
Quien sacó a la luz esta realidad fue el mismo Dios. Cuando creó a Adán,
este estaba sin otro ser humano que le acompañara en el Edén, entonces
Dios dijo:
“No es bueno que el hombre esté solo…” Génesis 2:18
Dios se estaba refiriendo fundamentalmente a la esposa que Adán
necesitaba. Pero también, en la primera parte del versículo, Dios fue
categórico en cuanto a la necesidad que el ser humano tenía de interactuar
con alguien más en el diario vivir.
En el ministerio, aparte de la esposa, del esposo o de los hijos, necesitamos
tener dentro de la misma fila ministerial a alguien de cerca con quien
podamos compartir nuestras penas o nuestras glorias, nuestro gozo o
nuestra tristeza, nuestro triunfo o nuestra victoria, nuestra abundancia o
nuestra escasez.
Como líderes de la misma denominación o fuera de ella, necesitamos apoyo
espiritual el uno del otro. Dicho apoyo debe ser mayormente, emocional,
físico, espiritual o en lo que fuere necesario.

EL MINISTERIO PASTORAL – L04 El ministro, las relaciones y la ética ministerial 82


El Diccionario de la Real Academia Española define la palabra
compañerismo como “vínculo que existe entre compañeros. Armonía y
buena correspondencia entre ellos”.
En el idioma griego la palabra compañero significa ‘camaradería,
sociabilidad, buenas relaciones, compañero de trabajo, amistad,
solidaridad’ (Fil. 4:3 y Gá. 2:9).
Un versículo que nos ilustra las palabras “compañerismo ministerial”, sin
necesidad de explicación, es:
“Reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas y
Juan, que eran considerados como columnas, nos dieron a mí y a
Bernabé la diestra en señal de compañerismo, para que nosotros
fuésemos a los gentiles, y ellos a la circuncisión”. Gálatas 2:9
La frase “nos dieron la diestra en señal de compañerismo” es muy
importante ya que era una costumbre en oriente, que cuando una persona
pedía apoyo o consentimiento a una o a varias personas para realizar algún
proyecto, que esa o esas personas le extendieran la mano derecha al
solicitante en señal de aprobación.
Con eso le estaban diciendo: “Sigue adelante que te apoyamos, estamos
contigo para brindarte apoyo”. Eso es compañerismo.
El compañerismo y las buenas relaciones que había entre aquellos cinco
ministros del Señor debe ser imitada por todos los obreros y obreras del
Señor en nuestros días.
2. Identifiquemos algunos factores que destruyen el compañerismo:
a. Un espíritu de rivalidad
El diccionario describe la rivalidad como “competencia entre dos personas
que aspiran a una misma cosa”.
En el contexto ministerial la rivalidad podría estar en cualquier núcleo
eclesial llámese iglesia local, presbiterio, cuerpo ejecutivo, o ministerio
cualquiera, donde estén individuos o grupos de personas con una actitud
de competencia, enemistad, contienda, discordia y rivalidad y crítica
destructiva en contra de compañeros y compañeras que militan en las
mismas filas ministeriales que ellos.
Esos malos espíritus sociales fomentan el chisme, la discordia y una
atmósfera de malestar, que todos juntos adquieren la suficiente capacidad

EL MINISTERIO PASTORAL – L04 El ministro, las relaciones y la ética ministerial 83


como para destruir la unidad, la armonía y el compañerismo que debe
reinar en la iglesia de nuestro Señor Jesucristo.
b. La lucha por alcanzar puestos eclesiásticos valiéndose de métodos
antiéticos
Es una realidad innegable que actualmente existen algunas personas que
optan por correr a distintas posiciones eclesiásticas, con prácticas, métodos
y artimañas carnales que solo se oyen y se ven en los políticos mundanos.
En el Nuevo Testamento, cuando se eligieron a los siete varones para que
se encargaran de la diaconía a lo interno de la iglesia, hubo tres requisitos
fundamentales que fueron señalados por los apóstoles, que debían tener
esas personas:
“buen testimonio, llenos del Espíritu Santo, llenos de sabiduría”.
Se sobreentiende que el Espíritu Santo guio y dirigió las mentes y los
corazones de toda la feligresía para saber quiénes dentro de la
congregación de aquellos días llenaban esos requisitos.
En aquel proceso eleccionario no hubo campaña maliciosa ni perniciosa que
tuviera lugar en el proceso.
Las detracciones, calumnias y difamaciones contra quienes aspiran a
posiciones eclesiásticas ya sea a nivel local, regional, nacional o
internacional, son unos antivalores que se han puesto muy de moda dentro
del cristianismo evangélico durante las últimas décadas.
El ministro verdadero debe cerrarle la puerta a esos procedimientos
antiéticos en donde quiera que se traten de introducir. Es importante saber
que esas malas costumbres solo existen en algunas personas, no en todas;
pero sí afectan a muchos.
c. Un proceso de transición generacional mal orientado
Un proceso generacional mal orientado, en vez de ser de bendición para la
obra de Dios puede levantar un espíritu de rivalidad, enemistad y división
entre el cuerpo de ministros ancianos y jóvenes.
En lo que al ministerio se refiere, al hablar de proceso generacional es
hablar de un proceso biológico natural, que tiene que darse quiérase o no,
entre la generación pionera de la obra de Dios y la nueva generación de
líderes que hoy se levanta creciente, pujante y entusiasta.
Todos esos hombres y mujeres que desde su juventud trabajaron, echando
el fundamento de una iglesia pujante y creciente como la que tenemos en
EL MINISTERIO PASTORAL – L04 El ministro, las relaciones y la ética ministerial 84
los diferentes países, iniciaron en su mayoría con poca o ninguna
preparación teológica ni secular, pero dieron todo por la obra.
Esos ancianos obreros y esas ancianas obreras, quieran o no, por ley natural
pronto tendrán que pasar el bastón a las nuevas generaciones de ministros,
por eso es importante considerar lo siguiente:
• Los ministros ancianos y ancianas deben actuar con sabiduría y
mesura.
En muchos lugares aparecen ancianos ministros que aparentemente
le quieren cerrar paso a la nueva generación de relevo,
aparentemente temen abrir el abanico de oportunidades para que
los jóvenes tengan la oportunidad de actuar y desarrollarse
ministerialmente.
• Los ministros jóvenes deben ser pacientes y respetuosos.
Es claro que todo tiene su tiempo, pero no dejan de aparecer jóvenes,
que aparentemente quieren abortar el proceso. Tienen frases tales
como: “Esos viejos ministros ya no sirven para nada, están gastados,
arruinados, cansados, hay que echarlos a un lado y enviarlos para sus
casas para que se sienten, coman y se mueran”.
• Ministros ancianos y ministros jóvenes deben complementarse.
Los ministros ancianos tienen mucho que compartir con los ministros
jóvenes: Sus experiencias de años en el ministerio luchando con
diferentes problemas y conflictos, sus praxis en la dirección y
administración de la obra en diferentes aspectos, sumadas a la
madurez espiritual y emocional que han adquirido con el pase del
tiempo; todas estas vivencias ministeriales tienen mucho que
aportarle a la generación de ministros jóvenes.
3. Factores mencionados en las Escrituras que destruyen la unidad y el
compañerismo ministerial
a. La rivalidad, la detracción y el divisionismo pertenecen a “las obras de
la carne”.
De las diecisiete obras de la carne que el apóstol Pablo enumera en Gálatas
5:19–21, cinco pertenecen al espíritu detractor, divisionista y
menoscabador de la unidad y el compañerismo dentro de la iglesia del
Señor, son ellos:
“…enemistades, pleito, celos, contiendas y disensiones”.

EL MINISTERIO PASTORAL – L04 El ministro, las relaciones y la ética ministerial 85


Esos antivalores están en la mente y en el corazón de personas que no han
nacido de nuevo, aunque digan ser lo que son. Solamente están en la vida
interior de personas carnales, según lo declara el apóstol.
b. El espíritu de divisionismo
En la iglesia de los corintios se levantó un espíritu de divisionismo, y Pablo
lo enfrentó con responsabilidad. Sus consejos son el mejor antídoto en
contra del antagonismo dentro del liderazgo eclesiástico.
“Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor
Jesucristo, que habléis toda una misma cosa, y que no haya entre
vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una
misma mente y en un mismo parecer. Porque he sido informado
acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre
vosotros contiendas. Quiero decir, que cada uno de vosotros dice: Yo
soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo. ¿Acaso
está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O fuisteis
bautizados en el nombre de Pablo?”. 1 Corintios 1:10–13
B. FACTORES QUE FORTALECEN EL COMPAÑERISMO EN EL CUERPO
MINISTERIAL
1. La importancia de la unidad
La unidad dentro del liderazgo del cuerpo de Cristo está recibiendo los
ataques más fieros por parte de Satanás, quien es el principal enemigo de
ese cuerpo.
El ministro tiene que luchar a favor de la unidad.
La apatía, el revanchismo, la competencia, la rivalidad, la tiranía, las
calumnias, el celo ministerial y los intereses personales, son antivalores
éticos y morales que internamente están debilitando la unidad en la iglesia
del Señor.
El ministro no debe permitir que ninguno de estos males reine ni se anide
en su vida.
Bíblicamente, el motivo, la causa y la base fundamental para que los que
forman el cuerpo ministerial en la iglesia del Señor procuren la unidad, nos
la plantea el apóstol Pablo:
“Solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; un
cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma
esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un

EL MINISTERIO PASTORAL – L04 El ministro, las relaciones y la ética ministerial 86


Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos”.
Efesios 4:3–6
Aquí está planteada la altura, la anchura y la profundidad de la unidad que
debe y tiene que existir en todos los que forman parte del cuerpo de Cristo,
que es la iglesia, y muy especialmente en todos los que forman parte del
liderazgo.
Tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo, la unidad, la armonía y
el compañerismo dentro del liderazgo eclesiástico y de la membrecía han
sentado las bases para los grandes avivamientos que han surgido en las
diferentes épocas.
El salmista David describe estas virtudes:
“¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos
en armonía!” Salmos 133:1
Luego de hacer unas hermosas comparaciones sobre los buenos efectos
que la unión y la armonía dentro de los creyentes, el salmista concluye en
la última parte del versículo 3:
“…porque allí envía Jehová bendición y vida eterna”.
Encontramos un paralelismo muy cercano entre el Salmo 133, y Hechos
capítulo 2:1.
“Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos”
Lo que siguió a esa unión y a esa unanimidad del cuerpo de creyentes que
estaban reunidos el día de Pentecostés, fue el descenso del Espíritu Santo.
Esto nos indica que para que el avivamiento y el avance en la obra de Dios
surja, la armonía y la unidad en cada uno de los creyentes, y muy en
especialidad en quienes representan el liderazgo eclesiástico, tienen que
ser un prerrequisito indispensable.
2. La importancia de las buenas relaciones interpersonales
Las interrelaciones pobres y deficientes en la vida de un obrero de Dios, no
solamente pueden llegar a afectar de manera directa su carrera ministerial,
sino que, además, podrían llegar a convertirse en obstáculos para el avance
de la obra de Dios en sentido general.
Hay dos referencias bíblicas que nos hablan de la importancia de las buenas
relaciones interpersonales en el cuerpo ministerial.

EL MINISTERIO PASTORAL – L04 El ministro, las relaciones y la ética ministerial 87


Las buenas relaciones entre David y Jonatán, un ejemplo a seguir hoy (1
Sa. 18:1–14)
Jonatán puso los intereses de la voluntad de Dios por encima de sus propios
intereses.
Él entendió muy bien que ya su padre había sido rechazado por Dios como
rey de Israel y ante la transición de mando que ya el Señor había
determinado, Jonatán actuó como un fiel creyente en Dios.
Demostró suficiente madurez mental, emocional y espiritual para actuar
correctamente para que el proceso del cambio de mando sucediera como
ya Dios había determinado.
Jonatán pudo haberse rebelado contra David ya que el reino de su padre
estaba en juego y, por ende, la herencia real que le correspondía.
“E hicieron pacto Jonatán y David, porque él le amaba como a sí
mismo. Y Jonatán se quitó el manto que llevaba, y se lo dio a David,
y otras ropas suyas, hasta su espada, su arco y su talabarte”.
1 Samuel 18:3–4
Con la entrega de esos tres objetos, Jonatán estaba poniendo en las manos
de David la herencia del trono, que por ley le correspondía según la
costumbre de esos días. Como líder, el hijo mayor de Saúl fue fiel y sincero
con Dios, y como amigo, fue siempre leal en sus relaciones interpersonales
con David.
La amistad sincera y desinteresada con nuestros compañeros de ministerio
tiene un valor sin igual para nuestro éxito ministerial y para el avance de la
obra de Dios en sentido general.
David encontró en Jonatán el instrumento usado por Dios para protección
de su vida, de su familia y de la voluntad de Dios para su vida.
David fue bien agradecido, no echó al olvido al amigo que le extendió sus
manos en tiempo de crisis. Fue por eso, que ya estando en el trono real,
mostró tanta misericordia con el minusválido Mefi-boset, hijo de Jonatán
(2 Sa. 9). Seamos agradecidos con quienes nos extienden sus manos y nos
ayudan ministerialmente.
3. La importancia de la unidad en el cuerpo ministerial según el apóstol
Pablo.
Pablo ilustraba la unidad que debe haber entre los creyentes en sentido
general y entre los que forman el cuerpo ministerial.

EL MINISTERIO PASTORAL – L04 El ministro, las relaciones y la ética ministerial 88


“Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en
particular”. 1 Corintios 12:27
Con esa misma unidad de pensamiento, Pablo les escribe a los hermanos
de Éfeso lo siguiente:
“Sino que, siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel
que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien
concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan
mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su
crecimiento para ir edificándose en amor”. Efesios 4:15–16
Pablo en el contexto de cada iglesia ilustra tres grandes verdades
doctrinales que deben servir de base para poner en práctica la unidad
dentro del cuerpo ministerial:
Primero: Nos presenta a Cristo como cabeza de la iglesia.
Según la estructura biológica del ser humano, dentro de la cabeza o cráneo
está lo que conocemos como masa encefálica o cerebro. ¿Qué es el
cerebro?
“El cerebro humano es el centro del sistema nervioso y ejerce una gran
cantidad de tareas. De manera general se puede afirmar que se encarga,
tanto de regular y mantener las funciones del cuerpo como de ser el órgano
donde reside la mente y la conciencia del individuo”.
Según la anatomía, toda la vida del ser humano está controlada, dirigida y
activada por el cerebro. Asimismo, para que la iglesia ande bien, tenga vida
y acción, Cristo tiene que ser la cabeza, es lo que el apóstol Pablo procura
enseñar en estos pasajes de las Escrituras.
Aunque con una ilustración diferentes, eso fue lo que Cristo mismo trató de
enseñar, cuando dijo:
“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo
en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis
hacer”. Juan 15:5
Segundo: Habla de la iglesia como el cuerpo de Cristo.
Para que un cuerpo humano funcione perfectamente bien tiene que tener
saludablemente cada uno de sus miembros: Las dos manos y los dos pies
con sus respectivos dedos, ojos, orejas, nariz y boca.

EL MINISTERIO PASTORAL – L04 El ministro, las relaciones y la ética ministerial 89


Asimismo, la iglesia como cuerpo de Cristo necesita depender de sus
respectivos miembros para poder ser y hacer lo que la cabeza, que es Cristo,
le ordenó que fuera e hiciera en según la Gran Comisión.
Tercero: La buena interrelación que debe haber en cada uno de los
miembros del cuerpo.
Esto ilustra las distintas funciones que ocupa cada uno de los miembros del
cuerpo humano con las distintas funciones que ocupa cada uno de los
creyentes que pertenecen al cuerpo de Cristo que es la iglesia.
“Porque, así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero
todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo,
así también Cristo”. 1 Corintios 12:12
Para que podamos ver y apreciar mejor el orden y los propósitos divinos de
la de interrelación saludable que debe existir en cada uno de los miembros
en el cuerpo de Cristo, es necesario también considerar los versículos
posteriores:
“Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el
cuerpo, como él quiso… De manera que, si un miembro padece,
todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra,
todos los miembros con él se gozan”. 1 Corintios 12:18, 26
En las interrelaciones entre David y Jonatán, y las enseñanzas paulinas en 1
Corintios 12:12–27 y Efesios 4:15–16, hay varios valores éticos y morales
que podemos deducir:
En David y Jonatán se conjugan varios de los siguientes valores éticos
universales:
• Lealtad • Responsabilidad
• Fidelidad • Gratitud
• Sinceridad • Humildad
• Imparcialidad • Credibilidad
• Integridad • Respeto
• Confidencialidad • Prudencia.
En las enseñanzas de Pablo: Sobre la interrelación en los que integran el
cuerpo ministerial:
• Unidad • Respeto
• Compañerismo • Consideración
• Armonía • Solidaridad

EL MINISTERIO PASTORAL – L04 El ministro, las relaciones y la ética ministerial 90


• Correspondencia • Compromiso
• Sensibilidad • Empatía
• Sacrificio • Comprensión
C. EN LA OBRA DE DIOS EL COMPAÑERISMO DEBE ESTAR POR ENCIMA DE
CUALQUIER DIFERENCIA PERSONAL
El compañerismo dentro de los que representan el cuerpo ministerial debe
darse, a pesar de cualquier diferencia de ideas, de opiniones o de criterios.
El ministro tiene una absoluta necesidad de trabajar, de luchar, de pelear
junto con sus compañeros de ministerio.
Uno de los mayores daños que por siempre ha sufrido la obra del Señor ha
sido la rivalidad y disputa entre los siervos de Dios. Estas han causado atraso
a la obra y han sido de escándalos para el mundo.
El ministro se halla como soldado en pleno campo de batalla, en la guerra
sin cuartel contra el reino de las tinieblas. Este conflicto exige la
concentración de todos los esfuerzos. No da lugar para ningún momento de
liviandad o ligereza, ni tampoco para rivalidades y enojos entre los que
luchan el mismo frente.
D. LA NECESIDAD DE CREAR UN CÓDIGO DE ÉTICA MINISTERIAL EFICIENTE
¿Qué es un Código de Ética? “Un código de ética es un conjunto de
directrices que tienen por objeto establecer las conductas aceptables para
los miembros de un grupo en particular, asociación, o profesión”.
En nuestro contexto cristiano, un código de ética ministerial “es un código
de conducta religiosa que se basa en la verdad bíblica”.
Es necesario un Código de Ética Ministerial, en donde se describa, a la luz
de la Palabra de Dios, cuál debe la conducta ética, moral, social, y espiritual
que deben observar los ministros en todo su quehacer ministerial según lo
demanda Dios en Su Santa Palabra.

II. EL MINISTRO Y SUS RELACIONES HUMANAS


Relaciones humanas es el nombre dado al conjunto de interacciones que se
da en los individuos de una sociedad, la cual tiene grados de órdenes
jerárquicos.
Las relaciones interpersonales llenan nuestras vidas, están presentes en
todos los ámbitos en que nos manejemos, siendo un aspecto básico y
esencial de nosotros.
EL MINISTERIO PASTORAL – L04 El ministro, las relaciones y la ética ministerial 91
Las conexiones que entablemos con otras personas van a determinar que
sean buenas o malas, dependiendo siempre del nivel de relaciones
humanas que sepamos mantener con quienes nos interrelacionamos en
nuestro diario vivir.
El ministro debe perfeccionar su carácter y su temperamento cultivando
buenos hábitos y habilidades personales que le conduzcan a mejorar
exitosamente sus buenas relaciones humanas.
Con el poder del Espíritu Santo obrando en la vida del ministro, más la
disciplina y el dominio propio aplicado a su conducta, podrá alcanzar un
nivel de relaciones humanas exitoso.
A. DIOS MISMO SENTÓ LAS BASES DE LAS RELACIONES HUMANAS
Dios mismo a través de la ley mosaica sentó las bases para que su pueblo
Israel practicara las relaciones humanas.
El Señor ordenó:
“Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Levítico 19:18
En su ministerio terrenal Jesús amplió esa ley para su iglesia en la
Dispensación de la Gracia (Mt. 5:38–48).
Santiago le llama ley real; leamos:
“Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu
prójimo como a ti mismo, bien hacéis”. Santiago 2:8
El apóstol Pablo es uno de los escritores sagrados que más escribió sobre
las relaciones humanas, en Romanos capítulos 12 al 16, comenzamos a
anotar muchas las palabras relacionadas con las relaciones humanas.
“Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con
todos los hombres”. Romanos 12:18
El llevarse bien con los demás, aparte de ser una conducta en que la
persona demuestra su alto grado de cultura y su alto nivel de cristianismo,
es un maravilloso arte del buen vivir.
El ministro que sabe emplear bien sus relaciones humanas en toda
interrelación ministerial, es una persona de éxito.

EL MINISTERIO PASTORAL – L04 El ministro, las relaciones y la ética ministerial 92


B. LAS RELACIONES HUMANAS DEL MINISTRO EN EL CONTROL DE SUS
EMOCIONES
Es bueno considerar la importancia que tiene para todo ministro del Señor
el control de sus emociones cada vez que en el ejercicio de su ministerio se
le presenta una situación difícil, especialmente cuando algún compañero
de trabajo ministerial, subalterno o miembro de la congregación le dice o
hace algo desagradable.
Un desborde descontrolado de emociones negativas intensas, tales como
cólera, ira, rabia, furia, furor, por parte de un ministro puede dañar su
persona y su ministerio, pero también puede afectar considerablemente las
vidas de las personas sobre quienes se revienta la caldera emocional del
ministro.
Un ejemplo palpable lo tenemos en Moisés, cuando estrelló las tablas de la
Ley al suelo.
“Y aconteció que cuando él llegó al campamento, y vio el becerro y
las danzas, ardió la ira de Moisés, y arrojó las tablas de sus manos, y
las quebró al pie del monte”. Éxodo 32:19
Ese desborde y descontrol emocional tuvo en la vida y en el ministerio de
Moisés consecuencias muy negativas.
El ministro, hoy en día, debe aprender a someter sus emociones bajo el
control y dominio del poder del Espíritu Santo para que las presiones del
diario vivir no lo dominen.
Los múltiples y complejos problemas que afectan a la humanidad provocan
que nuestra sociedad se encuentre acorralada por presiones indecibles.
Los pastores como líderes espirituales, en el ejercicio de su ministerio viven
diariamente recibiendo fuertes y constantes presiones por parte de
diferentes personas, que, presionadas por las crisis, se desesperan y acuden
a los pastores y ministros a buscar orientación y soluciones a los diferentes
problemas que las aquejan.
Los ministros tienen que buscar en la Palabra de Dios y en el poder del
Espíritu Santo los mejores antídotos espirituales que puedan protegerlos en
su vida interior para que ninguna actitud descontrolada y enfermiza
trastorne sus emociones hasta el punto de que afecte sus buenas relaciones
con Dios y con sus semejantes.

EL MINISTERIO PASTORAL – L04 El ministro, las relaciones y la ética ministerial 93


El apóstol Pablo ofrece dos recursos espirituales muy poderosos, para
aplicarlos para el control de sus emociones:
1. El fruto del Espíritu Santo en el control de las emociones
Los creyentes tenemos a nuestra disposición los mejores recursos
espirituales provistos por Dios a través del poder del Espíritu Santo para que
podamos obtener el control total de nuestras emociones y saquemos el
mejor provecho de sus manifestaciones positivas y así podamos disfrutar
interiormente de una perfecta salud emocional en nuestras vidas.
“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,
bondad, fe mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley”.
Gálatas 5:22–23
• Amor, gr- ágape: Amor divino. Una fuerte, ardiente y tierna
compasión. Devoción al bienestar de alguien.
• Gozo, gr- Chara: Alegría, deleite por las bendiciones recibidas para
uno mismo o para los demás.
• Paz, gr-Eirene: El estado de quietud, descanso, reposo, armonía,
orden y seguridad en medio disturbios, conflictos y tentación.
• Paciencia, gr-Makrothumia: La resistencia para soportar a largo
plazo las debilidades, ofensa, lesiones Y provocaciones de otros sin
murmurar, repugnancia o resentimiento (1 Co. 1:4–7).
• Benignidad, gr. -chrestotes: Una disposición a ser amable, de voz
suave, ecuánime, culto y refinado en carácter y la conducta (2 Ti.
2:24–26).
• Bondad, gr.- Agathosune: El estado de ser bueno, amable, virtuoso,
benévolo, generoso y semejante a Dios en la vida y conducta (Éx.
33:19).
• Fe, gr. -pistis: El que vive enteramente según los principios creados,
adquiridos e implantados divinamente dentro de su corazón.
Bíblicamente la palabra fe significa también, confianza, certeza,
seguridad. (He. 11:1).
• Mansedumbre, gr.-Praotes: La disposición a ser suave, amable,
indulgente, aún equilibrado en el temperamento y las pasiones.
Mantenerse paciente ante las injurias que alguien lance en contra sin
sentir un espíritu de venganza.
• Templanza, gr.-enkrateia: Autocontrol. Una moderación en la
indulgencia de los apetitos y las pasiones (Pr. 23:1–3; Fil. 4:5).

EL MINISTERIO PASTORAL – L04 El ministro, las relaciones y la ética ministerial 94


2. Un “dominio propio” que Dios nos ha dado
“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de
amor y de dominio propio”. 2 Timoteo 1:7
Es importante destacar aquí el “dominio propio”, en el original significa
“buen juicio, dominio de sí mismo, sensatez, moderación”. En buenas
relaciones humanas en el ámbito ministerial, no deben faltar estos
elementos.

III. EL MINISTRO COMO CIUDADANO


“Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que
obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra. Que a nadie
difamen, que no sean pendencieros, sino amables, mostrando toda
mansedumbre para con todos los hombres”. Tito 3:1-2
“Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al
rey, como a superior, ya a los gobernadores, como por él enviados
para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen
bien. Porque esta es la voluntad de Dios: que, haciendo bien, hagáis
callar la ignorancia de los hombres insensatos; como libres, pero no
como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo,
sino como siervos de Dios. Honrad a todos. Amad a los hermanos.
Temed a Dios. Honrad al rey”. 1 Pedro 2:13-17
Los fariseos de la época de Jesús estaban dedicados a encontrar todas las
formas posibles de desacreditarlo. Una de sus estrategias era la de
convencer al pueblo de que Jesús se oponía al gobierno civil y a la
responsabilidad del ciudadano.
Cuando trataron de acorralarlo con la pregunta: “¿César o Dios?”, contestó
con “César y Dios”. Sus palabras:
“Y le enviaron los discípulos de ellos con los herodianos, diciendo:
Maestro, sabemos que eres amante de la verdad, y que enseñas con
verdad el camino de Dios, y que no te cuidas de nadie, porque no
miras la apariencia de los hombres. Dinos, pues, qué te parece: ¿Es
lícito dar tributo a César, o no? Pero Jesús, conociendo la malicia de
ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis, hipócritas? Mostradme la
moneda del tributo. Y ellos le presentaron un denario. Entonces les
dijo: ¿De quién es esta imagen, y la inscripción? Le dijeron: De César.
Y les dijo: Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de
Dios”. Mateo 22:16-21
EL MINISTERIO PASTORAL – L04 El ministro, las relaciones y la ética ministerial 95
Tanto Pablo como Pedro urgieron a los cristianos a honrar su ciudadanía y
ser partícipes constructivos en la comunidad.
Aunque los líderes políticos de los cuales hablaba Pedro fueran a veces
malos y a veces benévolos, él pedía que los creyentes en Cristo dieran el
ejemplo de la ciudadanía a sus vecinos.
La respuesta apropiada de los cristianos contemporáneos es la de mantener
condiciones sanas en la comunidad y promover el cambio donde prevalecen
condiciones malas.
Esto exige mantenerse informado, buscar soluciones constructivas,
expresar opiniones y decisiones a través de los canales correspondientes e
invertir las energías en hechos apropiados.
Esta responsabilidad del ministro como miembro de la comunidad no
carece de importancia, ya que la efectividad del ministro como ciudadano
depende de la atención apropiada a esta y a las demás áreas de su vida.
A. NECESIDAD, PERO NO PRIORIDAD
La atención que se le da a este tema debería limitarse a aquello que no le
quita al ministro de las prioridades más básicas.
Hay muchos problemas en la vida comunitaria que le preocupan al ministro.
Hacen falta muchos ajustes sociales, deben corregirse muchas injusticias
políticas y deben corregirse muchas expresiones flagrantes de moral
decadente. Pero un ministro no puede darse el lujo de dedicar una parte
principal o total de su atención a ninguno de estos asuntos
contemporáneos. El hacerlo significaría prestarle una atención inadecuada
a un área que, si bien es importante, pero que no es prioridad como el de
ser cristiano, cónyuge y padre.
El compromiso de grandes cantidades de tiempo a un asunto comunitario
puede limitar la efectividad como ministro que trabaja en la obra del Señor.
Si una organización o campaña comunitaria emplea el tiempo de las
actividades devocionales privadas del ministro y necesarias para el
crecimiento espiritual, se está arriesgando mucho y que no decir si al mismo
tiempo absorbe el tiempo que tiene que invertir en su rol como esposo y
padre.
El ministro no debe permitir que ninguna causa use el tiempo y la energía
necesarios para mantener una relación sana con Dios, su esposa y sus hijos.

EL MINISTERIO PASTORAL – L04 El ministro, las relaciones y la ética ministerial 96


Algunos ministros con gran participación en las campañas sociales logran
hacerlo relegando a su familia a una baja prioridad. Con frecuencia el
resultado trágico es la del divorcio y separación de los hijos.
El ministro nunca tiene verdadero éxito si en el proceso de reformar una
institución social permite que otra más básica se desintegre y más cuando
hablamos de la propia, de la cual es responsable ante Dios.
B. CONTRIBUCIONES COMO CIUDADANO
Más que ser un ministro en la comunidad, se es una persona cristiana que
vive en ella. El matrimonio y la familia están en la comunidad. La vida de
iglesia y la obra ministerial también están allí.
Se trae a la comunidad lo que se es como persona, cónyuge, padre,
miembro de iglesia y ministro.
¿Qué contribuciones se pueden hacer a la comunidad a través de la
participación en sus organizaciones y actividades?
1. Brindar apoyo
Se puede brindar apoyo a las acciones comunitarias, ya que algunos
proyectos que valen la pena, nunca hacen una contribución significativa por
falta de apoyo.
Es probable que la capacidad del ministro para comunicarse sea mayor que
la de la mayoría en la comunidad. Puede utilizarla después de una
investigación cuidadosa de los méritos del proyecto y de los riesgos
involucrados en la participación.
Si es digno de apoyo, hay que promoverlo entre los vecinos. Hay que
escribir cartas. Hay que hacer llamadas telefónicas. Hay que mandar
información a los periódicos. Se deben utilizar los canales apropiados
disponibles.
Como persona de habilidades demostradas y preocupaciones humanitarias,
el ministro tiene el poder para influenciar en otros. Es mejor usar el poder
para influenciar y construir una mejor comunidad que usarlo para condenar
a otros por dejar que la comunidad se deteriore.
2. Aportar liderazgo
Se puede brindar liderazgo en proyectos comunitarios significativos.

EL MINISTERIO PASTORAL – L04 El ministro, las relaciones y la ética ministerial 97


Los esfuerzos organizados de los padres, por ejemplo, para mejorar la
calidad de la educación en las escuelas públicas carecen de liderazgo
adecuado.
Las organizaciones que tienen menos influencia en la toma de decisiones
son aquellas que representan a los consumidores de la educación pública.
Los padres y los niños que dependen de los servicios vitales que apoyan con
sus impuestos frecuentemente pasan inadvertidos.
La capacidad de liderazgo de los ministros podría hacer que muchas
organizaciones de padres y maestros, grupos de consejo y grupos
estudiantiles fueran más efectivos.
Si los ministros no tienen esta capacidad de liderazgo, deberían estar
activos en su desarrollo a través de todas las oportunidades disponibles. El
ministerio a la iglesia mejorará, y la ganancia adicional puede ser mayor
efectividad como líderes comunitarios.
3. Mostrar enseñanzas morales y éticas
Muchas de las personas que necesitan la influencia de las enseñanzas
morales y éticas cristianas no participarán de la vida organizada de la iglesia.
El ministro puede ser maestro al compartir información y convicción acerca
de asuntos que surgen en las organizaciones comunitarias y en actividades
sociales y cívicas.
Aunque no hay derecho a imponer los valores a otros miembros de la
organización, existe el privilegio de llamar la atención a ellos y promover la
consideración de todas las facetas de un tema.
Si no se usa una actitud exigente ni despectiva, se puede encontrar una
plataforma mucho más grande para la enseñanza y el liderazgo que la de la
iglesia.

EL MINISTERIO PASTORAL – L04 El ministro, las relaciones y la ética ministerial 98


Lección 5
EL MINISTRO,
LA ADMINISTRACIÓN
Y LA ÉTICA MINISTERIAL

CONTENIDO
I. El pastor y la administración de sus finanzas
II. El pastor y la administración de las finanzas de la iglesia

EL MINISTERIO PASTORAL – L05 El ministro, la administración y la ética ministerial 99


INTRODUCCIÓN
Resulta difícil expresar todo lo que el dinero significa. En el mundo, el dinero
es la medida del valor, es el símbolo del trabajo, la empresa y la inteligencia
y a menudo es el símbolo de la bendición de Dios sobre el esfuerzo
diligente.
Para muchos el dinero es el equivalente de todo lo que se puede obtener
del servicio de la mente o el cuerpo, de la propiedad, comodidad o lujo, de
la influencia y el poder.
No es de extrañar que el mundo ame el dinero, lo busque por encima de
todo y frecuentemente lo adore. No es raro que sea la medida del valor no
solo para las cosas materiales, sino para el propio hombre, y que con
demasiada frecuencia un hombre sea valorado según su dinero.
Sin embargo, no solo es así en el reino de este mundo, sino también en el
reino de los cielos, que un hombre es juzgado por su dinero, pero
basándose en un principio distinto.
• El mundo pregunta: ¿qué posee un hombre? Cristo pregunta: ¿cómo
utiliza lo que tiene?
• Cuando una persona da el mundo pregunta: ¿qué da?; mientras
Cristo pregunta: ¿cómo da?
El mundo mira el dinero y su cantidad; Cristo mira al hombre y su
motivación, esto queda claro en la historia de la viuda pobre. Muchos ricos
echaban mucho, pero era de lo que les sobraba.
No había auténtico sacrificio en su acción; su vida era tan completa y
cómoda como siempre, ya que no les costaba nada. No había en ello ningún
amor o devoción especiales a Dios; formaba parte de una religión fácil y
tradicional.
La viuda echó una blanca, aun en medio de su necesidad echó todo lo que
tenía, incluso todo su sustento se lo dio todo a Dios sin reservas, sin
quedarse nada para ella.
El fiel ministro de Dios es llamado a considerar, cuál es su condición, delante
de Dios y su posición con respecto a los bienes que él pone en sus manos,
ya que si una perspectiva correcta, el ministro, actuará como buen
administrador de los bienes que Dios ponga en sus manos y nunca usurpará
la posición de su amo, actuando como si fuera el dueño de todo.

EL MINISTERIO PASTORAL – L05 El ministro, la administración y la ética ministerial 100


I. EL PASTOR Y LA ADMINISTRACIÓN DE SUS FINANZAS
Con respecto al tema en cuestión, es importante considerar dos aspectos
fundamentales: El comportamiento del ministro en el manejo de su propio
presupuesto familiar y su comportamiento en el manejo de las finanzas de
su iglesia o ministerio.
Hay un dicho que se ha hecho muy popular que tiene que ver con las
causantes de mayor destrucción de ministros y ministerios llamada las tres
“F”: La primera es la fama, la segunda es las faldas, y la tercera es las
finanzas.
Es una triste realidad reconocer que estas causantes han manchado el
testimonio de la iglesia en una forma muy preocupante durante los últimos
años, por lo que es imprescindible recurrir a la Biblia, a los consejos de Dios
para el cuidado del testimonio del ministro y su ministerio.
A. LA ÉTICA DEL MINISTRO EN EL MANEJO DE SU PROPIA ECONOMÍA
1. El ministro debe procurar administrar bien el dinero que Dios le da.
El buen manejo del dinero que nos da el Señor es un arte, y a su vez, una
disciplina.
Su consideración y práctica fiel bendice la vida del ministro, su familia y su
ministerio tanto en lo material como en lo espiritual.
El uso del dinero pone a prueba de manera particular, la sabiduría, la
habilidad y la fidelidad del administrador, ya que tiene que saber comprar
y practicar la economía.
a. Los ministros deben ser ordenados en el manejo de sus finanzas y
establecer prioridades en sus gastos según el orden divino.
No siempre quien gana más dinero es a quien le rinde más dinero, sino a
quien sabe administrar bien el dinero que le entra.
Son muchas las personas que cuando cobran su mensualidad, comienzan a
comprar cosas sin necesitarlas; o a comprar productos solo porque un
vendedor lo impresionó. Eso es ser mal administrador de las finanzas.
b. La falta de un manejo ordenado en las finanzas por parte de un
ministro, puede acarrearle problemas muy serios.
Un ministro dijo:
Manejar las finanzas en forma responsable puede ser más una
disciplina espiritual que lo que muchos ministros creen. Fracasar en

EL MINISTERIO PASTORAL – L05 El ministro, la administración y la ética ministerial 101


el manejo adecuado de las finanzas ha disminuido el testimonio de
demasiados pastores.
El profeta Isaías, inspirado por el Espíritu Santo, nos hace un importante
llamado para que no seamos derrochadores del dinero que Dios nos da para
el sustento nuestro y de nuestra familia:
“¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en
lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará
vuestra alma con grosura”. Isaías 55:2
2. La elaboración de un presupuesto familiar: Su importancia
Para poder manejar bien nuestras finanzas, la elaboración de un
presupuesto de ingresos y egresos es necesidad número uno.
Para elaborar un presupuesto familiar no es necesario ser un experto en
contabilidad o en administración de empresas, es algo práctico y fácil de
realizar, ya que es un asunto de tener interés y crear el hábito de
realización, y, sobre todo, darle fiel cumplimiento.
Los ministros del Señor que cultivan esta disciplina en la administración de
sus finanzas, sabiamente están eligiendo caminar por el sendero de la
prosperidad.
a. ¿Qué es un presupuesto familiar?
Según el Diccionario, la palabra presupuesto se deriva de dos palabras: pre
y suponer, dar por sentado algo. Hacer cálculo previo o presupuesto de
gastos e ingresos.
Entonces, el presupuesto familiar es una estimación de los gastos y recursos
necesarios para cumplir los distintos objetivos que te has propuesto. El
cómo hacerlo o implementarlo es muy importante, ya que te posibilita
organizar, ahorrar y mejorar tus finanzas personales.
El economista Félix García Santana dice:
El presupuesto familiar es un registro organizado de las entradas de
dinero y recursos y, de los gastos normales que se realizan durante
un periodo determinado, es decir, es un plan de ingresos, gastos y
ahorros que permite optimizar el uso del dinero.
b. Propósitos generales de la elaboración de un presupuesto familiar:
• Administrar organizadamente los ingresos y egresos.
• Evitar gastar más dinero que el que ingresa.

EL MINISTERIO PASTORAL – L05 El ministro, la administración y la ética ministerial 102


• Evitar el endeudamiento a causa de gastos que sobrepasan a los
ingresos.
• Implementar un plan de ahorro por medio del manejo de las finanzas.
c. Pasos fundamentales para la elaboración de un presupuesto familiar.
Un presupuesto financiero consta de dos partes: una de ingresos y otra de
egresos.
Los ingresos
• Niveles de ingresos el presupuesto familiar.
El ministro debe sentarse para hacer un listado de todos los ingresos
mensuales que tiene.
Realizar un presupuesto es escribir en un papel nuestros ingresos y
gastos, por categoría y por mes. Debemos tratar de hacerlo lo más
completo posible, con el fin de obtener de dicho ejercicio una fotografía
detallada del origen de nuestro dinero y patrones de consumo.
Como es natural, en el listado anotamos primero los ingresos fijos, luego
los que nos son fijos.
• Los ingresos en un presupuesto familiar se dividen entre fijos y
variables.
El presupuesto familiar debe elaborarse sujeto a dos componentes
básicos: los ingresos y los gastos. Estos pueden ser tanto fijos como
variables. Los ingresos fijos son los que se reciben de forma constante y
periódica, como son los sueldos y pensiones. Los ingresos variables son
los que pueden o no recibirse, como las comisiones, ventas, bonos,
remesas.
Los ingresos fijos, aparte de los sueldos, los podemos recibir por medio
de alguna casa que tengamos rentada, un negocio propio de cuyas
entradas nos ponemos una asignación fija, entre otros.
Los ingresos variables, para los ministros, podrían ser, una primicia que
reciba por parte de algún miembro, una ofrenda de amor, o una ofrenda
que reciba de alguna congregación que le haya invitado a predicar.
Sea fijo o variable, en un presupuesto familiar, todo dinero que entra
debe contabilizarse.
Hay que sentarse a hacer un listado de todos los ingresos mensuales
tenemos.

EL MINISTERIO PASTORAL – L05 El ministro, la administración y la ética ministerial 103


Para poder manejar bien nuestras finanzas, la elaboración de un
presupuesto de ingresos y egresos es una necesidad número uno.
• Los ingresos compartidos en el presupuesto familiar.
En muchos hogares de ministros, muchas esposas o tiene un empleo o
tienen un pequeño negocio en donde reciben ciertos ingresos
económicos; es muy conveniente que en lo que se refiere al presupuesto
familiar hagan causa común.
Los hijos e hijas que todavía viven con sus padres, y están formando
parte en todos los consumos diarios de la casa paterna, si tienen algún
ingreso fijo, sea por ser empleados o por algún negocio que tengan,
deben del mismo modo con sus ingresos, aportar para los gastos
ordinarios del hogar.
A los miembros del núcleo familiar que por cualquier razón no estén
percibiendo ningún ingreso económico, se les debe asignar tareas en el
hogar, que de cualquier modo pueden contribuir a aminorar los egresos
en el presupuesto.
Los egresos
En los egresos es donde están los asuntos más complejos y difíciles de
resolver en un presupuesto familiar.
Del sabio control y disciplina estricta en el manejo de los gastos,
dependerá el rumbo que tome la economía de quienes conducen el
manejo de las finanzas en el presupuesto familiar.
Divisiones de los egresos en un presupuesto familiar:
Los gastos en un presupuesto generalmente son fijos y variables, e
imprevistos.
Los gastos fijos son aquellos que se realizan de manera constante como
es la alimentación, vivienda, educación, servicio de transporte,
electricidad, teléfono, luz, agua y basura.
Los gastos variables son: las reparaciones, servicios médicos,
vestimentas, recreaciones y deudas, etc.
Aparte de los gastos fijos y variables, la mayoría de los economistas y
expertos en la elaboración de presupuesto nos hablan de un tercer
renglón en el presupuesto:
Los imprevistos, son todos aquellos gastos que se nos presentan sin
tenerlos planificados, por ejemplo: Una enfermedad repentina en un

EL MINISTERIO PASTORAL – L05 El ministro, la administración y la ética ministerial 104


miembro de la familia, un accidente, una avería en el sistema energético
en la casa, entre otros.
En el presupuesto familiar hay un punto importante que no podemos
dejar de mencionar y son los gastos familiares y los gastos personales de
cada miembro de la familia, ya que cada uno dependiendo de la edad,
el sexo o el tipo de integrante de la familia, requiere de gastos
personales que no pueden ser considerados en el presupuesto general.
Reglas del manejo de los egresos en el presupuesto familiar:
a. Establezca las prioridades en los egresos del presupuesto familiar.
b. Todos los egresos fijos son prioritarios, entre ellos se encuentran los
servicios familiares, tales como: Renta de casa, alimentación, etc.
Luego se considera los gastos variables e imprevistos
c. En la ejecución presupuestaria nunca permita que sus egresos sean
mayores que sus ingresos; esto lo conduce al endeudamiento.
d. Implemente un plan de ahorro.
e. Cuando vaya al supermercado o a la tienda siempre lleve anotado
todo lo que necesita comprar; nunca compre lo que no necesita.
Siempre compare los precios en los supermercados y tiendas y
compre en donde mejor le vendan.
f. Si no tiene para comprar unos muebles nuevos y puede mejorar los
que tiene, hágalo en vez de endeudarse sin poder.
g. No compre artículos por competencia ni bajo la euforia de una
propaganda.
h. Tenga mucho cuidado con las tarjetas de crédito. Una persona que
compra y compra con tarjeta de crédito, y al momento de pagar solo
paga siempre el pago mínimo, al cabo de cinco años puede haber
pagado mil veces más de crédito que lo que es la deuda en sí misma,
y tener siempre la misma deuda. A los bancos les gusta que la gente
haga el pago mínimo, porque todo eso es ganancia a favor de ellos y
en contra del cliente. Si la tiene y no la puede controlar y manejar
bien, salga de ella.
i. Procure siempre comprar al contado. Comprar a plazo es la manera
más costosa; pues, se le agrega al precio hasta la mitad más en
interés. Además, es fácil así meterse en compromisos que no puede
pagar.

EL MINISTERIO PASTORAL – L05 El ministro, la administración y la ética ministerial 105


A los ministros, Pablo les da las siguientes advertencias:
“Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de
agradar a aquel que lo tomó por soldado”. 2 Timoteo 2:4
Si seguimos al pie de la letra las instrucciones de la Palabra de Dios, nunca
tendremos problemas en la administración de nuestras finanzas.
B. LAS DEUDAS, ASPECTOS ÉTICOS A LA LUZ DE LA BIBLIA
A la luz de la Biblia como palabra de Dios, no es pecado tomar prestado; la
mayoría de ministros en algún momento han tomado dinero prestado de
alguien. El pecado es no pagar lo que se toma prestado.
En la Biblia encontramos tres declaraciones fundamentales en cuento a los
préstamos:
Salomón declara:
“el que toma prestado es siervo del que presta”. Proverbios 22:7
David dice:
“El impío toma prestado y no paga”. Salmos 37:21
Pablo dice:
“Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto,
impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra. No debáis a
nadie nada…” Romanos 13:7–8
Como podemos ver según el salmista David, una persona que lo que toma
prestado y no paga, está haciendo lo mismo que hacen los impíos. Todo
ministro que por necesidad tiene que tomar algo prestado de alguien, sea
dinero o cualquier objeto, debe pagar a tiempo el dinero que toma
prestado; si no lo paga, su seriedad como ministro queda opacada. Sobre
las deudas o tomar prestado, el Rev. Elías Nikitczuk, ex Superintendente de
Asambleas de Dios en Uruguay escribe, diciendo: “Pedir prestado perjudica
las buenas relaciones, provoca la crítica y convierte al ministro en una
persona no grata. Las fuentes de donde viene la tentación de prestar
pueden ser varias, tales como: Un ministro colega, un hermano de la iglesia
de solvencia holgada y muy liberal en ofrecer ayuda, hasta algunos piden
prestado de los fondos de la iglesia. En cada caso siempre asechan peligros.
El hábito de tomar prestado puede ser una trampa de Satanás, que tarde o
temprano traerá perjuicios morales y espirituales”.

EL MINISTERIO PASTORAL – L05 El ministro, la administración y la ética ministerial 106


II. EL PASTOR Y LA ADMINISTRACIÓN DE LAS FINANZAS DE LA
IGLESIA
La administración de las finanzas para la iglesia local tiene muchos
denominadores que son comunes con la administración de las finanzas en
el presupuesto familiar, la diferencia seria que cuando se habla de
administración de las finanzas de la iglesia, hay elementos que resultan muy
delicados y complejos para el pastor si no se saben manejar bien los
ingresos y egresos.
A. EL PASTOR Y SU JUNTA COMO BUENOS ADMINISTRADORES DE DIOS
1. El rol del pastor en la administración las finanzas de la iglesia
El pastor como cabeza de la iglesia, en lo que tiene que ver con la
administración de las finanzas, o es la clave, o es el clavo.
A la luz de las Sagradas Escrituras, Dios es el dueño absoluto de todas las
cosas sobre la tierra.
El salmista David declara:
“De Jehová es la tierra y su plenitud;
El mundo, y los que en él habitan.
Porque él la fundó sobre los mares,
Y la afirmó sobre los ríos”.
Salmos 24:1–2
Entonces, en la iglesia, el Señor es el dueño absoluto de todo lo que hay,
incluyendo las finanzas.
El pastor es el mayordomo de Dios, que tiene bajo su responsabilidad
administrar bien los bienes de Dios.
Esto no quiere decir que el pastor tenga que andar con el dinero encima, su
máxima responsabilidad es velar para cada centavo sea bien administrado
en la congregación que dirige y para eso necesita valerse de un buen equipo
serio y responsable.
2. El pastor como mayordomo de Dios en las finanzas
Este sustantivo castellano se deriva del latín maior, ‘mayor’, y dumus, ‘casa’.
Traduce el griego oiknomos, del cual derivamos la palabra economía.
El diccionario define al mayordomo como “el criado principal a cuyo cargo
está el gobierno económico de una casa o hacienda”.
Un mayordomo es el que ejerce las funciones de superintendente y
administrador principal de una casa, en nombre del amo.

EL MINISTERIO PASTORAL – L05 El ministro, la administración y la ética ministerial 107


Pablo dice:
“Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y
administradores de los misterios de Dios. Ahora bien, se requiere de
los administradores, que cada uno sea hallado fiel. Yo en muy poco
tengo el ser juzgado por vosotros, o por tribunal humano; y ni aun yo
me juzgo a mí mismo. Porque, aunque de nada tengo mala
conciencia, no por eso soy justificado; pero el que me juzga es el
Señor”. 1 Corintios 4:1–4
Este consejo paulino va, ya no solo para el pastor, sino también para todos
los miembros del equipo que forman parte en la administración de los
bienes que pertenecen a la obra de nuestro gran Señor y supremo dueño.
B. ONCE REGLAS ÉTICAS PARA EL PASTOR, SOBRE LA ADMINISTRACIÓN
DEL DINERO EN LA IGLESIA
Primera regla
Ningún ministro debe guardar o manejar él solo el dinero de la iglesia.
Segunda regla
Ningún ministro debe tomar dinero prestado de la tesorería de la iglesia
para gastos personales.
Tercera regla
Si por alguna razón tiene que hacer alguna compra de materiales u otros
menesteres de la iglesia, exija su factura. Si le sobra dinero, entréguelo
juntos con dichas facturas. Nunca haga compras sin exigir facturas.
Cuarta regla
Nunca haga compras significativas para la iglesia sin consultar con su
diaconado, especialmente con el tesorero.
Quinta Regla
Nunca reciba personalmente diezmo u ofrenda que van para la tesorería
de la iglesia; procure que se lo entreguen al tesorero.
Sexta regla
Procure tener en su iglesia una Junta de finanza bien seria y responsable.
Séptima regla
Procure siempre tener un contador profesional que lleve bien la
contabilidad y la mantenga al día.

EL MINISTERIO PASTORAL – L05 El ministro, la administración y la ética ministerial 108


Octava Regla
Dele participación activa al tesorero en el manejo de las finanzas. Él no
solamente debe firmar los recibos conjuntamente con el pastor, estar
enterado en qué se gastan los fondos de la iglesia.
Novena regla
No permita que nadie disponga de los fondos generales de la iglesia sin el
conocimiento y la previa autorización del pastor.
Décima regla
Procure conocer bien los estatutos y reglamentos, tanto de la obra
nacional, que tienen que ver con las reglamentaciones del manejo de las
finanzas, y aplíquelas.
Undécima regla
Procure siempre enviar a la oficina nacional la asignación económica
acordada según lo establecido por los estatutos y reglamentos
correspondientes.
C. CONSIDERACIONES IMPORTANTES PARA EL BUEN MANEJO
FINANCIERO DE LA IGLESIA
Velar por una administración eficiente y transparente de las finanzas de la
iglesia. Un manejo no claro de las finanzas de la iglesia puede afectar la
armonía, la estabilidad y el avance en una congregación.
Para que haya una ejecución presupuestaria equilibrada siempre se deberá
contar con la asesoría necesaria para no hacer adquisiciones innecesarias o
sin propósito.
Todo pago deberá ser hecho mediante la emisión de recibos enumerados y
firmados por el receptor del dinero por el servicio prestado.
En toda congregación según sea el tamaño se dispondrá de equipos
humanos necesarios para que haya una buena administración en las
finanzas de la iglesia local
Es muy importante que el ministro capacite a todo el recurso humano
necesario para la administración de los bienes de la iglesia, convocando a
reuniones para fomentar el estudio de los principios bíblicos
correspondientes con la mayordomía y la buena administración bíblica de
los recursos de Dios.
Es también importante que el ministro organice capacitaciones para sus
recursos humanos, que tengan que ver con las áreas en las que se
desenvuelven cada uno, esto llevara a una labor más eficiente delante de
Dios.
EL MINISTERIO PASTORAL – L05 El ministro, la administración y la ética ministerial 109
Sería ideal tener a una persona profesional que lleve la contabilidad en la
iglesia, pero en muchos casos por la misma falta de gente capacitada en esa
área no es posible contar con esas personas, por lo que se hace necesario
capacitar a la gente disponible.

EL MINISTERIO PASTORAL – L05 El ministro, la administración y la ética ministerial 110


Lección 6
EL MINISTRO Y SU
VIDA DE COMUNIÓN

CONTENIDO
I. La vida de oración del pastor: El lado personal
II. La vida de oración del pastor: El lado ministerial
III. El estudio del pastor

EL MINISTERIO PASTORAL – L06 El ministro y su vida de comunión 111


INTRODUCCIÓN
Existen muchas cosas en la vida de los ministros que les distraen e impiden
experimentar una comunión genuina con Dios.
Vivir en una sociedad tan acelerada con demandas interminables y
oportunidades incontables puede significar desacelerar el paso para estar
en comunión con Dios.
La comunión con Dios es una profunda necesidad de todo ser humano y
más para el ministro. La comunión con Dios es la forma en que fuimos
creados para funcionar, y es solo de esta manera que el ministro puede
mantenerse en pie ante la demanda del mundo actual.
Como cristianos, estamos llamados a cultivar el interés amoroso por otras
personas, pero esto siempre debe entenderse a la luz de cómo nos
sentimos atraídos a una relación vivificante con Dios mismo (Deut. 6: 4-5;
7: 7-9; Lev. 19:34; 1 Juan 4:19).
Se nos manda a amar y a obedecer a Dios, no porque Dios sea un dictador
tiránico sino porque Él creó y diseñó a los seres humanos para que amen.
El hombre fue hecho para disfrutar de su Creador, para descansar y ser
acogido en su presencia fiel.
Estar en comunión primeramente con Dios y con los demás es la clave para
la prosperidad humana (Ef. 4:32-5:1).
¿Por qué la comunión con Dios es tan difícil?
El pecado en el mundo y en el corazón del hombre destruyen la comunión
con Dios y le impulsan a huir de Él.
Como creyentes, no solo hemos sido rescatados de las consecuencias
condenatorias del pecado, sino también hemos sido invitados a estar en
una comunión restaurada con Dios.
El mundo aún está en tinieblas; y el ministro, en el aspecto terrenal, aún se
ve inclinado hacia el mal por su propia naturaleza pecaminosa. Esta le
afecta en gran manera y en la medida en que el ministro deja de tener y
permanecer en comunión con Dios.
A causa de la lucha diaria contra el pecado, el ministro fácilmente puede
preguntarse: ¿Cómo mi relación con Dios puede tener estabilidad o
crecimiento?

EL MINISTERIO PASTORAL – L06 El ministro y su vida de comunión 112


Para deleitarse con la promesa de la comunión con Dios y del crecimiento
que esta produce en el hombre, el ministro tiene que estar unido a Cristo,
en una experiencia de relación mutua con Él, como la imagen que utiliza
Jesús en el evangelio de Juan cuando habla acerca de la vid y sus ramas
(Juan 15: 1-17).

I. LA VIDA DE ORACIÓN DEL PASTOR: EL LADO PERSONAL


El predicador se distingue sobre todos los demás como hombre de oración.
Ora como un cristiano común, de lo contrario sería un hipócrita. Ora más
que los cristianos comunes, de lo contrario estaría incapacitado para el
desempeño de la tarea que ha emprendido.
Spurgeon, citando a Bernard, dice:
Sería enteramente monstruoso que un hombre fuese superior en
cargo e inferior en alma, el primero en posición y el último en su
manera de vivir.
Como ciudadano, su país tiene en él la ventaja de su intercesión; como
vecino, todos aquellos a quienes su sombra cobija son recordados en sus
oraciones.
El ministro ora como esposo y como padre; se esfuerza en hacer de las
devociones de su familia, un modelo que presentar a su rebaño.
Spurgeon dice:
Si en el futuro eres llamado a ocupar pastorados, grandes o
pequeños, pero muestras poca disposición a la oración secreta, no
solo necesitaras que te compadezca, sino tu congregación también;
y a más de eso, serás vituperado, hasta el día en que termines
avergonzado y confundido.
Dios ha concedido Su Palabra como la herramienta principal del pastor, y
en ella deja claro que una mezcla adecuada de la Palabra con la oración es
el acercamiento más estratégico al ministerio.
El fruto es importante en todo ministerio, y con respecto a esto Jesús dice:
“Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede
llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco
vosotros, si no permanecéis en mí”. Juan 15:4

EL MINISTERIO PASTORAL – L06 El ministro y su vida de comunión 113


En este contexto de una rama (un creyente) en una vid (Cristo), el Señor
dice que una persona que está en Cristo (o sea, “en Mí”, en verdadera unión
con Él) necesita relacionarse con Cristo (la vid), como una rama física se
relaciona con su vid.
Un humano se diferencia de la rama física en su capacidad de pensar,
ejercitar su voluntad y sentir sus emociones. Por lo tanto, puede
relacionarse con la persona de Cristo en la medida que se disponga
buscarle.
El que permanece en Cristo recibe del mismo modo que la rama física se
alimenta de su vid. Se beneficia de lo adecuado de Cristo y su Palabra.
El tema de la oración personal del ministro no debe ser tomado a la ligera,
ya que de esta dependen muchas cosas, entre ellas el fruto propio de su
ministerio que es el resultado de la influencia que recibe el ministro en el
secreto con Dios.
Cuando el ministro revisa las Escrituras, se dará cuenta que ella contiene un
relato permanente de hombres inspirados por el Espíritu Santo, clamando
al Dios vivo e implorando su misericordia en tiempos de necesidad.
Abraham
Con Abraham, el registro bíblico es claro. Él entendió la parte que la oración
tenía en su poderoso peregrinaje. Dios le mostró a él el secreto de Sus
propósitos. Y cuando lo hizo, Abraham corrió al trono de la gracia para
implorar la misericordia de Dios sobre los justos de Sodoma.
¿Perdonaría Dios, por causa de cincuenta, cuarenta, treinta y aún menos
justos, a aquellos que eran dignos? Dios escuchó su clamor y, recordando a
Abraham, salvó a Lot.
Moisés
Dios en una ocasión declaró que el pueblo era digno de juicio inmediato.
Entonces, Moisés dio un paso adelante para hacer su petición.
En su oración Moisés argumento:
“Oh Jehová, ¿por qué se encenderá tu furor contra tu pueblo, que tú
sacaste de la tierra de Egipto con gran poder y con mano fuerte? ¿Por
qué han de hablar los egipcios, diciendo: Para mal los sacó, para
matarlos en los montes, y para raerlos de sobre la faz de la tierra?
Vuélvete del ardor de tu ira, y arrepiéntete de este mal contra tu
pueblo”. Éxodo 32:11-12

EL MINISTERIO PASTORAL – L06 El ministro y su vida de comunión 114


Moisés sintió una preocupación enorme por el honor de Dios, ya que, si lo
hizo una vez, es porque lo hizo una y otra vez, siempre que se ponía en
medio de un pueblo ingrato y rebelde y un Dios que aborrece el pecado.
Aquí está un hombre de Dios, defendiendo su caso ante Dios, luego Dios
recordó y perdonó a la nación.
Cada capítulo en la historia de la redención muestra a un hombre en
oración:
• Nehemías, un hombre dado a la oración intercesora.
• Esdras en medio de las circunstancias difíciles recurre a Dios en
humillación a través de la oración.
• David en su vida enfatizó la necesidad de la oración.
• Todos los profetas se caracterizaron como intercesores de primer
orden.
Hoy en día muchos ministros se excusan de la oración por su agenda
recargada, pero deben preguntarse: ¿Hubo alguna vez un hombre tan
ocupado como Jesús?
“Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se
fue a un lugar desierto, y allí oraba”. Marcos 1:35
El Santo Hijo de Dios estaba ocupando las primeras horas de la mañana
antes de la salida del sol, acercándose a Su Padre Celestial, renovando Su
Fuerza Espiritual y vigor mientras se prepara para el día que viene.
Toda la vida de Jesús está entremezclada con oración. Aun cuando el
tiempo de su crucifixión estaba cerca, Él se preocupaba por ingresar al
secreto del Padre y lo hizo tomando a sus discípulos junto con Él.
En Getsemaní y en la agonía de la cruz, el Hijo de Dios estaba preocupado
por la comunión con su Padre aun al mismo tiempo en que la ira del Padre
se derramaba sobre Él para pagar por los pecados de Su pueblo elegido.
En el Libro de los Hechos de los apóstoles encontramos que en la naciente
iglesia se estaba dando un crecimiento sin precedentes, trayendo consigo
las demandas usuales de atención pastoral. Si bien la iglesia se multiplicaba
debido a un acto soberano de Dios, con ello vino un problema pastoral no
esperado, el cual amenazaba con salirse de control.
“En aquellos días, como creciera el número de los discípulos, hubo
murmuración de los griegos contra los hebreos, de que las viudas de
aquéllos eran desatendidas en la distribución diaria. Entonces los
doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo
que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las
EL MINISTERIO PASTORAL – L06 El ministro y su vida de comunión 115
mesas. Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de
buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes
encarguemos de este trabajo. Y nosotros persistiremos en la oración
y en el ministerio de la palabra”. Hechos 6:1-4
Algunos ministros de hoy hubieran entrado en pánico, pero los apóstoles
se rehusaron a permitir que el problema los atrapara y consumiera su
tiempo. Ellos actuaron con la guía del Espíritu Santo delegando la
responsabilidad a unos hermanos fieles a quienes llamaron diáconos.
La primera función ministerial, en lo que respecta a estos hombres, era la
oración, que, en un orden de prioridad, estaba por encima de las
necesidades materiales y apremiantes como la hambruna.
Las dos funciones del ministerio, la oración y la predicación, no pueden ser
separadas. Los ministros deben comenzar el día con oración, anticiparse al
día con oración, llenar el día con oración y terminar el día con oración.
Los creyentes de la iglesia primitiva, de acuerdo a Hechos 2:42,
perseveraban en la oración. Pero los pastores iban más allá. Se rehusaron a
tomar una noble responsabilidad en la iglesia local para poder seguir a un
grado mucho mayor el ministerio esencial de la oración.
Calvino dijo:
Que los pastores tienen un motivo mayor al de todos los demás para
orar, ya que su gran preocupación es la salvación de la iglesia. En este
punto, el ejemplo de Moisés se vuelve muy instructivo para los
pastores.
Debido a la falta de oración, el escepticismo y el secularismo entran a la
iglesia, por lo que la responsabilidad y esperanza de todo ministro hoy es
abandonarse en la oración.
“Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar
Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que
él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran
sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero,
en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala
conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura”. Hebreos 10:19-22
El ministro que no ora por su rebaño no es un ministro bajo ningún sentido.
Es orgulloso porque obra como si pudiera triunfar sin el poder de Dios. No
muestra compasión porque no comprende que la mayor necesidad de su
pueblo es la gracia divina sobre ellos.

EL MINISTERIO PASTORAL – L06 El ministro y su vida de comunión 116


John Smith dijo:
La oración es la vida y alma de nuestra sagrada función. Sin ella, no
podemos esperar éxito en nuestro ministerio. Sin ella, nuestras
mejores instrucciones son estériles y nuestras más arduas tareas son
ociosas. Antes de poder inspirar terror en aquellos que rompen la ley,
debemos primero, como Moisés, pasar mucho tiempo retirados con
Dios. La oración a menudo les da el éxito a aquellos con poco talento;
mientras que los grandes, sin ella, son inútiles o perniciosos. Un
ministro que no es un hombre de piedad y oración, aunque tenga
muchos otros talentos, no puede ser llamado un siervo de Dios, sino
más bien un siervo de Satanás, escogido por él, por la misma razón
por la que escogió a la serpiente antigua debido a que era más astuta
que cualquier otra bestia del campo que Dios había hecho. Qué
monstruo debe ser ese ministro del evangelio, oh Dios, ese
dispensador de las ordenanzas del evangelio, ese intercesor entre
Dios y su pueblo, ese reconciliador del hombre con su Creador si no
se mira a sí mismo como un hombre de oración.
Un ministro es cautivo al servicio divino y no puede servir a Dios sin la
oración.
Cuando Pablo escribe a los romanos, después de su introducción, y antes
de moverse al resto de su carta a la iglesia en Roma, dice:
“Porque testigo me es Dios, a quien sirvo en mi espíritu en el
evangelio de su Hijo, de que sin cesar hago mención de vosotros
siempre en mis oraciones”. Romanos 1:9
Es muy importante que el ministro ore por la congregación a su cargo, por
cada uno de los creyentes.
Si bien hay demasiadas cosas que se esperan de un pastor, si él procurara
hacer todo, entonces nunca tendría tiempo para orar. El ministro tiene que
ser consciente de sus limitaciones, aun cuando este sea todo un profesional
en algún área secular específica. Él tiene la responsabilidad no solo de
confiar en Dios y depender de su poder, sino también, enseñarle a la
congregación lo mismo.
Gardiner Spring dijo:
Existió un tiempo cuando los pastores de las iglesias norteamericanas
valoraban el privilegio de la oración, no eran solamente hombres de
oración, pero oraban frecuentemente unos por otros. Sus visitas
fraternas y recíprocas eran ofrecidas y endulzadas en oración. No era

EL MINISTERIO PASTORAL – L06 El ministro y su vida de comunión 117


cosa inusual que usaran días de ayuno y oración juntos por la efusión
del Espíritu de Dios sobre ellos y sus iglesias. Eran días de poder, días
cuando el brazo de Dios era levantado y su Diestra extendida.
Tampoco era difícil ver entonces dónde era que radicaba el poder de
ese púlpito. El que entre ellos sea débil, en aquel tiempo será como
David, y la casa de David será como Dios.
Que Dios esté con nosotros y nos despierte y que Dios nos haga
intercesores para Su Gloria, para Su Honor, para el bien de Su iglesia y para
rescatar a las naciones.

II. LA VIDA DE ORACIÓN DEL PASTOR: EL LADO MINISTERIAL


La oración de los cristianos a nivel individual, de los líderes cristianos, del
cuerpo de la iglesia, de pequeños grupos y de todos los hombres, todas son
necesarias.
El contenido de las oraciones debe enfocarse predominantemente en las
batallas espirituales contra las fuerzas del mal, antes que en los negocios
mundanos de la vida diaria.
La práctica de la oración debe mostrarse en la vida personal de alguien, en
la vida familiar, en los servicios diarios, en reuniones de oración, en
pequeños grupos, en reuniones del personal, en los servicios dominicales y
en las reuniones de liderazgo.
Los miembros de la congregación deben tener como ejemplo a los líderes
que modelan la importancia de la oración en sus vidas.
Jesús modeló la oración y lo hizo sin hacer una exposición pública de su vida
de oración, pero ciertamente tampoco la ocultó.
La influencia de su vida de oración es evidente por la atención que le
prestan los escritores de los evangelios, ya que no solo modeló la oración,
sino también respondió a la petición de sus discípulos a que les instruyera
acerca de cómo orar (Lc 11.1-4).
La Escritura provee muchos modelos de gente de oración y proporciona la
manera de cómo aprender acerca de la oración y esto es a través del estudio
de la vida de oración de gente como Moisés, Nehemías, David, Pablo y otros
numerosos personajes bíblicos.
A. LA IMPORTANCIA DE LA ORACIÓN
El capítulo 3 de Santiago finaliza con un recordatorio acerca de la necesidad
de que reine la paz en las relaciones entre los cristianos.

EL MINISTERIO PASTORAL – L06 El ministro y su vida de comunión 118


Santiago 4 comienza con una descripción de la causa del conflicto que a
menudo reemplaza esa paz, pero en el versículo 2 del mismo capítulo,
Santiago provee uno de los más interesantes remedios para problemas de
conflicto, un remedio llamado oración:
“Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis
alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque
no pedís”. Santiago 4:2
¿Por qué buscamos soluciones a nuestros problemas en tantos otros
caminos apartados de la oración?
Muchas veces los ministros frente a una situación problemática lo primero
que hacen es una reunión para decidir cómo superar ese conflicto sin antes
previamente haber orado en el secreto de Dios implorando por su favor
ante tremendo desafío, y claro está, que en todas las ocasiones pueden
iniciar con una oración la reunión pero mayormente a medias e
inconscientes de la magnitud de la necesidad que tienen, de que Dios los
guíe en sus decisiones finales, por ende no debe sorprender las tristes
consecuencias que acarrean esas tristes actitudes que solo usan de la
oración como un mero formalismo protocolario.
En el evangelio de Lucas, Jesús, al identificar un desafío considerable, dijo
lo siguiente:
“La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos”. Lucas 10:2
Planteado el problema, no convocó a una reunión para un debate ni mucho
menos actuar humanamente. Lejos de eso, Jesús se remite a la oración
como fuente de solución:
“Por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies”.
Lucas 10:2
Los ministros necesitan orar más y sobre muchos más temas. El
recordatorio a Israel en 1 Crónicas es tan aplicable hoy como lo ha sido
siempre:
“Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y
oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos;
entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré
su tierra”. 2 Crónicas 7:14
Si el ministro ha de experimentar las bendiciones que solo Dios puede dar,
él juntamente con el pueblo de Dios deben humillarse en oración.

EL MINISTERIO PASTORAL – L06 El ministro y su vida de comunión 119


B. LA NECESIDAD DE LA ORACIÓN
El mayor problema al que hacen frente numerosos ministerios e iglesias
evangélicas hoy es el fracaso en apreciar la necesidad de la oración.
El reto principal no es convencer a la gente para que ore, es más bien
ayudarlos a darse cuenta de por qué necesitan orar.
En tiempos de crisis muy pocos necesitan que se les convenza de que tienen
que orar. Basta con que una enfermedad grave o una catástrofe financiera
sobrevenga a la vida de algún individuo o comunidad, para que incluso
aquellos que normalmente no son inclinados a orar se comprometan con la
oración.
Si los ministros entendieran la clase de crisis a la que se enfrentan, no
necesitarían tantos recordatorios para que orasen, estarían de continuo
sobre su rostro delante de Dios.
Los ministros a menudo enfocan sus oraciones en necesidades físicas o
financieras, pero, si estuviesen convencidos que sus problemas son
espirituales, pasarían más tiempo en reuniones de oración que en
reuniones de planificación.
Esta errónea mentalidad se refleja en un día común en la vida del pastor,
como:
• Levantarse por la mañana para enfrentarse a un horario lleno de
responsabilidades.
• Atender muchas reuniones, que involucran muchas crisis.
• Preparar sus sermones diarios.
• Enfrentar las muchas demandas de su tiempo.
• Absorberse hasta donde sus fuerzas físicas le permiten.
Si el ministro es sincero, se habrá dado cuenta acerca de la cantidad de
oraciones cortas durante el día y que no ha tenido tiempo para estar a solas
con el Señor.
Si realmente el ministro entendiera la naturaleza de los problemas que
encara en cada una de esas situaciones, que son espirituales más que
físicos, pasaría mucho más tiempo en oración concentrada ante Dios para
que interviniera en ellos.

EL MINISTERIO PASTORAL – L06 El ministro y su vida de comunión 120


Nehemías
En Nehemías 1:3, se describe el problema de Israel de la siguiente manera:
“El remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia,
están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus
puertas quemadas a fuego”. Nehemías 1:3
Sobre la superficie, el problema parecía ser únicamente físico, pero
Nehemías se dio cuenta de que no era ese el caso, que los problemas eran
primordialmente espirituales y no físicos, de modo que la única respuesta
era buscar la intervención de Dios.
“Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos
días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos”. Nehemías 1:3
Nehemías se dirigió a Dios en oración, y Dios respondió interviniendo del
modo descrito en Nehemías 2.
Zorobabel
Otro pasaje muy importante destaca la dependencia del líder en la fuerza y
fortalecimiento del Señor incluso en áreas que son muy físicas es el citado
por el profeta Zacarías.
Zorobabel dirigía al pueblo de Israel en la reedificación del templo después
de su retorno del exilio. Dios animó a Zorobabel, el líder del pueblo, y le dio
las fuerzas para reconstruir el templo de Jerusalén.
La declaración clave recordada a Zorobabel es:
“Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni
con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos”
Zacarías 4:6
C. EL CONTENIDO DE LA ORACIÓN
Dios da una significativa advertencia en Santiago en tanto que apunta a los
peligros de pedir cosas equivocadas y por razones equivocadas:
“Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros
deleites”. Santiago 4:3
Numerosas áreas de la vida de oración del ministro necesitan ciertamente
ser examinadas comparadas con los muchos ejemplos de las Escrituras, en
donde posiblemente encontraremos revelada una clara debilidad en la vida
de oración del pastor.

EL MINISTERIO PASTORAL – L06 El ministro y su vida de comunión 121


La debilidad yace en el tipo de cosas por las que oramos, lo cual es un
indicativo de nuestra mala comprensión de la oración y su propósito
esencial.
Es muy importante notar que, aunque para el ministro pueden surgir
muchas necesidades físicas por las cuales orar, la Biblia le presenta e
identifica que muchos de esos problemas tienen su raíz en el aspecto
espiritual.
• En Efesios 5:22-6.9, se habla el problema de la dificultad familiar,
pero la sección siguiente (Ef. 6:10-20) identifica al diablo como la
fuente principal de tal problema.
• El problema del dominio propio sobre cosas como la lengua (Stg 3:1-
5) tiene su base última en el mismo infierno (Stg 3:6).
• El problema de las tensiones internas se atribuye en definitiva a las
fuerzas demoníacas (Stg 3:13-18).
• La solución definitiva a los conflictos interpersonales es (Stg 4:1-6)
“someterse… a Dios” y “acercarse a Dios” y “resistir al diablo” (Stg
4:7-8).
• Los problemas entre el liderazgo de la iglesia y quienes son liderados
tienen su fuente, en gran medida, en las embestidas del diablo (1 P
5:1-11).
Pedro identifica el problema claramente en 1 Pedro 5:8 cuando manda a
los miembros de la iglesia a “Sed sobrios, y velad”. Los tiempos del
imperativo dejan claro que no está diciendo: “permaneced despiertos”,
más bien dice: “Despertad”. Recordándoles después su necesidad de estar
alertas porque su singular y muy real adversario es el diablo.
La razón por la que el ministro no encuentra respuesta a sus oraciones es a
menudo porque sus ojos no están puestos donde se desarrolla la batalla.
¿No es esa en parte la razón por la que nos encontramos en el dilema
descrito por Santiago?
“Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros
deleites”. Santiago 4:3
No tomar en consideración que nuestros problemas no tienen sus raíces en
el ámbito de lo físico, sino en el espiritual es algo que se mostrará en la
naturaleza de nuestras oraciones.
D. EL MODO DE LA ORACIÓN
Además de la importancia y el contenido de la oración para el ministro, está
la necesidad de asegurarse que está orando de la manera correcta.
EL MINISTERIO PASTORAL – L06 El ministro y su vida de comunión 122
Dos asuntos que pertenecen a la forma de orar son el propósito y la actitud
de los que se acercan al trono de Dios en oración.
1. El propósito de la oración
Las oraciones a menudo parecen reflejar una actitud por alcanzar el
propósito del que ora por medio de la oración, y eso a su manera.
Esto es erróneo, porque la oración es un camino ordenado por Dios para
que el hombre busque llevar a cabo el propósito y a la manera de Dios.
Uno de los aspectos más importantes de la oración es poder ver lo que Dios
desea y luego orar para que Dios lo lleve a cabo.
A menudo tratamos de utilizar la oración para cambiar las circunstancias
que Dios ha elegido para cambiarnos a nosotros.
• Josué deseaba la victoria; Dios quería un cambio en la vida de su
pueblo (Jos 7).
• David deseaba la lluvia, Dios quería un cambio en la vida de su pueblo
(2 S 21).
Josué y David recibieron lo que querían, porque en definitiva Dios quería lo
mismo, pero Él no lo quería hasta que ellos hicieran algo tangible que
evidenciara un cambio de conducta.
2. Actitud en la oración
Al acercarse a Dios en oración, el ministro necesita cuidarse de entrar en Su
presencia con el propósito correcto y la actitud correcta. Debe desear que
se haga Su voluntad (no la voluntad del que ora) y debe exhibir la actitud
correcta.
Pedro recuerda a sus lectores:
“De modo que los que padecen según la voluntad de Dios,
encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan el bien”. 1 Pedro 4:19
Conforme nos acercamos a Dios en oración, debemos exhibir confianza en
Él y echar nuestra ansiedad sobre Él.
“Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de
vosotros”. 1 Pedro 5:7
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones
delante de Dios en toda oración y ruego”. Filipenses 4:6

EL MINISTERIO PASTORAL – L06 El ministro y su vida de comunión 123


E. LA PUESTA EN PRÁCTICA
El ministro hoy en día dispone de una multitud de libros sobre la oración y
cómo ganar almas, pero vemos que se hace muy poco de ambas cosas.
Es importante para el ministro no teorizar simplemente con el tema de la
oración, es más bien, encauzar en la práctica todos los consejos al alcance,
con respecto al tema.
1. En la vida personal
La prueba más básica de lo que creemos es si aplicamos o no las verdades
a nuestras vidas y ministerios personales.
La pregunta no es:
• ¿Deberíamos orar?
• ¿Debería ser la oración fundamental?
• ¿Debería la oración jugar un papel central en nuestra vida diaria o
semanal?
Más bien es:
• ¿Hago oración?
• ¿Es la oración fundamental para mi vida y no solo suplementaria?
• ¿Juega la oración un papel central en mi vida diaria o semanal?
2. En la vida familiar
La oración en la vida de una familia necesita ser reexaminada y reajustada
constantemente.
Así como nuestra vida personal y matrimonial y la de nuestros hijos cambia
con las circunstancias, necesitamos reajustar los tiempos que pasamos
juntos con el Señor.
El ministro tiene que considerar, hacerse las siguientes preguntas:
• ¿Oro con mi esposa tan a menudo como debiera?
• ¿Oro con los miembros de mi familia tan a menudo, como debo?
• ¿Oro con mi hijo, tanto como debería, quien, al ser niño, adolescente
o joven, se encuentra todavía en una fase de desarrollo en su vida?
• ¿Es suficiente el tiempo que pasamos juntos en oración?
3. En las reuniones diarias
En toda reunión que el ministro tenga, es muy importante considerar la
importancia y trascendencia de la oración, ya que en muchas de esas

EL MINISTERIO PASTORAL – L06 El ministro y su vida de comunión 124


reuniones se tratan temas importantes y se toman decisiones que afectan
en gran manera la vida de muchos.
La oración puede venir al principio, en medio, o al final de nuestras
reuniones, pero lo importante es considerar que al hacerlas estamos
haciendo un reconocimiento de la presencia de Dios junto a nosotros.
La oración en estas reuniones, es un reconocimiento de que dependemos
totalmente de Dios en todo lo que hacemos y planeamos hacer.
Es porque nos damos cuenta de que sin Él no podemos hacer
absolutamente nada (Jn 15.5).

III. EL ESTUDIO DEL PASTOR


Es muy importante considerar que cualquier persona que desee servir al
Señor, a la iglesia y al mundo cumpliendo un ministerio, necesita de una
sólida preparación.
Es notable el incremento de la conciencia en cuanto a la necesidad de esta
preparación para el ministerio, al considerar el problema de la situación de
la educación teológica y la formación ministerial de los pastores cristianos
hoy, surgen dos cuestiones que debemos abordar: crisis y esperanza.
El estudiar es un mandato que de continuo cae sobre el pastor.
“Ocúpate en estas cosas, permanece en ellas, para que tu
aprovechamiento se manifieste a todos”. 1 Timoteo 4:15
“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero
que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de
verdad”. 2 Timoteo 2:15
Los ministros, son los líderes en pensamiento cristiano y para ser dignos de
respeto es imprescindible que ellos sean más rápidos en pensar que los de
su alrededor, ya que no hay otro oficio que exija tanta fuerza mental.
El púlpito requiere diariamente los mejores sermones que podamos
producir y para esto el pastor tiene que tener frescura, ser original y tener
fuerza, ya que si no lo hace el pastor pierde su influencia sobre la gente.
Ante esta realidad se puede decir que nadie puede cumplir con esta
exigencia sin estudiar diligente y constantemente. El ministro siempre tiene
que estar creciendo y su proceso mental continuamente tiene que estar
activo, empujándole a nuevas esferas de investigación, meditando sobre lo
nuevo y aumentando su disciplina y haciéndole una persona más ancha,
profunda y valiosa.

EL MINISTERIO PASTORAL – L06 El ministro y su vida de comunión 125


En su vida el pastor debe evitar dos extremos:
Primero, él no debe ser un gusano de biblioteca, siempre encerrado en su
oficina, sin contacto vital y emocional con los de su alrededor.
Algunos pastores con gran conocimiento han sido relativamente inútiles
por falta de una conexión viviente entre su conocimiento y las necesidades
verdaderas del mundo activo en el cual ellos viven.
Segundo, ser un hombre desorientado, un chismoso que anda de casa en
casa, ocupado con revistas y diarios, más o menos al tanto del pensamiento
popular, mientras que descuida el proceso de la disciplina necesaria para el
crecimiento mental y la falta de estabilidad en el pastoreado puede ser
resultado de esto.
Actualmente se ha perdido la frescura y la originalidad en el pensar y
expresarse y la gente, cansada de repeticiones y trivialidades, deja de amar
y respetar al púlpito.
Lo ideal, entonces, es una combinación del alumno y el pastor, una mente
creciendo en conocimiento y poder espiritual, por la responsabilidad misma
de administrar e influir en el contacto constante con la iglesia y la gente.
Es imprescindible considerar la importancia de lo siguiente:
A. EL MÉTODO DE ESTUDIAR
Sea un alumno por dondequiera, el pastor debe ocuparse de la mente
humana y las experiencias de los hombres. Por eso, él debe andar en el
mundo con sus ojos y oídos abiertos, estudiando a fondo a la gente y la vida
a su alrededor.
En la calle, en la sociedad, en reuniones sociales, la mente debe estar
funcionando continuamente observando caracteres, estudiando fases de la
vida y juntando material para su trabajo mental.
Muchos de los mejores razonamientos, puntos de vista de las Escrituras e
ilustraciones más vívidas surgen en la conversación o en la reunión de
oración.
El pastor estudioso que preserva estos textos, pensamientos e ilustraciones
se sorprenderá de la riqueza y frescura que añaden a sus pensamientos e
instrucciones.
Mucha de la literatura de hoy, junto con mucho de la biografía, historia
ciencia, poesía y arte se puede leer de esta manera si tenemos a mano el
libro correcto. Si el ministro tiene cuidado de elegir sus lecturas, estas

EL MINISTERIO PASTORAL – L06 El ministro y su vida de comunión 126


añadirán en gran manera a la anchura e inteligencia del ministro y lo
renovarán en vez de agotar su mente.
El fiel ministro debe dedicar un tiempo específico cada día a trabajar a solas
en el estudio. El tiempo dedicado al estudio arduo debe ser tiempo sagrado
y no debe ser interrumpido por acontecimientos ordinarios, ya que las
ventajas son obvias.
Una vez que un hábito llega a ser fijo es cada vez de más poder. La mente
funciona con más facilidad cuando uno tiene la costumbre de estudiar en
periodos que ocurren regularmente. En vez de luchar por horas tratando de
concentrarnos sobre el tema en cuestión, la mente entra enseguida con
energía para la obra.
Cuanto más fijo el hábito, más fácil, rápido y potente será el proceso
mental. Este es el secreto del gran importe de trabajo que algunos hombres
ejecutan con la fuerza de su mente. A través de hábitos fijos ellos pueden
concentrar su fuerza mental y trabajar arduamente.
No hay ninguna regla para decir la parte del día que debe ser elegida para
estudiar, ya que esto dependerá en parte, de los hábitos del ministro y, en
parte, de las necesidades de su carga, aunque por regla general, la mañana
es mejor, ya que no hay tantas interrupciones y deja la tarde libre para
visitar, evangelizar y estar con la familia.
Nada menos que un concepto alto del ministerio y un anhelo alto de
cumplir con su deber permitirá al pastor persistir en semejante disciplina
en estudiar, ya que él debe tomarlo como un deber solemne que le debe a
Dios, a su pueblo y a sí mismo, pero si no lo hace, entonces fracasará.
La indolencia a menudo es llevada para adelante por depender
engañosamente del ingenio o esperar que en el momento vendrá lo que
precisa para dar eficacia y brillantez a sus palabras públicas.
Siempre hay obstáculos al estudio en la obra del pastor, ya que como
ministro él tiene que atender a los enfermos, los afligidos, los errantes,
junto con la administración de la iglesia.
Hay también deberes que cumplir con la sociedad en general y muchas
veces estas le empujan y hay peligro que le impidan cumplir con su deber
de estudiar.
Muchos hombres han encogido su crecimiento intelectual y poder en el
púlpito por permitir que estos quehaceres les impidan dedicar el tiempo
adecuado al estudio.

EL MINISTERIO PASTORAL – L06 El ministro y su vida de comunión 127


La única cosa capaz de vencer estas tentaciones es la convicción profunda
de que el estudio persistente, regular y de por vida es el deber solemne de
cada hombre de Dios que se atreve a meterse en el púlpito y enseñar a la
gente.
B. LOS TEMAS
Supongamos que el pastor tiene horas fijas sagradas para su obra mental;
entonces, ¿qué debe estudiar?
La respuesta es que debe estudiar, pero no únicamente para preparar
sermones, ya que muchos caen en este grave error.
Dedican todo el tiempo a la preparación de sermones sin dejar tiempo para
la cultura en general, conocimiento bíblico y la teología.
Como resultado, la mente llega a estar vacía y estéril y no tiene material
para pensar. La mente siempre está rindiendo sin añadir algo y el recipiente
se vacía, siempre está moliendo sin echar algo en la tolva, falta frescura.
Al contrario, si el ministro está leyendo, investigando, mirando las cosas
desde otros puntos de vista y siendo influenciados por otros pensadores,
su mente para siempre estaría creciendo y sus sermones estarían llenos de
puntos de vista nuevos, frescos e interesantes.
En el estudio tenemos que buscar tres objetivos:
• Investigación bíblica y teológica
• La cultura general
• La preparación de sermones.
1. La cultura bíblica y teológica
La obra más grande del pastor es educar a la gente en las verdades de la
Biblia, él debe ser un maestro en el evangelio.
La ignorancia del ministro de algunos temas seculares, aunque sería
lamentable, pueden ser tolerados, pero en el hombre que se atreve a
subirse al púlpito y enseñar la Biblia a la gente públicamente no puede ser
perdonado si tiene falta de conocimiento bíblico o si habla de ella de una
manera cruda o equivocada.
Los estudios bíblicos y teológicos deben tener un lugar importante en el
plan de estudio del pastor, porque trae la mente al contacto vivo con la
Palabra de Dios.
La Biblia es la Palabra de Dios y el gran instrumento de su poder, “La espada
del Espíritu”.

EL MINISTERIO PASTORAL – L06 El ministro y su vida de comunión 128


El Espíritu Santo obra únicamente a través de la verdad divina y el púlpito
más potente es aquel que descubre más claro y plenamente estas palabras
vivientes de Dios.
Por ejemplo; uno está leyendo el libro de Romanos, empieza por decir:
“Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el
evangelio de Dios, que él había prometido antes por sus profetas en
las santas Escrituras, acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que
era del linaje de David según la carne, que fue declarado Hijo de Dios
con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre
los muertos”. Romanos 1:1-4
Este pasaje dice de Pablo que:
• Era un siervo de Jesucristo
• Que era un apóstol nombrado divinamente.
• Que fue apartado para el evangelio de Dios.
Del evangelio dice:
• Que fue anunciado anteriormente en las Escrituras por los profetas.
• Que se trata de Jesucristo, nuestro Señor.
De Jesucristo dice:
• En cuanto a su naturaleza humana, desciende de David.
• En cuanto a su naturaleza divina, se manifiesta como el Hijo de Dios
y fue confirmado por su resurrección.
El hombre que cuidadosamente y fielmente analiza así la Palabra de Dios,
mientras que la estudia, penetrará al corazón de ella y estará asombrado
por su riqueza.
Los grandes pensamientos de Dios se abrirán a su vista de una manera que
sería imposible percibirlos para el lector descuidado y superficial.
Si el pastor se dedica a estudiar la Biblia así será capaz de predicar, en parte
por lo menos, en el día del señor sermones expositivos. Esta conexión
directa entre el estudio del pastor y el púlpito añadirá interés y fuerza a
ambos.
2. La cultura en general
El pastor no debe serlo en un sentido técnico reducido, es decir, un mero
teólogo. Su anhelo debe ser el ser un hombre con cultura amplia,
desarrollada en su naturaleza en todo sentido y para lograrlo hace falta un
rango amplio de estudios.

EL MINISTERIO PASTORAL – L06 El ministro y su vida de comunión 129


El ministro debe estar expuesto a los grandes rangos de verdad revelados
por la ciencia, la filosofía, poesía y la historia.
La ciencia
Se sobreentiende que el pastor no debe descuidar su obra sagrada para
estudiar demasiado la ciencia. Pero, en esta edad de investigación
científica, cuando los problemas de la ciencia ocupan tanto los
pensamientos de los hombres, el hombre que predica en público no puede
ser ignorante de la ciencia.
La ciencia ha transformado profundamente la civilización y toca cuestiones
profundas de la religión y la vida.
La astronomía, la geología, la botánica, la química, cada una abre un mundo
nuevo de verdad y ayudan en la interpretación de la Palabra de Dios y
abundan en ilustraciones ricas de los temas sagrados del púlpito.
La filosofía
El pastor, en su trabajo con las almas, trata de influenciarlas por el
razonamiento, la persuasión y un orden de motivos. Considerando que la
lógica y la razón desde la perspectiva humana tienen sus limitaciones, pero
un alcance en cuanto a estas materias es importante, y considerando
también que mucha gente con diversas capacidades intelectuales y a la vez
confundidas visitan los templos en busca de respuestas razonables, quién
mejor que el ministro capaz para poder encaminar a esas almas
confundidas.
La cultura estética
Dios no nos hizo meras máquinas lógicas sino seres con gustos,
imaginación, capacidad de ser movidos por objetos de belleza.
Una buena parte de la Palabra de Dios es poesía dirigida a la imaginación.
El universo a nuestro alrededor está lleno de innumerables formas de
belleza.
Cuando una lógica fría e impasible falla, la verdad muchas veces viene a
través de la imaginación y los sentidos.
Un hombre no puede ser completo sin cultivar también este aspecto de su
naturaleza.

EL MINISTERIO PASTORAL – L06 El ministro y su vida de comunión 130


Historia y literatura en general
El estudio de la historia debe tener un lugar importante en la formación de
nuestra cultura.
Sirve para amplificar el rango entero del pensar, y alumbra el plan vasto de
la Providencia y de la gracia.
De todos los temas debemos elegir únicamente autores de confianza.
3. La preparación de sermones
Este punto por su grado de importancia es desarrollado en el curso de
Homilética, pero es bueno considerar que una gran parte del tiempo que el
pastor pasa en su estudio será dedicada a la preparación de sermones.
El sermón es el mensaje que Dios manda, a través del ministro, a la
congregación.
Dios revela temas importantes y sublimes, temas que han ocupado con
reverencia las mentes más nobles de las edades.
Seguramente el hombre que se atreve a levantarse y hablar ligeramente
sobre tales temas ha fracasado en comprender la solemnidad del gran oficio
de ser un pastor evangélico.

EL MINISTERIO PASTORAL – L06 El ministro y su vida de comunión 131


Lección 7
EL MINISTRO Y LA
PREDICACIÓN

CONTENIDO
I. La predicación como prioridad
II. El fundamento de la predicación
III. El contenido de la predicación
IV. El compromiso en la predicación

EL MINISTERIO PASTORAL – L07 El ministro y la predicación 132


INTRODUCCIÓN
Entre las variadas responsabilidades asignadas a un pastor, la de predicar
se mantiene a la cabeza en importancia sobre el resto.
Pablo enfatizó repetidas veces la importancia de la predicación a Timoteo,
emitiendo una nota que resuena continuamente por el Nuevo Testamento.
Los puntos destacados en la historia de la iglesia han verificado la
importancia de la predicación bíblica.
La predicación bíblica verdadera tiene como fundamento la Palabra de Dios,
un fundamento que escasea en mucha predicación contemporánea.
El contenido de la predicación debería incluir enseñanza, así como
exhortaciones para una conducta basada en dicha enseñanza.
Solo la predicación de alguien, cuyo compromiso es intenso, puede ser
persuasiva para los oyentes.
El profundo compromiso que tenga el ministro con la predicación, se verá
reflejado en el esfuerzo que esté dispuesto a dedicar en la preparación de
sus sermones.
El medio ordenado por Dios para salvar, santificar y fortalecer a su iglesia
es la predicación.
“Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda
criatura”. Marcos 16:15
Por medio de la predicación de la Palabra viene el conocimiento de la
verdad que resulta en piedad (Jn 17:17; Ro 16:25; Ef 5:26).
La predicación también anima a los creyentes a vivir en la esperanza de vida
eterna, capacitándolos para soportar el sufrimiento (Hch 14:21-22).
La fiel predicación de la Palabra es el elemento más importante del
ministerio pastoral.

I. LA PREDICACIÓN COMO PRIORIDAD


El apóstol Pablo, cerca del final de su vida, dirige una exhortación a Timoteo
diciendo:
“Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a
los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que
prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo;
redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque
vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que,

EL MINISTERIO PASTORAL – L07 El ministro y la predicación 133


teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus
propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se
volverán a las fábulas”. 2 Timoteo 4:1-4
En estas palabras, que pueden ser las últimas que Timoteo recibió de su
amado mentor, Pablo establece la más alta prioridad del pastor.
Si bien las responsabilidades del pastor son numerosas y variadas, ninguna
es más importante que la predicación.
Charles Jefferson dice:
El trabajo pastoral no es simplemente hacer llamados sociales; el
trabajo pastoral es también la predicación. El ministro no cesa de ser
pastor cuando sube al púlpito; es entonces cuando el ministro toma
una de las tareas más exactas y serias.
Ningún hombre puede ser un buen pastor si no sabe predicar, del
mismo modo que ningún hombre puede ser buen pastor de ovejas si
no alimenta a su rebaño.
Una parte del pastorado es la alimentación, y es una parte
indispensable. Algo del mejor y más efectivo trabajo que realiza el
pastor se lleva a cabo en sus sermones.
En un sermón puede advertir, proteger, guiar, sanar, rescatar y
alimentar. Un pastor que tiene habilidad en su trabajo nunca deja a
su rebaño sin ser alimentado.
Pablo no esperó hasta el final de su vida para enfatizar a Timoteo la
importancia de la predicación, ya que este había sido un tema constante en
las cartas dirigidas al joven pastor.
“Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la
enseñanza. No descuides el don que hay en ti, que te fue dado
mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio…
Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues
haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren”.
1 Timoteo 4:13-14, 16
“Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble
honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar”.
1 Timoteo 5:17
“Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres
fieles que sean idóneos para enseñar también a otros”. 2 Timoteo 2:2

EL MINISTERIO PASTORAL – L07 El ministro y la predicación 134


Tan importante es la predicación y la enseñanza, que la única cualidad para
un anciano relacionada con una habilidad o función es que “sea capaz de
enseñar”.
“Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una
sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para
enseñar”. 1 Timoteo 3:2
Este énfasis en la predicación no era único de Pablo, ya que esto se hizo
patente a través de todo el Nuevo Testamento.
En el evangelio de Lucas el Señor Jesús reveló el importante lugar que
mantenía la predicación en su ministerio terrenal cuando dijo:
“Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del
reino de Dios; porque para esto he sido enviado”. Lucas 4:43
Es algo muy evidente que el ministerio terrenal de nuestro Señor fue
mayormente de enseñanza y predicación.
“Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos,
porque el reino de los cielos se ha acercado”. Mateo 4:17
Cuando Jesús terminó de dar instrucciones a sus doce discípulos, se fue de
allí a enseñar y a predicar en las ciudades de ellos. (Mt 11:1)
Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el
evangelio del reino de Dios. (Mr 1:14)
“Él les dijo: Vamos a los lugares vecinos, para que predique también
allí; porque para esto he venido. Y predicaba en las sinagogas de ellos
en toda Galilea, y echaba fuera los demonios”. Marcos 1:38-39
“Aconteció después, que Jesús iba por todas las ciudades y aldeas,
predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios, y los doce
con él”. Lucas 8:1
Jesús dejó a su iglesia con el encargo:
“Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda
criatura”. Marcos 16:15
La predicación fue también central para el ministerio de la iglesia primitiva,
incluso una lectura superficial de Hechos es suficiente para comprobarlo.
Pedro predicó y 3000 personas se convirtieron:
“Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo:
Sed salvos de esta perversa generación. Así que, los que recibieron

EL MINISTERIO PASTORAL – L07 El ministro y la predicación 135


su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil
personas”. Hechos 2:40-41
Pedro por segunda vez predicó otro gran sermón desde el pórtico de
Salomón en el Templo, como está registrado en (Hechos 3:11) y como
resultado muchos se convirtieron.
“Pero muchos de los que habían oído la palabra, creyeron; y el
número de los varones era como cinco mil”. Hechos 4:4
De igual manera podemos ver en el libro de los Hechos la predicación de
muchos otros personajes como:
• La predicación de Felipe (8:5, 12, 35, 40),
• La predicación de Pablo (9:20; 13:5, 16-41; 14:7, 15, 21; 15:35; 16:10;
17:13; 20:25; 28:31),
• La predicación de los apóstoles (4:2; 5:42)
• La predicación de otros miembros de la iglesia (8:4; 11:20)
La iglesia verdadera ha enfatizado fuertemente a través de toda su historia
la predicación bíblica.
La predicación tuvo un lugar central en:
• La Reforma del siglo XVI
• En el reavivamiento puritano del siglo XVII en Inglaterra
• En el Gran Despertar del siglo XVIII, XIX, XX
Las palabras de Pablo resumen la prioridad de la predicación de forma
óptima:
“Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no
con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de
Cristo. Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden;
pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. Pues
está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, Y desecharé el
entendimiento de los entendidos. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está
el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha
enloquecido Dios la sabiduría del mundo? Pues ya que, en la
sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría,
agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la
predicación. Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan
sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los
judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; mas para
los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y
sabiduría de Dios. Porque lo insensato de Dios es más sabio que los
EL MINISTERIO PASTORAL – L07 El ministro y la predicación 136
hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres”.
1 Corintios 1.17-25
Ningún ministerio pastoral que no dé a la predicación su justo lugar será de
éxito ante la vista de Dios.

II. EL FUNDAMENTO DE LA PREDICACIÓN


Si la predicación ha de jugar el papel que Dios le asignó en la iglesia,
entonces debe construirse sobre la Palabra de Dios.
Si el ministro se dispone a proclamar la Palabra, entonces podrá
experimentar la presencia y el poder del Espíritu Santo.
Dios no ha prometido bendecir la palabra del ministro, sino Su propia
Palabra que trasciende, esa Palabra que vive y permanece para siempre.
La pérdida de parte del ministro del verdadero fundamento bíblico es la
razón principal de la decadencia en la predicación de la iglesia
contemporánea. Y el decaimiento de la predicación es un factor enorme
que contribuye a la debilidad y mundanalidad de la iglesia.
Si la iglesia ha de recobrar su salud espiritual, la predicación debe volver a
su fundamento bíblico apropiado.
Los apóstoles basaron su ministerio en la Palabra declarando:
“Nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la
Palabra”. Hechos 6:4
Ellos sabían bien que es la Palabra de Dios, no la sabiduría humana, la que
expone el pecado, produce el crecimiento y revela la voluntad de Dios.
Pablo enfatizó no solo la prioridad de la predicación, sino también su
fundamento apropiado.
Escribiéndole a Tito, dijo que un predicador debe destacar por ser:
“Retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que
también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que
contradicen”. Tito 1:9
Retenedor, en el griego antejomai significa ‘aferrarse a’ o ‘sujetarse
fuertemente’. Una comparación con su antónimo aclara su significado.
En Lucas Jesús manifestó:
“Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al
uno y amará al otro, o estimará (antejomai) al uno y menospreciará
al otro”. Lucas 16:13
EL MINISTERIO PASTORAL – L07 El ministro y la predicación 137
Aferrarse a (antejomai) es lo opuesto de menospreciar. Por lo tanto,
aferrarse a la Palabra es tener un fuerte afecto y devoción a ella. Es amarla,
adherirse a ella y creerla.
Más allá de un compromiso con su inspiración e inerrancia, también
conlleva un compromiso con su absoluta autoridad y suficiencia.
La Escritura es el fundamento para la predicación. En ella se encuentra el
mensaje de vida, de salvación y edificación que Dios quiere que sea
proclamado desde el púlpito.
La Escritura es la Palabra fiel, la Palabra digna, confiable en que se puede
depender, en contraste con las palabras inseguras e indignas de confianza
de la sabiduría humana.
Solo en las Escrituras está la mente de Dios, la voluntad de Dios, el propósito
de Dios y el plan revelado por Dios.
El salmista dijo:
“La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma;
El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo.
Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón;
El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos.
El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre;
Los juicios de Jehová son verdad, todos justos.
Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado;
Y dulces más que miel, y que la que destila del panal.
Tu siervo es además amonestado con ellos;
En guardarlos hay grande galardón”.
Salmos 19:7-11
La Escritura es la fuente del alimento espiritual.
“Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no
adulterada, para que por ella crezcáis para salvación”. 1 Pedro 2:2
La Escritura tiene:
“Poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los
santificados”. Hechos 20:32
“La sabiduría que conduce a la salvación por medio de Cristo Jesús”.
2 Timoteo 3:15
La Escritura es:
“Es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para
corregir, para instruir en justicia”. 2 Timoteo 3:16
EL MINISTERIO PASTORAL – L07 El ministro y la predicación 138
Los predicadores deben asumir su llamado como expositores de la Escritura
igual que Esdras.
“Porque Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de
Jehová y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y
decretos”. Esdras 7:10
Como Apolos, deben esforzarse por ser “poderosos en las Escrituras”.
“Llegó entonces a Éfeso un judío llamado Apolos, natural de
Alejandría, varón elocuente, poderoso en las Escrituras”.
Hechos 18:24
Como Pablo, deben darse cuenta de qué fueron hechos ministros.
“Fui hecho ministro, según la administración de Dios que me fue dada
para con vosotros, para que anuncie cumplidamente la palabra de
Dios”. Colosenses 1:25
Solo cuando los ministros puedan ver el verdadero significado y propósito
de su llamado entonces recobrarán el fundamento apropiado de la
predicación.

III. EL CONTENIDO DE LA PREDICACIÓN


La predicación no solo debe poseer el fundamento apropiado, sino que el
edificio apropiado también debe erigirse sobre ese fundamento.
La predicación basada en la Escritura buscará comunicar de modo natural
la enseñanza de la Escritura.
Spurgeon dijo:
Los sermones deben contener una enseñanza real, y su doctrina debe
ser sólida, sustancial y abundante. Apelaciones entusiastas que
conmueven son excelentes, pero si no están respaldadas por la
instrucción son un esfuerzo abortado, pólvora consumida y no un
disparo enviado al corazón… El método divino es poner la ley en la
mente, y luego escribirla en el corazón…
Pablo escribió a Tito que un pastor debe ser:
“retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que
también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que
contradicen”. Tito 1:9
Exhortar proviene de parakaleo, y significa ‘venir junto con’ alguien, llamar
y fortalecer a tal persona.

EL MINISTERIO PASTORAL – L07 El ministro y la predicación 139


El concepto expresado aquí es una tierna, apasionada y poderosa petición
de obediencia a la verdad de la Escritura. Eso presupone, no obstante, que
al pueblo se le han enseñado previamente dichas verdades, por lo que
carecería de todo sentido animarlos a obedecer verdades que no
entienden.
Sana proviene de hugiaino, de donde se deriva nuestra palabra castellana
higiene y significa ‘saludable’, ‘dar vida’, o ‘preservar la vida’, en contraste
con el error devastador, asesino de la falsa enseñanza.
Los pastores tienen que ir al lado del rebaño y fortalecerlo trayéndole
enseñanza divina y saludable.
El otro lado de la exhortación sobre la sana doctrina se encuentra en la frase
convencer a los que contradicen o como se los menciona en Hechos 20:29:
“lobos salvajes” que buscan destruir.
El pastor debe ser capaz de “refutar a quienes se oponen”. Estos falsos
maestros han plagado la iglesia desde el comienzo, y continuarán
haciéndolo y suponen un peligro mortal, contra el que el pastor debe estar
en constante guardia.
El mejor antídoto para la falsa enseñanza es la sana doctrina.
Spurgeon aconseja sabiamente que:
La sana enseñanza es la mejor protección contra las herejías que
causan destrozos a diestra y siniestra entre nosotros.
Una congregación bien instruida es bastante menos susceptible a la falsa
enseñanza, por consiguiente, el énfasis primario del pastor en su
predicación debe ser la enseñanza de la verdad a su pueblo.
Existen ocasiones en las que el ministro debe refutar la falsa enseñanza
públicamente desde el púlpito, ya que los contradictores, los mercaderes,
aquellos que como Elimas, el mago, no “cesan de torcer los caminos del
Señor” (Hch 13.10), deben ser puestos al descubierto con sus errores
delante de la iglesia.
La predicación bíblica verdadera debe contener proclamación e
instrucción, ambas cosas, kerigma y didaché.
La didaché forma el contenido del kerigma, ya que la Escritura es el
fundamento de la predicación. Por lo tanto, el predicador debe alentar al
pueblo a que aplique las verdades bíblicas que aprende, esa es la función
del kerigma: la proclamación pública con el propósito de mover la voluntad.

EL MINISTERIO PASTORAL – L07 El ministro y la predicación 14


Solo cuando la predicación tiene el contenido apropiado, puede cumplir en
la iglesia su función que Dios ha ordenado.
La predicación no es un ejercicio de oratoria del predicador, sino un
elemento esencial en el crecimiento espiritual del cuerpo de Cristo y esto
lo vemos en la carta de Pablo a la iglesia de Éfeso.
“Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros,
evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los
santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de
Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del
conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la
estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños
fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por
estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las
artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor,
crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de
quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las
coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de
cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor”.
Efesios 4:11-16

IV. EL COMPROMISO EN LA PREDICACIÓN


Pablo no deseaba convertirse en predicador del evangelio de Jesucristo. De
hecho, había dedicado su vida a destruir la iglesia cristiana:
“Yo ciertamente había creído mi deber hacer muchas cosas contra el
nombre de Jesús de Nazaret”. Hechos 26:9
Camino a Damasco, en su afán por perseguir a la iglesia, encontró al Señor
Jesucristo. Ese dramático encuentro cambió su vida para siempre,
volviéndolo del más terrible perseguidor del cristianismo a su más celoso
abogado.
Desde entonces, Pablo proclamó el Evangelio de Cristo con tanto
compromiso como ningún otro predicador de la historia.
Muchos desean predicar con el poder persuasivo de Pablo, pero sin su
intenso compromiso y eso es imposible.
Los llamados a predicar la Palabra de Dios deben darse cuenta de que les
ha sido encomendada una administración, y que deben comprometerse
con ella.

EL MINISTERIO PASTORAL – L07 El ministro y la predicación 141


Pablo lo entendió claramente en Tito 1:3. Él no se ofreció como voluntario
para el ministerio, antes fue “designado como predicador” como lo dice en
sus cartas.
“Para esto yo fui constituido predicador y apóstol (digo verdad en
Cristo, no miento), y maestro de los gentiles en fe y verdad”.
1 Timoteo 2:7
“De la cual fui hecho ministro, según la administración de Dios que
me fue dada para con vosotros, para que anuncie cumplidamente la
palabra de Dios”. Colosenses 1:25
“Del cual yo fui constituido predicador, apóstol y maestro de los
gentiles”. 2 Timoteo 1:11
Pablo mismo admitió en su carta a los corintios:
“Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque
me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el
evangelio! Por lo cual, si lo hago de buena voluntad, recompensa
tendré; pero si de mala voluntad, la comisión me ha sido
encomendada”. 1 Corintios 9:16-17
Como una administración de Dios, la predicación demanda diligencia,
disciplina, y trabajo duro y es a quienes “trabajan duro predicando y
enseñando”, que Pablo escribe, que son especialmente “dignos de doble
honor”.
“Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble
honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar”.
1 Timoteo 5:17
Si los ministros estuvieran debidamente comprometidos con su labor, no
serían tan negligentes en su estudio de las Escrituras.
Pocos hombres hacen los esfuerzos que son necesarios para obtener la
información correcta de su entendimiento, haciéndolos aptos para su labor.
Algunos hombres no se deleitan en sus estudios, sino que toman una hora
de vez en cuando, como una tarea no grata a la que se ven forzados a
realizar, y se alegran cuando no están bajo ese yugo.
¿La falta de deseo natural de conocimiento, la falta de deseo espiritual de
conocer a Dios y las cosas divinas, la falta de conciencia acerca de nuestra
gran ignorancia y debilidad, la falta de reconocer el peso de nuestra obra
ministerial, nos mantendrá cerca de nuestros estudios, y nos hará más
deseosos de buscar la verdad?

EL MINISTERIO PASTORAL – L07 El ministro y la predicación 142


Muchos ministros solo estudian para componer sus sermones, y muy poco
más, cuando hay tantos libros para leer y tantos temas que no debiéramos
desconocer.
Existen ministros hoy en día que son muy negligentes en el estudio de sus
sermones y que obtienen únicamente algunas verdades separadas, sin
considerar las expresiones más fuertes, que podrían ser introducidas en las
conciencias y corazones de los hombres.
Los predicadores deben entregarse a la proclamación de la verdad en todo
tiempo y bajo toda condición, cuando es oportuno y cuando no lo es.
En su carta de despedida a Timoteo, Pablo le mandó:
“Que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo;
redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque
vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que,
teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus
propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se
volverán a las fábulas”. 2 Timoteo 4:2-4
Las estaciones vienen y se van, las tendencias llegan y se marchan, el
carácter popular cambia, pero la tarea del predicador sigue siendo la
misma: proclamar la Palabra de Dios fielmente.
En una época como la nuestra, donde muchos no pueden “soportar la sana
doctrina”, sino que quieren “que les hagan cosquillas en los oídos”, las
palabras de Pablo son especialmente desafiantes.
En el ministerio no existe lugar para la pereza, sobre todo en la predicación
de la Palabra.
Todos los predicadores deben recordar las sobrias palabras de Santiago:
“Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros,
sabiendo que recibiremos mayor condenación”. Santiago 3:1
Quienes no se comprometen a dedicar el esfuerzo que la predicación
demanda tienen que mantenerse fuera del púlpito.

EL MINISTERIO PASTORAL – L07 El ministro y la predicación 143


Lección 8
EL MINISTRO COMO
CONSEJERO

CONTENIDO
I. Características de un consejero
II. Modelos bíblicos como ayuda
III. Las funciones del cuidado pastoral
IV. La oportunidad del pastor como consejero
V. Peligros para el pastor como consejero

EL MINISTERIO PASTORAL – L08 El ministro como consejero 144


INTRODUCCIÓN
Tradicionalmente, cuando la gente afronta alguna situación difícil o crítica,
acuden al ministro. A pesar de la tendencia hacia el secularismo que
experimentamos hoy en muchos países, no es de extrañar que las personas
buscan al pastor cuando tienen dificultades, de cualquier índole.
En los registros bíblicos más antiguos hay evidencias de que el líder
espiritual tenía un papel muy importante en la comunidad, ayudando a las
personas a salir adelante cuando las dificultades surgían.
A lo largo de la Biblia podemos percibir que un líder espiritual preparado y
escogido por Dios, ha sido el medio de un ministerio significativo para la
sociedad.
Es importante examinar algunas de las cualidades que hacen que el ministro
sea exitoso en el cuidado pastoral y la consejería, este examen tiene por
propósito ayudar a cada ministro a desarrollar aquellas cualidades como
parte de su personalidad y ministerio.
Igualmente es importante, el énfasis al hecho de que el pastor debe
reconocer la naturaleza del ministerio que tiene con cada persona y estar
dispuesto a ministrar en el nivel apropiado según el evento en la vida de la
persona.

I. CARACTERÍSTICAS DE UN CONSEJERO
A. AMOR POR LAS PERSONAS
El amor por las personas es uno de los requisitos básicos de un pastor
exitoso y un buen líder.
La cualidad del amor ágape es que no espera nada a cambio, no es amor
recíproco. Esta es la cualidad que hace que uno se dé a uno mismo,
sacrificadamente para ayudar a otros, sin esperar nada en forma recíproca.
Algunas veces el amor ha sido confundido con:
• El temperamento sanguíneo, que de manera entusiasta busca
esparcir felicidad entre otras personas.
• La personalidad compulsiva-obsesiva, que lleva al ministro a
sacrificarse día y noche sin considerar las necesidades propias de su
mantenimiento y las de su familia.
• El intento de expiar el comportamiento del pasado, que ha dejado
una carga de culpa y que constantemente presiona a la persona a
buscar expiación.

EL MINISTERIO PASTORAL – L08 El ministro como consejero 145


• El egoísmo, en el que en realidad el servicio a otros se lleva a cabo
con el fin de satisfacer sus propias necesidades patológicas.
El ministro debe procurar estar seguro de que su amor es genuino, sin
motivos ocultos, por lo que es muy importante para el ministro poder usar
la razón a medida que expresa su amor.
Este es el significado real del amor ágape que abarca el ejercicio de la razón
y la voluntad.
El ministro descubrirá en su experiencia cuáles expresiones de amor son
beneficiosas y cuáles pueden ser debilitantes, como:
Un amor que deja al recipiente menos motivado y menos capacitado para
hacer por sí mismo las cosas, puede ser más dañino que beneficioso, ya que
provoca una dependencia innecesaria en el ministro, dejando de lado la
oportunidad que tiene la persona para aprender de sus errores,
desarrollarse, madurar y salir adelante por sí misma.
B. AUTENTICIDAD
Esto significa que el pastor puede reflejar quién es él mientras trabaja con
otras personas, la autenticidad y sinceridad son cualidades importantes
para el consejero.
Es importante que el ministro sea transparente, es decir, que sea
consciente y reconozca quién es él y cómo trabaja.
El ministro debe ser honesto con las personas sin tener que fingir, ya que si
él está comprometido en algo que le impide ayudar en el momento en que
alguien tiene una necesidad, como por ejemplo una situación compleja y
delicada, explicará esto a las personas y establecerá otro tiempo para
ayudarles.
La franqueza y autenticidad de parte del consejero le permite responder
sinceramente de acuerdo a la situación, esta actitud despertará las mismas
cualidades en aquellos a quienes aconseja.
C. CONCIENCIA DE SÍ MISMO Y DE OTROS
“Esta conciencia ayuda al consejero a evitar el uso indebido y no ético de
otros para satisfacer sus propias necesidades.”
Esta conciencia ayudará al consejero a no imponer su sistema de valores
éticos y espirituales sobre el ayudado en una manera ofensiva.
El pastor necesita meditar mucho sobre sus propias convicciones morales y
espirituales, y reconocer la fuente de ellas.

EL MINISTERIO PASTORAL – L08 El ministro como consejero 146


También debe entender la dinámica interna que funciona dentro de él.
Si siente que está enfadándose mientras alguien comunica sus problemas,
debe poder reconocer la relación entre lo que escucha y su propia reacción
interna.
El ministro consejero debe guardar la calma ante cualquier tipo de situación
que esté atendiendo, no importa que tan desagradable sea, el dominio
propio es una facultad muy importante para atender a las personas que
vienen por ayuda.
D. INTERÉS EN AYUDAR A OTROS
El consejero debe estar genuinamente interesado en la gente, en sus
necesidades y dificultades, en sus alegrías y en su capacidad y disposición
para recibir ayuda.
El consejero tiene que estar en condiciones para responder a las
circunstancias críticas con empatía, lo cual lo capacitará para estar
disponible para ayudar.
El ministro tiene que saber cuándo extender la mano para ofrecer ayuda a
la gente que está sufriendo. El relato bíblico que más vívidamente nos lo
ilustra es el del Buen Samaritano.
Jesús demostró con este relato que a veces los líderes religiosos ven las
necesidades físicas y espirituales, pero no quieren incomodarse o
simplemente no tienen la capacidad para ayudar a alguien en crisis.
Esta falta de voluntad para ayudar a otros puede brotar de una multitud de
razones.
A veces el ministro pone sus quehaceres diarios como pretexto para no
ministrar y responder con empatía a la necesidad de las personas.
Es paradójico que en el relato que dio Jesús, la persona con menos
posibilidad de ayudar fue precisamente la que extendió la mano.
Sus posibilidades eran limitadas por los prejuicios y las tradiciones, por el
resentimiento que naturalmente sentiría por el trato que había recibido a
manos de los judíos —“los judíos y los samaritanos no se llevaban bien”.
Pero aquí vemos lo que pueden hacer los dones naturales y un corazón
dispuesto cuando actúan con compasión en forma espontánea bajo el
impulso del Espíritu Santo.
El ministro debe reconocer que su ministerio puede ser decisivo para
ayudar a alguien a volverse de la desesperación a la esperanza, por medio

EL MINISTERIO PASTORAL – L08 El ministro como consejero 147


de una decisión tomada como consecuencia de algunas conversaciones con
el pastor.
Muchas personas pasan meses en depresión emocional, después de la
muerte de un ser querido, pero luego de algunas conversaciones con el
pastor, pudieron salir de ese valle de depresión y regresar a la vida normal.
E. LA MOTIVACIÓN SANA
Es importante comprender las razones por las que uno quiere ayudar a
otros.
Si el pastor o el consejero tiene necesidades patológicas que está tratando
de satisfacer por medio de su entrega a otros y de sus esfuerzos por
ayudarles, entonces sus esfuerzos pueden ser neutralizados o anulados por
sus propias debilidades.
El que va a ayudar no debe hacerlo con la motivación de ayudar a solucionar
su propio problema.
Jesús dijo:
“Médico, sánate a ti mismo”. Lucas 4:23
Al ayudar a otros, el ministro recibe una satisfacción que refuerza su sentido
de autoestima, su capacidad profesional y su intimidad emocional con los
demás, que aportan mucho a su propio sentido de propósito en la vida.
Un espíritu altruista es evidente en los pastores y consejeros sanos, ya que,
como cristianos, tienen el deseo de evangelizar y cumplir la misión que
Cristo les encomendó, ayudando a las personas por medio del evangelio.

II. MODELOS BÍBLICOS COMO AYUDA


El pastor puede encontrar muchas ilustraciones bíblicas que le pueden
inspirar en su ministerio hacia otros.
La Biblia contiene muchas referencias a los hechos en los cuales el líder
espiritual de la comunidad tuvo un ministerio importante por ser el guía
espiritual del pueblo en momentos de necesidad.
A. MODELOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO
1. Noé
Fue un personaje que buscó la manera de mostrar al pueblo los ideales que
Dios tenía para ellos en su vida diaria (Génesis 6:12, 13). Sin embargo, el
pueblo no hizo caso del mensaje de Noé.

EL MINISTERIO PASTORAL – L08 El ministro como consejero 148


Noé llegó a ser, un ejemplo de alguien que trabajó para evitar la destrucción
del pueblo en sus días a través de su ministerio de predicación a ellos.
2. Abraham
El padre de la nación judía, luchó con las decisiones de su vida, mientras
trataba con una variedad de personas en su peregrinaje desde Ur hasta la
tierra prometida.
El atravesó por muchas crisis en su vida, una de las cuales fue su viaje a
Egipto para sobrevivir a la sequía. Otra fue el de los conflictos constantes
entre su esposa Sara y Agar, su esclava.
Él luchó con la duda antes de llegar a experimentar el cumplimiento de la
promesa de su heredero, Isaac.
Abraham debía llegar a ser un pastor manso y sabio para ayudar a las
personas que estaban a su alrededor, ya que atravesó por muchas
experiencias críticas que le prepararon para ayudar a otros.
3. El profeta Natán
La confrontación del profeta con David a causa del pecado del rey, ilustra el
papel de la técnica de la confrontación en consejería.
La exhortación de Natán acusa a David (2 Samuel 12:7) y lo conduce a la
confesión y al arrepentimiento.
Si el ministro quiere seguir este tipo de procedimiento, tiene que
asegurarse que tiene la dirección del Señor y una relación segura con su
aconsejado.
4. El libro de Proverbios
El escritor de este libro resalta la gran importancia de escuchar con atención
a los consejeros (Proverbios 11:14; 12:20; 15:22; 24:6).
El proverbista ayuda al consejero a guardarse en una buena condición física,
emocional y espiritual.
El predicador puede encontrar en los Proverbios mucho material para
ayudarle en su predicación.
5. Isaías
Fue un líder espiritual para los reyes en su día.
El aconsejaba a los líderes políticos para que se guardaran del peligro de
alianzas con naciones paganas y aunque los líderes no siempre hicieron
caso a su consejo (Isaías 7:1-10), esto no lo hizo desistir de su ministerio.

EL MINISTERIO PASTORAL – L08 El ministro como consejero 149


La última parte de su libro contiene palabras de aliento para el pueblo que
está en cautiverio (40:1).
En Isaías vemos a un líder espiritual, que era capaz de ayudar a las personas
a ver más allá de donde ellas estaban en ese momento, y a esperar mejores
días en el futuro.
6. Ezequiel
Fue un profeta que cumplió su ministerio en medio de un pueblo que había
sido llevado cautivo a una tierra extranjera.
El percibía su papel como el de un pastor y vigilante de la comunidad,
enfatizando la responsabilidad individual de cada persona delante de Dios
(Ezequiel 18:1-20).
B. MODELOS DEL NUEVO TESTAMENTO
1. Jesús como modelo
Es muy importante para el consejero estudiar el ministerio y las enseñanzas
de Jesús desde el punto de vista de las normas de la consejería.
Jesús siempre fue capaz de ministrar adecuadamente a aquellos que venían
a él.
Es impresionante apreciar su modo de actuar para enfrentarse con la
variedad de personas que se le opusieron en diferentes ocasiones.
Jesús nunca se alejó del cojo, del ciego, del leproso, ni de los enfermos
mentales. La capacidad de Jesús para relacionarse con todas aquellas
personas es un gran ejemplo para el ministro y consejero.
Si se examinaran los casos específicos del ministerio de Jesús, una gran
parte es de conversaciones con individuos y pequeños grupos.
Si se sacaran de los evangelios todos los pasajes en los cuales Jesús actúa
como pastor, dejarían un gran vacío.
La habilidad de Jesús para ser confrontador es evidente en su conversación
con Nicodemo, con la mujer en el pozo, con el joven rico y con Zaqueo.
El ayudó a cada una de estas personas a encararse consigo mismas, con sus
motivaciones y sus razones para seguir la dirección de Dios para sus vidas.
Jesús fue severo con los fariseos en la manera tan directa con la cual
condenó su hipocresía, su falso orgullo y su sentido invertido de valores.
Es importante notar en las enseñanzas de Jesús, cuán compasivo fue hacia
los demás.

EL MINISTERIO PASTORAL – L08 El ministro como consejero 150


• El habló del buen pastor como alguien que da su vida por sus ovejas.
• El hijo pródigo era amado por su padre a pesar de su rebelión y
desintegración moral.
• El buen samaritano estuvo dispuesto a romper con las costumbres de
la tradición para ayudar a alguien que tenía necesidad.
Jesús ejemplificó a través de sus acciones y enseñanzas que él estaba
interesado en ayudar a otros, para que pudieran experimentar la máxima
sanidad y sentido de propósito en la vida.
“Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se había
perdido”. Mateo 18:11
2. El apóstol Pablo
Pablo y sus compañeros mostraron preocupación pastoral al tratar con las
personas que estaban hundidas en el paganismo en las diferentes ciudades
que ellos visitaban.
Pablo no vaciló en discutir y persuadir, porque entendía que la verdad del
evangelio podría encontrar resistencia de parte de Satán (Hechos 19:8).
Pablo logró tener un ministerio significativo en períodos relativamente
cortos en ciudades como Atenas, Efeso, Corinto y Filipos.
Pablo pudo comunicar lo que era de significado para el hombre en sus
mensajes, y estos mensajes llenaron las necesidades espirituales de las
personas que escuchaban.
Mostró un corazón de pastor al amonestar a Timoteo a mostrar amor hacia
todos.
“Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable
para con todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre
corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se
arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo del diablo, en
que están cautivos a voluntad de él”. 2 Timoteo 2:24-26
3. Pedro y Juan
Las Epístolas de Pedro y Juan contienen amonestaciones a los pastores para
ser diligentes en la vigilancia cuidadosa del rebaño de Dios (1 Pedro 5:1-3;
1 Juan 3:11; 4:7).
Estos hombres habían vivido un largo período como cristianos y habían
luchado para vencer muchas crisis cuando escribieron estas palabras.

EL MINISTERIO PASTORAL – L08 El ministro como consejero 151


Pedro y Juan habían dado ejemplo a otros en su ministerio en tiempos de
sufrimiento. Nos dan un ideal que es desafiante.
Estos personajes bíblicos le dan al ministro una perspectiva y una
metodología que, cuando las combina con las circunstancias
contemporáneas, llegan a ser pertinentes para ellos en su ministerio.

III. LAS FUNCIONES DEL CUIDADO PASTORAL


El pastor es llamado a ministrar a los hombres en el nombre de Dios.
¿Qué significa ser pastor?
Hay una concepción evangelística que dice que el ministro debe predicar el
evangelio de casa en casa e intentar la conversión de personas como
individuos y no solamente en masa.
Hay una concepción menos evangelística, pero religiosamente más formal,
que insiste en que un ministro simplemente lee y ora, es decir, que dirige
los cultos de adoración con regularidad en las casas de sus feligreses.
Mas allá de estos puntos importantes con respecto a lo que significa ser un
pastor, tenemos que ver que el ministro cumple además de lo mencionado
anteriormente, una función primordial y es el de atender a las ovejas a
través de la consejería personalizada, que le permite llegar al corazón de las
ovejas.
El ministro no puede dejar de lado esta responsabilidad, ya sea porque él
vaya de casa en casa a buscar a las ovejas y alentarlas o que estas vengan
al templo, el Pastor siempre estará dispuesto a apoyar a aquellas ovejas que
necesitan el cuidado y la protección que Dios está dispuesto a darles, a
través del ministro.
A. CUIDADO PASTORAL SENSITIVO
La palabra “pastor” en latín significa “apacentar o alimentar”.
El Salmo 23, que se refiere a Jehová como pastor, es uno de los pasajes más
famosos en la Biblia y continuamente da inspiración y alimento espiritual a
las personas en todas las diferentes etapas de su vida.
En Isaías hay otro versículo que describe este cuadro:
“Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos,
y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas”.
Isaías 40:1

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Jeremías condenó a los malos pastores que destruían y dispersaban las
ovejas del rebaño de Dios:
“¡Ay de los pastores que destruyen y dispersan las ovejas de mi
rebaño! dice Jehová”. Jeremías 23:1
El pastor hoy en día está llamado a estar alerta a las diferentes clases de
alimento espiritual que sus miembros están recibiendo.
Muchas iglesias pierden miembros que se van con los Testigos de Jehová,
los mormones y otras sectas, porque el pastor no está alerta a las amenazas
que llegan por medio de las visitas de miembros de aquellos grupos y
también por medio de la literatura que distribuyen libre y abundantemente
entre los evangélicos de las diferentes iglesias.
El pastor está llamado a estar alerta a las diferentes fuentes de peligro que
amenazan su congregación.
El pastor dedicado estará entre los primeros en llegar cuando se presenten
emergencias y otros problemas entre sus miembros.
El pastor puede ejercer mucho cuidado pastoral en la medida que responda
a las necesidades especiales que las familias tienen en las experiencias
diarias.
El visitar en las casas de los creyentes da más oportunidad para considerar
específicamente las necesidades de cada miembro de la familia.
Algunos pastores sienten que tienen que dar prioridad a los inconversos, y
si tienen tiempo para visitar, deben tratar de hacer una visita evangelística,
pero nunca deben descuidar por este motivo la visita a los miembros de la
iglesia según sea el caso.
El pastor debe ser capaz de reconocer cuándo las personas necesitan ayuda
más intensiva, y estructurar la situación como sea necesario.
Se puede evitar la necesidad de pasar muchas horas en consejería en
situaciones difíciles cuando hogares han sido rotos y las vidas han sido
destruidas, si actúa preventivamente, tomando el tiempo necesario para
escuchar a las personas y aconsejarlas sabiamente mientras visita de casa
en casa.
B. CONSEJERÍA COMPETENTE
El ministerio de consejería no es un apéndice a la obra del pastor, más bien
es una parte vital de todo lo que hace.
El ministerio de consejería puede ajustarse perfectamente con sus otras
responsabilidades, ya que esto puede servir para ayudarle a tener
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información y un punto de vista que sería importante en las funciones
administrativas del programa de la iglesia.
Al mismo tiempo, a través de la consejería, el ministro llega a tener
conocimiento de muchas de las necesidades espirituales de su
congregación, y puede preparar sus mensajes bajo el liderazgo del Espíritu
Santo, tomando en cuenta las múltiples necesidades espirituales de su
congregación.
El ministro debe ser cauteloso para no usar ilustraciones personales que
incluyen las personas de la congregación que han venido a él a pedir ayuda,
esto no significa que no pueda hablar de tal manera que busque ayudar a
aquellos que tienen las mismas necesidades.

IV. LA OPORTUNIDAD DEL PASTOR COMO CONSEJERO


A. EL PASTOR PUEDE TOMAR LA INICIATIVA
Hay varias cualidades únicas con relación a la oportunidad del pastor para
ayudar.
Él puede tomar la iniciativa e ir a los miembros de la congregación y a los
inconversos cuando se da cuenta de su necesidad.
Los médicos y otros profesionales no tienen esta libertad por razones
diversas razones de su profesión. Por el contrario, se espera que el pastor
responda a las necesidades de su congregación, y esté entre los primeros
para llegar a ministrar y visitar cuando se da cuenta de problemas.
Una de las críticas que más se escuchan contra el pastor hoy es que no visita
suficientemente.
La mayoría de los pastores, debido a los límites de tiempo, establecen una
prioridad y ministran a los más necesitados.
El pastor sabio entrena a los miembros para que le ayuden en la visitación
y prepara a los feligreses para aceptar que el ministerio de los laicos es tan
válido como el del pastor.
El pastor tiene que decidir a quiénes va a visitar en el tiempo disponible.
Una lista de prioridades que puede considerar sería la siguiente:
• Los afligidos por la muerte de seres queridos
• Los enfermos en los hospitales y en las casas
• Los que necesitan el evangelio
• Los que tienen problemas especiales de índole espiritual, relacional
o moral.
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• Los de la tercera edad, que no pueden asistir a los cultos y los que
padecen enfermedades crónicas.
• Los miembros en perspectiva.
B. EL PASTOR TIENE UNA RELACIÓN PERMANENTE CON LAS PERSONAS
Muchos profesionales no tienen contacto previo con los que buscan su
ayuda, por lo general, la relación dura mientras están dando ayuda, sea
durante un tratamiento médico o una serie de consultas de índole legal o
de negocios, y después no tienen más contacto con las personas.
Algunos, como los psiquiatras, prefieren no tener contacto fuera del
consultorio cuando están dando ayuda, porque, según ellos, esto entorpece
el proceso de tratamiento.
En el caso de los pastores y consejeros espirituales, no es así, porque ellos
tienen una relación constante con los que están recibiendo ayuda.
Otra diferencia entre el pastor consejero y otros profesionales es que el
pastor continúa con su relación después de terminada la serie de consejos
personales.
El pastor al tener este tipo de relación cercana con las personas que
aconseja, debe tener en cuenta que muchas veces esas personas pueden
sentirse mal al escuchar al pastor predicar sobre temas relacionadas con
sus problemas confesados al pastor, por un lado, el ministro no puede
evitar exponer el mensaje cuando la ocasión lo amerite, pero lo hará con
mucho tacto para no herir susceptibilidades o dar lugar a que la persona
piense que el pastor ha hecho del tema algo personal.
Es importante aclarar que el pastor tiene que asegurarles a los feligreses
que cuando Dios perdona, ya no se enfoca en su pecado, y que él tampoco
piensa en su pecado del pasado.
El pastor asegurará a los creyentes que atienda, que Dios les ha perdonado
y por eso pueden seguir adelante en su vida cristiana sin sentirse que otros
están señalándoles con el dedo.
C. EL PASTOR TIENE RECURSOS ESPIRITUALES
El pastor tiene recursos espirituales que los consejeros seculares no tienen.
El ministro tiene a su alcance una reserva de recursos que él puede hacer
disponibles a sus feligreses, los cuales hacen que su ayuda sea más eficaz.
Por ejemplo:

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• Las iglesias tienen diáconos, diaconisas u otros grupos, que pueden
elaborar y ejecutar proyectos de ayuda para los necesitados.
• Algunas iglesias tienen programas de oración intercesora y equipos
que establecen cadenas de oración según las circunstancias.
• En los cultos de oración semanales los grupos pueden orar
específicamente por los enfermos y otros que tienen necesidades
especiales.
• El saber que otros están orando por nosotros es un estímulo
psicológico, emocional y espiritual, y esto ayuda en el proceso de
sanar enfermedades y motiva a uno a actuar en forma positiva para
solucionar sus problemas.
El ministro debe tener como compañero permanente un ejemplar de la
Biblia, la Palabra de Dios y debe estar preparado para utilizar los pasajes
bíblicos más apropiados de acuerdo con las necesidades específicas de cada
persona o circunstancia.
El pastor no debe abrir la Biblia “al azar” y comenzar a leer. Debe escoger
el pasaje con cuidado, después de considerar las necesidades de la persona.
El pastor también debe sentirse en libertad para utilizar las verdades
bíblicas y teológicas en sus esfuerzos por ayudar a los que luchan por
resolver sus problemas.
Es necesario que el ministro utilice los recursos especiales que Dios le ha
dado y que son inherentes a su llamado, para ministrar más eficazmente a
los necesitados.

V. PELIGROS PARA EL PASTOR COMO CONSEJERO


A. DEMASIADO INVOLUCRAMIENTO CON LA GENTE QUE PROCURA
AYUDAR
Uno de los peligros que el pastor tiene que aprender a evitar es el de estar
demasiado involucrado con las personas que quiere ayudar.
El pastor experimenta esta dificultad muchas veces en su ministerio, ya que
su amor por la gente y su deseo de lo mejor para ellas lo llevará a
involucrarse demasiado emocionalmente a veces.
Las personas que están experimentando una crisis tienden a ser
dependientes, y están contentas si el pastor u otros toman las decisiones
por ellas, pero luego cuando algo sale mal tienden a buscar culpables, entre
ellos al pastor.

EL MINISTERIO PASTORAL – L08 El ministro como consejero 156


Muchas personas tienden a esperar que el pastor resuelva todos sus
problemas, acostumbrarlas a esto sólo ocasionará, que vengan cada vez con
otros problemas, desarrollando en ellas el concepto, de que el pastor es el
mandadero, a las órdenes de cada miembro de la iglesia, en cada momento
de sus vidas.
B. SER MANIPULADO POR LOS QUE QUIERE AYUDAR
Otro peligro para el pastor que quiere ayudar es el de ser manipulado por
las personas.
Muchas veces los feligreses pueden apelar al pastor y su deber de amar a
la gente, como la base para esperar que él cumpla con ciertos deberes que
les corresponden a ellos mismos o a un miembro de la familia.
Por ejemplo:
• Pensar que el pastor tiene el deber de aceptar ser garante en
compromisos económicos.
Otra manera en que las personas manipulan al pastor es esperando que él
resuelva el problema en forma específica.
Por ejemplo:
• Hay personas que piden que el pastor hable con los hijos, y a veces
esperan que el pastor logre con los hijos milagros que ellos como
padres no han podido lograr durante años.
El pastor probablemente no va a cambiar la actitud del hijo pródigo
con dos o tres conversaciones, y es injusto e irreal cuando los padres
esperan tanto del pastor.
• Otros llegan a la oficina del pastor para relatar que están sin trabajo,
y esperan que el pastor les consiga un empleo.
El pastor puede sentirse culpable si no puede lograr colocar a alguien
que está sin trabajo.
Muchos llegan a la iglesia pidiendo ayuda económica. Sin duda, algunos de
ellos merecen ayuda.
La Biblia enseña que por amor debemos ser generosos en ayudar a los
necesitados, pero lo ideal sería tomar el tiempo necesario para investigar
cada caso, averiguar qué clase de ayuda necesitan, y luchar por “enseñar a
pescar y no regalar pescados”.

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Pero por falta de tiempo y recursos la mayoría de ministros optan por dar
una cantidad de dinero a los hermanos necesitados, sin saber qué compran
con ese dinero.
El pastor tiene que decidir hasta dónde irá en su modo de ayudar a otros,
pero debe tener precaución para no ir más allá de lo justo en su esfuerzo
por ayudar a otros.
C. ACTOS INDISCRETOS CON LOS QUE QUIEREN AYUDA
De vez en cuando un pastor experimenta una caída moral y espiritual como
consecuencia de su propia indiscreción o la de los que busca ayudar.
Pruyser dice:
Si la persona que busca ayuda es una mujer, ella puede estar
enamorada del pastor, y espera que por medio de su búsqueda de
ayuda sean satisfechos algunos de sus deseos personales.
El pastor puede empezar su ministerio con las mejores intenciones y nunca
soñar con tener una dificultad con nadie, pero de repente, después de una
serie de conversaciones, descubre que él mismo ha caído en los tentáculos
de sus propios deseos sexuales que se han despertado por un gesto o el
relato de alguna experiencia de parte de la aconsejada.
Normas básicas muy importantes para el pastor en el curso de su ministerio
serían:
• No ir solo a la casa de una dama que está sola
• No aconsejar en lugares no adecuados e inapropiados
• No aceptar una invitación que podría comprometerle en forma
inapropiada, tales como invitación a almorzar o comer con una dama
bajo circunstancias que podrían dar lugar a los chismes.
En resumen, podríamos decir que los peligros del ministro tienen su origen
en el descuido de cuatro áreas:
• No tomar tiempo para cultivar su vida espiritual
• No tomar tiempo para su propia familia
• No tomar tiempo para un ministerio de persona a persona
• No tomar el tiempo para estudiar y capacitarse
“El pastor se convierte en un personaje aislado, solitario y cansado, solo
cuando se aleja de la posibilidad de suplir estas cuatro funciones en la
sociedad que podrían brindarle satisfacción personal al cumplir su llamado
al servicio.”

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La mayoría de los ministros saben que necesitan disciplinarse a
presupuestar el tiempo necesario para relaciones de tanta importancia en
la vida, y para mantener su propio equilibrio emocional y espiritual.
La verdad es que la mayoría de ministros caen en patrones de
comportamiento y horarios que hacen que esto sea difícil.
De vez en cuando el ministro descubre que él mismo está en circunstancias
en que siente la necesidad de aislarse de los necesitados y recibir la
ministración de otros.
Nuestro Señor Jesucristo llegó a este punto en varias ocasiones en su
ministerio, donde a pesar de su carga por los necesitados opta por aislarse
de la multitud para pasar tiempo en la reflexión y la recuperación espiritual,
ante esta verdad Bíblica todo ministro sabio, seguirá el ejemplo de su
Maestro.

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“Derramar lágrimas sin
sembrar la semilla, nada
se logra. Estar llorando
sin estar andando, a
ninguna parte se llega”
Rev. Luis M. Ortiz

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