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El Presidencialismo

Este documento resume el libro "El Presidencialismo Mexicano" de Jorge Carpizo. Explica las características del sistema presidencial, las fuentes del presidencialismo mexicano como la constitución estadounidense de 1787 y la constitución española de 1812, y argumenta que México tiene un "presidencialismo puro" dado el gran poder que se le otorga al presidente según diferentes opiniones.

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El Presidencialismo

Este documento resume el libro "El Presidencialismo Mexicano" de Jorge Carpizo. Explica las características del sistema presidencial, las fuentes del presidencialismo mexicano como la constitución estadounidense de 1787 y la constitución española de 1812, y argumenta que México tiene un "presidencialismo puro" dado el gran poder que se le otorga al presidente según diferentes opiniones.

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UNIVERSIDAD NACIONAL

AUTÓNOMA DE MÉXICO

FACULTAD DE DERECHO

EL PRESIDENCIALISMO
MEXICANO
JORGE CARPIZO

DERECHO CONSTITUCIONAL

LIC. RICARDO ROJAS AREVALO

FLORES RAMOS DIANA GABRIELA

GRUPO 2106
FLORES RAMOS DIANA GABRIELA

INDICE.

Pag.

1. INTRODUCCION ………………………………….1

2. DESARROLLO……………………….…………….1

2.1 EL SISTEMA PRESIDENCIAL


………………………..…………………………….……………1

2.2 FUENTES DEL PRESIDENCIALISMO MEXICANO


………………...…………………………………………….…..3

2.3 MEXICO: PRESIDENCIALISMO PURO


……………………………………….……….………………….4

3. CRITICA …..………………………………………..5

4. FUENTES BIBLIOGRAFICAS …………………...7


1. INTRODUCCION.

En este trabajo analizaremos la obra de Jorge Carpizo EL PRESIDENCIALISMO


MEXICANO, en donde sintetizare las ideas principales que me parecen más
relevantes.
En primer lugar, abordare EL SISTEMA PRESIDENCIAL, ya que es pieza clave para
poder conocer y comprender dicho sistema. Posteriormente se verá FUENTES DEL
PRESIDENCIALISMO MEXICANO, en donde se exponen los sistemas que
inspiraron a la elaboración de la constitución mexicana de 1824.
Finalmente se analizará MEXICO EL PRESIDENCIALISMO PURO, en donde el
autor nos da a conocer algunas opiniones de las cuales se basa para explicar el
sistema presidencial de nuestro país.

2. DESARROLLO.

2.1 EL SISTEMA PRESIDENCIAL.

El autor nos dice que las características que configuran un sistema presidencial son:

“a) El poder ejecutivo es unitario (el presidente que es jefe de estado y jefe de
gobierno)
b) El presidente es electo por el pueblo y no por el poder legislativo, lo que le da
independencia frente a este.
c) El presidente nombra y remueve a los secretarios de estado
d) Ni el presidente ni los secretarios de estado son políticamente responsables ante
el congreso.
e) Ni el presidente ni los secretarios de estado pueden ser miembros del congreso.
f) El presidente puede estar afiliado a un partido diferente al de la mayoría del
congreso
g) El presidente no puede disolver el congreso, pero el congreso puede darle un
voto de censura.” 1

Sin embargo, no todos estos puntos se dan en todos los sistemas presidenciales,
pero estos nos sirven de guía para precisar dicho sistema. Entonces podemos
entender que para tener un sistema presidencial se deben tener claras las
separaciones de los poderes (ejecutivo, legislativo y judicial).

Teniendo esto en claro, entonces nos habla de los antecedentes, el primer sistema
presidencial que existe fue la Constitución Norteamericana de 1787, ya que
configuro una relación entre los poderes ejecutivo y legislativo, que dio por resultado
el régimen presidencial.

De este modo los sistemas presidenciales de Latinoamérica se guiaron del


norteamericano, no obstante, se encuentran diferencias y dificultades, ya que USA
es un país rico y desarrollado, es por eso que en América latina no podemos
observar una verdadera separación del poder.
Por ello existe una preocupación de armonizar la libertad, el orden y la autoridad,
así como limitar el poder y las libertas de los ciudadanos.

1
Carpizo, Jorge, Oratoria, 1a. ed., México, Siglo xxi editores, 1978, p.14
2.2 FUENTES DEL PRECIDENCIALISMO MEXICANO.

Las fuentes del sistema presidencial mexicano de 1824 fueron: la Constitución


norteamericana 1787 y la constitución española de 1812.
El autor no dice que nuestro sistema presidencial que se configuro en 1824 sigue
existiendo en nuestra actualidad, ya que la forma de gobierno estructuradas en las
constituciones de 1824 y 1917 de nuestro país, tienen parecido en cuanto a la
estructuración del poder ejecutivo, y las envista:

“a) la existencia del veto como la facultad del presidente


b) el congreso dividido en dos cámaras
c) un solo periodo de sesiones del congreso y
d) la forma para convocar al congreso a sesiones extraordinarias a partir de la
reforma de 1923” 2

A su vez, nos menciona que en el constituyente de Querétaro era evidente que se


le otorgaban muchas facultades al poder ejecutivo, dejando de lado al poder
legislativo, y de este modo la persona que estuviera en el poder podría fácilmente
tener una dictadura. Dando a entender que un poder absoluto, es un poder débil.

2
Carpizo, Jorge, Oratoria, 1a. ed., México, Siglo xxi editores, 1978,
p.42,43
2.3 MEXICO: PRESIDENCIALISMO PURO.

Finalmente, el autor llega a la conclusión de que en México tenemos un


presidencialismo puro, y se basa en algunas opiniones que las divide en tres
categorías: los especialistas, los no especialistas y los extranjeros.

Para los especialistas el poder que tiene un presidente es gracias a que los
ciudadanos de cualquier clase social, piensan que este puede resolver los
problemas con solo querer y proponerlo. Que el presidente no solo es el jefe del
ejecutivo sino de todo el sistema, de este modo es el centro de la autoridad, siendo
comparado con el poder que poseen los monarcas absolutos. Básicamente que la
figura del presidente es muy importante ya que en este se encuentra todo lo bueno
o todo lo malo de la nación, es por eso que el pueblo espera lo mejor de él, pero
también tiene miedo de lo que pueda hacer (éxitos y fracasos).

Posteriormente para los no especialistas (en ese tiempo) el presidente era dueño
del PRI, además de tener facultades ilimitadas, como poder censuras a los medios
de información, o utilizar fondos federales. Ven al presidente como una institución y
no como un hombre.

Y por último para los extranjeros el presidente es una figura intocable, una
democracia disfrazada de monarquía, el presidente es “el patrón político de toda la
república, y en un sentido político, México es su hacienda.” 3
Podemos concluir que perciben al presidente como un ente poderoso, con
facultades casi ilimitadas y que puede hacer lo que sea.

Se toca el tema de los supuestos matices parlamentarios, en este resultado político


en el sistema, ya que se concentran facultades en el ejecutivo, haciendo que no
haya equilibrio con el poder legislativo. Sin embargo “no se es más o menos
democrático porque se tenga un sistema presidencial o parlamentario, sino que el
análisis de ser efectuado respecto al equilibrio que ha de existir entre los poderes
políticos y los controles. Mutuos operantes entre ellos.” 4

2
Carpizo, Jorge, Oratoria, 1a. ed., México, Siglo xxi editores, 1978, p.31

2
Carpizo, Jorge, Oratoria, 1a. ed., México, Siglo xxi editores, 1978,
p.32,33

3. CRITICA.

El presidencialismo autoritario mexicano ha sido objeto de muchas reflexiones y


opiniones, no obstante, es un objeto de estudio difícil porque es también un
fenómeno complejo y multidimensional que se vincula con distintos temas: las
características de una forma de ejercicio del poder, sus recursos, la manera cómo
los utiliza el individuo que ocupa el cargo, el peso de su personalidad sobre la
institución presidencial, o los diferentes contextos que se forman en el tiempo y que
enmarcan su acción. Esta variedad de ángulos abre muchas perspectivas de
análisis: histórica, cultural, etc.
En el estudio del presidencialismo mexicano hasta ahora ha predominado el
enfoque cultural. Sin embargo, más allá de una interpretación de esta naturaleza,
otros aspectos del fenómeno pueden abarcarse si se mira a la luz de los diferentes
contextos históricos a los que tenían que responder los presidentes para cumplir
con sus objetivos encontrados de preservación de los equilibrios existentes y de
transformación del país.

Los presidentes son actores históricos que están sujetos a circunstancias


cambiantes a las que tienen que adaptarse, y al hacerlo redefinen el poder que
ejercen y la posición relativa de la presidencia en el régimen político.

La imagen de la omnipotencia presidencial en el México autoritario inspiró una figura


esencialmente cultural, que desde hace décadas domina la explicación del
presidencialismo mexicano, los mexicanos aspirábamos a ser gobernados por
líderes fuertes. Así habían sido gobernados los aztecas, así habían gobernado los
virreyes, y el país sólo se había dejado gobernar por hombres fuertes como Porfirio
Díaz. No obstante, la experiencia de los presidentes de la posrevolución (Manuel
Ávila Camacho, Miguel Alemán Valdés, Adolfo Ruiz Cortines, Adolfo López Mateos
y Gustavo Díaz Ordaz) muestra que su poder no se construyó sólo a partir de
amplios márgenes de acción, sino que también le dieron forma las restricciones que
le imponían otros componentes del régimen: la distribución del poder internacional,
una ruptura adversa, como lo fueron; el principio de no relección, la red de intereses
que representaban los sindicatos y las organizaciones agrarias, los empresarios y
la jerarquía de la Iglesia católica o el desarrollo administrativo del Estado. En
realidad, el poder que ejerció cada presidente era el resultado del juego entre
recursos y restricciones con que enfrentaron la responsabilidad de gobernar.

La imagen del presidente como un ser poderoso que era amo de vidas y haciendas,
provenía de que se creía que él podría lograr todo, y eso significaría que una
amistad del presidente podía convertir a un humilde empleado en un alto
funcionario, y por otro lado la enemistad presidencial podía significar algo malo, no
necesariamente la muerte física, o la cárcel, pero si la marginación. Pero a su vez
el poder del presidente era relativo cuando se trataba de resolver los problemas
nacionales o incluso los asuntos cotidianos del gobierno del país. Con frecuencia,
la ejecución de sus decisiones dependía de factores que escapaban a su control,
pues podía ser bloqueada por la incompetencia o la corrupción de un funcionario
menor. En general, el presidente mexicano tenía pocos recursos de negociación
para incidir en fenómenos internacionales que afectaban a su gobierno.

El paradigma dominante del presidencialismo se construyó con base en los


prejuicios que inspiraba la imagen de la omnipotencia, o en explicaciones como las
del poeta Octavio Paz, quien rastreaba sus orígenes hasta el tlatoani de los aztecas
y sostenía que el gran poder de los presidentes era de orden personal y estaba
hincado en el pasado y en la tradición. Desde este punto de vista, el ejercicio
presidencial era resultado de la voluntad de poder, de la ambición, del carácter, o
incluso de los rasgos físicos, las relaciones familiares y de amistad de cada uno de
los presidentes.
Esta perspectiva intenta hacer de la personalización del poder una particularidad
mexicana, aunque en realidad se trata de un problema común a todos los regímenes
presidenciales, e incluso a todas las formas de gobierno.

4. FUENTES BIBLIOGRAFICAS.

Carpizo, Jorge, Oratoria, 1a. ed., México, Siglo xxi editores, 1978

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